viernes, 6 de octubre de 2017

[ † ] Viernes de la Pasión y Muerte de Jesucristo: día de penitencia y abstinencia de carne, excepto fiesta de precepto (CDC 1250/3). 06/10/2017. Beato Bartolo Longo ¡ruega por nosotros!

JA

JMJ

Pax

El que me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 10, 13-16

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo:
"¡Ay de ti, ciudad de Corozaín! ¡Ay de ti, ciudad de Betsaida! Porque si en las ciudades de Tiro y de Sidón se hubieran realizado los prodigios que se han hecho en ustedes, hace mucho tiempo que hubieran hecho penitencia, vestidas de luto y sentadas sobre ceniza. Por eso, el día del juicio será menos severo para Tiro y Sidón que para ustedes. Y tú, Cafarnaún, ¿crees que serás elevada hasta el cielo? No. Serás precipitada en el
abismo".
Luego, Jesús dijo a sus discípulos:
"El que los escucha a ustedes, a mí me escucha; el que los rechaza a ustedes, a mí me rechaza; y el que me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk

El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).

 

 

Misal

 

vie 26a. Ordinario año impar

Antífona de Entrada

Dios nuestro y protector nuestro, un sólo día en tu casa es más valioso para tus elegidos,que mil días en cualquier otra parte.

 

Oración Colecta

Oremos:
Enciende, Señor, nuestros corazones con el fuego de tu amor a fin de que, amándote en todo sobre todo, podamos obtener aquellos bienes que no podemos nosotros ni siquiera imaginar y has prometido tú a los que te aman.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Hemos pecado contra el Señor y no le hemos hecho caso

Lectura del libro del profeta Baruc 1, 15-22

"Reconocemos que el Señor, Nuestro Dios, es justo; y todos nosotros, los habitantes de Judea y de Jerusalén, nuestros reyes y príncipes, nuestros sacerdotes, profetas y padres, nos sentimos hoy llenos de vergüenza porque hemos pecado contra el Señor y no le hemos hecho caso; le hemos desobedecido y no hemos escuchado su voz ni hemos cumplido los mandamientos que él nos dio.
Desde el día en que el Señor sacó de Egipto a nuestros padres hasta el día de hoy, no hemos obedecido al Señor, nuestro Dios, y nos hemos obstinado en no escuchar su voz.
Por eso han caído ahora sobre nosotros las desgracias y la maldición que el Señor anunció por medio de Moisés, su siervo, el día en que sacó de Egipto a nuestros padres para darnos una tierra que mana leche y miel.
No hemos escuchado la voz del Señor, nuestro Dios, conforme a las palabras de los profetas que nos ha enviado; y todos nosotros, siguiendo las inclinaciones de nuestro perverso corazón, hemos adorado a dioses extraños y hemos hecho lo que el Señor, nuestro Dios, reprueba".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 78

Sálvanos, Señor, y perdona nuestros pecados.

Dios mío, los paganos han invadido tu propiedad, han profanado tu santo templo y han convertido a Jerusalén en ruinas.
Sálvanos, Señor, y perdona nuestros pecados.

Han echado los cadáveres de tus siervos a las aves de rapiña, y la carne de tus fieles a los animales feroces.
Sálvanos, Señor, y perdona nuestros pecados.

Hemos sido el escarnio de nuestros vecinos, la irrisión y la burla de los que nos rodean. ¿Hasta cuándo, Señor, vas a estar enojado y arderá como fuego tu ira?
Sálvanos, Señor, y perdona nuestros pecados.

No recuerdes, Señor, contra nosotros las culpas de nuestros padres. Que tu amor venga pronto a socorrernos porque estamos totalmente abatidos.
Sálvanos, Señor, y perdona nuestros pecados.

Para que sepan quién eres, socórrenos, Dios y salvador nuestro. Para que sepan quién eres, sálvanos y perdona nuestros pecados.
Sálvanos, Señor, y perdona nuestros pecados.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No endurezcan su corazón".
Aleluya.

Evangelio

El que me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 10, 13-16

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo:
"¡Ay de ti, ciudad de Corozaín! ¡Ay de ti, ciudad de Betsaida! Porque si en las ciudades de Tiro y de Sidón se hubieran realizado los prodigios que se han hecho en ustedes, hace mucho tiempo que hubieran hecho penitencia, vestidas de luto y sentadas sobre ceniza. Por eso, el día del juicio será menos severo para Tiro y Sidón que para ustedes. Y tú, Cafarnaún, ¿crees que serás elevada hasta el cielo? No. Serás precipitada en el
abismo".
Luego, Jesús dijo a sus discípulos:
"El que los escucha a ustedes, a mí me escucha; el que los rechaza a ustedes, a mí me rechaza; y el que me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, los dones que te presentamos para esta Eucaristía a fin de que, a cambio de ofrecerte lo que tú nos has dado, podamos recibir de ti, tu misma vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

La alabanza, don de Dios

En verdad es justo y necesario,es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Pues, aunque no necesitas nuestra alabanza, es don tuyo el que seamos agradecidos; y aunque nuestras bendiciones no aumentan tu gloria, nos aprovechan para nuestra salvación, por Cristo, Señor nuestro.
Por eso,
unidos a los ángeles, te aclamamos llenos de alegría:

Antífona de la Comunión

Mi alma espera al Señor con más ansia que los centinelas el amanecer, porque con el Señor viene la misericordia y la abundancia de su gracia.

 

Oración después de la comunión

Oremos:
Tú que nos has hecho partícipes de la vida de Cristo en este sacramento, transfórmanos, Señor, a imagen de tu Hijo, para que participemos también de su gloria en el cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Dia 6/10 San Bruno (presbítero, blanco)

Antífona de Entrada

El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar la Buena Nueva a los pobres y anunciar su liberación a los cautivos.

 

Oración Colecta

Oremos:
Dios nuestro, luz y pastor de los creyentes, que confiaste a san Bruno la misión de instruir a tus ovejas con la palabra y el ejemplo; concédenos, por su intercesión, ser fieles a la fe que enseñó con su palabra e imitar el ejemplo que nos dio con su vida.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Me lanzo hacia adelante, en busca de la meta y del trofeo al que Dios, por medio de Cristo Jesús, nos llama desde el cielo

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 3, 8-14

Hermanos: Pienso que nada vale la pena en comparación con el bien supremo, que consiste en conocer a Cristo Jesús, mi Señor, por cuyo amor he renunciado a todo y todo lo considero como basura, con tal de ganar a Cristo y de estar unido a él, no porque haya obtenido la justificación que proviene de la ley, sino la que procede de la fe en Cristo Jesús, con la que Dios hace justos a los que creen.
Y todo esto para conocer a Cristo, experimentar la fuerza de su resurrección, compartir sus sufrimientos y asemejarme a él en su muerte, con la esperanza de resucitar con él de entre los muertos.
No quiero decir que haya logrado ya ese ideal o que sea ya perfecto, pero me esfuerzo en conquistarlo, porque Cristo Jesús me ha conquistado. No, hermanos, considero que todavía no lo he logrado. Pero eso sí, olvido lo que he dejado atrás, y me lanzo hacia adelante, en busca de la meta y del trofeo al que Dios, por medio de Cristo Jesús, nos llama desde el cielo.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 1

Dichoso quien ama la ley de Dios.

Dichoso aquel que no se guía por mundanos criterios, que no anda en malos pasos ni se burla del bueno; que ama la ley de Dios y se goza en cumplir sus mandamientos.
Dichoso quien ama la ley de Dios.

Es como un árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo y nunca se marchita. En todo tendrá éxito.
Dichoso quien ama la ley de Dios.

En cambio los malvados serán como la paja barrida por el viento. Porque el Señor protege el camino del justo y al malo sus caminos acaban por perderlo.
Dichoso quien ama la ley de Dios.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me siga tendrá la luz de la vida.
Aleluya.

Evangelio

Te seguiré a dondequiera que vayas

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9, 57-62

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, mientras iban de camino Jesús y sus discípulos, alguien le dijo:
"Te seguiré a dondequiera que vayas".
Jesús le respondió:
"Las zorras tienen madrigueras, y los pájaros, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene en donde reclinar la cabeza".
A otro, Jesús le dijo:
"Sígueme".
Pero él le respondió:
"Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre".
Jesús le replicó:
"Deja que los muertos entierren a sus muertos. Tú ve y anuncia el Reino de Dios".
Otro le dijo:
"Te seguiré, Señor; pero déjame primero despedirme de mi familia".
Jesús le contestó:
"El que empuña el arado y mira hacia atrás no sirve para el Reino de Dios".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Que estos dones, Señor, que te presentamos en honor de tus santos y que van a dar testimonio de tu poder y de tu gloria, nos alcancen de ti la salvación eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

La gloria de los santos

En verdad es justo darte gracias y deber nuestro glorificarte, Padre santo.
Porque tu gloria resplandece en cada uno de los Santos, ya que, al coronar sus méritos, coronas tus propios dones. Con su vida, nos proporcionas ejemplo; ayuda, con su intercesión, y por la comunión con ellos, nos haces participar de sus bienes, para que, alentados por testigos tan insignes, lleguemos victoriosos al fin de la carrera y alcancemos con ellos la corona inmortal de la gloria, por Cristo, Señor nuestro.
Por eso,
con los ángeles y arcángeles, y con la multitud de los santos, te cantamos un himno de alabanza diciendo sin cesar:

Antífona de la Comunión

Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo, dice el Señor.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Te rogamos, Señor, que el sacramento que hemos recibido nos encamine al cielo que ya mereció obtener san Bruno, sirviéndote con fidelidad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

 

26ª semana. Viernes

PREPARAR EL ALMA

— Las ciudades que no quisieron convertirse.

— Motivos de la penitencia. Las mortificaciones pasivas.

— Las mortificaciones voluntarias y las que nacen del cumplimiento acabado del propio deber.

I. Jesús había pasado muchas veces por las calles y plazas de las ciudades que rodean el lago de Genesaret, y fueron incontables los milagros y las bendiciones que derramó sobre sus habitantes; pero estos no se convirtieron, no supieron acoger al Mesías del que tanto habían oído hablar en la sinagoga. Por eso el Señor se queja con pena: ¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran realizado los milagros que han sido hechos en vosotras, hace tiempo que hubieran hecho penitencia... Y tú, Cafarnaún, ¿acaso serás exaltada hasta el Cielo? Hasta el infierno serás abatida1. Jesús había sembrado a manos llenas y no fue mucho lo que recogió en aquellos lugares. Las señales se habían multiplicado una tras otra, pero sus habitantes no hicieron penitencia, y sin esa conversión del corazón, acompañada de la mortificación, la fe se oscurece y no se sabe descubrir a Cristo que nos visita. Tiro y Sidón tenían menos responsabilidad porque recibieron menos gracias.

Por eso, como dice el Espíritu Santo: si hoy escucháis su voz, no endurezcáis vuestros corazones...2. Dios habla a los hombres de todos los tiempos. Cristo sigue pasando por nuestras ciudades y aldeas, y continúa derramando sus bendiciones sobre nosotros. Saber escucharle y cumplir su voluntad hoy y ahora es de capital importancia para nuestra vida. Nada es tan importante. En cada momento es necesario escuchar con prontitud y docilidad esas llamadas que Cristo hace al corazón de cada uno, pues "no es la bondad de Dios la culpable de que la fe no nazca en todos los hombres, sino la disposición insuficiente de los que reciben la predicación de la palabra"3. Esta resistencia a la gracia es llamada frecuentemente en la Sagrada Escritura dureza de corazón4. El hombre suele alegar a veces dificultades intelectuales o teóricas para convertirse o dar un paso adelante en su fe, pero con frecuencia se trata en realidad de malas disposiciones en la voluntad, que se niega a abandonar un mal hábito o a luchar decididamente contra un defecto que le impide una mayor correspondencia a lo que el Señor, que pasa a su lado, le está pidiendo.

La mortificación prepara el alma para oír al Señor y dispone la voluntad para seguirle: "si queremos ir a Dios es necesario mortificar el alma con todas sus potencias"5. Con la mortificación, nuestro corazón se convierte en tierra buena que espera la semilla para dar fruto. Igual que hace el labrador, hemos de arrancar y quemar la cizaña, las malas hierbas que tienden de continuo a crecer en el alma: la pereza, el egoísmo, la envidia, la curiosidad... Por eso, la Iglesia nos invita siempre, pero nos lo recuerda de una manera particular en este día de la semana, el viernes, a que examinemos cómo va nuestro espíritu de penitencia y de mortificación, y nos mueve a ser más generosos, imitando a Cristo en la Cruz, que se ofreció por todos los hombres. Muy relacionada con la mortificación está la alegría, que nos es tan necesaria.

II. Quien ha adoptado la firme resolución de llevar una vida cristiana, en su más plena integridad, necesita el ejercicio continuo de morir al hombre viejo con sus obras6 que permanece en cada uno, es decir, al "conjunto de malas inclinaciones que hemos heredado de Adán, la triple concupiscencia que hemos de reprimir y refrenar con el ejercicio de la mortificación"7. Por eso la mortificación no es algo negativo; por el contrario, rejuvenece el alma, la dispone para entender y recibir los bienes divinos, y nos sirve para reparar por nuestros pecados pasados. Por eso pedimos frecuentemente al Señor emendationem vitae, spatium verae paenitentiae: un tiempo para hacer penitencia y enmendar la vida8. A través de la Comunión de los Santos, prestamos ayuda y damos vida a otros miembros de este Cuerpo Místico, que es la Iglesia.

Encontramos principalmente tres campos de nuestra diaria mortificación en medio de nuestros quehaceres. En primer lugar, en la aceptación amorosa y serena de los contratiempos que cada día nos llegan, aquellas cosas, muchas veces pequeñas, que nos son contrarias, que no son como nosotros desearíamos, o que llegan de modo inesperado o contrario a lo que habíamos previsto y que nos exigen cambiar de planes: una pequeña enfermedad que disminuye nuestra capacidad en el trabajo o en la vida de familia, los olvidos, el mal tiempo que dificulta un viaje, el exceso de tráfico..., el carácter difícil de una persona con la que hemos de realizar un trabajo común... Son aquellas cosas que no dependen de nosotros, pero que hemos de recibir como una oportunidad para amar a Dios, recibiéndolas con paz, sin permitir que nos quiten la alegría. Son pequeñeces, "pero que si no se asimilan por Amor van engendrando en el hombre una especie de nerviosismo, un ánimo desapacible y triste.

"La mayor parte de nuestros enfados no provienen de grandes contratiempos, sino de pequeñas dificultades no asimiladas. El hombre que está al anochecer preocupado, entristecido, con mal humor, con mal genio, no es, de ordinario, porque le hayan sucedido reveses graves, sino porque ha ido acumulando una serie de contratiempos mínimos que no ha sabido incorporar a una vida de amor, a una vida de acercamiento a Dios"9. Ha perdido muchas ocasiones de crecer en las virtudes. Además, cuando se reciben estas contrariedades pequeñas como una oportunidad de acercarnos al Señor, como una ocasión de bien, el alma se dispone para aceptar situaciones más difíciles, como queridas, o al menos permitidas, por el Señor para unirnos más íntimamente a Él.

Cuando Dios viene al mundo "para sanar y remediar todas nuestras rebeldías y miserias espirituales desde su raíz, destruye muchas cosas por inservibles, pero deja intacto el dolor. No lo suprime, le da un nuevo sentido. Él pudo escoger mil senderos distintos para alcanzar la Redención del género humano –que para eso viene al mundo–. Pero de hecho elige un camino: el de la Cruz. Y por esa vereda lleva a su propia Madre, María, y a José, y a los Apóstoles, y a todos los hijos de Dios.

"El Señor, que permite el mal, sabe sacar bienes en beneficio de nuestras almas"10. No dejemos nosotros de convertirlo en motivo de amor, de crecimiento interior.

III. Otro campo de nuestras diarias mortificaciones es el cumplimiento del deber, con el que nos hemos de santificar. Ahí encontramos cada día la voluntad de Dios para nosotros; y hacerlo con perfección, con amor, requiere sacrificio. Por eso, la mortificación más grata al Señor "está en el orden, en la puntualidad, en el cuidado de los detalles, de la labor que realizamos; en el cumplimiento fiel del más pequeño deber de estado, aun cuando cueste sacrificio; en hacer lo que tenemos obligación de hacer, venciendo la tendencia a la comodidad. No perseveramos en el trabajo porque tenemos ganas, sino porque hay que hacerlo; y entonces lo hacemos con ganas y alegría"11. La madre de familia encontrará mil motivos diarios en su empeño por dar a la casa un tono amable y acogedor, y el estudiante podrá ofrecer el esfuerzo por llevar al día y con competencia sus asignaturas. El cansancio, consecuencia de haber trabajado a fondo, estando metidos de lleno en su ocupación, se convierte en una gratísima ofrenda al Señor que santifica. Pensemos hoy si somos personas que se quejan con frecuencia de su tarea, de aquella que precisamente nos ha de acercar a Dios.

El tercer campo de nuestras mortificaciones está, ordinariamente, en aquellas que buscamos voluntariamente con deseo de agradar al Señor y de disponernos mejor para la oración, para vencer las tentaciones, para ayudar a nuestros amigos a acercarse al Señor. Y entre estas, hemos de buscar aquellas que ayudan a los demás en su caminar diario. "Fomenta tu espíritu de mortificación en los detalles de caridad, con afán de hacer amable a todos el camino de santidad en medio del mundo: una sonrisa puede ser, a veces, la mejor muestra del espíritu de penitencia"12. El vencer, con el auxilio del Ángel Custodio, los estados de ánimo, el cansancio... será muy grato al Señor y una gran ayuda a quienes están con nosotros. "El espíritu de penitencia está principalmente en aprovechar esas abundantes pequeñeces –acciones, renuncias, sacrificios, servicios...– que encontramos cada día en el camino, convirtiéndolas en actos de amor, de contrición, en mortificaciones, y formar así un ramillete al final del día: ¡un hermoso ramo, que ofrecemos a Dios!"13.

1 Lc 10, 13-15. — 2 Heb 3, 7-8. — 3 San Gregorio Nacianceno, Oratio catechetica magna, 31. — 4 Ex 4, 21; Rom 9, 18. — 5 Santo Cura de Ars, Sermón para el miércoles de ceniza. — 6 Col 3, 9. — 7 A. Tanquerey, Compendio de Teología ascética y mística, n. 323. — 8 Cfr. Misal Romano, Formula intentionis Misae. — 9 A. G. Dorronsoro, Tiempo para creer, Rialp, Madrid 1976, p. 142. — 10 J. Urteaga, Los defectos de los santos, pp. 222-223. — 11 San Josemaría Escrivá, Carta 15-X-1948. 12 ídem, Forja, n. 149. — 13 Ibídem, n. 408.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

San Bruno
Fundador de los Cartujos
6 de Octubre
Año 1101

Bruno significa: "fuerte como una coraza o armadura metálica" (Brunne, en alemán es coraza).

Este santo se hizo famoso por haber fundado la comunidad religiosa más austera y penitente, los monjes cartujos, que viven en perpetuo silencio y jamás comen carne ni toman bebidas alcohólicas.

Nació en Colonia, Alemania, en el año 1030. Desde joven demostró poseer grandes cualidades intelectuales, y especialísimas aptitudes para dirigir espiritualmente a los demás. Ya a los 27 años era director espiritual de muchísimas personas importantes. Uno de sus dirigidos fue el futuro Papa Urbano II.

Ordenado sacerdote fue profesor de teología durante 18 años en Reims, y Canciller del Sr. Arzobispo, pero al morir éste, un hombre indigno, llamado Manasés, se hizo elegir arzobispo de esa ciudad, y ante sus comportamientos tan inmorales, Bruno lo acusó ante una reunión de obispos, y el Sumo Pontífice destituyó a Manasés. Le ofrecieron el cargo de Arzobispo a nuestro santo, pero él no lo quiso aceptar, porque se creía indigno de tan alto cargo. El destituido en venganza, le hizo quitar a Bruno todos sus bienes y quemar varias de sus posesiones.

Dicen que por aquel tiempo oyó Bruno una narración que le impresionó muchísimo. Le contaron que un hombre que tenía fama de ser buena persona (pero que en la vida privada no era nada santo) cuando le estaban celebrando su funeral, habló tres veces. La primera dijo: "He sido juzgado". La segunda: "He sido hallado culpable". La tercera: "He sido condenado". Y decían que las gentes se habían asustado muchísimo y habían huido de él y que el cadáver había sido arrojado al fondo de un río caudaloso. Estas narraciones y otros pensamientos muy profundos que bullían en su mente, llevaron a Bruno a alejarse de la vida mundana y dedicarse totalmente a la vida de oración y penitencia, en un sitio bien alejado de todos.

Teniendo todavía abundantes riquezas y gozando de la amistad de altos personajes y de una gran estimación entre la gente, y pudiendo, si aceptaba, ser nombrado Arzobispo de Reims, Bruno renunció a todo esto y se fue de monje al monasterio de San Roberto en Molesmes. Pero luego sintió que aunque allí se observaban reglamentos muy estrictos, sin embargo lo que él deseaba era un silencio total y un apartamiento completo del mundo. Por eso dispuso irse a un sitio mucho más alejado. Iba a hacer una nueva fundación.

San Hugo, obispo de Grenoble, vio en un sueño que siete estrellas lo conducían a él hacia un bosque apartado y que allá construían un faro que irradiaba luz hacia todas partes. Al día siguiente llegaron Bruno y seis compañeros a pedirle que les señalara un sitio muy apartado para ellos dedicarse a la oración y a la penitencia. San Hugo reconoció en ellos los que había visto en sueños y los llevó hacia el monte que le había sido indicado en la visión. Aquel sitio se llamaba Cartuja, y los nuevos religiosos recibieron el nombre de Cartujos.

San Bruno redactó para sus monjes un reglamento que es quizás el más severo que ha existido para una comunidad. Silencio perpetuo. Levantarse a media noche a rezar por más de una hora. A las 5:30 de la mañana ir otra vez a rezar a la capilla por otra hora, todo en coro. Lo mismo a mediodía y al atardecer.

Nunca comer carne ni tomar licores. Recibir visitas solamente una vez por año. Dedicarse por varias horas al día al estudio o a labores manuales especialmente a copiar libros. Vivir totalmente incomunicados con el mundo... Es un reglamento propio para hombres que quieren hacer gran penitencia por los pecadores y llegar a un alto grado de santidad.

San Hugo llegó a admirar tanto la sabiduría y la santidad de San Bruno, que lo eligió como su director espiritual, y cada vez que podía se iba al convento de la Cartuja a pasar unos días en silencio y oración y pedirle consejos al santo fundador. Lo mismo el Conde Rogerio, quien desde el día en que se encontró con Bruno la primera vez, sintió hacia él una veneración tan grande, que no dejaba de consultarlo cuando tenía problemas muy graves que resolver. Y aun se cuenta que una vez a Rogerio le tenían preparada una trampa para matarlo, y en sueños se le apareció San Bruno a decirle que tuviera mucho cuidado, y así logró librarse de aquel peligro.

Por aquel tiempo había sido nombrado Papa Urbano II, el cual de joven había sido discípulo de Bruno, y al recordar su santidad y su gran sabiduría y su don de consejo, lo mandó ir hacia Roma a que le sirviera de consejero. Esta obediencia fue muy dolorosa para él, pues tenía que dejar su vida retirada y tranquila de La Cartuja para irse a vivir en medio del mundo y sus afanes. Pero obedeció inmediatamente. Es difícil calcular la tristeza tan grande que sus monjes sintieron al verle partir para lejanas tierras. Varios de ellos no fueron capaces de soportar su ausencia y se fueron a acompañarlo a Roma. Y entonces el Conde Rogerio le obsequió una finca en Italia y allá fundó el santo un nuevo convento, con los mismos reglamentos de La Cartuja.

Los últimos años del santo los pasó entre misiones que le confiaba el Sumo Pontífice, y largas temporadas en el convento dedicado a la contemplación y a la penitencia. Su fama de santo era ya muy grande.

Murió el 6 e octubre del año 1101 dejando en la tierra como recuerdo una fundación religiosa que ha sido famosa en todo el mundo por su santidad y su austeridad. Que Dios nos conceda como a él, el ser capaces de apartarnos de lo que es mundano y materialista, y dedicarnos a lo que es espiritual y lleva a la santidad.

Que sean pocas tus palabras (S. Biblia).

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Beato Bartolo Longo, de satanista a "Apóstol del Rosario"

El Beato Bartolo Longo fue un abogado y laico que fundó del Santuario de la Virgen delRosario de Pompeya (Italia), y que además se dedicó a enseñar elcatecismo y a difundir la devoción al Santo Rosario.

Durante su juventud se introdujo en el espiritismo hasta que finalmente Dios tocó su corazón y se convirtió. El Beato Longo fue definido por el Papa San Juan Pablo II como "el hombre de la Virgen".

En la homilía de su beatificación, el 26 de octubre de 1980, el Santo Padre dijo que él "por amor a María se convirtió en escritor, apóstol del Evangelio, propagador del Rosario, fundador del célebre santuario en medio de enormes dificultades y adversidades; por amor a María creó institutos de caridad, se hizo mendigo para los hijos de los pobres. transformó Pompeya en una ciudadela de bondad humana y cristiana; por amor a María soportó en silencio tribulaciones y calumnias, pasando a través de un largo Getsemaní, confiando siempre en la Providencia, obediente siempre al Papa y la Iglesia".

Bartolo Longo nació en la localidad de Latiano (Italia) el 10 de febrero de 1841. Antes de obtener la licenciatura como abogado en la Universidad de Nápoles, se enredó en la moda anticristiana de la época y se dedicó a la política, las supersticiones y al espiritismo: llegó a ser "medium" de primer rango y "sacerdote espiritista".

Por otro lado, la filosofía atea de Hegel y el racionalismo de Renán lo tenían totalmente atrapado. Empezó a odiar a la Iglesia, organizando conferencias contra ella y alabando a los que criticaban al clero.

Gracias a la influencia de su amigo Vicente Pepe y del dominico P. Alberto Radente volvió de nuevo a la fe. Su conversión llegó el día del Sagrado Corazón de Jesús en 1865, en la Iglesia del Rosario de Nápoles.

Tras su encuentro con Cristo abandonó la vida libertina y se dedicó a las obras de caridad y al estudio de la religión.

Más tarde escribió, haciendo alusión a su propia experiencia, que "no puede haber ningún pecador tan perdido, ni alma esclavizada por el despiadado enemigo del hombre, Satanás, que no pueda salvarse por la virtud y eficacia admirable del santísimo Rosario de María, agarrándose de esa cadena misteriosa que nos tiende desde el cielo la Reina misericordiosísima de las místicas rosas para salvar a los tristes náufragos de este borrascosísimo mar del mundo".

En 1876, bajo sugerencia del Obispo de Nola, inició una campaña para construir un templo en Pompeya. Como resultado de la cooperación y la intercesión de la Virgen María surgió el hermoso Santuario.

El 5 de octubre de 1926, a la edad de 85 años murió en Pompeya. En su testamento había dejado escrito lo siguiente: "Deseo morir como terciario dominico… entre los brazos de la Virgen del Rosario, con la asistencia de mi padre Santo Domingo y de mi madre Santa Catalina de Sena".

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Fe (Foy), Santa Virgen y Mártir, Octubre 6  

Fe (Foy), Santa

Mártir

Martirologio Romano: En Agen, ciudad de Aquitania, santa Fe, mártir (s. IV).

Etimología: Fe = fiel. Viene de la lengua latina.


La versión francesa de su nombre es Foy, con el que es conocida por muchos

Cuando esta doncella compareció ante los procuradores Daciano y Ageno por ser cristiana, hizo primero la señal de la cruz y pidió ayuda celestial, después se volvió hacia Daciano, quien le preguntó: "¿Cómo te llamas?" Ella respondió: "Me llamo Fe y espero estar a la altura de mi nombre". Daciano le preguntó: "¿Cual es tu religión? Fe replicó: "Desde niña he servido a cristo y a Él me he consagrado". Daciano, que se sentía inclinado al perdón, le dijo: "Hija mía, piensa en tu juventud y tu belleza. Renuncia a tu religión y ofrece sacrificios a Diana. Es una diosa de tu sexo y te concederá toda clase de bienes". Pero la santa respondió: "Todos los dioses de los gentiles son malos. ¿Cómo, pues, me pides que les ofrezca sacrificios?" Daciano exclamó: "Si no ofreces sacrificios, morirás en el tormento". La joven replicó: "Estoy pronta a sufrir todos los tormentos por Cristo. Ardo en deseos de morir por Él". Daciano ordenó a los verdugos que trajesen una parrilla y tendiesen a Fe sobre ella. Los verdugos vertieron aceite en el fuego para avivar las llamas y hacer más violenta la tortura. Algunos espectadores, horrorizados gritaron: "¿Cómo te atreves a atormentar a una doncella cuyo único crimen es adorar a Dios?" Daciano mandó arrestar al punto a algunos de los que habían lanzado ese grito. Como éstos se negaron a ofrecer sacrificios, fueron decapitados junto con Santa Fe.

La leyenda que acabamos de reproducir no es fidedigna, ya que se confunde en algunos puntos con la de San Caprasio (20 de octubre). Pero el culto de Santa Fe era muy popular en la Edad Media en Europa. La capilla del costado oriental de la cripta de la Catedral de San Pablo, en Londres, lleva todavía el nombre de la santa. Antes del Gran Incendio, existía en Faringdon Ward Withinuna parroquia consagrada a Santa Fe, que fue derribada en 1240 para ensanchar el coro de la catedral.

En Conques, existe una estatua relicario de Santa Fe con una historia muy particular:

Resulta que un monje fue un día a robar sus reliquias en la iglesia de santa Fe de Agen.

La razón que aducía acerca de su robo era que en su abadía no había reliquias para que los peregrinos se detuvieran a verlas y, de camino, ganar algún dinero con las visitas.

Por lo visto era una costumbre extendida en la Edad Media. No era por el hecho de robar sino para incrementar la santidad de los fieles.

Desde que se realizó el traslado de las reliquias, la abadía tuvo una época de prosperidad muy grande.

Además, como se encontraba en la ruta del Camino de Santiago de Compostela, los peregrinos se paraban para rezar ante la bella estatua de roca que contenía el cráneo de la santa mártir.

Su fama se extendió por Francia, España y Portugal. Y su fama llegó hasta la misma América cuando los conquistadores descubrieron el Nuevo Mundo.

Hay muchas ciudades que llevan su nombre en varias naciones americanas.

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Fuente: ACI Prensa
María Francisca de las Cinco Llagas de Jesús, Santa Religiosa, Octubre 6  

María Francisca de las Cinco Llagas de Jesús, Santa

María Francisca de Nápoles

Nació en Nápoles, Italia en 1715. Su padre era un tejedor, hombre de terrible mal genio, y la madre era una mujer extraordinariamente piadosa. Desde muy pequeñita fue obligada por su padre a trabajar muchas horas cada día en su taller de hilados, pero la mamá aprovechaba todo rato libre para leerle libros piadosos y llevarla al templo a orar. El párroco, admirado de su piedad y viendo que se sabía de memoria el catecismo, la admitió a los 8 años a la Primera Comunión, y al año siguiente la encargó de preparar a varios niños.

Como era hermosa, el papá le consiguió un novio de clase rica. Pero María Francisca le dijo que ella había prometido a Dios conservarse soltera y virgen para dedicarse a la vida espiritual y a ayudar a salvar almas. El padre montó en cólera y la castigó serveramente; sin embargo, gracias a las influencias y mediación de un padre franciscano, el papa de la santa aceptó dejarla en libertad para que ella siguiese su vocación religiosa. El 8 de septiembre de 1731 recibió el hábito de Terciaria franciscana y siguió viviendo en su casa, pero con comportamientos de religiosa.

Frecuentemente mientras estaba en oración entraba en éxtasis. La Virgen se le aparecía y le traía mensajes. Tras la muerte de su madre, la santa decidió abandonar su hogar y mudarse a una casa cural donde permaneció los últimos 38 años de su vida, siempre en constante oración, penitencia y sufrimiento que los ofrecía por las almas del purgatorio y la conversión de los pecadores.

Poco después, le aparecieron las cinco llagas o heridas de Jesús en su cuerpo. Su salud era muy defectuosa y las enfermedades la hacían sufrir enormemente. El 6 de octubre de 1791 murió santamente. Y el 29 de Junio de 1867 el Sumo Pontífice Pío IX la declaró santa.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04
Magno Obispo de Odezzo, Santo Obispo y Confesor, 6 Octubre  

Magno Obispo de Odezzo, Santo

Según la tradición, Magno nació en Altino en una familia noble, probablemente en el último cuarto del siglo VI. Después de realizar estudios humanísticos en su ciudad natal, se retiró para hacer vida eremítica a una isla de una laguna cercana, donde se preparó para el sacerdocio. Fue ordenado en la ciudad de Oderzo, donde ejerció su sacerdocio combatiendo a los últimos propagadores del paganismo y a la infiltración arriana proveniente de la diócesis (Ceneda), ocupada por los Lombardos.

En 630 sucede a San Tiziano en la sede episcopal de Oderzo. La Ciudad y parte de la diócesis todavía está sujeta a Bizancio, de la que constituía el último contrafuerte de resistencia en tierra firme contra el reino lombardo. No es extraño que Rotari, aprovechando la circunstancia de que las fuerzas bizantinas estaban comprometidas en Oriente, en 638-39 asaltó y ocupó la ciudad. La mayor parte de los habitantes, bajo la guía de su jefe político y especialmente del obispo, se refugió en la isla vecina de la laguna véneta, que formaba parte de la diócesis de Oderzo. Magno obtiene del Papa Severino (28 maggio - 2 agosto 640) y de Primigenio, patriarca de Grado, la transferencia de la sede episcopal, aunque conservando el nombre de Oderzo. Allí construye la catedral dedicada al apóstol San Pedro, de modo que la tradición también lo hace fudador, por divina inspiración, de otras ocho iglesias en la zona en donde surgirá Venecia. En 665-667, Oderzo fue reocupada y casi destruida por los Lonbardos. El santo sobrevive pocos años a este triste evento: muerenonagenario alrededor de 670 y fue sepultado en su catedral.

Cuando debido al hundimiento de la laguna circundante, Eraclea fue abandonada por sus habitantes, Pietro Ziani (1205-29), el 6 de octubre de 1206, hizo trasportar los restos de San Magno Venecia, a la iglesia de San Jeremías. El 21 de dicembre de 1459 el senado veneciano decretó que ese día fuera festivo para toda la ciudad; el 28 de septiembre de 1563, un nuevo decreto del senado permite que un brzo del santo sea llevado a la basílica de San Marcos y que todos los años, el día 6 de octubre sea expuesto a la veneración de los fieles dentro de un rico relicario.

En Venecia se sigue venerando a San Magno a pesar de que después de el 22 de abril de 1956 sus restos volvieron a la nueva Eraclea para ser conservados en la iglesia parroquial de Santa María Inmaculada.

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Fuente: Passiochristi.org
Isidoro de San José De Loor, Beato Presbítero Pasionista, 6 Octubre  

Isidoro de San José De Loor, Beato

Los santos pueden parecer todos iguales, pero al final vemos que no existe uno igual a otro. También Isidoro ofrece su vida al Señor en sacrificio y escribe a los suyos: "Los he dejado para vivir solo para el Señor y trabajar mucho por la salvación de mi alma, de la de ustedes y de las de muchos otros".

Se le puede definir como el campesino santo. Nace en Vrasene (Bélgica) el 8 de abril de 1881 de una familia de campesinos. Es doblemente afortunado, primero porque sus padres se distinguen por la piedad, la rectitud moral y una conducta irreprensible. En segundo lugar porque "La agricultura ha sido creada por el Altísimo" (Sir. 7,15) y el trabajo de los campos es agradable a Dios. También en el convento se dedicará con pasión al trabajo del campo y escribirá: "Trabajar y plantar en el huerto me hace maravillosamente bien".

Es un joven robusto, activo y sociable; ayuda a la familia trabajando en el campo y el invierno con el tico como obrero de la empresa de pavimentación de las calles; canta en el coro de la parroquia y también es catequista. Participa asiduamente en la vida de la parroquia, se inscribe a la "Pía unión por el Vía Crucis semanal" y ama meditar la pasión de Jesús. Mientras va madurando la idea de ser religioso. Un sacerdote redentorista lo encamina hacia los pasionistas por su amor a Jesús Crucificado. En abril de 1907, a los 26 años de edad entra en el noviciado pasionista de Ere como religioso hermano.

Sufre mucho por la separación de su familia y padece un malestar, él que habla flamenco, debe hablar en francés, la lengua oficial en el convento. El 8 de septiembre de 1907 toma el hábito pasionista y un año después emite la profesión religiosa.

Está feliz por su vocación. Escribe a sus padres: "Aquí todos somos iguales, del superior al más pequeño; todos en una misma mesa, en una misma oración, en un mismo reposo, en una misma recreación. Todos juntos trabajamos, según la condición de cada uno. Nos damos un servicio recíproco"

Su vida no cambia mucho; habituado desde su familia a ser un apóstol continúa a serlo también en el convento. "Cumpliendo todo por la gloria de Dios, escribe, "colaboro en la conversión de los pecadores y a difundir la devoción a la Pasión de Jesús y a los dolores de María. Mientras los sacerdotes van a predicar, nosotros los hermanos trabajamos para la comunidad; también el trabajo más insignificante se convierte en mérito para Dios y nuestra salvación. No anhelo, ni deseo otra cosa que sacrificarme enteramente por la salvación de las almas".

Humildad y paciencia son sus virtudes. "El trabajo, dice bromeando, me hace bien. Así cuando viene el diablo y me encuentra ocupado, se convence que no tiene nada que esperar de mi... y no le queda más que irse".

Su vida es una continua búsqueda de la voluntad de Dios; sobre ella extiende su jornada y en ella encuentra paz y serenidad, en una continua acción de gracias. En la víspera de sus votos escribe: "Estoy por hacer mi profesión, únicamente para hacer la voluntad de Dios". Lo llaman "el hermano bueno, el hermano de la voluntad de Dios, la encarnación de la regla pasionista".

Vive una rígida pobreza y escribe: "No poseo muchas cosas; solo tengo un crucifijo, una navaja de afeitar, un sacapuntas, un lápiz, pero no se como hacerles comprender la grande alegría que me llena viéndome libre de todo, para que mi corazón no ame sino a Jesús".

No falta el sufrimiento físico. En Junio de 1911, por un cáncer, le es extirpado el ojo derecho. Soporta todo con grande fuerza, tanto que el médico que lo opera exclama: "Este hombre deber ser un santo". Él escribe: "Me he confesado y en la comunión he ofrecido a Dios mi ojo por la expiación de mis pecados, por el bien espiritual y material de ustedes y por otras muchas otras intenciones. Me he abandonado cómodamente a la voluntad de Dios, sin entristecerme".

El mal continúa su curso. Padece cáncer en el intestino y el médico advierte al superior las consecuencias fatales de la enfermedad. El superior hace conciente a Isidoro, el cual acoge la noticia con la habitual serenidad. Padece dolorosas operaciones. Exclama: "Debemos aceptar nuestros sufrimientos en unión con Jesús, que es para nosotros el modelo de abandono a la voluntad del Padre". Los familiares no podrán estar siempre con él para asistirlo, porque lo impiden los alemanes que han ocupado Bélgica. Estamos en plena 1ª guerra mundial. Muere en octubre de 1916, de 35 años.

El humilde y silencioso hermano pasionista se convertirá en una de las figuras más amadas y populares de Bélgica. Juan Pablo II lo ha declarado beato el 30 de septiembre de 1984.

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Maria Rosa Durocher, Beata Virgen, Fundadora, 6 Octubre  

Maria Rosa Durocher, Beata

Batizada con el nombre de Eulalie Durocher nació en San Antoine-sur-Richelieu (Canadá) el 6 de octubre de 1811. Ella vió la gran necesidad de instrucción para la juventud. Sobre todo las jóvenes recibían muy poca instrucción.

Por solicitud del Obispo Ignace Bourget, ella fue a Longueuil para fundar una nueva comunidad dedicada a la instrucción de la juventud. Dicha comunidad recibió el nombre de Hijas de los Sagrados Nombres de Jesús y María.

Por su fe, su juicio y su creatividad apostólica, esta mujer tenía una gran influencia en la sociedad y la Iglesia de Quebec. Nacida para educar, supo desarrollar los dones de las personas a su alrededor y logró abrir su congregación al futuro.

El 8 de diciembre de 1844, junto con Henriette Cérré y Mélodie Dufresne, hicieron su profesión religiosa en la iglesia de Longueuil. El 6 de octubre de 1849, el Obispo Ignace Bourget presidió al entierro de Madre Marie-Rose que había fallecido ese mismo día a la edad de treinta y ocho años.

Fue beatificada por el Santo Padre Juan Pablo II el 23 de mayo de 1982

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Fuente: Santiebeati.it
Artaldo de Belley, Santo Monje y Obispo, 6 de octubre  

Artaldo de Belley, Santo

Monje y Obispo

Martirologio Romano: En la Cartuja de Arvières, en la Borgoña, fundada por él mismo, san Artaldo, obispo de Belley, que tenía cerca de noventa años cuando, a pesar suyo, fue elegido obispo, pero a los dos años renunció, volviendo a la vida monástica, y falleció a la edad de ciento seis años (1206).

Fecha de canonización: 2 de junio 1834.

 

El "Martyrologium Romanum" lo recuerda al 6 de octubre con el nombre de Artaldo, en Francia se lo conoce como Arthaud o Arthold. Nació hacia el 1101 en el castillo de Sothonod, parroquia de Songieu, en Valromey (Departamento francés de Ain cuya capital es Bourg-en-Bresse).

Artaldo transcurrió su juventud en la corte de Amadeo III de Saboya, 1095 -1148, quien murió en Chipre durante la segunda Cruzada. Con casi veinte años, en el 1120, entró en la Cartuja de Portes (Lione) y cuando tuvo 31 años fue enviado a la diócesis de Ginebra, para fundar allí un monasterio de la orden cartuja, fundado en el 1084 por San Bruno.

Pero la primera casa, levantada cerca de Mont Colombier, fue destruida un año después por un incendio; entonces Artaldo se desplazó a la meseta de Arvièrs donde fundó una nueva cartuja convirtiéndose en su prior.

En aquellos días debía ya de tener una reputación de santidad, dado que el papa Alejandro III (1159 -1181) le hacía confidencias en epístolas escritas después de sus confrontaciones con el emperador Federico Barbirrojo.

Muy a su a pesar, Artaldo fue elegido obispo de Belley, ciudad francesa y capital de un condado en la Edad Media, siendo el sucesor del obispo Reginaldo; para evitar asumir el cargo se escondió, pero por poco tiempo, en 1188 se vio obligado a aceptar el nombramiento.

Tan sólo estuvo a cargo de la diócesis por dos años, porque en el 1190 consiguió que el Papa Clemente III (1187 -1191) aceptara su renuncia y por lo tanto pudo regresar a su cartuja en Arvières, dónde vivió santamente hasta los 105 años, su muerte ocurrió el 6 de octubre 1206.
Sus reliquias, reconocidas oficialmente en 1640, durante la Revolución francesa, fueron confiadas a la parroquia de Lochieu, y luego de algunos entierros y exhumaciones, el 13 de abril de 1830 regresaron de nuevo a la susodicha iglesia parroquial.

Su fiesta celebrada por los cartujos el 6 de octubre, fue extendida a toda la diócesis de Belley y luego a toda Europa, de papa Gregorio XVI, mediante decreto confirmó su culto el 2 de junio 1834.

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Otros Santos y Beatos

San Román, obispo

En Auxerre, de Neustria, san Román, obispo (c. 564).

San Ywio, monje

En Bretaña Menor, san Ywio, diácono y monje, discípulo de san Cutberto, obispo de Lindisfarne, que pasó de Inglaterra a esta región, donde vivió entregado a las vigilias y ayunos (c. 704).

San Juan Xenos, monje

En Azogyrea, en la isla de Creta, san Juan, apellidado Xenos, que propagó en la isla la vida monástica (s. XI).

San Pardulfo, abad

En Guéret, en la región de Limoges, en Aquitania, san Pardulfo, abad, del cual, ilustre por su santidad de vida, se cuenta que hizo huir de su iglesia a los sarracenos que retrocedían ante Carlos Martel (737).

San Adalberón, monje y obispo

En el monasterio de Lambach, en Baviera, muerte de san Adalberón, obispo de Würzburg, que, por defender la Sede Apostólica, tuvo que sufrir mucho por parte de los cismáticos y, expulsado varias veces de su sede, pasó en paz sus últimos años en dicho monasterio de Lambach, que él mismo había fundado (1090).

Beato Francisco Hunot, presbítero y mártir

Frente a Rochefort, en el litoral de Francia, beato Francisco Hunot, presbítero y mártir, que, por su condición de sacerdote, durante la persecución contra la Iglesia fue encarcelado en una vieja nave anclada, muriendo víctima de las fiebres (1794).

San Francisco Tran Van Trung, mártir

En la ciudad de An-Hoa, en Annam, san Francisco Tran Van Trung, mártir, que, siendo soldado, resistió enérgicamente las propuestas de apostatar de la fe cristiana, por lo cual el emperador Tu Duc le hizo degollar (1858).

San Ságar, obispo y mártir

En Laodicea, de Frigia, san Ságar, obispo y mártir, que padeció en tiempo de Servilio Paulo, procónsul de Asia, (c. 170).

San Renato, obispo

En la ciudad de Sorrento, en la Campania, san Renato, obispo (c. s. V).

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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