JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (3, 1-6)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús entró en la sinagoga, donde había un hombre que tenía tullida una mano. Los fariseos estaban espiando a Jesús para ver si curaba en sábado y poderlo acusar. Jesús le dijo al tullido:
"Levántate y ponte allí en medio".
Después les preguntó:
"¿Qué es lo que está permitido hacer en sábado, el bien o el mal? ¿Se le puede salvar la vida a un hombre en sábado o hay que dejarlo morir?" Ellos se quedaron callados. Entonces, mirándolos con ira y con tristeza, porque no querían entender, le dijo al hombre: "Extiende tu mano". La extendió, y su mano quedó sana.
Entonces se fueron los fariseos y comenzaron a hacer planes con los del partido de Herodes para matar a Jesús.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
Miércoles
El Señor es mi luz y mi salvación
Bendito sea el Señor
Antífona de Entrada
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? Cuando me asaltan mis enemigos, tropiezan y caen.
Oración Colecta
Oremos:
Dios nuestro, de quien todo bien procede, inspíranos propósitos de justicia y santidad y concédenos tu ayuda para poder cumplirlos.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.
Primera Lectura
Lectura del primer libro de Samuel (17, 32-33. 37. 40-51)
En aquellos días, dijo David a Saúl:
"Señor, no se atemorice tu corazón por ese filisteo. Tu siervo irá y peleará con él". Pero Saúl le replicó: "Tú no puedes ir a pelear contra Goliat, porque no eres más que un muchacho, y él, un hombre adiestrado para la guerra desde su juventud".
David le contestó:
"El Señor, que me ha librado de las garras del león y del oso, me librará también de las manos de ese filisteo".
Saúl le dijo:
"Ve, y que el Señor te ayude".
Tomó David el cayado que siempre llevaba consigo; escogió en el arroyo cinco piedras bien lisas, las puso en su morral, y con la honda en la mano, avanzó hacia el filisteo. Goliat, precedido por su escudero, se fue acercando a David. El filisteo se le quedó mirando, y cuando vio que era un joven, rubio y de buena presencia, lo despreció y le dijo: "¿Soy acaso un perro para que me salgas al encuentro con palos y con piedras?" David le contestó:
"No. Eres peor que un perro". Entonces Goliat lo maldijo en nombre de sus dioses y añadió: "Acércate, que yo les echaré tu carne a las aves del cielo y a las bestias del campo".
David le replicó:
"Tú vienes hacia mí con espada, lanza y jabalina. Pero yo voy contra ti en el nombre del Señor de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has insultado. Hoy mismo te va a entregar el Señor en mis manos; te voy a vencer y te voy a cortar la cabeza, y voy a echarles tu cadáver y los cadáveres de los filisteos a las aves del cielo y a las fieras del campo. Así sabrá toda la tierra que hay Dios en Israel, y toda esa multitud sabrá que el Señor no necesita ni lanzas ni espadas para vencer, porque él es el Señor de la guerra y los entregará a ustedes en nuestras manos".
Cuando el filisteo comenzó a avanzar contra David, éste corrió a su encuentro, metió la mano en el morral, sacó una piedra, la tiró con la honda e hirió al filisteo en la frente. La piedra se le clavó en la frente y el filisteo cayó de boca por tierra.
Venció David al filisteo con una honda y una piedra; lo hirió y lo mató, sin tener espada en la mano. Corrió David a donde estaba caído el filisteo, tomó su espada, la sacó de la vaina,lo mató y le cortó la cabeza.
Los filisteos, viendo que había muerto su jefe, huyeron.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 143
Bendito sea el Señor.
Bendito sea el Señor, mi roca firme; él adiestró mis manos y mis dedos para luchar en lides.
Bendito sea el Señor.
El es mi amigo fiel, mi fortaleza, mi seguro escondite, escudo en que me amparo, el que los pueblos a mis plantas rinde.
Bendito sea el Señor.
Al compás de mi cítara, nuevos cantos, Señor, he de decirte, pues tú das a los reyes la victoria y salvas a David, tu siervo humilde.
Bendito sea el Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Jesús predicaba el Evangelio del Reino y curaba las enfermedades y dolencias del pueblo.
Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (3, 1-6)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús entró en la sinagoga, donde había un hombre que tenía tullida una mano. Los fariseos estaban espiando a Jesús para ver si curaba en sábado y poderlo acusar. Jesús le dijo al tullido:
"Levántate y ponte allí en medio".
Después les preguntó:
"¿Qué es lo que está permitido hacer en sábado, el bien o el mal? ¿Se le puede salvar la vida a un hombre en sábado o hay que dejarlo morir?" Ellos se quedaron callados. Entonces, mirándolos con ira y con tristeza, porque no querían entender, le dijo al hombre: "Extiende tu mano". La extendió, y su mano quedó sana.
Entonces se fueron los fariseos y comenzaron a hacer planes con los del partido de Herodes para matar a Jesús.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Mira, Señor, con bondad, estos dones que te presentamos humildemente, para que sean gratos a tus ojos y nos hagan crecer en tu amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio Común V
Proclamación del misterio de Cristo
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor.
Cuya muerte celebramos unidos en caridad, cuya resurrección proclamamos con viva fe, y cuyo advenimiento glorioso aguardamos con firmísima esperanza.
Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos, proclamando sin cesar:
Santo, Santo, Santo…
Antífona de la Comunión
Señor, tú eres mi amor, mi fuerza y mi refugio, mi liberación y mi ayuda. Tú eres mi Dios.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Que la fuerza redentora de esta Eucaristía nos proteja, Señor, de nuestras malas inclinaciones y nos guíe siempre por el camino de tus mandamientos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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Dia 22/01 San Vicente (diácono y mártir, rojo)
Antífona de Entrada
Este santo mártir derramó su sangre por el nombre de Cristo, no temió las amenazas de los jueces y así alcanzó el Reino de los cielos.
Oración Colecta
Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, derrama sobre nosotros tu Espíritu, para que nuestros corazones se abrasen en el amor intenso que ayudó a san Vicente a superar los tormentos.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Llevamos la muerte de Jesús en nuestro cuerpo
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 4, 7-15
Hermanos: Llevamos un tesoro en vasijas de barro, para que se vea que esta fuerza tan extraordinaria proviene de Dios y no de nosotros mismos. Por eso sufrimos toda clase de pruebas, pero no nos angustiamos; nos abruman las preocupaciones, pero no nos desesperamos; nos vemos perseguidos, pero no desamparados; derribados, pero no vencidos.
Llevamos siempre y por todas partes la muerte de Jesús en nuestro cuerpo, para que en este mismo cuerpo se manifieste también la vida de Jesús. Nuestra vida es un continuo estar expuestos a la muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. De modo que la muerte actúa en nosotros, y en ustedes, la vida.
Y como poseemos el mismo espíritu de fe que se expresa en aquel texto de la Escritura: "Creo, por eso hablo", también nosotros creemos y por eso hablamos, sabiendo que aquel que resucitó a Jesús nos resucitará también a nosotros con Jesús y nos colocará a su lado con ustedes. Y todo esto es para bien de ustedes, de manera que, al extenderse la gracia a más y más personas, se multiplique la acción de gracias para gloria de Dios.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 33
El Señor me libró de todos mis temores.
Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor; que se alegre su pueblo al escucharlo.
El Señor me libró de todos mis temores.
Proclamemos qué grande es el Señor y alabemos su nombre. Cuando acudí al Señor, me hizo caso y me libró de todos mis temores.
El Señor me libró de todos mis temores.
Vuélvanse a él y quedarán radiantes, jamás se sentirán decepcionados. El Señor siempre escucha al afligido, de su tribulación lo pone a salvo.
El Señor me libró de todos mis temores.
A quien teme al Señor, el ángel del Señor lo salva y cuida. ¡Prueben! Verán qué bueno es el Señor; dichoso quien en él confía.
El Señor me libró de todos mis temores.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos, dice el Señor.
Aleluya.
Evangelio
Los llevarán a ustedes ante gobernadores y reyes por mi causa; así darán testimonio de mí ante ellos y ante los paganos
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 10, 17-22
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles:
"Cuídense de la gente, porque los llevarán a los tribunales, los azotarán en las sinagogas, los llevarán ante gobernadores y reyes por mi causa; así darán testimonio de mí ante ellos y ante los paganos. Pero, cuando los enjuicien, no se preocupen por lo que van a decir o por la forma de decirlo, porque en ese momento se les inspirará lo que han de decir. Pues no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu de su Padre el que hablará por ustedes.
El hermano entregará a su hermano a la muerte, y el padre a su hijo; los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán; todos los odiarán a ustedes por mi causa, pero el que persevere hasta el fin, se salvará".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Señor, te ofrecemos llenos de alegría este sacrificio de alabanza, con el que celebramos el triunfo de san Vicente, mártir, y nos gozamos al ofrecértelo de poder merecer su protección gloriosa.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
El martirio, testimonio y ejemplo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Dios todopoderoso y eterno.
Porque la sangre del glorioso mártir san Vicente, derramada, como la de Cristo, para confesar tu nombre, manifiesta las maravillas de tu poder; pues en su martirio, Señor, has sacado fuerza de lo débil, haciendo de la fragilidad tu propio testimonio, por Cristo, Señor nuestro.
Por eso,
como los ángeles te cantan en el cielo, así nosotros en la tierra te aclamamos diciendo sin cesar:
Antífona de Comunión
El que quiera servirme, que me siga, dice el Señor; y donde esté yo, allí también estará mi servidor.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Te suplicamos, Señor, que el celeste alimento que hemos recibido nos comunique la misma fortaleza de espíritu que hizo a san Vicente ministro fiel a tu servicio y vencedor valiente en el martirio.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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† Meditación diaria
2ª semana. Miércoles
VIVIR LA FE EN LO ORDINARIO
— La fe es para vivirla, y debe informar los acontecimientos menudos del día.
— Fe y «visión sobrenatural».
— Fe y virtudes humanas.
I. Entró Jesús en una sinagoga, y allí encontró a un hombre que tenía una mano seca, paralizada. San Marcos nos dice que todos le espiaban para ver si curaba en sábado1. El Señor no se esconde ni disimula; por el contrario, pidió a este hombre que se colocara en medio, para que todos lo pudieran ver bien. Y les dijo: ¿Es lícito en sábado hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla? Ellos permanecieron callados. Entonces, Jesús, indignado por su hipocresía, los miró airado y, a la vez, entristecido por la ceguera de sus corazones. Fue patente para todos esta mirada llena de indignación de Jesús ante la dureza de sus almas. Y le habló al hombre: extiende tu mano. La extendió, y su mano quedó curada.
Aquel enfermo, en el centro de todos, se llenó de confianza en Jesús. Su fe se manifiesta en obedecer al Señor y en poner por obra aquello que, con sobrada experiencia, sabe que hasta ahora no puede realizar: extender la mano. La confianza en el Señor, dejando a un lado su experiencia, hizo el milagro. Todo es posible con Jesús. La fe nos permite lograr metas que siempre habíamos creído inalcanzables, resolver viejos problemas personales o de una tarea apostólica que parecían insolubles, echar fuera defectos que estaban arraigados.
La vida de este hombre tomaría un nuevo rumbo después del pequeño esfuerzo exigido por Cristo; es el que nos pide también en los asuntos más normales de la vida diaria. Hoy debemos considerar «cómo el cristiano, en su existencia ordinaria y corriente, en los detalles más sencillos, en las circunstancias normales de su jornada habitual, pone en ejercicio la fe, la esperanza y la caridad, porque allí reposa la esencia de la conducta de un alma que cuenta con el auxilio divino»2 y necesitamos esta ayuda del Señor para salir de nuestra incapacidad.
La fe es para vivirla, y debe informar las grandes y las pequeñas decisiones; y, a la vez, se manifiesta de ordinario en la manera de enfrentarse con los deberes de cada día. No basta asentir a las grandes verdades del Credo, tener una buena formación quizá; es necesario, además, vivirla, practicarla, ejercerla, debe generar una «vida de fe» que sea, a la vez, fruto y manifestación de lo que se cree. Dios nos pide servirle con la vida, con las obras, con todas las fuerzas del cuerpo y del alma. La fe es algo referido a la vida, a la vida de todos los días, y la existencia cristiana aparece como un despliegue de la fe, como un vivir con arreglo a lo que se cree3, a lo que se conoce como querer de Dios para la propia vida. ¿Llevamos nosotros una «vida de fe»? ¿Influye en el comportamiento, en las decisiones que tomamos...?
II. El ejercicio de la virtud de la fe en la vida cotidiana se traduce en lo que comúnmente se conoce como «visión sobrenatural», que consiste en ver las cosas, incluso las más corrientes, lo que parece intrascendente, en relación con el plan de Dios sobre cada criatura en orden a su salvación y a la de otros muchos; en acostumbrarse «a andar en los quehaceres cotidianos como mirando al Señor por el rabillo del ojo para ver si es aquella, realmente, su voluntad, si es aquel el modo como desea que hagamos las cosas; en habituarse a descubrir a Dios a través de las criaturas, a adivinarle tras lo que el mundo llama azar o casualidad, a percibir su huella por doquier»4.
La vida cristiana, la santidad, no es un revestimiento externo que recubre al cristiano, ignorando lo propiamente humano. De ahí que las virtudes sobrenaturales influyan en las virtudes humanas y hagan del cristiano un hombre honrado, ejemplar en su trabajo y en su familia, lleno de sentido del honor y de la justicia, que se distingue ante los demás hombres por un estilo de conducta en el que destacan la lealtad, la veracidad, la reciedumbre, la alegría...: cuanto hay de verdadero, de honorable, de justo, de íntegro, de amable y de encomiable, tenedlo en estima5, recordaba San Pablo a los primeros cristianos de Filipo.
La vida de fe del cristiano le lleva, por tanto, a ser un hombre con virtudes humanas, porque hace realidad su fe en sus actuaciones corrientes. No solo se sentirá movido a realizar un acto de fe al divisar los muros de una iglesia, sino que se dirigirá a su Señor para pedirle luz y ayuda ante un problema laboral o doméstico, a la hora de aceptar una contradicción, ante el dolor o la enfermedad, al ofrecer una alegría, al continuar por amor un trabajo que estaba a punto de abandonar por cansancio; en el apostolado, para pedir las luces de la gracia para esas personas que pretende acercar al sacramento de la Penitencia. Visión sobrenatural cuando no se ven frutos, quizá porque se está realizando la primera labor en aquella alma y «la reja que rotura y abre el surco, no ve la semilla ni el fruto»...6. La fe está continuamente en ejercicio, y la esperanza, y la caridad... Ante problemas y obstáculos quizá ya viejos, el Señor nos dice: extiende tu mano... La fe no es una virtud para ejercerla solo en unas cuantas ocasiones, en los momentos de las prácticas de piedad, sino en el deporte, en la oficina, en medio del tráfico. Mucho menos, como hacen algunos cristianos, que parecen tener reservada la fe para el domingo a la hora de cumplir con el precepto dominical.
Examinemos nosotros hoy con qué frecuencia hacemos realidad el ideal cristiano que informa y da un sentido nuevo a todo lo humano que realizamos, lo amplía y lo hace fecundo sobrenaturalmente. Examinemos también cómo vamos de «visión sobrenatural» ante los acontecimientos diarios.
III. La fe cristiana conduce a la reforma de la propia vida, exigiéndonos una continua rectificación de la conducta, una mejora en el modo de ser y de actuar. Entre otras consecuencias, la fe nos llevará a imitar a Jesucristo, que fue «perfecto Dios, y hombre perfecto»7, a ser hombres y mujeres de temple, sin complejos, sin respetos humanos, veraces, honrados, justos en los juicios, en sus negocios, en la conversación... Las virtudes humanas son las propias del hombre en cuanto hombre, y por eso Jesucristo, perfecto hombre, las vivió en plenitud. Hasta sus propios enemigos estaban asombrados del vigor humano de su figura: Maestro -le dicen en cierta ocasión-, sabemos que eres veraz, y que no tienes respetos humanos, y que enseñas el camino de Dios con autoridad...8. «Lo primero que llama la atención al estudiar la fisonomía humana de Jesús es su clarividencia viril en la acción, su lealtad impresionante, su áspera sinceridad, en una palabra, el carácter heroico de su personalidad. Esto era, en primer término, lo que atraía a sus discípulos»9. Él nos dio ejemplo de una serie de cualidades humanas bien entrelazadas, que compete vivir a cualquier cristiano.
Considera tan importante la perfección de las virtudes humanas que apremia a sus discípulos: si no entendéis las cosas de la tierra, ¿cómo entenderéis las celestiales?10. Si no se vive la reciedumbre humana ante una dificultad, el frío o el calor, ante una pequeña enfermedad, ¿dónde se podrá asentar la virtud cardinal de la fortaleza? ¿Cómo puede ser fuerte una persona que se queja continuamente? ¿Cómo llegará a ser responsable y prudente un estudiante que deja a un lado su estudio? O ¿cómo podrá vivir la caridad quien descuida la cordialidad, la afabilidad o los detalles de educación? Aunque la gracia de Dios puede transformar enteramente a una persona –y encontramos ejemplos en la Sagrada Escritura y en la vida de la Iglesia–, lo normal es que el Señor cuente con la colaboración de las virtudes humanas.
La vida cristiana se expresa a través del actuar humano, al que dignifica y eleva al plano sobrenatural. Por otra parte, lo humano sustenta y hace posibles las virtudes sobrenaturales. Quizá, a lo largo de nuestra vida, hayamos encontrado a «tantos que se dicen cristianos –porque han sido bautizados y reciben otros Sacramentos–, pero que se muestran desleales, mentirosos, insinceros, soberbios... Y caen de golpe. Parecen estrellas que brillan un momento en el cielo y, de pronto, se precipitan irremisiblemente»11. Les fallaron los cimientos humanos y no pudieron mantenerse en pie. El ejercicio de la fe, de la esperanza, de la caridad y de las virtudes morales llevará al cristiano a ser ese ejemplo vivo que el mundo espera. Dios busca madres de familia fuertes que den testimonio a través de su maternidad y de su alegría, que sepan entablar amistad con sus hijos; y hombres de negocios justos; y médicos que no descuidan su formación profesional porque saben sacar unas horas para el estudio, que atienden al enfermo con comprensión, como él quisiera ser tratado en esas mismas circunstancias: con eficiencia y amabilidad; y estudiantes con prestigio y que se preocupan de sus compañeros de Facultad, y campesinos, artesanos, obreros de las fábricas y de la construcción... Dios quiere hombres y mujeres cabales, que expresen en la realidad menuda de su vida el gran ideal que han encontrado.
En San José encontramos un modelo espléndido de varón justo, vir iustus12, que vivió de fe en todas las circunstancias de su vida. Pidámosle que sepamos ser lo que Cristo espera de cada uno en el propio ambiente y circunstancias.
1 Mc, 1-6. — 2 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 169. — 3 Cfr P. Rodríguez, Fe y vida de fe, EUNSA, Pamplona 1974, p. 172. — 4 F. Suárez, El sacerdote y su ministerio, Rialp, Madrid 1969, p. 194. — 5 Flp 4, 8. — 6 San Josemaría Escrivá, Surco, n. 215. — 7 Symbolo Quicumque. — 8 Mt 22, 16. — 9 K. Adam, Jesucristo, Herder, Barcelona 1953, p. 110. — 10 Jn 3, 5. — 11 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 75. — 12 Mt 1, 19.
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22 de enero. 5º Día del Octavario
CRISTO Y LA IGLESIA
— En la Iglesia encontrarnos a Cristo.
— Imágenes y figuras de la Iglesia. Cuerpo místico de Cristo.
— La Iglesia es una comunión de fe, de sacramentos y de régimen. La Comunión de los Santos.
I. La misión de Cristo no terminó con su Ascensión a los Cielos. Jesús no es solo un personaje histórico que nació, vivió, murió y resucitó para ser exaltado a la diestra de Dios Padre, sino que vive actualmente entre nosotros de un modo real, aunque misterioso.
Ante el peligro de que los primeros cristianos viviesen del solo recuerdo histórico de aquel Jesús que muchos de ellos "habían visto", y ante la situación de otros que parecían vivir solamente pendientes de la nueva venida de Cristo, que ellos juzgaban inminente, el autor de la Carta a los Hebreos escribió: Jesucristo es el mismo ayer y hoy, y por los siglos1. Aunque los Apóstoles y los primeros guías de la fe mueran y no puedan dar testimonio directo de su fe, queda a los fieles un Maestro y un Guía que no morirá nunca, que vive para siempre coronado de gloria. Los hombres desaparecen; Cristo queda eternamente con nosotros. Él existió ayer con los hombres, en un pasado histórico concreto; vive hoy en los Cielos, a la diestra del Padre, y está hoy a nuestro lado, dándonos continuamente la Vida a través de los sacramentos, acompañándonos de modo real en las vicisitudes de nuestro caminar. La Humanidad Santísima de Cristo fue asumida solo por un tiempo determinado; la Encarnación fue decretada desde la eternidad, y el Hijo de Dios, nacido de María Virgen en el tiempo y en la historia, en los días de César Augusto, permanece hombre para siempre, con un cuerpo glorioso en el cual resplandecen las señales de la Pasión2.
Cristo vive resucitado y glorioso en el Cielo y, de forma misteriosa pero real, en su Iglesia, que no es un movimiento religioso inaugurado por su predicación, sino que dice relación a la propia Persona de Jesús. La Iglesia nos hace presente a Cristo; es en Ella donde lo encontramos.
La grandeza de la Iglesia está precisamente en esa íntima relación con Jesús; por eso, es un misterio no abarcable con palabras. Ningún lenguaje humano es capaz de expresar su insondable riqueza, que toma origen en la misma Persona de Jesús y tiene como finalidad perpetuar su presencia salvadora entre nosotros. Más aún, la misión única de la Iglesia consiste en hacer presente a Cristo, que se fue a los Cielos, pero anunció que estaría con nosotros todos los días hasta la consumación de los siglos3, y conducirnos hasta Él. Afirma el Concilio Vaticano II que Él es el autor de la salvación y el principio de paz y de unión, y constituyó a la Iglesia "a fin de que fuera para todos y para cada uno el sacramento visible de esta unidad salvadora"4.
II. Señalaba Pablo VI que es decisivo para quienes seguimos a Cristo conocer la naturaleza de la Iglesia. "Y este conocimiento es tanto más importante, especialmente para nosotros católicos, cuanto que tantos errores, tantas ideas inexactas, tantas opiniones particulares circulan en las discusiones de nuestro tiempo". ¡Cuánta ignorancia, cuánto error! Muchos olvidan o desconocen que "la Iglesia es un misterio, no solo en el sentido de la profundidad de su vida, sino en el sentido también de que es una realidad no tanto humana e histórica y visible, cuanto divina y superior a nuestra natural capacidad de conocer"5.
La Sagrada Escritura muestra su naturaleza mediante diversas figuras que se complementan. Todas tienen como centro a Jesucristo y giran en torno a la unidad: es como un redil, cuya puerta es Cristo; rebaño, que tiene como Buen Pastor a Jesús, que nunca lo dejará en manos del enemigo o sin pastos; campo y viña del Señor; edificio, cuya piedra angular es Cristo, que tiene como cimiento a los Apóstoles y en el que los fieles realizan la función de piedras vivas. La Iglesia, llamada también Jerusalén de arriba y Madre nuestra, es descrita igualmente como esposa inmaculada6. Como explica San Pablo a los primeros cristianos de Corinto, la Iglesia es el Cuerpo Místico de Cristo7. A través de esta imagen se expresa con claridad cómo la Iglesia pertenece a Cristo y está unida a Él. Entre Jesús y la Iglesia, entre Jesús y los cristianos se establece una corriente de vida que los hace inseparables8. Por la unión vital e íntima entre Cristo y la Iglesia se pueden afirmar realidades que tomadas al pie de la letra solo pueden aplicarse a la Iglesia, y viceversa. Así, puede decirse que Cristo es perseguido cuando la Iglesia es perseguida9, que Cristo es amado cuando son amados los miembros de su Cuerpo, que se niega a Cristo cuando no se quiere ayudar a los fieles10. También podemos decir que "la pasión expiatoria de Cristo se renueva y en cierto modo se continúa y se completa en el Cuerpo místico, que es la Iglesia... Con razón, pues, Jesucristo, que padece todavía en su Cuerpo místico, desea tenernos por socios en la expiación, y esto lo exige también nuestra situación en Él; porque siendo como somos Cuerpo místico de Cristo, es necesario que aquello que padece la cabeza lo padezcan con ella los miembros"11. Se trata, pues, de una unión estrechísima y misteriosa.
Esta unión no impide que cada fiel tenga su propio ser, su propia personalidad. El yo individual de cada hombre no queda anulado al unirse a Cristo, ni tampoco el ser propio de la Iglesia, aunque sea configurado y vivificado por Él. Los fieles creyentes reciben del Señor la misma vida de la gracia; y esta participación de la vida divina configura la unión entre ellos. La íntima comunión de los fieles abarca tanto el aspecto interior, espiritual e invisible como el carácter externo y visible de la Iglesia. "Si la Iglesia es un cuerpo –explicaba Pío XII–, necesariamente ha de ser uno e indiviso; según aquello de San Pablo: Muchos formamos un solo cuerpo (Rom 7, 5). Y no solamente debe ser uno e indiviso, sino también algo concreto y claramente visible (...). Por lo cual se apartan de la verdad divina aquellos que se forjan una imagen de la Iglesia de tal manera, que no pueda ni tocarse ni verse, siendo solamente un ser "neumático", como dicen, en el que muchas comunidades de cristianos, aunque separadas mutuamente en la fe, se junten, sin embargo, por un lazo invisible. Mas el cuerpo necesita también multitud de miembros, que de tal manera estén trabados entre sí, que mutuamente se auxilien"12.
III. La unidad de los fieles que forman el Cuerpo místico de Cristo está constituida por una comunión de fe, de sacramentos y de jerarquía, cuyo centro es el Papa.
La Iglesia es una comunión de fe, es decir, está formada por todos los bautizados, que han recibido una misma llamada de Dios y han correspondido con generosidad a esa llamada divina. Como consecuencia, confiesan la misma doctrina y están unidos por la misma vida divina que les comunica el Bautismo. Esta íntima unión, que brota de la fe, abraza conjuntamente la doctrina y la vida. En la antigüedad, cuando un bautizado se separaba de la doctrina o de la vida profesada y vivida por todos en la Iglesia, se le consideraba como ex-comulgado, esto es, que había roto la común-unión de todos. Después pasó a ser un acto de la autoridad de la Iglesia por el que se consideraba a alguien fuera de la Iglesia, en casos extremos y especialmente graves.
En el Cuerpo místico de Cristo existe también una comunión de bienes espirituales, en los que se participa principalmente a través de los sacramentos. Por ellos se da a los fieles la vida divina, se les alimenta y fortalece. La Sagrada Eucaristía es la cima de la vida de la Iglesia, pues en ella se da la Comunión en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo, se alcanza la unión más íntima entre Cristo y sus discípulos y, al mismo tiempo, se refuerza la unión entre todos los que componen la Iglesia. La Sagrada Eucaristía es "la fuente y el culmen de la vida cristiana"13.
La Iglesia es también una comunión de mutuas ayudas sobrenaturales. En ella se da una gran variedad y pluralidad de carismas y vocaciones, ordenadas a la unidad y bajo una misma jerarquía, cuyo centro es el Papa, sin el cual no puede subsistir la unión de una misma fe.
La unidad de la Iglesia tiene su concreción en la Comunión de los Santos. Este dogma expresa la unión de los cristianos entre sí, pues si padece un miembro, todos los miembros padecen con él; y si un miembro es honrado, todos los otros a una se gozan14. "La interdependencia de los cristianos unidos a Cristo por la caridad sacramental se organiza a distancia. Da a cada uno los tesoros de todos los demás, y a los demás los tesoros de cada uno"15. Todos nos necesitamos, todos nos podemos ayudar; de hecho, nos estamos beneficiando continuamente de los bienes espirituales de la Iglesia. Nuestra oración, el ofrecimiento del trabajo, de las pequeñas incomodidades que traerá el día de hoy, pueden ayudar eficazmente a tantos hermanos que están en camino de la fe y a quienes, estando cerca, no tienen aún la plena comunión. La consideración de esta eficaz ayuda que prestamos a otros nos debe alentar a cumplir acabadamente los deberes más pequeños y a darles un sentido sobrenatural, presentándolos al Señor como una ofrenda, pues "de la misma manera que en un cuerpo natural la actividad de cada miembro repercute en beneficio de todo el conjunto, así también ocurre con el cuerpo espiritual que es la Iglesia: como todos los fieles forman un solo cuerpo, el bien producido por uno se comunica a los demás"16. Esto nos debe animar a prestar ayuda a otros a través de la oración y del cumplimiento fiel del trabajo profesional. Un día, admirados, podremos contemplar en Dios el bien tan grande que hicimos a muchos cristianos y a la Iglesia entera desde nuestro despacho, la cocina, el quirófano o la besana. No dejemos que se pierda una sola hora de labor, una contrariedad o una larga espera. Todo lo podemos convertir en gracia y vivificar así, unidos a Cristo, todo su Cuerpo místico.
Señor, mira complacido a tu pueblo y derrama sobre él los dones de tu Espíritu, para que crezca sin cesar en el amor a la verdad y busque, en la doctrina y en la práctica, la perfecta unidad de los cristianos17.
1 Heb 13, 8. — 2 Cfr. Sagrada Biblia, Epístola a los Hebreos, EUNSA, Pamplona 1987, nota a Heb 13, 8. — 3 Mt 28, 20. — 4 Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, 9. — 5 Pablo VI, Alocución 27-IV-1966. — 6 Cfr. Conc. Vat. II, loc. cit., 6. — 7 Cfr. 1 Cor 12, 12-17. — 8 Cfr. Conc. Vat. II, loc. cit., 7. — 9 Cfr. Hech 9, 5. — 10 Cfr. Mt 25, 35-45. — 11 Pío XI, Enc. Miserentissimus Redemptor, 8-V-1928. — 12 Pío XII, Enc. Mystici Corporis, 29-VI-1943, 7. — 13 Cfr. Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, 11; Decr. Presbyterorum ordinis, 5. — 14 1 Cor 12, 26. — 15 Ch. Journet, Teología de la Iglesia, Desclée de Brouwer, Bilbao 1960, p. 252. — 16 Santo Tomás, Sobre el Credo, en Escritos de catequesis, Rialp, Madrid 1975, p. 99. — 17 Misal Romano, Misa por la unidad de los cristianos, Cielo C. Oración colecta.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
San Vicente
Mártir
Año 304
San Vicente: ¡que nos consigas del cielo la gracia de Dios
que nos vuelva muy valientes para proclamar nuestra fe!
Vicente significa: "Vencedor, victorioso".
San Vicente era un diácono español, y su martirio se hizo tan famoso que San Agustín le dedicó cuatro sermones y dice de él que no hay provincia donde no le celebren su fiesta. Roma levantó tres iglesias en honor de San Vicente y el Papa San León lo estimaba muchísimo. El poeta Prudencio compuso en honor de este mártir un himno muy famoso.
Era diácono o ayudante del obispo de Zaragoza, San Valerio. (Diácono es el grado inmediatamente inferior al sacerdocio). Como el obispo tenía dificultades para hablar bien, encargaba a Vicente la predicación de la doctrina cristiana, lo cual hacía con gran entusiasmo y consiguiendo grandes éxitos por su elocuencia y su santidad.
El emperador Diocleciano decretó la persecución contra los cristianos, y el gobernador Daciano hizo poner presos al obispo Valerio y a su secretario Vicente y fueron llevados prisioneros a Valencia. No se atrevieron a juzgarlos en Zaragoza porque allí la gente los quería mucho. En la cárcel les hicieron sufrir mucha hambre y espantosas torturas para ver si renegaban de la religión. Pero cuando fueron llevados ante el tribunal, Vicente habló con tan grande entusiasmo en favor de Jesucristo, que el gobernador regañó a los carceleros por no haberlo debilitado más con más atroces sufrimientos. Les ofrecieron muchos regalos y premios si dejaban la religión de Cristo y se pasaban a la religión pagana. El obispo encargó a Vicente para que hablara en nombre de los dos, y éste dijo: "Estamos dispuestos a padecer todos los sufrimientos posibles con tal de permanecer fieles a la religión de Nuestro Señor Jesucristo". Entonces el perseguidor Daciano desterró al obispo y se dedicó a hacer sufrir a Vicente las más espantosas torturas para tratar de hacerlo abandonar su santa religión.
El primer martirio fue un tormento llamado "el potro", que consistía en amarrarles cables a los pies y a las manos y tirar en cuatro direcciones distintas al mismo tiempo. Este tormento hacía que se desanimaran todos los que no fueran muy valientes. Pero Vicente, fiel a su nombre, que también significa "valeroso", aguantó este terrible suplicio rezando y sin dejar de proclamar su amor a Jesucristo.
El segundo tormento fue apalearlo. El cuerpo de Vicente quedó masacrado y envuelto en sangre. Pero siguió declarando que no admitía más dioses que el Dios verdadero, ni más religión sino la de Cristo. El mismo jefe de los verdugos se quedó admirado ante el valor increíble de este mártir.
Entonces el gobernador le pidió que ahora sí le dijera dónde estaban las Sagradas Escrituras de los cristianos para quemarlas. Vicente dijo que prefería morir antes que decirle este secreto.
Y vino el tercer tormento: la parrilla al rojo vivo. Lo extendieron sobre una parrilla calientísima erizada de picos al rojo vivo. Los verdugos echaban sal a sus heridas y esto le hacía sufrir mucho más. Y en todo este feroz tormento, Vicente no hacía sino alabar y bendecir a Dios.
San Agustín dice: "El que sufría era Vicente, pero el que le daba tan grande valor era Dios. Su carne al quemarse le hacía llorar y su espíritu al sentir que sufría por Dios, le hacía cantar". Si no hubiera sido porque Nuestro Señor le concedió un valor extraordinario, Vicente no habría sido capaz de aguantar tantos tormentos. Pero Dios cuando manda una pena, concede también el valor para sobrellevarla.
El tirano mandó que lo llevaran a un oscuro calabozo cuyo piso estaba lleno de vidrios cortantes y que lo dejaran amarrado y de pie hasta el día siguiente para seguirlo atormentando para ver si abandonaba la religión de Cristo. El poeta Prudencio dice: "El calabozo era un lugar más negro que las mismas tinieblas; un covacho que formaban las estrechas piedras de una bóveda inmunda; era una noche eterna donde nunca penetraba la luz".
Interviene Dios. Pero a medianoche el calabozo se llenó de luz. A Vicente se le soltaron las cadenas. El piso se cubrió de flores. Se oyeron músicas celestiales. Y una voz le dijo: "Ven valeroso mártir a unirte en el cielo con el grupo de los que aman a Nuestro Señor". Al oír este hermoso mensaje, San Vicente se murió de emoción. el carcelero se convirtió al cristianismo, y el perseguidor lloró de rabia al día siguiente al sentirse vencido por este valeroso diácono.
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Fuente: ACI Prensa
Laura Vicuña, Beata Virgen Adolecente, Enero 22
Virgen Chilena Martirologio Romano: En Junín de los Andes, en Argentina, beata Laura Vicuña, virgen, que nació en la ciudad de Santiago de Chile, fue alumna del Instituto de María Auxiliadora y, para obtener la conversión de su madre, a los trece años ofreció a Dios su vida (1904). |
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Fuente: www.caminando-con-jesus.org
Valero (Valerio), Santo Obispo de Zaragoza, Enero 22
Obispo de Zaragoza Martirologio Romano: Conmemoración de san Valerio o Valero, obispo de Zaragoza, en la Hispania Tarraconense (hoy España), que tomó parte en el primer Concilio de Illiberis y, conducido a Valencia junto con san Vicente, murió en el destierro (305/315). |
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Fuente: Vatican.va
Ladislao Batthyány-Strattmann, Beato Médico Laico, 22 de enero
Médico Laico Martirologio Romano: En Viena, capital de Austria, beato Ladislao Batthyány-Strattmann, que, siendo padre de familia, dio testimonio del Evangelio con la santidad de su vida y de sus obras, tanto en el ambiente familiar como en la sociedad civil. Honró como cristiano el nombre y la dignidad de médico, entregado con toda caridad a cuidar a los enfermos, para los cuales fundó un hospital en el que solamente acogía a los pobres y miserables, dejando de lado todo género de vanidad (1931). |
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Guillermo José Chaminade, Beato |
Presbítero y Fundador
del Instituto de las Hijas de María Inmaculada y la Sociedad de María
Martirologio Romano: En la ciudad de Burdeos, en Francia, beato Guillermo José Chaminade, presbítero, que trabajó audazmente con gran celo pastoral durante los tiempos de persecución y deseoso de atraer a los laicos a la devoción a la Santísima Virgen María, y para favorecer las Misiones, fundó el Instituto de las Hijas de María Inmaculada y la Sociedad de María (1850).
Etimología: Guillermo = Aquel que es un protector decidido, es de origen germánico.
Nació en Périgueux (Francia) en 1761: era el décimo cuarto hijo de una familia profundamente cristiana, que tuvo la alegría de ver cuatro hijos sacerdotes. En 1771 ingreso al Seminario Menor de Moussidan, donde, cuatro años más tarde, hace votos privados de pobreza, castidad y obediencia. Recibió la Ordenación sacerdotal en 1785.
En 1790, después del inicio de la Revolución Francesa, se transfirió para Bordéus y allí pasó la mayor parte de su vida. En 1791 se negó a jurar la Constitución Civil del Clero y ejerció el ministerio sacerdotal clandestinamente, poniendo su vida en continuo peligro. En este período conoce a la Venerable María Teresa Charlotte de Lamourous (1754-1836), que se tornó una de sus más estrechas colaboradoras y que él ayudó a fundar la Obra de Misericordia de Bordéus para la protección de las jóvenes. En 1795 se dedico a acoger en la diócesis a sacerdotes que, habiendo hecho el juramento constitucional, deseaban reconciliarse con la Iglesia. Atendió en este ministerio cerca de cincuenta sacerdotes.
En 1797 se vio obligado a huir para Zaragoza (España), donde permaneció durante tres años. Allí, junto a la Virgen del Pilar, forjó sus convicciones mariano-apostólicas y recibió la inspiración de fundar una familia de laicos y religiosos a la Virgen María.
En Noviembre de 1800 regreso a Bordéus e intento reorganizar sobre bases nuevas la Congregación Mariana, para ser una institución laical que después, en 1810, se tornó el Primer Instituto Secular del Mundo. Se esforzó por dar a sus miembros una sólida formación religiosa y orientarlos para objetivos apostólicos bien precisos, exhortándolos a ofrecer a la sociedad indiferente y descristianizada el ejemplo de un pueblo de santos, como hicieran los cristianos de la Iglesia primitiva. Esta Congregación fue la base de su incansable actividad evangelizadora, orientada para la cristianización de Francia. Chaminade fue considerado un precursor de la participación activa de los laicos en la vida de la Iglesia. En estos años cuidó también de la reorganización de la diócesis de Bazas, de la cual fue nombrado Administrador Apostólico.
En 1801 la Santa Sede lo nombró misionero apostólico, lo que le constituyo la confirmación oficial de sus instituciones sobre la Iglesia de ese nuevo tiempo. El Padre Chaminade concibió su ministerio y la Congregación Mariana, como una misión permanente y estable, orientada para la formación en la fe, con nuevos métodos y trabajando en íntima alianza con María.
En 1816, juntamente con la venerable Adèle de Batz de Trenquelléon (1789-1828), fundo en Agen el Instituto de las Hijas de María Inmaculada y, en el año siguiente, en Bordéus, la Compañía de María. Sus primeros miembros, que con el tiempo se llamarían marianistas, eran congregados marianos, mujeres y hombres, que querían responder al Señor con una entrega más radical, como prolongando su compromiso bautismal y su consagración a la Virgen María.
Los dos Institutos se desenvolvieron rápidamente en Francia y, en 1839, recibieron el "decretum laudis" del Papa Gregorio XVI. Dado que la educación era una necesidad prioritaria en esta época, las dos ramas de Marianistas se dedicaron a las escuelas primarias, secundarias y de artes y oficios, uniendo la educación moral a la formación en la fe. Nacerán así mismo algunas escuelas, más la Revolución de 1830 hizo que no prosperasen.
Entre tanto, el Padre Chaminade se dedico especialmente a redirigir las Constituciones y escribir importantes circulares sobre la Congregación – Alianza con María y la vida religiosa marianista. Las comunidades y las obras continuaban creciendo en Francia, después en Suiza (1839) y en los Estados Unidos de América (1849). A partir de 1836 las hijas de María inmaculada, pusieron en práctica el deseo de su fundadora, fallecida en 1828, crearon escuelas rurales en el Sur este de Francia, aseguraron así mismo la instrucción y educación cristiana de las jóvenes y la promoción de la mujer.
Los últimos diez años de su vida constituyeron para él un período de dura prueba: dificultades en la salud, problemas financieros, defección de algunos discípulos, incomprensión y desconfianzas, obstáculos en el ejercicio de su misión de fundador. Más todo fue enfrentado con gran confianza en María, fiel a su conciencia y a la Iglesia, repleto de fe y de caridad. Murió en paz, rodeado de muchos de sus hijos, junto a la capilla de la Magdalena en Bordéus, el día 22 de Enero de 1850.
Fue beatificado por S.S. Juan Pablo II el 3 de septiembre de 2000 en Burdeos, Francia.
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Fuente: palotinos.net
Vicente Pallotti, Santo Presbítero y Fundador, Enero 22
Presbítero y Fundador Martirologio Romano: En Roma, san Vicente Pallotti, presbítero, fundador de la Sociedad del Apostolado Católico, que con sus escritos y actividades fomentó la vocación de todos los bautizados en Cristo para trabajar a favor de la Iglesia (1850). " !Dios mío!"
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Anastasio (Magundat), Santo Mártir, Enero 22
Mártir Martirologio Romano: En Sergiopolis, ciudad de Persia (hoy Irán), pasión de san Anastasio, monje y mártir, que, después de muchos tormentos que sufrió en la ciudad de Cesarea de Palestina, fue estrangulado y degollado junto a un río por orden del rey de los persas, Cosroes, después de haber presenciado la muerte de setenta compañeros (628). |
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Domingo de Sora, Santo |
Domingo de Sora, Santo
Abad
Martirologio Romano: En Sora, ciudad del Lacio (hoy Italia), santo Domingo, abad, que fundo algunos monasterios en diversas partes de Italia y, con su anhelo de reforma, condujo a otros a una vida regular (1031).
En los archivos de Foligno de Etruria, ciudad natal de Santo Domingo, se afirma que existe la costumbre de invocar su protección contra los rayos, pero no se indica cuál es el origen de esta práctica.
Tal vez se trata de algún incidente ocurrido en los primeros años de la vida de Santo Domingo, ya que los documentos sólo hablan de él, a partir del momento en que tomó el hábito.
Domingo consagró toda su actividad a la fundación de iglesias y monasterios benedictinos en varias partes de Italia; en Scandrilia, Soya, Sangro y otras ciudades.
Según parece, en cada nuevo monasterio nombraba a un abad, de suerte que quedaba libre para recomenzar su tarea en otro sitio. En los intervalos entre las diferentes fundaciones, Santo Domingo se consagraba a la oración, hasta que Dios le daba a conocer el sitio donde quería que fundase el próximo monasterio.
En medio de esta vida tan ocupada, el santo encontraba todavía tiempo para trabajar con las almas, y más de una vez el cielo ratificó con sorprendentes milagros sus esfuerzos por la conversión de los pecadores. Un monje llamado Juan, discípulo y constante compañero suyo, nos ha dejado una narración de dichos milagros, de algunos de los cuales fue probablemente testigo ocular.
Santo Domingo murió en 1031, a los ochenta años de edad, en Sora.
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Fuente: Martirologio Romano
Otros Santos y Beatos Completando santoral de este día, Enero 22
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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