JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Juan 14, 27-31a
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Les dejo la paz, mi paz les doy. Una paz que el mundo no les puede dar. No se inquieten ni tengan miedo. Ya escucharon lo que dije: "Me voy, pero regresaré a ustedes". Si de verdad me aman, deberían alegrarse de que me vaya al Padre, porque el Padre es mayor que yo. Les he dicho esto antes de que suceda, para que cuando suceda crean.
Ya no hablaré mucho con ustedes, porque se acerca el príncipe de este mundo. Y aunque no tiene ningún poder sobre mí, tiene que ser así para que el mundo sepa que amo al Padre y que cumplo la misión que me encomendó".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
mar 5a. Sem Pascua
Antífona de Entrada
Alabemos a nuestro Dios todos cuantos lo tememos, pequeños y grandes, porque ha llegado ya la salvación, el poder y el reinado de su Mesías. Aleluya.
Oración Colecta
Oremos:
Dios nuestro, que por medio de la resurrección de tu Hijo nos has abierto las puertas de la vida eterna, concédenos creer fielmente en ti y esperar confiadamente el cumplimiento de tus promesas.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Contaban a la comunidad cristiana lo que había hecho Dios por medio de ellos
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 14, 19-28
En aquellos días, llegaron de Antioquía y de Iconio unos judíos que se ganaron a la gente.
Apedrearon a Pablo y, pensando que estaba muerto, lo arrastraron fuera de la ciudad. Pero, después que sus discípulos lo asistieron, él se levantó y entró en la ciudad. Al día siguiente salió hacia Derbe con Bernabé.
Pablo y Bernabé, después de anunciar el Evangelio y hacer bastantes discípulos, regresaron a Listra, Iconio y Antioquía. A su paso animaban a los discípulos y los exhortaban a permanecer firmes en la fe. Les decían:
"Tenemos que pasar muchos sufrimientos para poder entrar en el reino de Dios".
Designaron responsables en cada iglesia y, después de orar y ayunar, los encomendaron al Señor, en quien habían creído.Luego atravesaron Pisidia, llegaron a Panfilia y después de predicar la palabra en Perge, llegaron a Atalía.
De allí regresaron por mar a Antioquía de Siria, donde habían sido encomendados a la protección de Dios para la misión que acababan de realizar. Al llegar, reunieron a la comunidad y contaron todo lo que había hecho Dios por medio de ellos, y cómo había abierto a los paganos la puerta de la fe. Pablo y Bernabé permanecieron allí bastante tiempo con los discípulos.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Sal 144, 10-11.12-13ab.21
Bendigamos al Señor eternamente.
Que tus obras te den gracias, Señor, y tus fieles te bendigan; que proclamen la gloria de tu reinado y hablen de tus hazañas.
Bendigamos al Señor eternamente.
Que den a conocer a los hombres tus hazañas, la gloria y el esplendor de tu reinado. Tu reinado es eterno, tu gobierno permanece para siempre.
Bendigamos al Señor eternamente.
¡Que mi boca alabe al Señor! ¡Que todo ser viviente bendiga su santo nombre, ahora y por siempre!
Bendigamos al Señor eternamente.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Cristo tenía que morir y resucitar de entre los muertos, para entrar así en su gloria.
Aleluya.
Evangelio
Les doy mi paz
† Lectura del santo Evangelio según san Juan 14, 27-31a
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Les dejo la paz, mi paz les doy. Una paz que el mundo no les puede dar. No se inquieten ni tengan miedo. Ya escucharon lo que dije: "Me voy, pero regresaré a ustedes". Si de verdad me aman, deberían alegrarse de que me vaya al Padre, porque el Padre es mayor que yo. Les he dicho esto antes de que suceda, para que cuando suceda crean.
Ya no hablaré mucho con ustedes, porque se acerca el príncipe de este mundo. Y aunque no tiene ningún poder sobre mí, tiene que ser así para que el mundo sepa que amo al Padre y que cumplo la misión que me encomendó".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, los dones que te presentamos, llenos de júbilo por la resurrección de tu Hijo, y concédenos participar también de la felicidad eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
La nueva vida en Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor; pero más que nunca en este tiempo en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
Por él, los hijos de la luz amanecen a la vida eterna, los creyentes atraviesan los umbrales del Reino de los cielos; porque en la muerte de Cristo nuestra muerte ha sido vencida y en su resurrección hemos resucitado todos.
Por eso,
con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría, y también los coros
celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:
Antífona de la Comunión
Si hemos muerto en Cristo, también viviremos con él; ésta es nuestra fe. Aleluya.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Mira, Señor, con bondad a estos hijos tuyos que has renovado por medio de los sacramentos, y condúcelos al gozo eterno de la resurrección.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
___________________________________________________________________________________________
Dia 30/04 San Pío V (papa , blanco)
Antífona de Entrada
El Señor lo eligió sumo sacerdote de su pueblo y derramó sobre él toda clase de bendiciones.
Oración Colecta
Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, que pusiste al frente de tu pueblo al Papa san Pío para que lo guiara con su enseñanza y con su ejemplo, protege, por su intercesión, a los pastores de tu Iglesia y a la comunidad cristiana y condúcelos por el camino de la salvación eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 4, 1-5
Hermanos: Procuren que todos nos consideren como servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios.
Ahora bien, lo que se busca en un administrador es que sea fiel. Por eso, lo que menos me preocupa es que me juzguen ustedes o un tribunal humano; pues ni siquiera yo me juzgo a mí mismo. Es cierto que mi conciencia no me reprocha nada, pero no por eso he sido declarado inocente. El Señor es quien habrá de juzgarme. Por lo tanto, no juzguen antes de tiempo; esperen a que venga el Señor. Entonces él sacará a la luz lo que está oculto en las tinieblas, pondrá al descubierto las intenciones del corazón y dará a cada uno la alabanza que merezca.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 109
Tú eres sacerdote para siempre.
Esto ha dicho el Señor a mi Señor: "Siéntate a mi derecha; yo haré de tus contrarios el estrado donde pongas los pies".
Tú eres sacerdote para siempre.
Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu cetro y tú dominarás al enemigo.
Tú eres sacerdote para siempre.
Es tuyo el señorío; el día en que naciste, en su monte santo te consagró el Señor antes del alba.
Tú eres sacerdote para siempre.
Juró el Señor y no ha de retractarse: "Tú eres sacerdote para siempre, según el rito de Melquisedec".
Tú eres sacerdote para siempre.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Yo soy el buen pastor, dice el Señor, yo conozco mis ovejas y ellas me conocen a mí.
Aleluya.
Evangelio
Apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas
Lectura del santo Evangelio según san Juan 21, 15-17
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, le preguntó Jesús a Simón Pedro:
"Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?"
El le contestó:
"Sí, Señor, tú sabes que te quiero".
Jesús le dijo:
"Apacienta mis corderos".
Por segunda vez le preguntó:
"Simón, hijo de Juan, ¿me amas?"
El le respondió:
"Sí, Señor, tú sabes que te quiero".
Jesús le dijo:
"Pastorea mis ovejas".
Por tercera vez le preguntó:
"Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?"
Pedro se entristeció de que Jesús le hubiera preguntado por tercera vez si lo quería, y le contestó:
"Señor, tú lo sabes todo; tú bien sabes que te quiero".
Jesús le dijo:
"Apacienta mis ovejas".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Te presentamos, Señor, estas ofrendas en honor de tus santos, seguros de que su protección nos librará de todos los males presentes y futuros.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Los santos pastores siguen presentes en la Iglesia
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque permites que tu Iglesia se alegre hoy con la festividad de San Pío para animarnos con el ejemplo de su vida, instruirnos con su palabra y protegernos con su intercesión.
Por eso,
con los ángeles y los santos, te cantamos el himno de alabanza diciendo sin cesar:
Antífona de la Comunión
El Buen Pastor da la vida por sus ovejas.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor Dios nuestro, que la recepción de este sacramento avive en nosotros el mismo amor que impulsó a san Pío a entregarse por completo al servicio de tu Iglesia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
___________________________________________________________________________________________
† Meditación diaria
Pascua. 5ª semana. Martes
MI PAZ OS DEJO
— El Señor comunica Su paz a los discípulos.
— La paz verdadera es fruto del Espíritu Santo. Misión de pacificar el mundo, comenzando por nuestra propia alma, la familia, el lugar de trabajo...
— Sembradores de paz y de alegría.
I. El Evangelio de la Misa recoge una de aquellas promesas que Jesús hizo a sus discípulos más íntimos en la Última Cena, y que se verían realizadas después de la Resurrección: La paz os dejo, mi paz os doy; no la doy yo como la da el mundo1. Y más adelante, en la misma Cena, les repetirá: Os he dicho esto para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis tribulación, pero confiad: yo he vencido al mundo2. Ahora, después de la Resurrección, Jesús se presenta delante de ellos y les dice: Pax vobis!, la paz sea con vosotros3. Pondría el Señor el acento entrañable de otras ocasiones. Y con este saludo amigable quedaron disipados el temor y la vergüenza que pesaban sobre los Apóstoles por haberse comportado con cobardía durante la Pasión. De esta forma –a través del saludo, de su expresión acogedora– se ha vuelto a crear el ambiente de intimidad en el que Jesús les comunica su propia paz.
Desear la paz era la forma usual de saludo entre los hebreos. Y ese mismo saludo lo siguieron usando los Apóstoles, según vemos por sus cartas4, y los primeros cristianos, como han dejado constancia en muchas inscripciones. La Iglesia lo utiliza en la liturgia en determinadas ocasiones; por ejemplo, antes de la Comunión el celebrante desea a los presentes la paz, condición para participar dignamente del Santo Sacrificio5. Pax Domini, la Paz del Señor.
A lo largo de los siglos los cristianos supieron poner una intención más honda en las mismas fórmulas de saludo, impregnándolas de sentido sobrenatural, que calaron hondamente en el pueblo y han sido durante generaciones vehículo para hacer el bien y signo externo de una sociedad que tenía el corazón cristiano. En nuestros días parece que se va perdiendo esa huella de Dios en el saludo habitual. Sin embargo, nos puede ser de gran utilidad para la propia vida interior poner un especial empeño en mantener y vivificar el sentido cristiano del saludo y de las despedidas; eso contribuirá a mantener la presencia de Dios en nuestras vidas.
Si nos acostumbramos, por ejemplo, a saludar al Ángel Custodio de la persona con quien nos encontramos, podremos con facilidad y sencillez dar mayor elevación al trato con los demás. Será consecuencia de la presencia de Dios que llevamos en el alma. No perdamos el sentido sobrenatural en lo habitual de cada día: «Y les dijo: Paz a vosotros. Nos debería dar vergüenza –decía San Gregorio Nacianceno– prescindir del saludo de la paz, que el Señor nos dejó cuando iba a dejar este mundo»6. Sea cual sea nuestro saludo habitual, siempre puede ser motivo para vivir mejor la fraternidad con los demás, para rezar por aquellas personas y darles paz y alegría, como hizo el Señor con sus discípulos.
«En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre (Lc 1, 44) (...). El sobresalto de alegría que sintió Isabel, subraya el don que puede encerrarse en un simple saludo cuando parte de un corazón lleno de Dios. ¡Cuántas veces las tinieblas de la soledad, que oprimen a un alma, pueden ser desgarradas por el rayo luminoso de una sonrisa o de una palabra amable!»7.
II. El saludo ordinario del pueblo hebreo recobra en boca del Señor su sentido más profundo, pues la paz era uno de los dones mesiánicos por excelencia8. Con frecuencia despedía a quienes había hecho algún bien con estas palabras: Vete en paz9. A los discípulos les encarga una misión de paz. En la casa en que entréis decid primero: paz a esta casa10.
El desear la paz a los demás, el promoverla a nuestro alrededor es un gran bien humano, y cuando está animado por la caridad es también un gran bien sobrenatural. El tener paz en nuestra alma –condición para poder comunicarla– es señal cierta de que Dios está cerca de nosotros; es además un fruto del Espíritu Santo11. San Pablo exhortaba con frecuencia a los primeros cristianos a vivir con paz y alegría: alegraos (...), vivid en paz y el Dios de la caridad estará con vosotros12.
La paz verdadera es fruto de la santidad, del amor a Dios, de la lucha que supone el no dejar que se apague este amor por nuestras tendencias desordenadas y por nuestros pecados. Cuando se ama a Dios, el alma se convierte en un árbol bueno que se da a conocer por sus frutos. Las acciones que lleva a cabo revelan la presencia del Paráclito y, en cuanto causan un gozo espiritual, se llaman frutos del Espíritu Santo13. Uno de estos frutos es la paz de Dios que supera todo conocimiento14, la misma que Jesucristo deseó a los Apóstoles y a los cristianos de todos los tiempos. «Cuando Dios te visite sentirás la verdad de aquellos saludos: la paz os doy..., la paz os dejo..., la paz sea con vosotros..., y esto, en medio de la tribulación»15.
La paz verdadera es la «tranquilidad en el orden»16; orden entre Dios y nosotros, orden entre nosotros y los demás. Si mantenemos ese orden tendremos paz y podremos comunicarla. El orden con Dios supone el deseo firme de desterrar de nuestra vida todo pecado, y el de poner a Cristo como centro de nuestra existencia. El orden con los demás lleva en primer lugar a vivir esmeradamente las relaciones de justicia (en las obras, en las palabras, en los juicios), pues la paz es obra de la justicia17. Y más allá de la justicia, la misericordia, que nos moverá en tantas ocasiones a ayudar, a consolar, a sostener a quienes lo necesitan. «Donde hay amor a la justicia, donde existe respeto a la dignidad de la persona humana, donde no se busca el propio capricho o la propia utilidad, sino el servicio a Dios y a los hombres, allí se encuentra la paz»18.
El Señor nos ha dejado la misión de pacificar la tierra, comenzando por poner paz en nuestra alma, en la familia, en el lugar donde trabajamos... Contribuiremos eficazmente a que cesen rencores y discordias, a crear un clima de colaboración y de entendimiento mutuo. La paz en una familia, en una comunidad del tipo que sea, no consiste en la mera ausencia de riñas y de disputas, lo que en ocasiones podría ser solo un signo de indiferencia mutua. La paz consiste en la armonía que lleva a colaborar en proyectos y en intereses comunes; la paz verdadera lleva a preocuparnos de los demás, de sus proyectos, de sus intereses, de sus penas.
El Señor desea que fomentemos en nuestro corazón grandes deseos de paz y de concordia en medio de este mundo que parece alejarse cada vez más de esta paz, porque los hombres en ocasiones no quieren tener a Dios en su corazón. A nosotros los cristianos nos pide que dejemos paz y alegría allí por donde pasemos.
III. Cristo es nuestra paz19. Desde hace veinte siglos nos repite: la paz os dejo, mi paz os doy. Nos lo dice a cada uno para que con nuestra vida lo pregonemos por todo el mundo, por ese mundo, quizá pequeño, en el que cada día se desenvuelve nuestra existencia.
La vida de los primeros cristianos ayudó a muchos a encontrar el sentido de su existencia. Llevaron la paz a la familia y a la sociedad en la que se desenvolvía su vida. En muchas inscripciones de aquella época se puede encontrar el saludo con que invocaban y se deseaban la paz. Esta paz, que es de Dios, permanecerá en la tierra mientras haya hombres de buena voluntad20. Una buena parte de nuestro apostolado consistirá en llevar la serenidad y la alegría a las personas que nos rodean; con más urgencia cuanto mayor sea la inquietud y la tristeza que encontremos a nuestro paso. «Deber de cada cristiano es llevar la paz y la felicidad por los distintos ambientes de la tierra, en una cruzada de reciedumbre y de alegría, que remueva hasta los corazones mustios y podridos, y los levante hacia Él»21.
Los demás deberían recordar a cada cristiano como a un hombre, a una mujer, que –aunque tuvo sufrimientos y pruebas como los demás– ofreció al mundo una imagen sonriente y sacrificada, amable y serena, porque vivió como un hijo de Dios. Este puede ser el propósito de nuestra oración de hoy: «Que nadie lea tristeza ni dolor en tu cara, cuando difundes por el ambiente del mundo el aroma de tu sacrificio: los hijos de Dios han de ser siempre sembradores de paz y de alegría»22. Esto solo es posible cuando somos conscientes de nuestra filiación divina.
El sabernos hijos de Dios nos dará paz firme, no sujeta a los vaivenes del sentimiento o de los incidentes de cada día, serenidad y firmeza, que tanto necesitamos. Mantener esta disposición abierta y amigable ante los demás nos incitará a luchar seriamente contra las posibles antipatías, que tienen su fundamento en una visión poco sobrenatural de las personas; contra las asperezas del carácter, que quitan la paz del ambiente y que indican falta de mortificación; contra el egoísmo; contra la comodidad..., que son obstáculos serios para la amistad y para el apostolado.
El deseo sincero de paz que el Señor pone en nuestro corazón nos debe llevar a evitar absolutamente todo aquello que causa división y desasosiego: los juicios negativos sobre los demás, las murmuraciones, las críticas, las quejas.
Acudamos a la Virgen, nuestra Madre, para no perder nunca la alegría y serenidad. «Santa María es –así la invoca la Iglesia– la Reina de la paz. Por eso, cuando se alborota tu alma, el ambiente familiar o el profesional, la convivencia en la sociedad o entre los pueblos, no ceses de aclamarla con ese título: "Regina pacis, ora pro nobis!" –Reina de la paz, ¡ruega por nosotros! ¿Has probado, al menos, cuando pierdes la tranquilidad?...–. Te sorprenderás de su inmediata eficacia»23.
1 Jn 14, 27. — 2 Jn 16, 33. — 3 Jn 20, 19-21. — 4 Cfr 1 Pdr 1, 3; Rom 1, 7. — 5 Cfr.Mt 5, 23. — 6 San Gregorio Nacianceno, en Catena Aurea, vol. VI, p. 545. — 7 Juan Pablo II, Hom. Roma, 11-II-1981. — 8 Cfr. Is 9, 7; Miq 5, 5. — 9 Cfr. Lc 7, 50; 8, 48. — 10 Lc 10, 5. — 11 Gal 5, 22. — 12 2 Cor 13, 11. — 13 Cfr. Santo Tomás, Suma Teológica, 1-2, q. 70, a. 1. — 14 Flp 4, 7. — 15 San Josemaría Escrivá, Cfr. Camino, n. 258. — 16 San Agustín, La Ciudad de Dios, 19, 13, 1. — 17 Is 32, 17. — 18 A. del Portillo, Homilía, 30-III-1985. — 19 Ef 2, 14. — 20 Lc 2, 14. — 21 San Josemaría Escrivá, Surco, n. 92. — 22 Ibídem, n. 59. — 23 Ibídem, n. 874.
___________________________________________________________________________________________
† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
San Pío V
Sumo Pontífice
(1572)
Es interesante el mensaje que el Pontífice envió felicitando
a los ejércitos vencedores. Dice así:
"No fueron las técnicas, no fueron las armas,
las que nos consiguieron la victoria.
Fue la intercesión de la Santísima
Virgen María, Madre de Dios".
En este tiempo de tanta proliferación de protestantismo por todas partes, que este valiente defensor de la Iglesia ruegue por nosotros.
"Si tu haces algo por la Virgen María, la Virgen hará mucho por ti"
Historia
Pío significa: el piadoso que cumple bien sus deberes con Dios. Se llama Quinto, porque antes de él hubo otros cuatro Pontífices que llevaron el nombre de Pío.
Nació en un pueblo llamado Bosco, en Italia, en 1504. Sus padres eran muy piadosos pero muy pobres. Aunque era un niño muy inteligente, sin embargo hasta los 14 años tuvo que dedicarse a cuidad ovejas en el campo, porque los papás no tenían con qué costearle estudios. Pero la vida retirada en la soledad del campo le sirvió mucho para dedicarse a la piedad y a la meditación, y la gran pobreza de la familia le fue muy útil para adquirir gran fortaleza para soportar los sufrimientos de la vida. Más tarde será también Pastor de toda la Iglesia.
Una familia rica notó que su hijo Antonio se comportaba mejor desde que era amigo de nuestro santo, y entonces dispuso costearle los estudios para que acompañaran a Antonio y le ayudara a ser mejor. Y así pudo ir a estudiar con los Padres Dominicos y llegar a ser religiosos de esa comunidad. Nunca olvidará el futuro Pontífice este gran favor de tan generosa familia. En la comunidad le fueron dando cargos de muchos importancia: Maestro de novicios, Superior de varios conventos. Y muy pronto el Sumo Padre, el Papa, lo nombró obispo. Tenía especiales cualidades para gobernar.
Como el protestantismo estaba invadiendo todas las regiones y amenazaba con quitarle la verdadera fe a muchísimos católicos, el Papa nombró a nuestro santo como encargado de la asociación que en Italia defendía a la verdadera religión. Y él, viajando casi siempre a pie y con gran pobreza, fue visitando pueblos y ciudades, previniendo a los católicos contra los errores de los evangélicos y luteranos, y oponiéndose fuertemente a todos los que querían atacar nuestra religión. Muchas veces estuvo en peligro de ser asesinado, pero nunca se dejaba vencer por el temor. Con los de buena voluntad era sumamente bondadoso y generoso, pero para con los herejes demostraba su gran ciencia y sus dotes oratorias y los iba confundiendo y alejando, en los sitios a donde llegaba.
El Papa, para premiarles sus valiosos servicios y para tenerlo cerca de él como colaborador en Roma, lo nombró Cardenal y encargado de dirigir toda la lucha en la Iglesia Católica en defensa de la fe y contra los errores de los protestantes.
Al morir el Papa Pío IV, San Carlos Borromeo les dijo a los demás cardenales que el candidato más apropiados para ser elegido Papa era este santo cardenal. Y lo eligieron y tomó el nombre de Pío Quinto. Antes se llamaba Antonio Chislieri.
Antes se acostumbraba que al posesionarse del cargo un nuevo Pontífice, se diera un gran banquete a los embajadores y a los jefes políticos y militares de Roma. Pío Quinto ordenó que todo lo que se iba a gastar en ese banquete, se empleará en darles ayudas a los pobres y en llevar remedios para los enfermos más necesitados de los hospitales.
Cuando recién posesionado, iba en procesión por Roma, vio en una calle al antiguo amigo Antonio, aquel cuyos papás le habían costeado a él los estudios y lo llamó y lo nombró gobernador del Castillo Santángelo, que era el cuartel del Papa. La gente se admiró al saber que el nuevo Pontífice había sido un niño muy pobre y comentaban que había llegado al más alto cargo en la Iglesia, siendo de una de las familias más pobres del país.
Pío Quinto parecía un verdadero monje en su modo de vivir, de rezar y de mortificarse. Comía muy poco. Pasaba muchas horas rezando. Tenía tres devociones preferidas La Eucaristía (celebraba la Misa con gran fervor y pasaba largos ratos de rodillas ante el Santo Sacramento) El Rosario, que recomendaba a todos los que podía. Y la Santísima Virgen por la cual sentía una gran devoción y mucha confianza y de quién obtuvo maravillosos favores.
Las gentes comentaban admiradas: - Este sí que era el Papa que la gente necesitaba". Lo primero que ordenó fue que todo obispo y que todo párroco debía vivir en el sitio para donde habían sido nombrados (Porque había la dañosa costumbre de que se iban a vivir a las ciudades y descuidaban la diócesis o la parroquia para la cual los habían nombrado). Prohibió la pornografía. Hizo perseguir y poner presos a los centenares de bandoleros que atracaban a la gente en los alrededores de Roma. Visitaba frecuentemente hospitales y casas de pobres para ayudar a los necesitados. Puso tal orden en Roma que los enemigos le decían que él quería convertir a Roma en un monasterio, pero los amigos proclamaban que en 300 años no había habido un Papa tan santo como él. Las gentes obedecían sus leyes porque le profesaban una gran veneración.
En las procesiones con el Santísimo Sacramento los fieles se admiraban al verlo llevar la custodia, con los ojos fijos en la Santa Hostia, y recorriendo a pie las calles de Roma con gran piedad y devoción. Parecía estar viendo a Nuestro Señor.
Publicó un Nuevo Misal y una nueva edición de La Liturgia de Las Horas, o sea los 150 Salmos que los sacerdotes deben rezar. Publicó también un Catecismo Universal. Dio gran importancia a la enseñanza de las doctrinas de Santo Tomás de Aquino en los seminarios, porque por no haber aprendido esas enseñanzas muchos sacerdotes se habían vuelto protestantes.
Aunque era flaco, calvo, de barba muy blanca y bastante pálido las gentes comentaban: "El Papa tiene energías para diez años y planes de reformas para mil años más".
Los mahometanos amenazaban con invadir a toda Europa y acabar con la Religión Católica. Venían desde Turquía destruyendo a sangre y fuego todas las poblaciones católicas que encontraban. Y anunciaron que convertirían la Basílica de San Pedro en pesebrera para sus caballos. Ningún rey se atrevía a salir a combatirlos.
Pío Quinto con la energía y el valor que el caracterizaban, impulsó y buscó insistentemente la ayuda de los jefes más importantes de Europa. Por su cuenta organizó una gran armada con barcos dotados de lo mejor que en aquel tiempo se podía desear para una batalla. Obtuvo que la república de Venecia le enviara todos sus barcos de guerra y que el rey de España Felipe II le colaborar con todas sus naves de combate. Y así organizó una gran flota para ir a detener a los turcos que venían a tratar de destruir la religión de Cristo. Y con su bendición los envió a combatir en defensa de la religión.
Puso como condición para estar seguros de obtener de Dios la victoria, que todos los combatientes deberían ir bien confesados y habiendo comulgado. Hizo llegar una gran cantidad de frailes capuchinos, franciscanos y dominicos para confesar a los marineros y antes de zarpar, todos oyeron misa y comulgaron. Mientras ellos iban a combatir en las aguas del mar, el Papa y las gentes piadosas de Roma recorrían las calles, descalzos, rezando el rosario para pedir la victoria.
Los mahometanos los esperaban en el mar lejano con 60 barcos grandes de guerra, 220 barcos medianos, 750 cañones, 34,000 soldados especializados, 13,000 marineros y 43,000 esclavos que iban remando. El ejército del Papa estaba dirigido por don Juan de Austria (hermano del rey de España). Los católicos eran muy inferiores en número a los mahometanos. Los dos ejércitos se encontraron en el golfo de Lepanto, cerca de Grecia.
El Papa Pío Quinto oraba por largos ratos con los brazos en cruz, pidiendo a Dios la victoria de los cristianos. Los jefes de la armada católica hicieron que todos sus soldados rezaran el rosario antes de empezar la batalla. Era el 7 de octubre de 1571 a mediodía. Todos combatían con admirable valor, pero el viento soplaba en dirección contraria a las naves católicas y por eso había que emplear muchas fuerzas remando. Y he aquí que de un momento a otro, misteriosamente el viento cambió de dirección y entonces los católicos, soltando los remos se lanzaron todos al ataque. Uno de esos soldados católicos era Miguel de Cervantes. El que escribió El Quijote.
Don Juan de Austria con los suyos atacó la nave capitana de los mahometanos donde estaba su supremo Almirante, Alí, le dieron muerte a éste e inmediatamente los demás empezaron a retroceder espantados. En pocas horas, quedaron prisioneros 10,000 mahometanos. De sus barcos fueron hundidos 111 y 117 quedaron en poder de los vencedores. 12,000 esclavos que estaban remando en poder de los turcos quedaron libres.
En aquel tiempo las noticias duraban mucho en llegar y Lepanto quedaba muy lejos de Roma. Pero Pío Quinto que estaba tratando asuntos con unos cardenales, de pronto se asomó a la ventana, miró hacia el cielo, y les dijo emocionado: "Dediquémonos a darle gracias a Dios y a la Virgen Santísima, porque hemos conseguido la victoria". Varios días después llegó desde el lejano Golfo de Lepanto, la noticia del enorme triunfo. El Papa en acción de gracias mandó que cada año se celebre el 7 de octubre la fiesta de Nuestra Señora del Rosario y que en las letanías se colocara esta oración "María, Auxilio de los cristianos, ruega por nosotros" (propagador del título de Auxiliadora fue este Pontífice nacido en un pueblecito llamado Bosco. Más tarde un sacerdote llamado San Juan Bosco, será el propagandista de la devoción a María Auxiliadora).
Pío V murió el 1 de mayo de 1572 a los 68 años de edad y fue declarado santo por el Papa Clemente XI en 1712.
___________________________________________________________________________________________
José Benito Cottolengo, Santo Presbítero, Abril 30
Presbítero Martirologio Romano: En Chieri, cerca de Torino, en el Piamonte, san José Benito Cottolengo, presbítero, que, confiando solamente en el auxilio de la Divina Providencia, abrió una casa para acoger a toda clase de pobres, enfermos y abandonados (1842). Pío IX la llamaba "la Casa del Milagro". El canónico Cottolengo, cuando las autoridades le ordenaron cerrar la primera fase, ya repleta de enfermos, como medida de precaución al estallar la epidemia de cólera en 1831, cargó sus pocas cosas en un burro, y en compañía de dos Hermanas salió de la ciudad de Turín, hacia un lugar llamado Valdocco. En la puerta de una vieja casona leyó: "Taberna del Brentatore". La volteó y escribió: "Pequeña Casa de la Divina Providencia". Pocos días antes le había dicho al canónigo Valletti con sencillez campesina: "Señor Rector, siempre he oído decir que para que los repollos produzcan más y mejor tienen que ser transplantados.
Les decia: "La cosecha será mejor con la bendición de Dios". Luego fue nombrado canónigo en Turín. Aquí tuvo que asistir, impotente, a la muerte de una mujer, rodeada de sus hijos que lloraban, y a la que se le habían negado los auxilios más urgentes, porque era sumamente pobre. Entonces José Cottolengo vendió todo lo que tenía, hasta su manto, alquiló un por de piezas y comenzó así su obra bienhechora, ofreciendo albergue gratuito a una anciana paralítica. |
___________________________________________________________________________________________
Fuente: hispanidad.tripod.com/hechos.htm || Foro Abril
María de la Encarnación Guyart, Beata Viuda y Religiosa, Abril 30
Religiosa Martirologio Romano: En Québec, en Canadá, beata María de la Encarnación Guyart Martin, la cual, siendo madre de familia, después de la muerte de su esposo confió a su hijo, aún pequeño, a los cuidados de su hermana e, ingresando en las Ursulinas, estableció la primera casa de este Instituto en Canadá, distinguiéndose por su actividad (1672). Francesa, nació en 1599 María Guyart, de familia humilde, en Tours, y a pesar de sentir muy pronto la vocación religiosa, fue en 1617 dada en matrimonio al comerciante Claudio Martin, que murió a los dos años, dejándole un hijo, también llamado Claudio. Y aunque todavía hubo de trabajar un tiempo como administradora de una empresa de su cuñado, ya en 1621 hizo voto de virginidad perpetua. |
___________________________________________________________________________________________
Fuente: UruguayArgentinasCC.org.ar
Paulina von Mallinckrodt, Beata Fundadora, Abril 30
Fundadora de la Martirologio Romano: En Paderborn, en Alemania, beata Paulina von Mallinckrodt, virgen, fundadora de las Hermanas de la Caridad Cristiana, para atender a los niños pobres y ciegos y auxiliar a los enfermos y pobres (1881). Paulina von Mallinckrodt nace el 3 de junio de 1817 en Minden, Westfalia. Es la mayor de los hijos de Detmar von Mallinckrodt, de religión protestante y alto funcionario de gobierno del estado de Prusia y de su esposa, la baronesa Bernardine von Hartmann, de religión católica, originaria de Paderborn. |
___________________________________________________________________________________________
Fuente: Franciscanos.org
Benito de Urbino, Beato Presbítero Capuchino, Abril 30
Presbítero Martirologio Romano: En Fossombrone, del Piceno, en Italia, beato Benito de Urbino, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, que fue compañero de san Lorenzo de Bríndisi en la predicación entre husitas y luteranos (1625). Nunca se es completamente libre para poder elegir lo que uno quiera. Al menos eso es lo que me pasó a mí. Porque yo nací en Urbino, una ciudad de las Marcas en la Italia central, en septiembre de 1560 y dentro de una familia de nobles, los Passionei. Fui el séptimo de once hermanos, y a los pocos días me bautizaron imponiéndome el nombre de Marcos. |
___________________________________________________________________________________________
Fuente: santiebeati.it
Gualfardo, Santo Monje Camaldulense, Abril 30
Monje Camaldulense Martirologio Romano: En Verona, en la región de Venecia, san Gualfardo, quien, oriundo de Alemania y guarnicionero de profesión, después de pasar varios años en la soledad fue recibido por los monjes del monasterio de San Salvador, cerca de la ciudad (1127). De origen germánico y de profesión guarnicionero (talabartero), san Gualfardo, obedeciendo a su deseo interior de una vida todo entregada a Dios, después de haber transcurrido algún tiempo en Verona, se apartó en soledad eremítica, como hicieron muchos jóvenes hombres de la Edad Media, en un lugar cerca del Adige. |
Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
Si NO desea el evangelio, santoral y meditación diaria y sólo artículos interesantes censurados por la prensa (la mayoría), unos 4 por semana escriba a: ave-maria-purisima+subscribe@googlegroups.com (responder el mensaje de confirmación).
Para de-suscribirse escribir desde su casilla de email a:
Evangelio+unsubscribe@googlegroups.com
NO debe colocarlo en CC sino en "Para/To"
Si no se desuscribe es porque recibe el mensaje en su otro email que le reenvía al actual: debe escribir desde ese otro email.