jueves, 12 de octubre de 2017

[ † ] Jueves del Santísimo Sacramento. 12/10/2017. Nuestra Señora del Pilar ¡ruega por nosotros!

JA

JMJ

Pax

Pidan y se les dará

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 5-13

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"Supongan que alguno de ustedes tiene un amigo
que viene a medianoche a decirle: Préstame, por favor, tres panes, pues un amigo mío ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle. Pero él le responde desde dentro: No me molestes; no puedo levantarme a dártelos, porque la puerta ya está cerrada y mis hijos y yo ya estamos acostados. Si el otro sigue tocando, yo les aseguro que, aunque no se levante a dárselos por ser amigo, sin embargo, por su molesta insistencia, sí se levantará y le dará cuanto necesite.
Así también les digo a ustedes: Pidan y se les dará; busquen, y encontrarán; toquen y se les abrirá. Porque quien pide, recibe; quien busca, encuentra y al que toca, se le abre. ¿Habrá entre ustedes algún padre que, cuando su hijo le pide pan, le dé una piedra? ¿O cuando le pide pescado, le dé una víbora? ¿O cuando le pide huevo, le dé un alacrán?
Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¿cuánto más el Padre celestial les dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan?"
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk

El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).

 

 

Misal

 

jue 27a. Ordinario año impar

Antífona de Entrada

Yo quiero acercarme a ti, Señor, y saciarme de gozo en tu presencia.

 

Oración Colecta

Oremos:
Señor, tú que iluminas a los extraviados con la luz de tu Evangelio para que vuelvan al camino de la verdad, concede a cuantos nos llamamos cristianos imitar fielmente a Cristo y rechazar lo que pueda alejarnos de él.
Por nuestro Señor Jesucristo...

 

Primera Lectura

Ya viene el día, ardiente como un horno

Lectura del libro del profeta Malaquías 3, 13-20

"Ustedes me han ofendido con sus palabras, dice el Señor.
Y todavía preguntan:
¿Qué hemos dicho contra ti? Han dicho esto: †No vale la pena servir a Dios. ¿Qué hemos ganado con guardar sus mandamientos o con hacer penitencia ante el Señor de los ejércitos? Más bien tenemos que felicitar a los soberbios, pues hacen el mal y prosperan, provocan a Dios y escapan sin castigo"".
Entonces, los que temen al Señor hablaron uno con otros. Y el Señor puso atención y escuchó lo que decían: y se escribió ante él un libro en el que están registradas las obras y los nombres de los que temen al Señor y lo honran.
"El día que yo actúe, dice el Señor de los ejércitos, ellos serán mi propiedad personal y yo seré indulgente con ellos, como un padre es indulgente con el hijo que lo obedece. Entonces verán la diferencia entre los buenos y los malos, entre los que obedecen a Dios y los que no lo obedecen.
Ya viene el día, ardiente como un horno; todos los soberbios y malvados serán como la paja.
El día que viene los consumirá, dice el Señor de los ejércitos, hasta no dejarles ni raíz ni rama. Pero para ustedes, los que temen al Señor, brillará el sol de justicia que les traerá la salvación
en sus rayos".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 1

Dichoso el hombre que confía en el Señor.

Dichoso aquel que no se guía por mundanos criterios, que no anda en malos pasos ni se burla del bueno, que ama la ley de Dios y se goza en cumplir sus mandamientos.
Dichoso el hombre que confía en el Señor.

Es como un árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo y nunca se marchita. En todo tendrá éxito.
Dichoso el hombre que confía en el Señor.

En cambio los malvados serán como la paja barrida por el viento. Porque el Señor protege el camino del justo y al malo sus caminos acaban por perderlo.
Dichoso el hombre que confía en el Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Abre, Señor, nuestros corazones, para que comprendamos las palabras de tu Hijo.
Aleluya.

Evangelio

Pidan y se les dará

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 5-13

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"Supongan que alguno de ustedes tiene un amigo
que viene a medianoche a decirle: Préstame, por favor, tres panes, pues un amigo mío ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle. Pero él le responde desde dentro: No me molestes; no puedo levantarme a dártelos, porque la puerta ya está cerrada y mis hijos y yo ya estamos acostados. Si el otro sigue tocando, yo les aseguro que, aunque no se levante a dárselos por ser amigo, sin embargo, por su molesta insistencia, sí se levantará y le dará cuanto necesite.
Así también les digo a ustedes: Pidan y se les dará; busquen, y encontrarán; toquen y se les abrirá. Porque quien pide, recibe; quien busca, encuentra y al que toca, se le abre. ¿Habrá entre ustedes algún padre que, cuando su hijo le pide pan, le dé una piedra? ¿O cuando le pide pescado, le dé una víbora? ¿O cuando le pide huevo, le dé un alacrán?
Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¿cuánto más el Padre celestial les dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan?"
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Mira bondadosamente, Señor, las ofrendas de tu Iglesia suplicante, y conviértelas en alimento espiritual que ayude a crecer en santidad a todos tus fieles.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

La gloria de Dios es el hombre viviente

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Tú eres el Dios vivo y verdadero; el universo está lleno de tu presencia, pero sobre todo has dejado la huella de tu gloria en el hombre, creado a tu imagen. Tú lo llamas a cooperar con el trabajo cotidiano en el proyecto de la creación y le das tu Espíritu para que sea artífice de justicia y de paz, en Cristo, el hombre nuevo.
Por eso,
unidos a los ángeles y a los santos, cantamos con alegría el himno de tu alabanza:

Antífona de la Comunión

Dichosos los que se acercan a tu altar, Señor. Dichosos los que viven en tu casa y pueden alabarte siempre, Rey mío y Dios mío.

 

Oración después de la Comunión

Te suplicamos, Señor, que esta Eucaristía que hemos recibido, nos ayude a amarte más y a servirte mejor cada día.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

 

27ª semana. Jueves

EL NOMBRE DE DIOS Y SU REINO

— Modos de santificar el nombre de Dios. La primera petición del Padrenuestro.

— El Reino de Dios.

— La propagación del Reino de los Cielos.

I. "Una vez llegados a la dignidad de hijos de Dios, nos abrasará la ternura que mora en el corazón de todos los verdaderos hijos; y, sin pensar más en nuestros propios intereses, solo tendremos celo por la gloria de nuestro Padre. Le diremos: Santificado sea tu nombre, atestiguando así que su gloria constituye todo nuestro deseo y nuestra alegría"1.

En esta primera petición de las siete del Padrenuestro, "pedimos que Dios sea conocido, amado, honrado y servidor de todo el mundo y de nosotros en particular"2. Jesús nos enseña el orden en que hemos de pedir habitualmente en nuestras oraciones. Lo primero que debemos pedir, por muy urgentes que sean nuestras necesidades, es la gloria de Dios. Es realmente lo más urgente, también para nosotros, que andamos preocupados por necesidades inmediatas. "Ocúpate de Mí –decía Jesús a Santa Catalina de Siena–, y Yo me ocuparé de ti". El Señor no nos dejará solos.

Santificado sea tu nombre. En la Sagrada Escritura el nombre equivale a la persona misma, es su identidad más profunda. Por eso, dirá Jesús al final de su vida, como resumiendo sus enseñanzas: Manifesté tu nombre a los hombres3. Nos reveló el misterio de Dios. En el Padrenuestro formulamos el deseo amoroso de que el nombre de Dios, de nuestro Padre Dios, sea conocido y reverenciado por toda la tierra; también debemos expresar nuestro dolor por las ocasiones en que es profanado, silenciado o empleado con ligereza. "Al decir santificado sea tu nombre nos amonestamos a nosotros mismos para que deseemos que el nombre del Señor, que siempre es santo en sí mismo, sea también tenido como santo por los hombres, es decir, que no sea nunca despreciado por ellos"4.

En determinados ambientes parece que los hombres no quieren nombrar a Dios. En lugar del Creador hablan de "la sabia naturaleza", o llaman "destino" a la Providencia divina, etc. En ocasiones son solo modos de decir, pero, en otras, el silencio del nombre de Dios es intencionado. En esos casos, venciendo los respetos humanos, debemos nosotros, intencionadamente también, honrar a nuestro Padre. Sin afectación, nos mantendremos fieles a los modos cristianos de hablar, que expresan externamente la fe de nuestra alma. Las expresiones tradicionales de muchos países, tales como "gracias a Dios" o "si Dios quiere"5, etc., pueden servir de ayuda en algunas ocasiones para tener presente al Señor en la conversación. Tampoco hemos de ser como esas personas que hacen intervenir, de modo inconsiderado e inoportuno, el nombre de Dios en los acontecimientos y en las cosas ("Dios le ha castigado"...). El segundo precepto del Decálogo nos prohíbe tomar el nombre de Dios en vano.

Si amamos a Dios amaremos su santo nombre y jamás lo mencionaremos con falta de respeto o de reverencia, como expresión de impaciencia o de sorpresa. Este amor al nombre de Dios se extenderá también al de Santa María, su Madre, al de sus amigos, los santos, y a todas las personas y cosas a Él consagradas.

Honramos a Dios en nuestro corazón cuando hacemos un acto de reparación cada vez que, en nuestra presencia, se falta al respeto debido al nombre de Dios o de Jesús, al enterarnos de que se ha cometido un sacrilegio o al tener noticia de acontecimientos que ofenden el buen nombre del Padre común. No debemos tampoco olvidar el actualizar personalmente los actos de reparación y de desagravio públicos siempre que nos unimos a las alabanzas que se rezan en la Bendición con el Santísimo. Allí, el sacerdote, en nombre de todos, reza: Bendito sea Dios, Bendito sea su santo nombre... Son jaculatorias que nosotros podemos repetir a lo largo del día, especialmente cuando debamos reparar.

La reverencia al nombre de Dios nos llevará además a amar de un modo especial esas oraciones esencialmente de alabanza, como el Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, que debiéramos repetir con mucha frecuencia, el Gloria y el, Sanctus de la Misa, etcétera.

"Mirad –dice Santa Teresa– que perdéis un gran tesoro y que hacéis mucho más con una palabra de cuando en cuando del Pater noster, que con decirle muchas veces aprisa; estad muy junto a quien pedís, no os dejará de oír; y creed que aquí es el verdadero alabar y santificar su nombre"6.

Quizá nos pueda ayudar alguna de estas jaculatorias a mantener la presencia de Dios en el día de hoy: Padre, santificado sea tu nombre, Bendito sea Dios, Bendito sea su santo nombre, Bendito sea el nombre de Jesús, Bendito sea el nombre de María, Virgen y Madre...

II. Venga a nosotros tu Reino, pedimos a continuación en el Padrenuestro. Y comenta San Juan Crisóstomo que el Señor "nos ha mandado que deseemos los bienes que están por llegar y que apresuremos el paso en nuestro viaje hacia el Cielo; mas en tanto el viaje no termina, viviendo aún en la tierra, quiere que nos esforcemos por llevar vida del Cielo"7.

La expresión Reino de Dios tiene un triple significado: el Reino de Dios en nosotros, que es la gracia; el Reino de Dios en la tierra, que es la Iglesia; y el Reino de Dios en el Cielo, o eterna bienaventuranza. En orden a la gracia, pedimos que Dios reine en nosotros con su gracia santificante, por la cual se complace en cada uno como rey en su corte, y que nos conserve unidos a Sí con las virtudes de la fe, la esperanza y la caridad, por las cuales reina en el entendimiento, en el corazón y en la voluntad8. Al rezar cada día por la llegada del Reino de Dios, pedimos también que Él nos ayude en la lucha diaria contra las tentaciones. Es un reinado, el de Jesús en el alma, que avanza o retrocede según correspondamos o rechacemos las continuas gracias y ayudas que recibimos.

También se cumplen en el corazón las parábolas del Reino. Antes de adquirir su plenitud definitiva en el alma de cada uno de sus fieles, el Reino de Dios es como el grano de trigo que, hundido en el suelo, prepara la espiga de la cosecha; como la levadura, va transformando el corazón hasta que todo él sea de Dios; como el grano de mostaza, pues quizá comenzó como una pequeña semilla en el alma y, si no ponemos obstáculos, irá creciendo sin más límite que el de nuestras resistencias y negaciones. El Reino de Dios se establece ahora, por la gracia, en el corazón de los hombres, pero espera su definitiva manifestación en el encuentro último con Dios, después de la muerte. El Reino de Dios está ahí, dijo Jesús, está dentro de vosotros9. Y se percibe su presencia en el alma a través de los afectos y mociones del Espíritu Santo.

Cuando decimos venga a nosotros tu Reino, pedimos que Dios habite en nosotros de una manera más plena, que seamos todo de Dios, que nos ayude a luchar eficazmente para que, por fin, desaparezcan esos obstáculos que cada uno pone a la acción de la gracia divina. "Antes éramos esclavos, y ahora pedimos reinar bajo la soberanía de Cristo"10.

Si nuestra oración es confiada, constante y sincera, seremos oídos con toda seguridad, pues, como nos dice el Señor en el Evangelio de la Misa11, quien pide recibe, quien busca halla y al que llama, se le abre. ¿Qué padre entre vosotros, cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra?... ¡Qué confianza tan grande nos han de dar estas palabras de Jesús!

III. Cuando rezamos venga a nosotros tu Reino también pedimos, en relación a la Iglesia, que se dilate y propague por todo el mundo para la salvación de los hombres. Rogamos entonces por el apostolado que se realiza en toda la tierra, y nos sentimos comprometidos a poner los medios a nuestro alcance para la extensión del Reino de Dios. Porque "no es suficiente pedir con insistencia el Reino de Dios si no añadimos a nuestra petición todas aquellas cosas con que se busca y se halla"12, con los medios, por pequeños que sean, con las iniciativas apostólicas que podamos poner en práctica.

En un mundo que se presenta en no pocos aspectos como si hubiese vuelto al paganismo, se nos impone a todos los cristianos "la dulcísima obligación de trabajar para que el mensaje divino de la salvación sea conocido y aceptado por todos los hombres de cualquier lugar de la tierra"13.

La primera obligación será, de ordinario, orientar el apostolado hacia las personas que Dios ha puesto a nuestro lado, a quienes están más cerca, a los que tratamos con frecuencia. En este apostolado, del que no podemos excusarnos, está en primer lugar todo aquello que se refiere a la salvación eterna de las personas que tratamos. Esto es lo primero; inmediatamente después, hemos de preocuparnos los cristianos de ordenar realmente todo el universo hacia Cristo: la dignidad de la persona humana, los derechos de la conciencia, el respeto debido al trabajo, la preocupación por un más equitativo reparto de bienes, el sincero deseo de paz entre los pueblos, etc., es un quehacer de todos los cristianos, junto a los hombres de buena voluntad que trabajan en el mundo por estos mismos ideales.

Venga a nosotros tu Reino. Y "Jesucristo recuerda a todos: et ego, si exaltatus fuero a terra, omnia trahm ad meipsum (Jn 13, 32), si vosotros me colocáis en la cumbre de todas las actividades de la tierra, cumpliendo el deber de cada momento, siendo mi testimonio en lo que parece grande y en lo que parece pequeño, omnia traham ad meipsum, todo lo atraeré hacia mí. ¡Mi reino entre vosotros será una realidad! (...).

"A esto hemos sido llamados los cristianos, esa es nuestra tarea apostólica y el afán que nos debe comer el alma: lograr que sea realidad el reino de Cristo, que no haya más odios ni más crueldades, que extendamos en la tierra el bálsamo fuerte y pacífico del amor. Pidamos hoy a nuestro Rey que nos haga colaborar humilde y fervorosamente en el divino propósito de unir lo que está roto, de salvar lo que está perdido, de ordenar lo que el hombre ha desordenado, de llevar a su fin lo que se descarría, de reconstruir la concordia de todo lo creado"14. Comencemos, como siempre, por lo pequeño, por lo que está a nuestro alcance en la convivencia normal de todos los días.

1 Casiano, Colaciones, 9, 18. — 2 Catecismo Mayor, n. 290. — 3 Jn 17, 6. — 4 San Agustín, Carta 130, a Proba. — 5 Sant 4, 15. — 6 Santa Teresa, Camino de perfección, 31, 13. — 7 San Juan Crisóstomo, Homilías sobre San Mateo, 19, 5. — 8 Cfr. Catecismo Mayor, nn. 294-295. — 9 Lc 17, 21. — 10 San Cipriano, Tratado de la oración del Señor, 13. — 11 Lc 11, 5-13. — 12 Catecismo Romano, IV, 10, n. 2. — 13 Conc. Vat. II, Decr. Apostolicam actuositatem, 3. — 14 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 183.

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12 de octubre

NUESTRA SEÑORA DEL PILAR*

Fiesta (en España)

— La devoción a la Virgen del Pilar.

— La Virgen va por delante en toda evangelización, en todo apostolado personal. Contar con Ella.

— Firmeza y caridad a la hora de propagar la fe.

I. Me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí1.

Según una antiquísima y venerada tradición, la Virgen, cuando aún vivía, se apareció en carne mortal al Apóstol Santiago el Mayor en Zaragoza, acompañada de ángeles que traían una columna o pilar como signo de su presencia.

En la aparición, Nuestra Señora consoló y reconfortó al Apóstol Santiago, a quien prometió su asistencia materna en la evangelización que estaba llevando a cabo en España. Desde entonces, el Pilar es considerado como "el símbolo de la firmeza de fe"2; a la vez, nos indica el camino seguro de todo apostolado: Ad Iesum per Mariam, a Jesús, por María. La Virgen es el pilar firme, los cimientos seguros, donde se asienta la fe y donde esta fe se guarda3. "Por medio de ella, a través de muy diversas formas de piedad, ha llegado a muchos cristianos la fe en Cristo, Hijo de Dios y de María". Son sostenidos "por la devoción a María, hecha así columna de esa fe y guía segura hacia la salvación"4.

Al ver tantas naciones y pueblos diversos que celebran hoy esta fiesta y al contemplar su amor a la Virgen podemos ver cumplidas las palabras de la Sagrada Escritura: Eché raíces entre un pueblo grande, en la porción del Señor, en su heredad. Crecí como cedro del Líbano y del monte Hermón, me he elevado como palmera de Engadí y como rosal de Jericó, como gallardo olivo en la llanura y como plátano junto al agua. Exhalé fragancia como el cinamomo y la retama, y di aroma como mirra exquisita, como resina perfumada, como el ámbar y el bálsamo, como nube de incienso en el santuario5. Su devoción se ha extendido por todas partes.

La fiesta de hoy es una excelente ocasión para pedir, por su mediación, que la fe que Ella alentó desde el principio se fortalezca más y más, que los cristianos seamos testigos tanto más firmes cuanto mayores sean las dificultades que podamos encontrar en el ambiente del trabajo, de las personas con las que habitualmente nos relacionamos, o en nosotros mismos. Esto nos consuela: si hemos de enfrentarnos a obstáculos más grandes, más gracia nos obtendrá Nuestra Señora para que salgamos siempre triunfadores.

Le pedimos hoy ser pilares seguros, cimiento firme, donde se puedan apoyar nuestros familiares y nuestros amigos. Dios todopoderoso y eterno le rogamos en la Misa propia de esta fiesta que en la gloriosa Madre de tu Hijo has concedido un amparo celestial a cuantos la invocan con la secular advocación del Pilar; concédenos, por su intercesión, fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor6.

II. Tú permaneces como la columna que guiaba y sostenía día y noche al pueblo en el desierto7.

En el libro del Éxodo se lee cómo Yahvé precedía al pueblo en el desierto, de día como una columna en forma de nube para indicarle el camino, y de noche como una columna de fuego para alumbrarle8. En el Libro de la Sabiduría se señala: Y en lugar de tinieblas encendiste una columna, que le diste para su camino, un sol que no les quemaba, para una gloriosa peregrinación9.

La Virgen fue quien marchó delante en la evangelización de los comienzos, alumbrando el camino, y es quien ahora va primero, iluminando nuestro propio camino y el apostolado personal que como cristianos corrientes realizamos en nuestra familia, en el trabajo y en los ambientes que frecuentamos. Por eso, cuando nos proponemos acercar a un familiar o a un amigo a Dios, lo encomendamos en primer lugar a Nuestra Señora. Ella quita obstáculos y enseña el modo de hacerlo. Cada uno de nosotros, quizá, ha experimentado esta poderosa ayuda de la Virgen. "Sí, tenemos como guía una columna que acompaña al nuevo Israel, a la Iglesia, en su peregrinar hacia la Tierra prometida, que es Cristo el Señor. La Virgen del Pilar es el faro esplendente, el trono de gloria, que guía y consolida la fe de un pueblo que no se cansa de repetir en la Salve Regina: Muéstranos a Jesús"10.

La evangelización iniciada en cada lugar del mundo, hace siglos o pocos años, no terminará hasta el fin de los tiempos. Ahora nos toca a nosotros llevarla a cabo. Para eso hemos de saber comprender a todos de corazón. Con más comprensión cuanto más distantes se encuentren de Cristo, con una caridad grande, con un trato amable, sin ceder en la conducta personal ni en la doctrina que hemos recibido a través del canal seguro de la Iglesia.

Acudamos a Nuestra Señora pidiéndole luz y ayuda en esas metas apostólicas que nos proponemos para llevar a cabo la vocación apostólica recibida en el Bautismo. Acudamos a Ella a través del Santo Rosario, especialmente en este mes de octubre el mes del Rosario, visitemos sus santuarios y ermitas, ofreciéndole algún pequeño sacrificio, que Ella recoge sonriendo y lo transforma en algo grande. Dirigirnos a Ella en petición de ayuda es un buen comienzo en todo apostolado.

En esa acción evangelizadora que cada cristiano debe llevar a cabo de modo natural y sencillo, debemos tenerla a Ella como Modelo. Miremos su vida normal: veremos su caridad amable, el espíritu de servicio que se pone de manifiesto en Caná, en la presteza con que ayuda a su prima Santa Isabel... Debemos contemplar su sonrisa habitual, que la hacía tan atrayente para las personas que habitualmente la trataban... Así hemos de ser nosotros.

III. Siguiendo la Misa propia de esta advocación mariana, pedimos también hoy al Señor que nos conceda, por intercesión de Santa María del Pilar, permanecer firmes en la fe y generosos en el amor11.

Le suplicamos ser firmes en la fe, el tesoro más grande que hemos recibido. Saber guardarla en nosotros y en quienes especialmente Dios ha puesto a nuestro cuidado de todo aquello que la pueda dañar: lecturas inconvenientes, programas de televisión que poco a poco van minando el sentido cristiano de la vida, espectáculos que desdicen de un cristiano...; guardarla sin ceder en lo que fielmente nos ha transmitido la Iglesia, manteniendo con fortaleza esa buena doctrina ante un ambiente que en aras de la tolerancia se muestra en ocasiones intolerante con esos principios firmes en los que no cabe ceder, porque son los cimientos en los que se apoya toda nuestra vida. Resistid firmes en la fe12, exhortaba San Pedro a los primeros cristianos en un ambiente pagano, parecido al que en algunas ocasiones podemos encontrar nosotros. Ceder en materia de fe o de moral, por no llevarse un mal rato, por limar aristas, por puro conformismo y cobardía, ocasionaría un mal cierto a esas personas que, tal vez un poco más tarde, verán la luz en nuestro comportamiento coherente con la fe de Jesucristo.

En un ambiente en el que quizá abundan la debilidad y la flaqueza, esta firmeza ha de ir acompañada por la generosidad en el amor: el saber entendernos con todos, incluso con quienes no nos comprenden o no quieren hacerlo, o tienen ideas sociales y políticas distintas u opuestas a las nuestras, con personas de elevada cultura o con aquellos que apenas saben leer..., manteniendo siempre una actitud amable compatible con la firmeza cuando sea necesaria, que nace de un corazón que trata a Dios diariamente en la intimidad de la oración.

Si la primera evangelización, en España y en todas partes, se realizó bajo el amparo de la Virgen, esta nueva evangelización de las naciones que están cimentadas desde su origen en principios cristianos también se realizará bajo su amparo y ayuda, como la columna que guiaba y sostenía día y noche en el desierto al Pueblo elegido. Ella nos lleva a Jesús, que es nuestra Tierra prometida; "es lo que realiza constantemente, como queda plasmado en el gesto de tantas imágenes de la Virgen... Ella con su Hijo en brazos, como aquí en el Pilar, nos lo muestra sin cesar como el Camino, la Verdad y la Vida"13. "Para eso quiere Dios que nos acerquemos al Pilar escribía San Josemaría Escrivá al terminar de relatar algunos pequeños sucesos de su amor a la Virgen en este santuario mariano: para que, al sentirnos reconfortados por la comprensión, el cariño y el poder de nuestra Madre aumente nuestra fe, se asegure nuestra esperanza: sea más viva nuestra preocupación por servir con amor a todas las almas. Y podamos, con alegría y con fuerzas nuevas, entregarnos al servicio de los demás, santificar nuestro trabajo y nuestra vida: en una palabra, hacer divinos todos los caminos de la tierra"14.

Hoy, en su fiesta, nos acercamos con el corazón al Pilar y le pedimos a Nuestra Señora que nos guíe siempre, que sea la seguridad en la que se apoya nuestra vida.

1 Antífona de comunión, Lc 1, 48. — 2 Juan Pablo II, Homilía en Zaragoza, 6-XI-1982. — 3 ídem, Enc. Redemptoris Mater, 25-III-1987, 27. — 4 ídem, Homilía en Zaragoza, cit. — 5 Eclo 24, 16-21. — 6 Oración colecta de la Misa propia del día. — 7 Sab 18, 3; Ex 13, 21-22. — 8 Cfr. Ex 13, 21. — 9 Sab 18, 3. — 10 Juan Pablo II, Ángelus 15-XI-1987. — 11 Oración sobre las ofrendas de la Misa propia del día. — 12 cfr. 1 Pdr 5, 9. — 13 Juan Pablo II, Homilía en Zaragoza, cit. — 14 San Josemaría Escrivá, Recuerdos del Pilar, Folleto MC n. 119, p. 47.

* Según una venerada tradición, la Santísima Virgen se manifestó en Zaragoza sobre una columna o pilar, signo visible de su presencia. Desde antiguo se tributó en aquel lugar culto a la Madre de Dios y en su honor se edificó primero una iglesia y luego la actual basílica, centro de peregrinación de España especialmente y del mundo hispánico. Pío XII otorgó a todas las naciones de América del Sur la posibilidad de celebrar en este día la misma Misa particular que se celebra en España.

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28ª semana. Miércoles

LA TENTACIÓN Y EL MAL

— Jesucristo quiso ser tentado, nosotros también sufriremos tentaciones y pruebas. En la tentación se muestra nuestro amor a Dios y la fidelidad a los compromisos que con Él tenemos.

— Qué es la tentación. Bienes que puede producir.

— Medios para vencer.

I. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal, rogamos al Señor en la última petición del Padrenuestro.

Después de haber pedido a Dios que nos perdone los pecados, le suplicamos enseguida que nos dé las gracias necesarias para no volver a ofenderle y que no permita que seamos vencidos en las pruebas que vamos a padecer, pues "en el mundo la vida misma es una prueba (...). Pidamos, pues, que no nos abandone a nuestro arbitrio, sino que en todo momento nos guíe con piedad paterna y nos confirme en el sendero de la vida con moderación celestial. Y líbranos del mal. ¿De qué mal? Del diablo, de quien procede todo mal"1. El diablo, que existe, que no deja de rondar alrededor de cada criatura para sembrar la inquietud, la ineficacia, la separación de Dios. "Hay épocas –hacía notar el Papa Juan Pablo II– en las que la existencia del mal entre los hombres se hace singularmente evidente en el mundo. Aparece entonces con más claridad cómo los poderes de las tinieblas, que actúan en el hombre y a través de él, son mayores que el mismo hombre. Lo cercan, lo asaltan desde fuera.

"Se tiene la impresión de que el hombre actual no quiere ver ese problema. Hace todo lo posible por eliminar de la conciencia general la existencia de esos "dominadores de este mundo tenebroso", esos "astutos ataques del diablo" de los que habla la Carta a los Efesios. Con todo, hay épocas históricas en las que esa verdad de la Revelación y de la fe cristiana, que tanto cuesta aceptar, se expresa con gran fuerza y se percibe de forma casi palpable"2.

Jesús, nuestro Modelo, quiso ser tentado para enseñarnos a vencer y para que nos llenemos de ánimo y de confianza en todas las pruebas. No es nuestro Pontífice tal que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas; antes, fue tentado en todo a semejanza de nosotros, fuera del pecado3. Seremos tentados de una forma u otra a lo largo de la vida. Quizá más cuanto mayor sea nuestro deseo de seguir a Cristo de cerca. La gracia que hemos recibido en el Bautismo y ha aumentado por nuestra correspondencia se verá amenazada hasta el último momento en que dejemos este mundo. Hemos de estar alerta, con la vigilia del soldado en el campamento. Y hemos de tener siempre presente que nunca seremos tentados más allá de nuestras fuerzas4. Podemos vencer en toda circunstancia si huimos de las ocasiones y pedimos los auxilios oportunos. Y "si alguno aduce la excusa de que la debilidad de la naturaleza le impide amar a Dios, se le debe enseñar que Él, que requiere nuestro amor, ha derramado en nuestros corazones la virtud de la caridad por medio del Espíritu Santo (Rom 5, 5); y nuestro Padre celestial da este buen espíritu a quienes se lo piden (cfr. Lc 9, 13); y así, con razón le suplicaba San Agustín: Da lo que mandas, y manda lo que quieras. Y ya que está a nuestra disposición el auxilio divino (...), no hay por qué asustarse por la dificultad de la obra; porque nada es difícil para el que ama"5.

La tentación en sí misma no es mala; es más, es una ocasión de mostrar al Señor que le amamos, que le preferimos a cualquier otra cosa, y medio para crecer en las virtudes y en la gracia santificante. Bienaventurado el varón -enseña la Escritura- que soporta la tentación, porque, probado, recibirá la corona de la vida, que Dios prometió a los que le aman6. Pero, aunque la prueba en sí misma no es un mal, sería una presunción desearla o provocarla de alguna manera. Y en sentido contrario, sería un gran error temerla excesivamente, como si no confiáramos en las gracias que el Señor nos tiene preparadas para vencer, si acudimos a Él en nuestra debilidad. "No te turbes si al considerar las maravillas del mundo sobrenatural sientes la otra voz –íntima, insinuante– del hombre viejo.

"Es "el cuerpo de muerte" que clama por sus fueros perdidos... Te basta la gracia: sé fiel y vencerás"7.

II. Tentar –enseña Santo Tomás– no es otra cosa que tantear, poner a prueba. Tentar al hombre es poner a prueba su virtud8. La tentación es todo aquello –bueno o malo en sí mismo– que en un momento dado tiende a separarnos del cumplimiento amoroso de la voluntad de Dios. Podemos padecer tentaciones que vienen de la propia naturaleza, herida por el pecado original e inclinada al pecado: nacemos con el desorden de la concupiscencia y de los sentidos. El demonio incita al mal, aprovechando esa debilidad y prometiendo una felicidad que él no tiene ni puede dar. Estad alerta y velad, advierte San Pedro, que vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda rondando y buscando a quien devorar9. Solo "quien confía en Dios no teme al demonio"10.

Junto al diablo están aliados el mundo y nuestras propias pasiones, que nos acompañarán siempre. El mundo, en este sentido, está constituido por todo aquello que aleja de Dios: las criaturas que parecen vivir exclusivamente para su amor propio, su vanidad y su sensualidad; los que tienen los ojos puestos solo en las cosas de la tierra: el dinero y un desordenado deseo de bienestar material, que se considera en la práctica como lo único que realmente vale la pena. Para ellos, son locura y algo propio de siglos atrás el necesario desprendimiento de las cosas de la tierra, la amable austeridad cristiana, la castidad... La mortificación voluntaria, sin la cual no se puede ir adelante en el seguimiento de Cristo, es mirada como necedad. Están incapacitados para entender las cosas de Dios, y querrían inculcar a los demás sus principios, un sentido de la vida en el que Dios no tiene lugar o bien ocupa un puesto muy alejado y secundario. Con palabras, y sobre todo con su ejemplo, se empeñan en llevar a otros por el camino ancho por el que ellos corren. A veces intentan desalentar al que quiere ser consecuente con los principios cristianos, y se burlan de su vida y de sus ideas.

Dios permite que seamos tentados porque persigue un bien superior. En su Providencia ha dispuesto que también de las pruebas saquemos provecho. A veces son un medio insustituible para acercarnos filialmente a Él.

La tentación es, frecuentemente, como una bengala que ilumina las profundidades del alma. En la tentación y en la dificultad podemos ver nuestra capacidad real de generosidad, de espíritu de sacrificio, de rectitud de intención..., y también la envidia oculta, la avaricia enmascarada bajo la fachada de falsas necesidades, la sensualidad, la soberbia..., la capacidad de mal que hay en cada uno. En esos momentos podemos crecer en el propio conocimiento y, como consecuencia, en la humildad. Nos hace ver lo débiles que somos y lo cerca que estaríamos del pecado si el Señor no nos ayudara. Es más fácil entonces pedir auxilio y amparo. ¡Cuántas veces hemos de rezar, conscientes de lo que decimos, a nuestro Padre Dios: no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal! Las pruebas nos enseñan a disculpar con más facilidad los defectos de los demás y a darnos cuenta de que, al fin y al cabo, es una mota de polvo lo que llevan en el ojo, en comparación con la viga que hemos visto en el nuestro. Por eso, nos ayudan a vivir mejor la caridad, a comprender más y a estar dispuestos a rezar y a prestar la cooperación y el socorro que están a nuestro alcance.

La tentación impulsa a crecer en las virtudes. Rechazar una duda contra la fe despierta un acto de fe; cortar una incipiente murmuración es crecer en el respeto a los demás; apartar con prontitud un mal pensamiento contra la castidad es ganar en finura en el trato con el Señor. Una época especialmente difícil en tentaciones, que se puede presentar en cualquier edad y momento de la vida interior, será una ocasión excelente para aumentar la devoción a la Virgen, para crecer en humildad, para ser más dóciles y sinceros en la dirección espiritual... No debemos asustarnos ni desanimarnos. Nada nos separa de Dios si la voluntad no lo permite. Nadie peca si no quiere. Ese tiempo difícil, si el Señor lo permitiera, es época de adelantar mucho en la vida interior y de purificar el corazón.

La tentación puede ser una fuente inagotable de gracias y de méritos para la vida eterna. Porque eras acepto a Dios, fue necesario que la tentación te probara11. Con estas palabras consoló el Ángel a Tobías en medio de su prueba. También han servido a muchos cristianos a la hora de sus tribulaciones.

III. Para vencer, hemos de pedir ayuda a Nuestro Señor, que está siempre de nuestra parte en la pelea. Él lo puede todo: Confiad, Yo he vencido al mundo12. Y, junto a Cristo, nosotros podemos decir: Omnia possum in eo qui me confortat. Todo lo puedo en Aquel que me confortará13. Dominus illuminatio mea et salus mea, ¿quem timebo? El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?14.

Contamos en las tentaciones con el auxilio poderoso de los Ángeles Custodios, puestos por nuestro Padre Dios para que nos protejan siempre que lo necesitemos: Te enviará a sus ángeles para que no tropieces en piedra alguna15. A ellos acudiremos con mucha frecuencia, pidiéndoles ayuda, pero de modo especial en las tentaciones. El Ángel Custodio es un formidable amigo, presto a ayudarnos en los momentos de mayor peligro y necesidad.

Estamos alerta contra las tentaciones cuando cuidamos la oración personal, que evita la tibieza, y no dejamos la mortificación, que nos mantiene despiertos en las cosas de Dios. Somos fuertes cuando huimos de las ocasiones de pecar, por pequeñas que parezcan, pues sabemos que quien ama el peligro perecerá en él16; cuando tenemos el día lleno de trabajo intenso, evitando la ociosidad y la pereza. Además, debemos tener en cuenta que es más fácil resistir al principio, cuando la tentación se insinúa, que si permitimos que vaya tomando cuerpo, "pues entonces no dejamos pasar al enemigo de la puerta del alma. Por esto se suele decir: "resiste a los principios; tarde viene el remedio cuando la llaga es vieja""17. Aunque, incluso cuando "la llaga es vieja", se puede, con humildad, encontrar el remedio oportuno.

Combatimos eficazmente las tentaciones manifestándolas con toda sinceridad en la dirección espiritual, pues mostrarlas es ya casi vencerlas. Y si acudimos a la Virgen, Nuestra Señora, siempre saldremos vencedores, aun de las pruebas en que nos sentíamos más perdidos.

1 San Pedro Crisólogo, Sermón 67. — 2 Juan Pablo II, Homilía 3-V-1987. — 3 Heb 4, 15. — 4 Cfr. 1 Cor 10, 13. — 5 Catecismo Romano III, 1, n. 7. — 6 Sant 1, 12. — 7 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 707. — 8 Cfr. Santo Tomas, Sobre el Padrenuestro, en Escritos de catequesis, p. 160. — 9 1 Pdr 5, 8. — 10 Tertuliano, Tratado sobre la oración, 8. — 11 Tob 12, 13. — 12 Jn 16, 23. — 13 Flp 4, 13. — 14 Sal 26, 1. — 15 Sal 90, 11. — 16 Eclo 3, 27.— 17 T. Kempis, Imitación de Cristo, 1, 13, 5.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

 

 Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza


  Patrona de España
      y de la Hispanidad      

Historia de la 
Aparición en vida 
de Nuestra Señora al 
Apóstol Santiago

El Papa Clemente XII estableció la fecha del 12 de Octubre para la festividad de la Virgen del Pilar.

En España, sobre todo en Aragón, es muy conocida la plegaria: "Bendita sea la hora en que la Virgen vino en carne mortal a Zaragoza".

La Santísima Virgen del Pilar es la Patrona de España y de la Hispanidad. Su templo es visitado por miles de personas diariamente.

 

Según documentos del siglo XIII, el Apóstol Santiago, El Mayor, hermano de San Juan, viajó a España a predicar el evangelio (año 40 d.C.), y una noche la Virgen María se le apareció en un pilar.

La tradición nos cuenta que Santiago había llegado a Aragón, el territorio que se llamaba Celtiberia, donde está situada la ciudad de Zaragoza, y una noche, estando en profunda oración junto a sus discípulos a orillas del río Ebro, la Santísima Virgen María se manifestó sobre un pilar, acompañada por un coro de ángeles, (ella aun vivía en Palestina).

La Virgen le habló al Apóstol pidiéndole que se le edificase ahí una iglesia con el altar en derredor al pilar y expresó: "Este sitio permanecerá hasta el fin del mundo para que la virtud de Dios obre portentos y maravillas por mi intercesión con aquellos que imploren mi ayuda".

El lugar, ha sobrevivido a invasiones de diferentes pueblos y a la Guerra Civil española de 1936-1939, cuando tres bombas cayeron sobre el templo y no estallaron. También se cree que la Virgen le dio al Apóstol una pequeña estatua de madera.

Luego de la aparición, Santiago junto a sus discípulos comenzaron a construir una capilla en donde se encontraba la columna, dándole el nombre de "Santa María del Pilar". Este fue el primer templo del mundo dedicado a la Virgen. Después de predicar en España, Santiago regresó a Jerusalén. Fue ejecutado por Herodes Agripas alrededor del año 44 d.C. siendo el primer apóstol mártir, luego del suceso sus discípulos tomaron su cuerpo y lo llevaron a España para su entierro. Siglos después el lugar fue encontrado y llamado Compostela (campo estrellado).

El primer santuario sobre la tumba de Santiago la ordenaron  construir el rey Alfonso II, El Casto de Asturias,  y el obispo Teodomiro en el siglo IX. Hoy se encuentra una  magnífica catedral en sitio.

El Milagro del cojo 
Miguel de Calandra

Entre los muchos milagros ocurridos en el sagrado lugar donde la Virgen se apareció, sobresale el del  cojo de Calandra.  A este hombre le fue amputada una pierna en 1637  y en 1640 la pierna volvió a aparecer entera en su cuerpo. Hay varias versiones de como aconteció el suceso, pero lo importante es que sí hubo un milagro. Algunos dicen que  sucedió cuando se le colocó aceite de la lámpara de la Virgen del Pilar, otros dicen que ocurrió mientras  soñaba que visitaba la basílica. Cientos de personas fueron testigos de este acontecimiento y actualmente en la pared derecha de la basílica hay un cuadro que relata el prodigioso suceso.

Esta maravillosa basílica tiene once cúpulas y cuatro torres. La Capilla del Pilar es el lugar en el cual se sitúa la columna sobre la que se apareció la Virgen a Santiago. Según la tradición era una construcción externa al templo y que luego cuando se reformó el lugar fue integrado en el interior de la basílica.

El lugar más sagrado del templo es la santa columna sobre la cual se apareció la Virgen. El pilar es de jaspe, mide casi 2 metros y la pequeña estatua es de madera y tiene 38 cm.

La Crónica de Aragón

Y   bien assi la primera voz que mas con efecto sono dela fe en Çaragoça que es cabeça de aragon tomo su mayor cimiento: porque viniendo a ella santiago el mayor: como algunos affirman y fasta enla minerua de roma por escripto se falla y fasta dentro enla casa sancta lo han por mucho cierto. conuirtio enla ciudad fasta siete varones cuyos nombres enel martilogio famoso de Cromacio se asientan: y son estos. torquato. tesifonte. segundo. indalecio. sicilio. esicio. eufrasio. el cuerpo del sancto indalecio truxo el rey don Sancho el quarto como a su natural y de su propia nacion a sant Johan dela peña: desde alla de piedra pisada. y fueron aquestos los primeros cristianos que nunca houo en la Europa. ca llego primero santiago aca: y antes que saliessen los apostolos de judea.

Y desta causa labro santiago enla misma ciudad la primera capilla que a honor de nuestra señora fue enel mundo labrada: porque al tiempo que della se despidio prometio delo assi fazer. y le fue por ella tan bien encargado: que donde quier que mas discipulos fiziesse ahi le fundasse vna capilla. y llamo la sancta maria del pilar. y la razon dello fue: porque orando vna noche orilla del rio con sus nueuos siete criados: oyo cantares marauillosos del cielo y aparecio le subito nuestra señora con gran muchedumbre y caualleria de angeles que ahun ella viuiendo la trahian sobre vn pilar assentada con excellente corona en la cabeça: y con aquella fiesta gloria y triunpho que a tan alta reynase perteneçia: y ahun despues dela hauer tan deuota y profundamente acatado quanto a señora tan alta y tan madre de dios era deuido y el podia cumplir: le fue por ella de nueuo mandado que assentasse la primera y su excellente capilla dela misma forma y manera que la el asento. ca le fazia saber y ahun le prometia que enella para siempre su jnmortal memoria seria festejada y ende seria tan por estremo y tan deuotamente su nombre acatado.

(Gauberto Fabricio de Vagad, Crónica de Aragón, Zaragoza: Pablo Hurus, 1499).

Oración 
a Nuestra Señora 
del Pilar 

Oh Virgen del Pilar, Reina y Madre, España y todas las naciones hispanas reconocen con gratitud tu protección constante y esperan seguir contando con ella.

Obténnos de tu Hijo fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor.

Queremos que en todos los instantes de nuestra vida sintamos que tu eres nuestra Madre.

Por Jesucristo nuestro Señor. 

                       Amén.

Historia de la Aparición

http://www.ewtn.com/spanish/Maria/Nuestra_Señora_del_Pilar_Historia.htm

Un Milagro

La Crónica de Aragón

Oraciones


El Papa Clemente XII estableció la fecha del 12 de Octubre para la festividad de la Virgen del Pilar.

En España, sobre todo en Aragón, es muy conocida la plegaria: "Bendita sea la hora en que la Virgen vino en carne mortal a Zaragoza".

La Santísima Virgen del Pilar es la Patrona de la Hispanidad. Su templo es visitado por miles de personas diariamente.

 

01:23:15

REPORTAJE ESPECIAL Dedicado a NUESTRA SEÑORA DEL PILAR, Octubre 2010

http://gloria.tv/?media=124989

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Fuente: EWTN.com
Nuestra Señora de Aparecida Patrona de Brasil, 12 Octubre  

 

La historia cuenta que en el año 1717, El gobernador de Sao Paulo y Minas Gerais, don Pedro de Almeida y Portugal, Conde de Assumar, pasó por la villa de Guaratinguetá camino a villa Rica. Por tal motivo, los pobladores del lugar, queriendo agasajar al invitado, solicitaron a tres pescadores, Domingos Garcia, Filipe Pedroso e João Alves, una provisión de peces.

Estos hombres se encontraban en el río Paraiba, arrojando sus redes en el agua, cuando de repente al levantar una de ellas, encontraron una figura rota de terracota de la Virgen de la Concepción, de tan solo 36 cm. Primero hallaron el cuerpo y al arrojar otra vez la red lograron ubicar la cabeza. Luego del suceso, la pesca, que hasta ese momento había sido escasa, fue tan abundante, que tuvieron que volver a la costa por el peso que tenían sus pequeñas embarcaciones.

Uno de los pescadores llevó la imagen a su casa y le realizó un pequeño altar, unos años después crearon un oratorio, lugar que era visitado por todos los lugareños.
El 5 de mayo de 1743, se comenzó a construir un templo, que se inauguró el 26 de julio de 1745, venerando a la Virgen bajo la invocación de Nuestra Señora Aparecida.

El pueblo de Nuestra Señora Aparecida se encuentra a unos cuantos kilómetros de Guaratinguetá, villa del Estado de Sao Paulo.

Se ignora completamente como es que la imagen fue a parar al río, pero si se conoce su autor, un monje de Sao Paulo, llamado Frei Agostino de Jesús quien la moldeo en el año 1650.

La Virgen es de color moreno y esta vestida con un manto grueso bordado, sus manos se ubican en el pecho en posición de oración, fue coronada solemnemente en 1904, por don José de Camargo Barros, obispo de Sao Paulo.

El 16 de julio de 1930, Pío XI la declaró a Nuestra Señora Aparecida patrona de Brasil. El día 4 de julio de 1980, el Papa Juan Pablo II visito el santuario y le dio el título de Basílica.

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Amigo, Santo Biografía, 12 de octubre  

Octubre 12

 


Etimológicamente significa "amable". Viene de la lengua latina.

El cristiano verdadero se distingue porque en su diario acontecer todo lo mira bajo el prisma de su gran Amigo y compañero Jesús. "Donde vaya, estoy con él".

La vida de este joven del siglo IX. La literatura de aquellos años se dedicaba mucho a escribir sobre el bello y fantástico mundo de la amistad.
No es de extrañar que también se hiciese entre la amistad de los santos.

Amigo tenía un amigo llamado Amelio, que tiene la misa raíz y etimología. Eran hijos de dos familias nobles que nacieron el mismo día y en el mismo lugar.

También fueron bautizado al mismo tiempo por el Papa en Roma. Se distanciaron hasta que, ya mayores, decidieron ponerse al servicio del emperador Carlomagno.

Amelio fue acusado de haber seducido a la hija del emperador. Para pagar su pena, no le quedaba otra salida que el duelo.

Entonces se presentó Amigo para hacerlo en su lugar y lo ganó.

El emperador se alegró de que su hija salvara su honor. Amigo se había expuesto demasiado por salvar a su amigo y tuvo que acudir a triquiñuelas inimaginables.

El hecho es que se juntaron de nuevo los dos viejos amigos. Amigo cogió la lepra y la mujer lo echó de casa.

Se fue al castillo de su amigo Amelio. Este le curó. Se sintió feliz y acogido como un hermano. Eso es la amistad.

Hubo una guerra entre los Francos y los Lombardos. En ella murieron Amigo y Amelio. El propio emperador mandó que sus cuerpos se conservaran en dos sarcófagos distintos y en dos iglesias. Al día siguiente sin saber cómo, los dos féretros aparecieron juntos y en la misma iglesia, en la de san Albino en Montara, Italia.

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Fuente: Franciscanos.org
Serafín de Montegranario, Santo Lego Capuchino, 12 octubre  

Serafín de Montegranario, Santo

Nací en un pequeño pueblo de las Marcas, en la Italia central, donde todas las casas, como si fueran girasoles, están abiertas al sol. Fue en 1540, cuando en toda la región comenzaba a estabilizarse la Reforma Capuchina. Sin embargo yo no conocí a los frailes hasta que entré en el noviciado.

Era el segundo de cuatro hermanos, y mi padre era albañil. Como la economía no iba demasiado boyante, pronto tuvo que echar mano de nosotros para que le ayudásemos. Mi hermano mayor se fue a trabajar con él; y a mí, como era debilucho y algo torpe, me mandó con un campesino para que le cuidara el rebaño. Un trabajo fácil y agradable, sobre todo porque me dejaba mucho tiempo para rezar y pensar en mis cosas.

Esta afición mía por la soledad y la oración me creó una fama de milagrero que yo no veía justificada. Todo empezó cuando en uno de los viajes a Loreto, mientras mis compañeros se pararon en la orilla del río en espera de que disminuyese el caudal, yo lo crucé sin mojarme. Y es que hay que conocer los vados y saber pasar los ríos.

Cuando murió mi padre, mi hermano me reclamó para que le ayudara. Sabía muy bien que no podría hacerme un albañil, pero se empeñó en que fuera, al menos, un peón. Sin embargo fracasó. Por mucho que intentó enseñarme el oficio, no consiguió nada. A lo más que llegué fue a traerle cubos de agua y ladrillos. Él, como es lógico, se enfadaba y me daba algún que otro pescozón; yo lo comprendía y me callaba.

Aquella vida me aburría y soñaba con desiertos, ayunos y penitencias, según había leído en las vidas de los ermitaños. Pero no fue necesario irme tan lejos. Una amiga me manifestó que conocía "una religión santa, en la que podía hacerme santo": los Capuchinos.

El Señor me hizo torpe

Cuando me presenté en el convento para hacer el noviciado, muy pocas cosas dejaba atrás; hasta el punto que le dije al guardián: "Sólo tengo un crucifijo y un rosario; pero con éstos espero ayudar a los frailes y hacerme santo". Y me admitieron.

Mi convivencia con los frailes fue un calvario, ya que seguía igual de inseguro, poco mañoso y torpe para el trabajo. Por mucho que me esforzara no conseguía hacer nada a derechas, lo que motivaba que me reprendieran y humillaran. Tanto me costaba soportar mi torpeza, que estaba dispuesto a dejar el convento y marcharme al desierto.

Sin embargo reflexioné y se me hizo la luz. Tenía que aceptar mi torpeza para el trabajo y mi capacidad para conectar a la gente con Dios. De ahí que tuviera que acoger, incluso con cariño, las justas reprimendas de los superiores cuando me salían mal las cosas, y trabajar para que la gente fuera feliz al encontrarse con Dios.

Pero me dio la gracia de ayudar a los demás

Esto me lo encontraba hecho, hasta el punto de correrse la voz de que yo hacía milagros, cuando en realidad lo que hacía era convencerlos para que confiaran en el Señor. Lo que pasara después ya no dependía de mí, pero la gente me lo atribuía.

Una vez vino un matrimonio joven, con una niña muda de nacimiento, pidiéndome que la curara. Yo les insinué que fueran a la capilla del Santísimo y rezaran. Al cabo de un rato me acerqué para darle a la niña un ramito de flores, y en plan jocoso le dije a la pareja: "Esta niña va a hablar más que una cotorra". Y así sucedió. Se le fue soltando la lengua hasta el punto de que, muchas veces, había que hacerla callar, de tanto que hablaba.

Los casos se multiplicaban, y la gente venía en busca de ayuda para sus necesidades. Yo me veía abrumado ante tanta demanda de milagros, pero hacía lo que buenamente podía: darles confianza y acercarlos al Señor. Hasta tal punto se complicó la cosa que el guardián me prohibió hacer tanto prodigio, cuando el primer asombrado era yo.

Pero no vayáis a creer que me dedicaba solamente a "hacer milagros". En los distintos conventos por los que pasé ayudaba también en los trabajos de la casa, pero mi relación con la gente, bien al salir a pedir limosna, o porque ellos venían a visitarme al convento, ocupaba mucho tiempo.

El secreto de mi disponibilidad para atenderles estaba en el ejemplo de Jesús; de ahí que me pasara grandes ratos en la iglesia pidiendo por los demás, incluso por la noche, cuando las puertas de la muralla estaban cerradas y la gente que se había quedado fuera venía al convento a pedir hospedaje.

Y así transcurrió mi vida, hasta que un 12 de octubre, el de 1604, los niños, que junto con las flores era lo que más quería, empezaron a gritar por el pueblo: "Ha muerto el santo, ha muerto el santo". Y ese santo era yo.

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Fuente: Ocd.pcn.net
Eufrasio del Niño Jesús, Beato Mártir, 12 Octubre  

Eufrasio del Niño Jesús, Beato

Eufrasio Barredo Fernández nació en Cancienes del Concejo de Corvera (Asturias) el 8 de febrero de 1897. El 5 de diciembre de 1912 ingresó en el colegio teresiano de los Carmelitas Descalzos de Villafranca de Navarra. El 26 de julio de 1916 emitió la profesión simple, que ratificaría con la solemne el 18 de marzo de 1922. Terminados sus estudios fue ordenado sacerdote el 23 de septiembre de 1922 en Santander. Destinado a Cracovia (Polonia), a fin de fortalecer la presencia carmelita en aquellas tierras, permaneció allí de 1926 a 1928. A su regreso fue destinado a Burgos, como director de las revistas "Ecos del Carmelo y Praga" y "Monte Carmelo".

En 1929 llega a Oviedo, como professor de teología y el 8 de mayo de 1933 es elegido prior de su comunidad. El 5 de octubre de 1934 estallaba la revolución de Asturias. Ante esta adversidad el P. Eufrasio buscó refugio para sus religiosos. Él trató de huir por la alta tapia de la huerta, pero se cayó y se luxó una cadera. Al ir empeorando su lesión, el 12 de octubre solicitó que lo llevaran al Hospital. Los milicianos le arrancaron –con ese verbo crudo lo expresa Albert Camus en una obra dramática suya– de la cama del hospital y lo condujeron al Mercado Viejo en el barrio de san Lázaro (Oviedo). Colocado de pie junto a un muro, y antes de recibir los disparos, se dirigió a los pistoleros con estas palabras: "Os perdono, hijos míos"; luego por tres veces gritó: "¡Viva Cristo Rey!".

Beatificado el 28 de Octubre del 2007 por Su Santidad Benedicto XVI

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Edwin de Northumbria, Santo Mártir y Rey, Octubre 12  

Edwin de Northumbria, Santo

San Edwin (también conocido como Eadwine o Æduini) (c. 586-12 de octubre de 633) fue Rey de Deira y Bernicia, los cuales se irían a conocer colectivamente como Northumbria. Su reino duro desde 616 hasta su muerte. El se convirtió al cristianismo y fue bautizado en el año 627; después de haber muerto en la Batalla de Hatfield Chase fue venerado como santo.

Infancia y exilio

La Crónica Anglosajona cuenta que después de la muerte de Aella un tal "Etelric" asumió el poder. La identidad exacta de Aethelric es incierta. El pudo haber sido un hermano de Aella, un hermano mayor de Edwin, un noble cualquiera, o el padre de Eteelfrido. El mismo Eteelfrido parece también haber sido rey de "Northumbria" (Deira y Bernicia juntos) desde no después de 604. Durante el reino de Eteelfrido, Edwin estuvo en exilio. La ubicación de su temprano exilio como niño es desconocida, pero algunos relatos de Reinaldo de Durham y Godofredo de Monmouth, ponen a Edwin en el Reino de Gwynedd, acogido por el rey Cadfan ap Iago, lo cual explicaría el conflicto entre Edwin y su supuesto hermano adoptivo Cadwallon. Para los años 610 el ya se encontraba en Mercia, bajo protección del rey Cearl, con cuya hija Cwenburga se casó.

Para el año 616, Edwin ya estaba en Anglia Oriental, bajo la protección del rey Raedwald. Bede cuenta que Eteelfrido quería que Raedwald asesinara a Edwin, su despreciado rival, y que Raedwald lo iba a hacer, si no fuera por que su esposa lo persuadió justo a tiempo. De todas maneras, Raedwald se enfrentó a Aethelfrith en una batalla cerca del río Idle en 616, en la cual Eteelfrido, y el hijo de Raedwald, Raegenhere, murieron. Edwin fue coronado como Rey de Northumbria, nombrando Raedwald como Bretwalda; los hijos de Eteelfrido se exiliaron en Dalriada y Pictavia. Que Edwin hubiera podido mantener control no solo en su tierra natal de Deira, pero también en Bernicia, pudo haber sido gracias al respaldo de Raedwald, al cual pudo seguir siendo súbdito a principios de su reino. El reino de Edwin marca una interrupción en el consistente dominio de Northumbria por los Bernicianos.

Edwin como rey

Con la muerte de Eteelfrido, y del poderoso Ethelburgo de Kent en el mismo año, Raedwald y su cliente Edwin estaban en posición para dominar Inglaterra, y Raedwald lo hizo hasta su muerte una década después. Edwin adhirió el pequeño reino bretones de Elmet después de la muerte de su rey Ceretic. Elmet fue probablemente leal a Mercia y por lo tanto a Edwin. El más grande reino de Lindsey parece que fue capturado después de c. 625, luego de la muerte del rey Raedwald. Sin embargo para este tiempo Edwin y Eadbald de Kent eran aliados, y como su primera esposa Cwenburga ya había muerto, Edwin planeo casarse con la hermana de Eadbald, Ethelburga de Kent. Según Bede, Eadbald solo aceptaría que su hermana se casara con Edwin, si el se convirtiera al cristianismo. El matrimonio de la Merovingia Berta con Ethelburgo de Kent, los padres de Eadbald, había resultado en la conversión al cristianismo de Kent, y el de Ethelburga y Edwin haría lo mismo en Northumbria.

La expansión occidental de Edwin pudo haber comenzado a principios de su reino. A principios de los años 620, ya había clara evidencia de una guerra entre Edwin y Fiachnae mac Báetáin del reino Dál nAraidi, rey de Ulaid en Irlanda. Se sabe que un poema, el cual se perdió con el tiempo, recuenta las campañas de Fiachnae en contra de los sajones, y los anales Irlandeses cuentan la toma, o asedio de Bamburgo en Bernicia en los años 623-624. La muerte de Fiachnae en el año 626, a manos de su tocayo, Fiachnae mac Demmáin de los Dál Fiatach, y la muerte de Fiachnae mac Demmáin un año después en la batalla contra Dalriada probablemente le facilitaron a Edwin sus conquistas en la provincia marítima de Irlanda.

La rutina de los reinos en los tiempos de Edwin envolvía estar en guerra regularmente, incluso anualmente, con sus vecinos para así obtener tributo, y esclavos.

La casa real se mudaba regularmente de una "ciudad real" a otra, consumiendo la comida ofrecida por los súbditos, cobrando tributo de las haciendas, dispersando justicia, y asegurándose que la autoridad real se hiciera presente por todo el reino. Las ciudades reales en los tiempos de Edwin fueron, entre otras, Yeavering en Bernicia, donde rastros de un anfiteatro hecho en madera se han descubierto. Otros sitios reales fueron Campodunum en Elmet (de pronto Barwick), Sancton en Deira y Goodmanham, el lugar donde el sacerdote pagano Coifi destruyo los ídolos paganos según Bede. El reino de Edwin incluyo las ciudades romanas de York y Carlisle, y las dos parecen que fueron de importancia en el siglo XII, aunque no esta claro si la vida urbana continúo durante este periodo.

La conversión de Edwin al Cristianismo

La versión de Bede acerca de la conversión de Edwin tiene dos eventos importantes. El primero fue durante el exilio de Edwin, y cuenta como Paulinus de York le salvo la vida. El segundo evento fue siguiendo el matrimonio con Ethelburga, cuando lo intentaron asesinar en York, la pascua del 626, un agente de Cwichelm de Wessex, Edwin después decidió permitir el bautizo de su hija Eanfleda y prometió adoptar el cristianismo si su campaña contra Cwichelm fuera exitosa. Aparte de estos eventos, la representación general que Bede da de Edwin, es aquella de un rey indeciso, temeroso de tomar riesgos, y sin poder decidir si ser cristiano o no.

Además de estos eventos, la influencia de la reina Ethelburga, no puede ser ignorada, ya que siendo de la Dinastía Merovingia era cristiana y evangelizadora por naturaleza, y de tal forma como lo hizo su madre con su padre, ella iba a convertir a Edwin al cristianismo, también hubieron cartas que el Papa Bonifacio V les mando a Edwin y a Ethelburga lo cual muestra el esfuerzo del papa en cristianizar la isla. Dado que Kent estaba bajo control Franco, ellos estaban interesados en proselitar a sus camaradas alemanas, y en extender su poder e influencia. Bede recuenta el bautizo de Edwin, y de uno de sus comandantes, el 12 de abril de 627. El fervor de Edwin, según Bede, llevo que el hijo de Raedwald, Eorpwald también se convirtiera al cristianismo.

Muerte y legado

Edwin se enfrentó contra Penda y Cadwallon en la batalla de Hatfield Chase en el otoño de 633, y fue derrotado y murió en batalla. De los dos hijos mayores que Edwin tuvo con Cwenburh de Mercia, Osfrido murió en la Hatfield, y Eadfrido fue capturado por Penda de Mercia y asesinado un tiempo después.

Sus restos fueron llevados a Whitby, pero su cabeza, ya que fue decapitado, se llevó a la iglesia de Saint Peter, en York donde todavía se encuentra.

Después de la muerte de Edwin, la reina Ethelburga junto con Paulinus de York, se devolvieron a Kent, llevando consigo su hijo Wuscfrea, su hija Eanfleda de Whitby, y el hijo de Osfrido, Yffi para exiliarse con ellos. Wuscfrea y Yffi fueron enviados a la corte de Dagoberto I rey de los Francos, pariente de Ethelburga, pero murieron poco después. Aun así, Eanfleda vivió para casarse con su primo, el Rey Oswiu de Northumbria, hijo de Acha y Aethelfrido de Bernicia, también se convirtió en santa, igual que sus padres.

El reino de Edwin fue dividido después de su muerte. Su sucesor fue Osric, hijo del tío paterno de Edwin Aelfric, en Deira, y por Eanfrido, hijo de Eteelfrido y la hermana de Edwin Acha, en Bernicia. Los dos se cambiaron al paganismo, y los dos fueron matados por Cadwallon; eventualmente, el hermano de Eanfrido,
Osvaldo derroto y dio muerte a Cadwallon y unió a Northumbria una vez más. Desde hay en adelante, con excepción de Oswine hijo de Osric, el poder en Northumbria estuvo en manos de los Idaneses, los descendientes de Ida de Bernicia, hasta mediados del siglo XIII.

Después de su muerte, Edwin vino a ser venerado como santo por algunos, aunque su culto fue eventualmente ignorado por el más exitoso culto a Osvaldo, quien fue asesinado en 642. Murieron en batalla a manos de enemigos similares, los paganos Mercias y los Británicos en ambos casos, lo cual permitió que se percibieran como mártires; Sin embargo, el trato de Bede con respecto a Osvaldo demostraba que lo percibía como un santo indiscutible, un status que no le confirió a Edwin.

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Fuente: traducido por Helge Kuntschke
Maximiliano de Celeia, Santo Obispo de Lorch, 12 Octubre  

Maximiliano de Celeia, Santo

Atríbuto: El santo Maximilian es presentado en una vestimenta episcopal y tiene en sus manos una espada y una cruz o un libro.

Nota: Las afirmaciones en su datos biográficos de 1290 no son historicamente demostradas. Los datos tienen paralelismos considerables con el currícolo del santo Pelagius.

Biografía: Maximilian nació como hijo unico de padres ricos, nobles y religiosos en Celeia (Celje, Eslovenia). Después de la muerte de sus padres él distribuyó toda su hacienda entre los pobres y puso en libertad los esclavos. Con el deseo de ponerse misionero peregrinó a Roma. El papa Sixto II. (=258) le mandó como misionero a Norikum y Pannonia. Maximilian se volvió ser obispo de Lorch en la Enns, la capital de la provincia Noricum.

Después de 20 años regresó a Celeia para predicar. Por haberse negado a participar en la idolatría, el emir Eulasius le hizodecapitar el 12 de octubre de 281 o de 284. Su cadáver fue sepelido fuera de la ciudad.

Hechos históricos:

Siglo 8 En las listas de los bienes de la iglesia Salzburg es mencionado por la primera vez una capilla en Bischofshofen que fue construido sobre la sepultura del Santo Maximilian.
09.09.878 El rey Karlmann regala las osamentas del Santo Maximiliano a la colegiata de Altötting. El depósito y el origen de las reliquias no es documentado antes de 878.
903 Burkhard, abad del convento de Altötting, se vuelve obispo de Passau
907 El rey Lodovico "el niño" regala el convento de Altötting a Burkhard; el convento se convierte en monasterio propio de los obispos de Passau.
entre 976 y 985 El obispo Pilgrim de Passau traslada las reliquas del Santo Maximilian a Passau.
30.09.985 En un diploma del emperador Otto III., Maximiliano es por la primiera vez mencionando como patrón del obispado además de Valentino.
1289/1290 Un canónigo de la catedral probablemente escribe la "Vita Sancti Maximiliani"; reactivación del culto.
1289 - 1291 El obispo Bernardo hace construir una sepultura para los patrones del obispado, Valentino y Maximiliano, en la catedral gótica.
Siglo 15 Patrón de la familia Habsburgo.
1634 Procesión con las reliquias de los dos patrones para evitar una epidemia de peste inminente.
1662 Después del fuego en la ciudad se abren los sarcófagos de los patrones y se descubre que las reliquias estan desaperecidos; exepto algunas partículas. Estas partículas estan guardados en relicarios barrocos.
1782 - 1962 El obispado de Linz es puesto bajo el patronato del Santo Maximiliano.

Uno de los altares de la nave transversal de la catedral barroca es consagrado a los patrones. El duadro del altar, hecho por Frans de Neve, muestra la decapitación de Santo Maximiliano.

La veneración del Santo Maximiliano es extindo especialemente en la zona de los Alpes.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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