JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 21, 33-43.45-46
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo esta parábola:
"El dueño de una finca plantó una viña, la rodeó con una cerca, construyó un lugar para hacer el vino, edificó una torre, la alquiló a unos viñadores, y se ausentó.
Al llegar la cosecha, envió sus criados a los viñadores para recoger los frutos. Pero los viñadores agarraron a los criados, hirieron a uno, mataron a otro y al otro lo apedrearon. De nuevo envió otros criados, en mayor número que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Finalmente les mandó a su hijo, pensando:
"A mi hijo lo respetarán".
Pero los viñadores, al ver al hijo, se dijeron:
"Este es el heredero.
Matémoslo y nos quedaremos con su herencia".
Lo capturaron, lo arrojaron fuera de la viña y lo mataron.
¿Qué les parece? Cuando regrese el dueño de la viña, ¿qué hará con esos viñadores?"
Le respondieron:
"Matará sin compasión a esos desalmados y alquilará la viña a otros viñadores que le entreguen los frutos a su tiempo".
Entonces Jesús les dijo:
"¿No han leído nunca en las Escrituras: La piedra que rechazaron los constructores se ha convertido en piedra fundamental; esto lo hizo el Señor y es realmente admirable?
Por eso les digo que a ustedes se les quitará el reino de Dios y se le entregará a un pueblo que dé a su tiempo los frutos que al reino corresponden".
Cuando los sumos sacerdotes y los fariseos oyeron sus parábolas, se dieron cuenta de que Jesús se refería a ellos. Querían capturarlo, pero tuvieron miedo de la gente, porque lo tenían por profeta.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=272692
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
vie 2a. Sem cuaresma
Antífona de Entrada
En ti, Señor, he puesto mi confianza; no quede yo defraudado eternamente; sácame de la trampa que me han puesto, pues tú eres mi protector.
Oración Colecta
Oremos:
Por medio de nuestras privaciones cuaresmales, purifícanos, Señor todopoderoso, a fin de que lleguemos limpios de pecado a las próximas fiestas de Pascua.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Ahí viene el soñador; démosle muerte
Lectura del libro del Génesis 37, 3-4.12-13a.17b-28
Jacob amaba a José más que a los demás hijos, porque lo había tenido siendo ya viejo, y mandó que le hicieran una túnica de amplias mangas. Al ver sus hermanos que su padre lo amaba más que a sus demás hijos, empezaron a odiarlo y ni siquiera lo saludaban.
Sus hermanos habían ido a cuidar las ovejas de su padre a Siquén. Jacob dijo a José:
"Tus hermanos están cuidando las ovejas en Siquén; ven, que quiero enviarte adonde están ellos".
José fue en busca de sus hermanos y los encontró en Dotán. Ellos lo vieron de lejos y, antes que se acercara, se pusieron de acuerdo para matarlo. Decían:
"Ahí viene el soñador. Vamos a matarlo. Lo echaremos en cualquiera de estos pozos, y luego diremos que una fiera salvaje lo devoró. A ver en qué paran sus sueños".
Al oír esto Rubén, intentando salvarlo de sus hermanos, dijo:
"¡No, matarlo no!"
Y añadió:
"No derramen su sangre; échenlo en este pozo que hay en el desierto, pero no le hagan daño".
Lo dijo para librarlo de sus manos y devolverlo luego a su padre.
Cuando llegó José junto a sus hermanos, le quitaron su túnica, la túnica de amplias mangas que llevaba, lo agarraron y lo echaron en el pozo. Era un pozo seco en el que no había agua. Después se sentaron a comer.
Levantando la vista, divisaron una caravana de ismaelitas que venían de Galaad con camellos cargados de aromas, bálsamo y mirra, en ruta hacia Egipto.
Entonces Judá propuso a sus hermanos:
"¿Qué sacamos con matar a nuestro hermano y ocultar su muerte? Propongo que se lo vendamos a lo ismaelitas sin hacerle ningún daño, pues es nuestro hermano y es carne nuestra".
Sus hermanos aprobaron lo dicho; y cuando pasaban los mercaderes madianitas, sacaron a José del pozo, lo vendieron a los ismaelitas por veinte monedas de plata, y éstos se lo llevaron a Egipto.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Sal 104, 16-17.18-19.20-21
Recuerden las maravillas que hizo el Señor.
Trajo el hambre sobre aquel país, hizo que se agotaran todas sus reservas. Por delante había enviado a un hombre, José, que fue vendido como esclavo.
Recuerden las maravillas que hizo el Señor.
Ataron sus pies con argollas, sujetaron su cuello con cadenas, hasta que se cumplió lo que él predijo, y la palabra del Señor lo acreditó.
Recuerden las maravillas que hizo el Señor.
Entonces mando el rey que lo soltaran, el dueño de los pueblos, que lo pusieran en libertad; lo nombró jefe de su casa, y gobernador de todas sus posesiones.
Recuerden las maravillas que hizo el Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él tenga vida eterna.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Evangelio
Este es el heredero, vamos a matarlo
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 21, 33-43.45-46
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo esta parábola:
"El dueño de una finca plantó una viña, la rodeó con una cerca, construyó un lugar para hacer el vino, edificó una torre, la alquiló a unos viñadores, y se ausentó.
Al llegar la cosecha, envió sus criados a los viñadores para recoger los frutos. Pero los viñadores agarraron a los criados, hirieron a uno, mataron a otro y al otro lo apedrearon. De nuevo envió otros criados, en mayor número que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Finalmente les mandó a su hijo, pensando:
"A mi hijo lo respetarán".
Pero los viñadores, al ver al hijo, se dijeron:
"Este es el heredero.
Matémoslo y nos quedaremos con su herencia".
Lo capturaron, lo arrojaron fuera de la viña y lo mataron.
¿Qué les parece? Cuando regrese el dueño de la viña, ¿qué hará con esos viñadores?"
Le respondieron:
"Matará sin compasión a esos desalmados y alquilará la viña a otros viñadores que le entreguen los frutos a su tiempo".
Entonces Jesús les dijo:
"¿No han leído nunca en las Escrituras: La piedra que rechazaron los constructores se ha convertido en piedra fundamental; esto lo hizo el Señor y es realmente admirable?
Por eso les digo que a ustedes se les quitará el reino de Dios y se le entregará a un pueblo que dé a su tiempo los frutos que al reino corresponden".
Cuando los sumos sacerdotes y los fariseos oyeron sus parábolas, se dieron cuenta de que Jesús se refería a ellos. Querían capturarlo, pero tuvieron miedo de la gente, porque lo tenían por profeta.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Que tu misericordia, Señor, nos prepare a celebrar esta Eucaristía y a vivirla con la fe y con las obras.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Los frutos de las privaciones voluntarias
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque con nuestras privaciones voluntarias nos enseñas a reconocer y agradecer tus dones, a dominar nuestro afán de suficiencia y a repartir nuestros bienes con los necesitados, imitando así tu generosidad.
Por eso,
con todos los ángeles, te glorificamos y te aclamamos diciendo:
Antífona de la Comunión
Dios nos amó y nos envió a su Hijo como víctima por nuestros pecados.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, que este sacramento que hemos recibido, prenda de la salvación eterna, nos dé fuerzas para vivir según tus mandamientos y alcanzar la recompensa prometida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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† Meditación diaria
Cuaresma. 2ª semana. Viernes
ABORRECER EL PECADO
— Nuestros pecados y la Redención. El verdadero mal del mundo.
— La Cuaresma, ocasión propicia que nos brinda la Iglesia para aumentar la lucha contra el pecado. La malicia del pecado venial.
— La lucha contra el pecado venial deliberado. Sinceridad. Examen. Contrición.
I. Dios nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados1.
La liturgia de estos días nos acerca poco a poco al misterio central de la Redención. Nos propone personajes del Antiguo Testamento que son imágenes de Nuestro Señor. Hoy, la Primera lectura de la Misa nos habla de José, que mediante la traición de sus hermanos llegó a ser, providencialmente, el salvador de la familia y de toda aquella región2. Es figura de Cristo Redentor.
José era el hijo predilecto de Jacob, y por encargo de su padre va en busca de sus hermanos. Recorre un largo camino hasta encontrarles: les lleva buenas noticias de su padre y también alimentos. Al principio sus hermanos –que le envidian y le odian por ser el predilecto– pensaron en matarle; más tarde le venden como esclavo, y así es conducido a Egipto. Dios se sirve de esta circunstancia para, años más tarde, darle un alto puesto en aquel país. En tiempos de gran hambre será el salvador de sus hermanos, a quienes no tiene en cuenta su crimen, y la tierra de Egipto donde se asentaron las tribus israelitas por benevolencia de José, se convirtió en cuna del pueblo elegido. Todos los que acuden en demanda de ayuda al faraón son enviados a José: id a José, les decía siempre.
También el Señor vino para traer la luz al mundo, enviado por el Padre: vino a su casa y los suyos no le recibieron3;... les mandó a su hijo, diciéndose: Tendrán respeto a mi hijo. Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: Este es el heredero. Venid, lo matamos y nos quedamos con la herencia. Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron4. Así hicieron con el Señor: lo sacaron fuera de la ciudad y lo crucificaron.
Los pecados de los hombres han sido la causa de la muerte de Jesucristo. Todo pecado está relacionado íntima y misteriosamente con la Pasión de Jesús. Solo reconoceremos la maldad del pecado si, con la ayuda de la gracia, sabemos relacionarlo con el misterio de la Redención. Solo así podremos purificar de verdad el alma y crecer en contrición de nuestras faltas y pecados. La conversión que insistentemente nos pide el Señor, y de modo particular en este tiempo de Cuaresma, mientras nos acercamos a la Semana Santa, debe partir de un rechazo firme de todo pecado y de toda circunstancia que nos ponga en peligro de ofender a Dios. La renovación moral de la que tan necesitado está el mundo, parte de esta convicción profunda: «(...) en la tierra solo hay un mal, que habrás de temer, y evitar con la gracia divina: el pecado»5. Por el contrario, «la pérdida del sentido del pecado es una forma o un fruto de la negación de Dios (...). Si el pecado es la ruptura de la relación filial con Dios para vivir la propia existencia fuera de la obediencia a Él, entonces no es solamente negar a Dios, pecar es también vivir como si Él no existiera, es borrarlo de la propia existencia diaria»6. Nosotros no queremos borrar al Señor de nuestra vida, sino que cada vez esté más presente en ella.
«Podemos afirmar muy bien –dice el Santo Cura de Ars– que la Pasión que los judíos hicieron sufrir a Cristo era casi nada, comparada con la que le hacen soportar los cristianos con los ultrajes del pecado mortal (...). ¡Cuál va a ser nuestro horror cuando Jesucristo nos muestre las cosas por las cuales le hemos abandonado!»7. ¡Qué necedades a cambio de tanto bien! Por la misericordia divina, con la ayuda de la gracia, nosotros no le vamos a dejar, y procuraremos que muchos que están lejos se acerquen.
II. El esfuerzo de conversión personal que nos pide el Señor debemos ejercitarlo todos los días de nuestra vida, pero en determinadas épocas y situaciones –como es la Cuaresma– recibimos especiales gracias que debemos aprovechar. Este tiempo litúrgico es una ocasión extraordinaria para afinar en la lucha contra el pecado y para aumentar la vida de la gracia con el ejercicio de las buenas obras.
Para comprender mejor la malicia del pecado debemos contemplar lo que Jesucristo sufrió por los nuestros. En la agonía de Getsemaní le vemos padecer, hasta lo indecible. Él, que no conoció pecado, se hizo pecado por nosotros8, dice San Pablo; cargó con todos nuestros horrores, llegando a derramar sudor de sangre. «Jesús, solo y triste, sufría y empapaba la tierra con su sangre.
»De rodillas sobre el duro suelo, persevera en oración... Llora por ti... y por mí: le aplasta el peso de los pecados de los hombres»9. Es una escena que debemos recordar muchas veces, cada día, pero muy especialmente cuando las tentaciones arrecien.
El Señor nos ha llamado a la santidad, a amar con obras, y de la postura que se adopte ante el pecado venial deliberado depende el progreso de nuestra vida interior, pues los pecados veniales, cuando no se lucha por evitarlos o no hay suficiente contrición después de cometerlos, producen un gran daño en el alma, volviéndola insensible e indiferente a las inspiraciones y mociones del Espíritu Santo. Debilitan la vida de la gracia, hacen más difícil el ejercicio de las virtudes, y disponen al pecado mortal.
«Muchas almas piadosas –dice un autor de nuestros días– están en una infidelidad casi continua en "pequeñas" cosas; son impacientes, poco caritativas en sus pensamientos, juicios y palabras, falsas en su conversación y en sus actitudes, lentas y relajadas en su piedad, no se dominan a sí mismas y son demasiado frívolas en su lenguaje, tratan con ligereza la buena fama del prójimo. Conocen sus defectos e infidelidades y los acusan quizá en confesión, mas no se arrepienten de ellos con seriedad ni emplean los medios con que podrían prevenirlos. No reflexionan que cada una de estas imperfecciones es como un peso de plomo que las arrastra hacia abajo, no se dan cuenta de que van comenzando a pensar de manera puramente humana y a obrar únicamente por motivos naturales, ni de que resisten habitualmente a las inspiraciones de la gracia y abusan de ella. El alma pierde así el esplendor de su belleza, y Dios va retirándose cada vez más de ella. Poco a poco pierde el alma sus puntos de contacto con Dios: en Él no ve al Padre amoroso y amado a quien se entregaba con filial ternura; algo se ha interpuesto entre los dos»10. Es el camino, ya iniciado, de la tibieza.
En la lucha decidida por desterrar de nuestra vida todo pecado demostraremos nuestro amor al Señor, nuestra correspondencia a la gracia: «¡Qué pena me das mientras no sientas dolor de tus pecados veniales! —Porque, hasta entonces, no habrás comenzado a tener verdadera vida interior»11.
Pidamos hoy a la Virgen que nos conceda aborrecer, no solo el pecado mortal, sino también el pecado venial deliberado.
III. «Restablecer el sentido justo del pecado es la primera manera de afrontar la grave crisis espiritual, que afecta al hombre de nuestro tiempo»12.
También para afrontar decididamente la lucha contra el pecado venial es preciso reconocerlo como tal, como ofensa a Dios que retrasa la unión con Él. Es preciso llamarlo por su nombre, sin excusas, sin disminuir la trascendental importancia que tiene para el alma que verdaderamente quiere ir a Dios. Movimientos de ira, envidia o sensualidad no rechazados con prontitud; deseo de ser el centro en todo, de llamar la atención; no ocuparse más que de uno mismo, de las propias cosas e intereses, perdiendo la capacidad para interesarnos por los demás; prácticas de piedad hechas con rutina, con poca atención y poco amor; juicios hechos con ligereza y poco caritativos sobre los demás..., constituyen pecados veniales y no solamente faltas o imperfecciones.
Debemos pedir al Espíritu Santo que nos ayude a reconocer con sinceridad nuestras faltas y pecados, a tener una conciencia delicada, que pide perdón y no justifica sus errores. «El que tiene sano el olfato del alma –decía San Agustín–, sentirá cómo hieden los pecados»13.
Los santos han comprendido con entera claridad, a la luz de la fe y del amor, que un solo pecado –sobre todo mortal, pero también los pecados veniales– constituye un desorden mayor que el peor cataclismo que asolara la tierra, «pues el bien de la gracia de un solo hombre es mayor que el bien natural del universo entero»14.
Fomentemos un sincero arrepentimiento de nuestras faltas y pecados, luchemos por quitar toda rutina al acudir al sacramento de la Misericordia divina. «Ten verdadero dolor de los pecados que confiesas, por leves que sean –aconseja San Francisco de Sales–, y haz firme propósito de la enmienda para en adelante. Muchos hay que pierden grandes bienes y mucho aprovechamiento espiritual porque, confesándose de los pecados veniales como por costumbre y cumplimiento, sin pensar enmendarse, permanecen toda la vida cargados de ellos»15.
La Virgen Santa María, Refugio de los pecadores, nos ayudará a tener una conciencia delicada para amar a Cristo y a todos los hombres, a ser sinceros con nosotros mismos y en la Confesión, a contar con nuestras flaquezas y a saber arrepentirnos de ellas con prontitud.
1 Antífona de la Comunión, 1 Jn 4, 10. — 2 Gen 3-4; 12-13; 17-28. — 3 Jn 1, 11. — 4Evangelio de la Misa, Mt 21, 33-34; 45-46. — 5 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 386. — 6 Juan Pablo II, Exhor. Apos. Reconciliatio et Paenitentia, 2-XII-1984, 18. — 7Santo Cura de Ars, Sermón sobre el pecado. — 8 Cfr. 2 Cor 5, 21. — 9 San Josemaría Escrivá, Santo Rosario. Primer misterio doloroso. — 10 B. Baur, En la intimidad con Dios, Herder. Madrid 1975, 10ª ed., p. 74. — 11 San Josemaría Escrivá,Camino, n. 330. — 12 Juan Pablo II, loc. cit. — 13 San Agustín, Coment. sobre el Salmo 37. — 14 Santo Tomás, Suma Teológica, 1-2, q. 113 a. 9 ad. 2. — 15 San Francisco de Sales, Introd. a la vida devota, II, 19.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
Rosendo, Santo Obispo, 1 Marzo
Obispo
frente de las tropas y arengaba a sus soldados con estas palabras:"Ellos con carros y caballos, nosotros en el nombre del Señor". |
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Eudoxia, Santa Mártir, 1 Marzo
Mártir
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Albino de Angers, Santo Obispo, 1 Marzo
Obispo de Angers
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Fuente: ACI Prensa
Félix III, Santo XLVIII Papa, Marzo 1
XLVIII Papa (483-492) Martirologio Romano: En la basílica de San Pablo de Roma, en la vía Ostiense, san Félix III, papa, que fue antepasado del papa san Gregorio I Magno (492). |
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Fuente: Chcsa.org
Albino de Vercelli, Santo Obispo, 1 Marzo
Obispo de la diócesis de Vercelli, fue consagrado en el 452, en un período histórico muy tormentoso en Italia. |
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Fuente: Oremosjuntos.com
Cristóbal de Milán, Beato Dominico, 1 Marzo
Se llama al Beato Cristóbal "el apóstol de Liguria", por el éxito con que envangelizó esa región de Italia. |
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Fuente: ACI Prensa
David (Dewi) de Gales, Santo Obispo, 1 Marzo
San David, o Dewi Sant, como se le conoce en idioma galés, es el santo patrono de Gales. Era un monje, abad y obispo celta que vivió durante el siglo VI. Fue arzobispo de Gales, y uno de los primeros santos que ayudaron a diseminar el Cristianismo entre las tribus celtas paganas del oeste de las islas británicas. |
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Fuente: Oremosjuntos.com
Domnina, Santa Virgen, 1 Marzo
La Virgen Domnina de Siria era discípula de San Mauro. |
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Fuente: RadioVaticana.org
Suitberto de Kaiserswert, Santo Obispo, 1 Marzo
Hoy, 01 de marzo, la Iglesia conmemora a SAN SUITBERTO, quien descansara en el Señor en un día como hoy del año 713, en el monasterio de Kaiserswerth, cerca de Dusseldorf, en Alemania. |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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