miércoles, 24 de mayo de 2017

[ † ] Miércoles de San José. 24/05/2017. María, Auxilio de los Cristianos ¡ruega por nosotros y la familia salesiana!

JA

JMJ

Pax

El Espíritu de la verdad los guiará hasta la verdad plena

† Lectura del santo Evangelio según san Juan 16, 12-15

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Tendría que decirles muchas cosas más, pero no podrían entenderlas ahora. Cuando venga el Espíritu de la verdad, los iluminará para que puedan entender la verdad completa. El no hablará por su cuenta, sino que dirá únicamente lo que ha oído y les anunciará las cosas venideras. El me glorificará, porque todo lo
que les dé a conocer lo recibirá de mí.
Todo lo que tiene el Padre, también es mío; por eso les he dicho que todo lo que el Espíritu les dé a conocer, lo recibirá de mí".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk

El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).

 

 

Misal

 

mie 6a. Sem Pascua

Antífona de Entrada

Te alabaré, Señor, ante los hombres, y hablaré a mis hermanos de tu poder y tu misericordia. Aleluya.

 

Oración Colecta

Oremos:
Concédenos, Señor, a cuantos celebramos ahora la resurrección de tu Hijo por medio de la fe, poderlo contemplar resucitado, llenos de alegría cuando vuelva glorioso en medio de tus santos.
Por Cristo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.

 

Primera Lectura

Les anuncio a ese Dios que ustedes veneran sin conocerlo

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 17, 15-16.22-34; 18, 1

En aquellos días, los que acompañaban a Pablo lo llevaron hasta Atenas, y de allí se
regresaron con el encargo de avisar a Silas y Timoteo, para que se reunieran con Pablo lo más pronto posible.
Mientras Pablo los esperaba en Atenas, se apenaba cada vez más al ver una ciudad tan dominada por la idolatría.
Entonces Pablo, de pie en medio del areópago dijo:
"Atenienses, he observado que son muy religiosos. En efecto, al recorrer su ciudad y contemplar sus monumentos sagrados, he encontrado un altar en el que está escrito: "Al Dios desconocido". Pues bien, eso que veneran sin conocerlo es lo que yo les anuncio.
El Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él, y que es el Señor de cielo y tierra, no habita en templos construidos por mano de hombre; tampoco tiene necesidad de que los hombres lo sirvan, pues él da a todos la vida, la respiración y todo lo demás. El creó de un solo hombre toda la humanidad para que habitara en toda la tierra, fijando a cada pueblo dónde y cuándo tenían que habitar, con el fin de que buscaran a Dios, a ver si, aunque sea a tientas, lo podían encontrar; y es que en realidad no está lejos de cada uno de nosotros, ya que en él vivimos, nos movemos y existimos. Así lo han dicho algunos de sus poetas: "Somos de su descendencia". Por tanto, si somos descendencia de Dios, no debemos pensar que la divinidad se parezca a oro, plata piedra o escultura hecha por el arte y el ingenio humanos.
Ahora, sin embargo, pasando por alto los tiempos de la ignorancia, Dios manda a todos los hombres y en todas partes que se conviertan, ya que él ha establecido un día, en el cual va a juzgar el universo con justicia por medio de un hombre designado por él, a quien ha acreditado ante todos resucitándolo de entre los
muertos".
Al oír aquello de "resurrección de entre los muertos", unos se burlaron y otros dijeron:
"Sobre este asunto te oiremos otro día".
Entonces Pablo abandonó la reunión. Algunos, sin embargo, se unieron a él y creyeron; entre ellos Dionisio el Areopagita, una mujer llamada Dámaris y algunos otros.
Después de esto, Pablo partió de Atenas y fue a Corinto.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Sal 148,1-2.11-12ab.12c-14ª

La gloria del Señor sobrepasa cielo y tierra.

Alaben al Señor desde los cielos, alábenlo en las alturas. Alábenlo todos sus ángeles, alábenlo todos sus ejércitos.
La gloria del Señor sobrepasa cielo y tierra.

Reyes del mundo y pueblos todos, príncipes y todos los jefes de la tierra; los jóvenes y también las muchachas, los viejos junto con los niños.
La gloria del Señor sobrepasa cielo y tierra.

Alaben el nombre del Señor, porque sólo su nombre es sublime, su grandeza está por encima de los cielos y la tierra, él ha hecho fuerte a su pueblo.
La gloria del Señor sobrepasa cielo y tierra.

El ha hecho fuerte a su pueblo, él es el orgullo de todos sus fieles, de Israel, su pueblo entrañable.
La gloria del Señor sobrepasa cielo y tierra.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Yo le pediré al Padre, y él les dará otro Consolador, que se quedará para siempre con ustedes, dice el Señor.
Aleluya.

Evangelio

El Espíritu de la verdad los guiará hasta la verdad plena

† Lectura del santo Evangelio según san Juan 16, 12-15

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Tendría que decirles muchas cosas más, pero no podrían entenderlas ahora. Cuando venga el Espíritu de la verdad, los iluminará para que puedan entender la verdad completa. El no hablará por su cuenta, sino que dirá únicamente lo que ha oído y les anunciará las cosas venideras. El me glorificará, porque todo lo
que les dé a conocer lo recibirá de mí.
Todo lo que tiene el Padre, también es mío; por eso les he dicho que todo lo que el Espíritu les dé a conocer, lo recibirá de mí".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Dios nuestro, que por medio de estos dones que vas a convertir en el Cuerpo
y la Sangre de tu Hijo, nos haces participar de tu misma vida divina, concédenos que nuestra conducta ponga de manifiesto las verdades que nos has revelado.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Restauración universal por el misterio pascual

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca en este tiempo en que Cristo, nuestra pascua, fue inmolado. Porque, destruida la antigua situación de pecado, se levanta todo lo que estaba caído y en Cristo se nos otorga la integridad de la vida.
Por eso, con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría, y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:

Antífona de la Comunión

Yo soy quien los ha elegido del mundo, dice el Señor, y los he destinado para que vayan y produzcan fruto, y su fruto perdure. Aleluya.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Señor, tú que nos has concedido participar en esta Eucaristía, míranos con bondad y ayúdanos a vencer nuestra fragilidad humana, para poder vivir como hijos tuyos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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SOLEMNIDAD DE MARIA, AUXILIADORA DE LOS CRISTIANOS.

Patrona principal de la Familia Salesiana.

 

La Iglesia ha experimentado muchas veces la valiosísima ayuda de la Madre de Dios en las persecuciones promovidas por los enemigos de la fe cristiana. Por esto, ya desde los primeros tiempos de la era cristiana, prevaleció la costumbre de invocar a la Santísima Virgen en tiempo de persecución con el título de «Auxilio de los cristianos».

Cuando Pío VII (+1823), expulsado de la Sede de Pedro por la fuerza de las armas, se hallaba detenido bajo estrecha vigilancia, y toda la Iglesia rogaba intensamente por él por la intercesión de la Santísima Virgen, sucedió de improviso que el Sumo Pontífice fue liberado y, habiendo regresado a Roma, fue restituido al Solio pontificio el día 24 de mayo de 1814.

Por este motivo, Pío VII estableció una fiesta en honor de la Virgen Madre bajo el apelativo de «Auxilio de los cristianos», (Auxilium christianorum) para que se celebrara perpetuamente en Roma el día 24 de mayo, feliz aniversario de su regreso a la Urbe. Esta fiesta se celebra en muchas Iglesias particulares e Institutos religiosos, principalmente en la Sociedad de San Francisco de Sales, fundada por San Juan Bosco (+1888).

La primera lectura de esta Misa recuerda la gran batalla que, por designio de Dios, se ha establecido, desde los orígenes del género humano, entre la Mujer y la Serpiente. Se propone efectivamente:

- o bien Génesis 3, 1-6. 13-15, donde resuenan las amenazadoras palabras de Dios a la Serpiente y el primer anuncio de la futura victoria del Hijo de la Mujer: «Establezco hostilidades entre ti y la mujer, entre tu estirpe y la suya; ella te herirá en la cabeza cuando tú la hieras en el talón» (v. 15);

- o bien Apocalipsis 12, 1-3a. 7-12ab. 17, donde se narra proféticamente la batalla del enorme dragón o serpiente primordial (cf. vv. 3. 9) contra la Mujer vestida de sol, coronada con doce estrellas (cf. v. 1) y contra «el resto de su descendencia, los que guardan los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesús» (v. 17), esto es, contra la Iglesia representada en la visión de la Virgen María.

La lectura del Evangelio (Jn 2, 1-11) muestra el auxilio que la Santísima Virgen presta sin cesar a la Iglesia -significada en los discípulos que creen en Jesús (cf. v. 11) y en los que toman parte en el banquete de bodas (cf. v. 2)-, fortaleciendo la fe de los cristianos y socorriéndolos en sus necesidades.

Los textos eucológicos celebran a Dios, que ha constituido «a la Madre de (su) amado Hijo / en madre y auxiliadora del pueblo cristiano» (Oración colecta, Prefacio), «para que, bajo su protección, / participe valientemente en el combate de la fe, / persevere con fidelidad en la enseñanza de los apóstoles, / y camine seguro entre las dificultades del mundo» (Prefacio; cf. Oración colecta, Oración sobre las ofrendas).

Los textos de esta Misa, a excepción del Prefacio, se han tomado, con algunas variantes, del Propria missarum de la Sociedad de San Francisco de Sales (Tipografía Políglota Vaticana 1974, pp. 35-40) Y de la Congregación de Clérigos Regulares de San Pablo (Curia General, Roma 1981, pp. 25-29).

 

 

La celebración puede comenzar con este canto tradicional a María Auxiliadora:


En la historia de Don Bosco como un sueño tú apareces
cual maestra que transforma fieros lobos en corderos
y Juanito va aprendiendo la lección de tu dulzura
que es el rostro del amor de nuestro Dios.

María Auxiliadora, poder que se hace ternura.

Señora, Madre de Cristo, socorre al pueblo de Dios.

Cada casa salesiana es hogar donde tú habitas
cada joven es un hijo del que cuidas con cariño,
cada pobre se enriquece al sentirte como madre
protegido por tu amor y tu bondad.


María Auxiliadora, poder que se hace ternura,

Señora, Madre de Cristo, socorre al pueblo de Dios


Vencedora poderosa en históricas batallas
donde el único enemigo que sucumbe es el pecado,
hoy la Iglesia perseguida necesita de tu auxilio;
tú eres fuerza para andar y caminar.


María Auxiliadora, poder que se hace ternura,

Señora, Madre de Cristo, socorre al pueblo de Dios.



Introducción

 

"María Auxiliadora, poder que se hace ternura,

Señora, Madre de Cristo, socorre al pueblo de Dios".

Así reza el estribillo de (este) conocido cántico a María Auxiliadora (que hemos entonado al comienzo de la celebración). En él pedimos la materna protección de María para el Pueblo de Dios que es esta Iglesia peregrina en el tiempo que así como nació, también vive, combate y avanza gracias a la fuerza que recibe de la Santísima Eucaristía. 

Que experimentemos el socorro de la gloriosa siempre Virgen María, Auxilio de los cristianos, y que de ella aprendamos a vivir intensamente este encuentro comunitario con Dios, que es la Santa Misa, Sacrificio de Cristo.

 

Antífona de entrada Cf. Jdt 13, 19

 

Tu alabanza estará siempre en la boca de todos los que recuerden la hazaña de Dios.

 

Oración colecta

 

Oh, Dios, que has constituido a la Madre de tu amado Hijo en madre y auxiliadora del pueblo cristiano, concede a tu Iglesia vivir bajo su protección y alegrarse con una paz duradera. Por nuestro Señor Jesucristo.

 

 

Liturgia de la Palabra

 

Primera lectura

 

La lectura del Libro del Apocalipsis describe la gran batalla entre la antigua Serpiente y la Descendencia de la Mujer elegida por Dios, batalla aquella, que existe desde el principio y que durará hasta el final de los tiempos.

 

Una mujer vestida de sol, la luna por pedestal

 

Lectura del libro del Apocalipsis 11, 19a; 12, 1. 3-6a. 10ab

 

Apareció una figura portentosa en el cielo: Una mujer vestida de sol, la luna por pedestal, coronada con doce estrellas. Estaba encinta, y gritaba entre los espasmos del parto, y por el tormento de dar a luz.

Apareció otra señal en el cielo: un enorme dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos y siete diademas en las cabezas.

Se trabó una batalla en el cielo; Miguel y sus ángeles declararon guerra al dragón. Lucharon el dragón y sus ángeles, pero no vencieron, y no quedó lugar para ellos en el cielo. Y al gran dragón, a la serpiente primordial que se llama diablo y Satanás, y extravía la tierra entera, lo precipitaron a la tierra y a sus ángeles con él.

Se oyó una gran voz en el cielo:

–«Ahora se estableció la salud y el poderío,

y el reinado de nuestro Dios,

y la potestad de su Cristo;

porque fue precipitado

el acusador de nuestros hermanos,

el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.

Ellos lo vencieron en virtud de la sangre del Cordero

y por la palabra del testimonio que dieron,

y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.

Por esto, estad alegres, cielos,

y los que moráis en sus tiendas.»

Despechado el dragón por causa de la mujer, se marchó a hacer la guerra al resto de su descendencia, a los que guardan los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesús.

 

Palabra de Dios.

 

O bien:

 

Lectura del libro del Génesis 3, 1-8

 

La incansable asechanza de la Serpiente y la paternal solicitud de Dios por su pueblo. Son las dos realidades con las que tendrá que convivir la humanidad hasta el final de los tiempos.

 

La serpiente era más astuta que las demás bestias del campo que el Señor había hecho. Y dijo a la mujer:

–¿Cómo es que Dios os ha dicho que no comáis de ningún árbol del jardín?

La mujer respondió a la serpiente:

–Podemos comer los frutos de los árboles del jardín; sólo del fruto del árbol que está en mitad del jardín nos ha dicho Dios: «No comáis de él ni lo toquéis, bajo pena de muerte.»

La serpiente replicó a la mujer:

–No moriréis. Bien sabe Dios que cuando comáis de él, se os abrirán los ojos, y seréis como Dios en el conocimiento del bien y el mal.

La mujer vio que el árbol era apetitoso, atrayente y deseable porque daba inteligencia; tomó un fruto, comió, y ofreció a su marido, el cual comió.

Se les abrieron los ojos a los dos, y descubrieron que estaban desnudos; entrelazaron hojas de higuera y se las ciñeron.

El Señor Dios dijo a la mujer:

–¿Qué es lo que has hecho?

Ella respondió:

–La serpiente me engañó y comí.

El Señor Dios dijo a la serpiente:

Por haber hecho eso, serás maldita entre todo el ganado y todas las fieras del campo; te arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida; establezco hostilidades entre ti y la mujer, entre tu estirpe y la suya; ella te herirá en la cabeza, cuando tú la hieras en el talón.

 

Palabra de Dios

 

 

Salmo responsorial Jdt 16, 13. 14. 15 (R.: 1d)

 

R. Ensalzad e invocad el nombre del Señor.

 

Cantaré a mi Dios un cántico nuevo:

Señor, tú eres grande y glorioso,

admirable en tu fuerza, invencible. R.

 

Que te sirva toda la creación,

porque tú lo mandaste y existió;

enviaste tu aliento, y la construiste,

nada puede existir sin tu voz. R.

 

Sacudirán las olas los cimientos de los montes,

las peñas en tu presencia se derretirán como cera,

pero tú serás propicio a tus fieles. R.

 

 

Aleluya Cf. Lc 1, 45

 

Dichosa la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá.

 

 

Evangelio

 

El primer milagro de Jesús es fruto de la intervención de su Madre, auxiliadora de los necesitados.

 

Jesús comenzó sus signos

 

+ Lectura del santo Evangelio según san Juan 2, 1-11.

 

En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea y la madre de Jesús estaba allí; Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda.

Faltó el vino y la madre de Jesús le dijo:

— No les queda vino.

Jesús le contestó:

— Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora. Su madre dijo a los sirvientes:

— Haced lo que él diga.

Había allí colocadas, seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una.

Jesús les dijo:

— Llenad las tinajas de agua.

Y las llenaron hasta arriba.

Entonces les mandó:

— Sacad ahora, y llevádselo al mayordomo.

Ellos se lo llevaron.

El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), entonces llamó al novio y le dijo:

— Todo el mundo pone primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el peor; tú en cambio has guardado el vino bueno hasta ahora.

Así, en Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria y creció la fe de sus discípulos en él.

 

Palabra del Señor.

 

 

Oración de los fieles

 

R. Que la Madre Auxiliadora nos proteja, Señor.

 

-De la tentación de imponer nuestras propias ideas y de sembrar la división en el seno de la Iglesia, te rogamos...R.

 

-De la arrogancia de ser contestatarios con respecto a las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia, te rogamos...R.

 

-Del pecado de adulterar u oscurecer la celebración de estos Sagrados Misterios, mutilando, añadiendo o modificando las normas litúrgicas a nuestro arbitrio, con un pretendido espíritu de "creatividad", te rogamos...R.

 

-De las ideologías de ayer y de hoy, que nos arrebatan la libertad que el Hijo de Dios nos adquirió al precio de su Sangre preciosa, te rogamos...R.

 

-De la tibieza fustigada por el Señor en las Escrituras, que nos hace sacrificar la justicia y la verdad en favor de aquellos que concita el beneplácito de las masas, te rogamos...R.

 

-De la cerrazón de corazón que nos lleva a una ciega obstinación en el error, rechazando la Misericordia de Dios y el fiel auxilio de su Madre santa, te rogamos...R.

 

 

Ofertorio

 

Por la gracia del Sacrificio de alabanza, para cuya realización presentamos estos dones, podemos vivir en plenitud el misterio de la comunión de los santos, e invocar a la Virgen Madre en nuestras necesidades, con la certeza de ser siempre escuchados.

 

 

Oración sobre las ofrendas

 

Te ofrecemos, Señor, este sacrificio de alabanza al celebrar con alegría la memoria de la Madre de tu Hijo; haz que, con el auxilio de esta madre, experimentemos tu ayuda en todas las necesidades. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

 

Prefacio

 

La Bienaventurada Virgen María, Madre y Auxiliadora del pueblo cristiano

 

V. El Señor esté con vosotros.

R. Y con tu espíritu.

V. Levantemos el corazón.

R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

R. Es justo y necesario.

 

En verdad es justo y necesario,

es nuestro deber y salvación

darte gracias

siempre y en todo lugar,

Señor, Padre santo,

Dios todopoderoso y eterno,

por Cristo, Señor nuestro.

 

Porque has constituido a la Inmaculada Virgen María,

Madre de tu Hijo,

en madre y auxiliadora del pueblo cristiano,

para que, bajo su protección,

participe valientemente en el combate de la fe,

persevere con fidelidad en la enseñanza de los apóstoles,

y camine seguro entre las dificultades del mundo,

hasta alcanzar gozoso la Jerusalén del cielo.

 

Por eso, Señor,

con todos los ángeles

te aclamamos ahora y por siempre, diciendo:

 

Santo, Santo, Santo...

 

 

Comunión

 

Como tantos otros santos, San Juan Bosco nos enseñó a profesar un gran amor a la Eucaristía, a la Virgen María y al Papa. 

De Jesús hecho Pan, al que estamos por recibir, obtenemos todos los bienes porque lo acogemos a Él, que es el Sumo Bien.

En María, encontramos el refugio y el auxilio contra todo aquello que quiera alejarnos de Jesús.

Y en el Sucesor de Pedro hallamos la garantía y la certeza de la legitimidad del culto que a Dios Uno y Trino profesamos.

 

 

Antífona de comunión Dt 10, 21a

 

El Señor será tu alabanza, él será tu Dios, pues él hizo a tu favor hazañas.

 

 

Oración después de la comunión

 

Recibidos estos sacramentos del cielo y apoyados en el auxilio de la santísima Virgen María, te pedimos, Señor, que, despojados del hombre viejo, nos revistamos de Jesucristo, autor de la nueva humanidad. Que vive y reina por los siglos de los siglos.

 

 

Despedida

 

"María, Auxilio de los cristianos, ruega por nosotros".

Que esta invocación no se aparte de nuestro corazón, para que podamos experimentar la verdad de las palabras de Don Bosco, que decía: "Confíen en María Auxiliadora y verán lo que son los milagros".

 

http://veritasl.blogspot.com.ar/2015/09/misas-de-la-virgen-xlii-tiempo.html

 

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Otro texto:

ANTIFONA DE ENTRADA             Jdt 13, 18b - 19


Bendita eres, Virgen María,
de Dios, el Altísimo,
más que todas las mujeres de la tierra;
él ha engrandecido tanto tu nombre,
que tu alabanza estará siempre
en la boca de todos los que recuerden
la hazaña de Dios. (T.P. Aleluya.)

 

Se dice gloria.


ORACION COLECTA

Señor, Dios nuestro,
que hiciste a la Virgen María
Madre y Auxiliadora de los cristianos;
concede, por su intercesión, a la Iglesia
la fuerza de tu Espíritu
para superar con paciencia y amor todas las pruebas
y participar ya desde ahora
en la victoria de Cristo, tu Hijo.
Él, que vive y reina contigo…


Se dice credo.

 

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Padre, las súplicas y ofrendas
de tu pueblo
en la solemnidad de María, Auxiliadora de los cristianos;
concédenos, por su intercesión,
progresar en la fe, en la esperanza y en la caridad,
para que seamos cada vez más conformes a Cristo Señor,
que se entregó a sí mismo por la vida del mundo.
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

 

PREFACIO

P. El Señor esté con ustedes.
T. Y con tu espíritu.

P. Levantemos el corazón.
T. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

P. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
T. Es justo y necesario.

En verdad es justo darte gracias,
es bueno bendecir tu  nombre,
Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno.

Te alabamos, te bendecimos y te glorificamos
en la solemnidad de la Virgen María,
Auxiliadora de los cristianos.

Porque ella, humilde esclava y modelo de toda virtud,
respondió plenamente a tu designio de amor
cooperando, por la obediencia de la fe y el ardor de la caridad,
a la obra de Cristo, nuestro salvador.

Y, unida a él en la gloria,
continúa su misión para con la Iglesia:
con cuidado materno ayuda y asiste a sus hijos
en las luchas y en los peligros,

mientras caminan hacia la Jerusalén del cielo.

Por este don de tu benevolencia,
el cielo y la tierra se unen en común alegría
para cantar un cántico nuevo:

 

Santo, Santo, Santo...

 

ANTIFONA DE COMUNION                                   Juan 2, 1 - 5

Hubo una boda en Cana de Galilea.
María dijo a los sirvientes:
Haced lo que él diga (T.P. Aleluya)

 

O bien:                                                                          Lucas 1, 48, 38

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el poderoso ha hecho grandes obras por mí.
Aquí está la esclava del Señor,
hágase en mí según tu palabra. (T.P. Aleluya)


ORACION DESPUES DE COMUNION

Padre, que nos has alimentado con el pan del cielo,
Jesucristo, nacido de la Virgen María
y resucitado como primicia de la nueva creación;
concédenos
caminar hacia ti en la novedad de vida
y colaborar a la llegada de tu reino.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

BENDICION SOLEMNE

Dios Padre, que quiso
que María fuese Auxiliadora del pueblo cristiano,
 

derrame sobre ustedes la abundancia de su amor.

R/ Amén.

 

Cristo Jesús, vencedor de la muerte,
que desde la cruz nos dio a María por madre,
los haga participar en la riqueza de su vida.

R/ Amén.


El Espíritu Santo, que descendió sobre los apóstoles
reunidos en el cenáculo con la Virgen María,
los haga en el mundo testigos de la resurrección.

R/ Amén


Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y espíritu Santo,
descienda sobre ustedes.

R/ Amén.

 

 

LECTURAS

PRIMERA LECTURA

Apareció una figura portentosa: una mujer vestida de sol.

A lo largo de la historia, las fuerzas del mal luchan sin
tregua contra el bien; en la Virgen María, primicia de la Iglesia,
el bien obtiene la mayor victoria,
en virtud de la redención de Cristo.

Lectura del libro del Apocalipsis                             12, 1. 3a. 7—12a. 17

Apareció una figura portentosa en el cielo: una mujer vestida de sol, la luna por pedestal, coronada de doce estrellas.

Apareció otra señal en el cielo: un enorme dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos.

Se trabó una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles declararon la guerra al dragón. Lucharon el dragón y sus ángeles, pero no vencieron, y no quedó lugar para ellos en el cielo. Y al gran dragón, a la serpiente primordial que se llama diablo y Satanás y extravía la tierra entera, lo precipitaron a la tierra, y sus ángeles con él.

Se oyó entonces una gran voz en el cielo:
«ahora se estableció la salud y el poderío,
y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba
ante nuestro Dios día y noche.

Ellos le vencieron en virtud de la Sangre del Cordero
y por la palabra del testimonio que dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.

Por esto, estad alegres, cielos, y los que m oráis en sus tiendas».

Despechado el dragón por causa de la mujer, se marchó a hacer la guerra al resto de su descendencia, a los que guardan los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesús.

Palabra de Dios.

 

SALMO RESPONSORIAL                                          Ap. 15, 3b - 4

R/ Grandes y maravillosas son tus obras, Señor.

Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!

¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.

 

SEGUNDA LECTURA

Envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, para que recibiéramos el ser hijos por adopción.

La encarnación del Hijo de Dios en María constituye
el punto culminante de la historia de la salvación:
la llamada a ser hijos de Dios por el don del Espíritu Santo.

 

Lectura de la carta del apóstol san pablo a los Gálatas      4, 4 - 7

Hermanos:

Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción.

Como sois hijos, Dios envió a vuestros corazones al Espíritu de su Hijo que clama ¡Abba! (Padre).

Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.

Palabra de Dios.

 

ALELUYA Y VERSICULO ANTES DEL EVANGELIO


R. Aleluya, Aleluya.

Madre dichosa y Virgen Inmaculada,
ruega por nosotros ahora y siempre
ante Dios neustro Señor.

R. Aleluya.

 

EVANGELIO

Su madre dijo a los sirvientes: «haced lo que él diga».

Gracias al milagro realizado por la intervención de María, crece la fe de los discípulos en Jesús.

Lectura del Santo Evangelio según San Juan                    2, 1—11

En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda.

Faltó el vino, y la madre de Jesús le dijo:
«No tienen vino».

Jesús le contestó:
«Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora».

Su madre dijo a los sirvientes:
«Haced lo que él diga».

Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una.

Jesús les dijo:
«Llenad las tinajas de agua».

Y las llenaron hasta arriba.

Entonces les mandó:
« sacad ahora y llevádselo al mayordomo».

  Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llamó al novio y le dijo:

«Todo el mundo pone primero el vino bueno, y cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora.

Así, en Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria y creció la fe de sus discípulos en él.

Palabra del Señor.

https://sites.google.com/site/admacaribe/24demayo

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Meditación diaria

Pascua. 6ª semana. Miércoles

LOS FRUTOS EN EL APOSTOLADO

— Anunciar íntegra la doctrina de Jesucristo. El ejemplo de San Pablo y de los primeros cristianos.

— Sembrar siempre; los frutos los da Dios. Constancia en el apostolado.

— El puesto singular de la mujer en la evangelización de la familia.

I. La lectura de la Misa nos muestra el espíritu apostólico de San Pablo en medio de un mundo pagano. En Atenas, en el Areópago, el Apóstol predica la esencia de la fe cristiana teniendo en cuenta la mentalidad y la ignorancia de los oyentes, pero sin omitir las verdades fundamentales. Conocía bien que la doctrina que predicaba chocaría fuertemente en los oídos de los atenienses, pero no la adapta, deformándola, para hacerla más "comprensible". De hecho, al oír resurrección de los muertos, unos lo tomaban a broma y otros dijeron, mientras le abandonaban: De esto te oiremos hablar en otra ocasión1.

San Pablo se marchó de allí y se dirigió a Corinto. Mucho tiempo después todavía tenía en su alma el suceso del Areópago, "ante unos atenienses que eran amigos de los nuevos sermones, pero que no hacían caso de ellos ni se preocupaban de su contenido: solo les interesaba tener algo nuevo de qué hablar"2. A nosotros nos recuerda hoy este pasaje que el cristiano ha de enseñar la doctrina de Cristo, la única que salva, y no la más popular, la que podría tener más "éxito" en sentido humano, la que podría estar en consonancia con la moda del momento o con los gustos de los tiempos o de los pueblos.

Los Apóstoles predicaron la integridad del Evangelio, y así lo ha hecho también la Iglesia a través de los siglos. "Todas las verdades y todos los preceptos de Cristo, incluso los más exigentes, sin callar o desvirtuar nada, fueron las cosas enseñadas por San Pablo. Habló de la humildad, de la abnegación, de la castidad, del desprendimiento de las cosas terrenas, de la obediencia... Y no temió dejar bien claro que es necesario elegir entre el servicio de Dios y el servicio de Belial, porque no es posible servir a los dos. Que todos, después de la muerte, habrán de someterse a un juicio tremendo. Que nadie puede mercadear con Dios. Que solo se puede esperar la vida eterna si se observan las leyes divinas. Que si se incumplen estas leyes haciendo concesiones a los placeres, no se puede esperar más que el fuego eterno... Jamás el Predicador de la verdad pensó que tenía que omitir estos temas porque podían parecer demasiado duros a quienes le escuchaban, dada la corrupción de aquellos tiempos"3. Igual nosotros.

Quien anuncia a Cristo tendrá que acostumbrarse a ser impopular en ocasiones, a no tener "éxito" en sentido humano, a ir contra corriente, sin ocultar los aspectos de la doctrina de Cristo que resultan más exigentes: sentido de la mortificación, honradez y honestidad en los negocios y en el desarrollo de la actividad profesional, generosidad en el número de hijos, castidad y pureza en el matrimonio y fuera de él, valor de la virginidad y del celibato por amor a Cristo... Porque no tenemos otras recetas para curar a este mundo enfermo: "¿Desde cuándo un médico da medicinas inútiles a sus pacientes, porque tiene miedo de prescribir las que son útiles?"4.

En un mundo que se presenta en muchos aspectos alejado de Dios y del pensamiento cristiano, "se impone a todos los cristianos la dulcísima obligación de trabajar para que el mensaje divino de la revelación sea conocido y aceptado por todos los hombres de cualquier lugar de la tierra"5. La primera obligación será, de ordinario, orientar nuestro apostolado hacia las personas que Dios ha puesto a nuestro lado, a los que están más cerca, a los que tratamos con frecuencia. Y siempre con oportunidad, haciendo amable y atrayente la doctrina del Señor. Porque tampoco se atrae a los demás a la fe siendo intemperantes o intempestivos, sino con afecto, con bondad, con paciencia.

II. El Señor, de forma muchas veces insospechada, hace fructificar nuestra oración y nuestros esfuerzos: Mis elegidos no trabajarán en vano6, nos ha prometido. Y en la Antífona de comunión leemos hoy las consoladoras palabras del Señor: Soy yo quien os he elegido del mundo y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure7.

La misión apostólica unas veces es siembra, sin frutos visibles, y otras recolección, quizá de lo que otros sembraron con su palabra, con su dolor oculto desde la cama de un hospital, o desde un trabajo escondido y sin brillo. En ambos casos, el Señor quiere que se alegren juntamente el sembrador y el segador8.

Si los frutos tardaran en llegar o nos asaltara la tentación de juzgar el valor de nuestros esfuerzos por sus resultados inmediatos, no debemos olvidar que en ocasiones no veremos las espigas granadas; otros las recolectarán. Nos pide el Señor que sembremos sin descanso y que experimentemos la alegría del labrador, seguro de que ya brotará algún día la semilla que arrojó al surco. Así evitaremos el desánimo, síntoma muchas veces de falta de rectitud de intención, de no estar trabajando para el Señor, sino para afirmar nuestro yo. Lo que nosotros no podamos acabar, otros lo terminarán.

No pretendamos tampoco arrancar el fruto antes de que esté maduro. "No estropeemos la flor abriéndola con nuestros dedos. La flor se abrirá y el fruto madurará en la estación y en la hora que solo Dios sabe. A nosotros nos toca sembrar, regar... y esperar"9. La constancia y la paciencia son virtudes esenciales para toda tarea apostólica; ambas son manifestaciones de la virtud de la fortaleza.

El hombre paciente se parece al sembrador, que cuenta con el ritmo propio de la naturaleza y sabe realizar cada faena en el tiempo oportuno: el arado, la siembra, el riego, el abonado, la escarda, la recolección: una serie de tareas previas, antes de ver la harina dispuesta para el pan que alimentará a toda la familia. El impaciente querría comer sin sembrar. Si abandonáramos la lucha por la propia santidad y la de los demás porque no viéramos resultados, estaríamos manifestando una visión demasiado humana de nuestro quehacer apostólico, que contrasta abiertamente con la figura paciente de Jesús. Él sabe esperar días, semanas, meses y años antes de la conversión del pecador. Las almas necesitan un tiempo que nosotros no sabemos calcular. Hagamos bien la siembra y luego seamos pacientes; pidamos fortaleza para ser constantes.

III. De la predicación de San Pedro durante su estancia en Atenas surgió la primera comunidad cristiana en aquella ciudad: Algunos se le juntaron, entre ellos Dionisio el Areopagita, una mujer llamada Dámaris y algunos más10. Fueron la primera semilla plantada por el Espíritu Santo, de la que surgirían luego muchos hombres y mujeres fieles a Cristo.

La mujer convertida aparece consignada con su nombre: Dámaris. Es una de las numerosas mujeres que aparecen en el libro de los Hechos de los Apóstoles, como manifestación clara de que la predicación del Evangelio era universal. Los Apóstoles siguieron en todo el ejemplo del Señor, quien, a pesar de los prejuicios de la época, dirigió a mujeres y a hombres por igual el anuncio del Reino11.

San Lucas también nos ha dejado escrito que la evangelización de Europa se inició por una madre de familia, Lidia, quien comenzó enseguida su tarea apostólica por su propia familia, consiguiendo que recibieran el Bautismo todos los de su casa12. También entre los samaritanos fue una mujer la primera que recibió el mensaje de Cristo, y la primera que lo difundió entre los de su ciudad13.

El Evangelio nos muestra cómo las mujeres siguen y sirven al Señor, cómo están al pie de la Cruz y son las primeras junto al sepulcro vacío. No encontramos en ellas el menor signo de hipocresía en el trato con el Señor, ni injurias o deserciones.

San Pablo tuvo una profunda visión del papel que la mujer cristiana había de desempeñar como madre, esposa y hermana en la propagación del cristianismo. Se refleja en el tratamiento que les concede en su predicación y en sus cartas. Algunas de ellas son especialmente señaladas con agradecimiento por la ayuda sacrificada que le prestaron en su tarea evangelizadora.

En todas las épocas, también en la nuestra, la mujer desempeña un papel extraordinario en el apostolado y en la custodia de la fe. "La mujer está llamada a llevar a la familia, a la sociedad civil, a la Iglesia, algo característico, que le es propio y que solo ella puede dar: su delicada ternura, su generosidad incansable, su amor por lo concreto, su agudeza de ingenio, su capacidad de intuición, su piedad profunda y sencilla, su tenacidad..."14. La Iglesia espera de la mujer un compromiso y un testimonio en favor de todo aquello que constituye la verdadera dignidad de la persona humana y su felicidad más profunda.

Cuando estas cualidades, con las que Dios ha dotado a la personalidad de la mujer, son desarrolladas y actualizadas, "su vida y su trabajo serán realmente constructivos y fecundos, llenos de sentido, lo mismo si pasa el día dedicada a su marido y a sus hijos que si, habiendo renunciado al matrimonio por alguna razón noble, se ha entregado de lleno a otras tareas. Cada una en su propio camino, siendo fiel a la vocación humana y divina, puede realizar y realiza de hecho la plenitud de la personalidad femenina. No olvidemos que Santa María, Madre de Dios y Madre de los hombres, es no solo modelo, sino también prueba del valor trascendente que puede alcanzar una vida en apariencia sin relieve"15. A Ella le pedimos por los frutos de esa labor de la mujer en la familia, en la sociedad, en la Iglesia, y que haya siempre abundantes vocaciones de entrega a Dios.

1 Hech 17, 32. — 2 San Juan Crisóstomo, Homilías sobre los Hechos de los Apóstoles, 39. — 3 Benedicto XV, Enc. Humanum genus. — 4 Ibídem. — 5 Conc. Vat. II, Decr. Apostolicam actuositatem, 3. — 6 Is 65, 23. — 7 Jn 15, 16. — 8 Cfr. Jn 4, 36. — 9 G. Chevrot, El pozo de Sicar, Rialp, Madrid 1984, p. 4. — 10 Hech 17, 34. — 11 Cfr. Sagrada Biblia, Hechos de los Apóstoles, EUNSA, Pamplona 1984, p. 285. — 12 Cfr. Hech 16, 14. — 13 Cfr. Jn 1, ss. — 14 Conversaciones con Mons. Escrivá de Balaguer, 87. — 15 Ibídem.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

Aquí algunos datos que quizás no conocías sobre María Auxiliadora:

1. María era llamada "Auxiliadora" por los primeros cristianos

Los primeros cristianos en Grecia, Egipto, Antioquía, Efeso, Alejandría y Atenas acostumbraban llamar a la Santísima Virgen con el nombre de "Auxiliadora", que en griego es "Boetéia" y significa "La que trae auxilios venidos del cielo".

El primer Padre de la Iglesia que llamó a la Virgen María con el título de "Auxiliadora" fue San Juan Crisóstomo en al año 345, en Constantinopla. El santo dijo: "Tú, María, eres auxilio potentísimo de Dios". También la reconocieron con este nombre Proclo en 476 y Sebas de Cesarea en el 532.

2. María Auxiliadora intercedió en las batallas de Lepanto y Viena

En el año 1572, el Papa San Pío V, después de la victoria del ejército cristiano sobre los turcos (musulmanes) en la batalla de Lepanto, ordenó celebrar el 7 de octubre la fiesta del Santo Rosario, y que en las letanías se invocara a "María Auxilio de los cristianos". Ese año Nuestra Señora libró prodigiosamente a toda la cristiandad que venía a ser destruida por un ejército mahometano de 282 barcos y 88.000 soldados.

En 1683 los turcos atacaron Viena durante el Pontificado de Inocencio XI. Y bajo el mando del rey de Polonia, Juan Sobieski, con un ejército inferior de fuerzas venció al ejército turco confiando en la ayuda de María Auxiliadora. Al poco tiempo fundaron la asociación de María Auxiliadora, la cual existe hoy en más de 60 países.

3. La fiesta nació en tiempos de la Revolución Francesa

La historia del establecimiento de la fiesta de María Auxiliadora se remonta a años que sucedieron a la Revolución Francesa, la cual había propinado un duro golpe a la Iglesia.

El Papa Pío VII fue apresado en el Palacio de Fontainebleau por el emperador francés Napoleón Bonaparte y dedicó sus oraciones a María Santísima "Auxilio de los Cristianos" para que protegiese a la Iglesia.

Los ruegos del Papa fueron escuchados y en 1814 Napoleón firmó su abdicación. En 1815, cuando la Iglesia había recuperado su posición y poder espiritual, el Papa instituyó la fiesta de María Auxiliadora en el día 24 de mayo para perpetuar el recuerdo de su regreso a Roma tras su cautiverio en Francia.

4. La fiesta de María Auxiliadora se celebraba en Ucrania desde el siglo XI (once)

El nombre de "Auxiliadora" le fue dado a la Virgen María en Ucrania (Rusia) desde el año 1030 por haber liberado a aquella región de la invasión de tribus paganas. Desde entonces en Ucrania, la iglesia ortodoxa celebra la fiesta de María Auxiliadora cada 1 de octubre.

5. María Auxiliadora se apareció ante San Juan Bosco

San Juan Bosco fue un gran propagador del amor a esta advocación mariana porque la misma Virgen María se le apareció en 1860 para señalarle el lugar en Turín (Italia) donde debía ser construido un templo en su honor; asimismo, pidió ser honrada bajo el título de "Auxiliadora".

En 1863 San Juan Bosco inició la construcción de la iglesia con unos cuantos centavos, pero con la intercesión de María Santísima, el 9 de junio de 1868 -solo 5 años después- tuvo lugar la consagración del templo.

El santo solía decir: "Cada ladrillo de este templo corresponde a un milagro de la Santísima Virgen", desde aquel Santuario comienza a extenderse por el mundo la devoción a María bajo el título de Auxiliadora de los Cristianos.

6. Tres Papas fueron devotos de María Auxiliadora

El Papa San Juan XXIII cultivó una especial devoción a la Auxiliadora, cuya imagen tomada de un número del Boletín Salesiano, colgaba en la pared cerca de su cama. La proclamó Patrona del Concilio con los títulos de Auxilium Christianorum, Auxilium Episcoporum, y el 28 de mayo de 1963, ya gravemente enfermo, bendijo con profunda emoción las dos coronas destinadas al cuadro de la Auxiliadora en la Basílica del Sagrado Corazón de Roma.

Por su parte, San Juan Pablo II solía acudir a la iglesia de San Estanislao de Kostka de los Salesianos, en Cracovia, entre los años 1938 y 1944, y a menudo oraba en la capilla de María Auxiliadora. En esta iglesia, el 3 de noviembre de 1946, celebró una de sus primeras misas como sacerdote.

El Papa Francisco, durante su visita apostólica a Turín en 2015 por los 200 años del nacimiento del fundador de los salesianos, San Juan Bosco, contó que durante su infancia fue educado en un colegio salesiano y aprendió a amar a María Auxiliadora:

"Yo allí [en un colegio salesiano] aprendí a amar a la Virgen, los Salesianos me formaron en la belleza, en el trabajo, y esto creo que es un carisma suyo, me formaron en la afectividad y esto era una característica de Don Bosco", aseguró.

 

Historia de la devoción a María Auxiliadora en la Iglesia Antigua.
Los cristianos de la Iglesia de la antigüedad en Grecia, Egipto, Antioquía, Efeso, Alejandría y Atenas acostumbraban llamar a la Santísima Virgen con el nombre de Auxiliadora, que en su idioma, el griego, se dice con la palabra "Boetéia", que significa "La que trae auxilios venidos del cielo". Ya San Juan Crisóstomo, arzobispo de Constantinopla nacido en 345, la llama "Auxilio potentísimo" de los seguidores de Cristo. Los dos títulos que más se leen en los antiguos monumentos de Oriente (Grecia, Turquía, Egipto) son: Madre de Dios y Auxiliadora. (Teotocos y Boetéia). En el año 476 el gran orador Proclo decía: "La Madre de Dios es nuestra Auxiliadora porque nos trae auxilios de lo alto". San Sabas de Cesarea en el año 532 llama a la Virgen "Auxiliadora de los que sufren" y narra el hecho de un enfermo gravísimo que llevado junto a una imagen de Nuestra Señora recuperó la salud y que aquella imagen de la "Auxiliadora de los enfermos" se volvió sumamente popular entre la gente de su siglo. El gran poeta griego Romano Melone, año 518, llama a María "Auxiliadora de los que rezan, exterminio de los malos espíritus y ayuda de los que somos débiles" e insiste en que recemos para que Ella sea también "Auxiliadora de los que gobiernan" y así cumplamos lo que dijo Cristo: "Dad al gobernante lo que es del gobernante" y lo que dijo Jeremías: "Orad por la nación donde estáis viviendo, porque su bien será vuestro bien". En las iglesias de las naciones de Asia Menor la fiesta de María Auxiliadora se celebra el 1º de octubre, desde antes del año mil (En Europa y América se celebre el 24 de mayo). San Sofronio, Arzobispo de Jerusalén dijo en el año 560: "María es Auxiliadora de los que están en la tierra y la alegría de los que ya están en el cielo". San Juan Damasceno, famoso predicador, año 749, es el primero en propagar esta jaculatoria: "María Auxiliadora rogad por nosotros". Y repite: "La "Virgen es auxiliadora para conseguir la salvación. Auxiliadora para evitar los peligros, Auxiliadora en la hora de la muerte". San Germán, Arzobispo de Constantinopla, año 733, dijo en un sermón: "Oh María Tú eres Poderosa Auxiliadora de los pobres, valiente Auxiliadora contra los enemigos de la fe. Auxiliadora de los ejércitos para que defiendan la patria. Auxiliadora de los gobernantes para que nos consigan el bienestar, Auxiliadora del pueblo humilde que necesita de tu ayuda".

La batalla de Lepanto.
En el siglo XVI, los mahometanos estaban invadiendo a Europa. En ese tiempo no había la tolerancia de unas religiones para con las otras. Y ellos a donde llegaban imponían a la fuerza su religión y destruían todo lo que fuera cristiano. Cada año invadían nuevos territorios de los católicos, llenando de muerte y de destrucción todo lo que ocupaban y ya estaban amenazando con invadir a la misma Roma. Fue entonces cuando el Sumo Pontífice Pío V, gran devoto de la Virgen María convocó a los Príncipes Católicos para que salieran a defender a sus colegas de religión. Pronto se formó un buen ejército y se fueron en busca del enemigo. El 7 de octubre de 1572, se encontraron los dos ejércitos en un sitio llamado el Golfo de Lepanto. Los mahometanos tenían 282 barcos y 88,000 soldados. Los cristianos eran inferiores en número. Antes de empezar la batalla, los soldados cristianos se confesaron, oyeron la Santa Misa, comulgaron, rezaron el Rosario y entonaron un canto a la Madre de Dios. Terminados estos actos se lanzaron como un huracán en busca del ejército contrario. Al principio la batalla era desfavorable para los cristianos, pues el viento corría en dirección opuesta a la que ellos llevaban, y detenían sus barcos que eran todos barcos de vela o sea movidos por el viento. Pero luego - de manera admirable - el viento cambió de rumbo, batió fuertemente las velas de los barcos del ejército cristiano, y los empujó con fuerza contra las naves enemigas. Entonces nuestros soldados dieron una carga tremenda y en poco rato derrotaron por completo a sus adversarios. Es de notar, que mientras la batalla se llevaba a cabo, el Papa Pío V, con una gran multitud de fieles recorría a cabo, el Papa Pío V, con una gran multitud de fieles recorría las calles de Roma rezando el Santo Rosario. En agradecimiento de tan espléndida victoria San Pío V mandó que en adelante cada año se celebrara el siete de octubre, la fiesta del Santo Rosario, y que en las letanías se rezara siempre esta oración: MARÍA AUXILIO DE LOS CRISTIANOS, RUEGA POR NOSOTROS.

El Papa y Napoleón.
El siglo pasado sucedió un hecho bien lastimoso: El emperador Napoleón llevado por la ambición y el orgullo se atrevió a poner prisionero al Sumo Pontífice, el Papa Pío VII. Varios años llevaba en prisión el Vicario de Cristo y no se veían esperanzas de obtener la libertad, pues el emperador era el más poderoso gobernante de ese entonces. Hasta los reyes temblaban en su presencia, y su ejército era siempre el vencedor en las batallas. El Sumo Pontífice hizo entonces una promesa: "Oh Madre de Dios, si me libras de esta indigna prisión, te honraré decretándote una nueva fiesta en la Iglesia Católica". Y muy pronto vino lo inesperado. Napoleón que había dicho: "Las excomuniones del Papa no son capaces de quitar el fusil de la mano de mis soldados", vio con desilusión que, en los friísimos campos de Rusia, a donde había ido a batallar, el frío helaba las manos de sus soldados, y el fusil se les iba cayendo, y él que había ido deslumbrante, con su famoso ejército, volvió humillado con unos pocos y maltrechos hombres. Y al volver se encontró con que sus adversarios le habían preparado un fuerte ejército, el cual lo atacó y le proporcionó total derrota. Fue luego expulsado de su país y el que antes se atrevió a aprisionar al Papa, se vio obligado a pagar en triste prisión el resto de su vida. El Papa pudo entonces volver a su sede pontificia y el 24 de mayo de 1814 regresó triunfante a la ciudad de Roma. En memoria de este noble favor de la Virgen María, Pío VII decretó que en adelante cada 24 de mayo se celebrara en Roma la fiesta de María Auxiliadora en acción de gracias a la madre de Dios.

San Juan Bosco y María Auxiliadora.
El 9 de junio de 1868, se consagró en Turín, Italia, la Basílica de María Auxiliadora. La historia de esta Basílica es una cadena de favores de la Madre de Dios. su constructor fue San Juan Bosco, humilde campesino nacido el 16 de agosto de 1815, de padres muy pobres. A los tres años quedó huérfano de padre. Para poder ir al colegio tuvo que andar de casa en casa pidiendo limosna. La Sma. Virgen se le había aparecido en sueños mandándole que adquiriera "ciencia y paciencia", porque Dios lo destinaba para educar a muchos niños pobres. Nuevamente se le apareció la Virgen y le pidió que le construyera un templo y que la invocara con el título de Auxiliadora.
Empezó la obra del templo con tres monedas de veinte centavos. Pero fueron tantos los milagros que María Auxiliadora empezó a hacer en favor de sus devotos, que en sólo cuatro años estuvo terminada la gran Basílica. El santo solía repetir: "Cada ladrillo de este templo corresponde a un milagro de la Santísima Virgen". Desde aquel santuario empezó a extenderse por el mundo la devoción a la Madre de Dios bajo el título de Auxiliadora, y son tantos los favores que Nuestra Señora concede a quienes la invocan con ese título, que ésta devoción ha llegado a ser una de las más populares.
San Juan Bosco decía: "Propagad la devoción a María Auxiliadora y veréis lo que son milagros" y recomendaba repetir muchas veces esta pequeña oración: "María Auxiliadora, rogad por nosotros". El decía que los que dicen muchas veces esta jaculatoria consiguen grandes favores del cielo.

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uente: archimadrid.es
Vicente de Lerin, Santo Abad, Mayo 24  

Vicente de Lerin, Santo

Abad

Monje fervoroso y santo del monasterio de Lerin que se distinguió en su esfuerzo por clarificar la sana teología. Profundo teólogo y escritor insigne influyó con su obra Commonitorio en la teología de su tiempo y en la elaboración teológica posterior. Siempre se propuso indagar lo que cree y siente la Iglesia catolica.

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Donaciano y Rogaciano, Santos Mártires, Mayo 24  

Donaciano y Rogaciano, Santos

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Etimológicamente significa "dado y orante". Vienen de la lengua latina.

Eran dos hermanos: Donaciano, el menor, convirtió a la fe a su hermano mayor. El tirano los hizo encarcelar, y como los amenazase con hacerlos morir, dijo Donaciano: Los tormentos que Dios te prepara en el infierno son infinitamente más crueles que aquellos con que nos amenazas. Rogaciano, instado a que adorase a los ídolos, dijo: No me atrevo a adorar lo que está por debajo de mí; estos ídolos no son sino metal, sin vida y sin alma. Los dos fueron decapitados en Nantes, hacia el año 300.

Estos dos hermanos, dignos de admiración por su osadía en momentos difíciles, nacieron en Nantes y murieron bajo el temible Maximino (222-235).

Este criminal sucedió a Alejandro Severo que, durante el período de su mandato, se había distinguido por ser un sincretista, es decir, una persona que le daba igual un dios que otro. Para él Jesucristo no se diferenciaba en nada de los dioses a los que les daban culto los romanos.

Respetó, por tanto, a los cristianos. Sin embargo, su sucesor se propuso acabar con el cristianismo a toda costa. Menos mal que sólo duró tres años en el poder. Sus mismos soldados le dieron muerte por insoportable.

Estos dos hermanos estaban recibiendo la formación cristiana. El primero ya había recibido el sacramento del bautismo y el segundo se estaba preparando.

Y como soplones y chivatos los ha habido siempre, un enemigo los denunció ante la autoridad por el hecho criminal -¡vaya por Dios!- de que eran cristianos.

Comparecieron ante el tribunal por separado. El juez le dijo a Donaciano:" Parece que no solamente no has adorado a los dioses Júpiter y Apolo, sino que te has atrevido a predicar el culto del Crucificado y te han seguido muchos fieles.

Quería, señor juez, arrancarlos a todos del error para que vuelvan a Cristo, el único que merece adoración".

El juez lo encarceló. Después se dirigió a Rogaciano diciéndole: "Mira, tú no te has bautizado todavía. Abjura de tu error y te salvaré la vida". Rogaciano le contestó:" Nunca lo haré. Seguiré a mi hermano mayor en la fe que él ha profesado en el Dios verdadero. En el calabozo, el hermano le dio el bautismo a falta de sacerdote.

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David de Escocia, Santo Rey, Mayo 24  

David de Escocia, Santo

Rey de Escocia

Etimológicamente significa "amigo, tierno". Viene de la lengua hebrea.

¿Has descubierto, tal vez con asombro, que el Resucitado da un sentido a la vida? No una existencia resuelta y sin riesgos, sino una plenitud. Percibiendo un vacío en tu vida interior, buscas unas fuentes.

Este joven, descubrió con asombro la figura y la realidad feliz en su vida de lo que supone el Resucitado.

Su existencia se sitúa entre los años 1085 y 1153. Era hijo del rey Malcolm III de Escocia y de Margarita.

Cuando llegó a la edad propia de casarse, lo hizo con la joven Matilde, hija de Waldel, duque de aquella región.

Llegó a ser rey de Escocia en el año 1124. Su gloria no le duró mucho tiempo, porque, años más tarde, tuvo que reconocer que la auténtica heredera al trono era Matilde.

Cuando llegó al trono Esteban, David fue capturado cerca de su castillo.

A continuación, invadió Inglaterra, ayudado por el pueblo de Noruega, Dinamarca y Alemania.
Las atrocidades de estos años las recuerda la historia para toda la vida posterior.

Cansado de tanta guerra civil, se dedicó a reconstruir Escocia.

Instituyó el régimen feudal en lugar de tribu céltica; un sistema judicial nuevo, y organizó la Iglesia en contacto permanente con la de Roma.

En su funeral decían que había sido un rey para todos: los grandes y los humildes. Fue un hombre entregado y casto; rezaba el Oficio divino, confesaba y comulgaba con frecuencia.
En Escocia tiene mucha veneración y reputación.

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Fuente: Vaticanradio.org
Luis Zeferino Moreau, Beato Obispo y Fundador, Mayo 24  

Obispo y Fundador de la Comunidad de las Hermanas de San José

Recordar tu vida es ver al apóstol de débil contextura física, que llegó a ser un sólido soporte moral para la fe de muchos.

Naciste el 1 Abril de 1824 en Bécancour, Quebec, Canada.

Ya desde niño mostraste excepcionales signos de fe, devoción y amor por las cosas espirituales. En un corazón así cultivado, muy pronto aparecieron los signos de la vocación sacerdotal. Pero, como era de esperar, al ver tu fragilidad física, te recomendaron que mejor abandonases la idea y siguieses por otro camino.

Pero cuando la vocación viene de Dios, no hay otro camino que pueda reemplazarla. Aunque algunas puertas se te cerraron, una se te abrió que te permitió entrar por el camino de la carrera sacerdotal.

Mons. Prince, obispo de Montreal, al descubrir la sinceridad de tu vocación, te recibió en su seminario. Y así empezó una carrera sacerdotal que no paró hasta, nada menos, en la consagración episcopal.

El Frágil Zeferino llegó a ser Obispo de Saint-Hyacinthe. Tu sensibilidad y fragilidad natural fueron en este cargo, una ayuda más que un estorbo. Ellas te ayudaron a ser sensible a las necesidades de la gente. Con todos mostrabas una gran dulzura, caridad excepcional y gran humildad. La gente te conocía con el cariñoso nombre de "el buen Mons. Moreau".

Visitabas con regularidad y dedicación a toda tu grey, ya que querías sentir en primer plano sus necesidades y problemas y querías personalmente ayudarles, a encontrar el camino hacia el buen Dios. El clero encontró en ti un buen padre y un auténtico amigo en quien confiar. Tu fragilidad natural no te impidió salir al frente para combatir con valentía los muchos desordenes existentes en la época: intemperancia, falta de modestia, mala prensa, sociedades secretas, abusos políticos. Con todos mostraste firmeza y, al mismo tiempo, dulzura. Mucha gente te escribía y a todos contestabas. Esto hizo que pudieras dejarnos en herencia un tesoro epistolario de más de 15,000 cartas.

Beato Luis Zeferino Moreau, gracias por tu vida y por tu ejemplo. Nunca olvidaremos cómo Dios hizo de un hombre frágil un campeón del apostolado.

Hoy la Iglesia, llena de alegría, conmemora el nacimiento para el cielo del Beato Luis Zeferino Moreau, quien muriera santamente en un día como hoy de 1901 en Saint-Hyacinthe, Canadá.

Fue beatificado por S.S. Juan Pablo II el 10 de mayo de 1987.

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Fuente: Franciscanos.org
Juan de Prado, Beato Sacerdote y Mártir, Mayo 24  

Juan de Prado, Beato

Sacerdote franciscano español, misionero y mártir en Marruecos.

Nació el Beato Juan de Prado en Morgovejo, en el reino de León, de una familia ilustre en toda España.

A los cinco años quedó huérfano, por lo que un sacerdote, movido a piedad, le envió a Salamanca para su educación; pero desaparecidos sus bienes por culpa de su tutor, bien pronto empezó a sentir gran fastidio por el mundo; y a los veinticuatro años abrazó el estado religioso tomando el hábito franciscano en la Provincia de San Gabriel.

Desde el primer momento se distinguió por su gran amor a la perfección, y, estudiada la teología, fue destinado a predicar y confesar, ministerios para los cuales estaba favorecido del cielo con dotes singulares. Estas ocupaciones no le impedían la presencia continua de Dios y el ejercicio de la santa oración, en la que concibió deseos de pasar a tierra de infieles para ejercer allí su apostolado, aunque todavía no era el momento oportuno. Mientras llegaba éste, se dio a la austera mortificación de su carne, ayunando todo el año, durmiendo en el suelo y macerándose con cilicios y disciplinas. A la mortificación exterior unía la del espíritu, obedeciendo a todos, hasta a los novicios, haciendo los oficios más humildes aun siendo Guardián de Badajoz y de Sevilla.

A pesar de ser angelical, le levantaron una grave calumnia contra la pureza, que soportó en silencio sin defenderse, manifestando que sólo sentía el escándalo y el desdoro de la Orden. Bien pronto resplandeció su inocencia, y dadas todas las satisfacciones imaginables, fue nombrado Provincial en atención a su prudencia, a su severidad consigo mismo y su celo por la observancia.

Pudo conseguir, no sin graves dificultades, el permiso para trasladarse a Marruecos, para lo que obtuvo licencia de Urbano VIII, y en Mazagán se dedicó con gran celo a la evangelización de los soldados y demás fieles, que estaban muy abandonados en sus deberes religiosos.

Quiso salir de Mazagán para la capital, adonde iba destinado, pero se lo impidieron repetidas veces con pretextos de prudencia hasta que acompañado de otro fraile, el P. Matías, logró sus anhelos. Al llegar a las cercanías de Marrakech y ver a los esclavos cristianos, abrazóse a ellos, los consoló y les prometió dedicarse por completo a la atención de sus almas. Bien pronto tuvo noticia el Sultán de la llegada de los dos religiosos, y los hizo comparecer en su presencia. Al conocer el objeto de su venida, los encerró en un calabozo, cargados de cadenas. Venía con ellos un fraile hermano lego, a quien, como al P. Matías, había profetizado el beato Juan la próxima libertad después de morir él.

Los obligaron a moler diariamente muchos kilos de sal para fabricar pólvora, y cuando no terminaban la cantidad de labor señalada, les castigaban con palos. Sus cadenas no les impedían decir misa cotidianamente, enseñar y alentar a los cautivos y trabajar en la conversión de los paganos. Cuantas veces fue llamado a la presencia del rey, otras tantas dio respuestas dignas de los primeros mártires del cristianismo, tan claras y enérgicas, con tales razones, que parecían convencer o al menos confundir al rey.

Un día, por fin irritado del valor intrépido del santo, lo mandó azotar atado a una columna, y como no cesase de predicar la fe cristiana, el mismo rey le dio un fuerte golpe en la cabeza con su cimitarra. Después lo asaetearon y, como aun tuviera vida, después de darle muchas puñaladas, lo echaron en una hoguera para quemarlo vivo. Allí lo remataron a pedradas, rompiéndole el cráneo de un cruel hachazo.

Sus venerandos restos fueron traídos a España por sus compañeros, y recibidos con gran honor en Sanlúcar de Barrameda por el duque de Medina Sidonia, siendo trasladados años después a Santiago de Galicia.

Sufrió el martirio el 24 de mayo del año 1631, a los sesenta y ocho años de edad.

Glorioso por los milagros que obraron sus sagradas reliquias, lo beatificó Su Santidad Benedicto XIII, siendo venerado como patrón y protector de las misiones franciscanas de Marruecos.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Simeón el Estilita el Joven, Santo Estilita, 24 de mayo  

Simeón el Estilita el Joven, Santo

Alrededor del año 517, nació Simeón en Antioquia, de una mujer llamada Marta, que también es venerada como santa. Su padre, natural de Edessa, pereció en un terremoto cuando Simeón tenía cinco años. Desde entonces, se contaban cosas extrañas sobre el chiquillo, quien acabó por alejarse de su ciudad natal y anduvo errante por las montañas hasta llegar a un pequeño monasterio en el que se refugió y, por expreso deseo, se puso bajo la guía y la tutela de un estilita muy conocido que se llamaba Juan. Durante el resto de su vida, el ermitaño se ocupó de Simeón, quien también construyó su pilar cerca del de su maestro. Desde la edad de siete años, antes de haber perdido sus dientes de leche, Simeón estableció su morada en la columna. Muy pronto la fama de su excentricidad, de su santidad y de sus poderes para realizar milagros, se extendió tanto que, para evitar la constante visita de peregrinos, Simeón se retiró a vivir en la cumbre de una roca, sobre una montaña inaccesible que llegó a conocerse con el nombre de Monte de Maravillas. Por entonces, tenía veinte años. Una década después, como resultado de una visión, estableció un monasterio para sus discípulos y mandó levantar una nueva columna para él mismo, a la que fue conducido, solemnemente, por dos obispos.

De esta manera extraordinaria, pero auténtica sin duda, vivió Simeón durante otros cuarenta y cinco años. De vez en cuando, se trasladaba a otro pilar; cuando tenía treinta y tres años, fue ordenado sacerdote, sin haber bajado de su columna, puesto que el obispo subió para hacerle la imposición de manos. Al parecer, sobre la columna había una plataforma de amplitud suficiente para que Simeón pudiese celebrar la misa ahí mismo; sus discípulos ascendían por una escalera para recibir la comunión de sus manos. En los registros de su historia se afirma que Dios manifestó la santidad de su siervo con el don de hacer milagros, sobre todo la curación de enfermos, el vaticinio de las cosas por venir, y el conocimiento de los pensamientos secretos de los demás. Evagrio, historiador sirio, fue testigo de muchas de aquellas maravillas y asegura que experimentó por sí mismo el poder de Simeón para leer los pensamientos, cuando lo visitó para pedirle consejos espirituales.

Verdaderas multitudes procedentes de todas partes acudían a San Simeón en busca de una palabra de consuelo y con la esperanza de presenciar algún milagro o beneficiarse con él. Después de la muerte de San Juan el Estilita, ya nadie pudo restringir las austeridades a que se entregaba Simeón. Evagrio dice que se mantenía enteramente con una dieta de frutas y hortalizas. Simeón escribió al emperador Justino II para pedirle que castigase a los samaritanos que habían atacado a los cristianos de las vecindades, y San Juan Damasceno atribuye a Simeón un breve texto en que alaba la veneración a las sagradas imágenes. Hay otros escritos, homilías e himnos, que también se le atribuyen, pero sin razón suficiente. Simeón había vaticinado que Justino II sucedería a Justiniano, y a Juan el Escolástico, que llegaría a ser elegido para la sede de Constantinopla, como efectivamente lo fue.

El que haya sido un estilita desde niño y desplegara sus manifestaciones espirituales desde su tierna edad; el que llegase a vivir casi sin comer y sin dormir; sus luchas con los espíritus malignos, sus mortificaciones físicas y sus numerosos milagros, como se relata en su biografía, tienen un carácter tan especial, que cualquier lector se inclinará a pensar que se trata de un personaje de fábula. El padre Delehaye dice que se trata de un documento fuera de lo común que debe leerse con buen sentido; pero sus declaraciones pueden ser comprobadas y, por cierto, que no carecen de veracidad histórica. El santo enfermó en mayo de 592. El patriarca Gregorio de Antioquia, al saber que agonizaba, corrió para ayudarle en sus últimos momentos; pero San Simeón murió antes de que él llegara.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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