J†A
JMJ
Pax
† Lectura del santo
Evangelio según san Juan 13, 21-33. 36-38Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, estando Jesús a la mesa con sus discípulos, se conmovió profundamente y declaró:
"Les aseguro que uno de ustedes me va a entregar".
Los discípulos comenzaron a mirarse unos a otros, preguntándose a quién podría referirse. Uno de ellos, el discípulo al que Jesús tanto amaba, estaba reclinado sobre el pecho de Jesús. Simón Pedro le hizo señas para que le preguntara a quién se refería. El discípulo que estaba reclinado sobre el pecho de Jesús le preguntó:
"Señor, ¿quién es?"
Le contestó Jesús:
"Aquel a quien yo dé el trozo de pan que voy a mojar en el plato".
Y, mojándolo, se lo dio a Judas Iscariote, hijo de Simón.
Cuando Judas recibió aquel trozo de pan mojado, Satanás entró en él.
Jesús le dijo:
"Lo que vas a hacer, hazlo cuanto antes".
Ninguno de los que estaban a la mesa con Jesús entendió lo que había querido decir. Como Judas era el que llevaba la bolsa del dinero, algunos pensaron que le había encomendado que comprara lo necesario para la fiesta o que diera algo a los pobres. Judas, después de recibir el trozo de pan mojado, salió
inmediatamente. Era de noche.
Al salir Judas, dijo Jesús:
"Ahora va a manifestarse la gloria del Hijo del hombre, y Dios será glorificado en él. Y si Dios va a ser glorificado en el Hijo del hombre, también Dios lo glorificará a él. Y lo va a ser muy pronto.
Hijos míos, ya no estaré con ustedes por mucho tiempo. Me buscarán, pero les digo ahora lo mismo que ya dije a los judíos: "Adonde yo voy, ustedes no pueden venir"".
Simón Pedro le preguntó:
"Señor, ¿adónde vas?"
Jesús le respondió:
"Adonde yo voy tú no puedes seguirme ahora; algún día lo harás".
Pedro insistió:
"Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Estoy dispuesto a dar mi vida por ti".
Jesús le dijo:
"¡De modo que estás dispuesto a dar tu vida por mí! Te aseguro, Pedro, que antes que el gallo cante, me habrás negado tres veces".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos
tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al
menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María,
llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las
mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es
igual: las “palabras de vida
eterna” (Jn 6,68; Hc
7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar
por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a
Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la
Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a
Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que
hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y
de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d)
pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del
mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Nota: es una
película protestante, por eso falta LA MADRE.
El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús
está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: “si no coméis la
carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros” (Jn 6,53;
1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera
"si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana".
Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión)
con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del
Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda
su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar
eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta
del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el
altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: “Te amo, pero no quiero
verte todos los días, y menos los de descanso”? ¿Le ama realmente?
Faltar a
Misa viola los principales mandamientos: el primero (“Amar a Dios sobre todas
las cosas”) y tercero (“Santificar las fiestas”). Por nuestro propio bien y
evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168
horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los “dioses” son el descanso,
entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al
oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías
para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! “Una misa vale más que todos los
tesoros del mundo”… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la
Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch
20,7; 2 Ts 2,15).
Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir “Padre Nuestro” si rechazamos
volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir “Santificado sea Tu Nombre”, “Venga a
nosotros Tu Reino”, “Hágase Tu Voluntad”, “Danos hoy nuestro pan supersubstancial
de cada día” y “no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo”, si
todo eso lo obtenemos de la Misa?
Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la
santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es
posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en
la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos
los pecados mortales: “quien come y bebe sin
discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación” (1 Cor
11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no
confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al
menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los
métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho
a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación
natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por
iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a
reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo
importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende
la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo
1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales
objetivamente, pero subjetivamente,
pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que
lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).
† Misal
Martes Santo
Antífona de Entrada
No me entregues, Señor, al odio de mis
enemigos, pues han surgido contra mí testigos falsos, que respiran violencia.No se dice "Gloria".
Oración Colecta
Oremos:Dios todopoderoso y eterno, ayúdanos a celebrar los misterios de la pasión del Señor con tal fe y arrepentimiento que podamos merecer tu perdón.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Te convertiré en luz de las naciones,
para que llegue mi salvación hasta los últimos rincones de la tierraLectura del libro del profeta Isaías 49, 1-6
Escuchen, habitantes de las islas; atiendan, pueblos lejanos: El Señor me llamó desde el seno materno, desde las entrañas de mi madre pronunció mi nombre.
Convirtió mi boca en espada afilada, me escondió al amparo de su mano; me transformó en flecha punzante y me guardó en su aljaba. Me dijo:
"Tú eres mi siervo, Israel, y estoy orgulloso de ti".
Aunque yo pensaba:
"En vano me fatigué, por nada e inútilmente gasté mis fuerzas".
Sin embargo, el Señor defendía mi causa, mi Dios guardaba mi recompensa.
Y ahora habla el Señor, aquél que desde el vientre me formó como siervo suyo, para que le trajera a Jacob y le reuniera a Israel. ¡Tan valioso soy para el Señor y en Dios se halla mi fuerza!
El dice:
"No sólo eres mi siervo para restablecer las tribus de Jacob y traer a los sobrevivientes de Israel, sino que te convierto en luz de las naciones para que mi salvación llegue hasta el último rincón de la tierra".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Sal 70, 1-2.3-4a.5-6ab.15 y 17En ti, Señor, he puesto mi esperanza.
En ti, Señor, me refugio; que yo no quede avergonzado para siempre. Líbrame, rescátame tú, que eres salvador; hazme caso y libérame.
En ti, Señor, he puesto mi esperanza.
Sé para mí una roca de refugio, una fortaleza donde me salve, pues tú eres mi roca y mi fortaleza; Dios mío, rescátame de las manos del malvado.
En ti, Señor, he puesto mi esperanza.
Porque tú eres mi esperanza, Señor, en ti confío, Señor, desde mi juventud. En ti me apoyaba antes de nacer, tú eres mi protector desde las entrañas de mi madre.
En ti, Señor, he puesto mi esperanza.
Mi boca proclamará todo el día tu salvación, y tus actos liberadores. Desde mi juventud. Dios mío, me has instruido, y yo he proclamado tus maravillas hasta hoy.
En ti, Señor, he puesto mi esperanza.
Aclamación antes del Evangelio
Honor y gloria a ti, Señor Jesús. Señor Jesús, rey nuestro, para obedecer al Padre, quisiste ser llevado a la cruz como manso cordero al sacrificio.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Evangelio
Uno de ustedes me entregará. No cantará el gallo antes
de que me hayas negado tres veces† Lectura del santo Evangelio según san Juan 13, 21-33. 36-38
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, estando Jesús a la mesa con sus discípulos, se conmovió profundamente y declaró:
"Les aseguro que uno de ustedes me va a entregar".
Los discípulos comenzaron a mirarse unos a otros, preguntándose a quién podría referirse. Uno de ellos, el discípulo al que Jesús tanto amaba, estaba reclinado sobre el pecho de Jesús. Simón Pedro le hizo señas para que le preguntara a quién se refería. El discípulo que estaba reclinado sobre el pecho de Jesús le preguntó:
"Señor, ¿quién es?"
Le contestó Jesús:
"Aquel a quien yo dé el trozo de pan que voy a mojar en el plato".
Y, mojándolo, se lo dio a Judas Iscariote, hijo de Simón.
Cuando Judas recibió aquel trozo de pan mojado, Satanás entró en él.
Jesús le dijo:
"Lo que vas a hacer, hazlo cuanto antes".
Ninguno de los que estaban a la mesa con Jesús entendió lo que había querido decir. Como Judas era el que llevaba la bolsa del dinero, algunos pensaron que le había encomendado que comprara lo necesario para la fiesta o que diera algo a los pobres. Judas, después de recibir el trozo de pan mojado, salió
inmediatamente. Era de noche.
Al salir Judas, dijo Jesús:
"Ahora va a manifestarse la gloria del Hijo del hombre, y Dios será glorificado en él. Y si Dios va a ser glorificado en el Hijo del hombre, también Dios lo glorificará a él. Y lo va a ser muy pronto.
Hijos míos, ya no estaré con ustedes por mucho tiempo. Me buscarán, pero les digo ahora lo mismo que ya dije a los judíos: "Adonde yo voy, ustedes no pueden venir"".
Simón Pedro le preguntó:
"Señor, ¿adónde vas?"
Jesús le respondió:
"Adonde yo voy tú no puedes seguirme ahora; algún día lo harás".
Pedro insistió:
"Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Estoy dispuesto a dar mi vida por ti".
Jesús le dijo:
"¡De modo que estás dispuesto a dar tu vida por mí! Te aseguro, Pedro, que antes que el gallo cante, me habrás negado tres veces".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
No se dice "Credo".
Oración de los Fieles
Celebrante:Acerquémonos, hermanos y hermanas, a Jesús, mediador de la nueva alianza y signo de propiciación por nuestros pecados y por los de todo el mundo, y presentémosle con fe las oraciones de su Iglesia:
(Respondemos a cada petición: Escúchanos Señor).
Para que Dios Padre, que nos ha enviado a Jesucristo como pastor y redentor del mundo, guarde, proteja e ilumine a la Iglesia, y la fortalezca en la fe y en el amor, roguemos al Señor.
Escúchanos Señor.
Para que el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob haga brillar su rostro sobre el pueblo de Israel y le manifieste a Jesús como el Mesías de su esperanza, roguemos al Señor.
Escúchanos Señor.
Para que los pueblos del Islam encuentren en la fe y en la caridad de los cristianos una luz que los encamine al único Señor que perdona y salva, roguemos al Señor.
Escúchanos Señor.
Para que Dios todopoderoso y eterno, que quiere que todos los hombres y mujeres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, descubra su rostro a los ateos, libre a los paganos de toda idolatría, superstición o engaño y les revele la luz de su palabra, roguemos al Señor.
Escúchanos Señor.
Para que el Padre de misericordia y Dios de todo consuelo, conceda su auxilio a todos los que lo invocan desde el fondo del corazón y a todos los que dudan, sufren o luchan, roguemos al Señor.
Escúchanos Señor.
Celebrante:
Mira, Señor, a tu familia, reunida en el nombre de Jesucristo, y protégela con amor constante; que los que se esfuerzan por buscar tu rostro vean atendidas sus oraciones y experimenten la ayuda de tu protección.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, con bondad este pan y este vino que te
presentamos, y concede a cuantos quieres hacernos partícipes del Cuerpo y de la
Sangre de tu Hijo, llegar a poseerlo plenamente en tu Reino.Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
La victoria de la PasiónEn verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque se acercan ya los días santos de su pasión salvadora y de su resurrección gloriosa; en ellos celebramos su triunfo sobre la soberbia del demonio y renovamos el misterio de nuestra redención.
Por eso,
los ángeles te cantan con júbilo eterno y nosotros nos unimos a sus voces cantando humildemente tu alabanza:
Antífona de la Comunión
Dios no perdonó a su propio Hijo, sino
que lo entregó a la muerte por nosotros.
Oración después de la
Comunión
Oremos:Por medio de este sacramento, que desde ahora nos comunica tu fuerza, concédenos, Padre misericordioso, participar de la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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† Meditación
diaria
Martes
Santo
Pasión de Nuestro Señor
Pasión de Nuestro Señor
ANTE
PILATO: JESUCRISTO REY
—
Jesús condenado a muerte.
—
El Rey de los judíos. Un reino de santidad y de gracia.
—
El Señor quiere reinar en nuestras almas.
I.
El Señor, atado, es conducido a la residencia del Procurador Poncio Pilato.
Tienen prisa por acabar. Jesús, en silencio, y con esa dignidad suya que se
refleja en su porte, pasa por algunas callejuelas camino de la residencia de
Pilato. “Era ya de día, los habitantes de la ciudad se habían despertado y
salían a sus puertas y ventanas para ver a un preso tan conocido y admirado por
su santidad y sus obras. El Señor iba con la manos atadas, y la cuerda que
ataba sus manos se unía al cuello: esta es la pena que se daba a quienes habían
usado mal de su libertad en contra de su pueblo. Tendría frío en aquella
madrugada, y sueño; la cara, desfigurada de golpes y salivazos; despeinado de
los últimos tirones que le dieron; cardenales en la mejillas, y la sangre
coagulada y seca. Así apareció en público el Señor por las calles, y todos le
miraban espantados y sobrecogidos. Estaba claro para todos que, tal como le
habían tratado y le llevaban, no era sino para condenarle”1.
Jesús
pasa de la jurisdicción del Sanedrín a la romana, porque las autoridades judías
podían condenar a muerte, pero no ejecutar la sentencia. Por eso acuden cuanto antes
–a primeras horas de la mañana– a la autoridad romana, con el fin de obtener,
por todos los medios, que dé muerte a Jesús. Quieren acabar con Él antes de las
fiestas. Se empieza a cumplir al pie de la letra lo que Él ya había anunciado: el
Hijo del hombre será entregado a los gentiles, y se burlarán de él, será
insultado y escupido, y después de azotarlo, lo matarán, y al tercer día resucitará2.
Se
está produciendo una situación insólita. El que días antes hablaba libremente
en el Templo con tanta majestad –nadie ha hablado jamás como este hombre–,
el que había entrado en Jerusalén aclamado por todo el pueblo, iba ahora preso
y maltratado por las autoridades judías. Quien había realizado tantos milagros
y era seguido por una muchedumbre de discípulos, es tratado como un malhechor.
La gente estaría admirada y no se hablaría de otra cosa en la ciudad. Se
llamarían unos a otros para ver un acontecimiento tan sorprendente: ¡Jesús de Nazaret
había sido apresado!
Condujeron
a Jesús a la plaza del pretorio. Pero los que le acusaban no entraron en el
pretorio para no contaminarse y poder comer la Pascua3, pues los
judíos quedaban legalmente impuros si entraban en casa de extranjeros. “¡Oh
ceguera impía! –exclama San Agustín–. Les parece que van a contaminarse con una
casa extraña, y no temen quedar impuros con un crimen propio”4. Se
cumplen, una vez más, las palabras fortísimas que el Señor les había dicho
tiempo atrás: ¡Guías ciegos!, que coláis un mosquito y os tragáis un camello5.
Pilato
salió fuera donde estaban ellos6, Jesús se encuentra de pie ante Pilato7;
este puede comprobar la paz y serenidad del acusado, en contraste con la
agitación y la prisa de los que querían su muerte.
Pilato
le dijo: ¿Eres tú el Rey de los judíos?8. Jesús respondió: Mi
reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores
lucharían para que no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de
aquí. Pilato le dijo: ¿Luego, tú eres rey? Jesús contestó: Tú lo dices: yo soy
Rey9. Esta será la última declaración ante sus acusadores que
haga el Señor; después callará como oveja muda ante el que la esquila10.
El
Maestro se encuentra solo; sus discípulos ya no oyen sus lecciones: le han
abandonado ahora que tanto podían aprender. Nosotros queremos acompañarle en su
dolor y aprender de Él a tener paciencia ante las pequeñas contrariedades de
cada día, a ofrecerlas con amor.
II.
Pilato, pensando quizá que con esto se aplacaría el odio de los judíos, tomó
a Jesús y mandó que lo azotaran11. Es la escena que contemplamos
en el segundo misterio doloroso del Rosario: “Atado a la columna. Lleno de
llagas.
“Suena
el golpear de las correas sobre su carne rota, sobre su carne sin mancilla, que
padece por tu carne pecadora. —Más golpes. Más saña. Más aún... Es el colmo de
la humana crueldad.
“Al
cabo, rendidos, desatan a Jesús. —Y el cuerpo de Cristo se rinde también al
dolor y cae, como un gusano, tronchado y medio muerto.
“Tú
y yo no podemos hablar. —No hacen falta palabras. —Míralo, míralo... despacio.
“Después...
¿serás capaz de tener miedo a la expiación?”12.
Y
a continuación, los soldados, tejiendo una corona de espinas, se la pusieron
en la cabeza y lo vistieron con un manto de púrpura. Y se acercaban a él y le
decían: Salve, Rey de los judíos. Y le daban bofetadas13. Hoy,
al contemplar a Jesús que proclama su realeza ante Pilato, conviene que
meditemos también esta escena recogida en el tercer misterio doloroso del
Rosario: “La corona de espinas, hincada a martillazos, le hace Rey de burlas...
(...). Y, a golpes, hieren su cabeza. Y le abofetean... y le escupen (...).
“—Tú
y yo, ¿no le habremos vuelto a coronar de espinas, y a abofetear, y a escupir?
“Ya
no más, Jesús, ya no más...”14.
Pilato
salió de nuevo fuera y les dijo: He aquí que os lo saco fuera para que sepáis que
no encuentro en él culpa alguna. Jesús, pues, salió fuera llevando la corona de
espinas y el manto de púrpura. Y Pilato les dijo: “Ecce homo”. He aquí al
hombre15.
El
Señor, vestido en son de burla con las insignias reales, oculta y hace
vislumbrar al mismo tiempo, bajo aquella trágica apariencia, la grandeza del
Rey de reyes. La creación entera depende de un gesto de sus manos. Cuando más
débil se le ve, no duda en afirmar ese título que tiene por derecho propio. Su
reino es el reino de la Verdad y la Vida, el reino de la Santidad y la
Gracia, el reino de la Justicia, el Amor y la Paz16. Mientras
contemplamos estas escenas de la Pasión, los cristianos no podemos olvidar que
Jesucristo es “un Rey con corazón de carne, como el nuestro”17.
Tampoco podemos olvidar que son muchos los que lo ignoran y rechazan.
“Ante
ese triste espectáculo, me siento inclinado a desagraviar al Señor. Al escuchar
ese clamor que no cesa y que, más que de voces, está hecho de obras poco
nobles, experimento la necesidad de gritar alto: oportet illum regnare!
(1 Cor 15, 25), conviene que Él reine”18.
Muchos
ignoran que Cristo es el único Salvador, el que da sentido a los
acontecimientos humanos, a nuestra vida; Aquel que constituye la alegría y la
plenitud de los deseos de todos los corazones, el verdadero modelo, el hermano
de todos, el Amigo insustituible, el único digno de toda confianza.
Al
contemplar al Rey con corona de espinas le decimos que queremos que Cristo
reine en nuestra vida; en nuestros corazones, en nuestras obras, en nuestros
pensamientos, en nuestras palabras, en todo lo nuestro.
III.
Jesucristo es rey de todos los seres, pues todas las cosas han sido hechas
por Él19, y de los hombres en particular, que hemos sido comprados
a gran precio20. A María ya le dijo el Ángel: Darás a luz un
hijo... al cual dará Dios el trono de David... y su reino no tendrá fin21.
Pero su reino no es como los de la tierra. Durante su ministerio público no
cede nunca al entusiasmo de las multitudes, demasiado humano y mezclado con
esperanzas meramente temporales: sabiendo que le buscaban para proclamarlo
rey, huyó22. Sin embargo, acepta el acto de fe mesiánica de
Natanael: tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel23.
Es más, el Señor evoca una antigua profecía24 para confirmar y dar
profundidad a sus palabras: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios
subir y bajar en torno al Hijo del Hombre25.
Jesús
afirmó su condición de Mesías y de Hijo de Dios26. Las autoridades
judías, en la ceguera de su incredulidad, llegan a reconocer al César romano un
poder político exclusivo con tal de rechazar la realeza de Jesús y acabar con
Él. A pesar de todo, en el madero de la Cruz estará para siempre escrito: Jesús
nazareno, Rey de los judíos.
A
Pilato le ha dicho que su Reino no es de este mundo. A nosotros nos dice que su
reinado es de paz, de justicia, de amor; Dios Padre ha arrancado (a los
hombres) del dominio de las tinieblas para trasladarlos al Reino de su Hijo,
en quien tienen la redención27.
Sin
embargo, ahora son también muchos quienes lo rechazan. Parece oírse en muchos
ambientes aquel grito pavoroso: no queremos que reine sobre nosotros.
Con gran pena debió el Señor comentar aquella parábola que refleja la actitud
de muchos hombres: Sus ciudadanos le odiaban –dice Jesús en la parábola–
y enviaron una embajada tras él para decirle: no queremos que éste reine
sobre nosotros28. ¡Qué misterio de iniquidad tan grande es el
pecado! ¡Rechazar a Jesús!
El
reino del pecado –donde el pecado habita– es un reino de tinieblas, de
tristeza, de soledad, de engaño, de mentira. Todas las tragedias y calamidades
del mundo, y nuestras miserias, tienen su origen en estas palabras: Nolumus
hunc regnare super nos, no queremos que éste (Cristo) reine sobre nosotros.
Nosotros, ahora, acabamos nuestra oración diciéndole a Jesús otra vez que: “Él
es Rey de mi corazón. Rey de ese mundo íntimo dentro de mí mismo donde nadie
penetra y donde únicamente yo soy señor. Jesús es Rey ahí en mi corazón. Tú lo
sabes bien, Señor”29.
1 L. de la Palma, La Pasión del Señor,
p. 90. — 2 Lc 18, 32. — 3 Jn 18, 28. — 4 San
Agustín, Coment. al Evangelio de San Juan, 114, 2. — 5 Mt
23, 24. — 6 Jn 18, 29. —7 Mt 27, 11. — 8 Jn
18, 33. — 9 Jn 18, 36-37. — 10 Is 53, 7. — 11
Jn 19, 1. — 12 San Josemaría Escrivá, Santo Rosario, segundo
misterio doloroso. — 13 Jn 19, 2-3. — 14 San Josemaría
Escrivá, Santo Rosario, tercer misterio doloroso. — 15 Jn
19, 4-5. — 16 Prefacio de la Misa de Cristo Rey. — 17 San
Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 179. — 18 Ibídem. —
19 Jn 1, 3. — 20 1 Cor 6, 20. — 21 Lc
1, 32-33. — 22 Jn 6, 15. — 23 Jn 1, 49. — 24
Dan 7, 13. — 25 Jn 1, 51. — 26 Mt 27, 64. — 27
Col 1, 13. — 28 Lc 19, 14. — 29 J. Leclerq, Siguiendo
el año litúrgico, Rialp, Madrid 1957, p. 357.
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San
Estanislao
Obispo y mártir
(año 1079)
Obispo y mártir
(año 1079)
Es un santo muy estimado y honrado en
Polonia, su patria.
Nació cerca de Cracovia, en el año 1030.
Sus padres llevaban treinta años de casados sin lograr tener hijos y
consideraron el nacimiento de Estanislao como un verdadero regalo de Dios. Lo
educaron lo más piadosamente que pudieron.
Estudió en Polonia y en París y ordenado
sacerdote por el obispo de Cracovia (que es la segunda ciudad de Polonia) fue
nombrado Párroco de la catedral. Se distinguió por su gran elocuencia, por los
impresionantes ejemplos de vida santa que brindaba a todos con su buen
comportamiento y por la reforma de costumbres que lograba conseguir con sus
predicaciones y con su dirección espiritual.
El señor obispo deseaba que Estanislao
fuera su sucesor, pero él no aceptaba ser obispo porque se creía indigno de tan
alta dignidad. Sin embargo al morir el prelado, el pueblo lo aclamó como el más
digno para ejercer el obispado, el cual ejerció por siete años, desde el año
1072, hasta el años de su muerte, en 1079.
Era muy estricto en exigir a cada
sacerdote el cumplimento exacto de sus deberes sacerdotales. Visitaba cada año
a todas las parroquias y dedicaba mucho tiempo a la predicación y a la
instrucción del pueblo. Su palacio episcopal vivía lleno de pobres, porque
jamás negaba ayudas a los necesitados. Tenía la lista de las familias que
estaban pasando por situaciones económicas más penosas, para enviarles sus
generosas ayudas.
El rey de Polonia Boleslao, era un
valiente guerrero pero se dejaba dominar demasiado por sus pasiones. Al
principio se entendía muy bien con el obispo Estanislao, pero luego empezó a
cometer faltas muy graves que escandalizaban y daban muy mal ejemplo al pueblo
y entonces el obispo tuvo que intervenir fuertemente. San Estanislao recordaba
muy bien aquel mandato de San Pablo "Es necesario reprender, aconsejar y
hasta amenazar, con toda paciencia y doctrina, porque llega el tiempo en que
los hombres arrastrados por sus propias pasiones ya no quieren oír las
doctrinas verdaderas, sino las falsedades" (2 Tim. 4,2).
Este santo obispo era de carácter amable
y humilde, pacífico y amigo de arreglar todos los asuntos por las buenas.
Trataba de ser severo consigo mismo pero totalmente comprensivo con los demás.
Era un alma que jamás demostraba orgullo y ponía gran cuidado para no dejarse
dominar por la ira. Siempre estaba en disposición para ayudar a los
necesitados. Pero conocía muy bien la famosa frase del profeta Isaías: "Ay
de los jefes espirituales que sean como perros mudos que no ladran cuando
llegan los ladrones a robar en el campo del Señor". Y él no quería ser
perro mudo que se queda sin dar la voz de alerta ante los enemigos y los
peligros.
Varias veces había corregido a Boleslao
cuando éste cometía crueldades o injusticias y el rey había mostrado cierto
arrepentimiento y deseos de corregirse. Pero de pronto la medida de sus
maldades rebosó cuando Boleslao se robó una mujer casada para llevársela como
concubina a su palacio. Las gentes se escandalizaron. Ninguno de los altos
empleados se atrevía a corregir al rey escandaloso. Y pidieron al obispo que se
arriesgara a llamarle la atención al terrible monarca.
Estanislao se presentó valerosamente
ante el rey le echó en cara el pecado tan escandaloso que estaba cometiendo, y
el pésimo ejemplo que estaba dando a todo ese pueblo tan católico. Boleslao se
hizo el sordo y no le quiso hacer caso y entonces el obispo con toda la
autoridad de su cargo lo amenazó con terribles castigos si no se arrepentía de
su pecado impuro y no dejaba aquella mala amistad.
Boleslao creyó que el obispo no iba a
proceder tan fuertemente, y se atrevió a asistir a una misa en la catedral.
Pero Estanislao mandó suspender la misa porque no aceptaba que un pecador tan
rebelde y escandaloso estuviera allí dando mal ejemplo a todos. Entonces
estalló ferozmente la ira del sanguinario rey.
Boleslao se propuso vengarse y un 11 de
abril mientras San Estanislao estaba celebrando la Santa Misa, mandó el
furibundo rey a sus soldados a que lo mataran allí mismo en el altar. Los
soldados volvieron al atrio diciéndole que no se habían atrevido a tocar a
aquel hombre de Dios que aparecía rodeado de resplandores. Entonces el mismo
Boleslao subió al altar y con sus propias manos asesinó al santo obispo el 11
de abril del año 1079. Fue un crimen que nunca pudo olvidar y que lo atormentó
día y noche durante todo el resto de su vida.
El rey hizo que el cadáver del santo
quedara en el campo sin sepultar, para que lo devoraran los cuervos. Pero
entonces aparecieron dos águilas que no dejaron que ningún gallinazo se
acercara al cuerpo del difunto. Hasta que llegaron unos devotos fervorosos y le
dieron santa sepultura, en la capilla de San Miguel.
Desde entonces las cosas comenzaron a
suceder cada día más de mal en peor para el rey Boleslao que tuvo que llorar
muy amargamente el crimen tan espantoso que cometió. El pueblo empezó a venerar
como a un gran santo a Estanislao, y el Papa Inocencio lo canonizó, o sea lo
declaró santo en el año 1253.
San Estanislao, pídele a Dios que haya
muchos obispos y sacerdotes que como tú a imitación de San Juan Bautista que se
atrevió a enfrentársele al rey Herodes y decirle: "No te es permitido
vivir con una mujer que no es tu esposa", y no dejó de decírselo aunque
esto le llevó a ser asesinado por orden de tan malvado rey, que así también en
este tiempo siempre haya muchos valerosos sacerdotes y obispos que se atrevan a
oponerse a los que dan escándalo y mal ejemplo, aunque esto los lleve a ser
perseguidos y sufrir martirios.
Y a los que se atreven a atacar a los
enviados de Dios, que no olviden las palabras del libro Santo: "No
toquéis a mis ungidos. No hagáis daño a los que Yo envío para comunicar mis
mensajes (Salmo 105). Porque el que ataca a uno de mis enviados, es como si me
hiriera a Mí en la pupila de mis ojos, dice el Señor".
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Gema Galgani, Santa Virgen, Abril 11
Virgen
La historia de esta santa, tan
cercana a nosotros por el tiempo (1878-1903) y por las costumbres de la vida
cotidiana, tiene cosas increíbles por los fenómenos místicos de que fue
protagonista.
En ciertos períodos de su atormentada vida soportó vejámenes de toda clase. El demonio se le aparecía hasta bajo la figura del confesor para sugerirle obscenidades. Otras veces se le aparecía como un ángel luminoso; cuando se veía desenmascarado, desaparecía en una gran llama roja dejando en el suelo una estela de ceniza. A veces la golpeaba y la dejaba exánime en el suelo, en donde la encontraban con el rostro tumefacto y con los huesos dislocados. Pero la animaba a menudo la compañía de Cristo, de la Virgen y de su ángel custodio. Así narró ella misma, por obediencia, los acontecimientos que precedieron el misterioso fenómeno de los estigmas: “Era la noche del 8 de junio de 1899, cuando de repente siento un dolor interno de mis pecados... Apareció Jesús, con todas las heridas abiertas; pero de esas heridas ya no salía sangre, sino que salían unas como llamas de fuego, que vinieron a tocar mis manos, mis pies y mi corazón. Creí morir...”. Las llagas que se habían abierto aparecían cada semana de las ocho de la noche del jueves hasta las tres de la tarde del viernes, acompañadas con el éxtasis. Ante estos fenómenos misteriosos, que fueron pronto motivo de curiosidad de los vecinos de Lucca en donde vivía Gema, la gente comenzó a llamarla: “la niña de la gracia”. Era una jovencita crecida rápidamente y madurada por la experiencia del dolor. Era hija de un farmacéutico de la provincia de Lucca, y cuando tenía ocho años perdió a la madre. Cuidaron de ella los siete hermanos. Pocos años después murió también el padre y ella, curada prodigiosamente de una grave enfermedad que la atormentaba, pidió entrar al convento, pero su petición fue rechazada. Fue recibida en casa del caballero Mateo Giannini, y allí llevó una vida muy retirada, serena y obediente a las directivas del padre espiritual y de las Hermanas pasionistas que se preocuparon de ella. Debajo de los guantes y del modestísimo vestido ocultaba los signos de su participación en la pasión de Cristo. Mientras tanto las manifestaciones de su santidad habían superado los límites del barrio y de la ciudad. Muchos, que habían ido a su casa movidos por la curiosidad, salían transformados en su espíritu. La enfermedad ósea que la había atacado desde muy joven volvió a aparecer y la hacía sufrir atrozmente. Comprendió que su calvario estaba por terminar. Pero en su humildad no creía haber pagado suficientemente con la moneda del sufrimiento el privilegio de haber sido asociada a la pasión de Cristo. Murió a los 25 años, el 11 de abril de 1903. era la mañana del sábado santo. Canonizada por S.S. Pío XII el 2 de Mayo de 1940
ORACIÓN
Aquí me tenéis postrada a vuestros pies santísimos, mi querido Jesús, para manifestaros en cada instante mi reconocimiento y gratitud por tantos y tan continuos favores como me habéis otorgado y que todavía queréis concederme. Cuantas veces os he invocado, ¡oh Jesús! me habéis dejado siempre satisfecha; he recurrido a menudo a Vos, y siempre me habéis consolado. ¿Cómo podré expresaros mis sentimientos, amado Jesús? Os doy gracias…; pero otra gracia quiero de Vos, ¡oh Dios mío!, si es de vuestro agrado… (aquí se manifiesta la gracia que se desea conseguir). Si no fuerais todopoderoso no os haría esta súplica. ¡Oh Jesús!, tened piedad de mí. Hágase en todo vuestra santísima voluntad. Rezar Padrenuestro, Avemaría y Gloria. |
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Elena Guerra, Beata Virgen, Abril 11
Fundadora de las Oblatas del
Espíritu Santo
Elena nació el 23 de junio de
1835.
Una fecha marcaría su vida: el 5 de junio de 1845, fecha de su Confirmación. La preparación para este sacramento y la vivencia de la presencia del Espíritu significaron, para aquella niña de diez años, un paso decisivo en su espiritualidad, que jamás olvidaría. Y, para conocer más y mejor al Espíritu Santo, comenzó a leer asiduamente la Sagrada Escritura y los Santos Padres, en la lengua en que por entonces podían leerse: el latín. En 1872, después de una enfermedad, que la retuvo en casa durante años, y de una peregrinación a Roma, fundó la “Congregación de Santa Zita”, sin un proyecto claro de vida comunitaria, para la formación de niñas y jóvenes. La alumna más famosa del colegio de las ““zitinas” de Luca fue Gema Galgani. Más tarde cuando se decidieron a la vida en común, vistieron el hábito religioso y redactaron las Constituciones, recibieron la aprobación del obispo diocesano, monseñor Ghilardi. Así nació la Congregación de las Oblatas del Espíritu Santo. Elena descubrió la importancia de la “buena prensa”, y a escribir folletos y hojas sueltas dedicó todo el tiempo que le dejaba el gobierno de su congregación, y todo el dinero que pudo conseguir de su familia. Sus escritos tenían un destinatario casi fijo: la mujer en sus distintos estados de vida. Los temas eran varios, aunque poco a poco fue decantándose por lo que constituiría el principal objetivo de su vida y de su apostolado: el Espíritu Santo. A iniciativa de la Beata Elena Guerra a finales del siglo diecinueve, el Papa León XIII pidió a todos los fieles que celebraran una novena solemne (9 días de oración) perpetuamente entre la Ascensión y Pentecostés por la unidad de la cristiandad. Murió rechazada, calumniada e incomprendida el 11 de abril de 1914. El 26 de abril de 1959 Juan XXIII la proclamó beata y apóstol del Espíritu Santo.
BENIGNÍSIMO JESÚS
Benignísimo Jesús, mandadnos vuestro Espíritu con su Luz, para que seáis mejor conocido. Mandádnoslo con su Fuego, para que seáis más amado. Mandádnoslo con sus Dones para que seáis verdaderamente imitado. Amén.
Oración escrita por la Beata Elena Guerra
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Calínico, San Obispo, Abril 11
Obispo
Etimológicamente significa “el
que alcanza una bella victoria. En la mitología, sobrenombre de Heracles.
Viene de la lengua griega.
Rezando, te sorprenderás a veces al decir: ”Mi pensamiento se pierde, mi corazón se dispersa”. El Evangelio te responde: “Dios es más grande que tu corazón”. En todo momento, abandónate de cuerpo y de espíritu. Confíale todo lo que te pesa. Atrévete a decirle: ”Concédeme el darme”. Con otros, cántale hasta descubrir el deseo de Dios. Murió en 1868. Este santo, de nombre raro, fue un gran confesor. Después de hacer sus estudios en una escuela greco-rumana de Bucarest, se pensó muy en serio en dónde estaría el futuro de su vida. Y, tras muchas horas de reflexión, oración y contemplación, se decidió por entrar en el monasterio de Tchernica. Pronto, llevado por sus ideales de vocación, se distinguió por su celo ascético. Cuando vieron sus buenas disposiciones, lo ordenaron de sacerdote. A partir de este instante, se dedicó al ministerio de la confesión con toda su alma. Confesaba a laicos y sacerdotes de todos los alrededores. Después de llevar a cabo una peregrinación al Monte Atos, tuvo que soportar muchas dificultades debidas, en gran parte, a la insurrección de 1821. Muchos habitantes de Bucarest, temiendo la represión de los Turcos, se refugiaron en su monasterio. Hizo todo lo posible para darles alimento. Sabía que Dios es más grande que él. Con el tiempo, el monasterio tuvo en su interior hasta 30 monjes. A ruegos del príncipe Barbu Stibei, aceptó ser obispo de Rimmi-Vilcea, en donde restauró iglesias y dio el claro un dinamismo clave en sus asuntos pastorales, animándolos a llevar una vida espiritual inspirada en el ideal monástico. |
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Angelo Carletti de Chivasso, Beato Franciscano, Abril 11
Nacido en el año 1411 en
Chivasso, diócesis de Ivrea, Italia.
Esdudió leyes en Bolonia, y ejerció en Monferrato. Fue elegido senador elegido, pero anadonó su función y su trabajo para unirse a los franciscanos en Genoa. Notable teólogo. Fue Nuncio Papal para S.S. Sixto IV y tambien para el Papa Inocencio VIII. Predicaba contra los prestamistas y usureros. Escrito "Casos de Conciencia", un diccionario de teología moral. Entró al reino de los cielos el 11 de abril de 1495 en Coni, Italia. Su culto fue confirmado por el Papa Benedicto XIV. |
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Fuente: es.geocities.com/roquegl43
Sinforiano Ducki, Beato Mártir, Abril 11
Sinforiano Ducki, Beato Mártir, Abril 11
Nació el 10 de mayo de 1888 en
Varsovia. En el bautismo, el 27 de mayo, recibió el nombre de Félix.
Frecuentó la escuela elemental en la nativa Varsovia. Cuando en 1918 los
capuchinos regresaron a su convento propio, abandonado con la supresión
zarista de 1864, Félix Ducki, que de tiempo atrás sentía la vocación, se unió
a ellos, primero ayudando simplemente a la reorganización del convento y más
tarde como postulante. El 19 de mayo de 1920 comenzó el noviciado en Nowe
Miasto con el nombre de fray Sinforiano. Terminado el año de noviciado se
dedicó al servicio fraterno en los conventos de Varsovia, de Lomza y de nuevo
en Varsovia (desde el 27 de mayo de 1924), hasta la profesión solemne, el 22
de mayo de 1925.
En Varsovia desempeñó primero el oficio de hermano limosnero, preocupándose sobre todo de recoger ofertas para la construcción del Seminario Menor de San Fidel. Después fue nombrado hermano socio del padre Provincial. De carácter sociable, simple, cortés y amigable, fácilmente conquistaba la simpatía del pueblo y nuevos amigos para la Orden. No obstante su vida tan activa en medio de la gente, no perdió nunca el espíritu interior, distinguiéndose por su oración devota y fervorosa. Era conocido y estimado por los habitantes de la capital y le llamaban "padre" aunque no era sacerdote. Al sobrevenir la II Guerra mundial se esforzó para que no faltara lo necesario ni a sus hermanos frailes ni a los demás pobres, hasta el 27 de junio de 1941, día en que la Gestapo arrestó a todos los 22 capuchinos del convento de la capital. En un primer momento fray Sinforiano fue internado en la prisión di Pawiak, y luego, el 3 de septiembre, en el campo de concentración de Auschwitz. De constitución robusta, sufrió más que los demás el hambre y las persecuciones, soportando todo en silencio. Las míseras raciones que recibían no cubrían ni siquiera la cuarta parte de la necesidad del organismo de un hombre normal. Después de siete meses fue condenado a una muerte lenta. Una tarde, mientras los custodios del campo habían comenzado a asesinar prisioneros de un modo bestial, destrozándoles la cabeza a garrotazos, fray Sinforiano tuvo la valentía de hacer sobre los caídos la señal de la cruz. El testigo ocular y compañero de prisión César Ostankowicz declara que hubo un momento de aturdimiento y sorpresa, al que siguió la orden de apalear a Sinforiano. Un golpe en la cabeza le hizo caer al suelo entre los esbirros y los prisioneros. Poco después tuvo fuerzas para levantarse y hacer de nuevo la señal de la cruz. Fue entonces cuando lo asesinaron. Era el 11 de abril de 1942. La muerte de fray Sinforiano puso fin a la tremenda matanza que los soldados estaban perpetrando, y unos quince prisioneros se salvaron así de la muerte. Estos, con grande veneración, cargaron a fray Sinforiano en el carro que le llevaría, con los demás cadáveres, al horno crematorio. Con su martirio fray Sinforiano demostró heroicamente su fe en la Trinidad, y salvó de una muerte segura a un grupo de compañeros de prisión. Para ver más sobre los 108 mártires Polacos durante la segunda guerra mundial haz "click" AQUI |
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San Antipas
En Pérgamo, en Asia, conmemoración de
san Antipas, testigo fiel, como dice san
Juan en el Apocalipsis, que fue martirizado por el nombre de Jesús (s. I) .
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Calendario de Fiestas Marianas: Nuestra Señora de
Fourviere, Francia.
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Fuentes:
IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com
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