lunes, 11 de marzo de 2013

Martes por los ángeles custodios. 12/03/2013. MATERIAL. San Luis Orione, incorrupto, ¡ruega por nosotros!

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Juan 5, 1-3a. 5-16

Gloria a ti, Señor.

Era un día de fiesta para los judíos cuando Jesús subió a Jerusalén. Hay en Jerusalén, cerca de la puerta llamada de las Ovejas, una piscina que llaman en hebreo Betesda, con cinco pórticos. En estos pórticos había muchos enfermos recostados en el suelo: ciegos, cojos y paralíticos. Había entre ellos un hombre que llevaba treinta y ocho años inválido. Jesús, al verlo allí tendido, y sabiendo que llevaba mucho tiempo, le preguntó: 
"¿Quieres quedar sano?" 
Le respondió el enfermo: 
"Señor, no tengo a nadie que me ayude a entrar en la piscina cuando se mueve el agua. 
Mientras trato de llegar yo, otro se me ha adelantado". 
Jesús le dijo: 
"Levántate, toma tu camilla y camina". 
Al momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y comenzó a caminar.
Aquel día era sábado. Por eso los judíos le dijeron al que había sido sanado: 
"Hoy es sábado y no te está permitido llevar tu camilla".
Pero él contestó: 
"El que me sanó me dijo: "Toma tu camilla y camina"". 
Ellos le preguntaron: 
"¿Quién es ese hombre que te dijo: "Toma tu camilla y camina?"" 
Pero él no conocía ni sabía quién lo había sanado, pues Jesús había desaparecido entre la muchedumbre que se había reunido allí. Más tarde, Jesús se encontró con él en el templo y le dijo: 
"Has sido sanado, no vuelvas a pecar más, pues podría sucederte algo peor". 
El hombre fue a informar a los judíos que era Jesús quien lo había sanado. Jesús hacía obras como ésta en sábado; por eso lo perseguían los judíos.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354

Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=272692

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

Misal

 

mar 4a. Sem cuaresma

Antífona de Entrada

Los que están sedientos vengan por agua, dice el Señor; aunque no tengan dinero, vengan a beber con alegría.

 

Oración Colecta

Oremos:
Que los sacrificios y oraciones cuaresmales dispongan, Señor, a tus hijos para celebrar dignamente el misterio pascual y transmitir al mundo el feliz anuncio de la salvación.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Vi salir agua del templo: era un agua que daba vida y fertilidad

Lectura del libro del profeta Ezequiel 47, 1-9.12

En aquellos tiempos, el ángel me llevó a la entrada del templo, y vi que debajo del umbral, por el lado oriental hacia el que mira la fachada del templo, brotaba una corriente de agua. El agua descendía por el lado derecho del templo hasta la parte sur del altar. Me hizo salir por el pórtico norte y dar la vuelta por fuera hasta el pórtico exterior que mira hacia oriente, y vi que las aguas manaban desde el costado derecho. El hombre salió en dirección este con un cordel de medir en la mano, midió quinientos metros y me hizo atravesar el agua, que me llegaba hasta los tobillos; midió otros quinientos metros y me hizo atravesar el agua, que me llegaba hasta las rodillas; midió todavía otros quinientos metros y me hizo atravesar al agua, que me llegaba hasta la cintura; midió por fin otros quinientos metros y la corriente de agua era ya un torrente que no 
pude atravesar, pues había crecido al punto que sólo a nado se podía atravesar. Entonces me dijo:
"¿Has visto, hijo de hombre?"
Después me ordenó que regresara a la orilla del torrente, y al regresar vi que junto al torrente en las dos orillas había muchos árboles. Y me dijo:
"Estas aguas fluyen hacia oriente, bajan al Arabá y desembocan en el mar Muerto, cuyas aguas quedarán saneadas. Por donde pase este torrente, todo ser viviente que en él se mueva vivirá. Habrá abundancia de peces, porque las aguas del mar Muerto quedarán saneadas cuando llegue este torrente. Junto a las dos orillas del torrente crecerá toda clase de árboles frutales; sus hojas no se marchitarán ni sus frutos se acabarán. Cada mes darán frutos nuevos, porque las aguas que los riegan manan del santuario. Sus frutos servirán de alimento y su follaje de medicina".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Sal 45, 2-3.5-6.8-9

El Señor está con nosotros.

Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro auxilio oportuno en el peligro. Por eso no tememos, aunque tiemble la tierra y las montañas se desplomen en el mar.
El Señor está con nosotros.

Los canales de un río alegran la ciudad de Dios, la más santa morada del Altísimo. Dios está en medio de ella, no puede ser destruida; Dios la socorre al despuntar la aurora.
El Señor está con nosotros.

El Señor todopoderoso está con nosotros, nuestra defensa es el Dios de Jacob. Vengan a ver las obras del Señor, los prodigios que hace en la tierra.
El Señor está con nosotros.

Aclamación antes del Evangelio

Honor y gloria a ti, Señor Jesús. 
Crea en mí, Señor, un corazón puro y devuélveme tu salvación que regocija.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Evangelio

Al momento el hombre quedó curado

† Lectura del santo Evangelio según san Juan 5, 1-3a. 5-16

Gloria a ti, Señor.

Era un día de fiesta para los judíos cuando Jesús subió a Jerusalén. Hay en Jerusalén, cerca de la puerta llamada de las Ovejas, una piscina que llaman en hebreo Betesda, con cinco pórticos. En estos pórticos había muchos enfermos recostados en el suelo: ciegos, cojos y paralíticos. Había entre ellos un hombre que llevaba treinta y ocho años inválido. Jesús, al verlo allí tendido, y sabiendo que llevaba mucho tiempo, le preguntó: 
"¿Quieres quedar sano?" 
Le respondió el enfermo: 
"Señor, no tengo a nadie que me ayude a entrar en la piscina cuando se mueve el agua. 
Mientras trato de llegar yo, otro se me ha adelantado". 
Jesús le dijo: 
"Levántate, toma tu camilla y camina". 
Al momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y comenzó a caminar.
Aquel día era sábado. Por eso los judíos le dijeron al que había sido sanado: 
"Hoy es sábado y no te está permitido llevar tu camilla".
Pero él contestó: 
"El que me sanó me dijo: "Toma tu camilla y camina"". 
Ellos le preguntaron: 
"¿Quién es ese hombre que te dijo: "Toma tu camilla y camina?"" 
Pero él no conocía ni sabía quién lo había sanado, pues Jesús había desaparecido entre la muchedumbre que se había reunido allí. Más tarde, Jesús se encontró con él en el templo y le dijo: 
"Has sido sanado, no vuelvas a pecar más, pues podría sucederte algo peor". 
El hombre fue a informar a los judíos que era Jesús quien lo había sanado. Jesús hacía obras como ésta en sábado; por eso lo perseguían los judíos.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, los dones que tu providencia nos ha dado para sostén de nuestra vida mortal y conviértelos en alimento que da la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Los frutos del ayuno

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque con el ayuno corporal refrenas nuestras pasiones, elevas nuestro espíritu, nos das fuerza y recompensa, por Cristo, Señor nuestro.
Por él, 
los ángeles y arcángeles y todos los coros celestiales celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza:
 

Antífona de la Comunión

El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar, me conduce hacia fuentes tranquilas.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Que este sacramento, Señor, purifique y renueve nuestro espíritu e infunda en nuestro cuerpo la fuerza necesaria para vivir y morir cristianamente.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

 

Cuaresma. 4ª semana. Martes

LUCHA PACIENTE CONTRA LOS DEFECTOS

— El paralítico de Betzatá. Constancia en la lucha y en los deseos de mejorar.

— Ser pacientes en la lucha interior. Volver al Señor cuantas veces sea necesario.

— Pacientes también con los demás. Contar con sus defectos. Pacientes y constantes en el apostolado.

I. El Evangelio de la Misa de hoy nos presenta a un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo, y que espera su curación milagrosa de las aguas de la piscina de Betzatá1. Jesús, al verlo echado, y sabiendo que llevaba mucho tiempo, le dice: ¿Quieres quedar sano? El enfermo le habló con toda sencillez: Señor –le dice–, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua; para cuando llego yo, otro se me ha adelantado. Jesús le dice: levántate, toma tu camilla y echa a andar. El paralítico obedeció: Y al momento el hombre quedó sanado, tomó su camilla y echó a andar.

El Señor está siempre dispuesto a escucharnos y a darnos en cada situación aquello que necesitamos. Su bondad supera siempre nuestros cálculos; pero quiere nuestra correspondencia personal, nuestro deseo de salir de aquella situación, que no pactemos con los defectos o los errores, y que pongamos esfuerzo para superarlos. No podemos "conformarnos" nunca con deficiencias y flaquezas que nos separan de Dios y de los demás, excusándonos en que forman parte de nuestra manera de ser, en que ya hemos intentado combatirlos otras veces sin resultados positivos.

La Cuaresma nos mueve precisamente a mejorar en nuestras disposiciones interiores mediante la conversión del corazón a Dios y las obras de penitencia, que preparan nuestra alma para recibir las gracias que el Señor quiere darnos.

Jesús nos pide perseverancia para luchar y recomenzar cuantas veces sea necesario, sabiendo que en la lucha está el amor. "No le pregunta el Señor al paralítico para saber –era superfluo–, sino para poner de manifiesto la paciencia de aquel hombre que, durante treinta y ocho años, sin cejar, insistió, esperando verse libre de su enfermedad"2.

Nuestro amor a Cristo se manifestará en la decisión y en el esfuerzo por arrancar lo antes posible el defecto dominante o por alcanzar aquella virtud que se presenta difícil de conseguir. Pero también se manifiesta en la paciencia que hemos de tener en la lucha interior: es posible que nos pida el Señor un período largo de lucha, quizá treinta y ocho años, para crecer en determinada virtud o para superar aquel aspecto negativo de nuestra vida anterior.

Un conocido autor espiritual señalaba la importancia de saber tener paciencia con los propios defectos: tener el arte de aprovechar nuestras faltas3. No debemos sorprendernos –ni desconcertarnos– cuando, habiendo puesto todos los medios que razonablemente están a nuestro alcance, no terminamos de superar esa meta espiritual que nos habíamos propuesto. No debemos "acostumbrarnos", pero podemos aprovechar las faltas para crecer en humildad verdadera, en experiencia, en madurez de juicio...

Este hombre que nos presenta el Evangelio de la Misa fue constante durante treinta y ocho años, y podemos suponer que lo hubiera sido hasta el final de sus días. El premio a su constancia fue, ante todo, el encuentro con Jesús.

II. Tened, pues, paciencia, hermanos, hasta que llegue el Señor. Ved cómo el labrador, con la esperanza de los preciosos frutos de la tierra, aguarda con paciencia las lluvias tempranas y las tardías4.

Es necesario saber esperar y luchar con paciente perseverancia, convencidos de que con nuestro interés agradamos a Dios. "Hay que sufrir con paciencia –decía San Francisco de Sales– los retrasos en nuestra perfección, haciendo siempre lo que podamos por adelantar y con buen ánimo. Esperemos con paciencia, y en vez de inquietarnos por haber hecho tan poco en el pasado, procuremos con diligencia hacer más en lo porvenir"5.

Además, la adquisición de una virtud no se logra, de ordinario, con violentos esfuerzos esporádicos, sino con la continuidad de la lucha, la constancia de intentarlo cada día, cada semana, ayudados por la gracia. "En las batallas del alma, la estrategia muchas veces es cuestión de tiempo, de aplicar el remedio conveniente, con paciencia, con tozudez. Aumentad los actos de esperanza. Os recuerdo que sufriréis derrotas, o que pasaréis por altibajos –Dios permita que sean imperceptibles– en vuestra vida interior, porque nadie anda libre de esos percances. Pero el Señor, que es omnipotente y misericordioso, nos ha concedido los medios idóneos para vencer. Basta que los empleemos (...) con la resolución de comenzar y recomenzar en cada momento, si fuera preciso"6.

El alma de la constancia es el amor; solo por amor se puede ser paciente7 y luchar, sin aceptar los defectos y los fallos como algo inevitable y sin remedio. No podemos ser como aquellos cristianos que, después de muchas batallas y peleas, "acabóseles el esfuerzo, faltóles el ánimo" cuando estaban ya "a dos pasos de la fuente del agua viva"8.

Ser paciente con uno mismo al desarraigar las malas tendencias y los defectos del carácter, significa a la vez huir del conformismo y aceptar el presentarse muchas veces delante del Señor como aquel siervo que no tenía con qué pagar9, con humildad, pidiendo nuevas gracias. En nuestro caminar hacia el Señor, sufriremos abundantes derrotas; muchas de ellas no tendrán importancia; otras sí, pero el desagravio y la contrición nos acercarán todavía más a Dios. Este dolor y arrepentimiento por nuestros pecados y deficiencias no son tristes, porque son dolor y lágrimas de amor. Es el pesar de no estar devolviendo tanto amor como el Señor se merece, el dolor de estar devolviendo mal por bien a quien tanto nos quiere.

III. Además de ser pacientes con nosotros mismos hemos de ejercitar esta virtud con quienes tratamos con mayor frecuencia, sobre todo si tenemos más obligación de ayudarles en su formación, en una enfermedad, etcétera. Hemos de contar con los defectos de quienes nos rodean. La comprensión y la fortaleza nos ayudarán a tener calma, sin dejar de corregir cuando sea oportuno y en el momento más indicado. El esperar un poco de tiempo para corregir, dar una buena contestación, sonreír..., puede hacer que nuestras palabras lleguen al corazón de esas personas, que de otra forma permanecería cerrado, y les podremos ayudar mucho más, con mayor eficacia.

La impaciencia hace difícil la convivencia y también vuelve ineficaz la posible ayuda y la corrección. "Sigue sacando las mismas exhortaciones –nos recomienda San Juan Crisóstomo–, y nunca con pereza; actúa siempre con amabilidad y gracia. ¿No ves con qué cuidado los pintores unas veces borran sus trazos, otras los retocan, cuando tratan de reproducir un bello rostro? No te dejes ganar por los pintores. Porque si tanto cuidado ponen ellos en la pintura de una imagen corporal, con mayor razón nosotros, que tratamos de formar la imagen de un alma, no dejaremos piedra por mover a fin de sacarla perfecta"10.

Debemos ser particularmente constantes y pacientes en el apostolado. Las personas necesitan tiempo y Dios tiene paciencia: en todo momento da su gracia, perdona y anima a seguir adelante. Con nosotros tuvo y tiene esta paciencia sin límites, y nosotros debemos tenerla con los amigos que queremos llevar hasta el Señor, aunque en ocasiones parezca que no escuchan, que no se interesan por las cosas de Dios. No les abandonemos por eso. En estas ocasiones será necesario intensificar la oración y la mortificación, y también nuestra caridad y nuestra amistad sincera.

Ninguno de nuestros amigos, en ningún momento de su vida, debería dar al Señor la contestación de este hombre paralítico: "no tengo a nadie que me ayude". Porque "esto podrían asegurar, ¡desdichadamente!, muchos enfermos y paralíticos del espíritu, que pueden servir... y deben servir.

"Señor: que nunca me quede indiferente ante las almas"11, le pedimos nosotros.

Examinemos hoy en nuestra oración si nos preocupan las personas que nos acompañan en el camino de la vida; si nos preocupa su formación, o si, por el contrario, nos hemos ido acostumbrando a sus defectos como si fueran algo irremediable, y al mismo tiempo si somos pacientes.

Además, en esta Cuaresma nos viene bien recordar que con la mortificación podemos expiar también por los pecados de los demás y merecer de algún modo, para ellos, la gracia de la fe, de la conversión, de una mayor entrega a Dios.

En Jesucristo está el remedio de todos los males que aquejan a la humanidad. En Él todos pueden encontrar la salud y la vida. Es la fuente de las aguas que todo lo vivifican. Así nos lo dice el profeta Ezequiel en la lectura de la Misa: Estas aguas corren a la comarca de Levante, bajarán hasta el Arabá y desembocarán en el mar, el de las aguas pútridas, y lo sanearán. Todos los seres vivos que bullan allí donde desemboque la corriente, tendrán vida, y habrá peces en abundancia; al desembocar allí estas aguas quedará saneado el mar y habrá vida dondequiera que llegue la corriente12. Cristo convierte en vida lo que antes era muerte, y en virtud, la deficiencia y el error.

1 Jn 5, 1-6. — 2 San Juan Crisóstomo, Homilías sobre el Evangelio de San Juan, 36. — 3 J. Tissot, El arte de aprovechar nuestras faltas, Palabra, Madrid 1976, 6ª ed. 4 Sant 5-7. — 5 J. Tissot, loc. cit., p. 32. — 6 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 219. — 7 Cfr. Santo Tomás, Suma Teológica, 2-2, q. 136, a. 3. — 8 Cfr. Santa Teresa, Camino de perfección, 19, 2. — 9 Cfr. Mt 18, 23 ss. — 10 San Juan Crisóstomo, Homilías sobre el Evangelio de San Mateo, 30. — 11 San Josemaría Escrivá, Surco, n. 212. — 12 Ez 47, 8-9.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

Luis Orione, Santo Fundador, 12 de marzo  

Luis Orione, Santo

Sacerdote italiano, fundador de la Pequeña Obra de la Divina Providencia y de la Congregación de las Pequeñas Religiosas Misioneras de la Caridad

Luis Orione nació en Pontecurone, diócesis de Tortona, el 23 de junio de 1872. A los 13 años fue recibido en el convento franciscano de Voghera (Pavía) que abandonó después de un año por motivos de salud. De 1886 a 1889 fue alumno de San Juan Bosco en el Oratorio de Valdocco de Turín.

El 16 de octubre de 1889 entró en el seminario de Tortona. Siendo todavía un joven clérigo, se dedicó a vivir la solidaridad con el prójimo en la Sociedad de Mutuo Socorro San Marciano y en la Conferencia de San Vicente. El 3 de julio de 1892, abrió en Tortona el primer Oratorio para cuidar la educación cristiana de los jóvenes. Al año siguiente, el 15 de octubre de 1893, Luis Orione, un clérigo de 21 años, abrió un colegio para chicos pobres en el barrio San Bernardino.

El 13 de abril de 1895, Luis Orione fue ordenado sacerdote y, al mismo tiempo, el Obispo impuso el hábito clerical a seis alumnos de su colegio. En poco tiempo, Don Orione abrió nuevas casas en Mornico Losana (Pavía), en Noto (Sicilia), en Sanremo, en Roma.

Alrededor del joven Fundador crecieron clérigos y sacerdotes que formaron el primer núcleo de la Pequeña Obra de la Divina Providencia. En 1899 inició la rama de los ermitaños de la Divina Providencia. El Obispo de Tortona, Mons. Igino Bandi, con Decreto del 21 de marzo de 1903, reconoció canónicamente a los Hijos de la Divina Providencia (sacerdotes, hermanos coadjutores y ermitaños), congregación religiosa masculina de la Pequeña Obra de la Divina providencia, dedicada a "colaborar para llevar a los pequeños, los pobres y el pueblo a la Iglesia y al Papa, mediante las obras de caridad", profesando un IV voto de especial "fidelidad al Papa".En las primeras Constituciones de 1904, entre los fines de la nueva Congregación aparece el de trabajar "para alcanzar la unión de las Iglesias separadas".

Animado por una gran pasión por la iglesia y por la salvación de las almas, se interesó activamente por los problemas emergentes en aquel tiempo, como la libertad y la unidad de la Iglesia, la "cuestión romana", el modernismo, el socialismo, la cristianización de las masas obreras.

Socorrió heroicamente a las poblaciones damnificadas por los terremotos de Reggio y de Messina (1908) y por el de la Marsica (1915). Por deseo de Pío X fue Vicario General de la diócesis de Messina durante tres años.

A los veinte años de la fundación de los Hijos de la Divina Providencia, como en "una única planta con muchas ramas", el 29 de junio de 1915 dio inicio a la Congregación de las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad, animadas por el mismo carisma fundacional y, en el 1927, las Hermanas adoratrices Sacramentinas invidentes, a las que se añadirán después las Contemplativas de Jesús Crucificado.

Organizó a los laicos en las asociaciones de las "Damas de la Divina Providencia", los "Ex Alumnos" y los "Amigos". Después tomará cuerpo el Instituto Secular Orionino y el Movimiento Laical Orionino.

Después de la primera guerra mundial (1914-1918) se multiplicaron las escuelas, colegios, colonias agrícolas, obras caritativas y asistenciales. Entre las obras más características, creó los "Pequeños Cottolengos", para los que sufren y los abandonados, surgidos en la periferia de las grandes ciudades como "nuevos púlpitos" desde los que hablar de Cristo y de la Iglesia, "faros de fe y de humanidad".

El celo misionero de Don Orione, que ya se había manifestado con el envío a Brasil en 1913 de sus primeros religiosos, se extendió después a Argentina y Uruguay (1921), Inglaterra (1935) y Albania (1936). En 1921-1922 y en 1934-1937, él mismo realizó dos viajes a América Latina, Argentina, Brasil y Uruguay, llegando hasta Chile.

Gozó de la estima personal de los Papas y de las autoridades de la Santa Sede, que le confiaron numerosos y delicados encargos para resolver problemas y curar heridas tanto dentro de la Iglesia como en las relaciones con el mundo civil. Fue predicador, confesor y organizador infatigable de peregrinaciones, misiones, procesiones, "belenes vivientes" y otras manifestaciones populares de la fe. Muy devoto de la Virgen, promovió su devoción por todos los medios y, con el trabajo manual de sus clérigos, construyó los santuarios de la Virgen de la Guardia en Tortona y de la Virgen de Caravaggio en Fumo.

En el invierno de 1940, intentando aliviar los problemas de corazón y pulmones que sufría, fue a la casa de Sanremo, aunque, como decía, "no es entre las palmeras donde deseo vivir y morir, sino entre los pobres que son Jesucristo". Después de tan sólo tres días, rodeado del afecto de sus hermanos, Don Orione falleció el 12 de marzo de 1940, suspirando "!Jesús! !Jesús! Voy".

Su cuerpo, intacto en el momento de la primera exhumación en 1965, fue puesto en un lugar de honor en el santuario de la Virgen de la Guardia de Tortona, después de que, el 26 de octubre de 1980, Juan Pablo II inscribiera su nombre en el elenco de los Beatos.

Su Santidad Juan Pablo II lo canonizó el 16 de Mayo de 2004.

 

Cuerpo incorrupto

 

Corazón incorrupto de Don Orione en Claypole Argentina (su cuerpo está en Italia):

http://aica.org/index.php?module=displaystory&story_id=9032&format=html

http://www.lanacion.com.ar/30616-el-corazon-de-don-orione-llega-al-pais

http://www.donorione.org.ar/sitio/index.php?option=com_content&view=article&id=1231&Itemid=803

 

Escritos

http://www.donorione.org.ar/Santo/escritos.htm

 


 04:35

SANTO DEL DIA (SAN LUIS ORIONE).

 


 01:48

San Luis Orione 12 marzo

Irapuato: San Luis Orione 12 marzo … YossMaria Feb 22, 2011 Luigi Orione, DonOrione o San Luis Orione (Pontecurone, Italia, 23 de junio de 1872 – San Remo, 12 de …

 


 11:20

CONGREGACION DE SAN LUIS ORIONE"

MsPandevida: CONGREGACION DE SAN LUISORIONE" … ORIONE

 

Fundaciones

http://www.donorione.org

http://www.religiosasdonorione.com.ar/pedido_de_oraciones.html

http://www.es.catholic.net/sacerdotes/315/2459/articulo.php?id=11258

 

Fundadas por Don Orione, ciegas que ven mejor que muchos:

 

Hermanas Sacramentinas Ciegas

 

 

Las Hermanas Sacramentinas Ciegas (Adoratrices no videntes) constituyen una rama de vida contemplativa de las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad, junto a las que viven. Dicha rama fue fundada por San Luis Orione en 1927 debido a los pedidos para abrir las puertas de la vida religiosa a las mujeres ciegas. Don Orione, sensible a este deseo, acogió la petición y fundó esta comunidad de mujeres dedicadas al pie del Tabernáculo, a una vida de inmolación, de adoración, de alabanza, en espíritu de pura y vivísima fe y de amor ardiente por la Iglesia, por el Papa, los sacerdotes, los atormentados y los alejados de Dios. Con sus vidas ofrecen a diario la privación de su vista al Señor por el bien de aquellos hermanos que no conocen a Dios. Están presentes en Italia, Albania, Brasil, Chile, Argentina y Kenia.

 

 

* Hermanas Sacramentinas Ciegas (web en italiano)

http://www.suoredonorione.org/sacramentine/storia_sacramentine.php

 

- Hermanas Sacramentinas

El Almendro, 533

Casilla 23 - Los Cerrillos

Santiago- CHILE

Email: phmc @ ctcreuna.cl

 

- Hermanas Sacramentinas

Av. da Lacaze, 3963

1850 Barrio Don Orione - Claypole (Bs. As)

ARGENTNA

Email: sacramentinas@donorione.org.ar  

 

Hermanas Sacramentinas No Videntes

 

Cláypole (Buenos Aires), 15 Nov. 07 (AICA)


La religiosa en el micro a Chimpay

El próximo domingo 18 de noviembre a las 10 se celebrará una misa por el 80º aniversario de la fundación de la Congregación de las Hermanas Sacramentinas No Videntes. La celebración tendrá lugar en el santuario del Pequeño Cottolengo Don Orione, de Cláypole (avenida Lacaze 3963) y estará presidida por el obispo de Lomas de Zamora, monseñor Agustín Radrizzani.

    
 La hermana María Fe (Micaela Montenegro) quien fue varias veces superiora del convento de Cláypole y es la única que queda con vida de las 4 primeras religiosas en nuestro país y la mayor en América Latina, dialogó con AICA acerca de la congregación pero primero se refirió a Ceferino Namuncurá, ya que la entrevista fue concedida mientras se dirigía a Chimpay en uno de los tres micros que la noche del viernes 9 de noviembre partieron desde la parroquia Cristo Rey de Guernica para participar de la ceremonia de beatificación del joven mapuche.

    
 Nacida hace 76 años en la Patagonia, en el pueblo de Comallo, destacó que este viaje es especial porque Ceferino es de su tierra y también porque tiene un sobrino misionero entre los mapuches y dos hermanos que trabajan con ellos.

    
 "El indiecito Namuncurá fue muy humilde, muy sencillo, pobre... pero qué importa si tenía una riqueza tan grande que era el amor de Dios, la gracia de Dios. Por eso quiso ser misionero, para salvar a su tribu, a su gente. Y todos los que estamos viajando queremos darnos todo a los demás", afirmó.

    
 "Yo no soy de vida apostólica", explicó, "pero soy misionera, porque voy detrás de cada sacerdote, de cada hermana o cada joven que está evangelizando. Ahí estamos nosotros, como decía Don Orione, para apoyarlos y pedir para que ellos puedan evangelizar y catequizar a los demás".

Cuando quedé sin vista pensé que nunca iba a ser religiosa

     Al recordar el surgimiento de su vocación religiosa, contó que cuando estaba en Bariloche pasó un micro "lleno de chicas así bochincheras como las que estamos escuchando ahora" que iban acompañadas por una hermana de María Auxiliadora. "Y yo pensé: cuando termine los estudios voy a ser como esta hermanita para ir tan feliz y sonriente en medio de las chicas", pero "cuando quedé sin vista pensé que nunca iba a ser religiosa, porque no tenía idea de que existía la congregación de Don Orione que aceptaba no videntes".

    
 A los 11 años, a causa de paperas, perdió la vista de un ojo y a los 15 del otro. En Río Negro fue a la escuela hasta quinto grado porque no la dejaban seguir estudiando por su problema de visión, por lo que terminó sus estudios en Buenos Aires. Hasta los 21 años se formó en un colegio de las hermanas de Nuestra Señora, que hoy tienen su sede provincial en Adrogué.

    
 Cuando manifestó su deseo de hacerse religiosa no la aceptaron porque las reglas no lo permitían, pero la ayudaron a buscar alguna congregación que permitiera el ingreso de no videntes y entablaron los vínculos con la Obra Don Orione. Luego buscaron otras compañeras y el 15 de agosto de 1952 ingresaron las primeras cuatro postulantes: "íbamos a entrar 6, después entramos cuatro; al mes de ingresar al convento quedamos dos, se fueron las chicas, no les gustó", relató. El 10 de diciembre del mismo año llegaron las primeras hermanas de Italia, Victoria y Agustina.

    
 La congregación fue fundada hace 80 años en Piamonte, Italia, por iniciativa del fundador de la Pequeña Orden de la Divina Providencia, san Luis Orione, y en la actualidad, además de la Argentina, están presentes en San Pablo (Brasil), en Santiago de Chile y en Kenia. Tenían una casa en España pero se cerró.

    
 Se dedican a la vida contemplativa (no son de clausura) y, según explicó la hermana María Fe, es importante que se conozca en el mundo porque hay muchas jóvenes no videntes que tienen vocación religiosa pero no saben que existe una congregación que las acepta.

    
 Para mayor información: Hermanas Sacramentinas no videntes, Obra Don Orione: avenida Lacaze 3963 (1850), Cláypole, provincia de Buenos Aires; (011) 4268-1301 / 0740 y 1563, interno 232.+

http://aica.org/index.php?module=displaystory&story_id=10056

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Fuente: Archidiócesis de Madrid
Inocencio I, Santo XL Papa, 12 Marzo  

Inocencio I, Santo

XL Papa

Nació en la segunda mitad del siglo IV y parece ser que en Albano, aunque documentalmente no pueda demostrarse con certeza. Fue elegido papa en el año 401, como sucesor de Anastasio I.

Consiguió que se reconociese su autoridad papal en Iliria, región montañosa situada en la región nororiental del Adriático que hoy corresponde a Bosnia y Dalmacia.

Expulsó de la Ciudad Eterna a los perseguidores y detractores de san Juan Crisóstomo, a pesar de la oposición del emperador Arcadio (407). Pero no pudo, a pesar de sus esfuerzos y negociaciones, evitar el saqueo de Roma por Alarico el 24 de agosto del año 410.

A petición de san Agustín, condenó la herejía pelagiana (417).

Con respecto al gobierno que debió ejercer en Hispania, hay que mencionar la carta dirigida a Exuperio, obispo de Tolosa, dándole normas para la reconciliación y admisión a la comunión a los que una vez bautizados se entregaran de modo pertinaz a los placeres de la carne. De alguna manera, modera la disciplina, en vigor hasta entonces, contemplada en los concilios de Elvira y de Arlés y propiciada por las iglesias africanas; eran normas un tanto rigoristas extremadamente extrañas para nuestra época, que negaban la admisión a

Inocencio I, Santo

la comunión de este tipo de pecadores incluso en el momento de la muerte, aunque se les concediera fácilmente la posibilidad de la penitencia. Reconoce en su escrito que hasta ese momento ´la ley era más duraª, pero que no quiere adoptar la misma aspereza y dureza que el hereje Novaciano. De todos modos no presume de innovaciones, ni se presenta como detentor de un liberalismo laxo; justifica plenamente las normas anteriores, afirmando que esa praxis era la conveniente en aquel tiempo.

En el 416, cuando quiere recordar a los obispos españoles la autoridad indiscutida del obispo de Roma y la obediencia que le deben desde España, escribe una carta en la que afirma que en toda Italia, Francia, Hispania, África y Sicilia sólo se han instituido iglesias por Pedro o por sus discípulos. Esta carta es empleada como argumento documental muy importante por quienes desautorizan la antiquísima tradición que sostiene la predicación del Apóstol Santiago en España y la conjetura fundada de la visita del apóstol Pablo a este extremo del Imperio.

Interviene también por los años 404-405 para restaurar la paz entre los obispos de Hispania, después de las resoluciones cristológicas antipriscilianistas del concilio de Toledo del año 400; recomienda el reconocimiento de la autoridad y gobierno episcopal de los que fueron ordenados por partidarios de Prisciliano pero que continúan profesando la fe verdadera al aceptar la consubstancialidad del Hijo con el Padre y la unicidad de Persona en Cristo.

Ocupó la Sede de Pedro hasta su muerte el 12 de marzo de 417.

En muchos lugares se lo sigue recordando el 28 de julio, aunque en el nuevo Martirologio Romano su fiesta es el 12 de marzo.

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José Tshang-Dapeng, Santo Mártir, 12 Marzo  

José Tshang-Dapeng, Santo

Mártir

José Tshang-Dapeng (o Zhang-Dapeng) nació en Duyun en la provincia de Guizhou (China) en el año 1754, siendo el primero de tres hijos de una familia taoista, era un muchacho inteligente y curioso.

Se mudó a Guiyan en el año 1794, donde se dedicaba al comercio de seda, fue allí, que conoció el cristianismo, a través de uno de sus contactos comerciales.

Se convirtió al cristianismo pero no pudo ser bautizado ya que tenía una concubina, costumbre aceptada en la China de esa época.

Una vez que se separó de ella pidió unirse completamente a la Iglesia, recibiendo el sacramento del bautismo en el año 1800, pese a la fuerte oposición de su familia y socios.

Tubo que abrir su propia tienda, ya que sus socios no aceptaban su nueva fe.

Inició su ministerio de enseñanza y predicación convirtiendo una pequeña casa en escuela de religión. Asumió la dirección de la escuela en 1808, colaborando además como catequista de su parroquia.

Tres años después durante una nueva persecución anti-cristiana liderada por
el Culto del Loto Blanco, José pasó a la clandestinidad, pero sin dejar su labor catequística.

En 1814 fue tracionado por su cuñado y fue arrestado. Encarcelado juntoa a Pedro Wu, también catequista, juntos se dedicaron a evangelizar a sus compañeros de prisión.

Se le ofreció la libertad a cambio de que renuncie a la fe, lo cual no aceptó.

Fue estrangulado hasta morir el 12 de Marzo de 1815.

Por su valiente defensa de la fe fue beatificado el 2 de Mayo de 1909 por el Papa Pio X. Su Santidad Juan Pablo II lo canonizpo el 1 de Octubre de 2000 junto a otros
119 mártires chinos.

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Vicente, Ramiro y Doce Compañeros, Santos Mártires, 12 Marzo  

Vicente, Ramiro y Doce Compañeros, Santos

Jesús había prevenido a sus discípulos que nunca faltaría en la Iglesia la persecución. "Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán. Si fuerais del mundo, el mundo no os odiaría. Pero, como no sois del mundo, el mundo os perseguirá". Así se ha cumplido siempre. Después de las persecuciones romanas, los herejes persiguieron a los católicos.

Esto les ocurrió a Vicente, Ramiro y sus compañeros cristianos, en la Galicia del siglo IV. No eran buenos tiempos para los creyentes en Cristo Jesús.

En primer lugar, la región se encontraba en poder de los invasores suevos. Y en segundo lugar, todos ellos vivían y practicaban la herejía de Arrio.

Vicente, en la ruta del camino de Santiago, León, vivía feliz en su monasterio de san Clodio.

Ejercía para el bien de sus hermanos, el cargo de Abad. El, en contra de Arrio, defendía que Jesús era Hijo de Dios.

De manera tentadora aunque engañosa, le hicieron saber a Vicente que iba a tener lugar un conciliábulo para tratar el tema que separaba a los cristianos de los arrianos.

Vicente, con ánimo y aspecto de valiente, no perdió la ocasión de proclamar su fe en Cristo Hijo de Dios. Como no podían convencerlo con palabras y razones, le dieron muerte.

Ramiro, mientras estuvo fuera Vicente, había quedado como superior del monasterio. En el fondo sabía que le tocaría seguir los pasos de su maestro y, por otra parte, quería someter su idea al juicio de los demás monjes.

Estaba dispuesto a ir a proclamar por toda Galicia la doctrina cierta y segura del Concilio de Nicea. Si algunos querían seguirle, que lo dijeran. Los que no quisieran correr igual suerte, podían quedarse en los montes cercanos. Y les dijo: "No os acobarde el furor de los herejes". Muchos se fueron al monte.

Ramiro con doce intrépidos religiosos se pusieron en oración, dispuestos a dar la vida por su fe en Jesucristo. No se hicieron esperar los herejes. Bien armados y con sed de sangre y llenos de violencia, se presentaron en el monasterio. Los monjes se pusieron a cantar con fervor el símbolo niceno, poniendo especial fervor y entusiasmo en las palabras que afirman la divinidad de Jesucristo. El Señor les fortalecía interiormente a todos ellos.
Esto exasperó más aún a los arrianos. Arremetieron furiosos contra ellos y los mataron a cuchilladas. Así, rezando y cantando, marcharon Jubilosos al paraíso a recoger la gloriosa corona del martirio.

En algunos documentos se señala el 11 de Septiembre como fecha del martirio.

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Fuente: Corazones.org
Fina o Serafina de San Geminiano, Santa Virgen, 12 Marzo  

Fina o Serafina de San Geminiano, Santa

Martir

El antiguo pueblo de San Geminiano, en Toscana, conserva con especial veneración la memoria de Santa Fina, una joven cuya causa de canonización se fundó en la perfecta resignación con que aceptó el sufrimiento corporal.

Nació en 1238 de padres que habían caído en la pobreza. La niña era bonita y tenía una inclinación hacia la caridad. A pesar de su pobreza, guardaba la mitad de su escaso alimento para darlo a aquellos mas pobres que ella. Vivía con la mayor humildad cosiendo, hilando durante el día, pero ocupando el tiempo de descanso en la oración.

Parece que su padre murió cuando era ella aun joven y por esa época fue atacada por una serie de males. Su cabeza, manos, ojos, pies y órganos internos se afectaron; sobrevino la parálisis, perdió su belleza. Como crucificada, a imitación de Cristo, permaneció en la misma postura por seis años sobre un tablón, sin moverse. Sólo su madre vivía con ella pero casi siempre estaba ausente, trabajando o pidiendo limosna para comer. A pesar de sus terribles sufrimientos, Fina nunca se quejó; permanecía serena y con sus ojos fijos en el crucifijo repetía: "No son mis llagas las que me hieren, ¡Oh Cristo!, sino las tuyas".

Un nuevo golpe cayó sobre ella. Su madre murió repentinamente y Fina quedó totalmente sola en la miseria. Con excepción de su fiel amiga Beldia, nadie mas la veía y únicamente dependía de las limosnas de los pobres vecinos, los cuales muy poco se acercaban a ella a causa de sus llagas repugnantes.

Los insectos se posaban en las llagas sobre su rostro. No los podía espantar porque sus manos estaban inmóviles. A través de tantas calamidades, Santa Fina recibía a quien le visitara con alegría y agradecimiento. Se consideraba la mas dichosa de las criaturas. Experimentaba éxtasis.

Fina había oído hablar de San Gregorio Magno y de sus sufrimientos, y tenía especial veneración por el. Solía orar para que el, que había sido probado tanto por las enfermedades, intercediera a Dios a fin de que ella tuviera paciencia en su aflicción. Ocho días antes de su muerte, cundo yacía sola como de costumbre, San Gregorio se le apareció y le dijo: "querida niña, en mi festividad Dios te dará descanso". Así sucedió: el 12 de marzo de 1253 murió y los vecinos declararon que su cadáver estaba sonriente. Al levantar su cuerpo del tablón sobre el que había permanecido tanto tiempo, la madera podrida se encontró cubierta de violetas blancas. Toda la ciudad asistió al entierro y se afirma que se realizaron muchos milagros por su intercesión. Uno de ellos: Estando ya muerta, levantó su mano y, ciñendo el brazo lesionado de su amiga Beldia, lo sanó.

Los campesinos de San Geminiano aun llaman "flores de Santa Fina" a las violetas blancas que florecen aproximadamente por la estación en la que se celebra su festividad.

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Fuente: Franciscanos.org
Ángela (Aniela) Salawa, Beata Virgen Seglar, 12 Marzo  

Ángela (Aniela) Salawa, Beata

La beata Ángela (Aniela) Salawa, laica, virgen seglar de la Tercera Orden Secular de San Francisco de Asís, nació en Siepraw (Cracovia, Polonia), el 9 de septiembre de 1881 en el seno de una familia piadosa, de escasos recursos económicos. De sus padres aprendió pronto el amor a la oración, al trabajo y al espíritu de sacrificio.

En 1897, a la edad de 16 años, se trasladó a Cracovia para trabajar como empleada de hogar. Dos años después, conmovida por la serena muerte de su hermana Teresa e impulsada por una voz interior, tomó la firme decisión de buscar la santidad en ese tipo de vida humilde y pobre. Por gracia especial del Señor, se sintió llamada a vivir en el estado de castidad virginal.

Ejerció un apostolado activo entre las demás empleadas de hogar, numerosas entonces en la ciudad, para las que fue siempre un modelo y una guía de vida cristiana. Alimentaba constantemente su vida espiritual con la oración, que nunca le impidió el cumplimiento de sus deberes domésticos. "Amo mi trabajo -decía- porque en él encuentro una excelente ocasión de sufrir mucho, de trabajar mucho y de orar mucho; y, fuera de esto, no deseo nada más en el mundo".

Participaba con fe viva en las celebraciones sagradas, especialmente en la Eucaristía y el Vía crucis. Veneraba a la Madre de Dios con un amor filial. Así, pudo cultivar hasta un grado notable la vida teologal de fe, esperanza y caridad hacia Dios y hacía el prójimo, acogido como hermano en Cristo.

El año 1911 sufrió, de forma especial, por una dolorosa enfermedad, y por la muerte de su madre y de la señora para quien trabajaba, las dos personas que más quería. Además, se vio abandonada por sus compañeras, a las que ya no podía reunir en la casa.

En 1912 descubrió que su espíritu de humildad y pobreza tenían una gran afinidad con san Francisco, por lo que decidió profesar la vida de la orden secular franciscana. Durante la primera guerra mundial colaboró, en los ratos libres que le dejaba su trabajo doméstico, en los hospitales de Cracovia, asistiendo y confortando a los soldados heridos, que la llamaban "la señorita santa".

El año 1917 enfermó y se vio obligada a abandonar el trabajo. En una estrechísima habitación alquilada pasó los últimos cinco años de su vida, en medio de sufrimientos continuos, que ofrecía a Dios por la expiación de los pecados del mundo, la conversión de los pecadores, la salvación de las almas y la expansión misionera de la Iglesia.

Expiró serenamente en el Señor el 12 de marzo del año 1922 en Cracovia, y su fama de santidad se difundió rápidamente por toda Polonia.

La beatificó Juan Pablo II el 13 de agosto de 1991, en la misa que celebró en la plaza del Mercado de Cracovia.

En la homilía dijo, entre otras cosas: "Me alegra sobremanera haber podido celebrar en Cracovia la beatificación de Aniela Salawa. Esta hija del pueblo polaco, nacida en el cercano Siepraw, vivió una parte notable de su vida en Cracovia. Esta ciudad fue el ambiente de su trabajo, de sus sufrimientos y de su maduración en la santidad. Vinculada a la espiritualidad de san Francisco de Asís, mostró una sensibilidad insólita ante la acción del Espíritu Santo. Los escritos que nos dejó dan testimonio de ello". En otro momento de la homilía, se refirió a la beata Eduvigis, reina, y a la nueva beata: "Que se unan a nuestra conciencia estas dos figuras femeninas. ¡La reina y la sirvienta! ¿Acaso no se expresa toda la historia de la santidad cristiana y de la espiritualidad edificada según el modelo evangélico en esta simple frase: "Servir a Dios es reinar"? (cf. Lumen Gentium 36). La misma verdad encuentra expresión en la vida de una gran reina y de una sencilla sirvienta".

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Jerónimo de Recanati, Beato Sacerdote, 12 Marzo  

Jerónimo de Recanati, Beato

Jerome Ghirarducci vivió en el monasterio Agustino de Recanati (Macerata), Italia.

No se tiene mucha información sobre la vida de este beato.

Sabemos que siguió un enérgico apostolado en la Provincia de Picena, a la que pertenecía, dedico su esfuerzo en lograr solucionar las constantes disputas y discordias existentes entre las familias y la ciudad.

Murió en Recanati el 12 de marzo de 1350.

Se le acredita el haber reconciliado las ciudades de Ascoli y Fermo, que se habían declarado la guerra entre ellas por lo que es venerado como un pacificador en la región de Marche (Italia).

Ya en 1369 el pueblo de Recanati celebraba publicamente la fiesta de este beato en el Segundo Domingo de Cuaresma. En estas fechas, hasta tiempos recientes, se escogía a doce pacificadores de entre los ciudadanos, seis hombres y seis mujeres, cuyo responsabilidad era solucionar disputas entre los conciudadanos.

Su culto fue confirmado por Pío VII en el año 1804. Sus restos mortales se veneran en la iglesia de San Augustine en Recanati,

Su memoria es recordada por la Familia Agustina el 12 marzo.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Pablo Aureliano de León, Santo Obispo, Marzo 12  

Pablo Aureliano de León, Santo

Obispo

Martirologio Romano: n la ciudad de Léon (hoy Saint-Paul-de-Léon), en la Bretaña Armórica, san Pablo Aureliano, primer obispo de esta ciudad (s. VI).

Etimológicamente: Pablo = Aquel que es pequeño o débil, es de origen latino.

 

Los bretones tuvieron la fortuna de haber podido escribir en su país, antes de quedar destruido por las invasiones de los nórdicos, la vida de uno de los padres de la cristiandad, con algunos de los detalles peculiares de su autor. Este era un, monje de Landévennec, llamado Wrmonoc, quien conocía bien la región de León. Terminó de escribir su obra en el año 884. El siguiente es el resumen de este documento.

Pablo Aureliano (más tarde conocido como San Pablo de León) fue el hijo de Perplises, jefe británico. Nació en Penychen (o en otro lado), en Gales del Sur. En la escuela monástica a la cual pidió ser enviado, tenía por compañeros a los santos David, Sansón y Gilas: esto sucedía en Ynys Byr, en tiempos de San Illtyd y Pablo estuvo presente en el conocido milagro del ensanchamiento de esa isla. Cuando cumplió 16 años, su patrón le permitió retirar se a un lugar solitario, pero en otro lado (¿Llanddeeusant, en Carmarthenshire?). Pablo se dirigió a un sitio donde construyó unas celdas y una capilla. Allí llevó durante varios años una vida de oración, meditación y estudio; después se ordenó sacerdote y reunió a doce compañeros para llevarlos consigo a vivir en celdas cercanas a la suya. De su retiro fue sacado a un mundo de problemas por el rey Marco, quien le pidió que se trasladara a la "Villa Bannheddos" y evangelizar a su pueblo. Esto lo hizo con tan buen éxito, que todos quisieron elegirlo obispo; pero él rehusaba aceptar y, mientras pensaba en lo que convenía hacer, un ángel se le apareció y le dijo que su vocación se encontraba más allá del mar. El rey Marco estaba poco dispuesto a dejarlo ir y con aspereza se negó a darle como regalo de despedida la campanita que pedía, una de las siete que se tocaban antes de las comidas.

A pesar de todo el santo partió con sus doce compañeros y llegó a la costa de Armónica o Británica. Pero antes de alejarse de la costa, se detuvo en una bahía (¿Cornwall?), donde su hermana llevaba una vida solitaria en compañía de unas cuantas monjas(1). Ella lo convenció para que permaneciera algunos días y, en la víspera de su partida, le rogó llorando que le obtuviera un favor de Dios. El lugar, aunque conveniente a sus propósitos, estaba demasiado cerca de "familiares molestos". "Es fácil para ti, le dijo, obtener lo que quiero con sólo pedírselo a Dios: pide que el mar se recoja en su lecho y la tierra pueda ser un poco más ancha". Entonces San Pablo y su hermana se arrodillaron en la orilla a rezar, después de poner dos hileras de piedras a lo largo del límite de las aguas bajas. Inmediatamente, el mar retrocedió, dejando la tierra seca y las piedras crecieron hasta convertirse en poderosas columnas que formaron un dique.

San Pablo y sus discípulos llegaron a la isla de Ushant, al lugar que ahora se llama Porz-Pol. Allí construyeron celdas y vivieron felizmente durante un tiempo, hasta que el ángel que San Pablo había visto antes, le indicó que avanzaran más adelante. Al llegar al continente, se internaron y se establecieron en Ploudalmezeau. Luego Pablo, nuevamente instado por el ángel, se dirigió al señor del distrito, un buen cristiano llamado Withur, quien se hizo amigo suyo y les dio la Isla de Batz, donde se estableció Pablo y construyó un monasterio. Se cuentan relatos maravillosos sobre los beneficios que dispensó el santo. Mató un dragón que había causado grandes daños, enseñó a la gente cómo obtener miel, agrupando a las abejas salvajes y colocándolas en panales, y domesticó a un jabalí, cuyos descendientes permanecieron en León por muchas generaciones.

Un día, cuando Pablo estaba conversando con Withur, un pescador se les acercó a enseñarles un pez que había sacado. En su cabeza tenía encajada una campana que (curiosamente) resultó ser la misma que el rey Marco había rehusado a San Pablo. (Como prueba de la autenticidad de este incidente, los campesinos de León señalan la antigua campana que se guarda en su catedral, hecha con una aleación de cobre y plata. Se le atribuyen propiedades milagrosas).

La gente que había sido beneficiada con las enseñanzas y los milagros de San Pablo, comenzó a pedirlo como obispo. Withur también lo deseaba, pero sabía la indisposición del santo para aceptar tal dignidad y por lo tanto, tuvo que recurrir a una estratagema. Le dio una carta y le pidió que la llevara él mismo a manos del rey Childeberto, en París, ya que contenía asunto de gran importancia. En realidad, era una petición para que designaran obispo a San Pablo. Este protestó con tenacidad, pero el rey lo hizo consagrar y luego lo mandó de regreso a León, donde fue recibido entre aclamaciones. El nombre del "Oppidum" donde se hallaba su sede, se cambió a St-Paul de León, en su memoria. Ahí llevó la misma vida austera de antes, alimentándose sólo de pan y agua, con excepción de los días festivos, en los que comía un poco de pesca do. Parece que Withur le cedió su casa en la Isla de Batz, como monasterio para sus monjes. Ahí gustaba de retirarse el santo obispo para dedicarse a la oración y contemplación. Vivió hasta edad muy avanzada y renunció a su cargo algunos años antes de morir. Terminó sus días en el monasterio de Batz, luego de haber visto morir a dos obispos que él mismo consagró para que le sucedieran. San Pablo gozaba del don de profecía y previó las incursiones de los nórdicos, según Wrmonoc, el testigo que relata los últimos momentos del santo en forma sencilla y emocionante.

Para la discusión de esta narración, que de ninguna manera deberá tomare como válida en toda su extensión, el lector puede remitirse a las obras mencionadas posteriormente. Puede agregarse que existen muchas huellas de San Pablo Aureliano en Gales y en Cornwall, en Paul, cerca de la orilla occidental de Mount´s Bay. Si el pequeño monasterio de su hermana estaba de verdad cerca, en el Lago Gwavas (como creyó Charles Henderson), es una coincidencia interesante, que, cuando la Revolución Francesa lo desterró, el último obispo de León, Juan Francisco de la Marche, arribara a Mount´s Bay en 1791, nueve días antes de la fiesta de San Pablo. Esta fiesta se observa ahora en la diócesis de Quimper y en el monasterio de Caldey.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Maximiliano de Tébessa, Santo Mártir, 12 Marzo  

Maximiliano de Tébessa, Santo

La "PASIÓN" de San Maximiliano es uno de los más valiosos documentos de una pequeña colección. Es el relato auténtico de un contemporáneo, sin adornos teóricos, del juicio y muerte de uno de los primeros mártires. Se desarrolla como sigue:

Durante el consulado de Tuscus y Anulinus, el 12 de marzo, en Tebessa, Numidia, comparecieron ante la corte Fabio Víctor y Maximiliano. El juez, Pompeyano, abrió el caso con estas palabras: "Fabio Víctor está ante el comisario del César, Valeriano Quintiniano. Exijo que Maximiliano, hijo de Víctor, conscripto apropiado para el servicio, sea medido".

El procónsul Dion preguntó al joven por su nombre y él contestó: "¿Qué caso tiene responder? No puedo ser anotado en las listas, puesto que soy cristiano". El procónsul no lo atendió y ordenó que midieran su estatura. Pero el joven insistió: "No puedo servir; no puedo hacer mal a nadie. Soy cristiano". El procónsul repitió la orden y el ujier informó que Maximiliano medía 1.75 m. Luego el procónsul dijo que se le debería dar el emblema militar, pero Maximiliano persistía: "¡Nunca! No puedo ser soldado".

Dion: Debes servir o morir.
Maximiliano: Nunca serviré. Pueden decapitarme, pero no seré un soldado de este mundo, ya que soy un soldado de Cristo.
Dion:: ¿ De dónde has sacado esas ideas?
Maximiliano: De mi conciencia y de Aquél que me ha llamado.
Dion:: (A Fabio Víctor): Corrige a tu hijo.
Víctor: El tiene sus ideas y no cambiará.
Dion:: (A Maximiliano): Sé un soldado y acepta el emblema del emperador.
Maximiliano: Nunca. Ya llevo conmigo la marca de Cristo mi Señor.
Dion:: Te enviaré a tu Cristo inmediatamente.
Maximiliano: No puedo pedir nada mejor. Hazlo pronto, que allá está mi gloria.
Dion: (Al oficial de reclutas): Dadle el emblema.
Maximiliano: No lo aceptaré. Si tú insistes, le quitaré la efigie del emperador. Soy un cristiano y no se me permite portar en el cuello ese emblema, puesto que ya llevo la sagrada señal de Cristo, el Hijo de Dios Vivo a quien tú no conoces, el Cristo que sufrió por nuestra salvación y a quien Dios nos entregó para que muriera por nuestros pecados. Es a El a quien todos nosotros los cristianos servimos, a El a quien seguiremos, pues El es el Señor de la Vida y el Autor de nuestra salvación.
Dion:: Únete al servicio y acepta el emblema, o si no, perecerás miserablemente.
Maximiliano: No pereceré: mi nombre está ya desde ahora delante de Dios. Me rehúso a servir.
Dion:: Eres un hombre joven y la profesión de las armas va de acuerdo a tus años. Sé un soldado.
Maximiliano: Mi ejército es el de Dios y no puedo pelear por este mundo; como te digo, soy cristiano.
Dion:: Hay soldados cristianos al servicio de nuestros soberanos Diocleciano y Maximiano, Constantino y Galerio.
Maximiliano: Eso es cosa de ellos. Yo también soy cristiano y no puedo servir.
Dion:: Pero ¿ qué daño pueden hacer los soldados?
Maximiliano: Tú lo sabes bien.
Dion:: Si no haces tu servicio, te condeno a muerte por desacato al ejército.
Maximiliano: No moriré. Si me voy de este mundo, mi alma irá con Cristo mi Señor.
Dion:: Anoten su nombre. ..Tu rebeldía te hace rehusar el servicio militar y serás castigado por ello para escarmiento de los demás.
Procedió entonces a leer la sentencia:
Dion:: Maximiliano ha rehusado el juramento militar por rebeldía. Deberá ser decapitado.
Maximiliano: ¡Alabado sea Dios!

Maximiliano tenía veintiún años tres meses y dieciocho días de edad. De camino al sitio de la ejecución, habló a los cristianos: "Amados hermanos, apresúrense a alcanzar la visión de Dios y a merecer una corona como la mía, con todas sus fuerzas y el más profundo anhelo". Estaba radiante. Después se dirigió a su padre: "La túnica que me tenías preparada para cuando fuera soldado, dásela al lictor. El fruto de esta buena obra será multiplicado cientos de veces. ¡Déjame que te dé la bienvenida en el cielo y glorifique a Dios contigo! "

Al primer golpe lo decapitaron.

Una matrona llamada Pompeya obtuvo el cuerpo de Maximiliano y lo llevó en su litera a Cartago, donde lo sepultó cerca del de San Cipriano, no lejos del palacio.

Víctor se fue a su casa regocijado, agradeciendo al Señor por permitirle. enviar tal regalo al cielo. No tardó mucho en seguir a su hijo. Amén.

El texto de la "pasión" está en el Acta Sanctorum, marzo, vol.
II y Acta Sincera, de Ruinart. Véase Histoire des Persécutions, de Allard, vol. IV; Les Passions des martyrs, de Delehaye, pp. 104-110. En el siglo III, el ejército romano estaba formado principalmente por voluntarios, pero los hijos de los veteranos tenían la obligación de servir. El rechazo de San Maximiliano a esta obligación ha ocasionado controversias entre ciertos escritores (por ejemplo Paul Allard); los puntos de vista de la Iglesia primitiva sobre el servicio militar se pueden examinar convenientemente (sin que sea necesario aceptar todas sus conclusiones) en la obra del escolástico protestante Dr. C. J. Cadoux, The Early Christian Attitude to War. Cf. San Victricius (agosto 7) y San Martín de Tours (noviembre 11). En el Martirologio Romano, San Maximiliano es llamado Maximilianus, y erróneamente se considera a Roma como el lugar de su martirio.

Se cree que el martirio pudo ser en algún lugar cerca de Cartago. para ello se usa como referencia el penúltimo párrafo. La mensión de Tebessa pudo ser un error de transcripción de un copista.

lictor:Entre los romanos, ministro de justicia que precedía con las fasces a los cónsules y a otros magistrados.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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