JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 25, 31-46
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Cuando venga el Hijo del hombre en su gloria con todos sus ángeles, se sentará en su trono glorioso. Todas las naciones se reunirán delante de él, y él separará unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, y pondrá las ovejas a un lado y los cabritos al otro. Entonces dirá el rey a los de un lado:
"Vengan, benditos de mi Padre, tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; era un extraño, y me hospedaron; estaba desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; en la cárcel, y fueron a verme".
Entonces le responderán los justos:
"Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos; sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo fuiste un extraño y te hospedamos, o estuviste desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado y fuimos a verte?"
Y el rey les responderá:
"Les aseguro que cuando lo hicieron con uno de éstos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicieron".
Después dirá a los del otro lado:
"Apártense de mí, malditos, vayan al fuego que no se apaga, preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; fui un extraño, y no me hospedaron; estaba desnudo, y no me vistieron; enfermo y en la cárcel, y no me visitaron".
Entonces responderán también éstos diciendo:
"Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, cuándo fuiste un extraño o estuviste desnudo, enfermo o en la cárcel, y no te socorrimos?"
Y él les responderá:
"Les aseguro que cuando dejaron de hacerlo con uno de estos pequeños, dejaron de hacerlo conmigo".
E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=272692
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
lun 1a. Sem cuaresma
Antífona de Entrada
Así como los esclavos en su señora tienen fijos los ojos, fijos en el Señor están los nuestros, hasta que Dios se apiade de nosotros. Ten piedad de nosotros, ten piedad.
Oración Colecta
Oremos:
Conviértenos a ti, Dios salvador nuestro, y ayúdanos a progresar en el conocimiento de tu palabra para que esta Cuaresma nos sea provechosa.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Juzga a tu prójimo con justicia
Lectura del libro del Levítico 19, 1-2.11-18
En aquellos días dijo el Señor a Moisés:
"Di a toda la comunidad de los israelitas: Sean santos, porque yo, el Señor su Dios soy santo.
No robarán, no mentirán, no se engañarán unos a otros.
No juren en falso por mi nombre, pues sería profanar el nombre de tu Dios. Yo soy el Señor.
No oprimas ni explotes a tu prójimo; no retengas el salario de tu trabajador hasta la mañana siguiente.
No te burlarás del mudo, ni pondrás tropiezo al ciego. Temerás a tu Dios. Yo soy el Señor.
No procederás injustamente en los juicios; ni favorecerás al pobre, ni tendrás miramientos con el poderoso, sino que juzgarás con justicia a tu prójimo.
No andes calumniando a los de tu pueblo ni declares en falso contra la vida de tu prójimo. Yo soy el Señor.
No odiarás a tu hermano, sino lo corregirás para no hacerte culpable por su causa.
No tomarás venganza ni guardarás rencor a tus compatriotas. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Sal 18, 8.9.10.15
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
La ley del Señor es perfecta: da consuelo al hombre; el mandato del Señor es verdadero: da sabiduría al ignorante.
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
Los preceptos del Señor son rectos: dan alegría al corazón; el mandamiento del Señor es claro: da luz a los ojos.
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
El temor del Señor es puro: permanece para siempre; los juicios del Señor son verdad: todos justos por igual.
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
Que te agraden mis palabras y mis pensamientos, Dios mío, roca mía, mi redentor. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
Aclamación antes del Evangelio
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Este es el tiempo favorable, este es el día de la salvación.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Evangelio
Cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 25, 31-46
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Cuando venga el Hijo del hombre en su gloria con todos sus ángeles, se sentará en su trono glorioso. Todas las naciones se reunirán delante de él, y él separará unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, y pondrá las ovejas a un lado y los cabritos al otro. Entonces dirá el rey a los de un lado:
"Vengan, benditos de mi Padre, tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; era un extraño, y me hospedaron; estaba desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; en la cárcel, y fueron a verme".
Entonces le responderán los justos:
"Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos; sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo fuiste un extraño y te hospedamos, o estuviste desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado y fuimos a verte?"
Y el rey les responderá:
"Les aseguro que cuando lo hicieron con uno de éstos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicieron".
Después dirá a los del otro lado:
"Apártense de mí, malditos, vayan al fuego que no se apaga, preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; fui un extraño, y no me hospedaron; estaba desnudo, y no me vistieron; enfermo y en la cárcel, y no me visitaron".
Entonces responderán también éstos diciendo:
"Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, cuándo fuiste un extraño o estuviste desnudo, enfermo o en la cárcel, y no te socorrimos?"
Y él les responderá:
"Les aseguro que cuando dejaron de hacerlo con uno de estos pequeños, dejaron de hacerlo conmigo".
E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, estas ofrendas, signo de nuestra entrega a tu servicio; que ellas santifiquen nuestra vida por obra de tu gracia y nos obtengan el perdón de nuestras culpas.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Los frutos del ayuno
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque con el ayuno corporal refrenas nuestras pasiones, elevas nuestro espíritu, nos fortaleces y recompensas, por Cristo, Señor nuestro.
Por él,
los ángeles y arcángeles y todos los coros celestiales celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza:
Antífona de la Comunión
En verdad les digo, dice el Señor, que cuanto hicieron con el más insignificante de mis
hermanos, conmigo lo hicieron. Vengan, benditos de mi Padre; hereden el Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Concédenos experimentar, Señor, Dios nuestro, al recibir tu Eucaristía, alivio para el alma y para el cuerpo; y así, restaurada en Cristo la integridad de la persona, podremos gloriarnos de la plenitud de tu salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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† Meditación diaria
Cuaresma. 1ª semana. Lunes
EXISTENCIA Y ACTUACIÓN DEL DIABLO
— El diablo existe y actúa en las personas y en la sociedad. Su actividad es misteriosa, pero real y eficaz.
— Quién es el demonio. Su poder es limitado. Necesidad de la ayuda divina para vencer.
— Jesucristo es el vencedor del demonio. Confianza en Él. Medios que hemos de utilizar. El agua bendita.
I. De nuevo lo llevó el demonio a un monte muy alto... Entonces le respondió Jesús: Apártate, Satanás..., leíamos en el Evangelio de la Misa de ayer1.
El diablo existe. La Sagrada Escritura habla de él desde el primero hasta el último libro revelado, desde el Génesis al Apocalipsis. En la parábola de la cizaña, el Señor afirma que la mala simiente, cuyo cometido es sofocar el trigo, fue arrojada por el enemigo2. En la parábola del sembrador, viene el Maligno y arrebata lo que se había sembrado3.
Algunos, inclinados a un superficial optimismo, piensan que el mal es meramente una imperfección incidental en un mundo en continua evolución hacia días mejores. Sin embargo, la historia del hombre ha padecido la influencia del diablo. Hay rasgos presentes en nuestros días de una intensa malicia, que no se explican por la sola actuación humana. El demonio, en formas muy diversas, causa estragos en la Humanidad. Sin duda, «a través de toda la historia humana existe una dura batalla contra el poder de las tinieblas que, iniciada en los orígenes del mundo, durará, como dice el Señor, hasta el día final»4. De tal manera que el demonio «provoca numerosos daños de naturaleza espiritual e, indirectamente, de naturaleza incluso física en los individuos y en la sociedad»5.
La actuación del demonio es misteriosa, real y eficaz. Desde los primeros siglos, los cristianos tuvieron conciencia de esa actividad diabólica. San Pedro advertía a los primeros cristianos: sed sobrios y estad en vela, porque vuestro enemigo el diablo anda girando alrededor de vosotros como león rugiente, en busca de presa que devorar. Resistidle firmes en la fe6.
Con Jesucristo ha quedado mermado el dominio del diablo, pues Él «nos ha liberado del poder de Satanás»7. Por razón de la obra redentora de Cristo, el demonio solo puede causar verdadero daño a quienes libremente le permitan hacérselo, consintiendo en el mal y alejándose de Dios.
El Señor se manifiesta en numerosos pasajes del Evangelio como vencedor del demonio, librando a muchos de la posesión diabólica. En Jesús está puesta nuestra confianza, y Él no permite que seamos tentados más allá de nuestras fuerzas8. El demonio tratará de «seducir y apartar el espíritu humano para que viole los preceptos de Dios, oscureciendo poco a poco el corazón de aquellos que tratan de servirle, con el propósito de que olviden al verdadero Dios, sirviéndole a él como si fuera el verdadero Dios»9. Y esto, siempre. De mil modos diferentes. Pero el Señor nos ha dado los medios para vencer en todas las tentaciones: nadie peca por necesidad. Consideremos, con hondura, en esta Cuaresma lo que esto significa.
Además, para librarnos del influjo diabólico, también ha dispuesto Dios un ángel que nos ayude y proteja. «Acude a tu Custodio, a la hora de la prueba, y te amparará contra el demonio y te traerá santas inspiraciones»10.
II. El demonio es un ser personal, real y concreto, de naturaleza espiritual e invisible, y que por su pecado se apartó de Dios para siempre, «porque el diablo y los otros demonios fueron creados por Dios naturalmente buenos; pero ellos, por sí mismos se hicieron malos»11. Es el padre de la mentira12, del pecado, de la discordia, de la desgracia, del odio, de lo absurdo y malo que hay en la tierra13. Es la serpiente astuta y envidiosa que trae la muerte al mundo14, el enemigo que siembra el mal en el corazón del hombre15, y al único que hemos de temer si no estamos cerca de Dios. Su único fin en el mundo, al que no ha renunciado, es nuestra perdición. Y cada día intentará llevar a cabo ese fin a través de todos los medios a su alcance. «Todo empezó con el rechazo de Dios y su reino, usurpando sus derechos soberanos y tratando de trastocar la economía de la salvación y el ordenamiento mismo de toda la creación. Un reflejo de esta actitud se encuentra en las palabras del tentador a nuestros primeros padres: Seréis como dioses. Así el espíritu maligno trata de trasplantar en el hombre la actitud de rivalidad, de insubordinación a Dios y de oposición a Dios que ha venido a convertirse en la motivación de toda su existencia»16.
El demonio es el primer causante del mal y de los desconciertos y rupturas que se producen en las familias y en la sociedad. «Suponed, por ejemplo –dice el Cardenal Newman–, que sobre las calles de una populosa ciudad cayera de repente la oscuridad; podéis imaginar, sin que yo os lo cuente, el ruido y el clamor que se produciría. Transeúntes, carruajes, coches, caballos, todos se hallarían mezclados. Así es el estado del mundo. El espíritu maligno que actúa sobre los hijos de la incredulidad, el dios de este mundo, como dice San Pablo, ha cegado los ojos de los que no creen, y he aquí que se hallan forzados a reñir y discutir porque han perdido su camino; y disputan unos con otros, diciendo uno esto y otro aquello, porque no ven»17.
En sus tentaciones, el demonio utiliza el engaño, ya que solo puede presentar bienes falsos y una felicidad ficticia, que se torna siempre soledad y amargura. Fuera de Dios no existen, no pueden existir, ni el bien ni la felicidad verdaderos. Fuera de Dios solo hay oscuridad, vacío y la mayor de las tristezas. Pero el poder del demonio es limitado, y también él está bajo el dominio y la soberanía de Dios, que es el único Señor del universo.
El demonio –tampoco el ángel– no llega a penetrar en nuestra intimidad si nosotros no queremos. «Los espíritus inmundos no pueden conocer la naturaleza de nuestros pensamientos. Únicamente les es dado columbrarlos merced a indicios sensibles, o bien examinando nuestras disposiciones, nuestras palabras o las cosas hacia las cuales advierten una propensión por nuestra parte. En cambio, lo que no hemos exteriorizado y permanece oculto en nuestras almas, les es totalmente inaccesible. Incluso los mismos pensamientos que ellos nos sugieren, la acogida que les damos, la reacción que causan en nosotros, todo esto no lo conocen por la misma esencia del alma (...) sino, en todo caso, por los movimientos y manifestaciones externas»18.
El demonio no puede violentar nuestra libertad para inclinarla hacia el mal. «Es un hecho cierto que el demonio no puede seducir a nadie, si no es aquel que libremente le presta el consentimiento de su voluntad»19.
El santo Cura de Ars dice que «el demonio es un gran perro encadenado, que acosa, que mete mucho ruido, pero que solamente muerde a quienes se le acercan demasiado»20. Con todo, «ningún poder humano puede compararse con el suyo, y solo el poder divino lo puede vencer y tan solo la luz divina puede desenmascarar sus artimañas.
»El alma que venza la potencia del demonio no lo podrá conseguir sin oración ni podrá entender sus engaños sin mortificación y sin humildad»21.
III. La vida de Jesús quedó resumida en los Hechos de los Apóstolescon estas palabras: Pasó haciendo el bien y librando a todos los oprimidos del demonio22. Y San Juan, tratando del motivo de la Encarnación, explica: Para esto vino el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo23.
Cristo es el verdadero vencedor del demonio: ahora el príncipe de este mundo será arrojado fuera24, dirá Jesús en la Última Cena, pocas hora antes de la Pasión. Dios «dispuso entrar en la historia humana de modo nuevo y definitivo, enviando a su Hijo en carne nuestra, a fin de arrancar por Él a los hombres del poder de las tinieblas y de Satanás»25.
El demonio, no obstante, continúa detentando cierto poder sobre el mundo en la medida en que los hombres rechazan los frutos de la redención. Tiene dominio sobre aquellos que, de una forma u otra, se entregan voluntariamente a él, prefiriendo el reino de las tinieblas al reino de la gracia26. Por eso no debe extrañarnos el ver, en tantas ocasiones, triunfar aquí el mal y quedar lesionada la justicia.
Nos debe dar gran confianza saber que el Señor nos ha dejado muchos medios para vencer y para vivir en el mundo con la paz y la alegría de un buen cristiano. Entre esos medios están: la oración, la mortificación, la frecuente recepción de la Sagrada Eucaristía y la Confesión, y el amor a la Virgen. Con Nuestra Señora estamos siempre seguros. El uso del agua bendita es también eficaz protección contra el influjo del diablo: «Me dices que por qué te recomiendo siempre, con tanto empeño, el uso diario del agua bendita. —Muchas razones te podría dar. Te bastará, de seguro, esta de la Santa de Ávila: "De ninguna cosa huyen más los demonios, para no tornar, que del agua bendita"»27.
Juan Pablo II nos exhorta a rezar dándonos más cuenta de lo que decimos en la última petición del Padrenuestro: «no nos dejes caer en la tentación, líbranos del Mal, del Maligno. Haz, oh Señor, que no cedamos ante la infidelidad a la cual nos seduce aquel que ha sido infiel desde el comienzo»28. Nuestro esfuerzo en estos días de Cuaresma por mejorar la fidelidad a aquello que sabemos que Dios nos pide, es la mejor manifestación de que frente al Non serviam del demonio, queremos poner nuestro personal Serviam: Te serviré, Señor.
1 Cfr. Mt 4, 8-11. — 2 Mt 13, 25. — 3 Mt 13, 19. — 4 Conc. Vat. II, Const. Gaudium et spes, 37. — 5 Juan Pablo II, Audiencia general, 20-VIII-1986. — 6 1 Pdr 5, 8. — 7Conc. Vat. II, Const. Sacrosanctum Concilium, 6. — 8 Cfr. 1 Cor 10, 13. — 9 San Ireneo, Tratado contra las herejías, 5. — 10 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 567. — 11 Conc. Lateranense IV, 1215 DZ. 800 (428). — 12 Jn 8, 44. — 13 Cfr. Heb 2, 14. — 14 Cfr. Sab 2, 24. — 15 Cfr. Mt 13, 28-39. — 16 Juan Pablo II, Audiencia general, 13-VIII-1986. — 17 Card. J. H. Newman, Sermón para el Domingo II de Cuaresma. Mundo y pecado. — 18 Casiano, Colaciones, 7 — 19 Ibídem. — 20 Santo Cura de Ars, Sermón sobre las tentaciones. — 21 San Juan de la Cruz, Cántico espiritual, 3, 9. — 22 Hech, 10, 39. — 23 1 Jn 3, 8. — 24 Jn 12, 31. — 25 Conc. Vat. II, Decr. Ad gentes, 3. — 26 Cfr. Juan Pablo II, loc. cit. — 27 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 572. — 28 Juan Pablo II, loc. cit.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
Santa Bernardita Soubirous
(1879)
Nació en Lourdes (Francia) en 1844. Hija de padres supremamente pobres. En el bautismo le pusieron por nombre María Bernarda (nombre que ella empleará después cuando sea religiosa) pero todos la llamaban Bernardita.
Era la mayor de varios hermanos. Sus padres vivían en un sótano húmedo y miserable, y el papá tenía por oficio botar la basura del hospital. La niña tuvo siempre muy débil salud a causa de la falta de alimentación suficiente, y del estado lamentablemente pobre de la habitación donde moraba. En los primeros años sufrió la enfermedad de cólera que la dejó sumamente debilitada. A causa también del clima terriblemente frío en invierno, en aquella región, Bernardita adquirió desde los diez años la enfermedad del asma, que al comprimir los bronquios produce continuos ahogos y falta de respiración.
Esta enfermedad la acompañará y la atormentará toda su vida. Al final de su existencia sufrirá también de tuberculosis. En ella se cumplieron aquellas palabras de Jesús: "Mi Padre, el árbol que más quiere, más lo poda (con sufrimientos) para que produzca más frutos" (Jn. 15).
En Bernardita se cumplió aquello que dijo San Pablo: "Dios escoge a lo que no vale a los ojos del mundo, para confundir las vanidades del mundo". Bernardita a los 14 años no sabía leer ni escribir ni había hecho la Primera Comunión porque no había logrado aprenderse el catecismo. Pero tenía unas grandes cualidades: rezaba mucho a la Virgen y jamás decía una mentira. Un día ve unas ovejas con una mancha verde sobre la lana y pregunta al papá: ¿Por qué tienen esa mancha verde? El papá queriendo chancearse, le responde: "Es que se indigestaron por comer demasiado pasto". La muchachita se pone a llorar y exclama: "Pobres ovejas, se van a reventar". Y entonces el señor Soubirous le dice que era una mentirilla. Una compañera le dice: "Es necesario ser muy tonta para creer que eso que le dijo su padre era verdad". Y Bernardita le responde: ¡Es que como yo jamás he dicho una mentira, me imaginé que los demás tampoco las decían nunca!
Desde el 11 de febrero de 1859 hasta el 16 de julio del mismo año, la Sma. Virgen se le aparece 18 veces a Bernardita. Las apariciones las podemos leer en detalle en el día 11 de febrero. Nuestra Señora le dijo: "No te voy a hacer feliz en esta vida, pero sí en la otra". Y así sucedió . La vida de la jovencita, después de las apariciones estuvo llena de enfermedades, penalidades y humillaciones, pero con todo esto fue adquiriendo un grado de santidad tan grande que se ganó enorme premio para el cielo.
Las gentes le llevaban dinero, después de que supieron que la Virgen Santísima se le había aparecido, pero ella jamás quiso recibir nada. Nuestra Señora le había contado tres secretos, que ella jamás quiso contar a nadie. Probablemente uno de estos secretos era que no debería recibir dineros ni regalos de nadie y el otro, que no hiciera nunca nada que atrajera hacia ella las miradas. Por eso se conservó siempre muy pobre y apartada de toda exhibición. Ella no era hermosa, pero después de las apariciones, sus ojos tenían un brillo que admiraba a todos.
Le costaba mucho salir a recibir visitas porque todos le preguntaban siempre lo mismo y hasta algunos declaraban que no creían en lo que ella había visto. Cuando la mamá la llamaba a atender alguna visita, ella se estremecía y a veces se echaba a llorar. "Vaya ", le decía la señora, ¡tenga valor! Y la jovencita se secaba las lágrimas y salía a atender a los visitantes demostrando alegría y mucha paciencia, como si aquello no le costara ningún sacrificio.
Para burlarse de ella porque la Virgen le había dicho que masticara unas hierbas amargas, como sacrificio, el sr. alcalde le dijo: ¿Es que la confundieron con una ternera? Y la niña le respondió: ¿Señor alcalde, a usted si le sirven lechugas en el almuerzo? "Claro que sí" ¿Y es que lo confunden con un ternero? Todos rieron y se dieron cuenta de que era humilde pero no era tonta.
Bernardita pidió ser admitida en la Comunidad de Hijas de la Caridad de Nevers. Demoraron en admitirla porque su salud era muy débil. Pero al fin la admitieron. A los 4 meses de estar en la comunidad estuvo a punto de morir por un ataque de asma, y le recibieron sus votos religiosos, pero enseguida curó.
En la comunidad hizo de enfermera y de sacristana, y después por nueve años estuvo sufriendo una muy dolorosa enfermedad. Cuando le llegaban los más terribles ataques exclamaba: "Lo que le pido a Nuestro Señor no es que me conceda la salud, sino que me conceda valor y fortaleza para soportar con paciencia mi enfermedad. Para cumplir lo que recomendó la Sma. Virgen, ofrezco mis sufrimientos como penitencia por la conversión de los pecadores".
Uno de los medios que Dios tiene para que las personas santas lleguen a un altísimo grado de perfección, consiste en permitir que les llegue la incomprensión, y muchas veces de parte de personas que están en altos puestos y que al hacerles la persecución piensan que con esto están haciendo una obra buena.
Bernardita tuvo por superiora durante los primeros años de religiosa a una mujer que le tenía una antipatía total y casi todo lo que ella hacía lo juzgaba negativamente. Así, por ejemplo, a causa de un fuerte y continuo dolor que la joven sufría en una rodilla, tenía que cojear un poco. Pues bien, la superiora decía que Bernardita cojeaba para que la gente al ver las religiosas pudiera distinguir desde lejos cuál era la que había visto a la Virgen. Y así en un sinnúmero de detalles desagradables la hacía sufrir. Y ella jamás se quejaba ni se disgustaba por todo esto. Recordaba muy bien la noticia que le había dado la Madre de Dios: "No te haré feliz en esta vida, pero sí en la otra".
Duró quince años de religiosa. Los primeros 6 años estuvo trabajando, pero fue tratada con mucha indiferencia por las superioras. Después los otros 9 años padeció noche y día de dos terribles enfermedades: el asma y la tuberculosis. Cuando llegaba el invierno, con un frío de varios grados bajo cero, se ahogaba continuamente y su vida era un continuo sufrir.
Deseaba mucho volver a Lourdes, pero desde el día en que fue a visitar la Gruta por última vez para irse de religiosa, jamás volvió por allí. Ella repetía: "Ah quién pudiera ir hasta allá, sin ser vista. Cuando se ha visto una vez a la Sma. Virgen, se estaría dispuesto a cualquier sacrificio con tal de volverla a ver. Tan bella es".
Al llegar a la Comunidad reunieron a las religiosas y le pidieron que les contara cómo habían sido las apariciones de la Virgen. Luego le prohibieron volver a hablar de esto, y en los 15 años de religiosa ya no se le permitió tratar este tema. Son sacrificios que a los santos les preparan altísimo puesto en el cielo.
Cuando ya le faltaba poco para morir, llegó un obispo a visitarla y le dijo que iba camino de Roma, que le escribiera una carta al Santo Padre para que le enviara una bendición, y que él la llevaría personalmente. Bernardita, con mano temblorosa, escribe: "Santo Padre, qué atrevimiento, que yo una pobre hermanita le escriba al Sumo Pontífice. Pero el Sr. Obispo me ha mandado que lo haga. Le pido una bendición especial para esta pobre enferma". A vuelta del viaje el Sr. Obispo le trajo una bendición especialísima del Papa y un crucifijo de plata que le enviaba de regalo el Santo Padre.
El 16 de abril de 1879, exclamó emocionada: "Yo vi la Virgen. Sí, la vi, la vi ¡Que hermosa era!" Y después de unos momentos de silencio exclamó emocionada: "Ruega Señora por esta pobre pecadora", y apretando el crucifijo sobre su corazón se quedó muerta. Tenía apenas 35 años.
A los funerales de Bernardita asistió una muchedumbre inmensa. Y ella empezó a conseguir milagros de Dios en favor de los que le pedían su ayuda. Y el 8 de diciembre de 1933, el Santo Padre Pío Once la declaró santa.
Bernardita: tú que tuviste la dicha de ver a la Sma. Virgen aquí en la tierra, haz que nosotros tengamos la dicha de verla y acompañarla para siempre en el cielo.
MAS SOBRE LA HISTORIA DE LA VIRGEN DE LOURDES
Fuente: Archidiócesis de Madrid
Eladio, Santo Arzobispo, 18 de febrero del 632.
Arzobispo |
Fray Angelico, San Pintor, 18 de febrero
Febrero 18 |
Angilberto de Centula Abad, 18 de febrero
Febrero 18 |
___________________________________________________________________________________________
Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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Si no se desuscribe es porque recibe el mensaje en su otro email que le reenvía al actual: debe escribir desde ese otro email.