jueves, 15 de mayo de 2014

Jueves del Santísimo Sacramento. 15/05/2014. San Isidro Labrador ¡ruega por nosotros!

JMJ

Pax

+ Lectura del santo Evangelio según san Juan 15, 1-7

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto, lo arranca; y a todo el que da fruto, lo poda, para que dé más fruto. Ustedes ya están limpios por las palabras que les he hablado; permanezcan en mí y yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí si no permanece en la vid, así tampoco ustedes si no permanecerán en mi.
Yo soy la vid; vosotros, los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no pueden hacer nada. Al que no Permanece en mí, lo tiran fuera, como al sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pedirán lo que desean, y se realizará".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354

Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

Misal

 

Dia 15/05 San Isidro (labrador, blanco)

Antífona de Entrada

El agricultor aguarda paciente el fruto valioso de la tierra, mientras recibe la lluvia temprana y tardía.

 

Oración Colecta

Oremos:
Señor, Dios nuestro, que en la humildad y sencillez de san Isidro labrador nos dejaste un ejemplo de vida escondida en ti, con Cristo; concédenos que el trabajo de cada día humanice nuestro mundo y sea al mismo tiempo plegaria de alabanza a tu nombre.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

El labrador aguarda paciente el fruto valioso de la tierra

Lectura de la carta del apóstol Santiago 5. 7-8.11.16-17

Hermanos: Tengan paciencia "hasta la venida del Señor. El labrador aguarda paciente el fruto valioso de la tierra, mientras recibe la lluvia temprana y tardía. Tengan paciencia también ustedes manténganse firmes, porque la venida del Señor está cerca. Consideramos dichosos a los que sufren con paciencia. Han oído ponderar la paciencia de Job y conocer el fin que le otorgó el, Señor, porque el Señor es compasivo y misericordioso.
Así, pues, confiesen los pecados unos a otros, y recen unos por otros para que los curen. Mucho puede hacer la oración del justo. Elías, que era un hombre de la misma condición que nosotros, oró fervorosamente para que no lloviese; y no llovió sobre la tierra durante tres años y seis meses.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 1

Dichoso quien ama la ley de Dios.

Dichoso aquel que no se guía por mundanos criterios, que no anda en malos pasos ni se burla del bueno; que ama la ley de Dios y se goza en cumplir sus mandamientos.
Dichoso quien ama la ley de Dios.

Es como un árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo y nunca se marchita. En todo tendrá éxito.
Dichoso quien ama la ley de Dios.

En cambio los malvados serán como la paja barrida por el viento. Porque el Señor protege el camino del justo y al malo sus caminos acaban por perderlo.
Dichoso quien ama la ley de Dios.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
El que me ama cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y haremos en él nuestra morada, dice el Señor.
Aleluya.

Evangelio

Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el labrador

+ Lectura del santo Evangelio según san Juan 15, 1-7

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto, lo arranca; y a todo el que da fruto, lo poda, para que dé más fruto. Ustedes ya están limpios por las palabras que les he hablado; permanezcan en mí y yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí si no permanece en la vid, así tampoco ustedes si no permanecerán en mi.
Yo soy la vid; vosotros, los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no pueden hacer nada. Al que no Permanece en mí, lo tiran fuera, como al sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pedirán lo que desean, y se realizará".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta y santifica, Señor, estos dones de pan y vino, fruto de la tierra que cultivó san Isidro labrador, regándola con el sudor de su frente.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

La gloria de los santos

En verdad es justo darte gracias y deber nuestro glorificarte, Padre santo. Porque tu gloria resplandece en cada uno de los Santos, ya que, al coronar sus méritos, coronas tus propios dones. Con su vida, nos proporcionas ejemplo; ayuda, con su intercesión, y por la comunión con ellos, nos haces participar de sus bienes, para que, alentados por testigos tan insignes, lleguemos victoriosos al fin de la carrera y alcancemos con ellos la corona inmortal de la gloria. Por Cristo, Señor nuestro.
Por eso,
con los ángeles y arcángeles, y con la multitud de San Isidro, te cantamos un himno de alabanza, diciendo sin cesar:

Antífona de la Comunión

Oró y el cielo derramó lluvia y la tierra produjo sus frutos.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Te pedimos, Señor, que el alimento santo que hemos recibido sea en nosotros siembra prometedora de cosecha abundante de caridad; para que, a imitación de san Isidro, cuya memoria hemos celebrado, sepamos compartir nuestro pan de cada día con nuestros hermanos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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jue 4a. Sem Pascua

 

Antífona de Entrada

Dios nuestro todopoderoso, cuando salías al frente de tu pueblo, y acampabas con ellos y llevabas sus cargas, la tierra tembló, el cielo se fundió. Aleluya.

 

Oración Colecta

Oremos:

Señor nuestro, que nos has dado la libertad y la salvación por medio de la Sangre de tu Hijo; concédenos vivir siempre para ti y en ti encontrar la felicidad eterna.

Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

 

Primera Lectura

Del linaje de David Dios hizo nacer un Salvador

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 13, 13-25

En aquellos días, Pablo y los suyos se embarcaron en Pafos y Ilegaron a Perge de Panfilia. Pero Juan los dejó y regresó a Jerusalén. Ellos, pasando más allá de Perge, llegaron a Antioquía de Pisidia. Allí entraron en la sinagoga el sábado y se sentaron. Acabada la lectura de la ley y de los profetas, los jefes de la sinagoga mandaron a decirles:

"Hermanos, si tienen algo que decir a la asamblea, hablen".

Pablo entonces se levantó, impuso silencio con la mano y dijo:

"Israelitas y los que honran a Dios, escuchen: El Dios de este pueblo, Israel, eligió a nuestros antepasados y engrandeció al pueblo durante su permanencia en Egipto; después los sacó de allí con gran poder, y por espacio de cuarenta años los cuidó en el desierto. Después de destruir siete naciones en el país de Canaán, les dio su tierra en herencia. Esto duró unos cuatrocientos cincuenta años. Después les dio jueces hasta

los tiempos del profeta Samuel.

Pidieron luego un rey, y Dios les dio a Saúl, hijo de Quis, de la tribu de Benjamín, durante cuarenta años. Al destituir a Saúl de su cargo, nombró rey a David, de quien hizo esta alabanza: He encontrado a David, hijo de Jesé, un hombre según mi corazón, el cual hará siempre mi voluntad.

De su descendencia, Dios, según su promesa, sacó para Israel un Salvador, Jesús. Antes de su venida, Juan había predicado a todo el pueblo de Israel un bautismo de penitencia. El mismo Juan, a punto ya de terminar su ministerio, decía:

"Yo no soy el que ustedes creen. Detrás de mí viene uno a quien no soy digno de desatar las sandalias"".

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

 

Salmo Responsorial

Sal 88, 2-3.21-22.25 y 27

Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.

Cantaré eternamente el amor del Señor, anunciaré por siempre tu fidelidad, proclamaré: "Tu amor está consolidado para siempre, tu fidelidad está firme en los cielos".

Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.

He hallado a mi siervo David, y lo he ungido con mi óleo santo; mi mano está siempre con él, mi brazo lo fortalecerá.

Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.

Mi fidelidad y mi amor estarán con él, en mi nombre triunfará. El me dirá: "Tú eres mi padre, mi Dios, la roca que me salva".

Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.

Señor Jesús, testigo fiel,primogénito de entre los muertos, tu amor por nosotros es tan grande que has lavado nuestras culpas con tu sangre.

 

Aleluya.

Evangelio

El que recibe al que yo envío, me recibe a mí

 

+ Lectura del santo Evangelio según san Juan

13, 16-20

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, después de lavar los pies a sus discípulos, Jesús les dijo:

"Yo les aseguro que un siervo no puede ser mayor que su señor, ni un enviado puede ser superior a quien

lo envió. Sabiendo esto, serán dichosos si lo ponen en práctica. No estoy hablando de todos ustedes: yo sé muy bien a quiénes elegí. Pero hay un texto de la Escritura que debe cumplirse: El que come mi pan, se ha puesto en contra mía. Les digo estas cosas ahora, antes de que sucedan, para que cuando sucedan crean que yo soy.

Les aseguro que todo el que reciba a quien yo envíe, me recibe a mí mismo y, al recibirme a mí, recibe al que me envió".

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Que nuestra oración, Señor, y nuestras ofrendas sean gratas en tu presencia, para que así, purificados por tu gracia, podamos participar más dignamente en los sacramentos de tu amor.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

 

Prefacio

Cristo vive por siempre e intercede por nosotros

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor; pero más que nunca en este tiempo en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.

Porque él no cesa de ofrecerse por nosotros, de interceder por todos ante ti; inmolado, ya no vuelve a morir; sacrificado, vive para siempre.

Por eso,

con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría, y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:

 

Antífona de la Comunión

Sepan que yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo. Aleluya.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:

Dios todopoderoso y eterno, que en la resurrección de Jesucristo nos has hecho renacer a la vida eterna; haz que los sacramentos pascuales den en nosotros fruto abundante, y que el alimento de salvación que

acabamos de recibir fortalezca nuestras vidas.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén

 

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Meditación diaria

Pascua. 4ª semana. Jueves

APRENDER A DISCULPAR

— Las personas pueden cambiar. No hacer juicios inamovibles sobre las personas, basados en su actuación externa.

— Disculpar y olvidar. Recomponer lazos rotos de amistad.

— A pesar de nuestros titubeos y flaquezas, podemos ser buenos instrumentos del Señor si somos humildes.

I. La Primera lectura de la Misa nos narra un incidente entre los colaboradores que acompañan a San Pablo en la evangelización.

Pablo y sus compañeros navegaron desde Pafos hasta llegar a Perge de Panfilia; pero Juan se separó de ellos y volvió a Jerusalén1. Los demás siguieron su viaje apostólico y llegaron hasta Antioquía de Pisidia. Juan, también llamado Marcos, era primo de Bernabé, el apóstol inseparable de Pablo, y una de las columnas en las que se apoyaba la extensión de la fe entre los gentiles. Marcos, desde muy joven, había vivido la intensa actividad de los primeros cristianos de Jerusalén en torno a la Virgen y a los Apóstoles, a los que había conocido en su intimidad: la madre de Marcos fue de las primeras que ayudaron a Jesús y a los Doce. Parece razonable que Bernabé se fijase en su primo Juan Marcos, para iniciarle en las tareas de propagación del Evangelio en su compañía y bajo su dirección y la de San Pablo2.

A Marcos le falló el ánimo y se volvió a su casa, abandonando a sus compañeros. No se sintió con fuerzas y se volvió atrás. Este hecho debió de pesar bastante en los demás que siguieron adelante. Pero al preparar el segundo gran viaje apostólico para visitar a los hermanos que habían recibido la fe, Bernabé quería llevar consigo también a Juan, llamado Marcos; Pablo, en cambio, consideraba que no debía llevar al que se había apartado de ellos en Panfilia y no les había acompañado en la tarea3.

San Pablo no estaba dispuesto a llevar consigo al que ya les había fallado una vez. Entonces, se produjo una discrepancia tal entre ambos que se separaron uno del otro. Bernabé tomó consigo a Marcos y embarcó para Chipre, mientras Pablo eligió a Silas y partió encomendado por los hermanos a la gracia del Señor4. La discusión y la disparidad de criterios debió de ser grande para llegar a causar esa separación. "Pablo más severo y Bernabé más benigno –comenta San Jerónimo–, cada uno mantiene su punto de vista. Y, sin embargo, la discusión manifiesta un tanto la fragilidad humana"5.

A pesar de todo, San Pablo, un hombre de corazón inmenso, sacrificado hasta el extremo por sus hermanos y ferviente apóstol, no mantiene un juicio inamovible sobre Marcos. Por el contrario, años más tarde encontramos a este como colaborador íntimo del Apóstol6, al que sirve de profundo consuelo7: Os saluda Aristarco, mi compañero de prisión, y Marcos -primo de Bernabé-, acerca del cual ya recibisteis instrucciones: acogedle si va a veros, y Jesús, el llamado Justo (...), que me sirven de consuelo8. Más tarde San Pablo pide a Timoteo que vaya con Marcos, pues este le es muy útil para el ministerio9. En pocos años, Marcos ha pasado a ser un amigo y un colaborador eficaz, que sirve de apoyo al Apóstol en momentos difíciles. Quizá un día Pablo pensó que Marcos no servía; ahora le quiere cerca. Las personas pueden cambiar, y, cuando tenemos que juzgar su actuación externa -las intenciones solo Dios las conoce-, nunca debemos hacer juicios fijos e inamovibles sobre ellas. El Señor nos quiere como somos, también con nuestros defectos cuando luchamos por superarlos, y, para cambiarnos, cuenta con la gracia y con el tiempo. Ante los defectos de quienes nos rodean -a veces evidentes, innegables- no debe faltar nunca la caridad que mueve a la comprensión y a la ayuda. "¿No podríamos desde ahora mirar ya a los demás de manera que sus defectos no nos descorazonasen? Llegará un momento en que las heridas serán olvidadas (...). A lo mejor muchas cosas que nos han entristecido en este día o en estos últimos tiempos van a ser olvidadas. Tenemos defectos, ¡pero podemos querernos! Porque somos hermanos, porque Cristo nos quiere de verdad... como somos"10. Esta es la razón fundamental: Cristo no quiere nuestros defectos, pero nos quiere a nosotros, aunque tenemos muchos. Que no nos distancien los defectos de aquellos con quienes convivimos, con quienes cada día nos encontramos en la oficina, en la Universidad..., en cualquier lugar de trabajo.

II. San Pablo nos da ejemplo de saber olvidar, de saber recomponer lazos rotos, de capacidad de amistad. Por su parte, San Marcos es para nosotros un magnífico ejemplo de humildad y de esperanza. Aquel suceso que motivó la separación de Pablo y de Bernabé, en el que él fue la causa de la discusión, le debió de causar al Evangelista una honda impresión y un gran dolor. Tuvo que sentir en lo más hondo de su alma el verse rechazado por Pablo, con su gran prestigio bien ganado de evangelizador incansable, de sabiduría, de santidad. Sin embargo, él también supo olvidar, y cuando se le necesita allí está él, sirviendo de consuelo a Pablo y siéndole muy útil para el ministerio.

San Marcos supo olvidar y disculpar porque tenía un alma grande, por eso fue luego un extraordinario instrumento de la gracia. "¡Qué alma más estrecha la de los que guardan celosamente su "lista de agravios"!... Con esos desgraciados es imposible convivir.

"La verdadera caridad, así como no lleva cuenta de los "constantes y necesarios" servicios que presta, tampoco anota, "omnia suffert" –soporta todo–, los desplantes que padece"11.

Si no somos humildes tenderemos a fabricar nuestra lista de pequeños agravios que, aunque sean pequeños, nos robarán la paz con Dios, perderemos muchas energías y nos incapacitaremos para los grandes proyectos que cada día tiene el Señor preparados para quienes permanecen unidos a Él. La persona humilde tiene el corazón puesto en Dios, y así se llena de gozo y se hace de alguna manera menos vulnerable; no le importa tanto lo que habrán dicho, o lo que habrán querido decir; olvida enseguida y no le da demasiadas vueltas a las humillaciones que experimenta todo hombre y toda mujer de una forma u otra en los sucesos de la vida corriente.

Esa sencillez, esa humildad, el no enredarse en "puntos de honra" que levanta la soberbia, el dejar a un lado los posibles agravios dan a la persona una gran capacidad para recomenzar de nuevo después de una cobardía o de una derrota. A San Marcos, después de la cobardía o el cansancio en el primer viaje, le vemos enseguida de nuevo en la tarea con Bernabé, dispuesto a ser fiel sin condiciones.

El que es humilde se siente con facilidad hermano de los demás; por eso busca cada día la comunicación con quienes se relaciona, y recompone la amistad si por cualquier motivo se hubiese roto o enfriado, y está dispuesto siempre a prestar una ayuda fraterna y también a ser ayudado. Así se construyen cada día las relaciones necesarias de toda convivencia. "Los que están cercanos se sostienen recíprocamente, y gracias a ellos surge el edificio de la caridad (...). Si yo, pues, no hago el esfuerzo de soportar tu carácter, y si tú no te preocupas de soportarme con el mío, ¿cómo podrá levantarse entre nosotros el edificio de la caridad si el amor mutuo no nos une en la paciencia? En un edificio, ya lo hemos dicho, cada piedra sostiene y es sostenida"12.

III. Además de sus tareas apostólicas en la extensión y consolidación de las nuevas conversiones, San Marcos fue colaborador muy cercano de San Pedro, de San Pablo y de Bernabé; y, según la tradición más firme, intérprete de San Pedro en Roma, probablemente traduciendo al griego y al latín la predicación y las enseñanzas orales del Príncipe de los Apóstoles. Y, sobre todo, fue un instrumento muy dócil al Espíritu Santo, dejándonos la joya impagable del segundo de los Evangelios.

Para nosotros es un gran motivo de consuelo y de esperanza contemplar la figura de este Evangelista: desde sus pasos primerizos hasta llegar a ser un instrumento valiosísimo en la primitiva Iglesia, y para siempre. A pesar de nuestras flaquezas, de las posibles faltas y titubeos de nuestros años pasados, podemos confiar como él en poder prestar con abnegación un servicio útil a la Iglesia, con el auxilio de la gracia. A pesar de todo, podemos también nosotros llegar a ser instrumentos eficaces.

¡Cómo ayudaría a San Pablo, ya anciano, preso en Roma! ¡Cuánta solicitud! Ambos habían hecho vida suya lo que el Apóstol de las gentes había escrito a los cristianos de Corinto: ... La caridad es paciente, la caridad es benigna...13. La caridad lo supera todo.

La caridad puede más que los defectos de las personas, que la diversidad de caracteres, que todo aquello que se pueda interponer en el trato con los demás. La caridad vence todas las resistencias. ¡Qué distinto hubiera sido todo si San Pablo se hubiera quedado con el prejuicio de que con Marcos no se podía hacer nada porque en una ocasión tuvo miedo o cansancio, o unos momentos de desánimo... y se volvió a su casa a Jerusalén! ¡Qué distinto también si Marcos se hubiera quedado con el corazón herido, guardando agravios, porque el Apóstol no quiso que le acompañase en el segundo viaje!

Pidámosle hoy nosotros a la Virgen, Nuestra Madre, que nunca guardemos pequeñas o grandes ofensas, que causarían un enorme daño en nuestro corazón, en nuestro amor al Señor y en la caridad con el prójimo. Aprendamos de San Marcos a recomenzar, una o mil veces, si por cualquier motivo tenemos un mal momento de desfallecimiento o de cobardía.

1 Hech 13, 13. — 2 Cfr. Santos Evangelios, EUNSA, Pamplona 1983, Introd. al Evangelio según San Marcos. — 3 Hech 15, 37-38. — 4 Hech 15, 39-40. — 5 San Jerónimo, Diálogo contra los pelagianos, II, 17. — 6 Cfr. Fil 24. — 7 Cfr. Col 4, 10 ss. — 8 Cfr. Col 4, 10-11. — 9 Cfr. 2 Tim 4, 11. — 10 A. Mª Gª Dorronsoro, Dios y la gente, Rialp, 2ª ed., Madrid 1974, p. 150. — 11 San Josemaría Escrivá, Surco, n. 738. — 12 San Gregorio Magno, Homilías sobre el profeta Ezequiel. — 13 Cfr. 1 Cor 13, 1 ss.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

San Isidro labrador
(Año 1130)

 San Isidro bendito: ruega por nuestros campos y por nuestros agricultores.

Es el patrono de los agricultores del mundo. Le pusieron ese nombre en honor de San Isidoro, un santo muy apreciado en España.
Sus padres eran unos campesinos sumamente pobres que ni siquiera pudieron enviar a su hijo a la escuela. Pero en casa le enseñaron a tener temor a ofender a Dios y gran amor de caridad hacia el prójimo y un enorme aprecio por la oración y por la Santa Misa y la Comunión.
Huérfano y solo en el mundo cuando llegó a la edad de diez años Isidro se empleó como peón de campo, ayudando en la agricultura a Don Juan de Vargas un dueño de una finca, cerca de Madrid. Allí pasó muchos años de su existencia labrando las tierras, cultivando y cosechando.
Se casó con una sencilla campesina que también llegó a ser santa y ahora se llama Santa María de la Cabeza (no porque ese fuera su apellido, sino porque su cabeza es sacada en procesión en rogativas, cuando pasan muchos meses sin llover).
Isidro se levantaba muy de madrugada y nunca empezaba su día de trabajo sin haber asistido antes a la Santa Misa. Varios de sus compañeros muy envidiosos lo acusaron ante el patrón por "ausentismo" y abandono del trabajo. El señor Vargas se fue a observar el campo y notó que sí era cierto que Isidro llegaba una hora más tarde que los otros (en aquel tiempo se trabajaba de seis de la mañana a seis de la tarde) pero que mientras Isidro oía misa, un personaje invisible (quizá un ángel) le guaba sus bueyes y estos araban juiciosamente como si el propio campesino los estuviera dirigiendo.
Los mahometanos se apoderaron de Madrid y de sus alrededores y los buenos católicos tuvieron que salir huyendo. Isidro fue uno de los inmigrantes y sufrió por un buen tiempo lo que es irse a vivir donde nadie lo conoce a uno y donde es muy difícil conseguir empleo y confianza de las gentes. Pero sabía aquello que Dios ha prometido varias veces en la Biblia: "Yo nunca te abandonaré", y confió en Dios y fue ayudado por Dios.
Lo que ganaba como jornalero, Isidro lo distribuía en tres partes: una para el templo, otra para los pobres y otra para su familia (él, su esposa y su hijito). Y hasta para las avecillas tenía sus apartados. En pleno invierno cuando el suelo se cubría de nieve, Isidro esparcía granos de trigo por el camino para que las avecillas tuvieran con que alimentarse. Un día lo invitaron a un gran almuerzo. El se llevó a varios mendigos a que almorzaran también. El invitador le dijo disgustado que solamente le podía dar almuerzo a él y no para los otros. Isidro repartió su almuerzo entre los mendigos y alcanzó para todos y sobró.
Los domingos los distribuía así: un buen rato en el templo rezando, asistiendo a misa y escuchando la Palabra de Dios. Otro buen rato visitando pobres y enfermos y por la tarde saliendo a pasear por los campos con su esposa y su hijito. Pero un día mientras ellos corrían por el campo, dejaron al niñito junto a un profundo pozo de sacar agua y en un movimiento brusco del chiquitín, la canasta donde estaba dio vuelta y cayó dentro del hoyo. Alcanzaron a ver esto los dos esposos y corrieron junto al pozo, pero este era muy profundo y no había cómo rescatar al hijo. Entonces se arrodillaron a rezar con toda fe y las aguas de aquel aljibe fueron subiendo y apareció la canasta con el niño y a este no le había sucedido ningún mal. No se cansaron nunca de dar gracias a Dios por tan admirable prodigio.
Volvió después a Madrid y se alquiló como obrero en una finca, pero los otros peones, llenos de envidia lo acusaron ante el dueño de que trabajaba menos que los demás por dedicarse a rezar y a ir al templo. El dueño le puso entonces como tarea a cada obrero cultivar una parcela de tierra. Y la de Isidro produjo el doble que las de los demás, porque Nuestro Señor le recompensaba su piedad y su generosidad.
En el año 1130 sintiendo que se iba a morir hizo humilde confesión de sus pecados y recomendando a sus familiares y amigos que tuvieran mucho amor a Dios y mucha caridad con el prójimo, murió santamente. A los 43 años de haber sido sepultado en 1163 sacaron del sepulcro su cadáver y estaba incorrupto, como si estuviera recién muerto. Las gentes consideraron esto como un milagro. Poco después el rey Felipe III se hallaba gravísimamente enfermo y los médicos dijeron que se moriría de aquella enfermedad. Entonces sacaron los restos de San Isidro del templo a donde los habían llevado cuando los trasladaron del cementerio. Y tan pronto como los restos salieron del templo, al rey se le fue la fiebre y al llegar junto a él los restos del santo se le fue por completo la enfermedad. A causa de esto el rey intercedió ante el Sumo Pontífice para que declarara santo al humilde labrador, y por este y otros muchos milagros, el Papa lo canonizó en el año 1622 junto con Santa Teresa, San Ignacio, San Francisco Javier y San Felipe Neri.

 

La película

San Isidro Labrador

 

Historieta

http://www.gloria.tv/?media=131448

 

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Dionisia de Troas, Santa Mártir, Mayo 15  

Dionisia de Troas, Santa

Mártir

Etimológicamente significa "dios del vino". Viene de la lengua griega.

Me encanta la valentía de esta joven cristiana que, a los 16 años, tenía la cabeza bien plantada sobre los hombres y la hoguera de la fe encendida en su corazón.

Los actos que presenció antes de que muriese el 15 de mayo del año 250, le llevaron a ser consciente de la suerte de tener una fe profunda en Dios.

Tuvo la desgracia de ver cómo un cristiano, un tal Nicómaco, apostató de Cristo por tener unos días más de vida aquí en la tierra. Cuando salió del tribunal libre y con su certificado de que había adorado a los dioses y renunciado a Cristo, sintió una pena inmensa.

Cuando la oyeron hablar así, se enteró todo el mundo de que también era creyente en Cristo. Y como solía suceder: la llevaron ante el procónsul Optimo.

Ya en su presencia, le dijo: "Que te conste que no te tengo miedo; tengo un amigo más poderoso que tú. El sabrá ayudarme en los instantes de tortura".

Optimo la mandó detener al momento; mientras tanto oía los gritos de la chusma aplaudiendo a los verdugos que le daban muerte a otros dos cristianos, a Pablo y a Andrés.

Dionisia se escapó para ir a socorrer a los dos creyentes. Y a gritos decía estas palabras:" Quiero sufrir como vosotros para ser feliz en el cielo".

El procónsul en lugar de admirar su valentía, le dijo a los verdugos que le cortaran la cabeza..
No hay quien detenga a un cristiano que viva su fe en coherencia con sus principios.

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Fuente: Corazones.org
Dimpna (o Difna), Santa Mártir, patrona de los enfermos mentales, 15 de mayo  

Dimpna (o Difna), Santa

Patrona de los epilépticos y de los enfermos mentales

Etimológicamente significa " ciervo pequeño, venadito". Viene de la lengua irlandesa.

La devoción a Sta. Dimpna se hizo muy popular a causa de las curaciones de epilépticos y lunáticos con sus reliquias. Desde entonces se le considera patrona de los enfermos mentales. En el siglo XIII se construyó en Gheel una enfermería para enfermos mentales que hoy en día es un moderno hospital psiquiátrico. Allí se veneran las reliquias de la santa.

Dimpna es la hija única de un rey pagano irlandés. Era bellísima y muy parecida a su madre. Cuando esta murió el rey viudo quedó desconsolado hasta el punto de quedar mentalmente perturbado. Sus cortesanos le sugirieron que se vuelva a casar. El aceptó pero buscaba a una mujer que fuera una réplica exacta de su difunta esposa. Al no encontrarse, un consejero le sugirió que se case con su hija que tanto se parecía a su madre. Aunque al principio el rey rechazó la idea, por su estado de obsesión, terminó aceptando.

La hija rehusó y se mantuvo firme como una roca. "Definitivamente no. Si tuvieras algo de decencia no me propondrías esta unión. Sabes que soy cristiana. Tu te atas a tus creencias paganas. Al menos permíteme vivir según mis propias convicciones"

El trató de convencerla con alagos, peticiones; cuando eso no dió resultado, la amenzó y juró hacerla pagar por su rechazo. Dimpna logró una próroga de 40 días. En ese tiempo fue a dirigirse con el Padre Gereberto quien le aconsejó guardar su distancia. Después de penarlo mas, el padre le aconsejó que huyera del palacio.

El Padre Gereberto, Dimpna junto con otros cruzaron el mar y llegaron a Antwerp, en la costa de Bélgica. Se asentaron en el pueblo de Gheel, cerca de un santuario dedicado a San Martin de Tours. Por tres meses vivió entre ellos. Pero el rey por medio de espías logro conocer su paradero y fue en persona Gheel.

Trató una vez mas de atraerla, con promesas, ofreciéndole dinero y prestigio. Dimpna sabía que aquella propuesta ofendía a Dios. Además, con el consentimiento del Padre Gereberto, había hecho un voto de virginidad.

Para aislarla de su apoyo moral, el rey mandó a matar a Padre Gereberto. Pero Dimpna aun se mantuvo firme: "Nada, nada me inducirá a ofender a Jesucristo". Enfuriado, el rey mandó a sus vasallos a que la maten. Pero ellos, por primera vez, rehusaron obedecerle. Ellos conocían que la princesa era virtuosa y la respetaban. No podían disponerse a matarla. Entonces el rey con su propia arma cortó la cabeza de su hija. Dipna muere mártir a los 15 años de edad.

Además de los patronatos ya señalados, también es la patrona de los sonámbulos, de las víctimas de incesto y de las víctimas de violación.

ORACIÓN
Señor,
Dios nuestro,
Amablemente adoptaste a Santa Difna
como patrona de aquéllos afligidos
con desórdenes mentales y nerviosos.
Ella es fuente de inspiración
y símbolo del amor para todos quienes piden su intercesión.
Por favor concede, Señor,
a través de las oraciones de esta pura y joven mártir,
alivio y consuelo a todos los que sufren tales pruebas,
y en especial a aquéllos por los que nosotros oramos.
(Aquí se mencionan los nombres de aquéllos por los que usted desea orar).
Nosotros te suplicamos, Señor,
oír las oraciones que Santa Difna presenta en nuestro nombre.
Concede a todos aquéllos,
por los que nosotros oramos,
paciencia en sus sufrimientos
y resignación ante tu voluntad.
Por favor llénalos de la esperanza,
y concédeles el alivio y cura que tanto desean.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor
que sufrió la agonía en Getsemaní.
Amén.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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