JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (6, 1-6)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús fue a su tierra en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, se puso a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba se preguntaba con asombro: "¿Dónde aprendió este hombre tantas cosas? ¿De dónde le viene esa sabiduría y ese poder para hacer milagros? ¿Qué no es éste el carpintero, el hijo de María, el hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿No viven aquí, entre nosotros, sus hermanas?" Y estaban desconcertados.
Pero Jesús les dijo:
"Todos honran a un profeta, menos los de su tierra, sus parientes y los de su casa". Y no pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó a algunos enfermos imponiéndoles las manos.
Y estaba extrañado de la incredulidad de aquella gente. Luego se fue a enseñar en los
pueblos vecinos.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te quiero, pero no te quiero ver todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesar pecados graves al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
lma mía, bendice al Señor
Feria de la 4a. semana del Tiempo Ordinario
Perdona, Señor, nuestros pecados
Antífona de Entrada
Señor Dios, tú eres mi auxilio y el único apoyo de mi vida; te ofreceré de corazón un sacrificio y te daré gracias, Señor, porque eres bueno.
Oración Colecta
Oremos:
Míranos, Señor, con amor y multiplica en nosotros los dones de tu gracia para que, llenos de fe, esperanza y caridad, permanezcamos siempre fieles en el cumplimiento de tus mandatos.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.
Primera Lectura
Lectura del segundo libro
de Samuel (24, 2. 9-17)
En aquellos días, el rey David dio a Joab y a los jefes del ejército que estaban con él, esta orden:
"Recorran todas las tribus de Israel, desde la ciudad de Dan hasta la de Bersebá, para hacer el censo de la población, a fin de que pueda yo saber cuánta gente tengo".
Joab entregó al rey los resultados del censo: en Israel había ochocientos mil hombres aptos para la guerra, y en Judá quinientos mil. Pero a David le remordió la conciencia por haber mandado hacer el censo y dijo al Señor:
"He pecado gravemente; pero tú, Señor, perdona la culpa de tu siervo, porque he cometido una gran locura".
Aquella misma noche el Señor le habló al profeta Gad, consejero de David, y le dijo:
"Ve a ver a David y dile que yo, el Señor, le mando decir esto:
'Te propongo tres castigos.Escoge uno y yo lo realizaré'".
Por la mañana, Gad se presentó ante David y le preguntó:
"¿Qué castigo prefieres; tres años de hambre en tu territorio; tres meses de huir, perseguido por tus enemigos; o tres días de peste en tus dominios? Piénsalo y dímelo, para que pueda yo contestarle al Señor, que me ha enviado".
David le respondió:
"Estoy en un gran apuro. Pero prefiero caer en manos de Dios, que es el Señor de la misericordia, que en manos de los hombres". Y escogió la peste.
Era la época de la cosecha del trigo, cuando el Señor envió la peste sobre Israel, desde aquella misma mañana hasta el tiempo señalado. Desde Dan hasta Bersebá murieron setenta mil hombres. Pero, cuando el ángel del Señor había extendido ya su mano hacia Jerusalén, para desatar ahí la peste, el Señor tuvo compasión y le dijo:
"¡Basta ya! Retira tu mano".
En ese momento, el ángel se hallaba cerca de Jerusalén, en los campos de Arauná,
el yebuseo.
Entonces el rey David, angustiado por el exterminio, oró así: "Soy yo, Señor, el que ha pecado; soy yo, el pastor, quien ha obrado mal. ¿Qué culpa tienen ellos, que son las ovejas? Castígame, pues, a mí y a los míos".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 31
Perdona, Señor,
nuestros pecados.
Dichoso aquel que ha sido absuelto de su culpa y su pecado. Dichoso aquel en el que Dios no encuentra ni delito ni engaño.
Perdona, Señor,
nuestros pecados.
Ante el Señor reconocí mi culpa, no oculté mi pecado. Te confesé, Señor, mi gran delito y tú me has perdonado.
Perdona, Señor,
nuestros pecados.
Por eso, en el momento de la angustia, que todo fiel te invoque, y no lo alcanzarán las grandes aguas, aunque éstas se desborden.
Perdona, Señor,
nuestros pecados.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen.
Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (6, 1-6)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús fue a su tierra en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, se puso a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba se preguntaba con asombro: "¿Dónde aprendió este hombre tantas cosas? ¿De dónde le viene esa sabiduría y ese poder para hacer milagros? ¿Qué no es éste el carpintero, el hijo de María, el hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿No viven aquí, entre nosotros, sus hermanas?" Y estaban desconcertados.
Pero Jesús les dijo:
"Todos honran a un profeta, menos los de su tierra, sus parientes y los de su casa". Y no pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó a algunos enfermos imponiéndoles las manos.
Y estaba extrañado de la incredulidad de aquella gente. Luego se fue a enseñar en los
pueblos vecinos.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Dios nuestro, que con la muerte de tu Hijo llevaste a término y perfección los sacrificios de la antigua alianza, acepta y bendice estos dones, como aceptaste y bendijiste los de Abel, para que lo que cada uno te ofrece, sea de provecho para la salvación de todos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio Común II
La salvación por Cristo
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Pues por amor creaste al hombre, y, aunque condenado justamente, lo redimiste por tu misericordia. Por Cristo nuestro Señor.
Por él, los ángeles y arcángeles, y todos los coros celestiales celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza:
Santo, Santo, Santo…
Antífona de la Comunión
Para perpetuar su amor, el Señor nos ha dejado el memorial de sus prodigios, y ha dado a sus amigos el signo de un banquete que les recuerde para
siempre su alianza.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, tú que nos has concedido participar en esta Eucaristía, míranos con bondad y ayúdanos a vencer nuestra fragilidad humana para poder vivir
como hijos tuyos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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† Meditación diaria
4ª semana. Miércoles
TRABAJAR BIEN
— Vida de trabajo de Jesús en Nazaret. La santificación del trabajo.
— El trabajo nos hace partícipes de la obra creadora de Dios. Jesús y el mundo del trabajo.
— Sentido redentor del trabajo. Acudir a San José para que nos enseñe a trabajar con competencia y a corredimir con nuestras tareas.
I. Después de un tiempo, Jesús volvió a Nazaret, su ciudad, con sus discípulos1. Allí le esperaba su Madre con inmensa alegría. Quizá fue la primera vez que aquellos primeros seguidores del Maestro conocieron el lugar donde se había desarrollado la vida de Jesús; y en casa de María repondrían fuerzas. La Virgen tendría particulares atenciones con ellos; les serviría como nadie hasta entonces lo había hecho.
En Nazaret todos conocen a Jesús. Le conocen por su oficio y por la familia a la que pertenece, como a todo el mundo: es el artesano, el hijo de María. Como ocurre a tantos en la vida, el Señor siguió el oficio de quien hizo de padre suyo aquí en la tierra. Por eso también le llaman el hijo del artesano2; tuvo la profesión de José, que ya habría muerto, quizá hacía años. Su familia, que custodiaba el mayor de los tesoros, el Verbo de Dios hecho hombre, fue una más entre las del vecindario, querida y apreciada por todos. "El mismo Verbo encarnado quiso hacerse partícipe de esta humana solidaridad. Tomó parte en las bodas de Caná, se invitó a casa de Zaqueo, comió con publicanos y pecadores. Reveló el amor del Padre y la excelsa vocación del hombre, echando mano de las realidades más vulgares de la vida social y sirviéndose del lenguaje y de las imágenes de la existencia más corriente. Santificó las relaciones humanas, sobre todo las relaciones familiares, de las que brotan las relaciones sociales, siendo voluntariamente un súbdito más de las leyes de su patria. Llevó una vida idéntica a la de cualquier obrero de su tiempo y región"3.
Jesús debió de estar varios días en casa de su Madre, y visitar a otros parientes y conocidos... Y llegado el sábado se puso a enseñar en la sinagoga. Las gentes de Nazaret quedaron sorprendidas. Uno que les ha construido muebles y aperos de labranza, que se los ha arreglado cuando se estropeaban, les habla con suma autoridad y sabiduría, como nadie lo había hecho hasta entonces. Solo ven en Él lo humano, lo que habían observado durante treinta años: la normalidad más completa. Les cuesta trabajo descubrir al Mesías detrás de esa "normalidad".
También la ocupación de la Virgen fue la de cualquier ama de casa de su tiempo, con su forma peculiar de hablar, propia de las mujeres galileas, con el modo de vestir sencillo y común de aquella región. Todo igual a las demás mujeres..., menos, claro está, su amor a Dios, que jamás podrá ser igualado.
El taller de José, que luego heredaría Jesús, era como los otros existentes en aquellos tiempos en Palestina. Quizá era el único de Nazaret. Olía a madera y a limpio. José cobraba lo habitual; quizá daba más facilidades a quien estaba con apuros económicos, pero cobraba lo justo. Los trabajos que se realizaban en aquel pequeño taller eran los propios de ese oficio, en el que se hacía un poco de todo: construir una viga, fabricar un armario sencillo, arreglar una mesa desajustada, pasarle la garlopa a una puerta que no encajaba bien... No se fabricaban allí cruces de madera, como nos presentan algunos grabados piadosos: ¿quién les iba a encargar un objeto semejante? Tampoco importaban del cielo las maderas, sino de los bosques vecinos.
Los habitantes de Nazaret se escandalizaron de Él. La Virgen, no. Ella sabe bien que su hijo es el Hijo de Dios. Le mira con inmenso amor y con una admiración sin límites. Ella le comprende bien.
La meditación de este pasaje, en el que indirectamente queda reflejada la vida anterior de Jesús en Nazaret, nos ayuda a examinar si nuestra vida corriente, llena de trabajo y de normalidad, es camino de santidad, como lo fue la de la Sagrada Familia. Así será si procuramos llevarla a cabo con perfección humana, con honradez y, a la vez, con fe y sentido sobrenatural. No debemos olvidar que, permaneciendo en nuestro lugar, con nuestros quehaceres aquí en la tierra nos ganamos el Cielo y ayudamos a toda la Iglesia y a la humanidad entera.
II. El Señor manifestó conocer muy bien el mundo del trabajo. En su predicación utiliza frecuentemente imágenes, parábolas, comparaciones de la vida de trabajo que Él vivió o vivieron sus paisanos.
Quienes le oyen entienden bien el lenguaje que emplea. Jesús hizo su trabajo en Nazaret con perfección humana, acabándolo en sus detalles, con competencia profesional. Por eso ahora, cuando vuelve a su ciudad, es conocido precisamente como el artesano, por su oficio. A nosotros nos enseña hoy el valor de la vida corriente, del trabajo y de las tareas que debemos desempeñar cada día4.
Si nuestras disposiciones son realmente sinceras, Dios nos concederá siempre la luz sobrenatural para imitar el ejemplo del Señor, buscando en la ocupación profesional no solo el cumplir, sino el sobreabundar en la abnegación y el sacrificio, en un empeño gustoso, con amor. Nuestro examen personal ante el Señor y nuestra conversación con Él versará frecuentemente sobre esas tareas que nos ocupan: debemos llegar al fondo, con valentía. Hemos de realizar el trabajo a conciencia, haciendo rendir el tiempo, sin dejarnos dominar por la pereza; mantener la ilusión por mejorar día a día la preparación profesional; cuidar los detalles en la tarea cotidiana; abrazar con amor la Cruz, la fatiga de la labor de cada día.
El trabajo, cualquier trabajo noble hecho a conciencia, nos hace partícipes de la Creación y corredentores con Cristo. "Esta verdad –enseña Juan Pablo II–, según la cual el hombre, a través del trabajo, participa en la obra de Dios mismo, su Creador, ha sido particularmente puesta de relieve por Jesucristo, aquel Jesús ante el que muchos de sus primeros oyentes en Nazaret permanecían estupefactos y decían: ¿De dónde sabe estas cosas? ¿Y qué sabiduría es la que se le ha dado?... ¿No es este el artesano?"5.
Los años de Jesús en Nazaret son el libro abierto donde aprendemos a santificar lo de cada día. La misma ausencia forzosa de trabajo, la enfermedad... es una situación querida o permitida por Dios para ejercitar las virtudes sobrenaturales y las humanas6. Todo cuanto hacéis de palabra o de obra, todo sea en el nombre del Señor, dando gracias a Dios7.
III. La extrañeza de los vecinos de Nazaret –¿no es este el artesano...?– es para nosotros una luminosa enseñanza: nos revela que la mayor parte de la vida del Redentor fue de trabajo, como la de los demás hombres. Y esta tarea realizada día a día fue instrumento de redención, como todas las acciones de Cristo. Siendo una tarea humana sencilla (la propia de un carpintero que en un pueblo pequeño debía hacer otras muchas labores) se convierte en acciones de valor infinito y redentor por estar realizadas por la Segunda Persona de la Trinidad Beatísima hecha hombre.
El cristiano, al ser otro Cristo por el Bautismo, ha de convertir sus quehaceres humanos rectos en tarea de corredención. Nuestro trabajo, unido al de Jesús, aunque según el juicio de los hombres sea pequeño y parezca de poca importancia, adquiere un valor inconmensurable.
El mismo cansancio que todo trabajo lleva consigo, consecuencia del pecado original, adquiere un nuevo sentido. Lo que aparecía como castigo es redimido por Cristo y se convierte en mortificación gratísima a Dios, que sirve para purificar nuestros propios pecados y para corredimir con el Señor a la entera Humanidad. Aquí radica la diferencia profunda entre el trabajo humanamente bien realizado por un pagano y el de un cristiano que, además de estar bien acabado, es ofrecido en unión con Cristo.
La unión con el Señor, buscada en el trabajo diario, reforzará en nosotros el propósito de hacer todo solamente por la gloria de Dios y el bien de las almas. Nuestro prestigio, noblemente acrecentado, atraerá a nuestro lado a los mejores colegas y será abundante la ayuda del Cielo para empujar a otras muchas personas por el camino de una intensa vida cristiana. De ese modo irán a la par en nuestra vida la santificación del trabajo y el afán apostólico en nuestra labor profesional, índice claro de que trabajamos realmente con rectitud de intención.
San José enseñó a Jesús su oficio. Lo hizo poco a poco, según crecía aquel Niño que el mismo Dios le había encomendado. Un día le explicó cómo se manejaba la garlopa; otro, la sierra, la gubia, el formón... Jesús supo pronto distinguir las clases de maderas y las que debían utilizarse en cada caso; aprendió a fabricar la cola para ensamblar las juntas, el modo de encajar una cuña para ajustar dos piezas... Jesús seguía las indicaciones de José sobre el modo de cuidar los instrumentos, aprendió de él a recoger las virutas después de la jornada, a dejar las herramientas ordenadas en su sitio...
Acudamos hoy a San José para pedirle que nos enseñe a trabajar bien y a amar nuestro quehacer. José es Maestro excepcional del trabajo bien realizado, pues enseñó su oficio al Hijo de Dios; de él aprenderemos, si acudimos a su patrocinio mientras trabajamos. Y si amamos nuestros quehaceres, los realizaremos bien, con competencia profesional, y entonces podremos convertirlos en tarea redentora, al ofrecerlos a Dios.
1 Mc 6, 1-6. — 2 Cfr. Mt 13, 55. — 3 Conc. Vat. II, Const. Gaudium et spes, 32. — 4 Cfr. J. L. Illanes, La santificación del trabajo, p. 29. — 5 Juan Pablo II, Enc. Laborem exercens, 14-IX-1981. — 6 Cfr. Pablo VI, Discurso a la Asociación de Juristas Católicos, 15-XII-1963. — 7 Col 3, 17.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
Su nombre significa: "Consejero valiente".
Fue un monje muy fervoroso enviado por San Bernardo en el año 1132 a fundar el famoso monasterio del Valle de las Celdas, al norte de Francia, en Cambray. Allí estuvo de superior por veinte años y con sus monjes se dedicó a la oración, a la lectura de los libros sagrados y a enseñar a los campesinos a cultivar técnicamente los campos.
Recomendaba que las oraciones que más debemos repetir cada día son: Miserere: o sea Señor ten piedad, perdón Señor que soy un pecador. Y Aleluya, Tedeum: o sea: Gracias a Dios. Bendito sea Dios.
Santa Emma, de Inglaterra. Año 1300.
Emma significa: mujer fuerte.
Santa Emma era esposa de Ricardo "Sin miedo", jefe de Normandía. Fue madre del rey San Eduardo, al cual supo formar muy bien en cuanto a creencias religiosas y moralidad. Santa Emma fue sumamente generosa en repartir ayudas a los pobres.
De ella pudo decir su santo hijo: "La única tristeza que nos produjo en toda su vida, fue haberse muerto". Por muchos siglos se ha conservado intacta la mano derecha de Santa Emma, la mano con la cual repartió tantas limosnas a los pobres.
Alicia significa: "de buena familia".
Santa Alicia nació en el año 400 y desde los veinte años, hasta su muerte, se dedicaba a asistir enfermos y ayudarles a soportar con paciencia y por amor a Dios todos sus dolores en un hospital de París. Su más grande deseo era obtener que Cristo le dijera en el día del Juicio aquello que El prometió que les dirá a los que atienden bien a los enfermos: "Estuve enfermo y me atendiste y me ayudaste. Todo el bien que le hiciste a cada uno de estos humildes, fue a Mí mismo a quien lo hiciste. Venid al reino preparado por mi Padre desde el principio de los siglos" (S. Mateo 25,40).
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Fuente: Archidiócesis de Madrid
Brígida, virgen Patrona de Irlanda, 1 de febrero del 524
Patrona de Irlanda junto con los santos Patricio y Columba Parece una contradicción, pero a pesar de su gran fama que la hace pasar por la santa más conocida de Irlanda y de estar unidos a su figura gran cantidad de elementos festivos y folclóricos se conocen muy pocos hechos históricos sobre su vida. |
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Viridiana Santa Reclusa, Febrero 1
Virgen y Reclusa Martirologio Romano: En Castro Fiorentino, en la Toscana, santa Viridiana, virgen, que vivió como reclusa desde la juventud hasta la ancianidad (1236/1242). |
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Andrés Segni, Santo Cardenal, 1 de febrero
Cardenal Etimológicamente significa "fuerte, viril". Viene de la lengua hebrea. |
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Fuente: www.op.org.ar
Reginaldo de Orleans, Beato Monje Dominico, Febrero 1
Monje Dominico Martirologio Romano: En París, en Francia, beato Reginaldo de Orleans, presbítero, quien, de paso por Roma, conmovido por la predicación de santo Domingo entró en la Orden de Predicadores, a la que atrajo a muchos con el ejemplo de sus virtudes y el ardor de su palabra (1220). |
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Fuente: elalmanaque.com
Cecilio, Santo Primer obispo de Granada, 1 de febrero
Co-Patrono de Granada
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Fuente: Vatican.va
Luis Variara, Beato Presbítero Salesiano, 1 de febrero
Presbítero Salesiano Martirologio Romano: En la ciudad de Cúcuta, en Colombia, beato Luis Variara, presbítero de la Sociedad de San Francisco de Sales, que dedicó toda su actividad en favor de los leprosos y fundó la Congregación de Hermanas Hijas de los Sagrados Corazones de Jesús y María (1923). . Luis Variara nació el 15-I-1875 en Viarigi (Asti, Italia). En 1856 había estado allí Don Bosco para predicar una misión. Y fue a Don Bosco a quíen el papá confió el hijo, llevándoselo a Valdocco el 1-X-1887. El Santo morirá cuatro meses más tarde, pero Luis llegó a conocerlo como para quedar marcado por toda la vida. Así recuerda él mismo el evento: "Estábamos en la estación de invierno. Jugábamos una tarde en el amplio patio del Oratorio, cuando de repente se oyó gritar de un lado a otro: ¡Don Bosco!... ¡Don Bosco! Instintivamente nos abalanzamos todos hacia el sitio donde aparecía nuestro buen Padre, a quien sacaban a dar un paseíto en un coche. Lo seguimos hasta llegar al lugar donde debía subir al vehículo. Pronto se vio Don Bosco rodeado de su querida turba infantil. Yo buscaba afanosamente el modo de situarme en algún punto donde pudiera verlo a mi gusto, pues deseaba ardientemente conocerlo. Me acerqué lo más que pude y, en el momento de ser ayudado a subir al coche, me dio una dulce mirada y sus ojos se fijaron detenidamente en mí; tenía la seguridad de haber conocido a un santo y que ese santo había leído en mi alma algo que sólo Dios y él pudieron saber". |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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