JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Juan 6, 30-35
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, la gente preguntó a Jesús:
"¿Qué señal puedes ofrecernos para que, al verla, te creamos? ¿Cuál es tu obra? Nuestros antepasados comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura: Les dio a comer pan del cielo".
Jesús les respondió:
"Les aseguro que no fue Moisés quien les dio el pan del cielo. Es mi Padre quien les da el verdadero pan del cielo. El pan de Dios viene del cielo y da la vida al mundo".
Entonces le dijeron:
"Señor, danos siempre de ese pan".
Jesús les contestó:
"Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no volverá a tener hambre; el que cree en mí nunca tendrá sed".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
mar 3a. Sem Pascua
Antífona de Entrada
Alabemos a nuestro Dios todos cuantos lo tememos, pequeños y grandes, porque ha llegado ya la salvación, el poder y el reinado de su Mesías. Aleluya.
Oración Colecta
Oremos:
Dios nuestro, tú que abres las puertas de tu Reino a quienes renacen del agua y del Espíritu, haz fructificar en nosotros la gracia del bautismo para que, libres de toda culpa, podamos alcanzar la herencia que nos has prometido.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Llenen la tierra y sométanla
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 7, 51-60; 8, 1
En aquellos días, Esteban decía a la gente, a los ancianos y a los escribas:
"Ustedes, hombres testarudos, tercos y sordos, siempre se han resistido al Espíritu Santo. Eso hicieron sus antepasados y lo mismo hacen ustedes. ¿A qué profeta no persiguieron sus antepasados? Ellos mataron a los que predijeron la venida del Justo, a quien ustedes acaban de traicionar y asesinar.
Ustedes recibieron la ley por mediación de ángeles, pero no la han cumplido".
Al oír esto, se llenaron de rabia y apenas podían contener su furor contra él. Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, mirando fijamente al cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la derecha de Dios, y exclamó:
"Veo los cielos abiertos y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios".
Ellos, dando grandes gritos se taparon los oídos, se lanzaron como un solo hombre contra él, lo sacaron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearlo. Los testigos habían dejados sus ropas a los pies de un joven llamado Saulo. Mientras lo apedreaban, Esteban oraba así;
"Señor Jesús, recibe mi espíritu".
Luego cayó de rodillas, y gritó con fuerte voz:
"Señor, no les tengas en cuenta este pecado".
Y dicho esto, murió.
Saulo aprobaba este asesinato.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Sal 30, 3cd-4.6-7d y 8a.17 y 21ab
En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
Señor, sé para mí roca de amparo y fortaleza protectora. Tú eres mi roca y mi fortaleza; guíame y condúceme por el honor de tu nombre.
En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
A tus manos confío mi espíritu: tú el Dios fiel, me rescatarás; yo confío en el Señor. Me llenaré de júbilo y alegría por tu amor.
En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
Que tu rostro resplandezca sobre tu siervo, sálvame por tu amor. Al amparo de tu presencia nos ocultas de las intrigas de los hombres.
En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Yo soy el pan de la vida, dice el Señor, el que viene a mí ya no tendrá hambre.
Aleluya.
Evangelio
Es mi Padre quien da el verdadero pan
† Lectura del santo Evangelio según san Juan 6, 30-35
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, la gente preguntó a Jesús:
"¿Qué señal puedes ofrecernos para que, al verla, te creamos? ¿Cuál es tu obra? Nuestros antepasados comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura: Les dio a comer pan del cielo".
Jesús les respondió:
"Les aseguro que no fue Moisés quien les dio el pan del cielo. Es mi Padre quien les da el verdadero pan del cielo. El pan de Dios viene del cielo y da la vida al mundo".
Entonces le dijeron:
"Señor, danos siempre de ese pan".
Jesús les contestó:
"Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no volverá a tener hambre; el que cree en mí nunca tendrá sed".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, los dones que te presentamos llenos de júbilo por la resurrección de tu Hijo, y concédenos participar con él de la felicidad eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
El misterio pascual
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor; pero más que nunca en este tiempo en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
Porque él es el verdadero Cordero que quitó el pecado del mundo; muriendo destruyó
nuestra muerte, y resucitando restauró la vida.
Por eso,
con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría, y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar
el himno de tu gloria:
Antífona de la Comunión
Si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él. Aleluya.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Mira, Señor, con bondad a estos hijos tuyos que has renovado por medio de los sacramentos, y condúcelos al gozo eterno de la resurrección.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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† Meditación diaria
Pascua. 3ª semana. Martes
RECTITUD DE INTENCIóN
— Pureza de intención y presencia de Dios. Actuar de cara a Dios.
— Vigilantes ante las alabanzas y elogios. "Para Dios toda la gloria". Rectificar.
— Examinar los motivos que mueven nuestras acciones. Omisiones en el apostolado por falta de rectitud de intención.
I. La vida de los primeros fieles y su testimonio en el mundo nos dan a conocer su temple y valentía. No tenían como norma de conducta aquello que era más fácil o más cómodo o más popular, sino el cumplimiento acabado de la voluntad de Dios. "No hacían caso de los peligros de la muerte (...), ni de su pequeño número, ni de la multitud de sus contrarios, ni del poder, fuerza y sabiduría de sus enemigos; porque tenían fuerzas mayores que todo eso: el poder de Aquel que había muerto en la Cruz y había resucitado"1. Tenían la mirada fija en Cristo, que dio su vida por todos los hombres. No buscaban su gloria personal ni el aplauso de sus conciudadanos. Actuaban con rectitud de intención, con la mirada puesta en su Señor. Esto es lo que permite decir a San Esteban en el momento de su martirio: Señor, no les tengas en cuenta su pecado2, como leemos en la Misa de hoy.
La intención es recta cuando Cristo es el fin y el motivo de nuestras acciones. "La pureza de intenciones no es más que presencia de Dios: Dios nuestro Señor está presente en todas nuestras intenciones. ¡Qué libre estará nuestro corazón de todo impedimento terrenal, qué limpia será nuestra mirada y qué sobrenatural todo nuestro modo de obrar cuando Jesucristo reine de verdad en el mundo de nuestra intimidad y presida toda nuestra intención!"3.
Por el contrario, quien busca la aprobación ajena y el aplauso de los demás puede llegar a deformar la propia conciencia: Se puede entonces tomar como criterio de actuación "el qué dirán" y no la voluntad de Dios. La preocupación por la opinión de los demás podría transformarse en miedo al ambiente; se llegaría fácilmente entonces a neutralizar la actividad apostólica de los cristianos, quienes "han tomado sobre sí una tarea urgente que han de cumplir en la tierra"4: la evangelización del mundo.
En ocasiones, por no desentonar con el ambiente, se comienza con facilidad a no ser del todo coherente con los principios. Se cae en la tentación de inclinarse hacia el lado en que es más fácil recoger sonrisas y cumplidos, o, en el mejor de los casos, del lado de la mediocridad. Es lo que ocurrió con los fariseos. "Ella (la vanagloria y la cobardía) fue la que los apartó de Dios; ella les hizo buscar otro teatro para sus luchas, y esto los perdió. Porque como se procura agradar a los espectadores que cada uno tiene, según los espectadores, tales son los combates que se realizan"5. Por el contrario, el que busca de verdad a Cristo ha de saber que su conducta –sobre todo si su vida se desarrolla en un medio poco cristiano– será impopular y combatida en muchas ocasiones.
Debemos procurar, en primer lugar, en nuestras actuaciones, agradar a Cristo. Si aún buscara agradar a los hombres, no sería siervo de Cristo6. Y el mismo San Pablo replicaba así a algunos fieles de Corinto que criticaban su apostolado: En cuanto a mí, muy poco se me da ser juzgado por vosotros o por cualquier otro tribunal, que ni aun a mí mismo me juzgo... Quien me juzga es el Señor7.
Los juicios humanos son a menudo errados y poco fiables. Solo Dios puede juzgar nuestras acciones y también nuestras intenciones. "Entre las sorpresas que nos esperan en el día del juicio, no será la menor el silencio que el Señor guardará sobre aquellas de nuestras acciones que nos valieron los aplausos de nuestros semejantes (...). En cambio, puede suceder que haya inscrito en nuestro activo algunas acciones que nos hayan atraído críticas, censuras (...). Nuestro juez es el Señor. Y a Él es a quien hemos de agradar"8. Preguntémonos muchas veces al día: ¿hago en este momento lo que debo?, ¿busco la gloria de Dios, o la propia vanidad, el quedar bien? Si somos sinceros en esas ocasiones, tendremos luz para rectificar la intención, si fuera necesario, y dirigirla al Señor.
II. Una mala intención destruye las mejores acciones; la obra puede estar bien hecha, incluso ser beneficiosa, pero, por estar corrompida en su fuente, pierde todo su valor a los ojos de Dios. La vanidad o el buscarse a uno mismo puede destruir, a veces totalmente, lo que podría haber sido una obra de santidad. Sin rectitud de intención equivocamos el camino.
En algunas ocasiones el recibir un pequeño elogio es un signo de amistad y puede ayudarnos en el camino del bien. Pero debemos dirigirlo con sencillez al Señor; además, una cosa es recibir un elogio, una señal de ser bien recibidos, y otra, el buscarlo. Y siempre hemos de estar atentos y vigilantes ante las alabanzas, pues "muchas veces nuestra débil alma, cuando recibe por sus buenas acciones el halago de los aplausos humanos, se desvía (...), encontrando así mayor placer en ser llamada dichosa que en serlo realmente (...). Y aquello que había de serle motivo de alabanza a Dios se le convierte en causa de separación"9.
El Señor señala en diversas ocasiones el pago de las buenas obras hechas sin rectitud de intención: ya recibieron su recompensa, dice refiriéndose a los fariseos que buscaban el ser alabados y considerados. Se ha obtenido lo que se había buscado: una mirada de aprobación, un gesto admirativo, una palabra elogiosa. Y de todo eso quedará solo humo en muy poco tiempo: nada para la eternidad. ¡Qué fracaso haber perdido tanto por tan poco! Dios recibe nuestras acciones –aunque sean pequeñas– si las hemos ofrecido con intención pura: hacedlo todo para la gloria de Dios10, nos aconseja San Pablo. Las dos pequeñas monedas que aquella pobre viuda echó en el cepillo del Templo11, se convirtieron en un gran tesoro en el Cielo.
El Señor contempla nuestra vida y tiene cada día la mano extendida para ver qué le ofrecemos: acepta aquello que verdaderamente hacemos por Él. De lo demás ya recibimos nuestra triste recompensa aquí abajo. "Pureza de intención. —Las sugestiones de la soberbia y los ímpetus de la carne los conocemos pronto... y peleas y, con la gracia, vences.
"Pero los motivos que te llevan a obrar, aun en las acciones más santas, no te parecen claros... y sientes una voz allá dentro que te hace ver razones humanas..., con tal sutileza, que se infiltra en tu alma la intranquilidad de pensar que no trabajas como debes hacerlo —por puro Amor, sola y exclusivamente por dar a Dios toda su gloria.
"Reacciona enseguida cada vez y di: "Señor, para mí nada quiero. —Todo para tu gloria y por Amor""12.
Qué estupenda jaculatoria para repetirla muchas veces: "Señor, para mí nada quiero. —Todo para tu gloria y por Amor". Nos ayudará a vivir el desprendimiento de tantas cosas y a rectificar la intención en muchas ocasiones.
III. Para ser personas de intención recta es conveniente examinar los motivos que mueven nuestras acciones: considerar en la presencia de Dios lo que nos induce a comportarnos de una manera o de otra, lo que nos lleva a reaccionar de este modo, si existen omisiones en nuestro apostolado por falsos respetos humanos, si nos amoldamos con facilidad a un ambiente poco cristiano, etcétera. A la luz de la fe podremos descubrir los puntos de cobardía o de vanagloria que puede haber en la conducta.
Nos indica el Señor una norma clara: cuando des limosna no lo vayas pregonando...13, no publicar lo que hacemos, no detenernos en lo que nos parece que hemos hecho bien. Ni en el momento de hacerlo, ni después: que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu derecha. No dejar de hacer tampoco aquello que debemos.
Tenemos un testigo de excepción. Ninguno de nuestros actos pasa inadvertido ante nuestro Padre Dios. Nada le es indiferente, esto ya es recompensa suficiente, un gran motivo para rectificar la intención en el trabajo y en las obras de apostolado. "Una impaciente y desordenada preocupación por subir profesionalmente, puede disfrazar el amor propio so capa "de servir a las almas". Con falsía –no quito una letra–, nos forjamos la justificación de que no debemos desaprovechar ciertas coyunturas, ciertas circunstancias favorables...
"Vuelve tus ojos a Jesús: Él es "el Camino". También durante sus años escondidos surgieron coyunturas y circunstancias "muy favorables", para anticipar su vida pública. A los doce años, por ejemplo, cuando los doctores de la ley se admiraron de sus preguntas y de sus respuestas... Pero Jesucristo cumple la Voluntad de su Padre, y espera: ¡obedece!
"—Sin perder esa santa ambición tuya de llevar el mundo entero a Dios, cuando se insinúen esas iniciativas –ansias quizá de deserción–, recuerda que también a ti te toca obedecer y ocuparte de esa tarea oscura, poco brillante, mientras el Señor no te pida otra cosa: Él tiene sus tiempos y sus sendas"14.
Vigilancia nos pide el Señor, porque si nos descuidamos, buscaremos la recompensa de aquí abajo, y dejaremos de hacer el bien por cobardía, por respetos humanos, por miedo a la opinión de los demás. No nos vaya a suceder "como la nave, que ha realizado muchos viajes, y ha escapado de muchas tempestades, pero en el mismo puerto choca contra una roca y se le caen por la borda todos los tesoros que guardaba; así, quien, después de muchos trabajos, no rechaza el deseo de alabanzas, naufraga en el mismo puerto"15.
Somos más libres cuando hacemos las cosas solamente por Dios. Así no estamos supeditados al "qué dirán" ni a la gratitud humana, que es siempre frágil. La rectitud de intención nos ayuda a realizar un apostolado más fecundo en cualquier ambiente y en cualquier circunstancia, nos señala el camino de la libertad anterior.
1 San Juan Crisóstomo, Hom. sobre San Mateo, 4. — 2 Hech 7, 59. — 3 S. Canals, Ascética meditada, p. 143. — 4 Conc. Vat. II, Const. Gaudium et spes, 93. — 5 San Juan Crisóstomo, Homilías sobre San Mateo, 72. — 6 Gal 1, 10. — 7 1 Cor 4, 3-4. — 8 G. Chevrot, En lo secreto, p. 33. — 9 San Gregorio Magno, Moralia, 10, 47-48. — 10 1 Cor 10, 31. — 11 Mc 12, 42. — 12 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 783. — 13 Mt 6, 2-4. — 14 San Josemaría Escrivá, Surco, n. 701. — 15 San Juan Crisóstomo, Hom. de perect. Evang.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
Bernardita Soubirous, Santa Vidente de Lourdes, Abril 16 INCORRUPTA DESPUES DE 130 AÑOS !!!
Virgen Martirologio Romano: En Nevers, también en Francia, santa María Bernarda Soubirous, virgen, la cual, nacida en Lourdes de una familia muy pobre, siendo aún niña asistió a las apariciones de la Inmaculada Santísima Virgen María y, después, abrazando la vida religiosa, llevó una vida escondida y humilde (1879). El 11 de febrero, fiesta de la Santísima Virgen de Lourdes, nos recuerda las apariciones de la Virgen a una niña de 14 años que no sabía ni leer ni escribir, pero que rezaba todos los días el rosario, Bernardita Soubirous. Nació en Lourdes en 1844 de padres muy pobres. Por medio de ella la Virgen hizo surgir la prodigiosa fuente del milagro, a la cual acuden peregrinos de todo el mundo para reavivar su fe y su esperanza. Muchos regresan de Lourdes curados también en su cuerpo. La Virgen, durante la segunda aparición, le dijo: "No te prometo hacerte feliz en este mundo, pero sí en el otro".
salud. En la profesión tomó el nombre de Sor María Bernarda. Durante los quince años de vida conventual no conoció sino el privilegio del sufrimiento. Las mismas superioras la trataban con indiferencia, por un designio providencial que les impide a las almas elegidas la comprensión y a menudo hasta la benevolencia de las almas mediocres. Al principio fue enfermera dentro del convento, después sacristana, hasta cuando la enfermedad la obligó a permanecer en la cama, durante nueve años, siempre entre la vida y la muerte. |
Su cuerpo permanece milagrosamente incorrupto después de más de 130 años:
http://www.gloria.tv/?media=89245
Película:
Jean Delannoy http://www.gloria.tv/?media=36541
La pasión de Bernadette : http://www.gloria.tv/?media=34884
Dibujo para niños:
http://www.gloria.tv/?media=115486
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San Benito José Labre
Mendigo
(1783)
Si los vagabundos tuvieran un santo patrono, sería San Benito José Labre. Desde niño le atraía dominar con la miseria su cuerpo, para que el alma quedara más libre para volar hacia Dios. Ya a los doce años ponía como cabecera para dormir una tabla y desde los 16 hasta su muerte durmió siempre en el duro suelo. Tanto que la gente llegó a llamarlo "el santo que duerme en el suelo".
Oración
Este buen hombre sí que cumplió aquello que dijo Jesús: "Si el grano de trigo cae en la tierra y muere, produce mucho fruto". Quiera Dios que como él sepamos mortificarnos en esta vida para reinar por siempre en la eternidad.
Historia
Nació en Bologna, Francia, en 1748. Era el mayor de los quince hijos de un librero acomodado. Sus padres lo colocaron a estudiar junto a un tío sacerdote, el Padre Santiago, que todo se lo daba a los pobres y a quien la gente llamaba "un nuevo San Vicente".
Benito José sentía una enorme inclinación a la lectura de la Sagrada Escritura y a leer Vidas de Santos y libros religiosos. Tanto que su tío tenía que recordarle de vez en cuando que debía dedicar también tiempo suficiente a estudiar otras materias. Otra de sus inclinaciones era hacia la vida retirada del mundo, hacia la vida de oración y de meditación, apartado del trato con los demás.
Su tío sacerdote murió por atender a enfermos de peste, y entonces Benito José se propuso entrar a algún convento donde la vida fuera totalmente dedicada a la oración, el silencio y las penitencias. Viajando a pie centenares de kilómetros, muchas veces por entre la nieve, visitó varios conventos de Cartujos y de Trapenses (monjes en perpetuo silencio) pero en cada convento le respondieron que la edad mínima para entrar era de 24 años, y que como sólo tenía 20 años, no podía ser admitido. Al fin en un convento hicieron una excepción y lo admitieron, pero entonces le llegó la enfermedad de los escrúpulos (imaginar que es pecado lo que no lo es) y le empezaron terribles angustias, que el mismo Superior tuvo que aconsejarle que se retirara, porque su temperamento no era para vivir encerrado en un convento. Benito bajó humildemente la cabeza y dijo: "Hágase la santa voluntad de Dios", y se alejó meditabundo
Desde entonces empieza Benito José una vida poco común. Dispone conseguir la santidad siendo un perpetuo mendigo, un peregrino errante, de santuario en santuario. Benito se propuso dedicar muchos años de su vida a visitar los santuarios más famosos de Europa, a pie, descalzo, pidiendo limosna, vestido como un pordiosero y dedicado únicamente a rezar, meditar y hacer penitencia.
Andaba descalzo (aun en plena nieve, pedregales o barro) con un vestido sumamente viejo y descolorido, lleno de remiendos. Con un pobre morral donde únicamente llevaba la Imitación de Cristo y un Devocionario para leer los Salmos y otras oraciones, practicaba el consejo de Jesús: "No llevéis alforja con provisiones, ni dinero, ni dos túnicas" (Mr. 6,8). Se propuso ser un monje errante, un vagabundo de Dios, un ser tan espiritual que olvidado de su cuerpo, vivirá de lo que a los demás les sobre. Para siempre será ya un peregrino errante. Sobre su camisa remendada lleva un escapulario y un crucifijo. Las primeras tres noches que estuvo en Roma (después de viajar centenares y centenares de kilómetros desde Francia, a pie, pidiendo limosna) las pasó en un hospicio de pobres, pero luego le pareció que eso era demasiado lujo para él y en adelante dormirá siempre a la intemperie o en el quicio de una puerta, o bajo un puente, o al abrigo de una escalera, o donde la noche lo sorprenda. Nunca aceptaba un lecho o una cama. Lo más que aceptaba era un costal para acostarse en él. Quería asemejarse a Jesús que no tenía ni una piedra para recostar la cabeza. Su filosofía era la de las avecillas del cielo, a las cuales Dios alimenta y que no viven preocupadas por el día de mañana, porque el Padre Dios sabe muy bien que es lo que vamos a necesitar. Las personas ordinarias al verlo sentían desprecio por él y los orgullosos hasta le tenían asco, pero las personas muy espirituales sentían hacia él una honda admiración.
Como si fuera un monje cartujo, por los caminos no hablaba con nadie, a no ser que sintiera la inspiración para decirle alguna palabra espiritual a alguien. Cuando le daban una limosna (que él nunca pidió a nadie) daba las gracias y buscaba a otro más pobre para dársela a él. Andaba por todos esos caminos de Europa de santuario en santuario, desde España hasta Francia, Alemania, Italia, etc., absorto, como dedicado a la contemplación y a hablar con Dios. Cuando llegaba a un santuario se pasaba los días enteros orando allí ante la santa imagen. Cuando oraba ante el Santísimo Sacramento o ante un crucifijo se le pasaban las horas sin darse cuenta y a veces se elevaba varios centímetros por los aires.
A un sacerdote que le preguntó de qué estaba compuesto él para ser capaz de soportar semejante vida le dijo: "Mi cerebro está compuesto de fuego para amar a Dios. Mi corazón es de carne para poder tener caridad para con el prójimo. Mi voluntad es de bronce para tratarme duro a mí mismo".
A otro que le recomendó que no durmiera en el suelo le respondió: "Me parece que Dios quiere que yo le sirva de esta manera. Los pobres dormimos en el lugar donde nos llega la noche… los que ya nos acostumbramos a la pobreza no necesitamos cama demasiado cómoda para dormir… además en este modo de vivir siento más facilidad para comunicarme con el buen Dios".
Las gentes le demostraban mucho desprecio y nada deseaba él tanto como ser despreciado y tenido por nada. Pero nunca lo lograban despreciar los otros como se despreciaba a sí mismo. Un hombre le regaló un día una limosna y Benito José se apresuró a obsequiársela a otro más pobre que él. El que le había dado la limosna creyó que eso era un desprecio y le dio una fueteara. Benito se dejó golpear sin pronunciar una sola palabra. En un santuario lo confundieron con un ladrón y lo sacaron a rastras del templo hacia la plaza. El no se defendió. En Gascuña se acercó a atender a un herido y las gentes dijeron que era él quien lo había atracado y le dieron una paliza. No dijo ni una palabra. Imitaba a Jesús de quien siete veces dice el Evangelio que callaba, mientras lo maltrataban.
Era tan flaco y desgastado que al dormir enroscado en un rincón las gentes lo confundían con un perro dormido y le daban patadas para que se fuera.
Y mientras más se humillaba él, más se preocupaba Dios por elevarlo. Su padre confesor que al principio dudaba mucho de él, se fue convenciendo cada día más y más de que se trataba de un verdadero santo y fue recogiendo datos para su biografía. Don Jorge Zittli un convertido, vio un día que Benito José se acercaba a una mujer que lloraba porque su hijito agonizaba y le dijo: "Deja de llorar mujer, que tu niño ya está bien", y al colocarle la mano sobre la cabeza del niño, éste quedó instantáneamente curado.
Desde 1777 su devoción preferida será asistir a las "Cuarenta horas", esta hermosa devoción que consiste en exponer la Santa Hostia (o sea el cuerpo de Cristo), y dedicarse los parroquianos durante 40 horas a rendirle, por turnos, piadosa adoración. Donde quiera que en Roma hubiera 40 horas en un templo, allí estaba Benito José los tres días adorando al Santísimo Sacramento. Tanto que la gente lo llamaba "El santo de las cuarenta horas".
El padre Daffini vio a Benito en el templo de los Santos Apóstoles, rodeado por un gran resplandor, mientras adoraba la Santa Hostia. María Poeti lo vio lleno de resplandores y elevarse sobre el suelo mientras adoraba al Señor en la Eucaristía. El padre Pompei, Capellán de Santa María La Mayor vio que sobre el corazón de nuestro santo se veían llamaradas mientras adoraba la Santa Hostia.
Los últimos años pasaba los días enteros en los templos orando y por las noches iba a dormir en las ruinas del Coliseo.
La debilidad lo obligó en sus últimos días a aceptar ser recibido en un albergue de mendigos de Roma, y allí su obediencia y su piedad llamaron la atención a los encargados. Benito era siempre el último en acudir a recibir su porción de sopa, y con frecuencia la regalaba a otro que tenía más hambre que él.
A principios de la cuaresma de 1783 adquirió un violento resfriado y el Miércoles Santo estando rezando en un templo cayó desmayado. Muchos acudieron a socorrerlo y un carnicero lo llevó a su casa para atenderlo. Le aplicaron la Unción de los Enfermos y el Jueves Santo - 16 de abril - a la madrugada pasó a la eternidad. Aquella mañana mientras las campanas de los templos de Roma repicaban en la ceremonia del Jueves Santo, su alma volaba a escuchar los repiques de gloria en el Reino de los Cielos.
Apenas se supo la noticia de su muerte, muchos niños empezaron a gritar por las calles: "¡Ha muerto el santo! ¡Ha muerto el santo!", y un gentío enorme acudió a venerar sus despojos y empezó una cadena admirable de milagros junto a sus reliquias.
Exactamente cien años después de su muerte, en 1883, fue declarado santo por el Sumo Pontífice. Varios volúmenes de documentos en Roma comprueban su gran santidad.
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Fuente: Archidiócesis de Madrid
Engracia, Santa Virgen y Mártir, Abril 16
Virgen y Mártir Martirologio Romano: En Zaragoza, en la Hispania Tarraconense, santa Engracia, virgen y mártir, que sufrió duros suplicios, quedándole las llagas como testimonio de su martirio (s. IV). Habían proliferado los cristianos en el Imperio al amparo de la menor presión de las leyes en tiempo de Galieno. Los había en el campo y más en las ciudades, se les conoce en el foro, se les ve entre los esclavos, en el ejército y en los mercados. Han contribuido otras causas a desparramar la fe de Cristo entre las gentes: el aburrimiento del culto a los vanos dioses paganos, el testimonio que dieron los mártires y que muchos vieron, la transmisión boca a boca de los creyentes y el buen ejemplo. |
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Fuente: Mercaba.org
Lamberto de Zaragoza, Santo Mártir, Abril 16
Mártir Martirologio Romano: En Zaragoza, en Hispania, san Lamberto, mártir (c. s. VIII) En la noche del 13 al 14 de agosto de 1808 volaba, con horrísono estruendo, la fábrica secular del monasterio de Santa Engracia, de Zaragoza. Los franceses dejaban ese triste recuerdo al tener que levantar el sitio. Conservamos una descripción contemporánea, en la que se nos narra la pena de los zaragozanos cuando, al día siguiente, contemplaron aquel espectáculo de desolación y de horror. La voladura había arrastrado consigo la destrucción de valiosísimos elementos arqueológicos y de un archivo que nos podría ilustrar sobre muchos aspectos de la historia de la gloriosa sede cesaraugustana. |
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Fuente: Servidimaria.org
Joaquín de Siena, Beato Religioso Servita, Abril 16
Religioso Servita Martirologio Romano: En Siena, de la Toscana, beato Joaquín, religioso de la Orden de los Siervos de María, que se distinguió por su devoción a la Virgen María y cumplió la ley de Cristo asumiendo el cuidado de los pobres (1306) Joaquín nació en el seno de una familia noble en la ciudad de Siena. Ya desde su infancia, cuando iba a la escuela, daba muestras de una especial devoción a la Virgen María: todo lo que podía tomar a hurtadillas de su casa, lo repartía luego entre[…] los que se lo pedían en el nombre y por amor de la Virgen. Toda planta de Dios ya desde el principio […] da señales de su buena cepea, y así, nuestro Beato, ya desde su niñez, manifestó su gran inclinación a la virtud y dio claros indicios de que buscaba, por encima de todo, el honor de la santísima Virgen; todos le tenían casi por santo y, como si adivinaran su futuro, se decían: "Este niño, si vive, llegará a ser una gran santo". ORACION |
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Arcángel Canetoli, Beato Sacerdote, Abril 16
Arcángel nació en 1460 en un mundo violento, lleno de asesinatos y rivalidades, que caracterizaban la Bolonia de su días. Su propio padre y hermanos fueron asesinados cuando él era un infante. |
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Magno de Orcadas, Santo Mártir, Abril 16
Mártir Martirologio Romano: En Escocia, san Magno, mártir, que, siendo príncipe de las Islas Orcadas, abrazó la fe cristiana y, encontrándose en dificultades con el rey de Noruega por acusaciones que se le habían hecho, se presentó desarmado a su colega en el gobierno para firmar la paz, siendo asesinado traicioneramente (1116). A través de su abuela paterna Ingebjørg Finnsdatter, Magnus se emparentaba con los reyes noruegos Olaf el Santo y Harald Haardrade. Su padre, Erlend Torfinnson, cogobernaba en las Orcadas junto a su hermano gemelo Pablo Torfinsson. |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Fructuoso de Braga, Santo Abad y Obispo, Abril 16
Adad y Obispo Martirologio Romano: En Braga, de Lusitania, san Fructuoso, obispo, el cual, monje y fundador de monasterios, fue obispo de Dumio y, por voluntad de los Padres del décimo Concilio de Toledo, obispo metropolitano de Braga, sede que rigió con prudencia junto con sus monasterios (c. 665). En los confines occidentales de España, ganados un siglo antes para la ortodoxia católica por el ilustre San Más Martín de Braga, floreció en el siglo VII uno de los mas eximios varones de la iglesia visigoda. Fructuoso, de noble familia emparentada con algunos reyes visigóticos, hijo de un jefe del ejército, púsose muy pronto en condiciones de servir a la Iglesia al iniciarse en las disciplinas eclesiásticas bajo la dirección de Conancio de Palencia. Allí recibió su educación sagrada, en compañía de numerosos jóvenes a los que había atraído la sabiduría y la discreción de este obispo; pero en su alma florecía la vocación monacal, manifestada desde niño con piadosos pensamientos al decir de su biógrafo, un sencillo monje discípulo y admirador suyo, que escribió una vida llena de detalles maravillosos y de milagros. Joven aún, renunció a sus bienes y dotó con ellos iglesias y benefició a los pobres, para saber desprenderse mejor de la atracción de las cosas del mundo. Y todo hace sospechar que se retiró al Bierzo, donde sus padres posean bienes cuantiosos. Allí le encontrarnos rodeado de discípulos, llevando austera vida de penitente, fortaleciendo a todos con su ejemplo y con su instrucción. |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Toribio de Astorga, Santo Obispo, Abril 16
Obispo Martirologio Romano: En Astorga, durante el reinado de los suevos, en Hispania, santo Toribio, obispo, que, por mandato del papa san León Magno, se enfrentó decididamente a la secta priscilianista que se difundía por Hispania (s. V). El bienaventurado y celosísimo santo Toribio de Liébana, obispo de Astorga, fue natural de la provincia de Galicia, y a lo que se puede entender, hijo de una de las familias principales de la ciudad de Astorga. |
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Fuente: Martirologio Romano
Otros Santos y Beatos Completando el santoral de este día, Abríl 16
Santos Leónidas y siete compañeras: Carissa, Galina, Teodora, Nica, Nunencia, Callis y Basilisa, mártires |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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