JMJ
Pax
El Espíritu Santo les enseñará lo que convenga decir
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 12, 8-12
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Yo les aseguro que a todo aquel que me reconozca abiertamente ante los hombres, el Hijo del hombre lo reconocerá abiertamente ante los ángeles de Dios; pero si uno me niega ante los hombres, también yo lo negaré ante los ángeles de Dios.
Quien hable mal del Hijo del hombre, se le podrá perdonar, pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará.
Cuando los lleven a las sinagogas, ante los jueces y autoridades, no se preocupen de cómo se van a defender o qué van a decir. Porque el Espíritu Santo les enseñará en aquel momento lo que convenga decir".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.
El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk
El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu
El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc
Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?
Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).
Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?
Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).
† Misal
sab 28a. Ordinario año impar
Antífona de Entrada
Escucha, Señor, mi voz y mis clamores y ven en mi ayuda; no me rechaces, ni me abandones, Dios, salvador mío.
Oración Colecta
Dios nuestro, fuerza de todos los que en ti confían, ayúdanos con tu gracia, sin la cual nada puede nuestra humana debilidad, para que podamos serte fieles en la observancia de tus mandamientos.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Esperando contra toda esperanza, Abrahán creyó
Lectura de la carta del apóstol según Pablo a los Romanos 4, 13.16-18
Hermanos: La promesa que Dios hizo a Abrahán y a sus descendientes, de que ellos heredarían el mundo, no dependía de la observancia de la ley, sino de la justificación obtenida mediante la fe.
En esta forma, por medio de la fe, que es gratuita, queda asegurada la promesa para todos sus descendientes, no sólo para aquellos que cumplen la ley, sino también para todos los que tienen la fe de Abrahán. Entonces, él es padre de todos nosotros, como dice la Escritura: Te he constituido padre de todos los pueblos.
Así pues, Abrahán es nuestro padre delante de aquel Dios en quien creyó y que da la vida a los muertos y llama a la existencia a las cosas que todavía no existen. El, esperando contra toda esperanza, creyó que habría de ser padre de muchos pueblos, conforme a lo que Dios le había prometido: Así de numerosa será tu descendencia.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 104
El Señor nunca olvida sus promesas.
Descendientes de Abrahán, su servidor, estirpe de Jacob, su predilecto, escuchen: el Señor es nuestro Dios y gobiernan la tierra sus decretos.
El Señor nunca olvida sus promesas.
Ni aunque transcurran mil generaciones, se olvidará el Señor de sus promesas, de la alianza pactada con Abrahán, del juramento a Isaac, que un día le hiciera.
El Señor nunca olvida sus promesas.
Se acordó de la palabra sagrada que había dada a su siervo, Abrahán, y sacó a su pueblo con alegría, a sus escogidos con gritos de triunfo.
El Señor nunca olvida sus promesas.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
El espíritu de verdad dará testimonio de mí,m dice el Señor, y también ustedes serán mis testigos.
Aleluya.
Evangelio
El Espíritu Santo les enseñará lo que convenga decir
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 12, 8-12
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Yo les aseguro que a todo aquel que me reconozca abiertamente ante los hombres, el Hijo del hombre lo reconocerá abiertamente ante los ángeles de Dios; pero si uno me niega ante los hombres, también yo lo negaré ante los ángeles de Dios.
Quien hable mal del Hijo del hombre, se le podrá perdonar, pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará.
Cuando los lleven a las sinagogas, ante los jueces y autoridades, no se preocupen de cómo se van a defender o qué van a decir. Porque el Espíritu Santo les enseñará en aquel momento lo que convenga decir".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Dios nuestro, que en estos dones que te presentamos has otorgado al hombre el pan que lo alimenta y el sacramento que la nueva vida, haz que nunca llegue a faltarnos este sustento del cuerpo y del espíritu.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
La gloria de Dios es el hombre viviente.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Tú eres el Dios vivo y verdadero; el universo está lleno de tu presencia, pero sobre todo
has dejado la huella de tu gloria en el hombre, creado a tu imagen. Tú lo llamas a cooperar con el trabajo cotidiano en el proyecto de la creación y le das tu Espíritu para que sea artífice de justicia y de paz, en Cristo, el hombre nuevo.
Por eso,
unidos a los ángeles y a los santos, cantamos con alegría el himno de tu alabanza:
Antífona de la Comunión
Una sola cosa he pedido al Señor y es lo único que busco: habitar en su casa todos los días de mi vida.
Oración después de la comunión
Que nuestra participación en este sacramento signo de la unión de los fieles en ti, contribuya, Señor, a la unidad de tu Iglesia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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† Meditación diaria
28ª semana. Sábado
EL PECADO CONTRA EL ESPÍRITU SANTO
— Abiertos a la misericordia divina.
— La pérdida del "sentido del pecado".
— Junto a Cristo entendemos qué es verdaderamente el pecado. Delicadeza de conciencia.
I. San Lucas recoge en el Evangelio de la Misa de hoy una fuerte sentencia de Jesús: Todo el que diga una palabra contra el Hijo del Hombre, será perdonado; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no será perdonado1. San Marcos añade que esta blasfemia no tendrá perdón jamás; el que la cometa será reo de castigo eterno2.
San Mateo sitúa esta sentencia en un contexto que explica mejor las palabras del Señor3. Relata este Evangelista que la multitud, asombrada ante tantas maravillas, se preguntaba: ¿No será este el Hijo de David?4. Pero los fariseos, ante tantos prodigios que no pueden negar, no quieren rendir sus inteligencias ante esos hechos que todo el mundo conoce; no encuentran otra salida que atribuir al mismo demonio la acción divina de Jesús. Es tal la dureza de su corazón que, con tal de no ceder, están dispuestos a tergiversar radicalmente lo que resulta evidente para todos. Por eso murmuraban: Este no expulsa los demonios sino por Beelzebul, príncipe de los demonios. En esa cerrazón a la gracia y tergiversación de los hechos sobrenaturales consiste la blasfemia imperdonable contra el Espíritu Santo: en excluir la misma fuente del perdón5. Todo pecado, por grande que sea, puede ser perdonado, porque la misericordia de Dios es infinita; pero para que se otorgue ese perdón divino es necesario reconocer el pecado y creer en el perdón y en la misericordia del Señor, cercano siempre a nuestra vida. La cerrazón de aquellos fariseos impedía que la poderosa acción divina llegara hasta ellos.
Jesús llama a esta actitud pecado contra el Espíritu Santo. Y es imperdonable, no tanto por su gravedad y malicia, sino por la disposición interna de la voluntad, que anula toda posibilidad para el arrepentimiento. El que peca así, se sitúa, él mismo, fuera del perdón divino.
El Papa Juan Pablo II nos advierte de la extrema gravedad de esta actitud ante la gracia, que lleva consigo una deformación de la conciencia, pues "la blasfemia contra el Espíritu Santo es el pecado cometido por el hombre que reivindica un pretendido "derecho a perseverar en el mal" –en cualquier pecado– y rechaza la Redención. El hombre encerrado en el pecado, haciendo imposible por su parte la conversión y, por consiguiente, también la remisión de sus pecados, que considera no esencial o sin importancia para su vida"6.
Nosotros le pedirnos hoy al Señor una radical sinceridad y una verdadera humildad para reconocer nuestras faltas y pecados, también los veniales, que no nos acostumbremos a ellos, que seamos rápidos en acudir a Él y que nos perdone y deje nuestro corazón sensible a la acción del Espíritu Santo. Y a Nuestra Señora le pedimos el santo temor de Dios para no perder nunca el sentido del pecado, y la conciencia de los propios errores y flaquezas. "Cuando tenemos turbia la vista, cuando los ojos pierden claridad, necesitamos ir a la luz. Y Jesucristo nos ha dicho que Él es la Luz del mundo y que ha venido a curar a los enfermos"7.
II. Jesucristo nos dio a conocer plenamente al Espíritu Santo como una Persona distinta del Padre y del Hijo, como el Amor personal dentro de la Trinidad Beatísima, que es la fuente y modelo de todo amor creado8.
En todas las acciones de Jesús está presente el Espíritu, pero será en la Última Cena cuando el Señor hable de Él con más claridad, como de una Persona distinta del Padre y del Hijo, y muy cercano a la Redención del mundo. Jesús se refiere a Él como a un paráclito o consejero, esto es, un abogado y confortador. La palabra paráclito era usada en el mundo profano griego para referirse a una persona llamada a asistir o a hablar por otra, especialmente en los procesos legales. El Espíritu Santo tiene por eso una particular misión en lo que se refiere al juicio de la propia conciencia y a ese otro juicio tan especial de la Confesión, en el que el reo sale absuelto para siempre de sus culpas y lleno de una riqueza nueva.
La misericordia divina, que se ejerce por esta acción misteriosa y salvífica del Espíritu Santo, "encuentra en el hombre que se halla en esta condición (de falta de apertura a la acción de la gracia) una resistencia interior, como una impermeabilidad de la conciencia, un estado de ánimo que podría decirse consolidado en razón de una libre elección: es lo que la Sagrada Escritura suele llamar dureza de corazón (cfr. Sal 81, 13; Jer 7, 24; Mc 3, 5). En nuestro tiempo a esta actitud de mente y corazón corresponde quizá la pérdida del sentido del pecado"9.
Lo contrario a la dureza de corazón es la delicadeza de conciencia, que tiene el alma cuando aborrece todo pecado, incluso venial, y procura ser dócil a las inspiraciones y gracias del Espíritu Santo, que son incontables a lo largo del día. "Cuando uno tiene sano el olfato del alma –hacía notar San Agustín–, al instante percibe el mal olor de los pecados"10. ¿Somos sensibles nosotros a las ofensas que se hacen a Dios? ¿Reaccionamos con prontitud ante nuestras faltas y pecados?
III. En muchos hombres se va perdiendo el sentido del pecado, y, consiguientemente, el sentido de Dios. No es raro que en el cine, en la televisión, en comentarios de prensa se enjuicien ideas y hechos contrarios a la ley de Dios como asuntos normales, que a veces se deploran por sus consecuencias dañinas para la sociedad y para el individuo, pero sin referencia alguna al Creador. En otras ocasiones, se exponen estos hechos como sucesos que atraen la curiosidad pública, pero sin darles una mayor trascendencia: infidelidades matrimoniales, hechos escandalosos, difamaciones, faltas contra el honor, divorcios, estafas, prevaricaciones, cohechos... No faltan quienes, aun llamándose cristianos, se recrean en esas situaciones, las consideran con detenimiento, entrevistan a sus protagonistas... y parece como si no se atrevieran a llamarlas por su nombre. En todo caso, se suele olvidar lo más importante: la relación con Dios, que es lo que da el verdadero sentido a lo humano. Se juzga con criterios muy alejados del sentir de Dios, como si Él no existiera o no contara en los asuntos de la vida. Es un ambiente pagano generalizado, parecido al que encontraron los primeros cristianos, y que hemos de cambiar, como ellos hicieron.
En nuestra propia vida sentiremos el peso de nuestros pecados solo cuando consideremos esas faltas, ante todo, como ofensas a Dios, que nos separan de Él y nos vuelven torpes y sordos para oír al Paráclito, al Espíritu Santo, en el alma. Cuando las propias debilidades no se relacionan con el Señor, ocurre lo que ya hacía notar San Agustín: hay –afirma el Santo– quienes, al cometer cierta clase de pecados, se imaginan no pecar, porque dicen que no hacen mal a nadie11. ¡Qué gracia tan grande, por el contrario, sentir el peso de nuestras faltas, que nos llevará a hacer actos reiterados de contrición y a desear ardientemente la Confesión frecuente, donde el alma se purifica y se dispone para estar cerca de Dios! "Si no andáis encorvado y entristecido por el pecado, no le habéis conocido (el mal cometido) –enseña San Juan de Ávila–. Pesa el pecado: sicut onus grave gravatae sunt super me (Sal 37, 5). Más pesa el pecado que yo... ¿Qué cosa es el pecado? Una deuda insoluble, una carga insoportable que ni quintales pesan tanto"12. Y más adelante dice el Santo: "No hay carga tan pesada, ¿por qué no la sentimos? Porque no hemos sentido la bondad de Dios"13. San Pedro descubrió en la pesca milagrosa la divinidad de Cristo y su propia poquedad. Por eso se echó a los pies de Jesús y le dijo: Apártate de mí, Señor, que soy un pobre pecador14. Pedía al Señor que se apartara, porque le parecía que, con la oscuridad de sus flaquezas, no podría soportar su radiante luz. Y mientras sus palabras declaraban su indignidad, los ojos y toda su actitud rogaban a Jesús fervientemente que lo tomaran con Él para siempre.
La suciedad de los pecados necesita un término de referencia, y este es la santidad de Dios. El cristiano solo percibe el desamor cuando considera el amor de Cristo. De otro modo justificará fácilmente todas sus debilidades. Pedro, que ama a Jesús profundamente, sabrá arrepentirse de sus negaciones, precisamente con un acto de amor, que quizá nosotros también hemos empleado muchas veces: Domine -le dirá aquella mañana después de la segunda pesca milagrosa-, tu omnia nosti, tu scis quia amo te15. Señor, Tú sabes todas las cosas, Tú sabes que te amo. Así acudiremos al Señor con un acto de amor, cuando no hayamos correspondido al suyo. La contrición da al alma una gran fortaleza, devuelve la esperanza y proporciona una particular delicadeza para oír y entender a Dios.
Pidamos con frecuencia a Nuestra Madre Santa María, que tan dócil fue a las mociones del Espíritu Santo, que nos enseñe a tener una conciencia muy delicada, que no nos acostumbremos al peso del pecado y que sepamos reaccionar con prontitud ante el más pequeño pecado venial deliberado.
1 Lc 12, 10. — 2 Cfr. Mc 3, 29. — 3 Cfr. Mt 12, 32. — 4 Mt 12, 13. — 5 Cfr. Santo Tomás, Suma Teológica, 2-2, q. 14, a. 3. — 6 Juan Pablo II, Enc. Dominum et vivificantem, 18-V-1986, 46. — 7 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 158. — 8 Cfr. Conc. Vat. II, Const. Gaudium el spes, 24. — 9 Juan Pablo II, loc. cit., 47. — 10 San Agustín, Comentarios a los Salmos, 37, 9. — 11 Cfr. ídem, Sermón 278, 7. — 12 San Juan de Ávila, Sermón 25, para el Domingo 21 después de Pentecostés, en Obras completas, vol. II, p. 354. — 13 Ibídem, p. 355. — 14 Cfr. Lc 5, 8-9. — 15 Jn 21, 17.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
Fuente: Vatican.va
Carlos I de Habsburgo, Beato Laico, 21 de octubre
Carlos de Austria nació el 17 de agosto de 1887 en el Castillo de Persenbeug, en la región del Austria Inferior. Sus padres eran el archiduque Otto y la Princesa María Josefina de Sajonia, hija del último rey de Sajonia. El emperador José I era el tío abuelo de Carlos. ---------------------------------------------------------------------- Si conoce información relevante para la canonización del Beato Carlos, contacte a: |
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San Gerardo. Hermano Redentorista. Año 1755.
Gerardo quiere decir: "Valiente para la defensa" (Del alemán: Ger = defensa. Ard = valiente).
El Papa Pío XII dijo que San Gerardo es un modelo admirable para los hermanos de las comunidades religiosas. Y León XIII afirmaba que este santo es uno de los jóvenes más angelicales que Dios ha dado a los hombres por modelo. Sólo vivió 29 años en esta tierra pero llenó sus alrededores de hechos admirables.
Nació en Muro, un pueblecito cerca de Nápoles, Italia.
La mamá dijo de él: "Desde pequeñito su mayor delicia era entrar al templo y rezar ante el Santísimo Sacramento del altar. Cuando estaba orando ante la Santa Hostia se olvidaba hasta de ir a comer. En la casa en cualquier rato libre que tenía se dedicaba a rezar. Parecía que le agradaba más pensar en el cielo que en la tierra".
Cuando cumplió los diez años, su confesor le dio permiso de comulgar cada tres días, caso raro en esa época en que a causa de un error llamado jansenismo, las gentes decían que no había que comulgar sino de vez en cuando.
Cuando murió su padre, Gerardo tuvo que abandonar sus estudios y dedicarse a aprender sastrería. Fue tratado muy duramente por un compañero supremamente áspero, pero jamás el otro logró que le respondiera a sus malos tratos. Luego pasó a trabajar como obrero de un señor de la ciudad y este lo trataba ásperamente y lo regañaba sin causa justa. Ni una sola vez el joven protestó por este modo cruel de tratarlo. Quería imitar a Jesús que cuando era ultrajado y tratado mal, se quedaba en silencio.
Luego Gerardo puso una sastrería, y las ganancias que conseguía las dividía en tres partes iguales: una para su mamá, para los gastos de la casa. Otra para los pobres y la tercera para pagar misas. Pagaba muchas misas por las almas de los difuntos.
Cuando tenía 23 años llegaron a su pueblo a predicar, unos padres redentoristas, y Gerardo les pidió que lo admitieran en su comunidad como un hermano lego. El superior de la misión no quería admitirlo, pero al fin ante tantos ruegos, lo envió a la casa de formación con una tarjeta que decía: "Allá les mando a Gerardo. Parece que es un inútil". (Después el padre se arrepintió de haber escrito eso). En el noviciado se dedicaba con tanto fervor a todo lo que tenía que hacer, que los compañeros decían: "Gerardo es un loco o es un santo".
San Alfonso de Ligorio, fundador de la congregación de los redentoristas, lo admitió en su comunidad y se dio cuenta de que era un alma muy agradable a Dios. (San Alfonso se apareció después de muerto a Gerardo y lo curó de una grave enfermedad). Fue admitido como religioso en 1752 y al hacer sus tres votos o juramentos de castidad, pobreza y obediencia, añadió un cuarto juramento: "hacer siempre lo que me parezca que es más agradable a Dios".
Cuando era novicio una vez un religioso entró a la capilla y oyó que Gerardo le decía a Jesús en el sagrario: "Por favor: déjame que me vaya pues tengo mucho qué hacer. Después seguimos charlando".
Su oficio en la comunidad era el de sastre y enfermero, pero a los padres les gustaba llevarlo a las misiones porque leía el estado de las conciencias de las personas. A veces se bilocaba e iba a sitios lejanos a darle algún mensaje a alguien que lo necesitaba, pero nadie lo veía retirarse de su sitio de trabajo (bilocarse es estar en dos sitios a la vez).
Cuando se quedaba en éxtasis en oración no oía ni veía lo que sucedía a su alrededor. Lo único que lo hacía volver en sí, era que lo llamara su superior. Un día dijo: "En este momento están asesinando al arcipreste de Muro". Y así sucedió, pero a 70 kilómetros de distancia de donde él estaba. En Roma le leyó la conciencia y los pensamientos al secretario de un alto dignatario y éste, aterrorizado ante semejante hecho extraordinario, cambió de vida y se reconcilió con su esposa. En toda la ciudad se comentaba el hecho.
Una vez fueron a buscarlo a su habitación y no lo encontraron. Después el superior le preguntó dónde había estado. "En mi habitación", dijo el humilde hermano. "Pero allá fuimos y miramos por todas pares y no lo vimos". Entonces él le contó que como era un día de retiro y quería orar en paz, le había pedido a Dios que no lo vieran los que fueran a buscarlo. El superior le dijo: "Por esta vez le perdono, ¡pero no se le ocurra volver a pedir a Dios semejantes cosas!".
Un gran regalo del Espíritu Santo a este sencillo hermanito lego fue el don de saber aconsejar a los demás. Varias comunidades de religiosas obtuvieron permiso para que Gerardo fuera a darles buenos consejos a través de las rejas de sus conventos. Numerosos sacerdotes le escribían pidiéndole consejo para casos difíciles.
Un grupo de religiosos hizo una peregrinación de nueve días hacia un santuario sin llevar dinero. No se afanaban por ello, pues llevaban consigo al hermano Gerardo. Y aquel viaje fue una cadena de prodigios. Fueron y volvieron y nada les faltó, y eso que no llevaban dinero pero llevaban a un religioso que tenía mucha fe.
Una muchacha corrompida acusó a Gerardo de que le había hecho malas propuestas. San Alfonso lo llamó y le echó un regaño terrible y le prohibió comulgar por varios días. Él no dijo ni una sola palabra en defensa propia (recordaba que tampoco Jesús se defendió cuando le inventaron falsas acusaciones en su sacratísima pasión). Después la muchacha y su amante confesaron que todo lo que habían dicho contra Gerardo era mentira. San Alfonso lo llamó y le dijo: "¿Por qué no se defendió?". Padre – le respondió él – yo sabía que Dios me iba a defender. Nuestro reglamento nos manda que no busquemos disculpas cuando nos regañan".
El oficio preferido del hermano Gerardo era el de portero, porque allí podía ayudar a los mendigos y a mucha gente necesitada. Cuando él llegaba de portero a una casa de su comunidad, la portería se veía asediada de mendigos. Hasta 200 llegaban en un solo día, y él los atendía como no lo hubiera hecho una madre. Tenía el arte de contentar a todos, y era admirable su paciencia para soportar a los cansones y pedigüeños. A todos regalaba alimentos o vestidos, y la gente no se explicaba de dónde sacaba para repartir a tanta gente. Cuando se acababan las provisiones se iba a la ciudad a pedirles a los ricos para ayudar a los pobres.
Dicen que un día el Padre Ecónomo lo regañó porque había repartido entre los mendigos todo lo que había en la despensa para que comieran los religiosos. Pero al llegar el Ecónomo a la despensa la encontró otra vez llena.
Un día la comunidad estaba pasando una situación económica muy difícil. El santo se fue a la capilla a rezar y al poco rato llegó un bienhechor a llevar una buena cantidad de dinero, con el cual se solucionó la angustiosa situación.
Sus últimos meses fueron una mezcla de sufrimientos físicos y éxtasis espirituales. Y con admirable precisión anunciaba cosas que iban a suceder en lo futuro y leía las conciencias de los que lo visitaban.
Avisó que moriría el 15 de octubre, poco ates de la medianoche, y a esa hora murió. Era el año 1755.
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Alemana (fechas desconocidas). Según un relato cincelado en una lápida de Colonia, en el siglo IV fue martirizado un grupo de doncellas cristianas. Úrsula, hija de un rey inglés, era cristiana, abordó un barco junto con sus damas de compañía y emprendió una peregrinación a Roma. En Colonia, ella y sus doncellas (entre una docena y mil) fueron atacadas por los hunos. Úrsula rechazó la propuesta de matrimonio del cabecilla de los bárbaros y todas fueron asesinadas. Es patrona de las jóvenes y colegialas.
Esta es la verdadera historia según las visiones de la Beata Ana Catalina Emmerick:
Úrsula y sus compañeras fueron masacradas por los Hunos en el 450, a una hora de distancia cerca de la ciudad de Colonia. Otras compañeras lo fueron en otros lugares más distantes. Úrsula había sido suscitada por Dios para preservar de la seducción y del ultraje a las vírgenes y viudas de su tiempo y guiarlas a la celeste esfera de los mártires coronados. Cumplió su misión con maravillosa fuerza y empeño. Se le había dado por guía especial al Arcángel Rafael, y él le manifestó la misión que se le había confiado. La misericordia de Dios no quería que en aquella época de destrucción, tantas vírgenes y viudas que caían indefensas en manos de los bárbaros, a causa de sangrientas guerras, fuesen infelices presas de total ruina espiritual; por eso debieron antes morir como inocentes vírgenes que caer en pecado y perderse eternamente. Úrsula era muy decidida y rápida en sus movimientos; de estatura alta y robusta complexión; su aspecto no era hermoso, pero severo, y sus maneras varoniles. Cuando sufrió el martirio tenía treinta y tres años de edad.
La he visto siendo niña en la casa de su padre Deonoto y de su madre Geruma en una ciudad de Inglaterra. La casa estaba situada en una calle larga; tenía escalones delante de la puerta y en la calle una reja de hierro con botones amarillos: era semejante a la casa de Benito, en Italia, que tenía también rejas y canceles de bronce. Úrsula tenía diez compañeras de juego que se reunían con ella todos los días antes y después del medio día para correr en desafío divididas en dos escuadras, dentro de un recinto rodeado de muros; a veces luchaban al parecer apretándose las manos o lanzando a distancia picas o lanzas. No todas estas jóvenes eran cristianas; pero Úrsula y sus padres ya lo eran. Úrsula era tenida como guía de sus compañeras y todo lo que hacía con ellas era por sugestión de su ángel Custodio. Los padres consideraban todo esto con alegría. En aquella época Maximiano dominaba la isla de Inglaterra como jefe; era pagano y no sé ahora si era marido de Otilia, hermana mayor de Úrsula, pero sé que Otilia estaba casada, mientras Úrsula se había consagrado al Señor. Vi que un poderoso guerrero y noble Señor se llego al padre de Úrsula, porque había oído hablar de sus ejercicios, y quería presenciarlos. El padre quedó contrariado y tentó todas las formas de evitar el encuentro. He visto que aquel hombre, a quien el padre de Úrsula no osaba contrariar, se adelantó para presenciar las destrezas de las jóvenes y como quedó admirado de la habilidad y de la presencia de Úrsula, la desease por esposa. Sus compañeras debían ser esposas de su gente de armas y de sus oficiales y debían habitar mas allá de los mares, en tierras aun muy despobladas.
Pensé en Bonaparte (Napoleón) que así daba jóvenes por esposas a sus oficiales. He visto la gran turbación del padre y el espanto de la hija cuando supieron la irrecusable propuesta del noble guerrero. Úrsula fué de noche al lugar donde practicaba ejercicios, y allí clamó, en fervorosa oración, al Señor. Se le apareció el Arcángel Rafael y la consoló diciendo que debía exigir para cada una de aquellas vírgenes otras tantas compañeras y pedir un plazo de tres años para ejercitarse en ciertas naves en toda clase de maniobras de agilidad y de lucha. Por lo demás debía tener confianza en el Señor, que la ayudaría para mantener intacto el voto de virginidad. Le dijo también que debía convertir durante esos tres años a todas sus compañeras a la fe cristiana, prometiéndole de parte de Dios su protección. He visto que Úrsula dijo todas estas cosas a su padre, el cual se las comunico al pretendiente, que consintió en la propuesta. Úrsula y sus diez compañeras obtuvieron entonces a otras diez jóvenes como asociadas y las primeras debían ser las guías de las recién agregadas. El padre les hizo armar cinco pequeñas naves y sobre cada una de ellas había veinte niños con algunos marineros que los instruían en el manejo y adiestramiento sobre cubierta. Practicaba toda suerte de ejercicios sobre sus naves, primeramente en el rio, luego en la orilla del mar y finalmente en el mar. Ellas guiaban las naves, se perseguían, se separaban, se pasaban de una nave a otra y hacían otros ejercicios semejantes. He visto que mucha gente acudía a ver el espectáculo de tales destrezas; el padre y el pretendiente miraban desde la orilla y éste especialmente se mostraba orgulloso pensando que tendría con el tiempo por esposa a una mujer tan resuelta y tan digna por su valor de un guerrero como él. Después he visto que aquellas jóvenes continuaron sus ejercicios solas y sin ningún hombre que las ayudase. Solo había quedado Bertrando, el confesor, con otros dos eclesiásticos. Durante este tiempo Úrsula había convertido ya a todas sus compañeras, que fueron bautizadas por los sacerdotes; he visto que su confianza en Dios y su firmeza se habían aumentado esperando que el Señor realizaría las promesas hechas. Había allí hasta niñas de doce años en las naves que se habían hecho bautizar. Otras veces las veía bajar a tierra y proseguir sus ejercicios de marinería. Todo esto lo hacían mezclando preces, oraciones y cantos, con valor y entera libertad. La gravedad y el valor de Úrsula eran sorprendentes. Las jóvenes estaban con vestiduras que llegaban hasta las rodillas. Calzaban sandalias; tenían el pecho defendido, y estaban cubiertas con vestidos ajustados, pero muy esbeltos. Tenían en parte los cabellos sueltos y entrelazados sobre la cabeza; otras llevaban en la cabeza pañuelos que terminaban sobre los hombros. En sus juegos de lucha usaban astas livianas, sin punta.
He visto que cuando iban terminando los tres años de plazo aquellas jóvenes eran de un solo corazón y de una sola alma. Cuando después estuvieron a punto de ponerse en viaje para ir a las tierras donde debían ser esposas de los guerreros, y se despidieron de sus padres, Úrsula estaba en oración. Entonces se le puso delante una figura luminosa, la cual le dijo que debía confiar plenamente en Dios; que el Señor había determinado que muriesen todas mártires, como vírgenes puras y esposas suyas; que debía difundir la fe de Cristo por todas partes donde la guiase el Señor y que por su medio muchas otras vírgenes se verían libres de ser deshonradas por los paganos y llegarían como mártires al cielo. El ángel le dijo que ella, con una parte de las compañeras, debía llegar a Roma. Confió todas estas cosas a las otras diez vírgenes que con ella capitaneaban a las demás, y quedaron muy consoladas. Pero vi también que muchas otras vírgenes se mostraban desanimadas y se quejaban contra Úrsula, alegando que como podrían ser esposas de Jesucristo siendo que iban a ser entregadas para esposas terrenas. Ella pasó por todas las naves y les habló del sacrificio de Abrahám y de su hijo Isaac, y como Dios intervino maravillosamente en este sacrificio: también Dios iba a intervenir para que pudieran ofrecer una víctima pura y perfecta. Les dijo que las que no se sentían animosas, dejaran las naves; pero todas se sintieron fuertes y permanecieron fieles. Cuando zarparon de las costas de Inglaterra, creyendo que iban a las tierras de sus futuros maridos, he aquí que una tempestad separó las naves de las jóvenes de las que las acompañaban y las llevó hacía las costas de Holanda. No fué posible usar remos ni velas y cuando se acercaron a las costas el mar se levantó en olas muy peligrosas. Cuando llegaron a tierra por primera vez se vieron rodeadas por un pueblo grosero y salvaje, que se apoderó de ellas. Úrsula se adelantó a ellos, animosa, y pudieron volver a las naves, después que les habló con energía. Cuando dejando el mar empezaron a remontar el rio Rin, encontraron una ciudad donde sufrieron angustias y agravios. Úrsula habló en nombre de todas y respondió por todas. Como algunos mas osados tentaran poner las manos sobre ellas, éstas se dispusieron valerosamente a la defensa y obtuvieron protección del cielo. Vi que sus opresores quedaron paralizados y nada hicieron en su daño. En el resto del viaje se le asociaron muchas otras vírgenes y viudas con sus hijos. Antes que hubiesen llegado a Colonia fueron muchas veces detenidas e interrogadas por grupos de observadores de pueblos feroces que habitaban en aquellas orillas: con amenazas les preguntaban a donde iban y qué querían. Era siempre Úrsula la que respondía por todas y exhortaba luego a las compañeras a remar y a proseguir el viaje con nuevo ardor. De este modo, incólumes y sin ofensa, llegaron a Colonia. Había aquí una pequeña comunidad cristiana con iglesia, donde se detuvieron por algún tiempo, y las viudas y jóvenes que se les habían agregado quedaron allí permanentemente. Úrsula las exhortó a todas a sufrir mas bien el martirio como vírgenes y matronas cristianas, que tolerar la violencia de los bárbaros paganos. Las que quedaron se esparcieron por el país y permanecieron fieles a los sentimientos y a las exhortaciones de Úrsula. Ella navegó con cinco naves hacía Basilea, donde muchas de sus compañeras quedaron con las naves y ella, con cuarenta personas, entre las cuales iban algunos sacerdotes y guías, se encamino a Roma. Iban como peregrinos en procesión atravesando lugares desiertos y ásperas montañas. Rezaban y cantaban salmos, y donde acampaban Úrsula les hablaba de las castas nupcias con Jesús y de la pura muerte de las vírgenes cristianas. Por todas partes encontraban gente que se asociaba por algún tiempo a ellas, y luego se separaban.
En Roma visitaron los lugares de martirios y las tumbas de los mártires. A causa de los vestidos mas bien cortos y de los modos mas bien libres a que se habían acostumbrado en sus años de ejercicios, fueron advertidas, y desde entonces se cubrieron con vestidos y mantos mas largos. El Papa León el Magno quiso ver a Úrsula; la examinó, interrogándola sobre varias cosas. Ella le confió el secreto de su misión y le manifestó sus visiones y con mucha humildad y obediencia escuchó las exhortaciones del Papa. El Pontífice le dió, con su bendición, muchas reliquias de Santos. En el viaje de retorno se unieron a Úrsula el obispo Ciriaco, un sacerdote de Egipto de nombre Pedro, y un sacerdote de la ciudad nativa de San Agustín, nieto de aquel hombre que donó al santo los terrenos donde fundó monasterios, dotándolos de algunas rentas. Estos eclesiásticos acompañaron a Úrsula y a sus vírgenes principalmente por motivo de las preciosas reliquias que llevaban. Úrsula llevo a Colonia un fragmento de hueso de San Pedro, el cual es reconocido aun por tal, aunque se ignora el origen del mismo. Asimismo llevo reliquia de San Pablo; cabellos de San Juan Evangelista y un fragmento de la vestidura que lo cubría cuando fué metido en la caldera de aceite hirviente. Cuando llegaron a Basilea fueron tantos y tantos los que se le unieron que navegaban en once barcos hacía Colonia.
Los Hunos se habían apoderado por entonces de la ciudad de Colonia y todo estaba en la mayor confusión y desorden. Mientras estaban aún lejos de Colonia, el Arcángel Rafael se apareció de nuevo a Úrsula y le anunció la próxima corona del martirio y la instruyó en todo lo que debía hacer; le dijo, entre otras cosas, que se resistiera hasta tanto todas las compañeras fueran bautizadas y convenientemente dispuestas. Úrsula comunicó esta visión a sus compañeras mas decididas y fieles, y todas se dirigieron pidiendo auxilio al Señor. Estando ya a poca distancia de Colonia, fueron recibidas con gritos salvajes por tropas de Hunos que lanzaban sus flechas sobre las naves. Remaron navegando rápidamente más allá de la ciudad, y no hubieran bajado a tierra a no haber dejado allí a muchas de sus compañeras. A una hora de distancia de Colonia desembarcaron y se reunieron en una pequeña llanura entre matorrales y formaron una especie de campamento. He visto que allí muchas de las que habían quedado y otras mujeres se unieron a ellas. Úrsula y los sacerdotes instruíanlas divididas en grupos y las preparaban a la lucha por la fe. He visto a los Hunos acercarse y a sus jefes tratar con Úrsula. Pretendían a la fuerza escogerse a algunas jóvenes y dividírselas entre ellos. Las heroicas jóvenes se reunieron y se defendieron; con ellas se habían reunido también muchos habitantes de la ciudad y de los contornos, oprimidos por los invasores. Otros que se habían hecho amigos de las vírgenes que habían quedado en el primer viaje de Úrsula, determinaron proteger aquella colonia de jóvenes, y comenzaron a luchar y a defenderse con astas y palos y con toda clase de armas que encontraban a mano. Esta resistencia le había sido ordenada por el ángel a Úrsula para ganar tiempo y preparar a todas las compañeras al martirio. Durante la lucha por la resistencia he visto a Úrsula correr por las escuadras dispuestas más atrás, hablar y orar con gran celo, mientras los sacerdotes bautizaban a las que no eran aun cristianas, ya que para esto se habían agregado muchas jóvenes y mujeres paganas. Cuando estuvieron todas bautizadas y dispuestas al martirio y que los enemigos las habían rodeado por todas partes, cesaron en la defensa y se prepararon al martirio, cantando alabanzas al Señor. Los enemigos comenzaron a herirlas con clavas y a traspasarlas con lanzas.
He visto caer una fila entera de vírgenes traspasadas por los dardos de los Hunos, que las habían cercado; entre ellas había una de nombre Edit, de la cual poseo una reliquia. Úrsula fué traspasada por una lanza. Entre los cuerpos que cubrían el campo de martirio, además de las vírgenes que habían venido de Inglaterra, había muchas mujeres y doncellas que de varias partes se habían juntado a ellas, como también sacerdotes venidos de Roma y otros hombres, y algunos de los enemigos. Muchas otras fueron masacradas a bordo de las mismas naves. Córdula no había ido con Úrsula a Roma, sino que había quedado en Colonia, donde gano a muchos a la fe cristiana. Durante la persecución se había mantenido oculta por temor. Luego se presentó y se juntó a las compañeras para ser martirizada. Los Hunos querían a toda costa retenerla a ella como a otras compañeras; pero hicieron tanta resistencia a sus pretensiones, que al fin las ataron las unas a las otras por el brazo, y dispuestas en línea las traspasaron con flechas. Cantando alegremente, como si fueran a las bodas, sufrieron el martirio. Muchas otras se presentaron a los Hunos confesando su fe cristiana y fueron en diversos lugares masacradas. No mucho después, los Hunos se fueron de Colonia. Los cuerpos de los mártires fueron recogidos en el lugar del martirio, llevados cerca de Colonia y sepultados en un recinto. Se hicieron vastas excavaciones, fueron murados muchos subterráneos y las sagradas reliquias, distribuidas ordenadamente, fueron conservadas piadosamente.
Los barcos de estas jóvenes eran muy hermosos, muy ligeros, abiertos, con galerías en torno, guarnecidas con banderitas; tenían un mástil y un borde sobresaliente. Para remar las mujeres se sentaban en bancos que servían también para dormir. Nunca había visto barcos pequeños tan bien dispuestos. En la época en que Úrsula partió de Inglaterra, vivían en Francia los santos obispos Germano y Lupo. El primero visito a Santa Genoveva, que había llegado a los doce años de edad. Cuando Germano y Lupo fueron a Inglaterra para luchar contra las herejías, consolaron a los padres de Úrsula y de las otras vírgenes, que estaban afligidos por la ausencia de sus hijas. A los Hunos los he visto, en su mayor parte, con las piernas desnudas. Usaban anchos jubones con largas correas de cuero, que les cubrían la parte inferior del cuerpo y largos mantos que llevaban enrollados sobre las espaldas.
(*) Alberto Gereon Stein, Párroco de Santa Úrsula, Colonia, recogió en su libro Die Ursula und Ihre Gesellschaft-Bachem (1879) todos los datos y pruebas sobre la Santa, llegando a las conclusiones siguientes: 1° Ursula es hija de un rey de Gran Bretaña y conductora de las compañeras; 2° El número de las mártires es de once mil y eran de Gran Bretaña; 3° Fueron martirizadas por los Hunos que entonces devastaban la Germania, Galia e Italia.
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Pedro Capucci, Beato Presbítero Dominico, Octubre 21
Presbítero Dominico Martirologio Romano: En la ciudad de Cortona, en la Toscana, beato Pedro Capucci, presbítero de la Orden de Predicadores, el cual, meditando sobre la muerte, se ejercitó en la vida espiritual y con su predicación exhortó a los fieles a evitar la muerte eterna (1445). |
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Bertoldo de Parma, Santo Hermano Lego, Octubre 21
Hermano Lego Etimología: Bertoldo = El jefe explendido. Viene de la lengua alemana. |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Juan Thwing de Bridlington, Santo Monje, Octubre 21
Monje Martirologio Romano: En Bridlington, en Inglaterra, san Juan, presbítero, prior del monasterio de Canónigos Regulares de San Agustín, célebre por su oración, austeridad y bondad. |
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Fuente: Vatican.va
Laura de Santa Catalina de Siena, Beata Religiosa fundadora, 21 de octubre
Fundadora de la Congregación de las Hermanas Misioneras Martirologio Romano: En el lugar de Belencito, cerca de Medellín, en Colombia, beata Laura de Santa Catalina de Siena Montoya y Upeguí, virgen, que, con notable suceso, se dedicó a anunciar el Evangelio entre los pueblos indígenas que aún desconocían la fe en Cristo y fundó la Congregación de las Hermanas Misioneras de María |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Celina (Celia o Cilina) de Laon, Santa Madre de San Remigio, Octubre 21
Madre de San Remigio de Reims Martirologio Romano: En Laon, ciudad de la Galia, santa Cilina, madre de los santos obispos Principio de Soissons y Remigio de Reims (post 458). |
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Fuente: Achidiócesis de Madrid
Hilarión de Gaza, Santo Eremita, Octubre 21
Eremita Martirologio Romano: En la isla de Chipre, san Hilarión, abad, que, siguiendo las huellas de san Antonio, primero llevó vida solitaria cerca de la ciudad de Gaza y después fue fundador y ejemplo de la vida eremítica en esta región (c. 371). |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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