JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 10, 1-12
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir. Y les decía:
"La mies es abundante y los obreros pocos: Rueguen, pues, al dueño que mande obreros a su cosecha. ¡Pónganse en camino! Miren que los mando como corderos en medio de lobos. No lleven bolsa, ni morral, ni sandalias; y no se detengan a saludar a nadie por el camino.
Cuando entren en una casa, digan primero: Paz a a esta casa. Y si allí hay gente de paz,
descansará sobre ellos su paz; si no, volverá a ustedes. Quédense en esa casa, coman y beban de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No anden cambiando de casa.
Si entran en un pueblo y los reciben bien, coman lo que les pongan, curen a los enfermos que haya, y digan: Está cerca de ustedes el Reino de Dios.
Pero si entran en un pueblo y no los reciben bien, salgan a la plaza y digan: Hasta el polvo de su pueblo que se nos ha pegado a los pies, lo sacudimos sobre ustedes en señal de protesta. Pero sepan de todas formas que está llegando el Reino de Dios.
Les digo que el día del juicio será más tolerable para Sodoma que para ese pueblo".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/swf/l.swf?video_id=v82JVdXAUUs
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? abortar (todos los métodos anticonceptivos son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
San Lucas, Evangelista (18 de oct)
Antífona de Entrada
Qué hermoso es ver correr sobre los montes al mensajero que anuncia la paz, que trae buenas noticias, que anuncia la salvación.
Oración Colecta
Oremos:
Señor, tú que elegiste a san Lucas para revelar al mundo, mediante su predicación y su Evangelio, el misterio de tu predilección por los pobres; haz que todos los que hemos recibido de ti la gracia de conocerte, unidos por un profundo espíritu de fraternidad, demos al mundo testimonio claro de tu amor.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Sólo Lucas está conmigo
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 4, 9-17a
Querido hermano: Haz lo posible por venir a verme cuanto antes, pues Dimas me ha abandonado prefiriendo las cosas de este mundo y se ha ido a Tesalónica; Crescencio se ha ido a Galacia; Tito, a Dalmacia. El único que me acompaña es Lucas. Trae a Marcos contigo, pues me ayuda en mis tareas. A Tíquico lo envié a Efeso. Cuando vengas, tráeme el abrigo que dejé en Tróade en casa de Carpo, y también los libros, especialmente los pergaminos. Alejandro, el herrero, me ha hecho mucho daño; el Señor le dará su merecido. Cuídate de él, pues se ha opuesto tenazmente a nuestra predicación.
La primera vez que me defendí en el tribunal, nadie me ayudó y todos me abandonaron. Que no se les tome en cuenta. Pero el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para proclamar claramente el mensaje de salvación, de modo que lo oyeran todos los paganos.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Sal 144, 10-11.12-13ab.17-18
Tus amigos, Señor, proclamen la gloria de tu reinado.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor; que te bendigan tus fieles; que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas.
Tus amigos, Señor, proclamen la gloria de tu reinado.
Explicando tus hazañas a los hombres, la gloria y majestad de tu reinado. Tu reinado es un reinado perpetuo, tu gobierno va de edad en edad.
Tus amigos, Señor, proclamen la gloria de tu reinado.
El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones; cerca está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente.
Tus amigos, Señor, proclamen la gloria de tu reinado.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Soy yo quien los he elegido; y los he destinado para que vayan y den fruto, y su fruto dure, dice el Señor.
Aleluya.
Evangelio
La mies es abundante y los obreros son pocos
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 10, 1-12
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir. Y les decía:
"La mies es abundante y los obreros pocos: Rueguen, pues, al dueño que mande obreros a su cosecha. ¡Pónganse en camino! Miren que los mando como corderos en medio de lobos. No lleven bolsa, ni morral, ni sandalias; y no se detengan a saludar a nadie por el camino.
Cuando entren en una casa, digan primero: Paz a a esta casa. Y si allí hay gente de paz,
descansará sobre ellos su paz; si no, volverá a ustedes. Quédense en esa casa, coman y beban de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No anden cambiando de casa.
Si entran en un pueblo y los reciben bien, coman lo que les pongan, curen a los enfermos que haya, y digan: Está cerca de ustedes el Reino de Dios.
Pero si entran en un pueblo y no los reciben bien, salgan a la plaza y digan: Hasta el polvo de su pueblo que se nos ha pegado a los pies, lo sacudimos sobre ustedes en señal de protesta. Pero sepan de todas formas que está llegando el Reino de Dios.
Les digo que el día del juicio será más tolerable para Sodoma que para ese pueblo".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración de los Fieles
Celebrante:
Imploremos, hermanos y hermanas, la misericordia del Señor en este día en que el bienaventurado san Lucas, siguiendo el ejemplo de su Maestro, derramó su sangre para dar testimonio de la verdad, y pidámosle por las necesidades de todos los seres humanos.
(Respondemos a cada petición: Escúchanos Señor).
Para que la Iglesia, fiel a las enseñanzas de los apóstoles, sea en el mundo sacramento visible de la presencia invisible de su Señor, roguemos al Señor.
Escúchanos Señor.
Para que Dios transforme nuestro mundo y haga surgir el cielo nuevo y la tierra nueva que anunciaron los apóstoles de Jesucristo, roguemos al Señor.
Escúchanos Señor.
Para que la luz de la fe dé ánimo a los que sufren, y la esperanza del reino anunciado por los apóstoles alivie el sufrimiento de los que lloran, roguemos al Señor.
Escúchanos Señor.
Para que a nosotros, reunidos hoy para celebrar la fiesta de san Lucas, nos conceda docilidad hacia los obispos de la Iglesia, que ocupan hoy el lugar de los apóstoles, roguemos al Señor.
Escúchanos Señor.
Celebrante:
Escucha, Señor, la oración de tu Iglesia, y a los que hemos recibido el anuncio de la predicación apostólica, concédenos también el valor de proclamar con nuestra propia vida la Palabra que ilumina y salva.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Oración sobre las Ofrendas
Purifica, Señor, nuestros corazones, a fin de que el sacrificio que vamos a ofrecerte en la festividad de san Lucas, evangelista, nos obtenga la salud del espíritu y la salvación eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Los apóstoles, cimientos de la Iglesia y testigos de Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque cimentaste tu Iglesia sobre la roca de los Apóstoles, para que ella fuera en el mundo signo permanente de tu santidad y anunciara a los hombres tu mensaje de salvación.
Por eso,
con todos los ángeles y llenos de profunda devoción, te alabamos ahora y siempre diciendo:
Antífona de la Comunión
El Señor envió a sus discípulos a anunciar por todas partes la llegada del Reino de Dios.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Que esta sagrada comunión aumente, Señor, en nosotros el amor a Cristo y nos haga permanecer fieles al Evangelio, predicado y trasmitido por san Lucas.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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mar 29a. Ordinario año impar (Id=699)
Antífona de Entrada
Entremos y adoremos de rodillas al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios.
Oración Colecta
Oremos:
Señor, que tu amor incansable cuide y proteja siempre a estos hijos tuyos, que han puesto en tu gracia toda su esperanza.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Si por el pecado de un solo hombre reinó la muerte, con mucho más razón los que reciben la gracia reinarán en la vida por Jesucristo
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos
5, 12.15.17-19.21
Hermanos: Por un solo hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado entró la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, porque todos pecaron.
Ahora bien, el don de Dios supera con mucho al delito. Pues si por el delito de un solo hombre todos fueron castigados con la muerte, por el don de un solo hombre, Jesucristo, se ha desbordado sobre todos la abundancia de la vida y la gracia de Dios.
En efecto, si por el pecado de un solo hombre estableció la muerte su reinado, con mucha mayor razón reinarán en la vida por un solo hombre, Jesucristo, aquéllos que reciben la gracia sobreabundante que los hace justos.
En resumen, así como por el pecado de un solo hombre, Adán, vino la condenación para todos, así por la justicia de un sólo hombre, Jesucristo, ha venido para todos la justificación que da la vida. Y así como por la desobediencia de uno, todos fueron hechos pecadores, así por la obediencia de uno solo, todos serán hechos justos.
De modo que, donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia, para que así como el pecado tuvo poder para causar la muerte, así también la gracia de Dios, al justificarnos, tenga poder para conducirnos a la vida eterna por medio de Jesús, nuestro Señor.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del Salmo 39
Señor, date prisa en ayudarme.
Esperé en el Señor con gran confianza; él se inclinó hacia mí y escuchó mis plegarias.
Señor, date prisa en ayudarme.
Del charco cenagoso y la fosa mortal me puso a salvo; puso firme mis pies sobre la roca y aseguró mis pasos.
Señor, date prisa en ayudarme.
El me puso en la boca un canto nuevo, un himno a nuestro Dios. Muchos se conmovieron al ver esto y confiaron también en el Señor.
Señor, date prisa en ayudarme.
A mí, tu siervo, pobre y desdichado, no me dejes, Señor en el olvido. Tú eres quien me ayuda y quien me salva; no te tardes, Dios mío.
Señor, date prisa en ayudarme.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Velen y oren, para que puedan presentarse sin temor ante el Hijo del hombre.
Aleluya.
Evangelio
Dichosos aquellos a quienes su señor, al llegar, los encuentre en vela
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas
12, 35-38
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Estén listos, con la túnica puesta y las lámparas encendidas; sean semejantes a los criados que están esperando a que su señor regrese de la boda, para abrirle en cuanto llegue y toque.
Dichosos aquellos a quienes su señor, al llegar, los encuentre en vela: les aseguro que se recogerá la túnica, los hará sentar a la mesa y él mismo les servirá.
Y si llega a medianoche o de madrugada y los encuentra en vela, dichosos ellos".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Señor, Dios nuestro, tú que nos has dado este pan y este vino para reparar nuestras fuerzas, conviértelos para nosotros en sacramento de vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Restauración universal en Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro, a quien hiciste fundamento de todo y de cuya plenitud quisiste que participáramos todos.
El cual, siendo Dios, se anonadó a sí mismo, y por su sangre derramada en la cruz puso en paz todas las cosas; y así, constituido Señor del universo, es fuente de salvación eterna para cuantos creen en él.
Por eso,
con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Antífona de la Comunión
Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, tú que has querido hacernos participar de un mismo pan y de un mismo cáliz; concédenos vivir de tal manera unidos en Cristo, que nuestro trabajo sea eficaz para la salvación del mundo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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† Meditación diaria
29ª semana. Martes
LA VIGILANCIA EN EL AMOR
— Con las lámparas encendidas.
— La lucha en lo que parece de poca importancia nos mantendrá vigilantes.
— Alerta contra la tibieza.
I. Tened ceñidas vuestras cinturas y las lámparas encendidas, y estad como quienes aguardan a su amo cuando vuelve de las nupcias, para abrirle en cuanto venga y llame, leemos en el Evangelio de la Misa1. El tener "ceñida la cintura" es una metáfora basada en las costumbres de los hebreos, y en general de todos los habitantes de Oriente Medio, que ceñían sus amplias vestiduras antes de emprender un viaje para caminar sin dificultad. En el relato del Éxodo se narra la prescripción de Dios a los israelitas de celebrar el sacrificio de la Pascua con la ropa ceñida, las sandalias calzadas y el bastón en la mano2, porque iba a comenzar el itinerario hacia la tierra de promisión. Del mismo modo, tener las lámparas encendidas indica la actitud atenta, propia del que espera la llegada de alguien.
El Señor nos dice una vez más que nuestra actitud ha de ser como la de aquel que está a punto de emprender un viaje, o de quien espera a alguien importante. La situación del cristiano no puede ser de somnolencia y de descuido. Y esto por dos razones: porque el enemigo está siempre al acecho, como león rugiente, buscando a quien devorar3, y porque quien ama no duerme4. "Vigilar es propio del amor. Cuando se ama a una persona, el corazón vigila siempre, esperándola, y cada minuto que pasa sin ella es en función de ella y transcurre vigilante (...). Jesús pide el amor. Por eso solicita vigilancia"5. En Italia, muy cerca de Castelgandolfo, hay una imagen de la Virgen colocada junto a una bifurcación de carreteras, y tiene la siguiente inscripción: Cor meum vigilat. El Corazón de la Virgen está vigilante por Amor. Así debe estar el nuestro: vigilante por amor, y para descubrir al Amor que pasa cerca de nosotros. Enseña San Ambrosio que si el alma está adormecida, Jesús se marcha sin haber llamado a nuestra puerta, pero si el corazón está en vela, llama y pide que se le abra6. Muchas veces a lo largo del día pasa Jesús a nuestro lado. ¡Qué pena si la tibieza impidiera verlo!
"¡Cuánto te amo, Señor, mi fortaleza, mi alcázar, mi libertad! (Sal 17, 2-3). Eres lo más deseable y amable que puede imaginarse. ¡Dios mío, ayuda mía! Te amaré según me lo concedas y yo pueda, mucho menos de lo debido, pero no menos de lo que puedo... Podré más si aumentas mi capacidad, pero nunca llegaré a lo que te mereces"7. No permitas que, por falta de vigilancia, otras cosas ocupen el lugar que solo Tú debes llenar. Enséñame a mantener el alma libre para Ti, y el corazón dispuesto para cuando llegues.
II. Me pondré de centinela, // haré la guardia oteando a ver qué me dice, // qué respondo a su llamada8. San Bernardo, comentando estas palabras del Profeta, nos exhorta: "Estemos también nosotros, hermanos, vigilantes, porque es la hora del combate"9. Es necesario luchar cada día, frecuentemente en pequeños detalles, porque en cada jornada vamos a encontrar obstáculos que nos separan de Dios. Muchas veces el empeño por mantenernos en este estado de vigilia, bien opuesto a la tibieza, se concretará en fortaleza para cumplir nuestros actos de piedad, esos encuentros con el Señor que nos llenan de fuerzas y de paz. Hemos de estar atentos para no abandonarlos por cualquier imprevisto que se presente, sin dejarnos llevar por el estado de ánimo de ese día o de ese momento.
Otras veces nuestra lucha estará más centrada en el modo de vivir la caridad, corrigiendo formas destempladas del carácter (del mal carácter), esforzándonos en ser cordiales, en servir a los demás, en tener buen humor...; o tendremos que empeñarnos en realizar mejor el trabajo, en ser más puntuales, en poner los medios oportunos para que nuestra formación humana, profesional y espiritual no se estanque... Este estado de vigilia, como el del centinela que guarda la ciudad, no nos garantiza que siempre hayamos de vencer: junto a las victorias, tendremos también derrotas (metas que no alcanzamos, propósitos que no acabamos de cumplir bien...). Muchos de estos fracasos carecerán ordinariamente de importancia; otros sí la tendrán, pero el desagravio y la contrición nos acercarán más aún al Señor, y nos darán fuerzas para recomenzar de nuevo... "Lo grave –escribe San Juan Crisóstomo a uno que se había separado de la fe– no es que quien lucha caiga, sino que permanezca en la caída; lo grave no es que uno sea herido en la guerra, sino desesperarse después de recibido el golpe y no curar la herida"10.
No olvidemos que en la lucha en lo pequeño, el alma se fortalece y se dispone para oír las continuas inspiraciones y mociones del Espíritu Santo. Y es ahí también, en el descuido de lo que parece de poca importancia (puntualidad, dedicar al Señor el mejor tiempo para la oración, la pequeña mortificación en las comidas, en la guarda de los sentidos...), donde el enemigo se hace peligroso y difícil de vencer. "Hemos de convencernos de que el mayor enemigo de la roca no es el pico o el hacha, ni el golpe de cualquier otro instrumento, por contundente que sea: es esa agua menuda, que se mete, gota a gota, entre las grietas de la peña, hasta arruinar su estructura. El peligro más fuerte para el cristiano es despreciar la pelea en esas escaramuzas, que calan poco a poco en el alma, hasta volverla blanda, quebradiza e indiferente, insensible a las voces de Dios"11.
III. Es tan grata a Dios la actitud del alma que, día tras día y hora tras hora, aguarda vigilante la llegada de su Señor, que Jesús exclama en la parábola que nos propone: ¡Dichosos aquellos siervos a los que al volver su amo los encuentre vigilando! Y, olvidando quién es el criado y quién el señor, sienta a la mesa al criado y él mismo le sirve. Es el amor infinito que no teme invertir los puestos que a cada uno corresponden: En verdad os digo que se ceñirá la cintura, les hará sentar a la mesa y acercándose les servirá. Las promesas de intimidad con Dios van más allá de lo que podemos imaginar. Vale la pena estar vigilantes, con el alma llena de esperanza, atentos a los pasos del Señor que llega.
El corazón que ama está alerta, como el centinela en la trinchera; el que anda metido en la tibieza, duerme. El estado de tibieza se parece a una pendiente inclinada que cada vez se separa más de Dios. Casi insensiblemente nace una cierta preocupación por no excederse, por quedarse en lo suficiente para no caer en el pecado mortal, aunque se acepta con frecuencia el venial. Y se justifica esta actitud de poca lucha y de falta de exigencia personal con razones de naturalidad, de eficacia, de salud, que ayudan al tibio a ser indulgente con sus pequeños afectos desordenados, apegos a personas o cosas, caprichos, excesiva tendencia a buscar una mayor comodidad..., que llegan a presentarse como una necesidad subjetiva. La fuerzas del alma se van debilitando cada vez más, hasta llegar, si no se remedia, a pecados más graves.
El alma adormecida en la tibieza vive sin verdaderos objetivos en la lucha interior que atraigan e ilusionen. "Se va tirando". Se ha dejado el empeño por ser mejores, o se lleva una lucha ficticia e ineficaz. Queda en el corazón un vacío de Dios que el tibio intenta llenar con otras cosas, que no son Dios y no llenan; y un especial y característico desaliento impregna toda la vida de relación con el Señor. Se pierde la prontitud y la alegría en la entrega, y la fe queda apagada, precisamente porque se ha enfriado el amor. A un estado de tibieza le ha precedido siempre un conjunto de pequeñas infidelidades, cuya culpa –no zanjada– está influyendo en las relaciones de esa alma con Dios.
Tened ceñidas las cinturas y las lámparas encendidas..., atentos a los pasos del Señor. Es una llamada a mantenernos alerta, con la lucha diaria planteada en puntos muy concretos. Nadie estuvo más atento a la llegada de Cristo a la tierra que su Madre Santa María. Ella nos enseñará a mantenernos vigilantes si alguna vez sentimos que ese mal sueño hace su presencia en el alma.
"¡Señor, qué bueno eres para el que te busca! Y ¿para el que te encuentra?"12. Nosotros lo hemos encontrado. No lo perdamos.
1 Lc 12, 35-38. — 2 Ex 12, 11. — 3 Cfr. 1 Pdr 5, 8. — 4 Cfr. Cant 2, 5. — 5 Ch. Lubich, Meditaciones, p. 33. — 6 Cfr. San Ambrosio, Comentario al Salmo 18. — 7 San Bernardo, Tratado sobre el amor de Dios, VI, 16. — 8 Heb 2, 1. — 9 San Bernardo, Sermón 5, 4. — 10 San Juan Crisóstomo, Exhortación II a Teodoro caído, 1. — 11 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 77. — 12 San Bernardo, Tratado sobre el amor de Dios, VII, 22.
18 de octubre
SAN LUCAS, EVANGELISTA*
Fiesta
— El Evangelio de San Lucas. La perfección de nuestro trabajo.
— Lo que el Evangelista nos transmite. El pintor de la Virgen.
— Leer con piedad el Santo Evangelio.
I. ¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae la buena nueva, que pregona la victoria!1.
Hemos de agradecer hoy a San Lucas que sea para nosotros un buen mensajero que anuncia la paz, que trae la buena nueva, pues fue un fiel instrumento en manos del Espíritu Santo. Nos ha transmitido un precioso Evangelio y la historia de la primitiva Cristiandad en los Hechos de los Apóstoles, movido por la gracia de la inspiración divina, pero a la vez con el esfuerzo humano de un trabajo bien hecho, pues la ayuda de Dios no suplanta lo humano. Él mismo nos indica que redactó su obra después de haberse informado con exactitud de todo desde los comienzos, y que lo hizo de forma ordenada2, no de cualquier manera. Esto le debió suponer buscar cuidadosamente fuentes de primera mano, muy probablemente la Virgen, los Apóstoles, incluso las mismas personas que aún vivían y que fueron protagonistas de los milagros, sucesos y narraciones... Nos señala expresamente que recoge esas noticias conforme nos las transmitieron quienes desde el principio fueron testigos oculares3. Incluso su mismo estilo literario, como hace notar San Jerónimo4, indica la seguridad de las fuentes de las que se nutre. Gracias a este esfuerzo y a su correspondencia a las gracias que recibió del Espíritu Santo, hoy podemos leer, maravillados, los relatos de la infancia de Jesús, algunas bellísimas parábolas que solo él recoge, como la del hijo pródigo, la del buen samaritano, la del administrador infiel, la del pobre Lázaro y el mal rico... Propio también de San Lucas es el relato de los dos caminantes de Emaús, lleno de finura y acabado hasta en sus menores detalles.
Ninguno de los Evangelistas nos ha mostrado la misericordia divina para con los más necesitados como lo hace San Lucas. Resalta el amor de Jesús por los pecadores, quien declara que ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido5, relata el perdón a la mujer pecadora6, el alojamiento en casa de un pecador como Zaqueo7, la mirada de Jesús que transforma el corazón de Pedro después de las negaciones8, la promesa del Reino al ladrón arrepentido9, la oración por los que le crucifican y le insultan en el Calvario10... Las mujeres y el empeño de Jesús por devolverles su dignidad, poco considerada en aquel tiempo, ocupan un lugar muy importante en su Evangelio: la viuda de Naín11, la pecadora arrepentida12, las mujeres galileas que ponen a disposición de Jesús sus bienes y van también en su seguimiento13, las visitas de Jesús a casa de las dos hermanas de Betania14, la curación de una mujer encorvada15, las mujeres de Jerusalén que dan a Jesús muestras de su compasión en el camino de la cruz16... son todas figuras nombradas y realzadas solo por este Evangelista.
Es mucho lo que hemos de agradecer hoy a San Lucas. "Eres el único escribía el que más tarde había de ser el Papa Juan Pablo I en una carta figurada al Evangelista que nos ofrece un relato del nacimiento e infancia de Cristo, cuya lectura escuchamos siempre con renovada emoción en Navidad. Hay, sobre todo, una frase tuya que me llama la atención: Envuelto en pañales fue reclinado en un pesebre. Esta frase ha dado origen a todos los belenes del mundo y a miles de cuadros preciosos"17. Ha permitido que acompañemos, tantas veces, a la Sagrada Familia en Belén y en su vida cotidiana entre sus paisanos de Nazareth.
También nosotros nos detenemos hoy a considerar la perfección humana con que debemos realizar nuestro trabajo, aunque nos parezca que quizá no tiene mucha trascendencia. Las obras bien hechas permanecen y resulta fácil ofrecerlas a Dios, que las acogerá como un don. El trabajo realizado con poco esfuerzo, sin interés, sin cuidar lo pequeño, no merece ser humano, y no permanecerá ni delante de Dios, ni de los hombres. Examinemos hoy cómo llevamos a cabo lo que tenemos entre manos, lo que debemos ofrecer cada día al Señor.
II. En el Evangelio de San Lucas encontramos la doctrina fundamental del Señor sobre la humildad, la sinceridad, la pobreza, la penitencia, la aceptación de la cruz cada día, la necesidad de ser agradecidos... El gran amor que tenemos a Nuestra Señora nos mueve hoy a dar gracias a este Santo Evangelista que supo presentar la grandeza y hermosura de su alma con una exquisita delicadeza. Por eso, se le dio desde muy antiguo el título de pintor de la Virgen18, y de ahí se pasó más tarde a que se le atribuyera la autoría de algunas tallas y pinturas de Nuestra Señora. En cualquier caso, el Evangelio de San Lucas es fundamental para el conocimiento y la devoción a la Virgen, y ha servido de inspiración a una buena parte del arte cristiano. Ningún personaje de la historia evangélica fuera, naturalmente, de Jesús es descrito con tanto amor y admiración como Santa María. Nos enseña, inspirado por el Espíritu Santo, los dones y la fiel correspondencia de la Virgen Santísima: es la llena de gracia, el Señor está con ella; concibió por obra del Espíritu Santo, siendo Madre de Jesús sin dejar de ser Virgen; íntimamente unida al misterio redentor de la Cruz, será bendecida por todas las generaciones, pues el Todopoderoso hizo en Ella grandes cosas. Con razón una mujer del pueblo alabó entusiasmada y de forma muy expresiva a la Madre de Jesús19. De la misma forma nos enseña la fidelísima correspondencia de la Virgen: recibe con humildad el anuncio del Arcángel acerca de su dignidad de Madre de Dios; acepta rendidamente los planes divinos; se apresura a ayudar a los demás... Por dos veces20 nos muestra a Nuestra Señora que ponderaba estas cosas en su corazón... Son conocimientos que solo la Virgen pudo transmitir en momentos en que abrió su intimidad.
En ese camino de las cosas bien hechas, acabadas con perfección, pidámosle a San Lucas dar a conocer a los demás la devoción a la Virgen, la riqueza casi infinita de su alma, como él lo hizo. Especialmente, en este mes de octubre, procuremos propagar esa devoción del Santo Rosario, que tantas gracias nos obtiene del Cielo.
III. Honremos la memoria de San Lucas contemplando la atrayente y alentadora figura del Salvador que nos pone delante. Y pidámosle, al leer y meditar los Hechos de los Apóstoles el Evangelio del Espíritu Santo, como se le ha llamado-, la alegría y el espíritu apostólico de nuestros primeros hermanos en la fe que allí se refleja. Según una antigua costumbre cristiana, cuando alguien se encontraba en un apuro o en una duda abría al azar el Evangelio y leía el primer versículo encontrado. Muchas veces no se encontraba la respuesta adecuada, pero siempre se hallaba paz y serenidad; se había entrado en contacto con Jesús. Salía de Él una virtud que sanaba a todos21, comenta en cierta ocasión el Evangelista. Y esa virtud sigue saliendo de Jesús cada vez que entramos en contacto con Él. La obra de San Lucas, inspirada por Dios, nos enseña a mantener esa relación directa con el Señor, nos anima a acudir frecuentemente a su misericordia, a tratarle como al Amigo fiel que dio su vida por nosotros. A la vez, nos permite meternos de lleno en el misterio de Jesús, especialmente hoy, cuando tantas y tan confusas ideas circulan sobre el tema más trascendental para la Humanidad desde hace veinte siglos: Jesucristo, Hijo de Dios, piedra angular, fundamento de todo hombre. Ninguna lectura tiene la virtud de acercarnos tanto a Dios como la que está escrita bajo la misma inspiración divina. Por eso en el Santo Evangelio debemos aprender la ciencia suprema de Jesucristo22, como decía San Pablo a los Filipenses, "pues desconocer la Escritura es desconocer a Cristo"23.
El Evangelio debe ser el primer libro del cristiano porque nos es imprescindible conocer a Cristo; hemos de mirarlo y contemplarlo hasta conocer de memoria todos sus rasgos. "Al abrir el Santo Evangelio, piensa que lo que allí se narra obras y dichos de Cristo no solo has de saberlo, sino que has de vivirlo. Todo, cada punto relatado, se ha recogido, detalle a detalle, para que lo encarnes en las circunstancias concretas de tu existencia.
"-El Señor nos ha llamado a los católicos para que le sigamos de cerca y, en ese Texto Santo, encuentras la Vida de Jesús; pero, además, debes encontrar tu propia vida.
"Aprenderás a preguntar tú también, como el Apóstol, lleno de amor: "Señor, ¿qué quieres que yo haga?..." ¡La Voluntad de Dios!, oyes en tu alma de modo terminante.
"Pues, toma el Evangelio a diario, y léelo y vívelo como norma concreta. Así han procedido los santos"24.
San Lucas, que tantas veces meditaría los hechos que relata, nos enseñará a amar, como lo hacían los primeros cristianos, el Santo Evangelio. En él encontraremos "el alimento del alma, la fuente límpida y perenne de la vida espiritual"25.
1 Antífona de entrada, Is 52, 7. — 2 Cfr. Lc 1, 3. — 3 Lc 1, 2. — 4 Cfr. San Jerónimo, Epístola 20, 4. — 5 Lc 19, 10. — 6 Lc 7, 36-50. — 7 Lc 19, 1-10. — 8 Lc 22, 61. — 9 Lc 23, 42 ss. — 10 Lc 23, 34. — 11 Lc 7, 11-17. — 12 Lc 7, 36-50. — 13 Lc 8, 1-3. — 14 Lc 10, 38-42. — 15 Lc 13, 10-17. — 16 Lc 23, 27-32. — 17 A. Luciani, Ilustrísimos señores, BAC, 2.ª ed., Madrid 1978, pp. 234-235. — 18 Eusebio, Historia Eclesiástica, II, 43. — 19 Cfr. Sagrada Biblia, Santos Evangelios, EUNSA, introd. a San Lucas, pp. 706-707. — 20 Lc 2, 19; 51. — 21 Cfr. Mc 6, 56. — 22 Flp 3, 8. — 23 San Jerónimo, Comentarios sobre el Profeta Isaías, prol.: PL 24, 17. — 24 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 754. — 25 Conc. Vat. II, Const. Dei Verbum, 21.
* San Lucas Evangelista nació en Antioquía, en el seno de una familia pagana. Era médico, según muchos indicios. Se convirtió a la fe hacia el año 40, acompañó a San Pablo en su segundo viaje apostólico y estuvo a su lado en la última parte de la vida del Apóstol. Autor del tercer Evangelio y de los Hechos de los Apóstoles, es el Evangelista que mejor nos ha dado a conocer la infancia de Jesús y quien ha recogido algunas de las parábolas más conmovedoras de la misericordia divina.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
San Lucas Evangelista |
Lucas significa: "luminoso, iluminado" (viene del latín "luce" = luz).
San Lucas escribió dos libros muy famosos: el tercer Evangelio y Los Hechos de los apóstoles. Es un escritor muy agradable, y el que tiene el estilo más hermoso en el Nuevo Testamento. Sus dos pequeños libros se leen con verdadero agrado.
Era médico. San Pablo lo llama "Lucas, el médico muy amado", y probablemente cuidaba de la quebrantada salud del gran apóstol.
Era compañero de viajes de San Pablo. En los Hechos de los apóstoles, al narrar los grandes viajes del Apóstol, habla en plural diciendo "fuimos a... navegamos a..." Y va narrando con todo detalle los sucesos tan impresionantes que le sucedieron a San Pablo en sus 4 famosos viajes. Lucas acompañó a San Pablo cuando éste estuvo prisionero, primero dos años en Cesarea y después otros dos en Roma. Es el único escritor del Nuevo Testamento que no es israelita. Era griego.
El poeta Dante le dio a San Lucas este apelativo: "el que describe la amabilidad de Cristo". Y con razón el Cardenal Mercier cuando un alumno le dijo: "Por favor aconséjeme cuál es el mejor libro que se ha escrito acerca de Jesucristo", le respondió: "El mejor libro que se ha escrito acerca de Jesucristo se llama: El Evangelio de San Lucas". Un autor llamó a este escrito: "El libro más encantador del mundo".
Como era médico era muy comprensivo. Dicen que un teórico de oficina, ve a las gentes mejor de lo que son. Un sociólogo las ve peor de lo que son en realidad. Pero el médico ve a cada uno tal cual es. San Lucas veía a las personas tal cual son (mitad debilidad y mitad buena voluntad) y las amaba y las comprendía.
En su evangelio demuestra una gran estimación por la mujer. Todas las mujeres que allí aparecen son amables y Jesús siempre les demuestra gran aprecio y verdadera comprensión.
Su evangelio es el más fácil de leer, de todos los cuatro. Son 1,200 renglones escritos en excelente estilo literario. Lo han llamado "el evangelio de los pobres", porque allí aparece Jesús prefiriendo siempre a los pequeños, a los enfermos, a los pobres y a los pecadores arrepentidos. Es un Jesús que corre al encuentro de aquellos para quienes la vida es más dura y angustiosa.
También se ha llamado: "el evangelio de la oración", porque presenta a Jesús orando en todos los grandes momentos de su vida e insistiendo continuamente en la necesidad de orar siempre y de no cansarse de orar.
Otro nombre que le han dado a su escrito es el "evangelio de los pecadores", porque presenta siempre a Jesús infinitamente comprensivo con los que han sido víctimas de las pasiones humanas. San Lucas quiere insistir en que el amor de Dios no tiene límites ni rechaza a quien desea arrepentirse y cambiar de vida. Por eso los pecadores leen con tanto agrado y consuelo el evangelio de San Lucas. Es que fue escrito pensando en ellos.
Su evangelio es el que narra los hechos de la infancia de Jesús, y en él se han inspirado los más famosos pintores para representar en imágenes tan amables escenas.
Dicen que murió soltero, a la edad de 84 años, después de haber gastado su vida en hacer conocer y amar a Nuestro Señor Jesucristo.
________________________________________________________________Fuente: Franciscanos.org
Pedro de Alcántara, Santo Penitente, Octubre 18
PenitenteMartirologio Romano: En la villa de Arenas, en la región española de Castilla, san Pedro de Alcántara, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que adornado con el don de consejo y de vida penitente y austera, reformó la disciplina regular en los conventos de la Orden en España, siendo consejero de santa Teresa de Jesús en su obra reformadora de la Orden de los Carmelitas (1562). |
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Pedro de Tsetinia, Santo Obispo, 18 de octubre
Octubre 18 Etimológicamente significa "roca". Viene de la lengua hebrea. |
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Justo de Auxerre, Santo Mártir, 18 de octubre
Mártir |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: www.iesvs.org
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