J†A
JMJ
Pax
Sé que tú
eres el Santo de Dios
† Lectura del
santo Evangelio según san Lucas 4, 31-37
Gloria a ti,
Señor.
En aquel
tiempo, Jesús fue a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y los sábados enseñaba a la
gente. Todos estaban asombrados de sus enseñanzas, porque hablaba con
autoridad.
Había en la sinagoga un hombre que tenía un demonio inmundo y se puso a gritar muy fuerte: "¡Déjanos! ¿Por qué te metes con nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a destruirnos? Sé que tú eres el Santo de Dios".
Pero Jesús le ordenó:
"Cállate y sal de ese hombre".
Entonces el demonio tiró al hombre por tierra, en medio de la gente, y salió de él sin hacerle daño. Todos se espantaron y se decían unos a otros:
"¿Qué tendrá su palabra? Porque da órdenes con autoridad y fuerza a los espíritus inmundos y estos se salen".
Y su fama se extendió por todos los lugares de la región.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Había en la sinagoga un hombre que tenía un demonio inmundo y se puso a gritar muy fuerte: "¡Déjanos! ¿Por qué te metes con nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a destruirnos? Sé que tú eres el Santo de Dios".
Pero Jesús le ordenó:
"Cállate y sal de ese hombre".
Entonces el demonio tiró al hombre por tierra, en medio de la gente, y salió de él sin hacerle daño. Todos se espantaron y se decían unos a otros:
"¿Qué tendrá su palabra? Porque da órdenes con autoridad y fuerza a los espíritus inmundos y estos se salen".
Y su fama se extendió por todos los lugares de la región.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos
tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al
menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María,
llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las
mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es
igual: las “palabras de vida
eterna” (Jn 6,68; Hc
7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar
por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a
Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la
Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a
Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que
hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y
de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d)
pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del
mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Nota: es una
película protestante, por eso falta LA MADRE.
El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús
está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: “si no coméis la
carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros” (Jn 6,53;
1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera
"si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana".
Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión)
con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del
Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda
su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar
eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta
del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el
altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: “Te amo, pero no quiero
verte todos los días, y menos los de descanso”? ¿Le ama realmente?
Faltar a
Misa viola los principales mandamientos: el primero (“Amar a Dios sobre todas
las cosas”) y tercero (“Santificar las fiestas”). Por nuestro propio bien y
evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168
horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los “dioses” son el descanso,
entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al
oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías
para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! “Una misa vale más que todos los
tesoros del mundo”… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la
Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch
20,7; 2 Ts 2,15).
Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir “Padre Nuestro” si rechazamos
volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir “Santificado sea Tu Nombre”, “Venga a
nosotros Tu Reino”, “Hágase Tu Voluntad”, “Danos hoy nuestro pan
supersubstancial de cada día” y “no nos dejes caer en la tentación más líbranos
del malo”, si todo eso lo obtenemos de la Misa?
Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la
santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es
posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en
la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos
los pecados mortales: “quien come y bebe sin
discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación” (1 Cor
11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no
confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al
menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los
métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho
a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación
natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por
iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a
reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo
importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende
la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo
1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales
objetivamente, pero subjetivamente,
pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que
lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).
† Misal
mar 22a.
Ordinario año impar
Confío, Señor, en tu misericordia;
alegra mi corazón con tu auxilio. Cantaré al Señor por el bien que me ha hecho.
Oremos:
Concédenos, Señor, ser dóciles a las inspiraciones de tu Espíritu, para que realicemos siempre en nuestra vida tu santa voluntad.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Concédenos, Señor, ser dóciles a las inspiraciones de tu Espíritu, para que realicemos siempre en nuestra vida tu santa voluntad.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Jesucristo murió por nosotros para que
vivamos con él
Lectura de la primera carta del apóstol
san Pablo a los Tesalonicenses 5, 1-6. 9-11
Hermanos: En lo referente al tiempo y a
las circunstancias de la venida del Señor, no necesitan que les escriba. Saben
perfectamente que el día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Cuando
estén diciendo: "¡Qué paz y qué seguridad tenemos!", de repente les
vendrá la catástrofe, como de repente le vienen a la mujer encinta los dolores
del parto, y no podrán escapar.
Pero a ustedes, hermanos, ese día no los tomará por sorpresa como un ladrón, porque ustedes no viven en tinieblas, sino que son hijos de la luz y del día, no de la noche y las tinieblas.
Por tanto, no vivamos dormidos como los malos; antes bien, mantengámonos despiertos y vivamos sobriamente. Porque Dios no nos ha destinado al castigo eterno, sino a obtener la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo. Porque él murió por nosotros para que, despiertos o dormidos vivamos siempre con él. Por eso, anímense mutuamente y ayúdense unos a otros a progresar, como de hecho ya lo hacen.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Pero a ustedes, hermanos, ese día no los tomará por sorpresa como un ladrón, porque ustedes no viven en tinieblas, sino que son hijos de la luz y del día, no de la noche y las tinieblas.
Por tanto, no vivamos dormidos como los malos; antes bien, mantengámonos despiertos y vivamos sobriamente. Porque Dios no nos ha destinado al castigo eterno, sino a obtener la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo. Porque él murió por nosotros para que, despiertos o dormidos vivamos siempre con él. Por eso, anímense mutuamente y ayúdense unos a otros a progresar, como de hecho ya lo hacen.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 26
El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a
quién voy a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién podrá
hacerme temblar?
El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación.
Lo único que pido, lo único que busco,
es vivir en la casa del Señor toda mi vida, para disfrutar las bondades del
Señor y estar continuamente en su presencia.
El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación.
La bondad del Señor espero ver en esta
misma vida. Armate de valor y fortaleza y en el Señor confía.
El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación.
Aleluya, aleluya.
Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.
Aleluya.
Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.
Aleluya.
Sé que tú eres el Santo de Dios
† Lectura del santo Evangelio según san
Lucas 4, 31-37
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús fue a Cafarnaún,
ciudad de Galilea, y los sábados enseñaba a la gente. Todos estaban asombrados
de sus enseñanzas, porque hablaba con autoridad.
Había en la sinagoga un hombre que tenía un demonio inmundo y se puso a gritar muy fuerte: "¡Déjanos! ¿Por qué te metes con nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a destruirnos? Sé que tú eres el Santo de Dios".
Pero Jesús le ordenó:
"Cállate y sal de ese hombre".
Entonces el demonio tiró al hombre por tierra, en medio de la gente, y salió de él sin hacerle daño. Todos se espantaron y se decían unos a otros:
"¿Qué tendrá su palabra? Porque da órdenes con autoridad y fuerza a los espíritus inmundos y estos se salen".
Y su fama se extendió por todos los lugares de la región.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Había en la sinagoga un hombre que tenía un demonio inmundo y se puso a gritar muy fuerte: "¡Déjanos! ¿Por qué te metes con nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a destruirnos? Sé que tú eres el Santo de Dios".
Pero Jesús le ordenó:
"Cállate y sal de ese hombre".
Entonces el demonio tiró al hombre por tierra, en medio de la gente, y salió de él sin hacerle daño. Todos se espantaron y se decían unos a otros:
"¿Qué tendrá su palabra? Porque da órdenes con autoridad y fuerza a los espíritus inmundos y estos se salen".
Y su fama se extendió por todos los lugares de la región.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Que este sacrificio de acción de gracias
y de alabanza nos ayude, Señor, a conseguir nuestra salvación eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Restauración universal en Cristo
En verdad es justo y necesario, es
nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre
santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
A quien hiciste fundamento de todo y de cuya plenitud quisiste que participáramos todos. Siendo él de condición divina, se despojó de su rango, y por su sangre derramada en la cruz puso en paz todas las cosas; y así, constituido Señor del universo, es fuente de salvación eterna para cuantos creen en él.
Por eso,
con los ángeles y arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
A quien hiciste fundamento de todo y de cuya plenitud quisiste que participáramos todos. Siendo él de condición divina, se despojó de su rango, y por su sangre derramada en la cruz puso en paz todas las cosas; y así, constituido Señor del universo, es fuente de salvación eterna para cuantos creen en él.
Por eso,
con los ángeles y arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Proclamaré Señor, todas tus maravillas,
me alegraré en ti y entonaré salmos a tu nombre, Dios altísimo.
Oremos:
Que el Cuerpo y la Sangre de Cristo que nos has dado, Señor, en este sacramento, sean para nosotros prenda segura de vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
Que el Cuerpo y la Sangre de Cristo que nos has dado, Señor, en este sacramento, sean para nosotros prenda segura de vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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Memoria opcional por Madre Teresa de
Calcuta
Oración inicial
Oh Dios, que
llamaste a Santa Teresa, virgen,
para que
correspondiera al amor de tu Hijo, sediento en la cruz
con una eximia
caridad hacia los más pobres,
te pedimos que
nos concedas, por su intercesión,
servir a
Cristo en los hermanos afligidos.
Por
Jesucristo, nuestro Señor, tu Hijo,
que vive y
reina contigo y con el Espíritu Santo,
un solo Dios,
por los siglos de los siglos. Amén
Las lecturas para la Liturgia de la
Palabra de la Misa votiva pueden tomarse de las lecturas del día o del Propio
de las Vírgenes o de las Santas Mujeres.
FOR DIOCESES which have requested and
received the approval of the Congregation for Divine Worship and the Discipline
of Sacraments (CDWDS) to inscribe Blessed Teresa of Calcutta in their
local Diocesan Liturgical Calendar and for MISSIONARIES OF CHARITY in those
Dioceses Permission for public cult includes the following:
The liturgical celebration of Blessed Teresa on 5
September is observed by the Missionaries of Charity as a
“feast”; for all others the celebration is observed as an “optional
memorial”.
The
Opening Prayer of the Mass (approved by the CDWDS and available
through the local bishop) is proper to Blessed Teresa.
All other prayers and the readings are taken from the Common of
Virgins or Holy Women. (For the Liturgical Texts: View the
section of : Prayer/Liturgical Prayer-Feast)
A votive Mass (using the Opening Prayer of
the feast) may be offered on days on which votive Masses are allowed. The
readings for the Liturgy of the Word may be taken from the day or from the
Common of Virgins or Holy Women (see Introduction to the Lectionary
for precise guidelines).
The Liturgy of the Hours may be celebrated in Blessed Teresa’s
honor on 5 September. Until canonization, everything
is taken from the Common of Virgins or Holy Women, except the
concluding prayer of Morning and Evening Prayer (which is the same as the Opening
Prayer for the Mass) and the second
reading in the Office of Readings.
God, who called blessed Teresa, virgin
to respond to the love of your Son thirsting on the cross
with outstanding charity to the poorest of the poor,
grant us, we beseech you,
by her intercession,
to minister to Christ in his suffering brothers.
Through our Lord Jesus Christ your Son
who lives and reigns with you and the Holy Spirit,
one God, for ever and ever.
Amen
For the office of Readings:
From the Common of Virgins or Holy Women:
Offices of the Readings Second Reading From the last letter of
Mother Teresa, M.C. to the Missionary of Charity Sisters, dated 5th September
1997.
My dearest Children, This brings you Mother’s love, prayer and
blessing that each one of you may be only all for Jesus through Mary. I know
that Mother says often–“Be only all for Jesus through Mary”–but that is because
that is all Mother wants for you, all Mother wants from you. If in your heart
you are only all for Jesus through Mary, and if you do everything only all for
Jesus through Mary, you will be a true Missionary of Charity. Thank you for all
the loving wishes you sent for the Society Feast. We have much to thank God
for, especially that He has given us Our Lady’s spirit to be the spirit of our
Society. Loving Trust and Total Surrender made Our Lady say “Yes” to the
message of the angel, and Cheerfulness made her to run in haste to serve her
cousin Elizabeth. That is so much our life--saying “Yes” to Jesus and running
in haste to serve Him in the poorest of the poor. Let us keep close to Our Lady
and she will make that same spirit grow in each one of us. September 10th is
coming very close. That is another beautiful chance for us to stand near Our
Lady, to listen to the Thirst of Jesus and to answer with our whole heart. It
is only with Our Lady that we can hear Jesus cry, “I Thirst”, and it is only
with Our Lady that we can thank God properly for giving this great gift to our
Society. Last year was the Golden Jubilee of Inspiration Day, and I hope that
the whole year has been one of thanksgiving. We will never come to the end of
the gift that came to Mother for the Society on that day, and so we must never
stop thanking for it. Let our gratitude be our strong resolution to quench the
Thirst of Jesus by lives of real charity–love for Jesus in prayer, love for
Jesus in our Sisters, love for Jesus in the poorest of the poor–nothing else.
And now I have heard that Jesus is giving us one more gift. This year, one
hundred years after she went home to Jesus, Holy Father is declaring Little
Flower to be a Doctor of the Church. Can you imagine–for doing little things
with great love the Church is making her a Doctor, like St. Augustine and the
big St. Teresa! It is just like Jesus said in the Gospel to the one who was
seated in the lowest place, “Friend, come up higher.” So let us keep very small
and follow Little Flower’s way of trust and love and joy, and we will fulfil
Mother’s promise to give saints to mother Church.
Responsory
V. Come, O blessed of My Father, inherit the Kingdom prepared
for you from the foundation of the world.
(Mt. 25: 34)
R. For I was hungry and you gave Me food, I was thirsty and you
gave Me drink, I was a stranger and you welcomed Me. (Mt. 25:35)
V. Truly, I say to you, as you did it to one of the least of
these my brethren, you did it to Me. (Mt. 25:40)
R. For I was hungry and you gave Me food, I was thirsty and you
gave Me drink, I was a stranger and you welcomed Me. (Mt. 25:35)
God, who called blessed Teresa, virgin to respond to the love of
your Son thirsting on the cross with outstanding charity to the poorest of the
poor, grant us, we beseech you, by her intercession, to minister to Christ in
his suffering brothers.
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† Meditación diaria
22ª semana.
Martes
ENSEÑABA CON
AUTORIDAD
— Jesús
imparte su doctrina con poder y fuerza divina.
— Al leer el
Evangelio cada día es Jesús quien nos habla, nos enseña y nos consuela.
— Cómo
encontrarle en esta lectura del Evangelio.
I. Los Evangelistas,
repetidas veces señalan la sorpresa de las gentes y de los mismos discípulos
ante la doctrina de Jesús y sus prodigios1, y sienten cierto temor a interrogarle2... Era un temor reverencial ante la majestad de Cristo, reflejada en
sus palabras y en sus obras, que se apoderaba de las muchedumbres y las
cautivaba. San Lucas nos relata en el Evangelio de la Misa3 cómo, después de haber curado Jesús a un endemoniado, quedaron
todos atemorizados, y se decían unos a otros: ¿Qué palabra es esta que con
potestad y fuerza manda a los espíritus y salen? Y San Marcos señala
en otra ocasión que las gentes estaban admiradas de su doctrina, pues
les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas4. A través de su Santísima Humanidad hablaba la Segunda Persona de la
Trinidad, y las gentes, conscientes de su poder extraordinario, acuden para
señalarle a los nombres y a las jerarquías más altas que conocían: ¿Será el
Bautista, Elías, Jeremías o alguno de los Profetas?5. Bien cortos se quedaron.
El pueblo que
escuchaba a Jesús percibió con claridad la diferencia radical que había entre
el modo de enseñar de los escribas y fariseos y la seguridad y fuerza con que
Jesucristo declaraba su doctrina. Jesús no expone una mera opinión, ni da
muestra alguna de inseguridad o de duda6. No habla, como otros profetas, en nombre de Dios; no es un profeta
más. Habla en nombre propio: Yo os digo... Enseña los
misterios de Dios y cómo han de ser las relaciones entre los hombres, y apoya
sus enseñanzas con los milagros; explica su doctrina con sencillez y con
potestad porque habla de lo que ha visto7, y no necesita largos razonamientos. «Nada prueba, no se justifica, no
argumenta. Enseña. Se impone, porque la sabiduría que de Él emana es
irresistible. Cuando se ha apreciado esta sabiduría, cuando se tiene el corazón
lo bastante puro para estimarla, se sabe que no puede existir otra. No se
siente la necesidad de comparar, de estudiar. Se ve.
»Se ve que es
lo absoluto; se ve que frente a Él todo es polvo; se ve que Él es la Vida.
Igual que las estrellas se apagan cuando sale el sol, así ocurre con todas las
sabidurías y todas las escuelas. Señor, ¿a quién iríamos? Tú tienes palabras de
vida eterna»8.
Jesús nos
sigue hablando a cada uno, personalmente, en la intimidad de la oración, al
leer cada día el Evangelio... Hemos de aprender a escucharle también entre los
mil sucesos del día, y en lo que en nuestro lenguaje llamamos fracaso o dolor.
«Al abrir el Santo Evangelio, piensa que lo que allí se narra –obras y dichos
de Cristo– no solo has de saberlo, sino que has de vivirlo. Todo, cada punto
relatado, se ha recogido, detalle a detalle, para que lo encarnes en las
circunstancias concretas de tu existencia.
»—El Señor
nos ha llamado a los católicos para que le sigamos de cerca y, en ese Texto
Santo, encuentras la Vida de Jesús; pero, además, debes encontrar tu propia
vida.
»(...) toma
el Evangelio a diario, y léelo y vívelo como norma concreta. —Así han procedido
los santos»9.
II. La
doctrina de Jesús tenía tal fuerza y autoridad que algunos de los que le
escuchaban exclaman que nunca en Israel se había oído algo parecido10. Los escribas enseñaban también al pueblo lo que está escrito en Moisés
y los Profetas, comenta San Beda; pero Jesús predicaba al pueblo como Dios y
Señor del mismo Moisés11.
Las palabras
de Jesús estaban llenas de vida, penetraban hasta el fondo del alma. Cuando
Juan el Bautista señaló a Jesús que pasaba12, dos de sus discípulos le siguieron y permanecieron con Él aquel día.
San Juan, el Evangelista que recogió los grandes diálogos de Jesús, en esta
ocasión calla. Solo nos dice que le encontraron alrededor de la hora
décima, hacia las cuatro de la tarde. Cuando, pasados muchos años, escribe
su Evangelio, nos quiso dejar para siempre el momento preciso e
inolvidable de su primer encuentro con el Maestro. ¿Qué les diría el
Señor? Solo sabemos el resultado por las palabras de Andrés, el otro discípulo
que siguió a Jesús: ¡Hemos encontrado al Mesías!13, le comunica a su hermano Simón. Dios se metió aquella tarde en lo más
profundo del corazón de aquellos hombres. Cuando abrimos nosotros el alma, las
palabras de Jesús también calan y transforman. Como aquellos otros que habían
sido enviados para detenerle y volvieron sin Él14. ¿Por qué no lo habéis traído?, les increpan los fariseos.
Y ellos responden rotundamente: Nunca un hombre ha hablado como este
hombre.
Las palabras
de Jesús encierran una sabiduría infinita, que entiende el filósofo y quien no
tiene letras, jóvenes, niños, hombres y mujeres..., todos. Habla de lo más
sublime con las palabras más sencillas; su doctrina –profunda como no habrá
jamás otra– está al alcance de todos. En su predicación recurre a menudo a
figuras y a imágenes conocidas por el público, que dan a su predicación una
belleza y un atractivo incomparable. Los pormenores más sencillos sirven para
expresar los rasgos más sublimes de una doctrina nueva y de una profundidad
misteriosa e inabarcable.
Toda la vida
del Señor fue una enseñanza continua: «su silencio, sus milagros, sus gestos,
su oración, su amor al hombre, su predilección por los pequeños y los pobres,
la aceptación del sacrificio total en la Cruz por la salvación del mundo, su
Resurrección, son la actuación de su palabra y el cumplimiento de la
revelación. Estas consideraciones (...) reafirman en nosotros el fervor hacia
Cristo que revela a Dios a los hombres y al hombre a sí mismo; el Maestro que
salva, santifica y guía, que está vivo, que habla, que exige, que conmueve, que
endereza, juzga, perdona, camina diariamente con nosotros en la historia; el
Maestro que viene y que vendrá en la gloria»15.
En el Santo
Evangelio encontramos cada día a Cristo mismo que nos habla, nos enseña y nos
consuela. En su lectura –unos pocos minutos cada día– aprendemos a conocerle
cada vez mejor, a imitar su vida, a amarle. El Espíritu Santo –autor principal
de la Escritura Santa– nos ayudará, si acudimos a Él en petición de ayuda, a
ser un personaje más de la escena que leemos, a sacar una enseñanza, quizá
pequeña pero concreta, para ese día.
III. «Tu
oración –enseña San Agustín– es como una conversación con Dios. Cuando lees,
Dios te habla a ti; cuando oras, tú le hablas a Él»16. El Señor nos habla de muchas maneras cuando leemos el Santo Evangelio:
nos da ejemplo con su vida para que le imitemos en la nuestra; nos enseña el
modo de comportarnos con nuestros hermanos; nos recuerda que somos hijos de
Dios y que nada debe quitarnos la paz; llama la atención de nuestros corazones,
para perdonar ese pequeño agravio que hemos recibido; nos alienta a preparar
con esmero la Confesión frecuente, donde nos espera el Padre del Cielo para
darnos un abrazo; nos pide que en esa jornada seamos misericordiosos con los
defectos ajenos, pues Él lo fue en grado sumo; nos impulsa a santificar el trabajo,
haciéndolo con perfección humana, pues fue su quehacer durante tantos años de
su vida en Nazaret... Cada día podemos sacar un propósito, una enseñanza, un
pensamiento que recordaremos mientras trabajamos. Por esto, si es posible, será
mejor que leamos esos breves minutos a primera hora del día para ejercitarnos
luego en esa enseñanza sencilla que tanto nos ayudará a mejorar un poco cada
jornada. Hay incluso quien lo lee de pie, recordando la vieja
costumbre de los primeros cristianos, que permanece en el gesto de la Misa de
escuchar el Evangelio en esta actitud de vigilia.
Mucho bien
hará a nuestra alma procurar que la lectura del Evangelio nos dé frecuentemente
la trama de la oración: unas veces porque nos introduciremos en la escena como
lo haría alguno que vio el grupo reunido en torno a Jesús, o se paró en la
puerta desde donde el Maestro enseñaba, o a la orilla del lago... Quizá solo
llegó hasta él una parte de la parábola o unas frases aisladas, pero aquello
fue suficiente para que algo muy profundo comenzara a cambiar en su alma; en
otras ocasiones nos atreveremos a decirle alguna cosa: quizá lo que aquellos
mismos personajes le hablaban o le gritaban, porque era mucha su
necesidad: Domine, ut videam!17, que vea, Señor, da luz a mi alma, enciéndeme; ¡Oh Dios!, ten
piedad de mí, que soy un pecador18, le suplicaremos con palabras del publicano que no se sentía digno de
estar delante de su Dios; Domine, tu omnia nosti... Señor, Tú sabes
todas las cosas, Tú sabes que te amo19..., y las palabras de Pedro tomarán en nuestro corazón un acento
personal, y le expresaremos los sentimientos y deseos de amor y de purificación
que llenan nuestro corazón... Muchas veces contemplaremos su Santísima
Humanidad, y el verle perfecto Hombre nos moverá a quererle
más, a tener deseos de serle más fieles. Le veremos trabajando en Nazaret,
ayudando a San José, cuidando más tarde de su Madre..., o cansado porque han
sido muchas las horas que ha predicado durante ese día, o el camino ha sido muy
largo...
Todos los
días, mientras leemos el Evangelio, pasa Jesús junto a nosotros. No dejemos de
verlo y de oírlo, como aquellos discípulos que se encontraron con Él en el
camino de Emaús. «“Quédate con nosotros, porque ha oscurecido...”. Fue eficaz
la oración de Cleofás y su compañero.
»—¡Qué pena,
si tú y yo no supiéramos “detener” a Jesús que pasa!, ¡qué dolor, si no le
pedimos que se quede!»20.
1 Cfr. Mc 9,
6; 6, 51; etc. — 2 Cfr. Mc 9,
32. — 3 Lc 4,
31-37. — 4 Mc 1,
22. — 5 Cfr.Mt 16,
14. — 6 Cfr. Sagrada
Biblia, Santos Evangelios, EUNSA, Pamplona 1983, nota a Mt 7,
28-29. — 7 Cfr. Jn 3,
11 — 8 J.
Leclerq, Treinta meditaciones sobre vida cristiana, pp. 53-54.
— 9 San
Josemaría Escrivá, Forja, n. 754. — 10 Cfr. Lc 19,
48;Jn 7, 46. — 11 San
Beda, Comentario al Evangelio de San Marcos, 1, 21. — 12 Cfr.Jn 1,
35 ss. — 13 Jn 1,
41. — 14 Jn 7,
46 ss. — 15 Juan
Pablo II, Exhor. Apost.Catechesi tradendae, 16-X-1979, 9. — 16 San
Agustín, Comentario sobre los Salmos, 85, 7. — 17 Mt 10,
51. — 18 Lc 18,
13. — 19 Jn 21,
17. — 20 San
Josemaría Escrivá,Surco, n. 671.
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Fuente: judithcorsino.com
Santa Teresa de Calcuta, Fundadora, 5 de septiembre
Teresa (Inés) Gonhxa Bojaxhiu
Martirologio
Romano: En la ciudad de Calcuta, en la India, beata Teresa
(Inés) Gonhxa Bojaxhiu, virgen, que, nacida en Albania, trató de apagar la sed
de Cristo clavado en la cruz atendiendo con eximia caridad a los hermanos más
pobres, y fundó las congregaciones de Misioneros y Misioneras de la Caridad,
para servir a los enfermos y abandonados (1997).
La Madre Teresa fue albanesa de
nacimiento y su nombre original es Agnes Gonxha Bojaxhiu. En el año 1948 la
Madre Teresa adquirió la ciudadanía hindú. A los 18 años de edad, la Madre
Teresa ingresó a la Orden de las Hermanas de Nuestra Señora de Loreto en
Irlanda. Recibió su formación religiosa en Dublín, Irlanda y en Dardjiling,
India.
En el año 1931, la Madre Teresa tomó el nombre de Teresa en honor a una monja francesa, Thérèse Martin quien fue canonizada en 1927 con el título de Santa Thérèse de Lisieux. En el año 1937 la Madre Teresa tomó los votos religiosos y enseñó por 20 años en el Colegio Santa María en Calcuta, India y en el año 1946, precisamente el 10 de setiembre, recibió otro llamado de Dios, el servicio hacia los más pobres. En el año 1948, el Papa Pio XII le concedió a la Madre Teresa permiso para dejar sus funciones como monja independiente y empezó a compartir su vida en las calles de Calcuta con los más pobres, los enfermos y los hambrientos.
La Madre Teresa fundó una congregación llamada las Misioneras de la Caridad. Su trabajo inicial fue el de enseñar a leer a los niños pobres de la calle. En el año 1950, la Madre Teresa empezó a ayudar a las personas enfermas de lepra. En el año 1965, el Papa Pablo VI colocó a la congregación de las Misioneras de la Caridad bajo el control del Papado y autorizó a la Madre Teresa a expandir la Orden religiosa en otros países. Alrededor de todo el mundo se abrieron centros para atender leprosos, ancianos, ciegos y personas que padecen del SIDA y se fundaron escuelas y orfanatos para los pobres y niños abandonados.
La Madre Teresa merece un lugar especial en esta red gigantesca de comunicación porque su obra es un mensaje de amor. Su trabajo demuestra que una convicción verdadera siempre está acompañada por una acción, que el amor en acción es servicio. Ganó el Premio Nobel de la Paz en el año 1979 contra su voluntad pero que agradeció en nombre de los más pobres entre los pobres.
En el año 1931, la Madre Teresa tomó el nombre de Teresa en honor a una monja francesa, Thérèse Martin quien fue canonizada en 1927 con el título de Santa Thérèse de Lisieux. En el año 1937 la Madre Teresa tomó los votos religiosos y enseñó por 20 años en el Colegio Santa María en Calcuta, India y en el año 1946, precisamente el 10 de setiembre, recibió otro llamado de Dios, el servicio hacia los más pobres. En el año 1948, el Papa Pio XII le concedió a la Madre Teresa permiso para dejar sus funciones como monja independiente y empezó a compartir su vida en las calles de Calcuta con los más pobres, los enfermos y los hambrientos.
La Madre Teresa fundó una congregación llamada las Misioneras de la Caridad. Su trabajo inicial fue el de enseñar a leer a los niños pobres de la calle. En el año 1950, la Madre Teresa empezó a ayudar a las personas enfermas de lepra. En el año 1965, el Papa Pablo VI colocó a la congregación de las Misioneras de la Caridad bajo el control del Papado y autorizó a la Madre Teresa a expandir la Orden religiosa en otros países. Alrededor de todo el mundo se abrieron centros para atender leprosos, ancianos, ciegos y personas que padecen del SIDA y se fundaron escuelas y orfanatos para los pobres y niños abandonados.
La Madre Teresa merece un lugar especial en esta red gigantesca de comunicación porque su obra es un mensaje de amor. Su trabajo demuestra que una convicción verdadera siempre está acompañada por una acción, que el amor en acción es servicio. Ganó el Premio Nobel de la Paz en el año 1979 contra su voluntad pero que agradeció en nombre de los más pobres entre los pobres.
Donaciones
Si quiere donar
dinero, alimentos, ropa usada en buen estado, o mejor aún, su voluntariado,
comuníquese con el centro más cercano (no reciben dinero de gobiernos, sólo
viven austeramente de lo que se les da):
12 cosas que tal vez no sabías de Santa Teresa de Calcuta
1. Se llamaba Agnes Gonxha Bojaxhiu
Nació el 26 de agosto de 1910 en Skopje, actual
Macedonia, que en ese entonces formaba parte de Albania. Fue bautizada con el
nombre de Agnes Gonxha Bojaxhiu. Agnes, en español es Inés y Gonxha
significa “capullo de rosa o pequeña flor”.
2. Tuvo una dura infancia
Hizo su primera comunión con cinco años y fue
confirmada a los seis; a los ocho murió su padre y su familia pasó por un periodo de
estrechez económica. Recibió una sólida formación cristiana en casa y en la
Parroquia jesuita del Sagrado Corazón de Jesús.
A los 18 años dejó su hogar para ir a Irlanda e
ingresó en el Instituto de la Bienaventurada Virgen María, más conocida como
Hermanas de Loreto. Tomó el nombre de Teresa en honor a Santa Teresa de
Lisieux, Patrona de las misiones y Doctora de la Iglesia.
4. Fue maestra en una escuela de Calcuta
Llegó a Calcuta un 6 de enero de 1929, fiesta de la
Epifanía o bajada de reyes para trabajar como maestra. El 24 de mayo de 1937,
fiesta de María Auxiliadora, realizó su profesión perpetua convirtiéndose
entonces, como ella misma dijo, en “esposa de Jesús” para “toda la eternidad”.
5. Dejó a las Hermanas de Loreto para fundar las
Misioneras de la Caridad
Estuvo muchos años en la Congregación de las Hermanas
de Loreto dedicándose a la enseñanza. El 10 de septiembre de 1946, en un viaje
para ir a su retiro anual, recibió lo que denominó la “llamada dentro de la
llamada” en la que una sed de amor y almas se apoderó de su corazón.
6. Tuvo visiones de Jesús
Mediante locuciones y visiones, Jesús le fue mostrando
la nueva misión a la que la llamaba. “Ven y sé mi luz”, le suplicó el Señor.
Cristo le reveló su dolor por el olvido de los pobres, su pena por la
ignorancia que tenían de Él y el deseo de ser amado por ellos.
La Madre Teresa dejó el convento de las
Hermanas de Loreto y vestida con el sari blanco orlado de azul se introdujo en
el mundo de los más necesitados. Recibió un curso de medicina con las Hermanas
Médicas Misioneras y encontró alojamiento temporal con las Hermanitas de los
Pobres.
Comenzaba su día con la Eucaristía y salía de casa con
el rosario en la mano para servir al
Señor en los más pobres. Acudía a la confesión una vez a la semana. Un 7 de
octubre de 1950, fiesta de Nuestra Señora del Rosario, se estableció
oficialmente la nueva congregación de las Misioneras de la Caridad.
8. Abrió su primera obra fuera de India en Venezuela
En los años sesenta, la Madre Teresa empezó a enviar a
sus hermanas a diversas partes de la India y la primera obra que abrió fuera de
ese país se estableció en Venezuela. Luego se expandieron a demás continentes,
incluso en países comunistas como la antigua Unión Soviética y Cuba.
9. Fundó varias asociaciones derivadas a las
Misioneras de la Caridad
La Madre Teresa también fundó a los Hermanos
Misioneros de la Caridad, la rama contemplativa de las Hermanas, los Hermanos
Contemplativos, los Padres Misioneros de la Caridad, los Colaboradores de Madre
Teresa y los Colaboradores Enfermos y Sufrientes. Asimismo inició el Movimiento
Sacerdotal Corpus Christi.
10. Tuvo muchos años de "oscuridad"
En su vida interior experimentó un profundo,
doloroso y constante sentimiento de separación de Dios, incluso de sentirse
rechazada por Él, unido a un deseo creciente de su amor. Ella llamó “oscuridad” a
esta experiencia interior que comenzó más o menos al inicio de su servicio a
los pobres y que continuó hasta el final de su vida.
11. Vía rápida a la santidad
La Madre Teresa y San Juan Pablo II fueron grandes amigos y se
reunieron en varias oportunidades. El mismo Santo permitió la apertura de su
causa de beatificación antes de los cinco años posteriores a la muerte del
candidato, previstos por la Iglesia y la beatificó el 19 de octubre de 2003,
día en que se celebró la Jornada Mundial de las Misiones.
12. Se pueden conseguir reliquias
según informa el sitio web oficial del Centro Madre Teresa
de Calcuta, quien desee recibir una reliquia auténtica de la
nueva Santa, y no ser víctima de comerciantes y estafadores, “puede comunicarse
con la Oficina de Postulación por correo electrónico a relic@motherteresa.org”, o escribir a su dirección
postal:
Oficina de Postulación
c/o Piazza S. Gregorio al Celio, 2
00184 Roma
Italia
c/o Piazza S. Gregorio al Celio, 2
00184 Roma
Italia
Novena de emergencia” que la Madre Teresa rezaba en apuros
Ante la gran cantidad de problemas que afrontaba con
frecuencia y en medio de un acelerado ritmo de vida, la Madre Teresa de Calcuta inventó una manera de
invocar la intercesión de la Virgen María a la que nombró “Novena de
emergencia” (Flying Novena).
Mons. Leo Maasburg, amigo y consejero espiritual de la
Santa, explica en su libro ‘Madre Teresa de Calcuta: Un retrato
personal’, que esta era “su rápida arma espiritual”.
Las novenas son oraciones que se rezan nueve días y
son bastante comunes entre la Congregación de las Misioneras de la Caridad. Sin
embargo, este rezo promovido por la Madre Teresa consistía en recitar diez
Memorares en un solo día, de forma rápida, con el propósito en mente.
Un Memorare es una oración de intercesión a la
Santísima Virgen, comúnmente atribuida a San Bernardo de Claraval, que la Madre
Teresa hacía con frecuencia.
Mons. Maasburg explicó que la Madre Teresa siempre
oraba diez Memorares porque “daba la colaboración de los cielos tanto por
sentado, que siempre añadía un décimo Memorares de inmediato, en acción de
gracias por el favor recibido”.
Esta “Novena de emergencia” tenía una cosa en común
con las novenas de nueve días e incluso con las de nueve meses: la confianza
abogando por la ayuda divina, como hicieron los apóstoles durante nueve días
junto con “María, la madre de Jesús, y las mujeres” (Hechos 1:14) a la espera
de la ayuda prometida por el Espíritu Santo.
La Madre Teresa utilizaba esta oración constantemente
para pedir por la curación de un niño enfermo, antes de conversaciones
importantes, cuando los pasaportes desaparecían, para solicitar la ayuda
celestial cuando las provisiones se acababan, etc.
El P. Brian Kolodiejchuk, postulador de la causa de
canonización de la Madre Teresa, señaló en una ocasión que la Beata enseñaba
que el Memorares “expresa de manera efectiva su confianza en el poder de la
intercesión de María como mediadora de todas las gracias”.
“Fluye desde el amor y la confianza que tenía en
María; era una forma sencilla de presentarle sus peticiones. La rápida
respuesta que recibía era su inspiración para recurrir a la Madre del Cielo cada vez con mayor confianza
a través de las palabras del Memorares”, añadió.
La oración es la siguiente:
“Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se
ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección,
implorando vuestro auxilio y reclamando Vuestro Socorro, haya sido desamparado
por Vos.
Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre,
Virgen de las Vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a
comparecer ante Vos.
Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas ante la
necesidad, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén”.
ORACIÓN PARA APRENDER A
AMAR
Señor,
cuando tenga hambre, dame alguien que necesite
comida;
cuando tenga sed, dame alguien que precise
agua;
cuando sienta frío, dame alguien que necesite
calor;
cuando sufra, dame alguien que necesite
consuelo;
cuando mi cruz parezca pesada, déjame
compartir la cruz del otro;
cuando me vea pobre, pone a mi lado algún
necesitado;
cuando no tenga tiempo, dame alguien que
precise de mis minutos;
cuando sufra humillación, dame ocasión para
elogiar a alguien;
cuando esté desanimado, dame alguien para
darle nuevos ánimos;
cuando quiera que los otros me comprendan,
dame alguien que necesite de mi comprensión;
cuando sienta necesidad de que cuiden de mí,
dame alguien a quien pueda atender;
cuando piense en mí mismo, vuelve mi atención
hacia otra persona.
Novena a Santa Teresa de
Calcuta
HOMILÍA DE JUAN PABLO II EN
LA BEATIFICACIÓN
“El que quiera ser el primero, sea esclavo de todos”
(Mc 10, 44). Estas palabras de Jesúsa sus discípulos, que acaban de resonar en
esta plaza, indican cuál es el camino que conduce a la “grandeza” evangélica.
Es el camino que Cristo mismo recorrió hasta la cruz; un itinerario de amor y
de servicio, que invierte toda lógica humana. ¡Ser siervo de todos!
Por esta lógica se dejó guiar la madre Teresa de Calcuta, fundadora de los Misioneros y de las Misioneras de la Caridad, a quien hoy tengo la alegría de inscribir en el catálogo de los beatos. Estoy personalmente agradecido a esta valiente mujer, que siempre he sentido junto a mí. Icono del buen samaritano, iba por doquier para servir a Cristo en los más pobres de entre los pobres. Ni siquiera los conflictos y las guerras lograban detenerla. De vez en cuando, venía a hablarme de sus experiencias al servicio de los valores evangélicos. Recuerdo, por ejemplo, sus intervenciones en favor de la vida y en contra del aborto, también cuando le fue conferido el premio Nobel de la paz (Oslo, 10 de diciembre de 1979). Solía decir: “Si oís que una mujer no quiere tener a su hijo y desea abortar, tratad de convencerla de que me traiga a ese niño. Yo lo amaré, viendo en él el signo del amor de Dios”.
Por esta lógica se dejó guiar la madre Teresa de Calcuta, fundadora de los Misioneros y de las Misioneras de la Caridad, a quien hoy tengo la alegría de inscribir en el catálogo de los beatos. Estoy personalmente agradecido a esta valiente mujer, que siempre he sentido junto a mí. Icono del buen samaritano, iba por doquier para servir a Cristo en los más pobres de entre los pobres. Ni siquiera los conflictos y las guerras lograban detenerla. De vez en cuando, venía a hablarme de sus experiencias al servicio de los valores evangélicos. Recuerdo, por ejemplo, sus intervenciones en favor de la vida y en contra del aborto, también cuando le fue conferido el premio Nobel de la paz (Oslo, 10 de diciembre de 1979). Solía decir: “Si oís que una mujer no quiere tener a su hijo y desea abortar, tratad de convencerla de que me traiga a ese niño. Yo lo amaré, viendo en él el signo del amor de Dios”.
¿No es acaso significativo que su beatificación tenga
lugar precisamente en el día en que la Iglesia celebra la Jornada mundial de
las misiones? Con el testimonio de su vida, madre Teresa recuerda a todos que
la misión evangelizadora de la Iglesia pasa a través de la caridad, alimentada
con la oración y la escucha de la palabra de Dios. Es emblemática de este
estilo misionero la imagen que muestra a la nueva beata mientras estrecha, con
una mano, la mano de un niño, y con la otra pasa las cuentas del rosario.
Contemplación y acción, evangelización y promoción humana: madre Teresa
proclama el Evangelio con su vida totalmente entregada a los pobres, pero, al
mismo tiempo, envuelta en la oración.
“El que quiera ser grande, sea vuestro servidor” (Mc
10, 43). Con particular emoción recordamos hoy a madre Teresa, una gran
servidora de los pobres, de la Iglesia y de todo el mundo. Su vida es un
testimonio de la dignidad y del privilegio del servicio humilde. No sólo eligió
ser la última, sino también la servidora de los últimos. Como verdadera madre
de los pobres, se inclinó hacia todos los que sufrían diversas formas de
pobreza. Su grandeza reside en su habilidad para dar sin tener en cuenta el
costo, dar “hasta que duela”. Su vida fue un amor radical y una proclamación
audaz del Evangelio.
El grito de Jesús en la cruz, “tengo sed” (Jn 19, 28), expresa que la profundidad del anhelo de Dios por el hombre, penetró en el alma de madre Teresa y encontró un terreno fértil en su corazón. Saciar la sed de amor y de almas de Jesús en unión con María, la madre de Jesús, se convirtió en el único objetivo de la existencia de la madre Teresa, y en la fuerza interior que la impulsaba y la hacía superarse a sí misma e “ir deprisa” a través del mundo para trabajar por la salvación y la santificación de los más pobres de entre los pobres.
El grito de Jesús en la cruz, “tengo sed” (Jn 19, 28), expresa que la profundidad del anhelo de Dios por el hombre, penetró en el alma de madre Teresa y encontró un terreno fértil en su corazón. Saciar la sed de amor y de almas de Jesús en unión con María, la madre de Jesús, se convirtió en el único objetivo de la existencia de la madre Teresa, y en la fuerza interior que la impulsaba y la hacía superarse a sí misma e “ir deprisa” a través del mundo para trabajar por la salvación y la santificación de los más pobres de entre los pobres.
“Os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos
míos más pequeños, a mí me lo hicisteis” (Mt 25, 40). Este pasaje evangélico,
tan fundamental para comprender el servicio de la madre Teresa a los pobres,
fue la base de su convicción llena de fe de que al tocar los cuerpos
quebrantados de los pobres, estaba tocando el cuerpo de Cristo. A Jesús mismo,
oculto bajo el rostro doloroso del más pobre de entre los pobres, se dirigió su
servicio. La madre Teresa pone de relieve el significado más profundo del
servicio: un acto de amor hecho por los hambrientos, los sedientos, los
forasteros, los desnudos, los enfermos y los prisioneros (cf. Mt 25, 34-36), es
un acto de amor hecho a Jesús mismo. Lo reconoció y lo sirvió con devoción
incondicional, expresando la delicadeza de su amor esponsal. Así, en la entrega
total de sí misma a Dios y al prójimo, la madre Teresa encontró su mayor
realización y vivió las cualidades más nobles de su feminidad. Buscó ser un
signo del “amor, de la presencia y de la compasión de Dios”, y así recordar a
todos el valor y la dignidad de cada hijo de Dios, “creado para amar y ser
amado”. De este modo, la madre Teresa “llevó las almas a Dios y Dios a las
almas” y sació la sed de Cristo, especialmente de aquellos más necesitados,
aquellos cuya visión de Dios se había ofuscado a causa del sufrimiento y del
dolor.
“El Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan,
sino para servir y dar su vida en rescate de todos” (Mc 10, 45). La madre
Teresa compartió la pasión del Crucificado, de modo especial durante largos
años de “oscuridad interior”. Fue una prueba a veces desgarradora, aceptada
como un “don y privilegio” singular.
En las horas más oscuras se aferraba con más tenacidad a la oración ante el santísimo Sacramento. Esa dura prueba espiritual la llevó a identificarse cada vez más con aquellos a quienes servía cada día, experimentando su pena y, a veces, incluso su rechazo. Solía repetir que la mayor pobreza era la de ser indeseados, la de no tener a nadie que te cuide.
En las horas más oscuras se aferraba con más tenacidad a la oración ante el santísimo Sacramento. Esa dura prueba espiritual la llevó a identificarse cada vez más con aquellos a quienes servía cada día, experimentando su pena y, a veces, incluso su rechazo. Solía repetir que la mayor pobreza era la de ser indeseados, la de no tener a nadie que te cuide.
“Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti”. Cuántas veces, como el salmista, también madre
Teresa, en los momentos de desolación interior, repitió a su Señor: “En ti, en
ti espero, Dios mío”. Veneremos a esta pequeña mujer enamorada de Dios, humilde
mensajera del Evangelio e infatigable bienhechora de la humanidad. Honremos en
ella a una de las personalidades más relevantes de nuestra época. Acojamos su
mensaje y sigamos su ejemplo.
Virgen María, Reina de todos los santos, ayúdanos a ser mansos y humildes de corazón como esta intrépida mensajera del amor. Ayúdanos a servir, con la alegría y la sonrisa, a toda persona que encontremos. Ayúdanos a ser misioneros de Cristo, nuestra paz y nuestra esperanza. Amén.
Virgen María, Reina de todos los santos, ayúdanos a ser mansos y humildes de corazón como esta intrépida mensajera del amor. Ayúdanos a servir, con la alegría y la sonrisa, a toda persona que encontremos. Ayúdanos a ser misioneros de Cristo, nuestra paz y nuestra esperanza. Amén.
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San Lorenzo Justiniano
("De
laurel", en latín)
Nació y murió en Venecia en 1381 y 1455,
respectivamente.
Renunció a un buen matrimonio e ingresó entre los
llamados canónigos de San Jorge en 1400. Dos años después fue ordenado diácono
y en 1406 presbítero, dedicándose a la guía espiritual y a escribir tratados de
ascesis (De la lucha interior, Cuadernillo de amor, El árbol de la vida) y otro
para los obispos (Del régimen de los prelados). El Papa Eugenio IV lo nombró
Obispo de Castello en 1433, diócesis que animó. Nicolás V lo promovió a
Patriarca de Venecia el 8 de octubre de 1455, puesto que ocupó hasta su muerte.
Fue beatificado en 1524 por el Papa Clemente VII y canonizado por Alejandro
VIII en 1690. En la iconografía se le presenta como obispo, con la cruz
patriarcal (cruz alta con dos travesaños horizontales), por atributo.
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Raíssa, Santa Mártir, Septiembre 5
Mártir
Etimología: Raissa = amiga.
Viene del idioma guarao.
Lo importante en nuestra existencia es que la vivamos bien y que no culpemos a otros de lo que no somos capaces de superar. Viendo la biografía de esta chica, que murió en el año 300 en Alejandría de Egipto, nos damos cuenta de que fue una mártir voluntaria porque, en lugar de rehuir de los perseguidores, ella misma no dejaba de pensar en ellos. Decía:"Habiéndome amado Cristo hasta morir por mí, ¿por qué no voy a ser capaz de morir por él y demostrarle así mi amor?" Y parece que Dios oyó su petición o deseo. Era la hija de un sacerdote de Tamieh, en la frontera del desierto de Libia. Tenía veinte años cuando el perseguidor Diocleciano decidió acabar con la secta cristiana en su torpe concepción de esta comunidad nueva que invadía todo los lugares del imperio. Cuando consultó a Apolo de Mileto, éste le dijo que eran bárbaros y que constituían el peligro mayor con que se encontraba el imperio. Estas palabras le bastaron para publicar un dicto mediante el cual todos los cristianos deberían ser sometidos a muerte, empezando por los obispos, los sacerdotes y los demás seguidores de Jesús de Nazaret. Todos aquellos /as que no sacrificaran a los dioses o no fuesen a sus templos a orar, serían encarcelados y llevados a la muerte más cruenta. Fue en ese año, 303, cuando Raïssa se encontró con un cortejo de monjes y de vírgenes consagrados. La policía los llevaba a Alejandría para que fueran juzgados. Les esperaba el gobernador Culciano para hacer un juicio inútil y vergonzoso. Ella se unió a ellos y ellas. Se le impidió. Raïssa insistía una y otra vez en unirse a todos y gritaba que era cristiana. Además, con una valentía inusual, profería injurias contra los dioses. Se unió al cortejo y así encontró lo que deseaba: morir por Cristo. |
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Bertín o Bertino de Sithin, Santo Abad,
Septiembre 5
Abad
Martirologio Romano: En el
distrito de Thérouanne, en Flandes (hoy en Francia), san Bertino, abad de
Sithin y sepultado en el monasterio que lleva su nombre, el cual había
fundado junto con san Mumolino (c. 698).
Etimollogía: Bertín = muy brillante. Viene de las lenguas latina y griega. San Bertino nació en Constanza, Francia, en los primeros años del siglo VII. Se educó en la Abadía de Luxeuil, conocida por la rigidez con que aplicaba la Regla de San Columbano, regla Famosa por su estrictez y austeridad. Pese a no ser novicio, Betino se sintió llamado a seguir la regla al igual que los monjes de la Abadía, y al hacerse mayor, tomó el hábito. En 639, Bertino y otros dos monjes se unieron a San Omer para evangelizar a los habitantes de Pas-de-Calais, una región famosa por su idolatría e inmoralidad. Los apóstoles no lograron gran éxito, pero siguieron adelante y edificaron un monasterio en honor de San Momolin. Bertino fue el primer Abad del mismo, cargo en el que permaneció los restantes sesenta años de su vida. Envió monjes con la misión de fundar otros monasterios tanto en Francia como en Inglaterra, y él mismo viajaba constantemente para enseñar y animar a los fieles a practicar una mayor devoción a Dios. Bajo su dirección, el monasterio era un excelente ejemplo para todos, y ayudaba a acercar muchas almas al Señor. Durante su larga vida, de casi cien años, Bertino fue conocido por su santidad y las severas austeridades que se imponía. Al Morir, el monasterio le fue rededicado. |
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Fuente: Vatican.va
María Magdalena de la Pasión (Constanza Starace), Beata Fundadora, Septiembre 5
María Magdalena de la Pasión (Constanza Starace), Beata Fundadora, Septiembre 5
Fundadora
de las Religiosas Compasionistas
Nació en Castellammare di
Stabia, provincia de Nápoles (Italia), el 5 de septiembre de 1845. Fue
bautizada con el nombre de Costanza. Su madre, muy piadosa, la consagró a la
Virgen de los Dolores. A la edad de 4 años comenzó a frecuentar la escuela,
donde se relacionó con niñas pobres. Seguramente esta experiencia dejó una
huella profunda en su corazón.
En 1850 las Hijas de la Caridad se establecieron en Castellammare, con el fin de asistir a los enfermos internados en el hospital de San Leonardo. Abrieron un orfanato y un internado para niñas, en el que Costanza solicitó entrar. El clima de oración y de piedad que se vivía allí suscitó en ella el deseo de consagrarse al Señor. Hizo la primera comunión y, a la edad de 10 años, recibió el sacramento de la Confirmación. Por motivos de salud, tuvo que volver a su casa. A los 15 años su confesor la autorizó a consagrarse al Señor con los tres votos perpetuos, aconsejándole que se hiciera "monja en casa". El 8 de junio de 1867 profesó en las Terciarias de los Siervos de María, tomando el nombre de María Magdalena de la Pasión. El obispo de Castellammare, mons. Francesco Saverio Petagna, le encomendó la dirección de la pía unión de las Hijas de María y la catequesis de las niñas del pueblo. Las diversas epidemias de cólera que azotaron Castellammare la impulsaron a fundar, en 1869, el instituto de las Religiosas Compasionistas, cuyo carisma —según palabras de la madre María Magdalena— es: "Compadecer con Jesús doliente y con la Virgen de los Dolores; por tanto, compadecerse del prójimo en todas sus necesidades, tanto del espíritu como del cuerpo". El 27 de mayo de 1871 mons. Petagna concedió al Instituto la erección canónica; el 10 de noviembre de 1893 el general de los Servitas firmó el decreto de agregación a la Orden; y, por último, el 10 de julio de 1928, el Papa Pío XI aprobó el Instituto. Fueron innumerables las pruebas físicas y espirituales que la madre María Magdalena debió soportar en su camino hacia la santidad, pero contribuyeron a fortalecer su fe y su compromiso de servir totalmente al Señor. Murió de pulmonía el 13 de diciembre de 1921. El 19 de agosto de 1929 su cuerpo fue trasladado al santuario del Sagrado Corazón, en Scanzano. El proceso de beatificación comenzó el 4 de abril de 1939. Con decreto pontificio del 7 de julio de 2003, Juan Pablo II la declaró venerable. Benedicto XVI, el 26 de junio de 2006, firmó el decreto de beatificación. La semilla sembrada por sor María Magdalena de la Pasión se ha convertido hoy en un gran árbol, cuyas ramas se extienden más allá de los confines de su tierra natal: 24 comunidades en Italia y 14 en el extranjero (Canadá, México, Chile, India, Indonesia y Filipinas), 350 religiosas, 34 novicias y 35 postulantes. Beatificada por Su Santidad Benedicto XVI el 15 de abril del 2007 en la Catedral Castellammare de Stabia. En el decreto de beatificación fijó el 5 de septiembre como su fiesta litúrgica. |
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Fuentes:
IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com
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