JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Juan 12, 44-50
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús afirmó solemnemente:
"El que cree en mí, no solamente cree en mí, sino también en el que me ha enviado; y el que me ve a mí, ve también al que me ha enviado. Yo he venido al mundo como la luz, para que todo el que crea en mí no siga en la oscuridad. No seré yo quien condene al que escuche mis palabras y no haga caso de ellas; porque yo no he venido para condenar al mundo, sino para salvarlo.
Para aquel que me rechaza y no acepta mis palabras hay un juez: las palabras que yo he pronunciado serán las que lo condenen en el último día. Porque yo no he hablado en virtud de mi propia autoridad; el Padre que me envió es el que me ordena lo que debo decir y enseñar. Y sé que su enseñanza lleva a la vida eterna. Así pues, lo que yo digo, es lo que me ha dicho el Padre".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.
El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk
El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu
El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc
Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?
Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).
Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?
Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).
† Misal
mie 4a. Sem Pascua
Antífona de Entrada
Te alabaré, Señor, ante todos y hablaré a mis hermanos de tu poder y tu misericordia. Aleluya.
Oración Colecta
Oremos:
Dios nuestro, vida de los creyentes, gloria de los humildes, felicidad de los justos; escucha nuestras súplicas y sacia, con la abundancia de tus dones, la sed de quienes esperamos en tus promesas.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Resérvenme a Saulo y a Bernabé
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 12, 24-25; 13, 1-5a
En aquel tiempo, la palabra del Señor se propagaba y se difundía. Saulo y Bernabé, una vez cumplida su misión, regresaron de Jerusalén, trayendo consigo a Juan, llamado Marcos.
En la iglesia de Antioquía había profetas y maestros: Bernabé, Simón, a quien llamaban el Moreno, Lucio el de Cirene, Manaén, hermano de crianza del rey Herodes, y Saulo. Un día, mientras celebraban la liturgia del Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo:
"Sepárenme a Bernabé y a Saulo para la misión que les he encomendado".
Entonces, después de ayunar y orar, les impusieron las manos y los despidieron.
Enviados, pues, por el Espíritu Santo, Bernabé y Saulo fueron a Seleucia, y de allí se embarcaron rumbo a Chipre.
Llegados a Salamina, anunciaban la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Sal 66, 2-3.5.6 y 8
Que te alaben, Señor, todos los pueblos.
Que Dios se apiade y nos bendiga, que haga brillar su rostro sobre nosotros; para que se conozcan en la tierra tus caminos, tu salvación en todas las naciones.
Que te alaben, Señor, todos los pueblos.
Que se alegren y canten de júbilo las naciones, porque juzgas rectamente los pueblos, y gobiernas las naciones de la tierra.
Que te alaben, Señor, todos los pueblos.
Oh Dios, que te den gracias los pueblos, que todos los pueblos te den gracias. Que Dios nos bendiga, y que lo teman hasta en los más remotos lugares de la tierra.
Que te alaben, Señor, todos los pueblos.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá la luz de la vida.
Aleluya.
Evangelio
Yo he venido al mundo como luz
† Lectura del santo Evangelio según san Juan 12, 44-50
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús afirmó solemnemente:
"El que cree en mí, no solamente cree en mí, sino también en el que me ha enviado; y el que me ve a mí, ve también al que me ha enviado. Yo he venido al mundo como la luz, para que todo el que crea en mí no siga en la oscuridad. No seré yo quien condene al que escuche mis palabras y no haga caso de ellas; porque yo no he venido para condenar al mundo, sino para salvarlo.
Para aquel que me rechaza y no acepta mis palabras hay un juez: las palabras que yo he pronunciado serán las que lo condenen en el último día. Porque yo no he hablado en virtud de mi propia autoridad; el Padre que me envió es el que me ordena lo que debo decir y enseñar. Y sé que su enseñanza lleva a la vida eterna. Así pues, lo que yo digo, es lo que me ha dicho el Padre".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Dios nuestro, que por medio de estos dones que vas a convertir en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, nos haces participar de tu misma vida divina, concédenos que nuestra conducta ponga de manifiesto las verdades que nos has revelado.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
La nueva vida en Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, glorificarte siempre, Señor; pero más que nunca en este tiempo en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
Por él, los hijos de la luz amanecen a la vida eterna, los creyentes atraviesan los umbrales del reino de los cielos; porque en la muerte de Cristo nuestra muerte ha sido vencida y en su resurrección hemos resucitado todos.
Por eso,
con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría, y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:
Antífona de la Comunión
Yo soy quien los ha elegido del mundo, dice el Señor, y los he destinado para que vayan y produzcan fruto y su fruto perdure. Aleluya.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, tú que nos has concedido participar en esta Eucaristía, míranos con bondad y ayúdanos a vencer nuestra
fragilidad humana, para poder vivir como hijos tuyos.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén
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Dia 10/05 San Juan de Avila (presbítero, blanco)
Antífona de Entrada
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor; que te bendigan tus santos; que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas.
Oración Colecta
Oremos:
¡Oh Dios!, que hiciste de san Juan de Avila un maestro ejemplar para tu pueblo por la santidad d su vida y por su celo apostólico; haz que también en nuestros días crezca la Iglesia en santidad por el celo ejemplar de tus ministros.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Sal de tu tierra y de la casa de tu padre y ven
Lectura del libro del Génesis 12, 1-4a
En aquellos días, el Señor dijo a Abrahán:
"Sal de tu tierra y de la casa de tu padre hacia la tierra que te mostraré. Haré de ti un gran pueblo, te bendeciré, haré famoso tu nombre, y será una bendición. Bendeciré a los que te bendigan, maldeciré a los que te maldigan. Con tu nombre se bendecirán todas las familias del mundo". Abrahán marchó, como le había dicho el Señor.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 14
El justo habitará en tu monte santo, Señor.
El que procede honradamente y práctica la justicia el que tiene intenciones leales y no calumnia con su lengua.
El justo habitará en tu monte santo, Señor.
El que no hace mal a su prójimo ni difama al vecino, el que considera despreciable al impío y honra a los que temen al Señor.
El justo habitará en tu monte santo, Señor.
El que que no presta dinero a usura ni acepta soborno contra el inocente.
El justo habitará en tu monte santo, Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Dichosos los limpios de corazón porque ellos verán a Dios.
Aleluya.
Evangelio
Vende todo lo que tiene y compra el campo
+ Lectura del santo Evangelio según san Mateo 13, 44-46
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a la gente:
"El Reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra, lo vuelve a esconder, y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo.
El Reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas, que al encontrar una de gran valor se va a vender todo lo que tiene y la compra".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Señor, escucha con bondad nuestra súplica y protégenos con la intercesión de san Juan, para que tributemos siempre un culto digno a tu divina Majestad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Acción de los santos en la Iglesia
En verdad es justo y necesario, nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque con la vida de tus santos, enriqueces a tu Iglesia con formas siempre nuevas de admirable santidad, y nos das pruebas indudables de tu amor por nosotros; y también, porque su ejemplo nos impulsa y su intercesión nos ayuda a colaborar en el misterio de la salvación.
Por eso,
ahora nosotros, llenos de alegría, te aclamamos con los ángeles y santos diciendo:
Antífona de la Comunión
Los justos se alegran, gozan en la presencia de Dios rebosando de alegría.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, Padre del consuelo y de la paz, concede a tu pueblo, reunido en la fiesta de san Juan de Avila, para alabar tu nombre, recibir de tu misericordia, por el misterio de Cristo en que ha participado, la prenda de la eterna redención.
Amén.
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† Meditación diaria
Pascua. 4ª semana. Miércoles
ACCIONES DE GRACIAS
— El agradecimiento a Dios por todos los bienes es una manifestación de fe, de esperanza y de amor. Innumerables motivos para ser agradecidos.
— Ver la bondad de Dios en nuestra vida. La virtud humana de la gratitud.
— La acción de gracias después de la Santa Misa y de la Comunión.
I. Te daré gracias entre las naciones, Señor; contaré tu fama a mis hermanos. Aleluya1, rezamos en la Antífona de entrada de la Misa.
Constantemente nos invita la Sagrada Escritura a dar gracias a Dios: los himnos, los salmos, las palabras de todos los hombres justos están penetradas de alabanza y de agradecimiento a Dios. ¡Bendice, alma mía, a Yahvé y no olvides ninguno de sus favores!2, dice el Salmista. El agradecimiento es una forma extraordinariamente bella de relacionarnos con Dios y con los hombres. Es un modo de oración muy grato al Señor, que anticipa de alguna manera la alabanza que le daremos por siempre en la eternidad, y una manera de hacer más grata la convivencia diaria. Llamamos precisamente Acción de gracias al sacramento de la Sagrada Eucaristía, por el que adelantamos aquella unión en que consistirá la bienaventuranza eterna.
En el Evangelio vemos cómo el Señor se lamenta de la ingratitud de unos leprosos que no saben ser agradecidos: después de haber sido curados ya no se acordaron de quien les había devuelto la salud, y con ella su familia, el trabajo..., la vida. Jesús se quedó esperándolos3. En otra ocasión se duele de la ciudad de Jerusalén, que no percibe la infinita misericordia de Dios al visitarla4, ni el don que le hace el Señor al tratar de acogerla como la gallina reúne a sus polluelos bajo las alas5.
Agradecer es una forma de expresar la fe, pues reconocemos a Dios como fuente de todos los bienes; es una manifestación de esperanza, pues afirmamos que en Él están todos los bienes; y lleva al amor6 y a la humildad, pues nos reconocemos pobres y necesitados. San Pablo exhortaba encarecidamente a los primeros cristianos a que fueran agradecidos: Dad gracias a Dios, porque esto es lo que quiere Dios que hagáis en Jesucristo7, y considera la ingratitud como una de las causas del paganismo8.
"San Pablo –señala San Juan Crisóstomo– da gracias en todas sus cartas por todos los beneficios de la tierra. Démoslas también nosotros por los beneficios propios y por los ajenos, por los pequeños y por los grandes"9. Un día, cuando estemos ya en la presencia de Dios para siempre, comprenderemos con entera claridad que no solo nuestra existencia se la debemos a Él, sino que toda ella estuvo llena de tantos cuidados, gracias y beneficios "que superan en número a las arenas del mar"10. Nos daremos cuenta de que no tuvimos más que motivos de agradecimiento a Dios y a los demás. Solo cuando la fe se apaga se dejan de ver estos bienes y esta grata obligación.
"Acostúmbrate a elevar tu corazón a Dios, en acción de gracias, muchas veces al día. —Porque te da esto y lo otro. —Porque te han despreciado. —Porque no tienes lo que necesitas o porque lo tienes.
"Porque hizo tan hermosa a su Madre, que es también Madre tuya. —Porque creó el sol y la luna y aquel animal y aquella otra planta. —Porque hizo a aquel hombre elocuente y a ti te hizo premioso...
"Dale gracias por todo, porque todo es bueno"11.
II. El Señor nos enseñó a ser agradecidos hasta por los favores más pequeños: Ni un vaso de agua que deis en mi nombre quedará sin su recompensa12. El samaritano que volvió a dar gracias se marchó con un don todavía mayor: la fe y la amistad del Señor: Levántate y vete, tu fe te ha salvado, le dijo Jesús13. Los nueve leprosos desagradecidos se quedaron sin la parte mejor que les había reservado. El Señor espera de nosotros los cristianos que cada día nos acerquemos a Él para decirle muchas veces: "¡Gracias, Señor!".
Como virtud humana, la gratitud constituye un eficaz vínculo entre los hombres y revela con bastante exactitud la calidad interior de la persona. "Es de bien nacidos ser agradecidos", dice la sabiduría popular. Y si falta esta virtud se hace difícil la convivencia humana.
Cuando somos agradecidos con los demás guardamos el recuerdo afectuoso de un beneficio, aunque sea pequeño, con el deseo de pagarlo de alguna manera. En muchas ocasiones solo podremos decir "gracias", o algo parecido. En la alegría que ponemos en ese gesto va nuestro agradecimiento. Y todo el día está lleno de pequeños servicios y dones de quienes están a nuestro lado. Cuesta poco manifestar nuestra gratitud y es mucho el bien que se hace: se crea un mejor ambiente, unas relaciones más cordiales, que facilitan la caridad.
La persona agradecida con Dios lo es también con quienes la rodean. Con más facilidad sabe apreciar esos pequeños favores y agradecerlos. El soberbio, que solo está en sus cosas, es incapaz de agradecer; piensa que todo le es debido.
Si estamos atentos a Dios y a los demás, apreciaremos en nuestro propio hogar que la casa esté limpia y en orden, que alguien haya cerrado las ventanas para que no entre el frío o el calor, que la ropa esté limpia y planchada... Y si alguna vez una de estas cosas no está como esperábamos, sabremos disculpar, porque es incontablemente mayor el número de cosas gratas y favores recibidos.
Y al salir a la calle, el portero merece nuestro agradecimiento por guardar la casa, y la señora de la farmacia que nos ha proporcionado las medicinas, y quienes componen el periódico y han pasado la noche trabajando, y el conductor del autobús... Toda la convivencia humana está llena de pequeños servicios mutuos. ¡Cómo cambiaría esta convivencia si además de pagar y de cobrar lo justo en cada caso, lo agradeciéramos! La gratitud en lo humano es propio de un corazón grande.
III. Las acciones de gracias frecuentes deben informar nuestro comportamiento diario con el Señor, porque estamos rodeados de sus cuidados y favores: "nos inunda la gracia"14. Pero existe un momento muy extraordinario en el que el Señor nos llena de sus dones, y en él debemos ser particularmente agradecidos: la acción de gracias que sigue a la Misa.
Nuestro diálogo con Jesús en esos minutos debe ser particularmente íntimo, sencillo y alegre. No faltarán los actos de adoración, de petición, de humildad, de desagravio y de agradecimiento. "Los santos (...) nos han dicho repetidamente que la acción de gracias sacramental es para nosotros el momento más precioso de la vida espiritual"15.
En esos momentos debemos cerrar la puerta de nuestro corazón para todo aquello que no sea el Señor, por muy importante que pueda ser o parecer. Unas veces nos quedaremos a solas con Él y no serán necesarias las palabras; nos bastará saber que Él está allí, en nuestra alma, y nosotros en Él. Bastará poco para estar hondamente agradecidos, contentos, experimentando la verdadera amistad con el Amigo. Allí cerca están los ángeles, que le adoran en nuestra alma... En ese momento el alma es lo más semejante al Cielo en este mundo. ¿Cómo vamos a estar pensando en otras cosas...?
En otras ocasiones echaremos mano de esas oraciones que recogen los devocionarios, que han alimentado la piedad de generaciones de cristianos durante muchos siglos: Te Deum, Trium puerorum, Adoro te devote, Alma de Cristo..., y otras muchas, que los santos y los buenos cristianos que han amado de verdad a Jesús Sacramentado nos han dejado como alimento de nuestra piedad.
"El amor a Cristo, que se ofrece por nosotros, nos impulsa a saber encontrar, acabada la Misa, unos minutos para una acción de gracias personal, íntima, que prolongue en el silencio del corazón esa otra acción de gracias que es la Eucaristía. ¿Cómo dirigirnos a Él, cómo hablarle, cómo comportarse?
"No se compone de normas rígidas la vida cristiana (...). Pienso, sin embargo, que en muchas ocasiones el nervio de nuestro diálogo con Cristo, de la acción de gracias después de la Santa Misa, puede ser la consideración de que el Señor es, para nosotros, Rey, Médico, Maestro, Amigo"16.
Rey, porque nos ha rescatado del pecado y nos ha trasladado al reino de la luz. Le pedimos que reine en nuestro corazón, en las palabras que pronunciemos en ese día, en el trabajo que le hemos ofrecido, en nuestros pensamientos, en cada una de nuestras acciones.
En la Comunión vemos a Jesús como Médico, y junto a Él encontramos el remedio de todas nuestras enfermedades. Acudimos a la Comunión como se llegaban a Él los ciegos, los sordos, los paralíticos... Y no olvidamos que tenemos en nuestra alma, a nuestra disposición, la Fuente de toda vida. Él es la Vida.
Jesús es el Maestro, y reconocemos que Él tiene palabras de vida eterna..., y en nosotros ¡existe tanta ignorancia! Él enseña sin cesar, pero debemos estar atentos. Si estuviéramos con la imaginación, la memoria, los sentidos dispersos... no le oiríamos.
En la Comunión contemplamos al Amigo, el verdadero Amigo, del que aprendemos lo que es la amistad. A Él le contamos lo que nos pasa, y siempre encontramos una palabra de aliento, de consuelo... Él nos entiende bien. Pensemos que está con la misma presencia real con la que se encuentra en el Cielo, que le rodean los ángeles... En ocasiones pediremos ayuda a nuestro Ángel Custodio: "Dale gracias por mí, tú lo sabes hacer mejor". Ninguna criatura como la Virgen, que llevó en su seno durante nueve meses al Hijo de Dios, podrá enseñarnos a tratarle mejor en la acción de gracias de la Comunión. Acudamos a Ella.
1 Antífona de entrada. Sal 17, 50; 21, 23. — 2 Sal 102, 2. — 3 Cfr. Lc 17, 11 ss. — 4 Cfr. Lc 19, 44. — 5 Cfr. Mt 23, 37. — 6 Cfr. Santo Tomás, Suma Teológica, 2-2, q. 101, a. 3. — 7 1 Tes 5, 18. — 8 Cfr. Rom 1, 18-32. — 9 San Juan Crisóstomo, Homilías sobre San Mateo, 25, 4. — 10 Ibídem. — 11 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 268. — 12 Mt 10, 42. — 13 Lc 17, 19. — 14 Ch. Journet, Charlas acerca de la gracia, Madrid 1979, p. 17. — 15 R. Garrigou-Lagrange, Las tres edades de la vida interior, Palabra, 4ª ed., Madrid 1982, vol. I, p. 489. — 16 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 92.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
San Juan de Avila
Misionero. Director de Almas
(1569)
Juan significa: "Dios es misericordioso".
San Juan de Avila tuvo el privilegio de ser amigo y consejero de seis santos: San Ignacio de Loyola, Santa Teresa, San Juan de Dios, San Francisco de Borja, San Pedro de Alcántara y Fray Luis de Granada. Dicen que él es la figura más importante del clero secular español del siglo 16.
Nació en el año 1500. De una familia muy rica, al morir sus padres repartió todos sus bienes entre los pobres y después de tres años de oración y meditación se decidió por el sacerdocio. Estudió filosofía y teología en la Universidad de Alcalá y allá hizo amistad con el Padre Guerrero que fue después arzobispo de Granada y su amigo de toda la vida.
Desde el principio de su sacerdocio demostró una elocuencia extraodinaria. El pueblo acudía en gran número a escuchar sus sermones donde quiera que él iba a predicar. Cada predicación la preparaba con cuatro o más horas de oración de rodillas. A veces pasaba la noche entera ante un crucifijo o ante el Santísimo Sacramento encomendando la predicación que iba a hacer después a la gente. Y los resultados eran formidables. Los pecadores se convertían a montones. A sus discípulos les decía: "Las almas se ganan con las rodillas". A uno que le preguntaba como hacer para lograr convertir a alguna persona en cada sermón, le dijo: "¿Y es que Ud. espera convertir en cada sermón a alguna persona?". "No, ¡eso no!", respondió el otro. "Pues por eso es que no los convierte", le dijo el santo, "porque para poder obtener conversiones hay que tener fe en que sí se conseguirán conversiones. ¡La fe mueve montañas!."
A otro que le preguntaba cuál era la principal cualidad para poder llegar a ser un buen predicador, le respondió: "La principal cualidad es: ¡amar mucho a Dios!".
Pidió viajar de misionero a América del sur, pero su amigo el Arzobispo de Granada le dijo: "Aquí en España también hay muchos a quienes misionar y evangelizar. ¡Quédese predicando entre nosotros!". Le obedeció y se dedicó a predicar por Andalucía, por todo el sur de España. Y las conversiones que conseguía eran asombrosas. Su predicación era fuerte. No prometía vida en paz a quienes querían vivir en paz con sus pecados, pero animaba enormemente a todos los que deseaban salir de su anterior vida de pecado. Un gran número de sacerdotes le seguía para ayudarle a confesar y colaborarle en la catequesis de los niños y en la administración de los sacramentos. Ricos y pobres, jóvenes y viejos, todos acudían con gusto a escucharle.
Dios le concedió a San Juan de Avila la cualidad especialísima de ejercer un gran ascendiente sobre los sacerdotes. Por eso el Sumo Pontífice lo ha nombrado "Patrono de los sacerdotes españoles". Bastaba con que lo vieran celebrar misa o le oyeran un sermón para que los sacerdotes quedaran muy agradablemente impresionados de su modo de obrar y predicar. Y después en sus sermones, ellos estaban allá entre el público oyéndole con gran atención. El sabio escritor Fray Luis de Granada se colocaba cerca de él, lápiz en mano, e iba escribiendo sus sermones. De cada sermón del santo, sacaba el material para predicar luego diez sermones. Los sacerdotes decían que el Padre Juan de Avila predicaba como si estuviera oyendo al mismo Dios.
Fue reuniendo grupos de sacerdotes y por medio de hacerles meditar en la Pasión de Jesucristo y en la Eucaristía y de rezar y recibir los sacramentos, los iba enfervorizando y después los enviaba a predicar. Y los frutos que conseguía eran inmenoss. Unos 30 de esos sacerdotes se hicieron después Jesuitas. Otros colaboraron con la redforma que San Juan de la Cruz y Santa Teresa hicieron de los padres Carmelitas y muchos más llenaron de buenas obras las parroquias con su gran fervor.
Un día en Granada, mientras San Juan de Avila pronunciaba un gran sermón, de pronto se oyó en el templo un grito fortísimo. Era San Juan de Dios que había sido antes militar y comerciante y que ahora se convertía y empezaba una vida de santidad admirable. En adelante San Juan de Dios tendrá siempre como consejero al Padre Juan de Avila, a quien atribuirá su conversión.
Los enemigos y envidiosos lo acusaron de que su predicación era demasiado miedosa y de que se proponía hacer que las gentes fueran demasiado espirituales. Y el santo fue llevado a la cárcel y allí estuvo de 1532 a 1533. Aprovechó su prisión para meditar más y crecer en santidad. Cuando se le reconoció su inocencia y fue sacado de la prisión el pueblo lo ovacionó como a un héroe.
A muchas personas les dio dirección espiritual por medio de cartas. Después reunió una colección de esas cartas y las publicó con el título de "Oye hija" y fue un libro muy afamado y que hizo gran bien a los lectores.
Su devoción a la Virgen era tan grande que lo hacía exclamar: "Más preferiría vivir sin piel, que vivir sin devoción a la Virgen María".
Fundó más de diez colegios y ayudaba mucho a las universidades católicas. Su autoridad y su ascendiente eran muy grandes en todas partes.
Sus últimos 17 años fueron de enormes sufrimientos por su salud que era muy deficiente. En él se cumplía aquello que dijo Jesús: "Mi Padre, al árbol que más quiere, más lo poda, para que produzca mayor fruto". Pero aunque sus padecimientos eran muy intensos, no por eso dejaba de recorrer ciudades y pueblos predicando, confesando, dando dirección espiritual y edificando a todos con su vida de gran santidad. Tres temas le llamaban mucho la atención para predicar: la Eucaristía, el Espíritu Santo y la Virgen María.
Una de sus cualidades más admirables era su gran humildad. A pesar de sus brillantes éxitos apostólicos, siempre se creía un pobre y miserable pecador. Cuando estaba agonizante vio que un sacerdote lo trataba con muy grande veneración y le dijo: "Padre, tráteme como a un miserable pecador, porque eso es lo que he sido y nada más".
Cuando en su última enfermedad los dolores arreciaban, apretaba el crucifijo entre sus manos y exclamaba: "Dios mío, si sí te parece bien que suceda, está bien, ¡está muy bien!".
El 10 de mayo del año 1569, diciendo "Jesús y María" murió santamente. Fue beatificado en 1894 y el Papa Pablo VI lo declaró santo en 1970.
San Juan de Avila: tú que con tus sermones lograste tantas conversiones de pecadores, alcánzanos del Señor Dios, que también nosotros nos convirtamos.
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Antonio (Antonino) Pierozzi de Florencia, Santo Obispo, 10 de mayo
ObispoAntonio Pierozzi, llamado Antonino por su pequeña estatura, nació en 1389, y era hijo de un notario florentino. Desde muy joven entró al convento de los Dominicos, en donde fue recibido por el Beato Juan Dominici, a quien recitó de memoria las Decretales de Gracián, para demostrar su preparación cultural, a pesar de ser autodidacta. Del año 1413, año de su ordenación sacerdotal, al año 1446, cuando fue elegido arzobispo de Florencia, ocupó varios cargos en su Orden: Vicario, Visitador, Prior en Fiesole, en Roma, en Nápoles y en Florencia.
esconderse en Maremma. Su delicada salud y los achaques físicos que lo acompañaron desde su juventud, desde que era novicio, no le impidieron desarrollar una actividad prodigiosa. A lomo de mula cabalgaba como un humilde fraile para visitar todas las parroquias de su diócesis y de las sufragáneas de Fiesole, Pistoia y Prato. El pueblo florentino lo amaba mucho, y él defendió sus derechos aun contra el mismo Cosimo de Medici, de quien era amigo. Humilde e ingenioso, celoso y bondadoso, el buen pastor se entregó de lleno a su grey hasta la víspera de su muerte, el 2 de mayo de 1459. Fue canonizado por Adriano VI el 31 de mayo de 1523. |
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Fuente: ChurchForum.org
Job, Santo Patriarca, Mayo 10
Patriarca Se llama patriarca a un antiquísimo jefe religioso de Israel. Así por ej. fueron Patriarcas: Noé, Abraham, Jacob, Isaac, etc. |
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Solange de Bourges, Santa Virgen y Mártir, Mayo 10
Virgen y Mártir Etimológicamente significa" sola". Viene de la lengua latina. |
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Fuente: Vatican.va
Iván Merz, Beato Laico, 10 de mayo
LaicoMartirologio Romano: En la ciudad de Zagreb, en Croacia, beato Ivan Merz, que, dedicado al estudio de las letras y a la enseñanza, dio a los jóvenes el ejemplo de un maestro fiel a Cristo y de un laico creyente entregado al bien de la sociedad (1928).
Nació en Banja Luka el 16 de diciembre de 1896, en la Bosnia ocupada por el imperio austro-húngaro, en una familia liberal; fue bautizado el 2 de febrero de 1897. En el ambiente multi-étnico y multi-religioso de su ciudad natal realizó sus estudios de primaria y secundaria, que terminó cuando en Sarajevo era asesinado el príncipe heredero Francisco Fernando (28 de junio de 1914). Por voluntad de sus padres, y no suya, entró en la Academia militar de Wiener Noustadt, que abandonó después de tres meses, molesto por la corrupción del ambiente. En 1915 inició los estudios en la universidad de Viena, aspirando a ser profesor, para poder dedicarse a la instrucción y educación de los jóvenes en Bosnia, siguiendo el ejemplo de su profesor Ljubomir Marakovic, hacia el que sentía una profunda gratitud por haberle ayudado a descubrir las riquezas del catolicismo. |
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Fuente: Clairval.com
Enrique Rebuschini, Beato Sacerdote, Mayo 10
Sacerdote Camilo(Siervos de los Enfermos de San Camilo) Enrique había nacido el 28 de abril de 1860 en el norte de Italia, en Gravedona, en la orilla noroeste del lago Como. Su padre, Domingo, empleado de intendencia antes de llegar a ser inspector jefe de impuestos de la provincia de Como, no es partidario de la religión, y cuando acompaña a su mujer a la iglesia, se queda fuera. Su madre, Sofía, cristiana ejemplar, es oriunda de Liorna, en Toscana. De ese matrimonio habían nacido cinco hijos, siendo Enrique el segundo. Al final de sus estudios secundarios, al no poder seguir su inclinación por la vida religiosa a causa de la oposición de su padre, Enrique se matricula en la Facultad de Matemáticas de la Universidad de Pavía. De carácter tranquilo y bien educado, solamente permanece un año en la Facultad, cuyo anticlericalismo le produce amargura y desazón. |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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