domingo, 7 de febrero de 2016

Lunes por las almas del Purgatorio. 08/02/2016. Santa Josefina Bakhita ¡ruega por nosotros y los nuevos esclavos!

JA

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Marcos 6, 53-56

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos terminaron la travesía del lago, y tocaron tierra en Genesaret. Pero al desembarcar algunos lo reconocieron. Recorrieron toda aquella región y comenzaron a traer a los enfermos en camillas adonde oían decir que se encontraba Jesús. Cuando llegaba a cualquier ciudad, pueblo o aldea, colocaban en la plaza a los enfermos y le pedían que les dejara tocar siquiera el borde de su manto; y todos los que lo tocaban quedaban sanos.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk

El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).

 

 

Misal

 

lun 5a. Ordinario año impar

Antífona de Entrada

Adoremos a Dios en su santo templo; él nos hace habitar juntos en su casa; él es el poder y la fuerza de su pueblo.

Oración Colecta

Oremos:
Padre santo todopoderoso, protector de los que en ti confían; ten misericordia de nosotros y enséñanos a usar con sabiduría de los bienes de la tierra, a fin de que no nos impidan alcanzar los del cielo.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

Primera Lectura

Dios dijo y así fue

Lectura del libro del Génesis 1, 1-19

Al principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra era una soledad caótica y las tinieblas cubrían el abismo, mientras el espíritu de Dios aleteaba sobre las aguas.
Y dijo Dios:
"Que exista la luz".
Y la luz existió. Vio Dios que la luz era buena y la separó de las tinieblas. A la luz la llamó día y a las tinieblas noche.
Pasó una tarde, pasó una mañana: el día primero.
Y dijo Dios:
"Que haya un firmamento entre las aguas para separar unas aguas de otras".
Y así fue. Hizo Dios el firmamento y separó las aguas que hay debajo, de las que hay encima de él. Al firmamento Dios lo llamó cielo.
Pasó una tarde, pasó una mañana: el día segundo.
Y dijo Dios:
"Que las aguas que están bajo los cielos se reúnan en un solo lugar, y aparezca lo seco".
Y así fue. A lo seco lo llamó Dios tierra y a la acumulación de las aguas la llamó mares. Y vio Dios que era bueno.
Y dijo Dios:
"Produzca la tierra vegetación: plantas con semilla y árboles frutales que den en la tierra frutos con semilla de su especie".
Y así fue. Brotó de la tierra vegetación: plantas con semilla de su especie y árboles frutales que dan fruto con semilla de su especie. Y vio Dios que era bueno.
Pasó una tarde, pasó una mañana: el día tercero.
Y dijo Dios:
"Que haya lumbreras en el firmamento celeste para separar el día de la noche, y sirvan de señales
para distinguir las estaciones, los días y los años; que brillen en el firmamento para iluminar la tierra.
Y así fue. Hizo Dios dos lumbreras grandes, la mayor para regir el día y la menor para regir la
noche, y también las estrellas; y las puso en el firmamento para iluminar la tierra, para regir el día y la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno.
Pasó una tarde, pasó una mañana: el día cuarto.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Sal 103, 1-2a.5-6.10.12.24 y 35c

Bendice al Señor, alma mía.

Bendice al Señor, alma mía: ¡Señor, Dios mío, qué grande eres! Vestido de majestad y de esplendor, envuelto en tu manto de luz.
Bendice al Señor, alma mía.

Afirmaste la tierra sobre sus cimientos y permanecerá inconmovible para siempre; le pusiste el océano como vestido y las aguas cubrían las montañas.
Bendice al Señor, alma mía.

De los manantiales sacas los ríos, que corren entre las montañas; en sus riberas anidan las aves del cielo, que dejan oír su canto entre las ramas.
Bendice al Señor, alma mía.

¡Cuántas son tus obras, Señor! Todas las hiciste con sabiduría, la tierra está llena de tus criaturas.
Bendice al Señor, alma mía.


Bendice al Señor, alma mía.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Jesús proclamaba el Evangelio del Reino y curaba a la gente de toda enfermedad.
Aleluya.

Evangelio

Cuantos lo tocaban quedaban curados

† Lectura del santo Evangelio según san Marcos 6, 53-56

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos terminaron la travesía del lago, y tocaron tierra en Genesaret. Pero al desembarcar algunos lo reconocieron. Recorrieron toda aquella región y comenzaron a traer a los enfermos en camillas adonde oían decir que se encontraba Jesús. Cuando llegaba a cualquier ciudad, pueblo o aldea, colocaban en la plaza a los enfermos y le pedían que les dejara tocar siquiera el borde de su manto; y todos los que lo tocaban quedaban sanos.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, estos dones que tu generosidad ha puesto en nuestras manos y concédenos que nos santifiquen y nos conduzcan a la felicidad eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Prefacio

Proclamación del misterio de Cristo

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Cuya muerte celebramos unidos en caridad, cuya resurrección proclamamos con viva fe, y cuyo advenimiento glorioso aguardamos con firmísima esperanza.
Por eso,
con todo los ángeles y santos, te aclamamos proclamando sin cesar:

Antífona de la Comunión

Los justos se alegran, gozan en la presencia de Dios rebosando de alegría.

Oración después de la Comunión

Oremos:
Que esta eucaristía, memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, Señor, nos ayude
a corresponder al don inefable de su amor y a procurar cada día nuestra salvación eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Dia 8/02 San Jerónimo Emiliani (educador, blanco)

Antífona de Entrada

Dejen que los niños se acerquen a mí, dice el Señor, y no se lo impidan, porque de ellos es el Reino de los cielos.

 

Oración Colecta

Oremos:
Señor y Dios nuestro, que quisiste confiar en san Jerónimo Emiliani la misión de enseñar a los jóvenes, con la palabra y el ejemplo, el camino de la salvación; concédenos imitar de tal manera a Cristo Maestro, que podamos enseñar a nuestros hermanos, con la forma en que vivimos, el camino del cielo.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Es buena la oración con el ayuno y la limosna con la justicia

Lectura del libro de Tobías 12,6-13

En aquellos días, el ángel Rafael les dijo a Tobit y a su hijo:
"Bendigan a Dios y glorifíquenlo delante de todos los vivientes por los beneficios que les ha hecho y canten himnos de alabanza a su nombre. Proclamen dignamente las obras del Señor y no sean negligentes en reconocerlas. Es bueno guardar el secreto del rey, pero es todavía mejor proclamar y celebrar las obras del Señor.
Hagan el bien, y el mal no los alcanzará. Es buena la oración con el ayuno y la limosna con la justicia. Es mejor tener poco viviendo con rectitud, que tener mucho haciendo el mal. Es mejor dar limosnas que acumular tesoros. La limosna libra de la muerte y purifica de todo pecado. Quienes dan limosna tendrán larga vida; los pecadores y los malvados son enemigos de sí mismos. Voy a decirles toda la verdad, sin ocultarles nada. Les acabo de decir que es bueno guardar el secreto del rey y que es mejor todavía proclamar y celebrar las obras del Señor.
Sepan, pues, que cuando ustedes dos, Tobías y Sara, oraban, yo ofrecía sus oraciones al Señor de la gloria, como un memorial; y lo mismo hacía cuando tú, Tobit, enterrabas a los muertos. Y cuando te levantaste sin dudar y dejaste tu comida y fuiste a sepultar a aquel muerto, precisamente entonces yo fui enviado para ponerte a prueba".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 33

Bendigamos al Señor a todas horas.

Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor; que se alegre su pueblo al escucharlo.
Bendigamos al Señor a todas horas.

Proclamemos qué grande es el Señor y alabemos su nombre. Cuando acudí al Señor, me hizo caso y me libró de todos mis temores.
Bendigamos al Señor a todas horas.

Vuélvanse a él y quedarán radiantes, jamás se sentirán decepcionados. El Señor siempre escucha al afligido, de su tribulación lo pone a salvo.
Bendigamos al Señor a todas horas.

A quien teme al Señor, el ángel del Señor lo salva y cuida. ¡Prueben! Verán qué bueno es el Señor; dichoso quien en él confía.
Bendigamos al Señor a todas horas.

Que amen al Señor todos sus fieles, pues nada faltará a quienes lo aman. El rico empobrece y pasa hambre; a quien busca al Señor nada le falta.
Bendigamos al Señor a todas horas.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Aleluya.

Evangelio

Vende todo lo que tienes y sígueme

† Lectura del santo Evangelio según san Marcos 10, 17-30

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó corriendo un hombre, se arrodilló ante él y le preguntó:
"Maestro bueno, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?"
Jesús le contestó:
"¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios. Ya sabes los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso testimonio, no cometerás fraudes, honrarás a tu padre y a tu madre".
Entonces él le contestó:
"Maestro, todo eso lo he cumplido desde muy joven".
Jesús lo miró con amor y le dijo:
"Sólo una cosa te falta: Ve y vende lo que tienes, da el dinero a los pobres y así tendrás un tesoro en los cielos. Después, ven y sígueme". Pero al oír estas palabras, el hombre se entristeció y se fue apesadumbrado, porque tenía muchos bienes.
Jesús, mirando a su alrededor, dijo entonces a sus discípulos:
"¡Que difícil les va a ser a los ricos entrar en el Reino de Dios!"
Los discípulos quedaron sorprendidos ante estas palabras; pero Jesús insistió:
"Hijitos, ¡qué difícil es para los que confían en las riquezas, entrar, en el Reino de Dios! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el Reino de Dios".
Ellos se asombraron todavía más y comentaban entre sí:
"Entonces, ¿quién puede salvarse?" Jesús, mirándolos fijamente, les dijo:
"Es imposible para los hombres, mas no para Dios. Para Dios todo es posible".
Entonces Pedro le dijo a Jesús:
"Señor, ya ves que nosotros lo hemos dejado todo para seguirte".
Jesús le respondió:
"Yo les aseguro: Nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o padre o madre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, dejará de recibir, en esta vida, el ciento por uno en casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y tierras, junto con persecuciones, y en el otro mundo, la vida eterna".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, los dones que la Iglesia te ofrece en memoria de tus santos y haz que este sacrificio impregne de tu amor todas nuestras actividades. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

Prefacio

La gloria de los santos

En verdad es justo darte gracias y deber nuestro glorificarte, Padre santo porque, tu gloria resplandece en cada uno de los santos, ya que, al coronar sus méritos, coronas tus propios dones.
Con su vida, nos proporcionas ejemplo; ayuda, con su intercesión, y por la comunión con ellos, nos haces participar de sus bienes, para que, alentados por testigos tan insignes, lleguemos victoriosos al fin de la carrera y alcancemos con ellos la corona inmortal de la gloria, por Cristo, Señor nuestro.
Por eso,
con los ángeles y arcángeles y con la multitud de los santos, te cantamos un himno de alabanza diciendo sin cesar:

Antífona de la Comunión

A menos que cambien y se hagan tan sencillos como niños, no entrarán al Reino de los cielos, dice el Señor.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Que el Cuerpo y la Sangre de Cristo que hemos recibido en este sacramento, nos den fuerza, Señor, para que, a ejemplo de san Jerónimo Emiliani, podamos comunicar a los demás la luz de la verdad y el fuego de tu amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

5ª Semana. Lunes

VIVIR EN SOCIEDAD

— Dimensión social del hombre.

— Caridad y solidaridad humana. Consecuencias en la vida de un cristiano.

— Contribución al bien común.

I. La primera página de la Sagrada Escritura nos describe con sencillez y grandiosidad la creación del mundo; y vio Dios que era bueno todo cuanto salía de sus manos1. Después, coronando todo cuanto había hecho, creó al hombre, y lo hizo a su imagen y semejanza2. Y la misma Escritura nos enseña que lo enriqueció de dones y privilegios sobrenaturales, destinándolo a una felicidad inefable y eterna. Nos revela también que de Adán y Eva proceden los demás hombres, y, aunque estos se alejaron de su Creador, Dios no dejó de considerarlos como hijos y los destinó de nuevo a su amistad3. La voluntad divina dispuso que la criatura humana participara en la conservación y propagación del género humano, que poblara la tierra y la sometiera, dominando sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre los ganados y sobre todo cuanto vive y se mueve sobre la tierra4.

El Señor quiso también que las relaciones entre los hombres no se limitaran a un trato de vecindad ocasional y pasajero, sino que constituyeran vínculos más fuertes y duraderos, que vinieran a ser los cimientos de la vida en sociedad. El hombre buscará ayuda para todo aquello que la necesidad y el decoro de la vida exigen, pues la Providencia divina ordenó su naturaleza de tal modo que naciera inclinado a asociarse y unirse a otros, en la sociedad doméstica y en la sociedad civil, que le proporciona lo necesario para la vida5. El Concilio Vaticano II nos recuerda que «el hombre, por su íntima naturaleza, es un ser social, y no puede vivir ni desarrollar sus cualidades sin relacionarse con los demás»6. «La sociedad es un medio natural que el hombre puede y debe usar para obtener su fin»7: es el ámbito ordinario en el que Dios quiere que nos santifiquemos y le sirvamos.

Vivir en sociedad nos facilita los medios materiales y espirituales necesarios para desarrollar la vida humana y la sobrenatural. Esta convivencia es fuente de bienes, pero también de obligaciones en las diversas esferas en las que tiene lugar nuestra existencia: familia, sociedad civil, vecindad, trabajo... Estas obligaciones revisten un carácter moral por la relación del hombre a su último fin, Dios. Su observancia o su incumplimiento nos acerca o nos separa del Señor. Son materia del examen de conciencia.

Dios nos llama a la convivencia, a aportar con sencillez lo que esté en nuestras manos –poco o mucho– para el bien de todos. Examinemos hoy en este rato de oración si vivimos abiertos a los demás, pero particularmente a quienes el Señor ha puesto más cerca de nuestra existencia. Pensemos si estamos de ordinario disponibles, si cumplimos ejemplarmente los deberes familiares y sociales, si pedimos con frecuencia luz al Señor para saber lo que hemos de hacer en cualquier oportunidad y llevarlo a cabo con entereza, con valentía, con espíritu de sacrificio. Preguntémonos muchas veces: ¿qué puedo hacer por los demás?, ¿qué palabras puedo decirles que sean alivio y ayuda? «La vida pasa. Nos cruzamos con la gente en los variadísimos senderos o avenidas del vivir humano. Cuánto queda por hacer... ¿Y por decir? (...). Cierto que primero hay que hacer (cfr. Hech 1, 1); pero luego hay que decir: cada oído, cada corazón, cada mente, tienen su momento, su voz amiga que puede despertarles de su marasmo y de su tristeza.

«Si se ama a Dios, no puede dejar de sentirse el reproche de los días que pasan, de las gentes (a veces tan cercanas) que pasan... sin que nosotros sepamos hacer lo que hacía falta, decir lo que había que decir»8. Pidamos mucho a Jesús, que nos ve y nos oye, no caminar nunca de espaldas e indiferentes a quienes están a nuestro lado por tantas diversas razones: de parentesco, amistad, trabajo, ciudadanía...

II. Esta solidaridad y dependencia mutua de unos hombres con otros, nacida por voluntad divina, fue sanada y fortalecida por Jesucristo al asumir la naturaleza humana en el momento de su Encarnación, y al redimir a todo el género humano en la Cruz. Este es el nuevo título de unidad: haber sido constituidos hijos de Dios y hermanos de los hombres. Así debemos tratar a todo el que encontremos cada día en nuestro caminar. «Tal vez se trate de un hijo de Dios ignorante de su grandeza, acaso en rebeldía contra su Padre. Mas en todos, aun en el más deforme, rebelde o alejado de lo divino, hay un destello de la grandeza de Dios (...). Si sabemos mirar, estamos rodeados de reyes a quienes hemos de ayudar a descubrir las raíces ¡y las exigencias! de su señorío»9.

Además, la noche antes de la Pasión nos dejó el Señor un mandamiento nuevo, para superar, si fuera necesario heroicamente, los agravios, el rencor..., y todo lo que es causa de separación. Este es mi mandamiento: que os améis los unos a los otros, como Yo os he amado10, es decir, sin límites, y sin que nada sirva de excusa para la indiferencia. Así, nuestra vida está llena de poderosas razones para convivir en sociedad, la cual, al ser más cristiana por nuestras obras, se vuelve más humana. No somos los hombres como granos de arena, sueltos y desligados unos de otros, sino que, por el contrario, estamos relacionados mutuamente por vínculos naturales, y los cristianos, además, por vínculos sobrenaturales11.

Parte importante de la moral son los deberes que hacen referencia al bien común de todos los hombres, de la patria en la que vivimos, de la empresa en que trabajamos, de la vecindad de la que formamos parte, de la familia que es objeto de nuestros desvelos, sea cual sea el puesto que en ella ocupemos. No es cristiano, ni humano, considerar estos deberes solo en la medida en que personalmente nos son útiles o nos causan un perjuicio. Dios nos espera en el empeño, según nuestras posibilidades, por mejorar la sociedad y los hombres que la componen.

La dimensión apostólica y fraterna es, por querer divino, tan esencial al hombre que no puede concebirse una orientación a Dios que prescinda de los lazos que unen a cada persona con aquellos con quienes convive o se relaciona. No agradaríamos a Dios si, de algún modo, hay despego de quienes están a nuestro alrededor, si dejamos de ejercitar las virtudes cívicas y sociales. «Hay que reconocer a Cristo, que nos sale al encuentro, en nuestros hermanos los hombres. Ninguna vida humana es una vida aislada, sino que se entrelaza con otras vidas. Ninguna persona es un verso suelto, sino que formamos todos parte de un mismo poema divino, que Dios escribe con el concurso de nuestra libertad»12.

Examinemos hoy, en la oración personal, cómo estamos contribuyendo al bien común de todos, si somos ejemplares en aquello que se relaciona con los deberes sociales y cívicos (cumplimiento de las leyes de tráfico, tributos justos, participación en asociaciones, ejercicio del derecho al voto...), si tenemos en cuenta que necesitamos de los demás y los demás de nosotros, si nos sentimos corresponsables de la conducta moral de los otros, si procuramos superar sin rodeos aquello que puede ser causa de separación, o al menos que no es ayuda para la convivencia.

III. El desarrollo de la sociedad tiene lugar gracias a la contribución de sus miembros, cada uno de los cuales aporta lo que le es propio, aquellos dones que recibió del Señor y que incrementó con su inteligencia, la ayuda de la sociedad y la gracia de Dios. Estos bienes y dones nos fueron dados para el desarrollo de la propia personalidad y para lograr el fin último; pero también para servicio del prójimo. Es más, no podríamos alcanzar el fin personal si no es contribuyendo al bien de todos13.

Por no estar el desarrollo de la sociedad al margen de los planes del Señor, el concurso personal de cada uno al bien común reviste el carácter de una ineludible obligación moral. «La vida social no es para el hombre sobrecarga accidental. Por ello, a través del trato con los demás, de la reciprocidad de servicios, del diálogo con los hermanos, la vida social engrandece al hombre en todas sus cualidades y le capacita para responder a su vocación»14. Unas obligaciones son de estricta justicia en sus diversas formas; otras son exigencias de la caridad, que va más allá de dar a cada uno lo que estrictamente le corresponde. Unas y otras se cumplen cada vez que contribuimos al bien de todos, para que la sociedad en la que vivimos sea cada vez más humana y cristiana, por ejemplo, «ayudando y promoviendo a las instituciones, públicas y privadas, que sirven para mejorar las condiciones de vida del hombre»15: fundaciones, obras de caridad y de formación, de cultura, publicaciones de sana doctrina, etc. Pues «hay quienes profesan amplias y generosas opiniones, pero en realidad viven siempre como si nunca tuvieran cuidado alguno de las necesidades sociales. No solo esto; en varios países son muchos los que menosprecian las leyes y las normas sociales»16, y viven entonces de espaldas a sus hermanos los hombres y de espaldas a Dios.

Pensemos junto al Señor en quienes nos rodean. ¿Contribuyo según mis posibilidades al fomento del bien común: dedicando tiempo a instituciones y obras en bien de la sociedad, colaborando económicamente, apoyando iniciativas en favor de los demás, particularmente de los más necesitados? ¿Cumplo fielmente las obligaciones que se derivan de vivir en sociedad: ruidos, limpieza...? ¿Cultivo las virtudes de convivencia –afabilidad, gratitud, optimismo, puntualidad, orden...– en mi ámbito familiar? ¿Me mueve habitualmente el afán de servir a los demás, aunque sea en cosas muy pequeñas? «¡Ojalá te acostumbres a ocuparte a diario de los demás, con tanta entrega, que te olvides de que existes!»17; así habríamos encontrado una buena parte de la felicidad que se puede lograr en la tierra y habríamos ayudado a ser mucho más dichosos a otros, que son hijos de Dios y hermanos nuestros.

1 Cfr. Primera lectura. Año I. Gen 1, 1 ss. — 2 Cfr. Gen 1, 27. — 3 Cfr. Gen 12. — 4 Gen 1, 28. — 5 Cfr. León XIII, Enc. Immortale Dei, I-XI-1885. — 6 Conc. Vat. II, Const. Gaudium et spes, 12. — 7 Pío XI, Enc. Divini Redemptoris, 19-III-1937. — 8 C. López Pardo, Sobre la vida y la muerte, Rialp, Madrid 1973. p. 438. — 9 Ibídem, pp. 346-347. — 10 Jn 15, 12. — 11 Cfr Pío XII, Enc. Summi pontificatus, 20-X-1939. — 12 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 111. —13 Cfr. León XIII, Enc. Rerum novarum, 15-IX-1881. — 14 Conc. Vat. II, Const.Gaudium et spes, 25. — 15 Ibídem, 30. — 16 Ibídem. — 17 San Josemaría Escrivá, Surco, n. 947.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

San Jerónimo Emiliani
Fundador de los Padres Somascos (1537)

Jerónimo significa: "un nombre sagrado" (Jero = sagrado, Nomo = nombre).
Jerónimo nació en Venecia, Italia, el año 1486.

De joven fue militar y llegó a ser comandante de las fuerzas que defendía la ciudad de Castelnouvo de Quero.

Las fuerzas enemigas francesas, muy superiores en número, lograron tomar a Castelnouvo y Jerónimo cayó prisionero, y encarcelado en un calabozo con cadenas en manos y pies. Y éste fue el golpe de gracia para su conversión.

Hasta entonces había llevado una vida muy mundana, pero en la soledad de la cárcel se dedicó a meditar en aquellas palabras de Jesús: ¿De qué le sirve a un hombre ganar todo el mundo, si se pierde a sí mismo? Y se propuso dedicar su vida entera y todas sus energías a tratar de conseguir su propia santificación y la salvación de muchos otros.

Estando en la tenebrosa prisión, y viendo que humanamente no tenía remedio para aquella aflicción, se dedicó a rezar con toda fe a la Santísima Virgen María para que le consiguiera de Dios su pronta liberación. Y he aquí que de la manera más inesperada son quitadas las cadenas de sus manos y de sus pies y logra salir sin que los guardianes se le opongan. En el silencio de la cárcel había encontrado la amistad con Dios por medio de la oración y la meditación.

Reconociendo que su liberación de la cárcel era un favor especialísimo de la Sma. Virgen, se dirigió ante la imagen de Nuestra Señora en Treviso y a sus pies dejó sus cadenas y sus armas de militar, como recuerdo y agradecimiento y se propuso propagar incansablemente la devoción a la Madre de Dios.

Por aquellos tiempos apareció en Italia una serie de apóstoles formidables que se propusieron, iluminados por el Espíritu Santo, enfervorizar al pueblo en la piedad, y dedicar el mayor número posible de personas a obras de caridad en favor de los necesitados. Algunos de estos santos fueron: Santa Catalina de Génova, San Cayetano, San Camilo de Lelis, San Bernardino de Feltre, San Felipe Neri, San José Calazans, y Santa Angela de Merici. Un verdadero "sindicato" de apóstoles de la caridad. A ellos se unió San Jerónimo.

En 1531 se propagó por Italia la terrible peste del cólera. Jerónimo vendió todo lo que tenía, incluso los muebles de su casa, y se dedicó a atender a los enfermos más abandonados. El mismo tenía que cavarles las sepulturas y llevarlos al cementerio, porque casi nadie se atrevía a acercárseles, por temor al contagio. También él se contagió de la terrible enfermedad, pero por favor de Dios logró curarse.

Miles y miles de niños pobres quedaron huérfanos y desamparados, por la muerte de sus padres en la epidemia de cólera. Entonces Jerónimo se dedica a recogerlos y a proporcionales alimento, vestido, hospedaje y educación, todo totalmente gratis. De casa en casa va pidiendo limosnas para poder ayudar a sus niños huérfanos. Muchos le colaboran. Levanta dos grandes edificios; en uno recibe a los niños y en el otro a las niñas. Y como muchas mujeres ante la absoluta miseria se han dedicado a la prostitución, entonces el santo funda una Casa para mujeres arrepentidas y allí aprenden costura, bordados y otras artes para ganarse la vida honestamente.

Varios de sus amigos y colaboradores deseaban dedicarse por completo a la obra de atender a los niños huérfanos y desamparados, y con ellos fundó el santo una nueva comunidad, en Somasca, cerca de Milán. El nombre de esta congregación religiosa fue de "Servidores de los pobres", pero en recuerdo al sitio donde se efectuó su fundación, ahora se llama la Comunidad de los Padres Somascos. En la actualidad tienen unas 75 casas en el mundo con unos 500 religiosos, y se dedican preferencialmente a educar niños desamparados.

Las gentes decían que la vida de Jerónimo Emiliani estaba toda hecha de caridad. Que de él se podía repetir (en sus debidas proporciones) el elogio que fue hecho de Jesús: "Pasó su vida haciendo el bien" (Hech. 10,38). Nadie que viniera a pedirle un favor quedaba sin ser atendido. Lo llamaban "el paño de lágrimas" de los que sufrían y lloraban. No reparaba en ningún sacrificio con tal de hacer el bien, especialmente a los niños más pobres, para los cuales se sacrificaba hasta el extremo con tal de conseguirles maestros, alimentos y toda clase de ayudas espirituales y materiales.

Y Dios premiaba su oración, su caridad y su sacrificio, permitiéndole obrar frecuentes milagros. A muchos enfermos los cuidaba como especializado y amable enfermero, y a varios otros les colocaba las manos sobre su cabeza y los curaba de sus enfermedades.

La fama de sus milagros se extendió por todos los alrededores de las ciudades donde trabajaba.

Viajaba por los campos predicando misiones, y en los ratos libres se iba a trabajar con los campesinos y aprovechaba la confianza y el cariño que éstos le tenían, para darles buenos consejos y ponerlos en amistad con Dios.

Volvió a propagarse la peste del cólera y San Jerónimo volvió a dedicarse a curar enfermos, a llevarles alimento y vestidos y a enterrar personalmente a los muertos llevándolos sobre sus hombros. Pero se contagió de la violenta enfermedad y en pocos días estuvo agonizante. Era el buen amigo que ofrecía su vida por sus amigos.

Cuando apenas tenía 56 años de edad, murió santamente el 8 de febrero de 1537. Después de muerto hizo numerosos milagros y el Papa Clemente XIII lo declaró santo en 1767. Después el Pontífice Pío XI lo declaró Patrono de los niños huérfanos en 1928.

Propósito: Recordaré una frase de Jesús que animaba mucho a San Jerónimo para dedicarse al apostolado: "Todo el que reciba a un niño en mi nombre, me recibe a Mí. Quien regale aunque sea un vaso de agua, en razón a que es discípulo mío, no quedará sin recompensa. Todo el bien que habéis hecho a los demás, aun a los más humildes, lo recibo como si me lo hubierais hecho a Mí personalmente" (Mt. 25,40).

Señor Jesús: haz que nuestro corazón sea tan generoso para ayudar a los niños pobres y necesitados como lo fue tu Corazón Santísimo y el corazón de los grandes santos que dedicaron su vida al bien de la juventud abandonada.

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Fuente: Corazones.org
Josefina Bakhita, Santa Religiosa, Febrero 8  

Josefina Bakhita, Santa

Febrero 8
Religiosa

La verdadera fortuna es conocer, amar y servir a Dios. El nombre "Bakhita" significa "afortunada" y nuestra santa ciertamente lo es. Sin embargo, esa fortuna no le vino nada fácil. Bakhita es el nombre que recibió cuando fue secuestrada mientras que fue bautizada con el nombre de Josefina.

De su vida no se conocen datos exactos. Se cree que es de Olgossa en Darfur, y que nació en 1869. Vivió su infancia con sus padres, tres hermanos y dos hermanas, una de ellas su gemela.

Su vida fue profundamente marcada cuando unos negreros llegaron a Olgossa y capturaron a su hermana. En su biografía escribió: "Recuerdo cuánto lloró mamá y cuánto lloramos todos". También cuento su propia experiencia al encontrarse con los buscadores de esclavos.

Cuando aproximadamente tenía nueve años, paseaba con una amiga por el campo y vimos de pronto aparecer a dos extranjeros, de los cuales uno le dijo a mi amiga: ´Deja a la niña pequeña ir al bosque a buscarme alguna fruta. Mientras, tú puedes continuar tu camino, te alcanzaremos dentro de poco´. El objetivo de ellos era capturarme, por lo que tenían que alejar a mi amiga para que no pudiera dar la alarma.

Sin sospechar nada obedecí, como siempre hacia. Cuando estaba en el bosque, me percaté que las dos personas estaban detrás de mí, y fue cuando uno de ellos me agarró fuertemente y el otro sacó un cuchillo con el cual me amenazó diciéndome: ´Si gritas, morirás! Síguenos!´".

Fueron esos hombres quienes le pusieron el nombre Bakhita sin comprender a donde ella llegaría. Llevaron a Bakhita a El Obeid donde fue vendida a cinco distintos amos en el mercado de esclavos. Intentó escapar, pero sin éxito. Su cuarto amo fue el peor en sus humillaciones y torturas. Cuando tenía unos 13 años fue tatuada, le realizaron 114 incisiones y para evitar infecciones le colocaron sal durante un mes. Ella cuenta en su biografía: "Sentía que iba a morir en cualquier momento, en especial cuando me colocaban la sal".

El comerciante italiano Calixto Leganini compró a Bakhita en 1882. Era el quinto amo. Ella escribe: "Esta vez fui realmente afortunada porque el nuevo patrón era un hombre bueno y me gustaba. No fui maltratada ni humillada, algo que me parecía completamente irreal, pudiendo llegar incluso a sentirme en paz y tranquilidad".

En 1884 Leganini se vio en la obligación de dejar Jartum, tras la llegada de tropas Mahdis. Bakhita quiso seguir con su amo cuando este se fue a Italia con su amigo Augusto Michieli. La esposa de Michieli los esperaba en Italia y quiso quedarse con uno de los esclavos que traían por lo que se le dió a Bakhita. Con su nueva familia, Bakhita trabajo de niñera y amiga de Minnina, hija de los Michieli.

En 1888 la familia Michieli compró un hotel y se trasladaron a Suakin pero Bakhita decidió quedarse en Italia. Bakhita y Minnina ingresaron al noviciado del Instituto de las Hermanas de la Caridad en Venecia. Esta congregación, fundada en 1808, es mas conocida como Hermanas de Canossa.

Fue en el Instituto que Bakhita conoció de verdad a Cristo y que "Dios había permanecido en su corazón", por lo que le había dado fuerzas para poder soportar la esclavitud, "pero recién en ese momento sabía quien era". Recibió al mismo tiempo el bautismo, la primera comunión y la confirmación, el 9 de enero de 1890, por manos del Cardenal de Venecia. Tomó el nombre cristiano de Josefina Margarita Afortunada.

Al ser bautizada expresó: "¡Aquí llegué a convertirme en una de las hijas de Dios!". Se dice que no sabía como expresar su gozo y en su biografía cuenta que en el Instituto conoció cada día más a Dios, "que me ha traído hasta aquí de esta extraña forma".

La Señora de Michieli volvió del Sudán a llevarse a su hija y a Bakhita, pero con gran valentía Bakhita se negó a ir y prefirió quedarse con las Hermanas de Canossa. Bakhita pudo prevalecer porque la esclavitud era ilegal en Italia. El 7 de diciembre de 1893, a los 38 años de edad profesó en la vida religiosa.

Bakhita fue trasladada a Venecia en 1902, donde trabajó limpiando, cocinando y

Josefina Bakhita, Santa

cuidando a los más pobres. Nunca realizó milagros ni fenómenos sobrenaturales, pero tenía fama de santidad. Siempre fue modesta y humilde, mantuvo una fe firme en su interior y cumplió siempre sus obligaciones diarias.

Mucho le costó escribir su autobiografía en 1910, la cual fue publicada en 1930. En 1929 se le ordena ir a Venecia a contar la historia de su vida. Luego de la publicación de sus memorias, se hizo muy conocida y viajaba por toda Italia dando conferencias y recogiendo fondos para su congregación.

Aunque la salud de Bakhita se fue debilitando hacia sus últimos años y quedó con mucho dolor en silla de ruedas, no dejó de viajar. Falleció el 8 de febrero de 1947 en Schio, siendo sus últimas palabras: "Madonna! Madonna!"

Miles de personas fueron a darle el último adiós, expresando así el respeto y admiración que sentían hacia ella. Fue velada por tres días, durante los cuales, según cuenta la gente, sus articulaciones aún permanecían calientes y las madres cogían su mano para colocarla sobre la cabeza de sus hijos. Josefina se recuerda con veneración en Schio como "Nostra Madre Moretta".

Sus restos incorruptos fueron sepultados bajo el altar de la la iglesia del convento de Schio, Italia.

A LOS ALTARES

En 1959 la diócesis local comenzó las investigaciones sobre su santidad. El 1 de diciembre de 1978 fue declarada Venerable. El 17 de mayo de 1992 fue beatificada por Juan Pablo II, declarándose su fiesta el 8 de febrero. En esa ocasión el Papa reconoció que ella transmitió el mensaje de reconciliación y misericordia.

Bakhita fué canonizada por S.S. Juan Pablo II el 1 de octubre del 2000.

La historia de Bakhita es la de un continente. Ella sufrió graves males en manos de algunos cristianos pero su corazón no se cerró. Supo perdonar a los que la ultrajaron y descubrir que aquellos agravios, aunque cometidos por cristianos, son contrarios al camino de Jesús. Gracias a las religiosas encontró el verdadero rostro de Cristo y entró en Su Iglesia. Nada, ni los malos ejemplos, nos puede apartar del amor de Dios cuando le permitimos reinar en nuestro corazón. Bakhita nos deja este maravilloso testamento de perdón por amor a Cristo: "Si volviese a encontrar a aquellos negreros que me raptaron y torturaron, me arrodillaría para besar sus manos porque, si no hubiese sucedido esto, ahora no sería cristiana y religiosa".
El Papa la llamó

Josefina Bakhita, Santa

"Nuestra Hermana Universal".

"Si volviese a encontrar a aquellos negreros que me raptaron y torturaron, me arrodillaría para besar sus manos porque, si no hubiese sucedido esto, ahora no sería cristiana y religiosa".

Bakhita: "Afortunada"

 

25:28

Santa Josefina Bakhita

http://www.gloria.tv/media/ppgubMNhvuA

 

18:46

RESUMEN DE LA 1ERA PARTE DE LA PELICULA SANTA JOSEFINA BAKHITA

http://www.gloria.tv/media/RGt2zLpKUCq

Advertencia: no es recomendable para niños. Además de tergiversar la historia verdadera (leer arriba), contiene una escena con una africana con torso desnudo y otra, donde hay un intento de abuso.

Una escena digna de mención es al final cuando en el juicio se deja en claro que ella, o es una cosa o es una persona libre.

Este mismo argumento debe aplicarse al neo-esclavismo del aborto: el embrión o feto es una persona y no es una cosa disponible o destruible.

 

Santa Josefina: ruega por los niños por nacer tratados peor que un esclavo por su propia madre, y también por los que matan la vida humana al hacer fecundación artificial (que siempre resulta en descarte de embriones) y al experimentar con embriones.

 

Misma película en portugués:

http://www.gloria.tv/?media=164391

 

Documental en portugués

http://www.gloria.tv/?media=79314

 

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Jaqueline, Santa Viuda, 8 de febrero  

Viuda
Febrero 8

 


Etimológicamente significa "usurpadora". Viene de la lengua hebrea.

Las amistades con los santos o las santas siempre enriquecen. Esta joven, encantadora, virtuosa y con mucho dinero entabló una honda amistad con san Francisco de Asís.

Se casó con el señor Marino, pero se quedó viuda muy pronto y con dos hijos. En lugar de permanecer inactiva y llorosa, se dedicó a ayudar a su amigo para que hiciera más fundaciones.
Era muy atenta y de un trato exquisito. Tuvo la inmensa alegría de recibir en su palacio romano al pobre de Asís, situado en el monte Palatino.
Como conocía sus gustos culinarios, le hizo un pastel de manzanas. Le gustó tanto que le puso el nombre de "Frangipane" en honor de su amiga Jacqueline.

Cuando san Francisco vio que llegaba la hora de su muerte, la misma víspera de su fatal desenlace, le escribió estas palabras: "Te ruego que estés cerca de mí en el momento de morir. Ponte en camino en seguida si es que quieres verme vivo. Tráeme el pastel que me preparaste el día que estuve en tu preciosa casa romana".

Como es natural, la joven viuda se puso en camino lo más aprisa que pudo. Llevaba todo lo necesario para los casos de enterramiento: un velo para cubrirle el rostro, la almohada para reposar la cabeza, el trozo de cilicio que rodeara su cuerpo y la cera necesaria para los funerales.

Efectivamente, no pudo verlo con vida pero sí que se quedó allá algún tiempo tratando y hablando con todos aquellos y aquellas que habían tenido la suerte y la dicha – como le ocurrió a ella – de haber tratado al santo de Asís.
Desde entonces, se entregó de lleno a seguir educando a sus hijos y haciendo obras de caridad, unidas a una ferviente oración, pulmón que sostiene la vida espiritual de cualquier creyente en Cristo el Señor.
Murió el año 1239.

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Eugenia, Santa Fundadora, 8 de febrero  

Fundadora
Febrero 8





Era una oración de confianza. Esta disposición iba creciendo en ella cada vez más y con mayor intensidad. Centró su mundo interior en la Eucaristía, la única que da alas para volar por el firmamento de la santidad.

Se entregó a vivir la caridad tan a tope, que incluso llegaba hasta preocuparse por las almas del purgatorio.

Lo veía todo bajo el prisma de la comunión de los santos. Y pensando en todo esto, fundó una asociación de 6.000 mujeres que buscaran y miraran esta comunión.

Para darse cuenta de que no eran sueños suyos, se fue a Ars, en donde estaba el cura Juan Bautista Vianney. Le hizo la consulta sobre su proyecto divino.

Y el santo Cura de Ars, mundialmente conocido, le respondió que como era cosa de Dios, siguiera adelante.

Otra de las misiones de estas Hermanas es la educación de los niños, sobre todo en el tema de la catequesis y las misiones.
Nació en Lille en 1825 y murió en 1856.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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