JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos 6, 53-56
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos terminaron la travesía del lago, y tocaron tierra en Genesaret. Pero al
desembarcar algunos lo reconocieron. Recorrieron toda aquella región y comenzaron a traer a los enfermos en camillas adonde oían decir que se encontraba Jesús. Cuando llegaba a cualquier ciudad, pueblo o aldea, colocaban en la plaza a los enfermos y le pedían que les dejara tocar siquiera el borde de su manto; y todos los que lo tocaban quedaban sanos.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=272692
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
lun 5a. Ordinario año impar
Antífona de Entrada
Adoremos a Dios en su santo templo; él nos hace habitar juntos en su casa; él es el poder y la fuerza de su pueblo.
Oración Colecta
Oremos:
Padre santo todopoderoso, protector de los que en ti confían; ten misericordia de nosotros y enséñanos a usar con sabiduría de los bienes de la tierra, a fin de que no nos impidan alcanzar los del cielo.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Dios dijo y así fue
Lectura del libro del Génesis 1, 1-19
Al principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra era una soledad caótica y las tinieblas cubrían el abismo, mientras el espíritu de Dios aleteaba sobre las aguas.
Y dijo Dios:
"Que exista la luz".
Y la luz existió. Vio Dios que la luz era buena y la separó de las tinieblas. A la luz la llamó día y a las tinieblas noche.
Pasó una tarde, pasó una mañana: el día primero.
Y dijo Dios:
"Que haya un firmamento entre las aguas para separar unas aguas de otras".
Y así fue. Hizo Dios el firmamento y separó las aguas que hay debajo, de las que hay encima de él. Al firmamento Dios lo llamó cielo.
Pasó una tarde, pasó una mañana: el día segundo.
Y dijo Dios:
"Que las aguas que están bajo los cielos se reúnan en un solo lugar, y aparezca lo seco".
Y así fue. A lo seco lo llamó Dios tierra y a la acumulación de las aguas la llamó mares. Y vio Dios que era bueno.
Y dijo Dios:
"Produzca la tierra vegetación: plantas con semilla y árboles frutales que den en la tierra frutos con semilla de su especie".
Y así fue. Brotó de la tierra vegetación: plantas con semilla de su especie y árboles frutales que dan fruto con semilla de su especie. Y vio Dios que era bueno.
Pasó una tarde, pasó una mañana: el día tercero.
Y dijo Dios:
"Que haya lumbreras en el firmamento celeste para separar el día de la noche, y sirvan de señales
para distinguir las estaciones, los días y los años; que brillen en el firmamento para iluminar la tierra.
Y así fue. Hizo Dios dos lumbreras grandes, la mayor para regir el día y la menor para regir la
noche, y también las estrellas; y las puso en el firmamento para iluminar la tierra, para regir el día y la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno.
Pasó una tarde, pasó una mañana: el día cuarto.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Sal 103, 1-2a.5-6.10.12.24 y 35c
Bendice al Señor, alma mía.
Bendice al Señor, alma mía: ¡Señor, Dios mío, qué grande eres! Vestido de majestad y de esplendor, envuelto en tu manto de luz.
Bendice al Señor, alma mía.
Afirmaste la tierra sobre sus cimientos y permanecerá inconmovible para siempre; le pusiste el océano como vestido y las aguas cubrían las montañas.
Bendice al Señor, alma mía.
De los manantiales sacas los ríos, que corren entre las montañas; en sus riberas anidan las aves del cielo, que dejan oír su canto entre las ramas.
Bendice al Señor, alma mía.
¡Cuántas son tus obras, Señor! Todas las hiciste con sabiduría, la tierra está llena de tus criaturas.
Bendice al Señor, alma mía.
Bendice al Señor, alma mía.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Jesús proclamaba el Evangelio del Reino y curaba a la gente de toda enfermedad.
Aleluya.
Evangelio
Cuantos lo tocaban quedaban curados
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos 6, 53-56
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos terminaron la travesía del lago, y tocaron tierra en Genesaret. Pero al
desembarcar algunos lo reconocieron. Recorrieron toda aquella región y comenzaron a traer a los enfermos en camillas adonde oían decir que se encontraba Jesús. Cuando llegaba a cualquier ciudad, pueblo o aldea, colocaban en la plaza a los enfermos y le pedían que les dejara tocar siquiera el borde de su manto; y todos los que lo tocaban quedaban sanos.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, estos dones que tu generosidad ha puesto en nuestras manos y concédenos que nos santifiquen y nos conduzcan a la felicidad eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Proclamación del misterio de Cristo
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Cuya muerte celebramos unidos en caridad, cuya resurrección proclamamos con viva fe, y cuyo advenimiento glorioso aguardamos con firmísima esperanza.
Por eso,
con todo los ángeles y santos, te aclamamos proclamando sin cesar:
[Misa]
Antífona de la Comunión
Los justos se alegran, gozan en la presencia de Dios rebosando de alegría.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Que esta eucaristía, memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, Señor, nos ayude
a corresponder al don inefable de su amor y a procurar cada día nuestra salvación eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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Dia 11/02 Nuestra Señora de Lourdes (virgen, blanco)
Antífona de Entrada
¡Salve, Madre santa, Virgen, Madre del Rey, que gobierna cielo y tierra por los siglos de los siglos!
Oración Colecta
Oremos:
Dios de misericordia, remedia con el amparo del cielo nuestro desvalimiento, para que, cuantos celebramos la memoria de la inmaculada Virgen María, Madre de Dios, podamos, por su intercesión, vernos libres de nuestros pecados.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Yo haré correr la paz sobre ella como un río
Lectura del libro del profeta Isaías 66, 10-14
Alégrense con Jerusalén, gocen con ella todos los que la aman, alégrense de su alegría todos los que por ella llevaron luto, para que se alimenten de sus pechos, se llenen de sus consuelos y se deleiten con la abundancia de su gloria. Porque dice el Señor:
"Yo haré correr la paz sobre ella como un río y la gloria de las naciones como un torrente desbordado. Como niños serán llevados en el regazo y acariciados sobre sus rodillas; como un hijo a quien su madre consuela, así los consolaré yo. En Jerusalén serán ustedes consolados. Al ver esto se alegrará su corazón y sus huesos florecerán como un prado. Y los siervos del Señor conocerán su poder".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Judit 13
Tú eres el orgullo de nuestra raza.
El Señor te ha bendecido, hija nuestra, más que a todas las mujeres de la tierra. Bendito el Señor, creador de cielo y tierra.
Tú eres el orgullo de nuestra raza.
El Señor ha glorificado hoy tu nombre: por eso, los que en adelante guarden memoria de esta obra poderosa de Dios, conserven tu esperanza en el corazón.
Tú eres el orgullo de nuestra raza.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Dichosa la Virgen María, y muy digna de alabanza: de ti ha salido el sol de justicia, Cristo nuestro Señor.
Aleluya.
Evangelio
La madre de Jesús estaba allí
Lectura del santo Evangelio según san Juan 2, 1-11
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo había una boda en Caná de Galilea y la madre de Jesús estaba allí; Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. Faltó el vino y la madre de Jesús dijo:
"No les queda vino".
Jesús le contestó:
"Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora".
Su madre dijo a los sirvientes:
"Hagan lo que él diga".
Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una. Jesús les dijo:
"Llenen las tinajas de agua".
Y las llenaron hasta arriba. Entonces les mandó:
"Sáquenla ahora y llévensela al mayordomo".
Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí sabían, pues habían sacado el agua); entonces llamo al novio y le dijo:
"Todo el mundo pone primero el vino bueno, y cuando ya están bebidos, el peor; tú en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora".
Así, en Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria y creció la fe de sus discípulos en él.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
El amor y la gracia de tu Hijo, hecho humano por nosotros, sea nuestro socorro, Señor; y el que al nacer de la Virgen no menoscabó la integridad de su Madre, sino que la santificó, nos libre del peso de nuestros pecados y vuelva así aceptable nuestras ofrendas delante de tus ojos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
María, modelo de la Iglesia
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno. Y alabarte en esta memoria de la Virgen María.
Porque al aceptar ella a tu Unigénito en su corazón inmaculado, mereció concebirlo en su seno virginal y, al dar a luz a Cristo, preparó el nacimiento de la Iglesia.
Por él, los ángeles
y los arcángeles y todos los coros celestiales, celebran tu gloria unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza:
[Misa]
Antífona de la Comunión
Dichoso el vientre de María, la Virgen, que llevó al Hijo del Eterno Padre.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Al recibir estos sacramentos, Señor, imploramos de tu misericordia que cuantos nos gozamos en la conmemoración de María, siempre Virgen, nos entreguemos como ella al servicio de tu plan de salvación sobre la humanidad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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† Meditación diaria
5ª Semana. Lunes
VIVIR EN SOCIEDAD
— Dimensión social del hombre.
— Caridad y solidaridad humana. Consecuencias en la vida de un cristiano.
— Contribución al bien común.
I. La primera página de la Sagrada Escritura nos describe con sencillez y grandiosidad la creación del mundo; y vio Dios que era bueno todo cuanto salía de sus manos1. Después, coronando todo cuanto había hecho, creó al hombre, y lo hizo a su imagen y semejanza2. Y la misma Escritura nos enseña que lo enriqueció de dones y privilegios sobrenaturales, destinándolo a una felicidad inefable y eterna. Nos revela también que de Adán y Eva proceden los demás hombres, y, aunque estos se alejaron de su Creador, Dios no dejó de considerarlos como hijos y los destinó de nuevo a su amistad3. La voluntad divina dispuso que la criatura humana participara en la conservación y propagación del género humano, que poblara la tierra y la sometiera, dominando sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre los ganados y sobre todo cuanto vive y se mueve sobre la tierra4.
El Señor quiso también que las relaciones entre los hombres no se limitaran a un trato de vecindad ocasional y pasajero, sino que constituyeran vínculos más fuertes y duraderos, que vinieran a ser los cimientos de la vida en sociedad. El hombre buscará ayuda para todo aquello que la necesidad y el decoro de la vida exigen, pues la Providencia divina ordenó su naturaleza de tal modo que naciera inclinado a asociarse y unirse a otros, en la sociedad doméstica y en la sociedad civil, que le proporciona lo necesario para la vida5. El Concilio Vaticano II nos recuerda que «el hombre, por su íntima naturaleza, es un ser social, y no puede vivir ni desarrollar sus cualidades sin relacionarse con los demás»6. «La sociedad es un medio natural que el hombre puede y debe usar para obtener su fin»7: es el ámbito ordinario en el que Dios quiere que nos santifiquemos y le sirvamos.
Vivir en sociedad nos facilita los medios materiales y espirituales necesarios para desarrollar la vida humana y la sobrenatural. Esta convivencia es fuente de bienes, pero también de obligaciones en las diversas esferas en las que tiene lugar nuestra existencia: familia, sociedad civil, vecindad, trabajo... Estas obligaciones revisten un carácter moral por la relación del hombre a su último fin, Dios. Su observancia o su incumplimiento nos acerca o nos separa del Señor. Son materia del examen de conciencia.
Dios nos llama a la convivencia, a aportar con sencillez lo que esté en nuestras manos –poco o mucho– para el bien de todos. Examinemos hoy en este rato de oración si vivimos abiertos a los demás, pero particularmente a quienes el Señor ha puesto más cerca de nuestra existencia. Pensemos si estamos de ordinario disponibles, si cumplimos ejemplarmente los deberes familiares y sociales, si pedimos con frecuencia luz al Señor para saber lo que hemos de hacer en cualquier oportunidad y llevarlo a cabo con entereza, con valentía, con espíritu de sacrificio. Preguntémonos muchas veces: ¿qué puedo hacer por los demás?, ¿qué palabras puedo decirles que sean alivio y ayuda? «La vida pasa. Nos cruzamos con la gente en los variadísimos senderos o avenidas del vivir humano. Cuánto queda por hacer... ¿Y por decir? (...). Cierto que primero hay que hacer (cfr. Hech 1, 1); pero luego hay que decir: cada oído, cada corazón, cada mente, tienen su momento, su voz amiga que puede despertarles de su marasmo y de su tristeza.
«Si se ama a Dios, no puede dejar de sentirse el reproche de los días que pasan, de las gentes (a veces tan cercanas) que pasan... sin que nosotros sepamos hacer lo que hacía falta, decir lo que había que decir»8. Pidamos mucho a Jesús, que nos ve y nos oye, no caminar nunca de espaldas e indiferentes a quienes están a nuestro lado por tantas diversas razones: de parentesco, amistad, trabajo, ciudadanía...
II. Esta solidaridad y dependencia mutua de unos hombres con otros, nacida por voluntad divina, fue sanada y fortalecida por Jesucristo al asumir la naturaleza humana en el momento de su Encarnación, y al redimir a todo el género humano en la Cruz. Este es el nuevo título de unidad: haber sido constituidos hijos de Dios y hermanos de los hombres. Así debemos tratar a todo el que encontremos cada día en nuestro caminar. «Tal vez se trate de un hijo de Dios ignorante de su grandeza, acaso en rebeldía contra su Padre. Mas en todos, aun en el más deforme, rebelde o alejado de lo divino, hay un destello de la grandeza de Dios (...). Si sabemos mirar, estamos rodeados de reyes a quienes hemos de ayudar a descubrir las raíces ¡y las exigencias! de su señorío»9.
Además, la noche antes de la Pasión nos dejó el Señor un mandamiento nuevo, para superar, si fuera necesario heroicamente, los agravios, el rencor..., y todo lo que es causa de separación. Este es mi mandamiento: que os améis los unos a los otros, como Yo os he amado10, es decir, sin límites, y sin que nada sirva de excusa para la indiferencia. Así, nuestra vida está llena de poderosas razones para convivir en sociedad, la cual, al ser más cristiana por nuestras obras, se vuelve más humana. No somos los hombres como granos de arena, sueltos y desligados unos de otros, sino que, por el contrario, estamos relacionados mutuamente por vínculos naturales, y los cristianos, además, por vínculos sobrenaturales11.
Parte importante de la moral son los deberes que hacen referencia al bien común de todos los hombres, de la patria en la que vivimos, de la empresa en que trabajamos, de la vecindad de la que formamos parte, de la familia que es objeto de nuestros desvelos, sea cual sea el puesto que en ella ocupemos. No es cristiano, ni humano, considerar estos deberes solo en la medida en que personalmente nos son útiles o nos causan un perjuicio. Dios nos espera en el empeño, según nuestras posibilidades, por mejorar la sociedad y los hombres que la componen.
La dimensión apostólica y fraterna es, por querer divino, tan esencial al hombre que no puede concebirse una orientación a Dios que prescinda de los lazos que unen a cada persona con aquellos con quienes convive o se relaciona. No agradaríamos a Dios si, de algún modo, hay despego de quienes están a nuestro alrededor, si dejamos de ejercitar las virtudes cívicas y sociales. «Hay que reconocer a Cristo, que nos sale al encuentro, en nuestros hermanos los hombres. Ninguna vida humana es una vida aislada, sino que se entrelaza con otras vidas. Ninguna persona es un verso suelto, sino que formamos todos parte de un mismo poema divino, que Dios escribe con el concurso de nuestra libertad»12.
Examinemos hoy, en la oración personal, cómo estamos contribuyendo al bien común de todos, si somos ejemplares en aquello que se relaciona con los deberes sociales y cívicos (cumplimiento de las leyes de tráfico, tributos justos, participación en asociaciones, ejercicio del derecho al voto...), si tenemos en cuenta que necesitamos de los demás y los demás de nosotros, si nos sentimos corresponsables de la conducta moral de los otros, si procuramos superar sin rodeos aquello que puede ser causa de separación, o al menos que no es ayuda para la convivencia.
III. El desarrollo de la sociedad tiene lugar gracias a la contribución de sus miembros, cada uno de los cuales aporta lo que le es propio, aquellos dones que recibió del Señor y que incrementó con su inteligencia, la ayuda de la sociedad y la gracia de Dios. Estos bienes y dones nos fueron dados para el desarrollo de la propia personalidad y para lograr el fin último; pero también para servicio del prójimo. Es más, no podríamos alcanzar el fin personal si no es contribuyendo al bien de todos13.
Por no estar el desarrollo de la sociedad al margen de los planes del Señor, el concurso personal de cada uno al bien común reviste el carácter de una ineludible obligación moral. «La vida social no es para el hombre sobrecarga accidental. Por ello, a través del trato con los demás, de la reciprocidad de servicios, del diálogo con los hermanos, la vida social engrandece al hombre en todas sus cualidades y le capacita para responder a su vocación»14. Unas obligaciones son de estricta justicia en sus diversas formas; otras son exigencias de la caridad, que va más allá de dar a cada uno lo que estrictamente le corresponde. Unas y otras se cumplen cada vez que contribuimos al bien de todos, para que la sociedad en la que vivimos sea cada vez más humana y cristiana, por ejemplo, «ayudando y promoviendo a las instituciones, públicas y privadas, que sirven para mejorar las condiciones de vida del hombre»15: fundaciones, obras de caridad y de formación, de cultura, publicaciones de sana doctrina, etc. Pues «hay quienes profesan amplias y generosas opiniones, pero en realidad viven siempre como si nunca tuvieran cuidado alguno de las necesidades sociales. No solo esto; en varios países son muchos los que menosprecian las leyes y las normas sociales»16, y viven entonces de espaldas a sus hermanos los hombres y de espaldas a Dios.
Pensemos junto al Señor en quienes nos rodean. ¿Contribuyo según mis posibilidades al fomento del bien común: dedicando tiempo a instituciones y obras en bien de la sociedad, colaborando económicamente, apoyando iniciativas en favor de los demás, particularmente de los más necesitados? ¿Cumplo fielmente las obligaciones que se derivan de vivir en sociedad: ruidos, limpieza...? ¿Cultivo las virtudes de convivencia –afabilidad, gratitud, optimismo, puntualidad, orden...– en mi ámbito familiar? ¿Me mueve habitualmente el afán de servir a los demás, aunque sea en cosas muy pequeñas? «¡Ojalá te acostumbres a ocuparte a diario de los demás, con tanta entrega, que te olvides de que existes!»17; así habríamos encontrado una buena parte de la felicidad que se puede lograr en la tierra y habríamos ayudado a ser mucho más dichosos a otros, que son hijos de Dios y hermanos nuestros.
1 Cfr. Primera lectura. Año I. Gen 1, 1 ss. — 2 Cfr. Gen 1, 27. — 3 Cfr. Gen 12. — 4 Gen 1, 28. — 5 Cfr. León XIII, Enc. Immortale Dei, I-XI-1885. — 6 Conc. Vat. II, Const. Gaudium et spes, 12. — 7 Pío XI, Enc. Divini Redemptoris, 19-III-1937. — 8 C. López Pardo, Sobre la vida y la muerte, Rialp, Madrid 1973. p. 438. — 9 Ibídem, pp. 346-347. — 10 Jn 15, 12. — 11 Cfr Pío XII, Enc. Summi pontificatus, 20-X-1939. — 12 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 111. — 13 Cfr. León XIII, Enc. Rerum novarum, 15-IX-1881. — 14 Conc. Vat. II, Const. Gaudium et spes, 25. — 15 Ibídem, 30. — 16 Ibídem. — 17 San Josemaría Escrivá, Surco, n. 947.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
Nuestra Señora de Lourdes (ver meditación arriba y links abajo)
La Historia
El mensaje de la Virgen Santa Bernardette La Piedad de Bernardette Después de las apariciones Ultimos años en Lourdes La vocación religiosa La religiosa, la Santa Hermana María Bernarda Profesión anticipada
La Virgen de Lourdes - Dibujos Animados
I Sta.Bernardita de Lourdes-1965, película española
II Sta.Bernardita de Lourdes-1965, película española
III Sta.Bernardita de Lourdes-1965, película española
LA PASION DE BERNADETTE- LA PELICULA
1O.L. Lourdes & St. Bernadette-Eng./Ital./Sp.
2N. Sra. de Lourdes y Sta. Bernardita-Ital./Esp./Inglés
3N. Sra. de Lourdes y Sta. Bernardita-Ital./Esp./Inglés
BERNADETTE-Película de jean Delannoy
Incorrupt body of St. Bernadette Soubirous.
Lourdes. Con Bernardita. Haciendo la señal de la Cruz
CON BERNARDITA REZA EL PADRE NUESTRO-SANTUARIO DE LOURDES
La historia de la aparición empieza cuando Bernardita, quien nació el 7 de enero de 1844, salió, junto a dos amigas, en … Masabielle. Para ello, tenía que atravesar un pequeño río, pero como Bernardita sufría de asma, no podía meter los pies en agua fría, y las aguas de …
Virgen María de Lourdes (11 de Febrero)
SANTA BERNARDITA DE SUBIROUS 16 de abril
RENÉ LAURENTIN APARICIONES ACTUALES DE LA VIRGEN MARIA
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Eloisa, Santa Religiosa, Febrero 11
Religiosa Etimología: Eloisa = guerrera ilustre. Es de origen germánico. |
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Tobías (Francisco) Borras Romeu, Beato Religioso y Mártir, Febrero 11
Religioso y Mártir Martirologio Romano: En Vinaroz, en la región de Valencia, en España, beato Tobías (Francisco) Borras Romeu, religioso de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios y mártir, que consumó su glorioso sacrificio por odio a la fe durante la persecución religiosa (1937). |
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Fuente: AgenciaCatolica.com
Pedro de Jesús Maldonado Lucero, Santo Sacerdote y Mártir, 11 de febrero
Sacerdote y Mártir Martirologio Romano: En Chihuahua, en México, san Pedro Maldonado, presbítero y mártir, que durante la persecución, arrestado mientras administraba el sacramento de la penitencia, alcanzó el triunfo del martirio al ser golpeado en la cabeza (1927). |
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Pascual I, Santo XCVIII Papa, Febrero 11
XCVIII Papa Martirologio Romano: En Roma, memoria de san Pascual I, papa, que, llevado por la devoción, trasladó muchos cuerpos de mártires desde las catacumbas a distintas iglesias de la ciudad (824). |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Gregorio II, Santo LXXXIX Papa, Febrero 11
LXXXIX Papa Martirologio Romano: En Roma, en la basílica de San Pedro, sepultura de san Gregorio II, papa, que en los tiempos difíciles bajo el emperador León el Isáurico trabajó en defensa de la Iglesia y del culto de las sagradas imágenes, y envió a san Bonifacio a predicar el Evangelio en tierras de Germania (731). |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Soteris, Santa Virgen y Mártir, Febrero 11
Virgen y Mártir Martirologio Romano: En Roma, en la vía Apia, en el cementerio que lleva su nombre, santa Soteris, virgen y mártir, que, como relata san Ambrosio, renunciando por causa de la fe a la nobleza y a los honores de su familia, no se prestó a inmolar a los ídolos, ni se dejó vencer por las injurias humillantes, ni temió morir herida por una espada (c. 304). |
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Fuente: Martirologio Romano
Otros Santos y Beatos Completando el santoral de este día, Febrero 11
Santos Mártires de Numidia, mártires |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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