martes, 11 de julio de 2017

[ † ] Miércoles de San José. 12/07/2017. Santos Celia y Luis Martin, padres de Santa Teresita, ¡rogad por nosotros!

JA

JMJ

Pax

Vayan en busca de las ovejas perdidas de la casa de Israel

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 10, 1-7

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, llamando Jesús a sus doce discípulos, les dio poder para expulsar espíritus impuros y curar toda clase de enfermedades y dolencias.
Estos son los nombres de los doce apóstoles: el primero de todos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y su hermano Juan, hijos de Zebedeo; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo el publicano; Santiago de Alfeo y Tadeo; Simón el cananeo y Judas Iscariote, que fue el traidor. A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones: 
"No vayan a tierra de paganos, ni entren en ciudades de samaritanos. Vayan más bien en busca de las ovejas perdidas de la casa de Israel. Vayan y proclamen por el camino que ya se acerca el Reino de los cielos". 
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk

El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).

 

 

Misal

 

mie 14a. Ordinario año impar

Antífona de Entrada

No me abandones, Señor, Dios mío, no te me alejes; ven de prisa a socorrerme, Señor mío, mi salvador.

Oración Colecta

Oremos:
Dios omnipotente y misericordioso, de cuya mano proviene el don de servirte y de alabarte, ayúdanos a vencer en esta vida cuanto pueda separarnos de ti.
Por nuestro Señor Jesucristo... 
Amén.

Primera Lectura

Con razón estamos sufriendo ahora, porque pecamos contra nuestro hermano

Lectura del libro del Génesis 41, 55-57; 42, 5-7.17-24a

En aquellos días, en todo el país de Egipto hubo hambre, y el pueblo clamó al faraón, pidiéndole pan. El faraón le respondió al pueblo:
"Vayan a José y hagan lo que él les diga". 
Entonces José mandó abrir todas las bodegas y abasteció de víveres a los egipcios. Y como el hambre se extendiera por toda la tierra, de todos los países iban a Egipto para comprar víveres a José y remediar la carestía.
Los hijos de Jacob, junto con otros, fueron también a Egipto a comprar víveres, pues había hambre en el país de Canaán. José gobernaba en todo Egipto y los víveres se distribuían a todo el mundo, según sus indicaciones. Llegaron los hermanos de José y se postraron en su presencia. Al verlos, José los reconoció y, sin embargo, como a desconocidos, les preguntó con severidad:
"¿De dónde vienen?"
Ellos respondieron:
"Venimos de Canaán a comprar provisiones".
José los acusó de ser espías y durante tres días los metió en la cárcel. Al tercer día José los mandó sacar y les dijo:
"Yo también temo a Dios. Si hacen lo que les voy a decir, salvarán su vida. Si son gente de bien, uno de ustedes se quedará detenido en la prisión, mientras los demás van a llevar a sus casas las provisiones que han comprado. 
Luego me traen a su hermano menor, para que pueda yo comprobar si me han dicho la verdad. Así no morirán".
Ellos estuvieron de acuerdo y se decían los unos a los otros:
"Con razón estamos sufriendo ahora, porque pecamos contra nuestro hermano José, cuya angustia veíamos, cuando nos pedía que tuviéramos compasión de él, y no le hicimos caso. Por eso ha caído sobre nosotros esta desgracia".
Rubén añadió:
"¿No les decía yo que no le hiciéramos daño al niño y no me hicieron caso? Ahora nos están pidiendo cuentas de su vida".
Como estaban hablando por medio de un intérprete, ellos ignoraban que José les entendía. Entonces José se alejó de ellos y rompió a llorar. 
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 32

Muéstranos, Señor, tu misericordia.

Demos gracias a Dios al son del arpa; que la lira acompañe nuestros cantos; cantemos en su honor nuevos cantares; al compás de instrumentos alabémoslo.
Muéstranos, Señor, tu misericordia.

Frustra el Señor los planes de los pueblos y hace que se malogren sus designios. Los proyectos de Dios duran por siempre; los planes de su amor, todos los siglos.
Muéstranos, Señor, tu misericordia.

Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían; los salva de la muerte y en épocas de hambre les da vida. 
Muéstranos, Señor, tu misericordia.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
El Reino de Dios está cerca, dice el Señor; arrepiéntanse y crean en el Evangelio. 
Aleluya.

Evangelio

Vayan en busca de las ovejas perdidas de la casa de Israel

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 10, 1-7

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, llamando Jesús a sus doce discípulos, les dio poder para expulsar espíritus impuros y curar toda clase de enfermedades y dolencias.
Estos son los nombres de los doce apóstoles: el primero de todos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y su hermano Juan, hijos de Zebedeo; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo el publicano; Santiago de Alfeo y Tadeo; Simón el cananeo y Judas Iscariote, que fue el traidor. A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones: 
"No vayan a tierra de paganos, ni entren en ciudades de samaritanos. Vayan más bien en busca de las ovejas perdidas de la casa de Israel. Vayan y proclamen por el camino que ya se acerca el Reino de los cielos". 
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Que este sacrificio que vamos a ofrecerte en comunión con toda tu Iglesia, te sea agradable, Señor, y nos obtenga la plenitud de tu misericordia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Prefacio

La alabanza, don de Dios

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Pues aunque no necesitas nuestra alabanza, ni nuestras bendiciones te enriquecen, tú inspiras y haces tuya nuestra acción de gracias para que nos sirva de salvación, por Cristo, Señor nuestro.
A quien alaban los ángeles y los arcángeles, proclamando sin cesar:

Antífona de la Comunión

Me has enseñado el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia.

Oración después de la Comunión

Oremos:
Continúa, Señor, en nosotros tu obra de salvación por medio de esta Eucaristía; para que, cada vez más unidos a Cristo en esta vida, merezcamos vivir con él eternamente.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

 

14ª Semana. Miércoles

ID A JOSÉ

— José, hijo de Jacob, figura de San José, Esposo virginal de María.

— Patrocinio de San José sobre la Iglesia universal y sobre cada uno de nosotros. Acudir a él en las necesidades.

— Ite ad Ioseph... Id a José.

I. Muchos cristianos a lo largo de los siglos, conscientes de la misión excepcional de San José en la vida de Jesús y de María, han buscado en la historia del pueblo hebreo hechos e imágenes que prefiguran al esposo virginal de María, pues el Antiguo Testamento anuncia al Nuevo. Numerosos Padres de la Iglesia han visto un anuncio profético en el personaje del mismo nombre, hijo del Patriarca Jacob. El Papa Pío IX, al proclamar a San José patrono de la Iglesia universal, recogía estos testimonios antiguos. También la Liturgia muestra este mismo paralelismo. No solo tenían el mismo nombre, sino que también es posible encontrar en ellos virtudes y actitudes, en una vida entretejida de pruebas y alegrías, de grandes coincidencias.

José, hijo de Jacob, y el esposo virginal de María, por una serie de circunstancias providenciales, fueron a Egipto: el primero, perseguido por sus hermanos y entregado por envidia que prefigura la traición que se habría de cometer con Cristo; el segundo, huyendo de Herodes para salvar a Aquel que traía la salvación al mundo1.

José, hijo de Jacob, recibió de Dios el don de interpretar los sueños del faraón, siendo advertido así de lo que sucedería más tarde. El nuevo José recibió también en sueños los mensajes de Dios. A aquel –señala San Bernardo– le fue dada la inteligencia de los misterios de los sueños; este mereció conocer y participar de los misterios soberanos2.

Parece como si los sueños del primero, aunque verificados en su persona, hubieran tenido su plena realización en el segundo. Tuvo también José un sueño que contó a sus hermanos... Díjoles... Estábamos nosotros en el campo atando gavillas y vi que se levantaba mi gavilla y se tenía de pie, y las vuestras la rodeaban y se inclinaban ante la mía, adorándola... Tuvo José otro sueño, que contó también a sus hermanos, diciendo: ...He visto que el sol, la luna y once estrellas me adoraban...3. Estos sueños se cumplieron cuando Jacob, su padre, se trasladó a Egipto con toda su familia y se prosternó efectivamente ante José, convertido en virrey del país. Pero, a la vez, podemos pensar que su sueño prefiguraba el misterio de la casa de Nazaret, en la que Jesús, Sol de justicia, y María, alabada en la Liturgia como una brillante Luna blanca y bella, se someterían a la autoridad del jefe de familia, y cuando tantos cristianos acudiesen a él con devoción a solicitar toda clase de ayudas.

El primer José obtuvo la confianza y el favor del faraón y se convirtió en intendente de los graneros de Egipto, y cuando el hambre asolaba los pueblos vecinos y acudían al faraón en demanda de trigo para subsistir, este les decía: Id a José y haced lo que él os diga4. Cuando el hambre cubrió toda la tierra, José abrió los graneros y repartió raciones a los egipcios... Y de todos los países venían a comprar a José, porque el hambre arreciaba en todas partes.

Y ahora que también el hambre asola la tierra –hambre principalmente de doctrina, de piedad, de amor–, la Iglesia nos recomienda: Id a José. Ante tantas necesidades que personalmente padecemos, nos dice: acudid al Santo Patriarca de Nazaret.

Tenemos en nuestra vida momentos de grandes indecisiones, de incertidumbres, de necesidades urgentes. ¡Id a José!, nos dice Jesús: el que en la vida tuvo la misión tan grande de cuidar de Mí y de mi Madre en nuestras necesidades corporales, el que amparó nuestras vidas en tantos momentos difíciles, continuará cuidando de Mí en mis miembros, que son todos los hombres necesitados. Id a José, él os dará todo cuanto os sea necesario.

II. Este es el criado fiel y solícito a quien el Señor ha puesto al frente de su familia5. Son palabras que la Liturgia aplica a San José: padre fiel y solícito, que atiende con prontitud las necesidades de esa gran familia del Señor, que es la Iglesia.

A Jesús le es muy grato que tratemos y pidamos ayuda al que tanto amó Él en la tierra y ahora en el Cielo, del que tantas cosas aprendió, con quien conversó desde que pudo pronunciar las primeras palabras.

José gobernó la casa de Nazaret con autoridad de padre, y la Sagrada Familia no solo simboliza la Iglesia sino que en cierto modo la contenía, como la semilla al árbol, como la fuente al río. La santa casa de Nazaret llevaba las premisas de la Iglesia naciente. Es esta la razón por la que el santo Patriarca «considera particularmente confiada a sí la multitud de los cristianos que componen la Iglesia, es decir, esta inmensa familia esparcida por toda la tierra, sobre la que –por ser Esposo de María y Padre de Jesucristo– posee, por así decir, una autoridad de padre. Por tanto, es cosa natural y dignísima del bienaventurado José que, así como una vez sostuvo todas las necesidades de la familia de Nazaret y la rodeó santamente de su protección, así ahora cubra con su celestial protección y defensa a la Iglesia de Jesucristo»6.

Este patrocinio del santo Patriarca sobre la Iglesia universal es principalmente de orden espiritual; pero se extiende también al orden temporal, como la del otro José, hijo de Jacob, llamado por el rey de Egipto «salvador del mundo».

A él han acudido los santos y los buenos cristianos de todos los tiempos. Santa Teresa relata la gran devoción que tenía a San José y la experiencia de su patrocinio: «No me acuerdo hasta ahora haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer. Es cosa que espanta las grandes mercedes que me ha hecho Dios por medio de este bienaventurado santo, de los peligros que me ha librado, ansí del cuerpo como de alma; que a otros santos parece les dio el Señor gracia para socorrer en una necesidad, a este glorioso santo tengo experiencia que socorre en todas y que quiere el Señor darnos a entender que ansí como le fue sujeto en tierra –que como tenía nombre de padre siendo ayo, le podía mandar– ansí en el cielo hace cuanto le pide (...).

»Si fuera persona que tuviera autoridad de escribir, de buena gana me alargara en decir muy por menudo las mercedes que ha hecho este glorioso santo a mí y a otras personas (...). Solo pido, por amor de Dios, que lo pruebe quien no me creyere, y verá por experiencia el gran bien que es encomendarse a este glorioso Patriarca y tenerle devoción; en especial personas de oración siempre le habían de ser aficionadas, que no sé cómo se puede pensar en la Reina de los Ángeles, en el tiempo que tanto pasó con el Niño Jesús, que no den gracias a San José por lo bien que les ayudó en ellos»7.

III. A San José debemos acudir pidiendo que ampare y proteja a la Iglesia, pues es su defensor y protector. Le pedimos su ayuda en las necesidades de la familia, en las espirituales y en las materiales:Sancte Ioseph, ora pro eis, ora pro me... Ruega por ellos, ruega por mí.

Para los hombres y mujeres de nuestro tiempo, como para los de cualquier época, constituye San José una figura entrañable, venerable, cuya vocación y dignidad admiramos, y cuya fidelidad en servicio de Jesús y de María agradecemos; «por San José vamos directamente a María, y por María, a la fuente de toda santidad, Jesucristo»8. Él nos enseña a tratar a Jesús con piedad, con respeto y amor: Oh, feliz varón, bienaventurado José –le decimos con una antigua oración de la Iglesia–, a quien fue dado no solo ver y oír al Dios, a quien muchos reyes quisieron ver y no vieron, oír y no oyeron, sino también abrazarlo, besarlo, vestirlo y custodiarlo..., enséñanos a recibirlo con amor y reverencia en la Sagrada Comunión, danos una mayor finura de alma. «San José, Padre y Señor nuestro, castísimo, limpísimo, que has merecido llevar a Jesús Niño en tus brazos, y lavarle y abrazarle: enséñanos a tratar a nuestro Dios, a ser limpios, dignos de ser otros Cristos.

»Y ayúdanos a hacer y a enseñar, como Cristo, los caminos divinos –ocultos y luminosos–, diciendo a los hombres que pueden, en la tierra, tener de continuo una eficacia espiritual extraordinaria»9.

San José nos proporciona, además, un modelo, cuya enseñanza callada podemos y debemos empeñarnos en seguir. «José ha sido, en lo humano, maestro de Jesús; le ha tratado diariamente, con cariño delicado, y ha cuidado de Él con abnegación alegre. ¿No será esta una buena razón para que consideremos a este varón justo, a este Santo Patriarca en quien culmina la fe de la Antigua Alianza, como Maestro de vida interior? La vida interior no es otra cosa que el trato asiduo e íntimo con Cristo, para identificarnos con Él. Y José sabrá decirnos muchas cosas sobre Jesús. Por eso, no dejéis nunca su devoción, ite ad Ioseph, como ha dicho la tradición cristiana con una frase tomada del Antiguo Testamento (Gen 41, 55).

»Maestro de vida interior, trabajador empeñado en su tarea, servidor fiel de Dios en relación continua con Jesús: este es José. Ite ad Ioseph. Con San José, el cristiano aprende lo que es ser de Dios y estar plenamente entre los hombres, santificando el mundo. Tratad a José y encontraréis a Jesús. Tratad a José y encontraréis a María, que llenó siempre de paz el amable taller de Nazaret»10.

1 Cfr. M. Gasnier, Los silencios de José, Palabra, 7ª ed., Madrid 2002, pp. 12-13. —2 Cfr. San Bernardo, Homilía sobre la Virgen Madre, 2. — 3 Cfr. Gen 37, 5-10. — 4Primera lectura. Año I. Gen 41, 55. — 5 Misal Romano, Misa de la Solemnidad de San José, Antífona de entrada. Lc 12, 42. — 6 León XIII, Enc. Quamquam pluries, 15-VIII-1889. — 7 Santa Teresa, Vida 6. — 8 Benedicto XV, Motu proprio Bonum sane et salutare, 25-VII-1920. — 9 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 553 — 10 ídem, Es Cristo que pasa, 56.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

santos padres de Santa Teresita de Lisieux

San Luis Martin y Santa Celia Guérin, padres de Santa Teresita de Lisieux, fueron el primermatrimonio en ser canonizado en una misma ceremonia en la historia de la Iglesia.

"Los santos esposos (…) vivieron el servicio cristiano en la familia, construyendo cada día un ambiente lleno de fe y de amor; y en este clima brotaron las vocaciones de las hijas, entre ellas Santa Teresa del Niño Jesús", dijo el Papa Francisco el 18 de octubre del 2015 durante la Misa de canonización.

La familia, después de diecinueve años de matrimonio, ante la crisis económica que afligía a Francia, queriendo garantizar bienestar y futuro a sus hijos, halló la fuerza de dejar la ciudad francesa de Alençon y trasladarse a Lisieux.

Luis Martín trabajó como relojero y joyero, y Celia Guérin como pequeña empresaria de un taller de bordado. Junto con sus cinco hijas, emplearon tiempo y dinero en ayudar a quienes tenían necesidad.

Luis Martin nació en Burdeos (Francia) en 1823 y falleció en Arnières-sur-Iton (Francia) en 1894. Mientras que Maria Celia Guérin nació en San Saint-Denis-Sarthon (Francia) en 1831 y falleció en Alençon (Francia) en 1877.

Ambos fueron personas devotas desde muy jóvenes. Durante su juventud y antes de conocerse, María Celia quiso llevar una vida religiosa en el monasterio de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, mientras que Luis Martin sintió el mismo deseo de consagrar su vida a Dios y se dirigió al monasterio del Gran San Bernardo.

Ninguno fue aceptado puesto que Dios tenía otro plan para ellos.

Los jóvenes se conocieron y el entendimiento fue tan rápido que contrajeron matrimonio el 13 de julio de 1858, a solo tres meses de su primer encuentro.

Llevaron una vida matrimonial ejemplar: misa diaria, oración personal y comunitaria, confesión frecuente, participación en la vida parroquial.

De su unión nacieron nueve hijos, cuatro de los cuales murieron prematuramente.

Entre las cinco hijas que sobrevivieron estaba Santa Teresita, la futura santa patrona de las misiones, que es una fuente preciosa para comprender la santidad de sus padres: educaban a sus hijas para ser buenas cristianas y ciudadanas honradas.

Al morir su esposa Celia en 1877, Luis se encontró solo para sacar adelante a su familia y sus hijas pequeñas. Se trasladó a Lisieux, donde residía el hermano de Celia; de este modo la tía Celina pudo cuidar de las hijas.

Entre 1882 y 1887 Luis acompañó a tres de sus hijas al Carmelo. El sacrificio mayor fue separarse de Teresa, que entró en el Carmelo a los 15 años e iniciaría su camino a la santidad.

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San Juan Gualberto
Religioso benedictino
Año 1073

Nació en Florencia, de familia muy rica y su único hermano fue asesinado. Era heredero de una gran fortuna y su padre deseaba que ocupara altos puestos en el gobierno.

Un Viernes Santo iba este santo por un camino rodeado de varios militares amigos suyos, y de pronto se encontró en un callejón al esesino de su hermano. El enemigo no tenía a donde huir, y Juan dispuso matarlo allí mismo. El asesino se arrodilló, puso sus brazos en cruz y le dijo: "Juan, hoy es Viernes Santo. Por Cristo que murió por nosotros en la cruz, perdóname la vida". Al ver Gualberto aquellos brazos en cruz, se acordó de Cristo crucificado. Se bajó de su caballo. Abrazó a su enemigo y le dijo: "Por amor a Cristo, te perdono".

Siguió su camino y al llegar a la próxima iglesia se arrodillo ante la imagen de Cristo crucificado y le pareció que Jesús inclinaba la cabeza y le decía: "Gracias Juan".

Desde aquel día su vida cambió por completo. En premio de su buena acción, Jesús le concedió la vocación, y Juan dejó sus uniformes militares y sus armas y se fue al convento de los monjes benedictinos de su ciudad a pedir que lo admitieran como religioso. Su padre se opuso totalmente y exigió al superior del convento que le dovolvieran a Juan inmediatamente.

Cuando el papá vio al antiguo guerrero convertido en sencillo y piadoso monje se echó a llorar, y dándole su bendición se retiró.

En aquellos tiempos, el peor defecto que había en la Iglesia era la Simonía, es decir, algunos compraban los altos cargos, y así llegaban a dirigir la Santa Iglesia algunos hombres indignos. En el convento de florencia, donde estaba Juan, se murió el superior, uno de los monjes fue con el obispo y con dinero hizo que lo nombraran superior a él. También el obispo había comprado su cargo.

Gualberto no pudo soportar esta indignidad y se retiró de aquel convento con otros monjes y antes de salir de la ciudad, declaró publicamente en la plaza principal que el superior del convento y el obispo merecían ser destituidos porque habían cometido el pecado de simonía. Más tarde logró que los destituyeran.

Fundador. Se fue a un sitio muy apartado y silencioso, llamado Valleumbroso y allá fundó un monasterio de mojes benedictinos que se propusieron cumplir exactamente todo lo que San Benito había recomendado a sus monjes. El monasterio llegó a ser muy famoso y le llegaron vocaciones de todas partes. Con los mejores religiosos de su nuevo convento fue fundando varios monasterios más y así logró difundir por muchas partes de Italia las buenas costumbres, y fue atacando sin misericordia la simonía y las costumbres corrompidas. Las gentes sentían gran veneración por él.

Después de haber logrado que muchas personas abandonaran sus vicios y se convirtieran y que muchos sacerdotes empezara a llevar una vida santa, y gozando del enorme aprecio del Papa y de numerosos obispos, murió el 12 de julio de 1073, dejando muchos monasterios de religiosos que trataban de imitarlo en sus virtudes y llegaron a gran santidad.

Que sus ejemplos sean de gran provecho para nuestra alma.

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Fuente: Archidiócesis de Madrid
Proclo e Hilarión, Santos Mártires, 12 de julio  

Proclo e Hilarión, Santos

Mártires

Martirologio Romano: En Ancira, de Galacia, santos Proclo e Hilarión, mártires en tiempo del emperador Trajano y del prefecto Máximo (s. II).

 


Su memoria se hace el 12 de Julio en el martirologio romano; fueron naturales de Serpa.

Ambos, tío y sobrino fueron testigos de la fe, cuando Trajano era emperador en Roma y Marco Aurelio gobernaba la Bétic. Ante el prefecto Máximo y hacia el año 100, fueron castigados con tormentos horribles: colgados de un madero son decapitados, asaeteados e incendiados. De este modo cruento entregaron su espíritu a Dios.

Su rezo en el obispado de Badajoz comenzó juntamente con el de San Julián. Aunque en este obispado se carece de reliquias, sus memorias estuvieron vivas al ser territorio reconquistado por el Rey Sabio en tiempos posteriores.

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Fuente: Santiebeati.it
Inés Lê Thi Thành, Santa Mártir, 12 de julio  

Inés Lê Thi Thành, Santa

Madre de Familia y Mártir

Martirologio Romano: En la provincia de Ninh Binh, en Tonquín también, santa Inés Lê Thi Thành (Dê), mártir, madre de familia, que en tiempo del emperador Thiêu Tri fue cruelmente atormentada a causa de haber ocultado en su casa a un sacerdote, muriendo en la cárcel por negarse a abjurar de su fe (1841).

Etimológicamente: Inés = Aquella que es casta y pura, es de origen griego,

 

Ha sido siempre muy lo difícil hallar noticias seguras sobre los mártires, ya desde los primeros siglos de la era cristiana, ya también a veces para mártires de la era moderna, sobre todo si vivían en algún rincón apartado del planeta, esto ocurre con Santa Inés Lê Thi Thành, de nacionalidad vietnamita. Inés nació en el 1781 cerca de a Ba Den, en los alrededores de Tranh Hoa en Vietnam.

Madre de familia, a la edad de sesenta años fue encarcelada y sometida a crueles torturas por tener escondido en su casa a un sacerdote. Habiendo rechazado la posibilidad de renegar de su fe cristiana, murió en cárcel en la provincia de Ninh Binh en el Tonchino en época del emperador Thieu Tri el 12 de julio de 1841.

Inés Lê Thi Thành fue canonizada por el Papa a Juan Pablo II el 19 de junio de 1988 junto con otros 116 mártires que rociaron con su sangre el suelo de su patria vietnamita. El grupo, que tiene como protomártir a San Andrés Dung Lac y sus compañeros, son celebrados en el calendario litúrgico latino al 24 de noviembre.

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Fuente: Corazones.org
Verónica, Santa La mujer que secó la sangre de Jesús, 12 de julio  

Etimología: Verónica = Aquella que es la verdadera imagen o Aquella que es la imagen verdadera, viene de de la palabra latina "vero" y de la palabra griega "eikom".

Santa Verónica es recordada por su gesto compasivo hacia Jesús en Su camino al Calvario. Unos le agredían, otros permanecían indiferentes ante tanta crueldad. Ella se le acercó y le enjugó el rostro con su velo. Aquel divino rostro, cruelmente golpeado, ensangrentado y sudoroso suscitó en el corazón de Santa Verónica la misericordia. La fuente de Misericordia recibe de ella en aquel momento un amor que casi todos le negaron.

Aunque poco sabemos de la vida de Verónica y su acto de amor no aparece en las Sagradas Escrituras, la tradición lo ha recogido como un acto ejemplar que recordamos en la sexta estación del Via Crucis. Dante lo evoca en el canto XXXI del Paraíso.

Santa Verónica es mujer de gran valentía, ya que su acto de amor le podría haber causado una peligrosa reacción por parte de los romanos o de las turbas. Es mujer de gran compasión, ya que venció todo miedo y decidió amar en medio de una multitud movida por odio o la indiferencia.

Santa Verónica, ruega por nosotros. Que sepamos consolar a Cristo en el Via Crucis de hoy.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Juan el Ibérico, Santo Abad, 12 de julio  

Juan el Ibérico, Santo

Abad

Etimológicamente significa "Dios es misericordia". Viene de la lengua hebrea.

En la antigüedad, la Iglesia de Georgia (llamada entonces la Iberia de Cólquide), se distinguió por el florecimiento de la vida monástica, no sólo en la misma Georgia, sino también en Siria, en Palestina, en Sinaí, en Bitinia, en Grecia y en las islas circundantes. Cuando San Atanasio el Atónita organizaba la vida religiosa, San Juan el Ibérico y su hijo San Eutimio fundaron ahí el monasterio de Ivirón. Felizmente, el monje Jorge, que fue casi contemporáneo de los dos santos, nos dejó un relato de los hechos.

Juan, que pertenecía a una noble familia ibérica, se distinguía por su simpatía, su valor en los combates, su inteligencia y su pureza de vida. En la alborada de la Edad Media, el futuro santo abandonó a su mujer y a su familia, renunció a su fortuna, a su cargo en el gobierno y se retiró a un monasterio del Monte Olimpo, en Bitinia. Sin embargo, tuvo que ir a la corte de Constantinopla, pues su hijo Eutimio y otros nobles de Georgia habían sido entregados como rehenes al emperador. Juan consiguió rescatar a su hijo, quien se retiró con él al Monte Olimpo. Pero al poco tiempo, ambos santos, cuya fama se había extendido mucho, se refugiaron en la "laura" de San Atanasio en la "Santa Montaña" de Athos. San Juan ejerció durante dos años el oficio de cocinero. Su cuñado, Juan Tornikios, renunciando a una brillante carrera militar, fue a reunírsele ahí. Los tres compatriotas obtuvieron entonces licencia de construir sus propias celdas y una capilla para ellos. El año 980, dado que los religiosos ibéricos del Monte Athos se habían multiplicado, quedó decidido que formasen una comunidad aparte. La construcción del nuevo monasterio se pagó en gran parte con el botín que Juan Tornikios había conquistado en su última campaña. A la muerte de éste, San Juan decidió retirarse a España con su hijo y algunos discípulos predilectos. El santo nunca había sido partidario de la idea de que los ibéricos formasen una comunidad aparte; y, una vez muerto su amigo Tornikios, con quien hasta entonces había compartido las dificultades de la fundación, la carga le resultó demasiado pesada. Cuando los peregrinos se hallaban ya en Abidos, el prefecto se enteró de su huida, y los fugitivos recibieron la orden de presentarse en Constantinopla. Los emperadores Basilio II y Constantino VIII dijeron a San Juan: "Santo padre, nosotros hemos dado abundantes muestras del afecto y la estima que te profesamos. ¿Por qué, pues, huyes de nosotros y emigras a un país extranjero?" El santo replicó: "Religiosísimos y muy poderosos emperadores, yo no soy más que un pobre laico y me encuentro muy mal en este mundo saturado de maldad. Por eso, deseo retirarme a un país remoto en el que pueda consagrarme a trabajar por la salvación de mi alma. Ahí podré vivir pobremente y librarme de la multitud de preocupaciones y de visitantes que me empezaron a asediar desde que mi cuñado llegó al Monte Athos." A pesar de todo, los emperadores lograron persuadirle a que volviese al Monte Athos y siguiese gobernando el monasterio de Ivirón.

San Juan pasó en el lecho los últimos años de su vida, a causa de la gota y de su estado de debilidad general. Cuando se sintió ya sin fuerzas, entregó la dirección del monasterio a su hijo. Pero, mientras vivió su padre, Eutimio no hacía absolutamente nada sin consultarle. En su lecho de muerte, San Juan exhortó a sus hermanos: "No permitáis que nadie os aparte de la santidad y el amor de Dios, es decir, de la humilde obediencia y de la caridad que debe reinar entre vosotros. Así os salvaréis de esta vida mortal y ganaréis la vida eterna por el amor que Cristo vino a traer al mundo. Que el Dios de misericordia se apiade de vosotros y os conduzca por el camino de sus divinas enseñanzas y de su santa voluntad, por la intercesión de su Santísima Madre y de todos los santos. Amén. Acoged siempre con los brazos abiertos a los huéspedes y compartid con ellos, en cuanto sea posible, todo lo que Dios os ha concedido por su bondad... Celebrad todos los años la memoria de nuestro padre espiritual Atanasio. Pedid por mí, hijos y hermanos míos, y no me olvidéis..." En seguida pidió la bendición a su hijo Eutimio y entregó apaciblemente su alma a Dios. Su biógrafo escribe: "En verdad, nuestro padre Juan fue un hombre amado de Dios y digno de toda veneración. Como Abraham, abandonó su país para vivir en la pobreza en el exilio. Se puso totalmente en manos de sus padres espirituales y Dios le hizo tan grande como los hombres en cuyas manos se había puesto." Y, hablando del monasterio que San Juan ayudó a fundar tan contra su voluntad, el biógrafo añade: "Admirad esa famosa "laura", esa construcción magnífica y primorosamente decorada. Estos santos varones la erigieron con gran trabajo e infatigable laboriosidad para que sirviese de refugio a muchas almas. Construyeron iglesias de celestial belleza y las enriquecieron con libros e imágenes. Dotaron el monasterio de tierras, fincas, dependencias y celdas e hicieron lo necesario para que el culto fuese dignamente celebrado. Obtuvieron de los más piadosos emperadores protección y privilegios y reunieron en el monasterio a un ejército de monjes de vida angélica, cuyas traducciones de los sagrados textos son el ornato de nuestro país y la flor de nuestro idioma." San Eutimio se distinguió precisamente en este tipo de trabajo, ya que tradujo más de cincuenta obras religiosas del griego al ibérico.

La liberalidad de San Juan se extendió a León el Romano, quien fundó en el Monte Athos un monasterio benedictino. Fue ése el primero y único monasterio latino del gran centro monástico bizantino, pero se le suprimió desde hace muchos siglos. El monasterio de Ivirón existe todavía, aunque ya no pertenece a los georgianos sino a los griegos.

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Fuente: Franciscanos.net
Juan Jones, Santo Mártir, Julio 12  

Juan Jones, Santo

Sacerdote y mártir de la Primera Orden Franciscana
(1559‑1598)

Martirologio Romano: En Londres, Inglaterra, san Juan Jones, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, mártir, el cual, oriundo de Gales, abrazó la vida religiosa en Francia, y por haber entrado en Inglaterra como sacerdote, siendo reina Isabel I, fue condenado a pena capital, consumando el martirio en la horca (1598).

Etimológicamente: Juan = Dios es misericordioso, es de origen hebreo.

 


Canonizado por Pablo VI el 25 de octubre de 1970.

Después de haber separado la Iglesia de Inglaterra de la Iglesia de Roma, el rey Enrique VIII persiguió a los católicos que no le reconocían el derecho a proclamarse cabeza de una religión de Estado. Bajo él cayeron, entre otros, el Obispo San Juan Fischer, el canciller Santo Tomás Moro, el Beato Juan Forest, San Juan Jones y San Juan Wall. A los católicos se les prohibía toda actividad religiosa.

Bajo estas leyes vino a caer en 1596 Juan, de la familia galesa Jones, el cual, habiendo crecido en un ambiente católico y educado religiosamente, había entrado en la Orden de los Hermanos Menores. Al destacarse entre sus cohermanos por su sencillez y espiritualidad, fue enviado a Roma, al convento franciscano de Aracoeli, en Campidoglio. Hubiera podido permanecer en Italia viviendo tranquila y santamente. Pero él mismo pidió regresar a Inglaterra, y no precisamente a Gales, donde había mayor tolerancia religiosa, sino a Londres, el centro irradiador de la reforma anglicana.

En Londres logró realizar por algún tiempo su actividad misionera bajo el falso nombre de Juan Buckley, hasta que cayó en manos de uno de los llamados "Cazadores de sacerdotes". Fue torturado cruelmente y mantenido en prisión dos años en espera del juicio.

Finalmente en julio de 1598 tuvo lugar el proceso del fraile franciscano acusado de haber sido ordenado sacerdote en el extranjero y haber regresado ilegalmente a Inglaterra para sublevar al pueblo. El fraile se defendió brevemente: "Soy religioso franciscano y sacerdote de Cristo, vine a Inglaterra para conquistar el mayor número posible de almas para Jesús. Si esto es un delito, soy el primero en acusarme y estoy listo para dar la vida por la fe católica y por el primado del Romano Pontífice".

Era la confesión que ellos esperaban, y de inmediato fue emitida la condena, que debía ejecutarse fuera de la ciudad, en el camino recorrido en la Edad Media por los peregrinos que visitaban la tumba de otro famoso mártir inglés, Santo Tomás de Cantorbery, víctima, cuatro siglos antes, de la intolerancia de otro Rey. La ejecución debía llevarse a cabo rápidamente, sin mucha publicidad, pero un contratiempo grotesco desbarató los planes de los perseguidores. El verdugo había olvidado el lazo y hubo de demorarse una hora. Desde el carruaje de los condenados Juan Jones pudo así hablar serenamente al pueblo que se había reunido a su alrededor, afirmando haber orado todos los días por el retorno del pueblo inglés a la unidad de la Iglesia católica y por la salvación de la reina de Inglaterra.
Tenía 39 años.

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Ignacio Clemente Delgado, Santo

 

San Clemente Ignacio Delgado Cebrián,Obispo

 

Martirologio Romano: En la ciudad de Nan Dinh, en Tonquín, san Clemente Ignacio Delgado Cebrián, obispo y mártir, que después de pasar cincuenta años predicando el Evangelio, fue encarcelado por orden del emperador Minh Mang a causa de su fe en Cristo y murió en la cárcel, donde tuvo que sufrir mucho (1838).

Etimología: Ignacio = ardiente. Viene del latín.
Clemente = valiente, cariñoso. Viene de la lengua griega


S.S. Juan Pablo II. En un solo día, el 19 de junio de 1988, el Papa canonizó a 117 mártires que habían derramado su sangre por Cristo, en diversos momentos, en Conchinchina, Annalll y Tonkíll, hoy Vietnam del Norte.

Era hasta ahora la canonización más numerosa. El Papa pedía que estos Santos fueran semillas fecundas de nuevas y numerosas vocaciones misioneras.

Entre los 117 mártires había 11 españoles y un grupo de franceses, junto con una gran mayoría de nativos. Había obispos, sacerdotes seculares, religiosos dominicos, miembros de la fraternidad laical dominicana, catequistas, un seminarista y numerosos laicos de todas las clases sociales. Todos murieron víctimas de horrendos suplicios, de hambre, sed, asfixia, torturas, insultos y burlas. Todos murieron amando y perdonando.

Entre los 11 españoles -todos de la familia dominicana - había 6 obispos. Estos son los nombres de los nuevos Santos: Mateo, Francisco, Jacinto, José, Domingo, Jerónimo, José María, Melchor, Pedro, Valentín e Ignacio Clemente.

Ignacio Clemente nació en Villafeliche (Zaragoza) el 1762. Sus padres se llamaban Francisco Delgado y Teresa Cebrián-Melús. De ellos y de un tío sacerdote recibió desde niño una esmerada educación cristiana.
Profesó en los Dominicos de Calatayud y se ofreció para ir al Extremo Oriente. Ya no volvería más. Casi un año duró la azarosa travesía, por el Atlántico, México y el Pacífico. Ordenado Sacerdote en Filipinas, es nombrado obispo por Pío VI, a sus 31 años, en 1794, para el Tonkín Oriental.
Entre terribles dificultades y persecuciones, durante casi medio siglo de entrega misionera, se hizo todo para todos, con frutos abundantes de conversiones, consiguiendo también muchas vocaciones nativa. Traicionado y encarcelado, "a gusto daré mi vida por Cristo" exclamó. Fue enjaulado y expuesto al ardor del calor insoportable, hasta desfallecer y morir el 12 de Julio de 1838. "Todo lo soportó con increíble paciencia", dijo Gregorio XVI.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Paterniano, Santo Obispo, 12 de julio  

Paterniano, Santo

Obispo

Martirologio Romano: En Fano, en la región del Piceno, en Italia, san Paterniano, obispo (s. IV).

 

Según una antigua tradición, San Paterniano nació en Fano alrededor de 275.

Mientras arreciaba la persecución de Diocleciano una visión angélica le aconsejó dejar la ciudad; así lo hizo, yéndose al desierto, en donde vivió como ermitaño. Más tarde, cuando cesaron las persecuciones y el Cristianismo se convirtió en la Religión del estado con el emperador Constantino, los ciudadanos de Fano reclamaron como obispo al virtuoso eremita que tenía fama de santo

En vano trató él de oponerse, finalmente "casi a viva fuerza" fue llevado a la ciudad. Gobernó la diócesis durante 42 años aplacando los ánimos, istruyendo y confortando. Los paganos, atraidos por su predicación, abandonaron los ídolos y destruyeron los templos uniéndose al santo obispo. El Señor avaló su celo con muchos prodigios.

Advertido de su inminente fin, emprendió una visita a toda la diócesis. Murió en la periferia de la ciudad, el 13 de noviembre, probablemente en el año 360. sobre su sepulcro se multiplicaron los prodigios y su culto se extendió rápidamente en toda Italia. Sus reliquias se veneran en Fano, en la Basilica a a él dedicada.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Nabor y Félix, Santos Mártires, 12 de julio  

Nabor y Félix, Santos

Mártires

Martirologio Romano: En Milán, ciudad de la Liguria, santos Nabor y Félix, mártires, que, siendo soldados oriundos de Mauritania, se dice que sufrieron el martirio en Laus Pompeia (hoy Lodi) y fueron sepultados en Milán (c. 304).

Etimológicamente: Nabor = Aquel que lleva la luz del profeta, es de origen hebreo.

Etimológicamente: Félix = Aquel que se considera Feliz o afortunado, es de origen latino.

 

Los Santos Nabor y Félix derramaron su sangre por Cristo durante la persecución de Diocleciano (303). En tiempos posteriores, las legendarias actas de estos santos han aparecido, reproducidas de las actas de otros mártires (Víctor, Firmus, y Rusticus). Según éstas, que tienen un incalculable valor histórico, Nabor y Félix eran soldados del ejército romano de Maximiano Hercúleo. Al descubrirse que seguían a Cristo fueron condenados a muerte en Milán y se les decapitó en Lodi. Estos santos testigos de la fe fueron sepultados en Milán y sobre su tumba se erigió una iglesia. Posteriormente, en 1164, sus restos se trasladaron a Colonia, Alemania. San Ambrosio exaltó las virtudes de estos dos mártires.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Fortunato y Hermágoras, Santos Mártires, 12 de julio  

Fortunato y Hermágoras, Santos

Mártires

Martirologio Romano: En Aquileia, en los confines de Venecia, santos Fortunato y Hermágoras, mártires.

Etimológicamente: Fortunato = Aquel que es favorecido por la suerte, es de origen latino.

Etimológicamente: Hermágoras = Aquel que pertenece a Hermes, es de origen griego.

 

Según una tradición que data del siglo VIII, San Marcos el Evangelista, antes de ir a fundar la Iglesia de Alejandría, fue enviado por San Pedro a evangelizar Aquilea. El Apóstol predicó ahí el Evangelio, reforzó su predicación con milagros y convirtió a muchos paganos. Al partir de Aquilea, nombró obispo a un "distinguido personaje", llamado Hermágoras, a quien San Pedro confirió la consagración episcopal.

Los cristianos de Istria y sus alrededores le veneran como primer obispo de Aquilea. San Hermágoras, acompañado por su diácono San Fortunato, predicó el Evangelio en Belluno, Como, Ceneda y otras ciudades.

Las actas de San Hermágoras, que son muy posteriores y carecen de valor histórico, cuentan que Nerón envió a Sebastio a Aquilea para que pusiese en vigor los edictos de persecución contra los cristianos. Sebastio encarceló y torturó a San Hermágoras.

Una noche, el carcelero vio la celda donde estaba el santo, iluminada por una luz muy brillante; el prodigio le impresionó tanto, que se convirtió al cristianismo. Pero, lleno de un entusiasmo imprudente, salió a gritar por las calles de la ciudad: "¡Grande es el Dios de Hermágoras y grandes los prodigios que obra!" Muchas gentes acudieron entonces a la prisión y vieron la luz en la celda del santo, y se convirtieron. Aprovechando la oscuridad de la noche, Sebastio mandó decapitar inmediatamente a San Hermágoras y a San Fortunato.

En realidad, aunque San Fortunato fue martirizado en Aquilea, no hay ninguna razón de peso para relacionarle con San Hermágoras.

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Fuente: Martirologio Romano
Otros Santos y Beatos Completando el santoral de este día, 12 de julio  

Otros Santos y Beatos

San Vivenciolo, obispo
En Lyon, ciudad de la Galia, san Vivenciolo, obispo, que fue promovido al episcopado cuando enseñaba en la escuela monástica de San Eugendio, y animó a clérigos y laicos a estar presentes en el Concilio de Pau, para que el pueblo conociese mejor lo que los pontífices establecían (c. 523).

San León I, abad
En el monasterio de Cava, en la Campania, san León I, abad, que proveyó a los pobres con el trabajo de sus manos y les protegió ante los príncipes (1079).

Beato David Gunston, mártir
En Londres, en Inglaterra, beato David Gunston, mártir, caballero de la Orden de San Juan de Jerusalén, que por oponerse en lo espiritual al régimen del rey Enrique VIII, fue ahorcado en el patíbulo de Southwark (1581).

Beatos Matías Araki y siete compañeros, mártires
En Nagasaki, ciudad del Japón, beatos Matías Araki y siete compañeros, que sufrieron el martirio por su fe en Cristo (1626). Cuyos nombres son: beatos Pedro Arakiyori Chobioye y Susana, esposos; Juan Tanaka y Catalina, esposos: Juan Nagai Naisen y Mónica, esposos, y su hijo el niño Luis.

Beatas Rosa de San Javier (Magdalena Teresa) Tallien, Marta del Buen Ángel (María) Cluse, María de San Enrique (Margarita Eleonor) de Justamond y Juana María de San Bernardo de Romillon, vírgenes y mártires
En la población de Orange, en la región de la Provenza, en Francia, beatas Rosa de San Javier (Magdalena Teresa) Tallien, Marta del Buen Ángel (María) Cluse, María de San Enrique (Margarita Eleonor) de Justamond y Juana María de San Bernardo de Romillon, vírgenes y mártires, que alcanzaron la palma del martirio durante la Revolución Francesa (1794).

San Pedro Khanh, presbítero y mártir
En la provincia de Nghê An, en Annam, san Pedro Khanh, presbítero y mártir, que al ser reconocido como cristiano cuando se hallaba en su mesa de recaudador, pasó seis meses preso en la cárcel, y al negarse a abjurar de la fe, fue degollado por orden del emperador Thiêu Tri (1842).

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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