JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 39-48
Gloria a ti, Señor.
En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea, y entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la criatura saltó en su seno. Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz, exclamó:
"¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor".
Entonces dijo María:
"Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de Júbilo en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
lun 3a. Adviento
Oigan, pueblos, la palabra del Señor y anúncienla en todos los rincones de la tierra. "He aquí que vendrá nuestro salvador, ya no tengan miedo".
Escucha, Señor, nuestras plegarias y con la luz de tu Hijo que viene a visitarnos ilumina las tinieblas de nuestro corazón.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
De Jacob se levanta una estrella
Lectura del libro de los Números 24, 2-7.15-17a
En aquellos días Balaán, levantando los ojos, divisó a Israel acampado por tribus.
El espíritu del Señor vino sobre él y pronunció este oráculo:
"Oráculo de Balaán, hijo de Beor; oráculo del varón de ojos penetrantes. Oráculo del que escucha la palabra de Dios; que contempla en éxtasis, con los ojos abiertos, la visión del todopoderoso:
¡Qué bellas son tus tiendas, Jacob, y tus moradas, Israel! Son como extensos valles, como jardines junto al río, como cedros que plantó el Señor, como sauces junto a la corriente. De su descendencia nace un héroe que domina sobre pueblos numerosos".
Y de nuevo dijo:
"Oráculo de Balaán, hijo de Beor; palabra del varón de ojos penetrantes; oráculo del que escucha la palabra de Dios y conoce la ciencia del Altísimo, que ve en éxtasis, con los ojos abiertos, la visión del todopoderoso.
Yo lo veo, pero no en el presente; yo lo contemplo, pero no cercano. De Jacob se levanta una estrella y un cetro surge de Israel".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 24
Descúbrenos, Señor, tus caminos.
Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina. Tú eres nuestro Dios y salvador y tenemos en ti nuestra esperanza.
Descúbrenos, Señor, tus caminos.
Acuérdate, Señor, que son eternos tu amor y tu ternura. Según ese amor y esa ternura, acuérdate de nosotros.
Descúbrenos, Señor, tus caminos.
Porque el Señor es recto y bondadoso, indica a los pecadores el sendero, guía por la senda recta a los humildes y descubre a los pobres sus caminos.
Descúbrenos, Señor, tus caminos.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.
Aleluya.
¿El bautismo de Juan venía del cielo o de la tierra?
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 21, 23-27
Gloria a ti, Señor.
En aquellos días, mientras Jesús enseñaba en el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo para preguntarle:
"¿Con qué derecho haces todas estas cosas?
¿Quién te ha dado semejante autoridad?"
Jesús les respondió:
"Yo también les voy a hacer una pregunta; si me la responden les diré con qué autoridad hago lo que hago.
¿De dónde venía el bautismo de Juan, de Dios o de los hombres?"
Ellos pensaron para sus adentros:
"Si decimos que de Dios nos dirá:
Entonces, ¿por qué no le creyeron? Y si decimos que de los hombres, se nos va a echar encima el pueblo, porque todos tienen a Juan por un profeta".
Así que respondieron: "No sabemos".
Entonces Jesús les declaró: "Pues tampoco yo les digo con qué autoridad hago lo que hago".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Acepta, Señor, estas ofrendas que hemos tomado de tus mismos dones y concédenos que esta Eucaristía que estamos celebrando nos alcance la salvación eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Las dos venidas de Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor.
El cual, al venir por vez primera en la humildad de nuestra carne, realizó el plan de redención trazado desde antiguo y nos abrió el camino de la salvación, para que cuando venga de nuevo, en la majestad de su gloria, revelando así la plenitud de su obra, podamos recibir los bienes prometidos que ahora, en vigilante espera, confiamos alcanzar.
Por eso,
con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Ven, Señor, a visitarnos con tu paz, para que nos alegremos delante de ti, de todo corazón.
Oración después de la Comunión
Por nuestra participación en esta Eucaristía, enséñanos, Señor a no poner nuestro corazón en las cosas pasajeras sino en los bienes eternos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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† Meditación diaria
Adviento. 3ª semana. Lunes
LIMPIEZA DE CORAZÓN
— La Navidad nos llama a una mayor pureza interior. Frutos de la pureza de corazón. Los actos internos.
— La guarda del corazón.
— Los limpios de corazón verán a Dios ya en esta vida, y con plenitud en la vida eterna.
I. Cielos, destilad el rocío; nubes, derramad la victoria. Ábrase la tierra y brote la salvación1.
La Navidad es una luz en la noche, y esta luz no se extinguirá jamás. Todo el que mire hacia Belén podrá contemplar a Jesús Niño, acompañado de María y de José; todo el que mire con corazón puro, porque Dios solo se manifiesta a los limpios de corazón2.
La Navidad es una llamada a la pureza interior. Muchos hombres quizá no vean nada cuando llegue esta fiesta, porque están ciegos para lo esencial: tienen el corazón lleno de cosas materiales o de suciedad y de miseria. La impureza de corazón es la que provoca la insensibilidad para las cosas de Dios, y también para muchas cosas humanas rectas, entre ellas la compasión por las desgracias de los hombres.
De un corazón puro nace la alegría, una mirada penetrante para lo divino, la confianza en Dios, el arrepentimiento sincero, el conocimiento de nosotros mismos y de nuestros pecados, la verdadera humildad, y un gran amor a Dios y a los demás.
En cierta ocasión, unos escribas y fariseos preguntaron a Jesús: ¿Por qué motivo tus discípulos incumplen la tradición de los antiguos no lavándose las manos cuando comen? El Señor aprovecha para hacerles ver que ellos descuidan preceptos importantísimos. Y les dice:¡Hipócritas! Con razón profetizó de vosotros Isaías diciendo: Este pueblo me honra con los labios; pero su corazón está lejos de mí3.
Jesús convocó entonces al pueblo, porque va a declarar algo importante. No se trata de una interpretación más de un punto de la Ley, sino de algo fundamental. El Señor señala lo que verdaderamente hace a una persona pura o impura ante Dios.
Y llamando al pueblo les dijo: —Escuchadme y atended. Lo que entra por la boca no es lo que mancha al hombre, sino lo que sale de la boca, eso es lo que mancha al hombre4. Y un poco más tarde explicará aparte a sus discípulos: Lo que sale de la boca, sale del corazón, y eso es lo que mancha al hombre; porque del corazón es de donde salen los malos pensamientos, los homicidios, adulterios, fornicaciones, hurtos, falsos testimonios, blasfemias; estas cosas sí que manchan al hombre, pero comer sin lavarse las manos, eso no le mancha5. Lo que sale de la boca, del corazón sale. El hombre entero queda manchado por lo que ocurre en su corazón: malos deseos, despropósitos, envidias, rencores... Los mismos pecados externos que nombra el Señor, antes que en la misma acción externa, se han cometido ya en el interior del hombre. Ahí es donde se ama o se ofende a Dios.
A veces, sin embargo, la acción externa aumenta la bondad o la malicia del acto interno, por una mayor intensidad en la voluntariedad, por la ejemplaridad o escándalo que se siguen de dicha acción, por los bienes o daños causados al prójimo, etcétera. Pero es el interior del hombre lo que hay que conservar sano y limpio, y todo lo demás será puro y agradable a Dios.
El Señor llama bienaventurados y felices a quienes guardan su corazón. Y esta es tarea de cada día.
II. Guarda tu corazón, porque de él procede la vida6, dice el Libro de los Proverbios; y también proceden de él, la alegría y la paz, y la capacidad de amar, y la de hacer apostolado... ¡Con qué cuidado hemos de guardar el corazón! Porque, por otra parte, el corazón tiende a apegarse desordenadamente a personas y cosas.
Entre todos los fines de nuestra vida uno solo es verdaderamente necesario: llegar hasta la meta que Dios nos ha propuesto; alcanzar el Cielo, habiendo realizado nuestra propia vocación. Con tal de alcanzarlo, hay que estar dispuesto a perder cualquier cosa, a apartar todo lo que se interponga en el camino. Todo debe ser medio para alcanzar a Dios; y, si en vez de ser medio es un obstáculo, entonces habremos de rectificarlo o quitarlo. Las palabras del Señor son claras: Si tu ojo derecho te escandaliza, arráncatelo y tíralo... Y si tu mano derecha te escandaliza, córtala y arrójala de ti; porque más te vale que se pierda uno de tus miembros que no que todo el cuerpo sea arrojado al infierno7.
Con la expresión ojo derecho y mano derecha expresa el Señor lo que en un momento dado puede presentarse como algo muy estimado y valioso. Sin embargo, la santidad, la salvación –la propia y la del prójimo– es lo primero.
«Si tu ojo derecho te escandalizare..., ¡arráncalo y tíralo lejos! —¡Pobre corazón, que es el que te escandaliza!
»Apriétalo, estrújalo entre tus manos: no le des consuelos. —Y, lleno de una noble compasión, cuando los pida, dile despacio, como en confidencia: "Corazón, ¡corazón en la Cruz!, ¡corazón en la Cruz!"»8.
Las cosas que habremos de quitar o cortar en nuestra vida pueden ser de naturaleza muy diversa. Unas veces pueden ser cosas buenas en sí mismas, pero que se tornan desordenadas por egoísmo o falta de rectitud de intención.
Muchas veces no se tratará de cosas importantes, sino de pequeños caprichos, faltas habituales de templanza, falta de dominio del carácter, excesiva preocupación por las cosas materiales, etcétera. Cosas que hay que cortar y tirar, porque, casi siempre, son esos detalles que parecen pequeños los que dejan al alma sumida en la mediocridad. «Mira –dice San Agustín– cómo el agua del mar se filtra por las rendijas del casco y poco a poco llena las bodegas del barco, y, si no se la saca, sumerge la nave... Imitad a los navegantes: sus manos no cesan hasta secar el hondón del barco; no cesen las vuestras de obrar el bien. Sin embargo, a pesar de todo, volverá a llenarse otra vez el fondo de la nave, porque persisten las rendijas de la flaqueza humana; y de nuevo será necesario achicar el agua»9. Esos obstáculos y tendencias que no se arrancan de una sola vez, sino que exigen una disposición de lucha alegre, nos ayudan, en gran medida, a ser más humildes.
El amor a la Confesión frecuente y el examen diario de conciencia nos ayudan a mantener el alma más limpia y dispuesta para contemplar a Jesús en la gruta de Belén, a pesar de nuestras patentes flaquezas diarias.
III. Los limpios de corazón verán a Dios. «Con toda razón se promete a los limpios de corazón la bienaventuranza de la visión divina. Nunca una vida manchada podrá contemplar el esplendor de la luz verdadera, pues aquello mismo que constituirá el gozo de las almas limpias será el castigo de las que estén manchadas»10.
Si está limpio el corazón sabremos reconocer a Cristo en la intimidad de la oración, en medio del trabajo, en los acontecimientos de nuestra vida ordinaria. Él vive y sigue actuando en nosotros. Un cristiano que busca al Señor con sinceridad, lo encuentra; porque es el mismo Señor quien nos busca.
Si faltara pureza interior, los signos más claros no nos dirán nada y los interpretaríamos torcidamente, como hicieron los fariseos, e incluso podrían escandalizarnos. Las buenas disposiciones son necesarias para ver a Dios y las obras de Dios en el mundo.
La contemplación de Dios en esta vida nos obliga dichosamente a vivir hacia dentro, a guardar los sentidos, a no dejar las pequeñas mortificaciones que cada día ofrecemos al Señor. Este recogimiento interior es compatible con el trabajo intenso y con las relaciones sociales de una persona que ha de vivir en medio del mundo.
«¿Cómo va ese corazón? —No te me inquietes: los santos –que eran seres conformados y normales, como tú y como yo– sentían también esas "naturales" inclinaciones. Y si no las hubieran sentido, su reacción "sobrenatural" de guardar su corazón –alma y cuerpo– para Dios, en vez de entregarlo a una criatura, poco mérito habría tenido.
»Por eso, visto el camino, creo que la flaqueza del corazón no debe ser obstáculo para un alma decidida y "bien enamorada"»11.
Esta vida contemplativa está al alcance de todo cristiano, pero es necesaria una decisión firme y seria de buscar a Dios en todas las cosas, de purificarse y de reparar por las faltas y pecados cometidos. Es siempre una gracia de Dios, que no niega a quien la pide con humildad. Es un don para pedir especialmente durante el Adviento.
Después, si hemos sido fieles, vendrá el conocimiento perfecto de Dios, inmediato, claro y total, siempre dentro de las posibilidades de la naturaleza creada y finita del hombre. Lo veremos cuando llegue el fin, quizá para nosotros dentro de poco tiempo. Conoceremos a Dios como Él nos conoce a nosotros, directamente y cara a cara: Sabemos que, cuando aparezca, seremos semejantes a Él, porque le veremos tal cual es12. El hombre podrá entonces mirar a Dios, sin cegarse y sin morir. Podremos contemplar a Dios, a quien hemos procurado servir toda nuestra vida.
Contemplaremos a Dios Padre, a Dios Hijo y a Dios Espíritu Santo. Y, muy cerca de la Trinidad Beatísima, a Santa María, Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo, Esposa de Dios Espíritu Santo.
1 Is 45, 8. — 2 Cfr. Mt 5, 8. — 3 Mt 15, 7-8. — 4 Mt 15, 10. — 5 Mt 15, 18-20. — 6 Prov 4, 23. — 7 Mt 5, 29-30. —8 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 163. — 9 San Agustín, Sermón 16, 7. — 10 San León Magno, Sermón 95, Sobre las bienaventuranzas. — 11 San Josemaría Escrivá, o. c., n. 164. — 12 1 Jn 3, 3.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
Santa Adelaida
Viuda
Año 999
Que el Espíritu Santo siga enviando sabios directores espirituales
que aconsejen a los gobernadores de las naciones y los
lleven hacia la verdadera sabiduría y hacia la santidad.
¡Que hermoso fuera que esto se hiciera realidad!.
Hallar un buen amigo es como encontrar un tesoro (S. Biblia).
Adela o Adelaida, es un nombre alemán que significa: "de noble familia". A esta santa le decían también Alicia.
Santa Adelaida fue la esposa del Emperador Otón el Grande.
Era hija del rey Rodolfo de Borgoña, el cual murió cuando ella tenía 6 años. Muy joven contrajo matrimonio con Lotario, rey de Italia. Su hija Emma llegó a ser reina de Francia.
Su primer esposo, Lotario, murió también muy joven, parece que envenenado por los que deseaban quitarle su reino, quedando Adelaida viuda de sólo 19 años, con su hijita Emma todavía muy pequeñita. El usurpador Berengario la encerró en una prisión y le quitó todos sus poderes y títulos, porque ella no quiso casarse con el hijo del tal Berengario. Su capellán se quedaba admirado porque Adelaida no se quejaba ni protestaba y seguía tratando a todos los carceleros con exquisita amabilidad y dulzura. Todo lo que sucedía lo aceptaba como venido de las manos de Dios y para su bien. Le robaron sus vestidos de reina y todas sus alhajas y joyas y le dieron unos harapos como de pordiosera. En su oscura prisión pasó varios meses dedicada a la oración. Los carceleros exclamaban: "Cuánto heroísmo tiene esta reina. ¡No grita, no se desespera, no insulta. Sólo reza y sonríe en medio de sus lágrimas!".
Y mientras tanto su capellán, el Padre Martín, consiguió un plano del castillo donde ella estaba prisionera, abrió un túnel y llegando hasta su celda la sacó hacia el lago cercano donde la esperaba una barca, en la cual se la llevó hacia le libertad haciéndola llegar hasta el Castillo de Canossa, donde se refugió. Pero Berengario atacó aquel castillo y Adelaida envió unos embajadores a Otón de Alemania pidiéndole su ayuda. Otón llegó con su ejército, derrotó e hizo prisionero a Berengario y concedió la libertad a la santa reina.
Otón se enamoró de Adelaida y le pidió que fuera su esposa. Ella aconsejada por el Padre Martín, acepto este matrimonio y así llegó a ser la mujer del más importante mandatario de su tiempo. Los dos se fueron a Roma y allá el Sumo Pontífice Juan XII coronó a Otón como emperador y a Adelaida como emperatriz.
Otón el grande reinó durante 36 años. Mientras tanto su santa esposa se dedicaba a socorrer a los pobres, a edificar templos y a ayudar a misioneros, religiosos y predicadores.
Al morir su esposo Otón I, le sucedió en el trono el hijo de Adelaida, Otón II, pero este se casó con una princesa de Constantinopla, la cual era dominante y orgullosa y le exigió que tenía que alejar del palacio a Adelaida. Otón aceptó semejante infamia y echó de su casa a su propia madre. Ella se fue a un castillo pero pidió la ayuda de San Mayolo, abad de Cluny, el cual habló de tal manera a Otón que lo convenció que nadie mejor lo podía aconsejar y acompañar que su santa madre. Y así el emperador llamó otra vez a Adelaida y le pidió perdón y la recibió de nuevo en el palacio imperial.
Otón II murió en una guerra y su viuda la princesa de Constantinopla se apoderó del mando y trató duramente a Adelaida. Ella decía: "Solo en la religión puedo encontrar consuelo para tantas pérdidas y desventuras". En medio de sus penas encontraba fuerzas y paz en la oración. A quienes le trataban mal les correspondía tratándoles con bondad y mansedumbre.
Una extraña enfermedad acabó con la vida de la princesa de Constantinopla y Adelaida quedó como regente, encargada del gobierno de la nación, mientras su nieto Otón III llegaba a la mayoría de edad. Fue para sus súbditos una madre bondadosa. Ignoraba el odio y no guardaba resentimientos con nadie. Supo dirigir el gobierno del país alemán con bondad y mucha compresión, ganándose el cariño de las gentes.
Fundó varios monasterios de religiosos y se preocupó por la evangelización de los que todavía no conocían la religión católica. Se esforzaba mucho por reconciliar a los que estaban peleados.
Su director espiritual en ese tiempo fue San Odilón, el cual dejó escrito: "La vida de esta reina es una maravilla de gracia y de bondad". Santa Adelaida tuvo una gran suerte, y fue que durante toda su vida se encontró con formidables directores espirituales que la guiaron sabiamente hacia la santidad: el Padre Martín, San Adalberto, San Mayolo y San Odilón. En la vida de nuestra santa sí que se cumplió lo que dice la S. Biblia: "Encontrar un buen amigo es mejor que encontrarse un buen tesoro. Quien pide un consejo a los que son verdaderamente sabios, llegan con mucha mayor facilidad al éxito".
Cuando su hijo Otón III se posesionó como emperador, ella se retiró a un monasterio, y allí pasó sus últimos días dedicada a la oración y a meditar en las verdades eternas.
Murió el 16 de diciembre del año 999 y aunque las ingratitudes y persecuciones le hicieron sufrir mucho durante toda su vida, al morir se había ganado la estima y el amor de toda su nación.
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Fuente: Osanet.org
Querubin Testa de Avigliana, Beato Sacerdote Agustino, 16 de diciembre
Perteneciente a la noble familia Prueba, Querubín nació en Avigliana, provincia de Turín (Italia), el año 1451. Abrazó en edad temprana la vida religiosa y vistió el hábito de los Ermitaños de S. Agustín en el convento local de la Orden, fundado por el beato Adriano Berzetti de Buronzo. Allí llevó, hasta al final de su breve existencia, una austera vida de mortificación y santidad, marcada siempre por un profundo espíritu de obediencia y una inmensa piedad. Se distinguió, además, por su pureza y por una particular profunda devoción a la Pasión de Cristo, hasta el extremo de pasar gran parte del día llorando, en extática contemplación de Jesús crucificado. |
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María de los Angeles (Marianna) Fontanella, Beata Virgen Carmelita, 16 Diciembre
Nació en Turín (Italia) el 7 de enero de 1661. Fue la última de los once hijos de los condes Juan y María. A los 14 años quedó huérfana de padre y, a disgusto de su madre, vistió el hábito en el Carmelo de su ciudad el 19 de noviembre de 1675, cambiando su nombre de Mariana por el de María de los Angeles. Hizo su profesión el 26 de diciembre de 1676. |
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Fuente: Franciscanos.org
Honorato Kozminski de Biala, Beato Capuchino, 16 Diciembre
Honorato (de seglar, Wenceslao Kozminski) nació en Biala Podlaska (Polonia), el 16 de octubre de 1829. La muerte de su padre le produjo una crisis de fe y se declaró ateo. Sospechoso de participar en un complot contra el régimen ruso invasor, fue encarcelado y en la prisión enfermó de tifus: estas nuevas pruebas le hicieron recuperar la fe. Fue liberado por insuficiencia de pruebas y se hizo capuchino. Recibió la ordenación sacerdotal el 27 de diciembre de 1852. Se dedicó a la predicación y a la dirección de almas, ejerciendo al mismo tiempo varios cargos en su Orden. Su gran actividad estaba sostenida por una intensa vida interior. Se sirvió del confesonario y de la correspondencia para dirigir a personas y orientarlas en su vocación; fundó comunidades religiosas, de las que salieron numerosas congregaciones: todavía hoy existen 17. Fue un precursor de los institutos seculares. Debido a la supresión de los conventos, se iba trasladando de uno a otro, hasta llegar al de Nowe Miasto, en el que vivió los últimos 24 años de su vida, dedicado a la oración y al apostolado epistolar; la sordera le había obligado a dejar el confesonario. Como sus congregaciones habían pasado a la jurisdicción de los obispos, se dedicó a escribir numerosas obras y cartas a sus hijos espirituales. Falleció a la edad de 87 años, el 16 de diciembre de 1916. Lo beatificó Juan Pablo II el 16 de octubre de 1988. |
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Fuente: clairval.com
Clemente Marchisio, Beato Sacerdote, 16 Diciembre
Clemente Marchisio nace el 1 de marzo de 1833 en Raconnigi, pequeña ciudad de la región de Turín, donde su familia es apreciada tanto por su fe como por su ardor en el trabajo. Una fuerza de conversión
Las dos caridades
La escalada a la cima
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Fuente: PrelaturaAyaviri.org
Felipe Siphong Onphitak, Beato Protomártir de Tailandia, 16 Diciembre
A lo largo de la historia de la Iglesia hay muchos hombres y mujeres que han vivido la fe en Jesucristo de una manera extraordinariamente ordinaria. Personas como tú o como yo, que en nuestro trabajo, centro de estudios, como catequista o miembro de alguna parroquia o movimiento eclesial nos esforzamos en vivir el amor como Jesús nos ha enseñado. |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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