sábado, 10 de febrero de 2018

[ † ] Domingo por la Santísima Trinidad. 11/02/2018. Excepto causa grave, no asistir a Misa dominical es pecado GRAVE (CIC 2042, 2181; Mt16,18-19; Ex20,8-10; Tb1,6; Hch20,7; 2Ts2,15). Precepto (desde los 7 años): Misa ENTERA. Víspera Domingo: desde Sáb.15hs.

JA

JMJ

Pax

Se le quitó la lepra y quedó limpio

† Lectura del santo Evangelio según san Marcos 1, 40-45

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso y le suplicó de rodillas:
"Si quieres, puedes limpiarme".
Jesús, compadecido, extendió la mano, lo tocó y le dijo:
"¡Quiero, queda limpio!"
Inmediatamente le desapareció la lepra y quedó limpio.
Al despedirlo, Jesús le mandó con severidad:
"No se lo digas a nadie; vete, preséntate al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés, para que les conste que has quedado sano".
El, sin embargo, tan pronto como se fue, comenzó a divulgar entusiasmado lo ocurrido, de modo que Jesús no podía ya entrar abiertamente en ninguna ciudad. Tenía que quedarse fuera, en lugares solitarios, y aún así seguían acudiendo a él de todas partes.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk

El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Catecismo 2181: La Eucaristía del domingo fundamenta y confirma toda la práctica cristiana. Por eso los fieles están obligados a participar en la Eucaristía los días de precepto, a no ser que estén excusados por una razón seria (por ejemplo, enfermedad, el cuidado de niños pequeños) o dispensados por su pastor propio (cf CIC can. 1245). Los que deliberadamente faltan a esta obligación cometen un pecado grave."

 

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).

 

 

Misal

 

6o. Dom Ord Ciclo B antes Cuaresma

Antífona de Entrada

Sírveme de defensa, Dios mío, de roca y fortaleza salvadoras; y pues eres mi baluarte y mi refugio, acompáñame y guíame.

 

Se dice "Gloria".

Oración Colecta

Oremos:
Señor nuestro, que prometiste venir y hacer tu morada en los corazones rectos y sinceros, concédenos la rectitud y sinceridad de vida que nos hagan dignos de esa presencia tuya.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

El leproso vivirá solo, fuera del campamento

Lectura del libro del Levítico 13, 1-2.44-46

El Señor dijo a Moisés y a Aarón:
"Cuando alguno tenga en la piel un tumor, una úlcera o mancha reluciente, y se le forme en la piel una llaga como de lepra será llevado al sacerdote Aarón o a uno de sus hijos sacerdotes. Se trata de un leproso, y el sacerdote lo declarará impuro.
El leproso llevará las vestiduras rasgadas, los cabellos revueltos y la barba rapada, e irá gritando: "¡Impuro, impuro!" Mientras le dure la lepra, será impuro. Vivirá aislado y tendrá su morada fuera del campamento".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Sal 31, 1-2.5.11

Perdona, Señor, nuestros pecados.

Dichoso el que fue absuelto de su culpa y a quien se perdonó su pecado. Dichoso el hombre a quien el Señor no le tiene en cuenta su falta y en cuyo espíritu no hay engaño.
Perdona, Señor, nuestros pecados.

Pero reconocí ante ti mi pecado, no te oculté mi falta; pensé: "Confesaré al Señor mis culpas". Y tú perdonaste mi falta y mi pecado.
Perdona, Señor, nuestros pecados.

Alégrense, justos, y regocíjense con el Señor, den gritos de felicidad los rectos de corazón.
Perdona, Señor, nuestros pecados.

Segunda Lectura

Sean imitadores míos como yo lo soy de Cristo

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 10, 31-33; 11, 1

Hermanos: Ya coman, ya beban, o hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para gloria de Dios. Y no sean ocasión de pecado ni para judíos, ni para paganos, ni para la Iglesia de Dios; hagan como yo, que procuro dar gusto a todos en todo, sin buscar mi propio interés, sino el de los demás, para que se salven.
Traten de imitarme, como yo imito a Cristo.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Aclamación antes de Evangelio

Aleluya, aleluya.
Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.
Aleluya.

Evangelio

Se le quitó la lepra y quedó limpio

† Lectura del santo Evangelio según san Marcos 1, 40-45

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso y le suplicó de rodillas:
"Si quieres, puedes limpiarme".
Jesús, compadecido, extendió la mano, lo tocó y le dijo:
"¡Quiero, queda limpio!"
Inmediatamente le desapareció la lepra y quedó limpio.
Al despedirlo, Jesús le mandó con severidad:
"No se lo digas a nadie; vete, preséntate al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés, para que les conste que has quedado sano".
El, sin embargo, tan pronto como se fue, comenzó a divulgar entusiasmado lo ocurrido, de modo que Jesús no podía ya entrar abiertamente en ninguna ciudad. Tenía que quedarse fuera, en lugares solitarios, y aún así seguían acudiendo a él de todas partes.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice "Credo".

Oración de los Fieles

Celebrante:
Imploremos, hermanos y hermanas, al Dios de misericordia y pidámosle su ayuda para poder invocar su nombre con sentimientos que le agraden:
(Respondemos a cada petición: Te lo pedimos, Señor).

Por la paz de todo el mundo, por la prosperidad de las santas Iglesias y por la unión de todos los seres humanos, roguemos al Señor.
Te lo pedimos, Señor.

Por nuestros gobernantes, para que bajo su dirección tengamos una vida feliz y pacífica, roguemos al Señor.
Te lo pedimos, Señor.

Por la conservación de la naturaleza, por la abundancia de las cosechas y por el progreso del mundo, roguemos al Señor.
Te lo pedimos, Señor.

Por nuestros familiares y amigos que han muerto en la esperanza de la resurrección, para que Dios les conceda el reposo eterno, roguemos al Señor.
Te lo pedimos, Señor.

Celebrante:
Escucha, Señor, nuestras oraciones, líbranos del pecado que divide y de las discriminaciones que degradan; haz que sepamos ver siempre en el rostro del leproso, del pobre y del desvalido la imagen sangrante de Cristo en la cruz, para que así nos dispongamos a colaborar en la obra de la redención humana y a proclamar ante los seres humanos tu misericordia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Oración sobre las Ofrendas

Que este sacrificio, Señor, que vamos a ofrecerte, nos purifique y nos renueve; concédenos tu ayuda para obtener la recompensa eterna, prometida a quienes cumplen tu voluntad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Las maravillas de la creación

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque creaste el universo entero, estableciste el continuo retorno de las estaciones, y al hombre, formado a tu imagen y semejanza, sometiste las maravillas del mundo, para que, en nombre tuyo, dominara la creación, y, al contemplar tus grandezas, en todo momento te alabara, por Cristo, Señor nuestro.
A quien cantan los ángeles y los arcángeles, proclamando sin cesar:

Antífona de la Comunión

El Señor colmó el deseo de su pueblo: comieron y quedaron satisfechos.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Señor, aviva cada vez más en nosotros el deseo de recibir este pan eucarístico, por medio del cual nos comunicas tú la vida verdadera.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Dia 11/02 Nuestra Señora de Lourdes (virgen, blanco)

Antífona de Entrada

¡Salve, Madre santa, Virgen, Madre del Rey, que gobierna cielo y tierra por los siglos de los siglos!

 

Oración Colecta

Oremos:
Dios de misericordia, remedia con el amparo del cielo nuestro desvalimiento, para que, cuantos celebramos la memoria de la inmaculada Virgen María, Madre de Dios, podamos, por su intercesión, vernos libres de nuestros pecados.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Yo haré correr la paz sobre ella como un río

Lectura del libro del profeta Isaías 66, 10-14

Alégrense con Jerusalén, gocen con ella todos los que la aman, alégrense de su alegría todos los que por ella llevaron luto, para que se alimenten de sus pechos, se llenen de sus consuelos y se deleiten con la abundancia de su gloria. Porque dice el Señor:
"Yo haré correr la paz sobre ella como un río y la gloria de las naciones como un torrente desbordado. Como niños serán llevados en el regazo y acariciados sobre sus rodillas; como un hijo a quien su madre consuela, así los consolaré yo. En Jerusalén serán ustedes consolados. Al ver esto se alegrará su corazón y sus huesos florecerán como un prado. Y los siervos del Señor conocerán su poder".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Judit 13

Tú eres el orgullo de nuestra raza.

El Señor te ha bendecido, hija nuestra, más que a todas las mujeres de la tierra. Bendito el Señor, creador de cielo y tierra.
Tú eres el orgullo de nuestra raza.

El Señor ha glorificado hoy tu nombre: por eso, los que en adelante guarden memoria de esta obra poderosa de Dios, conserven tu esperanza en el corazón.
Tú eres el orgullo de nuestra raza.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Dichosa la Virgen María, y muy digna de alabanza: de ti ha salido el sol de justicia, Cristo nuestro Señor.
Aleluya.

Evangelio

La madre de Jesús estaba allí

† Lectura del santo Evangelio según san Juan 2, 1-11

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo había una boda en Caná de Galilea y la madre de Jesús estaba allí; Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. Faltó el vino y la madre de Jesús dijo:
"No les queda vino".
Jesús le contestó:
"Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora".
Su madre dijo a los sirvientes:
"Hagan lo que él diga".
Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una. Jesús les dijo:
"Llenen las tinajas de agua".
Y las llenaron hasta arriba. Entonces les mandó:
"Sáquenla ahora y llévensela al mayordomo".
Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí sabían, pues habían sacado el agua); entonces llamo al novio y le dijo:
"Todo el mundo pone primero el vino bueno, y cuando ya están bebidos, el peor; tú en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora".
Así, en Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria y creció la fe de sus discípulos en él.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

El amor y la gracia de tu Hijo, hecho humano por nosotros, sea nuestro socorro, Señor; y el que al nacer de la Virgen no menoscabó la integridad de su Madre, sino que la santificó, nos libre del peso de nuestros pecados y vuelva así aceptable nuestras ofrendas delante de tus ojos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

María, modelo de la Iglesia

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno. Y alabarte en esta memoria de la Virgen María.
Porque al aceptar ella a tu Unigénito en su corazón inmaculado, mereció concebirlo en su seno virginal y, al dar a luz a Cristo, preparó el nacimiento de la Iglesia.
Por él, los ángeles
y los arcángeles y todos los coros celestiales, celebran tu gloria unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza:

Antífona de la Comunión

Dichoso el vientre de María, la Virgen, que llevó al Hijo del Eterno Padre.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Al recibir estos sacramentos, Señor, imploramos de tu misericordia que cuantos nos gozamos en la conmemoración de María, siempre Virgen, nos entreguemos como ella al servicio de tu plan de salvación sobre la humanidad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

Sexto Domingo
ciclo b

LA LEPRA DEL PECADO

— El Señor viene a curar nuestros males más profundos. Curación de un leproso.

— La lepra, imagen del pecado. Los sacerdotes perdonan los pecados in persona Christi.

— Apostolado de la Confesión.

I. La curación de un leproso que narra el Evangelio de la Misa1 debió de conmover mucho a las gentes y fue objeto frecuente de predicación en la catequesis de los Apóstoles. Así nos lo hace ver el hecho de ser recogido con tanto detalle por tres Evangelistas. De ellos, San Lucas precisa que el milagro se realizó en una ciudad, y que la enfermedad se encontraba ya muy avanzada: estaba todo cubierto de lepra2, nos dice.

La lepra era considerada entonces como una enfermedad incurable. Los miembros del leproso eran invadidos poco a poco, y se producían deformaciones en la cara, en las manos, en los pies, acompañadas de grandes padecimientos. Por temor al contagio, se les apartaba de las ciudades y de los caminos. Como se lee en la Primera lectura de la Misa3, se les declaraba por este motivo legalmente impuros, se les obligaba a llevar la cabeza descubierta y los vestidos desgarrados, y habían de darse a conocer desde lejos cuando pasaban por las cercanías de un lugar habitado. Las gentes huían de ellos, incluso los familiares; y en muchos casos se interpretaba su enfermedad como un castigo de Dios por sus pecados. Por estas circunstancias, extraña ver a este leproso en una ciudad. Quizá ha oído hablar de Jesús y lleva tiempo buscando la ocasión para acercarse a Él. Ahora, por fin, le ha encontrado y, con tal de hablarle, incumple las tajantes prescripciones de la antigua ley mosaica. Cristo es su esperanza, su única esperanza.

La escena debió de ser extraordinaria. Se postró el leproso ante Jesús, y le dijo: Señor, si quieres puedes limpiarme. Si quieres... Quizá se había preparado un discurso más largo, con más explicaciones..., pero al final todo quedó reducido a esta jaculatoria llena de sencillez, de confianza, de delicadeza: Si vis, potes me mundare, si quieres, puedes... En estas pocas palabras se resume una oración poderosa. Jesús se compadeció; y los tres Evangelistas que relatan el suceso nos han dejado el gesto sorprendente del Señor: extendió la mano y le tocó. Hasta ahora todos los hombres habían huido de él con miedo y repugnancia, y Cristo, que podía haberle curado a distancia –como en otras ocasiones–, no solo no se separa de él, sino que llegó a tocar su lepra. No es difícil imaginar la ternura de Cristo y la gratitud del enfermo cuando vio el gesto del Señor y oyó sus palabras: Quiero, queda limpio.

El Señor siempre desea sanarnos de nuestras flaquezas y de nuestros pecados. Y no tenemos necesidad de esperar meses ni días para que pase cerca de nuestra ciudad, o junto a nuestro pueblo... Al mismo Jesús de Nazaret que curó a este leproso le encontramos todos los días en el Sagrario más cercano, en la intimidad del alma en gracia, en el sacramento de la Penitencia. "Es Médico y cura nuestro egoísmo, si dejamos que su gracia penetre hasta el fondo del alma. Jesús nos ha advertido que la peor enfermedad es la hipocresía, el orgullo que lleva a disimular los propios pecados. Con el Médico es imprescindible una sinceridad absoluta, explicar enteramente la verdad y decir: Domine, si vis, potes me mundare (Mt 8, 2), Señor, si quieres –y Tú quieres siempre–, puedes curarme. Tú conoces mi flaqueza; siento estos síntomas, padezco estas otras debilidades. Y le mostramos sencillamente las llagas; y el pus, si hay pus"4; todas las miserias de nuestra vida.

Hoy debemos recordar que las mismas flaquezas y debilidades pueden ser la ocasión para acercarnos más a Cristo, como le ocurrió a este leproso. Desde aquel momento sería ya un discípulo incondicional de su Señor. ¿Nos acercamos nosotros con estas disposiciones de fe y de confianza a la Confesión? ¿Deseamos vivamente la limpieza del alma? ¿Cuidamos con esmero la frecuencia con que hayamos previsto recibir este sacramento?

II. Los Santos Padres vieron en la lepra la imagen del pecado5 por su fealdad y repugnancia, por la separación de los demás que ocasiona... Con todo, el pecado, aun el venial, es incomparablemente peor que la lepra por su fealdad, por su repugnancia y por sus trágicos efectos en esta vida y en la otra. "Si tuviésemos fe y si viésemos un alma en estado de pecado mortal, nos moriríamos de terror"6. Todos somos pecadores, aunque por la misericordia divina estemos lejos del pecado mortal. Es una realidad que no debemos olvidar; y Jesús es el único que puede curarnos; solo Él.

El Señor viene a buscar a los enfermos, y Él es quien únicamente puede calibrar y medir con toda su tremenda realidad la ofensa del pecado. Por eso nos conmueve su acercamiento al pecador. Él, que es la misma Santidad, no se presenta lleno de ira, sino con gran delicadeza y respeto. "Así es el estilo de Jesús, que vino a dar cumplimiento, no a destruir.

"Al sanar, al curar de la lepra, el Señor realiza grandes signos. Estos signos servían para manifestar la potencia de Dios ante las enfermedades del alma: ante el pecado. La misma reflexión se desarrolla en el Salmo responsorial, que proclama precisamente la bienaventuranza del perdón de los pecados: Dichoso el que ha sido absuelto de su culpa... (Sal 31, 1). Jesús sana de la enfermedad física, pero al mismo tiempo libera del pecado. Se revela de esta forma como el Mesías anunciado por los Profetas, que tomó sobre Sí nuestras enfermedades y asumió nuestros pecados (cfr. Is 53, 3-12) para liberarnos de toda enfermedad espiritual y material (...). Así, pues, un tema central de la liturgia de hoy es la purificación del pecado, que es como la lepra del alma"7.

Jesús nos dice que ha venido para eso: para perdonar, para redimir, para librarnos de esa lepra del alma, del pecado. Y proclama su perdón como signo de omnipotencia, como señal de un poder que solo Dios mismo puede ejercer8. Cada Confesión es expresión del poder y de la misericordia de Dios; los sacerdotes ejercitan este poder no en virtud propia, sino en nombre de Cristo –in persona Christi–, como instrumentos en manos del Señor. "Jesús nos identifica de tal modo consigo en el ejercicio de los poderes que nos confirió –decía Juan Pablo II a los sacerdotes–, que nuestra personalidad es como si desapareciese delante de la suya, ya que Él es quien actúa por medio de nosotros (...). Es el propio Jesús quien, en el sacramento de la Penitencia, pronuncia la palabra autorizada y paterna: Tus pecados te son perdonados"9. Oímos a Cristo en la voz del sacerdote.

En la Confesión nos acercamos, con veneración y agradecimiento, al mismo Cristo; en el sacerdote debemos ver a Jesús, el único que puede sanar nuestras enfermedades. ""Domine!" –¡Señor!–, "si vis, potes me mundare" si quieres, puedes curarme.

"—¡Qué hermosa oración para que la digas muchas veces con la fe del leprosito cuando te acontezca lo que Dios y tú y yo sabemos! —No tardarás en sentir la respuesta del Maestro: "volo, mundare!" —quiero, ¡sé limpio!"10. Jesús nos trata con suprema delicadeza y amor cuando más necesitados nos encontramos a causa de las faltas y pecados.

III. Hemos de aprender de este leproso: con su sinceridad se pone delante del Señor, e hincándose de rodillas11 reconoce su enfermedad y pide que le cure.

Le dijo el Señor al leproso: Quiero, queda limpio. Y al momento desapareció de él la lepra y quedó limpio. Nos imaginamos la inmensa alegría del que hasta ese momento era leproso. Tanto fue su gozo que, a pesar de la advertencia del Señor, comenzó a proclamar y divulgar por todas partes la noticia del bien inmenso que había recibido. No se pudo contener con tanta dicha para él solo, y siente la necesidad de hacer partícipes a todos de su buena suerte.

Esta ha de ser nuestra actitud ante la Confesión. Pues en ella también quedamos libres de nuestras enfermedades, por grandes que pudieran ser. Y no solo se limpia el pecado; el alma adquiere una gracia nueva, una juventud nueva, una renovación de la vida de Cristo en nosotros. Quedamos unidos al Señor de una manera particular y distinta. Y de ese ser nuevo y de esa alegría nueva que encontramos en cada Confesión hemos de hacer partícipes a quienes más apreciamos, y a todos. No nos debe bastar el haber encontrado al Médico, debemos hacer llegar la noticia, a través de nuestro apostolado personal, a muchos que no saben que están enfermos o que piensan que sus males son incurables. Llevar a muchos a la Confesión es uno de los grandes encargos que Cristo nos hace en estos momentos en que verdaderas multitudes se han alejado de aquello que más necesitan: el perdón de sus pecados.

En ocasiones, tendremos que comenzar por una catequesis elemental, aconsejándoles quizá libros de fácil lectura y explicándoles, con un lenguaje que entiendan, los puntos fundamentales de la fe y de la moral. Les ayudaremos a ver que su tristeza y su vacío interior provienen de la ausencia de Dios en sus vidas. Con mucha comprensión les facilitaremos incluso el modo de hacer un examen de conciencia profundo, y les animaremos a que acudan al sacerdote, quizá el mismo con el que nosotros nos confesamos habitualmente, a que sean sencillos y humildes y cuenten todo lo que les aleja del Señor, que les está esperando. Nuestra oración, el ofrecer por ellos horas de trabajo y alguna mortificación, el confesarnos nosotros mismos con la frecuencia que tengamos prevista, atraerá de Dios nuevas gracias eficaces para esas personas que deseamos se acerquen al sacramento, a Cristo mismo.

Aquel día fue inolvidable para el leproso. Cada encuentro nuestro con Cristo es también inolvidable, y nuestros amigos, a quienes hemos ayudado en su caminar hasta Dios, jamás olvidarán la paz y la alegría de su encuentro con el Maestro. Y se convertirán a su vez en apóstoles que propagan la Buena Nueva, la alegría de confesarse bien. Nuestra Madre Santa María nos concederá, si acudimos a Ella, el gozo y la urgencia de comunicar los grandes bienes que el Señor –Padre de las Misericordias– nos ha dejado en este sacramento.

1 Mc 1, 40-45. — 2 Lc 5, 12. — 3 Lev 13, 1-2; 44-46. — 4 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 93. — 5 Cfr. San Juan Crisóstomo, Homilías sobre San Mateo, 25, 2. — 6 Santo Cura de Ars, citado por Juan XXIII en Carta Sacerdotii nostri primordia. — 7 Juan Pablo II, Homilía 17-II-1985. — 8 Cfr. Mt 9, 2 ss. — 9 Juan Pablo II, Homilía en el estadio de Maracaná, Río de Janeiro, 2-VII-1980. — 10 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 142. — 11 Mc 1, 40.

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11 de febrero

NUESTRA SEÑORA DE LOURDES*

Memoria

— Las apariciones de la gruta. Santa María, Salus infirmorum.

— El sentido de la enfermedad y del dolor.

— Santificar el dolor. Acudir a Nuestra Señora.

I. Cuatro años después de haberse proclamado el dogma de la Inmaculada Concepción, se apareció la Santísima Virgen a una niña de catorce años, Bernadette Soubirous, en una gruta cercana a Lourdes. La Virgen era de tal belleza que era imposible describirla, cuenta la Santa1. Cuando años más tarde el escultor de la gruta preguntó a Bernadette si su obra, que representaba a la Virgen, se asemejaba a la aparición, respondió con gran ingenuidad y sencillez: "¡Oh, no, señor, de ninguna manera! ¡No se parece en nada!". La Virgen es siempre más bella.

Las apariciones se sucedieron durante diecisiete días más. La niña preguntaba su nombre a la Señora, y esta "sonreía dulcemente". Por fin, Nuestra Señora le reveló que era la Inmaculada Concepción.

En Lourdes se han sucedido muchos prodigios sobre los cuerpos y más aún sobre las almas. Incontables han sido las curaciones, y muchos más quienes han vuelto sanos de las diferentes enfermedades que también puede padecer el alma, habiendo recobrado la fe, con una piedad más recia o con una aceptación amorosa de la voluntad divina.

La Primera lectura de la Misa2 propone a nuestra consideración las palabras del Profeta Isaías que consolaba al pueblo elegido en el destierro con la vuelta a la ciudad santa, en la que encontrarían el consuelo como un hijo pequeño en su madre. Porque así dice el Señor: Yo haré derivar hacia ella, como un río de paz, como un torrente en crecida, las riquezas de las naciones. Llevarán en brazos a sus criaturas y sobre las rodillas las acariciarán; como un niño a quien su madre consuela, así os consolaré Yo...

Al meditar en la fiesta de hoy, vemos cómo el Señor ha querido poner en manos de su Madre todas las verdaderas riquezas que los hombres debemos implorar, y nos ha dejado en Ella el consuelo del que andamos tan necesitados. Aquellas dieciocho apariciones a la pequeña Bernadette son una llamada que nos recuerda la misericordia de Dios, que se ejerce a través de Santa María.

La Virgen se muestra siempre como Salud de los enfermos y Consoladora de los afligidos. Nosotros, al hacer hoy nuestra oración, acudimos a Ella, pues son muchas las necesidades que tenemos a nuestro alrededor. Ella las conoce bien, nos escucha allí donde nos encontramos y quiere que acudamos a su protección. Y esto nos llena de alegría y de consuelo, especialmente en la fiesta que hoy celebramos. A Nuestra Señora acudimos como hijos que no se quieren alejar de Ella: "Madre, Madre mía...", le decimos en la intimidad de nuestra oración, pidiéndole ayuda en tantas necesidades como nos apremian: en el apostolado, en la propia vida interior, en aquellos que tenemos a nuestro cargo, y de los que nos pedirá cuentas el Señor.

II. También la Santísima Virgen quiso recordar en aquella gruta la necesidad de la conversión y de la penitencia. Quiso Nuestra Madre poner de relieve que la humanidad fue redimida en la Cruz, y el valor redentor actual del dolor, del sufrimiento y de la mortificación voluntaria.

Lo que los hombres consideran, con mirada solo humana, como un gran mal, con ojos de buenos cristianos puede ser un gran bien: la enfermedad, la pobreza, el dolor, el fracaso, la difamación, la falta de trabajo... En momentos humanamente muy difíciles, podemos descubrir, con la ayuda de la gracia, que esa situación de debilidad es un gran camino para una sincera humildad, al sentirnos necesitados y en especial dependencia de Dios. La enfermedad, o cualquier otra desgracia, puede ayudarnos mucho a despegarnos un poco más de las cosas de la tierra, en las que, casi sin darnos cuenta, estábamos quizá demasiado metidos. Sentimos entonces la necesidad de mirar al Cielo y de fortalecer la esperanza sobrenatural, al comprobar la endeblez de la esperanza humana.

La enfermedad nos ayuda a confiar más en Dios, que nunca tienta por encima de nuestras fuerzas3, y a poner nuestra seguridad en Él, en la filiación divina, en el abandono pleno en sus brazos fuertes de padre. Él conoce bien nuestras fuerzas y no nos pedirá nunca más de lo que podamos dar. La enfermedad, o cualquier desgracia, es buena ocasión para llevar a la práctica el consejo de San Agustín: hacer todo lo que se pueda y pedir lo que no se puede4, pues Él no manda cosas imposibles.

La gran prueba de amor que podemos dar es aceptar la enfermedad, y la misma muerte, entregando la vida como oblación y sacrificio por Cristo, para bien de todo su Cuerpo Místico, la Iglesia. Nuestras penas y dolores pierden su amargura cuando se elevan hasta el Cielo. Poenae sunt pennae, las penas son alas, dice una antigua expresión latina. Una enfermedad puede ser, en algunas ocasiones, alas que nos levanten hasta Dios. ¡Qué diferente es la enfermedad acogida con fe y humildad, aceptando de corazón la voluntad de Dios, de la que, por el contrario, se recibe con fe corta, malhumorados, resentidos o tristes!

III. ... Y estaba allí la Madre de Jesús5. Con alegría vemos cómo a los santuarios de la Virgen se acercan personas de todo tipo y condición y se postran a los pies de Nuestra Señora. Quizá no se habrían acercado si no hubieran experimentado la debilidad, el dolor o la necesidad, propia o ajena.

Refiriéndose a la fiesta que hoy celebramos, se preguntaba el Papa Juan Pablo II por qué gentes tan diversas acuden a la gruta donde tuvieron lugar las apariciones, y respondía: "Porque saben que allí, como en Caná, "está la madre de Jesús": y donde Ella está no puede faltar su Hijo. Esta es la certeza que mueve a las multitudes que cada año se vuelcan en Lourdes en busca de un alivio, de un consuelo, de una esperanza (...).

"La curación milagrosa, sin embargo, es, a pesar de todo, un acontecimiento excepcional. La potencia salvífica de Cristo, obtenida por la intercesión de su Madre, se revela en Lourdes sobre todo en el ámbito espiritual. En el corazón de los enfermos hace oír la voz del Hijo que desata prodigiosamente los entumecimientos de la acritud y de la rebelión, y restituye los ojos al alma para ver con una luz nueva el mundo, los demás, el propio destino"6.

El Señor, a quien nos conduce siempre su Madre, amaba a los enfermos. San Pedro compendia su vida en estas pocas palabras: Jesús de Nazareth... pasó haciendo el bien y sanando...7. Los Evangelios no se cansan de ponderar la misericordia del Maestro con quienes padecían en el alma o en el cuerpo. Gran parte de su ministerio aquí en la tierra lo dedicó a curar a los enfermos y a consolar a los afligidos. "Era sensible a todo sufrimiento humano, tanto del cuerpo como del alma"8. Él es compasivo y espera de nuestra parte que pongamos los medios a nuestro alcance para salir de esa enfermedad o de ese agobio; y nunca permitirá pruebas por encima de nuestras fuerzas. En todo momento nos dará las gracias suficientes para que esas circunstancias dolorosas no nos separen de Él; por el contrario, deben acercarnos más y más y ayudarnos a llevar a otras personas a una mejora espiritual de sus vidas. Podemos pedir la curación o que se resuelvan los problemas que pesan sobre nosotros, pero, ante todo, debemos pedir ser dóciles a la gracia para que en esas circunstancias -en esas y no en otras sepamos crecer en fe, en esperanza y en caridad.

Nos aliviará las penas y sufrimientos el no pensar excesivamente en ellos, porque los hemos dejado en manos de Dios, y tampoco en las consecuencias futuras de los males que padecemos, pues aún no tenemos la gracia para sobrellevarlas... y quizá no se presenten. Bástele a cada día su propio afán9. No olvidemos que "todos estamos llamados a sufrir, pero no todos en el mismo grado y de la misma manera; cada uno seguirá en esto su llamada, correspondiendo a ella generosamente. El sufrimiento, que desde el punto de vista humano es tan desagradable, se convierte en fuente de santificación y de apostolado, cuando lo aceptamos con amor y en unión con Jesús..."10, corredimiendo con Él, sintiéndonos hijos de Dios, especialmente en esas circunstancias.

Acudamos en todo a María. Ella nos atenderá siempre. Nos alcanzará lo que pedimos, o nos conseguirá gracias mayores y más abundantes para que de los "males saquemos bienes; y de los grandes males, grandes bienes". Y sea cual sea nuestra situación, experimentaremos siempre su consuelo. Consolatrix afflictorum, Salus infirmorum, Auxilium christianorum... ora pro eis... ora pro me.

Ven en ayuda de nuestra debilidad, Dios de misericordia, y haz que, al recordar hoy a la Inmaculada Madre de tu Hijo, por su intercesión nos veamos libres de nuestras culpas11.

1 Liturgia de las Horas, Segunda lectura del Oficio, Carta de Santa María Bernarda Soubirous al padre Godrand, año 1861. — 2 Is 66, 10-14. — 3 Cfr. 1 Cor 10, 13. — 4 Cfr. San Agustín, Tratado de la naturaleza y de la gracia, 43, 5. — 5 Cfr. Jn 2, 1. — 6 Juan Pablo II, Homilía 11-II-1980. — 7 Hech 10, 38. — 8 Juan Pablo II, Carta Apost. Salvifici doloris, 11-II-1984, 16. — 9 Mt 6, 34. — 10 A. Tanquerey, La divinización del sufrimiento, Rialp, Madrid 1955, p. 240. — 11 Liturgia de las Horas, Oración conclusiva de laudes.

* En el año 1858, la Inmaculada Virgen María se apareció dieciocho veces a la niña Bernadette Soubirous en una gruta cercana a Lourdes. La primera aparición tuvo lugar el 11 de febrero. Por medio de esta niña, la Virgen llama a los pecadores a la conversión y a un mayor espíritu de oración y caridad, principalmente con los más necesitados. Recomienda el rezo del Santo Rosario, oración con la que acudimos a nuestra Madre como hijos pequeños y necesitados. León XIII aprobó esta festividad y Pío X la extendió a toda la Iglesia. Bernadette fue beatificada y canonizada por Pío XI en 1925.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

Nuestra Señora de Lourdes (ver meditación arriba y links abajo)
Nuestra Señora de Lourdes

La Historia http://www.ewtn.com/spanish/Maria/lourdes2.htm#Historia

El mensaje de la Virgen

Santa Bernardette

La Piedad de Bernardette

Después de las apariciones

Ultimos años en Lourdes

La vocación religiosa

La religiosa, la Santa

Hermana María Bernarda

Profesión anticipada

 29:36

La Virgen de Lourdes - Dibujos Animados

http://www.gloria.tv/?media=196175

I Sta.Bernardita de Lourdes-1965, película española http://www.gloria.tv/?media=129758

II Sta.Bernardita de Lourdes-1965, película española

III Sta.Bernardita de Lourdes-1965, película española

 

 01:44:00

LA PASION DE BERNADETTE- LA PELICULA

http://www.gloria.tv/?media=34884

 02:31:49

La Canción de Bernadette

http://www.gloria.tv/?media=107497

 10:57

1O.L. Lourdes & St. Bernadette-Eng./Ital./Sp. http://www.gloria.tv/?media=129523

2N. Sra. de Lourdes y Sta. Bernardita-Ital./Esp./Inglés

3N. Sra. de Lourdes y Sta. Bernardita-Ital./Esp./Inglés

 

 01:53:54

BERNADETTE-Película de jean Delannoy

http://www.gloria.tv/?media=36541

 02:16

Incorrupt body of St. Bernadette Soubirous.

http://www.gloria.tv/?media=89245

 01:37:28

Bernardita de lourdes

http://www.gloria.tv/?media=159329

 30:46

Lourdes. Con Bernardita. Haciendo la señal de la Cruz

http://www.gloria.tv/?media=92629

 43:11

CON BERNARDITA REZA EL PADRE NUESTRO-SANTUARIO DE LOURDES

http://www.gloria.tv/?media=168818

 01:02:43

Lourdes http://www.gloria.tv/?media=146032

La historia de la aparición empieza cuando Bernardita, quien nació el 7 de enero de 1844, salió, junto a dos amigas, en … Masabielle. Para ello, tenía que atravesar un pequeño río, pero como Bernardita sufría de asma, no podía meter los pies en agua fría, y las aguas de …

 01:53

Our Lady of Lourdes Feb 11

http://www.gloria.tv/?media=51369

 03:19

Virgen María de Lourdes (11 de Febrero) http://www.gloria.tv/?media=129732

STA BERNARDITA-18/02 http://www.gloria.tv/?media=131366

 

 01:32

SANTA BERNARDITA DE SUBIROUS 16 de abril

http://www.gloria.tv/?media=146169

RENÉ LAURENTIN APARICIONES ACTUALES DE LA VIRGEN MARIA

http://www.gloria.tv/?media=110658

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Eloisa, Santa Religiosa, Febrero 11  

Eloisa, Santa

Religiosa

Etimología: Eloisa = guerrera ilustre. Es de origen germánico.

Nos encontramos hoy con una santa francesa. Pertenecía a una familia noble. Después de quedar viuda muy joven, se lo pasó francamente mal.

Pronto pensó que los bienes del marido pasarían a la abadía benedictina de Notre Dame de Coulombs, en la diócesis de Chartres.

Además del dinero, también le cedieron a la abadía dos iglesias parroquiales en 1033 y sus tierras anejas.

En su peregrinación por este mundo, volvió a casarse y enviudó en seguida.

A raíz de esta muerte, Eloisa determinó vivir como una religiosa en la misma abadía de Coulombs.
Le donó todos sus bienes, sin tener en cuenta nada de herencias para sus propios familiares.
Mandó que le construyeran una pequeña habitación junto a la iglesia.

Aquí se recluyó para siempre. Vivió como una verdadera santa hasta que murió en 1060.

Sus restos mortales fueron enterrados en la catedral de Chartres, en donde se conservan en la actualidad.

Cuando en la vida se toma a Dios en serio, le es fácil al ser humano el desprendimiento de todo aquello que le impide alcanzar la meta de la santidad y el consuelo que dan los favores del cielo a quienes saben ser adoradores del Dios vivo.

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Tobías (Francisco) Borras Romeu, Beato Religioso y Mártir, Febrero 11  

Tobías (Francisco) Borras Romeu, Beato

Religioso y Mártir

Martirologio Romano: En Vinaroz, en la región de Valencia, en España, beato Tobías (Francisco) Borras Romeu, religioso de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios y mártir, que consumó su glorioso sacrificio por odio a la fe durante la persecución religiosa (1937).

Etimología: Tobías = Yahveh es bueno, es de origen hebreo.

Nació en San Jorge, España, el 14 de abril de 1861, y recibió la palma del martirio en Valencia, España, el 11 de febrero de 1936.

El 25 de octubre de 1992, fue beatificado por el Papa Juan Pablo II, junto con otros 69 compañeros, todos ellos Religiosos de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.

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Fuente: AgenciaCatolica.com
Pedro de Jesús Maldonado Lucero, Santo Sacerdote y Mártir, 11 de febrero  

Pedro de Jesús Maldonado Lucero, Santo

Sacerdote y Mártir

Martirologio Romano: En Chihuahua, en México, san Pedro Maldonado, presbítero y mártir, que durante la persecución, arrestado mientras administraba el sacramento de la penitencia, alcanzó el triunfo del martirio al ser golpeado en la cabeza (1927).

Es el primer santo y mártir de Chihuahua, México.

Pedro de Jesús fue hijo legítimo del señor Apolinar Maldonado y de la señora Micaela Lucero, y tuvo siete hermanos. Nació en un barrio de la ciudad de Chihuahua conocido como San Nicolás. Pedro Maldonado entró al seminario docesano a los 17 años de edad, donde tuvo un buen desempeño, sin ser el mejor de los estudiantes. En los años de 1913 a 1914 ante la persecución religiosa muchos seminaristas huyeron a El Paso Texas, pero Pedro permaneció en la capital de Chihuahua, aunque fue también ordenado en El Paso Texas, ya que el Obispo de Chihuahua se encontraba enfermo en el Distrito Federal.

Trabajó por los indígenas Tarahumaras y buscó reducir la cantidad de bebidas alcohólicas que se consumían. Vivió en el distrito de Jiménez y allí fue perseguido y en múltiples ocasiones, y golpeado por grupos masónicos aún dentro de la iglesia.

El Padre Maldonado era sensible a las necesidades de la gente. Solía ayudar a los pobres con dinero y ropa y él mismo crió y educó a un huérfano pobre. Le gustaba visitar los campos en tiempo de cosecha y los campesinos le pedían que les bendijera los campos invadidos por plagas de langosta. Son muchos los testimonios de que más de una vez expulsó las langostas de los campos con su oración. Tuvo un interés especial en la educación católica de los niños, los jóvenes y los adultos y les explicaba la historia de la salvación por medio de fotografías.

Entre 1926 y 1929 fue constantemente cazado según biógrafos "como a un animal". Los tres periodos de la persecución religiosa vieron al Padre Maldonado huyendo constantemente de la policía y de los agentes de gobierno. El Viernes Santo de 1936, mientras regresaba a su escondite en el poblado llamado La Boquilla, en Santa Isabel, después de una visita para ayudar a una mujer moribunda en la vecindad de la estación del tren del mismo pueblo, fue emboscado junto con sus acompañantes. Al día siguiente se contaron doscientos cartuchos en el lugar de la emboscada.

Su Martirio

El Padre Pedro de Jesús Maldonado murió en la ciudad de Chihuahua el 11 de febrero de 1937, en el día del aniversario número 19 de su cantamisa.

Fue sacerdote de la diócesis de Chihuahua y hasta el momento de su muerte había estado ejerciendo su ministerio en la parroquia de Santa Isabel, que tiene su sede en el pueblo del mismo nombre, al que los revolucionarios pocos años antes habían cambiado por el de General Trías, con la intención de borrar de la geografía chihuahuense toda alusión al catolicismo.

La causa de su muerte fue una brutal y salvaje golpiza que le causó un severo daño cerebral y heridas en diversas partes del cuerpo. Esto sucedió en la presidencia municipal de Santa Isabel el 10 de febrero, Miércoles de Ceniza en aquel año, y terminó al día siguiente en Chihuahua.

En el Registro Civil de la ciudad de Chihuahua, en el libro número 117, de la Sección de Defunciones, está registrada el acta número 171, firmada por el Juez del Registro Civil en la que hace constar que a las 17 horas. 15 minutos, del jueves 11 de febrero de 1937, recibió un oficio del Juzgado 1o. de lo Penal, número 106, del Distrito Morelos, Chihuahua, en el que se le comunica que le fue practicada la autopsia de ley al cadáver de quien en vida llevara el nombre de PEDRO MALDONADO y se ordena proceder de inmediato a su inhumación.

Según esa misma acta, el difunto contaba al momento de fallecer 42 años de edad, era sacerdote católico originario de la ciudad de Chihuahua y vecino de General Trías.

Dice también que era hijo legítimo del señor Apolinar Maldonado y de la señora Micaela Lucero, ya fallecidos, y que tenía siete hermanos. Que la causa de su muerte fueron lesiones en el cráneo, y que se trataba, presuntamente de un homicidio.

El juez dispuso también que se verificara la inhumación del cadáver ese mismo día a las dieciocho horas en el Panteón de Dolores, en el lote particular de la familia Enríquez.

Firme y constante creencia popular de que murió como mártir

Como se ve, la suposición del juez, basada en la autopsia, sobre la causa de muerte del sacerdote, es que fue por homicidio, cosa que posteriormente sería probada por los testigos oculares y los documentos relacionados con el caso, realizado bajo el abrigo de la ley.

Para el pueblo de Chihuahua, así como para sus hermanos sacerdotes y el obispo diocesano, don Antonio Guízar y Valencia, el Padre Maldonado fue un mártir.

Esta firme y constante creencia popular fue confirmada por la voz oficial de la Iglesia cuando el Papa Juan Pablo II lo declaró beato en 1992 lo canonizó en el año 2000.

El Padre Maldonado fue el único sacerdote sacrificado durante los largos y tortuosos años de persecución religiosa en Chihuahua y por esa misma razón su caso amerita atención especial.

Todavía más que la muerte de Pancho Villa, el asesinato del P. Maldonado conmocionó no sólo al pueblo de Chihuahua sino también más allá de las fronteras del estado y de México.

Lo que más horrorizó a la gente fueron los métodos bestiales y la brutalidad empleados en el asesinato.

El Padre Maldonado fue asesinado en un tiempo en que la persecución religiosa de los años treinta, desatada en México bajo el gobierno del general Lázaro Cárdenas, estaba declinando.

En Chihuahua, Gustavo Talamantes había sucedido al despótico Rodrigo M. Quevedo en la silla gubernamental algunos meses antes.

La conmoción que provocó el asesinato del P. Maldonado no benefició al gobierno recién instalado de Talamantes y provocó el escepticismo en los esfuerzos y la autenticidad de Cárdenas por pacificar a México.

Plutarco Elías Calles vivía en exilio en los Estados Unidos, deshonrado públicamente y arrojado del poder por su propio hijo político. Lo acompañaba Luis L. León, ex-gobernador de Chihuahua y ex-ministro de gobierno.

La sombra de Rodrigo M. Quevedo perseguía al gobierno de Talamantes, para quien el alcalde de Ciudad Juárez, hermano de Quevedo, se había convertido en un verdadero dolor de cabeza. Los políticos, que se llamaban a sí mismo revolucionarios, de la noche a la mañana se volvieron ricos y también los miembros de sus familias.

La tortura y el asesinato eran comunes en los calabozos de los cuarteles de policía. Los gritos de los prisioneros eran ahogados por los trenes que pasaban en medio del silencio de la noche en la ciudad de Chihuahua.

El 23 de octubre de 1985 la Santa Sede dio el ´Nihil obstat" (nada obsta) para que se abriera oficialmente la Causa.

El 13 de julio de 1986 Mons. Adalberto Almeida y Merino publicó el decreto por medio del cual se daba inicio oficialmente a la Causa de Canonización del Padre Maldonado.

El 4 de febrero de 1992 la Santa Sede aprobó por unanimidad la Causa de los Mártires Mexicanos, conocida como "Causa del Siervo de Dios Cristóbal Magallanes y sus 24 compañeros mártires", entre los cuales se contaba al Padre Maldonado.

De ellos 22 eran sacerdotes y tres eran laicos.

El que estos mártires fueran "compañeros" no significa que hubieran muertos todos juntos, sino que el proceso de beatificación y canonización los englobaba a todos en el mismo grupo.

Casi todos estos mártires murieron entre 1926 y 1928, excepto el P. David Galván Bermúdez, que fue asesinado en 1915, y el P. Pedro Maldonado, que fue asesinado en 1937.

Los esfuerzos anteriores culminaron el 22 de noviembre de 1992, cuando el Papa Juan Pablo II beatificó solemnemente, en la basílica de San Pedro, al P. Cristóbal Magallanes y a sus 24 compañeros mártires, entre éstos al padre Pedro Maldonado.

Después de la beatificación el proceso siguió adelante para obtener también la canonización, que es la culminación del proceso y que autoriza a venerar a estos mártires no sólo en sus propias regiones sino en todo el mundo.

El 28 de junio de 1999, en presencia del Papa Juan Pablo II, la Congregación de las Causas de los Santos promulgó los decretos para la canonización de los mártires.

Finalmente, el 10 de marzo del año 2000, en Consistorio ordinario público, el Papa Juan Pablo II señaló oficialmente la fecha del 21 de mayo del Año del Gran Jubileo del 2000 para la canonización de nuestros mártires.

Conviene que recordemos todos sus nombres:

Cristobal Magallanes Jara, Sacerdote
Roman Adame Rosales, Sacerdote
Rodrigo Aguilar Aleman, Sacerdote
Julio Alvarez Mendoza, Sacerdote
Luis Batis Sainz, Sacerdote
Agustin Caloca Cortés, Sacerdote
Mateo Correa Magallanes, Sacerdote
Atilano Cruz Alvarado, Sacerdote
Miguel De La Mora De La Mora, Sacerdote
Pedro Esqueda Ramirez, Sacerdote
Margarito Flores Garcia, Sacerdote
Jose Isabel Flores Varela, Sacerdote
David Galvan Bermudez, Sacerdote
Salvador Lara Puente, Laico
Pedro de Jesús Maldonado Lucero, Sacerdote
Jesus Mendez Montoya, Sacerdote
Manuel Morales, Laico
Justino Orona Madrigal, Sacerdote
Sabas Reyes Salazar, Sacerdote
Jose Maria Robles Hurtado, Sacerdote
David Roldan Lara, Laico
Toribio Romo Gonzalez, Sacerdote
Jenaro Sanchez Delgadillo
David Uribe Velasco, Sacerdote
Tranquilino Ubiarco Robles, Sacerdote

Para ver las biografías de los Mártires Mexicanos del siglo XX
Haz Click AQUI

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Pascual I, Santo XCVIII Papa, Febrero 11  

Pascual I, Santo

XCVIII Papa

Martirologio Romano: En Roma, memoria de san Pascual I, papa, que, llevado por la devoción, trasladó muchos cuerpos de mártires desde las catacumbas a distintas iglesias de la ciudad (824).

Etimología Pascual, nombre masculino cristiano-romano "Paschalis", de origen griego, evoca la celebración religiosa de la Pascua.

Perteneciente a una familia noble, en el momento de su elección como papa ocupaba el cargo de superior del monasterio de San Esteban en Roma y, tras su consagración recibió como presente del hijo de Carlomagno, Ludovico Pío (también llamado Luís el Piadoso), los territorios de Córcega y Cerdeña y la confirmación, mediante el Pactum Ludovicianum, de las donaciones hechas al papado en las décadas precedentes por Pipino el Breve y Carlomagno: Roma, Tuscia, Perúgia, Campania, Tívoli, Exarcado de Rávena, Pentápolis y Sabina), estableciéndose los límites del Estado de la Iglesia, dentro de los cuales el pontífice gozaba de plena soberanía.

Durante su pontificado tuvo que hacer frente a la segunda crisis iconoclasta que desde 814 vuelve a aparecer en Constantinopla, bajo el mandato del emperador bizantino León V, y que debido a las persecuciones sufridas provocó una importante afluencia de monjes griegos a Roma, y que encontraron refugio en los monasterios, recién construidos, de San Práxedes, Santa Cecilia y Santos Sergio y Baco.

En 823, coronó al hijo de Ludovico, Lotario, como emperador corregente con su padre. Durante su pontificado, realizó el traslado de muchas reliquias de mártires a las iglesias y monasterios romanos y prestó ayuda a los cristianos de Palestina y España en sus luchas contra los sarracenos.

Falleció en Roma, el 11 de febrero de 824, mientras comisionados imperiales enviados por Ludovico Pío investigaban la muerte de dos funcionarios papales que, partidarios de primacía del emperador sobre el papa en asuntos terrenales, habían sido asesinados por sirvientes del pontífice.

Pascual, que había sido acusado de haber sido el instigador de dichas muertes negó, bajo juramento cualquier implicación pero quizás debido a esto el pueblo romano se negó a que fuera enterrado en la Basílica de San Pedro por lo que sus restos descansan en la iglesia de San Práxedes.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Gregorio II, Santo LXXXIX Papa, Febrero 11  

Gregorio II, Santo

LXXXIX Papa

Martirologio Romano: En Roma, en la basílica de San Pedro, sepultura de san Gregorio II, papa, que en los tiempos difíciles bajo el emperador León el Isáurico trabajó en defensa de la Iglesia y del culto de las sagradas imágenes, y envió a san Bonifacio a predicar el Evangelio en tierras de Germania (731).

Etimología: Gregorio = Aquel que esta siempre preparado, es de origen griego.

Los historiadores le llaman el mejor Papa del siglo VIII, y en él se advierte muy bien la paradoja de los pontífices -constructores de puentes, según la etimollogía- que resume de modo espectacular la de todo cristiano obligando a la dualidad de atender a las cosas de este mundo y de no vivir más que para Dios.

Gregorio era romano de nacimiento y ya prestó grandes servicios a la Iglesia bajo los pontificados de Sergio I y Constantino I; a este último le acompañó en un viaje a Oriente como asesor, contribuyendo a resolver de manera pacífica -y desgraciadamente, también provisional- una enconada controversia.

Desde el 715, cuando fue elegido Papa, se desvive por una parte en la doble labor de defensa y de conquista espiritual: reconstruir monasterios como Montecasino, cuna de la orden benedictina, y consolidar las murallas de Roma, pero pensando también en pueblos paganos a los que había que llevar el Evangelio (él fue quien mandó a san Bonifacio a la Germania).

Bifronte tuvo que ser así mismo su actitud política: por el norte los lombardos amenazaban con engullir el papado, por el sur los bizantinos aumentaban sus exigencias, y con el emperador León Isáurico, que favorecía a los iconoclastas, el reto adquiría especial gravedad.

San Gregorio tuvo que jugar arriesgadamente a dos tableros, el humano y el divino, el de la fe y el de la diplomacia, conteniendo a la vez a los bárbaros y a los archicivilizados bizantinos. No sólo Roma o Italia, el orbe entero, la plenitud de la fe y toda la política del mundo pesaban sobre sus hombros, como sobre los de cualquier Papa, cruzando el puente del tiempo hacia la orilla de la eternidad.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Soteris, Santa Virgen y Mártir, Febrero 11  

Soteris, Santa

Virgen y Mártir

Martirologio Romano: En Roma, en la vía Apia, en el cementerio que lleva su nombre, santa Soteris, virgen y mártir, que, como relata san Ambrosio, renunciando por causa de la fe a la nobleza y a los honores de su familia, no se prestó a inmolar a los ídolos, ni se dejó vencer por las injurias humillantes, ni temió morir herida por una espada (c. 304).

San Ambrosio reconoce orgullosamente a esta santa como la honra mayor de su familia.

Soteris descendía de una larga línea de cónsules y prefectos, pero su gloria principal radica en el desprecio que, por amor a Cristo, sintió por su noble cuna, sus riquezas, su gran belleza y todo lo que el mundo considera tan valioso.

Desde muy joven consagró su virginidad a Dios y para evitar los peligros a que estaba expuesta, se negó resueltamente a portar cualquier ropaje o adorno que hiciera resallar su belleza. Su virtud la preparó para confesar la firmeza de su fe, cuando se inició la persecución de Diocleciano y Maximiano contra los cristianos y ella fue obligada a comparecer ante los magistrados.

Por orden del juez la abofetearon y Soteris dio gracias al cielo por verse maltratada en la misma forma que su Salvador. Aunque el juez mandó que la torturaran cruelmente, no consiguió que la santa exhalara un gemido o derramara una lágrima.

Al fin, vencido por su constancia, ordenó que fuera decapitada. Debemos admitir que no sabemos claramente si lodo esto sucedió a un mismo tiempo o en varias etapas. Puede ser que Santa Soteris haya sido aprehendida y torturada cuando era una jovencita durante la persecución de Decio y que cincuenta años después, bajo Diocleciano, alcanzara la corona del martirio, al morir decapitada por su fe.

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Fuente: Martirologio Romano
Otros Santos y Beatos Completando el santoral de este día, Febrero 11  

Otros Santos y Beatos

Santos Mártires de Numidia, mártires
Conmemoración de los numerosos santos mártires, que durante la persecución bajo Diocleciano fueron apresados en Numidia y, no queriendo entregar las Sagradas Escrituras conforme al edicto del emperador, fueron víctimas de crueles suplicios (s. IV in.).

San Castrense, mártir
En Castel Volturno, en la Campania, san Castrense, mártir (s. inc.).

San Secundino, obispo
En Apulia, san Secundino, obispo (s. V/VI).

San Severino, abad
En Chateâu-Laudon, en la Galia, san Severino, abad del monasterio de Agaune (s. VI).

San Ardano, abad
En Borgoña, san Ardano, abad de Tournus (1066).

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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