viernes, 19 de febrero de 2016

Domingo por la Santísima Trinidad. 21/02/2016. Excepto causa grave, no asistir a Misa dominical es pecado GRAVE (CIC 2042, 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). Precepto (desde los 7 años): Misa ENTERA. Víspera del Domingo comienz

JA

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9, 28-36

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús se hizo acompañar de Pedro, Santiago y Juan, y subió a una montaña para hacer oración. Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto y sus vestiduras se hicieron blancas y relampagueantes. De pronto aparecieron conversando con él dos personajes rodeados de esplendor. Eran Moisés y Elías, y hablaban de la muerte que esperaba a Jesús en Jerusalén.
Pedro y sus compañeros estaban rendidos de sueño; pero despertándose vieron la gloria de Jesús y de los que estaban con él. Cuando éstos se retiraban, Pedro le dijo a Jesús:
"Maestro, sería bueno que nos quedáramos aquí y que hiciéramos tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías", sin saber lo que decía.
No había terminado de hablar, cuando se formó una nube que los cubrió; y ellos, al verse envueltos por la nube, se llenaron de miedo. De la nube salió una voz que decía:
"Este es mi Hijo, mi escogido; escúchenlo".
Cuando cesó la voz, Jesús estaba solo.
Los discípulos guardaron silencio y, por entonces, no dijeron a nadie lo que habían visto.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk

El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).

 

 

Misal

 

2o. Dom de cuaresma Ciclo C

Antífona de Entrada

De ti mi corazón me habla diciendo: "Busco su rostro". Tu rostro estoy buscando, Señor, no me lo escondas.

 

No se dice "Gloria".

Oración Colecta

Oremos:
Señor, Padre santo, que nos mandaste escuchar a tu amado Hijo, alimenta nuestra fe con tu palabra y purifica los ojos de nuestro espíritu para que podamos alegrarnos en la contemplación de tu gloria.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Dios hace una alianza con Abrán

Lectura del libro del Génesis 15, 5-12.17-18

En aquellos días, Dios sacó a Abrán de su casa y le dijo:
"Mira en el cielo, y cuenta las estrellas si puedes".
Luego añadió:
"Así será tu descendencia".
Abrán creyó lo que el Señor le decía y, por esa fe, el Señor lo tuvo por justo. Entonces le dijo:
"Yo soy el Señor, que te sacó de Ur de los caldeos para entregarte en posesión esta tierra".
Abrán replicó:
"Señor Dios, ¿cómo sabré que voy a poseerla?"
Dios le respondió:
"Tráeme una ternera, una cabra y un carnero, todos de tres años, una tórtola y un pichón".
Tomó Abrán aquellos animales, los partió por la mitad y puso las mitades una enfrente de la otra; pero no partió las aves. Pronto comenzaron los buitres a descender sobre los cadáveres, y Abrán los ahuyentaba.
Estando ya para ponerse el sol, Abrán cayó en profundo letargo y un terror intenso y misterioso se apoderó de él. Cuando se puso el sol hubo densa oscuridad; y sucedió que un brasero humeante y una antorcha encendida pasaron por entre aquellos animales partidos. De esta manera hizo el Señor, aquel día, una alianza con Abrán diciendo:
"A tus descendientes doy esta tierra, desde el río de Egipto hasta el gran río Eufrates".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del Salmo 26

El Señor es mi luz y mi salvación.

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién podrá hacerme temblar?
El Señor es mi luz y mi salvación.

Lo único que pido, lo único que busco es vivir en la casa del Señor toda mi vida, para disfrutar las bondades del Señor estar continuamente en su presencia.
El Señor es mi luz y mi salvación.

La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Armate de valor y fortaleza y en el Señor confía.
El Señor es mi luz y mi salvación.

Segunda Lectura

Cristo transformará nuestro cuerpo miserable en un cuerpo glorioso, semejante al suyo

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 3,17-21; 4, 1

Hermanos: Sean todos ustedes imitadores míos y observen la conducta de aquéllos que siguen el ejemplo que les he dado a ustedes. Porque, como muchas veces se lo he dicho a ustedes, y ahora se lo repito llorando, hay muchos que viven como enemigos de la cruz de Cristo. Esos tales acabarán en la perdición porque su dios es el vientre; se enorgullecen de lo que deberían avergonzarse y sólo piensan en cosas de la tierra.
Nosotros, en cambio, somos ciudadanos del cielo, de donde esperamos que venga nuestro salvador, Jesucristo. El transformará nuestro cuerpo miserable en un cuerpo glorioso semejante al suyo, en virtud del poder que tiene para someter a su dominio todas las cosas.
Hermanos míos, a quienes tanto quiero y extraño; ustedes hermanos míos amadísimos, que son mi alegría y mi corona, manténganse fieles al Señor.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Honor y gloria ti, Señor Jesús.
En el esplendor de la nube se oyó la voz del Padre, que decía: "Este es mi Hijo amado: Escúchenlo".
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Evangelio

Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9, 28-36

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús se hizo acompañar de Pedro, Santiago y Juan, y subió a una montaña para hacer oración. Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto y sus vestiduras se hicieron blancas y relampagueantes. De pronto aparecieron conversando con él dos personajes rodeados de esplendor. Eran Moisés y Elías, y hablaban de la muerte que esperaba a Jesús en Jerusalén.
Pedro y sus compañeros estaban rendidos de sueño; pero despertándose vieron la gloria de Jesús y de los que estaban con él. Cuando éstos se retiraban, Pedro le dijo a Jesús:
"Maestro, sería bueno que nos quedáramos aquí y que hiciéramos tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías", sin saber lo que decía.
No había terminado de hablar, cuando se formó una nube que los cubrió; y ellos, al verse envueltos por la nube, se llenaron de miedo. De la nube salió una voz que decía:
"Este es mi Hijo, mi escogido; escúchenlo".
Cuando cesó la voz, Jesús estaba solo.
Los discípulos guardaron silencio y, por entonces, no dijeron a nadie lo que habían visto.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

No se dice "Credo".

Oración de los Fieles

Celebrante:
Oremos hermanos y hermanas, al Padre de la misericordia, árbitro de nuestros actos y Dios que escudriña lo profundo de nuestros corazones, y, con espíritu contrito pidámosle que escuche la oración de su pueblo penitente:

Respondemos: Te rogamos, Señor, óyenos.

Para que Dios conceda a sus fieles vivir estos días de Cuaresma con verdadero espíritu de penitencia, y prepararse a celebrar con fruto el sacramento del perdón, roguemos al Señor.
Te rogamos, Señor, óyenos.

Para que quienes se han apartado del camino del bien y han muerto a causa del pecado, escuchen en estos días de Cuaresma la voz del Hijo de Dios y vivan, roguemos al Señor.
Te rogamos, Señor, óyenos.

Para que Dios inspire sentimientos de caridad a los que tienen riquezas y multiplique los bienes de la tierra en bien de todos, roguemos al Señor.
Te rogamos, Señor, óyenos.

Para que la penitencia cuaresmal aleje de nosotros el amor desordenado a los bienes visibles, con el deseo de los bienes del cielo, roguemos al Señor.
Te rogamos, Señor, óyenos.

Celebrante:
Dios grande y fiel. que muestras tu rostro a los que buscan con sincero corazón , escucha nuestras oraciones, fortalece nuestra fe en el ministerio de la cruz y concédenos un corazón dócil, para que, adhiriéndonos a tu voluntad, escuchemos siempre la voz de tu Hijo.
El que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.

 

Oración sobre Ofrendas Que esta ofrenda, Señor, nos obtenga el perdón de nuestros pecados y nos santifique en el cuerpo y en el alma, para que podamos celebrar dignamente las festividades de la Pascua. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Prefacio

La transfiguración del Señor

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Quién, después de anunciar su muerte a los discípulos, les mostró en el monte santo el esplendor de su gloria para testimoniar, de acuerdo con la ley y los profetas, que la pasión es el camino de la resurrección.
Por eso,
como los ángeles te cantan en el cielo, así nosotros en la tierra te aclamamos diciendo sin cesar:

Antífona de la Comunión

Este es mi Hijo amado en quien me complazco; escúchenlo.

 

Oración después de la Comunión

Te damos gracias, Señor, porque al darnos en este sacramento el Cuerpo glorioso de tu Hijo, nos permites participar ya desde este mundo de los bienes eternos de tu Reino.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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NO SE USA LOS DOMINGOS Y FIESTAS: Dia 21/02 San Pedro Damián (obispo y doctor de la Iglesia, blanco)

Antífona de Entrada

Los sabios brillarán como el fulgor del firmamento; y los que enseñaron a muchos la justicia, serán como estrellas eternas.

 

Oración Colecta

Oremos:
Te suplicamos, Dios nuestro, que quienes estamos reunidos aquí para celebrar la fiesta de san Pedro Damiani podamos, por su intercesión y a ejemplo suyo, ir profundizando cada día más en tu conocimiento y en tu amor.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Cumple tu trabajo de evangelizador y desempeña a la perfección tu ministerio

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 4,1-5

Querido hermano: En presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos, te pido encarecidamente, por su advenimiento y por su Reino, que anuncies la palabra; insiste a tiempo y a destiempo; convence, reprende y exhorta con toda paciencia y sabiduría.
Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por sus propias pasiones, se rodearán de maestros que les halaguen el oído; se harán sordos a la verdad y sólo escucharán las fábulas.
Tú, en cambio, sé siempre prudente, soporta los sufrimientos, cumple tu trabajo de evangelizador y desempeña a la perfección tu ministerio.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 15

Tú, Señor, eres mi herencia.

Protégeme, Dios mío, pues eres mi refugio. Yo siempre he dicho que tú eres mi Señor. El Señor es la parte que me ha tocado en herencia: mi vida está en sus manos.
Tú, Señor, eres mi herencia.

Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor y con él a mi lado jamás tropezaré.
Tú, Señor, eres mi herencia.

Enséñame el camino de la vida, sáciame de gozo en tu presencia y de alegría perpetua junto a ti.
Tú, Señor, eres mi herencia.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Permanezcan en mi amor, dice el Señor; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante.
Aleluya.

Evangelio

El que permanece en mi y yo en él, ése da fruto abundante

+ Lectura del santo Evangelio según san Juan 15, 1-8

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Al sarmiento que no da fruto en mí, él lo arranca, y al que da fruto lo poda para que dé más fruto.
Ustedes ya están purificados por las palabras que les he dicho. Permanezcan en mí y yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante, porque sin mí nada pueden hacer. Al que no permanece en mí se le echa fuera, como al sarmiento, y se seca; luego lo recogen, lo arrojan al fuego y arde.
Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá. La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten así como discípulos míos".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Que la participación en esta Eucaristía nos llene, Señor, de la luz de tu Espíritu que iluminó a san Pedro Damiani y lo hizo instrumento de tu gloria.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Los santos pastores siguen presentes en la Iglesia

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque permites que tu Iglesia se alegre hoy con la festividad de san Pedro Damiani: para animarnos con el ejemplo de su vida, instruirnos con su palabra y protegernos con su intercesión.
Por eso,
con los ángeles y los santos, te cantamos el himno de alabanza diciendo sin cesar:

Antífona de la Comunión

Nosotros proclamamos a Cristo crucificado: fuerza de Dios y sabiduría de Dios.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Alimentados con este sacramento te pedimos, Señor, que, fieles a las enseñanzas de san Pedro Damiani, te demos gracias sin cesar por los dones recibidos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

Cuaresma. Segundo domingo

DEL TABOR AL CALVARIO

— Lo que importa es estar siempre con Jesús. Él nos da la ayuda necesaria para seguir adelante.

— Fomentar con frecuencia, y especialmente en los momentos más difíciles, la esperanza del Cielo.

— El Señor no se separa de nosotros. Actualizar esa presencia de Dios.

I. Oigo en mi corazón: buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, Señor, no me escondas tu rostro, rezamos en la Antífona de entrada de la Misa de hoy1. El Evangelio nos cuenta lo que sucedió en el Tabor. Poco antes Jesús había declarado a sus discípulos, en Cesarea de Filipo, que iba a sufrir y padecer en Jerusalén, a morir a manos de los príncipes de los sacerdotes, de los ancianos y de los escribas. Los Apóstoles habían quedado sobrecogidos y entristecidos por este anuncio. Ahora, tomó Jesús consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, y los llevó a ellos solos aparte2, para orar3. Son los tres discípulos que serán testigos de su agonía en el huerto de los Olivos. Mientras él oraba, cambió el aspecto de su rostro y su vestido se volvió blanco, resplandeciente4. Y le ven conversar con Elías y Moisés, que aparecían gloriosos y le hablaban de su muerte, que había de cumplirse en Jerusalén5.

Seis días llevaban los Apóstoles entristecidos por la predicación de Cesarea de Filipo. La ternura de Jesús hace que ahora contemplen su glorificación. San León Magno dice que "el principal fin de la transfiguración era desterrar del alma de los discípulos el escándalo de la cruz"6. Nunca olvidarían los Apóstoles esta "gota de miel" que Jesús les daba en medio de su amargura. Muchos años más tarde San Pedro tiene perfectamente nítido estos momentos: ...cuando desde aquella extraordinaria gloria se le hizo llegar esta voz: Éste es mi Hijo querido, en quien me complazco. Esta voz, enviada del cielo, la oímos nosotros estando con Él en el monte santo7. El Apóstol lo recordaría hasta el final de sus días.

Siempre hace así Jesús con los suyos. En medio de los mayores padecimientos da el consuelo necesario para seguir adelante.

Este destello de la gloria divina transportó a los Apóstoles a una inmensa felicidad, que hace exclamar a San Pedro: Señor, ¡bueno es permanecer aquí! Hagamos tres tiendas... Pedro quiere alargar aquella situación. Pero, como dirá más adelante el Evangelista, no sabía lo que decía; porque lo bueno, lo que importa, no es hallarse aquí o allí, sino estar siempre con Jesús, en cualquier parte, y verle detrás de las circunstancias en que nos hallamos. Si estamos con Él, es igual que nos encontremos en medio de los mayores consuelos del mundo, o en la cama de un hospital entre dolores indecibles. Lo que importa es solo eso: verle y vivir siempre con Él. Es lo único verdaderamente bueno e importante en esta vida y en la otra. Si permanecemos con Jesús, estaremos muy cerca de los demás y seremos felices, sea cual sea nuestro lugar y la situación en que nos encontremos. Vultum tuum, Domine, requiram: Deseo verte y buscaré tu rostro, Señor, en las circunstancias ordinarias de mi jornada.

II. San Beda, comentando el pasaje del Evangelio de la Misa, dice que el Señor, "en una piadosa permisión, les permitió (a Pedro, a Santiago y a Juan) gozar durante un tiempo muy corto la contemplación de la felicidad que dura siempre, para hacerles sobrellevar con mayor fortaleza la adversidad"8. El recuerdo de aquellos momentos junto al Señor en el monte fue sin duda una gran ayuda en tantas situaciones difíciles de la vida de estos tres Apóstoles.

La existencia de los hombres es un caminar hacia el Cielo, nuestra morada9. Caminar en ocasiones áspero y dificultoso, porque con frecuencia hemos de ir contra corriente y tendremos que luchar con muchos enemigos de dentro de nosotros mismos y de fuera. Pero quiere el Señor confortarnos con la esperanza del Cielo, de modo especial en los momentos más duros o cuando la flaqueza de nuestra condición se hace más patente: "A la hora de la tentación piensa en el Amor que en el cielo te aguarda: fomenta la virtud de la esperanza, que no es falta de generosidad"10. Allí "todo es reposo, alegría y regocijo; todo serenidad y calma, todo paz, resplandor y luz. Y no luz como esta de que gozamos ahora y que, comparada con aquella, no pasa de ser como una lámpara junto al sol... Porque allí no hay noche, ni tarde, ni frío, ni calor, ni mudanza alguna en el modo de ser, sino un estado tal que solo entienden quienes son dignos de gozarlo. No hay allí vejez, ni achaques, ni nada que semeje corrupción, porque es el lugar y aposento de la gloria inmortal...

"Y por encima de todo ello, el trato y goce sempiterno de Cristo, de los ángeles..., todos perpetuamente en un sentir común, sin temor a Satanás ni a las asechanzas del demonio ni a las amenazas del infierno o de la muerte"11.

Nuestra vida en el Cielo estará definitivamente exenta de todo posible temor. No sufriremos la inquietud de perder lo que tenemos, ni desearemos tener algo distinto. Entonces verdaderamente podremos decir con San Pedro: Señor, ¡qué bien estamos aquí! El atisbo de gloria que tuvo el Apóstol lo tendremos en plenitud en la vida eterna. "Vamos a pensar lo que será el Cielo. Ni ojo vio, ni oído oyó, ni pasó a hombre por pensamiento cuáles cosas tiene Dios preparadas para los que le aman. ¿Os imagináis qué será llegar allí, y encontrarnos con Dios, y ver aquella hermosura, aquel amor que se vuelca en nuestros corazones, que sacia sin saciar? Yo me pregunto muchas veces al día: ¿qué será cuando toda la belleza, toda la bondad, toda la maravilla infinita de Dios se vuelque en este pobre vaso se barro que soy yo, que somos todos nosotros? Y entonces me explico bien aquello del Apóstol: ni ojo vio, ni oído oyó... Vale la pena, hijos míos, vale la pena"12.

El pensamiento de la gloria que nos espera debe espolearnos en nuestra lucha diaria. Nada vale tanto como ganar el Cielo. "Y con ir siempre con esta determinación de antes morir que dejar de llegar al fin del camino, si os llevare el Señor con alguna sed en esta vida, daros ha de beber con toda abundancia en la otra y sin temor de que os haya de faltar"13.

III. Una nube los envolvió enseguida14. Recuerda a aquella otra que acompañaba a la presencia de Dios en el Antiguo Testamento: La nube envolvió el tabernáculo de la reunión y la gloria de Yahvé llenaba todo el lugar15. Era la señal que garantizaba las intervenciones divinas: Yahvé dijo a Moisés: Yo vendré a ti en una nube densa, para que vea el pueblo que yo hablo contigo y tengan siempre fe en ti16. Esa nube envuelve ahora en el Tabor a Cristo y de ella surge la voz poderosa de Dios Padre: Éste es mi Hijo, el Amado, escuchadle a él.

Y Dios Padre habla a través de Jesucristo a todos los hombres de todos los tiempos. Su voz se oye en cada época, de modo singular a través de la enseñanza de la Iglesia, que "busca continuamente los caminos para acercar este misterio de su Maestro y Señor al género humano: a los pueblos, a las naciones, a las generaciones que se van sucediendo, a todo hombre en particular"17.

Al alzar sus ojos no vieron a nadie sino solo a Jesús18, y no estaban Elías y Moisés. Solo ven al Señor. Al Jesús de siempre, que en ocasiones pasa hambre, que se cansa, que se esfuerza para ser comprendido... A Jesús, sin especiales manifestaciones gloriosas. Lo normal para los Apóstoles fue ver al Señor así, lo excepcional fue verlo transfigurado.

A este Jesús debemos encontrar nosotros en nuestra vida ordinaria, en medio del trabajo, en la calle, en quienes nos rodean, en la oración, cuando perdona, en el sacramento de la Penitencia, y, sobre todo, en la Sagrada Eucaristía, donde se encuentra verdadera, real y sustancialmente presente. Pero normalmente no se nos muestra con particulares manifestaciones. Más aún, hemos de aprender a descubrir al Señor detrás de lo ordinario, de lo corriente, huyendo de la tentación de desear lo extraordinario.

Nunca debemos olvidar que aquel Jesús con el que estuvieron en el monte Tabor aquellos tres privilegiados es el mismo que está junto a nosotros cada día. "Cuando Dios os concede la gracia de sentir su presencia y desea que le habléis como al amigo más querido, exponedle vuestros sentimientos con toda libertad y confianza. Se anticipa a darse a conocer a los que le anhelan (Sab 6, 14). Sin esperar a que os acerquéis a Él, se anticipa cuando deseáis su amor, y se os presenta, concediéndoos las gracias y remedios que necesitáis. Solo espera de vosotros una palabra para demostraros que está a vuestro lado y dispuesto a escucharos y consolaros: Sus oídos están atentos a la oración (Sal 33, 16) (...).

"Los demás amigos, los del mundo, tienen horas que pasan conversando juntos y horas en que están separados; pero entre Dios y vosotros, si queréis, jamás habrá una hora de separación"19.

¿No será nuestra vida distinta en esta Cuaresma, y siempre, si actualizáramos más frecuentemente esa presencia divina en lo habitual de cada día, si procuráramos decir más jaculatorias, más actos de amor y de desagravio, más comuniones espirituales...? "Para tu examen diario: ¿he dejado pasar alguna hora, sin hablar con mi Padre Dios?... ¿He conversado con Él, con amor de hijo? —¡Puedes!"20.

1 Antífona de entrada. Sal 26, 8-9. — 2 Cfr. Mc 9, 2. — 3 Cfr. Lc 9, 28. — 4 Lc 9, 29. — 5 Cfr. Lc 9, 31. — 6 San León Magno, Sermón, 51, 3. — 7 2 Pdr 1, 17-18. — 8 San Beda, Comentario sobre San Marcos 8, 30; 1, 3. — 9 Cfr. 2 Cor, 5, 2. — 10 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 139. — 11 San Juan Crisóstomo, Epístola 1 a Teodoro, 11. — 12 San Josemaría Escrivá, en Hoja informativa n. 1, de su proceso de beatificación, p. 5. — 13 Santa Teresa, Camino de perfección, 20, 2. — 14 Cfr. Mc 9, 7. — 15 Ex 40, 34-35. — 16 Ex 19, 9. — 17 Juan Pablo II, Enc. Redemptor hominis, 7. — 18 Mt 17, 8. — 19 S. Alfonso Mª de Ligorio, Cómo conversar continua y familiarmente con Dios, Ed. Crítica, Roma 1933, 63. — 20 San Josemaría Escrivá, Surco, n. 657.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

 

San Pedro Damián, Cardenal, Obispo de Ostia, Doctor de la Iglesia (año 1072).

Damián significa: el que doma su cuerpo. Domador de sí mismo.

San Pedro Damián fue un hombre austero y rígido que Dios envió a la Iglesia Católica en un tiempo en el que la relajación de costumbres era muy grande y se necesitaban predicadores que tuvieran el valor de corregir los vicios con sus palabras y con sus buenos ejemplos. Nació en Ravena (Italia) el año 1007.

Quedó huérfano muy pequeñito y un hermano suyo lo humilló terriblemente y lo dedicó a cuidar cerdos y lo trataba como al más vil de los esclavos. Pero de pronto un sacerdote, el Padre Damián, se compadeció de él y se lo llevó a la ciudad y le costeó los estudios. En honor a su protector, en adelante nuestro santo se llamó siempre Pedro Damián.

El antiguo cuidador de cerdos resultó tener una inteligencia privilegiada y obtuvo las mejores calificaciones en los estudios y a los 25 años ya era profesor de universidad. Pero no se sentía satisfecho de vivir en un ambiente tan mundano y corrompido, y dispuso hacerse religioso.

Estaba meditando cómo entrarse a un convento, cuando recibió la visita de dos monjes benedictinos, de la comunidad fundada por el austero San Romualdo, y al oírles narrar lo seriamente que en su convento se vivía la vida religiosa, se fue con ellos. Y pronto resultó ser el más exacto cumplidor de los severísimos reglamentos de su convento.

Pedro, para lograr dominar sus pasiones sensuales, se colocó debajo de su camisa correas con espinas (cilicio, se llama esa penitencia) y se daba azotes, y se dedicó a ayunar a pan y agua. Pero sucedió que su cuerpo, que no estaba acostumbrado a tan duras penitencias, empezó a debilitarse y le llegó el insomnio, y pasaba las noches sin dormir, y le afectó una debilidad general que no le dejaba hacer nada. Entonces comprendió que las penitencias no deben ser tan exageradas, y que la mejor penitencia es tener paciencia con las penas que Dios permite que nos lleguen, y que una muy buena penitencia es dedicarse a cumplir exactamente los deberes de cada día y a estudiar y trabajar con todo empeño.

Esta experiencia personal le fue de gran utilidad después al dirigir espiritualmente a otros, pues a muchos les fue enseñando que en vez de hacer enfermar al cuerpo con penitencias exageradas, lo que hay que hacer es hacerlo trabajar fuertemente en favor del reino de Dios y de la salvación de las almas.

En sus años de monje, Pedro Damián aprovechó aquel ambiente de silencio y soledad para dedicarse a estudiar muy profundamente la Sagrada Biblia y los escritos de los santos antiguos. Esto le servirá después enormemente para redactar sus propios libros y sus cartas que se hicieron famosas por la gran sabiduría con la que fueron compuestas.

En los ratos en que no estaba rezando o estudiando, se dedicaba a labores de carpintería, y con los pequeños muebles que construía ayudaba a la economía del convento.

Al morir el superior del convento, los monjes nombraron como su abad a Pedro Damián. Este se oponía porque se creía indigno pero entre todos lo lograron convencer de que debía aceptar. Era el más humilde de todos, y pedía perdón en público por cualquier falta que cometía. Y su superiorato produjo tan buenos resultados que de su convento se formaron otros cinco conventos, y dos de sus dirigidos fueron declarados santos por el Sumo Pontífice (Santo Domingo Loricato y San Juan de Lodi. Este último escribió la vida de San Pedro Damián).

Muchísimas personas pedían la dirección espiritual de San Pedro Damián. A cuatro Sumos Pontífices les dirigió cartas muy serias recomendándoles que hicieran todo lo posible para que la relajación y las malas costumbres no se apoderaran de la Iglesia y de los sacerdotes. Criticaba fuertemente a los que son muy amigos de pasear mucho, pues decía que el que mucho pasea, muy difícilmente llega a la santidad.

A un obispo que en vez de dedicarse a enseñar catecismo y a preparar sermones pasaba las tardes jugando ajedrez, le puso como penitencia rezar tres veces todos los salmos de la Biblia (que son 150), lavarles los pies a doce pobres y regalarles a cada uno una moneda de oro. La penitencia era fuerte, pero el obispo se dio cuenta de que sí se la merecía, y la cumplió y se enmendó.

Los dos peores vicios de la Iglesia en aquellos años mil, eran la impureza y la simonía. Muchos sacerdotes eran descuidados en cumplir su celibato, o sea ese juramento solemne que han hecho de esforzarse por ser puros, y además la simonía era muy frecuente en todas partes. Y contra estos dos defectos se propuso luchar Pedro Damián.

Varios Sumos Pontífices, sabiendo la gran sabiduría y la admirable santidad del Padre Pedro Damián, le confiaron misiones delicadísimas. El Papa Esteban IX lo nombró Cardenal y Obispo de Ostia (que es el puerto de Roma). El humilde sacerdote no quería aceptar estos cargos, pero el Papa lo amenazó con graves castigos si no lo aceptaba. Y allí, con esos oficios, obró con admirable prudencia. Porque al que es obediente consigue victorias.

Resultó que el joven emperador Enrique IV quería divorciarse, y su arzobispo, por temor, se lo iba a permitir. Entonces el Papa envió a Pedro Damián a Alemania, el cual reunió a todos los obispos alemanes, y valientemente, delante de ellos le pidió al emperador que no fuera a dar ese mal ejemplo tan dañoso a todos sus súbditos, y Enrique desistió de su idea de divorciarse.

Sus sermones eran escuchados con mucha emoción y sabiduría, y sus libros eran leídos con gran provecho espiritual. Así, por ejemplo, uno que se llama "Libro Gomorriano", en contra de las costumbres de su tiempo. (Gomorriano, en recuerdo de Gomorra, una de las cinco ciudades que Dios destruyó con una lluvia de fuego porque allí se cometían muchos pecados de impureza). A los Pontífices y a muchos personajes les dirigió frecuentes cartas pidiéndoles que trataran de acabar con la Simonía, o sea con aquel vicio que consiste en llegar a los altos puestos de la Iglesia comprando el cargo con dinero (y no mereciéndolo con el buen comportamiento). Este vicio tomó el nombre de Simón el Mago, un tipo que le propuso a San Pedro apóstol que le vendiera el poder de hacer milagros. En aquel siglo del año mil era muy frecuente que un hombre nada santo llegara a ser sacerdote y hasta obispo, porque compraba su nombramiento dando mucho dinero a los que lo elegían para ese cargo. Y esto traía terribles males a la Iglesia Católica porque llegaban a altos puestos unos hombres totalmente indignos que no iban a hacer nada bien sino mucho mal. Afortunadamente, el Papa que fue nombrado al año siguiente de la muerte de San Pedro Damián, y que era su gran amigo, el Papa Gregorio VII, se propuso luchar fuertemente contra ese vicio y tratar de acabarlo.

La gente decía: el Padre Damián es fuerte en el hablar, pero es santo en el obrar, y eso hace que le hagamos caso con gusto a sus llamadas de atención.

Lo que más le agradaba era retirarse a la soledad a rezar y a meditar. Y sentía una santa envidia por los religiosos que tienen todo su tiempo para dedicarse a la oración y a la meditación. Otra labor que le agradaba muchísimo era el ayudar a los pobres. Todo el dinero que le llegaba lo repartía entre la gente más necesitada. Era mortificadísimo en comer y dormir, pero sumamente generosos en repartir limosnas y ayudas a cuantos más podía.

El Sumo Pontífice lo envió a Ravena a tratar de lograr que esa ciudad hiciera las paces con el Papa. Lo consiguió, y al volver de su importante misión, al llegar al convento sintió una gran fiebre y murió santamente. Era el 21 de febrero del año 1072. Inmediatamente la gente empezó a considerarlo como un gran santo y a conseguir favores de Dios por su intercesión.

El Papa lo canonizó y lo declaró Doctor de la Iglesia por los elocuentes sermones que compuso y por los libros tan sabios que escribió.

San Pedro Damián: consíguenos de Dios la gracia de que nuestros sacerdotes y obispos sean verdaderamente santos y sepan cumplir fielmente su celibato.

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Fuente: Oremosjuntos.com
Noël (Natal) Pinot, Beato Mártir, Febrero 21  

Noël (Natal) Pinot, Beato

Presbítero y Mártir

Martirologio Romamo: En Anjou, en Francia, beato Natal Pinot, presbítero y mártir, el cual, durante la Revolución Francesa, siendo párroco, mientras se preparaba para celebrar misa fue detenido y, revestido con los ornamentos litúrgicos a modo de burla, llevado al patíbulo como al altar del sacrificio (1794).

El último de 16 hijos, que había nacido en el hogar de piadosos padre en Angers (Francia Occidental) el 19 de diciembre de 1747, en vísperas de la Navidad, recibió en el bautismo un nombre que debiera recordar la Navidad: "Noël" (En latín sería "Natalis" y en italiano "Natale").

Este niño trajo no sólo alegría navideña a su numerosa familia, sino también a la Iglesia el honor de un nuevo mártir de la Santísima Eucaristía.

Con los oratorianos en Angers recibió el muchacho una buena educación; en diciembre de 1770 la ordenación sacerdotal hizo de él un devoto y bondadoso sacerdote diocesano que desarrolló en su lugar una preciosa labor.

Los primeros 10 años trabajó como capellán en Bousse (Sarthe) y en Corze. En junio de 1781 regresó a la ciudad obispal de Angers para terminar sus estudios de teología, que culminarían con un grado académico. Durante este lapso, Noel era capellán en el Hospital de los incurables en Angers. El 6 de febrero de 1788 recibió el título de "Magister Artium".

Poco después fue nombrado párroco de Saint - Aubin en Lauroux - Béconnais, una parroquia relativamente grande, que contaba con 3,000 almas. Aquí obro como buen pastor, pero solamente durante dos años, pues él entró pronto en la tormenta de la Revolución Francesa que apenas estalló. El 12 de julio de 1791 se acordó en París la Constitución civil. El padre Pinot se negó, con otros valientes sacerdotes, a prestar juramento a esta constitución anticlerical. En su sermón del 27 de febrero de 1791 la criticó fuertemente y de inmediato fue denunciado a las autoridades. El 5 de marzo se le tomó preso y llevado a Angers, donde siete días después recibió la prohibición de ejercer su profesión de sacerdote.

Bajo estas circunstancias no le quedaba otra posibilidad que esconderse. Primero en el Hospital de los incurables en Angers. Después de buscarle allá, llevó durante dos años la vida de un sacerdote perseguido, libre como pájaro y huyendo de un lugar a otro. Aunque siempre preparado para huir, seguía ofreciendo clandestinamente la Santa Misa y administrando los sacramentos.

Cuando los católicos de la Vendée se levantaron durante corto tiempo con éxito contra el régimen del terror, pudo el padre Pinot regresar a su parroquia; pero sólo por corto tiempo pudo gozar de su libertad, puesto que el levantamiento de los católicos fue derribado desde París. El padre tuvo que esconderse nuevamente, y no sólo esto: se ofreció una suma de dinero a quién lo entregara - vivo o muerto - a los tiranos de la revolución.

En la noche del 9 de febrero de 1794 el padre Pinot se preparaba en una lejana hacienda nombrada Milanderie para celebrar la Santa Misa. Ya estaban hechos todos los preparativos y el padre se iba a poner el alba cuando irrumpió la guardia y se dispuso a hacer una revisión exhaustiva del lugar. El padre Pinot se escondió lo más rápido posible en una caja, puesta todavía su alba; allí fue descubierto y llevado preso.

Su vocación sacerdotal, junto con el hecho de haber celebrado la Santa Misa, era suficiente para dictar sobre el padre Pinot la pena de muerte y ejecutarlo el mismo día.

El candidato a muerte fue irónicamente preguntado si quería morir con el alba puesta, proposición que aceptó con entusiasmo porque así pudo vivir todavía la más bella satisfacción: hasta el último momento ser sacerdote.

El suplicio sería como la celebración de su última Misa, su ofrenda final.

Así subió el padre Pinot al patíbulo, vestido con alba y casulla. Momentos antes de su decapitación tuvo que quitarse la casulla, pero los fieles le pusieron más tarde el ornamento después de la consumación del sacrificio.

El 21 de octubre de 1926, el Papa Pío XI beatificó a este valiente sacerdote diciendo: "Noel Pinot atestiguó, llevando hasta el momento de su ejecución la casulla, demostrando que la tarea primordial, más importante y más sagrada del sacerdote es la celebración de la Santa Eucaristía según el encargo del Señor: "Haced esto en memoria mía"".

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Fuente: Oremosjuntos.com
Eleonora o Leonor de Inglaterra Reina y religiosa, Febrero 21  

Eleonora o Leonor de Inglaterra

Etimológicamente: Leonor = Eleonor = Eleonor = Aquella que es audaz, es de origen gálico.

Nacida en el año 1222, muerta en Amesbury, el veinticinco de junio del año mil doscientos noventa y uno.

Esta joven vino al mundo en Francia. Sus padres eran Berengario IV, conde de Provenza y de Beatriz de Saboya.

La madre era una ferviente cristiana y muy dada a las letras.

En 1236 contrajo matrimonio en Canterbury con el rey Enrique III de Inglaterra. Con ella se marcharon muchos familiares y conocidos en busca de una mayor fortuna.

Muchos llegaron a ocupar puestos importantes en la administración pública. Sin embargo, el favoritismo de Eleonora suscitó en seguida las envidias y una impopularidad grande contra la reina.

La cosa se hizo tan tensa que tuvieron que encerrarla en la torre de Londres. La mala suerte no sólo caía sobre sus espaldas, sino que su marido fue hecho prisionero durante la de Lewes. El soplo de Dios atravesó su alma.

Por eso se fue a una abadía benedictina y se hizo religiosa en el 1276.

Su santidad creció a pasos agigantados. Su fama de santidad es enorme, aunque nunca haya sido canonizada oficialmente. Todo el mundo, sin embargo, le tributa el culto que merece.
Murió santamente en 1291.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Eustaquio (Eustacio) de Antioquía, Santo Obispo, Febrero 21  

Eustaquio (Eustacio) de Antioquía, Santo

Obispo

Martirologio Romano: Conmemoración de san Eustacio, obispo de Antioquía, el cual, célebre por su doctrina, fue desterrado a Trajanópolis, en Tracia, en tiempo del emperador arriano Constancio, a causa de su fe católica, y allí descansó en el Señor (c. 338).

San Eustaquio nació en Side, en Panfilia. Según afirma San Atanasio, confeso ante los perseguidores la fe de Cristo.

Era un hombre sabio, elocuente y virtuoso. Elegido obispo de Beroea, en Siria, atrajo sobre sí las miradas de la Iglesia. Más tarde, fue trasladado a la sede de Antioquía, que sólo cedía en dignidad a las de Roma y Alejandría y era la tercera del mundo. Poco después de ocuparla, asistió al Concilio de Nicea, donde fue acogido con grandes honores y se distinguió por su oposición al arrianismo.

En medio de sus trabajos por los otros, no olvidó que la verdadera caridad empieza por sí mismo y trabajó ante todo por su propia santificación.

Pero no por cuidar de su jardín guardaba para él toda el agua de la gracia, sino que la dejaba correr también por los huertos de sus prójimos a fin de que llevase la fecundidad por doquier.

En las diócesis que estaba encargado de gobernar, distribuyó hombres capaces de instruir y sostener a los fieles.

El santo se alarmó al enterarse de que Eusebio, el obispo de Cesárea, favorecía la nueva herejía (se trataba del Eusebio conocido como "el padre de la historia eclesiástica").

La desconfianza que mostró San Eustaquio por la doctrina de ése y otros obispos, así como su acusación en el sentido de que habían alterado el Credo de Nicea, provocaron contra él las iras de los arríanos, quienes consiguieron deponerlo hacia el año 330.

Antes de salir de Antioquía el pastor congregó a su grey y la exhortó a mantenerse fiel a la verdadera doctrina. La exhortación fue tan eficaz que se formó un grupo de "eustacianos" para preservar la pureza de la fe y negar el reconocimiento a todos los obispos que enviasen los arríanos. Desgraciadamente, esta lealtad degeneró más tarde en sectarismo contra los prelados ortodoxos.

San Eustaquio fue desterrado con algunos sacerdotes y diáconos a Trajanópolis de Tracia. No sabemos con exactitud el sitio ni la fecha de su muerte. La mayoría de sus copiosos escritos se perdió.

Entre las obras suyas que se conservan, la principal es una disquisición contra Orígenes, en la que critica los poderes de la pitonisa de Endor (1 Re. 28:7-23). Sozomeno recomienda las obras de San Eustaquio por su estilo y contenido. Pero nada muestra mejor la virtud del santo que la paciencia con que sobrellevó las acusaciones calumniosas que se le hicieron en cosas de importancia y, después, la deposición y el destierro.

San Eustaquio fue más grande en la desgracia de lo que había sido cuando sus virtudes brillaban pacíficamente en el gobierno de su sede.

Su nombre aparece en el canon de las misas siria y maronita.

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Fuente: Santopedia.com
María Enriqueta (Ana Catalina) Dominici, Beata Religiosa, Febrero 21  

María Enriqueta (Ana Catalina) Dominici, Beata

Religiosa

Martirologio Romano: En Turín, del Piamonte, beata María Enriqueta (Ana Catalina) Dominici, de las hermanas de Santa Ana y de la Providencia, que gobernó sabiamente y engrandeció su Instituto durante treinta años hasta su muerte (1894).

La Beata María Enriqueta Dominici nació el día diez de octubre de 1829 en Borgo Salsasio, Camagnola (Turín, Italia) ingreso a la Congregación de Religiosas Hermanas de Santa Ana, ya hechos sus votos perpetuos, murió en olor de santidad el día 21 de febrero del año de 1838 en la ciudad de Turín, en Italia.

Su proceso de beatificación fue iniciado el día 4 de abril de 1943, la Congregación para las Causas de los Santos, su Santidad el Papa Pablo VI aprobó la heroicidad de sus virtudes y la declaró digna de veneración -"Venerable"- el día 1 de febrero del año de 1975, finalmente, aprobó el milagro atribuido por su intercesión y la declaró beata el 7 de mayo de 1978.

Si se obtiene un favor o gracia especial atribuida por la intercesión de la Beata Hermana María Enriqueta Dominici, por favor hacer comunicar a su Causa de beatificación: Suore di Sant´Anna, Via degli Aldobrandeschi, 100, 00163 Roma, Italia.

Para tomar en cuenta: El fundador de la Congregación de las Religiosas Hermanas de Santa Ana fue Carlos Tancredo Falleti de Barolo, esposo de Julia Victorina Colbert Falleti de Barolo, ambos fundadores de la Congregación de las Hermanas Religiosas de Santa Ana.

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Roberto Southwell, Santo Mártir Jesuita, Febrero 21  

Roberto Southwell, Santo

Presbítero y Mártir

Martirologio Romano: También en Londres, san Roberto Southwell, presbítero de la Compañía de Jesús y mártir, que durante varios años ejerció su ministerio en la ciudad y sus alrededores y compuso escritos espirituales. Detenido por ser sacerdote, por orden de la misma reina fue duramente torturado, terminando su martirio al ser colgado en Tyburn (1595).

Fue el menor de ocho hijos. Educado en Douai.Viajó a París donde estuvo bajo la tutela del jesuita Thomas Darbyshire. En 1580 se unió a la Compañía de Jesús después de dos años de estudios en el Noviciado de Tournee.Se trasladó a Roma, donde pese a su juventud fue Prefecto de estudios en el Colegio Inglés de Roma de los jesuitas.2 Se ordenó de sacerdote en 1584. Fue enviado a Inglaterra en 1586 como misionero junto a Henry Garnett pese a estar en vigencia el decreto de la Reina Isabel que prohibía a a los sacerdotes católicos permanecer más de 40 días en Inglaterra bajo pena de muerte. Hizo trabajo misionero clandestino, fue capellán de la Condesa de Arundel. Fue delatado en 1595 y acusado de traición, fue ejecutado el 20 de febrero de 1595 en Tyburn.

Su obra literaria está publicada. En 1872 se publicó la colección completa de "Poemas" por Reprint Services Corp y en 1970 en la colección "The Fuller Worthies Library" por AMS Press.

Beatificado en 1929 y canonizado por Pablo VI el 25 de octubre de 1970 junto con los
Cuarenta Mártires de Inglaterra y Gales.

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Fuente: Martirologio Romano
Otros Santos y Beatos Completando santoral de este día, Febrero 21  

Otros Santos y Beatos

San Germán, abad
En el monasterio de Granfeld, en la región de los helvecios, san Germán, abad, que al tratar de defender con pacíficas palabras a los vecinos del monasterio del asalto de un grupo de salteadores, fue desnudado y atravesado con lanzas, junto con el monje Randoaldo (c. 667).

Beato Tomás Portmort, presbítero y mártir
En Londres, en Inglaterra, beato Tomás Portmort, presbítero y mártir, que en tiempo de la reina Isabel I fue encarcelado por ser sacerdote y después colgado cerca de la catedral de San Pablo, consumando así su martirio (1592).

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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