JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Juan 16, 12-15
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Tendría que decirles muchas cosas más, pero no podrían entenderlas ahora. Cuando venga el Espíritu de la verdad, los iluminará para que puedan entender la verdad completa. El no hablará por su cuenta, sino que dirá únicamente lo que ha oído y les anunciará las cosas venideras. El me glorificará, porque todo lo
que les dé a conocer lo recibirá de mí.
Todo lo que tiene el Padre, también es mío; por eso les he dicho que todo lo que el Espíritu les dé a conocer, lo recibirá de mí".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
mie 6a. Sem Pascua
Antífona de Entrada
Te alabaré, Señor, ante los hombres, y hablaré a mis hermanos de tu poder y tu misericordia. Aleluya.
Oración Colecta
Oremos:
Concédenos, Señor, a cuantos celebramos ahora la resurrección de tu Hijo por medio de la fe, poderlo contemplar resucitado, llenos de alegría cuando vuelva glorioso en medio de tus santos.
Por Cristo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.
Primera Lectura
Les anuncio a ese Dios que ustedes veneran sin conocerlo
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 17, 15-16.22-34; 18, 1
En aquellos días, los que acompañaban a Pablo lo llevaron hasta Atenas, y de allí se
regresaron con el encargo de avisar a Silas y Timoteo, para que se reunieran con Pablo lo más pronto posible.
Mientras Pablo los esperaba en Atenas, se apenaba cada vez más al ver una ciudad tan dominada por la idolatría.
Entonces Pablo, de pie en medio del areópago dijo:
"Atenienses, he observado que son muy religiosos. En efecto, al recorrer su ciudad y contemplar sus monumentos sagrados, he encontrado un altar en el que está escrito: "Al Dios desconocido". Pues bien, eso que veneran sin conocerlo es lo que yo les anuncio.
El Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él, y que es el Señor de cielo y tierra, no habita en templos construidos por mano de hombre; tampoco tiene necesidad de que los hombres lo sirvan, pues él da a todos la vida, la respiración y todo lo demás. El creó de un solo hombre toda la humanidad para que habitara en toda la tierra, fijando a cada pueblo dónde y cuándo tenían que habitar, con el fin de que buscaran a Dios, a ver si, aunque sea a tientas, lo podían encontrar; y es que en realidad no está lejos de cada uno de nosotros, ya que en él vivimos, nos movemos y existimos. Así lo han dicho algunos de sus poetas: "Somos de su descendencia". Por tanto, si somos descendencia de Dios, no debemos pensar que la divinidad se parezca a oro, plata piedra o escultura hecha por el arte y el ingenio humanos.
Ahora, sin embargo, pasando por alto los tiempos de la ignorancia, Dios manda a todos los hombres y en todas partes que se conviertan, ya que él ha establecido un día, en el cual va a juzgar el universo con justicia por medio de un hombre designado por él, a quien ha acreditado ante todos resucitándolo de entre los
muertos".
Al oír aquello de "resurrección de entre los muertos", unos se burlaron y otros dijeron:
"Sobre este asunto te oiremos otro día".
Entonces Pablo abandonó la reunión. Algunos, sin embargo, se unieron a él y creyeron; entre ellos Dionisio el Areopagita, una mujer llamada Dámaris y algunos otros.
Después de esto, Pablo partió de Atenas y fue a Corinto.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Sal 148,1-2.11-12ab.12c-14a
La gloria del Señor sobrepasa cielo y tierra.
Alaben al Señor desde los cielos, alábenlo en las alturas. Alábenlo todos sus ángeles, alábenlo todos sus ejércitos.
La gloria del Señor sobrepasa cielo y tierra.
Reyes del mundo y pueblos todos, príncipes y todos los jefes de la tierra; los jóvenes y también las muchachas, los viejos junto con los niños.
La gloria del Señor sobrepasa cielo y tierra.
Alaben el nombre del Señor, porque sólo su nombre es sublime, su grandeza está por encima de los cielos y la tierra, él ha hecho fuerte a su pueblo.
La gloria del Señor sobrepasa cielo y tierra.
El ha hecho fuerte a su pueblo, él es el orgullo de todos sus fieles, de Israel, su pueblo entrañable.
La gloria del Señor sobrepasa cielo y tierra.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Yo le pediré al Padre, y él les dará otro Consolador, que se quedará para siempre con ustedes, dice el Señor.
Aleluya.
Evangelio
El Espíritu de la verdad los guiará hasta la verdad plena
† Lectura del santo Evangelio según san Juan 16, 12-15
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Tendría que decirles muchas cosas más, pero no podrían entenderlas ahora. Cuando venga el Espíritu de la verdad, los iluminará para que puedan entender la verdad completa. El no hablará por su cuenta, sino que dirá únicamente lo que ha oído y les anunciará las cosas venideras. El me glorificará, porque todo lo
que les dé a conocer lo recibirá de mí.
Todo lo que tiene el Padre, también es mío; por eso les he dicho que todo lo que el Espíritu les dé a conocer, lo recibirá de mí".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Dios nuestro, que por medio de estos dones que vas a convertir en el Cuerpo
y la Sangre de tu Hijo, nos haces participar de tu misma vida divina, concédenos que nuestra conducta ponga de manifiesto las verdades que nos has revelado.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Restauración universal por el misterio pascual
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca en este tiempo en que Cristo, nuestra pascua, fue inmolado. Porque, destruida la antigua situación de pecado, se levanta todo lo que estaba caído y en Cristo se nos otorga la integridad de la vida.
Por eso, con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría, y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:
Antífona de la Comunión
Yo soy quien los ha elegido del mundo, dice el Señor, y los he destinado para que vayan y produzcan fruto, y su fruto perdure. Aleluya.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, tú que nos has concedido participar en esta Eucaristía, míranos con bondad y ayúdanos a vencer nuestra fragilidad humana, para poder vivir como hijos tuyos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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† Meditación diaria
Pascua. 6ª semana. Miércoles
LOS FRUTOS EN EL APOSTOLADO
— Anunciar íntegra la doctrina de Jesucristo. El ejemplo de San Pablo y de los primeros cristianos.
— Sembrar siempre; los frutos los da Dios. Constancia en el apostolado.
— El puesto singular de la mujer en la evangelización de la familia.
I. La lectura de la Misa nos muestra el espíritu apostólico de San Pablo en medio de un mundo pagano. En Atenas, en el Areópago, el Apóstol predica la esencia de la fe cristiana teniendo en cuenta la mentalidad y la ignorancia de los oyentes, pero sin omitir las verdades fundamentales. Conocía bien que la doctrina que predicaba chocaría fuertemente en los oídos de los atenienses, pero no la adapta, deformándola, para hacerla más «comprensible». De hecho, al oírresurrección de los muertos, unos lo tomaban a broma y otros dijeron, mientras le abandonaban: De esto te oiremos hablar en otra ocasión1.
San Pablo se marchó de allí y se dirigió a Corinto. Mucho tiempo después todavía tenía en su alma el suceso del Areópago, «ante unos atenienses que eran amigos de los nuevos sermones, pero que no hacían caso de ellos ni se preocupaban de su contenido: solo les interesaba tener algo nuevo de qué hablar»2. A nosotros nos recuerda hoy este pasaje que el cristiano ha de enseñar la doctrina de Cristo, la única que salva, y no la más popular, la que podría tener más «éxito» en sentido humano, la que podría estar en consonancia con la moda del momento o con los gustos de los tiempos o de los pueblos.
Los Apóstoles predicaron la integridad del Evangelio, y así lo ha hecho también la Iglesia a través de los siglos. «Todas las verdades y todos los preceptos de Cristo, incluso los más exigentes, sin callar o desvirtuar nada, fueron las cosas enseñadas por San Pablo. Habló de la humildad, de la abnegación, de la castidad, del desprendimiento de las cosas terrenas, de la obediencia... Y no temió dejar bien claro que es necesario elegir entre el servicio de Dios y el servicio de Belial, porque no es posible servir a los dos. Que todos, después de la muerte, habrán de someterse a un juicio tremendo. Que nadie puede mercadear con Dios. Que solo se puede esperar la vida eterna si se observan las leyes divinas. Que si se incumplen estas leyes haciendo concesiones a los placeres, no se puede esperar más que el fuego eterno... Jamás el Predicador de la verdad pensó que tenía que omitir estos temas porque podían parecer demasiado duros a quienes le escuchaban, dada la corrupción de aquellos tiempos»3. Igual nosotros.
Quien anuncia a Cristo tendrá que acostumbrarse a ser impopular en ocasiones, a no tener «éxito» en sentido humano, a ir contra corriente, sin ocultar los aspectos de la doctrina de Cristo que resultan más exigentes: sentido de la mortificación, honradez y honestidad en los negocios y en el desarrollo de la actividad profesional, generosidad en el número de hijos, castidad y pureza en el matrimonio y fuera de él, valor de la virginidad y del celibato por amor a Cristo... Porque no tenemos otras recetas para curar a este mundo enfermo: «¿Desde cuándo un médico da medicinas inútiles a sus pacientes, porque tiene miedo de prescribir las que son útiles?»4.
En un mundo que se presenta en muchos aspectos alejado de Dios y del pensamiento cristiano, «se impone a todos los cristianos la dulcísima obligación de trabajar para que el mensaje divino de la revelación sea conocido y aceptado por todos los hombres de cualquier lugar de la tierra»5. La primera obligación será, de ordinario, orientar nuestro apostolado hacia las personas que Dios ha puesto a nuestro lado, a los que están más cerca, a los que tratamos con frecuencia. Y siempre con oportunidad, haciendo amable y atrayente la doctrina del Señor. Porque tampoco se atrae a los demás a la fe siendo intemperantes o intempestivos, sino con afecto, con bondad, con paciencia.
II. El Señor, de forma muchas veces insospechada, hace fructificar nuestra oración y nuestros esfuerzos: Mis elegidos no trabajarán en vano6, nos ha prometido. Y en la Antífona de comunión leemos hoy las consoladoras palabras del Señor: Soy yo quien os he elegido del mundo y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure7.
La misión apostólica unas veces es siembra, sin frutos visibles, y otras recolección, quizá de lo que otros sembraron con su palabra, con su dolor oculto desde la cama de un hospital, o desde un trabajo escondido y sin brillo. En ambos casos, el Señor quiere que se alegren juntamente el sembrador y el segador8.
Si los frutos tardaran en llegar o nos asaltara la tentación de juzgar el valor de nuestros esfuerzos por sus resultados inmediatos, no debemos olvidar que en ocasiones no veremos las espigas granadas; otros las recolectarán. Nos pide el Señor que sembremos sin descanso y que experimentemos la alegría del labrador, seguro de que ya brotará algún día la semilla que arrojó al surco. Así evitaremos el desánimo, síntoma muchas veces de falta de rectitud de intención, de no estar trabajando para el Señor, sino para afirmar nuestro yo. Lo que nosotros no podamos acabar, otros lo terminarán.
No pretendamos tampoco arrancar el fruto antes de que esté maduro. «No estropeemos la flor abriéndola con nuestros dedos. La flor se abrirá y el fruto madurará en la estación y en la hora que solo Dios sabe. A nosotros nos toca sembrar, regar... y esperar»9. La constancia y la paciencia son virtudes esenciales para toda tarea apostólica; ambas son manifestaciones de la virtud de la fortaleza.
El hombre paciente se parece al sembrador, que cuenta con el ritmo propio de la naturaleza y sabe realizar cada faena en el tiempo oportuno: el arado, la siembra, el riego, el abonado, la escarda, la recolección: una serie de tareas previas, antes de ver la harina dispuesta para el pan que alimentará a toda la familia. El impaciente querría comer sin sembrar. Si abandonáramos la lucha por la propia santidad y la de los demás porque no viéramos resultados, estaríamos manifestando una visión demasiado humana de nuestro quehacer apostólico, que contrasta abiertamente con la figura paciente de Jesús. Él sabe esperar días, semanas, meses y años antes de la conversión del pecador. Las almas necesitan un tiempo que nosotros no sabemos calcular. Hagamos bien la siembra y luego seamos pacientes; pidamos fortaleza para ser constantes.
III. De la predicación de San Pedro durante su estancia en Atenas surgió la primera comunidad cristiana en aquella ciudad: Algunos se le juntaron, entre ellos Dionisio el Areopagita, una mujer llamada Dámaris y algunos más10. Fueron la primera semilla plantada por el Espíritu Santo, de la que surgirían luego muchos hombres y mujeres fieles a Cristo.
La mujer convertida aparece consignada con su nombre: Dámaris. Es una de las numerosas mujeres que aparecen en el libro de losHechos de los Apóstoles, como manifestación clara de que la predicación del Evangelio era universal. Los Apóstoles siguieron en todo el ejemplo del Señor, quien, a pesar de los prejuicios de la época, dirigió a mujeres y a hombres por igual el anuncio del Reino11.
San Lucas también nos ha dejado escrito que la evangelización de Europa se inició por una madre de familia, Lidia, quien comenzó enseguida su tarea apostólica por su propia familia, consiguiendo que recibieran el Bautismo todos los de su casa12. También entre los samaritanos fue una mujer la primera que recibió el mensaje de Cristo, y la primera que lo difundió entre los de su ciudad13.
El Evangelio nos muestra cómo las mujeres siguen y sirven al Señor, cómo están al pie de la Cruz y son las primeras junto al sepulcro vacío. No encontramos en ellas el menor signo de hipocresía en el trato con el Señor, ni injurias o deserciones.
San Pablo tuvo una profunda visión del papel que la mujer cristiana había de desempeñar como madre, esposa y hermana en la propagación del cristianismo. Se refleja en el tratamiento que les concede en su predicación y en sus cartas. Algunas de ellas son especialmente señaladas con agradecimiento por la ayuda sacrificada que le prestaron en su tarea evangelizadora.
En todas las épocas, también en la nuestra, la mujer desempeña un papel extraordinario en el apostolado y en la custodia de la fe. «La mujer está llamada a llevar a la familia, a la sociedad civil, a la Iglesia, algo característico, que le es propio y que solo ella puede dar: su delicada ternura, su generosidad incansable, su amor por lo concreto, su agudeza de ingenio, su capacidad de intuición, su piedad profunda y sencilla, su tenacidad...»14. La Iglesia espera de la mujer un compromiso y un testimonio en favor de todo aquello que constituye la verdadera dignidad de la persona humana y su felicidad más profunda.
Cuando estas cualidades, con las que Dios ha dotado a la personalidad de la mujer, son desarrolladas y actualizadas, «su vida y su trabajo serán realmente constructivos y fecundos, llenos de sentido, lo mismo si pasa el día dedicada a su marido y a sus hijos que si, habiendo renunciado al matrimonio por alguna razón noble, se ha entregado de lleno a otras tareas. Cada una en su propio camino, siendo fiel a la vocación humana y divina, puede realizar y realiza de hecho la plenitud de la personalidad femenina. No olvidemos que Santa María, Madre de Dios y Madre de los hombres, es no solo modelo, sino también prueba del valor trascendente que puede alcanzar una vida en apariencia sin relieve»15. A Ella le pedimos por los frutos de esa labor de la mujer en la familia, en la sociedad, en la Iglesia, y que haya siempre abundantes vocaciones de entrega a Dios.
1 Hech 17, 32. — 2 San Juan Crisóstomo, Homilías sobre los Hechos de los Apóstoles, 39. — 3 Benedicto XV, Enc. Humanum genus. — 4 Ibídem. — 5 Conc. Vat. II, Decr. Apostolicam actuositatem, 3. — 6 Is 65, 23. — 7 Jn 15, 16. — 8 Cfr. Jn4, 36. — 9 G. Chevrot, El pozo de Sicar, Rialp, Madrid 1984, p. 4. — 10 Hech 17, 34. — 11 Cfr. Sagrada Biblia, Hechos de los Apóstoles, EUNSA, Pamplona 1984, p. 285. — 12 Cfr. Hech 16, 14. — 13 Cfr. Jn 1, ss. — 14 Conversaciones con Mons. Escrivá de Balaguer, 87. — 15 Ibídem.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
Ad
viento
Corría el mes de mayo de 1630 cuando la milagrosa imagen de la Virgen de Luján llegó a la Argentina. Antonio Farías Sáa, era un hacendado radicado en Sumampa (Santiago del Estero) que quería colocar en su estancia una capilla para la Virgen. Este hombre le pidió a un amigo que vivía en Brasil que le enviara una imagen que representara la Inmaculada Concepción de María. El amigo le envió dos, la que le había encargado y otra de la Virgen con el Niño Jesús. Cuando llegaron, fueron colocadas en una carreta y partieron en una caravana rumbo a Sumampa. Este hombre dedicó toda su vida, desde que llegó a la Argentina, a cuidar a la Virgen de Luján. Fue traído de Africa y vendido como esclavo en Brasil. Llego al Río de la Plata a los 20 años de edad, en la embarcación en donde venia la bendita imagen, presenció el milagro en la estancia de don Rosendo. Doña Ana Mattos, viuda de Siqueyras era una señora que tenia gran cantidad de tierras a orillas del río Luján, ella quería llevar la imagen a su casa y realizarle una capilla, para ello en el año 1674, habló con el Cura Juan de Oramas, administrador de los bienes de don Rosendo y la colocó en su casa, pero la Santa Virgen desapareció y la encontraron en su antigua ermita (capilla), doña Ana volvió a llevar la imagen a su casa y por segunda vez regresó a la estancia de don Rosendo. El clérigo don Pedro de Montalbo estaba muy enfermo y desahuciado, en 1684 viajó a Luján, casi moribundo fue llevado a la capilla. El Negro Manuel le ungió el pecho con el sebo de la lámpara que ardía en el altar y le dio de beber una infusión con abrojos de los que solía desprender del vestido de la Virgen. Don Pedro sano milagrosamente y agradecido se quedo como primer capellán. El lugar empezó a poblarse con los devotos de la Virgen. De esta forma el paraje se convirtió en una aldea que se llamó Pueblo de Nuestra Sra. de Luján, en 1755 se le otorgó el título de Villa. Don Juan de Lezica y Torrezuri: Este hombre nacido en Vizcaya, España, estaba muy enfermo y fue curado milagrosamente por la Santísima Virgen de Luján. Don Juan, en agradecimiento se entregó por completo a la creación del nuevo templo y a fines de 1754 se inicio la construcción, en 1763 se terminó felizmente la obra y los cabildantes de Luján eligieron y juraron a Nuestra Señora por celestial Reina y Patrona. Hacia el año 1872, el Arzobispo de Buenos Aires, Monseñor Federico Aneiros, entregó la custodia del templo a los sacerdotes de la congregación de la Misión, conocidos como Padres Lazaristas. En aquel entonces el teniente Cura Jorge María Salvaire fue herido en un viaje por los indios y estuvo al borde de la muerte, en ese momento realizó una promesa a la Santísima Virgen y milagrosamente fue sanado. Cuando falleció en 1899, la obra continuo en las manos del Padre Dávani, quien murió en 1922, para ese entonces el Santuario ya estaba terminado en su estructura fundamental. La Solemne Coronación de la Virgen de Luján: EL Padre Salvaire, en 1886, presentó al Papa León XIII, la petición del Episcopado y de los fieles del Río de la Plata para la coronación de la Virgen, el Pontífice bendijo la corona y le otorgó Oficio y Misa propios para su festividad, que quedó establecida en el sábado anterior al IV domingo después de Pascua. La Coronación se realizó en mayo de 1887. El Santuario de Luján es de estilo gótico ojival del siglo XIII. Sus dimensiones son: anchura en el crucero, 68,50 m.; longitud, 104 metros; anchura de frente, 42 m.; altura en las dos torres mayores, 106 m. El 8 de diciembre de 1930, el Papa Pío XII, le otorgó oficialmente el título de Basílica. La Imagen de la Virgen de Luján: La imagen es pequeña (38 centímetros), está modelada en arcilla cocida (terracota), su rostro es ovalado, de color moreno. Los pies de la Santa Imagen se apoyan sobre nubes, desde las cuales surge una media luna y cuatro cabezas de querubines, con sus pequeñas alas desplegadas. El 3 de diciembre de 1871 se realizó la primera peregrinación general al Santuario de Luján, desde entonces millones de personas concurren cada año. Es uno de los centros de peregrinación más importantes de Latinoamérica. Actualmente, la fiesta principal se celebra el 8 de mayo. |
Visite el lugar original donde paró la carreta:
-34.384376, -58.899672
http://www.panoramio.com/photo/20670585
http://www.panoramio.com/photo/36979169
Desde Panamericana Pilar:
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Desirato o Deseado de Bourges, Santo Obispo, Mayo 8
Obispo de Bourges Martirologio Romano: En Bourges, en Aquitania, en Francia, san Desiderato, obispo, que habiendo desempeñado con anterioridad el cargo de canciller en la corte, como obispo dotó a su Iglesia con reliquias de mártires (550). Nació en Soissons a finales del siglo V. |
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Acacio de Bizancio, Santo Mártir, Mayo 8
Laico Mártir Martirologio Romano: En Bizancio, san Acacio, soldado y mártir (s. IV). Nacido en Capadocia (Turquía) a finales del siglo III. |
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Fuente: Enciclopedia Católica || ACI Prensa
Bonifacio IV, Santo LXVII Papa, Mayo 8
LXVII Papa Martirologio Romano: En Roma, junto a la basílica de San Pedro, san Bonifacio IV, papa, que obtuvo del emperador Focas el templo del Panteón, el cual transformó en iglesia dedicada a la santísima Virgen y a todos los mártires, y fomentó mucho la disciplina monástica (615). Hijo de Juan, un médico, marso de la provincia y ciudad de Valeria; sucedió a Bonifacio III tras un paréntesis de unos nueve meses; consagrado el 25 de Agosto de 608; murió el 8 de Mayo de 615; (otras fuentes indican que fue consagrado el 15 de Septiembre de 608 y murió el 25 de Mayo de 615). |
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Fuente: Carmelnet.org
Luis Rabata, Beato Presbítero Carmelita, Mayo 8
Presbítero Carmelita Martirologio Romano: En Randazzo, en Sicilia, beato Luis Rabatá, presbítero de la Orden Carmelitana, fidelísimo en su observancia de la Regla y resplandeciente en su amor a los enemigos (1490). Nació en Erice-Trápan (Italia) en 1443. |
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Fuente: Corazones.org
Nuestra Señora del Rosario de Pompeya Fiesta, Mayo 8
En el año 79 ocurrió la famosa erupción del Volcán Vesubio que sepultó a la pagana ciudad de Pompeya (Sur de Italia). Allí la aristocracia Romana gustaba pasar tiempo de recreo y fue sorprendida por la súbita destrucción. |
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María Catalina de San Agustín, Beata Virgen Hospitalaria Agustina, Mayo 8
Religiosa Martirologio Romano: En Quebec, del dominio de Canadá, beata María Catalina de san Agustín (Catalina Symon de Longprey), virgen, religiosa de las Hermanas Hospitalarias de la Misericordia de la Orden de San Agustín, que vivió hasta su muerte dedicada al cuidado de los enfermos, señalándose por el consuelo que les proporcionaba y la esperanza que les infundía (1668). Nacida en Saint-Sauvuer-le-Vicompte, Francia, el 3 de mayo de 1632, hija de James Simon de Longpré y Francisca Jourdan de Launay, fue bautizada el mismo día de su nacimiento con el nombre de Catalina Simon de Longpré. |
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Fuente: santiebeati.it
Ulrica (Francisca) Nisch, Beata Religiosa, Mayo 8
Religiosa Martirologio Romano: En el lugar llamado Hegne, de Baden, en Alemania, beata Ulrica (Francisca) Nisch, virgen, religiosa de las Hermanas de la Caridad de la Santa Cruz, quien, como infatigable sierva del Señor, vivió siempre entregada a los trabajos más humildes, principalmente en el oficio de ayudante de cocinera (1913). Francisca Nisch nació en Oberdorf-Mittelbiberach, Alemania, el 18 de septiembre de 1882, el padre era lacayo en el castillo y la madre empleada de la hostería, fue la primera de once hijos, por la extrema pobreza de la familia fue criada por la abuela y una tía quienes le dieron una profunda formación religiosa, junto a sólidos sentimientos de bondad y a sencillez. |
Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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