viernes, 19 de julio de 2013

Domingo por la Santísima Trinidad. 21/07/2013. Excepto causa grave, no asistir a Misa dominical es pecado GRAVE. Precepto: Misa ENTERA. Desde Sábado 16:00 puede ser Domingo, según diócesis (Catecismo 2042, 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

JMJ

Pax

Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354

Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

Misal

 

16o. Dom Ord Ciclo C (Id=489)

Antífona de Entrada

Señor Dios, tú eres mi auxilio y el único apoyo de mi vida; te ofrezco de corazón un sacrificio y te daré gracias, Señor, porque eres bueno.

Se dice "Gloria".

Oración Colecta

Oremos:
Señor, míranos con amor y multiplica en nosotros los dones de tu gracia, para que llenos de fe, esperanza y caridad, permanezcamos siempre fieles en el cumplimiento de tus mandatos.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

Primera Lectura

Señor, no pases junto a mí sin detenerte

Lectura del libro de Génesis 
18, 1-10a.

Un día, el Señor se le apareció a Abrahán en el encinar de Mambré, mientras él estaba sentado en la entrada de su tienda a la hora del calor más fuerte. Levantando la vista, vio de pronto a tres hombres que estaban de pie ante él. Al verlos, se dirigió a ellos rápidamente desde la puerta de la tienda, y postrado en tierra, dijo: 
"Señor mío, si he hallado gracia a tus ojos, te ruego que no pases junto a mí sin detenerte. 
Haré que traigan agua para que se laven los pies y descansen a la sombra de estos árboles; traeré pan para que recobren fuerzas y después continuarán su camino, pues sin duda para eso han pasado junto a su siervo".
Ellos le contestaron: 
"Está bien, haz lo que dices". 
Abrahán entró rápidamente en la tienda donde estaba Sara y le dijo:
"Date prisa, toma tres medidas de harina, amásalas y cuece unos panes".
Mientras, Abrahán fue corriendo al establo, escogió un ternero y se lo dio a un criado para que lo matara y lo preparara. Cuando el ternero estuvo asado, tomó requesón y leche y lo sirvió a los forasteros. El permaneció de pie bajo el árbol, mientras ellos comían. Después le preguntaron: 
"¿Dónde está Sara, tu mujer?"
El respondió:
"Ahí, en la tienda". 
Uno de ellos le dijo: 
"Dentro de un año volveré sin falta a visitarte por estas fechas; para entonces, tu mujer Sara habrá tenido un hijo".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 14

¿Quién será grato a tus ojos, Señor?

Quien procede honradamente y obra con justicia, quien es sincero en sus palabras y con su lengua a nadie desprestigia.
¿Quién será grato a tus ojos, Señor?

Quien no hace mal al prójimo ni difama al vecino; quien no ve con aprecio a los malvados y honra a quienes temen al Altísimo.
¿Quién será grato a tus ojos, Señor?

Quien no presta con usura y quien no acepta soborno en perjuicio de inocentes. Quienes vivan así, serán gratos a Dios eternamente.
¿Quién será grato a tus ojos, Señor?

Segunda Lectura

Un designio secreto que Dios ha mantenido oculto y que ahora la revelado a su pueblo santo

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 
1, 24-28


Hermanos: Ahora me alegro de sufrir por ustedes: así completo lo que falta a la pasión de Cristo en mí, por el bien de su cuerpo, que es la Iglesia.
Por disposición de Dios, he sido constituido ministro de la Iglesia para predicarles por entero su mensaje: el designio secreto que Dios ha mantenido oculto desde siglos y generaciones y que ahora ha revelado a su pueblo santo.
Dios ha querido dar a conocer a los suyos la gloria y riqueza que este designio encierra para los paganos; es decir, que Cristo vive en ustedes y es la esperanza de la gloria. Nosotros predicamos a ese Cristo; corregimos a todos, los instruimos con todos los recursos de la sabiduría, a fin de que todos sean cristianos perfectos.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un corazón bueno y sincero, y perseveran hasta dar fruto. 
Aleluya.

Evangelio

Marta lo recibió en su casa. María escogió la mejor parte

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas
10, 38-42

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo entró Jesús en un poblado, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. 
Ella tenía una hermana llamada María, la cual se sentó a los pies de Jesús y se puso a escuchar su palabra. Entre tanto, Marta se afanaba en diversos quehaceres; hasta que se paró y dijo:
"Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con todo el quehacer? Dile que me ayude".
El Señor le respondió: 
"Marta, Marta: muchas cosas te preocupan y te inquietan, siendo así que una sola es necesaria. 
María escogió la mejor parte y nadie se la quitará".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice "Credo".

Oración de los Fieles

Celebrante: Pidamos, hermanos hermanas, al Dios de misericordia que auxilie nuestra pequeñez, para que podamos invocar su nombre con los sentimientos que él desea:
Responderemos: Escúchanos, Señor.

Por la paz y concordia de las Iglesias, por la unión de todos los cristianos y por la salvación de nuestras almas, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.

Por los responsables de las naciones, para que bajo su gobierno tengamos una vida feliz y pacífica, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.

Por los que están lejos de casa, por los enfermos y encarcelados y por todos los que sufren, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.

Por nuestra comunidad reunida en la fe, la piedad y el temor de Dios, por los que hacen el bien a nuestras parroquias y por los que ayudan a los pobres, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.

Celebrante: Dios de bondad, Padre Santo, escucha nuestras oraciones y danos un corazón humilde y sencillo que escuche la palabra de tu Hijo y lo acoja en la persona de nuestros hermanos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Oración sobre las Ofrendas

Dios nuestro, que con la muerte de tu Hijo llevaste a término y perfección los sacrificios de la antigua alianza, acepta y bendice estos dones como aceptaste y bendijiste los de Abel, para que lo que cada uno te ofrece sea de provecho para la salvación de todos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Prefacio

Historia de la salvación en Cristo

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro.
Porque naciendo, restauró´nuestra naturaleza caída: con su muerte destruyó nuestros pecados; al resucitar nos dio nueva vida; y ascendiendo hasta ti, Padre, nos abrió las puertas del Reino de los cielos.
Por eso,
unidos a los coros angélicos, te aclamamos llenos de alegría.

Antífona de la Comunión

Miren que estoy a la puerta y llamo, dice el Señor: si alguno oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaré con él, y él conmigo.

Oración después de la Comunión

Señor, tú que nos has concedido participar en esta Eucaristía, míranos con bondad y ayúdanos a vencer nuestra fragilidad humana para poder vivir como hijos tuyos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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Meditación diaria

Décimo sexto Domingo ciclo c

 

EL TRABAJO DE MARTA

— En Betania recibían y atendían bien al Señor. Amistad con Jesús.

— Trabajar sabiendo que el Señor está junto a nosotros. Presencia de Dios en el trabajo.

— Trabajo y oración.

 

I. Señor, si he hallado gracia a tus ojos, no pases de largo junto a tu siervo; traeré un poco de agua, y lavaréis vuestros pies, y reposaréis debajo del árbol; después seguiréis adelante, pues habéis pasado junto a vuestro siervo1. Son las palabras que Abrahán dirigió a Yahvé cuando se le apareció, como peregrino, en el encinar de Mambré, a la hora del calor. Abrahán le dio de comer y le dispensó una buena acogida. Nunca olvidó Dios estas muestras de hospitalidad de Abrahán.

El Evangelio de la Misa narra la llegada de Jesús con sus discípulos a casa de unos amigos en Betania2: Marta, María y Lázaro. Por este lloró un día el Señor3 al enterarse de su muerte, y luego lo resucitó. Jesús va de paso hacia Jerusalén y se detiene en Betania, que está a unos tres kilómetros antes de llegar a la ciudad. En casa de aquellos hermanos, a quienes Jesús ama entrañablemente, recaló con sus discípulos para descansar después de una larga jornada; allí, entre aquellos amigos, se encuentra el Señor a gusto. Le tratan bien, y siempre es recibido con alegría y afecto. Así hemos de tratar y de acoger nosotros a Jesús, que está en el Sagrario de las iglesias. No tenemos otro amigo mejor ni más fiel. No existe persona alguna a la que debamos tratar con mayor delicadeza y confianza.

En este clima de amistad, las hermanas se desenvuelven con naturalidad y sencillez, y muestran actitudes diversas. Marta andaba afanada con los múltiples quehaceres de la casa; parece la mayor (San Lucas dice: una mujer llamada Marta le recibió en su casa), y es la que se ocupa con todo esmero de atender al Señor y a los que le acompañan; el trabajo debía de ser abundante. Atender a un grupo tan numeroso, sobre todo si se presentaron de improviso, no era tarea fácil. Y Marta deseaba hacer un recibimiento adecuado al Señor, y se ocupaba con eficacia en preparar lo conveniente. Sabemos que, en un momento determinado, pierde la paz y se agobia, porque le falta la inicial rectitud de intención. María, en cambio, estaba sentada a los pies del Señor escuchando su palabra, desentendida de los preparativos de la comida. "Marta, en su empeño por prepararle al Señor de comer, andaba ocupada en multitud de quehaceres. María, su hermana, prefirió que le diese de comer a ella el Señor. Se olvidó de su hermana y se sentó a los pies del Señor, donde, sin hacer nada, escuchaba su palabra"4. Nosotros, con la ayuda de la gracia, tenemos que aprender la armonía de la vida cristiana, que se manifiesta en la unidad de vida –unir Marta y María– de forma que el amor a Dios, la santidad personal, sea inseparable del afán apostólico y se manifieste en la rectitud de nuestro trabajo.

II. La hermana mayor se dirige a Jesús con gran confianza y cierto tono de queja: Señor, ¿nada te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo de la casa? Dile, pues, que me ayude.

Durante muchos siglos se ha querido presentar a estas dos hermanas como dos modelos de vida contrapuestos: en María se ha querido representar la contemplación, la vida de unión con Dios; en Marta, la vida activa de trabajo, "pero la vida contemplativa no consiste en estar a los pies de Jesús sin hacer nada: esto sería un desorden, si no pura y simple poltronería"5. En el trabajo, en el quehacer de cada uno, es precisamente el lugar donde encontramos a Dios, "el quicio sobre el que se fundamenta y gira nuestra llamada a la santidad"6, donde amamos a Dios mediante el ejercicio de las virtudes humanas y de las sobrenaturales. Sin un trabajo serio, hecho a conciencia, con prestigio, sería muy difícil –quizá imposible– que pudiéramos tener una vida interior honda y ejercer un apostolado eficaz en medio del mundo.

Durante mucho tiempo y con demasiado énfasis se ha insistido en las dificultades que las ocupaciones terrenas, seculares, pueden representar para la vida de oración. Sin embargo, es ahí, en medio de esos trabajos y a través de ellos, no a pesar de ellos, donde Dios nos llama a la mayoría de los cristianos para santificar el mundo y santificarnos nosotros en él, con una vida llena de oración que vivifique y dé sentido a esas tareas7. Fue esta una predicación continua del Fundador del Opus que enseñó a miles de personas a encontrar a Dios a través de su quehacer diario. En cierta ocasión, dirigiéndose a un numeroso grupo de personas, les decía: "Debéis comprender ahora –con una nueva claridad– que Dios os llama a servirle en y desde las tareas civiles, materiales, seculares de la vida humana: en un laboratorio, en el quirófano de un hospital, en el cuartel, en la cátedra universitaria, en la fábrica, en el taller, en el campo, en el hogar de familia y en todo el inmenso panorama del trabajo, Dios nos espera cada día. Sabedlo bien: hay un algo santo, divino, escondido en las situaciones más comunes, que toca a cada uno de vosotros descubrir (...).

"No hay otro camino (...): o sabemos encontrar en nuestra vida ordinaria al Señor, o no lo encontraremos nunca. Por eso puedo deciros que necesita nuestra época devolver –a la materia y a las situaciones que parecen más vulgares– su noble y original sentido, ponerlas al servicio del Reino de Dios, espiritualizarlas, haciendo de ellas medio y ocasión de nuestro encuentro continuo con Jesucristo"8. Poner el amor de María mientras se lleva a cabo el trabajo de Marta.

Jesús responde a esta mujer en tono familiar: Marta, Marta, tú te preocupas y te inquietas por muchas cosas. En verdad una sola cosa es necesaria. Así, pues, María ha escogido la mejor parte, que no le será arrebatada.

Es como si le dijera: Marta, estás ocupada en muchos menesteres, pero te estás olvidando de Mí; estás desbordada por muchas tareas necesarias, pero estás descuidando lo esencial: la unión con Dios, la santidad personal. Esa inquietud, ese ajetreo, no pueden ser buenos cuando te hacen perder la presencia de Dios mientras trabajas; aunque el trabajo en sí es bueno y necesario.

Jesús no hace una valoración de toda la actitud de Marta, ni tampoco de todo el comportamiento de María. Cambia con hondura la cuestión y apunta a algo más esencial: a la actitud interna de Marta; tan metida está en el trabajo y anda tan preocupada por él, que se llega casi a olvidar de lo más importante: la presencia de Cristo en aquella casa. ¡Cuántas veces nos podría hacer el Señor el mismo cariñoso reproche! Afanes, trabajos necesarios, que no pueden justificar nunca el olvido de Jesús presente en nuestras tareas, aun las más santas, pues, como se ha dicho, no podemos dejar a un lado al "Señor de las cosas" por "las cosas del Señor"; no se puede relativizar la importancia de la oración con la excusa de que quizá estemos trabajando en tareas apostólicas, de formación, de caridad, etc.9.

III. Debemos tener tal unidad de vida que el mismo trabajo nos lleve a estar en presencia de Dios y, a la vez, los ratos expresamente dedicados a hablar con el Señor nos ayuden a trabajar mejor, pues "entre las ocupaciones temporales y la vida espiritual, entre el trabajo y la oración, no puede existir solo un "armisticio" más o menos conseguido; tiene que darse plena unión, fusión sin residuo. El trabajo alimenta a la oración y la oración "embebe" el trabajo. Y esto hasta el punto de que el trabajo en sí mismo, en cuanto servicio hecho al hombre y a la sociedad –y, por tanto, con las más claras exigencias de profesionalidad– , se convierte en oración agradable a Dios"10.

Para lograr la presencia del Señor mientras trabajamos tendremos que recurrir a industrias humanas, cosas que nos recuerden que nuestro trabajo es para Dios y que Él está cerca de nosotros, contemplando nuestras obras; es un testigo de excepción de nuestra actividad. Muchas veces nos ayudará la consideración de que está muy cerca, quizá a pocas decenas o a unos centenares de metros, en un oratorio o en la iglesia más cercana. "Ahí, desde ese lugar de trabajo, haz que tu corazón se escape al Señor, junto al Sagrario, para decirle, sin hacer cosas raras: Jesús mío, te amo.

"—No tengas miedo a llamarle así –Jesús mío– y de repetírselo a menudo"11.

Todas las ocupaciones, hechas con rectitud de intención, pueden ser el lugar donde cada día vivamos la caridad, la mortificación, el espíritu de servicio a los demás, la alegría y el optimismo, la comprensión, la cordialidad, el apostolado de amistad... Es el medio, en definitiva, con el que nos santificamos. Y esto es verdaderamente lo que importa: encontrar a Jesús en medio de esos diarios quehaceres, no olvidar en momento alguno "al Señor de las cosas"; menos aún cuando esos quehaceres hacen referencia más directa a Él, pues, de lo contrario, quizá terminaríamos llevándolos a cabo por nosotros mismos, buscando en ellos solamente la realización personal o la mera satisfacción de un deber cumplido, dejando a un lado la rectitud de intención, olvidando al Maestro.

Le pedimos a la Virgen, al terminar la oración, tener el espíritu de trabajo de Marta y la presencia de Dios de María mientras, sentada a los pies de Jesús, escuchaba embebida sus palabras.

1 Primera lectura. Gen 18, 1-5. — 2 Lc 10, 38-42. — 3 Jn 11, 35. — 4 San Agustín, Sermón 103, 3. — 5 A. del Portillo, Homilía 20-VII-1986, en Romana, Año II, n. 3, p. 268. — 6 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 62. — 7 Cfr. J. L. Illanes, La santificación del trabajo, Palabra, 9ª ed, Madrid 1981, p.106 ss. — 8 Conversaciones con Monseñor Escrivá de Balaguer, Rialp, 14ª ed., Madrid 1985, n. 114. — 9 Cfr. Juan Pablo II, Alocución 20-Vl-l986. — 10 A. del Portillo, Trabajo y oración, en Revista Palabra, mayo 1986, p. 30. — 11 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 746.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

San Lorenzo de Brindisi
Predicador
Año 1619

Lorenzo significa: coronado de laurel. Laureado. Este santo ha sido quizás el más famoso predicador de la comunidad de Padres Capuchinos.

Nació en Brindis (Italia) cerca de Nápoles. Desde pequeño demostró tener una memoria asombrosa. Dicen que a los ocho años repitió desde el púlpito de la Catedral un sermón escuchado a un famoso predicador, con gran admiración de la gente.

Cuando pidió ser admitido como religioso en los Padres Capuchinos, el superior le adevirtió que le iba a ser muy difícil soportar aquella vida tan dura y tan austera. El joven le preguntó: "Padre, ¿en mi celda habrá un crucifijo?". "Si, lo habrá", respondió el superior. "Pues eso me basta. Al mirar a Cristo Crucificado tendré fuerzas para sufrir por amor a El, cuaquier padecimiento".

La facilidad de Lorenzo para aprender idiomas y para grabarse en la memoria todo lo que leía, dejó atónitos a sus superiores y compañeros. Prácticamente se aprendía de memoria capítulos enteros de la S. Biblia y muchas páginas más de libros piadosos. Hablaba seis idiomas: griego, hebreo, latín, francés, alemán e italiano.

Y su capacidad para predicar era tan excepcional, que siendo simple seminarista, ya le fue encomendado el predicar los 40 días de Cuaresma en la Catedral de Venecia por dos años seguidos. Las gentes vibraban de emoción al oir sus sermones, y muchos se convertían.

Un sacerdote le preguntó: "Fray Lorenzo, ¿a qué se debe su facilidad para predicar? ¿A su formidable memoria?" Y él respondió: "En buena parte se debe a mi buena memoria. En otra buena parte a que dedico muchas horas a prepararme. Pero la causa principal es que encomiendo mucho a Dios mis predicaciones, y cuando empiezo a predicar se me olvida todo el plan que tenía y empiezo a hablar como si estuviera leyendo en un libro misterioso venido del cielo".

Los capuchinos nombraron a Fray Lorenzo superior del convento y luego superior de Italia. Más tarde al constatar las grandes cualidades que tenía para gobernar, lo nombraron superior general de toda su comunidad en el mundo. En sus años de superiorato recorrió muchos países visitando los conventos de sus religiosos para animarlos a ser mejores y a trabajar mucho por el reino de Cristo. Había días que caminaba a pie 50 kilómetros. No le asustaba desgastarse en su salud con tal de conseguir la salvación de las almas y la extensión del reino de Dios. La gente lo amaba porque era sumamente comprensivo y bondadoso, y porque sus consejos hacían un gran bien. Siendo superior, sin embargo servía a la mesa a los demás, y lavaba los platos de todos.

El Santo Padre, el Papa, lo envió a Checoslovaquia y a Alemania a tratar de extender la religión católica en esos países. Se fue con un buen grupo de capuchinos, y empezó a predicar. Pero en esos días un ejército de 60 mil turcos mahometanos invadió el país con el fin de destruir la religión, y el jefe de la nación pidió al Padre Lorenzo que se fuera con sus capuchinos a entusiasmar a los 18 mil católicos que salían a defender la patria y la religión. La batalla fue terriblemente feroz. Pero San Lorenzo y sus religiosos recorrían el campo de batalla con una cruz en alto cada uno, gritando a los católicos: "Ánimo, estamos defendiendo nuestra santa religión". Y la victoria fue completa. Los soldados victoriosos exclamaban: "La batalla fue ganada por el Padre Lorenzo".

El Papa Clemente VIII decía que el Padre Lorenzo valía él solo más que un ejército.

El Sumo Pontífice lo envió de delegado suyo a varios países, y siempre estuvo muy activo de nación en nación dirigiendo su comunidad y fundando conventos, predicando contra los protestantes y herejes, y trabajando por la paz y la conversión. Pero lo más importante en cada uno de sus días eran las prácticas de piedad. Durante la celebración de la Santa Misa, frecuentemente era arrebatado en éxtasis, y su orar era de todas las horas y en todos los sitios. Por eso es que obtuvo tan grandes frutos apostólicos.

Dormía sobre duras tablas. Se levantaba por la noche a rezar salmos. Ayunaba con frecuencia. Su alimento era casi siempre pan y verduras. Huía de recibir honores, y se esforzaba por mantenerse siempre alegre y de buen humor con todos. La gente lo admiraba como a un gran santo. Su meditación preferida era acerca de la Pasión y Muerte de Jesucristo.

En 1859 fue declarado "Doctor de la Iglesia", por el Sumo Pontífice Juan XXIII. Y es que dejó escritos 15 volúmenes de enseñanzas, y entre ellos 800 sermones muy sabios. En Sagrada Escritura era un verdadero especialista.

Cuando viajaba a visitar al rey de España enviado por la gente de Nápoles para pedirle que destituyera a un gobernador que estaba haciendo mucho mal, se sintió sin fuerzas y el 22 de julio de 1619, el día que cumplía sus 60 años, murió santamente. Ha sido llamado el "Doctor apostólico".

Ruega por nosotros, querido San Lorenzo, para que no tengamos miedo a gastarnos y desgastarnos por Cristo y su Santa Iglesia, como lo hiciste tú.

Dijo Jesús: "Si el grano de trigo muere, produce mucho fruto".

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Víctor, San Mártir, Julio 21  

Víctor, San

Mártir

Martirologio Romano En Marsella, ciudad de la Provenza, en la Galia, san Víctor, mártir (c. 292).

Etimología: Víctor = vencedor, del latín

Al poco tiempo de haber mandado degollar a toda la legión Tebea, fue el emperador Maximiano a Marsella, donde había una iglesia numerosa y floreciente. A su llegada temblaron por su vida todos los fieles de la ciudad y se prepararon para el martirio.

Durante esta general consternación un oficial cristiano, llamado Víctor, iba todas las noches de casa en casa a visitar a sus hermanos en Jesucristo para exhortarles al desprecio de la muerte, e inspirarles el deseo de la vida eterna.

Habiendo sido sorprendido en una acción tan digna de un soldado de Cristo, fue conducido al tribunal de los prefectos Asterio y Eutiquio, que le representaron el peligro que corría, y cuán loco era de exponerse a perder el fruto de sus servicios y el favor del príncipe, por querer adorar a un hombre muerto. Contestó Víctor que renunciaba a todas las ventajas, que no podía servir mas que a Jesucristo, Hijo eterno de Dios, que se había dignado hacerse hombre y que había resucitado después de muerto. Semejante respuesta excitó furiosos gritos de indignación, pero como el prisionero era persona ilustre, lo enviaron al emperador Maximiano, el cual, para torcer la constancia de Víctor lo hizo atar de pies y manos y mandó que lo paseasen por todas las calles de la ciudad, exponiéndolo así a los insultos del populacho.

A la vuelta de este público desprecio, lo presentaron todo cubierto de sangre a los prefectos, y Asterio :mandó que lo extendiesen sobre el caballete, donde los verdugos le atormentaron por largo espacio. Encerránronle después en una lóbrega prisión, en la cual, a media noche, le visitó el Señor por el ministerio de sus ángeles. La cárcel se llenó de admirable claridad.

El santo mártir cantaba con los espíritus celestiales las alabanzas del Señor. Tres soldados encargados de custodiar le quedaron tan asombrados de lo que pasaba, que arrojándose a los pies de Víctor, le pidieron perdón y la gracia del bautismo. Llamábanse Longinos, Alejandro y Feliciano, los cuales fueron bautizados aquel día, y Víctor les sirvió de padrino.

Al día siguiente, supo todo esto el emperador, y montado en cólera hizo trasladar los cuatro santos a la plaza pública, donde fueron cargados de injurias por la plebe soez y cortadas las cabezas de los tres centinelas.

Tres días después llamó de nuevo el emperador a Víctor a su tribunal y le mandó adorar una estatua de Júpiter puesta sobre un altar, pero Víctor, lleno de fe en Jesucristo, dio un puntapié al altar, y lo derribó juntamente con el ídolo hecho pedazos.

El tirano, para vengar a sus dioses, le hizo cortar el pie ordenando luego que metiesen al mártir debajo de la rueda de un molino. Como a la primera vuelta el molino se descompusiese, sacaron de allí al santo y le cortaron la cabeza. Su cuerpo, junto con los cadáveres de Longinos, Alejandro y Feliciano, fueron arrojados al mar, pero los cristianos los encontraron sobre la orilla y les dieron honrosa sepultura.

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Alberico Crescitelli, Santo Mártir, Julio 21  

Alberico Crescitelli, Santo

Mártir en China

Martirologio Romano: En Yanzibian, de Yangpingguan, en China, san Alberico Crescitelli, presbítero del Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras, que en la persecución promovida por el movimiento de los Yihetuan, golpeado primero brutalmente hasta quedar casi muerto, fue arrastrado al día siguiente, atados sus pies, por un camino empedrado hasta cerca de un río, donde su cuerpo fue despedazado y decapitado, mereciendo por todo ello la palma del martirio (1900).

San Alberico nació en Altavilla, en Benetto, Nápoles el 30 de junio de 1863.

Tuvo una temprana vocación religiosa y su sacerdocio lo llevó a integrar el Instituto Pontificio de las Misiones Exteriores de Milán. Su vocación lo impulsó a misiones extranjeras en China que luchaban por expandir las creencias cristianas.

A fines del siglo XIX y principios del XX se abatió sobre estas misiones un furioso y sangriento ataque, proveniente de la Asociación de la Justicia y de la Armonía, conocida comúnmente como de los Boxers.

El odio acumulado y reprimido contra los extranjeros durante la Guerra del Opio y a la imposición de los llamados Tratados Desiguales por parte de las potencias occidentales fueron desencadenantes de la persecución. Sin embargo, la matanza de los misioneros fue motivada especialmente por razones religiosas, según cuentan los documentos de la época.

Crescitelli desarrolló su ministerio en el Shanxi Meridional y allí fue martirizado y decapitado el 21 de julio de 1900. "Dicen que, cuando su cabeza rodaba hacia un río cercano, todavía sus labios decían: 'Jesús, Jesús, Jesús'".

Alberico y los otros
119 mártires que murieron en China por odio a la fe cristiana fueron proclamados santos de la Iglesia el 1 de octubre de 2000 por S.S. Juan Pablo II.

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Fuente: EWTN.com
Daniel, Santo Profeta del A.T., Julio 21  

Daniel, Santo

Profeta del Antiguo Testamento

Etimológicamente: Daniel = Aquel que Dios es su juez, es de origen hebreo.

 

Los datos acerca de este santo los sabemos por el libro de Daniel, en la S. Biblia.

Pertenecía a una familia importante de Jerusalem. Era muy inteligente y estudioso y de agradable presencia. Cuando el rey Nabucodonosor invadió a Jerusalem se lo llevó prisionero a Babilonia junto con otros jóvenes. Al darse cuenta de las cualidades de este adolescente, Nabucodonosor lo hace instruir en todas las ciencias políticas y sociales de su país.

Siendo este profeta todavía muy joven, unos jueces quisieron hacer pecar a una mujer casada y como ella no aceptó las infames pretensiones de ellos, la calumniaron inventando que la habían visto pecar con un joven. La gente creyó la calumnia y la llevaban para matarla a pedradas, cuando apareció Daniel. Llamó a los dos jueces y los interrogó uno por uno, por separado, y les preguntó: "¿Dónde estaba Susana cuando ella cometió la falta?" Uno respondió: "Debajo de una acacia". Y el otro dijo: "Debajo de una encina." Entonces Daniel les dijo: "Ustedes estaban acostumbrados a hacer pecar a mujeres sin fe y sin valor, pero ahora se encontraron a una mujer que cree y es valiente. Su hermosura los sedujo y creyeron poder hacer que ella ofendiera a Dios, pero no lo lograron. Ahora tendrán el pago de su delito". Y el pueblo condenó a muerte a estos dos impuros calumniadores y alabó a Dios por la sabiduría que le había concedido a Daniel.

Los enemigos de la religión acusaron a Daniel porque tres veces cada día se arrodillaba en la azotea de su casa a adorar y rezar a Dios. En castigo fue echado al foso donde había leones sin comer. Pero Dios hizo el milagro de que los leones no lo atacaran, y esto hizo que el rey creyera en el verdadero Dios.

El joven se abstenía de tomar bebidas alcohólicas y de consumir alimentos prohibidos por la Ley de Moisés, y Dios en cambio le concedió una inmensa sabiduría, con la cual logró escalar los más altos puestos de gobierno hasta llegar a ser primer ministro bajo los gobiernos de Nabucodonosor, Baltasar, Darío y Ciro. A su gran sabiduría, a su habilidad para gobernar y a su santidad debe él que a pesar de los cambios de gobierno lograra conservar su cargo durante el reinado de cuatro reyes.

Daniel recibió de Dios la gracia de revelar sueños y visiones. Soñó Nabucodonosor que estaba viendo una estatua inmensa con cabeza de oro, pecho de plata, piernas de hierro y pies de barro y que una piedrecita se desprendía del monte e iba creciendo hasta llegar y chocar con la estatua y volverla polvo. Y Daniel le explicó que este sueño significaba que vendrían varios reinos en el mundo, uno muy rico, como de oro, otro menos rico, como de plata, y un tercero muy fuerte como de hierro y otro más débil como de barro, y que la verdadera religión, que al principio sería muy pequeña, iría creciendo hasta lograr dominar todos los reinos. Esto se ha cumplido con la religión de Cristo que empezó siendo tan pequeñita y ahora está extendida por todo el mundo y es más poderosa que cualquier reino de la tierra.

Dios anunció que al rey Nabucodonosor por haber cometido maldades y ser orgulloso, lo iba a volver loco. Nabucodonosor le pidió a Daniel que le rogara a Dios que le cambiara el castigo por alguna obra buena, y el Señor le dijo que para librarse de los castigos tenía que dar limosnas a los pobres.

El rey Baltasar cometió el pecado de emplear los cálices sagrados del altar de Dios para tomar licor en una fiesta, y estando en esto apareció una mano misteriosa que escribía tres palabras en la pared: Mene, Tequel, Uparsin. El rey se asustó mucho y el profeta Daniel le explicó: "Mene significa pesado. Es que Dios ha pesado sus obras y han resultado faltas de peso para recibir premios. Tequel significa medido. Dios midió sus obras y no dan la medida para recibir gloria. Uparsin significa dividido. Es que su reino será dividido y pasado a otros".

Y esa misma

Daniel, Santo

noche llegaron los enemigos del reino y mataron a Baltasar y dividieron su reino y lo pasaron a los persas.

Daniel fue un profeta tan estimado que pudo corregir a los mismos jefes de gobierno de su tiempo y sus correcciones fueron recibidas con buena voluntad. Ante el pueblo apareció siempre como un hombre iluminado por Dios y de una conducta ejemplar y como un creyente de una profunda piedad y devoción.

En algunos santorales su fiesta se la señala para el 21 de julio, en otros para el 20 de marzo.

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Práxedes, Santa Virgen y Mártir, Julio 21  

Práxedes, Santa

Virgen y Mártir

Martirologio Romano: En Roma, conmemoración de santa Práxedes, con cuyo nombre se dedicó a Dios una iglesia en el Esquilino (antes de 491).

Etimología: Práxedes = activa, emprendedora, del lengua griego.

Una bondad sin límites puede irradiar en el corazón decidido a amar, y quisiera aliviar los sufrimientos que atormentan a quienes están cerca y lejos.

Los santos han sido personas de esta categoría humana y espiritual.

Práxedes. Perteneció al siglo II de la era cristiana. Prudencio era el gobernador de Roma y, cosa rara, se distinguía por su virtud. Fue uno de los primeros conversos al cristianismo a pesar del cargo que ocupaba.

Eran los tiempos en que Pedro predicaba en Roma abiertamente ante todo el mundo sin temer a nadie.
Dicen que había recibido la catequesis del mismo san Pedro.

Convirtió su casa en un verdadero templo, y los fieles acudían allá para celebrar los sagrados misterios de la fe. Práxedes recibió una profunda formación cristiana de manos del Papa Pío I.

Tenía pretendientes para casarse, pero ella había ofrecido a Dios su virginidad por toda la vida.
Todo el mundo la quería. Hasta los propios paganos. Después de la paz que vino con Antonio Pío, empezó la persecución de nuevo.

Ella se dedicó a visitar a los encarcelados y a hablar con la gente por la calle y el mismo Foro de Cristo. Su casa era un verdadero templo en el que fue acogida "in fraganti" por los verdugos del emperador. Le dieron muerte a ella y a 23 más.

Era tal día como hoy del año 159.

 

 

Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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