JMJ
Pax
Recibiste bienes en tu vida y Lázaro, males; ahora él goza del consuelo, mientras que tú sufres tormentos
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 16, 19-31
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a los fariseos:
"Había un hombre rico que se vestía de púrpura y lino, y todos los días celebraba espléndidos banquetes. Y había también un pobre, llamado Lázaro, tendido junto a la puerta y cubierto de llagas, que deseaba saciar su hambre con lo que tiraban de la mesa del rico. Hasta los perros venían a lamer sus llagas.
Un día el pobre murió y fue llevado por los ángeles al seno de Abrahán. También murió el rico y fue sepultado. Y en el abismo, cuando se encontraba entre tormentos, levantó los ojos el rico y vio a lo lejos a Abrahán y a Lázaro en su seno. Y gritó:
"Padre Abrahán, ten piedad de mí y envía a Lázaro para que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque no soporto estas llamas".
Abrahán contestó:
"Recuerda, hijo, que ya recibiste tus bienes durante la vida, y Lázaro, en cambio, males. Ahora él está aquí consolado mientras tú estás atormentado. Pero además, entre ustedes y nosotros se abre un gran abismo, de suerte que los de aquí que quieran pasar hasta ustedes, no puedan; ni tampoco de allí puedan venir hasta nosotros".
El rico insistió:
"Te ruego, padre, que lo envíes a mi familia, para que diga a mis cinco hermanos la verdad y no vengan también ellos a este lugar de tormento".
Abrahán le respondió:
"Ya tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen".
El rico insistió:
"No, padre Abrahán; si se les presenta un muerto, se convertirán".
Entonces Abrahán le dijo:
"Si no escuchan a Moisés y a los profetas, tampoco harán caso aunque resucite un muerto".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.
El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk
El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu
El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc
Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?
Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).
Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?
Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).
† Misal
jue 2a. Sem cuaresma
Antífona de Entrada
Señor, sondéame y conoce mi corazón, ponme a prueba y conoce mis sentimientos; y, si mi camino se desvía, guíame por el camino recto.
Oración Colecta
Oremos:
Dios nuestro, tú que amas la inocencia y la devuelves a quienes la han perdido, orienta hacia ti nuestros corazones y enciéndelos en el fuego de tu Espíritu, para que permanezcamos firmes en la fe y eficaces en el bien obrar.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Maldito el que confía en el hombre, bendito el que Confía en el Señor
Lectura del libro del profeta Jeremías 17, 5-10
Esto dice el Señor:
"Maldito quien confía en el hombre y se apoya en los mortales, apartando su corazón del
Señor. Será como un matorral en la estepa, que no ve venir la lluvia, pues habita en un árido desierto, en tierra salobre y despoblada.
Bendito quien confía en el Señor y pone en el Señor su confianza. Será como un árbol plantado junto al agua, que alarga hacia la corriente sus raíces; nada teme cuando llega el calor, su follaje se conserva verde; en año de sequía no se inquieta ni deja de dar fruto.
Nada más traidor y perverso que el corazón del hombre: ¿quién llegará a conocerlo? Yo, el Señor, sondeo el corazón, examino la conciencia; para dar a cada cual según su conducta, según lo que merecen sus acciones".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Sal 1, 1-2.3.4 y 6
Dichoso el hombre que confía en el Señor.
Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se entretiene en el camino de los pecadores, ni se sienta con los arrogantes, sino pone su alegría en la ley del Señor, meditándola día y noche.
Dichoso el hombre que confía en el Señor.
Es como un árbol plantado junto al río: da fruto a su tiempo y sus hojas no se marchitan; todo lo que hace le sale bien.
Dichoso el hombre que confía en el Señor.
No sucede lo mismo con los malvados, pues son como paja que se lleva el viento. Porque el Señor protege el camino de los justos, pero el camino de los malvados lleva a la perdición.
Dichoso el hombre que confía en el Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un corazón bueno y sincero, y perseveran hasta dar fruto.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Evangelio
Recibiste bienes en tu vida y Lázaro, males; ahora él goza del consuelo, mientras que tú sufres tormentos
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 16, 19-31
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a los fariseos:
"Había un hombre rico que se vestía de púrpura y lino, y todos los días celebraba espléndidos banquetes. Y había también un pobre, llamado Lázaro, tendido junto a la puerta y cubierto de llagas, que deseaba saciar su hambre con lo que tiraban de la mesa del rico. Hasta los perros venían a lamer sus llagas.
Un día el pobre murió y fue llevado por los ángeles al seno de Abrahán. También murió el rico y fue sepultado. Y en el abismo, cuando se encontraba entre tormentos, levantó los ojos el rico y vio a lo lejos a Abrahán y a Lázaro en su seno. Y gritó:
"Padre Abrahán, ten piedad de mí y envía a Lázaro para que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque no soporto estas llamas".
Abrahán contestó:
"Recuerda, hijo, que ya recibiste tus bienes durante la vida, y Lázaro, en cambio, males. Ahora él está aquí consolado mientras tú estás atormentado. Pero además, entre ustedes y nosotros se abre un gran abismo, de suerte que los de aquí que quieran pasar hasta ustedes, no puedan; ni tampoco de allí puedan venir hasta nosotros".
El rico insistió:
"Te ruego, padre, que lo envíes a mi familia, para que diga a mis cinco hermanos la verdad y no vengan también ellos a este lugar de tormento".
Abrahán le respondió:
"Ya tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen".
El rico insistió:
"No, padre Abrahán; si se les presenta un muerto, se convertirán".
Entonces Abrahán le dijo:
"Si no escuchan a Moisés y a los profetas, tampoco harán caso aunque resucite un muerto".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Por este sacrificio eucarístico, santifica, Señor, nuestras privaciones cuaresmales, para que a las prácticas externas corresponda una verdadera conversión interior.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
El camino del éxodo en el desierto cuaresmal
En verdad es justo bendecir tu nombre, Padre rico en misericordia, ahora que, en nuestro itinerario hacia la luz pascual, seguimos los pasos de Cristo, maestro y modelo de la humanidad reconciliada en el amor.
Tú abres a la Iglesia el camino de un nuevo éxodo a través del desierto cuaresmal, para que, llegados a la montaña santa, con el corazón contrito y humillado, reavivemos nuestra vocación de pueblo de la alianza, convocado para bendecir tu nombre, escuchar tu Palabra, y experimentar con gozo tus maravillas.
Por estos signos de salvación, unidos a los ángeles, ministros de tu gloria, proclamamos el canto de tu alabanza:
Antífona de la Comunión
Dichoso el que con vida intachable hace la voluntad del Señor.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Te pedimos, Señor, que el fruto de este santo sacrificio persevere en nosotros y se manifieste siempre en nuestras obras.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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† Meditación diaria
Cuaresma. 2ª semana. Jueves
DESPRENDIMIENTO
— El desprendimiento de las cosas nos da la necesaria libertad para seguir a Cristo. Los bienes son solo medios.
— Desasimiento y generosidad. Algunos ejemplos.
— Desprendimiento de lo superfluo y de lo necesario, de la salud, de los dones que Dios nos ha dado, de lo que tenemos y usamos...
I. En este tiempo de Cuaresma, la Iglesia nos hace muchas llamadas para que nos soltemos de las cosas de esta tierra, y llenar así de Dios nuestro corazón. En la Primera lectura de la Misa de hoy nos dice el profeta Jeremías: Bendito quien confía en el Señor, y pone en Él su confianza: Será un árbol plantado junto al agua, que junto a la corriente echa raíces; cuando llegue el estío no lo sentirá, su hoja estará verde; en el año de sequía no se inquieta, no deja de dar fruto1. El Señor cuida del alma que tiene puesto en Él su corazón.
Quien pone su confianza en las cosas de la tierra, apartando su corazón del Señor, está condenado a la esterilidad y a la ineficacia para aquello que realmente importa: será como un cardo en la estepa, no verá llegar el bien; habitará en la aridez del desierto, tierra salobre e inhóspita2.
El Señor desea que nos ocupemos de las cosas de la tierra, y las amemos correctamente: Poseed y dominad la tierra3. Pero una persona que ame «desordenadamente» las cosas de la tierra no deja lugar en su alma para el amor a Dios. Son incompatibles el «apegamiento» a los bienes y querer al Señor: no podéis servir a Dios y a las riquezas4. Las cosas pueden convertirse en una atadura que impida alcanzar a Dios. Y si no llegamos hasta Él, ¿para qué sirve nuestra vida? «Para llegar a Dios, Cristo es el camino; pero Cristo está en la Cruz, y para subir a la Cruz hay que tener el corazón libre, desasido de las cosas de la tierra»5. Él nos dio ejemplo: pasó por los bienes de esta tierra con perfecto señorío y con la más plena libertad. Siendo rico, por nosotros se hizo pobre6. Para seguirle, nos dejó a todos una condición indispensable: cualquiera de vosotros que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo7. Esta condición es también imprescindible para quienes le quieran seguir en medio del mundo. Este no renunciar a los bienes llenó de tristeza al joven rico, que tenía muchas posesiones8 y estaba muy apegado a ellas. ¡Cuánto perdió aquel día este hombre joven que tenía «cuatro cosas», que pronto se le escaparían de las manos!
Los bienes materiales son buenos, porque son de Dios. Son medios que Dios ha puesto a disposición del hombre desde su creación, para su desarrollo en la sociedad con los demás. Somos administradores de esos bienes durante un tiempo, por un plazo corto. Todo nos debe servir para amar a Dios –Creador y Padre– y a los demás. Si nos apegamos a las cosas que tenemos y no hacemos actos de desprendimiento efectivo, si los bienes no sirven para hacer el bien, si nos separan del Señor, entonces no son bienes, se convierten en males. Se excluye del reino de los cielos quien pone las riquezas como centro de su vida; idolatría llama San Pablo a la avaricia9. Un ídolo ocupa entonces el lugar que solo Dios debe ocupar.
Se excluye de una verdadera vida interior, de un trato de amor con el Señor, aquel que no rompe las amarras, aunque sean finas, que atan de modo desordenado a las cosas, a las personas, a uno mismo. «Porque poco se me da –dice San Juan de la Cruz– que un ave esté asida a un hilo delgado en vez de a uno grueso, porque, aunque sea delgado, tan asida estará a él como al grueso, en tanto que no le quebrare para volar. Verdad es que el delgado es más fácil de quebrar; pero, por fácil que es, si no lo rompe, no volará»10.
El desprendimiento aumenta nuestra capacidad de amar a Dios, a las personas y a todas las cosas nobles de este mundo.
II. El Evangelio de la Misa nos presenta a uno que hacía mal uso de los bienes. Había un hombre rico que vestía de púrpura y lino finísimo, y cada día celebraba espléndidos banquetes. En cambio, un pobre llamado Lázaro yacía sentado a su puerta, cubierto de llagas, deseando saciarse de lo que caía de la mesa del rico11.
Este hombre rico tiene un marcado sentido de la vida, una manera de vivir: «Se banqueteaba». Vive para sí, como si Dios no existiera, como si no lo necesitara. Vive a sus anchas, en la abundancia. No dice la parábola que esté contra Dios ni contra el pobre: únicamente está ciego para ver a Dios y a uno que le necesita. Vive constantemente para sí mismo. Quiere encontrar la felicidad en el egoísmo, no en la generosidad. Y el egoísmo ciega, y degrada a la persona.
¿Su pecado? No tuvo en cuenta a Lázaro, no lo vio. No utilizó los bienes según el querer de Dios. «Porque la pobreza no condujo a Lázaro al Cielo, sino la humildad, y las riquezas no impidieron al rico entrar en el gran descanso, sino su egoísmo e infidelidad»12, dice con gran profundidad San Gregorio Magno.
El egoísmo y el aburguesamiento impiden ver las necesidades ajenas. Entonces, se trata a las personas como cosas (es grave ver a las personas como cosas, que se toman o se dejan según interese), como cosas sin valor. Todos tenemos mucho que dar: afecto, comprensión, cordialidad y aliento, trabajo bien hecho y acabado, limosna a gente necesitada o a obras buenas, la sonrisa cotidiana, un buen consejo, ayudar a nuestros amigos para que se acerquen a los sacramentos...
Con el ejercicio que hagamos de la riqueza –mucha o poca– que Dios ha depositado en nosotros nos ganamos la vida eterna. Este es tiempo de merecer. Siendo generosos, tratando a los demás como a hijos de Dios, somos felices aquí en la tierra y más tarde en la otra vida. La caridad, en sus muchas formas, es siempre realización del reino de Dios, y el único bagaje que sobrenadará en este mundo que pasa.
Este desasimiento ha de ser efectivo, con resultados bien determinados que no se consiguen sin sacrificio, y también natural y discreto, como corresponde a los cristianos que viven en medio del mundo y que han de usar los bienes como instrumentos de trabajo o en tareas apostólicas. Se trata de un desprendimiento positivo, porque resultan ridículamente pequeñas, e insuficientes, todas las cosas de la tierra en comparación del bien inmenso e infinito que pretendemos alcanzar; es también interno, que afecta a los deseos; actual, porque requiere examinar con frecuencia en qué tenemos puesto el corazón y tomar determinaciones concretas que aseguren la libertad interior; alegre, porque tenemos los ojos puestos en Cristo, bien incomparable, y porque no es una mera privación, sino riqueza espiritual, dominio de las cosas y plenitud.
III. El desprendimiento nace del amor a Cristo y, a la vez, hace posible que crezca y viva este amor. Dios no habita en un alma llena de baratijas. Por eso es necesaria una firme labor de vigilancia y de limpieza interior. Este tiempo de Cuaresma es muy oportuno para examinar nuestra actitud ante las cosas y ante nosotros mismos: ¿tengo cosas innecesarias o superfluas?, ¿llevo una cuenta o control de los gastos que hago para saber en qué invierto el dinero?, ¿evito todo lo que significa lujo o mero capricho, aunque no lo sea para otro?, ¿practico habitualmente la limosna a personas necesitadas o a obras apostólicas con generosidad, sin cicaterías?, ¿contribuyo al sostenimiento de estas obras y al culto de la Iglesia con una aportación proporcionada a mis ingresos y gastos?, ¿estoy apegado a las cosas o instrumentos que he de utilizar en mi trabajo?, ¿me quejo cuando no dispongo de lo necesario?, ¿llevo una vida sobria, propia de una persona que quiere ser santa?, ¿hago gastos inútiles por precipitación o por no prevenir?
El desprendimiento necesario para seguir de cerca al Señor incluye, además de los bienes materiales, el desprendimiento de nosotros mismos: de la salud, de lo que piensan los demás de nosotros, de las ambiciones nobles, de los triunfos y éxitos profesionales.
«Me refiero también (...) a esas ilusiones limpias, con las que buscamos exclusivamente dar toda la gloria a Dios y alabarle, ajustando nuestra voluntad a esta norma clara y precisa: Señor, quiero esto o aquello solo si a Ti te agrada, porque si no, a mí, ¿para qué me interesa? Asestamos así un golpe mortal al egoísmo y a la vanidad, que serpean en todas las conciencias; de paso que alcanzamos la verdadera paz en nuestras almas, con un desasimiento que acaba en la posesión de Dios, cada vez más íntima y más intensa»13. ¿Estamos desprendidos así de los frutos de nuestra labor?
Los cristianos deben poseer las cosas como si nada poseyesen14. Dice San Gregorio Magno que «posee, pero como si nada poseyera, el que reúne todo lo necesario para su uso, pero prevé cautamente que presto lo ha de dejar. Usa de este mundo como si no usara, el que dispone de lo necesario para vivir, pero no dejando que domine a su corazón, para que todo ello sirva, y nunca desvíe, la buena marcha del alma, que tiende a cosas más altas»15.
Desprendimiento de la salud corporal. «Consideraba lo mucho que importa no mirar nuestra flaca disposición cuando entendemos se sirve al Señor (...). ¿Para qué es la vida y la salud, sino para perderla por tan gran Rey y Señor? Creedme, hermanas, que jamás os irá mal en ir por aquí»16.
Nuestros corazones para Dios, porque para Él han sido hechos, y solo en Él colmarán sus ansias de felicidad y de infinito. «Jesús no se satisface "compartiendo": lo quiere todo»17. Todos los demás amores limpios y nobles, que constituyen nuestra vida aquí en la tierra, cada uno según la específica vocación recibida, se ordenan y se alimentan en este gran Amor: Jesucristo Señor Nuestro.
«Señor, tú que amas la inocencia y la devuelves a quien la ha perdido, atrae hacia ti nuestros corazones y abrásalos en el fuego de tu Espíritu»18.
Nuestra Madre Santa María nos ayudará a limpiar y ordenar los afectos de nuestro corazón para que solo su Hijo reine en él. Ahora y por toda la eternidad. Corazón dulcísimo de María, guarda nuestro corazón y prepárale un camino seguro.
1 Jer 17, 7-8. — 2 Jer 17, 6. — 3 Cfr. Gen 1, 28. — 4 Mt 6, 24. — 5 San Josemaría Escrivá, Vía Crucis, X. — 6 Cfr. 2 Cor 8, 9. — 7 Lc 14, 33. — 8 Mc 10, 22. — 9 Col 3, 5. — 10 San Juan de la Cruz, Llama de amor viva, 11, 4. — 11 Lc 16 19-21. — 12 San Gregorio Magno, Homilías sobre el Evangelio de San Lucas, 40, 2. — 13 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 114. — 14 1 Cor 7, 30. — 15 San Gregorio Magno, Homilías sobre los Evangelios, 36. — 16 Santa Teresa, Fundaciones, 28, 18. — 17 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 155. — 18 Oración colecta de la Misa del día.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
Beato José Gabriel del Rosario Brochero
Nació en los aledaños de Santa Rosa de Río Primero (Córdoba) el 16 de marzo de 1840. Era el cuarto de diez hermanos, que vivían de las tareas rurales de su padre. Creció en el seno de una familia de profunda vida cristiana. Dos de sus hermanas fueron religiosas del Huerto.
Habiendo ingresado al Colegio Seminario Ntra. Sra. de Loreto el 5 de marzo de 1856, fue ordenado sacerdote el 4 de noviembre de 1866. Como ayudante de las tareas pastorales de la Catedral de Córdoba, desempeñó su ministerio sacerdotal durante la epidemia de cólera que desbastó a la ciudad. Siendo Prefecto de Estudios del Seminario Mayor, obtuvo el título de Maestro en filosofía por la Universidad de Córdoba.
A fines de 1869 asumió el extenso Curato de San Alberto de 4.336 kilómetros cuadrados. Con poco más de 10.000 habitantes que vivían en lugares distantes sin caminos y sin escuelas.
Incomunicados por las Sierras Grandes de más de 2.000 metros de altura. El estado moral y la indigencia material de sus habitantes eran lamentables. El corazón apostólico de Brochero no se desanima, sino que desde ese momento dedicara su vida toda no sólo a llevar el Evangelio sino a educar y promocionar a sus habitantes. Al año siguiente de llegar, comenzó a llevar a hombres y mujeres a Córdoba, para hacer los Ejercicios Espirituales. Recorrer los 200 kilómetros requería tres días a lomo de mula, en caravanas que muchas veces superaban las quinientas personas. Más de una vez fueron sorprendidos por fuertes tormentas de nieve. Al regresar, luego de nueve días de silencio, oración y penitencia sus feligreses iban cambiando de vida, siguiendo el Evangelio y buscando el desarrollo económico de la zona.
En 1875, con la ayuda de sus feligreses, comenzó la construcción de la Casa de Ejercicios de la entonces Villa del Transito (localidad que hoy lleva su nombre). Fue inaugurada en 1877 con tandas que superaron las 700 personas, pasando por la misma, durante el ministerio parroquial del Siervo de Dios, más 40.000 personas. Para complemento construyó la casa para las religiosas, el Colegio de niñas y la residencia para los sacerdotes. Con sus feligreses construyó más de 200 kilómetros de caminos y varias iglesias, fundó pueblos y se preocupó por la educación de todos. Solicitó ante las autoridades y obtuvo mensajerías, oficinas de correo y estafetas telegráficas. Proyectó el ramal ferroviario que atravesaría el Valle de Traslasierra uniendo Villa Dolores y Soto para sacar a sus queridos serranos de la pobreza en que se encuentran. "abandonados de todos pero no por Dios", como solía repetir.
Predicó el Evangelio asumiendo el lenguaje de sus feligreses para hacerlo comprensible a sus oyentes. Celebró los sacramentos, llevando siempre lo necesario para la Misa en las ancas de su mula. Ningún enfermo quedaba sin los sacramentos, para lo cual ni la lluvia ni el frío lo detenían. "Ya el diablo me va a robar un alma", decía. Se entregó por entero a todos, especialmente a los pobres y alejados, a quienes buscó solicitadamente para acercarlos a Dios.
Pocos días después de su muerte, el diario católico de Córdoba escribe: "Es sabido que el Cura Brochero contrajo la enfermedad que lo ha llevado a la tumba, porque visitaba largo y hasta abrazaba a un leproso abandonado por ahí". Debido a su enfermedad, renunció al Curato, viviendo unos años con sus hermanas en su pueblo natal. Pero respondiendo a la solicitud de sus antiguos feligreses, regresó a su casa de Villa del Tránsito, muriendo leproso y ciego el 26 de enero de 1914.
Anécdotas
Un buen pasto para rumiar
La gente se lamentaba de su mal (la lepra), y él dijo que estaba mejor para meditar piadosamente en las cosas de nuestro Señor…, incluso, cuando estaba ciego, yo misma le leía. Cuando terminaba la lectura, me agradecía diciéndome:
- Muchas gracias, hermana Lucía, ya tengo pasto para rumiar todo el día…
En cierta ocasión un hombre le dijo al cura Brochero, luego de que este visitara a un enfermo de lepra.
- Señor Cura, no se exponga tanto a enfermarse... mire que vale más su vida que la de ese hombre. Ya lo ha confesado, déjelo que muera en paz.
- ¡Caray, que habías sido bárbaro! Si la lepra no vale nada... Si Dios quiere, ni el diablo me ha de contagiar. La lepra hedionda es la de adentro, y esa no se pega, esa se lava con la caridad.
- Pero exponerse, sin necesidad… refregándose con el leproso…
- ¡Déjate de zonzeras! ¿No mandas tú a tus hijas al baile a que se refrieguen con esos calaveritas que vienen de la ciudad? ¡Eso es peor que la lepra!
En cierta ocasión, había una diferencia entre dos vecinos, motivada por la tenencia de un potrillo. Cada uno de los cuales alegaba el derecho de propiedad… Para dilucidar el caso y hacer la paz entre los vecinos, el cura Brochero les pidió a cada uno que trajeran al patio de la casa parroquial las yeguas de su propiedad y el potrillo en litigio, citando, además, a otro vecino que había seducido a una muchacha que había dado a luz a un hijo. Ubicando a cada uno de los litigantes en puestos distantes del patio con sus respectivas yeguas, pidió al vecino seductor que se ubicase en el medio, teniendo el potrillo en discordia y posteriormente dio órdenes de soltar las yeguas, una de las cuales quedó pastando, cerca de donde estaba ubicada, mientras que la otra corrió a acariciar el potrillo. En presencia de lo cual, el Cura estableció cuál era la verdadera madre del potrillo en litigio. Y, después de amonestar a quien había pretendido apropiarse ilícitamente del animalito, pidió al tercer vecino que lo acompañara a otro lugar, donde, hablando a solas con él, le preguntó si se había dado cuenta de lo que había hecho la madre del potrillo, y, ante el asentimiento de aquel, indicando que había reconocido al hijo, le manifestó que tenía que hacer lo mismo respecto del hijo de la mujer que él había seducido, y, frente a las reticencias de éste, le manifestó:
- Hijo, tú no puedes ser más animal que la yegua que ha reconocido a su propio hijo, y, por lo tanto, tú debes proceder de idéntica manera y normalizar tu vida casándote, para lo cual yo mismo te ofrezco la ayuda que tú necesites.
Cierta vez, un sacerdote joven le predicaba a los gauchos, y el cura Brochero asistía a la plática. El predicador trataba de mover el corazón de sus oyentes:
- Acércate hijo mío a esa Cruz, y contempla cómo está lastimado Jesucristo sufriendo por tus pecados.
Los paisanos oían como quien oye llover. Cuando el padre terminó, Brochero le hizo una seña y le cuchicheó al oído:
- Padre, ¡mis paisanos no le entienden! ¡Mire qué cara de bozales tienen! Déjeme a mí predicarles la segunda parte.
El jesuita asintió con gusto. Brochero dijo lo siguiente:
- Mira hijo lo jodido que está Jesucristo, saltados los dientes y chorreando sangre. Mira la cabeza rajada y con espinas. Por ti que sacas la oveja al vecino. Por ti tiene jodidos y rotos los labios. ¡Qué jodido lo has dejado con los pies abiertos con clavos, tú que perjuras y odias.
Estas "palabrotas" penetraban en el corazón de los paisanos que al poco rato se enternecían y empezaban a sollozar.
Al final de su vida, ya estando ciego y leproso, el cura Brochero decía:
- ;Aquí me la paso desgranando rosarios...
Solía rezar, de memoria, la Misa en honor a la Virgen María, quien era para él, "la Purísima"...
En la salida del Tránsito (donde vivía Brochero) a Pocho vivía un leproso. Era éste de tan mala condición y hablar que nadie se arrimaba para no oírle los insultos y blasfemias.
Brochero, con todo, no temía visitarlo. Le llevaba ropas y alimentos, y hasta se supo que tomaba mate con él. Lo disuadían para que no lo visitara, pero Brochero contestaba con gracia:
- Pero, por favor; si allí hay un alma...
Al final, lo confesó y le llevó la santa comunión. El leproso murió en sus brazos, resignado como un santo.
Frases
"La hostia consagrada es un milagro de amor, es un prodigio de amor, es una maravilla de amor, es un complemento de amor, y es la prueba más acabada de su amor infinito hacia mí, hacia ustedes, hacia el hombre"
"El Señor me dio la salud, él me la quita; bendita sea su santa voluntad. Debemos estar siempre conformes con los designios de Dios.""
"No somos cristianos por una idea o decisión ética sino por encontrarnos con Jesucristo."
"Dios es como los piojos, está en todas partes, pero prefiere a los pobres"
"Yo me felicitaría si Dios me saca de este planeta sentado confesando y predicando el Evangelio."
"Yo le he dicho al Señor Obispo y le he repetido hasta el fastidio quizás, que lo acompañaré hasta la muerte como simple soldado que desea morir en las peleas de Jesucristo."
"Dios me da la ocupación de buscar mi fin y de orar por los hombres pasados, por los presentes y por los que han de venir hasta el fin del mundo."
"La gracia de Dios es como la lluvia que a todos moja."
"Jesús convida con un modo suavísimo, con palabras dulcísimas a seguirle y ponerse bajo su bandera. En la cruz está nuestra salud y nuestra vida, la fortaleza del corazón, el gozo del espíritu y la esperanza del cielo"
"Para llorar como hombre, como puedo llorar yo. Para sufrir persecuciones como hombre, como puede sufrirlas cualquiera de ustedes. Para padecer hambre, sed, tristeza. Para experimentar los desprecios de la vanidad, la indiferencia del orgullo, las burlas de la impiedad… Para beber la hiel de la calumnia. Para apurar las heces de la maledicencia. Para sufrir en su persona… Todo cuanto debía padecer el hombre, a fin de que el hombre experimentase las riquezas de su misericordia y las dulzuras de su amor. Apareció, en fin, entre nosotros el Hijo de Dios hecho hombre para asimilarse perfectamente al hombre, a fin de que el hombre se hiciese Dios y pudiese participar de su infinito amor."
"Yo estoy muy conforme con lo que Dios ha hecho conmigo relativamente a la vista y le doy muchas gracias por ello. Cuando yo pude servir a la humanidad me conservó íntegros y robustos mis sentidos. Hoy, que ya no puedo, me ha inutilizado uno de los sentidos del cuerpo. Es un grandísimo favor el que me ha hecho Dios nuestro Señor en desocuparme por completo de la vida activa y dejarme la ocupación de buscar mi fin y de orar por los hombres pasados, por los presentes y por los que han de venir hasta el fin del mundo."
"El sacerdote que no tiene mucha lástima de los pecadores es medio sacerdote. Estos trapos benditos que llevo encima no son los que me hacen sacerdote; si no llevo en mi pecho la caridad, ni a cristiano llego."
"Mis amados: que Dios amó al hombre desde la eternidad es una verdad tan clara y tan demostrada que el solo pensar lo contrario es y sería el colmo de la locura… El amor eterno de Dios hacia el hombre está escrito en todas las maravillas de la creación… los prodigiosos fenómenos de la naturaleza que, a cada paso, nos asombran, publican por todas partes ese amor. Lo mismo hacen los luminosos astros que embellecen el firmamento. Igual cosa publican las refulgentes estrellas que tachonan y esmaltan la bóveda celeste. El cambio periódico de las estaciones, la riqueza del mundo vegetal y animal, y todo lo grande y sublime que presenciamos en el universo, predican que Dios amó al hombre desde la eternidad y que, en él, puso los ojos de su amor y de su predilección"
"A los sacerdotes: "Cuanto sean más pecadores o más rudos o más inciviles mis feligreses, los han de tratar con más dulzura y amabilidad en el confesionario, en el púlpito y aún en el trato familiar""
"Acerca de su ordenación de sacerdote: "Sentí mucho miedo. Apenas soy un pobre pecador, tan lleno de límites y miserias. Y me preguntaba: '¿Podré ser fiel a la vocación? ¿En qué enredo me metí?' Pero en seguida una sensación inmensa de paz invadió todo mi ser. Porque si el Señor me había llamado, Él sería fiel y sostendría mi fidelidad; además, Jesús, el Buen Pastor, jamás niega sus dones a quienes lo siguen y son 'otros Jesús' como su Hijo muy amado.""
"En fin, mi amigo, yo, usted y todos los hombres somos de Dios en el cuerpo y en el alma. Él es el que nos conserva los 5 sentidos del cuerpo y las 3 potencias del alma, y el mismo Dios es quien inutiliza algunos o todos los sentidos del cuerpo y lo mismo hace con las potencias del alma. Yo estoy muy conforme con lo que ha hecho conmigo relativamente a la vista y le doy muchas gracias por ello. Cuando yo pude servir a la humanidad, me conservó íntegros y robustos mis sentidos. Hoy, que ya no puedo, me ha inutilizado uno de los sentidos del cuerpo. En este mundo, no hay gloria cumplida, y estamos llenos de miserias."
"La gracia de Dios es como la lluvia, que a todos moja"
"Jesucristo impone a sus soldados leyes al parecer muy duras: 'Niégate a ti mismo, carga con tu cruz y sígueme', porque el negarse a sí mismo, importa una renuncia completa de todos los placeres del sentido, un abandono de las riquezas superfluas, y un desprecio de los vanos honores. Tomar la cruz, es la preparación del ánimo, para tolerar las cosas contrarias al genio de la naturaleza; tales son, la penitencia, la mortificación del cuerpo, la pobreza de espíritu y la humildad de corazón: cosas todas que se oponen directamente a los tres genios de apetitos que sugiere Lucifer"
"Dios en los santos Ejercicios me ha enseñado a mí y a ustedes que el hombre debe primero perder su honor, sus bienes o riquezas y su vida misma, antes que perder a Dios, o sea, su salvación"
"Porque entonces es cuando su Amor se acrece, se vigoriza, se agiganta, se rebalsa por todas partes, y se revienta, si puedo expresarme así, y hace entonces un milagro de amor: la Eucaristía"
"Promover el hombre aquí en la tierra pero con la vista fija en el cielo."
Libro gratis
Brochero: Un hombre de Dios para su pueblo
http;//www.curabrochero.org.ar/documents/Un Hombre de Dios para su pueblo.doc
Audio
Buscar en Gloria.tv
P. Ramiro Sáenz - Cura Brochero, arquetipo sacerdotal - parte 1
P. Ramiro Sáenz - Cura Brochero, arquetipo sacerdotal - parte 2
Daniel González Céspedes - El Cura Brochero 02-08-13
"EL CURA BROCHERO" http://www.gloria.tv/media/nA7QHjHwkYc
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Benedicta de Asís, Beata Abadesa, Marzo 16
Ingresó a las Clarisas de Asís en 1214, sucedió a Sta. Clara en el gobierno del monasterio de San Damiano, permaneciendo en ese cargo hasta 1260. |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Abraham Kidunaia de Edesa, Santo Anacoreta, Marzo 16
Anacoreta Martirologio Romano: En Edesa, en la antigua Siria, San Abraham, anacoreta, cuya vida fue descrita por el diácono San Efrén. ORACIÓN
Oh Dios, |
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Heriberto de Colonia, Santo Obispo, Marzo 16
Obispo Martirologio Eomano: En Colonia, en Alemania, san Heriberto, obispo, que, siendo canciller del emperador Otón III, fue elegido a la fuerza para la sede episcopal, desde donde iluminó constantemente al clero y al pueblo con el ejemplo de sus virtudes, que también recomendaba en la predicación (1021).
Nació en Worms, en el año 970, murió el 16 de Marzo de 1021 en Colonia. |
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Fuente: iberopuebla.edu.mx
Juan de Brébeuf, Santo Mártir, Marzo 16
Mártir Jesuita Martirologio Romano: En la región de los hurones, en Canadá, pasión de san Juan de Brébeuf, presbítero de la Compañía de Jesús, que enviado desde Francia a la misión del Hurón, murió por Cristo después de ingentes trabajos, atormentado con gran crueldad por algunos paganos del lugar. Su memoria, con la de los compañeros, se celebra el día 19 de octubre (1649).
Es el patrono de los jesuitas del Canadá y uno de los más insignes misioneros de la Compañía de Jesús. |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Juan Amias y Roberto Dalby, Beatos Mártires, Marzo 16
Presbíteros y Mártires Martirologio Romano: En York, en Inglaterra, beatos Juan Amias y Roberto Dalby, presbíteros y mártires, que bajo la reina Isabel I fueron condenados a la pena capital por ser sacerdotes, aceptando con alegría el suplicio (1589). |
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Fuente: Martirologio Romano
Otros Santos y Beratos Completando el santoral de este día, Marzo 16
Santos Hilario, obispo, y Taciano, mártires |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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