lunes, 18 de febrero de 2013

Martes por los ángeles custodios. 19/02/2013. San Beato ¡ruega por nosotros!

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 6, 7-15

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: 
"Cuando ustedes recen, no hablen mucho como hacen los paganos, creyendo que Dios va a escuchar todo lo que hablaron. No sean como ellos, pues su Padre ya sabe lo que ustedes necesitan antes de que se lo pidan. Ustedes recen así: 
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga tu Reino; hágase tu
voluntad en la tierra como en el cielo; danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras 
ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal.
Porque si ustedes perdonan a los demás sus culpas, también a ustedes los perdonará su Padre celestial. Pero si no perdonan a los demás, tampoco su Padre les perdonará sus culpas".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354

Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=272692

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

Misal

 

mar 1a. Sem cuaresma

Antífona de Entrada

Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación. Desde siempre y por siempre tú eres Dios.

Oración Colecta

Oremos:
Mira, Señor, con misericordia a tu pueblo que en estos días de Cuaresma usa con moderación de los bienes del cuerpo y aviva en su espíritu el deseo de poseerte. 
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

Primera Lectura

Mi palabra hará mi voluntad

Lectura del libro del profeta Isaías  55,10-11

Esto dice el Señor:
"Como la lluvia y la nieve caen del cielo, y sólo regresan allí después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, para que dé semilla al que siembra y pan al que come, así será la palabra que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que cumplirá mi voluntad y llevará a cabo mi encargo".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Sal 33, 4-5.6-7.16-17.18-19

El Señor libra al justo de todas sus angustias.

Engrandezcan conmigo al Señor, ensalcemos juntos su nombre. Busqué al Señor y él me respondió; me libró de todos mis temores.
El Señor libra al justo de todas sus angustias.

Miren hacia él: quedarán radiantes y la vergüenza no cubrirá sus rostros. Cuando el humilde invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de todas sus angustias.
El Señor libra al justo de todas sus angustias.

Los ojos del Señor está atentos a los justos, sus oídos, a sus gritos de auxilio; pero el Señor se enfrenta con los malhechores, para borrar de la tierra su recuerdo.
El Señor libra al justo de todas sus angustias.

Cuando uno grita, el Señor lo escucha y lo libra de todas sus angustias. El Señor está cerca de los que sufren y salva a los que están desconsolados.
El Señor libra al justo de todas sus angustias.

Aclamación antes del Evangelio

Honor y gloria a ti, Señor Jesús. 
No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. 
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Evangelio

Ustedes recen así

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 6, 7-15

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: 
"Cuando ustedes recen, no hablen mucho como hacen los paganos, creyendo que Dios va a escuchar todo lo que hablaron. No sean como ellos, pues su Padre ya sabe lo que ustedes necesitan antes de que se lo pidan. Ustedes recen así: 
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga tu Reino; hágase tu
voluntad en la tierra como en el cielo; danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras 
ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal.
Porque si ustedes perdonan a los demás sus culpas, también a ustedes los perdonará su Padre celestial. Pero si no perdonan a los demás, tampoco su Padre les perdonará sus culpas".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor y creador todopoderoso, los dones que hemos recibido de tu generosidad y convierte en sacramento de vida eterna el pan y el vino que nos has dado para nuestra vida cotidiana.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Prefacio

El camino del éxodo en el desierto cuaresmal

En verdad es justo bendecir tu nombre, Padre rico en misericordia, ahora que, en nuestro camino hacia la luz
pascual, seguimos los pasos de Cristo, maestro y modelo de la humanidad reconciliada en el amor.
Tú abres a la Iglesia el camino de un nuevo éxodo a través del desierto cuaresmal, para que, llegados a la montaña santa, con el corazón contrito y humillado, reavivemos nuestra vocación de pueblo de la alianza convocado para bendecir tu nombre, escuchar tu Palabra, y experimentar con gozo tus maravillas.
Por estos signos de salvación, unidos a los ángeles, ministros de tu gloria, proclamamos el canto de tu alabanza:

Antífona de la Comunión

Escúchame cuando te invoco, Dios, defensor mío; tú que en la angustia me consolaste, ten piedad de mí y escucha mi oración.

Oración después de la Comunión

Oremos:
Que está Eucaristía nos ayude, Señor, a moderar las pasiones y los deseos terrenos y a buscar tu justicia y tu Reino.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

 

Cuaresma. 1ª semana. Martes

LA AYUDA DE LOS ÁNGELES CUSTODIOS

— Existencia de los ángeles custodios. Devoción de los primeros cristianos.

— Ayudas que pueden prestarnos.

— Amistad y devoción a los ángeles custodios.

I. San Mateo termina la narración de las tentaciones de Nuestro Señor con este versículo: Entonces lo dejó el diablo, y los ángeles vinieron y le servían1.

"Contemplemos un poco esta intervención de los ángeles en la vida de Jesús, porque así entenderemos mejor su papel –la misión angélica– en toda vida humana. La tradición cristiana describe a los Ángeles Custodios como a unos grandes amigos, puestos por Dios al lado de cada hombre, para que le acompañen en sus caminos. Y por eso nos invita a tratarlos, a acudir a ellos.

"La Iglesia, al hacernos meditar estos pasajes de la vida de Cristo, nos recuerda que, en el tiempo de Cuaresma, en el que nos reconocemos pecadores, llenos de miserias, necesitados de purificación, también cabe la alegría. Porque la Cuaresma es simultáneamente tiempo de fortaleza y de gozo: hemos de llenarnos de aliento ya que la gracia del Señor no nos faltará, porque Dios estará a nuestro lado y enviará a sus Ángeles, para que sean nuestros compañeros de viaje, nuestros prudentes consejeros a lo largo del camino, nuestros colaboradores en todas nuestras empresas"2.

"La Sagrada Escritura y la Tradición llaman propiamente ángeles a aquellos espíritus puros que en la prueba fundamental de libertad han elegido a Dios, su gloria y su reino"3. A ellos les está encomendada la tutela de los hombres. ¿Por ventura –se lee en la Epístola a los Hebreos– no son todos ellos unos espíritus que hacen el oficio de servidores o ministros en favor de aquellos que deben ser los herederos de la salud?4.

Es doctrina común que todos y cada uno de los hombres, bautizados o no, tienen su Ángel Custodio. Su misión comienza en el momento de la concepción del hombre y se prolonga hasta el momento de su muerte. San Juan Crisóstomo afirma que todos los ángeles custodios concurrirán al juicio universal para "dar testimonio ellos mismos del ministerio que ejercieron por orden de Dios para la salvación de cada hombre"5.

En los Hechos de los Apóstoles encontramos numerosos pasajes en que se manifiesta la intervención de estos santos ángeles, y también la confianza con que eran tratados por los primeros cristianos6.

Esta veneración y confianza en los ángeles por parte de nuestros primeros hermanos en la fe, se pone especialmente de relieve en la liberación de San Pedro de la cárcel: Un ángel del Señor se presentó en el calabozo de Pedro, que quedó iluminado; y golpeando a Pedro en el costado, le despertó diciendo: "Levántate pronto"; y se cayeron las cadenas de sus manos. El ángel añadió: "Cíñete y cálzate las sandalias". Hízolo así. Y agregó: "Envuélvete en tu manto y sígueme"7.

Y Pedro, libre ya, se encaminó a casa de María, madre de Marcos, donde muchos estaban congregados en oración.

Golpeó la puerta del vestíbulo y salió una sierva llamada Rode, que, luego que conoció la voz de Pedro, fuera de sí de alegría, sin abrir la puerta, corrió a anunciar que Pedro estaba en el vestíbulo. Ellos dijeron: "Estás loca". Insistía ella en que era así: y entonces dijeron: "será su ángel"8. Este relato nos muestra el gran cariño que sentían por Pedro y la naturalidad de la fe en los ángeles custodios que tenían los primeros fieles. "Mira con qué confianza trataban a sus Custodios los primeros cristianos.

"—¿Y tú?"9.

Nosotros hemos de tratarles también con naturalidad y confianza, y nos asombraremos muchas veces del auxilio que nos prestan, para vencer en las luchas contra el maligno. "Estamos bien ayudados por los ángeles buenos, mensajeros del amor de Dios, a los cuales, enseñados por la tradición de la Iglesia, dirigimos nuestra oración: "Ángel de Dios, que eres mi custodio, ilumíname, custódiame, rígeme y gobiérname, ya que he sido confiado a tu piedad celeste. Amén""10.

II. "... Y los ángeles vinieron y le servían". Los ángeles custodios tienen la misión de ayudar a cada hombre a alcanzar su fin sobrenatural. Yo mandaré a un ángel delante de ti -dice el Señor a Moisés- para que te defienda en el camino y te haga llegar al lugar que te he dispuesto11. Y el Catecismo Romano comenta: "Porque así como los padres, cuando los hijos precisan viajar por caminos malos y peligrosos, hacen que les acompañen personas que les cuiden y defiendan de los peligros, de igual manera nuestro celestial Padre, en este viaje que emprendemos para la celeste Patria, a cada uno de nosotros nos da ángeles para que, fortificados con su poder y auxilio, nos libremos de los lazos furtivamente preparados por nuestros enemigos y rechacemos las terribles acometidas que nos hacen; y para que con tales guías sigamos por el camino recto, sin que ningún error interpuesto por el enemigo sea capaz de separarnos del camino que conduce al cielo"12.

Misión de los ángeles custodios, por tanto, es auxiliar al hombre contra todas las tentaciones y peligros, y traer a su corazón buenas inspiraciones. Son nuestros intercesores, nuestros custodios, y nos prestan su ayuda cuando los invocamos. "Los Santos interceden por los hombres, mientras los Ángeles Custodios no solo ruegan por los hombres, sino que actúan alrededor de ellos. Si por parte de los bienaventurados se da una intercesión, por parte de los ángeles hay una intercesión y una intervención directa: son al mismo tiempo abogados de los hombres cerca de Dios y ministros de Dios cerca de los hombres"13.

El Ángel Custodio nos puede prestar también ayudas materiales, si son convenientes para nuestro fin sobrenatural o para el de los demás. No tengamos reparos en pedirle su favor en las pequeñas cosas materiales que necesitamos cada día: encontrar aparcamiento para el coche, no perder el autobús, ayuda en un examen que hemos estudiado, etc. Especialmente pueden colaborar con nosotros en el apostolado, en la lucha contra las tentaciones y contra el demonio, y en la oración. "Los ángeles, además de llevar a Dios nuestras noticias, traen los auxilios de Dios a nuestras almas y las apacientan como buenos pastores, con comunicaciones dulces e inspiraciones divinas. Los ángeles nos defienden de los lobos, que son los demonios, y nos amparan"14.

Al Ángel Custodio hemos de tratarle como a un entrañable amigo. Él está siempre en vela, constantemente dispuesto a prestarnos su concurso, si se lo pedimos. Es una gran pena cuando, por olvido, por tibieza o por ignorancia, no nos sentimos acompañados por tan fiel compañero, o no le pedimos ayuda en tantas ocasiones en que la necesitamos. Nunca estamos solos en la tentación o en la dificultad, nuestro Ángel nos asiste; estará a nuestro lado hasta el mismo momento en que abandonemos este mundo.

Al final de la vida, el Ángel Custodio nos acompañará ante el tribunal de Dios, como manifiesta la liturgia de la Iglesia en las oraciones para la recomendación del alma en el momento de la muerte.

III. "Ten confianza con tu Ángel Custodio. —Trátalo como un entrañable amigo –lo es– y él sabrá hacerte mil servicios en los asuntos ordinarios de cada día"15.

Para que el Ángel Custodio nos preste su ayuda es necesario darle a conocer, de alguna manera, nuestras intenciones y nuestros deseos. A pesar de la gran perfección de su naturaleza, los ángeles no tienen el poder de Dios ni su sabiduría infinita, de modo que no pueden leer el interior de las conciencias. Basta con que le hablemos mentalmente para que nos entienda, e incluso para que llegue a deducir de nuestro interior más de lo que nosotros mismos somos capaces de expresar. Por eso es tan importante tener un trato de amistad con el Ángel de la Guarda.

Además de nuestra amistad, al Ángel Custodio le debemos veneración, como a quien está siempre en la presencia de Dios, contemplándole cara a cara, y, a la vez, junto a nosotros.

La devoción a nuestro Ángel Custodio será una eficaz ayuda en nuestras relaciones con Dios en el trabajo, en el trato con las personas que nos rodean, en los pequeños y en los grandes conflictos que se pueden presentar a lo largo de nuestros días. En este tiempo de Cuaresma podemos tener especialmente presente, y nos debe conmover, la escena en el Huerto de Getsemaní, en que la Humanidad Santísima del Señor es confortada por un Ángel del Cielo.

"Hay que saber tratar a los Ángeles. Acudir a ellos ahora, decir a tu Ángel Custodio que estas aguas sobrenaturales de la Cuaresma no han resbalado sobre tu alma, sino que han penetrado hasta lo hondo, porque tienes el corazón contrito. Pídeles que lleven al Señor esa buena voluntad, que la gracia ha hecho germinar de nuestra miseria, como un lirio nacido en el estercolero. Sancti Angeli, Custodes nostri: defendite nos in proelio, ut non pereamus in tremendo iudicio. Santos Ángeles Custodios: defendednos en la batalla, para que no perezcamos en el tremendo juicio"16. A la Virgen, Regina Angelorum, le rogamos que nos enseñe a tratar a los Ángeles, particularmente en esta Cuaresma.

1 Mt 4, 11. — 2 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 63 — 3 Juan Pablo II, Audiencia general, 6-VIII-1986. — 4 Heb 1, 14. — 5 San Juan Crisóstomo, en Catena Aurea, vol. III, p. 238. — 6 Cfr. Hech 5, 19-20; 8, 26; 10, 3-6. — 7 Hech 12, 7-11. — 8 Hech 12, 13-17. — 9 Cfr. San Josemaría Escrivá, Camino, n. 570. — 10 Juan Pablo II, Audiencia general, 20-VIII-1986. — 11 Ex 23, 20. — 12 Catecismo Romano, p. 4, cap. IX, n. 4. — 13 G. Huber, Mi ángel marchará delante de ti, Ed. Palabra, Madrid 1980, 6ª ed., p. 43. — 14 San Juan de la Cruz, Cántico espiritual, 2, 3. — 15 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 562. — 16 ídem, Es Cristo que pasa, 63.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

Conrado de Piacenza Confalonieri, Santo Eremita Franciscano, Febrero 19  

Conrado de Piacenza Confalonieri, Santo

Eremita

Martirologio Romano: En Neto, en Sicilia, san Conrado de Piacenza Confalonieri, eremita de la Tercera Orden de San Francisco, que, abandonando los placeres seculares, perseveró durante más de cuarenta años en una vida austera de oración y penitencia (1351).

Los ecólogos probablemente no tienen ninguna simpatía por este santo, pues durante una cacería no dudó en quemar el bosque con tal de hacer salir las liebres y los faisanes.

Para aplacar la ira de los colonos que vieron destruidas sus cosechas y sus casas por el voraz incendio, el gobernador de Piacenza, Galeazzo Visconti, hizo condenar a muerte al primero que cayó en sus manes y cuya única culpa era la de haberse encontrado en el monte durante el incendio.

El verdadero culpable era Conrado Confalonieri que había nacido en Piacenza en l290; estaba casado y su profesión era la de soldado de aventura.

Era fundamentalmente un hombre de bien, y por eso no dudó en entregarse, cuando supo que un inocente iba a pagar con la vida su acto de ligereza. Después de haber confesado su culpa, manifestó que estaba dispuesto a pagar los daños. Y así lo hizo, aunque quedó en extrema pobreza.

Como los caminos del Señor son infinitos, el pirómano cazador, actitud muy poco franciscana, entró arrepentido y en paz a la Tercera Orden franciscana de Calendasco en 1315, después de haberse separado de común acuerdo de su esposa, Eufrosina, que, siguiendo el ejemplo del marido, entró al monasterio franciscano de Piacenza.
Dentro del sayo franciscano palpitaba todavía el corazón del errante hombre de armas.

Después de varios años de piadosa peregrinación de un santuario a otro, fray Conrado fijó su residencia en un pueblito llamado Noto, más abajo de Siracusa, en un lugar apartado. Pero la fama de su santidad lo seguía como la sombra, y al ver que las demasiadas visitas le quitaban el tiempo para la oración, se retiró de allí y fue a vivir en una gruta apartada que después la gente bautizó con el nombre de "gruta de San Conrado". Allí murió el 19 de febrero de 1351.

La Orden franciscana venera a este ilustre miembro seglar de su familia y celebra su memoria el 19 de febrero, desde que Urbano VIII, por decreto del 12 de septiembre de 1625, concedió a la Orden celebrar misa y oficio del santo eremita.

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Fuente: Parroquiabeatoalvaro.org
Álvaro de Zamora de Córdoba, Beato Predicador Dominico, Febrero 19  

Álvaro de Zamora de Córdoba, Beato

Predicador Dominico

Martirologio Romano: En Córdoba, en la región española de Andalucía, conmemoración del beato Álvaro de Zamora, presbítero de la Orden de Predicadores, que se hizo célebre por su modo de predicar y contemplar la Pasión del Señor (c. 1430).

Etimológicamente Álvaro = Aquel que es el defensor de todos, es de origen germánico.

Álvaro de Córdoba, el beato, nació a mediados del siglo XIV, en Zamora (1360?) y murió en Córdoba el año 1430. Perteneció a la noble familia Cardona.

Entró en el convento dominico de S. Pedro en Córdoba, en el año 1368. Fue un famoso y ardiente predicador, y con su ejemplo y sus obras, contribuyó a la reforma de la Orden, iniciada por el Beato Raimundo de Capua y sus discípulos.

Después de volver de una peregrinación a Tierra Santa, quedó impactado en el corazón por el doloroso Camino del Calvario, recorrido por nuestro Salvador.

Deseoso de vivir una existencia en soledad y perfección, donde poder templar el espíritu para un apostolado más provechoso, con el favor del rey D. Juan II de Castilla, del que era su confesor, pudo fundar a tres millas de Córdoba el famoso y observante convento de Sto. Domingo Escalaceli (Escalera del Cielo), donde había varios oratorios que reproducían la "vía dolorosa", por él venerada en Jerusalén. Esta sagrada representación fue imitada en otros conventos, dando origen a la devoción tan bella del "Vía Crucis", apreciadísima en la piedad cristiana.

De noche, se retiraba a una gruta distante del convento donde, a imitación de su Sto. Padre Domingo, oraba y se flagelaba. Con el tiempo, ésta se convirtió en meta de peregrinaciones para los fieles. Poseía el don de profecía y obró milagros.

Murió el 19 de febrero de 1430 y fue sepultado en su convento. El Papa Benedicto XIV, aprobó su culto el 22 de septiembre de 1741

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Fuente: Servitascadiz.com
Isabel Picenardi, Beata Virgen Servita, Febrero 19  

Isabel Picenardi, Beata

Virgen Servita

Martirologio Romano: En Mantua, en Lombardía, beata Isabel Picenardi, virgen, la cual, habiendo revestido el hábito de la Orden de los Siervos de María, se consagró a Dios en su casa paterna, recibiendo frecuentemente la comunión eucarística, dedicándose a la celebración de la Liturgia de las Horas, a la meditación de las Sagradas Escrituras y a la devoción a la Santísima Virgen (1468).

Etimologicamente: Isabel = Aquella a quien Dios da la salud, es de origen hebreo.

Isabel, hija de Leonardo Picenardi y de Paula de Nuvaloni, nació probablemente en Cremona hacia el año 1428. Poco después de su nacimiento, su padre se fue a vivir con toda la familia a Mantua para desempeñar el cargo de administrador del Marqués de Gonzaga. Isabel se educó en esta ciudad y vivió cerca de la Iglesia de san Bernabé, que entonces era regida por los Siervos de María de la Congregación de la Observancia, lo que fue motivo de un trato frecuente con los frailes de nuestra Orden; esta circunstancia no dejaría d influir en la formación espiritual de la joven Isabel.

Su padre quiso darla en matrimonio a alguno de los principales de la ciudad, pero ella deseando a toda costa guardar su virginidad, rehusó con firmeza el matrimonio y a la edad de veintiún años se consagró a Dios y vistió el hábito de las "Manteletas". Primero vivió en la casa paterna a la manera de una religiosa; luego, al morir su padre, se fue a vivir con su hermana Ursina, casada con el aristócrata Bartolomé de Gorno. Allí, en una habitación apartada, pasó el resto de su vida, no lejos de la iglesia de los Siervos.

Las virtudes más destacadas de la beata Isabel fueron el amor a la Virgen, la castidad, la fervorosa penitencia, el espíritu de oración, el amor a la Eucaristía.

Se dedicó con tanto fervor a la Madre de Cristo que, a imitación suya, quiso guardar perpetua virginidad. Cultivó con tanta delicadeza la castidad que, en los últimos instantes de su vida, daba rendidas gracias a Dios y a la santísima Virgen porque moría conservando intacta la flor de la virginidad.

A pesar de las diversas enfermedades que padecía, mortificaba severamente su cuerpo, llevando en todo tiempo un cilicio y un cinturón de hierro.

En penitencia y oración aguardaba a Cristo, su Esposo, Cubría de alabanzas al Señor e intercedía por la salvación de los hombres recitando el oficio divino "según el rito de la Curia romana" difundido por los frailes mendicantes.

Contra la costumbre de su tiempo, recibía con frecuencia el pan eucarístico de manos de fray Bernabé de Mantua. Al final de su vida acudía diariamente al sacramento de la Penitencia.

Esparcida la fama de su santidad, la gente acudía a ella para consultarla, pues la consideraba un oráculo divino; y dado que muchas veces alcanzó para sus conciudadanos los favores celestiales por intercesión de nuestra Señora, recibió el apelativo de "confidente de la Madre de Dios".

Muchas doncellas siguieron su admirable ejemplo y formaron una fraternidad regular de la Tercera Orden. Un año antes de morir quedó patente el sincero amor que prodigaba a nuestra Orden pues, además de otros detalles, legaba a los frailes del convento de san Bernabé el breviario con el cual cantaba las alabanzas divinas y una suma de trescientos ducados. Antes de ir al encuentro del Señor, en el instante en que arreciaban los cólicos – narra el autor de la "Leyenda", fue confortada con la presencia visible de Jesús y de su misericordiosa Madre y de una dulce melodía celestial. Murió el 19 de febrero de 1468.

Su cuerpo fue venerado y custodiado en un sepulcro de la iglesia del convento de san Bernabé; luego, al desaparecer éste, fue trasladado al pueblo de "Tor de' Picenardi", en a provincia de Cremona. El papa Pío VII en el año 1804 concedió a toda la Orden la facultad de celebrar la Misa y el Oficio propios de la Beata.

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Fuente: Martirologio Romano
Otros Santos y Beatos Completando santoral de este día, Febrero 19  

Otros Santos y Beatos

San Quodvultdeus, obispo y mártir
En Nápoles, en la Campania, sepultura de san Quodvultdeus, obispo de Cartago, que fue desterrado junto con su clero por el rey arriano Genserico, y abandonados en el mar, en naves viejas y sin remos ni velas, contra toda esperanza llegaron a Nápoles, dónde murió como confesor de la fe (439).

Santos Monjes y monjas de Palestina, mártires
Conmemoración de los santos monjes y demás mártires que, en Palestina y por su fe cristiana, fueron víctimas de crueles tormentos por parte de los sarracenos acaudillados por Alamondir (507).

San Mansueto, obispo
En Milán, de Lombardía, san Mansueto, obispo, que luchó firmemente contra la herejía de los monoteletas (c. 680).

San Barbado, obispo
Cerca de Benevento, en la Campania, san Barbado, obispo, del que se cuenta que convirtió a los longobardos junto con su caudillo (682).

San Jorge, monje
En el monasterio de Vabres, en la región de Rodez, en Aquitania, san Jorge, monje (c. 877).

San Proclo, monje
En Bisignano, cerca Cosenza, en Calabria, san Proclo, monje, que, muy bien formado doctrinalmente, fue heraldo de la vida monástica (c. 970).

San Bonifacio, obispo
En el monasterio de Camera, cerca de Bruselas, en Brabante, sepultura de san Bonifacio, que fue obispo de Lausana, abrazando después la vida ascética junto a la casa de las monjas cistercienses del lugar (1260).

Santa Lucía Yi Zhenmei, virgen y mártir
En la aldea de Kaiyang, cerca de Mianyang, en la provincia china de Sichuan, santa Lucía Yi Zhenmei, virgen y mártir, que fue condenada a ser degollada por confesar su fe católica (1862).

Beato José Zaplata, religioso y mártir
En el campo de concentración de Dachau, cercano a Munich, de Baviera, de Alemania, beato José Zaplata, religioso de la Congregación del Sagrado Corazón de Jesús y mártir, que, condenado a un atroz encarcelamiento por razón de su fe, enfermó gravemente y consumó su martirio (1945).

San Beato, monje y presbítero
En la región cántabra de Liébana, en Hispania, san Beato, presbítero y monje del monasterio de San Martín de Turieno, que defendió la fe contra la herejía adopcionista y escribió un célebre Comentario sobre el Apocalipsis (c. 802).

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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