jueves, 16 de febrero de 2012

Lecturas Viernes 17 de Febrero de 2012. Santos 7 anónimos fundadores de los "siervos de María" ¡rueguen por nosotros!

JMJ

Pax

Lectura del santo Evangelio según san Marcos (8, 34—9, 1)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús llamó a la multitud y a sus discípulos y les dijo: "El que quiera venir conmigo, que renuncie a  mismo, que cargue con su cruzque me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por y por el Evangelio, la salvará.

¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero, si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar uno a cambio para recobrarla? Si alguien se avergüenza de y de mis palabras ante esta genteidólatra y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él, cuando venga con la gloria de su Padre, entre los santos ángeles".

Y añadió: "Yo les aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin haber visto primero que el Reino de Dios ha llegado ya con todo su poder".

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te quiero, pero no te quiero ver todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesar pecados graves al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

Misal

Dichosos los que temen al Señor

Feria de la 6a. semana del Tiempo Ordinario o memoria libre de los siete Santos Fundadores

Yo soy la salvación de mi pueblo, dice el Señor

Antífona de Entrada

Yo soy la salvación de mi pueblo, dice el SeñorLos escucharé en cualquier tribulación en que me llamenseré siempre su Dios.

Oración Colecta

Oremos:

Dios nuestro, que en el amor a ti y a nuestro prójimo has querido resumir toda tu ley, concédenos descubrirteamarte en nuestros hermanos para que podamos alcanzar la vida eterna.

Por nuestro Señor Jesucristo

Amén.

 

Primera Lectura

Lectura de la carta del apóstol Santiago (2, 14-24. 26)

Hermanos míos:

¿De qué le sirve a uno decir que tiene fesi no la demuestra con obras? ¿Acaso podrá salvarlo esa feSupongamos que algún hermano o hermana carece de ropa y del alimento necesario para el día, y que uno de ustedes le dice: "Que te vaya bien; abrígate y come", pero no le da lo necesario para el cuerpo, ¿de qué le sirve que le digan eso? Así pasa con la fesi no se traduce en obras, está completamente muerta. Quizá alguien podría decir: " tienes fe y yo tengo obras. A ver cómo, sin obras, me demuestras tu feyo, en cambio, con mis obras te demostraré mi fe".

crees, por ejemplo, que hay un solo Dios y haces bien; pero los demonios también creen eso y, sin embargo, tiemblan.

¿Quieres saber, hombre ignorante, por qué la fe sin obras es estéril? ¿Acaso nuestro padre Abraham no fue justificado por sus obras, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? Fíjate cómo su fe colaboraba con sus obras y por las obras se perfeccionaba su fe. Así se cumplió lo que dice aquel pasaje de la Escritura: Abraham tuvo fe en Dios y eso le valió la justificación, y por eso se le llamó "amigo de Dios".

Ya ven cómo la persona es justificada por las obras, no por la fe sola. Pues así como un cuerpo que no respira es un cadáver, la fe sin obras está muerta.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

 

Salmo Responsorial Salmo 111

Dichosos los que temen al Señor.

Dichosos los que temen al Señor y aman de corazón sus mandamientospoderosos serán sus descendientes. Dios bendice a los hijos de los buenos.

Dichosos los que temen al Señor.

Fortuna y bienestar habrá en su casa, siempre obrarán conforme a la justicia. Quien es justoclemente y compasivo, como una luz en las tinieblas brilla.

Dichosos los que temen al Señor.

Quienes, compadecidosprestan y llevan su negocio honradamente jamás se desviarán; vivirá su recuerdo para siempre.

Dichosos los que temen al Señor.

 

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.

A ustedes los llamo amigos, dice el Señor, porque les he dado a conocer todo lo que le he oído a mi Padre.

Aleluya.

 

Evangelio

Lectura del santo Evangelio según san Marcos (8, 34—9, 1)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús llamó a la multitud y a sus discípulos y les dijo: "El que quiera venir conmigo, que renuncie a  mismo, que cargue con su cruzque me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por y por el Evangelio, la salvará.

¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero, si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar uno a cambio para recobrarla? Si alguien se avergüenza de y de mis palabras ante esta genteidólatra y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él, cuando venga con la gloria de su Padre, entre los santos ángeles".

Y añadió: "Yo les aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin haber visto primero que el Reino de Dios ha llegado ya con todo su poder".

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, los dones que te presentamos a fin de quepor medio de esta Eucaristíapodamos obtener las gracias de la redención.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

 

Prefacio Común II

La salvación por Cristo

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesarioes nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo,Dios todopoderoso y eterno.

Pues por amor creaste al hombre, y, aunque condenado justamente, lo redimiste por tu misericordia. Por Cristo nuestro Señor.

Por él, los ángelesarcángeles, y todos los coros celestiales celebran tu gloriaunidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza:

Santo, Santo, Santo…

 

Antífona de la Comunión

promulgas, Señortus preceptos para que se observen con exactitud. Que mi conducta se ajuste siempre, al cumplimiento de tu voluntad.

Oración después de la Comunión

Oremos:

Concede siempre tu ayuda, Señor, a quienes has alimentado con la Eucaristía, a fin de que la gracia recibida en este sacramento, transforme continuamente nuestra vida.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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Meditación diaria

 

6ª semana. Viernes

HUMILDAD

— Contar con Dios.

— El egoísmo y la soberbia.

— Para crecer en la humildad.

I. Leemos en el Génesis1 cómo los hombres se habían empeñado en un colosal proyecto que debería ser, a la vez, un símbolo y el centro de unidad del género humano, mediante la construcción de la gran ciudad de Babel y de una formidable torre. Pero aquella obra no se llevó a término, y los hombres se encontraron más dispersos que antes, divididos entre sí, confundido su lenguaje, incapaces de ponerse de acuerdo... "¿Por qué falló aquel ambicioso proyecto? ¿Por qué se cansaron en vano los constructores? Porque los hombres habían puesto como señal y garantía de la deseada unidad solamente una obra de sus manos, olvidando la acción del Señor"2. El Papa Juan Pablo II, al comentar este texto de la Sagrada Escritura, relaciona el pecado de estos hombres, "que quieren ser fuertes y poderosos sin Dios, o incluso contra Dios", con el de nuestros primeros padres, que tuvieron la pretensión engañosa de ser como Él3; es la soberbia, que está en la raíz de todo pecado y que tiene manifestaciones tan diversas. En la narración de Babel, la exclusión de Dios no aparece como enfrentamiento con Dios, "sino como olvido e indiferencia ante Él; como si Dios no mereciese ningún interés en el ámbito del proyecto operativo y asociativo. Pero en ambos casos la relación con Dios es rota con violencia"4.

Nosotros debemos recordar con frecuencia que Dios ha de ser en todo momento la referencia constante de nuestros deseos y proyectos, y que la tendencia a dejarse llevar por la soberbia perdura en el corazón de todo hombre, de toda mujer, hasta el momento mismo de su muerte. Esa soberbia nos incita a "ser como Dios", aunque sea en el pequeño ámbito de nuestros intereses, o a prescindir de Él, como si no fuera nuestro Creador y Salvador, del que dependemos en el ser y en el existir. Lo mismo que en la narración de los hechos de Babel, una de las primeras consecuencias de la soberbia es la desunión: en la misma familia, entre hermanos, amigos, colegas, vecinos...

El soberbio tiende a apoyarse exclusivamente –como los constructores de Babel– en sus propias fuerzas, y es incapaz de levantar su mirada por encima de sus cualidades y éxitos; por eso se queda siempre a ras de tierra. De hecho, el soberbio excluye a Dios de su vida, "como si no mereciese ningún interés": no le pide ayuda, no le da gracias; tampoco experimenta la necesidad de pedir apoyo y consejo en la dirección espiritual, a través de la cual llega en tantas ocasiones la fuerza y la luz de Dios. Se encuentra solo y débil, aunque él se crea fuerte y capaz de grandes obras; también por eso es imprudente y no evita las ocasiones en las que pone en peligro la salud del alma. Dios -enseña el Apóstol Santiago- da su gracia a los humildes y resiste a los soberbios5. Muchas veces se ha dicho que la soberbia es el mayor enemigo de la santidad, por ser origen de gran número de pecados y porque priva de innumerables gracias y méritos delante del Señor6; es, a la vez, el gran enemigo de la amistad, de la alegría, de la verdadera fortaleza...

No queramos prescindir del Señor en nuestros proyectos. "Él es el fundamento y nosotros el edificio; Él es el tallo de la cepa y nosotros las ramas (....). Él es la vida y nosotros vivimos por Él (...); es la luz y disipa nuestra oscuridad"7. Nuestra vida no tiene sentido sin Cristo; no debe tener otro fundamento. Todo quedaría desunido y roto si no acudiéramos a Él en nuestras obras.

II. La humildad está en el fundamento de todas las virtudes y constituye el soporte de la vida cristiana. A esta virtud se opone la soberbia y su secuela inevitable de egoísmo. La persona egoísta hace de sí la medida de todas las cosas, hasta llegar a la actitud que San Agustín señala como el origen de toda desviación moral: "el amor propio hasta el desprecio de Dios"8. El egoísta no sabe amar: busca siempre recibir, porque en el fondo solo se quiere a sí mismo. No sabe ser generoso ni agradecido, y cuando da, lo hace calculando el posible beneficio que le reportará. No sabe dar sin esperar nada a cambio. En el fondo, el egoísta desprecia a los demás.

La soberbia es, en efecto, la raíz del egoísmo, que es una de sus primeras manifestaciones; en este vicio se encuentra el principio de toda maldad9. El egoísmo (mirar todo en cuanto me reporta algún beneficio) y la soberbia (la falsa valoración de las cualidades propias y el deseo desordenado de gloria) son vicios que se confunden frecuentemente, y en ellos se encuentra de alguna manera el desorden radical de donde arrancan todos los pecados, porque el origen de todo pecado es la soberbia10, y el comienzo de la soberbia del hombre es apartarse de Dios11.

Cuántas veces hemos experimentado en nuestra vida personal la realidad de aquella enseñanza de Santa Catalina de Siena: el alma no puede vivir sin amar y cuando no ama a Dios se ama desordenadamente a sí misma, y este amor desgraciado "oscurece y encoge la mirada de la inteligencia, que deja de ver claro y solo se mueve en una falsa claridad. La luz con que la inteligencia ve en adelante las cosas es un engañoso brillo del bien, del falso placer al cual se inclina ahora el amor... De él no saca el alma otro fruto que soberbia e impaciencia"12.

Con la gracia de Dios, hemos de vivir vigilantes, combatiendo la soberbia en sus variadas manifestaciones: la vanidad y la vanagloria (a veces muy señaladas en los pensamientos inútiles, en los que se es frecuentemente el centro, el héroe, el que triunfa en toda situación), el desprecio de los demás (manifestado en burlas, ironías, juicios negativos..., intervenciones intemperantes en la conversación, sintiéndose siempre en la necesidad de puntualizar o de poner el punto final). El soberbio suele ser desagradecido, y no habla sino de sí, de su persona y de sus cosas, que es en el fondo lo único que le interesa...

"Hemos de pedir al Señor que no nos deje caer en esta tentación. La soberbia es el peor de los pecados y el más ridículo. Si logra atenazar con sus múltiples alucinaciones, la persona atacada se viste de apariencia, se llena de vacío, se engríe como el sapo de la fábula, que hinchaba el buche, presumiendo, hasta que estalló. La soberbia es desagradable, también humanamente: el que se considera superior a todos y a todo, está continuamente contemplándose a sí mismo y despreciando a los demás, que le corresponden burlándose de su vana fatuidad"13.

No permitas, Señor, que caiga en ese desgraciado estado, en el que no contemplo tu rostro amable ni veo tampoco tantas virtudes y buenas cualidades que poseen quienes me rodean.

III. Para levantar el elevado edificio de la vida cristiana debemos tener un gran deseo de ahondar en la virtud de la humildad: pidiéndosela al Señor, siendo sinceros ante nuestras equivocaciones, errores y pecados, ejercitándonos en actos concretos de desasimiento del propio yo... De ella nacen incontables frutos y está relacionada con todas las virtudes, pero de modo particular con la alegría, la fortaleza, la castidad, la sinceridad, la sencillez, la afabilidad y la magnanimidad; la persona humilde tiene una especial facilidad para la amistad y, por tanto, para el apostolado; sin humildad no es posible vivir la caridad.

Para ser más humildes debemos estar dispuestos a aceptar la humillación que suponen aquellos defectos que no logramos superar, las flaquezas diarias... Muchos días, quizá con más atención en determinadas temporadas, nos puede ayudar a la hora del examen alguna de estas preguntas: "¿supe ofrecer al Señor, como expiación, el mismo dolor, que siento, de haberle ofendido ¡tantas veces!?; ¿le ofrecí la vergüenza de mis interiores sonrojos y humillaciones, al considerar lo poco que adelanto en el camino de las virtudes?"14. Y luego, las humillaciones de fuera, las que no esperábamos o las que nos parecen injustas, ¿las llevamos por Cristo?15.

Si buscamos la roca firme para edificar que es la humildad de Nuestro Señor, cada día encontramos incontables ocasiones para ejercitarla: hablar solo lo necesario –o mejor un poco menos– de nosotros mismos, ser agradecidos por los pequeños favores de quienes están a nuestro lado, considerando que nada merecemos, agradecer a Dios los innumerables beneficios que recibimos, querer hacer la vida más amable a quienes encontramos a lo largo de la jornada, rechazar los pensamientos inútiles de vanidad o de vanagloria, no perder las ocasiones de prestar pequeños servicios en la vida familiar, en el trabajo, en cualquier parte; dejarse ayudar, pedir consejo, ser muy sincero con uno mismo –pidiendo ayuda al Señor para no justificar los pecados y las faltas, aquellas cosas que nos humillan y de las que tenemos que pedir perdón, a veces, a los demás–, con Dios y en la dirección espiritual, donde también encontramos a Jesús...

Poniendo los ojos en Cristo, encontramos también el desasimiento necesario para rectificar, que es camino de humildad, en las muchas cosas en que podemos habernos equivocado (porque nos faltaban datos, o ha cambiado alguno de ellos, o no habíamos profundizado en el problema...).

Aprendamos esta virtud contemplando la vida de Santa María. Dios hizo en Ella cosas grandes ""quia respexit humilitatem ancillae suae" —porque vio la bajeza de su esclava...

"—¡Cada día me persuado más de que la humildad auténtica es la base sobrenatural de todas las virtudes!

"Habla con Nuestra Señora, para que Ella nos adiestre a caminar por esa senda"16.

1 Primera lectura, Año I. Gen 11, 1-9. — 2 Juan Pablo II, Exhor. Apost. Reconciliatio et Paenitentia, 2-XII-1984, 13. — 3 Cfr. Gen 3, 5. — 4 Juan Pablo II, o. c., 14. — 5 Sant 4, 6. — 6 Cfr. R. Garrigou-Lagrange, Las tres edades de la vida interior, vol. I, pp. 445-446. — 7 San Juan Crisóstomo, Homilía sobre la 1ª Epístola a los Corintios, 8. — 8 San Agustín, Sobre la ciudad de Dios, 14, 28. — 9 Santo Tomás, Suma Teológica, 1-2, q. 77, a. 4 c. — 10 Eclo 10, 15. — 11 Ibídem, 10, 12. — 12 Santa Catalina de Siena, El Diálogo, 51. — 13 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 100. — 14 ídem, Forja, n. 153. — 15 Cfr. ídem, Camino, n. 594. — 16 ídem, Surco, n. 289.

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Santoral             (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

Fundadores de la Orden de los Servitas, Santos Siete Fundadores de los Siervos de Santa María Virgen, Febrero 17  

Fundadores de la Orden de los Servitas, Santos

Siete Santos Fundadores de los siervos de Santa María Virgen (Servitas)

Martirologio Romano: Los siete santos fundadores de la Orden de los Siervos de María: Bonfilio, Bartolomé, Juan, Benito, Gerardino, Ricovero y Alejo. Siendo mercaderes en Florencia, se retiraron de común acuerdo al monte Senario para servir a la Santísima Virgen María, fundando una Orden bajo la Regla de san Agustín. Son conmemorados en este día, en el que falleció, ya centenario, el último de ellos, Alejo (1310).

Según la tradición hubo siete hombres, muy respetables y honorables, a los que nuestra Señora unió, a manera de siete estrellas, para iniciar la Orden suya y de sus siervos. Los siete nacieron en Florencia; primero llevaron una vida eremítica en el monte Senario, dedicados en especial a la veneración de la Virgen María. Después predicaron por toda la región toscana y fundaron la Orden de los Siervos de Santa María Virgen, aprobada por la Santa Sede en 1304. Se celebra hoy su memoria, porque en este día, según se dice, murió San Alejo Falconieri, uno de los siete, el año 1310.

En la Monumenta Ordinis Servorum Beatae Maríae Virginis se lee lo siguiente respecto del estado de vida de los Siervos de Santa María Virgen: "Cuatro aspectos pueden considerarse por lo que toca al estado de vida de los siete santos fundadores antes que se congregaran para esta obra. En primer lugar, con respecto a la Iglesia. Algunos de ellos se habían comprometido a guardar virginidad o castidad perpetua, por lo que no se habían casado; otros estaban ya casados; otros habían enviudado.

En segundo lugar, con relación a la sociedad civil. Ellos comerciaban con las cosas de esta tierra, pero cuando descubrieron la piedra preciosa, es decir, nuestra Orden, no sólo distribuyeron entre los pobres todos sus bienes, sino que, con ánimo alegre, entregaron sus propias personas a Dios y a nuestra Señora, para servirlos con toda fidelidad.

El tercer aspecto que debemos tener en cuenta es su estado por lo que se refiere a su reverencia y honor para con nuestra Señora. En Florencia existía, ya desde muy antiguo, una sociedad en honor de la Virgen María, la cual, por su antigüedad y por la santidad y muchedumbre de hombres y mujeres que la formaban, había obtenido una cierta prioridad sobre las demás y, así, había llegado a llamarse "Sociedad mayor de nuestra Señora". A ella pertenecían los siete hombres de que hablamos, antes de que llegaran a reunirse, como destacados devotos que eran de nuestra Señora.

Finalmente, veamos cual fuera su estado en lo que mira a su perfección espiritual. Amaban a Dios sobre todas las cosas y a él ordenaban todas sus acciones, como pide el recto orden honrándolo así con todos sus pensamientos, palabras y obras.
Cuando estaban ya decididos, por inspiración divina, a reunirse, a lo que los había impulsado de un modo especial nuestra Señora, arreglaron sus asuntos familiares y domésticos, dejando lo necesario para sus familias y distribuyendo entre los pobres lo que sobraba. Finalmente buscaron a unos hombres de consejo y de vida ejemplar, a los que manifestaron su propósito.

Así subieron al monte Senario, y en su cima erigieron una casa pequeña y adecuada, a la que se fueron a vivir en comunidad. Allí empezaron a pensar no sólo en su propia santificación, sino también en la posibilidad de agregarse nuevos miembros, con el fin de acrecentar la nueva Orden que nuestra Señora había comenzado valiéndose de ellos. Por lo tanto, comenzaron a recibir nuevos hermanos y, así, fundaron esta Orden. Su principal artífice fue nuestra Señora, que quiso que estuviera cimentada en la humildad, que fuese edificada por su concordia y conservada por su pobreza.

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Autor: Archidiócesis de Madrid
Eutropio de Fregenal , Santo Obispo, Febrero 17  

Eutropio de Fregenal , Santo

Obispo

El Padre Jerónimo Román de la Higuera en su martirologio dice: "de Fregenal de Extremadura el tránsito glorioso de San Eutropio obispo de aquella ciudad que conociendo los yerros que por España sembraban los dos Auitos, envió a Africa al venerable presbítero Paulo Osorio, para que consultadas estas herejías con San Agustín, apuntase el modo más seguro para condenarlas".

Fue este santo Prelado pariente muy cercano de Flavio Caupernico, Arzobispo de Toledo y sucesor de Castino, murió en paz con opinión de santidad, a 17 de Febrero cerca de los años 420.

Marco Máximo, arzobispo de Zaragoza afirma que los dos monjes herejes, llamados Auitos provenían uno de Jerusalén y otro de Roma con doctrinas de Orígenes, Victorio y Basilio no muy ortodoxas, una vez superadas las corrientes priscilianistas.

El Obispo San Eutropio envió a Paulo a consultar a San Jerónimo sobre el origen del alma.

El Santo Obispo informado de los Santos Padres, Agustín y Jerónimo, ejerció su magisterio con seguridad, celo y entereza.

Consumió su vida, habiendo guardado al depósito de la fe.

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Fuente: Acoantioquena
Teodoro de Anasea, Santo Mártir, Febrero 17  

Teodoro de Anasea, Santo

Mártir

Martirologio Romano: En Amasea, en el Helesponto, pasión de san Teodoro, soldado, que bajo el emperador Maximiano, por confesar abiertamente su fe cristiana, fue terriblemente azotado, recluido en la cárcel y finalmente quemado vivo. San Gregorio de Nisa cantó las alabanzas de este santo, en uno de sus discursos (306).

Etimológicamente Teodoro = Aquel que es un regalo de Dios. Viene de la lengua griega.

En la ciudad Amasea, en la provincia Panonia, en los tiempos de las persecuciones por el emperador Maximiano (años 286-305), un guerrero llamado Teodoro, junto con otros cristianos a quienes intentaron obligar a abjurar a Cristo y hacer un sacrificio a los ídolos. (El sobrenombre Tiro significa en latín "recluta").

Al negarse a hacerlo, Teodoro fue sometido a crueles martirios y encerrado en la cárcel. Ahí, durante la oración él fue consolado con la milagrosa aparición del Señor Jesús. Poco tiempo después lo sacaron de la cárcel y con diferentes torturas nuevamente querían obligarlo a abjurar a Cristo.

Finalmente, viendo su firmeza, el gobernador lo condenó a la hoguera. Sin ningún temor, San Teodoro subió a la hoguera y orando y glorificando a Dios entregó su alma. Fue cerca del año 306. Su cuerpo fue sepultado en la ciudad de Eujaita (actualmente Marcivan en Asia Menor) Más tarde sus reliquias fueron trasladadas a Constantinopla a la Iglesia consagrada a su nombre.
Su cabeza se encuentra en Gaeta, Italia.

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Silvino de Auchy, Santo Obispo, Febrero 17  

Silvino de Auchy, Santo

Obispo

Martirologio Romano: En Auchy, en la región de Morins, Francia, sepultura de san Silvino, obispo (s. VIII).

Etimológicamente Silvino = Aquel que cuida los bosques, es de origen latino.

No se sabe exactamente en donde nació. Posiblemente en Francia. Su muerte fue en febrero del año 720.

Era un cortesano de los reyes Childerico y Teodocido III.

Renunció a su vida mundana y se convirtió en un peregrino a Jerusalén y otras ciudades santas.

Fue ordenado de sacerdote en Roma y se dedicó a evangelizar parte de Francia.

Trabajó con fervor y devoción en la predicación de la Palabra de Dios, contando lo esencial del Evangelio, sus verdades y lo necesario para salvarse.

Tuvo también la osadía de anunciar a los paganos a que dejaran sus cultos vacíos y sin sentido.
Los instruía con su ejemplo y sus buenas acciones. Logró, mediante la ayuda de Dios, muchas conversiones al cristianismo.

Después de más de 40 años como misionero en activo, consiguió la liberación de muchos esclavos.

Cansado de tanta vida activa – como un niño mayor – se retiró a una abadía de benedictinos, en la que murió con ansias de seguir haciendo más apostolado.

Se le hace mención en los martirologios romano, belga y Usuard tal día como hoy, el día de sus funerales.

La mayor parte de sus reliquias están en la iglesia de san Bertin, a la que fueron trasladadas por miedo a los invasores Normandos..

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Fuente: Franciscanos.org
Lucas Belludi, Beato Presbítero Franciscano, Febrero 17  

Lucas Belludi, Beato

Presbítero Franciscano

Martirologio Romano: En Padua, en la región de Venecia, beato Lucas Belludi, presbítero, de la Orden de los Frailes Menores, discípulo y compañero de san Antonio (1286).

Etimologicamente: Lucas = Aquel que es luminoso, es de origen latino.

Lucas nació en Padua (Italia) hacia el año 1200, de la noble y muy rica familia de los Belludi. Los datos que tenemos de su vida, y en particular de su juventud, son más bien escasos. Con toda probabilidad estudió en la Universidad de Padua, como lo prueba su gran cultura, y el año 1220 se encontró con san Francisco que, a su regreso de Oriente, había desembarcado en Venecia y, de camino hacia su tierra, pasó por Padua. En Santa María de La Cella o Arcella, cerca de la ciudad, el Santo fundó un monasterio de clarisas, en el que recibió a la
beata Elena Enselmini, y junto al mismo un pequeño hospicio para los frailes que las atendían; en él recibió Lucas el hábito de manos de Francisco y en él moriría años más tarde san Antonio. Parece que fue el mismo san Francisco quien orientó a Lucas al sacerdocio, habida cuenta de su formación y sus virtudes.

En la humilde residencia de la Arcella pasó el ya sacerdote Lucas años de oración y penitencia, a la vez que comenzaba a perfilar sus sermones. El año 1227, san Antonio, que había estado predicando en el sur de Francia, regresó a Italia y fue elegido Ministro provincial del norte de Italia. Por entonces, tal vez en el mismo año, Antonio se encontró con Lucas, y éste sería en adelante el discípulo y compañero inseparable del Santo, en sus correrías apostólicas y en la redacción de sus Sermones. Cuando después de la intensísima Cuaresma que predicó en Padua el año 1231, san Antonio se retiró al eremitorio de Camposampiero, cerca de Padua, allí lo atendió y cuidó el beato Lucas. El 13 de junio de 1231, durante la comida, Antonio sufrió un colapso y se sintió morir; pidió que lo trasladaran a Padua y, una vez más, Fr. Lucas fue su compañero inseparable; lo asistió durante el viaje en carreta y permaneció a su lado en la Arcella hasta que expiró aquella misma tarde. Después, nuestro Beato fue uno de los editores de los sermones del Santo, testigo de su santidad y promotor de su glorificación mediante la pronta canonización y la construcción de su Basílica en Padua. Tan estrecha fue la relación entre el Santo y nuestro Beato, que a éste se le llama también "Lucas de San Antonio".

En la vida del beato Lucas se suele destacar sobre todo el haber sido compañero y colaborador de san Antonio; pero, además, fue un hombre de gran talento y profunda espiritualidad, un verdadero sabio, famoso predicador, de vida sencilla y sana doctrina. Fue elegido Ministro provincial varias veces. Después de la muerte de san Antonio, el beato Lucas fue uno de los editores de sus Sermones; por otra parte, Lucas es también autor de sus propios Sermones Dominicales y otros, que se conservan inéditos en la Biblioteca Antoniana de Padua.

Murió en el hospicio de la Arcella (Padua) el 17 de febrero de 1286. Su cuerpo fue depositado, en la Basílica de San Antonio, en el mismo sepulcro en que estuvo sepultado al principio el Santo, su amigo y maestro. En 1971 los restos del Beato fueron trasladados a otra tumba dentro de la misma Basílica, donde reposan en la actualidad.

Fue beatificado por Pío XI el 18 de mayo de 1927. Entre los lugares de la Basílica paduana que merecen visitarse se encuentra la Capilla del Beato Lucas Belludi, totalmente pintada al fresco por Giusto de´ Menabuoi (1382). Aún hoy son muchos estudiantes que acuden a su sepulcro para pedirle su intercesión a la hora de los exámenes.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Flaviano, Santo Obispo y Mártir, 17 de febrero  

Flaviano, Santo

Obispo y Mártir

Martirologio Romano: Conmemoración de san Flaviano, obispo de Constantinopla, que, por defender la fe católica proclamada en Éfeso, fue atacado con puñetazos y patadas por los partidarios del impío Dióscoro y, enviado al exilio, falleció poco después (449).

San Flaviano, sacerdote y tesorero de la Iglesia de Constantinopla, sucedió en el patriarcado a San Proclo, el año 447. El cortesano Crisafio, que gozaba de gran favor ante el emperador Teodosio II, le sugirió que pidiera a Flaviano un presente como muestra de gratitud por su elevación a la dignidad de patriarca. El obispo envió al emperador unos panes benditos, según la costumbre de aquel tiempo, pues el pan era un símbolo de bendición y comunión. Crisafio hizo saber al santo que el emperador esperaba un regalo muy diferente y mucho más rico; pero el obispo respondió resueltamente que las rentas de la Iglesia estaban destinadas a otros usos. A partir de ese instante, el favorito del emperador decidió acabar con Flaviano. En efecto, valiéndose de la emperatriz Eudocia, persuadió al emperador para que obligase al patriarca a nombrar a PULQUERIA
Santa Pulqueria, hermana del mismo Teodosio II, diaconisa de su Iglesia, con lo cual la corte se vería libre de la influencia de la santa. Flaviano se negó a ello, cosa que Crisafio consideró como una nueva ofensa. Por otra parte, la condenación que Flaviano hizo de los errores de Eutiques, abad de un monasterio próximo a la ciudad, acabó de enfurecer a Crisafio. Eutiques, movido de un celo excesivo por convencer a Nestorio de que había dos personas en Cristo, cayó en el error de negar que también tuviera dos naturalezas. Esto le constituyó en jefe de la herejía monofisita. En un sínodo reunido por San Flaviano en 448, Eusebio de Dorileo desenmascaró el error de Eutiques; el sínodo condenó como herética la opinión de Eutiques y le mandó comparecer para justificarse. El alegato de Eutiques no convenció al sínodo, que le depuso y le excomulgó. Eutiques apeló entonces a los obispos de Roma, Egipto y Jerusalén, y escribió una carta al Papa San León I, quejándose de la forma en que el sínodo le había tratado y había entendido su doctrina. Pero el Papa no se dejó engañar. En una carta cuidadosamente redactada que envió a Flaviano y que se hizo famosa en la Historia de la Iglesia con el nombre de "Tomo" o "Carta Dogmática," San León definió la fe ortodoxa sobre los principales puntos de la discusión.

Un nuevo concilio confirmó las decisiones del sínodo anterior. Crisafio, humillado pero no vencido, trató de conseguir sus fines por otros medios. Así pues escribió a Dióscoro, sucesor de San Cirilo en la sede de Alejandría, prometiéndole su amistad y apoyo a condición de que se constituyera en defensor de Eutiques contra Flaviano y Eusebio. Dióscoro aceptó la proposición y ambos se valieron de la emperatriz Eudocia, la cual pensaba que, haciendo daño a Flaviano, molestaría a su cuñada Pulquería, a la que detestaba, Eudocia logró persuadir a Teodosio de que convocara a un concilio en Efeso. El emperador invitó a Dióscoro de Alejandría a presidir el concilio; con él acudieron algunos obispos africanos y un grupo de laicos. A lo que parece, se trataba simplemente de una banda organizada de malhechores. Al concilio fueron también otros obispos de oriente, y San León envió delegados.

La asamblea, conocida generalmente con el nombre de Latrocinium o "conciliábulo de bandidos," como la llamó más tarde San León a causa de las violencias a que dio lugar, se abrió en Efeso, el 8 de agosto de 449. Eutiques estuvo presente, así como dos oficiales del emperador, acompañados por un fuerte contingente de soldados. Las deliberaciones, en las que predominaban los partidarios de Eutiques, se desarrollaron en un ambiente de violencias, se impidió a los legados papales que leyesen las Cartas de San León al concilio y se terminó, en medio del mayor desorden, con la sentencia de deposición de Flaviano y Eusebio, a pesar de las protestas de los legados del Papa. Cuando Dióscoro empezó a leer la sentencia, varios obispos pidieron a gritos que se callase. Dióscoro interrumpió la lectura y dio voces para llamar a los enviados del emperador, Elpidio y Eulogio. Estos mandaron al punto que se abrieran las puertas de la iglesia y Proclo, el procónsul de Asia, entró escoltado por soldados y seguido por una multitud armada con palos. Esta incursión intimidó tanto a la asamblea, que prácticamente ningún obispo tuvo el valor de negarse a firmar la sentencia, excepto los legados papales que se retiraron decepcionados.

San Flaviano hizo una apelación al Papa San León y a otros obispos del occidente, y entregó sus cartas a los legados papales. Pero cuando se disponía a abandonar la sala en medio del tumulto que siguió a la asamblea, la turba le derribó y, según cuentan Dióscoro y el abad Barsumas, fue tan salvajemente golpeado a puntapiés por los soldados y malhechores, que murió poco después, no en Efeso (como suponen algunos autores) sino en Sardis de Lidia, a donde había sido desterrado.

El triunfo de Crisafio fue de corta duración. El emperador murió al año siguiente y Marciano mandó ejecutar a Crisafio. Santa Pulquería, la esposa de Marciano, mandó llevar a Constantinopla el cuerpo de San Flaviano para que fuera sepultado, con gran pompa en la sede episcopal, junto a sus predecesores. El Concilio de Calcedonia que tuvo lugar en 451, reivindicó su memoria, restituyó a Eusebio de Dorileo y depuso y desterró a Dióscoro de Alejandría.

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Mesrob, Santo Monje, Febrero 17  

Mesrob, Santo

Monje
Doctor de los armenios

Martirologio Romano: En Armenia, san Mesrob, doctor de los armenios, el cual, siendo discípulo de san Narsete y escriba en el palacio real, se hizo monje. Inventó los signos del alfabeto para que el pueblo fuese instruido en las sagradas Escrituras, tradujo al armenio los dos testamentos y compuso himnos y cánticos (c. 440).

Mesrob Mashtots nació en Taron y murió en Vagharshapat. Koryun, su pupilo y biógrafo, nos dice que Mesrob recibió una educación liberal, y fue versado en los idiomas griego, siríaco y persa. Debido a su piedad y aprendizaje Mesrob fue nombrado secretario del rey Cosroes III. Su deber era escribir en Griego, Persa y Siriaco los decretos y edictos del soberano.

Pero Mesrop sintió la llamada a una vida más perfecta. Dejó la vida en la corte para servir a Dios, tomó los hábitos, y se retiró a un monasterio con unos pocos compañeros elegidos. Allí, de acuerdo a Koryun, se sometió a grandes austeridades, soportando el hambre y la sed, el frío y la pobreza. Vivía de vegetales, vestía sólo un cilicio, dormía en el suelo, y a menudo pasaba noches enteras orando y estudiando la Biblia. Continuó con este régimen de vida por unos pocos años, durante los que se preparó para la gran labor a la cual la Providencia lo llamaría en breve. Entonces, tanto la Iglesia como el Estado necesitarían de sus servicios.

Armenia, fue durante largo tiempo campo de batalla entre Romanos y Persas, perdió su independencia en el año 387, y fue dividida entre el Imperio Bizantino y Persia, aproximadamente cuatro quintas partes fueron entregadas a Persia. El oeste de Armenia fue gobernada por generales bizantinos, mientras tanto el rey armenio mantenía su cargo pero tan solo simbólicamente. La Iglesia lógicamente se vió afectada por estos cambios, aunque la pérdida de independencia civil y la división territorial no pudo destruir su organización ni dominar su espíritu. Los principales eventos de éste periodo son la invención del alfabeto armenio, la revisión de la liturgia, la creación de una literatura nacional y eclesiástica y el reajuste de las relaciones jerárquicas. Tres hombres están asociados con tu extraordinario trabajo: Mesrop, Isaac de Armenia, y el rey Vramshapuh, que sucedió a su hermano Cosroes III en 394.

Mesrop había pasado algún tiempo en un monasterio preparándose para la vida monastial. Con el apoyo del príncipe Shampith, predicó los Evangelios en el dsitrito de Golthn cercadel río Araxes, convirtiendo muchos herejes y paganos. Sin embargo, pasó por grandes dificultades instruyendo a su gente, ya que los armenios no tenían alfabeto propio; utilizaban la escritura griega, persa y siria, pero ninguna era adecuada para representar correctamente los numerosos sonidos complejos de su lengua nativa. Nuevamente, las Sagradas Escrituras y la liturgia, escritas en sirio, resultaban, para muchos, ilegible. De allí la constante necesidad de traductores e intérpretes que explicaran la Palabra de Dios al pueblo.

Deseoso de corregir la situación, Mesrop decidió inventar un alfabeto nacional, para el cual el rey Vramshapuh e Isaac prometieron asitirlo. Resulta difícil determinar exactamente que rol tuvo Mesrop en la creación del nuevo alfabeto. De acuerdo con sus biógrafos armenios, consultó a Daniel,un obispo de Mesopotamia, y a Rufinus, un monje de Samosata y con su ayuda pudo darle una forma definitiva, que probablemente adapto del griego. Otros, como Lenormant, piensan que fue derivado del Zend. El alfabeto de Mesrob consiste en 36 letras, otras dos (la O larga y la F) fueron agregadas durante el siglo XII.

La invención del alfabeto en el año (406) fue el comienzo de la literatura armenia, y provó ser un factor poderoso en la formación de un espíritu nacionalista. "El resultado del trabajo de Mesrob e Isaac", dice San Martín, "fue separar para siempre al pueblo armenio de otros pueblos del este, para convertirlos en una nación propia, y para fortalecer en ellos la fe cristiana prohibiendo el uso de alfabetos extranjeros profanos que era utilizados para transcribir los libros paganos de los seguidores de Zoroastro (también llamado Zarathustra). A Mesrob le debemos la preservación del lenguaje y la literatura armenias; porque sin su trabajo, su pueblo habría sido absorbido por los persas y sirios, y habría desaparecido como muchas otras naciones del este".

Ansiando que otros se beneficien por su descubrimiento, e incentivado por el patriarca y el rey, Mesrob fundó numerosas escuelas en diferentes partes del país. En ellas los jóvenes aprendian el nuevo abecedario. Pero su accionar no estuvo confinado sólo a la Armenia oriental. Provisto de cartas de Isaac, fue a Constantinopla y obtuvo permiso del emperador Teodosio el Jóven para predicar y enseñar en sus posesiones armenias. Mesrob evangelizó sucesivamente a los Gregorianosy a los Albanos (Aghouanghks), adaptando el alfabeto a sus idiomas, y, dondequiera que predicaba Los Evangelios, construía escuelas y seleccionaba maestros y sacerdotes para que continuaran su labor. Habiendo regresado a la Armenia Oriental para reportar los resultados de sus misiones al patriarca, pensó por primera vez en proveer a sus compatriotas de literatura religiosa. Habiendo reunido numerosos discípulos, envío algunos a Edesa, Constantinopla, Atenas, Antioquía, Alejandría, y otros centros de aprendizaje, a estudiar el idioma griego y traer de regreso piezas maestras de la literatura griega. Algunos de sus más famosos disípulos fueron John de Egheghiatz, Joseph de Baghin, Yeznik, Koryun, Moses de Chorene, y John Mandakuni.

El primer monumento a la literatura armenia es la versión de las Sagradas Escrituras. Isaac, según Moses de Chorene, realizó una traducción de la Biblia de un texto sirio para el año 411. Este trabajo debió haber sido considerado imperfecto, ya que poco después John de Egheghiatz y Joseph de Baghin fueron enviados a Edessa para traducir las escrituras. Llegaron hasta Constantinopla y regresaron con las copias auténticas de la versión griega. Con la ayuda de otras copias obtenidas de Alejandría, la Biblia fue traducida, nuevamente del griego, de acuerdo con el texto de Septuagint y Orígen "Hexapla". Esta versión, actuakmente en uso en la iglesia armenia, fue completada alrededor del año 434.

Los decretos de los tres primeros concilios — Nicæa, Constantinople, y Concilio de Éfeso — y la liturgia nacional (que fue escrita en siríaco) también fueron traducidas al armeño, la última fue revisada liturgicamente por san Basilio. Muchas obras de los Padres Griegos fueron traducidas también al armeño. La posterior pérdida de los originales griegos han dado una importancia especial a algunas de sus traducciones, por ejemplo, la segunda parte de la crónica de Eusebius de la que tan sólo existen unos fragmetnos en griego, ha sido conservada completa en armenio.

En medio de sus labores literarias Mesrob no descuidó las necesidades espirituales de las personas que lo buscaban, volviendo a visitar los distritos que había evangelizado en sus primeros años, y, después de Isaac en el 440, se hizo cargo de la administración espiritual de la feligrecía. Él sobrevivió a su maestro y amigo sólo seis meses. Los armeños lo mencionan en el canon de la Misa, y celebran su memoria el 19 de febrero.

Está enterrado en Oshakan, un pueblo a 8 km del sudoeste de Ashtarak.

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Fuente: Martirologio Romano
Otros Santos y Beatos Completando el santoral de este día, Febrero 17  

Otros Santos y Beatos

San Bonoso, obispo
En Tréveris, en la Galia Bélgica, san Bonoso, obispo, que, junto a san Hilario de Poitiers, trabajó con celo y doctrina para que en las regiones de la Galia se mantuviese la integridad de la fe (c. 373).

San Fintán, abad
En el monasterio de Clúain Ednech, en Irlanda, san Fintán, abad fundador del mismo y prestigioso por su austeridad (c. 440).

San Fian, abad y obispo
En Lindisfarne, de Northumbria, san Fian, obispo y abad, célebre por su doctrina y por su celo en la evangelización (c. 656).

San Constable, abad
En el monasterio de Cava, en la Campania, san Constable, abad, que por su eximia mansedumbre y caridad hacia todos, mereció ser llamado "cubridor de los hermanos" (1124).

San Evermodo, obispo
En Ratzeburg, en Holsacia, de Germania, san Evermodo, obispo, que, discípulo de san Norberto en la Orden Premonstratense, se dedicó a la evangelización de los wendos (1178).

San Pedro Yu Chong-nyul, mártir
En Pyongyang, en Corea, san Pedro Yu Chong-nyul, mártir, que, siendo padre de familia, mientras leía a los fieles congregados durante la noche en casa del catequista, fue apresado y azotado hasta la muerte por su condición de cristiano (1866).

Beato Antonio Lesczewicz, religioso presbítero y mártir
En Rzeszow, en Polonia, beato Antonio Lesczewicz, presbítero de la Congregación de los Clérigos Marianistas y mártir, que, en la ocupación militar durante la guerra, fue quemado por los perseguidores de la Iglesia a causa de su fe en Cristo (1943).

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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