JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 20-26
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Les aseguro que si no son mejores que los escribas y los fariseos, ustedes no entrarán en el Reino de los cielos.
Han oído que se dijo a nuestros antepasados: No matarás; y el que mate será llevado a juicio. Pero yo les digo que todo el que se enoje con su hermano será llevado a juicio; el que lo llame estúpido será llevado a juicio ante el tribunal supremo, y el que lo llame imbécil será condenado al fuego que no se apaga.
Así pues, si en el momento de llevar tu ofrenda al altar recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano; luego regresa y presenta tu ofrenda. Trata de ponerte de acuerdo con tu adversario mientras vas de camino con él; no sea que te entregue al juez, y el juez al guardia, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.
El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk
El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu
El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc
Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?
Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).
Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?
Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).
† Misal
vie 1a. Sem cuaresma
Antífona de Entrada
Señor, sálvame de todas mis angustias. Mira mis trabajos y mis penas y perdona todos mis pecados.
Oración Colecta
Oremos:
Que tu pueblo, Señor, como preparación a las fiestas de Pascua se entregue a las penitencias cuaresmales, y que nuestra austeridad sirva para la renovación espiritual de tus fieles.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
¿Acaso quiero yo la muerte del pecador y no más bien que enmiende su conducta y viva?
Lectura del libro del profeta Ezequiel 18, 21-28
Esto dice el Señor:
"Si el malvado se arrepiente de los pecados cometidos, guarda mis preceptos y practica la rectitud y la justicia, ciertamente vivirá, no morirá. Ninguno de los pecados cometidos le será recordado, sino vivirá por haberse comportado honradamente. ¿Acaso quiero yo la muerte del pecador, dice el Señor, y no que enmiende su conducta y viva?
Si el honrado se aparta de su honradez, y comete maldades, imitando las abominaciones del malvado, ninguna de las obras buenas que hizo le será recordada. Por el mal que hizo y por el pecado cometido, morirá.
Ustedes dicen: "No es justo el proceder del Señor". Escucha, pueblo de Israel: ¿Acaso no es justo mi proceder? ¿No es más bien su proceder el que es injusto? Si el honrado se aparta de su honradez, comete la maldad y muere, muere por la maldad que ha cometido. Y si el malvado se aparta de la maldad cometida, y se comporta recta y honradamente, vivirá. Si recapacita y se convierte de los pecados cometidos, vivirá y no morirá".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Sal 129, 1-2.3-4ab.4c-6.7-8
Perdónanos, Señor, y viviremos.
Desde lo más profundo clamo a ti, Señor: Señor mío, escucha mi voz. Estén tus oídos atentos a mi voz suplicante.
Perdónanos, Señor, y viviremos.
Si tienes en cuenta las culpas, Señor, ¿quién podrá resistir? Pero en ti se encuentra el perdón, por eso te respetamos.
Perdónanos, Señor, y viviremos.
Yo espero en el Señor con toda mi alma, confío en su palabra; espero en el Señor más que los centinelas la aurora.
Perdónanos, Señor, y viviremos.
Espera, Israel, en el Señor, porque suyo es el amor y la plena liberación. El librará a Israel de todas sus culpas.
Perdónanos, Señor, y viviremos.
Aclamación antes del Evangelio
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Purifíquense de todas sus iniquidades; renueven su corazón y su espíritu, dice el Señor.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Evangelio
Ve primero a reconciliarte con tu hermano
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 20-26
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Les aseguro que si no son mejores que los escribas y los fariseos, ustedes no entrarán en el Reino de los cielos.
Han oído que se dijo a nuestros antepasados: No matarás; y el que mate será llevado a juicio. Pero yo les digo que todo el que se enoje con su hermano será llevado a juicio; el que lo llame estúpido será llevado a juicio ante el tribunal supremo, y el que lo llame imbécil será condenado al fuego que no se apaga.
Así pues, si en el momento de llevar tu ofrenda al altar recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano; luego regresa y presenta tu ofrenda. Trata de ponerte de acuerdo con tu adversario mientras vas de camino con él; no sea que te entregue al juez, y el juez al guardia, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, estas ofrendas por medio de las cuales has querido misericordiosamente devolvernos tu amistad y darnos la salvación eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Los frutos del ayuno
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque con el ayuno corporal refrenas nuestras pasiones, elevas nuestro espíritu, nos fortaleces y recompensas, por Cristo, Señor nuestro.
Por él,
los ángeles y arcángeles y todos los coros celestiales celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza:
Antífona de la Comunión
Por mi vida dice el Señor, no quiero la muerte del pecador, sino que se convierta y viva.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, que esta Eucaristía nos renueve y, purificándonos de la corrupción del pecado, nos haga entrar en comunión con el misterio que nos salva.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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† Meditación diaria
Cuaresma. 1ª semana. Viernes
LA CUARESMA, TIEMPO DE PENITENCIA
— El pecado es personal. Sinceridad para reconocer nuestros errores y flaquezas. Necesidad de la penitencia.
— El pecado personal tiene efectos en los demás. Reparar por los pecados del mundo. Penitencia y Comunión de los Santos.
— Penitencia en la vida ordinaria, en el servicio a las personas que nos rodean.
I. La eficacia de la auténtica penitencia, que es la conversión del corazón a Dios, puede perderse si se cae en la tentación, frecuente antes y ahora, de soslayar que el pecado es personal. En la Primera lectura de la Misa, el profeta Ezequiel pone en guardia a los judíos de su época para que no olviden la gran lección del destierro, pues lo veían como algo inevitable y fraguado de antiguo por los pecados de otros. El Profeta declara que el castigo es consecuencia de los pecados actuales de cada individuo. El Espíritu Santo nos habla, a través de sus palabras, de la responsabilidad individual y, por tanto, de la penitencia y de la salvación personal. Así dice el Señor: El que peca, ese morirá; el hijo no cargará con la culpa del padre, el padre no cargará con la culpa del hijo; sobre el justo recaerá su justicia, sobre el malvado recaerá su maldad1.
Dios quiere que el pecador se convierta y viva2, pero este ha de cooperar con su arrepentimiento y sus obras de penitencia. "El pecado –dice Juan Pablo II–, en sentido verdadero y propio, es siempre un acto de la persona, porque es un acto libre de la persona individual, y no precisamente de un grupo o una comunidad"3. Descargar al hombre de esta responsabilidad "supondría eliminar la dignidad y la libertad de las personas, que se revelan –aunque sea de modo tan negativo y tan desastroso– también en esta responsabilidad por el pecado cometido. Y así, en cada hombre no existe nada tan personal e intransferible como el mérito de la virtud o la responsabilidad de la culpa"4.
Por eso, es una gracia del Señor no dejar de arrepentirnos de nuestros pecados pasados ni enmascarar los presentes, aunque sean solo imperfecciones, faltas de amor... Que podamos decir nosotros también: porque yo conozco mi iniquidad, y mi pecado está siempre delante de mí5. Es cierto que confesamos un día nuestras culpas y el Señor nos dijo: Anda, vete y no peques más6. Pero los pecados dejan una huella en el alma. "Perdonada la culpa, permanecen las reliquias del pecado, disposiciones causadas por los actos precedentes; quedan, sin embargo, debilitadas y disminuidas de manera que no dominan al hombre, y están más en forma de disposición que de hábito"7. Además existen pecados y faltas no advertidas por falta de espíritu de examen, por falta de delicadeza de conciencia... Son como malas raíces que han quedado en el alma y que es necesario arrancar mediante la penitencia para impedir que generen frutos amargos.
Son muchos los motivos para hacer penitencia en este tiempo de Cuaresma, y debemos concretarla en cosas pequeñas: mortificación en las comidas –como la abstinencia que manda la Iglesia–, vivir la puntualidad, guardar la imaginación... Y también, con el consejo del director espiritual, del confesor, otras mortificaciones de más relieve, que nos ayuden a purificar nuestra alma y a desagraviar por los pecados propios y ajenos.
II. El pecado deja una huella en el alma que es preciso borrar con dolor, con mucho amor. Por otra parte, aunque el pecado es siempre una ofensa personal a Dios, no deja de tener sus efectos en los demás. Para bien o para mal estamos constantemente influyendo en quienes nos rodean, en la Iglesia, en el mundo. No solo por el buen o el mal ejemplo que damos o por los resultados directos de nuestras acciones. "Es esta la otra cara de aquella solidaridad que, a nivel religioso, se desarrolla en el misterio profundo y magnífico de la comunión de los santos, merced a la cual se ha podido decir que "toda alma que se eleva, eleva al mundo". A esta ley de la elevación corresponde, por desgracia, la ley del descenso, de suerte que puede hablarse de una comunión del pecado, por el que un alma que se abaja por el pecado abaja consigo a la Iglesia y, en cierto modo, al mundo entero. En otras palabras, no existe pecado alguno, aun el más íntimo y secreto, el más estrictamente individual, que afecte exclusivamente a aquel que lo comete. Todo pecado repercute, con mayor o menor intensidad, con mayor o menor daño, en todo el conjunto eclesial y en toda la familia humana"8.
Nos pide el Señor que seamos motivo de alegría y luz para toda la Iglesia. Será una gran ayuda en medio de nuestro trabajo y de nuestros quehaceres pensar en los demás, sabernos ayuda –también en la penitencia– para todo el Cuerpo Místico de Cristo, y en especial para aquellas personas que, en el caminar de la vida, el Señor ha puesto junto a nosotros y con las que mantenemos una especial unión: "Si sientes la Comunión de los Santos –si la vives–, serás gustosamente hombre penitente. —Y entenderás que la penitencia es "gaudium, etsi laboriosum"-alegría, aunque trabajosa-: y te sentirás "aliado" de todas las almas penitentes que han sido, son y serán"9. "Tendrás más facilidad para cumplir tu deber al pensar en la ayuda que te prestan tus hermanos y en la que dejas de prestarles, si no eres fiel"10.
La penitencia que nos pide el Señor, como cristianos en medio del mundo, ha de ser discreta, alegre...; que quiere pasar inadvertida, pero no deja de traducirse en abundantes hechos concretos. Por lo demás, tampoco importa mucho si alguna vez se advierte. "Si han sido testigos de tus debilidades y miserias, ¿qué importa que lo sean de tu penitencia?"11. Si otras personas han sido testigos de nuestro mal genio o falta de amor, o de nuestra pereza, o de otros pecados, no nos debe importar que sepan y vean que estamos reparando esas debilidades.
III. La vida del cristiano puede estar llena de esta penitencia que Dios ve: ofrecimiento de la enfermedad o del cansancio, rendimiento del propio juicio, trabajo acabado y bien hecho por amor a Dios, orden en las cosas personales.
Una penitencia especialmente grata al Señor es aquella que recoge muchas muestras de caridad y que tiende a facilitar hacia otros el camino hacia Dios, haciéndoselo más amable.
En el Evangelio de la Misa de hoy nos dice el Señor: si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda12. Nuestro ofrecimiento al Señor debe ir acompañado de la caridad. Entre las mejores muestras de penitencia están las que hacen referencia al amor a los demás: el saber pedir perdón cuando hemos ofendido a los demás; el sacrificio que supone la formación de alguien que tenemos a nuestro cargo; la paciencia; el saber perdonar con prontitud y generosidad... A este respecto dice San León Magno: "Aunque en todo tiempo haga falta aplicarse a santificar el cuerpo, ahora sobre todo, durante los ayunos de la Cuaresma, debéis perfeccionaros por la práctica de una piedad más activa. Dad limosna, que es muy eficaz para corregirnos de nuestras faltas; pero perdonad también las ofensas, abandonad las quejas contra aquellos que os han hecho algún mal"13. "Perdonemos siempre, con la sonrisa en los labios. Hablemos claramente, sin rencor, cuando pensemos en conciencia que debemos hablar. Y dejemos todo en las manos de Nuestro Padre Dios, con un divino silencio –Iesus autem tacebat (Mt 26, 63), Jesús callaba–, si se trata de ataques personales, por brutales e indecorosos que sean"14.
Acerquémonos al altar de nuestro Dios sin el menor peso de enemistad o de rencor. Por el contrario, procuremos llevar muchas muestras de comprensión, de cortesía, de generosidad, de misericordia.
Así seguiremos a Cristo por el Vía Crucis que Él nos marcó y que le llevó a ser clavado en la Cruz: "—Padre, perdónales porque no saben lo que hacen (Lc 23, 34).
"Es el Amor lo que ha llevado a Jesús al Calvario. Y ya en la Cruz, todos sus gestos y todas sus palabras son de amor, de amor sereno y fuerte (...).
"Y nosotros, rota el alma de dolor, decimos sinceramente a Jesús: soy tuyo, y me entrego a Ti, y me clavo en la Cruz gustosamente, siendo en las encrucijadas del mundo un alma entregada a Ti, a tu gloria, a la Redención, a la corredención de la humanidad entera"15.
Nuestra Madre Santa María nos enseñará a encontrar muchas ocasiones para ser generosos en la entrega a quienes están a nuestro lado en el quehacer de todos los días.
1 Ez 18, 21. — 2 Cfr. Ez 18, 23. — 3 Juan Pablo II, Exhor. Apost. Reconciliatio et Paenitentia, 2-XII-1984, 16. — 4 Ibídem. — 5 Sal 50, 5. — 6 Cfr. Jn 8, 11. —7 Santo Tomás, Suma Teológica, 3, q. 86, a. 5 c. — 8 Juan Pablo II, loc. cit. — 9 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 548. — 10 Ibídem, n. 549. — 11 Ibídem, n. 197. — 12 Mt 5, 23-24. — 13 San León Magno, Sermón 45 sobre la Cuaresma. — 14 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 72. — 15 ídem, Vía Crucis, XI.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
Conrado de Piacenza Confalonieri, Santo Eremita Franciscano, Febrero 19
Eremita Martirologio Romano: En Neto, en Sicilia, san Conrado de Piacenza Confalonieri, eremita de la Tercera Orden de San Francisco, que, abandonando los placeres seculares, perseveró durante más de cuarenta años en una vida austera de oración y penitencia (1351). |
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Fuente: Parroquiabeatoalvaro.org
Álvaro de Zamora de Córdoba, Beato Predicador Dominico, Febrero 19
Predicador Dominico Martirologio Romano: En Córdoba, en la región española de Andalucía, conmemoración del beato Álvaro de Zamora, presbítero de la Orden de Predicadores, que se hizo célebre por su modo de predicar y contemplar la Pasión del Señor (c. 1430). |
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Fuente: Servitascadiz.com
Isabel Picenardi, Beata Virgen Servita, Febrero 19
Virgen Servita Martirologio Romano: En Mantua, en Lombardía, beata Isabel Picenardi, virgen, la cual, habiendo revestido el hábito de la Orden de los Siervos de María, se consagró a Dios en su casa paterna, recibiendo frecuentemente la comunión eucarística, dedicándose a la celebración de la Liturgia de las Horas, a la meditación de las Sagradas Escrituras y a la devoción a la Santísima Virgen (1468). |
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Fuente: Martirologio Romano
Otros Santos y Beatos Completando santoral de este día, Febrero 19
San Quodvultdeus, obispo y mártir |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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