JMJ
Pax
Satanás ha sido derrotado
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos 3, 22-30
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, los          escribas que habían venido de Jerusalén decían acerca de Jesús:          
          "Este hombre está poseído por Satanás, príncipe de los demonios,          y por eso          los echa fuera".
          Jesús llamó entonces a los escribas y les dijo en parábolas:
          "¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás? Porque si un reino está          dividido          en bandos opuestos no puede subsistir; una familia dividida          tampoco puede subsistir.          De la misma manera, si Satanás se rebela contra sí mismo y se          divide, no podrá          subsistir, pues ha llegado a su fin. Nadie puede entrar en la          casa de un hombre          fuerte y llevarse sus cosas si primero no lo ata; sólo así podrá          saquear la          casa.
          Yo les aseguro que a los hombres se les perdonarán todos sus          pecados y todas          sus blasfemias. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo,          nunca tendrá          perdón; será reo de un pecado eterno". 
          Jesús dijo esto, porque lo acusaban de estar poseído por un          espíritu inmundo.
          Palabra del Señor.
          Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.
El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk
El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu
El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc
Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?
Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).
Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?
Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Catecismo 2181: La Eucaristía del domingo fundamenta y confirma toda la práctica cristiana. Por eso los fieles están obligados a participar en la Eucaristía los días de precepto, a no ser que estén excusados por una razón seria (por ejemplo, enfermedad, el cuidado de niños pequeños) o dispensados por su pastor propio (cf CIC can. 1245). Los que deliberadamente faltan a esta obligación cometen un pecado grave."
Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).
† Misal
lun 3a. Ordinario año Par
Antífona de Entrada
Canten              al Señor un cántico nuevo,              hombres de toda la tierra, canten al Señor.
              Hay brillo y esplendor en su presencia y en su templo,              belleza y majestad. 
Oración Colecta
Oremos:
            Dios eterno y todopoderoso, conduce nuestra vida por el camino            de tus            mandamientos para que, unidos a tu Hijo amado, podamos            producir frutos            abundantes. 
            Por nuestro Señor Jesucristo.
            Amén.
Primera Lectura
Tú serás el pastor de mi pueblo Israel
Lectura del segundo libro de Samuel 5, 1-7.10
En aquellos días, todas            las tribus de Israel fueron a            Hebrón a ver a David, de la tribu de Judá, y le dijeron: 
            "Somos de tu misma sangre. Ya desde antes, aunque Saúl reinaba            sobre            nosotros, tú eras el que conducía a Israel, pues ya el Señor            te había dicho:            "Tú serás el pastor de Israel, mi pueblo; tú serás su guía"".
            Así pues, los ancianos de Israel fueron a Hebrón a ver a            David, rey de Judá.            David hizo con ellos un pacto sagrado y ellos lo ungieron como            rey de todas las            tribus de Israel.
            David tenía treinta años cuando comenzó a reinar. Primero            reinó en Hebrón,            sobre Judá, siete años y tres meses. Después, en Jerusalén,            reinó sobre todo            Israel y Judá treinta y tres años. En total, su reinado duró            cuarenta años.
            Una vez ungido rey, David y sus hombres marcharon a Jerusalén,            contra los            yebuseos que habitaban aquella tierra. Estos le dijeron a            David: 
            "Tú no entrarás aquí, pues los ciegos y los cojos bastarán            para            rechazarte. Ellos mismos dicen: "David jamás entrará aquí"". 
            El, sin embargo, tomó la fortaleza de Sión, que en adelante se            llamó "la            ciudad de David". David se hacía cada vez más poderoso y el            Señor estaba            con él.
            Palabra de Dios.
            Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del Salmo 88
Contará con mi amor y mi lealtad.
Hablando            tú en visión a tus amigos un            día les dijiste: "He escogido a un valiente de mi pueblo y he            ceñido a sus            sienes la corona.
            Contará con mi amor y mi lealtad.
He            encontrado a David, mi servidor, y            con mi aceite santo lo he ungido. Lo sostendrá mi mano y le            dará mi brazo            fortaleza.
            Contará con mi amor y mi lealtad.
Contará            con mi amor y mi lealtad y su            poder aumentará en mi nombre. Extenderé su imperio sobre el            mar, sobre los ríos            todos su dominio".
            Contará con mi amor y mi lealtad.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
            Jesucristo, nuestro salvador, ha vencido la muerte y ha hecho            resplandecer la            vida por medio del Evangelio.
            Aleluya.
Evangelio
Satanás ha sido derrotado
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos 3, 22-30
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, los            escribas que habían venido de            Jerusalén decían acerca de Jesús: 
            "Este hombre está poseído por Satanás, príncipe de los            demonios, y por eso            los echa fuera".
            Jesús llamó entonces a los escribas y les dijo en parábolas:
            "¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás? Porque si un reino            está dividido            en bandos opuestos no puede subsistir; una familia dividida            tampoco puede            subsistir. De la misma manera, si Satanás se rebela contra sí            mismo y se            divide, no podrá subsistir, pues ha llegado a su fin. Nadie            puede entrar en la            casa de un hombre fuerte y llevarse sus cosas si primero no lo            ata; sólo así            podrá saquear la casa.
            Yo les aseguro que a los hombres se les perdonarán todos sus            pecados y todas            sus blasfemias. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo,            nunca tendrá            perdón; será reo de un pecado eterno". 
            Jesús dijo esto, porque lo acusaban de estar poseído por un            espíritu inmundo.
            Palabra del Señor.
            Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las ofrendas
Acepta, Señor, con            bondad, los dones que te            presentamos y santifícalos por medio de tu Espíritu para que            se nos conviertan            en sacramento de salvación.
            Por Jesucristo, nuestro Señor.
            Amén
Prefacio
Alabanza a Dios por la creación y redención del género humano
En verdad es justo y            necesario, es nuestro deber y            salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre            santo, Dios            todopoderoso y eterno. 
            Pues por medio de tu amado Hijo, eres el creador del género            humano, y también            el autor bondadoso de la nueva creación.
            Por eso, con razón te sirven todas las criaturas, con justicia            te alaban todos            los redimidos, y unánimes te bendicen tus santos.
            Con ellos, también nosotros, a una con los ángeles, cantamos            tu gloria gozosos            diciendo:
Antífona de la Comunión
Acudan al Señor, pongan en él su confianza y no quedarán defraudados.
Oración después de la Comunión
Oremos:
            Te damos gracias, Señor, por habernos alimentado con el Cuerpo            y la Sangre de            tu Hijo y te pedimos que este don tuyo sea para nosotros            fuente inagotable de            vida.
            Por Jesucristo, nuestro Señor.
            Amén.
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Dia 22/01 San Vicente (diácono y mártir, rojo)
Antífona de Entrada
Este santo mártir derramó su sangre por el nombre de Cristo, no temió las amenazas de los jueces y así alcanzó el Reino de los cielos.
Oración Colecta
Oremos:
          Dios todopoderoso y eterno, derrama sobre nosotros tu Espíritu,          para que nuestros          corazones se abrasen en el amor intenso que ayudó a san Vicente          a superar los          tormentos.
          Por nuestro Señor Jesucristo...
          Amén.
Primera Lectura
Llevamos la muerte de Jesús en nuestro cuerpo
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 4, 7-15
Hermanos: Llevamos un          tesoro en vasijas de barro, para que se vea que esta fuerza tan          extraordinaria          proviene de Dios y no de nosotros mismos. Por eso sufrimos toda          clase de          pruebas, pero no nos angustiamos; nos abruman las          preocupaciones, pero no nos          desesperamos; nos vemos perseguidos, pero no desamparados;          derribados, pero no          vencidos.
          Llevamos siempre y por todas partes la muerte de Jesús en          nuestro cuerpo, para          que en este mismo cuerpo se manifieste también la vida de Jesús.          Nuestra vida es          un continuo estar expuestos a la muerte por causa de Jesús, para          que también la          vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. De modo que          la muerte          actúa en nosotros, y en ustedes, la vida.
          Y como poseemos el mismo espíritu de fe que se expresa en aquel          texto de la          Escritura: "Creo, por eso hablo", también nosotros creemos y por          eso          hablamos, sabiendo que aquel que resucitó a Jesús nos resucitará          también a          nosotros con Jesús y nos colocará a su lado con ustedes. Y todo          esto es para          bien de ustedes, de manera que, al extenderse la gracia a más y          más personas,          se multiplique la acción de gracias para gloria de Dios.
          Palabra de Dios.
          Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 33
El Señor me libró de todos mis temores.
Bendeciré al Señor a          todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento          orgulloso del Señor;          que se alegre su pueblo al escucharlo.
          El Señor me libró de todos mis temores.
Proclamemos qué grande          es el Señor y alabemos su nombre. Cuando acudí al Señor, me hizo          caso y me          libró de todos mis temores.
          El Señor me libró de todos mis temores.
Vuélvanse a él y          quedarán radiantes, jamás se sentirán decepcionados. El Señor          siempre escucha          al afligido, de su tribulación lo pone a salvo.
          El Señor me libró de todos mis temores.
A quien teme al Señor,          el ángel del Señor lo salva y cuida. ¡Prueben! Verán qué bueno          es el Señor;          dichoso quien en él confía.
          El Señor me libró de todos mis temores.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
          Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de          ellos es el Reino          de los cielos, dice el Señor.
          Aleluya.
Evangelio
Los llevarán a ustedes ante gobernadores y reyes por mi causa; así darán testimonio de mí ante ellos y ante los paganos
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 10, 17-22
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús          dijo a sus apóstoles:
          "Cuídense de la gente, porque los llevarán a los tribunales, los          azotarán          en las sinagogas, los llevarán ante gobernadores y reyes por mi          causa; así          darán testimonio de mí ante ellos y ante los paganos. Pero,          cuando los enjuicien,          no se preocupen por lo que van a decir o por la forma de          decirlo, porque en ese          momento se les inspirará lo que han de decir. Pues no serán          ustedes los que          hablen, sino el Espíritu de su Padre el que hablará por ustedes.
          El hermano entregará a su hermano a la muerte, y el padre a su          hijo; los hijos          se levantarán contra sus padres y los matarán; todos los odiarán          a ustedes por          mi causa, pero el que persevere hasta el fin, se salvará".
          Palabra del Señor.
          Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Señor, te ofrecemos          llenos de alegría este sacrificio de alabanza, con el que          celebramos el triunfo          de san Vicente, mártir, y nos gozamos al ofrecértelo de poder          merecer su          protección gloriosa.
          Por Jesucristo, nuestro Señor.
          Amén.
Prefacio
El martirio, testimonio y ejemplo
En verdad es justo y          necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y          en todo lugar,          Dios todopoderoso y eterno.
          Porque la sangre del glorioso mártir san Vicente, derramada,          como la de Cristo,          para confesar tu nombre, manifiesta las maravillas de tu poder;          pues en su          martirio, Señor, has sacado fuerza de lo débil, haciendo de la          fragilidad tu          propio testimonio, por Cristo, Señor nuestro.
          Por eso,
          como los ángeles te cantan en el cielo, así nosotros en la          tierra te aclamamos          diciendo sin cesar:
Antífona de Comunión
El que quiera servirme, que me siga, dice el Señor; y donde esté yo, allí también estará mi servidor.
Oración después de la Comunión
Oremos:
          Te suplicamos, Señor, que el celeste alimento que hemos recibido          nos comunique          la misma fortaleza de espíritu que hizo a san Vicente ministro          fiel a tu          servicio y vencedor valiente en el martirio.
          Por Jesucristo, nuestro Señor.
          Amén
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† Meditación diaria
3ª semana. Lunes
JUSTICIA EN LAS PALABRAS Y EN LOS JUICIOS
— Los "pecados de la lengua". Callar cuando no se puede alabar.
— No formar juicios precipitados. El amor a la verdad nos llevará a buscar una información veraz y a contribuir con los medios a nuestro alcance a la veracidad en los medios de comunicación.
— El respeto a la intimidad.
I. Las gentes de corazón sencillo se quedan pasmadas ante los milagros y la predicación del Señor. Otros, ante los hechos más prodigiosos, no quieren creer en la divinidad de Jesús. El Señor acaba de arrojar un demonio –nos dice San Marcos en el Evangelio de la Misa1– y, mientras que la gente se quedó admirada2, los escribas que habían bajado de Jerusalén decían: Tiene a Beelzebul y en virtud del príncipe de los demonios arroja a los demonios. Por falta de buenas disposiciones las obras del Señor son interpretadas como obras del demonio. ¡Todo puede ser confundido si falta rectitud en la conciencia! En el colmo de su obcecación, llegan a decir de Jesús que tenía un espíritu inmundo3. ¡Él que era la misma santidad!
Por amor a Dios y al prójimo, por amor a la justicia, el cristiano debe ser justo también en el decir, en un mundo en que tanto se maltrata con las palabras. "Al hombre se le debe el buen nombre, el respeto, la consideración, la fama que ha merecido. Cuanto más conocemos al hombre, tanto más se nos revela su personalidad, su carácter, su inteligencia y su corazón. Y tanto más nos damos cuenta (...) del criterio con que debemos "medirlo", y qué quiere decir ser justos con él"4. Con frecuencia, el poco dominio de la lengua, "la ligereza en el obrar y en el decir", son manifestaciones de "atolondramiento y de frivolidad"5, de falta de contenido interior y de presencia de Dios. ¡Y cuántas injusticias se pueden cometer al emitir juicios irresponsables sobre el comportamiento de quienes conviven, trabajan o se relacionan con nosotros! El Apóstol Santiago nos dejó escrito que la lengua puede llegar a ser un mundo de iniquidad6.
Toda persona tiene derecho a conservar su buen nombre, mientras no haya demostrado con hechos indignos, públicos y notorios, que no le corresponde. La calumnia, la maledicencia, la murmuración... constituyen grandes faltas de justicia con el prójimo, pues el buen nombre es preferible a las grandes riquezas7, ya que, con su pérdida, el hombre queda incapacitado para realizar una buena parte del bien que podía haber llevado a cabo8. El origen más frecuente de la difamación, de la crítica negativa, de la murmuración, es la envidia, que no sufre las buenas cualidades del prójimo, el prestigio o el éxito de una persona o de una institución.
Murmuran también quienes cooperan a su propagación de palabra, a través de la prensa o de cualquier medio de comunicación, haciendo eco y dando publicidad a hechos o dichos calumniosos comentados al oído; o bien mediante el silencio, por ejemplo cuando se omite la defensa de la persona injuriada, pues el silencio –muchas veces– equivale a una aprobación de lo que se oye; también se puede difamar "alabando", si se rebaja injustamente el bien realizado. En otras ocasiones, comentar rumores infundados es una verdadera injusticia contra la buena fama del prójimo. Cuando la difamación se realiza a través de revistas, periódicos, radio, televisión, etc., aumenta la difusión y, por tanto, la gravedad. Y no solo las personas tienen derecho a su honor y a su fama, sino también las instituciones. La difamación contra estas tiene la misma gravedad que la que se comete contra las personas, y a veces aumenta esta gravedad por las consecuencias que puede tener el desprestigio público de las instituciones desacreditadas9.
Podemos preguntarnos hoy en nuestra oración si en los ambientes en los que se desarrolla nuestra vida (familia, trabajo, amigos...) se nos conoce por ser personas que jamás hablan mal del prójimo, si realmente vivimos en toda ocasión aquel sabio consejo: "cuando no puedas alabar, cállate"10.
II. Debemos pedirle al Señor que nos enseñe a decir lo que conviene, a no pronunciar palabras vanas, a conocer el momento y la medida en el hablar, y saber decir lo necesario y dar la respuesta oportuna; "a no conversar tumultuosamente y a no dejar caer como una granizada, por la impetuosidad en el hablar, las palabras que nos salen al paso"11. Cosa por desgracia frecuente en muchos ambientes.
Nosotros viviremos ejemplarmente este aspecto de la caridad y de la justicia si, con la ayuda de la gracia, mantenemos un clima interior de presencia de Dios a lo largo de nuestra jornada, si evitamos con prontitud los juicios negativos. La justicia y la caridad son virtudes que hemos de vivir, en primer lugar, en nuestro corazón, pues de la abundancia del corazón habla la boca12. Ahí, en nuestro interior, es donde habitualmente debemos tener un clima de comprensión hacia el prójimo, evitando el juicio estrecho y la medida pequeña, pues "muchos, también gentes que se tienen por cristianas (...), imaginan, antes que nada, el mal. Sin prueba alguna, lo presuponen; y no solo lo piensan, sino que se atreven a expresarlo en un juicio aventurado, delante de la muchedumbre"13.
El amor a la justicia ha de llevarnos a no formar juicios precipitados sobre personas y acontecimientos, basados en una información superficial. Es necesario mantener un sano espíritu crítico ante informaciones que pueden ser tendenciosas o simplemente incompletas. Con frecuencia, los hechos objetivos vienen envueltos en opiniones personales; y cuando se trata de noticias sobre la Fe, la Iglesia, el Papa, los Obispos, etcétera, estas noticias, si están dadas por personas sin fe o sectarias, con gran facilidad llegan deformadas en su más íntima realidad.
El amor a la verdad debe defendernos de un cómodo conformismo, y nos llevará a discernir, a huir de las simplificaciones parciales, a dejar a un lado los canales informativos sectarios, a desechar el "se dice", a buscar siempre la verdad y a contribuir positivamente a la buena información de los demás: enviando cartas aclaratorias a la prensa, aprovechando una información parcial o sectaria para hablar con veracidad y sentido positivo de ese tema dentro del círculo de personas en el que se desenvuelve nuestro vivir diario..., y, por supuesto, no colaborando –ni con una sola moneda– al sostenimiento de ese periódico, de esa revista, de ese boletín. Si todos los cristianos actuásemos así, cambiaríamos muy pronto la confusa situación de atropello a la dignidad de las personas que se produce en muchos países.
Comencemos nosotros por ser justos en nuestros juicios, en nuestras palabras, y procuremos que esa virtud se viva a nuestro alrededor, sin permitir la calumnia, la difamación, la maledicencia, por ningún motivo. Una manifestación clara de ser justos y de amor a la verdad es rectificar la opinión –si es necesario, también públicamente– cuando advertimos que, a pesar de nuestra buena intención, nos hemos equivocado o tenemos un nuevo dato que obliga a replantear un juicio anterior.
III. Es un hecho que quien tiene deformada la vista ve deformados los objetos; y quien tiene enfermos los ojos del alma verá intenciones torcidas y oscuras donde solo hay deseos de servir a Dios, o bien verá defectos que en realidad son propios. Ya aconsejaba San Agustín: "procurad adquirir las virtudes que creáis que faltan en vuestros hermanos, y ya no veréis sus defectos, porque no los tendréis vosotros"14. Pidamos mucho al Señor ver siempre, y en primer lugar, lo bueno, que es mucho, de quienes están con nosotros. Así sabremos disculpar sus errores y ayudarles a superarlos.
Vivir la justicia en las palabras y en los juicios es, también, respetar la intimidad de las personas, protegerla de curiosidades extrañas, no exponer en público lo que debe permanecer en privado, en el ámbito de la familia o de la amistad. Es un derecho elemental que vemos frecuentemente dañado y maltratado. "No costaría trabajo alguno señalar, en esta época, casos de esa curiosidad agresiva que conduce a indagar morbosamente en la vida privada de los demás. Un mínimo sentido de la justicia exige que, incluso en la investigación de un presunto delito, se proceda con cautela y moderación, sin tomar por cierto lo que solo es una posibilidad. Se comprende claramente hasta qué punto la curiosidad malsana por destripar lo que no solo no es un delito, sino que puede ser una acción honrosa, deba calificarse como perversión.
"Frente a los negociadores de la sospecha, que dan la impresión de organizar una trata de la intimidad, es preciso defender la dignidad de cada persona, su derecho al silencio. En esta defensa suelen coincidir todos los hombres honrados, sean o no cristianos, porque se ventila un valor común: la legítima decisión a ser uno mismo, a no exhibirse, a conservar en justa y pudorosa reserva sus alegrías, sus penas y dolores de familia"15.
""Sancta Maria, Sedes Sapientiae" —Santa María, Asiento de la Sabiduría. —Invoca con frecuencia de este modo a Nuestra Madre, para que Ella llene a sus hijos, en su estudio, en su trabajo, en su convivencia, de la Verdad que Cristo nos ha traído"16.
1 Mc 3, 22-30. — 2 Cfr. Lc 11, 14. — 3 Mc 3, 30. — 4 Juan Pablo II, Alocución 8-XI-1978. — 5 Cfr. San Josemaría Escrivá, Camino, n. 17. — 6 Sant 3, 6. — 7 Prov 22, 1. — 8 Cfr. Santo Tomás, Suma Teológica, 2-2, q. 73, a. 2. — 9 F. Fernández Carvajal, Antología de textos, voz Difamación. — 10 San Josemaría Escrivá, o. c., n. 443. — 11 San Gregorio de Nisa, Homilía I, sobre los pobres que han de ser amados. — 12 Mt 12, 34. — 13 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 67. — 14 San Agustín, Comentario al Salmo 30. — 15 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 69. — 16 ídem, Surco, n. 607.
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22 de enero. 5º Día del Octavario
CRISTO Y LA IGLESIA
— En la Iglesia encontrarnos a Cristo.
— Imágenes y figuras de la Iglesia. Cuerpo místico de Cristo.
— La Iglesia es una comunión de fe, de sacramentos y de régimen. La Comunión de los Santos.
I. La misión de Cristo no terminó con su Ascensión a los Cielos. Jesús no es solo un personaje histórico que nació, vivió, murió y resucitó para ser exaltado a la diestra de Dios Padre, sino que vive actualmente entre nosotros de un modo real, aunque misterioso.
Ante el peligro de que los primeros cristianos viviesen del solo recuerdo histórico de aquel Jesús que muchos de ellos "habían visto", y ante la situación de otros que parecían vivir solamente pendientes de la nueva venida de Cristo, que ellos juzgaban inminente, el autor de la Carta a los Hebreos escribió: Jesucristo es el mismo ayer y hoy, y por los siglos1. Aunque los Apóstoles y los primeros guías de la fe mueran y no puedan dar testimonio directo de su fe, queda a los fieles un Maestro y un Guía que no morirá nunca, que vive para siempre coronado de gloria. Los hombres desaparecen; Cristo queda eternamente con nosotros. Él existió ayer con los hombres, en un pasado histórico concreto; vive hoy en los Cielos, a la diestra del Padre, y está hoy a nuestro lado, dándonos continuamente la Vida a través de los sacramentos, acompañándonos de modo real en las vicisitudes de nuestro caminar. La Humanidad Santísima de Cristo fue asumida solo por un tiempo determinado; la Encarnación fue decretada desde la eternidad, y el Hijo de Dios, nacido de María Virgen en el tiempo y en la historia, en los días de César Augusto, permanece hombre para siempre, con un cuerpo glorioso en el cual resplandecen las señales de la Pasión2.
Cristo vive resucitado y glorioso en el Cielo y, de forma misteriosa pero real, en su Iglesia, que no es un movimiento religioso inaugurado por su predicación, sino que dice relación a la propia Persona de Jesús. La Iglesia nos hace presente a Cristo; es en Ella donde lo encontramos.
La grandeza de la Iglesia está precisamente en esa íntima relación con Jesús; por eso, es un misterio no abarcable con palabras. Ningún lenguaje humano es capaz de expresar su insondable riqueza, que toma origen en la misma Persona de Jesús y tiene como finalidad perpetuar su presencia salvadora entre nosotros. Más aún, la misión única de la Iglesia consiste en hacer presente a Cristo, que se fue a los Cielos, pero anunció que estaría con nosotros todos los días hasta la consumación de los siglos3, y conducirnos hasta Él. Afirma el Concilio Vaticano II que Él es el autor de la salvación y el principio de paz y de unión, y constituyó a la Iglesia "a fin de que fuera para todos y para cada uno el sacramento visible de esta unidad salvadora"4.
II. Señalaba Pablo VI que es decisivo para quienes seguimos a Cristo conocer la naturaleza de la Iglesia. "Y este conocimiento es tanto más importante, especialmente para nosotros católicos, cuanto que tantos errores, tantas ideas inexactas, tantas opiniones particulares circulan en las discusiones de nuestro tiempo". ¡Cuánta ignorancia, cuánto error! Muchos olvidan o desconocen que "la Iglesia es un misterio, no solo en el sentido de la profundidad de su vida, sino en el sentido también de que es una realidad no tanto humana e histórica y visible, cuanto divina y superior a nuestra natural capacidad de conocer"5.
La Sagrada Escritura muestra su naturaleza mediante diversas figuras que se complementan. Todas tienen como centro a Jesucristo y giran en torno a la unidad: es como un redil, cuya puerta es Cristo; rebaño, que tiene como Buen Pastor a Jesús, que nunca lo dejará en manos del enemigo o sin pastos; campo y viña del Señor; edificio, cuya piedra angular es Cristo, que tiene como cimiento a los Apóstoles y en el que los fieles realizan la función de piedras vivas. La Iglesia, llamada también Jerusalén de arriba y Madre nuestra, es descrita igualmente como esposa inmaculada6. Como explica San Pablo a los primeros cristianos de Corinto, la Iglesia es el Cuerpo Místico de Cristo7. A través de esta imagen se expresa con claridad cómo la Iglesia pertenece a Cristo y está unida a Él. Entre Jesús y la Iglesia, entre Jesús y los cristianos se establece una corriente de vida que los hace inseparables8. Por la unión vital e íntima entre Cristo y la Iglesia se pueden afirmar realidades que tomadas al pie de la letra solo pueden aplicarse a la Iglesia, y viceversa. Así, puede decirse que Cristo es perseguido cuando la Iglesia es perseguida9, que Cristo es amado cuando son amados los miembros de su Cuerpo, que se niega a Cristo cuando no se quiere ayudar a los fieles10. También podemos decir que "la pasión expiatoria de Cristo se renueva y en cierto modo se continúa y se completa en el Cuerpo místico, que es la Iglesia... Con razón, pues, Jesucristo, que padece todavía en su Cuerpo místico, desea tenernos por socios en la expiación, y esto lo exige también nuestra situación en Él; porque siendo como somos Cuerpo místico de Cristo, es necesario que aquello que padece la cabeza lo padezcan con ella los miembros"11. Se trata, pues, de una unión estrechísima y misteriosa.
Esta unión no impide que cada fiel tenga su propio ser, su propia personalidad. El yo individual de cada hombre no queda anulado al unirse a Cristo, ni tampoco el ser propio de la Iglesia, aunque sea configurado y vivificado por Él. Los fieles creyentes reciben del Señor la misma vida de la gracia; y esta participación de la vida divina configura la unión entre ellos. La íntima comunión de los fieles abarca tanto el aspecto interior, espiritual e invisible como el carácter externo y visible de la Iglesia. "Si la Iglesia es un cuerpo –explicaba Pío XII–, necesariamente ha de ser uno e indiviso; según aquello de San Pablo: Muchos formamos un solo cuerpo (Rom 7, 5). Y no solamente debe ser uno e indiviso, sino también algo concreto y claramente visible (...). Por lo cual se apartan de la verdad divina aquellos que se forjan una imagen de la Iglesia de tal manera, que no pueda ni tocarse ni verse, siendo solamente un ser "neumático", como dicen, en el que muchas comunidades de cristianos, aunque separadas mutuamente en la fe, se junten, sin embargo, por un lazo invisible. Mas el cuerpo necesita también multitud de miembros, que de tal manera estén trabados entre sí, que mutuamente se auxilien"12.
III. La unidad de los fieles que forman el Cuerpo místico de Cristo está constituida por una comunión de fe, de sacramentos y de jerarquía, cuyo centro es el Papa.
La Iglesia es una comunión de fe, es decir, está formada por todos los bautizados, que han recibido una misma llamada de Dios y han correspondido con generosidad a esa llamada divina. Como consecuencia, confiesan la misma doctrina y están unidos por la misma vida divina que les comunica el Bautismo. Esta íntima unión, que brota de la fe, abraza conjuntamente la doctrina y la vida. En la antigüedad, cuando un bautizado se separaba de la doctrina o de la vida profesada y vivida por todos en la Iglesia, se le consideraba como ex-comulgado, esto es, que había roto la común-unión de todos. Después pasó a ser un acto de la autoridad de la Iglesia por el que se consideraba a alguien fuera de la Iglesia, en casos extremos y especialmente graves.
En el Cuerpo místico de Cristo existe también una comunión de bienes espirituales, en los que se participa principalmente a través de los sacramentos. Por ellos se da a los fieles la vida divina, se les alimenta y fortalece. La Sagrada Eucaristía es la cima de la vida de la Iglesia, pues en ella se da la Comunión en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo, se alcanza la unión más íntima entre Cristo y sus discípulos y, al mismo tiempo, se refuerza la unión entre todos los que componen la Iglesia. La Sagrada Eucaristía es "la fuente y el culmen de la vida cristiana"13.
La Iglesia es también una comunión de mutuas ayudas sobrenaturales. En ella se da una gran variedad y pluralidad de carismas y vocaciones, ordenadas a la unidad y bajo una misma jerarquía, cuyo centro es el Papa, sin el cual no puede subsistir la unión de una misma fe.
La unidad de la Iglesia tiene su concreción en la Comunión de los Santos. Este dogma expresa la unión de los cristianos entre sí, pues si padece un miembro, todos los miembros padecen con él; y si un miembro es honrado, todos los otros a una se gozan14. "La interdependencia de los cristianos unidos a Cristo por la caridad sacramental se organiza a distancia. Da a cada uno los tesoros de todos los demás, y a los demás los tesoros de cada uno"15. Todos nos necesitamos, todos nos podemos ayudar; de hecho, nos estamos beneficiando continuamente de los bienes espirituales de la Iglesia. Nuestra oración, el ofrecimiento del trabajo, de las pequeñas incomodidades que traerá el día de hoy, pueden ayudar eficazmente a tantos hermanos que están en camino de la fe y a quienes, estando cerca, no tienen aún la plena comunión. La consideración de esta eficaz ayuda que prestamos a otros nos debe alentar a cumplir acabadamente los deberes más pequeños y a darles un sentido sobrenatural, presentándolos al Señor como una ofrenda, pues "de la misma manera que en un cuerpo natural la actividad de cada miembro repercute en beneficio de todo el conjunto, así también ocurre con el cuerpo espiritual que es la Iglesia: como todos los fieles forman un solo cuerpo, el bien producido por uno se comunica a los demás"16. Esto nos debe animar a prestar ayuda a otros a través de la oración y del cumplimiento fiel del trabajo profesional. Un día, admirados, podremos contemplar en Dios el bien tan grande que hicimos a muchos cristianos y a la Iglesia entera desde nuestro despacho, la cocina, el quirófano o la besana. No dejemos que se pierda una sola hora de labor, una contrariedad o una larga espera. Todo lo podemos convertir en gracia y vivificar así, unidos a Cristo, todo su Cuerpo místico.
Señor, mira complacido a tu pueblo y derrama sobre él los dones de tu Espíritu, para que crezca sin cesar en el amor a la verdad y busque, en la doctrina y en la práctica, la perfecta unidad de los cristianos17.
1 Heb 13, 8. — 2 Cfr. Sagrada Biblia, Epístola a los Hebreos, EUNSA, Pamplona 1987, nota a Heb 13, 8. — 3 Mt 28, 20. — 4 Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, 9. — 5 Pablo VI, Alocución 27-IV-1966. — 6 Cfr. Conc. Vat. II, loc. cit., 6. — 7 Cfr. 1 Cor 12, 12-17. — 8 Cfr. Conc. Vat. II, loc. cit., 7. — 9 Cfr. Hech 9, 5. — 10 Cfr. Mt 25, 35-45. — 11 Pío XI, Enc. Miserentissimus Redemptor, 8-V-1928. — 12 Pío XII, Enc. Mystici Corporis, 29-VI-1943, 7. — 13 Cfr. Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, 11; Decr. Presbyterorum ordinis, 5. — 14 1 Cor 12, 26. — 15 Ch. Journet, Teología de la Iglesia, Desclée de Brouwer, Bilbao 1960, p. 252. — 16 Santo Tomás, Sobre el Credo, en Escritos de catequesis, Rialp, Madrid 1975, p. 99. — 17 Misal Romano, Misa por la unidad de los cristianos, Cielo C. Oración colecta.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
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Fuente: ACI          Prensa 
          Laura Vicuña, Beata Virgen Adolecente, Enero 22   
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Ella ofreció su vida a Dios para que su madre no continuara en pecado mortal: en convivencia con un hombre casado por iglesia y separado. Dios la aceptó. Su madre se arrepintió y se salvó del infierno eterno.
Recemos para que la gente comprenda lo grave que es el adulterio, sobre todo en divorciados en nueva unión. ___________________________________________________________________________________________
San Vicente
          Mártir
          Año 304
San Vicente:          ¡que nos consigas del cielo la gracia de Dios 
          que nos vuelva muy valientes para proclamar nuestra fe!
Vicente significa: "Vencedor,          victorioso".
San Vicente era un diácono español, y su martirio se hizo tan famoso que San Agustín le dedicó cuatro sermones y dice de él que no hay provincia donde no le celebren su fiesta. Roma levantó tres iglesias en honor de San Vicente y el Papa San León lo estimaba muchísimo. El poeta Prudencio compuso en honor de este mártir un himno muy famoso.
Era diácono o ayudante del obispo de Zaragoza, San Valerio. (Diácono es el grado inmediatamente inferior al sacerdocio). Como el obispo tenía dificultades para hablar bien, encargaba a Vicente la predicación de la doctrina cristiana, lo cual hacía con gran entusiasmo y consiguiendo grandes éxitos por su elocuencia y su santidad.
El emperador Diocleciano decretó la persecución contra los cristianos, y el gobernador Daciano hizo poner presos al obispo Valerio y a su secretario Vicente y fueron llevados prisioneros a Valencia. No se atrevieron a juzgarlos en Zaragoza porque allí la gente los quería mucho. En la cárcel les hicieron sufrir mucha hambre y espantosas torturas para ver si renegaban de la religión. Pero cuando fueron llevados ante el tribunal, Vicente habló con tan grande entusiasmo en favor de Jesucristo, que el gobernador regañó a los carceleros por no haberlo debilitado más con más atroces sufrimientos. Les ofrecieron muchos regalos y premios si dejaban la religión de Cristo y se pasaban a la religión pagana. El obispo encargó a Vicente para que hablara en nombre de los dos, y éste dijo: "Estamos dispuestos a padecer todos los sufrimientos posibles con tal de permanecer fieles a la religión de Nuestro Señor Jesucristo". Entonces el perseguidor Daciano desterró al obispo y se dedicó a hacer sufrir a Vicente las más espantosas torturas para tratar de hacerlo abandonar su santa religión.
El primer martirio fue un tormento llamado "el potro", que consistía en amarrarles cables a los pies y a las manos y tirar en cuatro direcciones distintas al mismo tiempo. Este tormento hacía que se desanimaran todos los que no fueran muy valientes. Pero Vicente, fiel a su nombre, que también significa "valeroso", aguantó este terrible suplicio rezando y sin dejar de proclamar su amor a Jesucristo.
El segundo tormento fue apalearlo. El cuerpo de Vicente quedó masacrado y envuelto en sangre. Pero siguió declarando que no admitía más dioses que el Dios verdadero, ni más religión sino la de Cristo. El mismo jefe de los verdugos se quedó admirado ante el valor increíble de este mártir.
Entonces el gobernador le pidió que ahora sí le dijera dónde estaban las Sagradas Escrituras de los cristianos para quemarlas. Vicente dijo que prefería morir antes que decirle este secreto.
Y vino el tercer tormento: la parrilla al rojo vivo. Lo extendieron sobre una parrilla calientísima erizada de picos al rojo vivo. Los verdugos echaban sal a sus heridas y esto le hacía sufrir mucho más. Y en todo este feroz tormento, Vicente no hacía sino alabar y bendecir a Dios.
San Agustín dice: "El que sufría era Vicente, pero el que le daba tan grande valor era Dios. Su carne al quemarse le hacía llorar y su espíritu al sentir que sufría por Dios, le hacía cantar". Si no hubiera sido porque Nuestro Señor le concedió un valor extraordinario, Vicente no habría sido capaz de aguantar tantos tormentos. Pero Dios cuando manda una pena, concede también el valor para sobrellevarla.
El tirano mandó que lo llevaran a un oscuro calabozo cuyo piso estaba lleno de vidrios cortantes y que lo dejaran amarrado y de pie hasta el día siguiente para seguirlo atormentando para ver si abandonaba la religión de Cristo. El poeta Prudencio dice: "El calabozo era un lugar más negro que las mismas tinieblas; un covacho que formaban las estrechas piedras de una bóveda inmunda; era una noche eterna donde nunca penetraba la luz".
Interviene Dios. Pero a medianoche el calabozo se llenó de luz. A Vicente se le soltaron las cadenas. El piso se cubrió de flores. Se oyeron músicas celestiales. Y una voz le dijo: "Ven valeroso mártir a unirte en el cielo con el grupo de los que aman a Nuestro Señor". Al oír este hermoso mensaje, San Vicente se murió de emoción. el carcelero se convirtió al cristianismo, y el perseguidor lloró de rabia al día siguiente al sentirse vencido por este valeroso diácono.
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Fuente:          www.caminando-con-jesus.org 
          Valero (Valerio), Santo Obispo de Zaragoza, Enero 22   
              
 Obispo de Zaragoza Martirologio Romano: Conmemoración de san Valerio o                    Valero, obispo de Zaragoza, en la Hispania                    Tarraconense (hoy España), que tomó parte en el primer                    Concilio de Illiberis y, conducido a Valencia junto                    con san Vicente, murió en el destierro (305/315).  |           
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Fuente:          Vatican.va 
          Ladislao Batthyány-Strattmann, Beato Médico Laico, 22 de          enero   
              
 Médico Laico Martirologio Romano: En Viena, capital de Austria,                    beato Ladislao Batthyány-Strattmann, que, siendo padre                    de familia, dio testimonio del Evangelio con la                    santidad de su vida y de sus obras, tanto en el                    ambiente familiar como en la sociedad civil. Honró                    como cristiano el nombre y la dignidad de médico,                    entregado con toda caridad a cuidar a los enfermos,                    para los cuales fundó un hospital en el que solamente                    acogía a los pobres y miserables, dejando de lado todo                    género de vanidad (1931).  |           
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|                Guillermo José Chaminade, Beato  |           
Presbítero y            Fundador
            del Instituto de las Hijas de María Inmaculada y la Sociedad            de María
Martirologio            Romano: En la            ciudad de Burdeos, en Francia, beato Guillermo José Chaminade,            presbítero, que            trabajó audazmente con gran celo pastoral durante los tiempos            de persecución y            deseoso de atraer a los laicos a la devoción a la Santísima            Virgen María, y            para favorecer las Misiones, fundó el Instituto de las Hijas            de María            Inmaculada y la Sociedad de María (1850).
          
          Etimología: Guillermo = Aquel que es un protector            decidido, es de            origen germánico.
          
          Nació en Périgueux (Francia) en 1761: era el décimo cuarto hijo          de una familia          profundamente cristiana, que tuvo la alegría de ver cuatro hijos          sacerdotes. En          1771 ingreso al Seminario Menor de Moussidan, donde, cuatro años          más tarde,          hace votos privados de pobreza, castidad y obediencia. Recibió          la Ordenación          sacerdotal en 1785. 
          
          En 1790, después del inicio de la Revolución Francesa, se          transfirió para          Bordéus y allí pasó la mayor parte de su vida. En 1791 se negó a          jurar la          Constitución Civil del Clero y ejerció el ministerio sacerdotal          clandestinamente, poniendo su vida en continuo peligro. En este          período conoce          a la Venerable María Teresa Charlotte de Lamourous (1754-1836),          que se tornó          una de sus más estrechas colaboradoras y que él ayudó a fundar          la Obra de          Misericordia de Bordéus para la protección de las jóvenes. En          1795 se dedico a          acoger en la diócesis a sacerdotes que, habiendo hecho el          juramento          constitucional, deseaban reconciliarse con la Iglesia. Atendió          en este ministerio          cerca de cincuenta sacerdotes. 
          
          En 1797 se vio obligado a huir para Zaragoza (España), donde          permaneció durante          tres años. Allí, junto a la Virgen del Pilar, forjó sus          convicciones          mariano-apostólicas y recibió la inspiración de fundar una          familia de laicos y          religiosos a la Virgen María. 
          
          En Noviembre de 1800 regreso a Bordéus e intento reorganizar          sobre bases nuevas          la Congregación Mariana, para ser una institución laical que          después, en 1810,          se tornó el Primer Instituto Secular del Mundo. Se esforzó por          dar a sus          miembros una sólida formación religiosa y orientarlos para          objetivos          apostólicos bien precisos, exhortándolos a ofrecer a la sociedad          indiferente y          descristianizada el ejemplo de un pueblo de santos, como          hicieran los          cristianos de la Iglesia primitiva. Esta Congregación fue la          base de su          incansable actividad evangelizadora, orientada para la          cristianización de          Francia. Chaminade fue considerado un precursor de la          participación activa de          los laicos en la vida de la Iglesia. En estos años cuidó también          de la          reorganización de la diócesis de Bazas, de la cual fue nombrado          Administrador          Apostólico. 
          
          En 1801 la Santa Sede lo nombró misionero apostólico, lo que le          constituyo la          confirmación oficial de sus instituciones sobre la Iglesia de          ese nuevo tiempo.          El Padre Chaminade concibió su ministerio y la Congregación          Mariana, como una          misión permanente y estable, orientada para la formación en la          fe, con nuevos          métodos y trabajando en íntima alianza con María. 
          
          En 1816, juntamente con la venerable Adèle de Batz de          Trenquelléon (1789-1828),          fundo en Agen el Instituto de las Hijas de María Inmaculada y,          en el año          siguiente, en Bordéus, la Compañía de María. Sus primeros          miembros, que con el          tiempo se llamarían marianistas, eran congregados marianos,          mujeres y hombres,          que querían responder al Señor con una entrega más radical, como          prolongando su          compromiso bautismal y su consagración a la Virgen María. 
          
          Los dos Institutos se desenvolvieron rápidamente en Francia y,          en 1839,          recibieron el "decretum laudis" del Papa Gregorio XVI. Dado que          la          educación era una necesidad prioritaria en esta época, las dos          ramas de Marianistas          se dedicaron a las escuelas primarias, secundarias y de artes y          oficios,          uniendo la educación moral a la formación en la fe. Nacerán así          mismo algunas          escuelas, más la Revolución de 1830 hizo que no prosperasen. 
          
          Entre tanto, el Padre Chaminade se dedico especialmente a          redirigir las          Constituciones y escribir importantes circulares sobre la          Congregación –          Alianza con María y la vida religiosa marianista. Las          comunidades y las obras          continuaban creciendo en Francia, después en Suiza (1839) y en          los Estados          Unidos de América (1849). A partir de 1836 las hijas de María          inmaculada,          pusieron en práctica el deseo de su fundadora, fallecida en          1828, crearon          escuelas rurales en el Sur este de Francia, aseguraron así mismo          la instrucción          y educación cristiana de las jóvenes y la promoción de la mujer.          
          
          Los últimos diez años de su vida constituyeron para él un          período de dura          prueba: dificultades en la salud, problemas financieros,          defección de algunos          discípulos, incomprensión y desconfianzas, obstáculos en el          ejercicio de su misión          de fundador. Más todo fue enfrentado con gran confianza en          María, fiel a su          conciencia y a la Iglesia, repleto de fe y de caridad. Murió en          paz, rodeado de          muchos de sus hijos, junto a la capilla de la Magdalena en          Bordéus, el día 22          de Enero de 1850.
          
          Fue beatificado por S.S. Juan Pablo II el 3 de septiembre de          2000 en Burdeos,          Francia. 
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Fuente:          palotinos.net 
          Vicente Pallotti, Santo Presbítero y Fundador, Enero 22          
              
 Presbítero y Fundador Martirologio                    Romano: En Roma, san Vicente Pallotti,                    presbítero, fundador de la Sociedad del Apostolado                    Católico, que con sus escritos y actividades fomentó                    la vocación de todos los bautizados en Cristo para                    trabajar a favor de la Iglesia (1850). "                  !Dios mío!" 
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Fuente:          ar.geocities.com/misa_tridentina01 
          Anastasio (Magundat), Santo Mártir, Enero 22   
              
 Mártir Martirologio Romano: En Sergiopolis, ciudad de                    Persia (hoy Irán), pasión de san Anastasio, monje y                    mártir, que, después de muchos tormentos que sufrió en                    la ciudad de Cesarea de Palestina, fue estrangulado y                    degollado junto a un río por orden del rey de los                    persas, Cosroes, después de haber presenciado la                    muerte de setenta compañeros (628).  |           
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|                Domingo de Sora, Santo  |           
Domingo de Sora, Santo
Abad
Martirologio            Romano: En Sora,            ciudad del Lacio (hoy Italia), santo Domingo, abad, que fundo            algunos monasterios            en diversas partes de Italia y, con su anhelo de reforma,            condujo a otros a una            vida regular (1031).
          
          En los archivos de Foligno de Etruria, ciudad natal de Santo          Domingo, se afirma          que existe la costumbre de invocar su protección contra los          rayos, pero no se          indica cuál es el origen de esta práctica. 
          
          Tal vez se trata de algún incidente ocurrido en los primeros          años de la vida de          Santo Domingo, ya que los documentos sólo hablan de él, a partir          del momento en          que tomó el hábito. 
          
          Domingo consagró toda su actividad a la fundación de iglesias y          monasterios          benedictinos en varias partes de Italia; en Scandrilia, Soya,          Sangro y otras          ciudades. 
          
          Según parece, en cada nuevo monasterio nombraba a un abad, de          suerte que          quedaba libre para recomenzar su tarea en otro sitio. En los          intervalos entre          las diferentes fundaciones, Santo Domingo se consagraba a la          oración, hasta que          Dios le daba a conocer el sitio donde quería que fundase el          próximo monasterio.          
          
          En medio de esta vida tan ocupada, el santo encontraba todavía          tiempo para          trabajar con las almas, y más de una vez el cielo ratificó con          sorprendentes          milagros sus esfuerzos por la conversión de los pecadores. Un          monje llamado          Juan, discípulo y constante compañero suyo, nos ha dejado una          narración de dichos          milagros, de algunos de los cuales fue probablemente testigo          ocular. 
          
          Santo Domingo murió en 1031, a los ochenta años de edad, en          Sora.
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Fuente:          Martirologio Romano 
          Otros Santos y Beatos Completando santoral de este día,          Enero 22   
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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