JMJ
Pax
†              Lectura del santo Evangelio según san Juan (1, 35-42) 
            Gloria a              ti, Señor.
            
            En aquel tiempo, estaba Juan el Bautista con dos de sus            discípulos, y fijando            los ojos en Jesús, que pasaba, dijo: "Este es el Cordero de            Dios". Los dos            discípulos, al oír estas palabras, siguieron a Jesús. El se            volvió hacia ellos,            y viendo que lo seguían, les preguntó: "¿Qué buscan?" Ellos le            contestaron:            "¿Dónde vives, Rabí?" (Rabí significa 'maestro'). El les dijo:            "Vengan a ver". 
            Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con él ese día.            Eran como las cuatro            de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los            dos que oyeron lo            que Juan el Bautista decía y siguieron a Jesús. El primero a            quien encontró Andrés,            fue a su hermano Simón, y le dijo: "Hemos encontrado al            Mesías" (que quiere            decir 'el ungido'). Lo llevó a donde estaba Jesús y éste,            fijando en él la mirada,            le dijo: "Tú eres Simón, hijo de Juan. Tú te llamarás Kefás"            (que significa Pedro,            es decir, 'roca'). 
            Palabra                del Señor. 
              Gloria a ti,              Señor Jesús.
            Suplicamos              tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería            posible sin tus oraciones: al            menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te            salve María,            llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres            entre todas las            mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa            María, Madre de Dios,            ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra            muerte. Amén.            ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa! 
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.
El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk
El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu
El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc
Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?
Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).
Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?
Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).
† Misal
Antífona              de Entrada
            
            Una luz se levanta en las tinieblas para los hombres de            corazón rec el Dios            clemente, justo y compasivo. 
            
            Oración Colecta
            
            Oremos:
            Ilumina, Señor, a tus hijos, y haz arder nuestros corazones            con el esplendor de            tu gloria, para que conozcamos cada vez más a nuestro salvador            y podamos amarlo            e imitarlo. 
            Por nuestro Señor Jesucristo…
            Amén.
            
            Primera Lectura
            Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (3, 7-10)            
            
            Hijos míos: No dejen que nadie los engañe. Quien practica la            santidad es santo,            como Cristo es santo. Quien vive pecando, se deja dominar por            el diablo, ya que            el diablo es pecador desde el principio. 
            Pues bien, para eso se encarnó el Hijo de Dios: para deshacer            las obras del            diablo. Ninguno que sea hijo de Dios sigue cometiendo pecados,            porque el germen            de vida que Dios le dio permanece en él. No puede pecar,            porque ha nacido de            Dios. 
            En esto se distinguen los hijos de Dios de los hijos del            diablo: todo aquel que            no practica la santidad, no es de Dios; tampoco es de Dios el            que no ama a su            hermano. 
            Palabra de Dios. 
            Te alabamos, Señor.
            
            Salmo Responsorial              Salmo 97
            
            Toda la tierra ha visto al Salvador. 
            
            Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su            diestra y su            santo brazo le han dado la victoria.
            
            Toda la tierra ha visto al Salvador.
            
            Alégrense el mar y el mundo submarino, el orbe y todos los que            en él habitan.            Que los ríos estallen en aplausos y las montañas salten de            alegría.
            
            Toda la tierra ha visto al Salvador.
            
            Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar el            orbe. Justicia y            rectitud serán las normas con las que rija a todas las            naciones.
            
            Toda la tierra ha visto al Salvador.
            
            Aclamación antes del              Evangelio
            
            Aleluya, aleluya. 
            En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios en el            pasado a nuestros            padres, por boca de los profetas. Ahora, en estos tiempos, nos            ha hablado por            medio de su Hijo. 
            Aleluya. 
            
            Evangelio
            † Lectura del santo              Evangelio según san              Juan (1, 35-42) 
            Gloria a ti, Señor.
            
            En aquel tiempo, estaba Juan el Bautista con dos de sus            discípulos, y fijando            los ojos en Jesús, que pasaba, dijo: "Este es el Cordero de            Dios". Los dos            discípulos, al oír estas palabras, siguieron a Jesús. El se            volvió hacia ellos,            y viendo que lo seguían, les preguntó: "¿Qué buscan?" Ellos le            contestaron:            "¿Dónde vives, Rabí?" (Rabí significa 'maestro'). El les dijo:            "Vengan a ver". 
            Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con él ese día.            Eran como las            cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de            los dos que            oyeron lo que Juan el Bautista decía y siguieron a Jesús. El            primero a quien            encontró Andrés, fue a su hermano Simón, y le dijo: "Hemos            encontrado al            Mesías" (que quiere decir 'el ungido'). Lo llevó a donde            estaba Jesús y éste,            fijando en él la mirada, le dijo: "Tú eres Simón, hijo de            Juan. Tú te llamarás            Kefás" (que significa Pedro, es decir, 'roca'). 
            Palabra                del Señor. 
              Gloria a ti,              Señor Jesús.
            
            Oración sobre las              Ofrendas
            
            Recibe, Señor, con bondad las ofrendas de tu pueblo y            concédenos que, las            realidades que creemos por la fe, las consigamos por este            sacramento celestial.            
            Por Jesucristo, nuestro Señor. 
            Amén.
            
            Prefacio de Navidad I
            Cristo es luz
            
            El Señor esté con ustedes.
            Y con tu espíritu.
            Levantemos el corazón.
            Lo tenemos levantado hacia el Señor.
            Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
            Es justo y necesario.
            
            En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación            darte gracias            siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso            y eterno. 
            Porque gracias al misterio 
            de la Palabra hecha carne, la luz de tu gloria brilló ante            nuestros ojos con            nuevo resplandor, para que, conociendo a Dios visiblemente, Él            nos lleve al            amor de lo invisible. 
            Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los            coros celestiales,            cantamos sin cesar el himno de tu gloria: 
            Santo, Santo, Santo…
            
            Antífona de la Comunión
            Dios envió al mundo a su Hijo único, para darnos vida por            medio de él. 
            
            Oración después de la              Comunión
            
            Oremos: Señor Dios, que nos unes a ti por la participación de            este sacramento,            concédenos obtener toda su eficacia para que así, la recepción            de este don tuyo            nos haga más dignos de seguirlo recibiendo. 
            Por Jesucristo, nuestro Señor. 
            Amén.
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Dia 4/01 San Rigoberto (obispo, blanco)
Antífona de Entrada
Cuidaré de mis ovejas, dice el Señor, y les buscaré un pastor que las apaciente, y yo, el Señor, seré su Dios.
Oración Colecta
Oremos:
            Dios todopoderoso y eterno, que confiaste al obispo san            Rigoberto el cuidado            pastoral de tu pueblo santo, concédenos, por su intercesión,            tu perdón y tu            gracia.
            Por nuestro Señor Jesucristo...
            Amén.
Primera Lectura
Dios hablaba ya de aniquilados; pero Moisés, su elegido, se puso en la brecha frente a él para apartar su cólera del exterminio
Lectura del libro del Exodo 32, 7-14
En aquellos días dijo            el Señor a Moisés:
            "Anda, baja del monte, que se ha pervertido tu pueblo, el que            tú sacaste            de Egipto. Pronto se han desviado del camino que yo les había            señalado. Se han            hecho un toro de metal, se postran ante él, le ofrecen            sacrificios y proclaman:            "Este es tu Dios, Israel, el que te sacó de Egipto"".
            Y el Señor añadió a Moisés:
            "Veo que este pueblo es un pueblo de dura cerviz. Por eso            déjame: mi ira            se va a encender contra ellos hasta consumirlos. Y de ti haré            un gran            pueblo".
            Entonces Moisés suplicó al Señor su Dios:
            "¿Por qué, Señor, se va a encender tu ira contra tu pueblo,            que tú sacaste            de Egipto con gran poder y mano robusta? ¿Tendrán que decir            los egipcios:            "Con mala intención los sacó para hacerlos morir en las            montañas y exterminarlos            de la superficie de la tierra?" Aleja el incendio de tu ira,            arrepiéntete            de la amenaza contra tu pueblo. Acuérdate de tus siervos            Abrahán, Isaac y            Jacob, a quienes juraste por ti mismo diciendo: "Multiplicaré            su            descendencia como las estrellas del cielo, y toda esta tierra            de que he hablado            se la daré a su descendencia para que la posea por siempre"".
            Y el Señor se arrepintió de la amenaza que había pronunciado            contra su pueblo.
            Palabra de Dios.
            Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 22
El Señor es mi pastor, nada me falta.
El Señor es mi pastor,            nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce            hacia fuentes            tranquilas y repara mis fuerzas.
            El Señor es mi pastor, nada me falta.
Me guía por el sendero            justo, por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas            oscuras, nada temo,            porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan.
            El Señor es mi pastor, nada me falta.
Preparas una mesa ante            mí enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y            mi copa rebosa.
            El Señor es mi pastor, nada me falta.
Tu bondad y tu            misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y            habitaré en la casa del            Señor por años sin término.
            El Señor es mi pastor, nada me falta.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
            Dios mismo estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, y            a nosotros nos ha            confiado el mensaje de reconciliación.
            Aleluya.
Evangelio
Por tu palabra, echaré las redes
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 5, 1-11
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, la            gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de            Dios, estando él a            orillas del lago de Genesaret; y vio dos barcas que estaban            junto a la orilla:            los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las            redes. Subió a una de            las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de            tierra. Desde la            barca, sentado, enseñaba a la gente. Cuando acabó de hablar,            dijo a Simón:
            "Rema lago, adentro y echen las redes para pescar".
            Simón contestó:
            "Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido            nada; pero,            por tu palabra, echaré las redes".
            Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande,            que reventaba la            red. Hicieron señas a los socios de la otra barca, para que            vinieran a echarles            una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que            casi se hundían. Al            ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús, diciendo:
            "Apártate de mí, Señor, que soy un pecador".
            Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que            estaban con él, al            ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les            pasaba a Santiago y            Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
            Jesús dijo a Simón:
            "No temas: desde ahora, serás pescador de hombres".
            Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo            siguieron.
            Palabra del Señor.
            Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Mira, Señor, con            bondad las ofrendas que te presentamos en la fiesta del obispo            san Rigoberto,            para que nos obtengan tu perdón y glorifiquen así tu santo            nombre.
            Por Jesucristo, nuestro Señor.
            Amén.
Prefacio
Los santos pastores siguen presentes en la Iglesia
En verdad es justo y            necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre            y en todo lugar,            Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo,            Señor nuestro.
            Porque permites que tu Iglesia se alegre hoy con la festividad            de San            Rigoberto, para animarnos con el ejemplo de su vida,            instruirnos con su palabra            y protegernos con su intercesión.
            Por eso,
            con los ángeles y los santos, te cantamos el himno de alabanza            diciendo sin            cesar:
          
Antífona de la Comunión
No son ustedes los que me han elegido, dice el Señor, soy yo quien los ha elegido, para que vayan y den fruto y ese fruto perdure.
Oración después de la Comunión
Oremos:
            Reanimados por este sacramento, te pedimos, Señor que, a            ejemplo de san            Rigoberto, nos esforcemos en dar testimonio de la fe que él            tuvo y en llevar a            la práctica sus enseñanzas.
            Por Jesucristo, nuestro Señor.
            Amén
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† Meditación diaria
Tiempo            de Navidad
            4 de enero
NATURALIDAD Y SENCILLEZ
— Sencillez y naturalidad de la Sagrada Familia. La sencillez, manifestación externa de la humildad.
— Sencillez y rectitud de intención. Consecuencias de la "infancia espiritual". Sencillos en el trato con Dios, y en el trato con los demás y en la dirección espiritual.
— Lo que se opone a la sencillez. Frutos de esta virtud. Medios para alcanzarla.
I. El Mesías llegó al Templo en brazos de su Madre. Nadie debió reparar en aquel matrimonio joven que llevaba a un niño pequeño para presentarlo al Señor.
Las madres tenían que esperar al sacerdote en la puerta oriental. Allá se fue María, junto con otras mujeres, y aguardó a que le llegara el turno para que el sacerdote tomara en sus brazos al Hijo. A su lado estaba José, dispuesto para pagar el rescate. La ceremonia de la purificación de María y del rescate del Niño del servicio del Templo en nada se diferenciaron exteriormente de lo que solía ocurrir en estas ocasiones.
Toda la vida de María está penetrada de una profunda sencillez. Su vocación de Madre del Redentor se realizó siempre con naturalidad. Aparece en casa de su prima Isabel para ayudarla, para servirla durante aquellos meses; prepara para su Hijo los pañales y la ropa; vive treinta años junto a Jesús, sin cansarse de mirarlo, con un trato amabilísimo, pero con toda sencillez. Cuando en Caná alcanza de su Hijo el primer milagro, lo hace con tal naturalidad que ni siquiera los novios se dan cuenta del hecho portentoso. En ningún momento alardea de especiales privilegios: "María Santísima, Madre de Dios, pasa inadvertida, como una más entre las mujeres de su pueblo.
"—Aprende de Ella a vivir con "naturalidad""1. La sencillez y la naturalidad hicieron de la Virgen, en lo humano, una mujer especialmente atrayente y acogedora. Su Hijo, Jesús, es el modelo de la sencillez perfecta, durante treinta años de la vida oculta y en todo momento: cuando comienza a predicar la Buena Nueva no despliega una actividad ruidosa, llamativa, espectacular. Jesús es la misma sencillez cuando nace o es presentado en el Templo, o cuando manifiesta su divinidad por medio de milagros que solo Dios puede hacer.
El Salvador huye del espectáculo y de la vanagloria, de los gestos falsos y teatrales; se hace asequible a todos: a los enfermos desahuciados y a los más desamparados, que acuden confiadamente a Él para implorarle el remedio de sus dolencias; a los Apóstoles que le preguntan sobre el sentido de las parábolas; a niños que le abrazan con confianza.
La sencillez es una manifestación de la humildad. Se opone radicalmente a todo lo que es postizo, artificial, engañoso. Y es una virtud especialmente necesaria para el trato con Dios, para la dirección espiritual, para el apostolado y la convivencia con las personas con las que cada día hemos de relacionarnos.
"Naturalidad. —Que vuestra vida de caballeros cristianos, de mujeres cristianas –vuestra sal y vuestra luz– fluya espontáneamente, sin rarezas ni ñoñerías: llevad siempre con vosotros nuestro espíritu de sencillez"2.
II. Si tu ojo fuera sencillo, todo tu cuerpo estará iluminado3. La sencillez exige claridad, transparencia y rectitud de intención, que nos preserva de tener una doble vida, de servir a dos señores: a Dios, y a uno mismo. La sencillez, además, requiere una voluntad fuerte, que nos lleve a escoger el bien, y que se imponga a las tendencias desordenadas de una vida exclusivamente sensitiva, y domine lo turbio y complicado que hay en todo hombre. El alma sencilla juzga de las cosas, de las personas y de los acontecimientos según un juicio recto iluminado por la fe, y no por las impresiones del momento4.
La sencillez es una consecuencia y una característica de la llamada "infancia espiritual", a la que nos invita el Señor especialmente en estos días en que estamos contemplando su Nacimiento y su vida oculta: En verdad os digo que si no os volvéis y hacéis semejantes a los niños –en la sencillez y en la inocencia– no entraréis en el Reino de los Cielos5. Nos dirigimos al Señor como niños, sin actitudes rebuscadas ni ficticias, porque sabemos que Él no se fija tanto en la apariencia externa, sino que mira el corazón6. Sentimos sobre nosotros la mirada amable del Señor, que es una invitación a la autenticidad, a comportarnos con sencillez en su presencia, a tratarle en una oración personal, directa, confiada. Por eso hemos de huir de cualquier formalismo en el trato con Dios, aunque hay una "urbanidad de la piedad"7, que nos lleva a mostrarnos delicados, especialmente en el culto, en la liturgia; pero el respeto no es convenciona-lismo ni pura actitud externa, sino que hunde sus raíces en una auténtica piedad del corazón.
En la lucha ascética hemos de reconocernos como en realidad somos y aceptar las propias limitaciones, comprender que Dios las abarca con su mirada y cuenta con ellas. Y esto, lejos de inquietarnos, nos llevará a confiar más en Él, a pedirle su ayuda para vencer los defectos y para alcanzar las metas que vemos necesarias en nuestra vida interior en este momento, aquellos puntos que más estamos siguiendo en nuestro examen particular y en nuestro examen general de conciencia.
Si somos sencillos con Dios sabremos serlo con quienes tratamos cada día, con nuestros parientes, amigos y compañeros. Y es sencillo quien actúa y habla en íntima armonía con lo que piensa y desea; quien se muestra a los demás tal como es, sin aparentar lo que no es o lo que no posee. Produce siempre una gran alegría encontrar un alma llana, sin pliegues ni recovecos, en quien se puede confiar, como Natanael, que mereció el elogio del Señor: he aquí un verdadero israelita, en quien no hay doblez ni engaño8. Por el contrario, en otro lugar el Señor nos pone en guardia contra los falsos profetas que van a vosotros disfrazados9, contra los que piensan de un modo y actúan de otro.
En la convivencia diaria, toda complicación pone obstáculos entre nosotros y los demás, y nos aleja de Dios: "Ese énfasis y ese engolamiento te sientan mal: se ve que son postizos. —Prueba, al menos, a no emplearlos ni con tu Dios, ni con tu director, ni con tus hermanos: y habrá, entre ellos y tú, una barrera menos"10.
De modo especial, hemos de mostrarnos con una sencillez plena en la oración, en la dirección espiritual y en la Confesión, hablando con claridad y transparencia, con el deseo de que nos conozcan bien, huyendo de las generalidades, de los circunloquios y medias verdades, sin ocultar nada. El Señor quiere que manifestemos con llaneza lo que nos pasa, las alegrías y las preocupaciones, los motivos de nuestra conducta.
III. La sencillez y la naturalidad son virtudes extraordinariamente atrayentes: para comprenderlo, basta mirar a Jesús, a María y a José. Pero hemos de saber que son virtudes difíciles, a causa de la soberbia, que nos lleva a tener una idea desmesurada sobre nosotros mismos, y a querer aparentar ante los demás por encima de lo que somos o tenemos. Nos sentimos humillados tantas veces por desear ser el centro de la atención y de la estima de quienes nos rodean; por no reconocer que, en ocasiones, actuamos mal; por no conformarnos con hacer y desaparecer, sin buscar la recompensa de una palabra de alabanza o de gratitud. Muchas veces nos complicamos la vida por no aceptar las propias limitaciones, por tomarnos demasiado en serio. La soberbia puede inducirnos a hablar demasiado sobre nosotros mismos, a pensar casi exclusivamente en nuestros problemas personales, o a procurar llamar la atención por caminos a veces complejos y enrevesados: hasta puede hacernos simular enfermedades inexistentes, o alegrías y tristezas que no se corresponden con nuestro estado de ánimo.
La pedantería, la afectación, la jactancia, la hipocresía y la mentira se oponen a la sencillez y, por tanto, a la amistad; también dificultan una convivencia amable. Son un verdadero obstáculo para la vida de familia.
Pero la sencillez que nos enseña el Señor no es ingenuidad: Mirad, nos dice, que os envío como ovejas en medio de lobos. Por tanto, habéis de ser prudentes como serpientes, y sencillos como palomas11. Los cristianos hemos de ir por el mundo con estas dos virtudes –la sencillez y la prudencia–, que se perfeccionan mutuamente.
Para ser sencillos es preciso cuidar la rectitud de intención en nuestras acciones, que deben estar dirigidas a Dios. Solo así podrán prevalecer sobre nuestros complejos sentimientos, sobre las impresiones del momento o la confusa vida de los sentidos. Y junto a la rectitud de intención, la sinceridad clara, escueta –ruda, si fuese necesario– para exponer nuestras propias flaquezas, sin tratar de disimularlas o negarlas: "Mira: los apóstoles, con todas sus miserias patentes e innegables, eran sinceros, sencillos..., transparentes.
"Tú también tienes miserias patentes e innegables. —Ojalá no te falte sencillez"12.
Para aprender a ser sencillos contemplemos a Jesús, a María y a José en todas las escenas de la infancia del Señor, en medio de su vida corriente. Pidámosles que nos hagan como niños delante de Dios, para tratarle personalmente, sin anonimato, sin miedo.
1 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 499. — 2 Ibídem, n. 379. — 3 Mt 6, 22. — 4 Cfr. I. Celaya, voz Sencillez, en Gran Enciclopedia Rialp, Madrid 1971, vol. 21 pp. 173-174. — 5 Mt 18, 2-3. — 6 1 Sam 16, 7. — 7 Cfr. San Josemaría Escrivá, o. c., n. 541. — 8 Jn 1, 47. — 9 Mt 7, 15. — 10 San Josemaría Escrivá, o. c., n. 47. — 11 Mt 10, 16. — 12 San Josemaría Escrivá, o. c., n. 932.
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† Santoral
Fuente:            Vatican.va 
          San              Manuel González García, Santo Obispo y Fundador, 4            Enero   
                
 FUNDADOR DE LAS MISIONERAS EUCARÍSTICAS                    DE NAZARET  |             
El Papa Francisco lo canonizó el 16 de octubre de 2016.
Sus libros (se recomienda "Qué hace y qué dice el Corazón de Jesús en el Sagrario"):
http://www.alexandriae.org/index.php/item/gonzalez-beato-manuel
Documental: https://gloria.tv/media/SqM6h2b6ndx
Audio sobre el parado: http://www.ivoox.com/parado-texto-del-beato-manuel-gonzalez-audios-mp3_rf_384194_1.html
Santa Angela de Foligno
Señor: Tu            que le dijiste en una visión a            Santa Angela: 
          "el            mejor camino para llegar a la santidad es estudiar la vida de
          Cristo en el            Evangelio y tratar de imitarlo". 
          Haz que            nosotros estudiemos la vida de
          Jesús y la            imitemos siempre. Amen
|                    
 Es una de las místicas más famosas que ha tenido la Católica (se llama mística a la persona que se dedica a la vida de contemplación y de comunicación con Dios). En los primeros años de su vida fue una pecadora: orgullosa, vanidosa, poco piadosa y dedicada a la vida mundana. Se casó muy joven y tuvo varios hijos. Poseía riquezas, castillos, lujos, joyas y fincas, pero nada de esto la hacía feliz. En 1283, cuando ella tenía 35 años de edad, mueren sucesivamente su madre, su esposo y sus hijos. En medio de la inmensa pena, Angela va al templo y oye predicar a un franciscano, el Padre Arnoldo, y durante el sermón se da cuenta de lo equivocadamente que ha vivido. Hace una confesión general de toda su vida. Se hace terciaria franciscana. Va en peregrinación a Asís, y San Francisco en una visión le dice que es necesario hacer dos cosas muy importantes: vender todo lo que tiene, darlo a los pobres, y… dedicarse a meditar en la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo. Así lo hace. Lo vende todo, menos un castillo o palacio que estima muchísimo. Hasta que en una visión oye decir a Cristo crucificado: "¿Y por amor a tu Redentor no serás capaz de sacrificar también tu palacio preferido?". Lo vende también y todo el dinero recogido lo distribuye entre los pobres. Vende todas sus joyas y lujos, reparte el dinero entre los más necesitados, y se dedica a la vida de contemplación y meditación en la Vida, Pasión y Muerte del Señor. Ha sido llamada la Mística de la Pasión de Cristo. Y fue tan grande el amor que adquirió hacia la Pasión y Muerte del Señor, que le bastaba mirar una imagen de Jesús doliente u oír hablar de su Santísima Pasión para que se enrojeciera su rostro y quedara como en éxtasis. En visiones se la puede comparar a Santa Teresa y a Santa Catalina. Al Padre Arnoldo le dictó su Autobiografía. En ella dice lo siguiente: "Yo, Angela de Foligno, tuve que atravesar muchas etapas en el camino de la penitencia o conversión. La primera fue convencerme de lo grave y dañoso que es el pecado. La segunda el sentir arrepentimiento y vergüenza de haber ofendido al buen Dios. La tercera hacer confesión de todos mis pecados. La cuarta convencerme de la gran misericordia que Dios tiene para con el pecador que quiere ser perdonado. La quinta el ir adquiriendo un gran amor y estimación por todo lo que Cristo sufrió por nosotros. La sexta adquirir un amor por Jesús Eucaristía. La séptima aprender a orar, especialmente recitar con amor y atención el Padrenuestro. La octava tratar de vivir en continua y afectuosa comunicación con Dios". En la Santa Misa veía muchas veces a Jesucristo en la Santa Hostia. A su alrededor se reunía frecuentemente un selecto grupo de hombres y mujeres, terciarios franciscanos, a los cuales fue bendiciendo uno por uno como una madre cariñosa, la tarde del 4 de enero de 1309, y luego santamente y en gran paz, su alma voló a la eternidad. Sobre su sepulcro se han obrado innumerables milagros.  |               
Fuente:            Archidiócesis de Madrid 
          Dafrosa              de Roma, Santa            Viuda y Mártir, 4 Enero   
                
 Viuda y Mártir 
 
 - también se afirma que sus hijas                    Demetria y Bibiana murieron mártires en Roma, en el                    362- cuya fuente impulsora es la madre, firme, fuerte                    y muy capaz.  |             
Fuente: ACI Prensa 
          Isabel              Ana Bayley, Santa            Fundadora, 4 Enero   
|                  Nace Isabel Ana en Nueva York el 28 de                    agosto de 1774. Crece en el seno de la iglesia                    episcopaliana.   |             
¿Cuál fue el lema que la guió              durante toda su vida?
            
            Cumplir en todo con la voluntad de Dios, es decir, seguir un            camino de            confianza, incluso aunque no se comprenda. Cada día Dios nos            marca el sendero            por donde debemos caminar: el amor. La oración continua,            especialmente durante            los trabajos, fue el arma secreta para encontrar en su vida la            paz del alma y            la alegría que mantuvo siempre a pesar de los sufrimientos.
Su cuerpo se venera en Maryland (www.setonshrine.org) pero hay un santuario en la ciudad de New York en el edificio que era su casa (la única que se conserva de esta época):
Fuente:            Osanet.org 
          Cristina              de Santa Croce (Oringa Menabuoi), Beata Agustina,            4 Enero   
                
 Oringa Menabuoi, de humilde familia,                    nació en Santa Croce sull'Arno (Pistoya, Italia) entre                    1237 y 1240. Amante de la pureza ya desde la infancia,                    trató de conservar mente y corazón siempre limpios, y                    darse a la práctica de pequeñas obras de misericordia.                    La oración mantenía a la pastorcita distante del                    mundo, sobre todo cuando sola en el campo, mientras                    cuidaba el ganado, sentía en torno a sí "el hálito de                    Dios". Huérfana de madre aún niña, fue incomprendida y                    maltratada por sus hermanos, quienes, llegada la edad                    del matrimonio, querían obligarla a casarse. Para                    terminar con esta situación no vio otro remedio que el                    de abandonar la casa paterna y trasladarse a la vecina                    ciudad de Lucca, donde durante siete años se procuró                    lo necesario para vivir trabajando como empleada                    doméstica. Allí, recogida frecuentemente en oración en                    la oscura soledad del desván en que habitaba, cada día                    más enamorada de Cristo, transcurrieron los mejores                    momentos de su juventud.  |             
Fuente:            ar.geocities.com/misa_tridentina02 
          Faraildis              (Farailda) de Gante, Santa            Viuda, 4 Enero   
                
 Hay muchos detalles extremadamente                    confusos e improbables en los relatos que han llegado                    hasta nosotros de la vida de esta santa belga, y es                    difícil determinar hasta qué punto la leyenda se basa                    en hechos históricos.   |             
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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