JMJ
Pax
¿Por qué esta gente busca una señal?
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos 8, 11-13
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los fariseos y se pusieron a discutir con él, pidiéndole una señal del cielo, con intención de tenderle una trampa. Jesús, suspirando profundamente, dijo:
«¿Por qué pide esta generación una señal? Les aseguro que a esta generación no se le dará ninguna señal».
Entonces los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.
El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk
El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu
El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc
Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?
Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).
Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?
Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Catecismo 2181: La Eucaristía del domingo fundamenta y confirma toda la práctica cristiana. Por eso los fieles están obligados a participar en la Eucaristía los días de precepto, a no ser que estén excusados por una razón seria (por ejemplo, enfermedad, el cuidado de niños pequeños) o dispensados por su pastor propio (cf CIC can. 1245). Los que deliberadamente faltan a esta obligación cometen un pecado grave."
Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).
† Misal
lun 6a. Ord. año Par antes Cuaresma (Id=144)
Firmeza es el Señor para su pueblo, defensa y salvación para sus fieles. Sálvanos, Señor, vela sobre nosotros y guíanos siempre.
Oremos:
Padre misericordioso, que nunca dejas de tu mano a quienes has hecho arraigar en tu amistad; concédenos vivir siempre movidos por tu amor y un filial temor de ofenderte.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.
Las pruebas de su fe les darán fortaleza, para que su vida sea íntegra e irreprochable
Lectura de la carta del apóstol Santiago 1, 1-11
Santiago, siervo de Dios y de Jesucristo, el Señor, saluda a todos los miembros del pueblo de Dios dispersos por el mundo.
Consideren como alegría perfecta, hermanos míos, el estar rodeados de pruebas de todo género. Sepan que su fe, al ser probada, produce paciencia, y la paciencia logrará su objetivo, de manera que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada.
Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y Dios que da a todos generosamente y sin echarlo en cara, se la concederá. Pero que la pida con fe, sin dudar, pues el que duda se parece a una ola del mar agitada por el viento y zarandeada con fuerza. Un hombre así no recibirá nada del Señor; es un hombre de doble vida, un inconstante en todo cuanto hace.
Que el hermano de humilde condición se sienta orgulloso de su dignidad, y que el rico se haga humilde, porque pasará como flor de hierba; salió el sol y con su calor secó la hierba, cayendo su flor y desapareciendo su hermosura. Así también se marchitarán los proyectos del rico.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Sal 118, 67.68.71.72.75.76
Danos tu misericordia, Señor, y tendremos vida.
Antes de estar afligido, andaba descarriado; pero ahora confío en tu promesa.
Danos tu misericordia, Señor, y tendremos vida.
Tú eres bueno y haces el bien; enséñame tus normas.
Danos tu misericordia, Señor, y tendremos vida.
Me vino bien ser humillado, pues así aprendí tus normas.
Danos tu misericordia, Señor, y tendremos vida.
Más vale para mí tu ley que todo el oro y la plata.
Danos tu misericordia, Señor, y tendremos vida.
Señor, yo sé que tus mandamientos son justos, que tienes razón cuando me humillas.
Danos tu misericordia, Señor, y tendremos vida.
Que tu amor me consuele, según la promesa que me hiciste.
Danos tu misericordia, Señor, y tendremos vida.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre si no es por mí, dice el Señor.
Aleluya.
¿Por qué esta gente busca una señal?
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos 8, 11-13
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los fariseos y se pusieron a discutir con él, pidiéndole una señal del cielo, con intención de tenderle una trampa. Jesús, suspirando profundamente, dijo:
«¿Por qué pide esta generación una señal? Les aseguro que a esta generación no se le dará ninguna señal».
Entonces los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Acepta, Señor, este sacrificio de reconciliación y alabanza que vamos a ofrecerte, a fin de que purifique nuestros corazones y podamos corresponder a tu amor con nuestro amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
La alabanza, don de Dios
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Pues aunque no necesitas nuestra alabanza, ni nuestras bendiciones te enriquecen, tú inspiras y haces tuya nuestra acción de gracias, para que nos sirva de salvación, por Cristo, Señor nuestro.
A quién alaban los ángeles y los arcángeles, proclamando sin cesar:
Los ojos de todos los seres humanos te miran, Señor, llenos de esperanza; tú das a cada uno su alimento.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, tú que nos has renovado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, concédenos que la participación en esta Eucaristía nos ayude a obtener la plenitud de la redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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Dia 12/02 Santa Eulalia (virgen y mártir, rojo)
Antífona de Entrada
Como las vírgenes prudentes, santa Eulalia, conserva su lámpara encendida para salir al encuentro de Cristo.
Oración Colecta
Oremos:
Concédenos, Dios, salvador nuestro, que al conmemorar hoy a santa Eulalia virgen,
aprendamos, a ejemplo suyo, a servirte con amor y alegría.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Yo te desposaré conmigo para siempre
Lectura del libro del profeta Oseas 2, 16. 17. 21-22
Esto dice el Señor:
"Yo conduciré a Israel, mi esposa infiel, al desierto y le hablaré al corazón. Ella me responderá allá, como cuando era joven, como el día en que salió de Egipto.
Israel, yo te desposaré conmigo para siempre. Nos uniremos en la justicia y la rectitud, en el amor constante y la ternura; yo te desposaré en la fidelidad y entonces tú conocerás al Señor".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 44
Escúchame, hija mía, y presta oído.
Escúchame, hija mía, y presta oído, olvida tu nación y tu familia: prendado está el rey de tu hermosura, ante él, que es tu Señor, la frente inclina.
Escúchame, hija mía, y presta oído.
Revestida de oro y de brocados, majestuosa penetra la princesa; la llevan ante el rey y un grupo de doncellas va tras ella.
Escúchame, hija mía, y presta oído.
En gozoso cortejo del palacio del rey cruzan las puertas. A cambio de tus padres tendrás hijos que príncipes harás sobre la tierra.
Escúchame, hija mía, y presta oído.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Esta es la joven virgen previsora, a quien el Señor encontró en vela, y que, al llegar el Señor, entró con él a la boda.
Aleluya.
Evangelio
¡Ya viene el esposo! ¡Salgan a su encuentro!
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 25, 1-13
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola:
"El Reino de los cielos es semejante a diez jóvenes que, tomando sus lámparas, salieron al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran descuidadas y cinco, previsoras. Las descuidadas llevaron sus lámparas, pero no llevaron aceite para llenarlas de nuevo; las previsoras, en cambio, llevaron cada una un frasco de aceite junto con su lámpara. Como el esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.
A medianoche se oyó un grito:
"¡Ya viene el esposo! ¡Salgan a su encuentro!"
Se levantaron entonces todas aquellas jóvenes y se pusieron a preparar sus lámparas, y las descuidadas dijeron a las previsoras:
Dennos un poco de su aceite, porque nuestras lámparas se están apagando.
Las previsoras les contestaron:
"No, porque no va a alcanzar para ustedes y para nosotras. Vayan mejor a donde lo venden y cómprenlo".
Mientras aquellas iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban listas entraron con él al banquete de bodas y se cerró la puerta. Más tarde llegaron las otras jóvenes y dijeron:
"Señor, señor, ábrenos".
Pero él les respondió:
"Yo les aseguro que no las conozco".
Por eso, estén preparados, porque no saben ni el día ni la hora".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, los dones que te presentamos, en reconocimiento de las maravillas realizadas por tu amor en la vida de santa Eulalia, virgen, y haz que nuestro sacrificio de alabanza sea grato a tus ojos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
La vida consagrada a Dios es un signo Del Reino de los cielos
En verdad es justo y necesario que te alaben, Señor, tus criaturas del cielo y de la tierra.
Porque al celebrar a los santos que por amor al Reino de los cielos se consagraron a Cristo, reconocemos tu Providencia admirable, que no cesa de llamar al hombre a la santidad primera, para hacerlo participar ya desde ahora de la vida que gozará en el cielo, por Cristo, Señor nuestro.
Por eso,
con todos los ángeles y santos, te alabamos proclamando sin cesar:
Antífona de la Comunión
Ya viene el esposo; salgamos al encuentro de Cristo, el Señor.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, que este sacramento fortalezca en nosotros tu amor, para que aceptemos los sufrimientos de nuestra vida como una forma de participar en la pasión de Cristo y nos esforcemos por vivir unidos a ti, a ejemplo de santa Eulalia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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† Meditación diaria
6ª semana. Lunes
EL SACRIFICIO DE ABEL
— Para Dios ha de ser lo mejor de nuestra vida: amor, tiempo, bienes...
— Dignidad y generosidad en los objetos del culto.
— Amor a Jesús en el Sagrario.
I. Relata el libro del Génesis1 que Abel presentaba a Yahvé las primicias y lo mejor de su ganado. Y le fue grata a Dios la ofrenda de Abel y no lo fue la de Caín, que no ofrecía lo mejor de lo que cosechaba.
Abel fue "justo", es decir, santo y piadoso. Lo que hace mejor la ofrenda de Abel no es su calidad objetiva, sino su entrega y generosidad. Por esto Dios miró con agrado sus víctimas y tal vez envió –según una antigua tradición judía– fuego para quemarlas en señal de aceptación2.
También en nuestra vida lo mejor ha de ser para Dios. Hemos de presentar la ofrenda de Abel y no la de Caín. Para Dios ha de ser lo mejor de nuestro tiempo, de nuestros bienes, de nuestra vida. No podemos darle lo peor, lo que sobra, lo que no cuesta sacrificio o aquello que no necesitamos. Para Dios toda la vida, pero incluyendo los años mejores. Para el Señor toda nuestra hacienda, pero, cuando queramos hacerle una ofrenda, escojamos lo más preciado, como haríamos con una criatura de la tierra a la que estimamos mucho. El hombre no es solo cuerpo ni solo alma; porque está compuesto de ambos, necesita también manifestar a través de actos externos, sensibles, su fe y su amor a Dios. Dan pena esas personas que parecen tener tiempo para todo, pero que difícilmente lo tienen para Dios: para hacer un rato de oración, o una Visita al Santísimo, que apenas dura unos minutos... O bien disponen de medios económicos para tantas cosas y son mezquinos con Dios y con los hombres. Dar agranda siempre el corazón y lo ennoblece. De la mezquindad acaba saliendo un alma envidiosa, como la de Caín: no soportaba la generosidad de Abel.
"Es preciso ofrecer al Señor el sacrificio de Abel. Un sacrificio de carne joven y hermosa, lo mejor del rebaño: de carne sana y santa; de corazones que solo tengan un amor: ¡Tú, Dios mío!; de inteligencias trabajadas por el estudio profundo, que se rendirán ante tu Sabiduría; de almas infantiles, que no pensarán más que en agradarte.
"—Recibe, desde ahora, Señor, este sacrificio en olor de suavidad"3. Para Ti, Señor, lo mejor de mi vida, de mi trabajo, de mis talentos, de mis bienes..., incluso de los que podría haber tenido. Para Ti, mi Dios, todo lo que me has dado en la vida, sin límites, sin condiciones... Enséñame a no negarte nada, a ofrecerte siempre lo mejor.
Pidamos al Señor saber ofrecerle en cada situación, en toda circunstancia, lo mejor que tengamos en ese momento; pidámosle que haya muchas ofrendas y sacrificios como el de Abel: hombres y mujeres que se entreguen a Dios desde su juventud. Corazones que –a cualquier edad– sepan darle todo lo que se les pide, sin regateos, sin mezquindades... ¡Recibe, Señor, este sacrificio gustoso y alegre!
II. "Es bello considerar que el primer testimonio de fe en favor de Dios fue dado ya por un hijo de Adán y Eva y por medio de un sacrificio. Se explica, por tanto, que los Padres de la Iglesia vieran en Abel una figura de Cristo: por ser pastor, por ofrecer un sacrificio agradable a Dios, por derramar su sangre, por ser "mártir de la fe".
"La Liturgia, al renovar el Sacrificio de Cristo, pide a Dios que mire con mirada serena y bondadosa sobre las Ofrendas del Señor, así como miró sobre las ofrendas del "justo Abel" (Cfr. Misal Romano, Plegaria Eucarística I)"4. Debemos ser generosos y amar todo lo que se refiere al culto de Dios, porque siempre será poco e insuficiente para lo que merece la infinita excelencia y bondad divina. Los cristianos debemos tener en este campo una delicadeza extrema y evitar la inconsideración y la tacañería: no ofreceréis nada defectuoso, pues no sería aceptable5, nos advierte el Espíritu Santo.
Para Dios, lo mejor: un culto lleno de generosidad en los elementos sagrados que se utilicen, y con generosidad en el tiempo, el que sea preciso –no más–, pero sin prisas, sin recortar las ceremonias, o la acción de gracias privada después de acabada la Santa Misa, por ejemplo. El decoro, calidad y belleza de los ornamentos litúrgicos y de los vasos sagrados expresan que es para Dios lo mejor que tenemos, son signo del esplendor de la liturgia que la Iglesia triunfante tributa en el Cielo a la Trinidad, y son ayuda poderosa para reconocer la presencia divina entre nosotros. La tibieza, la fe endeble y desamorada tienden a no tratar santamente las cosas santas, perdiendo de vista la gloria, el honor y la majestad que corresponden a la Trinidad Beatísima.
"¿Recordáis aquella escena del Antiguo Testamento, cuando David desea levantar una casa para el Arca de la Alianza, que hasta ese momento era custodiada en una tienda? En aquel tabernáculo, Yahvé hacía notar su presencia de un modo misterioso, mediante una nube y otros fenómenos extraordinarios. Y todo esto no era más que una sombra, una figura. En cambio, el Señor se encuentra realmente presente en los tabernáculos donde está reservada la Santísima Eucaristía. Aquí tenemos a Jesucristo –¡cómo me enamora hacer un acto explícito de fe!– con su Cuerpo, su Sangre, su Alma y su Divinidad. En el tabernáculo, Jesús nos preside, nos ama, nos espera"6.
En la casa de Simón el fariseo, donde Jesús echó de menos las atenciones que era costumbre tener con los invitados, quedó patente la cuestión del dinero empleado en las cosas de Dios. Mientras Jesús está contento por las muestras de arrepentimiento que recibe de aquella mujer, Judas murmura y calcula el gasto –para él inútil– que se está realizando. Aquella misma tarde decidió traicionarle. Le vendió por una cantidad aproximada a lo que costaba el perfume derramado: treinta siclos de plata, unos trescientos denarios. "Aquella mujer que en casa de Simón el leproso, en Betania, unge con rico perfume la cabeza del Maestro, nos recuerda el deber de ser espléndidos en el culto de Dios.
"—Todo el lujo, la majestad y la belleza me parecen poco.
"—Y contra los que atacan la riqueza de vasos sagrados, ornamentos y retablos, se oye la alabanza de Jesús: "opus enim bonum operata est in me" —una buena obra ha hecho conmigo"7.
También el Señor, ante la entrega de nuestra vida, ante la generosidad manifestada de mil modos (tiempo, bienes...), debe poder decir: una buena obra ha hecho conmigo, ha manifestado su amor en obras.
III. Cuando nace Jesús, no dispone siquiera de la cuna de un niño pobre. Con sus discípulos, no tiene en ocasiones dónde reclinar la cabeza. Morirá desprendido de todo ropaje, en la pobreza más absoluta; pero cuando su Cuerpo exánime es bajado de la Cruz y entregado a los que le quieren y le siguen de cerca, estos le tratan con veneración, respeto y amor. José de Arimatea se encargará de comprar un lienzo nuevo, donde será envuelto, y Nicodemo los aromas precisos. San Juan, quizá asombrado, nos ha dejado la gran cantidad de estos: como unas cien libras, más de treinta kilogramos. No le enterraron en el cementerio común, sino en un huerto, en una sepultura nueva, probablemente la que el mismo José había preparado para sí. Y las mujeres vieron el monumento y cómo fue depositado su cuerpo. A la vuelta a la ciudad prepararon nuevos aromas... Cuando el Cuerpo de Jesús queda en manos de los que le quieren, todos porfían por ver quién tiene más amor.
En nuestros Sagrarios está Jesús, ¡vivo!, como en Belén o en el Calvario. Se nos entrega para que nuestro amor lo cuide y lo atienda con lo mejor que podamos, y esto a costa de nuestro tiempo, de nuestro dinero, de nuestro esfuerzo: de nuestro amor.
La reverencia y el amor se han de manifestar en la generosidad con todo aquello que se refiere al culto. Ni siquiera con pretexto de caridad hacia el prójimo se puede faltar a la caridad con Dios, ni es de alabar una generosidad con los pobres, imágenes de Dios, si se hace a expensas del decoro en el culto a Dios mismo, y mucho menos si no va acompañada de sacrificio personal. Si amamos a Dios, crecerá nuestro amor al prójimo, con obras y de verdad. No es cuestión de mero precio, ni en materia así caben simples cálculos aritméticos; no se trata de defender la suntuosidad, sino la dignidad y el amor a Dios, que también se expresa materialmente8. ¿Tendría sentido que hubiera medios económicos para construir lugares de diversión y de recreo con buenos materiales, incluso lujosos, y que para el culto divino solo se encontraran lugares, no pobres, sino pobretones, fríos, desangelados? Entonces tendría razón el poeta, cuando dice que la desnudez de algunas iglesias es "la manifestación al exterior de nuestros pecados y defectos: debilidad, indigencia, timidez en la fe y en el sentimiento, sequedad del corazón, falta de gusto por lo sobrenatural..."9.
La Iglesia, velando por el honor de Dios, no rechaza soluciones distintas a las de otras épocas, bendice la pobreza limpia y acogedora –¡qué estupendas iglesias, sencillas pero muy dignas, hay en algunas aldeas de pocos medios económicos y de mucha fe!–; lo que no se admite es el descuido, el mal gusto, el poco amor a Dios que supone dedicar al culto ambientes u objetos que –si se pudiera– no se admitirían en el hogar de la propia familia.
Es lógico que los fieles corrientes ayuden, de mil maneras diferentes, para que se cuide y se conserve con esmero lo referente al culto divino. Los signos litúrgicos, y cuanto se refiere a la liturgia, entra por los ojos. Los fieles deben salir fortalecidos en su fe después de una ceremonia litúrgica, con más alegría y animados a amar más a Dios.
Pidamos a la Santísima Virgen que aprendamos a ser generosos con Dios como lo fue Ella, en lo grande y en lo pequeño, en la juventud y en la madurez..., que sepamos ofrecer, como Abel, lo mejor que tengamos en cada momento y en todas las circunstancias de la vida.
1 Primera lectura. Año I. Cfr. Gen 4, 1-5, 25. — 2 Sagrada Biblia, Epístola a los Hebreos, EUNSA, Pamplona 1987, nota a 11, 4. — 3 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 43. — 4 Sagrada Biblia, Epístola a los Hebreos, EUNSA, loc. cit. — 5 Lev 22, 20. — 6 A. del Portillo, Homilía, 20-VII-1986. — 7 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 527. — 8 Cfr. Conc. Vat. II, Const. Sacrosanctum Concilium, 124. — 9 Paul Claudel, Ausencia y presencia.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
Santa Eulalia
Mártir
(año 304)
Eulalia significa: "la que habla bien" Eu = bien, Lal = hablar.
Santa Eulalia es una de las santas más famosas de España. Los datos acerca de su vida y de su muerte los encontramos en un himno que en honor de ella se escribe el poeta Prudencio en el siglo cuarto. Y allí se cuenta lo siguiente:
Cuando Eulalia cumplió los doce años apareció el decreto del emperador Diocleciano prohibiendo a los cristianos dar culto a Jesucristo, y mandándoles que debían adorar a los falsos ídolos de los paganos. La niña sintió un gran disgusto por estas leyes tan injustas y se propuso protestar entre los delegados del gobierno.
Viendo la mamá que la jovencita podía correr algún peligro de muerte si se atrevía a protestar contra la persecución de los gobernantes, se la llevó a vivir al campo, pero ella se vino de allá y llegó a la ciudad de Mérida.
Eulalia se presentó ante el gobernador Daciano y le protestó valientemente diciéndole que esas leyes que mandaban adorar ídolos y prohibían al verdadero Dios eran totalmente injustas y no podían ser obedecidas por los cristianos.
Daciano intentó al principio ofrecer regalos y hacer promesas de ayudas a la niña para que cambiara de opinión, pero al ver que ella seguía fuertemente convencida de sus ideas cristianas, le mostró todos los instrumentos de tortura con los cuales le podían hacer padecer horriblemente si no obedecía a la ley del emperador que mandaba adorar ídolos y prohibía adorar a Jesucristo. Y le dijo: "De todos estos sufrimientos te vas a librar si le ofreces este pan a los dioses, y les quemas este poquito de incienso en los altares de ellos". La jovencita lanzó lejos el pan, echó por el suelo el incienso y le dijo valientemente: "Al sólo Dios del cielo adoro; a El únicamente le ofreceré sacrificios y le quemaré incienso. Y a nadie más".
Entonces el juez pagano mandó que la destrozaran golpeándola con varillas de hierro y que sobre sus heridas colocaran antorchas encendidas. La hermosa cabellera de Eulalia se incendió y la jovencita murió quemada y ahogada por el humo.
Dice el poeta Prudencio que al morir la santa, la gente vio una blanquísima paloma que volaba hacia el cielo, y que los verdugos salieron huyendo, llenos de pavor y de remordimiento por haber matado a una criatura inocente. La nieve cubrió el cadáver y el suelo de los alrededores, hasta que varios días después llegaron unos cristianos y le dieron honrosa sepultura al cuerpo de la joven mártir. Allí en el sitio de su sepultura se levantó un templo de honor de Santa Eulalia, y dice el poeta que él mismo vio que a ese templo llegaban muchos peregrinos a orar ante los restos de tan valiente joven y a conseguir por medio de ella muy notables favores de Dios.
El culto de Santa Eulalia se hizo tan popular que hasta el gran San Agustín hizo sermones en honor de esta joven santa. Y en la muy antigua lista de mártires de la Iglesia Católica, llamada "Martirologio romano", hay esta frase: "el 12 de febrero, se conmemora a Santa Eulalia, mártir de España, muerta por proclamar su fe en Jesucristo".
Joven mártir Eulalia: a tu protección encomendamos tantas personitas jóvenes que en este tiempo tienen que enfrentarse, no y a los perseguidores que matan a quienes se niegan a ofrecer sacrificios a los ídolos, sino que tienen que oponerse a quienes quieren que dediquen su vida a la sensualidad, a las drogas, a los vicios, a las malas amistades y al pecado, que son monstruos mucho peores que los ídolos, y son perseguidores más crueles que los que mataban el cuerpo, porque lo que ellos matan es la vida del alma. Santa Eulalia: te recomendamos a nuestra juventud que vive en medio de tantos peligros y que corre cada día el riesgo de ser infiel a Cristo. Que de tan grandes peligros nos libre siempre el Señor.
Dijo Jesús: Quien sacrifica su vida por mi, la ganará para la vida eterna.
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Benito de Aniane, Santo Monje, Febrero 12
Monje Martirologio Romano: En el monasterio de San Cornelio de Indam, en Germania, tránsito de san Benito, abad de Aniano (o de Aniane), que propagó la Regla benedictina, confeccionó un Consuetudinario para uso de monjes y trabajó con empeño en la instauración de la liturgia romana (821). |
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Humbelina, Beata Abadesa, Febrero 12
Abadesa Martirologio Romano: En el monasterio de July, en la región de Troyes, en Francia, beata Humbelina, priora, la cual, convertida por su hermano san Bernardo de una vida mundana, con el consentimiento de su marido abrazó la vida monástica (1136). |
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Fuente: santiebeati.it
Tomás Hemmeford y compañeros, Beatos Presbíteros y Mártires, Febrero 12
Presbíteros y Mártires Martirologio Romano: En Londres, en Inglaterra, beatos mártires Tomás Hemmeford, Jacobo Fenn, Juan Nutter, Juan Munden y Jorge Haydock, presbíteros, que, por fidelidad a la Iglesia romana y ante la pretensión de la reina Isabel I de atribuirse el primado en lo espiritual, fueron condenados a muerte, y descuartizados mientras aún respiraban (1584). |
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Fuente: Martirologio Romano
Otros Santos y Beatos Completando el santoral de este día, Febrero 12
Santos Saturnino y compañeros mártires de Abitinia, mártires |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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