JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 18, 1-5. 10. 12-14
Gloria a ti, Señor.
En cierta ocasión, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron:
"¿Quién es el más grande en el Reino de los cielos?"
Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y les dijo:
"Yo les aseguro a ustedes que si no cambian y no se hacen como los niños, no entrarán en el Reino de los cielos. Así, pues, quien se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el Reino de los cielos. Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, me recibe a mí.
Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, pues yo les digo que sus ángeles, en el cielo, ven continuamente el rostro de mi Padre, que está en el cielo.
¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿acaso no deja las noventa y nueve en los montes, y se va a buscar a la que se le perdió? Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella, que por las noventa y nueve que no se le perdieron. De igual modo, el Padre celestial no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
mar 19a. Ordinario año impar
Antífona de Entrada
Entremos y adoremos de rodillas al Señor, creador nuestro, porque él es nuestro Dios.
Oración Colecta
Oremos:
Señor, que tu amor incansable cuide y proteja siempre a estos hijos tuyos, que han puesto en tu gracia toda su esperanza.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
Primera Lectura
Sé fuerte y valiente, Josué, porque tú has de introducir a este pueblo en la tierra prometida
Lectura del libro del Deuteronomio 31, 1-8
En aquellos días, Moisés dirigió estas palabras a todo el pueblo de Israel:
"He cumplido ya ciento veinte años y me encuentro achacoso. Además, el Señor me ha dicho que no cruzaré el Jordán. El Señor, nuestro Dios, lo cruzará delante de ustedes; él destruirá a todos esos pueblos ante sus ojos para que ustedes se apoderen de ellos, y Josué pasará al frente de ustedes, como lo ha dicho el Señor. El Señor tratará a los enemigos de ustedes como a los reyes amorreos Sijón y Og, y los arrasará como a sus tierras. Cuando el Señor se los entregue, harán con ellos lo que yo les he ordenado.
Sean fuertes y valientes, no teman, no se acobarden ante ellos, porque el Señor, su Dios, avanza con ustedes. El no los dejará ni abandonará".
Después Moisés llamó a Josué y le dijo en presencia de todo el pueblo de Israel:
"Sé fuerte y valiente, porque tú has de introducir a este pueblo en la tierra que el Señor, tu Dios, prometió dar a nuestros padres; y tú les repartirás esa tierra. El Señor, que te conduce, estará contigo; él no te dejará ni te abandonará. No temas ni te acobardes".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Salmo 32
Bendice, Señor, a tu pueblo.
Voy a proclamar el nombre del Señor. Den gloria a nuestro Dios, porque sus obras son perfectas.
Bendice, Señor, a tu pueblo.
Acuérdate de los días remotos, considera las edades pasadas; pregúntale a tu padre y te lo contará, a los ancianos y te lo dirán.
Bendice, Señor, a tu pueblo.
Cuando el Altísimo daba a cada pueblo su heredad y la distribuía a los hijos de Adán, trazó las fronteras de las naciones según el número de los hijos de Israel.
Bendice, Señor, a tu pueblo.
La porción del Señor fue su pueblo, Jacob fue su heredad. Sólo el Señor los condujo, no hubo dioses extraños con él.
Bendice, Señor, a tu pueblo.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, Aleluya.
Tomen mi yugo sobre ustedes, dice el Señor, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón.
Aleluya.
Evangelio
Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 18, 1-5. 10. 12-14
Gloria a ti, Señor.
En cierta ocasión, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron:
"¿Quién es el más grande en el Reino de los cielos?"
Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y les dijo:
"Yo les aseguro a ustedes que si no cambian y no se hacen como los niños, no entrarán en el Reino de los cielos. Así, pues, quien se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el Reino de los cielos. Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, me recibe a mí.
Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, pues yo les digo que sus ángeles, en el cielo, ven continuamente el rostro de mi Padre, que está en el cielo.
¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿acaso no deja las noventa y nueve en los montes, y se va a buscar a la que se le perdió? Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella, que por las noventa y nueve que no se le perdieron. De igual modo, el Padre celestial no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Señor, Dios nuestro, tú que nos has dado este pan y este vino para reparar nuestras fuerzas, conviértelos para nosotros en sacramento de vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Restauración universal en Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, nuestro Señor.
A quien hiciste fundamento de todo y de cuya plenitud quisiste que participáramos todos.
El cual, siendo Dios, se anonadó a sí mismo, y por su sangre derramada en la cruz, puso en paz todas las cosas.
Y así, constituido Señor del universo, es fuente de salvación eterna para cuantos creen en él.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Antífona de la Comunión
Demos gracias al Señor por su misericordia, por las maravillas que hace por su pueblo; porque da de beber al que tiene sed y les da de comer a los hambrientos.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, tú que has querido hacernos participar de un mismo pan y de un mismo cáliz, concédenos vivir de tal manera unidos en Cristo, que nuestro trabajo sea eficaz para la salvación del mundo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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Dia 13/08 San Ponciano, papa, y san Hipólito (presbítero, mártires, rojo)
Antífona de Entrada
Aunque el justo sufra muchos males, de todos lo libra el Señor. El señor cuida de todos sus huesos, y ni uno solo se quebrará.
Oración Colecta
Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, que concediste a los mártires san Ponciano y san Hipólito la gracia de morir por Cristo; ayúdanos en nuestra debilidad, para que, así como ellos no dudaron en morir por ti, así también nosotros nos mantengamos fuertes en la confesión de tu nombre.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Estén alegres cuando compartan los padecimientos de Cristo
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 4, 12-19
Queridos hermanos: No se extrañen de ese fuego abrasador que los pone a prueba como si les sucediera algo extraordinario. Estén alegres cuando compartan los padecimientos de Cristo, para que, cuando se manifieste su gloria, rebosen de gozo. Si los ultrajan por el nombre de Cristo, dichosos ustedes, porque el Espíritu de la gloria, el Espíritu de Dios,
reposa sobre ustedes. Que ninguno de ustedes tenga que sufrir por homicida, ladrón, malhechor o entrometido. Pero si sufre por ser cristiano, que no se avergüence, que dé gloria a Dios por este nombre.
Ha llegado el momento de que el juicio empiece por la casa de Dios, y si nosotros somos los primeros, ¿cuál será el final de los que no han obedecido el Evangelio de Dios? Si el justo, a duras penas, se salva, ¿qué sucederá con el impío y pecador?
En consecuencia, los que padecen por designio de Dios, practiquen el bien y pónganse en manos del Creador, que es fiel.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del Salmo 123
Hemos salvado la vida como un pájaro de la trampa del cazador.
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte cuando nos asaltaban lo hombres, nos habrían tragado vivos, tanto ardía su ira contra nosotros.
Hemos salvado la vida como un pájaro de la trampa del cazador.
Nos habrían arrollado las aguas, llegándonos el torrente hasta el cuello; nos habrían llegado hasta el cuello las aguas espumantes.
Hemos salvado la vida como un pájaro de la trampa del cazador.
La trampa se rompió y escapamos. Nuestro auxilio es el nombre del Señor, quien hizo el cielo y la tierra.
Hemos salvado la vida como un pájaro de la trampa del cazador.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Dichosos los perseguidos por cauda de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Aleluya.
Evangelio
Si me han perseguido a mí, también a ustedes los perseguirán
Lectura del santo Evangelio según san Juan 15, 18-21
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Si el mundo los odia, sepan que me ha odiado a mí antes que a ustedes. Si fueran del mundo, el mundo los amaría como cosa suya; pero como no son del mundo, sino que yo los he escogido sacándolos del mundo, por eso el mundo los odia. Recuerden lo que les dije:
No es el siervo más que su amo. Si a mí me han perseguido, también a ustedes los perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la de ustedes. Y todo eso lo harán con ustedes a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Sea agradable a tus ojos, Señor, esta ofrenda que va a ser consagrada en la festividad gloriosa de tus mártires, Ponciano e Hipólito para que nos purifique de nuestros pecados y te mueva a escuchar las plegarias de tu pueblo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Testimonio y ejemplo de los mártires
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque la sangre de los gloriosos mártires san Ponciano y san Hipólito, derramada como la de Cristo para proclamar su fidelidad a ti, manifiesta tu admirable poder, que convierte la fragilidad en fortaleza y al hombre débil robustece para que sea testigo tuyo.
Por eso,
como los ángeles te cantan en el cielo, así nosotros en la tierra te aclamamos diciendo si cesar:
Antífona de la Comunión
Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos, dice el Señor.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Alimentados con el pan del cielo, viviendo la unidad como miembros del Cuerpo de Cristo, te rogamos, Señor, que no nos separemos de amor de tu Hijo, y a ejemplo de tus mártires san Ponciano y san Hipólito, logremos superar con valentía cualquier dificultad por aquel que nos amó sobre toda medida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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† Meditación diaria
19ª semana. Martes
LA OVEJA EXTRAVIADA
— Dios nos ama siempre, también cuando nos extraviamos.
— El amor personal de Dios por cada hombre.
— Nuestra vida es la historia del amor de Cristo..., que tantas veces nos ha mirado con predilección.
I. Leemos en el Evangelio de la Misa una de las parábolas de la misericordia divina que más conmueve al corazón humano1. Un hombre que tiene cien ovejas –un rebaño grande– pierde una de ellas, probablemente por culpa de la misma oveja, porque se quedó atrás mientras seguían buscando pastos. Y pregunta Jesús: el pastor, ¿no dejará las noventa y nueve en el monte e irá a buscar la que se ha perdido? San Lucas recoge estas palabras del Señor: Y cuando la encuentra la pone sobre sus hombros gozoso2 hasta devolverla al redil.
¡Tantas veces Jesús ha salido en nuestra busca, a pesar de las faltas de generosidad y de correspondencia! Y por eso, precisamente, ha salido una y otra vez, aunque no lo merecíamos, porque nos alejamos siempre por nuestra culpa.
Ninguna de las ovejas recibió tantas atenciones como esta que se había descarriado. Los cuidados de la misericordia divina sobre el pecador, sobre nosotros, son abrumadores. ¿Cómo no nos vamos a dejar llevar a hombros del Buen Pastor si alguna vez nos perdemos? ¿Cómo no hemos de amar la Confesión frecuente, donde encontramos a Cristo? Pues hemos de contar con que somos débiles y, por tanto, con los tropiezos. Pero esa misma debilidad, si la reconocemos como tal, atrae siempre la misericordia divina, que acude con más ayudas, con más amor. «Jesús, nuestro Buen Pastor, se da prisa en buscar a la centésima oveja, que se había perdido... ¡Maravillosa condescendencia la de Dios que así busca al hombre; dignidad grande del hombre así buscado por Dios!»3.
Contamos siempre con el amor de Cristo, que ni aun en los peores momentos de nuestra existencia deja de amarnos. Contamos siempre con su ayuda para volver a la buena senda, si la hubiéramos perdido, y recomenzar una y otra vez. Él nos mantiene en la lucha, y «un jefe en el campo de batalla estima más al soldado que, después de haber huido, vuelve y ataca con ardor al enemigo, que al que nunca volvió la espalda, pero tampoco llevó nunca a cabo una acción valerosa»4. No se santifica el que nunca comete errores, sino quien siempre se arrepiente, fiado en el amor que Dios le tiene, y se levanta para seguir luchando. Lo peor no es tener defectos, sino pactar con ellos, no luchar, admitirlos como parte de nuestra manera de ser. Así se llegaría a la mediocridad espiritual, que el Señor no quiere para quienes le siguen.
II. Jesús ama a cada uno tal y como es, con sus defectos; en su amor, no idealiza a los hombres; los ve con sus contradicciones y flaquezas, con sus inmensas posibilidades para el bien y con su debilidad, que tan frecuentemente añora. «Cristo conoce lo que hay dentro del hombre. ¡Solo Él lo conoce!»5, y así lo ama, así nos ama.
¡Cómo entiende Jesús al corazón humano y qué visión tan positiva tiene de su capacidad! «El ojo de Jesús sabe mirar a través de los velos de las pasiones humanas y penetrar hasta lo íntimo del hombre, allí donde está solo, pobre y desnudo»6. Él nos comprende siempre y nos anima a seguir luchando en todas las situaciones. ¡Si pudiéramos darnos más cuenta del amor personal de Cristo por cada hombre, de sus atenciones, de sus desvelos!
El Señor nos ama; esta es la suprema realidad de nuestra vida, la que es capaz de levantar nuestro espíritu en todo momento, lo que nos hace estar alegres, por encima del dolor y de la contrariedad. Jesús nos ama siempre, a pesar de ese fondo de miseria que se encuentra en el corazón humano. «Este "a pesar de todo" hace su amor tan incomparable, tan único, tan maternalmente tierno y generoso, que permanecerá inscrito para siempre en el recuerdo de la humanidad (...). Su amor a la humanidad es muy distinto del que preconizan los pensadores y filósofos. No es pura doctrina, sino vida, más aún, un sufrir y morir con los hombres. No se contenta con examinar la miseria humana y luego buscar los remedios para aliviarla, sino que Él mismo se pone en contacto con dicha miseria. No soporta conocerla sin tomarla sobre sí. El amor de Jesús traspasa los límites de su propio corazón para atraer hacia sí al prójimo, o mejor dicho, para salir de sí mismo, identificándose con los demás para vivir y sufrir con ellos»7.
Llama a los hombres con los títulos de hermano y de amigo, y une su suerte tan íntimamente con la de ellos que cualquier cosa que se haga por otro, por Él se hace8. Constantemente nos dicen los Evangelistas que sentía compasión del pueblo9. Tenía compasión de ellos porque eran como ovejas sin pastor10. Le conmueven siempre la desgracia y el dolor. No puede decir no cuando clama el dolor, aunque sea el de una mujer pagana como la sirofenicia11. No deja de atender a quienes se le acercan, sin importarle que le critiquen de que quebranta el sábado12, y está entre publicanos y pecadores, aunque se escandalicen los que se creen buenos cumplidores de la Ley. Ni siquiera su propia agonía le impide decir al buen ladrón: Hoy estarás conmigo en el paraíso13.
Su amor no tolera excepción alguna, y no tiene la menor preferencia por una clase determinada. Acoge a ricos como Nicodemo, Zaqueo o José de Arimatea, y a pobres como Bartimeo, un mendigo que, después de ser curado, le seguía en el camino. En sus viajes le acompañaban a veces mujeres que le servían con sus bienes14. Atiende con más prontitud a los más necesitados del cuerpo, y sobre todo del alma. Su preferencia por los más necesitados no es excluyente, no se limita solo a los desposeídos de fortuna, a los marginados..., pues hay de hecho males comunes a todos los estratos sociales: la soledad, la falta de cariño...
Nuestra vida es la historia del amor de Cristo, que tantas veces nos ha mirado con predilección, que en tantas ocasiones ha salido en nuestra búsqueda. Preguntémonos hoy cómo estamos correspondiendo en este momento de la vida a tanto desvelo por parte del Señor: cómo nos esforzamos en recibir con la frecuencia y el amor debidos los sacramentos, si reconocemos a Cristo en la dirección espiritual o al recibir la corrección fraterna, si vemos con agradecimiento la solicitud de quienes en la Iglesia –los Pastores– cuidan de nuestra alma. ¿Sabemos exclamar en esas situaciones: ¡Es el Señor!?
III. Jesús me amó y se entregó por mí15. Esta es la gran verdad que llena siempre de consuelo. Jesús ama hasta dar su vida; y nos quiere como si cada uno fuera el único destinatario de ese amor. Muchas veces debemos meditar esta maravillosa realidad –Dios me ama–, que desborda con creces las expectativas más audaces del corazón humano. Nadie, fuera de la Revelación divina, se atrevió a vislumbrar y a reconocer esta sublime vocación de cada hombre: ser hijo de Dios, llamado a vivir en una relación amistosa, a participar de la misma Vida de las Tres Personas divinas. Para una lógica chata, parece una ilusión, casi una mentira, y, sin embargo, es la gran verdad que nos debe llevar a ser consecuentes.
Jamás ha cesado Jesús de amarnos, de ayudarnos, de protegernos, de comunicarse con nosotros; ni siquiera en los momentos de mayor ingratitud, o en aquellos en los que tal vez cometimos las más grandes deslealtades. Quizá en aquellas tristes circunstancias tuvieron lugar las mayores atenciones del Señor, como nos muestra la parábola que hoy consideramos. Entre las cien ovejas que componían el rebaño, solo aquella, la que se extravió, fue la que tuvo el honor de ser llevada a hombros por el buen pastor. Yo estaré con vosotros siempre16, nos dice el Señor en cada situación, en todo momento. También cuando vayamos a emprender el último viaje hacia Él.
Esta seguridad de la cercanía del Señor debe impulsarnos a recomenzar una y otra vez en la lucha interior, sin dejarnos abrumar por la experiencia negativa de nuestros defectos y pecados. Cada momento que vivimos es único y, por tanto, bueno para recomenzar, porque, como se lee en el libro del Deuteronomio, el Señor avanzará ante ti. Él estará contigo: no te dejará ni abandonará. No temas ni te acobardes17.
Durante muchos siglos, la Iglesia ha puesto en los labios de sacerdotes y fieles, al comenzar la Misa, aquellas palabras del Salmo:Me acercaré al altar de Dios.// Al Dios que alegra mi juventud18, y esto cuando el sacerdote y los asistentes eran jóvenes y cuando habían traspasado ya los años de la madurez. Es el grito del alma que se dirige derechamente a Cristo, que se sabe amada y que desea amor.
«Dios me ama... Y el Apóstol Juan escribe: "amemos, pues, a Dios, ya que Dios nos amó primero". —Por si fuera poco, Jesús se dirige a cada uno de nosotros, a pesar de nuestras innegables miserias, para preguntarnos como a Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?"...
»—Es la hora de responder: «¡Señor, Tú lo sabes todo, Tú sabes que te amo!», añadiendo con humildad: ¡ayúdame a amarte más, auméntame el amor!»19. Son jaculatorias que nos pueden servir en el día de hoy: nos acercarán más a Cristo. Él espera esa correspondencia.
1 Mt 18, 12-14. — 2 Lc 15, 6. — 3 San Bernardo, Sermón para el primer Domingo de Adviento, 7. — 4 San Juan Crisóstomo. Comentario a la Primera Carta a los Corintios, 3. — 5 Juan Pablo II, Homilía 22-X-1978. — 6 K. Adam, Jesucristo, p. 112. — 7Ibídem, pp. 113-114. — 8 Mt 25, 40. — 9 Mc 8, 2; Mt 9, 36; 14, 14; etc. — 10 Mc 6, 34. — 11 Mc 7, 26. — 12 Mc 1, 21. — 13 Lc 23, 43. — 14 Lc 8, 3. — 15 Gal 2, 20. —16 Mt 28, 20. — 17 Primera Lectura. Año I. Dt 31, 8. — 18 Sal 42, 4. — 19 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 497.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
Fuente: ACIprensa.com
Ponciano e Hipólito, Santos Papa y presbítero, Mártires, 13 de agosto
Mártires Martirologio Romano: Santos mártires Ponciano, Papa, e Hipólito, presbítero, que fueron deportados juntos a Cerdeña, y con igual condena, adornados, al parecer, con la misma corona, fueron trasladados finalmente a Roma, Hipólito, al cementerio de la vía Tiburtina, y el papa Ponciano, al cementerio de Calisto (c. 236). |
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Fuente: www.lasalle.org
Benildo (Pedro Romançon), Santo Maestro Lasallista, 13 de agosto
Maestro Lasallista Martirologio Romano: En el lugar de Sangues, cerca de Annecy, también en Francia, san Benildo (Pedro) Romançon, del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, que dedicó su vida a la formación de los jóvenes (1862). |
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Fuente: www.mercaba.org
Radegunda, Santa Reina de Francia, 13 de agosto
Reina de Francia Martirologio Romano: En Poitiers, de Aquitania, santa Radegunda, reina de los francos. Cuando todavía vivía su esposo, el rey Clotario, recibió el velo sagrado de religiosa, y en el monasterio de la Santa Cruz de Poitiers, que ella había mandado construir, sirvió a Cristo bajo la Regla de san Cesáreo de Arlés (587). |
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Fuente: www.mercaba.org
Casiano de Imola, Santo Maestro y Mártir, 13 de agosto
Maestro de escuela y Mártir Martirologio Romano: En Foro Cornelio (hoy Imola), en la provincia de Flaminia, san Casiano, mártir, que, habiéndose negado a adorar a los ídolos, fue entregado a manos de niños, a los que enseñaba como maestro, para que le torturaran con sus punzones hasta la muerte y así resultara tanto más duro el dolor de su martirio, cuanto más débiles eran las manos que le torturaban (c. 300). |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Máximo el Confesor, Santo Abad, 13 de agosto
Abad Martirologio Romano: En la fortaleza de Schemaris, en la ribera del Hippi, en las montañas del Cáucaso, muerte de san Máximo el Confesor, abad de Crisópolis, cerca de Constantinopla, célebre por su doctrina y su celo por la verdad católica. Habiendo luchado con valentía contra los monoteletas, el emperador herético Constante le cortó la mano derecha y, después de una dura prisión y crueldades de todo tipo, lo desterró en compañía de dos discípulos, llamados Anastasio ambos, a la región de Lazica, en donde entregó su alma a Dios (662). San Máximo el Confesor nació en Constantinopla alrededor del año 580. Después de haber recibido una esmerada educación civil y religiosa, ocupó un alto cargo estatal, que abandonó en el año 630 para hacerse monje. |
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Fuente: ACI Prensa
Juan Berchmans, Santo Religioso Jesuita, 13 de agosto
Religioso Martirologio Romano: En Roma, san Juan Berchmans, religioso de la Compañía de Jesús, que, amadísimo por todos por su sincera piedad, caridad auténtica y alegría constante, murió alegre después de una breve enfermedad (1621). San Juan Berchmans nació en Diest, pequeña villa de Flandes, Bélgica, el 1599. Nació el 13 de marzo y murió otro 13, el de agosto. No importa. La superstición no tenía cabida en su vida. Todos los días son regalo de Dios. |
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Fuente: L´oservatore Romano
Juan Agramunt, Beato Presbítero y Mártir, 13 de agosto
Presbítero y Martir Martirologio Romano: En la población de Almazora, cerca de Castellón, en la región de Valencia (España), beato Juan Agramunt, presbítero de la Orden de Clérigos Regulares de las Escuelas Pías, mártir durante la misma persecución (1936). El p. Juan Agramunt era de Almazora (Castellón). Cumplió su misión de enseñanza en los colegios escolapios de Gandia, Albacete y Castellón. Apresado en su pueblo natal, mantuvo la serenidad en la cárcel, confiando en la Providencia, confesando y animando a sus compañeros a aceptar el martirio. Hombre valeroso que no dejó la sotana ni en los momentos de mayor riesgo. EI mismo se confesó antes de salir para el suplicio, que recibió de rodillas, rezando y perdonando a sus verdugos. Tenía 29 años. |
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Fuente: Vatican.va
Josep Tàpies Sirvant y seis compañeros, Beato Sacerdotes y Mártires, 13 de agosto
Presbíteros y Mártires Martirologio Romano: En la diócesis de Urgell, España, beatos Josep Tàpies y seis compañeros, presbíteros y mártires (1936).
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Fuente: Vatican.va
Marcos de Aviano (Carlos Domingo) Cristofori, Beato Sacerdote Capuchino, 13 de agosto
Presbítero Capuchino Martirologio Romano: En Viena, en Austria, beato Marcos de Aviano (Carlos Domingo) Cristofori, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos. Sapiente predicador de la palabra de Dios, se interesó de modo extraordinario por los pobres y enfermos, y suscitó en los poderosos la voluntad de actuar según la fe y la paz por encima de todo (1699). Nació en Aviano el 17 de noviembre de 1631 en el seno de una familia acomodada. Fue bautizado ese mismo día con el nombre de Carlo Domenico. Juntamente con sus diez hermanos, recibió en su pueblo natal una buena formación espiritual y cultural, que se perfeccionó en los años 1643-1647 en el colegio de los jesuitas de Gorizia. Allí amplió su cultura clásica y científica e intensificó su vida de piedad, participando en las congregaciones marianas. |
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Jacobo Gapp, Beato Presbítero y Mártir, 13 de agosto
Presbítero y Mártir Martirologio Romano: En Berlín, en el lugar llamado Plötzensee, en Alemania, beato Jacobo Gapp, presbítero de la Compañía de María y mártir, que, con firmeza de ánimo, proclamó que los criminales proyectos de un régimen militar enemigo de la dignidad humana y cristiana estaban en total desacuerdo con la doctrina cristiana. Por ello, sometido a persecución, se dirigió a Francia y España en calidad de desterrado, pero, apresado por unos emisarios, murió finalmente decapitado (1943). El P. Jakob Gapp fue condenado a muerte por defender la fe católica y por criticar las doctrinas del nazismo. |
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Fuente: Franciscanos.org
Modesto García Martí, Beato Presbítero y Mártir, 13 de agosto
Presbítero y Mártir Martirologio Romano: Cerca de la aldea de Albocásser, en el territorio de Castellón, en España, beato Modesto García Martí, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos y mártir, que en la persecución contra la fe evangélica completó con el martirio su plan de vida (1936). Beato Modesto de Albocácer (en el siglo, Modesto García Martí), sacerdote, nació en Albocásser (Castellón) el 17 de enero de 1980 y fue martirizado en el término municipal de su pueblo el 13 de agosto de 1936. |
Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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