martes, 25 de julio de 2017

[ † ] Martes por los ángeles custodios. 25/07/2017. Santiago Apóstol ¡ruega por nosotros!

JA

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (20, 20-28)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeo, junto con ellos, y se postró para hacerle una petición. El le preguntó:

"¿Qué deseas?" Ella respondió:

"Concédeme que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, en tu Reino".

Pero Jesús replicó:

"No saben ustedes lo que piden. ¿Podrán beber el cáliz que yo he de beber?". Ellos contestaron: "Sí podemos". Y él les dijo: "Beberán mi cáliz; pero eso de sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; es para quien mi Padre lo tiene reservado".

Al oír aquello, los otros diez discípulos se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús los llamó y les dijo: "Ya saben que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. Que no sea así entre ustedes. El que quiera ser grande entre ustedes, que sea el que los sirva, y el que quiera ser primero, que sea su esclavo; así como el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar la vida por la redención de todos".

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk

El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).

 

 

Misal

 

Fiesta de Santiago, apóstol

Yo los he elegido del mundo, dice el Señor

Antífona de Entrada

Caminando Jesús por la ribera del mar de Galilea, vio a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, que estaban remendando sus redes, y los llamó.

Se dice Gloria.

Oración Colecta

Oremos:

Dios todopoderoso y eterno, que quisiste que Santiago fuera el primero de entre los apóstoles en derramar su sangre por el Evangelio, fortalece a tu Iglesia con el testimonio de su martirio y defiéndela con su valiosa protección.

Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

 

Primera Lectura Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios (4, 7-15)

Hermanos: Llevamos este tesoro en vasijas de barro, para que se vea que esta fuerza tan extraordinaria proviene de Dios y no de nosotros mismos.

Por eso sufrimos toda clase de pruebas, pero no nos angustiamos. Nos abruman las preocupaciones, pero no nos desesperamos. Nos vemos perseguidos, pero no desamparados; derribados, pero no vencidos.

Llevamos siempre y por todas partes la muerte de Jesús en nuestro cuerpo, para que en este mismo cuerpo se manifieste también la vida de Jesús. Nuestra vida es un continuo estar expuestos a la muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. De modo que la muerte actúa en nosotros, y en ustedes, la vida.

Y como poseemos el mismo espíritu de fe que se expresa en aquel texto de la Escritura: Creo, por eso hablo, también nosotros creemos y por eso hablamos, sabiendo que aquel que resucitó a Jesús nos resucitará también a nosotros con Jesús y nos colocará a su lado con ustedes.

Y todo esto es para bien de ustedes de manera que, al extenderse la gracia a más y más personas, se multiplique la acción de gracias para gloria de Dios.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

 

Salmo Responsorial Salmo 125

Entre gritos de júbilo cosecharán aquellos que siembran con dolor.

Cuando el Señor nos hizo volver del cautiverio, creíamos soñar; entonces no cesaba de reír nuestra boca, ni se cansaba entonces la lengua de cantar.

Entre gritos de júbilo cosecharán aquellos que siembran con dolor.

Aun los mismos paganos con asombro decían: "¡Grandes cosas ha hecho por ellos el Señor!" Y estábamos alegres, pues ha hecho grandes cosas por su pueblo el Señor.

Entre gritos de júbilo cosecharán aquellos que siembran con dolor.

Como cambian los ríos la suerte del desierto, cambia también ahora nuestra suerte, Señor, y entre gritos de júbilo cosecharán aquellos que siembran con dolor.

Entre gritos de júbilo cosecharán aquellos que siembran con dolor.

Al ir, iban llorando, cargando la semilla; al regresar, cantando vendrán con sus gavillas.

Entre gritos de júbilo cosecharán aquellos que siembran con dolor.

 

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.

Yo los he elegido del mundo, dice el Señor, para que vayan y den fruto y su fruto permanezca.

Aleluya.

 

Evangelio

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (20, 20-28)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeo, junto con ellos, y se postró para hacerle una petición. El le preguntó:

"¿Qué deseas?" Ella respondió:

"Concédeme que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, en tu Reino".

Pero Jesús replicó:

"No saben ustedes lo que piden. ¿Podrán beber el cáliz que yo he de beber?". Ellos contestaron: "Sí podemos". Y él les dijo: "Beberán mi cáliz; pero eso de sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; es para quien mi Padre lo tiene reservado".

Al oír aquello, los otros diez discípulos se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús los llamó y les dijo: "Ya saben que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. Que no sea así entre ustedes. El que quiera ser grande entre ustedes, que sea el que los sirva, y el que quiera ser primero, que sea su esclavo; así como el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar la vida por la redención de todos".

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, los dones que te presentamos y por intercesión del apóstol Santiago, purifica nuestros corazones para que podamos participar dignamente del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén.

Prefacio de los Apóstoles I

Los apóstoles, pastores del pueblo de Dios

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso, Pastor eterno. Porque no abandonas a tu rebaño, sino que lo cuidas continuamente por medio de los santos Apóstoles, para que sea gobernado por aquellos mismos pastores que le diste como vicarios de tu Hijo.

Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

 

Antífona de la Comunión

Quienes participan del cáliz del Señor se convierten en amigos de Dios.

Oración después de la Comunión

Oremos:

Por intercesión del apóstol Santiago, en cuya festividad hemos recibido con alegría tus santos sacramentos, concédenos, Señor, tu protección y ayuda.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

__________________________________________________________________________________________

Meditación diaria

 

25 de julio

SANTIAGO, APÓSTOL*

Solemnidad (en España)

— Beber el cáliz del Señor.

— No desalentarse por las propias flaquezas, Acudir al Señor.

— Acudir a la Virgen en las dificultades.

I. Pasando Jesús junto al lago de Galilea vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, su hermano, que estaban repasando las redes, y los llamó, y les dio el nombre de "Boanerges", que significa "hijos del Trueno"1.

"Todo comenzó cuando algunos pescadores del lago de Tiberíades fueron llamados por Jesús de Nazareth. Acogieron esta llamada, lo siguieron y vivieron con Él cerca de tres años. Fueron partícipes de Su vida cotidiana, testigos de Su plegaria, de Su bondad misericordiosa con los pecadores y con los que sufrían, de Su poder. Escucharon atentos Su palabra, una palabra jamás oída". En este tiempo, los discípulos tuvieron el conocimiento "de una realidad que, desde entonces, les poseerá para siempre; precisamente la experiencia de la vida con Jesús. Se había tratado de una experiencia que había roto la trama de la existencia precedente; habían tenido que dejar todo, familia, profesión, posesiones. Se había tratado de una experiencia que les había introducido en una nueva manera de existir"2.

Un día el invitado a seguirle fue Santiago, hijo de Salomé, una de las mujeres que servían a Jesús con sus bienes y que estuvo presente en el Calvario, y hermano de Juan. El Apóstol conocía ya al Señor antes de que Este le llamara definitivamente, y gozó de una particular predilección, junto a Pedro y a su hermano: estuvo presente en la glorificación del Tabor3, presenció el milagro de la resurrección de la hija de Jairo y fue uno de los tres que el Maestro tomó consigo para que le acompañaran en Getsemaní4 en el comienzo de la Pasión. Por su celo impetuoso, el Señor dio a estos dos hermanos el sobrenombre de Boanerges, los hijos del trueno.

El Evangelio de la Misa nos narra un acontecimiento singular de la vida de este Apóstol. Jesús acababa de hablar de la proximidad de su Pasión y Muerte en Jerusalén: subimos a Jerusalén -les había dicho y el Hijo del Hombre será entregado a los príncipes de los sacerdotes y a los escribas, le condenarán a muerte, y le entregarán a los gentiles para burlarse de él y azotarlo y crucificarlo, pero al tercer día resucitará5. El Maestro siente la necesidad de compartir con los suyos estos sentimientos que embargan su alma. Y es en estas circunstancias cuando se acercó a Él la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, y se postró para hacerle una petición6. Le ruega que reserve para ellos dos puestos eminentes en el nuevo reino, cuya llegada parece inminente. Jesús se dirige a los hermanos y les pregunta si pueden compartir con Él su cáliz, su misma suerte. Ofrecer la propia copa a otro para beber era considerado en la antigüedad como una gran prueba de amistad. Ellos respondieron: ¡Podemos!7. "Era la palabra de la disponibilidad, de la fuerza; una actitud propia no solo de gente joven, sino de todos los cristianos, y especialmente de todos los que aceptan ser apóstoles del Evangelio"8. Jesús aceptó la respuesta generosa de los dos discípulos y les dijo: Mi cáliz sí lo beberéis, participaréis en mis sufrimientos, completaréis en vosotros mi Pasión. Poco tiempo más tarde, hacia el año 44, Santiago moriría decapitado por orden de Herodes9, y Juan sería probado con innumerables padecimientos y persecuciones a lo largo de su vida.

Desde que Cristo nos redimió en la Cruz, todo sufrimiento cristiano consistirá en beber el cáliz del Señor, participar en su Pasión, Muerte y Resurrección. Por medio de nuestros dolores completamos en cierto modo su Pasión10, que se prolonga en el tiempo, con sus frutos salvíficos. El dolor humano se convierte en redentor porque se halla asociado al que padeció el Señor. Es el mismo cáliz, del que Él, en su misericordia, nos hace partícipes. Ante las contrariedades, la enfermedad, el dolor, Jesús nos hace la misma pregunta: ¿podéis beber mi cáliz? Y nosotros, si estamos unidos a Él, sabremos responderle afirmativamente, y llevaremos con paz y alegría también aquello que humanamente no es agradable. Con Cristo, hasta el dolor y el fracaso se convierten en gozo y en paz. "Esta ha sido la gran revolución cristiana: convertir el dolor en sufrimiento fecundo; hacer, de un mal, un bien. Hemos despojado al diablo de esa arma...; y, con ella, conquistamos la eternidad"11.

II. Desde que Santiago manifestó sus ambiciones, no del todo nobles, hasta su martirio, hay un largo proceso interior. Su mismo celo, dirigido contra aquellos samaritanos que no quisieron recibir a Jesús porque daba la impresión de ir a Jerusalén12, se transformará más tarde en afán de almas. Poco a poco, conservando su propia personalidad, fue aprendiendo que el celo por las cosas de Dios no puede ser áspero y violento, y que la única ambición que vale la pena es la gloria de Dios. Cuenta Clemente de Alejandría que cuando el Apóstol era llevado al tribunal donde iba a ser juzgado fue tal su entereza que su acusador se acercó a él para pedirle perdón. Santiago... lo pensó. Después lo abrazó diciendo: "la paz sea contigo"; y recibieron los dos la palma del martirio13.

Al meditar hoy sobre la vida del Apóstol Santiago nos ayuda no poco comprobar sus defectos, y los de aquellos Doce que el Señor había elegido. No eran poderosos, ni sabios, ni sencillos. Los vemos a veces ambiciosos, discutidores14, con poca fe15. Santiago será el primer Apóstol mártir16. ¡Tanto puede la ayuda divina! ¡Cuántas gracias dará en el Cielo a Dios por haberlo llevado por caminos tan distintos de los que él había soñado! Así es el Señor: porque es bueno e infinitamente sabio, y nos ama, en muchas ocasiones no nos da aquello que le pedimos, sino lo que nos conviene.

Santiago, como los demás Apóstoles, tenía defectos y flaquezas que se pueden ver con claridad en los relatos de los Evangelistas. Pero, junto a estas deficiencias y fallos, tenía un alma grande y un gran corazón. El Maestro fue siempre paciente con él y con todos, y contó con el tiempo para enseñarles y formarlos con una sabia pedagogía divina. "Fijémonos –escribe San Juan Crisóstomo– en cómo la manera de interrogar del Señor equivale a una exhortación y a un aliciente. No dice: "¿Podéis soportar la muerte? ¿Sois capaces de derramar vuestra sangre?", sino que sus palabras son: ¿Podéis beber el cáliz? Y, para animarlos a ello, añade: Que yo tengo que beber; de este modo, la consideración de que se trata del mismo cáliz que ha de beber el Señor había de estimularlos a una respuesta más generosa. Y a su Pasión le da el nombre de bautismo, para significar con ello que sus sufrimientos habían de ser causa de una gran purificación para todo el mundo"17.

También a nosotros nos ha llamado el Señor. No demos entrada al desaliento si alguna vez las flaquezas y los defectos se hacen patentes. Si acudimos a Jesús, Él nos alentará para seguir adelante con humildad, más fielmente. También el Señor tiene paciencia con nosotros. y cuenta con el tiempo.

III. En la Segunda lectura de la Misa, San Pablo nos recuerda: Este tesoro lo llevamos en vasijas de barro, para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros18. Somos algo quebradizo, de poca resistencia, que sin embargo puede contener un tesoro incomparable, porque Dios obra maravillas en los hombres, a pesar de sus debilidades. Y precisamente para que se vea que es Él quien actúa y da la eficacia, ha querido escoger a los flacos para confundir a los fuertes, y a las cosas viles y despreciables del mundo y a aquellos que eran nada para destruir a los que son, a fin de que ningún mortal se jacte ante su acatamiento19. Esto escribe quien en otro tiempo persiguió a la Iglesia. Los cristianos, al llevar a Dios en el alma, podemos vivir a la vez "en el Cielo y en la tierra, endiosados; pero sabiendo que somos del mundo y que somos tierra, con la fragilidad propia de lo que es tierra: un cacharro de barro que el Señor se ha dignado aprovechar para su servicio. Y cuando se ha roto, hemos acudido a las lañas, como el hijo pródigo: he pecado contra el Cielo y contra Ti..."20. Esas lañas que se ponían antiguamente a las vasijas que se rompían, para que siguieran siendo útiles.

Dios hace eficaz a quien tiene la humildad de sentirse como una vasija de barro, a quien lleva en su cuerpo la mortificación de Jesús21, a quien bebe el cáliz de la Pasión, el mismo que Jesús bebió y al que invitó a Santiago.

La tradición nos habla de este Apóstol predicando en España. Su afán de almas le llevó hasta el extremo del mundo conocido. La misma tradición nos cuenta las dificultades que encontró en estas tierras en los comienzos de su evangelización, y cómo Nuestra Señora se le apareció en carne mortal para darle ánimos. Es posible que a nosotros también nos llegue el desaliento en alguna ocasión y que nos encontremos algo abatidos por los obstáculos que dificultan nuestros deseos de llevar a Cristo a otras almas. Podemos incluso encontrar incomprensiones, burlas, oposiciones. Pero Jesús no nos abandona. Acudiremos a Él, y podremos decir con San Pablo: Nos aprietan por todos lados, pero no nos aplastan; estamos apurados, pero no desesperados; acosados, pero no abandonados...22. Y acudiremos a Santa María, y en Ella, como el Apóstol Santiago, encontraremos siempre aliento y alegría para seguir adelante en nuestro camino.

1 Antífona de entrada. Cfr. Mt 4, 18; 21; Mc 3, 17. — 2 C. Caffarra, Vida en Cristo, EUNSA, Pamplona 1988, pp. 19-20 — 3 Mt 17, 1 ss. — 4 Mt 26, 37. — 5 Mt 20, 17-19. — 6 Mt 20, 20. — 7 Mt 20, 22. — 8 Juan Pablo II, Homilía en Santiago de Compostela, 9-XI-1982. — 9 Hech 12, 2. — 10 Cfr. Col 1, 24. — 11 San Josemaría Escrivá, Surco, n. 887 — 12 Lc 9, 53. — 13 Cfr. Clemente de Alejandría. Hypotyp., VII, citado por Eusebio, Historia Ecclesiastica. 11, 9. — 14 Lc 22, 24-47. — 15 Mt 14, 31. — 16 Cfr. Hech 12, 2. — 17 Liturgia de las Horas, Segunda lectura. San Juan Crisóstomo, Homilías sobre el Evangelio de San Mateo, 65, 3-4. — 18 2 Cor 4, 7. — 19 1 Cor 1, 27-29. — 20 S. Bernal. Apuntes sobre la vida del Fundador del Opus Dei. Rialp. 2.ª ed., Madrid 1976. Epílogo. — 21 Cfr. Segunda lectura. 2 Cor 4, 10. — 22 Segunda lectura. 2 Cor 4, 8.

* Santiago era natural de Betsaida, hijo de Zebedeo y hermano de San Juan. Fue uno de los tres discípulos que estuvieron presentes en la Transfiguración, en la agonía de Getsemaní y en otros acontecimientos importantes de la vida pública de Jesús. Es el primer Apóstol que murió por predicar el mensaje salvador de Cristo. Su energía y firmeza hicieron que el Señor le llamara hijo del trueno. Su actividad apostólica se desarrolló en Judea y Samaria y, según una venerable tradición -avalada por importantes testimonios-, llegó a España. Vuelto a Palestina, sufrió martirio hacia el año 44 por orden de Herodes Agripa. Sus restos fueron trasladados a Santiago de Compostela, centro de peregrinación, principalmente durante la Edad Media, y foco de fe para toda Europa.

___________________________________________________________________________________________

 

Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

25 de Julio

Santiago el mayor
ApóstoI
Año 44

El nombre Santiago, proviene de dos palabras Sant Iacob. Porque su nombre en hebreo era Jacob. Los españoles en sus batallas gritaban: "Sant Iacob, ayúdenos". Y de tanto repetir estas dos palabras, las unieron formando una sola: Santiago.

Fue uno de los 12 apóstoles del Señor.

Era hermano de San Juan evangelista. Se le llamaba el Mayor, para distinguirlo del otro apóstol, Santiago el Menor, que era más joven que él. Con sus padres Zebedeo y Salomé vivía en la ciudad de Betsaida, junto al Mar de Galilea, donde tenían una pequeña empresa de pesca. Tenían obreros a su servicio, y su situación económica era bastante buena pues podían ausentarse del trabajo por varias semanas, como lo hizo su hermano Juan cuando se fue a estarse una temporada en el Jordán escuchando a Juan Bautista.

Santiago formó parte del grupo de los tres preferidos de Jesús, junto con su hermano Juan y con Simón Pedro. Después de presenciar la pesca milagrosa, al oír que Jesús les decía: "Desde ahora seréis pescadores de hombres", dejó sus redes y a su padre y a su empresa pesquera y se fue con Jesucristo a colaborarle en su apostolado. Presenció todos los grandes milagros de Cristo, y con Pedro y Juan fueron los únicos que estuvieron presentes en la Transfiguración del Señor y en su Oración en el Huerto de Getsemaní. ¿Por qué lo prefería tanto Jesús? Quizás porque (como dice San Juan Crisóstomo) era el más atrevido y valiente para declararse amigo y seguidor del Redentor, o porque iba a ser el primero que derramaría su sangre por proclamar su fe en Jesucristo. Que Jesús nos tenga también a nosotros en el grupo de sus preferidos.

Cuenta el santo Evangelio que una vez al pasar por un pueblo de Samaria, la gente no quiso proporcionarles ningún alimento y que Santiago y Juan le pidieron a Jesús que hiciera llover fuego del cielo y quemara a esos maleducados. Cristo tuvo que regañarlos por ese espíritu vengativo, y les recordó que El no había venido a hacer daño a nadie sino a salvar al mayor número posible de personas. Santiago no era santo cuando se hizo discípulo del Señor. La santidad le irá llegando poquito a poco.

Otro día Santiago y Juan comisionaron a Salomé, su madre, para que fuera a pedirle a Jesús que en el día de su gloria los colocara a ellos dos en los primeros puestos: uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús les dijo: "¿Serán capaces de beber el cáliz de amargura que yo voy a beber?" Ellos le dijeron: "Sí somos capaces". Cristo añadió: "El cáliz de amargura sí lo beberán, pero el ocupar los primeros puestos no me corresponde a Mí el concederlo, sino que esos puestos son para aquellos para quienes los tiene reservado mi Padre Celestial". Los otros apóstoles se disgustaron por esta petición tan vanidosa de los dos hijos de Zebedeo, pero Jesús les dijo a todos: "El que quiera ser el primero, que se haga el servidor de todos, a imitación del Hijo del hombre que no ha venido a ser servido sino a servir". Seguramente que con esta lección de Jesús, habrá aprendido Santiago a ser más humilde.

Después de la Ascención de Jesús, Santiago el Mayor se distinguió como una de las principales figuras entre el gurpo de los Apóstoles. Por eso cuando el rey Herodes Agripa se propuso acabar con los seguidores de Cristo, lo primero que hizo fue mandar cortarle la cabeza a Santiago, y encarcelar a Pedro. Así el hijo de Zebedeo tuvo el honor de ser el primero de los apóstoles que derramó su sangre por proclamar la religión de Jesús Resucitado.

Antiguas tradiciones (del siglo VI) dicen que Santiago alcanzó a ir hasta España a evangelizar. Y desde el siglo IX se cree que su cuerpo se encuentra en la catedral de Compostela (norte de España) y a ese santuario han ido miles y miles de peregrinos por siglos y siglos y han conseguido maravillosos favores del cielo. El historiador Pérez de Urbel dice que lo que hay en Santiago de Compostela son unas reliquias, o sea restos del Apóstol, que fueron llevados allí desde Palestina.

Es Patrono de España y de su caballería. Los españoles lo han invocado en momentos de grandes peligros y han sentido su poderosa protección. También nosotros si pedimos su intercesión conseguiremos sus favores.

Apóstol Santiago: pídele a Jesús que seamos muchos, muchos, los que como tú, nos dediquemos con toda valentía y generosidad a propagar por el mundo la religión de Cristo.

___________________________________________________________________________________________

Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01


Valentina, Tea y Pablo, Santos Mártires, 25 de julio  

Mártires

Martirologio Romano: En Cesarea de Palestina, santos Valentina, Tea y Pablo, mártires durante la persecución llevada a cabo en tiempo del emperador Maximiano, siendo prefecto Firmiliano. Valentina, virgen, por haber tirado a tierra de un puntapié la ara levantada en honor de los dioses, fue arrojada al fuego junto con Tea, virgen también, después de haber sido cruelmente atormentada, volando de este modo al encuentro del Esposo. Pablo, condenado a muerte, habiendo conseguido un breve tiempo para orar, rogó encarecidamente por la salvación de todos y seguidamente fue decapitado, recibiendo la corona del martirio (308).

 

En el reinado de Maximino II, Firmiliano, el sucesor de Urbano en el gobierno de Palestina, llevó adelante con gran crueldad la persecución contra los cristianos. En Cesárea, donde comparecieron ante él noventa y siete confesores de la fe (hombres, mujeres y niños), mandó que se quemase a todos con un hierro candente el tendón del pie izquierdo, que se les arrancase el ojo derecho y se cauterizara la herida con fuego. Después, los condenó a trabajos forzados en las canteras del Líbano. Muchos otros cristianos de diferentes ciudades de Palestina comparecieron ante ese juez brutal y fueron tratados en forma semejante.

Entre los cristianos arrestados en Gaza durante una reunión en la que leían la Sagrada Escritura, figuraba una doncella llamada Tea, originaria de dicha ciudad. El juez la amenazó con prostituirla en un lupanar. Tea echó en cara al tirano su indecencia y Firmiliano, enfurecido, la mandó azotar y torturar.

Valentina, una joven cristiana de Cesárea que se hallaba presente, gritó al juez: "¿Hasta cuándo vas a seguir atormentando a mi hermana?" Al punto fue hecha prisionera y arrastrada hasta el altar pagano. Valentina derribó a puntapiés el brasero y el incienso que estaban ya preparados sobre el altar. Firmiliano, fuera de sí de rabia, ordenó a los verdugos que la torturasen aún más que a Tea. Después mandó atar y quemar vivas a las dos jóvenes.

También en Gaza, el 25 de julio de 308, fue decapitado por causa de la fe un cristiano llamado Pablo. En el sitio de la ejecución oró por sus compatriotas, por la propagación de la fe, por todos los presentes, por el emperador, por el juez y por el verdugo.

___________________________________________________________________________________________

Fuente: Franciscanos.net
Pedro de Mogliano, Beato Presbítero, 25 de julio  

Pedro de Mogliano, Beato

Presbítero Franciscano

Martirologio Romano: En Camerino, del Piceno, en Italia, beato Pedro de Mogliano Corradini, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que brilló por su evangélica predicación, el ejemplo de sus virtudes y la fama de sus milagros (1490).

 

Sacerdote de la Primera Orden (1442‑1490). El Papa Clemente XIII aprobó su culto el 10 de agosto de 1760.

Pedro Corradini nació en Magliano, provincia de Macerata en 1442. De Magliano pasó a Perusa para estudiar en la universidad. A los veinticinco años se dejó convencer por un predicador franciscano, el Padre Domingo de Leonissa. No lo siguió inmediatamente, pero después de madura reflexión decidió abrazar también él la vida de pobreza y de apostolado propuesta por los franciscanos. Suspendió su carrera inicial de abogado, cuya láurea había obtenido en la universidad de Perusa. Pero conquistado por la predicación de Fray Domingo de Leonisa, decidió hacerse franciscano, abandonó sus sueños de grandeza y se deshizo de todo lo que podía distraerlo en la nueva forma de vida y tomó el hábito de San Francisco en 1467 en el eremitorio de las Cárceles, de los Hermanos Menores.

Terminado el noviciado y ordenado sacerdote se dedicó con particular empeño a la predicación, inicialmente como compañero de San Jaime de la Marca por no menos de 20 años, en los cuales su palabra docta, clara y fervorosa resonó en las principales ciudades de la Italia central.

El principal propósito de los franciscanos de la época era el de la predicación popular, en la cual muchos se destacaron con éxitos estruendosos. Baste pensar en San Bernardino de Siena, San Juan de Capistrano, San Jaime de la Marca, el los Beatos Alberto de Sarteano, Mateo de Agrigento, Marcos Fantuzzi de Bolonia y muchos otros. Precisamente con San Jaime de la Marca, medio siglo mayor que él, es jefe de un verdadero equipo de predicadores volantes, Pedro de Mogliano fue colaborador y discípulo, antes de llegar a ser predicador en propiedad y afectuoso director de almas.

Con esta ocasión trabó amistad con el Señor de Camerino, Julio César Varano y con su hija Camila Bautista Varano, clarisa en el monasterio de la ciudad, a quien Fray Pedro orientó con santos consejos.

Su palabra docta y persuasiva penetraba las mentes y tocaba los corazones más endurecidos, hasta inducirlos a la conversión. Predicador en la isla de Creta, tres veces ministro provincial de los franciscanos de las Marcas, una vez Ministro provincial en Roma, tuvo una vida rica de satisfacciones humanas, además del gozo espiritual. Un día estuvo a punto de morir sofocado en medio de una turba festiva que quería expresarle su simpatía.

Enfermó el 2 de julio de 1490 y murió en la noche entre el 24 y el 25 del mismo mes, murmurando los nombres de Jesús y de María sereno y feliz, con la sonrisa que acompaña en la tierra y en el cielo el paso de los justos. La primera y más célebre biografía suya fue escrita por la Beata Camila Bautista Varano, la más preciosa gloria espiritual de Camerino. Ella subraya la serenidad del Beato al acercarse la muerte, que se lo llevó después de una muy dolorosa enfermedad que él soportó con paciencia y alegría, tanto que un cohermano suyo presente exclamó: "Padre Pedro, tú te mueres riendo!".

___________________________________________________________________________________________

Fuente: EWTN.com
Cristóbal de Licia, Santo Mártir, 25 de julio  

Cristóbal de Licia, Santo

Patrono de los viajeros, transportistas y conductores
Mártir

Etimológicamente: Cristóbal = Aquel que es el Portador de Cristo, es de origen griego

 

San Cristóbal, popularísimo gigantón que antaño podía verse con su barba y su cayado en todas las puertas de las ciudades: era creencia común que bastaba mirar su imagen para que el viajero se viese libre de todo peligro durante aquel día. Hoy que se suele viajar en coche, los automovilistas piadosos llevan una medalla de san Cristóbal junto al volante.

¿Quién era? Con la historia en la mano poco puede decirse de él, como mucho que quizá un mártir de Asia menor a quien ya se rendía culto en el Siglo v. Su nombre griego, "el portador de Cristo", es enigmático, y se empareja con una de las leyendas más bellas y significativas de toda la tradición cristiana. Nos lo pintan como un hombre muy apuesto de estatura colosal, con gran fuerza física, y tan orgulloso que no se conformaba con servir a amos que no fueran dignos de él.

Cristóbal sirvió primero a un rey, aparente señor de la tierra, a quién Cristóbal vío temblando un día cuando le mencionarón al demonio.

Cristóbal entonces decidió ponerse al servicio del diablo, verdadero príncipe de este mundo, y buscó a un brujo que se lo presentará. Pero en el camino el brujo pasó junto a una Cruz, y temblando la evitó. Cristóbal le pregunto entoncés si él le temía a las cruces, contestandole el brujo que no, que le temía a quién había muerto en la Cruz, Jesucristo. Cristóbal le pregunto entonces si el demonio temía también a Cristo, y el brujo le contestó que el diablo tiembla a la sola mención de una Cruz donde murió él tal Jesucristo.

¿Quién podrá ser ese raro personaje tan poderoso aun después de morir? Se lanza a los caminos en su busca y termina por apostarse junto al vado de un río por donde pasan incontables viajeros a los que él lleva hasta la otra orilla a cambio de unas monedas. Nadie le da razón del hombre muerto en la cruz que aterroriza al Diablo.

Hasta que un día cruza la corriente cargado con un insignificante niño a quien no se molesta en preguntar; ¿qué va a saber aquella frágil criatura? A mitad del río su peso se hace insoportable y sólo a costa de enormes esfuerzos consigue llegar a la orilla: Cristóbal llevaba a hombros más que el universo entero, al mismo Dios que lo creó y redimió. Por fin había encontrado a Aquél a quien buscaba.

--¿Quién eres, niño, que me pesabas tanto que parecía que transportaba el mundo entero?--Tienes razón, le dijo el Niño. Peso más que el mundo entero, pues soy el creador del mundo. Yo soy Cristo. Me buscabas y me has encontrado. Desde ahora te llamarás Cristóforo, Cristóbal, el portador de Cristo. A cualquiera que ayudes a pasar el río, me ayudas a mí.

Cristóbal fue bautizado en Antioquía. Se dirigió sin demora a predicar a Licia y a Samos. Allí fue encarcelado por el rey Dagón, que estaba a las órdenes del emperador Decio. Resistió a los halagos de Dagón para que se retractara. Dagón le envió dos cortesanas, Niceta y Aquilina, para seducirlo. Pero fueron ganadas por Cristóbal y murieron mártires. Después de varios intentos de tortura, ordenó degollarlo. Según Gualterio de Espira, la nación Siria y el mismo Dagón se convirtieron a Cristo.

San Cristóbal es un Santo muy popular, y poetas modernos, como García Lorca y Antonio Machado, lo han cantado con inspiradas estrofas. Su efigie, siempre colosal y gigantesca, decora muchísimas catedrales, como la de Toledo, y nos inspira a todos protección y confianza.

Sus admiradores, para simbolizar su fortaleza, su amor a Cristo y la excelencia de sus virtudes, le representaron de gran corpulencia, con Jesús sobre los hombros y con un árbol lleno de hojas por báculo.

Esto ha dado lugar a las leyendas con que se ha oscurecido su vida. Se le considera patrono de los transportadores y automovilistas.

Du festividad en la actualidad es el 10 de julio, antiguamente se lo festejaba el 25 del mismo mes.

___________________________________________________________________________________________

Fuente: Vatican.va
Ángel Dario Acosta Zurita, Beato Sacerdote y Mártir, 25 de julio  

Ángel Dario Acosta Zurita, Beato

Presbítero y Mártir

Martirologio Romano: En Veracruz, México, beato Darío Acosta Zurita, presbítero y mártir (1931).

 

Nació el 13 de diciembre de 1908, en Naolinco, Veracruz. Fue bautizado en la iglesia parroquial de San Mateo Apóstol, el 23 de diciembre, con el nombre de Ángel Darío.

El ambiente familiar era cristiano y sencillo y su infancia transcurrió tranquila. Recibió la primera Comunión a la edad de seis años y posteriormente el sacramento de la Confirmación.

Desde niño conoció las limitaciones y los sacrificios, ya que en las revueltas armadas por la revolución su padre perdió el ganado que poseía y los medios económicos necesarios para el sostenimiento de su familia, enfermó de gravedad y al poco tiempo falleció. La joven viuda tuvo que hacer frente a la situación de extrema pobreza en que quedó. Darío la ayudó en el sostén de sus cuatro hermanos.

Con el apoyo de su madre y la ayuda del señor cura Miguel Mesa, pudo ingresar en el seminario del obispo Guízar y Valencia; primero como alumno externo, y al poco tiempo, por su excelente aprovechamiento y óptima conducta, con la ayuda de una beca, como seminarista.

Eran tiempos difíciles para la Iglesia por la revolución y las continuas luchas por el poder que asolaban el país, y mons. Guízar decidió trasladar su seminario a la ciudad de México.

Recibió la ordenación sacerdotal el 25 de abril de 1931, de manos de mons. Guízar y Valencia y cantó su primera misa el día 24 de mayo, en la ciudad de Veracruz. Mons. Guízar lo nombró vicario cooperador de la parroquia de la Asunción, en la ciudad de Veracruz, donde se desempeñaba como párroco el señor canónigo Justino de la Mora. También estaban ahí de vicarios el p. Rafael Rosas y el p. Alberto Landa.

Desde su llegada a Veracruz, fue notable para la gente su fervor y bondad, su preocupación por la catequesis infantil y dedicación al sacramento de la reconciliación.

El vendaval de la persecución rugía con gran violencia, y el párroco llamó en varias ocasiones a sus vicarios para manifestarles la gravísima situación en que se encontraba la Iglesia y el peligro constante que corrían sus vidas, por el simple hecho de ser sacerdotes, dejándoles en absoluta libertad de ocultarse, si así lo consideraban; o de irse a sus casas, si así lo deseaban. La respuesta que obtuvo de los tres fue siempre: "Estamos dispuestos a arrostrar cualquier grave consecuencia por seguir en nuestros deberes sacerdotales". La disposición al martirio era manifiesta y constantemente renovada en aquellos días en que el perseguidor mostró todo su odio a Dios y a la Iglesia católica, al promulgar el decreto 197, Ley Tejeda, referente a la reducción de los sacerdotes en todo el Estado de Veracruz, para terminar con el "fanatismo del pueblo". De parte del gobernador, fue enviada a cada sacerdote una carta exigiéndoles el cumplimiento de esa ley. Al p. Darío le correspondió el número 759 y la recibió el 21 de julio.

El día 25 de julio era la fecha establecida por el gobernador para que entrara en vigor la inicua ley. Era un día lluvioso, y en la parroquia de la Asunción todo transcurría normal. Las naves del templo estaban repletas de niños que habían llegado de todos los centros de catecismo, acompañados por sus catequistas. Había también un gran número de adultos, esperando recibir el sacramento de la reconciliación. Eran las 6.10 de la tarde, cuando varios hombres vestidos con gabardinas militares entraron simultáneamente por las tres puertas del templo, y sin previo aviso comenzaron a disparar contra los sacerdotes. El p. Landa fue gravemente herido, el p. Rosas se libró milagrosamente, al protegerse en el púlpito y el p. Darío, que acababa de salir del bautisterio, en donde había bautizado a un niño, cayó acribillado por las balas asesinas, alcanzando a exclamar: "¡Jesús!".

Al escuchar los disparos, salió de la sacristía el señor cura De la Mora pidiendo que a él también lo mataran, pero los asesinos ya habían huido. El señor cura se acercó al p. Darío para darle los últimos auxilios.

Fue beatificado el 20 de noviembre de 2005, en Guadalajara, México.

___________________________________________________________________________________________

Fuente: Capuchinosmex.com
María Teresa Kowalska, Beata Virgen y Mártir, 25 de julio  

María Teresa Kowalska, Beata

Religiosa, Virgen y Mártir

Martirologio Romano: En el campo de concentración de Dzialdowo, en Polonia, beata María Teresa Kowalska, virgen de la Orden de las Clarisas Capuchinas y mártir, la cual, encarcelada durante la ocupación militar de Polonia, permaneció firme en la fe, alcanzando la vida eterna (1941).

 

Pertenecía al Convento de las Monjas Clarisas Capuchinas de Przasnysz. Si bien su vida transcurrió en silencio, el recuerdo de su muerte heroica - cosa única en la memoria de este monasterio - sigue siendo aún hoy muy vivo. Son pocas las noticias biográficas que se conservan de Sor Teresa.

Nació en Varsovia en 1902. No se conocen los nombres de sus padres y es probable que tuviera hermanos y hermanas. Hizo la primera comunión el 21 de junio de 1915 y la confirmación el 21 de mayo de 1920. Su padre, simpatizante socialista, se fue con la familia a la Unión Soviética por los años veinte. Desde entonces no se sabe nada de la familia de la Beata.

Por las notas escritas en su librito religioso El libro de la vida,sabemos que se inscribió en la asociación del "Rosario", del "Escapulario de la Inmaculada Concepción", del "Corazón de Jesús", de "San José", de la "Pasión del Señor", de la "Virgen de los Dolores". Pertenecía también a la cofradía de la "Madre de Dios de la Buena Muerte", a la "Archicofradía de la Guardia de Honor", al "Apostolado por los enfermos". Todo esto hace suponer que antes de entrar en la Orden de las Capuchinas llevaba una vida piadosa y ejemplar.

A los 21 años Mieczyslawa recibió la gracia de la vocación religiosa. Entró en el monasterio de las Monjas Clarisas Capuchinas de Przasnysz el 23 de enero de 1923, con la conciencia de reparar la culpa de su familia, contagiada por el ateísmo. Al tomar el hábito el 12 de agosto de 1923 recibió el nombre de Sor Teresa del Niño Jesús. Hizo la primera profesión el 15 de agosto de 1924, y la perpetua el 26 de julio de 1928.

Era una persona delicada y enfermiza, pero muy dispuesta para todo y para todos. En el monasterio servía a Dios con devoción y solicitud. Con su modo de hacer se conquistaba la confianza de todos - cuenta una de las religiosas. Gozaba de grande respeto y consideración por parte de los superiores y de las hermanas. Desempeñó uno tras otro diversos cargos: portera, sacristana, bibliotecaria, maestra del noviciado y consejera.

Sor Teresa vivió su vida religiosa en el silencio, totalmente dedicada a Dios, distinguiéndose por su total entrega. El 2 de abril de 1941 los alemanes irrumpieron en el monasterio y arrestaron a todas las religiosas, llevándolas al campo de concentración de Dzialdawo. Entre ellas iba Sor Teresa, enferma ya de tuberculosis. Todas las 36 hermanas fueron encerradas en un único local y sometidas a condiciones de vida humanamente afrentosas e indignas: ambiente sucio, hambre tremenda, terror continuo. Las religiosas sufrían además sabiendo que en aquel mismo campo eran torturadas personas, como los obispos de Plock Antonio Nowowiejski y León Wetmanski, y tantos otros sacerdotes.

Después de un mes transcurrido en aquellas condiciones de vida, hasta las hermanas con más salud comenzaron a enfermar. La que más se resintió fue Sor Teresa, que no era ya capaz de mantenerse en pie. Aquejada de hemorragias pulmonares, le faltó cualquier clase de socorro médico e, incluso, el agua para aplacar la sed y para las exigencias fundamentales de la higiene.

Pero todos los sufrimientos los soportó con gran valor y, mientras le fue posible, acompañó a las hermanas en los rezos, además de su oración personal. En medio de tan duras pruebas, consciente de que su muerte estaba cercana, decía: Yo no saldré ya de aquí, ofrezco mi vida por que las hermanas puedan retornar al convento. De vez en cuando preguntaba a la Abadesa: Madre, ¿falta mucho todavía? ¿Moriré pronto? Se extinguió en la noche del 25 de julio 1941. Su cuerpo fue llevado de allí sin que se sepa qué fue de él.

Su muerte hizo reflexionar mucho a las hermanas. Estaban convencidas de que Sor Teresa había concluido su vida santamente y que moraba ya en la gloria de los bienaventurados; por ella sentían una particular veneración. Según lo que había predicho, dos semanas después de su muerte, el 7 de agosto de 1941 las monjas fueron dejadas libres. Aquella liberación la interpretaron como una gracia recibida de Dios por intercesión de sor Teresa. Hecho realmente singular, pues normalmente los alemanes no dejaban salir a nadie de los campos de concentración.

Las religiosas no pudieron volver entonces al monasterio de Przasnysz, pero quedaron libres hasta su retorno en 1945. En ellas se ha mantenido siempre vivo el recuerdo de la santa vida y de la muerte como mártir de su hermana. De ello queda constancia en el "Libro de las difuntas" del monasterio de Przasnysz. Las noticias sobre Sor Teresa Mieczyslawa Kowalska eran comunicadas a las nuevas candidatas, lo mismo que a los parientes o amigos que visitaban el monasterio. En la crónica del monasterio, cuando se describen los acontecimientos del arresto y de la permanencia de las monjas en Dzialdowo, se da mucho espacio a la suerte de Sor Teresa. Pero a causa de las condiciones de los monasterios contemplativos bajo el régimen comunista, no ha habido hasta ahora publicaciones sobre Sor Teresa Mieczyslawa Kowalska. Pero, con el proceso de beatificación, se fue difundiendo más la fama de su martirio.

A nuestra Beata Teresa Mieczyslawa Kowalska, monja clarisa capuchina, tratada de manera inhumana en el campo de concentración de Dzialdowo, se pueden atribuir las palabras de la Imitación de Cristo. Plenamente resignada a la voluntad de Dios, su ardiente deseo era unirse a Cristo: Si fuera probada y afligida por tantas adversidades, no tendré miedo del mal, porque Tú estás conmigo. Tu gracia es mi fuerza, me da consejo y me conforta. Es más poderosa que todos mis enemigos.

He aquí por qué Sor Teresa Mieczyslawa Kowalska vivió y testimonió a Cristo con su santa vida y sobre todo con su valerosa muerte.

Fue beatificada por Juan Pablo II el 13 de junio de 1999 en Varsovia junto con otros cinco capuchinos en el grupo de
108 mártires del nazismo. Su memoria no ha sido integrada con la de sus hermanos mártires capuchinos el 16 de junio, sino puesta como celebración personal el día 25 de julio.

___________________________________________________________________________________________

Fuente: www.jar-asuncion.com.ar
Deogracias Palacios, Beato Presbítero y Mártir, 25 de julio  

Deogracias Palacios, Beato

Presbítero y Mártir

Martirologio Romano: En Motril, pueblo en el litoral español de la provincia de Granada, beatos mártires Deogracias Palacios, León Inchausti, José Rada, Julián Moreno, presbíteros, y José Ricardo Díez, religioso, miembros de la Orden de los Agustinos Recoletos, detenidos inesperadamente por el populacho durante la persecución religiosa desencadenada en la guerra civil española, e inmediatamente fusilados en el camino (1936).

 

Nació en Baños de Valdearados, Burgos, España, el 22 de mayo de 1901. A los 10 años ingresó en el Colegio Preparatorio de los Agustinos Recoletos en Berlanga de Duero.

El 22 de setiembre de 1918 hizo su profesión religiosa. Realizó su carrera eclesiástica en los conventos de Villaviciosa de Odón (Madrid) y Monachil (Granada). En 1923 fue destinado a Brasil. Terminó su carrera eclesiástica en el Colegio de Riberao Preto. El 28 de marzo de 1925 recibió la ordenación sacerdotal. En 1928 fue nombrado párroco de Cajobí (Brasil), hasta 1930. Luego fue destinado en 1931 a Argentina, permaneciendo en Buenos Aires desde el 2 de julio de 1931 hasta el 14 de mayo de 1932. Desde el 15 de mayo de 1932 hasta el 12 de julio de 1933 fue destinado a la Parroquia San José de los PP. Agustinos Recoletos de la ciudad de Santa Fe y nombrado Director Espiritual del Seminario Diocesano "Ntra. Señora de Guadalupe".

Se desempeñó como sensor eclesiástico de la diócesis de Santa Fe y como confesor ordinario de las HH. del Huerto.

Volvió a España como superior del convento de Monachil entre 1933-1936. Luego fue nombrado superior de la comunidad de Motril (Granada) en donde el 25 de julio de 1936, junto con otros seis agustinos recoletos y un sacerdote diocesano, recibió la palma del martirio, rubricando con su sangre su fe y su vida ejemplar.

Fue beatificado por S.S. Juan Pablo II el 7 de marzo de 1999.

Oración
Dios todopoderoso y eterno,
que diste a los beatos
Deogracias Palacios y compañeros mártires
la valentía de aceptar la muerte por el nombre de Cristo,
concede también tu fuerza a nuestra debilidad para que,
a ejemplo de aquellos que no dudaron en morir por Tí,
nosotros sepamos también ser fuertes,
confesando tu nombre con nuestras vidas.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén

___________________________________________________________________________________________

Fuente: L´oservatore Romano
Dionisio Pamplona, Beato Presbítero y Mártir, 25 de julio  

Dionisio Pamplona, Beato

Presbítero y Mártir

Martirologio Romano: En Monzón, cerca de Huesca, en Aragón, región de España, beato Dionisio Pamplona, presbítero de la Orden de los Clérigos Regulares de las Escuelas Pías, asesinado por odio a la fe en la persecución religiosa desencadenada en la guerra civil española (1936).

 

Nació en 1858 en Calamocha (Teruel). Ejerció su ministerio como maestro y educador en los colegios escolapios de Alcañiz, Jaca, Pamplona y Barbastro. En Buenos Aires fue, también, rector del colegio y párroco, y ambos oficios desempeñaba en Peralta de la Sal, cuando fue apresado y encarcelado.

Escapó de la prisión sólo para ir a la parroquia y consumir las especies sacramentales y evitar profanaciones sacrílegas. Le pidieron luego que entregara las llaves del templo, pero respondió: ¨No las entregaré sino al obispo que me las confió¨. Cuando le sacaron de la cárcel de Monzón para llevarle al suplicio, pidió al carcelero un cepillo para limpiarse la sotana, como quien va a una fiesta. Era muy alto y destacaba en el grupo, del que era el único sacerdote. Al grito de ¨el cura para mi¨, la mayoría de lo disparos se cebaron en él.

Fue solemnemente beatificado en Roma el 1 de octubre de 1995.

___________________________________________________________________________________________

Fuente: Passiochristi.org
Pedro del Sagrado Corazón Redondo y compañeros, Beatos Mártires, 25 de julio  

Pedro del Sagrado Corazón Redondo y compañeros, Beatos

Mártires Pasionistas

Martirologio Romano: En Urda, pueblo de la provincia española de Toledo, beatos mártires Pedro del Sagrado Corazón Redondo, presbítero, Félix de las Cinco Llagas Ugalde Irurzun y Benito de la Virgen del Villar Solano Ruiz, religiosos de la Congregación de la Pasión, que consiguieron la gloriosa palma del martirio al ser fusilados por su fe cristiana, durante la persecución religiosa desencadenada en la guerra (1936).


BEATOS MÁRTIRES PASIONISTAS DE DAIMIEL

La noche del 21 al 22 de julio de 1936, el convento pasionista de Daimiel, Ciudad Real, descansaba en la más profunda calma. La oscuridad era como un manto protector, que envolvía la casa e iglesia del Santo Cristo de la Luz. Parecía como si nadie pudiera perturbar ese ambiente de paz y de silencio.

Serían las once y media de la noche. El sonido metálico de la campana de la puerta vino a romper inesperadamente y con insistencia este silencio claustral de la media noche estrenada. Era un sonar agitado y nervioso, que hizo saltar del lecho en que dormía tranquilamente al hermano portero de la comunidad. ¿Quién sería a tan altas horas de la noche? ¿Qué estaría sucediendo?

¿Qué se pediría de ellos?

El buen hermano Pablo María destacaba precisamente por su tranquilidad y su paz. Sin embargo, al oír ese sonar fuerte e insistente de la campaña a horas tan intempestivas, no pudo menos de asustarse y quedar desconcertado y sin saber qué hacer. ¿Acudiría a la puerta? ¿Esperaría un poco más a ver lo que pasaba? De ir, ¿lo haría solo?, ¿o despertaría a algún otro religioso para que le acompañase?

Pronto recobra la calma y, con gran valentía y serenidad, decide ir solo. ¿Cuál no sería su sorpresa. ..y miedo, al abrir la puerta y encontrarse allí nada menos que con una multitud de hombres fuertemente armados, envueltos en la oscuridad? Con ademanes amenazadores y sin más dilación, éstos mandan al hermano que se desaloje inmediatamente el convento.

"GETSEMANÍ, ÉSTE ES NUESTRO GETSEMANÍ... "

Pasos silenciosos, sombras y siluetas moviéndose a lo largo del corredor en penumbra. Cada noche, algo más tarde, solían levantarse para cantar las alabanzas del Señor en el coro. Ahora, estos hombres de Dios querían coronar el canto de alabanza de sus vidas con el "amén" festivo de su fidelidad a Cristo.

Entraron en la iglesia. Delante del altar les estaba ya esperando el provincial, el P. Nicéforo, cuya mirada suave y cariñosa se iba posando sobre cada uno de esos religiosos, en su mayor parte tan jóvenes.

Ya en el presbiterio y de rodillas ante el altar, el Padre les dirigió unas palabras que no parecían de él, sino inspiradas directamente por el Espíritu de Dios. Los pocos que lograron sobrevivir, después de la tragedia de la guerra, todavía las recordaban textualmente. De tal manera se les habían grabado en la memoria y en el corazón:

"Getsemaní":

Les dijo con la mayor emoción-, éste es nuestro Getsemaní. Conturbada ante la fatídica perspectiva del Calvario, como la de Jesucristo, también nuestra naturaleza, en su parte débil, en su parte flaca, desfallece, se acobarda... Pero Jesús está con nosotros. Yo os voy a dar al que es la fortaleza de los débiles... A Jesús le confortó un ángel, a nosotros es el mismo Jesús el que nos conforta y nos sostiene... Dentro de pocos momentos, estaremos con Cristo...

Moradores del Calvario, ¡ánimo!, ¡a morir por Cristo! A mí me toca animaros y yo mismo me estimulo con vuestro ejemplo ".

A continuación, el P. Nicéforo dio a todos la absolución general y él mismo la recibió del P . Germán, el superior de la comunidad. Luego, se revistió el roquete y la estola y dio a cada religioso la sagrada comunión. De esta comunión escribiría, años más tarde, uno de los supervivientes: "¡Qué comunión aquella tan fervorosa!"

Después de unos momentos de acción de gracias, el P. Provincial animó todavía a sus religiosos al martirio, recordándoles que ahora debían probar con su vida que eran seguidores de Cristo Crucificado, que eran ¡pasionistas!

Con solemnidad y misterio, desde el altar el Padre se dirigió a las puertas de la iglesia, acompañado de sus religiosos. Las abrió de par en par. Fuera y envueltos en la oscuridad de la noche, le esperaban unos doscientos milicianos fuertemente armados y apiñados hacia la entrada. Entonces uno de ellos, destacándose de los demás y con el arma en la mano, se dirigió a los religiosos y les exigió, amenazador, que abandonasen el convento y la iglesia.

El P. Nicéforo le contestó sencillamente: "Si quieren matarnos, háganlo aquí, en la iglesia ". El miliciano no había contado con esta actitud tan pacífica y valiente. No poco confuso, se dirigió todavía al P. Nicéforo con estas palabras: "¿Quién ha dicho que queremos mataros? Lo que queremos es que os vayáis de aquí".

Escoltados como si fueran malhechores, los religiosos pasionistas salieron de la iglesia y se internaron en la oscuridad y en lo desconocido. Ninguno intentó huir ante la muerte. Todos permanecieron fieles al Señor. Después de haber recibido la eucaristía y de la oración, los Pasionistas de Daimiel, a ejemplo de Jesús y de los primeros mártires de la Iglesia, se sintieron ya fuertes y preparados para enfrentarse con su pasión y beber hasta las heces el cáliz que el Padre celestial les preparaba.

Pero, ¿adónde los llevaría ahora su camino, en medio de la oscuridad, tan avanzada la noche y rodeados de enemigos?

CAMINO DEL CEMENTERIO

Primero se les dio orden de dirigirse hacia la estación. Algunos pensaron que allí les dejarían tomar el tren y alejarse. ¡Vana ilusión! La comitiva cambió pronto de rumbo y tomó otra dirección, esta vez la del cementerio cercano. Todos estaban convencidos de que allí serían fusilados.

En filas de dos en dos, escoltados por hombres armados, caminaban envueltos en la oscuridad de la noche. ¡Silencio! Pero cuanto mayor era el silencio, tanto más vivo se hacía en ellos el mundo de sus pensamientos. En aquellos momentos y en la oscuridad de la noche, no podían ser más siniestros. Uno de los cinco supervivientes describiría así, después de terminada la guerra, los sentimientos que les embargaban en aquellos trágicos momentos: "Nuestra excitada fantasía veía ya cavada la tumba. ¿Nos enterrarían vivos?, ¿o muertos? La muerte nos causaba espanto, pero el pensamiento de que nos enterrasen vivos era todavía mucho más terrible ".

Pero no, al llegar al cementerio, los hombres del "frente popular" les dejaron en libertad con la orden de seguir adelante y de no dejarse ver más por Daimiel y sus cercanías. De no hacerlo así, su vida correría el mayor peligro.

Después de haber visto tan de cerca la muerte, los religiosos dieron un profundo respiro y tuvieron una gran sensación de alivio. Al llegar a la bifurcación de la carretera de Ciudad Real a Bolaños, se detuvieron para deliberar. Como no era posible que treinta y un hombres juntos pasaran desapercibidos las líneas del frente rojo, decidieron dividirse en grupos. El superior repartió el poco dinero de que disponían y los grupos se despidieron tomando diferentes caminos. Si todo salía bien, se encontrarían de nuevo en Madrid; en caso contrario..., en el cielo.

Con palabras consoladoras, con la mayor emoción se abrazaron fuertemente y se despidieron como para un largo viaje, muy probablemente hasta la eternidad, como así les sucedió a todos menos a cinco de esos religiosos.

Aunque dejados en libertad, los religiosos eran seguidos por el "frente popular", que iba informando de sus posibles itinerarios hacia la capital de España, a veces con consignas como ésta: "Van a pasar por ahí los pasionistas de Daimiel. ¡Carne fresca! No la dejéis escapar..."

Al día siguiente, 23 de julio de 1936, serían ya fusilados en la cercana población de Manzanares los primeros mártires. Cinco, entre ellos el P. Nicéforo, murieron allí, otros siete podrían todavía sobrevivir, pero, tres meses más tarde y después de mucho sufrimiento por las heridas de ese fusilamiento, morirían también fusilados de nuevo. Todos los demás, en distintos lugares y en diferentes fechas, morirían igualmente fusilados en Carabanchel Bajo (Madrid), en Carrión de Calatrava (Ciudad Real) y en Urda (Toledo ).

Todos murieron perdonando, como lo hizo Jesús en la cruz. "Si alguno nos saca para fusilarnos, diría el P. Juan Pedro. os pedimos que a nadie tengáis odio ni rencor por mal que nos hagan ". Testigos presenciales cuentan también que el P. Nicéforo, después de haber sido fusilado y ya próximo a morir, levantó sus ojos al cielo, volvió su rostro hacia sus asesinos y les ofreció una sonrisa, lo que les desconcertó hasta el punto de que uno de ellos, todavía más enfurecido, le recriminó: "Cómo, ¿todavía sonríes?" Y le disparó a bocajarro otro tiro, que acabó con su vida acá en la tierra.

Los 26 religiosos pasionistas del convento del Santo Cristo de la Luz, Daimiel, que dieron su vida por su fidelidad a Cristo y a la Iglesia son:

Nicéforo Díez Tejerina, superior provincial y que había sufrido ya persecución y destierro en México, Germán Pérez Jiménez, superior de la comunidad, Juan Pedro Bengoa Aranguren, que había sufrido también persecución por la fe en México, Felipe Valcobado Granado, Ildefonso García Nozal, Pedro Largo Redondo y Justiniano Cuesta Redondo, sacerdotes; Pablo María Leoz Portillo, Benito Solana Ruiz, Anacario Benito Lozal y Felipe Ruiz Fraile, hermanos coadjutores; Eufrasio de Celis Santos, Maurilio Macho Rodríguez, Tomás Cuartero Gascón y su hermano José María, José Estalayo García, José Osés Sáinz, Julio Mediavilla Concejero, Félix Ugalde Ururzun, José María Ruiz Martínez, Fulgencio Calvo Sánchez, Honorino Carracedo Ramos, Laurino Proaño Cuesta, Epifanio Sierra Conde, Abilio Ramos Ramos y Zacarías Fernández Crespo, estudiantes de filosofía que, después del noviciado, se estaban preparando para el sacerdocio.

Pero los vencidos habían sido los vencedores. Según confesaron más tarde los mismos asesinos, el P. Juan Pedro y el Hno. Pablo María murieron con el crucifijo en las manos y gritando: "¡ Cristo Rey!"

Otra cosa que llama la atención es el gran número de religiosos jóvenes. Dieciséis de estos Mártires Pasionistas de Daimiel estaban en edades comprendidas entre los 18 y los 21 años. Ojalá que su ejemplo despierte en nuestros días la conciencia y el entusiasmo de tantos jóvenes todavía indecisos y les lleve a orientar su vida hacia ideales altos y nobles, tal vez incluso a consagrarse como ellos a Dios en la vida religiosa o el sacerdocio.

Estos 26 Mártires Pasionistas de Daimiel fueron beatificados por el papa Juan Pablo II el día 1 de octubre de 1989. Sus reliquias se conservan y veneran en la cripta del convento pasionista de Daimiel, convertido en casa de ejercicios y centro de espiritualidad.
La fiesta litúrgica se celebra el día 24 de julio.

___________________________________________________________________________________________

Fuente: concepcionistas.com
María del Carmen Sallés y Barangueras, Beata Fundadora, 25 de julio  

María del Carmen Sallés y Barangueras, Beata

Fundadora de la Cohgregación
de Hermanas de la Inmaculada Concepción

Martirologio Romano: En Madrid, capital de España, beata María del Carmen Sallés y Barangueras, virgen, fundadora de la Congregación de las Hermanas de la Inmaculada Concepción, para la educación de mujeres piadosas e incultas (1911).

 

Todo empezó en Vic (Barcelona, España), en 1848. El 9 de abril nació a la vida. El 11 nació a la gracia.

Con un nombre: Carmen Sallés. Y con un estilo que uno de sus hermanos resumía en aquel aire suyo de andarse en la presencia de Dios.

En el día a día, fue colegiala en la Compañía de María. Y se preparó, alegre y consciente, para el matrimonio. Pero con una duda inquietante: ¿era eso, lo que Dios quería de ella?.

Unos Ejercicios Espirituales y un discernimiento valiente, le hicieron ver que no. Dios la invitaba a consagrarse a Él, en la vida religiosa. Nuevos interrogantes: ¿Dónde? ¿Cómo?

Consagrada

En 1869, ingresó en el noviciado de las Adoratrices, que se dedicaban a la recuperación de mujeres marginales, por la delincuencia o la prostitución. Su inquietud y su capacidad de razonamiento la llevaron a preguntarse cómo habrían sido aquellas mujeres si la sociedad les hubiese dado otras oportunidades. Decidió entonces dedicar la vida a la formación de la mujer, para que pudiera ocupar en la sociedad el lugar que le correspondía, en cualquier clase social en que se encontrase.

Pasó para ello a una Congregación de Religiosas, dedicadas a la enseñanza y educación de la mujer: las Dominicas de la Anunciata, fundadas por el P. Coll, quien la recibió en el Noviciado. Durante 22 años se dedicó a la educación en diversos lugares, dirigió una escuelita para que los hijos de mujeres trabajadoras no estuvieran en la calle; en Barcelona dirigió un colegio dedicado a la clase media, y se las ingenió para abrir en él enseñanzas nocturnas para 300 obreras, ayudada por las alumnas del turno diurno.

Se esforzaba por aumentar la cultura femenina y educar a las jóvenes en una piedad honda, bien fundamentada, sin sensiblerías, que se anticipara a la mentalidad más común en su tiempo, de manera que todos pudieran comprender que la mujer debía ir más allá de las primeras letras y las "labores de su sexo".
Entre otros problemas internos se la acusó de querer llenar de vanidad la cabeza de la mujer. El año 1889 Carmen inicia un profundo proceso de búsqueda. Oraba, consultaba y se ponía a la escucha de la voz del Espíritu Santo que la hablaba al corazón y también por las circunstancias que vivía.

Los problemas fuertes acontecen a finales de 1891 y primeros meses de 1892. La verdad es que ella nunca quiso salir definitivamente de la Congregación Dominicana, sino desplegar una rama de este mismo árbol. Quiso quedarse en la casa, para seguir impartiendo la enseñanza en ella. Pero se lo negaron, y se vio forzada a iniciar un camino nuevo. Acompañada de tres compañeras -Candelaria Boleda, Remedios Pujol, Emilia Horta- inició una Congregación nueva en la Iglesia, llamada en un primer momento: Concepcionistas de Santo Domingo, hoy: Concepcionistas Misioneras de la Enseñanza.

En una búsqueda perseverante pero tranquila, porque confía en el Señor más que en sí misma, Carmen hace un viaje a Madrid. Allí la espera la Providencia Divina. La palabra firme y serena de Don Celestino Pazos, perteneciente al Cabildo de Zamora, le ayuda a buscar la voluntad de Dios. Carmen entrega su proyecto a la Virgen del Buen Consejo, situada en la capilla de la Colegiata de S. Isidro. Después de orar, dice a sus compañeras: "Es voluntad de Dios. Vamos a Burgos. Allí trabajaremos y lucharemos con todo lo que se presente. Y Dios proveerá".

El 15 de octubre de 1892, festividad de Santa Teresa de Jesús, Carmen llega a Burgos, con las tres compañeras: Candelaria Boleda, Emilia Horta y Remedios Pujals. Allí encuentra un gran protector en la persona del Señor Arzobispo, D. Manuel Gómez-Salazar y Lucio Villegas, quien, el 7 de diciembre del mismo año, otorga la aprobación Diocesana a la naciente Congregación y autoriza la apertura del primer colegio Concepcionista.

El 16 de abril de 1893 se obtiene la aprobación Diocesana de las Constituciones y Carmen Sallés recibe el nombramiento de Superiora general.

El 29 de febrero de 1908, Carmen Sallés solicita del Santo Padre la aprobación del Instituto. Y el 19 de septiembre del mismo año recibe el Decreto de Alabanza, otorgado por San Pío X.

Desde el primer momento se dedicó a preparar adecuadamente a las futuras religiosas maestras. En un momento en que las leyes no exigían el título de maestra para enseñar en colegios privados de la Iglesia, puso a las religiosas a estudiar la carrera de Magisterio y la de Piano y las introdujo en el dominio de la lengua francesa. La Universidad iba a tardar todavía unos años en abrir sus puertas a la mujer. Pero ya a dos años de fundado el Instituto, sus alumnas cursaban estudios de Magisterio.
Planteó la educación como un proyecto integral y equilibrado. La niña, la joven, debían desarrollar armónicamente su inteligencia y su corazón.

Gastó su vida al servicio de la educación de niños y jóvenes.

Empleó todas sus energías en fundar hasta 13 "Casas de María Inmaculada", como gustaba llamar a sus Comunidades y Colegios. Estas fueron: Burgos, Segovia, El Escorial, Madrid, Pozoblanco, Almadén, Valdepeñas, Manzanares, Santa Cruz de Mudela, Murchante, Barajas de Melo, Arroyo del Puerco (hoy de la Luz), Santa Cruz de la Zarza).

"Seguirá fiel a su vocación religiosa dedicada a la enseñanza. En 19 años de trabajo, fundará 13 casas y desarrollará un amplio apostolado en colegios en diversas ciudades y pueblos de España. Emergerá la figura de una mujer de gran carácter y de gran dulzura, que supo superar muchas dificultades a lo largo de todo el itinerario de fundadora. Su fe inconmovible y su ardiente caridad van unidas a una gran sensibilidad por la formación cristiana de las mujeres en un tiempo donde surgían presiones laicistas y anticlericales. M. Carmen manifiesta también un gran amor por las niñas más pobres: en efecto, en todas sus fundaciones surgen juntamente las iniciativas para favorecer las niñas más pobres. Los testimonios ofrecen también pruebas sobre la densidad de su vida interior y de la delicadeza de conciencia con respecto a las experiencias dolorosas pasadas: nunca la oirán lamentarse o hablar mal de nadie o justificar sus propias actitudes". (Positio).
También inició los pasos previos para llevar su obra a Italia y Brasil.

Murió en Madrid, a los 63 años, el día 25 de julio de 1911 habiendo gastado y desgastado su vida por Dios y los hermanos.

El 8 de diciembre de 1954, festividad de la Inmaculada Concepción, y Año Mariano, S. S. Pío XII aprobó definitivamente la Congregación, con su nombre actual: Concepcionistas Misioneras de la Enseñanza.

El 15 de marzo de 1998, S. S. Juan Pablo II la beatificó.

"Mientras haya jóvenes que educar y valores que transmitir, las dificultades no cuentan", decía. Madre Carmen continúa su trabajo en la Iglesia por medio de las Concepcionistas Misioneras de la Enseñanza.

La devoción a la Beata Carmen Sallés se va extendiendo de manera providencial por todo el mundo.

___________________________________________________________________________________________

Fuente: Franciscanos.org
Antonio Lucci, Beato Obispo, 25 de julio  

Antonio Lucci, Beato

Obispo

Martirologio Romano: En Bovino, en la Apulia (Italia), beato Antonio Lucci, obispo, de la Orden de los Hermanos Menores Conventuales, que, brillando por su singular doctrina, de tal modo se entregaba a ayudar a los pobres que se olvidaba de atender las más mínimas necesidades de sí mismo (1752).

 

Antonio (en el siglo, Angelo Nicola Lucci) nació en Agnone, diócesis de Trivento (Molise, Italia), el 2 de agosto de 1682, en una familia de vida cristiana ejemplar. Siendo todavía muy joven entró en la Orden de los Franciscanos Menores Conventuales; emitió los votos religiosos en el año 1698; completados los estudios humanísticos y filosóficos, inició la teología, que continuó en Asís, junto a la tumba de San Francisco, animado siempre del vivo deseo de perfección religiosa. Recibió la ordenación sacerdotal el 17 de noviembre de 1705. Completó los estudios académicos con notables resultados científicos y espirituales, hasta conseguir el doctorado en teología.

Enseñó teología en los Estudios Generales de San Lorenzo en Nápoles y de San Buenaventura en Roma, transmitiendo la riqueza de su sabiduría a los alumnos, los cuales admiraban su sólida doctrina y su ejemplo de vida religiosa; al mismo tiempo ejerció con celo los demás ministerios sacerdotales, entre ellos la predicación: era solicitado para el ministerio de la predicación y lo buscaban también los pobres, a los que no negaba nada. A la caridad para con los hermanos unía un intenso amor a Dios, a la Virgen y a los Santos franciscanos; era siempre asiduo a la Liturgia de las Horas y devotísimo en la celebración de la Eucaristía; practicaba la Regla con meticulosa diligencia, asimilando los consejos evangélicos como alimento para su fe y la vida de perfección.

Elegido ministro provincial, promovió la fidelidad a la vocación franciscana, a la formación espiritual y cultural. Regente y rector del Colegio de San Buenaventura en Roma, fue consultor de varios dicasterios de la Curia Romana; el estudio, la oración, la predicación y la formación de los alumnos fueron los pilares de su vida.

Benedicto XIII, que conocía sus dotes de sabiduría y bondad, lo nombró obispo de Bovino (Foggia) el 7 de febrero de 1729, de cuya sede tomó posesión un mes más tarde. Se dedicó a la formación del clero; su constante preocupación fueron las visitas pastorales. Padre y Pastor de la diócesis, Mons. Lucci se entregó a la búsqueda de la salvación y el bien de todos, especialmente de los más pobres, mediante el ministerio y la promoción humana, la pastoral sacramental y la caridad abundante en el ejercicio de su autoridad episcopal.

Murió santamente en Bovino el 24 de julio de 1752. Rápidamente se difundió su fama de santidad, y se inició el proceso de canonización. El papa Juan Pablo II lo beatificó el 18 de junio de 1989 y estableció que su fiesta se celebre el 25 de julio.

___________________________________________________________________________________________

Fuente: Carmelnet.org
Juan Soreth, Beato Sacerdote Carmelita, 25 de julio  

Juan Soreth, Beato

Presbítero

Martirologio Romano: En Angers, ciudad de Francia, beato Juan Soreth, presbítero de la Orden de los Carmelitas, en la que introdujo una observancia más estrecha y la amplió con conventos para monjas (1471).

 

Nació en Caen (Normandía-Francia) en 1394. Siendo muy joven vistió el hábito carmelitano en su misma ciudad.

Por el 1417 se ordenó sacerdote y el 26 de mayo de 1440, después de haber regentado los estudios en varios conventos, recibió el Magisterio de Teología en París.

El 1440 fue elegido provincial de Francia y en 1451 Superior General de toda la Orden, cargo que desempeñó hasta su muerte.

El beato Juan Soreth es sin duda una de las figuras más eminentes en la historia de nuestra Orden. Su celo infatigable, desplegado sobre todo como General del Carmelo, la propagación que hizo de la Segunda Orden, su pureza y santidad de vida, lo unen a las grades figuras que vivieron con las más vivas ansias y el más grande ardor el espíritu y los anhelos del profeta Elías.

Bien se le puede apellidar como el "Reformador del Carmelo", en un tiempo verdaderamente crítico.

Estaba convencido de que el Carmelo sólo puede florecer y producir frutos de santidad para bien de toda la Iglesia, manteniendo el justo equilibrio entre la vida de oración y el apostolado.

Procuró introducir, ayudado por el papa Calisto III, la "observancia" de la Regla en todos los conventos, insistiendo de un modo particular en 1a pobreza religiosa y en el recogimiento interior y exterior, ya que la relajación suele introduci rse por ahí.

Para ello, se sirvió especialmente de tres medios: de una Exposición de la Santa Regla, de una redacción de las Constituciones y sobre todo de la frecuente visita canónica a los conventos, visita que hacía con toda humildad y fervor y con gran delicadeza de conciencia.

El 7 de octubre de 1452 obtenía del papa Clemente V la Bula "Cum Nulla", por la que quedaban erigidas canónicamente la Segunda y Tercera Orden del Carmelo.

Escribió tratados llenos de unción espiritual y profunda doctrina y renunició a varias prebendas eclesiásticas.

Murió en Angers el 25 de julio de 1471. Fue beatificado por el papa Pío IX en 1866.

Su espiritualidad

En su precioso libro "Expositio paraenetica in Regulam Carmelitarum" queda plasmada maravillosamente su rica espiritualidad.

En cada página se advierte la preocupación de elevarse más allá de la ascesis y de la observancia exterior para crear y disfrutar del ambiente contemplativo.

Insiste en afirmar que el fin del religioso y de la perfección del corazón es alcanzar la oración no interrumpida, ydesde este ángulo v¡sual considera siempre la soledad, el silencio, la vida común y la mortificación de los sentidos como medios eficaces para la vida interior.

"Sea una tu celda extedor y otra tu celda interior... la puerta de la clausura exterior es señal de la clausura interior para que los sentidos sean siempre orientados interiormente hacia Dios".

La meditación, según el Beato, no es fin en sí misma, en cuanto que es "Frecuente excogitación, que investiga el modo, la causa, la razón", mayormente es raciocinio y no tiene eficacia sin la adhesión de la voluntad, sino que es medio y preparación para llegar a la contemplación. Así, pues, el beato Soreth sigue la línea tradicional de la Orden en cuanto al fin de la vida carmelitana. Esto es la contemplación.

Fue muy amante del Santísimo Sacramento, y, en cierta ocasión, con gran peligro de su vida, salvó un Copón de Formas Consagradas, que iban a ser pasto de las llamas.

___________________________________________________________________________________________

Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Cucufate, Santo Mártir, 25 de julio  

Cucufate, Santo

Mártir

Martirologio Romano: En Barcelona, ciudad de la Hispania Tarraconense, san Cucufate, mártir, que, herido con espada durante la persecución desencadenada por el emperador Diocleciano, subió victorioso al cielo (s. IV).

 

San Cucufate era de origen africano, y nació de padres nobles y cristianos en la población de Scila. Enviado, con su hermano Félix, a Cesarea de la Mauritania para aprender las letras humanas, hizo allí grandes progresos, no sólo en el estudio, sino más aún en el espíritu. Mas, como ambos se sintieran animados de un intenso deseo del martirio, teniendo noticias de que había estallado una sangrienta persecución contra los cristianos, partieron para España y desembarcaron en Barcelona.

Al entender, pues, que el prefecto Daciano, atravesando las Galias, se dirigía a España, mientras Félix se dirigió a Gerona, Cucufate decidió esperarlo en Barcelona, mientras se preparaba con especiales oraciones para el martirio. Al mismo tiempo se dedicó al oficio de mercader, procurando ejercitar la caridad con los hermanos cristianos. Llegado, pues, Daciano a Barcelona, como entretanto se había dado a conocer Cucufate por su eximia caridad con los pobres y necesitados y por sus obras de celo, fue bien pronto delatado.

Preso, pues, por orden del juez, fue encerrado en un calabozo, donde se trató primero por todos los medios posibles de inducirle a que sacrificara a los ídolos. Más, como persistiera con la mayor firmeza en la confesión de la fe, fue entregado en manos del prefecto Galerio para ser torturado. Este, en efecto, presa de una fiera rabia contra los cristianos, lo entregó a doce robustos soldados, con la orden de que por turno le azotaran y con las uñas de hierro y con los escorpiones lo despedazaran hasta que le quitaran la vida. Aplicáronle al punto tan inhumano tormento, y ya estaba el cuerpo del mártir completamente dilacerado cuando, por justo castigo de Dios, los verdugos se sienten heridos de ceguera y el prefecto cae herido de muerte, mientras Cucufate es milagrosamente sanado de sus heridas.

Ante tan estupendos milagros gran multitud del pueblo abandona la superstición pagana y abraza la fe de Cristo; pero, entretanto, el nuevo prefecto Maximiano, sucesor de Galerio, ordena a los verdugos asar cruelmente al mártir en las parrillas y, para aumentar la tortura, untar el cuerpo asado con vinagre y pimienta. El mártir, por su parte, puesto en medio del tormento, entona salmos al Señor, y con un nuevo milagro es sanado repentinamente, mientras los verdugos perecen en el fuego. Ciego de rabia el prefecto, y atribuyendo todas estas maravillas a arte diabólica, manda inmediatamente que se encienda un gran fuego y en él se queme el mártir; mas, puesto Cucufate en medio de la ingente llama, sumido en oración al Señor, permanece enteramente ileso, mientras la llama se extingue por completo.

Desconcertado y confuso el prefecto Maximiano, ordena volver al mártir a la cárcel, para decidir él durante la noche lo que se deberá hacer. Mas, durante aquella noche, es recreado el mártir con un resplandor celeste en su prisión, con el cual, ilustrados los carceleros, penetraron en la verdadera luz interior y creyeron en Cristo. Al tener, pues, noticia de todo esto, ciego de ira Maximiano, manda flagelar al mártir con azotes de hierro hasta quitarle la vida; pero, mientras se le aplicaba tan inhumano tormento, por efecto de la oración del mártir arde en llamas la carroza del prefecto Maximiano, y, mientras se dirigía al templo para sacrificar a los ídolos, muere presa de las llamas, al mismo tiempo que los ídolos caen al suelo hechos pedazos.

Finalmente, el nuevo prefecto Rufo, escarmentado en sus predecesores, no se atrevió a aplicar ningún tormento al mártir, sino que, pronunciando la sentencia contra Cucufate, ordena que lo pasen por la espada. Así, pues, habiendo superado la crueldad del fuego, del hierro y de todos los tormentos, herido por la espada obtuvo la palma del martirio el 25 de julio. El martirio tuvo lugar en las afueras de la ciudad, en el campamento militar denominado Castrum Octavianum, que es la actual población de San Cugat del Vallés, junto a Barcelona.

La memoria de San Cucufate se mantuvo fresca en Barcelona y en toda la Península, según se manifiesta claramente en las palabras de Prudencio, y en los breves elogios de los martirologios. Desde el siglo VIII existió en el Castro Octaviano, un monasterio dedicado a San Cucufate (o San Cugat), de quien se suponía que se conservaban las reliquias. Sin embargo, conforme a una tradición, la cabeza había sido llevada a Francia. Este monasterio de San Cugat recibió su forma definitiva en los siglos XII y XIII y se conservó hasta la supresión general de 1835. El edificio se puede admirar todavía en nuestros días.

Son curiosas, por otra parte, las noticias que sabemos sobre los recuerdos de San Cucufate en Francia. En efecto, consta que Fulrado, abad del monasterio de San Dionisio, se procuró algunas reliquias de San Cucufate y las depositó en un monasterio fundado por él en Alsacia. Su nombre antiguo era La Celle-de-FuIrad; pero se cambió entonces con el de San Cucufate. Pero el año 835 el abad Hildnin hizo llevar estas reliquias a San Dionisio, de París. De hecho, consta que desde el siglo IX la devoción a San Cucufate se extendió por los alrededores de París. En las proximidades de Rucil, en medio del bosque, hay un pequeño lago que ostenta el nombre de Saint Cucufat. Según algunos investigadores, hubo allí en otros tiempos una capilla dedicada al Santo, de la que todavía en el siglo XVIII se conservaba la memoria, acudiendo el pueblo para ciertas peregrinaciones. Se le designaba con el nombre transformado de Saint Quiquenfat. Otros nombres vecinos de Guinelat, Conat y Coplian son interpretados como recuerdos de San Cugat.

___________________________________________________________________________________________

 

Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

Si NO desea el evangelio, santoral y meditación diaria y sólo artículos interesantes censurados por la prensa (la mayoría), unos 4 por semana escriba a: ave-maria-purisima+subscribe@googlegroups.com (responder el mensaje de confirmación).

 

Para de-suscribirse escribir desde su casilla de email a:

REEMPLACEporNOMBREdelGRUPO+unsubscribe@googlegroups.com

Si no se desuscribe es porque recibe el mensaje en su otro email que le reenvía al actual: debe escribir desde ese otro email.