JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Juan 16, 20-23a
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Yo les aseguro que ustedes llorarán y gemirán, mientras que el mundo se sentirá satisfecho; ustedes estarán tristes, pero su tristeza se convertirá en alegría.
Cuando una mujer va a dar a luz, siente tristeza, porque le ha llegado la hora; pero cuando el niño ha nacido, su alegría le hace olvidar el sufrimiento pasado y está contenta por haber traído un niño al mundo. Pues lo mismo ustedes: de momento están tristes; pero volveré a verlos y de nuevo se alegrarán con una alegría que nadie les podrá arrebatar. Cuando llegue ese día, ya no tendrán necesidad de preguntarme nada".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
vie 6a. Sem Pascua
Antífona de Entrada
Señor, con tu sangre has rescatado a hombres y mujeres de todas las razas, lenguas, pueblos y naciones y has hecho de nosotros un reino de sacerdotes para Dios. Aleluya.
Oración Colecta
Oremos:
Te pedimos, Señor, que por medio de la predicación del Evangelio se extienda por todo el mundo la acción redentora de Cristo, y que todos los hombres y mujeres formemos una sola
familia, conforme a la voluntad de tu Hijo, que vive y reina contigo...
Amén.
Primera Lectura
Muchos de esta ciudad pertenecen a mi pueblo
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 18, 9-18
Una noche, el Señor dijo a Pablo en una visión:
"No temas, sigue hablando, no te calles, porque yo estoy contigo y nadie intentará hacerte mal. En esta ciudad hay muchos que llegarán a formar parte de mi pueblo".
Pablo permaneció en Corinto un año y medio, enseñando la palabra de Dios.
Mientras Galión era el procónsul de Acaya, los judíos conspiraron contra Pablo y lo llevaron ante el tribunal con esta acusación:
"Este trata de persuadir a los hombres para que den culto a Dios en contra de la ley".
Pablo se disponía a hablar, cuando Galión dijo a los judíos:
"Si se tratara de un crimen o de un delito grave, yo los escucharía con detenimiento; pero tratándose de cuestiones referentes a su propia ley, allá ustedes. Yo no quiero ser juez de esas cosas".
Y los echó del tribunal.
Entonces todos ellos se apoderaron de Sóstenes, el jefe de la sinagoga, y lo golpearon frente al tribunal. Pero Galión no hizo caso de lo que pasaba.
Pablo se quedó todavía bastante tiempo en Corinto. Después se despidió de los hermanos y se embarcó rumbo a Siria, acompañado de Priscila y Aquila. En Cencreas se había rapado la cabeza para cumplir un voto que había hecho.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Sal 46, 2-3.4-5.6-7
Dios es el Rey del universo.
Todos los pueblos, aplaudan; aclamen a Dios con gritos de alegría. Porque el Señor es grande y temible, es el rey de toda la tierra.
Dios es el Rey del universo.
El nos somete los pueblos y pone las naciones bajo nuestros pies. El eligió nuestra heredad, orgullo de Jacob, su amado.
Dios es el Rey del universo.
Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al sonido de las trompetas; toquen para Dios, toquen para nuestro rey, toquen.
Dios es el Rey del universo.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Cristo tenía que morir y resucitar de entre los muertos, para entrar así en su gloria.
Aleluya.
Evangelio
Nadie podrá quitarles su alegría
† Lectura del santo Evangelio según san Juan 16, 20-23a
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Yo les aseguro que ustedes llorarán y gemirán, mientras que el mundo se sentirá satisfecho; ustedes estarán tristes, pero su tristeza se convertirá en alegría.
Cuando una mujer va a dar a luz, siente tristeza, porque le ha llegado la hora; pero cuando el niño ha nacido, su alegría le hace olvidar el sufrimiento pasado y está contenta por haber traído un niño al mundo. Pues lo mismo ustedes: de momento están tristes; pero volveré a verlos y de nuevo se alegrarán con una alegría que nadie les podrá arrebatar. Cuando llegue ese día, ya no tendrán necesidad de preguntarme nada".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, con bondad las ofrendas que te presentamos, y ayúdanos a conservar tu gracia para alcanzar un día la felicidad eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Cristo, sacerdote y víctima
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor; pero más que nunca en este tiempo en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
Porque él, con la inmolación de su cuerpo en la cruz, dio pleno cumplimiento a lo que anunciaban los sacrificios de la antigua alianza, y ofreciéndose a sí mismo por nuestra salvación, quiso ser al mismo tiempo sacerdote, víctima y altar.
Por eso,
con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría, y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:
Antífona de la Comunión
Cristo fue condenado a muerte por nuestros pecados y resucitó para nuestra justificación. Aleluya.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, que tu amor paterno proteja siempre a quienes has salvado por medio de la pasión de tu Hijo, y que Cristo resucitado sea la fuente de todas nuestras alegrías.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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Dia 10/05 San Juan de Avila (presbítero, blanco)
Antífona de Entrada
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor; que te bendigan tus santos; que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas.
Oración Colecta
Oremos:
¡Oh Dios!, que hiciste de san Juan de Avila un maestro ejemplar para tu pueblo por la santidad d su vida y por su celo apostólico; haz que también en nuestros días crezca la Iglesia en santidad por el celo ejemplar de tus ministros.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Sal de tu tierra y de la casa de tu padre y ven
Lectura del libro del Génesis
12, 1-4a
En aquellos días, el Señor dijo a Abrahán:
"Sal de tu tierra y de la casa de tu padre hacia la tierra que te mostraré. Haré de ti un gran pueblo, te bendeciré, haré famoso tu nombre, y será una bendición. Bendeciré a los que te bendigan, maldeciré a los que te maldigan. Con tu nombre se bendecirán todas las familias del mundo". Abrahán marchó, como le había dicho el Señor.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 14
El justo habitará en tu monte santo, Señor.
El que procede honradamente y práctica la justicia el que tiene intenciones leales y no calumnia con su lengua.
El justo habitará en tu monte santo, Señor.
El que no hace mal a su prójimo ni difama al vecino, el que considera despreciable al impío y honra a los que temen al Señor.
El justo habitará en tu monte santo, Señor.
El que que no presta dinero a usura ni acepta soborno contra el inocente.
El justo habitará en tu monte santo, Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Dichosos los limpios de corazón porque ellos verán a Dios.
Aleluya.
Evangelio
Vende todo lo que tiene y compra el campo
Ý Lectura del santo Evangelio según san Mateo
13, 44-46
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a la gente:
"El Reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra, lo vuelve a esconder, y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo.
El Reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas, que al encontrar una de gran valor se va a vender todo lo que tiene y la compra".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Señor, escucha con bondad nuestra súplica y protégenos con la intercesión de san Juan, para que tributemos siempre un culto digno a tu divina Majestad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Acción de los santos en la Iglesia
En verdad es justo y necesario, nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque con la vida de tus santos, enriqueces a tu Iglesia con formas siempre nuevas de admirable santidad, y nos das pruebas indudables de tu amor por nosotros; y también, porque su ejemplo nos impulsa y su intercesión nos ayuda a colaborar en el misterio de la salvación.
Por eso,
ahora nosotros, llenos de alegría, te aclamamos con los ángeles y santos diciendo:
Antífona de la Comunión
Los justos se alegran, gozan en la presencia de Dios rebosando de alegría.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, Padre del consuelo y de la paz, concede a tu pueblo, reunido en la fiesta de san Juan de Avila, para alabar tu nombre, recibir de tu misericordia, por el misterio de Cristo en que ha participado, la prenda de la eterna redención.
Amén.
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† Meditación diaria
Pascua. 6ª semana. Viernes
Decenario al Espíritu Santo
EL DON DE ENTENDIMIENTO
— Mediante este don llegamos a tener un conocimiento más profundo de los misterios de la fe. Es necesario para la plenitud de la vida cristiana.
— Se concede a todos los cristianos, pero su desarrollo exige vivir en gracia y empeñarse en la santidad personal.
— Necesidad de purificar el alma. El don de entendimiento y la vida contemplativa.
I. Cada página de la Sagrada Escritura es una muestra de la solicitud con que Dios se inclina hacia nosotros para guiarnos hacia la santidad. El Señor se muestra en el Antiguo Testamento como la verdadera luz de Israel, sin la cual el pueblo se descamina y tropieza en la oscuridad. Los grandes personajes del Antiguo Testamento se vuelven una y otra vez hacia Yahvé para que les conduzca en las horas difíciles. Dame a conocer tus caminos1, pide Moisés para guiar al pueblo hasta la Tierra prometida. Sin la enseñanza divina, se siente perdido. Y el rey David pide: Dame entendimiento para que guarde tu Ley y la cumpla de todo corazón2.
Jesús promete el Espíritu de verdad, que tendrá la misión de iluminar a la Iglesia entera3. Con el envío del Paráclito «completa la revelación, la culmina y la confirma con testimonio divino»4. Los mismos Apóstoles comprenderán más tarde el sentido de las palabras del Señor, que antes de Pentecostés se les presentaban oscuras. «Él es el alma de esta Iglesia –enseña Pablo VI–. Él es quien explica a los fieles el sentido profundo de las enseñanzas de Jesús y su misterio»5.
El Paráclito nos conduce desde las primeras claridades de la fe a una «inteligencia más profunda de la revelación»6. Mediante el don de entendimiento o inteligencia al fiel cristiano le es dado un conocimiento más profundo de los misterios revelados. El Espíritu Santo ilumina la inteligencia con una luz poderosísima y le da a conocer con una claridad desconocida hasta entonces el sentido profundo de los misterios de la fe. «Conocemos ese misterio desde hace mucho tiempo; esa palabra la hemos oído y hasta la hemos meditado muchas veces; pero, en un momento dado, sacude nuestro espíritu de una manera nueva; parece como si nunca hasta entonces lo hubiésemos comprendido de verdad»7. Bajo este influjo, el alma tiene una mayor certeza de lo que cree, todo es más claro, y bajo esta luz que le hace conocer más hondamente las verdades sobrenaturales experimenta un gozo indescriptible, anticipo de la visión beatífica.
Gracias a este don –enseña Santo Tomás de Aquino–, «Dios es entrevisto aquí abajo»8 por la mirada purificada de quienes son dóciles a las mociones del Paráclito, aunque los misterios de la fe sigan envueltos en cierta oscuridad.
Para llegar a este conocimiento no bastan las luces ordinarias de la fe; es necesaria una especial efusión del Espíritu Santo, que recibimos en la medida de la correspondencia a la gracia, de la purificación del corazón y de los deseos de santidad. El don de entendimiento permite que el alma, con facilidad, participe de esa mirada de Dios que todo lo penetra, empuja a reverenciar la grandeza de Dios, a rendirle afecto filial, a juzgar adecuadamente de las cosas creadas... «Poco a poco, a medida que el amor va creciendo en el alma, la inteligencia del hombre resplandece más y más con la propia claridad de Dios»9, y nos da una gran familiaridad con los misterios escondidos de Dios.
En este día del Decenario al Espíritu Santo podríamos preguntarnos sobre el deseo de purificar nuestra alma, y si este deseo tiene, entre otras manifestaciones, el aprovechar muy bien las gracias de cada Confesión. Si acudimos a ella con la puntualidad que hayamos previsto, si preparamos con toda sinceridad el examen de conciencia, si pedimos al Paráclito ayuda para fomentar la contrición y un gran deseo de alejarnos de todo pecado y faltas deliberadas.
II. El Espíritu Santo, mediante el don de entendimiento, hace penetrar al alma, de muchas maneras, en las profundidades de los misterios revelados. De una forma sobrenatural, y por tanto gratuita, enseña en lo íntimo del corazón lo que encierran las verdades más profundas de la fe. «Como uno que sin haber aprendido ni trabajado nada para saber leer ni tampoco hubiese estudiado nada –explica Santa Teresa–, hallase que ya sabía toda la ciencia, sin saber cómo ni de dónde le había venido, pues nunca había trabajado ni para aprender el alfabeto. Esta comparación última enseña algo de este don celestial, porque el alma ve en un momento el misterio de la Santísima Trinidad y otras cosas muy elevadas con tal claridad, que no hay teólogo con quien no se atreviese a discutir estas verdades tan grandes»10.
El don de entendimiento lleva a captar el sentido más hondo de la Sagrada Escritura, la vida de la gracia, la presencia de Cristo en cada sacramento y, de una manera real y sustancial, en la Sagrada Eucaristía. Este don nos da como un instinto divino para aquello que de sobrenatural hay en el mundo. Ante la mirada del creyente iluminada por el Espíritu brota así todo un universo nuevo. Los misterios de la Santísima Trinidad, de la Encarnación, de la Redención, de la Iglesia se convierten en realidades extraordinariamente vivas y actuales que orientan toda la vida del cristiano, influyendo decisivamente en el trabajo, en la familia, en los amigos... Su influjo hace la oración más sencilla y profunda.
Quienes son dóciles a las inspiraciones del Espíritu Santo, purifican su alma, mantienen la fe despierta, descubren a Dios a través de todas las cosas creadas y de los sucesos de la vida ordinaria. El que vive en la tibieza no percibe ya estas llamadas de la gracia, tiene embotada su alma para lo divino, y ha perdido el sentido de la fe, de sus exigencias y delicadezas.
El don de entendimiento lleva a contemplar a Dios en medio de las tareas ordinarias, en los acontecimientos, agradables o dolorosos, de la vida de cada uno. El camino para llegar a la plenitud de este don es la oración personal, en la que contemplamos las verdades de la fe, y la lucha, alegre y amorosa, por mantener la presencia de Dios durante el día fomentando los actos de contrición cuando nos hemos separado del Señor. No se trata de una ayuda sobrenatural extraordinaria que se concede exclusivamente a personas muy excepcionales, sino a todos aquellos que quieren ser fieles al Señor allí donde se encuentran, santificando sus alegrías y dolores, su trabajo y su descanso.
III. Para ir adelante en este camino de santidad es necesario fomentar el recogimiento interior (evitar andar con los sentidos despiertos, estar dispersos en las cosas, sin presencia de Dios...), la mortificación de los sentidos internos (la imaginación, los recuerdos y pensamientos inútiles...) y de los externos, esforzarse diariamente en la presencia de Dios, tomando ocasión de los sucesos y percances de cada día.
Es preciso purificar el corazón, pues solo los limpios de corazón tienen capacidad para ver a Dios11. La impureza, el apegamiento a los bienes de la tierra, el conceder al cuerpo todos sus caprichos embotan el alma para las cosas de Dios. El hombre no espiritual no percibe las cosas del Espíritu de Dios, pues son necedad para él y no puede conocerlas, porque solo se pueden enjuiciar según el Espíritu12. El hombre espiritual es el cristiano que lleva al Espíritu Santo en su alma en gracia, y tiene la mente y el pensamiento puestos en Cristo. Su vida limpia, sobria y mortificada es la mejor preparación para ser digna morada del Espíritu, que habitará en él con todos sus dones.
Cuando el Espíritu Santo encuentra un alma bien dispuesta, se va adueñando de ella, y la lleva por caminos de oración cada vez más profunda, hasta que «las palabras resultan pobres... y se deja paso a la intimidad divina, en un mirar a Dios sin descanso y sin cansancio. Vivimos entonces como cautivos, como prisioneros. Mientras realizamos con la mayor perfección posible, dentro de nuestras equivocaciones y limitaciones, las tareas propias de nuestra condición y de nuestro oficio, el alma ansía escaparse. Se va hacia Dios, como el hierro atraído por la fuerza del imán. Se comienza a amar a Jesús, de forma más eficaz, con un dulce sobresalto»13.
San Josemaría Escrivá describía el sendero de las almas, en las ocupaciones más normales de la vida y cualquiera que fuera su cultura, profesión, estado, etcétera, hasta llegar a la oración contemplativa. Para muchos, el camino parte de la consideración frecuente de la Humanidad Santísima del Señor, a quien se llega a través de la Virgen –pasando necesariamente por la Cruz–, y acaba en la Trinidad Santísima. «El corazón necesita, entonces, distinguir y adorar a cada una de las Personas divinas. De algún modo, es un descubrimiento, el que realiza el alma en la vida sobrenatural, como los de una criaturica que va abriendo los ojos a la existencia. Y se entretiene amorosamente con el Padre y con el Hijo y con el Espíritu Santo, y se somete fácilmente a la actividad del Paráclito vivificador, que se nos entrega sin merecerlo: ¡los dones y las virtudes sobrenaturales!»14.
Al terminar nuestra oración acudimos a la Virgen, que tuvo la plenitud de la fe y de los dones del Espíritu Santo, y le pedimos que nos enseñe a tratar y a amar al Paráclito en nuestra alma siempre, pero de modo particular en este Decenario, y que no nos quedemos a mitad del camino en ese sendero que conduce a la santidad, a la que hemos sido llamados.
1 Ex 33, 13. — 2 Sal 119, 34. — 3 Cfr. Jn 16, 13. — 4 Conc. Vat. II, Const. Dei Verbum, 4. — 5 Pablo VI, Exhor. Apost. Evangelii nuntiandi, 8-XII-1975, 75. — 6Conc. Vat. II, Const. Dei Verbum, 5. — 7 A. Riaud, La acción del Espíritu Santo en las almas, Palabra, 4ª ed., Madrid 1985, p. 72. — 8 Santo Tomás, Suma Teológica, 1-2, q. 69, a. 2. — 9 M. M. Philipon, Los dones del Espíritu Santo, Palabra, Madrid 1983, p. 194. — 10 Santa Teresa, Vida, 27, 8-9. — 11 Cfr. Mt 5, 8. — 12 1 Cor 2, 14. — 13 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 296. — 14 Ibídem, 306.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
San Juan de Avila
Misionero. Director de Almas
(1569)
Juan significa: "Dios es misericordioso".
San Juan de Avila tuvo el privilegio de ser amigo y consejero de seis santos: San Ignacio de Loyola, Santa Teresa, San Juan de Dios, San Francisco de Borja, San Pedro de Alcántara y Fray Luis de Granada. Dicen que él es la figura más importante del clero secular español del siglo 16.
Nació en el año 1500. De una familia muy rica, al morir sus padres repartió todos sus bienes entre los pobres y después de tres años de oración y meditación se decidió por el sacerdocio. Estudió filosofía y teología en la Universidad de Alcalá y allá hizo amistad con el Padre Guerrero que fue después arzobispo de Granada y su amigo de toda la vida.
Desde el principio de su sacerdocio demostró una elocuencia extraodinaria. El pueblo acudía en gran número a escuchar sus sermones donde quiera que él iba a predicar. Cada predicación la preparaba con cuatro o más horas de oración de rodillas. A veces pasaba la noche entera ante un crucifijo o ante el Santísimo Sacramento encomendando la predicación que iba a hacer después a la gente. Y los resultados eran formidables. Los pecadores se convertían a montones. A sus discípulos les decía: "Las almas se ganan con las rodillas". A uno que le preguntaba como hacer para lograr convertir a alguna persona en cada sermón, le dijo: "¿Y es que Ud. espera convertir en cada sermón a alguna persona?". "No, ¡eso no!", respondió el otro. "Pues por eso es que no los convierte", le dijo el santo, "porque para poder obtener conversiones hay que tener fe en que sí se conseguirán conversiones. ¡La fe mueve montañas!."
A otro que le preguntaba cuál era la principal cualidad para poder llegar a ser un buen predicador, le respondió: "La principal cualidad es: ¡amar mucho a Dios!".
Pidió viajar de misionero a América del sur, pero su amigo el Arzobispo de Granada le dijo: "Aquí en España también hay muchos a quienes misionar y evangelizar. ¡Quédese predicando entre nosotros!". Le obedeció y se dedicó a predicar por Andalucía, por todo el sur de España. Y las conversiones que conseguía eran asombrosas. Su predicación era fuerte. No prometía vida en paz a quienes querían vivir en paz con sus pecados, pero animaba enormemente a todos los que deseaban salir de su anterior vida de pecado. Un gran número de sacerdotes le seguía para ayudarle a confesar y colaborarle en la catequesis de los niños y en la administración de los sacramentos. Ricos y pobres, jóvenes y viejos, todos acudían con gusto a escucharle.
Dios le concedió a San Juan de Avila la cualidad especialísima de ejercer un gran ascendiente sobre los sacerdotes. Por eso el Sumo Pontífice lo ha nombrado "Patrono de los sacerdotes españoles". Bastaba con que lo vieran celebrar misa o le oyeran un sermón para que los sacerdotes quedaran muy agradablemente impresionados de su modo de obrar y predicar. Y después en sus sermones, ellos estaban allá entre el público oyéndole con gran atención. El sabio escritor Fray Luis de Granada se colocaba cerca de él, lápiz en mano, e iba escribiendo sus sermones. De cada sermón del santo, sacaba el material para predicar luego diez sermones. Los sacerdotes decían que el Padre Juan de Avila predicaba como si estuviera oyendo al mismo Dios.
Fue reuniendo grupos de sacerdotes y por medio de hacerles meditar en la Pasión de Jesucristo y en la Eucaristía y de rezar y recibir los sacramentos, los iba enfervorizando y después los enviaba a predicar. Y los frutos que conseguía eran inmenoss. Unos 30 de esos sacerdotes se hicieron después Jesuitas. Otros colaboraron con la redforma que San Juan de la Cruz y Santa Teresa hicieron de los padres Carmelitas y muchos más llenaron de buenas obras las parroquias con su gran fervor.
Un día en Granada, mientras San Juan de Avila pronunciaba un gran sermón, de pronto se oyó en el templo un grito fortísimo. Era San Juan de Dios que había sido antes militar y comerciante y que ahora se convertía y empezaba una vida de santidad admirable. En adelante San Juan de Dios tendrá siempre como consejero al Padre Juan de Avila, a quien atribuirá su conversión.
Los enemigos y envidiosos lo acusaron de que su predicación era demasiado miedosa y de que se proponía hacer que las gentes fueran demasiado espirituales. Y el santo fue llevado a la cárcel y allí estuvo de 1532 a 1533. Aprovechó su prisión para meditar más y crecer en santidad. Cuando se le reconoció su inocencia y fue sacado de la prisión el pueblo lo ovacionó como a un héroe.
A muchas personas les dio dirección espiritual por medio de cartas. Después reunió una colección de esas cartas y las publicó con el título de "Oye hija" y fue un libro muy afamado y que hizo gran bien a los lectores.
Su devoción a la Virgen era tan grande que lo hacía exclamar: "Más preferiría vivir sin piel, que vivir sin devoción a la Virgen María".
Fundó más de diez colegios y ayudaba mucho a las universidades católicas. Su autoridad y su ascendiente eran muy grandes en todas partes.
Sus últimos 17 años fueron de enormes sufrimientos por su salud que era muy deficiente. En él se cumplía aquello que dijo Jesús: "Mi Padre, al árbol que más quiere, más lo poda, para que produzca mayor fruto". Pero aunque sus padecimientos eran muy intensos, no por eso dejaba de recorrer ciudades y pueblos predicando, confesando, dando dirección espiritual y edificando a todos con su vida de gran santidad. Tres temas le llamaban mucho la atención para predicar: la Eucaristía, el Espíritu Santo y la Virgen María.
Una de sus cualidades más admirables era su gran humildad. A pesar de sus brillantes éxitos apostólicos, siempre se creía un pobre y miserable pecador. Cuando estaba agonizante vio que un sacerdote lo trataba con muy grande veneración y le dijo: "Padre, tráteme como a un miserable pecador, porque eso es lo que he sido y nada más".
Cuando en su última enfermedad los dolores arreciaban, apretaba el crucifijo entre sus manos y exclamaba: "Dios mío, si sí te parece bien que suceda, está bien, ¡está muy bien!".
El 10 de mayo del año 1569, diciendo "Jesús y María" murió santamente. Fue beatificado en 1894 y el Papa Pablo VI lo declaró santo en 1970.
San Juan de Avila: tú que con tus sermones lograste tantas conversiones de pecadores, alcánzanos del Señor Dios, que también nosotros nos convirtamos.
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Antonio (Antonino) Pierozzi de Florencia, Santo Obispo, 10 de mayo
Obispo Antonio Pierozzi, llamado Antonino por su pequeña estatura, nació en 1389, y era hijo de un notario florentino. Desde muy joven entró al convento de los Dominicos, en donde fue recibido por el Beato Juan Dominici, a quien recitó de memoria las Decretales de Gracián, para demostrar su preparación cultural, a pesar de ser autodidacta. Del año 1413, año de su ordenación sacerdotal, al año 1446, cuando fue elegido arzobispo de Florencia, ocupó varios cargos en su Orden: Vicario, Visitador, Prior en Fiesole, en Roma, en Nápoles y en Florencia.
esconderse en Maremma. Su delicada salud y los achaques físicos que lo acompañaron desde su juventud, desde que era novicio, no le impidieron desarrollar una actividad prodigiosa. A lomo de mula cabalgaba como un humilde fraile para visitar todas las parroquias de su diócesis y de las sufragáneas de Fiesole, Pistoia y Prato. El pueblo florentino lo amaba mucho, y él defendió sus derechos aun contra el mismo Cosimo de Medici, de quien era amigo. Humilde e ingenioso, celoso y bondadoso, el buen pastor se entregó de lleno a su grey hasta la víspera de su muerte, el 2 de mayo de 1459. Fue canonizado por Adriano VI el 31 de mayo de 1523. |
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Fuente: ChurchForum.org
Job, Santo Patriarca, Mayo 10
Patriarca Se llama patriarca a un antiquísimo jefe religioso de Israel. Así por ej. fueron Patriarcas: Noé, Abraham, Jacob, Isaac, etc. |
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Solange de Bourges, Santa Virgen y Mártir, Mayo 10
Virgen y Mártir Etimológicamente significa" sola". Viene de la lengua latina. |
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Fuente: Vatican.va
Iván Merz, Beato Laico, 10 de mayo
Laico Martirologio Romano: En la ciudad de Zagreb, en Croacia, beato Ivan Merz, que, dedicado al estudio de las letras y a la enseñanza, dio a los jóvenes el ejemplo de un maestro fiel a Cristo y de un laico creyente entregado al bien de la sociedad (1928). Nació en Banja Luka el 16 de diciembre de 1896, en la Bosnia ocupada por el imperio austro-húngaro, en una familia liberal; fue bautizado el 2 de febrero de 1897. En el ambiente multi-étnico y multi-religioso de su ciudad natal realizó sus estudios de primaria y secundaria, que terminó cuando en Sarajevo era asesinado el príncipe heredero Francisco Fernando (28 de junio de 1914). Por voluntad de sus padres, y no suya, entró en la Academia militar de Wiener Noustadt, que abandonó después de tres meses, molesto por la corrupción del ambiente. En 1915 inició los estudios en la universidad de Viena, aspirando a ser profesor, para poder dedicarse a la instrucción y educación de los jóvenes en Bosnia, siguiendo el ejemplo de su profesor Ljubomir Marakovic, hacia el que sentía una profunda gratitud por haberle ayudado a descubrir las riquezas del catolicismo. |
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Fuente: Clairval.com
Enrique Rebuschini, Beato Sacerdote, Mayo 10
Sacerdote Camilo (Siervos de los Enfermos de San Camilo) Enrique había nacido el 28 de abril de 1860 en el norte de Italia, en Gravedona, en la orilla noroeste del lago Como. Su padre, Domingo, empleado de intendencia antes de llegar a ser inspector jefe de impuestos de la provincia de Como, no es partidario de la religión, y cuando acompaña a su mujer a la iglesia, se queda fuera. Su madre, Sofía, cristiana ejemplar, es oriunda de Liorna, en Toscana. De ese matrimonio habían nacido cinco hijos, siendo Enrique el segundo. Al final de sus estudios secundarios, al no poder seguir su inclinación por la vida religiosa a causa de la oposición de su padre, Enrique se matricula en la Facultad de Matemáticas de la Universidad de Pavía. De carácter tranquilo y bien educado, solamente permanece un año en la Facultad, cuyo anticlericalismo le produce amargura y desazón. |
Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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