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Lunes por las almas del Purgatorio. 12/08/2013. PELICULA. Beato Carlos Leisner ¡ruega por nosotros!
†
JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo17, 22-27
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, mientras recorrían juntos Galilea, dijo Jesús a sus discípulos: "El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; lo van a matar, pero al tercer día va a resucitar". Al oír esto, los discípulos se llenaron de tristeza. Cuando llegaron a Cafarnaún, se acercaron a Pedro los recaudadores del impuesto para el templo y le preguntaron: "¿Acaso tu maestro no paga el impuesto?" Respondió Pedro: "Sí lo paga". Cuando llegó a casa, Jesús se adelantó a preguntarle: "¿Qué te parece, Simón? ¿A quiénes les cobran impuestos los reyes de la tierra, a los hijos o a los extraños?" Pedro le respondió: "A los extraños". Jesús le dijo: "Por tanto, los hijos están exentos. Pero para no darles motivo de escándalo, ve al lago y echa el anzuelo, saca el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda. Tómala y paga por mí y por ti". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
Oremos: Señor, tú que te has dignado redimirnos y hacernos hijos tuyos, míranos siempre con amor de Padre y haz que cuantos creemos en Cristo obtengamos la verdadera libertad y la herencia eterna. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén.
No cierren su corazón. Amen al forastero, porque también ustedes lo fueron en Egipto
Lectura del libro del Deuteronomio 10, 12-22
En aquellos días dijo Moisés al pueblo: "Ahora, Israel, advierte bien lo que el Señor te pide: Que temas al Señor, tu Dios; que cumplas su voluntad y lo ames; que sirvas al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma; que cumplas los preceptos y los mandamientos del Señor que hoy te impongo para tu bien. Es cierto que el cielo y toda su inmensidad, la tierra y cuanto hay en ella son del Señor, tu Dios; sin embargo, sólo con tus padres se unió el Señor con alianza de amor, y sólo a ustedes, sus descendientes, los eligió de entre todos los pueblos, como pueden comprobarlo todavía. No cierren, pues, su corazón ni endurezcan su cabeza, pues el Señor, su Dios, es el Dios de los dioses y el Señor de los señores, Dios grande, fuerte y terrible; no es parcial ni acepta sobornos, hace justicia al huérfano y a la viuda, ama al forastero y le da pan y vestido. Amen, pues, al forastero, porque también ustedes lo fueron en Egipto. Teme al Señor, tu Dios; sírvelo; vive unido a él y jura en su nombre. El será tu gloria, él será tu Dios, pues él hizo por ti las terribles hazañas que tus ojos han visto. Setenta eran tus padres cuando fueron a Egipto, y ahora, Israel, el Señor, tu Dios, te ha hecho un pueblo numeroso como las estrellas del cielo". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Glorifica al Señor, Jerusalén, a Dios ríndele honores, Israel. El refuerza el cerrojo de tus puertas y bendice a tus hijos en tu casa. Glorifica al Señor, Jerusalén.
El mantiene la paz en tus fronteras, con su trigo mejor sacia tu hambre. El envía a la tierra su mensaje y su palabra corre velozmente. Glorifica al Señor, Jerusalén.
Le muestra a Jacob su pensamiento, sus normas y designios a Israel. No ha hecho nada igual con ningún pueblo, ni le ha confiado a otro sus proyectos. Glorifica al Señor, Jerusalén.
Lo matarán, pero resucitará. Los hijos están exentos de impuestos
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo17, 22-27
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, mientras recorrían juntos Galilea, dijo Jesús a sus discípulos: "El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; lo van a matar, pero al tercer día va a resucitar". Al oír esto, los discípulos se llenaron de tristeza. Cuando llegaron a Cafarnaún, se acercaron a Pedro los recaudadores del impuesto para el templo y le preguntaron: "¿Acaso tu maestro no paga el impuesto?" Respondió Pedro: "Sí lo paga". Cuando llegó a casa, Jesús se adelantó a preguntarle: "¿Qué te parece, Simón? ¿A quiénes les cobran impuestos los reyes de la tierra, a los hijos o a los extraños?" Pedro le respondió: "A los extraños". Jesús le dijo: "Por tanto, los hijos están exentos. Pero para no darles motivo de escándalo, ve al lago y echa el anzuelo, saca el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda. Tómala y paga por mí y por ti". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Dios nuestro, fuente de la paz y del amor sincero: concédenos glorificarte por estas ofrendas y unirnos fielmente a ti por la participación en esta Eucaristía. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Alabanza a Dios por la creación y redención del género humano
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque has querido ser, por medio de tu amado Hijo, no sólo el creador del género humano, sino también el autor bondadoso de la nueva creación. Por eso, con razón te sirven todas las criaturas, con justicia te alaban todos los redimidos y unánimes te bendicen tus santos. Con ellos, unidos a los ángeles, nosotros queremos celebrarte y te alabamos diciendo:
Oremos: Señor, tú que nos has instruido con tu Palabra y alimentado con tu Eucaristía, concédenos aprovechar estos dones para que vivamos unidos a tu Hijo y podamos participar de su vida inmortal. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén
— Para ser buenos cristianos hemos de ser ciudadanos ejemplares.
— Los primeros cristianos, ejemplo para nuestra vida en medio del mundo.
— Estar presentes allí donde se decide la vida de la sociedad.
I. Acababan de llegar de nuevo a Cafarnaún –leemos en el Evangelio de la Misa1–, y los recaudadores del tributo del Templo se acercaron a Pedro para preguntarle:¿No va a pagar vuestro Maestro la didracma?La contribución anual de dos dracmas para el sostenimiento del culto era obligatoria para todo judío que hubiera cumplido los veinte años, aunque viviera fuera de Palestina. La respuesta afirmativa de Pedro a los recaudadores sin contar con Jesús nos muestra que, efectivamente, el Señor acostumbraba a pagar el impuesto. La escena debe ocurrir fuera de la casa y en ausencia del Maestro, y, al entrar, Jesús, que se encontraba dentro, se anticipó con esta pregunta:¿Qué te parece, Simón? ¿De quién reciben tributo o censo los reyes de la tierra, de sus hijos o de los extraños?
Bajo las monarquías antiguas, el tributo del censo era considerado como una contribución especial en beneficio de la familia real. De aquí la pregunta de Jesús a Pedro:los reyes de la tierra, ¿de quiénes cobran tributos o censos?La respuesta era bien fácil: de los súbditos,de los extraños, había respondido Pedro.Luego los hijos-concluye el Señor-están libres. Ante este tributo del Templo, Jesús se encuentra en el mismo caso que los hijos del rey respecto al censo debido al soberano. Y al declararse exento, enseña que es el propio Hijo de Dios y que habita en la casa del Padre2, en casa propia. Es el Hijo del Rey, y no está obligado a pagar tributo.
Pero el Señor quiso cumplir con toda exactitud sus deberes de ciudadano, como los demás, aunque mostró su condición divina en la forma de obtener la suma que se le pedía. Este pasaje del Evangelio, que solo ha recogido San Mateo, nos muestra también la pobreza de Jesús, que no posee ni dos dracmas, una cantidad pequeña; también, la distinción que el Señor hace con Pedro al pagar por los dos:para no escandalizarlos-dice Jesús a Simón-,ve al mar, echa el anzuelo y el primer pez que pique sujétalo, ábrele la boca y encontrarás un estater; tómalo y dalo por Mí y por ti. El estater equivalía a cuatro dracmas3.
Y comenta San Ambrosio: es una gran lección, «que enseña a los cristianos la sumisión al poder soberano, a fin de que nadie se permita desobedecer los edictos de un rey de la tierra. Si el Hijo de Dios ha pagado el tributo, ¿crees que tú eres mayor para dejar de pagarlo? Aun Él, que nada poseía, ha pagado el tributo; y tú, que buscas los bienes de este mundo, ¿por qué no reconoces las cargas del mismo?, ¿por qué te consideras por encima del mundo...?»4.
De este y de otros pasajes del Evangelio podemos aprender que, si queremos imitar al Maestro, hemos de ser buenos ciudadanos que cumplen sus deberes en el trabajo, en la familia, en la sociedad: pago de impuestos justos, voto en conciencia, participación en las tareas públicas... «Ama y respeta las normas de una convivencia honrada, y no dudes de que tu sumisión leal al deber será, también, vehículo para que otros descubran la honradez cristiana, fruto del amor divino, y encuentren a Dios»5.
II. Después de la venida del Espíritu Santo en Pentecostés, los Apóstoles tuvieron más clara conciencia de ser enviados por el Señor para estar presentes en la entraña misma de la sociedad. Como el Maestro, no eran del mundo6, y el mundo en muchas ocasiones les rechazaría y no tendría con ellos la sonrisa de benevolencia que se reserva para lo que es propio. Sin ser del mundo, sin ser mundanos, los primeros cristianos rechazaron costumbres y modos de conducta incompatibles con la fe que habían recibido, pero jamás se sintieron extraños a la sociedad a la que por derecho propio pertenecían. Los Apóstoles recordarían en su predicación con particular firmeza aquellas parábolas que les vinculaban al propio corazón de la sociedad humana, porque solo allí podían alcanzar su pleno cumplimiento: la sal, que tiene que sazonar y preservar de la corrupción la vida de los hombres; la levadura, que se mezcla y se confunde con la harina para fermentar toda la masa; la luz, que ha de brillar ante las gentes, para que convencidos por las obras glorifiquen al Padre que está en los cielos.
Los primeros cristianos no buscaron el aislamiento, ni colocaron barreras defensivas que garantizaran su subsistencia en momentos en que la incomprensión arreciaba. Su actitud en las mismas épocas de persecución no fue ni agresiva ni medrosa, sino de serena presencia; la levadura opera confundida entre la masa.La presencia cristiana en el mundo fue radicalmente afirmativa, y toda la injusticia de los perseguidos se reveló incapaz de turbar la actitud serena y constructiva de los cristianos, que se mostraron siempre como ciudadanos ejemplares. La violencia de las persecuciones no hizo de ellos personas inadaptadas o antisociales, ni logró deshacer su solidaridad esencial con el resto de los hombres, sus iguales. «Se nos echa en cara que nos separamos de la masa popular del Estado» –arguye Tertuliano–, y eso es falso, porque el cristiano se sabe embarcado en la misma nave que los demás ciudadanos y participa con ellos de un común destino terreno, «porque si el Imperio es sacudido con violencia, el mal alcanza también a los súbditos y en consecuencia a nosotros»7. Calumniado e incomprendido a veces, el cristiano se mantuvo fiel a su vocación divina y a su vocación humana, ocupando en el mundo el lugar que le correspondía, ejerciendo sus derechos y cumpliendo acabadamente sus deberes8.
Los primeros cristianos no solo fueron buenos cristianos, sino ciudadanos ejemplares, pues estos deberes eran para ellos obligaciones de una conciencia rectamente formada, a través de las cuales se santificaban. Obedecían a las leyes civiles justasno solo por temor al castigo, sino también a causa de la conciencia9, escribía San Pablo a los primeros cristianos de Roma. Y añade:por esta razón-en conciencia-les pagáis también los tributos10. «Como hemos aprendido de Él (de Cristo) –escribe San Justino Mártir a mediados del sigloii–, nosotros procuramos pagar los tributos y contribuciones, íntegros y con rapidez, a vuestros encargados (...). De aquí que adoramos solo a Dios, pero os obedecemos gustosamente a vosotros en todo lo demás, reconociendo abiertamente que sois los reyes y los gobernadores de los hombres, y pidiendo en la oración que, junto con el poder imperial, tengáis también un arte de gobernar lleno de sabiduría»11.
Nosotros podemos preguntarnos hoy en la oración si se nos conoce por ser buenos ciudadanos que cumplen puntualmente sus deberes, si somos buenos vecinos, buenos compañeros de trabajo...
III. La Iglesia ha exhortado siempre a los cristianos, «ciudadanos de la ciudad temporal y de la ciudad eterna, a cumplir con fidelidad sus deberes temporales, guiados siempre por el espíritu evangélico»12. Los demás han de ver en nosotros esa luz de Cristo reflejada en un trabajo honesto, en el que se cumplen con fidelidad las obligaciones de justicia con la empresa, con quienes trabajan a nuestro cargo, con la sociedad en el pago de los impuestos que sean justos; el estudiante, formándose a conciencia en su futura profesión; el profesor, preparando cada día sus clases, mejorando su explicación año tras año, sin caer en la rutina y en la mediocridad; la madre de familia, cuidando del hogar, de los hijos, del marido, pagando lo justo a quien le ayuda en las tareas de la casa...
No pueden ser buenos cristianos quienes no son buenos ciudadanos; se equivocan quienes «bajo pretexto de que no tenemos aquí ciudad permanente, pues buscamos la futura (cfr.Heb13, 14), consideran que pueden descuidar las tareas temporales, sin darse cuenta de que la propia fe es un motivo que les obliga al más perfecto cumplimiento de todas ellas, según la vocación personal de cada uno»13.
El cristiano no puede quedar contento si solo cumple sus deberes familiares y religiosos; ha de estar presente, según sus posibilidades, allí donde se decide la vida del barrio, del pueblo o de la ciudad; su vida tiene una dimensión social y aun política que nace de la fe y afecta al ejercicio de las virtudes, a la esencia de la vida cristiana. «Desde esta perspectiva adquiere toda su nobleza y dignidad la dimensión social y política de la caridad. Se trata del amor eficaz a las personas, que se actualiza en la prosecución del bien común de la sociedad»14. Como cristianos que se han de santificar en medio del mundo, hemos de tener siempre muy en cuenta «la nobleza y dignidad moral del compromiso social y político y las grandes posibilidades que ofrece para crecer en la fe y en la caridad, en la esperanza y en la fortaleza, en el desprendimiento y en la generosidad». Y «cuando el compromiso social y político es vivido con verdadero espíritu cristiano, se convierte en una dura escuela de perfección y en un exigente ejercicio de las virtudes»15.
Si somos ciudadanos que cumplen ejemplarmente sus deberes todos, podremos iluminar para muchos el camino que lleva a seguir a Cristo. En nuestros días, «una masa nueva y sin informar ha surgido en las viejas tierras cristianas, mientras el mundo, en toda su anchura, es el campo de una acción apostólica que ha de alcanzar a todos los hombres y en la cual estamos comprometidos todos los cristianos. Hoy la Iglesia y cada uno de sus hijos se hallan de nuevo en estado de misión, y a la levadura se le pide que ponga en acto la plenitud de su fuerza renovadora»16; esto es posible cuando nos sentimos, ¡porque lo somos!, ciudadanos de pleno derecho que cumplen sus deberes y ejercitan sus derechos, y no se esconden ante las obligaciones y vicisitudes de la vida pública.
1Mt17, 21-26. —2Cfr.Jn16, 15. —3Cfr.F. Spadafora,Diccionario bíblico, E. L. E., Barcelona 1968, p. 160. —4San Ambrosio,Comentario al Evangelio de San Lucas, IV, 73. —5San Josemaría Escrivá,Surco, n. 322. —6Cfr.Jn17, 16. —7Tertuliano,Apologeticum, 28. —8Cfr.D. Ramos,El testimonio de los primeros cristianos, Rialp, Madrid 1969, p. 170 ss. —9Rom13, 5. —10Rom13, 6. —11San Justino,Apología, 1, 17. —12Conc. Vat. II, Const.Gaudium et spes, 42. —13Ibídem. —14Conferencia Episcopal Española, Instr. Past.Los católicos en la vida pública, 22-1V-1986, 60 y 63. —15Ibídem. —16J. Orlandis,La vocación cristiana del hombre de hoy, Rialp, 3ª ed., Madrid 1973, pp. 74-75.
† Santoral(si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
San Eleazar Mártir Siglo II aC
Eleazar es un nombre que significa: "Dios me ayuda".
La Santa Biblia, en el 2o. libro de los Macabeos (capítulo 6) narra así la historia de ese mártir.
"Eleazar era de los principales especialistas en explicar al pueblo la Ley del Señor. Era varón de avanzada edad y de muy noble aspecto. Los enviados del impío rey Antíoco, querían obligarlo a desobedecer la santa ley de Dios, pero él prefiriendo una muerte honrosa a una vida infame, dispuso marchar voluntariamente al suplicio del apaleamiento, después de rechazar valientemente todo lo que iba contra las leyes santas".
"Los que estaban ecargados de obtener que los israelitas renunciaran a sus antiguas y sagradas costumbres, lo invitaban a simular que sí hacía lo que la ley prohibía, aunque no lo hiciera, para que obrando así se librara de la muerte y por su antigua amistad con ellos alcanzara benevolencia y buen trato."
Tomando una noble resolución, digna de su edad, de la venerablidad de su ancianidad, del inmejorable proceder que había tenido desde niño, y sobre todo de su inmensa veneración a las leyes santas dadas por Dios, se mostró consecuente con lo que profesaba, y pidió que más bien lo enviaran a la muerte, en vez de hacerle propuestas que iban en contra de su conciencia. Y dijo estas inmortales palabras: "a mi edad no es digno finjir hacer lo malo, aunque lo que se haga sea bueno. Porque después muchos jóvenes, creyendo que Eleazar a los 90 años se ha pasado a las costumbres de los que no tienen ninguna religión,se podrán desviar, y yo por haber simulado lo que no era cierto con el pretexto de conservar el poco tiempo de vida que aún me queda atraería deshonra e infamia a mi vejez. Porque aunque yo lograra en el presente librarme de los castigos de los hombres, ni vivo ni muerto podré librarme de los castigos que Dios tiene reservados para los que van contra su santa Ley. Por eso al sacrificar ahora valientemente la vida, me mostraré digno de mi ancianidad, dejando a los jóvenes un ejemplo noble, al morir generosamente, con valentía y nobleza, por defender las leyes de nuestra sagrada religión".
Al terminar Eleazar de decir las bellas palabras anteriores, se fue enseguida al suplicio. Los que lo llevaban, cambiaron su suavidad de poco antes en dureza, después de oír sus valientes declaraciones, y empezaron a apedrearlo sin compasión.
El, cuando ya estaba a punto de morir, dijo entre suspiros: "El Señor Dios que posee la ciencia santa, sabe muy bien que yo pudiéndome librar de la muerte, soporto por su amor los crueles dolores que produce en mí este apaleamiento, pero en mi alma lo sufro con gusto porque se trata de demostrarle a mi Dios cuanto lo quiero y lo estimo". De este modo murió santamente. Y Eleazar no dejó sólo a los jóvenes sino a todos los creyentes, con su heróica muerte, un ejemplo de nobleza, valor y generosidad y una invitación a preferir morir antes que pecar.
No tengas respetos humanos que vayan contra tu alma. (Eclesiásticos).
Fuente: ACIprensa.com Carlos (Karl) Leisner, Beato Sacerdote y Mártir, 12 de agosto
Carlos (Karl) Leisner, Beato
Sacerdote y Mártir
Martirologio Romano:En la localidad de Planegg, cerca de Munich, en Baviera, de Alemania, beato Carlos Leisner, presbítero y mártir, que encarcelado, cuando todavía era diácono, por la proclamación pública de su fe y el constante servicio en favor de las almas, fue ordenado sacerdote en el campo de concentración de Dachau. Puesto en libertad, murió a causa de los sufrimientos soportados durante su cautividad (1945).
Nació en Rees/Niederrhein (Alemania) el 28 de febrero de 1915, se crió en Kleve y de estudiante de bachillerato ingresó en el Movimiento Juvenil Católico de Schonstatt.
En dicho Movimiento, además de disfrutar de la comunidad con los jóvenes y de poder realizar largos viajes, adquiere conocimientos de las Sagradas Escrituras y sobre todo de la Eucaristía. En su diario escribe: „Cristo – Tú eres mi pasión!".
Karl Leisner desea ser sacerdote. El obispo de Münster le asigna el cargo de director de la juventud diocesana. La Gestapo le observa. Durante el año de estancia en Friburgo le conmueven duras luchas interiores: ¿sacerdocio o matrimonio y familia? El 25 de marzo de 1939 es ordenado diácono. En pocos meses debería recibir las sagradas órdenes.
La Divina Providencia designa otra cosa: Una repentina tuberculosis le obliga a permanecer en St. Blasien en la Selva Negra. Allá, el 8 de noviembre de 1939, es detenido por la Gestapo a causa de un comentario hecho en relación con el atentado contra Hitler: cárcel en Friburgo. Internamiento en el campo de concentración de Sachsenhausen y de allá, en 1940, traslado al campo de concentración de Dachau en el que sucede lo inesperado: el 17 de diciembre de 1944, en el bloque 26, y con gran peligro para todos los participantes, el moribundo diácono, Karl Leisner, es ordenado sacerdote por el obispo Gabriel Piguet, recluso francés.
El nuevo sacerdote celebra su primera y única Santa Misa el día de San Esteban, en el año 1944. El 4 de mayo de 1945 es puesto en libertad. Pasa sus últimas semanas en el sanatorio antituberculoso de Planegg en Munich. Sólo dos pensamientos absorben su mente: el amor y la penitencia. Entregado al amor de Dios, a ese amor en el que él creyó y que deseó transmitir a los hombres, fallece el 12 de agosto. La última inscripción de su diario reza: „Bendice, Oh Altísimo también a mis enemigos!".
Sus restos mortales reposan en la cripta de la Catedral de Xanten.
El 23 de junio de 1996 Karl Leisner fue beatificado por el Papa Juan Pablo II, quién en parte de su homilía señaló: "La prueba de un seguimiento auténtico de Cristo no consiste en las lisonjas del mundo, sino en dar testimonio fiel de Cristo Jesús. El Señor no pide a sus discípulos una confesión de compromiso con el mundo, sino una confesión de fe, que esté dispuesta incluso a ofrecerse en sacrificio. Karl Leisner dio testimonio de esto no sólo con palabras, sino también con su vida y su muerte: en un mundo que se había vuelto inhumano. (…) Cristo es la vida: ésta fue la convicción por la que vivió y por la que, finalmente, murió Karl Leisner. Apóstol de una profunda devoción mariana, a la que lo impulsó el padre Kentenich y el movimiento de Schoenstatt"
Recemos por su pronta canonización, además de la del Padre Kentenich.
Para más información sobre este movimiento que promueve la Alianza con la Santísima Virgen María, Madre tres veces admirable de Schoenstatt consultar:
¿De dónde viene el término 3 veces admirable? (¿alguien podría traducir?)
Mater ter admirabilis
(Wikipedia)
Mater ter admirabilis, literally "Mother thrice admirable", is an ancient Latin invocation from the Litany of the Blessed Virgin Mary. It was first used by the Jesuit Father Jakob Rem, head of the Sodality of Our Lady, in Ingolstadt, Bavaria on April 5, 1604. The most common Litany used nowadays, the Litany of Loreto, uses the invocation Mater admirabilis, which means "Mother admirable".
On April 4, 1604, the Colloquium marianum of the Jesuit Sodality at Ingolstadt was praying the Litany of the Blessed Virgin Mary. As they came to the prayer, "Mother most admirable, pray for us" Father Rem asked for a repeat and again for a repeat of the prayer. Since that time, the Colloquium Marianum and the sodalities used the triple prayer. Mater ter admirablilis continues to be used as a part of the sodality prayers worldwide. Since 1915, Mater ter admirablilis is a part of the Marian prayers of the Schönstatt movement. Mater ter admirabilis is also a Marian altar in the Cathedral of Ingolstadt, where the solidarities used to meet on a daily basis for Holy Mass. It was never clarified whether the triple prayer refers to the Holy Trinity, to the triple virginity of the Virgin Mary (before, during and after birth), or, to the Mother of God, mother of the Redeemer and mother of the redeemed.
H:H:Köster, Mater ter admirabilis, in Lexikon der Marienkunde, Regensburg, 1967
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¿Cómo se atreven a calumniar al decir que la Iglesia Católica apoyó al nazismo, justo la única que excomulgó públicamente a todo participante del nazismo y la que más religiosos perdió en los campos de concentración?
Para entender mejor lo que vivió el Beato Carlos y tantos otros santos (ver abajo), veamos la película "el noveno día"
Fuente: Capuchinosmex.com Florián Stepniak, Beato Presbítero y Mártir, 12 de agosto
Florián Stepniak, Beato
Presbítero Capuchino y Mártir
Martirologio Romano:En Dachau, cerca de Munich, de Baviera, en Alemania, beatos Floriano Stepniak, de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos y José Stras zewski, presbíteros y mártires, que, invadida Polonia en el tiempo de guerra, murieron en la cámara de gas en el campo de concentración (1942).
El padre Florián Stepniak nació en Zdzary, pueblo cercano a Nowe Miasto, el 3 de enero de 1912, de familia campesina, recibiendo en el bautismo el nombre de José. Terminada la escuela primaria, sintió deseos de estudiar y hacerse capuchino. Gracias a los capuchinos de Nowe Miasto, cursó la escuela secundaria superior y, sucesivamente, en 1927, los estudios en el Colegio de San Fidel de los Capuchinos de Lomza. Aunque no poseía gran capacidad intelectual, supo siempre suplir esa carencia con la diligencia y la laboriosidad. Su compañero de estudios, padre Cayetano Ambrozkiewicz, lo describe así: "Un alma santa. Solidario, franco, alegre, y sin embargo ya entonces un poco diverso de nosotros, muchachos juguetones y con la cabeza un poco a pájaros". Se adscribió a la Orden Tercera de San Francisco cuando era todavía alumno de la escuela secundaria.
El 14 de agosto de 1931 ingresó en el noviciado capuchino de Nowe Miasto, recibiendo el nombre religioso de Florián. En el noviciado se señaló por su celo, generosidad y devoción. Después de profesar temporalmente y cursar la filosofía, profesó solemnemente el 15 de agosto de 1935. Continuó los estudios teológicos en Lublin y recibió la ordenación sacerdotal el 24 de junio de 1938. A continuación siguió con estudios de Sagrada Escritura en la Universidad Católica del mismo Lublin y allí se encontraba al estallar la Guerra el 1 septiembre 1939. En aquellos meses cruciales no abandonó el convento, lo mismo que los demás religiosos compañeros, y continuó sin miedo dedicado a confesar a los fieles. A causa de la persecución muchos eclesiásticos se escondieron, de manera que no se encontraba apenas quien enterrara a los muertos. El padre Florián se encargó de suplir en este servicio con gran valentía y generosidad. No hizo otra cosa, en realidad, que poner en práctica la frase programática de la vida religiosa que había escrito de su puño y letra en la estampa recuerdo de su ordenación sacerdotal: Estamos dispuestos a daros no sólo el Evangelio, sino nuestra misma vida. Una frase en que se condensaba la esencia de su vida.
No pudo trabajar mucho tiempo en Lublin. El 25 de enero de 1940, junto con todos los sacerdotes y clérigos del convento, fue arrestado por la Gestapo y encarcelado en el Castillo de la ciudad. El padre Enrique no perdió entonces el optimismo y la alegría que le eran innatos. El 18 de junio de 1940, al igual que los demás compañeros religiosos, fue trasladado al campo de concentración de Sachsenhausen, junto a Berlín. Tampoco allí perdió su buen humor, por más que la vida del campamento fuera espantosa. El 14 de diciembre de 1940 fue transferido al campo de concentración de Dachau, donde le asignaron el número de matrícula 22.7388.
El frío le afectó terriblemente hasta minar su organismo. Era hombre de constitución fuerte y robusta, por lo que necesitaba mucho alimento. A la debilidad del hambre se le unió la enfermedad. En el verano de 1942 enfermó y tuvo que ser hospitalizado en la enfermería del campo. En aquel período todos los inútiles para el trabajo y los enfermos eran instalados a un barracón donde las condiciones eran menos malas. Allá fue trasladado el padre Florián. Después de algunas semanas, aunque las raciones de comida eran de hambre, mejoró y fue dado de alta. Pero no fue devuelto a su bloque. Como convaleciente lo pusieron en el bloque para los inválidos. Así recuerda el comportamiento del Siervo de Dios su compañero de desventuras en el campo, padre Cayetano Ambrozkiewicz: "Algunos amigos sacerdotes, que lograron escapar del bloque de los inválidos, contaron que el padre Florián Stepniak había llevado la luz a aquella infeliz barraca". Los allí encerrados estaban destinados a morir. Morían a decenas extenuados, y muchísimos eran llevados en grupos no se sabía adónde. Sólo posteriormente se supo que eran eliminados en las cámaras de gas, en los alrededores de Munich. Quien no ha experimentado el campo de concentración no puede hacerse idea de lo que significaba para aquella gente del bloque de los inválidos, que no eran más que huesos y piel, inmersos en una atmósfera de muerte, oír una palabra de consuelo y ver la sonrisa de un capuchino reducido a la misma situación que ellos.
Cuando llegó la vez a la letra "S" (el apellido era Stepniak), el padre Florián fue llevado a la muerte. El gas lo asfixió el 12 de agosto de 1942. Su cuerpo, con toda probabilidad, fue quemado en los hornos. Las autoridades del campo, hipócritamente, comunicaron a sus padres que su hijo José había muerto de una angina de pecho.
El 13 de junio de 1999 fueron beatificados por Juan Pablo II en Varsovia 108 mártires del nazismo. Entre ellos el padre Florián.
Fuente: Corazones.org Juana Francisca de Chantal, Santa Co-fundadora, 12 de agosto
Juana Francisca de Chantal, Santa
Co-Fundadora de la Orden de la Visitación de Santa María
Martirologio Romano:Santa Juana Francisca Frémiot de Chantal, religiosa, que siendo primero madre de familia, tuvo como fruto de su cristiano matrimonio seis hijos, a los que educó piadosamente, y muerto su esposo, bajo la dirección de san Francisco de Sales abrazó con decisión el camino de la perfección y realizó obras de caridad, en especial para con los pobres y enfermos. Dio comienzo a la Orden de la Visitación de santa María, que dirigió también prudentemente, y su muerte tuvo lugar en Moulins, junto al Aller, cerca de Nevers, en Francia, el día trece de diciembre (1641).
Santa Juana Francisca Fremiot nació en Dijon, Francia, el 23 de enero, de 1572, nueve años después de finalizado el Concilio de Trento. De esta manera, estaba destinada a ser uno de los grandes santos que el Señor levantó para defender y renovar a la Iglesia después del caos causado por la división de los protestantes. Santa Juana fue contemporánea de S. Carlos Borromeo de Italia, de Sta. Teresa de Ávila y S. Juan de la Cruz de España, de S. Juan Eudes y de sus compatriotas, el Cardenal de Berulle, el Padre Olier y sus dos renombrados directores espirituales, San Francisco de Sales y San Vicente de Paúl. En el mundo secular, fue contemporánea de Catalina de Medici, del Rey Luis XIII, Richelieu, Mary Stuart, la Reina Isabel y Shakespeare. Murió en Moulins el 13 de diciembre, de 1641.
Su madre murió cuando tenía tan solo dieciocho meses de vida. Su padre, hombre distinguido, de recia personalidad y una gran fe, se convirtió así en la mayor influencia de su niñez. A los veintiún años se casó con el Barón Christophe de Rabutin-Chantal, de quien tuvo seis hijos. Dos de ellos murieron en la temprana niñez. Un varón y tres niñas sobrevivieron. Tras siete años de matrimonio ideal, su esposo murió en un accidente de cacería. Ella educó a sus hijos cristianamente.
En el otoño de 1602, el suegro de Juana la forzó a vivir en su castillo de Monthelon, amenazándola con desheredar a sus hijos si se rehusaba. Ella pasó unos siete años bajo su errática y dominante custodia, aguantando malos tratos y humillaciones. En 1604, en una visita a su padre, conoció a San Francisco de Sales. Con esto comenzó un nuevo capítulo en su vida.
Bajo la brillante dirección espiritual de San Francisco de Sales, nuestra Santa creció en sabiduría espiritual y auténtica santidad. Trabajando juntos, fundaron la Orden de la Visitación de Annecy en 1610. Su plan al principio fue el de establecer un instituto religioso muy práctico algo similar al de las Hijas de la Caridad, de S. V. de Paúl. No obstante, bajo el consejo enérgico e incluso imperativo del Cardenal de Marquemont de Lyons, los santos se vieron obligados a renunciar al cuidado de los enfermos, de los pobres y de los presos y otros apostolados para establecer una vida de claustro riguroso. El título oficial de la Orden fue la Visitación de Santa María.
Sabemos que cuando la Santa, bajo la guía espiritual de S. Francisco de Sales, tomó la decisión de dedicarse por completo a Dios y a la vida religiosa, repartió sus joyas valiosas y sus pertenencias entre sus allegados y seres queridos con abandono amoroso. De allí en adelante, estos preciosos regalos se conocieron como "las Joyas de nuestra Santa." Gracias a Dios que ella dejó para la posteridad joyas aún más preciosas de sabiduría espiritual y edificación religiosa.
A diferencia de Sta. Teresa de Ávila y de otros santos, Juana no escribió sus exhortaciones, conferencias e instrucciones, sino que fueron anotadas y entregadas a la posteridad gracias a muchas monjas fieles y admiradoras de su Orden.
Uno de los factores providenciales en la vida de Sta. Juana fue el hecho de que su vida espiritual fuera dirigida por dos de los más grandes santos todas las épocas, S. Francisco de Sales y S. Vicente de Paúl. Todos los escritos de la Santa revelan la inspiración del Espíritu Santo y de estos grandiosos hombres. Ellos, a su vez, deben haberla guiado a los escritos de otros grandes santos, ya que vemos que ella les indicaba a sus Maestras de Novicias que se aseguraran de que los escritos de Sta. Teresa de Ávila se leyeran y estudiaran en los Noviciados de la Orden.
Santa Juana fue una auténtica contemplativa. Al igual que Sta. Brígida de Suecia
Juana Francisca de Chantal, Santa
y otros místicos, era una persona muy activa, llena de múltiples proyectos para la gloria de Dios y la santificación de las almas. Estableció no menos de ochenta y seis casas de la Orden. Se estima que escribió no menos de once mil cartas, que son verdaderas gemas de profunda espiritualidad. Más de dos mil de éstas se conservan todavía. La fundación de tantas casas en tan pocos años, la forzó a viajar mucho, cuando los viajes eran un verdadero trabajo.
Sta. Juana le escribió muchas cartas a S. Francisco de Sales, en búsqueda de guía espiritual. Desafortunadamente, después de la muerte de S. Francisco la mayoría de las cartas le fueron devueltas a Sta. Juana por uno de los miembros de la familia de Sales. Como era de esperarse, ella las destruyó, a causa de su naturaleza personal sagrada. De este modo, el mundo quedó privado de lo que pudo haber sido una de las mejores colecciones de escritos espirituales de esta naturaleza.
Educado muy cristianamente, desde la niñez dio muestras de sus virtudes. Al quedarse huérfano se retiró a un rincón de lo que es hoy la Ribera barcense. Empezó a roturar y a labrar estas tierras, así como a socorrer a los pobres y a enseñar a las gentes. Creció la fama de su virtud y el Obispo de Segovia le nombró canónigo de sus Catedral.
En el año 1149 regresó al Barco con su amigo San Pascual, natural de Tormellas. Como estaba muy viejo buscó a un mozalbete para que lo ayudara. la tradición y la leyenda dicen que pidió al Señor que le diera a conocer el momento de su muerte. Le anunció que sucedería cuando el agua de la fuente en que bebía se convirtiese en vino. En octubre de 1155, San Pedro tuvo sed y pidió al muchacho le trajeses un poco de agua, al probarla observó que era vino. A los 3 días murió.
La tradición y la leyenda siguen contando: Como no hubo acuerdo sobre dónde enterrarle, se decidió montarle en una mula, a la que habían vendado los ojos; en el lugar donde se parase, allí se le enterraría. La mula partió de El Barco, pasó Piedrahíta y al llegar a Ávila, se dirigió a la Iglesia de San Vicente donde se paró y dejó marcada su huella, conservándose ésta actualmente. La mula cayó muerta y fue enterrada en el trozo de muralla más cercano a la iglesia, que conserva todavía el nombre de "Cubo de la mula".
San Pedro fue enterrado en la iglesia y allí permanece, salvo el húmero que fue extraído para depositarlo en la ermita de San Pedro, en El Barco de Ávila. Actualmente está en el Museo de la Iglesia Parroquial.
Fuente: www.op.org.ar Buenaventura García Paredes, Beato Sacerdote Dominico y Mártir, 12 de agosto
Buenaventura García Paredes, Beato
Fray Buenaventura de san Luis Bertrán García Paredes nació y fue bautizado el 19 de abril de 1866 en castañedo de Valdés, Luarca (Asturias), de padres muy piadosos, llamados Serapio García Paredes, y María Pallasá, ésta hija de padre procedente de la Navarra francesa; recibió una óptima formación en el hogar paterno, y dio ya de niño signos de su futura vocación eclesiástica; tuvo un hermano sacerdote y también durante algún tiempo una hermana dominica en el convento de la Anunciación de Ávila; en la niñez pastoreó las ovejas de su padre, realizó estudios primarios en el pueblo natal y en una preceptoría, aconsejado por el dominico Esteban Sacrest, que había misionado en su pueblo; regentaba la mencionada preceptoría el párroco Antonio Francos Pertierra; acudió a sus clases durante un año; ingresó después en la escuela apostólica o seminario menor de Corias (Asturias), donde cursó dos años, tras los cuales sus maestros lo consideraron apto para comenzar el noviciado; sin embargo, por problemas de salud se restituyó, aconsejado por los superiores de Corias, al hogar paterno; una vez restablecido se dirigió a la escuela apostólica de Ocaña (Toledo), perteneciente a la Provincia del Santo Rosario.
Ingreso y formación en la orden
Tomó el hábito en la fiesta de santa Rosa de Lima, 30 de agosto de 1883; durante el noviciado habitó en la misma celda que en otro tiempo ocupó el mártir asturiano san Melchor García Sampedro, o.p. hizo la profesión simple el 31 de agosto de 1884; profesó solemnemente el 8 de septiembre de 1887, en manos del rector del convento de Ávila fray Santiago Payá, siendo Maestro de la Orden fray José María Larroca, y provincial de la Provincia del Santísimo Rosario de Filipinas fray Lucio Asensio; tuvo como maestro en Ocaña a fray José Trobat, que fue misionero en Vietnam. Estudió un trienio de Filosofía en Ocaña; después pasó a cursar teología al convento de santo Tomás de Ávila; estudió directamente el texto de la "Suma de teología" de santo Tomás de Aquino. Cumplido el tercer año de teología lo enviaron a la Universidad de Salamanca a cursar Derecho Civil, que luego continuó, junto con Filosofía y Letras, en las Universidades de Valencia y Madrid. En Salamanca obtuvo el bachillerato en Derecho Civil el 29 de enero de 1891; en el mismo año, el 25 de julio, en el oratorio del Palacio Episcopal de Ávila, fue ordenado sacerdote por el obispo Juan Muñoz y Herrera, gran amigo de la Orden; celebró su primera misa en la fiesta del beato Manés. Tanto en Valencia como en Madrid obtuvo las mejores calificaciones. En la Universidad Central de Madrid obtuvo el Doctorado en Filosofía y Letras el 30 de junio de 1897; al año siguiente, el 20 de junio, fue promovido al Doctorado en Derecho Civil. Para la consecución del título en Filosofía presentó una tesis sobre "Santo Tomás y la Estética moderna. Necesidad de restaurar el pensamiento estético del angélico doctor en la ciencia de lo bello"; para el Derecho Civil: "La Iglesia y el Estado en la Teoría jurídico-social de santo Tomás comparada con las Teorías modernas sobre el mismo asunto".
Profesor y superior
En 1899, tiempo muy difícil para las Islas Filipinas, fue destinado a Manila y allí se examinó y obtuvo el grado de Lector, que le abría las puertas para poder dedicarse a la docencia en los estudios generales de la Orden; en 1900 le encargaron la cátedra de Derecho Político y Administrativo en la Universidad de santo Tomás. Comenzó por entonces a publicar artículos, especialmente en el diario católico Libertas, del que fue director por breve tiempo, desde el 21 de abril de 1901 hasta el verano del mismo año; defendió la causa de Bernardino Nozaleda, o.p. (1844-1927), Arzobispo de Manila, también cuando éste fue nombrado Arzobispo de Valencia (1903). Con feliz éxito abogó ante el Tribunal Supremo de Manila a favor del derecho que tenía a sus bienes la Iglesia de san José. En 1901 lo eligieron prior del convento de santo Tomás de Ávila; fue confirmado en el oficio el 31 de julio y comenzó a ejercer el cargo el 14 de octubre; mereció en alto grado el aprecio de los habitantes de la ciudad, así como de las autoridades civiles y eclesiásticas; terminado el priorato permaneció todavía por algún tiempo en aquel convento; dio clases de derecho canónico en el Seminario Conciliar. Continuó la historia eclesiástica del P. Francisco Rivas, editada en tres tomos en Madrid en 1877; completó dicha historia con la adición de temas pertenecientes al el pontificado de León XIII (1877-1903). Fundó un Colegio de Enseñanza Media en Santa María de Nieva (Segovia); se comenzó a tratar de este asunto en septiembre de 1903, y en 1904 se inició el primer año escolástico; el colegio, abierto al alumnado de la población y de otras localidades vecinas, comenzó a florecer bajo su gobierno. En 1910 lo eligieron prior de Santo Domingo de Ocaña; asistió al Capítulo Provincial de Manila y allí lo eligieron Prior Provincial, el 14 de mayo de 1910.
Al frente de la Provincia del Santo Rosario
Se trataba entonces de la Provincia más numerosa de la Orden, con cerca de seiscientos hermanos; de regreso del Capítulo participó en el cincuentenario de la fundación de Corias, convento de la Provincia de España, donde tuvo un memorable discurso; habló de la necesidad de restaurar la Provincia de Aragón; llegado el momento de tal restauración en 1912, con la aprobación de su Consejo, cedió a la misma el convento de Valencia, que pertenecía a la del Santo Rosario. Se esforzó grandemente por fomentar las misiones; visitó más de una vez regiones inmensas de China, Japón, Vietnam, y tomó contacto con los misioneros, a los que auxiliaba cuanto podía. Erigió hospitales, colegios para la formación de niños y jóvenes de ambos sexos; se destacaron los colegios de Fochoow, en la Provincia china de Fokien, y el de Taipeh, en la Isla de Formosa. Cedió campos misionales en China a la Provincia de Teutonia, y en Vietnam a la de Lyon. Fundó en octubre de 1917 la revista "Misiones dominicanas"; deseaba que fuera reflejo de cómo se propagaba el reino de Cristo en los muy vastos territorios confiados a su Provincia, y que diera a conocer las fatigas de los misioneros así como el fervor de los nuevos cristianos; en el primer número se presentaba ya a santo Domingo como modelo de misioneros. Planificó y construyó la sede central para la Curia Provincial en Manila; en 1911, al cumplirse los trescientos años de su fundación, adquirió 50.000 metros cuadrados para la ampliación de la Universidad de santo Tomás, y colocó la primera piedra de los nuevos edificios. Por mandato del Capítulo Provincial de 1910 fundó en 1912 la Escuela Apostólica de la Mejorada (Olmedo, Valladolid). Extendió la presencia de la Provincia hacia los Estados Unidos de América del Norte (Tangipahoa, y Centro de Estudios Teológicos de Rosaryville, Nueva Orleáns, Luisiana, inaugurado el 16 de noviembre de 1911). Terminado el cuatrienio de su provincialato continuó en el cargo por voluntad explícita del papa san Pío X, y a beneplácito de la Santa Sede. Terminado el mandato en 1917 se encargó de la construcción y lo hicieron superior de la casa del Santísimo Rosario de Madrid (c/ Conde de Peñalver, entonces calle Torrijos, nº 28); esta casa en 1921 contaba con seis frailes, de los cuales tres han sido elevados al honor de los altares, y uno más está en proceso; además del beato Buenaventura puede recordarse a los beatos Manuel Álvarez Álvarez (Quirós, Asturias, 1871 - † Madrid 14 de septiembre de 1936) y José Luis Palacio Muñiz (Tiñana, Siero, Asturias, 1870 - † Algodor, Madrid, 25 de julio de 1936); el cuarto, en la actualidad siervo de Dios, es fray José Mira Lloret (Alcoy, Alicante, 1872 - † Ocaña, Toledo, 11 de agosto de 1936), cuya "positio" o ponencia está en espera de redacción. Durante nueve años se entregó al apostolado y dirección de almas, tanto seglares como religiosas, dominicas o de otras congregaciones; entre las personas aconsejadas por él se contaba d. Antonio Maura, cinco veces presidente del gobierno español.
Maestro de la Orden
El 22 de mayo de 1926 fue elegido Maestro de la Orden. En la alocución que tuvo este mismo día el definidor de la Provincia del Santo Rosario, fray José Noval, se pedía para el que debía ser elegido: que destacara en ciencia, verdadero maestro que ayudara a la conquista y predicación de la verdad; debía, igualmente, resplandecer en la virtud de la vida regular y apostólica; finalmente se quería que poseyera prudencia comprobada por la experiencia en gobernar, porque -se afirmaba- regir almas es el arte de las artes. Cuatro miembros del Capítulo se trasladaron aquel mismo día desde Ocaña a Madrid para anunciarle la elección y acompañarlo al aula capitular; eran los provinciales Getino, Tapie, Leca y Tamayo. Llegado al convento de Ocaña aquella misma tarde se postró en tierra y suplicó a los capitulares que lo eximiesen del oficio. Fray Luis G. Alonso Getino, Provincial de España, en nombre de todos, le animó a que tuviera confianza en la divina providencia y en la ayuda de la Santísima Virgen del Rosario, de santo Domingo y de los mártires de la Provincia del Santo Rosario, y, sin compás de espera, imploró del recién elegido la bendición de santo Domingo. Bendiciendo a todos los presentes emitió el juramento de servir con fidelidad a los hermanos. Entre los electores se contaba el futuro mártir beato Luis Urbano, socio del Prior Provincial de Aragón, así como los frailes Ludovico Fanfani, Beda Jarret, Albert Janvier, Vincent Mac Nabb, Juan Casas, Vicente Beltrán de Heredia, el siervo de Dios Iocondo Pio Lorgna, Santiago Ramírez...
Carta a la Orden
En su primera carta pidió colaboración sincera y la ayuda de la plegaria, porque se atravesaba tiempos difíciles y hasta de persecución; la Primera Guerra Mundial (1914-1918), entre otras causas, dejó desoladas o afectadas por graves heridas algunas Provincias: "¡cuánto derramamiento de sangre!", exclamaba. Se proponía con la ayuda de Dios poner remedio; lo deseaba vehementemente, sin ahorrarse ningún sacrificio. Anhelaba una Orden robusta en su constitución orgánica, rica en la acción sobrenatural por la santidad de vida y la observancia regular, con renombre por la firmeza y esplendor de la doctrina, incansable en el ministerio apostólico, abierta a las misiones, con aprecio por la vida espiritual -de manera velada se podía ver una alusión a la ingente obra llevada a cabo por el siervo de Dios Juan G. Arintero -,comprometida de manera habitual y permanente en la enseñanza de la sagrada doctrina, en ascenso continuo por la vía de la perfección, con celo apostólico proveniente de manera exclusiva de la caridad. Quería establecer una verdadera comunión con sus hermanos acerca del modo de concebir y estimar la naturaleza, fin y medios esenciales propios de la Orden, y así manifestaba con claridad meridiana su pensamiento, deseos, objetivos y norma de gobierno. En la primavera de 1927 quiso dirigir también un mensaje a las monjas y hermanas, sustancialmente unidas al árbol de la Familia Dominicana; entendía que la multitud de congregaciones no quebraba la unidad original, ni cambiaba la naturaleza y cualidad de la sangre entre los seguidores de santo Domingo. Eran más de 4.600 religiosas de vida contemplativa, y sobre 20.000 las hermanas de vida apostólica, multiplicándose por todas partes del mundo, tanto entre los católicos, como entre otros grupos cristianos y entre los que no habían recibido todavía la fe, afanosas de remediar las necesidades espirituales y corporales del prójimo. Entendía que si todas las fuerzas dominicanas se unieran más estrechamente, sin duda se aumentaría el valor efectivo de la Orden; de ello no se seguiría ningún mal, antes al contrario, sería muy provechoso: "nos vivifica uno y el mismo espíritu de familia; late en todo corazón dominicano un mismo amor hacia el bien común de la Orden; el mismo ardor en el sagrado apostolado recibido del santo fundador, el cual arde como una llama en nuestras voluntades y aspira a lo mismo de manera unánime"
Actividad como Maestro
Con el fin de adaptar las constituciones al nuevo Código de Derecho Canónico nombró dos Comisiones (1926); entre los miembros de la primera se hallaba el que será elevado a los altares con él, beato Vicente Álvarez Cienfuegos. El 10 de febrero de 1927 instituyó una nueva comisión para examinar las constituciones de las monjas y presentarlas a la aprobación de la Santa Sede. La presidió el p. Juan Casas, de la Provincia de Andalucía. En el año 1927 promovió una solemne celebración en honor de santo Tomás en la basílica de Santa María sopra Minerva de Roma; por otra parte, en la sede del Colegio "Angelicum" (Via san Vitale) presidió el acto académico el 16 de marzo; tuvo la disertación principal el futuro Maestro de la Orden y Cardenal M. Browne, que habló del Idealismo a la luz de la doctrina de santo Tomás. El 2 de marzo presidió la estación de comienzo de la Cuaresma en santa Sabina, que no era todavía sede de la Curia; participaron más de dos mil personas en la procesión; multitud de fieles de Roma, aunque por entonces no acudía el Papa al Aventino, continuaban visitando durante todo el miércoles de ceniza la basílica y participaban en el oficio vespertino con los frailes. La fiesta académica en honor de santo Tomás al año siguiente se celebró, no en la pequeña aula del "Angelicum", sino en el aula magna de la Cancillería Apostólica, al frente de la cual se hallaba el Cardenal Früwirth, o.p. acompañaron al Maestro de la Orden los cardenales Laurenti y Erhle. Siguió con interés la marcha de los centros de estudio. Nombró director de L´ecole biblique de Jerusalén a fray Paul Dhorme, y asistió personalmente a una conferencia que dictó en el "Angelicum" sobre la Sabiduría de los antiguos. Se mantuvo cercano a los hermanos y hermanas de México en la dura persecución religiosa que padecieron, cuando algunas hermanas tuvieron que refugiarse en La Habana (Cuba); lo mismo hizo cuando fue devastada la santa infancia de Foochow (China), en enero de 1927. Devolvió a sus primitivos límites la antigua Provincia de san Jacinto de Polonia (2 de julio de 1927), deseando que tal medida llevara a una renovación del espíritu en Cristo. Animó a la Familia Dominicana en Italia a participar en el Congreso Eucarístico Nacional que se celebró en Bolonia a comienzos de septiembre de 1927. A comienzos de julio había visitado las comunidades de Friburgo; en el mes de septiembre estuvo en España. En octubre nombró regente del "Angelicum" a fray Mariano Cordovani, Profesor de Teología hasta entonces en la Universidad Católica del Sacro Cuore de Milán. El centro de estudios "Angelicum" contaba a principios de 1928 con 430 alumnos, de los cuales 80 pertenecían a la Orden; la Universidad de Friburgo, en Suiza, tenía matriculados algo más de 600, de ellos 246 en la Facultad de Teología, 155 en Derecho, 114 en Filosofía, y el resto en la de Ciencias. El 14 de octubre de 1927 envió una carta de apoyo al presidente del comité constituido en Siena para restaurar la Basílica de santo Domingo y deseaba en la misiva que volviera a florecer, bajo el cuidado de los dominicos, el esplendor del culto y la devoción a santa Catalina. A finales de 1927 nombró a fray José Espina, de la Provincia del Rosario, como representante suyo para preparar una exposición misionera dentro de la magna exposición internacional de las industrias que estaba programada para 1929 en Barcelona. El 5 de diciembre de 1927 nombró vice-regente del centro de estudios de Le Saulchoir, Provincia de Francia, al p. Enrique D. Noble. Como prior del centro de estudios filosóficos establecido en Pistoya, nombró al p. Alberto Zucchi, de la Provincia Romana, y lector primario al p. Thomas Pègues, de la Provincia de Toulouse; el convento comenzaba una nueva etapa con 50 frailes, después del cierre del mismo que hizo el gran duque de Toscana Leopoldo II. En el mes de junio de 1927, desde el "Angelicum", en la vía san Vitale, nº 15, donde residía, dirigió una carta de aliento a los misioneros dominicos de Canelos, en el Ecuador, asegurándoles que cumplían con el fin de la Orden, que es la salvación de las almas mediante la predicación, empleada en alto grado por santo Domingo. "continúen, queridos padres, -escribía- su obra, quizá dura e ingrata a la carne; obra desconocida de los hombres y, como tal, no cantada en el coro de las alabanzas humanas; mas, por eso mismo, obra de sumo mérito ante Dios y ante la misma humana sociedad que con el tiempo se verá obligada a reconocer la grandeza e importancia de la labor realizada por los pp. Misioneros del Ecuador, como ha reconocido ya el mérito de otros misioneros; obra, sobre todo, alabada y cantada allí donde se da y se recibe la única verdadera gloria, que existe y puede existir, porque la da el Señor de la gloria, infalible en sus juicios, infinito en su bondad y en sus riquezas. Yo los bendigo de todo corazón" En el mes de diciembre de 1927 fue recibido dos veces en audiencia privada por el Santo Padre Pío XI, y lo mismo en febrero, abril y junio de 1928 . En enero de 1928 confirmó la elección como prior del convento de santa María sopra Minerva de roma a fray Innocenzo Taurisano, e instituyó como vicario general de la Provincia de Argentina a fray Jacinto Estévez. Envió también una carta de felicitación a fray Ceslao Rutten, por la intervención que tuvo en el Senado de Bélgica defendiendo la justicia social y la caridad evangélica, fines que con plena conciencia perseguía la orden; aprobaba de corazón el apostolado social que llevaba entre manos, exhortándole a que lo prosiguiera. El p. Rutten, en 1928, levantó también su voz en el mismo senado en favor de la paz en México y contra la persecución religiosa que azotaba al mencionado país; en tal circunstancia recordó la labor en el siglo XVI del hoy siervo de Dios fray Bartolomé de las Casas . En marzo y abril de 1928 hizo visita canónica a los conventos de Roma: la Minerva, Santísimo Rosario, Santa Sabina, San Clemente, Angelicum, y monasterio de santo Domingo y san Sixto; giró también visita y dejó muy grato recuerdo en el monasterio de Marino Laziale, en la Provincia de Roma. Durante los meses de junio y julio visitó las casas de formación de las provincias de Nápoles, Sicilia y Malta; se dirigió igualmente al santuario de santo domingo en soriano, en la región de Calabria, e hizo todo lo posible para que los frailes reasumieran cuanto antes el cuidado pastoral de dicho santuario; para ello se entrevistó con las autoridades civiles y eclesiásticas. En agosto de 1928 salió de Roma para hacer la visita canónica a las provincias de Italia y de España; terminó la visita a España en el mes de noviembre, y se reintegró a su sede en el "Angelicum"; el 14 de noviembre le concedió una audiencia Pío XI.
Una nueva sede para el "Angelicum"
El 9 de junio de 1928, tras superar no pocas dificultades, se consiguió del gobierno italiano que volviera a la Orden "pleno iure" el monasterio de santo Domingo y san Sixto de Roma; se deseaba trasladar allí el colegio "Angelicum", que el Maestro de la Orden beato Jacinto mª. Cormier había inaugurado en la varias veces mencionada vía de san Vitale. El p. Paredes venía trabajando para conseguir este objetivo desde hacía casi dos años; estimaba él y estimaban otros que el lugar en que se hallaba era inmejorable, equidistante entre las colinas del Esquilino y el Quirinal, en pleno centro de la Roma antigua. Desde 1873, en virtud de una ley llamada de supresión, habían quitado a las monjas que allí vivían desde 1575 más de tres cuartas partes del antiguo monasterio construido desde los cimientos por san Pío V. En 1927 el estado italiano puso en venta la parte que ocupaba la administración de los bienes del culto, y la Orden decidió comprarla, sobre todo porque el "Angelicum" resultaba cada vez más angosto. La nueva adquisición alcanzaba unos 17.000 metros cuadrados. La misa de apertura del curso 1928-1929 se celebró ya en la iglesia de santo Domingo y san Sixto, y tuvo la lección solemne aquel año fray Reginald Garrigou-Lagrange. En este curso los alumnos llegaron a 490, de los cuales 77 eran de la Orden. Con motivo de la compra del monasterio de santo Domingo y san Sixto envió el papa Pío XI el 11 de junio de 1928 una carta al Maestro, congratulándose porque así se disponía de un edificio adecuado para promover el "apostolado doctrinal"; el lugar -estimaba el papa- era por demás apropiado, como todos lo reconocían; disponía, además de una huerta, en orden a realizar las edificaciones oportunas. Estaba seguro que la compra resultaría de gran provecho, no sólo para la Familia Dominicana, sino también para la Iglesia, aunque reconocía el Pío XI que el coste económico fue muy importante, y todavía sería necesario invertir en la acomodación para los nuevos fines a que estaba destinado. Por lo mismo deseaba que el Maestro recibiera el apoyo de toda la Orden.
Animación de la vida de la Orden
En 1928 fundó el fray Marie-Vincent Bernadot, de la Provincia de Francia, la revista La vie intellectuelle; desde el 1º de enero de 1929 se comenzó a publicar en Zagreb, en la provincia de Dalmacia, una nueva revista titulada Duhovni Zivot (vida espiritual), dirigida por el p. Jacinto Boskovic. El 20 de junio de 1928 firmó una carta dirigida a toda la Orden en la que declaraba a san Luis Bertrán patrono especial de los noviciados; tomó la iniciativa el Capítulo General de 1926, pero confesaba el Maestro que nada era más grato y feliz para él que ejecutar la determinación de sus hermanos; san Luis -escribía- había formado durante mucho tiempo y de manera muy sólida a los jóvenes religiosos que le confiaron; iba por delante de sus discípulos dando ejemplo de prudencia, rectitud y saludable disciplina, verdadero hijo de santo Domingo, que predicó también el evangelio en regiones de Colombia, y mereció agregar una multitud de gentes a la iglesia de Cristo . Días antes, el 13 de junio de 1928, dio una nueva prueba de su devoción a santa Catalina asistiendo al congreso que reunió el colegio de los "Caterinati", para dar a conocer, sobre todo, la convocatoria de un congreso internacional que debía celebrarse en roma en 1930. El 7 de junio nombró a fray Dominique Chenu secretario del estudio general de Le Saulchoir.
Renuncia al gobierno de la Orden
El 30 de marzo de 1929 el cardenal Pietro Gasparri le comunicó, en nombre del Santo Padre Pío XI, la aceptación de la renuncia que había presentado. El papa -se decía en la carta del cardenal- había aceptado la dimisión con dificultad o desagrado -ægre. Pero en la aceptación había pesado sobre todo la consideración de su salud. Se reconocían sus méritos y se alababa el desempeño del oficio de Maestro de la Orden a lo largo de casi tres años. Unos días más tarde el Prefecto de la Congregación de Religiosos nombró Vicario General hasta el próximo Capítulo a fray Juan casas, socio del Maestro, nacido en Cataluña e hijo de la Provincia de Andalucía. El 27 de marzo -presentada ya la renuncia, aunque todavía no aceptada-salió para el santuario de Madonna dell´Arco, cerca de Nápoles; buscaba un poco de alivio para su salud; al hacerse pública la renuncia tornó a Roma el 10 de abril para hacer el traspaso de los asuntos al Vicario General. Dejó su sede en el colegio "Angelicum" el 30 de abril y pasó al convento romano de la Santísima Trinidad (Via Condotti), perteneciente a su Provincia; días después marchó para España. El cronista de la revista Analecta OP., concluía su relato con estas palabras: "tanto en la elección de Maestro de la Orden hecha en favor de su persona, como en el retiro del oficio, ofreció a los hermanos presentes y futuros un preclaro ejemplo de sencillez y humildad que no podrá borrarse de su memoria" . Tras una breve estancia en Madrid, a principios de junio de 1929 se dirigió al convento de Ocaña, donde, en conformidad con las constituciones, eligió su domicilio. Las razones de salud para su dimisión fueron las únicas que se adujeron de manera explícita en los documentos oficiales, aunque la citada carta del Cardenal Secretario de Estado Pietro Gasparri dejaba entrever que había aducido también otras razones. Desde Francia llegaron algunos informes a la Santa Sede, según los cuales ciertos frailes estaban envueltos en el movimiento "Action Française" -movimiento nacionalista de índole monárquico- que Pío XI había condenado a partir de diciembre de 1926 . Ante el deseo de la Santa Sede de que el Maestro removiese de sus conventos a frailes acusados de apoyar el mencionado movimiento, éste dilató por algunos meses la intervención hasta tanto que él investigase personalmente la veracidad de los informes, cosa que disgustó al papa. Es evidente que se precisa de una biografía documentada del nuevo beato con la utilización de fondos, vaticanos y de la Orden, que hoy son accesibles a los estudiosos. Es sabido que la documentación correspondiente al pontificado de Pío XI está ya abierta a la consulta en el Archivo Secreto Vaticano. Con mayor facilidad podrán consultarse las respectivas secciones del Archivum Fratrum Prædicatorum, en el convento de santa Sabina de Roma. Por una crónica que publicó la revista "Rosas y espinas", fundada en Valencia por el beato Luis Urbano, se sabe que viajó a París en el mes de septiembre de 1926; por tanto, es seguro que estuvo en Francia. Fue desde España y, antes de cruzar la frontera, desvió su ruta hacia Vic (Barcelona) y presidió la toma de hábito de treinta postulantes de la congregación de Dominicas de la Anunciata. Habló en la ceremonia del reinado de Cristo en la tierra, y animó a procurarlo con firmeza y valor por el ejercicio de las virtudes religiosas. En nombre de la congregación le dio la bienvenida la priora general, H. Mercedes Miralpeix; recibió también el saludo del obispo de Vic Dr. Muñoz, del terciario dominico Jaume Collell y del profesor del seminario Ramón Puig y Coll, sobrino segundo del beato Francisco Coll, martirizado en 1936. Medio año después de que fuera descargado de su oficio, el 31 de diciembre de 1929, escribió desde Ocaña a la religiosa dominica Sor Pilar de Jesús manifestándole cuanto sigue: "he preferido venirme a este convento donde hice mi noviciado, y que además es un verdadero santuario de la Provincia, pues que se formaron nuestros mártires del Tonquín. Ahora han traído aquí uno de los cursos de nuestros estudios y la regular observancia se tiene con el mayor cuidado. No ceso de dar gracias a Dios por el beneficio que me ha concedido y por la paz suavísima de espíritu que me ha concedido y me da a gustar". Fue elegido para sucederle el 21 de septiembre de 1929 el p. Martín s. Gillet (1875-1951), que rigió la Orden durante diecisiete años, hasta 1946. En este Capítulo electivo, celebrado en el "Angelicum", estuvo fray Buenaventura Paredes, y ofreció en primer lugar su obediencia al nuevo elegido. Fueron también capitulares el hoy venerable fray Titus M. Horten, el ya mencionado beato Luis Urbano, y el siervo de Dios José Garrido Francés, mártir perteneciente a la comunidad del estudio general de Almagro, de la Provincia de Andalucía. El ex Maestro tomó parte, igualmente, en los Capítulos de Le Saulchoir (1932), y Roma (1935). Desplegó también una actividad apostólica y así, por ejemplo, en julio de 1930, dirigió los ejercicios espirituales a las hermanas Dominicas de la Anunciata de Oviedo, entre cuyos miembros se hallaba la hoy sierva de Dios Dominga Benito Rivas, que consignó el hecho el la crónica de la comunidad.
Persecución y martirio
Retirado, como se ha dicho, al convento de santo Domingo de Ocaña, se hallaba en Madrid a mediados de julio de 1936, en el convento ya mencionado del Santísimo Rosario. Este convento, convertido en priorato en 1935, fue asaltado el domingo 19 de julio de 1936; se hallaban en la comunidad 15 religiosos, unos por asignación y otros de paso, de los cuales 11 fueron beatificados el 28 de octubre de 2007. El beato Buenaventura había salido del convento la víspera del asalto, invitado por d. Pedro Errazquin, que ofreció refugio también a otros frailes. Un mes antes había escrito a esta familia Errazquin - Garmendía, a la que había comenzado a tratar en 1915 en Filipinas: "yo ya no puedo sobreponerme a la abrumadora realidad que sufrimos. Solamente esperando en la misericordia de Dios cabe concebir alguna esperanza" Esta familia se ofreció a tramitarle un pasaporte y un billete para que viajara a Filipinas, pero él, anciano y enfermo, experimentaba una dificultad invencible a emprender el viaje y manifestaba que sólo lo haría si se lo permitían sus superiores de Roma; de hecho escribió a Roma y obtuvo el billete para el viaje; el amigo Pedro Errazquin presentó una solicitud para el pasaporte, aunque este documento le fue negado por ser religioso. Mientras estuvo refugiado en casa de d. Pedro Errazquin iba a celebrar la Eucaristía a un oratorio; pero este hogar era vigilado por la policía y le buscaron a finales de julio alojamiento en el Hotel del Carmen, en la plaza de santa Bárbara. Al fin este caballero católico sufrirá, al fin, la muerte en la pradera de san Isidro de Madrid, porque le encontraron en casa el cáliz que pertenecía al beato Buenaventura. Convencido este último de la estrecha vigilancia que ejercía la policía sobre él se refugió en una pensión llamaba del infante Don Juan, en la calle Recoletos; administró el sacramento de la confesión a algunas personas residentes; en la habitación que le asignaron llevaba una vida recogida y de oración, rezaba el breviario y hasta celebraba la santa misa. Decía una testigo: "el p. Buenaventura estaba delante de una mesita con un panecito y un vaso, y yo creo que era que estaba celebrando la santa misa". Fue detenido el 11 de agosto y conducido por gente armada; se había identificado como religioso y sacerdote, y se entregó con gran valor: "no tengo más delito que el de ser sacerdote y religioso; la divina providencia así lo quiere", aseguran que declaró. Lo llevaron a un lugar de tortura, denominado checa, situado en la madrileña calle García de Paredes. Al día siguiente, 12 de agosto de 1936, lo condujeron al pueblo de Fuencarral y, hacia las 10 de la mañana, lo ejecutaron por arma de fuego en el paraje denominado Valdesenderín del Encinar, entre Fuencarral y Alcobendas; conservó hasta el último momento el rosario y el breviario. Lo enterraron en le cementerio de Fuencarral, localidad en que la Orden tuvo convento durante siglos y cuya iglesia está dedicada a "Nuestra Señora de Valverde". Los restos fueron exhumados el 24 de octubre de 1940 y llevados a la cripta de la iglesia del Santísimo Rosario de Madrid. En 1967 los trasladaron de nuevo a la capilla - panteón del convento de santo Tomás de Ávila donde siguen localizadas sus reliquias. Recordado como mártir por su sucesor El Maestro de la Orden fray M. E. Gillet escribió una carta dedicada a los mártires en la persecución religiosa en España y en ella trató ampliamente y con elogio de su predecesor; estimaba que su vida podría resumirse en una perpetua unión sobrenatural con Dios por la exquisita humildad y práctica de la mansedumbre con sencillez y magnanimidad, algo que se advertía en él como connatural, y así se preparó para el martirio. Esperaba que en el futuro la Iglesia lo declarara mártir. Ofrecía, en fin, el nombre de otros hermanos de las Provincias de España, Aragón, Andalucía y Santo Rosario que dieron, asimismo, testimonio de su fe con la efusión de su sangre. Eran 136 en total.
Fama de santidad
Todos los testigos procesales que conocieron al nuevo Beato Buenaventura García Paredes resaltan unánimemente sus virtudes. Era hombre de fe arraigada y profunda, que manifestaba en el recogimiento y unión con Dios; tenía para con todos sentimiento humanitarios y buenos, siempre dispuesto a perdonar; destacó por su cercanía al mundo obrero y a las gentes humildes, sencillas y pobres; muy prudente y sabio, paciente, justo y ecuánime; constante en el cumplimiento del deber, firme y, a la vez, compasivo y humano; comedido en el comer, en el beber, en sus expansiones y en todo; edificante por su profunda humildad. El conocido historiador fray Vicente Beltrán de Heredia se pronunció así: "Siento devoción, sobre todo, por el P. Paredes, del que tengo una impresión muy grata por el hecho de que cuando fue elegido General incluyendo mi voto a su favor, vi hasta donde llegaba su humildad en no aceptar el cargo. No se me olvidan aquellos diez minutos de forcejeo, cuando resultando él General hubieron de convencerle, y dio tales muestras de humildad que uno de los Padres asistentes, el P. Getino, tuvo que adelantarse para pronunciar unas palabras de aliento y ayudarle, de tal suerte que un padre austro-húngaro P. Cornelius Boller , dijo: "Jamás en mi vida he presenciado escena tan hermosa" " . Después de dejar el cargo no se mostró dolido y trató incluso de justificar la acción de la Santa Sede con respeto y mansedumbre. Verle celebrar la Misa emocionaba. En su visita como Prior provincial al Vietnam se postró en tierra ante la lápida de los Mártires, y estuvo un rato bien grande de bruces sobre el suelo; cuando se incorporó notaron los presentes que tenía el rostro bañado en lágrimas. Reflejaba las virtudes de un santo, exclamaba su sucesor fray Aniceto Fernández. En la diócesis de St. Hyacinthe de Québec se publicó en 1944 una estampa recordatorio de nuestro Mártir, con una oración aprobada por la autoridad eclesiástica en que se pedía al Señor "el don insigne de los milagros necesarios para su beatificación terrestre, a fin de que podamos pronto con la Iglesia venerarlo e invocarlo como un santo". Desde el 28 de octubre de 2007 la Orden de Predicadores venera con gozo a este hijo suyo con el título de Beato y Protomártir elevado a los altares entre sus Maestros. La Provincia del Santo Rosario como al Maestro que ha dado a toda la Orden. En el día de su Beatificación ha encabezado un grupo de 74 Mártires, representantes de toda la Familia de Santo Domingo: 40 sacerdotes, 18 hermanos cooperadores, 3 estudiantes clérigos, un novicio clérigo, una monja contemplativa, 7 hermanas de la Congregación de la Anunciata, fundada por el Beato Francisco Coll, 2 hermanas de la Congregación de la Enseñanza de la Inmaculada, 2 laicos dominicos. Todos ellos integraban el grupo de 498 mártires españoles beatificados, en la fecha señalada, por S.S. Benedicto XVI.
Fuente: Boletín Informativo No. 1 Septiembre 1993 Institución Teresiana Victoria Díez y Bustos de Molina, Beata Virgen y Mártir, 12 de agosto
Victoria Díez y Bustos de Molina, Beata
Virgen y Mártir
Martirologio Romano:En la villa de Hornachuelos, cerca de Córdoba, en España, beata Victoria Díaz y Bustos de Molina, virgen y mártir. Ejerció el cargo de maestra en el Instituto Teresiano y, desencadenado el ataque contra la Iglesia, proclamando su fe cristiana y exhortando a otros al martirio, mereció ella misma sufrir el martirio (1936).
Victoria solo vivió 33 años pero su vida fué grande. Se hizo maestra y ejerció siempre de guía, en la cabecera de la marcha. Creyó ten fuerte que nunca pudo negarlo. Pidió "precio" por la fe de un pueblo y lo pagó con la vida. Su corta biografía es hoy un verdadero testimonio que la prolonga en el tiempo.
Los primeros años de la vida de Victoria transcurren en el seno de una familia sencilla y creyente de la Andalucía de primeros de siglo. Su padre, José Díez Moreno es gatidano, escribiente y apoderado de una casa comercial de Sevilla. Su madre, Victoria Bustos de Molina trabaja en casa como buena parte de las mujeres de entonces. Ambos ponen toda su atención e interés en la formación de su hija única, en la que pronto destacan cualidades hondas, que los años irán perfilando cada vez más.
Victoria es una joven inquieta, morena; tímida y frágil. De poca estatura externa y en su interior la pequeñez de los grandes, la fortaleza de quien se ha fiado de un solo Señor. Sobresale en ella su prematura capacidad de entrega a los demás y una especial sintonía con cualquier manifestación de fe. Posee asímismo notables cualidades artísticas que la llevarán a estudiar seis años en la Escuela de Artes y Oficios de Sevilla. Pero Victoria es, sobre todo, maestra, y así le gustaba a ella que la llamaran; esta vocación la descubre cuando en 1923 termina su carrera docente, con brillantes calificaciones.
En 1925 conoce la Institución Teresiana y reconoce en ella su propio lugar en la vida. Una especie de destino profético la impulsa a una entrega sin límites. La propuesta de Pedro Poveda, basada en la fuerza transformadora del creyente a través de su profesión, juntando "fe y vida", encaja con todas sus aspiraciones. La mediación educativa en todas sus manifestaciones era la clave de la misión de aquella Institución y dicho planteamiento atraerá de forma definitiva a esta mujer de cualificada vocación docente. Un año más tarde, en 1926, formará parte de la Asociación de Poveda.
Pídeme Precio Su primer nombramiento oficial en 1927, tras ganar las oposiciones correspondientes, es para un pequeño pueblo de la provincia de Badajoz, Cheles; pero el verdadero "destino" de Victoria está en Hornachuelos, lugar serrano de Córdoba donde permanecerá desde el año 28 hasta el final de sus días, en agosto del 36. Es un pueblo claro y blanqueado que se extiende en la falda de Sierra Morena como un pañuelo al sol. Al verlo a distancia la joven maestra siente el deseo de conocerlo a fondo, de entrañarse con su gente, de hacerse para todos, y lo exterioriza en una frase que ha quedado definitivamente escrita en la historia de su corta vida: "Señor, pídeme precio". Nada la detendría.
Durante su estancia en Hornachuelos, donde permanecerá ocho años, Victoria desarrolla una intensa actividad de servicio de la Iglesia y de la sociedad local, además de sus tareas específicas como docente. Impulsa la Acción Católica, organiza cursos nocturnos para mujeres trabajadoras, ayuda a las familias necesitadas y pone en marcha la catequesis infantil, que continuará impartiendo cuando se prohíbe a los maestros dar clases de religión. Al mismo tiempo, ejerce sus funciones como Presidenta del Consejo Local del Pueblo.
Pero si conquistó enseguida aquella pequeña sociedad de Hornachuelos no fué precisamente por su brillantez ni por todo lo que "hizo", con ser mucho, por ampliar las posibilidades humanas del entorno. Ya había dicho Pedro Poveda -ella lo sabía bien- que los hombres y las mujeres de Dios son inconfundibles porque sin deslumbrar alumbran, esto es, por sus frutos, por su forma de situarse y compartir la vida. Esta fué la gracia de Victoria en lo que serían sus últimos ocho años: llevar hasta el extremo el "reto del dar"; allanar caminos, implicarse en las necesidades, sobre todo de los más humildes, contagiar la fe que lleva a flor de piel, hablar sin miedo.
Digna seguidora de Pedro Poveda, acierta a ver el valor de lo sencillo, la grandeza de lo pequeño, que "no hay que ser rico para dar", y desde esta clave favorecer todo aquello que potencia la vida.
Victoria encarna perfectamente el tipo de persona de el Fundador quiso para la Institución Teresiana, con "un exterior común y singularísima por dentro". Ella, desde luego, lo era porque en aquella muchacha aparentemente débil había mucha "victoria".
Animo, adelante El día veinte de julio de 1936, recién estallada la guerra civil española, arrestaron al párroco de Hornachuelos con quien Victoria había colaborado intensamente en tareas de la iglesia local. El 11 de agosto era requerida a prestar declaración ante el Comité.
En la madrugada del día 12 Victoria fué conducida junto con 17 hombres más a las afueras del pueblo para emprender una marcha de 12 kilómetros sin vuelta posible, y tal vez sea este camino el que la convierte en una mujer excepcional. Ahora no es ya solo la maestra buena, suave y disponible; ahora es una mujer de fe, que marcha con la fuerza del convencido, que sabe cargar con los miedos propios y ajenos, dando valor al grupo: "ánimo", es su palabra más repetida.
"Animo, adelante". En alguna ocasión ella había escrito: "si es preciso dar la vida para identificarse con Cristo, desde hoy dejo de existir...". "Si hay que morir se muere", había afirmado Pedro Poveda.
Estas palabras se cargan ahora de fuerza testimonial porque quien las pronunció también las hizo vida en su propia carne. Victoria sabía que "creer bien y enmudecer no es posible", y ella creyó hasta el límite de dar la vida. Y la entregó aquella madrugada del 12 de agosto, después de haber recorrido el último tramo a pie, entre hombres, compartiendo su misma suerte, como había vivido siempre.
Fue beatificada el 10 de octubre de 1993 por S.S. Juan Pablo II.
Martirologio Romano:En Roma, beato Inocencio XI, papa, que gobernó sabiamente la Iglesia, pese a estar aquejado de fuertes dolores y pesares (1689).
Nació el 16 de mayo de 1611 y lo llamaron Benedetto Giulio Odescalchi, era hijo de Livio Odescalchi, patricio de la ciudad de Como, y de su esposa Paola Castelli, de una familia de comerciantes de Bérgamo. Su padre murió pronto, pero tres tíos y un hermano suyo fundaron una floreciente banca en Génova que contaba con sucursales en Milán, Venecia, Roma, Nápoles, Núremberg y Cracovia. Este negocio dio una gran prosperidad a la familia. Otro hermano suyo, Giulio Maria, fue monje benedictino y más tarde obispo de Novara (1656-1667).
Hizo sus primeros estudios con los jesuitas de Como. A los quince años realizó el aprendizaje de la profesión de banquero en la sede de la banca familiar en la ciudad de Génova. Estudió en la universidad La Sapienza de Roma y en la de Nápoles, doctorándose en ésta última en derechos civil y canónico (1639).
No constan las circunstancias de su ordenación sacerdotal. En 1640 el papa Urbano VIII lo nombra protonotario apostólico participantium, y dos años después referendario de los tribunales de la Signatura Apostólica de Gracia y de Justicia. El papa Inocencio X le designó clérigo de la Cámara Apostólica y más tarde presidente de la misma, comisario de Ancona, gobernador de Macerata, comisario financiero de la región de la Marca de Roma y gobernador del Piceno.
En 1645 el papa Inocencio X lo nombró cardenal diácono de S. Cosma e Damiano. Dos años después fue designado prefecto del tribunal de la Signatura Apostólica de Gracia y en 1658 legado en la ciudad y territorio de Ferrara, cuando en estos lugares se padecía una severa hambruna. El papa lo presentó como el "padre de los pobres".
En 1650 Odescalchi es consagrado obispo de Novara, posición en la cual gastó todas las ganancias de su sede para ayudar a los pobres y enfermos en la diócesis. Con el permiso del papa renunció al cargo en 1656 Ya en Roma fue consultor de diversas congregaciones y en 1659 cambió su diaconía cardenalicia por el título de S. Onofrio. El año siguiente fue nombrado camarlengo del Sacro Colegio Cardenalicio.
Particicpó en los cónclaves de 1655, 1667 y 1669-1670, siendo vetada en este último su candidatura al papado por parte de Jean-François Paul de Gondi, cardenal de Retz con el título de S. Maria sopra Minerva, en nombre de Luis XIV, rey de Francia. También participó en el de 1676, en el cual fue elegido papa.
La fuerte oposición del rey de Francia Luis XIV tuvo que ceder esta vez a la voluntad de los cardenales y del pueblo romano. Dio precisas instrucciones a los cardenales franceses pretendía nuevamente utilizar su influencia real en contra de la elección de Odescalchi. Pero en vez de esto, viendo que los cardenales y el pueblo romano deseaba a Odescalchi como su papa, tuvo que instruir expresamente a los cardenales franceses (el citado Gondi de Retz; Emmanuel Théodose de la Tour d´Auvergne de Bouillon, del título de S. Lorenzo in Panisperna y Gran Limosnero de Francia; César d´Estrées, del títlo de SS. Trinità al Monte Pincio y Obispo de Laon, y Pierre de Bonzi, del título de S. Onofrio y arzobispo de Toulouse) a no interponerse en su elección. El 21 de septiembre de 1676 y después de cincuenta días de cónclave Odescalchi fue elegido papa. El 4 de octubre siguiente fue coronado en la Patriarcal Basílica Vaticana por el cardenal Francesco Maidalchini, protodiácono de S. Maria in Via Lata.
Reforma de la Administración Vaticana Tras su ascenso, Inocencio XI movió todos sus esfuerzos hacia reducir los gastos de la Curia. Pasó órdenes estrictas en contra del nepotismo entre los cardenales. Vivió muy austeramente y exhortó a los cardenales a que hicieran lo mismo. De esta manera no solo cuadró el déficit anual, que al momento de su ascensión sumaba los 170.000 escudos, sino que también al cabo de pocos años el ingreso papal superaba los gastos. No perdió en tiempo en declarar y prácticamente manifestarse como un reformador y como un corrector de los abusos administrativos. Comenzando con el clero, buscaba levantar a los laicos a un nivel moral de mayor altura. En 1679 condenó 65 proposiciones, tomadas de los escritos de Escobar, Francisco Suárez, y el mismo estilo, como "propositiones laxorum moralistarum" y prohibió a cualquiera a enseñarlas bajo la penalidad de excomunión.
Personalmente no era un enemigo de Miguel de Molinos, pero aún así cedió a la enorme presión que cayó sobre el para confirmar en 1687 el juicio de los inquisidores, por el cual 68 proposiciones molinistas fueron condenadas como blasfemias y herejías.
Relaciones con Francia Todo el pontificado de Inocencio XI estuvo marcado por un forcejeo continuo con Luis XIV. Todos los esfuerzos de Inocencio XI para inducir al Rey Sol a respetar los derechos de la Iglesia fueron inútiles. En 1682 Luis XIV convocó una asamblea del Clero Francés la cual adoptó los cuatro artículos que fueron conocidos como las Libertades Galicanas. Inocencio anuló los cuatro artículos el 11 de abril de 1682, y rehusó su aprobación a todos los futuros candidatos episcopales que formaron parte de la asamblea.
Para apaciguar al papa, Luis XIV comenzó a actuar en favor del catolicismo. En 1685 Luis revocó el Edicto de Nantes e inauguró una cruel persecución de los protestantes. Inocencio XI expresó su disgusto por estas medidas drásticas y continuó demorando su aprobación de los candidatos episcopales. Irritó más al rey ese mismo año al abolir el derecho de asilo, bajo la cual los embajadores en Roma podían proteger en sus embajadas a cualquier criminal buscado por las cortes papales de justicia. Inocencio XI notificó al embajador francés, el Marqués de Lavardin, que no sería reconocido como Embajador en Roma a menos que renunciara a este derecho, pero Luis XIV no quería renunciar al mismo. A la cabeza de una fuerza armada de 800 hombres, Lavardin entró en Roma en noviembre de 1687, y tomó la posesión a fuerza de su palacio. Inocencio XI lo trató como un excomulgado y puso un interdicto a la iglesia de San Luis en donde atendía servicio (24 de diciembre de 1687).
La tensión entre el papa y el rey de Francia aumentó más cuando el papa procedió a llenar la vacante en la sede del arzobispado de Colonia. Los dos candidatos para la sede eran el Cardenal William Egon Fürstenberg, en esos momentos Obispo de Estrasburgo, y Joseph Clemens de Baviera. Fürstenberg era una herramienta en manos de Luis XIV, y si era asignado como Arzobispo y Elector de Colonia, la preponderancia francesa se consolidaría en Alemania. Joseph Clemens no solo era el candidato del Emperador Leopoldo I de Austria sino que también de todos los líderes europeos, con la excepción del Rey de Francia, con el apoyo del Rey Jaime II de Inglaterra. En la elección, que fue realizada el 19 de julio de 1688, ninguno de los candidatos recibieron la cantidad requerida de votos. La decisión, entonces, recaía en Inocencio XI, que designó a Joseph Clemens en el cargo. Luis XIV procedió, en represalia a tomar posesión del territorio papal de Aviñón, tomando preso al nuncio papal y apelando a un consejo general. Tampoco escondió sus intenciones de separar a la Iglesia Francesa de Roma. El papa se mantuvo firme. La subsiguiente caída de Jaime II de Inglaterra destruyó la preponderancia francesa en Europa y poco después de la muerte de Inocencio el roce entre Luis XIV y el papado fue arreglado en favor de la Iglesia.
Otras relaciones exteriores Inocencio XI despachó a Ferdinando d´Adda como nuncio en Inglaterra, convirtiéndose este en el primer representante de la Iglesia en ir a ese país en más de cien años. Aún así, el papa no aprobaba la manera imprudente bajo la cual Jaime II intentaba restaurar el catolicismo. Repetidamente expresó su incomodidad hacia el apoyo que Jaime II le daba a Luis XIV en sus medidas hostiles en contra de la Iglesia. No es sorpresivo entonces, que Inocencio XI tuviera poca simpatía hacia el Rey Católico de Inglaterra. No parece haber, por otro lado, ningún tipo de base para la acusación de que Inocencio XI estuviera informado y apoyara los designios de Guillermo de Orange en Inglaterra.
Entre otros motivos, fue debido a las incesantes exhortaciones de Inocencio que los Estados Alemanes y el Rey de Polonia Juan III Sobieski se apresuraron a ayudar a Viena, la cual estaba siendo atacada por los turcos, en 1683. Luego de que terminó el ataque, Inocencio XI no tuvo ninguna reserva para inducir a los príncipes cristianos a que ayudaran a la expulsión de los turcos de Hungría. Contribuyó financieramente para la guerra turca en Austria y Hungría y tuvo la satisfacción de sobrevivir la captura de Belgrado, el 6 de septiembre de 1688.
Después de una larga enfermedad Inocencio XI murió en Roma el 12 de agosto de 1689. Fue enterrado en la Patriarcal Basílica Vaticana, en una tumba transparente bajo el altar de San Sebastián de dicha basílica.
El proceso para su beatificación fue introducido en 1714 pero la influencia de Francia forzó su suspensión en 1744. En el siglo XX fue reabierto después de nuevos hallazgos históricos acerca de su persona, y el papa Pío XII anunció su beatificación el 7 de octubre de 1956.
La conmemoración del beato Inocencio XI tiene lugar el 12 de agosto, aniversario de su muerte.
Carlos Meehan (o O´Meighan, o Mahoney), Beato Sacerdote y Mártir, 12 de agosto
Carlos Meehan (o O´Meighan, o Mahoney), Beato
Sacerdote y Mártir
Martirologio Romano:En Ruthin, en el norte de Gales, beato Carlos Meehan, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores y mártir. Irlandés de nacimiento, mientras se dirigía a su patria por aquella región, fue detenido y condenado a muerte por haber entrado en los dominios del rey Carlos II, y ahorcado y descuartizado, alcanzó la palma del martirio (1679).
Nacido c. 1640. Franciscano irlandés (ordenado en 1671). En el camino a Irlanda desde Roma, una tormenta hizo que su barco encalle en la costa de País de Gales, era el año 1678. Carlos fue capaz de nadar a tierra con algunas de sus pertenencias, encontrando la tierra por casualidad cerca de Milford Haven. Fue arrestado, mientras viajaba al Norte a pie, en un esfuerzo para encontrar un barco que se dirigiese a Irlanda. Su fue que él no hablaba la lengua galesa.
Durante su interrogatorio se descubrió que Carlos era sacerdote católico, siendo por ello entregado a un cruel hombre llamado Guillermo Shaw, quien lo golpea y escupe sobre él, diciendo "diría Misa para nosotros el sacerdote". Carlos logró escapar, pero fue recapturado, a su regreso fue tratado aún más brutalmente. Tarde o temprano, fue juzgado por traición.
Había pocas razones para condenar a Carlos, pero el tribunal galés lo encontró culpable. El 12 de agosto de 1679, Carlos fue sacado de su celda de la prisión, y atado a un trineo de madera para que pudieran arrastrarlo por la ciudad. Allí (en Ruthin, Gales del Norte) fue ahorcado y luego descuartizado.
Sus últimas palabras fueron una profecía de que el Rey Carlos II se convertiría al catolicismo. "Ahora Dios Todopoderoso acepta el que yo deba sufrir este martirio. Su Santo Nombre sera alabado ya que muero por mi religión... Dios les perdone, ya que siempre rezaré por ustedes, sobre todo por aquellos que aprueba mi angustia. Pido a Dios bendecir a nuestro Rey, Carlos, y defenderlo de sus enemigos y convertirlo a la Santa Fe Católica. Amén". El rey Carlos II fue recibido en la Iglesia Católica en su lecho de muerte el 6 de febrero de 1685.
Euplo (Euplio), Santo Diacono y mártir, 12 de agosto
Euplo (Euplio), Santo
Euplo
Martirologio Romano:En Catania, de Sicilia, san Euplo, mártir, que, según la tradición, en la persecución desencadenada por el emperador Diocleciano, cuando llevaba en sus manos los volúmenes de los Evangelios, fue encarcelado por el gobernador Calvisiano y cuando, interrogado de nuevo, respondió que se gloriaba de tener en el corazón los Evangelios, fue flagelado hasta morir (304).
San Euplo (o Euplio), diacono, fue martirizado durante el noveno consulado de Diocleciano y el octavo de Maximiano el 12 de agosto de 304, su pasión se relata así: "El diacono Euplo, hallábase en el espacio detrás del velo del tribunal, y desde allí gritó: "soy cristiano, quiero morir por el nombre de Cristo". Calviniano, el gobernador, lo mandó llamar, y le ordenó leer algo de los libros que Euplo portaba, él leyó: "Bienaventurados los que sufren persecución por la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos", luego dijo, "s la ley de mi Señor, tal como ha sido transmitida".
Calviniano ordeno que fuera torturado, para convencerlo de que se desdijera de su fe, pero la respuesta de Euplo fue ratificar que era cristiano, persignarse y seguir orando mientras los verdugos seguían cumpliendo las órdenes recibidas. Fue invitado nuevamente a adjurar y presentar ofrendas a los dioses romanos, Euplo respondió que el sólo adoraba al Dios verdadero, luego de esto Calviniano ordeno que fuera flagelado hasta morir.
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