J†A
  JMJ
  Pax
  †   Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 14-23
  Gloria a ti, Señor.
  En   aquel tiempo, Jesús estaba expulsando un demonio que era mudo. Cuando salió el   demonio, habló el mudo y la gente quedó maravillada. Pero algunos dijeron:   
"Expulsa a los demonios con el poder de Satanás, el príncipe de los   demonios". 
Otros, para ponerlo a prueba, le pedían una señal milagrosa. Pero   Jesús, que conocía sus malas intenciones, les dijo: 
"Todo reino dividido por   luchas internas va a la ruina y se derrumba casa por casa. Si también Satanás   está dividido contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su reino? Ustedes dicen que yo   expulso los demonios con el poder de Satanás. Ahora bien, si yo expulso los   demonios con el poder de Satanás, sus hijos, ¿con qué poder los expulsan? Por   eso ellos mismos serán sus jueces. Pero si yo expulso los demonios con el poder   de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a ustedes.
Cuando un   hombre fuerte y bien armado custodia su palacio, sus bienes están seguros. Pero   si viene otro más fuerte que él y lo vence, le quita las armas en que confiaba y   reparte el botín.
El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge   conmigo, desparrama".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor   Jesús.
  Suplicamos tu   oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus   oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te   salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre   todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre   de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.   Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa! 
  Aclaración:   una relación muere sin comunicación   y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras   de vida eterna"   (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no   basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite   ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han   sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
  Por leer la Palabra, no se debe   dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse   el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al   Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y   nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias   por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en   CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
  Nota: es una película protestante, por eso   falta LA MADRE.
  Lo que no ven tus ojos (2 minutos):   http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu
  El Gran Milagro (película completa):   http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX
  Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
    "El GRAN tesoro oculto de la Santa   Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc 
  Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo,   tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc   14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y   no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros"   (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre   dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si   comulgamos   en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y   renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero   (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios,   que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos   auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es   ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la   Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo,   pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama   realmente?
  Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el   primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las   fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos   pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana:   0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses"   son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren   baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué   no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que   todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa   grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10;   Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).
  Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir   "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir   "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad",   "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la   tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la   Misa?
  Estamos en el mundo para ser felices para siempre,   santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la   Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el   representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes   de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el   Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm   14,23). ¿Otros pecados mortales? no   confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al   menos en tiempo pascual (920),   abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos),   promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación   artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual   fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón,   borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de   venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver   más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
  Si no ponemos los medios para confesamos lo antes   posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al   infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22;   10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.).   Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves,   si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay   excusa.
   
    
  † Misal
   
  jue 3a. Sem cuaresma   (Id=222)
  Antífona de Entrada
  Yo   soy la salvación de mi pueblo, dice el Señor. Los escucharé en cualquier   tribulación en que me llamen y seré siempre su Dios.
   
  Oración Colecta
  Oremos:
Te pedimos humildemente, Señor, que conforme se acerca   la fiesta de nuestra redención, crezca en nosotros el fervor para celebrar   santamente la Pascua de tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del   Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los   siglos.
Amén.
   
  Primera Lectura
  Este es el pueblo que no escuchó la voz del Señor, su   Dios
  Lectura del libro del profeta Jeremías 7,   23-28
  Esto dice el Señor: 
"Esta fue la orden que di a mi pueblo: Si   obedecen mi voz, yo seré su Dios y ustedes serán mi pueblo; 
sigan fielmente   el camino que yo les he mandado para que sean felices.
Pero ellos no   escucharon ni hicieron caso; siguieron las inclinaciones de su corazón   endurecido; me dieron la espalda y no la cara. 
Desde el día en que sus   antepasados salieron de Egipto hasta hoy les envié a mis siervos, los profetas.   Pero no me obedecieron ni me hicieron caso, sino que endurecieron su corazón y   fueron peores que sus 
antepasados. Cuando les comuniques todo esto, no te   escucharán; cuando los llames, no te responderán. Entonces les dirás: Esta es la   nación que no escucha la voz del Señor su Dios y no aprende la lección. La   verdad ha desaparecido de su boca".
Palabra de Dios.
Te alabamos,   Señor.
  Salmo Responsorial
  Sal   94, 1-2.6-7.8-9
  Señor, que no seamos sordos a tu voz.
  Vengan, cantemos alegres al Señor, aclamemos a la Roca que nos   salva. Entremos en su presencia dándole gracias, aclamándolo con   cantos.
Señor, que no seamos sordos a tu voz.
  Entremos, postrémonos para adorarlo, arrodillémonos ante el Señor,   que nos ha hecho. Porque él es nuestro Dios y nosotros su pueblo, ovejas que él   apacienta. ¡Ojalá escuchen hoy su voz!
Señor, que no seamos sordos a tu   voz.
  "No   endurezcan su corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto: cuando   me tentaron sus antepasados y me pusieron a prueba, a pesar de haber visto mis   obras".
Señor, que no seamos sordos a tu voz.
  Aclamación antes del   Evangelio
  Honor y gloria a ti, Señor Jesús. 
Todavía es tiempo, dice el Señor. Arrepiéntanse de todo corazón y   vuélvanse a mí, que soy compasivo y misericordioso.
Honor y gloria a ti,   Señor Jesús.
  Evangelio
  El   que no está conmigo, está contra mí
  †   Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 14-23
  Gloria a ti, Señor.
  En   aquel tiempo, Jesús estaba expulsando un demonio que era mudo. Cuando salió el   demonio, habló el mudo y la gente quedó maravillada. Pero algunos dijeron:   
"Expulsa a los demonios con el poder de Satanás, el príncipe de los   demonios". 
Otros, para ponerlo a prueba, le pedían una señal milagrosa. Pero   Jesús, que conocía sus malas intenciones, les dijo: 
"Todo reino dividido por   luchas internas va a la ruina y se derrumba casa por casa. Si también Satanás   está dividido contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su reino? Ustedes dicen que yo   expulso los demonios con el poder de Satanás. Ahora bien, si yo expulso los   demonios con el poder de Satanás, sus hijos, ¿con qué poder los expulsan? Por   eso ellos mismos serán sus jueces. Pero si yo expulso los demonios con el poder   de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a ustedes.
Cuando un   hombre fuerte y bien armado custodia su palacio, sus bienes están seguros. Pero   si viene otro más fuerte que él y lo vence, le quita las armas en que confiaba y   reparte el botín.
El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge   conmigo, desparrama".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor   Jesús.
   
  Oración sobre las   Ofrendas
  Preserva, Señor, a tu pueblo de toda maldad para que sus ofrendas   te sean agradables; no permitas que nos entreguemos a los falsos placeres, para   que podamos alcanzar la recompensa prometida. 
Por Jesucristo, nuestro   Señor.
Amén.
   
  Prefacio
  Los   frutos del ayuno
  En   verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre   y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque con   el ayuno corporal refrenas nuestras pasiones, elevas nuestro espíritu, nos   fortaleces y recompensas, por Cristo, Señor nuestro.
Por él, 
los ángeles   y arcángeles y todos los coros celestiales celebran tu gloria, unidos en común   alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu   alabanza:
  Antífona de la Comunión
  Tú   promulgas tus preceptos para que se observen con exactitud. Que mi conducta se   ajuste siempre al cumplimiento de tu voluntad.
   
  Oración después de la   Comunión
  Oremos:
Señor, que la gracia de tu salvación que hemos recibido   en este sacramento, transforme toda nuestra vida. 
Por Jesucristo, nuestro   Señor.
Amén
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  † Meditación diaria
  Cuaresma. 3ª semana. Jueves
  SINCERIDAD Y VERACIDAD
  — El «demonio mudo». Necesidad de la sinceridad.
  — Amor a la verdad. Sinceridad en primer lugar con nosotros   mismos. Sinceridad con Dios. Sinceridad en la dirección espiritual y en la   Confesión. Medios para adquirir esta virtud.
  —   Sinceridad y veracidad con los demás. La palabra del cristiano. La lealtad   y   la fidelidad,   virtudes relacionadas con la veracidad. Otras consecuencias del amor a la   verdad.
  I.   Nos dice el Evangelio de la Misa que estaba   Jesús echando un demonio que era mudo, y apenas salió el demonio, habló el mudo,   y la multitud se quedó admirada1.
  La enfermedad, un mal físico normalmente sin relación con el   pecado, es un símbolo del estado en el que se encuentra el hombre pecador;   espiritualmente es ciego, sordo, paralítico... Las curaciones que hace Jesús,   además del hecho concreto e histórico de la curación, son también un símbolo:   representan la curación espiritual que viene a realizar en los hombres. Muchos   de los gestos de Jesús para con los enfermos son como una imagen de los   sacramentos.
  A propósito del pasaje del Evangelio que se lee en la Misa,   comenta San Juan Crisóstomo que este hombre «no podía presentar por sí mismo su   súplica, pues estaba mudo; y a los otros tampoco podía rogarles, pues el demonio   había trabado su lengua, y juntamente con la lengua le tenía atada el   alma»2. Bien atado le tenía el diablo.
  Cuando en la oración personal no hablamos al Señor de nuestras   miserias y no le suplicamos que las cure, o cuando no exponemos esas miserias   nuestras en la dirección espiritual, cuando callamos porque la soberbia ha   cerrado nuestros labios, la enfermedad se convierte prácticamente en incurable.   El no hablar del daño que sufre el alma suele ir acompañado del no escuchar; el   alma se vuelve sorda a los requerimientos de Dios, se rechazan los argumentos y   razones que podrían dar luz para retornar al buen camino. Por el contrario, nos   será fácil abrir con sinceridad el corazón si procuramos vivir este consejo:   «... no te asustes al notar el lastre del pobre cuerpo y de las humanas   pasiones: sería tonto e ingenuamente pueril que te enterases ahora de que "eso"   existe. Tu miseria no es obstáculo, sino acicate para que te unas más a Dios,   para que le busques con constancia, porque Él nos purifica»3.
  Al   repetir hoy, en el Salmo responsorial de la Misa, Ojalá   escuchéis hoy su voz: no endurezcáis vuestro corazón4, formulemos el propósito de no resistirnos a la gracia, siendo   siempre muy sinceros.
  II. Para vivir una vida auténticamente humana, hemos de amar mucho   la verdad, que es, en cierto modo, algo sagrado que requiere ser tratado con   respeto y con amor. La verdad está a veces tan oscurecida por el pecado, las   pasiones y el materialismo que, de no amarla, no sería posible reconocerla. ¡Es   tan fácil aceptar la mentira cuando viene en ayuda de la pereza, de la vanidad,   de la sensualidad, del falso prestigio...! A veces la causa de la insinceridad   es la vanagloria, la soberbia, el temor a quedar mal.
  El   Señor ama tanto esta virtud que declaró de Sí mismo: Yo   soy la Verdad5,   mientras que el diablo es   mentiroso y padre de la mentira6,   todo lo que promete es falsedad. Jesús pedirá al Padre para los suyos, para   nosotros, que sean santificados   en la verdad7.
  Mucho se habla hoy de ser sinceros, de ser auténticos o de   palabras similares, y, sin embargo, los hombres tienden a ocultarse en el   anonimato y, con frecuencia, a disfrazar los verdaderos móviles de sus actos   ante sí mismos y ante los demás. También ante Dios intentan pasar en el   anonimato, y rehúyen el encuentro personal con Él en la oración y en el examen   de conciencia. Sin embargo, no podremos ser buenos cristianos si no hay   sinceridad con nosotros mismos, con Dios y con los demás. A los hombres nos da   miedo, a veces, la verdad porque es exigente y comprometida. Y en determinadas   ocasiones puede llegar la tentación de emplear el disimulo, el pequeño engaño,   la verdad a medias, la mentira misma; otras veces, podemos sentir la tentación   de cambiar el nombre a los hechos o a las cosas para que no resulte estridente   el decir la verdad tal como es.
  La sinceridad es una virtud cristiana de primer orden. Y no   podríamos ser buenos cristianos si no la viviéramos hasta sus últimas   consecuencias La sinceridad con nosotros mismos nos lleva a reconocer nuestras   faltas, sin disimularlas, sin buscar falsas justificaciones; nos hace estar   siempre alerta ante la tentación de «fabricarnos» la verdad, de pretender que   sea verdad lo que nos conviene, como hacen aquellos que pretenden engañarse a sí   mismos diciendo que «para ellos» no es pecado algo prohibido por la Ley de Dios.   La subjetividad, las pasiones, la tibieza pueden contribuir a no ser sincero con   uno mismo. La persona que no vive esta sinceridad radical deforma con facilidad   su conciencia y llega a la ceguera interior para las cosas de   Dios.
  Otro modo frecuente de engañarse a sí mismo es no querer sacar las   consecuencias de la verdad para no tener que enfrentarse con ellas, o no decir   toda la verdad: «Nunca quieres "agotar la verdad". —Unas veces, por corrección.   Otras –las más–, por no darte un mal rato. Algunas, por no darlo. Y, siempre,   por cobardía.
  »Así, con ese miedo a ahondar, jamás serás hombre de   criterio»8.
  Para ser sinceros, el primer medio que hemos de emplear es la   oración: pedir al Señor que veamos los errores, los defectos del carácter...,   que nos dé fortaleza para reconocerlos como tales, y valentía para pedir ayuda y   luchar. En segundo lugar, el examen de conciencia diario, breve pero eficaz,   para conocernos. Después, la dirección espiritual y la Confesión, abriendo de   verdad el alma, diciendo toda la verdad, con deseos de que conozcan   nuestra intimidad para que nos puedan ayudar en nuestro caminar hacia Dios. «No   permitáis que en vuestra alma anide un foco de podredumbre, aunque sea muy   pequeño. Hablad. Cuando el agua corre, es limpia; cuando se estanca, forma un   charco lleno de porquería repugnante, y de agua potable pasa a ser un caldo de   bichos»9. Con frecuencia nos ayudará a ser sinceros el decir en primer   lugar aquello que más nos cuesta.
  Si   rechazamos ese demonio   mudo,   con la ayuda de la gracia, comprobaremos que uno de los frutos inmediatos de la   sinceridad es la alegría y la paz del alma. Por eso le pedimos a Dios esta   virtud, para nosotros y para los demás.
  III. Sinceros con Dios, con nosotros mismos y con los demás. Si no   lo somos con Dios, no podemos amarle ni servirle; si no somos sinceros con   nosotros mismos, no podemos tener una conciencia bien formada, que ame el bien y   rechace el mal; si no lo somos con los demás, la convivencia se torna imposible,   y no agradamos al Señor.
  Quienes   nos rodean han de sabernos personas veraces, que no mienten ni engañan jamás.   Nuestra palabra de cristianos y de hombres y mujeres honrados ha de tener un   gran valor delante de los demás: Sea   pues, vuestro modo de hablar, sí, sí; no, no, que lo que pasa de esto, de mal   principio procede10. El Señor quiere realzar la palabra de la persona de bien que se   siente comprometida por lo que dice. La verdad en nuestro actuar debe ser   también un reflejo de nuestro trato con Dios.
  El amor a la verdad nos llevará a rectificar, si nos hubiéramos   equivocado. «Acostúmbrate a no mentir jamás a sabiendas, ni por excusarte, ni de   otro modo alguno, y para eso ten presente que Dios es el Dios de la verdad. Si   acaso faltas a ella por equivocación, enmiéndalo al instante, si puedes, con   alguna explicación o reparación; hazlo así, que una verdadera excusa tiene más   gracia y fuerza para disculpar que la mentira»11.
  Otra   virtud relacionada con la veracidad y la sinceridad es la lealtad, que es   la veracidad en la conducta: el mantenimiento de la palabra dada, de las   promesas, de los pactos. Nuestros amigos y las personas con las que nos   relacionamos han de conocernos como hombres y mujeres leales. La fidelidad es   la lealtad a un compromiso estricto que se contrae con Dios o ante Él. A Jesús   se le llama el   que es fiel y veraz12. Y constantemente la Sagrada Escritura habla de Dios como el que   es fiel al pacto con su pueblo, el que cumple con fidelidad el plan de salvación   que tiene prometido13.
  La infidelidad es siempre un engaño, mientras que la fidelidad es   una virtud indispensable en la vida personal y en la vida social. Sobre ella   descansan, por ejemplo, el matrimonio, el cumplimiento de los contratos, las   actuaciones de los gobernantes...
  El   amor a la verdad nos llevará también a no formarnos juicios precipitados,   basados en una información superficial, sobre personas o hechos. Es necesario   tener un sano espíritu crítico ante noticias difundidas por la radio, la   televisión, periódicos o revistas, que muchas veces son tendenciosas o   simplemente incompletas. Con frecuencia, los hechos objetivos vienen envueltos   en medio de opiniones o interpretaciones que pueden dar una visión deformada de   la realidad. Especial cuidado hemos de tener con noticias referentes, directa o   indirectamente, a la Iglesia. Por el mismo amor a la verdad, hemos de dejar a un   lado los canales informativos sectarios que enturbian las aguas, y buscar una   información objetiva, veraz y con criterio, a la vez que contribuimos a la recta   información de los demás. Entonces se hará realidad la promesa de   Jesús: La   verdad os hará libres14.
  1 Lc 11,   14; Mt 9,   32-33. — 2 San   Juan Crisóstomo, Homilías   sobre los Evangelios,   32, 1. — 3 San   Josemaría Escrivá, Surco,   n. 134. — 4 Sal 94.   — 5 Jn 14,   6. — 6 Jn8,   44. — 7 Cfr. Jn 17,   17 ss. — 8 San   Josemaría Escrivá, Camino,   n. 33. — 9 ídem,Amigos   de Dios, 181. — 10 Mt 5,   37. — 11 San   Francisco de Sales, Introd.   a la vida devota,   III, 30. — 12 Apoc 19,   11. — 13 Cfr. Rom 3,   7. — 14 Jn 8,   32.
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  † Santoral                   (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
   
  Luis   Orione, Santo Fundador, 12 de   marzo   
                                                          |                        |                Luis Orione, Santo  |           Sacerdote italiano, fundador de la         Pequeña Obra de la Divina Providencia y de la Congregación de las Pequeñas         Religiosas Misioneras de la Caridad        Luis Orione nació en Pontecurone, diócesis de Tortona, el 23         de junio de 1872. A los 13 años fue recibido en el convento franciscano de         Voghera (Pavía) que abandonó después de un año por motivos de salud. De         1886 a 1889 fue alumno de San Juan Bosco en el Oratorio de Valdocco de         Turín.
  El 16 de octubre de 1889 entró en el         seminario de Tortona. Siendo todavía un joven clérigo, se dedicó a vivir         la solidaridad con el prójimo en la Sociedad de Mutuo Socorro San Marciano         y en la Conferencia de San Vicente. El 3 de julio de 1892, abrió en         Tortona el primer Oratorio para cuidar la educación cristiana de los         jóvenes. Al año siguiente, el 15 de octubre de 1893, Luis Orione, un         clérigo de 21 años, abrió un colegio para chicos pobres en el barrio San         Bernardino.
  El 13 de abril de 1895,         Luis Orione fue ordenado sacerdote y, al mismo tiempo, el Obispo impuso el         hábito clerical a seis alumnos de su colegio. En poco tiempo, Don Orione         abrió nuevas casas en Mornico Losana (Pavía), en Noto (Sicilia), en         Sanremo, en Roma.
  Alrededor del joven         Fundador crecieron clérigos y sacerdotes que formaron el primer núcleo de         la Pequeña Obra de la Divina Providencia. En 1899 inició la rama de los         ermitaños de la Divina Providencia. El Obispo de Tortona, Mons. Igino         Bandi, con Decreto del 21 de marzo de 1903, reconoció canónicamente a los         Hijos de la Divina Providencia (sacerdotes, hermanos coadjutores y         ermitaños), congregación religiosa masculina de la Pequeña Obra de la         Divina providencia, dedicada a "colaborar para llevar a los pequeños, los         pobres y el pueblo a la Iglesia y al Papa, mediante las obras de caridad",         profesando un IV voto de especial "fidelidad al Papa".En las primeras         Constituciones de 1904, entre los fines de la nueva Congregación aparece         el de trabajar "para alcanzar la unión de las Iglesias         separadas".
  Animado por una gran         pasión por la iglesia y por la salvación de las almas, se interesó         activamente por los problemas emergentes en aquel tiempo, como la libertad         y la unidad de la Iglesia, la "cuestión romana", el modernismo, el         socialismo, la cristianización de las masas obreras.
  Socorrió heroicamente a las poblaciones damnificadas por         los terremotos de Reggio y de Messina (1908) y por el de la Marsica         (1915). Por deseo de Pío X fue Vicario General de la diócesis de Messina         durante tres años.
  A los veinte años         de la fundación de los Hijos de la Divina Providencia, como en "una única         planta con muchas ramas", el 29 de junio de 1915 dio inicio a la         Congregación de las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad, animadas         por el mismo carisma fundacional y, en el 1927, las Hermanas adoratrices         Sacramentinas invidentes, a las que se añadirán después las Contemplativas         de Jesús Crucificado.
  Organizó a los         laicos en las asociaciones de las "Damas de la Divina Providencia", los         "Ex Alumnos" y los "Amigos". Después tomará cuerpo el Instituto Secular         Orionino y el Movimiento Laical Orionino.
  Después de la primera guerra mundial (1914-1918) se         multiplicaron las escuelas, colegios, colonias agrícolas, obras         caritativas y asistenciales. Entre las obras más características, creó los         "Pequeños Cottolengos", para los que sufren y los abandonados, surgidos en         la periferia de las grandes ciudades como "nuevos púlpitos" desde los que         hablar de Cristo y de la Iglesia, "faros de fe y de         humanidad".
  El celo misionero de Don         Orione, que ya se había manifestado con el envío a Brasil en 1913 de sus         primeros religiosos, se extendió después a Argentina y Uruguay (1921),         Inglaterra (1935) y Albania (1936). En 1921-1922 y en 1934-1937, él mismo         realizó dos viajes a América Latina, Argentina, Brasil y Uruguay, llegando         hasta Chile.
  Gozó de la estima         personal de los Papas y de las autoridades de la Santa Sede, que le         confiaron numerosos y delicados encargos para resolver problemas y curar         heridas tanto dentro de la Iglesia como en las relaciones con el mundo         civil. Fue predicador, confesor y organizador infatigable de         peregrinaciones, misiones, procesiones, "belenes vivientes" y otras         manifestaciones populares de la fe. Muy devoto de la Virgen, promovió su         devoción por todos los medios y, con el trabajo manual de sus clérigos,         construyó los santuarios de la Virgen de la Guardia en Tortona y de la         Virgen de Caravaggio en Fumo.
  En el         invierno de 1940, intentando aliviar los problemas de corazón y pulmones         que sufría, fue a la casa de Sanremo, aunque, como decía, "no es entre las         palmeras donde deseo vivir y morir, sino entre los pobres que son         Jesucristo". Después de tan sólo tres días, rodeado del afecto de sus         hermanos, Don Orione falleció el 12 de marzo de 1940, suspirando "!Jesús!         !Jesús! Voy".
  Su cuerpo, intacto en el         momento de la primera exhumación en 1965, fue puesto en un lugar de honor         en el santuario de la Virgen de la Guardia de Tortona, después de que, el         26 de octubre de 1980, Juan Pablo II inscribiera su nombre en el elenco de         los Beatos.
  Su Santidad Juan Pablo II         lo canonizó el 16 de Mayo de 2004.  | 
   
  Cuerpo incorrupto
  
   
  Corazón incorrupto de Don Orione en Claypole Argentina (su cuerpo   está en Italia):
  
  http://aica.org/index.php?module=displaystory&story_id=9032&format=html
  http://www.lanacion.com.ar/30616-el-corazon-de-don-orione-llega-al-pais
  http://www.donorione.org.ar/sitio/index.php?option=com_content&view=article&id=1231&Itemid=803
   
  Escritos
  http://www.donorione.org.ar/Santo/escritos.htm
  
   04:35
  SANTO DEL DIA (SAN LUIS ORIONE).
  http://www.gloria.tv/?media=266820
  
   01:48
  San   Luis Orione 12 marzo
  http://www.gloria.tv/?media=137076
  
   11:20
  CONGREGACION DE SAN LUIS ORIONE
http://www.gloria.tv/?media=157789   
  Fundaciones
  http://www.donorione.org
  http://www.religiosasdonorione.com.ar/pedido_de_oraciones.html
  http://www.es.catholic.net/sacerdotes/315/2459/articulo.php?id=11258
   
  Fundadas por Don Orione, ciegas que ven mejor que   muchos:
   
  Hermanas Sacramentinas   Ciegas
   
    
  Las Hermanas Sacramentinas Ciegas (Adoratrices no videntes)   constituyen una rama de vida   contemplativa de   las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad, junto a las que viven. Dicha   rama fue fundada por San Luis Orione en 1927 debido a los pedidos para abrir las puertas de la vida   religiosa a las mujeres ciegas. Don Orione, sensible a este   deseo, acogió la petición y fundó esta comunidad de mujeres dedicadas al pie del   Tabernáculo, a una vida de inmolación,   de adoración,   de alabanza, en   espíritu de pura y vivísima fe y de amor ardiente por la Iglesia, por el Papa,   los sacerdotes, los atormentados y los alejados de Dios. Con sus vidas   ofrecen a   diario la privación de su vista al Señor por el bien de aquellos hermanos que no   conocen a Dios. Están presentes en Italia, Albania, Brasil,   Chile, Argentina y Kenia.
   
    
  * Hermanas Sacramentinas Ciegas (web en   italiano)
  http://www.suoredonorione.org/sacramentine/storia_sacramentine.php
   
  - Hermanas   Sacramentinas
  El Almendro, 533
  Casilla 23 - Los Cerrillos
  Santiago- CHILE
  Email: phmc @   ctcreuna.cl
   
  - Hermanas   Sacramentinas
  Av. da Lacaze, 3963
  1850 Barrio Don Orione - Claypole (Bs. As)
  ARGENTNA
  Email: sacramentinas   @ donorione.org.ar 
   
                |          Hermanas Sacramentinas No     Videntes  | 
          |             | 
          |          Cláypole (Buenos Aires), 15 Nov. 07 (AICA)  | 
          |             | 
                                                                    La               religiosa en el micro a Chimpay  |           El         próximo domingo 18 de noviembre a las 10 se celebrará una misa por el 80º         aniversario de la fundación de la Congregación de las Hermanas         Sacramentinas No Videntes. La celebración tendrá lugar en el santuario del         Pequeño Cottolengo Don Orione, de Cláypole (avenida Lacaze 3963) y estará         presidida por el obispo de Lomas de Zamora, monseñor Agustín         Radrizzani.
       La hermana María Fe (Micaela         Montenegro) quien fue varias veces superiora del convento de Cláypole y es         la única que queda con vida de las 4 primeras religiosas en nuestro país y         la mayor en América Latina, dialogó con AICA acerca de la congregación         pero primero se refirió a Ceferino Namuncurá, ya que la entrevista fue         concedida mientras se dirigía a Chimpay en uno de los tres micros que la         noche del viernes 9 de noviembre partieron desde la parroquia Cristo Rey         de Guernica para participar de la ceremonia de beatificación del joven         mapuche.
       Nacida hace 76 años en la         Patagonia, en el pueblo de Comallo, destacó que este viaje es especial         porque Ceferino es de su tierra y también porque tiene un sobrino         misionero entre los mapuches y dos hermanos que trabajan con         ellos.
       "El indiecito Namuncurá fue muy         humilde, muy sencillo, pobre... pero qué importa si tenía una riqueza tan         grande que era el amor de Dios, la gracia de Dios. Por eso quiso ser         misionero, para salvar a su tribu, a su gente. Y todos los que estamos         viajando queremos darnos todo a los demás",         afirmó.
       "Yo no soy de vida apostólica",         explicó, "pero soy misionera, porque voy detrás de cada sacerdote, de cada         hermana o cada joven que está evangelizando. Ahí estamos nosotros, como         decía Don Orione, para apoyarlos y pedir para que ellos puedan evangelizar         y catequizar a los demás".
  Cuando quedé sin vista pensé que         nunca iba a ser religiosa                      Al recordar el surgimiento de su vocación religiosa, contó que cuando         estaba en Bariloche pasó un micro "lleno de chicas así bochincheras como         las que estamos escuchando ahora" que iban acompañadas por una hermana de         María Auxiliadora. "Y yo pensé: cuando termine los estudios voy a ser como         esta hermanita para ir tan feliz y sonriente en medio de las chicas", pero         "cuando quedé sin vista pensé que nunca iba a ser religiosa, porque no         tenía idea de que existía la congregación de Don Orione que aceptaba no         videntes".
       A los 11 años, a causa de         paperas, perdió la vista de un ojo y a los 15 del otro. En Río Negro fue a         la escuela hasta quinto grado porque no la dejaban seguir estudiando por         su problema de visión, por lo que terminó sus estudios en Buenos Aires.         Hasta los 21 años se formó en un colegio de las hermanas de Nuestra         Señora, que hoy tienen su sede provincial en         Adrogué.
       Cuando manifestó su deseo de         hacerse religiosa no la aceptaron porque las reglas no lo permitían, pero         la ayudaron a buscar alguna congregación que permitiera el ingreso de no         videntes y entablaron los vínculos con la Obra Don Orione. Luego buscaron         otras compañeras y el 15 de agosto de 1952 ingresaron las primeras cuatro         postulantes: "íbamos a entrar 6, después entramos cuatro; al mes de         ingresar al convento quedamos dos, se fueron las chicas, no les gustó",         relató. El 10 de diciembre del mismo año llegaron las primeras hermanas de         Italia, Victoria y Agustina.
       La         congregación fue fundada hace 80 años en Piamonte, Italia, por iniciativa         del fundador de la Pequeña Orden de la Divina Providencia, san Luis         Orione, y en la actualidad, además de la Argentina, están presentes en San         Pablo (Brasil), en Santiago de Chile y en Kenia. Tenían una casa en España         pero se cerró.
       Se dedican a la vida         contemplativa (no son de clausura) y, según explicó la hermana María Fe,         es importante que se conozca en el mundo porque hay muchas jóvenes no         videntes que tienen vocación religiosa pero no saben que existe una         congregación que las acepta.
       Para mayor         información: Hermanas Sacramentinas no videntes, Obra Don Orione: avenida         Lacaze 3963 (1850), Cláypole, provincia de Buenos Aires; (011) 4268-1301 /         0740 y 1563, interno 232.+  | 
  http://aica.org/index.php?module=displaystory&story_id=10056
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  Fuente: Archidiócesis de Madrid 
Inocencio   I, Santo XL Papa, 12   Marzo   
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  Consiguió que se reconociese su         autoridad papal en Iliria, región montañosa situada en la región         nororiental del Adriático que hoy corresponde a Bosnia y         Dalmacia.
  Expulsó de la Ciudad Eterna         a los perseguidores y detractores de san Juan Crisóstomo, a pesar de la         oposición del emperador Arcadio (407). Pero no pudo, a pesar de sus         esfuerzos y negociaciones, evitar el saqueo de Roma por Alarico el 24 de         agosto del año 410.
  A petición de san         Agustín, condenó la herejía pelagiana (417).
  Con respecto al gobierno que debió ejercer en Hispania,         hay que mencionar la carta dirigida a Exuperio, obispo de Tolosa, dándole         normas para la reconciliación y admisión a la comunión a los que una vez         bautizados se entregaran de modo pertinaz a los placeres de la carne. De         alguna manera, modera la disciplina, en vigor hasta entonces, contemplada         en los concilios de Elvira y de Arlés y propiciada por las iglesias         africanas; eran normas un tanto rigoristas extremadamente extrañas para         nuestra época, que negaban la admisión a                                            |                        |                Inocencio I, Santo  |           la comunión de este tipo de pecadores incluso en el momento         de la muerte, aunque se les concediera fácilmente la posibilidad de la         penitencia. Reconoce en su escrito que hasta ese momento ´la ley era más         duraª, pero que no quiere adoptar la misma aspereza y dureza que el hereje         Novaciano. De todos modos no presume de innovaciones, ni se presenta como         detentor de un liberalismo laxo; justifica plenamente las normas         anteriores, afirmando que esa praxis era la conveniente en aquel         tiempo.
  En el 416, cuando quiere recordar a         los obispos españoles la autoridad indiscutida del obispo de Roma y la         obediencia que le deben desde España, escribe una carta en la que afirma         que en toda Italia, Francia, Hispania, África y Sicilia sólo se han         instituido iglesias por Pedro o por sus discípulos. Esta carta es empleada         como argumento documental muy importante por quienes desautorizan la         antiquísima tradición que sostiene la predicación del Apóstol Santiago en         España y la conjetura fundada de la visita del apóstol Pablo a este         extremo del Imperio.
  Interviene         también por los años 404-405 para restaurar la paz entre los obispos de         Hispania, después de las resoluciones cristológicas antipriscilianistas         del concilio de Toledo del año 400; recomienda el reconocimiento de la         autoridad y gobierno episcopal de los que fueron ordenados por partidarios         de Prisciliano pero que continúan profesando la fe verdadera al aceptar la         consubstancialidad del Hijo con el Padre y la unicidad de Persona en         Cristo.
  Ocupó la Sede de Pedro hasta         su muerte el 12 de marzo de 417.
  En         muchos lugares se lo sigue recordando el 28 de julio, aunque en el nuevo         Martirologio Romano su fiesta es el 12 de marzo.           | 
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  José   Tshang-Dapeng, Santo Mártir, 12   Marzo   
                                                          |                        |                José Tshang-Dapeng, Santo  |           Mártir        José Tshang-Dapeng (o Zhang-Dapeng) nació en Duyun en la         provincia de Guizhou (China) en el año 1754, siendo el primero de tres         hijos de una familia taoista, era un muchacho inteligente y         curioso.
  Se mudó a Guiyan en el año 1794, donde         se dedicaba al comercio de seda, fue allí, que conoció el cristianismo, a         través de uno de sus contactos comerciales.
  Se convirtió al cristianismo pero no pudo ser bautizado ya         que tenía una concubina, costumbre aceptada en la China de esa         época.
  Una vez que se separó de ella         pidió unirse completamente a la Iglesia, recibiendo el sacramento del         bautismo en el año 1800, pese a la fuerte oposición de su familia y         socios.
  Tubo que abrir su propia         tienda, ya que sus socios no aceptaban su nueva fe.
  Inició su ministerio de enseñanza y predicación         convirtiendo una pequeña casa en escuela de religión. Asumió la dirección         de la escuela en 1808, colaborando además como catequista de su         parroquia.
  Tres años después durante         una nueva persecución anti-cristiana liderada por  el Culto del Loto Blanco, José pasó a la         clandestinidad, pero sin dejar su labor catequística.
  En 1814 fue tracionado por su cuñado y fue arrestado.         Encarcelado juntoa a Pedro Wu, también catequista, juntos se dedicaron a         evangelizar a sus compañeros de prisión.
  Se le ofreció la libertad a cambio de que renuncie a la         fe, lo cual no aceptó.
  Fue         estrangulado hasta morir el 12 de Marzo de 1815.
  Por su valiente defensa de la fe fue beatificado el 2 de         Mayo de 1909 por el Papa Pio X. Su Santidad Juan Pablo II lo canonizpo el         1 de Octubre de 2000 junto a otros 119 mártires chinos.  | 
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  Vicente,   Ramiro y Doce Compañeros, Santos Mártires, 12   Marzo   
                                                          |                        |                Vicente, Ramiro y Doce Compañeros,               Santos  |           Jesús había prevenido a sus discípulos que nunca faltaría en         la Iglesia la persecución. "Si a mí me han perseguido, también a vosotros         os perseguirán. Si fuerais del mundo, el mundo no os odiaría. Pero, como         no sois del mundo, el mundo os perseguirá". Así se ha cumplido siempre.         Después de las persecuciones romanas, los herejes persiguieron a los         católicos.
  Esto les ocurrió a Vicente, Ramiro y sus compañeros         cristianos, en la Galicia del siglo IV. No eran buenos tiempos para los         creyentes en Cristo Jesús.
  En primer lugar, la región se encontraba         en poder de los invasores suevos. Y en segundo lugar, todos ellos vivían y         practicaban la herejía de Arrio.
  Vicente, en la ruta del camino de         Santiago, León, vivía feliz en su monasterio de san Clodio.         
  Ejercía para el bien de sus hermanos, el cargo de Abad. El, en         contra de Arrio, defendía que Jesús era Hijo de Dios.
  De manera         tentadora aunque engañosa, le hicieron saber a Vicente que iba a tener         lugar un conciliábulo para tratar el tema que separaba a los cristianos de         los arrianos.
  Vicente, con ánimo y aspecto de valiente, no perdió         la ocasión de proclamar su fe en Cristo Hijo de Dios. Como no podían         convencerlo con palabras y razones, le dieron muerte.
  Ramiro,         mientras estuvo fuera Vicente, había quedado como superior del monasterio.         En el fondo sabía que le tocaría seguir los pasos de su maestro y, por         otra parte, quería someter su idea al juicio de los demás         monjes.
  Estaba dispuesto a ir a proclamar por toda Galicia la         doctrina cierta y segura del Concilio de Nicea. Si algunos querían         seguirle, que lo dijeran. Los que no quisieran correr igual suerte, podían         quedarse en los montes cercanos. Y les dijo: "No os acobarde el furor de         los herejes". Muchos se fueron al monte. 
  Ramiro con doce         intrépidos religiosos se pusieron en oración, dispuestos a dar la vida por         su fe en Jesucristo. No se hicieron esperar los herejes. Bien armados y         con sed de sangre y llenos de violencia, se presentaron en el monasterio.         Los monjes se pusieron a cantar con fervor el símbolo niceno, poniendo         especial fervor y entusiasmo en las palabras que afirman la divinidad de         Jesucristo. El Señor les fortalecía interiormente a todos ellos. Esto         exasperó más aún a los arrianos. Arremetieron furiosos contra ellos y los         mataron a cuchilladas. Así, rezando y cantando, marcharon Jubilosos al         paraíso a recoger la gloriosa corona del martirio.
  En algunos         documentos se señala el 11 de Septiembre como fecha del         martirio.  | 
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  Fuente: Corazones.org 
Fina   o Serafina de San Geminiano, Santa Virgen, 12   Marzo   
                                                          |                        |                Fina o Serafina de San Geminiano,               Santa  |           Martir        El antiguo pueblo de San Geminiano, en Toscana, conserva con         especial veneración la memoria de Santa Fina, una joven cuya causa de         canonización se fundó en la perfecta resignación con que aceptó el         sufrimiento corporal. 
  Nació en 1238 de padres que habían         caído en la pobreza. La niña era bonita y tenía una inclinación hacia la         caridad. A pesar de su pobreza, guardaba la mitad de su escaso alimento         para darlo a aquellos mas pobres que ella. Vivía con la mayor humildad         cosiendo, hilando durante el día, pero ocupando el tiempo de descanso en         la oración. 
  Parece que su padre murió         cuando era ella aun joven y por esa época fue atacada por una serie de         males. Su cabeza, manos, ojos, pies y órganos internos se afectaron;         sobrevino la parálisis, perdió su belleza. Como crucificada, a imitación         de Cristo, permaneció en la misma postura por seis años sobre un tablón,         sin moverse. Sólo su madre vivía con ella pero casi siempre estaba         ausente, trabajando o pidiendo limosna para comer. A pesar de sus         terribles sufrimientos, Fina nunca se quejó; permanecía serena y con sus         ojos fijos en el crucifijo repetía: "No son mis llagas las que me hieren,         ¡Oh Cristo!, sino las tuyas".
  Un nuevo         golpe cayó sobre ella. Su madre murió repentinamente y Fina quedó         totalmente sola en la miseria. Con excepción de su fiel amiga Beldia,         nadie mas la veía y únicamente dependía de las limosnas de los pobres         vecinos, los cuales muy poco se acercaban a ella a causa de sus llagas         repugnantes.
  Los insectos se posaban         en las llagas sobre su rostro. No los podía espantar porque sus manos         estaban inmóviles. A través de tantas calamidades, Santa Fina recibía a         quien le visitara con alegría y agradecimiento. Se consideraba la mas         dichosa de las criaturas. Experimentaba éxtasis. 
  Fina había oído hablar de San Gregorio Magno y de sus         sufrimientos, y tenía especial veneración por el. Solía orar para que el,         que había sido probado tanto por las enfermedades, intercediera a Dios a         fin de que ella tuviera paciencia en su aflicción. Ocho días antes de su         muerte, cundo yacía sola como de costumbre, San Gregorio se le apareció y         le dijo: "querida niña, en mi festividad Dios te dará descanso". Así         sucedió: el 12 de marzo de 1253 murió y los vecinos declararon que su         cadáver estaba sonriente. Al levantar su cuerpo del tablón sobre el que         había permanecido tanto tiempo, la madera podrida se encontró cubierta de         violetas blancas. Toda la ciudad asistió al entierro y se afirma que se         realizaron muchos milagros por su intercesión. Uno de ellos: Estando ya         muerta, levantó su mano y, ciñendo el brazo lesionado de su amiga Beldia,         lo sanó. 
  Los campesinos de San         Geminiano aun llaman "flores de Santa Fina" a las violetas blancas que         florecen aproximadamente por la estación en la que se celebra su         festividad.  | 
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  Fuente: Franciscanos.org 
Ángela   (Aniela) Salawa, Beata Virgen Seglar, 12   Marzo   
                                                          |                        |                Ángela (Aniela) Salawa, Beata  |           La beata Ángela (Aniela) Salawa, laica, virgen seglar de la         Tercera Orden Secular de San Francisco de Asís, nació en Siepraw         (Cracovia, Polonia), el 9 de septiembre de 1881 en el seno de una familia         piadosa, de escasos recursos económicos. De sus padres aprendió pronto el         amor a la oración, al trabajo y al espíritu de sacrificio.         
  En 1897, a la edad de 16 años, se         trasladó a Cracovia para trabajar como empleada de hogar. Dos años         después, conmovida por la serena muerte de su hermana Teresa e impulsada         por una voz interior, tomó la firme decisión de buscar la santidad en ese         tipo de vida humilde y pobre. Por gracia especial del Señor, se sintió         llamada a vivir en el estado de castidad virginal. 
  Ejerció un apostolado activo entre las demás empleadas de         hogar, numerosas entonces en la ciudad, para las que fue siempre un modelo         y una guía de vida cristiana. Alimentaba constantemente su vida espiritual         con la oración, que nunca le impidió el cumplimiento de sus deberes         domésticos. "Amo mi trabajo -decía- porque en él encuentro una excelente         ocasión de sufrir mucho, de trabajar mucho y de orar mucho; y, fuera de         esto, no deseo nada más en el mundo".
  Participaba con fe viva en las celebraciones sagradas,         especialmente en la Eucaristía y el Vía crucis. Veneraba a la Madre de         Dios con un amor filial. Así, pudo cultivar hasta un grado notable la vida         teologal de fe, esperanza y caridad hacia Dios y hacía el prójimo, acogido         como hermano en Cristo. 
  El año 1911         sufrió, de forma especial, por una dolorosa enfermedad, y por la muerte de         su madre y de la señora para quien trabajaba, las dos personas que más         quería. Además, se vio abandonada por sus compañeras, a las que ya no         podía reunir en la casa. 
  En 1912         descubrió que su espíritu de humildad y pobreza tenían una gran afinidad         con san Francisco, por lo que decidió profesar la vida de la orden secular         franciscana. Durante la primera guerra mundial colaboró, en los ratos         libres que le dejaba su trabajo doméstico, en los hospitales de Cracovia,         asistiendo y confortando a los soldados heridos, que la llamaban "la         señorita santa". 
  El año 1917 enfermó         y se vio obligada a abandonar el trabajo. En una estrechísima habitación         alquilada pasó los últimos cinco años de su vida, en medio de sufrimientos         continuos, que ofrecía a Dios por la expiación de los pecados del mundo,         la conversión de los pecadores, la salvación de las almas y la expansión         misionera de la Iglesia. 
  Expiró         serenamente en el Señor el 12 de marzo del año 1922 en Cracovia, y su fama         de santidad se difundió rápidamente por toda Polonia. 
  La beatificó Juan Pablo II el 13 de agosto de 1991, en la         misa que celebró en la plaza del Mercado de Cracovia. 
  En la homilía dijo, entre otras cosas: "Me alegra         sobremanera haber podido celebrar en Cracovia la beatificación de Aniela         Salawa. Esta hija del pueblo polaco, nacida en el cercano Siepraw, vivió         una parte notable de su vida en Cracovia. Esta ciudad fue el ambiente de         su trabajo, de sus sufrimientos y de su maduración en la santidad.         Vinculada a la espiritualidad de san Francisco de Asís, mostró una         sensibilidad insólita ante la acción del Espíritu Santo. Los escritos que         nos dejó dan testimonio de ello". En otro momento de la homilía, se         refirió a la beata Eduvigis, reina, y a la nueva beata: "Que se unan a         nuestra conciencia estas dos figuras femeninas. ¡La reina y la sirvienta!         ¿Acaso no se expresa toda la historia de la santidad cristiana y de la         espiritualidad edificada según el modelo evangélico en esta simple frase:         "Servir a Dios es reinar"? (cf. Lumen Gentium 36). La misma verdad         encuentra expresión en la vida de una gran reina y de una sencilla         sirvienta".  | 
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  Jerónimo   de Recanati, Beato Sacerdote, 12   Marzo   
                                                          |                        |                Jerónimo de Recanati, Beato  |           Jerome Ghirarducci vivió en el monasterio Agustino de         Recanati (Macerata), Italia. 
  No se tiene mucha información sobre la         vida de este beato.
  Sabemos que siguió         un enérgico apostolado en la Provincia de Picena, a la que pertenecía,         dedico su esfuerzo en lograr solucionar las constantes disputas y         discordias existentes entre las familias y la ciudad.
  Murió en Recanati el 12 de marzo de         1350.
  Se le acredita el haber         reconciliado las ciudades de Ascoli y Fermo, que se habían declarado la         guerra entre ellas por lo que es venerado como un pacificador en la región         de Marche (Italia). 
  Ya en 1369 el         pueblo de Recanati celebraba publicamente la fiesta de este beato en el         Segundo Domingo de Cuaresma. En estas fechas, hasta tiempos recientes, se         escogía a doce pacificadores de entre los ciudadanos, seis hombres y seis         mujeres, cuyo responsabilidad era solucionar disputas entre los         conciudadanos. 
  Su culto fue         confirmado por Pío VII en el año 1804. Sus restos mortales se veneran en         la iglesia de San Augustine en Recanati, 
  Su memoria es recordada por la Familia Agustina el 12         marzo.   | 
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  Fuente:   ar.geocities.com/misa_tridentina01   
Pablo   Aureliano de León, Santo Obispo, Marzo   12   
                                                          |                        |                Pablo Aureliano de León, Santo  |           Obispo        Martirologio         Romano: n la ciudad         de Léon (hoy Saint-Paul-de-Léon), en la Bretaña Armórica, san Pablo         Aureliano, primer obispo de esta ciudad (s.         VI).
  Etimológicamente: Pablo =         Aquel que es pequeño o débil, es de origen         latino.                   Los bretones tuvieron la fortuna de haber podido escribir en         su país, antes de quedar destruido por las invasiones de los nórdicos, la         vida de uno de los padres de la cristiandad, con algunos de los detalles         peculiares de su autor. Este era un, monje de Landévennec, llamado         Wrmonoc, quien conocía bien la región de León. Terminó de escribir su obra         en el año 884. El siguiente es el resumen de este         documento.
  Pablo Aureliano (más tarde conocido         como San Pablo de León) fue el hijo de Perplises, jefe británico. Nació en         Penychen (o en otro lado), en Gales del Sur. En la escuela monástica a la         cual pidió ser enviado, tenía por compañeros a los santos David, Sansón y         Gilas: esto sucedía en Ynys Byr, en tiempos de San Illtyd y Pablo estuvo         presente en el conocido milagro del ensanchamiento de esa isla. Cuando         cumplió 16 años, su patrón le permitió retirar se a un lugar solitario,         pero en otro lado (¿Llanddeeusant, en Carmarthenshire?). Pablo se dirigió         a un sitio donde construyó unas celdas y una capilla. Allí llevó durante         varios años una vida de oración, meditación y estudio; después se ordenó         sacerdote y reunió a doce compañeros para llevarlos consigo a vivir en         celdas cercanas a la suya. De su retiro fue sacado a un mundo de problemas         por el rey Marco, quien le pidió que se trasladara a la "Villa Bannheddos"         y evangelizar a su pueblo. Esto lo hizo con tan buen éxito, que todos         quisieron elegirlo obispo; pero él rehusaba aceptar y, mientras pensaba en         lo que convenía hacer, un ángel se le apareció y le dijo que su vocación         se encontraba más allá del mar. El rey Marco estaba poco dispuesto a         dejarlo ir y con aspereza se negó a darle como regalo de despedida la         campanita que pedía, una de las siete que se tocaban antes de las         comidas.
  A pesar de todo el santo         partió con sus doce compañeros y llegó a la costa de Armónica o Británica.         Pero antes de alejarse de la costa, se detuvo en una bahía (¿Cornwall?),         donde su hermana llevaba una vida solitaria en compañía de unas cuantas         monjas(1). Ella lo convenció para que permaneciera algunos días y, en la         víspera de su partida, le rogó llorando que le obtuviera un favor de Dios.         El lugar, aunque conveniente a sus propósitos, estaba demasiado cerca de         "familiares molestos". "Es fácil para ti, le dijo, obtener lo que quiero         con sólo pedírselo a Dios: pide que el mar se recoja en su lecho y la         tierra pueda ser un poco más ancha". Entonces San Pablo y su hermana se         arrodillaron en la orilla a rezar, después de poner dos hileras de piedras         a lo largo del límite de las aguas bajas. Inmediatamente, el mar         retrocedió, dejando la tierra seca y las piedras crecieron hasta         convertirse en poderosas columnas que formaron un         dique.
  San Pablo y sus discípulos         llegaron a la isla de Ushant, al lugar que ahora se llama Porz-Pol. Allí         construyeron celdas y vivieron felizmente durante un tiempo, hasta que el         ángel que San Pablo había visto antes, le indicó que avanzaran más         adelante. Al llegar al continente, se internaron y se establecieron en         Ploudalmezeau. Luego Pablo, nuevamente instado por el ángel, se dirigió al         señor del distrito, un buen cristiano llamado Withur, quien se hizo amigo         suyo y les dio la Isla de Batz, donde se estableció Pablo y construyó un         monasterio. Se cuentan relatos maravillosos sobre los beneficios que         dispensó el santo. Mató un dragón que había causado grandes daños, enseñó         a la gente cómo obtener miel, agrupando a las abejas salvajes y         colocándolas en panales, y domesticó a un jabalí, cuyos descendientes         permanecieron en León por muchas generaciones.
  Un día, cuando Pablo estaba conversando con Withur, un         pescador se les acercó a enseñarles un pez que había sacado. En su cabeza         tenía encajada una campana que (curiosamente) resultó ser la misma que el         rey Marco había rehusado a San Pablo. (Como prueba de la autenticidad de         este incidente, los campesinos de León señalan la antigua campana que se         guarda en su catedral, hecha con una aleación de cobre y plata. Se le         atribuyen propiedades milagrosas).
  La         gente que había sido beneficiada con las enseñanzas y los milagros de San         Pablo, comenzó a pedirlo como obispo. Withur también lo deseaba, pero         sabía la indisposición del santo para aceptar tal dignidad y por lo tanto,         tuvo que recurrir a una estratagema. Le dio una carta y le pidió que la         llevara él mismo a manos del rey Childeberto, en París, ya que contenía         asunto de gran importancia. En realidad, era una petición para que         designaran obispo a San Pablo. Este protestó con tenacidad, pero el rey lo         hizo consagrar y luego lo mandó de regreso a León, donde fue recibido         entre aclamaciones. El nombre del "Oppidum" donde se hallaba su sede, se         cambió a St-Paul de León, en su memoria. Ahí llevó la misma vida austera         de antes, alimentándose sólo de pan y agua, con excepción de los días         festivos, en los que comía un poco de pesca do. Parece que Withur le cedió         su casa en la Isla de Batz, como monasterio para sus monjes. Ahí gustaba         de retirarse el santo obispo para dedicarse a la oración y contemplación.         Vivió hasta edad muy avanzada y renunció a su cargo algunos años antes de         morir. Terminó sus días en el monasterio de Batz, luego de haber visto         morir a dos obispos que él mismo consagró para que le sucedieran. San         Pablo gozaba del don de profecía y previó las incursiones de los nórdicos,         según Wrmonoc, el testigo que relata los últimos momentos del santo en         forma sencilla y emocionante.
  Para la         discusión de esta narración, que de ninguna manera deberá tomare como         válida en toda su extensión, el lector puede remitirse a las obras         mencionadas posteriormente. Puede agregarse que existen muchas huellas de         San Pablo Aureliano en Gales y en Cornwall, en Paul, cerca de la orilla         occidental de Mount´s Bay. Si el pequeño monasterio de su hermana estaba         de verdad cerca, en el Lago Gwavas (como creyó Charles Henderson), es una         coincidencia interesante, que, cuando la Revolución Francesa lo desterró,         el último obispo de León, Juan Francisco de la Marche, arribara a Mount´s         Bay en 1791, nueve días antes de la fiesta de San Pablo. Esta fiesta se         observa ahora en la diócesis de Quimper y en el monasterio de         Caldey.  | 
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  Fuente:   ar.geocities.com/misa_tridentina01   
Maximiliano   de Tébessa, Santo Mártir, 12   Marzo   
                                                          |                        |                Maximiliano de Tébessa, Santo  |           La "PASIÓN" de San Maximiliano es uno de los más valiosos         documentos de una pequeña colección. Es el relato auténtico de un         contemporáneo, sin adornos teóricos, del juicio y muerte de uno de los         primeros mártires. Se desarrolla como sigue: 
  Durante el consulado de Tuscus y         Anulinus, el 12 de marzo, en Tebessa, Numidia, comparecieron ante la corte         Fabio Víctor y Maximiliano. El juez, Pompeyano, abrió el caso con estas         palabras: "Fabio Víctor está ante el comisario del César, Valeriano         Quintiniano. Exijo que Maximiliano, hijo de Víctor, conscripto apropiado         para el servicio, sea medido". 
  El         procónsul Dion preguntó al joven por su nombre y él contestó: "¿Qué caso         tiene responder? No puedo ser anotado en las listas, puesto que soy         cristiano". El procónsul no lo atendió y ordenó que midieran su estatura.         Pero el joven insistió: "No puedo servir; no puedo hacer mal a nadie. Soy         cristiano". El procónsul repitió la orden y el ujier informó que         Maximiliano medía 1.75 m. Luego el procónsul dijo que se le debería dar el         emblema militar, pero Maximiliano persistía: "¡Nunca! No puedo ser         soldado".
  Dion: Debes servir o         morir. Maximiliano: Nunca serviré.         Pueden decapitarme, pero no seré un soldado de este mundo, ya que soy un         soldado de Cristo. Dion:: ¿ De         dónde has sacado esas ideas? Maximiliano: De mi conciencia y de Aquél que me ha         llamado. Dion:: (A Fabio Víctor):         Corrige a tu hijo. Víctor: El tiene sus         ideas y no cambiará. Dion:: (A         Maximiliano): Sé un soldado y acepta el emblema del emperador.          Maximiliano: Nunca. Ya llevo         conmigo la marca de Cristo mi Señor.  Dion:: Te enviaré a tu Cristo         inmediatamente. Maximiliano: No         puedo pedir nada mejor. Hazlo pronto, que allá está mi         gloria. Dion: (Al oficial de         reclutas): Dadle el emblema. Maximiliano: No lo aceptaré. Si tú insistes, le         quitaré la efigie del emperador. Soy un cristiano y no se me permite         portar en el cuello ese emblema, puesto que ya llevo la sagrada señal de         Cristo, el Hijo de Dios Vivo a quien tú no conoces, el Cristo que sufrió         por nuestra salvación y a quien Dios nos entregó para que muriera por         nuestros pecados. Es a El a quien todos nosotros los cristianos servimos,         a El a quien seguiremos, pues El es el Señor de la Vida y el Autor de         nuestra salvación. Dion:: Únete al         servicio y acepta el emblema, o si no, perecerás         miserablemente. Maximiliano: No         pereceré: mi nombre está ya desde ahora delante de Dios. Me rehúso a         servir. Dion:: Eres un hombre joven         y la profesión de las armas va de acuerdo a tus años. Sé un         soldado. Maximiliano: Mi ejército         es el de Dios y no puedo pelear por este mundo; como te digo, soy         cristiano. Dion:: Hay soldados         cristianos al servicio de nuestros soberanos Diocleciano y Maximiano,         Constantino y Galerio. Maximiliano:         Eso es cosa de ellos. Yo también soy cristiano y no puedo         servir. Dion:: Pero ¿ qué daño         pueden hacer los soldados? Maximiliano: Tú lo sabes bien. Dion:: Si no haces tu servicio, te condeno a muerte         por desacato al ejército. Maximiliano: No moriré. Si me voy de este mundo, mi         alma irá con Cristo mi Señor. Dion:: Anoten su nombre. ..Tu rebeldía te hace         rehusar el servicio militar y serás castigado por ello para escarmiento de         los demás. Procedió entonces a leer la         sentencia: Dion:: Maximiliano ha         rehusado el juramento militar por rebeldía. Deberá ser         decapitado. Maximiliano: ¡Alabado         sea Dios!
  Maximiliano tenía veintiún         años tres meses y dieciocho días de edad. De camino al sitio de la         ejecución, habló a los cristianos: "Amados hermanos, apresúrense a         alcanzar la visión de Dios y a merecer una corona como la mía, con todas         sus fuerzas y el más profundo anhelo". Estaba radiante. Después se dirigió         a su padre: "La túnica que me tenías preparada para cuando fuera soldado,         dásela al lictor. El fruto de esta buena obra será multiplicado cientos de         veces. ¡Déjame que te dé la bienvenida en el cielo y glorifique a Dios         contigo! "
  Al primer golpe lo         decapitaron.
  Una matrona llamada         Pompeya obtuvo el cuerpo de Maximiliano y lo llevó en su litera a Cartago,         donde lo sepultó cerca del de San Cipriano, no lejos del         palacio.
  Víctor se fue a su casa         regocijado, agradeciendo al Señor por permitirle. enviar tal regalo al         cielo. No tardó mucho en seguir a su hijo. Amén.
  El texto de la "pasión" está en el Acta Sanctorum, marzo,         vol. II y Acta         Sincera, de Ruinart. Véase Histoire des Persécutions, de Allard, vol.         IV; Les Passions         des martyrs, de Delehaye, pp. 104-110. En el siglo III, el ejército romano         estaba formado principalmente por voluntarios, pero los hijos de los         veteranos tenían la obligación de servir. El rechazo de San Maximiliano a         esta obligación ha ocasionado controversias entre ciertos escritores (por         ejemplo Paul Allard); los puntos de vista de la Iglesia primitiva sobre el         servicio militar se pueden examinar convenientemente (sin que sea         necesario aceptar todas sus conclusiones) en la obra del escolástico         protestante Dr. C. J. Cadoux, The Early Christian Attitude to War. Cf. San         Victricius (agosto 7) y San Martín de Tours (noviembre 11). En el         Martirologio Romano, San Maximiliano es llamado Maximilianus, y         erróneamente se considera a Roma como el lugar de su         martirio.
  Se cree que el martirio pudo ser en         algún lugar cerca de Cartago. para ello se usa como referencia el         penúltimo párrafo. La mensión de Tebessa pudo ser un error de         transcripción de un copista.         Lictor: entre los romanos, ministro de         justicia que precedía con las fasces a los cónsules y a otros         magistrados. | 
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  Fuentes: IESVS.org; EWTN.com;   hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com
   
  Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
   
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