JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 20-24
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús se puso a reprender a las ciudades en las que había hecho la mayoría de sus milagros, porque no se habían convertido:
"¡Hay de ti, Corozaín! ¡Hay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros realizados en ustedes, hace tiempo que, vestidas de penitencia y sentadas sobre ceniza, se habrían convertido. Por eso les digo que el día del juicio será más tolerable para Tiro y Sidón que para ustedes.
Y tú, Cafarnaún, ¿te elevarás hasta el cielo? ¡Hasta el abismo te hundirás! Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros realizados en ti, hoy seguiría en pie. Por eso les digo que el día del juicio será más llevadero para Sodoma que para ti".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.
El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk
El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu
El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc
Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?
Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).
Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?
Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).
† Misal
mar 15a. Ordinario año Par
Antífona de Entrada
Señor, yo confío en tu misericordia: alegra mi corazón con tu auxilio y cantaré al señor por el bien que me ha hecho.
Oración Colecta
Oremos:
Dios todopoderoso y eterno: concede a tu pueblo que la meditación asidua de tu doctrina le enseñe a cumplir de palabra y de obra, lo que a ti te complace.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Si ustedes no creen en mí, irán a la ruina
Lectura del libro del profeta Isaías 7, 1-9
Cuando reinaba en Judá Ajaz, hijo de Jotán, hijo de Ozías, subieron a atacar Jerusalén el rey de Siria, Rasín, y el rey de Israel, Pécaj, hijo de Romelías, aunque no lograron conquistarla. Comunicaron al heredero de David: "Los sirios acampan en Efraín".
Temblaron el rey y su pueblo, tal como tiemblan los árboles del bosque sacudidos por el viento. El Señor dijo a Isaías:
"Ve con tu hijo Sear Yasub al encuentro de Ajaz. Cuando te encuentres con él al final del canal de la cisterna de arriba, junto al camino del campo del teñidor, dile: Ten cuidado, pero permanece tranquilo. No tengas miedo, ni te acobardes ante estos dos carbones humeantes (ante la ira ardiente de Rasín el sirio, y del hijo de Romelías). Cierto que Siria y Efraín, con el hijo de Romelías al frente, han tramado tu ruina diciendo: "Subamos contra Judá, se asustará de nosotros, la conquistaremos y pondremos por rey al hijo de Tabel". Pero esto dice el Señor Dios:
Eso no pasará, no se llevará a cabo: la capital de Siria es Damasco y a la cabeza de Damasco está Rasín; la capital de Efraín es Samaria y a la cabeza de Samaria está el hijo de Romelías. Dentro de sesenta y cinco años, Efraín será aniquilado, y dejará de ser pueblo. Si no confían en mí no subsistirán".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Sal 47, 2-3a.3b-4.5-6.7-8
Dios es nuestro defensor.
Grande es el Señor y digno de toda alabanza, en la ciudad de nuestro Dios, en su santo monte. Altura hermosa, alegría de toda la tierra.
Dios es nuestro defensor.
El monte Sión, morada de Dios, la capital del gran rey. Entre sus palacios, Dios se manifiesta como segura defensa.
Dios es nuestro defensor.
Los reyes que se habían aliado y avanzaban juntos, apenas lo vieron, quedaron asombrados y huyeron despavoridos.
Dios es nuestro defensor.
Allí se apoderó de ellos el temblor, dolores como de una mujer cuando va a dar a luz, como cuando el viento del desierto destruye los barcos de Tarsis.
Dios es nuestro defensor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No endurezcan su corazón".
Aleluya.
Evangelio
El día del juicio será menos riguroso para Tiro, Sidón y Sodoma que para otras ciudades
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 20-24
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús se puso a reprender a las ciudades en las que había hecho la mayoría de sus milagros, porque no se habían convertido:
"¡Hay de ti, Corozaín! ¡Hay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros realizados en ustedes, hace tiempo que, vestidas de penitencia y sentadas sobre ceniza, se habrían convertido. Por eso les digo que el día del juicio será más tolerable para Tiro y Sidón que para ustedes.
Y tú, Cafarnaún, ¿te elevarás hasta el cielo? ¡Hasta el abismo te hundirás! Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros realizados en ti, hoy seguiría en pie. Por eso les digo que el día del juicio será más llevadero para Sodoma que para ti".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Esta ofrenda, Señor, nos atraiga siempre tu bendición salvadora, para que se cumpla por tu poder lo que celebramos en estos misterios.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Cristo, huésped y peregrino en medio de nosotros
En verdad es justo darte gracias, Señor, Padre santo, Dios de la alianza y de la paz. Porque tú llamaste a Abrahán y le mandaste salir de su tierra, para constituirlo padre de todas las naciones. Tú suscitaste a Moisés para librar a tu pueblo y guiarlo a la tierra de promisión.
Tú, en la etapa final de la historia, has enviado a tu Hijo, como huésped y peregrino en medio de nosotros, para redimirnos del pecado y de la muerte; y has derramado el Espíritu, para hacer de todas las naciones un solo pueblo nuevo, que tiene como meta tu reino; como estado, la libertad de tus hijos; y como ley, el precepto del amor.
Por estos dones de tu benevolencia, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos con gozo el himno de tu gloria:
Antífona de la Comunión
Proclamo todas tus maravillas, me alegro contigo y entono salmos en honor de tu nombre, ¡oh Altísimo!
Oración después de la Comunión
Oremos:
Saciados con el pan del cielo, te pedimos, Señor, que el amor con que nos alimentas fortalezca nuestros corazones y nos mueva a servirte en nuestros hermanos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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† Meditación diaria
15ª Semana. Martes
DOLOR DE LOS PECADOS
— A pesar de los muchos milagros que el Señor realizó en ellas, algunas ciudades no hicieron penitencia. También Jesús pasa a nuestro lado.
— Frutos que produce la contrición en el alma.
— Pedir el don de la contrición. Obras de penitencia.
I. Al abandonar Nazaret, Jesús escogió Cafarnaún como lugar de residencia. A veces en el Evangelio se le llama su ciudad. Desde allí irradió su predicación a Galilea y a toda Palestina. Es posible que Jesús se hospedara en casa de Pedro y que hiciese de ella el centro de sus salidas apostólicas por toda la región. Es muy probable que no exista otro sitio en el que Jesús hiciera tantos milagros como en esta población.
En la orilla norte del lago de Genesaret, no lejos de Cafarnaún, estaban situadas dos florecientes ciudades en las que Jesús también realizó muchísimos milagros. A pesar de tantos signos, de tantas bendiciones, de tanta misericordia, las gentes de estos lugares no se convirtieron al paso de Jesús. El Evangelio de la Misa menciona las fuertes palabras del Señor a estas ciudades que no quisieron hacer penitencia ni arrepentirse de sus pecados1: ¡Ay de ti, Corozaín, ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran realizado los milagros que han sido hechos en vosotras, hace tiempo que habrían hecho penitencia... Y tú, Cafarnaún, ¿te vas a alzar hasta el cielo? ¡Hasta el infierno vas a descender! Porque si en Sodoma se hubieran realizado los milagros que se han obrado en ti, subsistiría hasta hoy.
¡Tantas gracias y tantos milagros! Y, sin embargo, muchos habitantes de aquellas comarcas no cambiaron, no se arrepintieron de sus pecados. Incluso se rebelaron contra el Señor: Dirumpamus vincula eorum, et proiciamus a nobis iugum ipsorum2: rompamos los mandatos del Señor, rechacemos su dulce yugo. Estas palabras del Salmo II, ¡se han repetido ya en tantas ocasiones...!
Jesús pasa a nuestro lado y derrama su gracia y su misericordia. ¡Tantas veces! Son incontables los momentos y situaciones en los que el Señor se ha parado a nuestro lado para curarnos, para bendecirnos, para alentarnos en el bien. Muchas atenciones hemos recibido de parte del Señor. Y espera de nosotros correspondencia, arrepentimiento sincero de nuestras faltas, aborrecer el pecado venial deliberado, todo aquello que de alguna manera nos separa de Él, porque la gracia derramada ha sido mucha. Él nos oye siempre, pero de modo muy particular cuando acudimos con deseos de cambiar, de recuperar el camino perdido, de empezar de nuevo con un corazón contrito y humillado3. Debe ser esta una actitud habitual porque han sido muchas las ocasiones en las que, conscientes o no, hemos rechazado su gracia, porque la ofensa es mayor cuanto mayores han sido las muestras del amor de Dios en nuestra vida. ¿Quién es tan ciego para no ver a Cristo que se nos hace el encontradizo una y otra vez?
II. No despreciarás, Señor, un corazón contrito y humillado. La palabra contrición quiere decir rompimiento -como cuando una piedra se rompe y se hace añicos-, y se da este nombre al dolor de las faltas y pecados para significar que el corazón endurecido por el pecado en cierta manera se despedaza por el dolor de haber ofendido a Dios4. También en el lenguaje corriente solemos decir "se me partió el corazón", para expresar nuestra reacción ante una gran desgracia que ha conmovido lo más íntimo de nuestro ser. Algo parecido ha de ocurrirnos al contemplar los propios pecados delante de la santidad de Dios y del amor que Él nos tiene. No es tanto el sentimiento de fracaso que todo pecado produce en un alma que sigue a Dios, como el pesar de habernos separado –aunque sea un poco– del Señor. Ese dolor de los pecados o contrición consiste esencialmente en un pesar y en una sincera detestación de la ofensa hecha a Dios, un pesar y aborrecimiento del pecado cometido, con el propósito de no pecar en adelante5; es una conversión hacia lo bueno, que hace irrumpir en nosotros una nueva vida6.
Es el amor, sobre todo, el que debe llevarnos a pedir perdón muchas veces a Dios, pues son incontables los momentos en los que no correspondemos como debiéramos a las gracias que recibimos. "Acordóse el amigo de sus pecados, y por temor del infierno quiso llorar y no pudo. Pidió lágrimas al amor y la Sabiduría le respondió que más frecuente y fuertemente llorase por amor de su Amado que por temor de las penas del infierno, puesto que le agradan más los llantos que son por amor que las lágrimas que se derraman por temor"7. Es el amor el que debe conducirnos a la Confesión.
La contrición da al alma una particular fortaleza, devuelve la esperanza, la paz y la alegría, hace que el cristiano se olvide de sí mismo y se entregue al Señor con más delicadeza y finura interior. Para acercarnos a Dios con un corazón contrito, es necesario reconocer las faltas y los pecados, sin excusarlos con falsas razones, sin extrañarse y sobresaltarse porque aparezcan defectos o errores que creíamos ya superados. Si se achacara al ambiente exterior o a otras circunstancias la causa de nuestras flaquezas, el alma se apartaría del camino de la humildad y no llegaría a Dios, tan cercano precisamente cuando nosotros nos hemos alejado. En el examen diario de conciencia debemos ver nuestras faltas más como ofensa a Dios que como miseria propia. Si no relacionamos nuestras faltas y caídas con el amor a Dios, es fácil que tendamos a excusarlas; entonces, no encontraremos motivos para mantener esa actitud habitual de contrición, de arrepentimiento y de reparación por los pecados. Nunca estamos "en regla" con Dios; somos, por el contrario, aquel deudor que no tenía con qué pagar8; siempre estamos necesitados de acudir a su infinita misericordia. Ten piedad de mí, Señor, que soy un hombre pecador9, le decimos con las palabras de aquel que, lleno de humildad, conocía bien la realidad de su alma delante de la santidad de Dios.
Tampoco podemos reaccionar ante nuestras faltas, defectos y pecados aceptándolos como algo inevitable, casi natural, "pactando con ellos", sino pidiendo perdón, recomenzando muchas veces. Le diremos al Señor: Padre, pequé contra el cielo y contra ti; ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros10. Y el Señor, "que está cerca de los que tienen el corazón contrito"11, escuchará siempre nuestra oración.
Jesús pasa una y otra vez por nuestras vidas, como por aquellas ciudades de Galilea, y nos invita a salir a su encuentro, dejando nuestros pecados. No retrasemos esa conversión llena de amor. Nunc coepi: ahora comienzo, una vez más, con Tu ayuda, Señor.
III. ¡Ay de ti, Corozaín, ay de ti Betsaida!... El Señor pronunciaría estas palabras con pena, al ver que en sus habitantes no calaba la gracia derramada a manos llenas. Le seguían unos días, daban muestras de admiración ante una curación, se mostraban complacientes..., pero en el fondo de su alma seguían lejos de Cristo.
Nosotros hemos de pedir al Espíritu Santo el don inefable de la contrición. Hemos de esforzarnos en hacer muchos actos de ese dolor de amor, y de modo particular cuando hemos ofendido al Señor en algo más importante, siempre que nos acercamos a la Confesión, a la hora del examen de conciencia y también durante el día. Nos será de gran provecho hacer o meditar el Vía Crucis y meditar o leer la Pasión del Señor..., y no cansarnos jamás de considerar el infinito amor que Jesús nos tiene y la afrenta y el desamor que significa el pecado.
El dolor sincero de los pecados no lleva consigo necesariamente un dolor emocional. Lo mismo que el amor, el dolor es un acto de la voluntad, no un sentimiento. Del mismo modo que se puede amar a Dios sin experimentar conmociones sensibles, se puede tener un dolor profundo de los pecados sin una reacción emotiva. Pero se mostrará en el alejamiento de toda ocasión de ofender al Señor y en obras concretas de penitencia por las veces en que no fuimos fieles a la gracia. Estas obras nos ayudan a expiar las penas que hemos merecido por nuestras culpas, a vencer las malas inclinaciones y a fortalecernos en el bien.
¿Con qué obras de penitencia podremos agradar al Señor?: oraciones, ayunos y limosnas, pequeñas mortificaciones, llevar con paciencia las penas y contrariedades, y aceptar bien dispuestos las cargas de la propia profesión, la fatiga que el trabajo lleva consigo. Particular atención y amor pondremos en recibir la gracia de la Confesión, acercándonos bien dispuestos, arrepentidos sinceramente de las faltas y pecados. "Dirígete a la Virgen, y pídele que te haga el regalo –prueba de su cariño por ti– de la contrición, de la compunción por tus pecados, y por los pecados de todos los hombres y mujeres de todos los tiempos, con dolor de Amor.
"Y, con esa disposición, atrévete a añadir: Madre, Vida, Esperanza mía, condúceme con tu mano..., y si algo hay ahora en mí que desagrada a mi Padre-Dios, concédeme que lo vea y que, entre los dos, lo arranquemos.
"Continúa sin miedo: ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen Santa María!, ruega por mí, para que, cumpliendo la amabilísima Voluntad de tu Hijo, sea digno de alcanzar y gozar las promesas de Nuestro Señor Jesús"12.
1 Mt 11, 20-24. — 2 Sal 2, 3. — 3 Sal 50, 19. — 4 Cfr. Catecismo de San Pío X, n. 684-685. — 5 Cfr. Conc. de Trento, Sesión XIV, cap. 4. Dz. 987. — 6 Cfr. M. Schmaus, Teología dogmática, vol. VI, Los Sacramentos, p. 562. — 7 R. Llull, Libro del Amigo y del Amado, 341. — 8 Cfr. Mt 18, 25. — 9 Lc 5, 8. — 10 Lc 15, 18-19. — 11 San Agustín, Tratado sobre el Evangelio de San Juan,15, 25. — 12 San Josemaría Escrivá, Forja, n.161.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
San Juan Gualberto
Religioso benedictino
Año 1073
Nació en Florencia, de familia muy rica y su único hermano fue asesinado. Era heredero de una gran fortuna y su padre deseaba que ocupara altos puestos en el gobierno.
Un Viernes Santo iba este santo por un camino rodeado de varios militares amigos suyos, y de pronto se encontró en un callejón al esesino de su hermano. El enemigo no tenía a donde huir, y Juan dispuso matarlo allí mismo. El asesino se arrodilló, puso sus brazos en cruz y le dijo: "Juan, hoy es Viernes Santo. Por Cristo que murió por nosotros en la cruz, perdóname la vida". Al ver Gualberto aquellos brazos en cruz, se acordó de Cristo crucificado. Se bajó de su caballo. Abrazó a su enemigo y le dijo: "Por amor a Cristo, te perdono".
Siguió su camino y al llegar a la próxima iglesia se arrodillo ante la imagen de Cristo crucificado y le pareció que Jesús inclinaba la cabeza y le decía: "Gracias Juan".
Desde aquel día su vida cambió por completo. En premio de su buena acción, Jesús le concedió la vocación, y Juan dejó sus uniformes militares y sus armas y se fue al convento de los monjes benedictinos de su ciudad a pedir que lo admitieran como religioso. Su padre se opuso totalmente y exigió al superior del convento que le dovolvieran a Juan inmediatamente.
Cuando el papá vio al antiguo guerrero convertido en sencillo y piadoso monje se echó a llorar, y dándole su bendición se retiró.
En aquellos tiempos, el peor defecto que había en la Iglesia era la Simonía, es decir, algunos compraban los altos cargos, y así llegaban a dirigir la Santa Iglesia algunos hombres indignos. En el convento de florencia, donde estaba Juan, se murió el superior, uno de los monjes fue con el obispo y con dinero hizo que lo nombraran superior a él. También el obispo había comprado su cargo.
Gualberto no pudo soportar esta indignidad y se retiró de aquel convento con otros monjes y antes de salir de la ciudad, declaró publicamente en la plaza principal que el superior del convento y el obispo merecían ser destituidos porque habían cometido el pecado de simonía. Más tarde logró que los destituyeran.
Fundador. Se fue a un sitio muy apartado y silencioso, llamado Valleumbroso y allá fundó un monasterio de mojes benedictinos que se propusieron cumplir exactamente todo lo que San Benito había recomendado a sus monjes. El monasterio llegó a ser muy famoso y le llegaron vocaciones de todas partes. Con los mejores religiosos de su nuevo convento fue fundando varios monasterios más y así logró difundir por muchas partes de Italia las buenas costumbres, y fue atacando sin misericordia la simonía y las costumbres corrompidas. Las gentes sentían gran veneración por él.
Después de haber logrado que muchas personas abandonaran sus vicios y se convirtieran y que muchos sacerdotes empezara a llevar una vida santa, y gozando del enorme aprecio del Papa y de numerosos obispos, murió el 12 de julio de 1073, dejando muchos monasterios de religiosos que trataban de imitarlo en sus virtudes y llegaron a gran santidad.
Que sus ejemplos sean de gran provecho para nuestra alma.
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Fuente: Archidiócesis de Madrid
Proclo e Hilarión, Santos Mártires, 12 de julio
Mártires Martirologio Romano: En Ancira, de Galacia, santos Proclo e Hilarión, mártires en tiempo del emperador Trajano y del prefecto Máximo (s. II).
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Fuente: Santiebeati.it
Inés Lê Thi Thành, Santa Mártir, 12 de julio
Madre de Familia y Mártir Martirologio Romano: En la provincia de Ninh Binh, en Tonquín también, santa Inés Lê Thi Thành (Dê), mártir, madre de familia, que en tiempo del emperador Thiêu Tri fue cruelmente atormentada a causa de haber ocultado en su casa a un sacerdote, muriendo en la cárcel por negarse a abjurar de su fe (1841).
Ha sido siempre muy lo difícil hallar noticias seguras sobre los mártires, ya desde los primeros siglos de la era cristiana, ya también a veces para mártires de la era moderna, sobre todo si vivían en algún rincón apartado del planeta, esto ocurre con Santa Inés Lê Thi Thành, de nacionalidad vietnamita. Inés nació en el 1781 cerca de a Ba Den, en los alrededores de Tranh Hoa en Vietnam. |
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Fuente: Corazones.org
Verónica, Santa La mujer que secó la sangre de Jesús, 12 de julio
Etimología: Verónica = Aquella que es la verdadera imagen o Aquella que es la imagen verdadera, viene de de la palabra latina "vero" y de la palabra griega "eikom". |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Juan el Ibérico, Santo Abad, 12 de julio
Abad Etimológicamente significa "Dios es misericordia". Viene de la lengua hebrea. |
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Fuente: Franciscanos.net
Juan Jones, Santo Mártir, Julio 12
Sacerdote y mártir de la Primera Orden Franciscana Martirologio Romano: En Londres, Inglaterra, san Juan Jones, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, mártir, el cual, oriundo de Gales, abrazó la vida religiosa en Francia, y por haber entrado en Inglaterra como sacerdote, siendo reina Isabel I, fue condenado a pena capital, consumando el martirio en la horca (1598).
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Ignacio Clemente Delgado, Santo |
San Clemente Ignacio Delgado Cebrián,Obispo
Martirologio Romano: En la ciudad de Nan Dinh, en Tonquín, san Clemente Ignacio Delgado Cebrián, obispo y mártir, que después de pasar cincuenta años predicando el Evangelio, fue encarcelado por orden del emperador Minh Mang a causa de su fe en Cristo y murió en la cárcel, donde tuvo que sufrir mucho (1838).
Etimología: Ignacio = ardiente. Viene del latín.
Clemente = valiente, cariñoso. Viene de la lengua griega
S.S. Juan Pablo II. En un solo día, el 19 de junio de 1988, el Papa canonizó a 117 mártires que habían derramado su sangre por Cristo, en diversos momentos, en Conchinchina, Annalll y Tonkíll, hoy Vietnam del Norte.
Era hasta ahora la canonización más numerosa. El Papa pedía que estos Santos fueran semillas fecundas de nuevas y numerosas vocaciones misioneras.
Entre los 117 mártires había 11 españoles y un grupo de franceses, junto con una gran mayoría de nativos. Había obispos, sacerdotes seculares, religiosos dominicos, miembros de la fraternidad laical dominicana, catequistas, un seminarista y numerosos laicos de todas las clases sociales. Todos murieron víctimas de horrendos suplicios, de hambre, sed, asfixia, torturas, insultos y burlas. Todos murieron amando y perdonando.
Entre los 11 españoles -todos de la familia dominicana - había 6 obispos. Estos son los nombres de los nuevos Santos: Mateo, Francisco, Jacinto, José, Domingo, Jerónimo, José María, Melchor, Pedro, Valentín e Ignacio Clemente.
Ignacio Clemente nació en Villafeliche (Zaragoza) el 1762. Sus padres se llamaban Francisco Delgado y Teresa Cebrián-Melús. De ellos y de un tío sacerdote recibió desde niño una esmerada educación cristiana.
Profesó en los Dominicos de Calatayud y se ofreció para ir al Extremo Oriente. Ya no volvería más. Casi un año duró la azarosa travesía, por el Atlántico, México y el Pacífico. Ordenado Sacerdote en Filipinas, es nombrado obispo por Pío VI, a sus 31 años, en 1794, para el Tonkín Oriental.
Entre terribles dificultades y persecuciones, durante casi medio siglo de entrega misionera, se hizo todo para todos, con frutos abundantes de conversiones, consiguiendo también muchas vocaciones nativa. Traicionado y encarcelado, "a gusto daré mi vida por Cristo" exclamó. Fue enjaulado y expuesto al ardor del calor insoportable, hasta desfallecer y morir el 12 de Julio de 1838. "Todo lo soportó con increíble paciencia", dijo Gregorio XVI.
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Paterniano, Santo Obispo, 12 de julio
Obispo Martirologio Romano: En Fano, en la región del Piceno, en Italia, san Paterniano, obispo (s. IV).
Según una antigua tradición, San Paterniano nació en Fano alrededor de 275. |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Nabor y Félix, Santos Mártires, 12 de julio
Mártires Martirologio Romano: En Milán, ciudad de la Liguria, santos Nabor y Félix, mártires, que, siendo soldados oriundos de Mauritania, se dice que sufrieron el martirio en Laus Pompeia (hoy Lodi) y fueron sepultados en Milán (c. 304).
Los Santos Nabor y Félix derramaron su sangre por Cristo durante la persecución de Diocleciano (303). En tiempos posteriores, las legendarias actas de estos santos han aparecido, reproducidas de las actas de otros mártires (Víctor, Firmus, y Rusticus). Según éstas, que tienen un incalculable valor histórico, Nabor y Félix eran soldados del ejército romano de Maximiano Hercúleo. Al descubrirse que seguían a Cristo fueron condenados a muerte en Milán y se les decapitó en Lodi. Estos santos testigos de la fe fueron sepultados en Milán y sobre su tumba se erigió una iglesia. Posteriormente, en 1164, sus restos se trasladaron a Colonia, Alemania. San Ambrosio exaltó las virtudes de estos dos mártires. |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Fortunato y Hermágoras, Santos Mártires, 12 de julio
Mártires Martirologio Romano: En Aquileia, en los confines de Venecia, santos Fortunato y Hermágoras, mártires.
Según una tradición que data del siglo VIII, San Marcos el Evangelista, antes de ir a fundar la Iglesia de Alejandría, fue enviado por San Pedro a evangelizar Aquilea. El Apóstol predicó ahí el Evangelio, reforzó su predicación con milagros y convirtió a muchos paganos. Al partir de Aquilea, nombró obispo a un "distinguido personaje", llamado Hermágoras, a quien San Pedro confirió la consagración episcopal. |
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Fuente: Martirologio Romano
Otros Santos y Beatos Completando el santoral de este día, 12 de julio
San Vivenciolo, obispo |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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