sábado, 16 de julio de 2016

Domingo por la Santísima Trinidad. 17/07/2016. Excepto causa grave, no asistir a Misa dominical es pecado GRAVE (CIC 2042, 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). Precepto (desde los 7 años): Misa ENTERA. Víspera del Domingo comienza

JA

JMJ

Pax

Marta lo recibió en su casa. María escogió la mejor parte

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 10, 38-42

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo entró Jesús en un poblado, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.
Ella tenía una hermana llamada María, la cual se sentó a los pies de Jesús y se puso a escuchar su palabra. Entre tanto, Marta se afanaba en diversos quehaceres; hasta que se paró y dijo:
"Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con todo el quehacer? Dile que me ayude".
El Señor le respondió:
"Marta, Marta: muchas cosas te preocupan y te inquietan, siendo así que una sola es necesaria.
María escogió la mejor parte y nadie se la quitará".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk

El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).

 

 

Misal

 

16o. Dom Ord Ciclo C

Antífona de Entrada

Señor Dios, tú eres mi auxilio y el único apoyo de mi vida; te ofrezco de corazón un sacrificio y te daré gracias, Señor, porque eres bueno.

Se dice "Gloria".

Oración Colecta

Oremos:
Señor, míranos con amor y multiplica en nosotros los dones de tu gracia, para que llenos de fe, esperanza y caridad, permanezcamos siempre fieles en el cumplimiento de tus mandatos.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

Primera Lectura

Señor, no pases junto a mí sin detenerte

Lectura del libro de Génesis 18, 1-10a.

Un día, el Señor se le apareció a Abrahán en el encinar de Mambré, mientras él estaba sentado en la entrada de su tienda a la hora del calor más fuerte. Levantando la vista, vio de pronto a tres hombres que estaban de pie ante él. Al verlos, se dirigió a ellos rápidamente desde la puerta de la tienda, y postrado en tierra, dijo:
"Señor mío, si he hallado gracia a tus ojos, te ruego que no pases junto a mí sin detenerte.
Haré que traigan agua para que se laven los pies y descansen a la sombra de estos árboles; traeré pan para que recobren fuerzas y después continuarán su camino, pues sin duda para eso han pasado junto a su siervo".
Ellos le contestaron:
"Está bien, haz lo que dices".
Abrahán entró rápidamente en la tienda donde estaba Sara y le dijo:
"Date prisa, toma tres medidas de harina, amásalas y cuece unos panes".
Mientras, Abrahán fue corriendo al establo, escogió un ternero y se lo dio a un criado para que lo matara y lo preparara. Cuando el ternero estuvo asado, tomó requesón y leche y lo sirvió a los forasteros. El permaneció de pie bajo el árbol, mientras ellos comían. Después le preguntaron:
"¿Dónde está Sara, tu mujer?"
El respondió:
"Ahí, en la tienda".
Uno de ellos le dijo:
"Dentro de un año volveré sin falta a visitarte por estas fechas; para entonces, tu mujer Sara habrá tenido un hijo".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 14

¿Quién será grato a tus ojos, Señor?

Quien procede honradamente y obra con justicia, quien es sincero en sus palabras y con su lengua a nadie desprestigia.
¿Quién será grato a tus ojos, Señor?

Quien no hace mal al prójimo ni difama al vecino; quien no ve con aprecio a los malvados y honra a quienes temen al Altísimo.
¿Quién será grato a tus ojos, Señor?

Quien no presta con usura y quien no acepta soborno en perjuicio de inocentes. Quienes vivan así, serán gratos a Dios eternamente.
¿Quién será grato a tus ojos, Señor?

Segunda Lectura

Un designio secreto que Dios ha mantenido oculto y que ahora la revelado a su pueblo santo

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 1, 24-28


Hermanos: Ahora me alegro de sufrir por ustedes: así completo lo que falta a la pasión de Cristo en mí, por el bien de su cuerpo, que es la Iglesia.
Por disposición de Dios, he sido constituido ministro de la Iglesia para predicarles por entero su mensaje: el designio secreto que Dios ha mantenido oculto desde siglos y generaciones y que ahora ha revelado a su pueblo santo.
Dios ha querido dar a conocer a los suyos la gloria y riqueza que este designio encierra para los paganos; es decir, que Cristo vive en ustedes y es la esperanza de la gloria. Nosotros predicamos a ese Cristo; corregimos a todos, los instruimos con todos los recursos de la sabiduría, a fin de que todos sean cristianos perfectos.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un corazón bueno y sincero, y perseveran hasta dar fruto.
Aleluya.

Evangelio

Marta lo recibió en su casa. María escogió la mejor parte

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 10, 38-42

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo entró Jesús en un poblado, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.
Ella tenía una hermana llamada María, la cual se sentó a los pies de Jesús y se puso a escuchar su palabra. Entre tanto, Marta se afanaba en diversos quehaceres; hasta que se paró y dijo:
"Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con todo el quehacer? Dile que me ayude".
El Señor le respondió:
"Marta, Marta: muchas cosas te preocupan y te inquietan, siendo así que una sola es necesaria.
María escogió la mejor parte y nadie se la quitará".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice "Credo".

Oración de los Fieles

Celebrante: Pidamos, hermanos hermanas, al Dios de misericordia que auxilie nuestra pequeñez, para que podamos invocar su nombre con los sentimientos que él desea:
Responderemos: Escúchanos, Señor.

Por la paz y concordia de las Iglesias, por la unión de todos los cristianos y por la salvación de nuestras almas, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.

Por los responsables de las naciones, para que bajo su gobierno tengamos una vida feliz y pacífica, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.

Por los que están lejos de casa, por los enfermos y encarcelados y por todos los que sufren, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.

Por nuestra comunidad reunida en la fe, la piedad y el temor de Dios, por los que hacen el bien a nuestras parroquias y por los que ayudan a los pobres, roguemos al Señor.
Escúchanos, Señor.

Celebrante: Dios de bondad, Padre Santo, escucha nuestras oraciones y danos un corazón humilde y sencillo que escuche la palabra de tu Hijo y lo acoja en la persona de nuestros hermanos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Oración sobre las Ofrendas

Dios nuestro, que con la muerte de tu Hijo llevaste a término y perfección los sacrificios de la antigua alianza, acepta y bendice estos dones como aceptaste y bendijiste los de Abel, para que lo que cada uno te ofrece sea de provecho para la salvación de todos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Prefacio

Historia de la salvación en Cristo

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro.
Porque naciendo, restauró´nuestra naturaleza caída: con su muerte destruyó nuestros pecados; al resucitar nos dio nueva vida; y ascendiendo hasta ti, Padre, nos abrió las puertas del Reino de los cielos.
Por eso,
unidos a los coros angélicos, te aclamamos llenos de alegría.

Antífona de la Comunión

Miren que estoy a la puerta y llamo, dice el Señor: si alguno oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaré con él, y él conmigo.

Oración después de la Comunión

Señor, tú que nos has concedido participar en esta Eucaristía, míranos con bondad y ayúdanos a vencer nuestra fragilidad humana para poder vivir como hijos tuyos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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Meditación diaria

EL TRABAJO DE MARTA

— En Betania recibían y atendían bien al Señor. Amistad con Jesús.

— Trabajar sabiendo que el Señor está junto a nosotros. Presencia de Dios en el trabajo.

— Trabajo y oración.

 

I. Señor, si he hallado gracia a tus ojos, no pases de largo junto a tu siervo; traeré un poco de agua, y lavaréis vuestros pies, y reposaréis debajo del árbol; después seguiréis adelante, pues habéis pasado junto a vuestro siervo1. Son las palabras que Abrahán dirigió a Yahvé cuando se le apareció, como peregrino, en el encinar de Mambré, a la hora del calor. Abrahán le dio de comer y le dispensó una buena acogida. Nunca olvidó Dios estas muestras de hospitalidad de Abrahán.

El Evangelio de la Misa narra la llegada de Jesús con sus discípulos a casa de unos amigos en Betania2: Marta, María y Lázaro. Por este lloró un día el Señor3 al enterarse de su muerte, y luego lo resucitó. Jesús va de paso hacia Jerusalén y se detiene en Betania, que está a unos tres kilómetros antes de llegar a la ciudad. En casa de aquellos hermanos, a quienes Jesús ama entrañablemente, recaló con sus discípulos para descansar después de una larga jornada; allí, entre aquellos amigos, se encuentra el Señor a gusto. Le tratan bien, y siempre es recibido con alegría y afecto. Así hemos de tratar y de acoger nosotros a Jesús, que está en el Sagrario de las iglesias. No tenemos otro amigo mejor ni más fiel. No existe persona alguna a la que debamos tratar con mayor delicadeza y confianza.

En este clima de amistad, las hermanas se desenvuelven con naturalidad y sencillez, y muestran actitudes diversas. Marta andaba afanada con los múltiples quehaceres de la casa; parece la mayor (San Lucas dice: una mujer llamada Marta le recibió en su casa), y es la que se ocupa con todo esmero de atender al Señor y a los que le acompañan; el trabajo debía de ser abundante. Atender a un grupo tan numeroso, sobre todo si se presentaron de improviso, no era tarea fácil. Y Marta deseaba hacer un recibimiento adecuado al Señor, y se ocupaba con eficacia en preparar lo conveniente. Sabemos que, en un momento determinado, pierde la paz y se agobia, porque le falta la inicial rectitud de intención. María, en cambio, estaba sentada a los pies del Señor escuchando su palabra, desentendida de los preparativos de la comida. "Marta, en su empeño por prepararle al Señor de comer, andaba ocupada en multitud de quehaceres. María, su hermana, prefirió que le diese de comer a ella el Señor. Se olvidó de su hermana y se sentó a los pies del Señor, donde, sin hacer nada, escuchaba su palabra"4. Nosotros, con la ayuda de la gracia, tenemos que aprender la armonía de la vida cristiana, que se manifiesta en la unidad de vida –unir Marta y María– de forma que el amor a Dios, la santidad personal, sea inseparable del afán apostólico y se manifieste en la rectitud de nuestro trabajo.

II. La hermana mayor se dirige a Jesús con gran confianza y cierto tono de queja: Señor, ¿nada te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo de la casa? Dile, pues, que me ayude.

Durante muchos siglos se ha querido presentar a estas dos hermanas como dos modelos de vida contrapuestos: en María se ha querido representar la contemplación, la vida de unión con Dios; en Marta, la vida activa de trabajo, "pero la vida contemplativa no consiste en estar a los pies de Jesús sin hacer nada: esto sería un desorden, si no pura y simple poltronería"5. En el trabajo, en el quehacer de cada uno, es precisamente el lugar donde encontramos a Dios, "el quicio sobre el que se fundamenta y gira nuestra llamada a la santidad"6, donde amamos a Dios mediante el ejercicio de las virtudes humanas y de las sobrenaturales. Sin un trabajo serio, hecho a conciencia, con prestigio, sería muy difícil –quizá imposible– que pudiéramos tener una vida interior honda y ejercer un apostolado eficaz en medio del mundo.

Durante mucho tiempo y con demasiado énfasis se ha insistido en las dificultades que las ocupaciones terrenas, seculares, pueden representar para la vida de oración. Sin embargo, es ahí, en medio de esos trabajos y a través de ellos, no a pesar de ellos, donde Dios nos llama a la mayoría de los cristianos para santificar el mundo y santificarnos nosotros en él, con una vida llena de oración que vivifique y dé sentido a esas tareas7. Fue esta una predicación continua del Fundador del Opus que enseñó a miles de personas a encontrar a Dios a través de su quehacer diario. En cierta ocasión, dirigiéndose a un numeroso grupo de personas, les decía: "Debéis comprender ahora –con una nueva claridad– que Dios os llama a servirle en y desde las tareas civiles, materiales, seculares de la vida humana: en un laboratorio, en el quirófano de un hospital, en el cuartel, en la cátedra universitaria, en la fábrica, en el taller, en el campo, en el hogar de familia y en todo el inmenso panorama del trabajo, Dios nos espera cada día. Sabedlo bien: hay un algo santo, divino, escondido en las situaciones más comunes, que toca a cada uno de vosotros descubrir (...).

"No hay otro camino (...): o sabemos encontrar en nuestra vida ordinaria al Señor, o no lo encontraremos nunca. Por eso puedo deciros que necesita nuestra época devolver –a la materia y a las situaciones que parecen más vulgares– su noble y original sentido, ponerlas al servicio del Reino de Dios, espiritualizarlas, haciendo de ellas medio y ocasión de nuestro encuentro continuo con Jesucristo"8. Poner el amor de María mientras se lleva a cabo el trabajo de Marta.

Jesús responde a esta mujer en tono familiar: Marta, Marta, tú te preocupas y te inquietas por muchas cosas. En verdad una sola cosa es necesaria. Así, pues, María ha escogido la mejor parte, que no le será arrebatada.

Es como si le dijera: Marta, estás ocupada en muchos menesteres, pero te estás olvidando de Mí; estás desbordada por muchas tareas necesarias, pero estás descuidando lo esencial: la unión con Dios, la santidad personal. Esa inquietud, ese ajetreo, no pueden ser buenos cuando te hacen perder la presencia de Dios mientras trabajas; aunque el trabajo en sí es bueno y necesario.

Jesús no hace una valoración de toda la actitud de Marta, ni tampoco de todo el comportamiento de María. Cambia con hondura la cuestión y apunta a algo más esencial: a la actitud interna de Marta; tan metida está en el trabajo y anda tan preocupada por él, que se llega casi a olvidar de lo más importante: la presencia de Cristo en aquella casa. ¡Cuántas veces nos podría hacer el Señor el mismo cariñoso reproche! Afanes, trabajos necesarios, que no pueden justificar nunca el olvido de Jesús presente en nuestras tareas, aun las más santas, pues, como se ha dicho, no podemos dejar a un lado al "Señor de las cosas" por "las cosas del Señor"; no se puede relativizar la importancia de la oración con la excusa de que quizá estemos trabajando en tareas apostólicas, de formación, de caridad, etc.9.

III. Debemos tener tal unidad de vida que el mismo trabajo nos lleve a estar en presencia de Dios y, a la vez, los ratos expresamente dedicados a hablar con el Señor nos ayuden a trabajar mejor, pues "entre las ocupaciones temporales y la vida espiritual, entre el trabajo y la oración, no puede existir solo un "armisticio" más o menos conseguido; tiene que darse plena unión, fusión sin residuo. El trabajo alimenta a la oración y la oración "embebe" el trabajo. Y esto hasta el punto de que el trabajo en sí mismo, en cuanto servicio hecho al hombre y a la sociedad –y, por tanto, con las más claras exigencias de profesionalidad– , se convierte en oración agradable a Dios"10.

Para lograr la presencia del Señor mientras trabajamos tendremos que recurrir a industrias humanas, cosas que nos recuerden que nuestro trabajo es para Dios y que Él está cerca de nosotros, contemplando nuestras obras; es un testigo de excepción de nuestra actividad. Muchas veces nos ayudará la consideración de que está muy cerca, quizá a pocas decenas o a unos centenares de metros, en un oratorio o en la iglesia más cercana. "Ahí, desde ese lugar de trabajo, haz que tu corazón se escape al Señor, junto al Sagrario, para decirle, sin hacer cosas raras: Jesús mío, te amo.

"—No tengas miedo a llamarle así –Jesús mío– y de repetírselo a menudo"11.

Todas las ocupaciones, hechas con rectitud de intención, pueden ser el lugar donde cada día vivamos la caridad, la mortificación, el espíritu de servicio a los demás, la alegría y el optimismo, la comprensión, la cordialidad, el apostolado de amistad... Es el medio, en definitiva, con el que nos santificamos. Y esto es verdaderamente lo que importa: encontrar a Jesús en medio de esos diarios quehaceres, no olvidar en momento alguno "al Señor de las cosas"; menos aún cuando esos quehaceres hacen referencia más directa a Él, pues, de lo contrario, quizá terminaríamos llevándolos a cabo por nosotros mismos, buscando en ellos solamente la realización personal o la mera satisfacción de un deber cumplido, dejando a un lado la rectitud de intención, olvidando al Maestro.

Le pedimos a la Virgen, al terminar la oración, tener el espíritu de trabajo de Marta y la presencia de Dios de María mientras, sentada a los pies de Jesús, escuchaba embebida sus palabras.

1 Primera lectura. Gen 18, 1-5. — 2 Lc 10, 38-42. — 3 Jn 11, 35. — 4 San Agustín, Sermón 103, 3. — 5 A. del Portillo, Homilía 20-VII-1986, en Romana, Año II, n. 3, p. 268. — 6 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 62. — 7 Cfr. J. L. Illanes, La santificación del trabajo, Palabra, 9ª ed, Madrid 1981, p.106 ss. — 8 Conversaciones con Monseñor Escrivá de Balaguer, Rialp, 14ª ed., Madrid 1985, n. 114. — 9 Cfr. Juan Pablo II, Alocución 20-Vl-l986. — 10 A. del Portillo, Trabajo y oración, en Revista Palabra, mayo 1986, p. 30. — 11 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 746.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

San Alejo
Mendigo
Siglo V

Era hijo de un rico senador romano. Nació y pasó su juventud en Roma. Sus padres le enseñaron con la palabra y el ejemplo que las ayudas que se reparten a los pobres se convierten en tesoros para el cielo y sirven para borrar pecados. Por eso Alejo desde muy pequeño repartía entre los necesitados cuanto dinero conseguía, y muchas otras clases de ayudas, y esto le traía muchas bendiciones de Dios.

Pero llegando a los veinte años se dio cuenta de que la vida en una familia muy rica y en una sociedad muy mundana le traía muchos peligros para su alma, y huyó de la casa, vestido como un mendigo y se fue a Siria.

En Siria estuvo durante 17 años dedicado a la adoración y a la penitencia, y mendigaba para él y para los otros muy necesitados. Era tan santo que la gente lo llamaba "el hombre de Dios". Lo que deseaba era predicar la virtud de la pobreza y la virtud de la humildad. Pero de pronto una persona muy espiritual contó a las gentes que este mendigo tan pobre, era hijo de una riquísima familia, y él por temor a que le rindieran honores, huyó de Siria y volvió a Roma.

Llegó a casa de sus padres en Roma a pedir algún oficio, y ellos no se dieron cuenta de que este mendigo era su propio hijo. Lo dedicaron a los trabajos más humillantes, y así estuvo durante otros 17 años durmiendo debajo de una escalera, y aguantando y trabajando hacía penitencia, y ofrecía sus humillaciones por los pecadores.

Y sucedió que al fin se enfermó, y ya muribundo mandó llamar a su humilde covacha, debajo de la escalera, a sus padres, y les contó que él era su hijo, que por penitencia había escogido aquél tremendo modo de vivir. Los dos ancianos lo abrazaron llorando y lo ayudaron a bien morir.

Después de muerto empezó a conseguir muchos milagros en favor de los que se encomendaban a él. En Roma le edificaron un templo y en la Iglesia de Oriente, especialmente en Siria, le tuvieron mucha devoción.

La enseñanza de la vida de San Alejo es que para obtener la humildad se necesitan las humillaciones. La soberbia es un pecado muy propio de las almas espirituales, y se le aleja aceptando que nos humillen. Aún las gentes que más se dedican a buenas obras tienen que luchar contra la soberbia porque si la dejan crecer les arruinará su santidad. La soberbia se esconde aún entre las mejores acciones que hacemos, y si no estamos alerta esteriliza nuestro apostolado. Un gran santo reprochaba una vez a un discípulo por ser muy orgulloso, y este le dijo: "Padre, yo no soy orgulloso". El santo le respondió: "Ese es tu peor peligro, que eres orgulloso, y no te das cuenta de que eres orgulloso".

La vida de San Alejo sea para nosotros una invitación a tratar de pasar por esta tierra sin buscar honores ni alabanzas vanas, y entonces se cumplirá en cada uno aquello que Cristo prometió: "El que se humilla, será enaltecido".

Dijo Jesús: "Los últimos serán los primeros. Dichosos los pobres de espíritu porque de ellos es el Reino de los cielos". (Mt. 5)

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Justa y Rufina, Santas Mártires, 17 de julio  

Justa y Rufina, Santas

Mártires de Sevilla

Martirologio Romano: En Sevilla, Andalucía, España, santas Justa y Rufina, virgenes, que arrestadas por ordenes del gobernador Diogeniano soportaron crueles suplicios, prisión, inanición y otras torturas. Justa murió en prisión, mientras que Rufina, por haber confesado su fe en el Señor fue degollada.

Etimología: Justa = justa, del latín,
                  Rufina = de pelo rojo, del latín


Eran hermanas carnales, nacidas en Sevilla, Justa en 268 y Rufina en 270, de familia muy modesta con firmes convicciones cristianas. En la época que vivieron dominaban los romanos gran parte del mundo por ellos conocido. En estos tiempos paganos, las hermanas dedicaban su tiempo a ayudar al prójimo y al conocimiento del Evangelio.

Era costumbre celebrar una vez al año una fiesta pagana en honor a Venus y en la que se rememoraba el fallecimiento del admirado Adonis. Según la tradición cristiana, se recorrían las calles de la ciudad con la figura cargada en hombros molestando gravemente al público y exigiendo inmensas limosnas para la fiesta. En cierta ocasión, los paganos llegaron a casa de Justa y Rufina exigiendo el dinero correspondiente, pero las hermanas se negaron a pagarlo por ser el fin de éste contrario a su fe, y no sólo esto sino que decidieron hacer añicos la figura de la diosa entre ambas, provocando de esta manera el enfado general de las devotas que se lanzaron hacia ellas.

El prefecto de Sevilla, Diogeniano, mandó encarcelarlas, animándolas a abandonar sus creencias cristianas si no querían ser víctimas del martirio, las santas se negaron a pesar de las amenazas. Sufrieron el tormento del potro para a continuación ser torturadas con garfios de hierro. Diogeniano esperaba que el trato que se le daba sería suficiente para que renunciaran a su fe, ellas aguantaron todo. Viendo que no surtió efecto el castigo las encerró en una tenebrosa cárcel donde sufrirían las penalidades del hambre y la sed.

Estoicamente sobrevivieron a su condena, por lo que fueron castigadas de nuevo, esta vez debían caminar descalzas hasta llegar a Sierra Morena. Tuvieron la suficiente fuerza para conseguir el objetivo. Viendo que nada las vencía mandó encarcelarlas hasta morir, la primera en fallecer fue Santa Justa, su cuerpo lo tiraron a un pozo, recuperado poco tiempo después por el obispo Sabino.

Una vez que hubo acabado con la vida de Justa, Diogeniano creyó que Rufina sucumbiría a sus deseos con más facilidad, pero no lo consiguió, y decidió acabar con su vida de la forma más lúgubre en aquellos tiempos, la llevó al anfiteatro y la dejó a expensas de un león para que la destrozase. La bestia se acercó y lo más que hizo fue mover la cola y lamer sus vestiduras como haría un animal de compañía. El Prefecto no aguantó más, la mandó degollar y quemar su cuerpo. Nuevamente tras este hecho el obispo Sabino recogió los restos y la enterró junto a su hermana en el año 287.

Por tan cristiana acción, fueron canonizadas. Se les nombró Patronas de Sevilla, y de los gremios de alfareros y cacharreros. También son veneradas como patronas de otras localidades, por ejemplo Orihuela, donde la leyenda cuenta que las santas se aparecieron en forma de dos luceros sobre la sierra de Orihuela tras la valerosa conquista cristiana sobre los musulmanes y su falsa fe impuesta.Tambien es patrona de Payo de Ojeda en Palencia y de la ciudad conquense de Huete.

Las santas Justa y Rufina son especialmente veneradas en Sevilla. La tradición las señala como protectoras de la Giralda y la Catedral, considerando que por su intercesión no cayeron tras el terremoto de Lisboa de 1755

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Fuente: Corazones.org
Eduviges de Polonia, Santa Reina, 17 de julio  

Eduviges de Polonia, Santa

Martirologio Romano: En Cracovia, ciudad de Polonia, santa Eduviges, reina, que nacida en Hungría, heredó el reino de Polonia y se casó con Jaguelón, gran señor de Lituania, que recibió en el bautismo el nombre de Ladislao, y con quien implantó la fe católica en ese territorio de Lituania (1399).

Etimológicamente: Eduviges = Eduvigis = Aquella que es una luchadora victoriosa, es de origen germánico.

 

Eduviges fue coronada reina a los diez años (en 1384) y murió a los 25 años. A pesar de su corta vida, fue suficiente para lograr mucho. Inspiró al pueblo con su amor por los pobres y campesinos.

Su matrimonio con el gran duque Jagello de Lituania cambió la historia de Europa al llevar los confines de la civilización occidental a las fronteras orientales del reino polaco-lituano. Por ello se la considera protagonista de la evangelización europea y "figura puente" del cristianismo occidental y oriental.

Eduviges no se encerró en su corte. Esta mujer, que vivió hace mas de seiscientos años, participó activamente en la vida del enorme estado polaco-lituano. Consciente del valor de la cultura como vehículo de la fe, fundó la facultad de Teología de la universidad de Cracovia, una de las más antiguas de Europa. Juan Pablo II, recordando la altura científica de la Universidad de Cracovia ("la Jaguelloniana"), en la que enseñó Copérnico, y en la que él mismo tuvo la oportunidad de estudiar, afirmó que "la verdadera riqueza de un país son sus universidades".

Eduviges también desplegó gran actividad a favor de los pobres y enfermos, fundando hospitales y centros de asistencia.

En la canonización de la reina Eduviges ha pesado decisivamente la admiración ininterrumpida de todo su pueblo durante seis siglos. Su causa de beatificación se abrió en 1426, 27 años después de su muerte. En 1987, la reina Eduviges fue beatificada, y sus reliquias fueron transferidas al altar del Cristo Crucificado de la Catedral de Cracovia. El Papa Juan Pablo II la canonizó en el año 1997.

Es la santa patrona de las reinas y de la Europa Unida.

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Fuente: Carmelnet.org
Teresa de San Agustín y Compañeras, Beatas Mártires de Compiegne, 17 de julio  

Teresa de San Agustín y Compañeras, Beatas

Mártires de la Revolución Francesa

Martirologio Romano: En París, capital de Francia, beatas Teresa de San Agustín (María Magdalena Claudina) Lindoine y quince compañeras, vírgenes del Carmelo de Compiègne y mártires, que durante la Revolución Francesa se mantuvieron fieles a la observancia monástica y ante el patíbulo renovaron las promesas bautismales y los votos religiosos (1791).

Etimológicamente: Teresa = Aquella que es experta en la caza, es de origen griego.

 

No es posible recoger aquí la preciosa vida de dieciséis vírgenes y mártires carmelitas ala vez, ya que, juntamente con la Madre Priora del Carmelo francés de Compiegne, murieron generosamente esas quince hijas espirituales que formaban su comunidad. Nos vamos a contentar con dar sus nombres:

Sor Teresa de San Agustín
Sor Julia Luisa de Jesús
Sor San Luis
Sor María Enriqueta de la Providencia
Sor Ana María de Jesús
Sor Constanza
Sor Carlota de la Resurrección
Sor María del Espíritu Santo
Sor Eufrasia de la lnmaculada Concepción
Sor Santa Maria
Sor Enriqueta de Jesús
Sor San Francisco Javier.
Sor Teresa del corazón de Maria
Sor Catalina Soirón.
Sor Teresa de San Ignacio
Sor Teresa Soirón

Este convento había sido fundado el 1641 por monjas procedentes del convento de Amiens.

Malos aires corrían por Francia desde que la tristemente famosa Revolución había iniciado sus desmanes.

El 14.9.1792 fueron arrojadas de su monasterio. Ya antes, por indicación de su M. Priora, se habían ofrecido al Señor en holocausto "para aplacar la cólera de Dios y para que la paz divina traída al mundo por su amado Hijo, fuese devuelta a la Iglesia y al Estado".

Cada

Teresa de San Agustín y Compañeras, Beatas

día repetían esta consagración generosa. El 24 de junio de 1794 fueron apresadas las 16y encerradas en Sainte Marie, monasterio de la visitación convertido en cárcel.

En carretas fueron llevadas a París, a donde llegaron el día 13 de julio y fueron encerradas en la terrible cárcel de la Conciergerie, abarrotada de sacerdotes, religiosos y seglares condenados a muerte.

La fiesta del Carmen -día 16- entonaron a su Madre y Patrona cánticos fervorosos con la música de la Marsellesa.

El 17 de Julio, después de manifestar que morían voluntariamente por su fe. por su fidelidad a Cristo, a María y a la Iglesia, fueron condenadas a muerte y llevadas a la Barriere-du-Trone. Antes de ser aguillotinadas cantaron todas el Miseres, la Salve Regina, el Te Deum y el Veni Creator, renovaron una por una su profesión al pie de la Madre Priora e iban subiendo, con gran gozo, a la guillotina ante el sombro de todos los asistentes.

Era el 17 de julio de 1794.

El 13 de mayo de 1906 eran beatificadas por el papa San Pío X.

George Bernanos y otros literatos, músicos y cineastas han inmortalizado sus vidas con el famoso "Diálogo de carmelitas", que tambiés el el título de una película que recomedamos ver..

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Carlota de la Resurección, Beata Mártir Carmelita, 17 de julio  

Carlota de la Resurección, Beata

Monja Carmelita y Mártir

Etimológicamente: Carlota = Aquella mujer fuerte y dotada de noble inteligencia, es de origen francés.<8i>

Carlota de la Resuraccion. Estamos en plena Revolución francesa. Concretamente en el año 1794.

Las
beatas carmelitas de Compiegne son llevadas de este lugar a París, en la época del terror más exacerbado que uno se pueda imaginar.

Estas hermanas vivían en su convento entregadas a la vida de oración, al trabajo y al apostolado. ¿Qué daño hacían? Ninguno. Pero las turbas se lanzaron contra ellas y sus inocentes vidas. Siempre se persigue la religión cuando se aleja Dios de la sociedad y de los corazones de los dirigentes.

El 16 de julio, las prisioneras carmelitas, para recordar la conmemoración de Nuestra Señora del Carmen, compusieron unas letrillas que escribieron con unos tizones sobre trozos de papel que luego repartieron; todos corearon las canciones de las religiosas con música de la Marsellesa, el himno revolucionario que nadie les podía prohibir; eran enardecidas loas a la esperanza, un canto de júbilo hecho plegaria y expresión de una viva fe. Al día siguiente fueron condenadas a muerte por el tribunal revolucionario en juicio sumarísimo y por la vía rápida: aquellas monjas eran demasiado peligrosas para los reclusos. Ese mismo día 17 de julio debían ser ejecutadas.

El cortejo de aquellas religiosas por las calles de París, camino del cadalso, no era el espectáculo fúnebre al que estaba acostumbrado a presenciar el populacho parisiense, sino algo muy singular: sobre una carreta al descubierto las dieciséis carmelitas iban cantando en gregoriano el Miserere y la Salve Regina. Y cuando avistaron el lugar del holocausto entonaron el Te Deum, todo un rito, ciertamente, pero que entrañaba un torrente de vida. Al pie de la guillotina y ante un silencio impresionante las carmelitas entonaron el Veni Creator Spiritus y fueron renovando una por una su profesión religiosa en manos de la priora, M. Teresa de S. Agustín Lidoine: "Yo…(Sor Ana María, Sor Carlota, Sor Eufrasia, Sor Enriqueta, Sor Marta, Sor Constanza…) renuevo mis votos de pobreza, obediencia y castidad…usque ad mortem, hasta la muerte. Jamás se habían pronunciado unas fórmulas de profesión más verídicas ni patéticas que aquéllas.

Con sus caras de felicidad y, con la confianza en Dios – tal como él hizo en la cruz – iban derechas al lugar de los tormentos: la vil guillotina en la plaza del Trono parisina.

Después fueron enterradas en el cementerio de Picpus.

La decana de estas hermanas se llamaba Sor Carlota. Tenía 79 años. Había sido bautizada con el nombre de Anne-Marie-Thouret y era originaria de Mouy-sus (Oise).

Cuando hace algunos años se cumplieron los 200 años fatídicos de aquellos días, la hermana Carlota resplandece en el cielo y ante la contemplación de todos los creyentes como una flor que, aunque madura por la vida, sigue expandiendo por todas partes el perfume de su virtud y de su entrega a Dios con su propio martirio.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Mártores Escilitanos, Santos Mártores. 17 de julio  

Mártores Escilitanos, Santos

Mártires

Martirologio Romano: En Cartago, nacimiento en el cielo de los mártires escilitanos Esperado, Narzalo, Citino, Venturio, Félix, Aquilino, Letancio, Genara, Generosa, Vestina, Donata y Segunda, todos los cuales, por orden del procónsul Saturnino y por haber confesado a Cristo, primero fueron encarcelados, al día siguiente atados a un madero y, finalmente, al mantenerse firmes en su fe en Cristo y negarse a dar culto al emperador como si fuera un ser divino, condenados a la pena capital, y puestos todos de rodillas en el lugar en que iban a ser ejecutados, dando gracias a Dios fueron decapitados (180).

 

 Estos santos sufrieron el martirio en el último año de la persecución de Marco Aurelio, pero ya durante el reinado de Cómodo. Sus actas, que son indudablemente auténticas y las más antiguas que existen, por lo que se refiere a la Iglesia del África, se conservan casi en su forma original. Esperato y sus compañeros eran originarios de Scillium o Escilio (cerca de Túnez). Eran en total doce: siete mujeres y cinco hombres. He aquí sus nombres: Esperato, Nartzalo, Citino, Veturo, Félix, Aquilino, Letancio, Genara, Generosa, Vestia, Donata y Segunda.

Llevados prisioneros a Cartago, comparecieron ante el procónsul Saturnino, quien les ofreció el perdón imperial con tal de que adorasen a los dioses. Esperato respondió en nombre de todos: "No hemos cometido crimen alguno ni hemos hecho injusticia a nadie; hemos dado gracias por los malos tratos que recibimos, porque honramos profundamente a nuestro Soberano." El procónsul replicó: "También nosotros somos un pueblo religioso, y nuestra religión es más sencilla. Nosotros juramos por el divino espíritu de nuestro señor el emperador y pedimos por su bienestar. Vosotros debéis hacer lo propio, pues tal es vuestro deber." "Si me escuchas pacientemente unos momentos, te explicaré el misterio de la verdadera sencillez", le pidió Esperato. Pero Saturnino le ordenó que jurase inmediatamente por el "genio" del emperador. Esperato contestó: "Yo no sé nada de los imperios de este mundo; sirvo a un Dios que ningún mortal ha visto jamás ni puede ver. Yo no he robado nunca y pago todo lo que compro, porque reconozco a mi Maestro, que es el Rey de reyes y soberano de todas las naciones del mundo." Saturnino exhortó entonces a todos los reos a abjurar de su fe y Esperato exclamó: "Tu doctrina es mala, puesto que permite el asesinato y el perjurio." Entonces el procónsul, volviéndose hacia los otros mártires, les pidió que desmintiesen a Esperato, pero Citino respondió: "Nosotros no tememos más que a nuestro Dios, que está en el cielo." Y Donata añadió: "Damos al César el honor que se le debe, pero sólo tememos a Dios." Y Vestia dijo: "Soy cristiana." Y Segunda dijo: "Yo no quiero dejar de ser lo que soy." Y así todos los demás. Entonces, el procónsul preguntó a Esperato: "¿Sigues decidido a permanecer cristiano?" "Sí, soy cristiano." El procónsul insistió: "¿No quieres reflexionar un poco?" Esperato replicó: "Cuando las cosas son claras, no hace falta reflexionar." Saturnino le preguntó: "¿Qué guardas en esa caja?" Esperato contestó: "Los libros sagrados y las cartas de un justo llamado Pablo."

Saturnino les concedió treinta días de plazo para que reflexionaran, pero todos rechazaron la concesión y reiteraron que eran cristianos. Viendo tal constancia y resolución, el procónsul pronunció la sentencia en los siguientes términos: "Esperato, Nartzalo, Citino, Veturo, Donata, Vestia, Segunda y los demás, habiéndose confesado cristianos y habiendo rechazado la ocasión de volver a las costumbres romanas, quedan sentenciados a perecer por la espada." Cuando Saturnino acabó de leer la sentencia, Esperato exclamó: "¡Gracias sean dadas a Dios!" y Nartzalo dijo: "¡Este día seremos mártires del cielo! ¡Gracias sean dadas a Dios!" Inmediatamente fueron conducidos al sitio de la ejecución, donde se les decapitó. Los fieles que copiaron las actas del registro público, añaden: "Y así, todos recibieron juntos la corona del martirio y reinan con el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.
Amén."

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Marcelina, Santa Virgen, 17 de julio  

Marcelina, Santa

Virgen

Martirologio Romano: En Milán, ciudad de Liguria, santa Marcelina, virgen, hermana del obispo san Ambrosio, a la que el papa Liberio impuso el velo de consagrada en la basílica romana de San Pedro, en la fiesta de la Epifanía del Señor (s. IV ex.).

Marcelina era hermana de San Ambrosio de Milán. Nació antes que San Ambrosio, probablemente en Tréveris, donde su padre era prefecto de los galos. Marcelina se trasladó a Roma con su familia y, desde muy temprana edad, empezó a concentrarse exclusivamente en el fin para el que había sido creada.

Se encargó del cuidado de sus dos hermanos y, con sus palabras y ejemplo, les inspiró el amor a la virtud verdadera, no simplemente de la apariencia de virtud. Marcelina tenía por única mira la gloria de Dios. Para conseguir su objetivo, decidió renunciar al mundo.

El día de la Epifanía del año 353, recibió el velo de las vírgenes de manos del Papa Liberio, en la basílica de San Pedro. En el discurso que pronunció el Pontífice en esa ocasión, exhortó a Marcelina a amar exclusivamente a Jesucristo, a vivir en continuo recogimiento y mortificación y a conducirse en la iglesia con el más grande respeto y modestia. San Ambrosio, a quien debemos los ecos de esa exhortación, no vacila en criticar la elocuencia del Papa Liberio cuando la juzga insuficiente. San Ambrosio dedicó a su hermana su tratado sobre la excelencia de la virginidad. Siendo ya obispo, Marcelina le visitó varias veces en Milán y habló con él sobre la vida espiritual; en esa forma, ayudó a su hermano en sus relaciones con las vírgenes consagradas.

Marcelina practicó la más alta perfección. Ayunaba diariamente hasta el atardecer y consagraba la mayor parle del día y de la noche a la oración y la lectura espiritual. En los últimos años de su vida, San Ambrosio le aconsejó que moderase sus penitencias y aumentase el tiempo de oración; en particular, le recomendó los Salmos, la Oración del Señor y el Credo, al que llamó sello del cristiano y guardián del corazón. Marcelina siguió viviendo en Roma después de la muerte de su madre, no en comunidad, sino en una casa privada, junio con oirá mujer que participaba en todos sus ejercicios de devoción.

Marcelina sobrevivió a San Ambrosio, pero no sabemos exactamente en qué año murió. En la oración fúnebre pronunciada por San Ambrosio en memoria de su hermano Sátiro, llamó a Marcelina "...santa hermana, admirable por su inocencia, su rectitud y su bondad con el prójimo."

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León IV, Santo CIII Papa, Julio 17  

León IV, Santo

CIII Papa

Martirologio Romano En Roma, en la basílica de San Pedro, san León IV, papa, protector de la ciudad y defensor del primado de Pedro (855).

Papa de la Iglesia católica de 847 a 855.

Arcipreste con Gregorio IV y subdiácono con Sergio II, León era cardenal cuando fue elegido papa por unanimidad.

Su acceso al pontificado vino marcado por el saqueo que sufrió Roma a manos de los sarracenos en 846. La ciudad sólo contaba con la defensa que le proporcionaba la muralla que el emperador Aureliano construyó en el siglo III y que no incluía la colina Vaticana donde a comienzos del siglo IV se construyó la primera Basílica de San Pedro donde se acumulaban los tesoros de la Iglesia. El saqueo del tesoro y la profanación que sufrió la propia tumba del apostol hizo que León IV iniciara el amullaramiento de la colina Vaticana y la zona en torno a la Basílica de San Pedro dando lugar a lo que hoy se conoce como "Ciudad Leonina".

Asimismo alentó la formación de una liga con la ciudades bizantinas de Nápoles, Gaeta y Amalfi para crear una flota unificada con la que hacer frente a los sarracenos que asolaban la costa italiana, logrando derrotarlos en la batalla naval que tuvo lugar frente a Ostia en 849. Esta victoria fue inmortalizada por Rafael en unos frescos pintados en el Palacio Vaticano.

Este mismo pintor reflejó en su obra "Incendio del burgo" el incendio que sufrió uno de los distritos de Roma y que según la tradición fue sofocado por el Papa milagrosamente.

En el orden doctrinal convocó y celebro durante su pontificado tres sínodos, uno de los cuales, celebrado en 850, contó con la presencia de Luís II, pero que fueron de poca importancia.

Confirmo a los venecianos su derecho a elegir al Dogo y fue el primer pontífice en datar los documentos oficiales.

Falleció el 17 de junio de 855 y fue enterrado en la Basílica de San Pedro.

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Fuente: Vatican.va
Pablo (Pedro) Gojdic, Beato Obispo y Mártir, 17 de julio  

Pablo (Pedro) Gojdic, Beato

Obispo y Mártir

Martirologio Romano: En Leopoldvara, de Eslovaquia, beato Pablo (Pedro) Gojdic, obispo y mártir, que siendo pastor de la eparquía de Presov, durante el régimen contrario a Dios fue encarcelado, sufriendo toda clase de pruebas, de modo que, tratado atrozmente pero manteniendo la palabra de Cristo en una confesión constante, pasó a la vida gloriosa (1960)

Etimológicamente: Pablo = Aquel que es pequeño o débil, es de origen latino.

 

PABLO GOJDIC nació el 17 de julio de 1888 en Ruské Peklany cerca de Prešov (República Eslovaca), en la familia de Štefan Gojdic, sacerdote greco católico, el nombre de su madre era Anna Gerberyová. En el bautismo él recibió el nombre de Pedro.

Asistió a la escuela elemental en Cigelka, Bardejov y Prešov, terminando sus estudios esenciales en Prešov, que él concluyó con su examen de madurez en 1907. Obedeciendo la llamada de Dios al sacerdocio él empezó su estudio de teología en Prešov, obteniendo excelentes calificaciones, un año después lo enviaron a continuar sus estudios en Budapest. Aquí también intentó llevar una vida profunda espiritual. Siendo seminarista escuchó de su director espiritual esta frase: "La vida no es difícil, pero hay que tomarla en serio", palabras que lo guiarán a lo largo de su vida. Habiendo terminado sus estudios el 27 de agosto de 1911 fue ordenado sacerdote en Prešov por el Obispo Dr. Ján Valyi. Después de que su ordenación que él trabajó por un corto período con su padre como sacerdote auxiliar de la parroquia. Después de un año él era prefecto designado del seminario de la diócesis greco católica y al mismo tiempo enseñada religión en un colegio. Después fue puesto a cargo del protocolo y los archivos en la curia diocesana. También se le confió el cuidado espiritual de los creyentes en Sabinov como sacerdote auxiliar de la parroquia. En 1919 fue nombrado director de la oficina episcopal.

Para sorpresa de todos, el 20 de julio de 1922, se unió a la Orden de San Basilio el Grande en Cernecia Hora cerca de Mukacevo, dónde, tomó el hábito el 27 de enero de 1923 recibiendo el nombre de Pavol (Pablo). Él tomó esta decisión como señal de modestia, humildad, y el deseo de llevar una vida ascética para servir mejor a Dios. Pero Dios tenía otros planes y lo llevaría a cargos tan altos como el de obispo. El 14 de septiembre de 1926 fue nombrado Administrador Apostólico de la diócesis grego católica de Prešov. Durante la ceremonia de su instalación como Administrador Apostólico él anunció el programa de su apostolado: "Con la ayuda de Dios quiero ser padre para los huérfanos, apoyo para el pobres y consuelo para los afligidos ".

El primer acto oficial de Pablo Gojdic como administrador de la diócesis greco católica fue escribir una carta pastoral por el aniversario 1100 del nacimiento de
San Cirilo, el apóstol de los eslavos. Así empieza su actividad, dentro del espíritu apostólico eslavo, siempre fiel a Roma, como ellos lo son. Él era un eslavo y era muy devoto a su rito oriental.

Un corto tiempo después, el 7 de marzo de 1927 fue nombrado obispo con el título de Harpaš (la Iglesia de Harpaš - en Asia Minor). La consagración episcopal tuvo lugar en la basílica de San Clemente, en Roma, el 25 de marzo de 1927, fiesta de la Anunciación de Nuestra Señora.

Después de que su ordenación episcopal él visitó la basílica de San Pedro en Roma dónde él oró ante la tumba del Apóstol. Junto con el Obispo Nyaradi, fue recibido en una audiencia privada por el Santo Padre Pío XI el 29 de marzo de 1927. El Papa le dio la cruz de un al Obispo Pablo diciéndole: "Esta cruz es sólo un símbolo débil de las cruces pesadas que Dios le enviará, hijo mio, en su trabajo como obispo ".

Para sus programas episcopales escogió como lema las palabras siguientes: "Dios es el amor, ¡amémosle!". Como obispo estaba comprometido en impulsar la vida espiritual de clero y los creyentes. Insistió en la celebración apropiada de la liturgia y festividades de la iglesia. Dadas las realidades existentes erigió nuevas parroquias en Praga, Bratislava, Levoča y en otras partes. Gracias a su trabajo duro se construyó el orfanato en Prešov, que fue confiado a las hermanas locales. Su actividad en el campo escolástico fue excelente, como lo demuestra la fundación de la escuela Grieco-católica en Prešov en el año 1936. También apoyó la instrucción académica, el seminario, las universidades, etc. Él estaba interesado en cada faceta de la literatura espiritual, lo que produjo el lanzamiento de ediciones revisadas del Blahovistnik (Mensajero del Evangelio), Da prijdet carstvije Tvoje (el Reino Viene) y de varias oraciones, etc., publicadas por la editora PETRA. Para su bondad, cuidando y relación caritativa con las personas él era descrito como "un hombre con un corazón de oro ".

Una importante característica del obispo también era su fuerte devoción para el Salvador presente en la Eucaristía que él fortalecía continuamente a través de sus visitas a la Sagrada Eucaristía en la capilla en su residencia. Otro característica, no menos cierta, en su vida espiritual, era su devoción al Sagrado Corazón. Ya como Seminarista en Budapest se había consagrado al Sagrado Corazón y esto lo confirmaba cada mañana con las palabras: "Todas las oraciones, sacrificios y cruces las ofrezco en reparación de los pecados del mundo entero ". Uno no debe olvidarse que el obispo tenía la gran devoción a la Madre de Dios y como un mariano devoto colocó en su capilla residencial un cuadro de la Virgen de Klokocov delante de la cual oró todos los días y a cuya protección él confió su vida y toda la diócesis greco católica.

El 13 de abril de 1939 fue designado administrador apostólico en el Eslovaquia de la Administración Apostólica de Mukacevo. En la difícil situación del Estado Eslovaco él se volvió "la espina encarnada" para los representantes del gobierno de aquel tiempo y ofreció su dimisión al cargo -de hecho Santo Padre Pío XII apreciaba su trabajo y no sólo se negó a su dimisión sino que lo hizo el obispo residente en Prešov, y así el 8 de agosto de 1940 fue entronizado solemnemente en Prešov y posteriormente el 15 de enero de 1946 fue confirmada su jurisdicción sobre todos los greco católicos en toda Checoslovaquia.

El progreso en la vida espiritual y religiosa en la diócesis greco católica que seguía el ejemplo personal y fervor del Obispo Pablo se interrumpió por los eventos de guerra, y sobre todo con la llegada al poder de los comunistas en 1948. La línea de su programa apostólico hacía presentir la batalla que vendría en contra de la Iglesia del greco católico. El Obispo Gojdic resistió cualquier iniciativa de someter a los greco-católicos a la Iglesia Ortodoxa, iniciativa impulsada por los comunistas y el poder del Estado, aunque era consciente de que con esa aptitud estaba arriesgándose a la persecución y a ser arrestado, quizás hasta a la muerte. Gradualmente fue aislado del clero y de sus feligreses.

Aunque soportó severa presión para que renunciase a la fe católica y rompiera su obediencia al Romano Pontífice, se negó a cada atractiva oferta y exclamó: "Ya tengo 62 años y sacrifico todos mis bienes y la residencia, pero no negaré mi fe de forma alguna porque yo quiero salvar mi alma. Nunca lograrán eso de mi".

Durante los tristemente conocidos eventos de Prešov, el 28 de abril de 1950, cuando el Estado proscribió la Iglesia greco católico y prohibió su actividad, el obispo Pablo Gojdic fue arrestado y confinado. Así empezó su vía crucis por muchas prisiones de Checoslovaquia, mismas que finalizaron con su muerte.

En los días del 11 al 15 de enero de 1951 en un proceso inventado contra quienes eran llamados los obispos "altamente traidores" (Vojtaššák, Buzalka, y Gojdic) él recibió una condena de cadena perpetua, una multa de doscientas mil coronas y fue privado de todos sus derechos cíviles. Los traslados de una prisión a otra siguieron, el Obispo Gojdic sufría castigos físicos y psicológicos, humillaciones, fue obligado a hacer los trabajos más difíciles y degradantes. Sin embargo él nunca se quejó y nunca pidió ser perdonado. Hacía uso de cada oportunidad disponible para orar, y celebraba la Sagrada Liturgia en secreto. Dada la amnistía en 1953, otorgada por el Presidente Estatal A. Zapotock†, su cadena perpetua fue cambiada a una condena de 25 años. El tenía entonces 66 años y su estado de salud se deterioraba continuamente. Pese a todo, las solicitudes de amnistía fueron siempre negadas.

El Obispo Pablo Gojdic sólo podría dejar la prisión a cambio de su fidelidad a la Iglesia y al Santo Padre. Se le hicieron varias ofertas, como se demuestra por un evento que él relató: En la prisión de Ruzyñ fue llevado desde su celda a una oficina, por un oficial alto en uniforme. Este le informó que desde esa oficina él podría ir directamente a Prešov, con la condición de que se hiciera Patriarca de la Iglesia Ortodoxa en Checoslovaquia. Se negó a esta oferta, pidiendo disculpas y explicando que eso sería un muy grave pecado contra Dios, una traición al Santo Padre, a su conciencia y a su fe, además de a todos los que en ese entonces estaban sufriendo la persecución.

En todas las situaciones difíciles él se puso en manos de Dios, como puede verse en estas palabras suyas: "Yo realmente no sé si sería una ganancia intercambiar la corona del martirio por dos o tres años de vida en libertad. Pero dejaré que sea el Señor quien decida". En ocasión de su 70° cumpleaños el Santo Padre Pío XII le envió un telegrama a la prisión. En él aseguraba que él no se olvidaría de su heroico hijo. Para el obispo éste sería uno de sus mejores días en la prisión.

Un gran deseo del obispo Gojdic era morir confortado por los sacramentos en su cumpleaños. Este deseo se le cumplió.

El Padre Alojz Vrána fue transferido al cuarto del hospital de la prisión de Leopoldvara (Eslovaquia), dónde el obispo pasó sus últimos días, y pudo oír su confesión. El cáliz del sufrimiento del Obispo Pablo estaba a punto de rebosar. Un testigo presencial de los últimos momentos de su vida fue la enfermera de la prisión, František Ondruška, quien dio su testimonio. Ella confirmó que el deseo del obispo había sido cumplido, murió el 17 de julio de 1960 que era el día de su 72º cumpleaños. Murió en el hospital de la prisión de Leopoldvara como consecuencia de una enfermedad provocada por todo el maltrato. Después fue enterrado sin ceremonia alguno en el cementerio de la prisión, en una tumba anónima, marcada tan sólo por su número como prisionero: 681.

Buscando aliviar la situación política en Checoslovaquia en 1968, las autoridades estatales, luego de muchos retrasos, otorgaron el permiso para exhumar los restos mortales del Obispo Gojdic. El 29 de octubre de 1968 sus restos fueron trasladados desde Leopoldvara hasta Prešov. Una vez finalizada la ocupación soviética, una decisión de las autoridades permitió trasladar los restos a la cripta en la Catedral greco católica de San Juan Bautista en Prešov. Desde el 15 de mayo de 1990 sus restos están en un sarcófago en la capilla de la catedral.

El Obispo Pablo Gojdic fue rehabilitó legalmente el 27 de septiembre de 1990. Como consecuencia recibió póstumamente las condecoraciones de la Orden de T. G. Masaryk - II clase, y la Cruz de Pribina - 1 clase.

El Santo Padre, Juan Pablo II durante su visita histórica a Eslovaquia, mientras visitaba Prešov, orado ante la tumba de este obispo-mártir en la capilla de la catedral.

Fue beatificado el 4 de noviembre de 2001 por S.S. Juan Pablo II.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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