JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 4, 1-13
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó del Jordán y, conducido por el mismo Espíritu se internó en el desierto, donde permaneció cuarenta días y fue tentado por el demonio.
No comió nada en todos esos días y, cuando se completaron, sintió hambre. Entonces el diablo le dijo:
"Si eres el Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan".
Jesús le contestó:
"Está escrito:
"No sólo de pan vive el hombre"".
Después lo llevó el diablo a un monte elevado y, en un instante, le hizo ver todos los reinos de la tierra, y le dijo:
"A mí me ha sido entregado todo el poder y la gloria de estos reinos, y yo los doy a quien quiero. Todo esto será tuyo, si te arrodillas y me adoras".
Jesús le respondió:
"Está escrito: "Adorarás al Señor tu Dios, y sólo a él servirás"".
Entonces lo llevó a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del templo y le dijo:
"Si eres el Hijo de Dios, arrójate desde aquí; porque está escrito: Los ángeles del Señor tienen órdenes de cuidarte y de sostenerte en sus manos, para que tus pies no tropiecen con las piedras"".
Pero Jesús le respondió:
"También está escrito: "No tentarás al Señor tu Dios"".
Concluidas las tentaciones, el diablo se alejó de Jesús hasta que llegara la hora.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=272692
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
1er. Dom de cuaresma Ciclo C
Antífona de Entrada
Me invocará y yo lo escucharé, lo libraré y lo glorificaré; prolongaré los días de su vida.
Oración Colecta
Oremos:
Concédenos, Dios todopoderoso, que las prácticas anuales propias de la Cuaresma nos ayuden a progresar en el conocimiento de Cristo y a llevar una vida más cristiana.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Profesión de fe del pueblo escogido
Lectura del libro del Deuteronomio 26, 4-10
En aquel tiempo, dijo Moisés al pueblo:
"Cuando presentes las primicias de tus cosechas, el sacerdote tomará la canasta de tus manos y la pondrá ante el altar del Señor tu Dios. Entonces, tú dirás estas palabras ante el Señor tu Dios:
"Mi padre fue un arameo errante, que bajó a Egipto y se estableció allí con muy pocas personas; pero luego creció hasta convertirse en una gran nación, potente y numerosa.
Los egipcios nos maltrataron, nos oprimieron y nos impusieron una dura esclavitud.
Entonces clamamos al Señor, Dios de nuestros padres, y el Señor escuchó nuestra voz, miró nuestra humillación, nuestros trabajos y nuestra angustia. El Señor nos sacó de Egipto con mano poderosa y brazo protector, entre un terror muy grande, señales y portentos; nos trajo a este país y nos dio esta tierra, que mana leche y miel. Por eso ahora yo traigo aquí las primicias de la tierra que tú, Señor, me has dado"
Una vez que hayas dejado tus primicias ante el Señor, te postrarás ante él para adorarlo".
Palabra de Dios.
Te alabamos Señor.
Salmo Responsorial
Del Salmo 90
Tú eres mi Dios y en ti confío.
Tú, que vives al amparo del Altísimo y descansas a la sombra del todopoderoso, dile al Señor: "Tú eres mi refugio y fortaleza; tú eres mi Dios y en ti confío".
Tú eres mi Dios y en ti confío.
No te sucederá desgracia alguna, ninguna calamidad caerá sobre tu casa, pues el Señor ha dado a sus ángeles la orden de protegerte adondequiera que vayas.
Tú eres mi Dios y en ti confío.
Los ángeles de Dios te llevarán en brazos para no te tropieces con las piedras, podrás pisar los escorpiones y las víboras y dominar las fieras.
Tú eres mi Dios y en ti confío.
"Puesto que tú me conoces y me amas, dice el Señor, yo te libraré y te pondré a salvo. Cuando tú me invoques, yo te escucharé, y en tus angustias estaré contigo, te libraré de ellas y te colmaré de honores".
Tú eres mi Dios y en ti confío.
Segunda Lectura
Profesión de fe del que cree en Jesucristo
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 10, 8-13
Hermanos: La Escritura afirma: "Muy a tu alcance, en tu boca y en tu corazón, se encuentra la salvación", esto es, el asunto de la fe que predicamos. Porque basta que cada uno declare con su boca que Jesús es el Señor y que crea en su corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, para que pueda salvarse.
En efecto, hay que creer con el corazón para alcanzar la santidad, y declarar con la boca para alcanzar la salvación. Por eso dice la Escritura: "Quienquiera que crea en él no quedará defraudado", porque no existe diferencia entre judío y no judío, ya que uno mismo es el Señor de todos, espléndido con todos los que lo invocan; pues todo el que invoque al Señor como a su Dios, será salvado por él.
Palabra de Dios.
Te alabamos Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boda de Dios.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Evangelio
El Espíritu llevó a Jesús al desierto; allí lo tentó el demonio
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 4, 1-13
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó del Jordán y, conducido por el mismo Espíritu se internó en el desierto, donde permaneció cuarenta días y fue tentado por el demonio.
No comió nada en todos esos días y, cuando se completaron, sintió hambre. Entonces el diablo le dijo:
"Si eres el Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan".
Jesús le contestó:
"Está escrito:
"No sólo de pan vive el hombre"".
Después lo llevó el diablo a un monte elevado y, en un instante, le hizo ver todos los reinos de la tierra, y le dijo:
"A mí me ha sido entregado todo el poder y la gloria de estos reinos, y yo los doy a quien quiero. Todo esto será tuyo, si te arrodillas y me adoras".
Jesús le respondió:
"Está escrito: "Adorarás al Señor tu Dios, y sólo a él servirás"".
Entonces lo llevó a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del templo y le dijo:
"Si eres el Hijo de Dios, arrójate desde aquí; porque está escrito: Los ángeles del Señor tienen órdenes de cuidarte y de sostenerte en sus manos, para que tus pies no tropiecen con las piedras"".
Pero Jesús le respondió:
"También está escrito: "No tentarás al Señor tu Dios"".
Concluidas las tentaciones, el diablo se alejó de Jesús hasta que llegara la hora.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración de los Fieles
Celebrante:
Intercedamos, amados hermanos, ante la divina clemencia, implorando la misericordia divina en favor de todos los hombres y suplicando el perdón para cuantos hemos pecado.
Respondemos a cada petición: Te lo pedimos Padre, escúchanos.
Para que en este tiempo de Cuaresma, Dios conceda a todos los fieles la fuerza necesaria para luchar contra el mal, convertirse de su mala conducta y retornar al camino del bien, roguemos al Señor.
Te lo pedimos Padre, escúchanos.
Para que quienes abundan en bienes de la tierra, sepan moderar el uso de sus propias riquezas en provecho de los necesitados y no vivan absortos en los bienes de este mundo, roguemos al Señor.
Te lo pedimos Padre, escúchanos.
Para que quienes se han alejado de la Iglesia a causa de nuestros escándalos o de nuestra tibieza, se reincorporen a la familia de Dios, y a nosotros el Señor nos perdone el pecado de escándalo, roguemos al Señor.
Te lo pedimos Padre, escúchanos.
Para que nuestros corazones lleguen a ser por medio de la penitencia cuaresmal, aquella tierra fecunda en la que la palabra de Dios produce fruto del ciento por uno, roguemos al Señor.
Te lo pedimos Padre, escúchanos.
Celebrante:
Escucha, Señor, la voz de tu Iglesia que desde el desierto del mundo te invoca, extiende sobre nosotros tu mano misericordiosa y haz que, por medio de la penitencia, la austeridad y la oración, venzamos las tentaciones del Maligno.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Oración sobre las Ofrendas
Te pedimos, Señor, que estos dones que vamos a ofrecerte, nos dispongan convenientemente para el santo tiempo de la Cuaresma que estamos iniciando.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Las tentaciones del Señor
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,
Porque Cristo nuestro Señor, al abstenerse durante cuarenta días de tomar alimento, inauguró la práctica de nuestra penitencia cuaresmal y, al rechazar las tentaciones del Enemigo, nos enseñó a sofocar la fuerza del pecado. De este modo, celebrando con sinceridad el misterio de esta Pascua, podremos pasar un día a la Pascua que no acaba.
Por eso,
con los ángeles y santos, te cantamos el himno de alabanza diciendo sin cesar:
Antífona de la Comunión
No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que viene de Dios.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, que este pan celestial alimente en nosotros la fe, aumente la esperanza, refuerce la caridad y nos enseñe a sentir hambre de Cristo, que es el pan vivo y verdadero, y a vivir de toda palabra que proceda de tu boca.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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† Meditación diaria
Cuaresma. Primer domingo
LAS TENTACIONES DE JESúS
— El Señor permite que seamos tentados para que crezcamos en las virtudes.
— Las tentaciones de Jesús. El demonio nos prueba de modo parecido.
— El Señor está siempre a nuestro lado. Armas para vencer.
I. "La Cuaresma conmemora los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto, como preparación de esos años de predicación, que culminan en la Cruz y en la gloria de la Pascua. Cuarenta días de oración y de penitencia. Al terminar, tuvo lugar la escena que la liturgia de hoy ofrece a nuestra consideración, recogiéndola en el Evangelio de la Misa: las tentaciones de Cristo (Cfr. Mt 4, 1-11).
"Una escena llena de misterio, que el hombre pretende en vano entender –Dios que se somete a la tentación, que deja hacer al Maligno–, pero que puede ser meditada, pidiendo al Señor que nos haga saber la enseñanza que contiene"1.
Es la primera vez que interviene el diablo en la vida de Jesús y lo hace abiertamente. Pone a prueba a Nuestro Señor; quizá quiere averiguar si ha llegado ya la hora del Mesías. Jesús se lo permitió para darnos ejemplo de humildad y para enseñarnos a vencer las tentaciones que vamos a sufrir a lo largo de nuestra vida: "como el Señor todo lo hacía para nuestra enseñanza –dice San Juan Crisóstomo–, quiso también ser conducido al desierto y trabar allí combate con el demonio, a fin de que los bautizados, si después del bautismo sufren mayores tentaciones, no se turben por eso, como si no fuera de esperar"2. Si no contáramos con las tentaciones que hemos de padecer abriríamos la puerta a un gran enemigo: el desaliento y la tristeza.
Quería Jesús enseñarnos con su ejemplo que nadie debe creerse exento de padecer cualquier prueba. "Las tentaciones de Nuestro Señor son también las tentaciones de sus servidores de un modo individual. Pero su escala, naturalmente, es diferente: el demonio no va a ofreceros a vosotros ni a mí –dice Knox– todos los reinos del mundo. Conoce el mercado y, como buen vendedor, ofrece exactamente lo que calcula que el comprador tomará. Supongo que pensará, con bastante razón, que la mayor parte de nosotros podemos ser comprados por cinco mil libras al año, y una gran parte de nosotros por mucho menos. Tampoco nos ofrece sus condiciones de modo tan abierto, sino que sus ofertas vienen envueltas en toda especie de formas plausibles. Pero si ve la oportunidad no tarda mucho en señalarnos a vosotros y a mí cómo podemos conseguir aquello que queremos si aceptamos ser infieles a nosotros mismos y, en muchas ocasiones, si aceptamos ser infieles a nuestra fe católica"3.
El Señor, como se nos recuerda en el Prefacio de la Misa de hoy, nos enseña con su actuación cómo hemos de vencer las tentaciones y además quiere que saquemos provecho de las pruebas por las que vamos a pasar. Él "permite la tentación y se sirve de ella providencialmente para purificarte, para hacerte santo, para desligarte mejor de las cosas de la tierra, para llevarte a donde Él quiere y por donde Él quiere, para hacerte feliz en una vida que no sea cómoda, y para darte madurez, comprensión y eficacia en tu trabajo apostólico con las almas, y... sobre todo para hacerte humilde, muy humilde"4. Bienaventurado el varón que soporta la tentación –dice el Apóstol Santiago– porque, probado, recibirá la corona de la vida que el Señor prometió a los que le aman5.
II. El demonio tienta aprovechando las necesidades y debilidades de la naturaleza humana.
El Señor, después de haber pasado cuarenta días y cuarenta noches ayunando, debe encontrarse muy débil, y siente hambre como cualquier hombre en sus mismas circunstancias. Este es el momento en que se acerca el tentador con la proposición de que convierta las piedras que allí había en el pan que tanto necesita y desea.
Y Jesús "no solo rechaza el alimento que su cuerpo pedía, sino que aleja de sí una incitación mayor: la de usar del poder divino para remediar, si podemos hablar así, un problema personal (...).
"Generosidad del Señor que se ha humillado, que ha aceptado en pleno la condición humana, que no se sirve de su poder de Dios para huir de las dificultades o del esfuerzo. Que nos enseña a ser recios, a amar el trabajo, a apreciar la nobleza humana y divina de saborear las consecuencias del entregamiento"6.
Nos enseña también este pasaje del Evangelio a estar particularmente atentos, con nosotros mismos y con aquellos a quienes tenemos una mayor obligación de ayudar, en esos momentos de debilidad, de cansancio, cuando se está pasando una mala temporada, porque el demonio quizá intensifique entonces la tentación para que nuestras vidas tomen otros derroteros ajenos a la voluntad de Dios.
En la segunda tentación, el diablo lo llevó a la Ciudad Santa y lo puso sobre el pináculo del Templo. Y le dijo: Si eres Hijo de Dios, arrójate abajo. Pues escrito está: Dará órdenes acerca de ti a sus ángeles de que te lleven en sus manos, no sea que tropiece tu pie contra alguna piedra. Y le respondió Jesús: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.
Era en apariencia una tentación capciosa: si te niegas, demostrarás que no confías en Dios plenamente; si aceptas, le obligas a enviar, en provecho personal, a sus ángeles para que te salven. El demonio no sabe que Jesús no tendría necesidad de ángel alguno.
Una proposición parecida, y con un texto casi idéntico, oirá el Señor ya al final de su vida terrena: Si es el rey de Israel, que baje ahora de la cruz y creeremos en él7.
Cristo se niega a hacer milagros inútiles, por vanidad y vanagloria. Nosotros hemos de estar atentos para rechazar, en nuestro orden de cosas, tentaciones parecidas: el deseo de quedar bien, que puede surgir hasta en lo más santo; también debemos estar alerta ante falsas argumentaciones que pretendan basarse en la Sagrada Escritura, y no pedir (mucho menos exigir) pruebas o señales extraordinarias para creer, pues el Señor nos da gracias y testimonios suficientes que nos indican el camino de la fe en medio de nuestra vida ordinaria.
En la última de las tentaciones, el demonio ofrece a Jesús toda la gloria y el poder terreno que un hombre puede ambicionar. Le mostró todos los reinos del mundo y su gloria, y le dijo: —Todas estas cosas te daré si postrándote delante de mí, me adoras. El Señor rechazó definitivamente al tentador.
El demonio promete siempre más de lo que puede dar. La felicidad está muy lejos de sus manos. Toda tentación es siempre un miserable engaño. Y para probarnos, el demonio cuenta con nuestras ambiciones. La peor de ellas es la de desear, a toda costa, la propia excelencia; el buscarnos a nosotros mismos sistemáticamente en las cosas que hacemos o proyectamos. Nuestro propio yo puede ser, en muchas ocasiones, el peor de los ídolos.
Tampoco podemos postrarnos ante las cosas materiales haciendo de ellas falsos dioses que nos esclavizarían. Los bienes materiales dejan de ser bienes si nos separan de Dios y de nuestros hermanos los hombres.
Tendremos que vigilar, en lucha constante, porque permanece en nosotros la tendencia a desear la gloria humana, a pesar de haberle dicho muchas veces al Señor que no queremos otra gloria que la suya. También a nosotros se dirige Jesús: Adorarás al Señor Dios tuyo; y a Él solo servirás. Y eso es lo que deseamos y pedimos: servir a Dios en la vocación a la que nos ha llamado.
III. El Señor está siempre a nuestro lado, en cada tentación, y nos dice: Confiad: Yo he vencido al mundo8. Y nosotros nos apoyamos en Él, porque, si no lo hiciéramos, poco conseguiríamos solos: Todo lo puedo en Aquel que me conforta9. El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?10.
Podemos prevenir la tentación con la mortificación constante en el trabajo, al vivir la caridad, en la guarda de los sentidos internos y externos. Y junto a la mortificación, la oración: Velad y orad para no caer en la tentación11. También debemos prevenirla huyendo de las ocasiones de pecar por pequeñas que sean, pues el que ama el peligro perecerá en él12, y teniendo el tiempo bien ocupado, principalmente cumpliendo bien nuestros deberes profesionales, familiares y sociales.
Para combatir la tentación "habremos de repetir muchas veces y con confianza la petición del padrenuestro: no nos dejes caer en la tentación, concédenos la fuerza de permanecer fuertes en ella. Ya que el mismo Señor pone en nuestros labios tal plegaria, bien estará que la repitamos continuamente.
"Combatimos la tentación manifestándosela abiertamente al director espiritual, pues el manifestarla es ya casi vencerla. El que revela sus propias tentaciones al director espiritual puede estar seguro de que Dios otorga a este la gracia necesaria para dirigirle bien"13.
Contamos siempre con la gracia de Dios para vencer cualquier tentación. "Pero no olvides, amigo mío, que necesitas de armas para vencer en esta batalla espiritual. Y que tus armas han de ser estas: oración continua; sinceridad y franqueza con tu director espiritual; la Santísima Eucaristía y el Sacramento de la Penitencia; un generoso espíritu de cristiana mortificación que te llevará a huir de las ocasiones y evitar el ocio; la humildad del corazón, y una tierna y filial devoción a la Santísima Virgen: Consolatrix afflictorum et Refugium peccatorum, consuelo de los afligidos y refugio de los pecadores. Vuélvete siempre a Ella confiadamente y dile: Mater mea, fiducia mea; ¡Madre mía, confianza mía!"14.
1 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 61. — 2 San Juan Crisóstomo, Homilías sobre San Mateo, 13, 1. — 3 R. A. Knox, Sermones pastorales, p. 79. — 4 S. Canals, Ascética Meditada, 14ª ed., Madrid 1980, p. 127. — 5 Sant 1, 12. — 6 San Josemaría Escrivá, loc. cit. — 7 Mt 27, 42. — 8 Jn 16, 33. — 9 Flp 4, 13. — 10 Sal 26, 1. — 11 Mt 26, 41. — 12 Eccl 3, 27. — 13 B. Baur, En la intimidad con Dios, Herder. Barcelona 1975, 10ª ed., p. 121. — 14 S. Canals, o. c., p. 128.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
Fundadores de la Orden de los Servitas, Santos Siete Fundadores de los Siervos de Santa María Virgen, Febrero 17
Siete Santos Fundadores de los siervos de Santa María Virgen (Servitas) Martirologio Romano: Los siete santos fundadores de la Orden de los Siervos de María: Bonfilio, Bartolomé, Juan, Benito, Gerardino, Ricovero y Alejo. Siendo mercaderes en Florencia, se retiraron de común acuerdo al monte Senario para servir a la Santísima Virgen María, fundando una Orden bajo la Regla de san Agustín. Son conmemorados en este día, en el que falleció, ya centenario, el último de ellos, Alejo (1310). |
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Autor: Archidiócesis de Madrid
Eutropio de Fregenal , Santo Obispo, Febrero 17
Obispo El Padre Jerónimo Román de la Higuera en su martirologio dice: "de Fregenal de Extremadura el tránsito glorioso de San Eutropio obispo de aquella ciudad que conociendo los yerros que por España sembraban los dos Auitos, envió a Africa al venerable presbítero Paulo Osorio, para que consultadas estas herejías con San Agustín, apuntase el modo más seguro para condenarlas". |
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Fuente: Acoantioquena
Teodoro de Anasea, Santo Mártir, Febrero 17
Mártir Martirologio Romano: En Amasea, en el Helesponto, pasión de san Teodoro, soldado, que bajo el emperador Maximiano, por confesar abiertamente su fe cristiana, fue terriblemente azotado, recluido en la cárcel y finalmente quemado vivo. San Gregorio de Nisa cantó las alabanzas de este santo, en uno de sus discursos (306). |
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Silvino de Auchy, Santo Obispo, Febrero 17
Obispo Martirologio Romano: En Auchy, en la región de Morins, Francia, sepultura de san Silvino, obispo (s. VIII). |
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Fuente: Franciscanos.org
Lucas Belludi, Beato Presbítero Franciscano, Febrero 17
Presbítero Franciscano Martirologio Romano: En Padua, en la región de Venecia, beato Lucas Belludi, presbítero, de la Orden de los Frailes Menores, discípulo y compañero de san Antonio (1286). |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Flaviano, Santo Obispo y Mártir, 17 de febrero
Obispo y Mártir Martirologio Romano: Conmemoración de san Flaviano, obispo de Constantinopla, que, por defender la fe católica proclamada en Éfeso, fue atacado con puñetazos y patadas por los partidarios del impío Dióscoro y, enviado al exilio, falleció poco después (449). |
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Mesrob, Santo Monje, Febrero 17
Monje Martirologio Romano: En Armenia, san Mesrob, doctor de los armenios, el cual, siendo discípulo de san Narsete y escriba en el palacio real, se hizo monje. Inventó los signos del alfabeto para que el pueblo fuese instruido en las sagradas Escrituras, tradujo al armenio los dos testamentos y compuso himnos y cánticos (c. 440). |
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Fuente: Martirologio Romano
Otros Santos y Beatos Completando el santoral de este día, Febrero 17
San Bonoso, obispo |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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