viernes, 6 de marzo de 2015

Viernes de la Pasión y Muerte de Jesucristo: día de penitencia y abstinencia de carne, excepto fiesta de precepto (CDC 1250/3). 06/03/2015. Santa Rosa de Viterbo ¡ruega por nosotros!

JA

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 21, 33-43.45-46

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo esta parábola:
"El dueño de una finca plantó una viña, la rodeó con una cerca, construyó un lugar para hacer el vino, edificó una torre, la alquiló a unos viñadores, y se ausentó.
Al llegar la cosecha, envió sus criados a los viñadores para recoger los frutos. Pero los viñadores agarraron a los criados, hirieron a uno, mataron a otro y al otro lo apedrearon. De nuevo envió otros criados, en mayor número que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Finalmente les mandó a su hijo, pensando:
"A mi hijo lo respetarán".
Pero los viñadores, al ver al hijo, se dijeron:
"Este es el heredero.
Matémoslo y nos quedaremos con su herencia".
Lo capturaron, lo arrojaron fuera de la viña y lo mataron.
¿Qué les parece? Cuando regrese el dueño de la viña, ¿qué hará con esos viñadores?"
Le respondieron:
"Matará sin compasión a esos desalmados y alquilará la viña a otros viñadores que le entreguen los frutos a su tiempo".
Entonces Jesús les dijo:
"¿No han leído nunca en las Escrituras: La piedra que rechazaron los constructores se ha convertido en piedra fundamental; esto lo hizo el Señor y es realmente admirable?
Por eso les digo que a ustedes se les quitará el reino de Dios y se le entregará a un pueblo que dé a su tiempo los frutos que al reino corresponden".
Cuando los sumos sacerdotes y los fariseos oyeron sus parábolas, se dieron cuenta de que Jesús se refería a ellos. Querían capturarlo, pero tuvieron miedo de la gente, porque lo tenían por profeta.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

"El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

 

Misal

 

vie 2a. Sem cuaresma

Antífona de Entrada

En ti, Señor, he puesto mi confianza; no quede yo defraudado eternamente; sácame de la trampa que me han puesto, pues tú eres mi protector.

 

Oración Colecta

Oremos:
Por medio de nuestras privaciones cuaresmales, purifícanos, Señor todopoderoso, a fin de que lleguemos limpios de pecado a las próximas fiestas de Pascua.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Ahí viene el soñador; démosle muerte

Lectura del libro del Génesis 37, 3-4.12-13a.17b-28

Jacob amaba a José más que a los demás hijos, porque lo había tenido siendo ya viejo, y mandó que le hicieran una túnica de amplias mangas. Al ver sus hermanos que su padre lo amaba más que a sus demás hijos, empezaron a odiarlo y ni siquiera lo saludaban.
Sus hermanos habían ido a cuidar las ovejas de su padre a Siquén. Jacob dijo a José:
"Tus hermanos están cuidando las ovejas en Siquén; ven, que quiero enviarte adonde están ellos".
José fue en busca de sus hermanos y los encontró en Dotán. Ellos lo vieron de lejos y, antes que se acercara, se pusieron de acuerdo para matarlo. Decían:
"Ahí viene el soñador. Vamos a matarlo. Lo echaremos en cualquiera de estos pozos, y luego diremos que una fiera salvaje lo devoró. A ver en qué paran sus sueños".
Al oír esto Rubén, intentando salvarlo de sus hermanos, dijo:
"¡No, matarlo no!"
Y añadió:
"No derramen su sangre; échenlo en este pozo que hay en el desierto, pero no le hagan daño".
Lo dijo para librarlo de sus manos y devolverlo luego a su padre.
Cuando llegó José junto a sus hermanos, le quitaron su túnica, la túnica de amplias mangas que llevaba, lo agarraron y lo echaron en el pozo. Era un pozo seco en el que no había agua. Después se sentaron a comer.
Levantando la vista, divisaron una caravana de ismaelitas que venían de Galaad con camellos cargados de aromas, bálsamo y mirra, en ruta hacia Egipto.
Entonces Judá propuso a sus hermanos:
"¿Qué sacamos con matar a nuestro hermano y ocultar su muerte? Propongo que se lo vendamos a lo ismaelitas sin hacerle ningún daño, pues es nuestro hermano y es carne nuestra".
Sus hermanos aprobaron lo dicho; y cuando pasaban los mercaderes madianitas, sacaron a José del pozo, lo vendieron a los ismaelitas por veinte monedas de plata, y éstos se lo llevaron a Egipto.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Sal 104, 16-17.18-19.20-21

Recuerden las maravillas que hizo el Señor.

Trajo el hambre sobre aquel país, hizo que se agotaran todas sus reservas. Por delante había enviado a un hombre, José, que fue vendido como esclavo.
Recuerden las maravillas que hizo el Señor.

Ataron sus pies con argollas, sujetaron su cuello con cadenas, hasta que se cumplió lo que él predijo, y la palabra del Señor lo acreditó.
Recuerden las maravillas que hizo el Señor.

Entonces mando el rey que lo soltaran, el dueño de los pueblos, que lo pusieran en libertad; lo nombró jefe de su casa, y gobernador de todas sus posesiones.
Recuerden las maravillas que hizo el Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él tenga vida eterna.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Evangelio

Este es el heredero, vamos a matarlo

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 21, 33-43.45-46

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo esta parábola:
"El dueño de una finca plantó una viña, la rodeó con una cerca, construyó un lugar para hacer el vino, edificó una torre, la alquiló a unos viñadores, y se ausentó.
Al llegar la cosecha, envió sus criados a los viñadores para recoger los frutos. Pero los viñadores agarraron a los criados, hirieron a uno, mataron a otro y al otro lo apedrearon. De nuevo envió otros criados, en mayor número que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Finalmente les mandó a su hijo, pensando:
"A mi hijo lo respetarán".
Pero los viñadores, al ver al hijo, se dijeron:
"Este es el heredero.
Matémoslo y nos quedaremos con su herencia".
Lo capturaron, lo arrojaron fuera de la viña y lo mataron.
¿Qué les parece? Cuando regrese el dueño de la viña, ¿qué hará con esos viñadores?"
Le respondieron:
"Matará sin compasión a esos desalmados y alquilará la viña a otros viñadores que le entreguen los frutos a su tiempo".
Entonces Jesús les dijo:
"¿No han leído nunca en las Escrituras: La piedra que rechazaron los constructores se ha convertido en piedra fundamental; esto lo hizo el Señor y es realmente admirable?
Por eso les digo que a ustedes se les quitará el reino de Dios y se le entregará a un pueblo que dé a su tiempo los frutos que al reino corresponden".
Cuando los sumos sacerdotes y los fariseos oyeron sus parábolas, se dieron cuenta de que Jesús se refería a ellos. Querían capturarlo, pero tuvieron miedo de la gente, porque lo tenían por profeta.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Que tu misericordia, Señor, nos prepare a celebrar esta Eucaristía y a vivirla con la fe y con las obras.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Los frutos de las privaciones voluntarias

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque con nuestras privaciones voluntarias nos enseñas a reconocer y agradecer tus dones, a dominar nuestro afán de suficiencia y a repartir nuestros bienes con los necesitados, imitando así tu generosidad.
Por eso,
con todos los ángeles, te glorificamos y te aclamamos diciendo:

Antífona de la Comunión

Dios nos amó y nos envió a su Hijo como víctima por nuestros pecados.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Señor, que este sacramento que hemos recibido, prenda de la salvación eterna, nos dé fuerzas para vivir según tus mandamientos y alcanzar la recompensa prometida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén


Meditación diaria

Cuaresma. 2ª semana. Viernes

ABORRECER EL PECADO

— Nuestros pecados y la Redención. El verdadero mal del mundo.

— La Cuaresma, ocasión propicia que nos brinda la Iglesia para aumentar la lucha contra el pecado. La malicia del pecado venial.

— La lucha contra el pecado venial deliberado. Sinceridad. Examen. Contrición.

I. Dios nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados1.

La liturgia de estos días nos acerca poco a poco al misterio central de la Redención. Nos propone personajes del Antiguo Testamento que son imágenes de Nuestro Señor. Hoy, la Primera lectura de la Misa nos habla de José, que mediante la traición de sus hermanos llegó a ser, providencialmente, el salvador de la familia y de toda aquella región2. Es figura de Cristo Redentor.

José era el hijo predilecto de Jacob, y por encargo de su padre va en busca de sus hermanos. Recorre un largo camino hasta encontrarles: les lleva buenas noticias de su padre y también alimentos. Al principio sus hermanos –que le envidian y le odian por ser el predilecto– pensaron en matarle; más tarde le venden como esclavo, y así es conducido a Egipto. Dios se sirve de esta circunstancia para, años más tarde, darle un alto puesto en aquel país. En tiempos de gran hambre será el salvador de sus hermanos, a quienes no tiene en cuenta su crimen, y la tierra de Egipto donde se asentaron las tribus israelitas por benevolencia de José, se convirtió en cuna del pueblo elegido. Todos los que acuden en demanda de ayuda al faraón son enviados a José: id a José, les decía siempre.

También el Señor vino para traer la luz al mundo, enviado por el Padre: vino a su casa y los suyos no le recibieron3;... les mandó a su hijo, diciéndose: Tendrán respeto a mi hijo. Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: Este es el heredero. Venid, lo matamos y nos quedamos con la herencia. Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron4. Así hicieron con el Señor: lo sacaron fuera de la ciudad y lo crucificaron.

Los pecados de los hombres han sido la causa de la muerte de Jesucristo. Todo pecado está relacionado íntima y misteriosamente con la Pasión de Jesús. Solo reconoceremos la maldad del pecado si, con la ayuda de la gracia, sabemos relacionarlo con el misterio de la Redención. Solo así podremos purificar de verdad el alma y crecer en contrición de nuestras faltas y pecados. La conversión que insistentemente nos pide el Señor, y de modo particular en este tiempo de Cuaresma, mientras nos acercamos a la Semana Santa, debe partir de un rechazo firme de todo pecado y de toda circunstancia que nos ponga en peligro de ofender a Dios. La renovación moral de la que tan necesitado está el mundo, parte de esta convicción profunda: "(...) en la tierra solo hay un mal, que habrás de temer, y evitar con la gracia divina: el pecado"5. Por el contrario, "la pérdida del sentido del pecado es una forma o un fruto de la negación de Dios (...). Si el pecado es la ruptura de la relación filial con Dios para vivir la propia existencia fuera de la obediencia a Él, entonces no es solamente negar a Dios, pecar es también vivir como si Él no existiera, es borrarlo de la propia existencia diaria"6. Nosotros no queremos borrar al Señor de nuestra vida, sino que cada vez esté más presente en ella.

"Podemos afirmar muy bien –dice el Santo Cura de Ars– que la Pasión que los judíos hicieron sufrir a Cristo era casi nada, comparada con la que le hacen soportar los cristianos con los ultrajes del pecado mortal (...). ¡Cuál va a ser nuestro horror cuando Jesucristo nos muestre las cosas por las cuales le hemos abandonado!"7. ¡Qué necedades a cambio de tanto bien! Por la misericordia divina, con la ayuda de la gracia, nosotros no le vamos a dejar, y procuraremos que muchos que están lejos se acerquen.

II. El esfuerzo de conversión personal que nos pide el Señor debemos ejercitarlo todos los días de nuestra vida, pero en determinadas épocas y situaciones –como es la Cuaresma– recibimos especiales gracias que debemos aprovechar. Este tiempo litúrgico es una ocasión extraordinaria para afinar en la lucha contra el pecado y para aumentar la vida de la gracia con el ejercicio de las buenas obras.

Para comprender mejor la malicia del pecado debemos contemplar lo que Jesucristo sufrió por los nuestros. En la agonía de Getsemaní le vemos padecer, hasta lo indecible. Él, que no conoció pecado, se hizo pecado por nosotros8, dice San Pablo; cargó con todos nuestros horrores, llegando a derramar sudor de sangre. "Jesús, solo y triste, sufría y empapaba la tierra con su sangre.

"De rodillas sobre el duro suelo, persevera en oración... Llora por ti... y por mí: le aplasta el peso de los pecados de los hombres"9. Es una escena que debemos recordar muchas veces, cada día, pero muy especialmente cuando las tentaciones arrecien.

El Señor nos ha llamado a la santidad, a amar con obras, y de la postura que se adopte ante el pecado venial deliberado depende el progreso de nuestra vida interior, pues los pecados veniales, cuando no se lucha por evitarlos o no hay suficiente contrición después de cometerlos, producen un gran daño en el alma, volviéndola insensible e indiferente a las inspiraciones y mociones del Espíritu Santo. Debilitan la vida de la gracia, hacen más difícil el ejercicio de las virtudes, y disponen al pecado mortal.

"Muchas almas piadosas –dice un autor de nuestros días– están en una infidelidad casi continua en "pequeñas" cosas; son impacientes, poco caritativas en sus pensamientos, juicios y palabras, falsas en su conversación y en sus actitudes, lentas y relajadas en su piedad, no se dominan a sí mismas y son demasiado frívolas en su lenguaje, tratan con ligereza la buena fama del prójimo. Conocen sus defectos e infidelidades y los acusan quizá en confesión, mas no se arrepienten de ellos con seriedad ni emplean los medios con que podrían prevenirlos. No reflexionan que cada una de estas imperfecciones es como un peso de plomo que las arrastra hacia abajo, no se dan cuenta de que van comenzando a pensar de manera puramente humana y a obrar únicamente por motivos naturales, ni de que resisten habitualmente a las inspiraciones de la gracia y abusan de ella. El alma pierde así el esplendor de su belleza, y Dios va retirándose cada vez más de ella. Poco a poco pierde el alma sus puntos de contacto con Dios: en Él no ve al Padre amoroso y amado a quien se entregaba con filial ternura; algo se ha interpuesto entre los dos"10. Es el camino, ya iniciado, de la tibieza.

En la lucha decidida por desterrar de nuestra vida todo pecado demostraremos nuestro amor al Señor, nuestra correspondencia a la gracia: "¡Qué pena me das mientras no sientas dolor de tus pecados veniales! —Porque, hasta entonces, no habrás comenzado a tener verdadera vida interior"11.

Pidamos hoy a la Virgen que nos conceda aborrecer, no solo el pecado mortal, sino también el pecado venial deliberado.

III. "Restablecer el sentido justo del pecado es la primera manera de afrontar la grave crisis espiritual, que afecta al hombre de nuestro tiempo"12.

También para afrontar decididamente la lucha contra el pecado venial es preciso reconocerlo como tal, como ofensa a Dios que retrasa la unión con Él. Es preciso llamarlo por su nombre, sin excusas, sin disminuir la trascendental importancia que tiene para el alma que verdaderamente quiere ir a Dios. Movimientos de ira, envidia o sensualidad no rechazados con prontitud; deseo de ser el centro en todo, de llamar la atención; no ocuparse más que de uno mismo, de las propias cosas e intereses, perdiendo la capacidad para interesarnos por los demás; prácticas de piedad hechas con rutina, con poca atención y poco amor; juicios hechos con ligereza y poco caritativos sobre los demás..., constituyen pecados veniales y no solamente faltas o imperfecciones.

Debemos pedir al Espíritu Santo que nos ayude a reconocer con sinceridad nuestras faltas y pecados, a tener una conciencia delicada, que pide perdón y no justifica sus errores. "El que tiene sano el olfato del alma –decía San Agustín–, sentirá cómo hieden los pecados"13.

Los santos han comprendido con entera claridad, a la luz de la fe y del amor, que un solo pecado –sobre todo mortal, pero también los pecados veniales– constituye un desorden mayor que el peor cataclismo que asolara la tierra, "pues el bien de la gracia de un solo hombre es mayor que el bien natural del universo entero"14.

Fomentemos un sincero arrepentimiento de nuestras faltas y pecados, luchemos por quitar toda rutina al acudir al sacramento de la Misericordia divina. "Ten verdadero dolor de los pecados que confiesas, por leves que sean –aconseja San Francisco de Sales–, y haz firme propósito de la enmienda para en adelante. Muchos hay que pierden grandes bienes y mucho aprovechamiento espiritual porque, confesándose de los pecados veniales como por costumbre y cumplimiento, sin pensar enmendarse, permanecen toda la vida cargados de ellos"15.

La Virgen Santa María, Refugio de los pecadores, nos ayudará a tener una conciencia delicada para amar a Cristo y a todos los hombres, a ser sinceros con nosotros mismos y en la Confesión, a contar con nuestras flaquezas y a saber arrepentirnos de ellas con prontitud.

1 Antífona de la Comunión, 1 Jn 4, 10. — 2 Gen 3-4; 12-13; 17-28. — 3 Jn 1, 11. — 4 Evangelio de la Misa, Mt 21, 33-34; 45-46. — 5 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 386. — 6 Juan Pablo II, Exhor. Apos. Reconciliatio et Paenitentia, 2-XII-1984, 18. — 7 Santo Cura de Ars, Sermón sobre el pecado. — 8 Cfr. 2 Cor 5, 21. — 9 San Josemaría Escrivá, Santo Rosario. Primer misterio doloroso. — 10 B. Baur, En la intimidad con Dios, Herder. Madrid 1975, 10ª ed., p. 74. — 11 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 330. — 12 Juan Pablo II, loc. cit. — 13 San Agustín, Coment. sobre el Salmo 37. — 14 Santo Tomás, Suma Teológica, 1-2, q. 113 a. 9 ad. 2. — 15 San Francisco de Sales, Introd. a la vida devota, II, 19.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

Fuente: Archidiócesis de Madrid
Olegario, Santo Obispo, Marzo 6  

Olegario, Santo

Obispo

Martirologio Romano: En Barcelona, de Cataluña, en España, san Olegario, obispo, que asumió también la cátedra de Tarragona cuando esta antiquísima sede fue liberada del yugo de los musulmanes (1137).

Etimológicamente: Olegario = Aquel de la lanza invulnerable, es de origen germánico.

 

De este joven dice su biógrafo estas palabras que llegan a lo más íntimo del alma:" Guardián celoso y maestro de la castidad, afable para todos, generoso con los pobres, esquivo de la vanagloria, despegado de la pompa mundanal y amante de fiel de la paz no fingida".

Si estas palabras se aplicasen a tu vida personal, te encontrarías más feliz de lo que te hallas en este instante. No me cabe la menor duda.

Nació en la bella ciudad de Barcelona, abierta al mar y a las nuevas corrientes de la cultura y del Evangelio..

Su familia era de origen noble por parte del padre y de la madre. Ambos se preocuparon por darle una educación en los valores que nunca defraudan del Evangelio.

El padre – cosa rara hoy en día – quiso llevar y dirigir sus estudios según los criterios de la época en que le tocó vivir.
Cuando vio que su preparación intelectual y humanista la recibiría mejor en los canónigos de la catedral, no tuvo inconveniente en confiarles su educación como persona humana.

En los estudios que le prepararían para ser sacerdote, se distinguió por su piedad sincera, su aprovechamiento y su afición o "hobby" por leer a los Santos Padres.

Tanto los leyó, meditó y estudió que se convirtió en una verdadero especialista.

El anhelaba la perfección espiritual de su vida. Por eso, al enterarse de que había cerca de Barcelona un convento de canónigos regulares de san Agustín, no dudó lo más mínimo en irse para imitar su virtud.
Cuando murió el obispo de Barcelona, desde la aristocracia hasta la gente sencilla, pensó en que el mejor sucesor sería Olegario.

El mismo Papa Pascual II tuvo que obligarle a que aceptara el cargo. No hizo en su misión de pastor distinción alguna entre ricos y pobres. Todos eran hijos de Dios-
Participó en algunos concilios de Tarragona, Toulouse, Reims y Lateranense I, san Clermont... Y dada su preparación intelectual, logró derrotar a sus enemigos, los herejes.
Murió en el año 1137.

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Fuente: Franciscanos.org
Colette o Coleta Boylet de Corbie, Santa Reclusa, Marzo 6  

Colette o Coleta Boylet de Corbie, Santa

Reclusa

Martirologio Romano: En Gante, en Flandes, santa Coleta Boylet, virgen, que durante tres años llevó una austerísima vida, encerrada en una pequeña casa junto a la iglesia, y después, tras profesar en la Regla de san Francisco, recondujo muchos monasterios de Clarisas a la forma primitiva de vida, insistiendo principalmente en el espíritu de pobreza y de penitencia (1447).

Etimológicamente: Colette = Variante francesa del nombre Nicolasa = La vencedora de entre el pueblo, es de origen griego.

 

COLETTE, COLETTA, COLETA, NICOLASA, NICOLETTE

Colette es la aféresis de Nicolette, diminutivo femenino de Nicolás, nombre que en castellano se a traducido a Coleta.

Nació Coleta en Corbie, al norte de Francia, cerca de Amiens, el 13 de enero de 1381. Sus padres, el carpintero Roberto Boylet y su mujer Catalina, habían llegado a mayores sin tener descendencia, pero, cuando ya no la esperaban, providencialmente aún tuvieron una hija a la que llamaron Nicolette, familiarmente Colette, en agradecimiento a san Nicolás de Bari, a cuya intercesión atribuían el haberla tenido. La niña creció en un ambiente acogedor y muy religioso. Pero pronto quedó huérfana de padre y madre, y, a sus 18 años, emprendió una complicada y variable experiencia religiosa en la que, durante siete años, pudiera parecer que no acertaba con el destino al que Dios quería llevarla.

Siguiendo el consejo que Jesús da en el Evangelio, vendió todos sus bienes y los distribuyó entre los pobres. A continuación fue pasando de monasterio en monasterio, de institución en institución, sin encontrar sosiego. Primero estuvo en las Beguinas, de las que pasó a las Benedictinas de su pueblo natal; no colmaron éstas sus ansiedades espirituales, y entonces ingresó en las Clarisas; pero, insatisfecha de nuevo, optó por vestir el hábito de la Tercera Orden de San Francisco, en la que tampoco encontró reposo su espíritu, por lo que resolvió aislarse llevando vida solitaria, como "reclusa", en una pequeña ermita cercana a Corbie; esto, sin embargo, no era lo que Dios quería de ella.

A sus 25 años terminó Coleta su peregrinaje claustral. Ella, desde su profunda vida de pobreza y oración, se sintió llamada a renovar la Orden de santa Clara, devolviéndole el espíritu y la observancia que le diera la santa fundadora en su Regla. El P. Enrique de Baume, franciscano, supo discernir los planes de Dios y aconsejó a Coleta que volviera a las clarisas. Obtenida de la curia pontificia la dispensa del voto de reclusión perpetua, Coleta marchó el año 1406 a Niza, donde se encontraba en aquel tiempo Benedicto XIII, y le expuso amplia y detalladamente sus propósitos restauradores. Benedicto XIII, tras detenida y profunda reflexión, entendió que allí estaba la mano de Dios, que era quien guiaba a aquella mujer, por lo que, haciendo uso de su potestad, le impuso el velo de clarisa y la autorizó a reformar los monasterios de la Orden y a fundar otros nuevos. Esto sucedía en los trágicos tiempos del llamado "Cisma de Occidente", con papas y antipapas a la vez, que terminó en 1417. Los cristianos, en su desconcierto y buena voluntad, estaban del lado que tenían por auténtico o que les indicaban sus autoridades. Así, santa Catalina de Siena y santa Catalina de Suecia estaban con el papa de Roma, mientras san Vicente Ferrer y santa Coleta estaban con el de Aviñón, concretamente con Benedicto XIII.

No le resultó fácil a Coleta poner en marcha de inmediato sus proyectos. Durante algunos años fracasaron sus intentos de reforma, hasta que, en 1410, consiguió la reforma de un primer monasterio, el de Besançon, al que siguieron otros hasta un total de 16 ó 17, reformados o fundados de nuevo.
Para todos ellos redactó

Colette o Coleta Boylet de Corbie, Santa

unas Constituciones, que fueron aprobadas por la Iglesia.

También hubo conventos de frailes franciscanos que, permaneciendo bajo la autoridad de los propios superiores, acogieron el impulso renovador de Coleta y volvieron al espíritu y prácticas que san Francisco había querido para su Orden: vida de pobreza sin mitigaciones, vida austera, intensa oración personal y comunitaria, y mucha oración y penitencia por la unidad de la Iglesia, entonces dividida por el Cisma de Occidente.

El alma y motor de la reforma eran sin duda la vida y el ejemplo de Coleta, que había llegado a abandonarse en manos de Dios para serle un instrumento fiel. Su fama de santidad despertó un gran entusiasmo tanto en los monasterios como fuera de ellos. Dios le concedió además dones carismáticos extraordinarios: discernimiento de conciencias, profecía y hasta milagros. En tiempos tan difíciles para la Iglesia y cuando los hijos e hijas de san Francisco y santa Clara se encontraban en situación de manifiesta decadencia, Dios se valió de una mujer del pueblo, llana y sencilla, para llevar a cabo una renovación, aprobada por el Ministro general de los franciscanos en 1434 y por Pío II en 1458, cuya validez corroboran los frutos que entonces dio y que ha seguido danto hasta nuestros días. En la actualidad los monasterios de "coletinas" son unos 140, la mayor parte de los cuales se encuentra en Europa, aunque también los hay en América, Asia y África.

Murió en su monasterio de Gante (Bélgica) el 6 de marzo de 1447, y la canonizó el papa Pío VII en 1807.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina02
Crodegango de Metz, Santo Obispo, Marzo 6  

Crodegango de Metz, Santo

Obispo

Martirologio Romano: En Metz, en Austrasia, san Crodegango, obispo, el cual impuso al clero que viviese dentro del recinto del claustro bajo una íntegra norma de vida, y promovió de modo admirable el canto en la Iglesia (766).

 

San Crodegando nació cerca de Lieja y probablemente se educó en la abadía de Saint Trond. Parece que hablaba el latín con la misma fluidez que su propia lengua. Era de estatura imponente y su gracia y buenas maneras le hacían agradable a todos. Carlos Martel reconoció sus cualidades excepcionales y le nombró secretario y asesor suyo. A la muerte de su protector, Crodegango, que era todavía laico, fue nombrado obispo de Metz, el año 742. En tan alta dignidad, supo combinar la virtud y la sagacidad con gran éxito; en todos los asuntos se valió de su gran influencia para promover la justicia y el bien público. Sus biógrafos alaban su caridad sin límites y la especial solicitud que mostró por las viudas y los huérfanos. Como embajador de Pepino, el mayordomo de palacio, ante el Papa Esteban III, Crodegango fue un factor preponderante en la coronación de Pepino en 754, en la derrota que éste infligió a los Lombardos en Italia y en la entrega del exarcado de Ravenna y otros territorios a la Santa Sede.

Habiendo contribuido en esta forma a establecer, sobre una base firme, el Papado y la supremacía de los francos en Italia, San Crodegango pudo consagrarse de lleno a los asuntos espirituales de su diócesis. La relajación de costumbres en aquélla época no dejaba de afectar tambíén al clero. Muchos clérigos estaban mezclados en asuntos mundanos y los jóvenes no recibían una preparación adecuada en materia de ciencia y disciplina. San Crodegango empezó la reforma por su propia ciudad y su catedral, publicando una serie de cánones, basados principalmente en las reglas de San Benito. Ordenó que tanto el alto como el bajo clero habitase en comunidad, ateniéndose a la regla, y obligó a todos a asistir al oficio divino. El código de San Crodegango, que ha llegado hasta nosotros, estaba dividido en treinta y cuatro capítulos. Las diversas comunidades estaban obligadas a leer, cada día, un capítulo; por ello, dichas reuniones recibieron el nombre de "capítulos" y, los participantes se empezaron a llamar "capitulares"; se llamó "canónigos" a todos aquellos a quienes obligaban los cánones o reglas episcopales; como los conventuales tenían sus propias reglas, se les llamó "regulares". La fama de San Crodegango hizo que su reforma se propagara rápidamente a otras diócesis, hasta llegar a oídos de Carlomagno.

El emperador determinó que todos los clérigos fueran "canónigos" o "regulares". De esta suerte, la influencia que tuvo el santo en el movimiento "regular" que se extendió por Francia, Alemania, Italia y la Gran Bretaña fue muy notable.

Otra de las actividades de San Crodegango fue la construcción y restauración de iglesias, monasterios e instituciones de caridad. Una de sus fundaciones fue la abadía de Gorze, por la que el santo tuvo especial predilección. El Papa le envió para sus monasterios los cuerpos de tres santos, con lo que se atrajo a muchos peregrinos. Otra muestra de favor que recibió de la Santa Sede fue el derecho de precedencia sobre los demás obispos francos. Algunos autores llegan a afirmar que el Papa le envió también el palio y casi todos están de acuerdo en que, bajo el gobierno de San Crodegango, la Iglesia de Metz fue la primera en las regiones del norte que adoptó la liturgia romana y el canto gregoriano en toda su pureza. La escuela coral que instituyó el santo llegó a ser muy famosa y, el año 805, Carlomagno ordenó que todos los maestros de coro se escogieran entre sus alumnos. La fama de la escuela de Metz duró varios siglos. Cuando los monjes del Cister decidieron perpetuar las mejores tradiciones corales, adoptaron el antifonario de la iglesia de Metz. San Crodegango murió el 6 de marzo de 766 y fue sepultado en Gorze.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Rosa de Viterbo, Santa Virgen, Marzo 6  

Rosa de Viterbo, Santa

Virgen Terciaria Franciscana

Martirologio Romano: En Viterbo, en la Toscana, santa Rosa, virgen de la Tercera Orden de San Francisco, que, asidua en las obras de caridad, a los dieciocho años de edad consumó rápidamente el breve curso de su vida (1253).

Etimológicamente: Rosa = Aquella que es bella como una rosa, es de origen latino.

 

Uno de los más brillantes ornamentos de la Tercera Orden de san Francisco, y de la santa Iglesia, fue la penitente y maravillosísima doncella santa Rosa, natural de Viterbo.

A los tres años recogiendo los pedazos de un cántaro que se le rompió a una niña, se lo devolvió entero; queriendo su padre ver el alimento que llevaba para los pobres, se convirtió el pan en rosas.

A los siete años se recogió en un aposento de su casa muy retirado, donde gastaba muchas horas en oración y maceraba su delicado cuerpo con tan ásperas penitencias, que se puso en grave peligro de perder la vida, y la hubiera perdido de no haberle traído del cielo la salud la Santísima Virgen, que, acompañada de coros de vírgenes se le apareció, y le ordenó que tomase el hábito de la tercera Orden seráfica.

La Santa al momento lo vistió con singular devoción. redobló sus admirables austeridades, mayormente después que se le apareció Jesús crucificado, cuya dolorosa imagen le quedó tan impresa en la mente y en el corazón, que la violencia del amor la traía como fuera de sí y la hacía correr por calles y plazas desahogando los ardores de su pecho y cantando las divinas alabanzas.

Por aquel tiempo afligían a la Iglesia numerosos enemigos, favorecidos por el emperador Federico Barbarroja; y santa Rosa teniendo solamente doce años, ilustrada con ciencia infusa, rebatió y confundió a los herejes con los más sólidos e irrefutables argumentos, despreciando los terrores de los sectarios, y la muerte misma que le quisieron dar.

Avergonzados, obtuvieron del gobernador de Viterbo que la arrojase de la ciudad so pretexto de que conmovía al pueblo. Caminando entre nieves y expuesta a perecer, llegó a Salerno, donde profetizó los prósperos sucesos que a poco se verificaron con la muerte del emperador.

Vuelta a su patria fue recibida por sus conciudadanos con increíble regocijo. Quiso retirarse a la soledad en el monasterio de santa Clara; y como no fuese admitida, dijo que, puesto que no la recibían viva, la recibirían muerta.

Para que no saliesen defraudados sus deseos de soledad y recogimiento, continuó en el retiro de su casa sus acostumbrados ejercicios de oración y penitencia, atormentando su inocente cuerpo con ayunos, cilicios y disciplinas, y esto con tanto mayor espíritu y fervor cuanto sentía más cercano el fin de su vida, que esperaba como el principio de otra eterna y bienaventurada en el cielo, adonde voló el alma purísima de la santa, el día 6 de marzo de 1252, a la temprana edad de sólo diez y ocho años.

Sepultaron el sagrado cadáver en el templo de santa María de Podio; pero a los pocos meses Alejandro VI, que se hallaba en Viterbo, amonestado tres veces por la santa, que trasladase su cuerpo al monasterio de santa Clara, lo hizo con triunfal magnificencia, cumpliéndose entonces el vaticinio que había hecho la santa cuando no fue admitida en aquel convento.

Calixto III la colocó en el catálogo de los santos en el año 1457.

ORACIÓN
Oh Dios,
que te dignaste admitir
en el coro de tus santas vírgenes
a la bienaventurada Rosa,
concédenos por sus ruegos y merecimientos
la gracia de expiar todas nuestras culpas
y de gozar eternamente
de la compañía de tu Majestad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Julián de Toledo, Santo Obispo, Marzo 6  

Julián de Toledo, Santo

Obispo

Martirologio Romano: En Toledo, en Hispania, san Julián, obispo, que reunió tres concilios en esta ciudad y expuso con escritos la doctrina ortodoxa, dando muestras de caridad y celo por las almas (690).

Etimológicamente: Julián = Aquel que pertenece a la familia Julia, es de origen latino

 

San Julián, arzobispo de Toledo, a su muerte en el año 690, era el personaje más importante de España. Se dice que era descendiente de judíos, pero sus padres eran cristianos. Recibió el bautismo en la principal iglesia de Toledo, según cuenta su sucesor en la sede episcopal, quien escribió una corta biografía del santo.

El joven fue educado por otro prelado de Toledo, San Eugenio II y tuvo por compañero al famoso Gudila Levita. Unidos por los gustos comunes tanto como por el afecto, los amigos se consagraron a la oración y el estudio en el retiro y muy pronto, el celo apostólico les hizo volver al mundo para intentar la conversión de los pecadores.

San Julián, que era teólogo destacado y hombre de gran saber, llegó pronto a ocupar un puesto de importancia. Cuando los médicos desahuciaron a Wamba, el último de rey que dio explendor a los visigodos, San Julián le rasuró la cabeza y lo revistió del hábito monástico para que "muriese en religión". Todavía se conserva la vida del rey Wamba, escrita por San Julián, muy apreciada por los historiadores, que encuentran en ese documento una idea completa sobre el reinado de Wamba, lo que no sucede con sus predecesores ni con sus sucesores.

Julián fue consagrado obispo de Toledo en 680 y parece que gobernó su diócesis con el mismo tino que le había caracterizado en los asuntos seculares. Su biógrafo narra que el cielo le había adornado con todas las gracias del alma y del cuerpo. Era tan bondadoso, que ninguno se acercó a él, sin recibir gran consuelo. El santo presidió varios sínodos y obtuvo para su sede la primacía sobre todas las diócesis españolas. Por eso se le da el título de arzobispo de Toledo, aunque el término no se empleaba generalmente en España por aquella época.

Los historiadores posteriores acusan a Julián de haber alentado a los reyes a perseguir a los judíos. Sin embargo, debe hacerse notar que la más cruel y escandalosa de las leyes contra los judíos no fue publicada sino hasta cinco años después de la muerte del santo: Según dicha ley, todos los judíos adultos debían ser vendidos como esclavos, en tanto que sus hijos serían confiados, desde los siete años de edad, a las familias españolas para recibir una educación cristiana.

San Julián fue escritor muy fecundo: entre sus obras se cuenta un estudio del rito hispánico (la forma en que se celebraba la liturgia en territorio hispano antes del uso del rito romano), un libro contra los Judíos y los tres volúmenes de los "Pronósticos", que tratan de las postrimerías. El santo sostiene en esta obra que el amor y el deseo de ir a reunirse con Dios bastan para acabar con el temor natural a la muerte. También afirma que los bienaventurados piden por nosotros en el cielo, que desean nuestra felicidad y que ven nuestras acciones, ya sea en la misma esencia de Dios o por ministerio de los ángeles, que son los mensajeros de Dios en la tierra.

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Fuente: Martirologio Romano
Otros Santos y Beatos Completando el santoral de este día, Marzo 6  

Otros Santos y Beatos

San Marciano, obispo y mártir
En Tortona, en la Liguria, san Marciano, venerado como obispo y mártir (s.inc.).

San Victorino, mártir
En Nicomedia, de Bitinia, san Victorino, mártir (sec. inc.).

San Quirico, presbítero
En Tréveris, en la Galia Bélgica, san Quirico, presbítero (s. IV in.).

San Evagrio, obispo
Conmemoración de san Evagrio, obispo de Constantinopla, que, desterrado por el emperador Valente, descansó en el Señor como confesor eximio (c. 378).

San Fridolino, abad
En Säckingen, entre los helvecios (hoy Suiza), san Fridolino, abad, que siendo oriundo de Irlanda, peregrinó por Francia hasta que en esta localidad fundó un doble monasterio en honor de san Hilario (s. VIII).

Santos cuarenta y dos compañeros, mártires
En Siria, pasión de cuarenta y dos santos mártires, que apresados en Amorio de Frigia y llevados al río Éufrates, recibieron con egregio combate la palma del martirio (848).

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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