lunes, 28 de septiembre de 2015

Lunes por las almas del Purgatorio. 28/09/2015. San Wenceslao ¡ruega por nosotros!

JA

JMJ

Pax

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9, 46-50

Gloria a ti, Señor.

Un día, surgió entre los discípulos una discusión sobre quién era el más grande e ellos. Dándose cuenta Jesús de los que estaban discutiendo, tomó a un niño, lo puso junto a sí y les dijo:
"El que reciba a este niño en mi nombre, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe también al que me ha enviado. en realidad el más pequeño entre todos ustedes, ése el el más grande".
Entonces, Juan le dijo:
"Maestro, vimos a uno que estaba expulsando a los demonios en tu nombre; pero se lo prohibimos, porque no anda con nosotros".
Pero Jesús respondió:
"No se lo prohíban, pues el que no está contra ustedes, está en favor de ustedes".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

"El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).

 

 

Misal

 

lun 26a. Ordinario año impar

Antífona de Entrada

Vi al Señor sentado en un trono excelso; lo adoraban una multitud de ángeles que cantaban a una sola voz: "Este es aquél cuyo poder permanece eternamente".

 

Oración colecta

Oremos:
Escucha, Señor, con bondad, las súplicas de tu pueblo, y concédenos luz para conocer tu voluntad y fortaleza para cumplirla.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Yo salvaré a mi pueblo de los países de oriente y occidente

Lectura del libro del profeta Zacarías 8, 1-8

En aquellos días, me fue dirigida a mí, Zacarías, la palabra del Señor en estos términos:
"Esto dice el Señor de los ejércitos: Yo siento por Sión un amor ardiente y celoso, un amor celoso que me arrebata".
Esto dice el Señor de los ejércitos:
"Regresaré a Sión y en medio de Jerusalén habitaré. Jerusalén se llamará ciudad fiel, y el monte del Señor de los ejércitos, monte santo".
Esto dice el Señor de los ejércitos:
"De nuevo se sentarán los ancianos y las ancianos en las plazas de Jerusalén, cada cual con su bastón en la mano, por su avanzada edad; las plazas de la ciudad se llenarán de niños y niñas que jugarán en ellas".
Esto dice el Señor de los ejércitos:
"Aunque esto les parezca imposible a los sobrevivientes de este pueblo, ¿acaso va a ser imposible para mí?"
Esto dice el Señor de los ejército:
"Yo salvaré a mi pueblo de los países de oriente y occidente, y lo traeré aquí para que habite en Jerusalén. El será mi pueblo y yo será mi pueblo y yo seré su Dios, lleno de fidelidad y de justicia"".
Palabra de Dios.
Te alabamos Señor.

Salmo Responsorial Del salmo 101

Tu pueblo nuevo te alabaré, Señor.

Cuando el Señor reedifique a Sión y aparezca glorioso, cuando oiga el clamor del oprimido y no se muestre a sus plegarias sordo, entonces temerán al Señor todos los pueblos, y su gloria verán los poderosos.
Tu pueblo nuevo te alabaré, Señor.

Esto se escribirá para el futuro y alabará al Señor el pueblo nuevo, porque el Señor, desde su altura santa, ha mirado a la tierra desde el cielo, para oír los gemidos del cautivo y librar de la muerte al prisionero.
Tu pueblo nuevo te alabaré, Señor.

Bajo tu protección, Señor habitarán los hijos de tus siervos y se establecerán sus descendientes. Tu nombre en Sión alabarán por eso, cuando en Jerusalén, a darle culto, se reúnan, Señor, todos los pueblos.
Tu pueblo nuevo te alabaré, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, Aleluya.
Jesucristo vino a servir y a dar su vida por la salvación de todos.
Aleluya.

Evangelio

El más pequeño entre todos ustedes, ése es el más grande

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9, 46-50

Gloria a ti, Señor.

Un día, surgió entre los discípulos una discusión sobre quién era el más grande e ellos. Dándose cuenta Jesús de los que estaban discutiendo, tomó a un niño, lo puso junto a sí y les dijo:
"El que reciba a este niño en mi nombre, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe también al que me ha enviado. en realidad el más pequeño entre todos ustedes, ése el el más grande".
Entonces, Juan le dijo:
"Maestro, vimos a uno que estaba expulsando a los demonios en tu nombre; pero se lo prohibimos, porque no anda con nosotros".
Pero Jesús respondió:
"No se lo prohíban, pues el que no está contra ustedes, está en favor de ustedes".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, el sacrificio que vamos a ofrecerte, y, por sus méritos, escucha nuestras filiales oraciones y santifica toda nuestra vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

La salvación por Cristo

En verdad es justo y necesario,es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Pues por amor creaste al hombre, y, aunque condenado justamente, lo redimiste por tu misericordia, por Cristo Señor nuestro.
Por él,
los ángeles y arcángeles, y todos los coros celestiales celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza:

Antífona de la Comunión

Señor, en ti está la fuente de la vida y tu luz nos hace ver la luz.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
A quienes has alimentado con tus sacramentos, concédeles, Dios todopoderoso, servirte con una vida que te sea agradable.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Dia 28/09 San Wenceslao (Mártir, rojo)

Antífona de Entrada

Este santo mártir luchó hasta la muerte en defensa de la ley de Dios, y no temió las palabras de los malvados; estaba afianzado sobre roca firme.

 

Oración Colecta

Oremos:
Dios de poder y misericordia, que infundiste tu fuerza a san Wenceslao para que pudiera soportar el dolo del martirio; concede a los que hoy celebramos su victoria vivir defendidos de los engaños de enemigo bajo tu protección amorosa.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

No les tengan miedo ni se amedrenten

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo 3, 14-17

Queridos hermanos: Dichosos ustedes si tienen que sufrir por causa de la justicia; no les tengan miedo ni se amedrenten.
Glorifiquen en sus corazones a Cristo Señor y estad siempre prontos para dar razón de nuestra esperanza a todo el que se lo pidiere; pero con mansedumbre y respeto y en buena conciencia, para que en aquello mismo en que son calumniados quedan confundidos los que denigran nuestra buena conducta en Cristo; que mejor es padecer haciendo el bien, si tal es la voluntad de Dios, que padecer haciendo el mal.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del Salmo 125

Los que sembraban con lágrimas, cosechan entre cantares.

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía soñar: la boca se nos llenaba de risas, la lengua de cantares.
Los que sembraban con lágrimas, cosechan entre cantares.

Hasta los gentiles decían: "El Señor ha estado grande con ellos". El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres.
Los que sembraban con lágrimas, cosechan entre cantares.

Que el Señor cambie nuestra suerte como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas, cosechan entre cantares.


Los que sembraban con lágrimas, cosechan entre cantares.

Al ir, iban llorando, llevando la semilla; al volver vuelven cantando, trayendo sus gavillas.
Los que sembraban con lágrimas, cosechan entre cantares.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, Aleluya.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Aleluya.

Evangelio

No he venido a sembrar paz, sino espadas

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 10, 34-39

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus apóstoles:
"No piensen que he venido a la tierra a sembrar paz; no he venido a sembrar paz, sino espadas. He venido a enemistar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; los enemigos de cada uno serán los de su propia casa.
El que quiere a su padre o a su madre más que a m, no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no coge su cruz y me sigue, no es digno de mí. El que encuentre su vida la perderá; y el que pierda su vida por mí la encontrará".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, los dones que te presentamos en honor al mártir san Wenceslao y sean tus ojos ofrenda tan preciosa como el derramamiento de su sangre.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Testimonio y ejemplo de los mártires

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, nuestro Señor.
Porque la sangre del glorioso mártir san Wenceslao, derramada como la de Cristo para proclamar su fidelidad a ti, manifiesta tu admirable poder, que convierte la fragilidad en fortaleza y al hombre débil robustece para que sea testigo tuyo.
Por eso,
como los ángeles te cantan en el cielo, así nosotros en la tierra te aclamamos diciendo sin cesar:

Antífona de la Comunión

El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga, dice el Señor.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Señor, que el sacramento que hemos recibido nos dé fortaleza con que el mártir san Wenceslao se mostró siempre fiel a tu servicio y vencedor en el tormento.
Por Jesucristo, nuestro Señor .
Amén

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Día 28/09 San Lorenzo Ruiz y compañeros, (Mártires, rojo)

Antífona de Entrada

Cuando uno grita, el Señor lo escucha, y lo libra de sus angustias.

 

Oración Colecta

Oremos:
Señor, Dios nuestro, que has dado abundancia de gracia a tus santos Lorenzo Ruiz y compañeros para hacerles llegar a la gloria del martirio; concédenos, por intercesión de su mérito, el perdón de nuestros pecados y tu ayuda en todas las adversidades.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Somos los moribundos que están bien vivos

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 6, 4-10.

Hermanos: Continuamente damos prueba de que somos servidores de Dios con lo mucho que pasamos; luchas, infortunios, apuros, golpes, cárceles, motines, fatigas, noches sin dormir y días sin comer; procedemos con limpieza, saber, paciencia y amabilidad; con los dones del Espíritu y con amor sincero, llevando el mensaje de la verdad y la fuerza de Dios.
Con la derecha y con la izquierda empuñemos las armas de la salvación, a través de honra y afrenta, de mala y buena fama. Somos los impostores que dicen la verdad, los desconocidos conocidos de sobra, los moribundos que están bien vivos, los sentenciados nunca ajusticiados, los afligidos siempre alegres, los pobres que enriquecen a muchos, los necesitados que todo lo poseen.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del Salmo 125

Los que sembraban con lágrimas, cosechan entre cantares.

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía soñar: la boca se nos llenaba de risas, la lengua de cantares.
Los que sembraban con lágrimas, cosechan entre cantares.

Hasta los gentiles decían: "El Señor ha estado grande con ellos". El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres.
Los que sembraban con lágrimas, cosechan entre cantares.

Que el Señor cambie nuestra suerte como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas, cosechan entre cantares.


Los que sembraban con lágrimas, cosechan entre cantares.

Al ir, iban llorando, llevando la semilla; al volver vuelven cantando, trayendo sus gavillas.
Los que sembraban con lágrimas, cosechan entre cantares.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá la luz de la vida.
Aleluya.

Evangelio

Ustedes son la luz del mundo

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 13-16

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"Ustedes son la sal de la tierra. Si la sal se vuelve insípida, ¿con qué se le devolverá el sabor? Ya no sirve para nada y se tira a la calle para que la pise la gente.
Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad construida en lo alto de un monte; y cuando se enciende una vela, no se esconde debajo de una olla, sino que se pone sobre un candelero, para que alumbre a todos los de la casa.
Que de igual manera brille la luz de ustedes ante los hombres, para que viendo las obras buenas que ustedes hacen, den gloria a su Padre, que está en los cielos".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Te presentamos, Señor, nuestras ofrendas y te suplicamos humildemente que, así como tus mártires prefirieron morir antes que pecar, nosotros vivamos consagrados a ti sobre todas las cosas y entregados a servirte en el altar.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Ejemplaridad del martirio

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque la sangre de los gloriosos mártires Lorenzo Ruiz y compañeros, derramada, como la de Cristo, para confesar tu nombre, manifiesta las maravillas de tu poder; pues en su martirio, Señor, has sacado fuerza de lo débil, haciendo de la fragilidad tu propio testimonio, por Cristo, Señor nuestro.
Por eso,
como los ángeles te cantan en el cielo, así nosotros en la tierra te aclamamos diciendo sin cesar:

Antífona de la Comunión

Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos, dice el Señor.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Recordando la victoria de san Lorenzo Ruiz y de sus compañeros hemos recibido, Señor, los sacramentos que nos salvan; concédenos ahora que, así como tus mártires encontraron fortaleza en la Eucaristía para soportar los tormentos, encontremos nosotros en ella la fuerza necesaria para vivir en fe y en caridad en medio de las pruebas de este mundo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

 

26ª semana. Lunes

EL SENTIDO CRISTIANO DEL DOLOR

— Las pruebas y padecimientos de Job.

— El sufrimiento de los justos.

— El dolor y la Pasión de Cristo.

I. A lo largo de esta semana, una de las lecturas de la Misa1 recoge las enseñanzas del Libro de Job, siempre actuales, pues la desgracia y el dolor son una realidad con la que nos tropezamos frecuentemente.

Vivía en tierra de Hus –leemos en la Sagrada Escritura– un hombre temeroso de Dios, llamado Job, que había recibido incontables bendiciones del Señor: era rico en rebaños, ganado y productos de la tierra, y le había sido concedida una numerosa descendencia. Según una concepción generalizada en aquellos tiempos, existía relación entre vida virtuosa y vida próspera en bienes. Esta situación de bienestar material era considerada como un premio que Dios otorgaba a la virtud y a la fidelidad. En un diálogo figurado entre Dios, que se siente contento por el amor de su siervo, y Satán, este insinúa que la virtud de Job es interesada y que desaparecería con la destrucción de sus riquezas. ¿Acaso teme Job a Dios en balde? ¿No le has rodeado de un vallado protector a él, a su casa y a todo cuanto tiene? Has bendecido el trabajo de sus manos, y sus ganados se esparcen por todo el país. Pero extiende tu mano y tócale en lo suyo, veremos si no te maldice en tu rostro2.

Con la autorización de Dios, fue Job despojado de todos sus bienes, pero su virtud demostró estar profundamente enraizada: Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo tornaré allá. Yahvé me lo dio, Yahvé me lo ha quitado. ¡Bendito sea el nombre de Yahvé!3, exclama en medio de su pobreza. Su conformidad con la voluntad divina fue total, tanto en la abundancia como en la indigencia. La miseria de Job se convirtió en enorme riqueza espiritual.

Una segunda y más violenta prueba no pudo debilitar esa fe y confianza en Dios. Esta vez todo su cuerpo fue herido con una úlcera que le cubría desde la planta de los pies a la cabeza. Perder la salud es un mal peor que perder los bienes materiales. La fe de Job, sin embargo, se mantuvo firme, a pesar de la enfermedad y de los ataques hirientes de su mujer: Si recibimos de Dios los bienes, ¿por qué no también los males?4, contestó Job.

Hoy puede ser una buena oportunidad para que examinemos nuestra postura ante el Señor cuando, en nosotros o en aquellos que más queremos, se hacen presentes la desgracia y el dolor. Dios es siempre Padre. También cuando nos visitan la aflicción y el pesar. ¿Nos comportamos como hijos agradecidos en la abundancia y en la escasez, en la salud y en la enfermedad?

II. Tres amigos, pertenecientes a tribus y lugares diferentes, al enterarse de la situación de Job se propusieron ir juntos para hacerle compañía y animarle. Cuando los tres, Elifaz, Bildad y Sofar, llegaron y vieron a Job en un estado tan lamentable, toda su compasión desapareció, convencidos de que se hallaban en presencia de un hombre maldecido por Dios. Ellos compartían la creencia de que la prosperidad es el premio que Dios da a la virtud, y las tribulaciones son castigo de la iniquidad. La conducta de sus amigos, la prolongación de sus sufrimientos, la soledad en medio de tanto dolor, pesaron demasiado sobre Job, que rompió su silencio en una queja amarga. Los amigos, convencidos de la existencia de algún pecado oculto de Job, también ignorantes del premio o castigo después de esta vida, se dirigen duramente contra él, pues no encuentran otra explicación a las desgracias de Job. Este, convencido de su propia inocencia, admite ciertamente la existencia de pequeñas transgresiones, comunes a todo hombre5, pero no hasta el punto de ser proporcionales al castigo. Recuerda igualmente el mucho bien que llevó a cabo. De aquí nace una gran lucha dentro de su alma.

Él sabe que Dios es justo, y sin embargo todo parece hablar de injusticia en relación a él. También él creía que el Señor trata al hombre según sus méritos o deméritos. ¿Cómo podría conciliarse la justicia divina con su amarga experiencia? Los amigos tienen una respuesta, pero él, en conciencia, la cree falsa. Estas dos convicciones, aparentemente contradictorias, la justicia divina y su propia inocencia, le causan a Job una angustia y un desgarro interior más penoso que sus mismas enfermedades físicas y la ruina material6. Es el desconcierto que fuera de la fe produce el sufrimiento del inocente: niños que mueren pronto o con enfermedades que los dejarán inútiles para una vida normal, personas que han sido generosas y han servido fielmente a Dios y que se encuentran en la ruina económica, sin trabajo, o con una enfermedad difícil..., mientras que a otros que han vivido a espaldas de Dios parece que la vida les sonríe.

El Libro de Job "pone con toda claridad el problema del sufrimiento del hombre inocente: el sufrimiento sin culpa. Job no ha sido castigado, no había razón para infligirle una pena, aunque haya sido sometido a una prueba durísima"7. Después de esta prueba, Job saldrá fortalecido en su virtud, que no dependía de su situación acomodada ni de los grandes beneficios que había recibido de Dios. Con todo, "el libro de Job no es la última palabra sobre este tema. En cierto modo es un anuncio de la Pasión de Cristo"8, la única que puede dar luz a este misterio del sufrimiento humano, de modo particular al dolor del inocente.

Tanto amó Dios al mundo, que le dio a su Hijo unigénito, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga la vida eterna9. El dolor cambia radicalmente de signo con la Pasión de Cristo. "Parece como si Job la hubiera presentido cuando dice: Yo sé que mi Redentor vive, y al fin... yo veré a Dios (Job 19, 25); y como si hubiese encaminado hacia ella su propio sufrimiento, el cual, sin la redención, no hubiera podido revelarle la plenitud de su significado. En la Cruz de Cristo no solo se ha cumplido la redención mediante el sufrimiento, sino que el mismo sufrimiento humano ha quedado redimido. Cristo –sin culpa alguna propia– cargó sobre sí el mal total del pecado"10. Los padecimientos de Jesús fueron el precio de nuestra salvación11. Desde entonces, nuestro dolor puede unirse al de Cristo y, mediante él, participar en la Redención de la humanidad entera. "Esta ha sido la gran revolución cristiana: convertir el dolor en sufrimiento fecundo; hacer, de un mal, un bien. Hemos despojado al diablo de esa arma...; y, con ella, conquistamos la eternidad"12.

III. Nunca pasa el dolor a nuestro lado dejándonos como antes. Purifica el alma, la eleva, aumenta el grado de unión con la voluntad divina, nos ayuda a desasirnos de los bienes, del excesivo apego a la salud, nos hace corredentores con Cristo..., o, por el contrario, nos aleja del Señor y deja el alma torpe para lo sobrenatural y entristecida. Cuando Simón de Cirene fue reclamado para ayudar a Jesús a llevar su Cruz aceptó al principio con disgusto. Fue forzado13, escribe el Evangelista. En un primer momento solo miraba la cruz, y la cruz era un simple madero pesado y molesto, Después no se fijó ya en el madero, sino en el reo, aquel hombre del todo singular que iba a ser ajusticiado. Entonces todo cambió: ayudó con amor a Jesús y mereció el premio de la fe para él y para sus dos hijos, Alejandro y Rufo14. También nosotros hemos de mirar a Cristo en medio de nuestras pruebas y tribulaciones. Nos fijaremos menos en la Cruz y daremos paso al amor. Encontraremos que cargar con la Cruz tiene sentido cuando la llevamos junto al Maestro. "Su más ardiente deseo es encender en nuestros corazones esa llama de amor y de sacrificio que abrasa al suyo, y por poco que correspondamos a este deseo, nuestro corazón se convertirá pronto en un foco de amor que consumirá poco a poco esas escorias acumuladas por nuestras culpas y nos convertirá en víctimas de expiación, dichosos de lograr, a costa de algunos sufrimientos, una mayor pureza, una más estrecha unión con el Amado; dichosos también de completar la Pasión del Salvador por el bien de la Iglesia y de las almas (Col 1, 24) (...). A los pies del Crucificado, allí es donde comprenderemos que en este mundo no es posible amar sin sacrificio, pero el sacrificio es dulce al que ama"15.

Al terminar nuestra oración contemplamos a Nuestra Señora en la cima del Calvario, participando de modo singular en los padecimientos de su Hijo. "Admira la reciedumbre de Santa María: al pie de la Cruz, con el mayor dolor humano –no hay dolor como su dolor–, llena de fortaleza.

"—Y pídele de esa reciedumbre, para que sepas también estar junto a la Cruz"16. Junto a Ella entendemos bien que "el sacrificio es dulce al que arna", y ofreceremos a través de su Corazón dulcísimo los fracasos, las incomprensiones, las situaciones difíciles en la familia o en el trabajo, la enfermedad y el dolor... "Y una vez hecho el ofrecimiento, tratemos de no pensar más, sino de cumplir lo que Dios quiere de nosotros, allí donde estemos: en la familia, en la fábrica, en la oficina, en la escuela... Sobre todo, tratemos de amar a los demás, a los prójimos que están a nuestro alrededor.

"Si hacemos esto, podremos experimentar un efecto insólito e insospechado: nuestra alma estará llena de paz, de amor, y también de alegría pura, de luz. Podremos encontrar en nosotros una nueva fuerza. Veremos cómo, abrazando las cruces de cada día y uniéndonos por ellas a Jesús crucificado y abandonado, podremos participar ya desde aquí de la vida del Resucitado.

"Y, ricos de esta experiencia, podremos ayudar más eficazmente a todos nuestros hermanos a encontrar la bienaventuranza entre las lágrimas, a transformar en serenidad lo que les preocupe. Seremos así instrumentos de alegría para muchos, de felicidad, de esa felicidad que ambiciona todo corazón humano"17.

1 Primera lectura. Año II. — 2 Job 1, 9-11. 3 Job 1, 21. — 4 Job 2, 10. — 5 Cfr. Job 13, 26; 14, 4. — 6 Cfr. B. Orchard, Verbum Dei, Herder, Barcelona 1960, vol. II, pp. 104 ss. — 7 Juan Pablo II, Carta Apost. Salvifici doloris, 11-II-1984, 11. — 8 Ibídem. — 9 Jn 3, 16. — 10 Juan Pablo II, loc. cit., 19. — 11 Cfr. 1 Cor 6, 20. — 12 San Josemaría Escrivá, Surco, n. 887. — 13 Mt 27, 32. — 14 Cfr. Mc 15, 21. — 15 A. Tanquerey, La divinización del sufrimiento, Rialp, Madrid 1955, pp. 203-204. — 16 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 508. — 17 Ch. Lubich, Palabra que se hace vida, Ciudad Nueva, Madrid 1990, p. 39.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

 

SAN WENCESLAO DE BOHEMIA,
Mártir

Dios nuestro, que impulsaste al santo mártir Wenceslao a anteponer
el reino de los cielos a un reino terrenal, concédenos, por su intercesión,
que tengamos valor para dejar lo que nos impida
unirnos a ti de todo corazón.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

 

Hijo del rey de Bohemia, Ratislav, el joven príncipe nació en el 907 cerca de Praga. Su abuela, Santa Ludimila, se encargó de la educación de su nieto, inculcándole siempre el amor y servicio al Padre Celestial. Cuando era todavía muy joven, el santo perdió a su padre en una de las batallas contra los magiares; su madre asumió el poder e instauró -bajo la influencia de la nobleza pagana- una política anticristiana y secularista, que convirtió al pueblo en un caos total. Ante esta terrible situación, su abuela trató de persuadir al príncipe para que asumiese el trono para salvarguardia del cristianismo, lo que provocó que los nobles la asesinaran al considerarla una latente amenaza para sus intereses.

Sin embargo, por desconocidas circunstancias, la reina fue expulsada del trono, y Wenceslao fue proclamado rey por la voluntad del pueblo, y como primera medida, anunció que apoyaría decididamente a la Ley de la Iglesia de Dios. Instauró el orden social al imponer severos castigos a los culpables de asesinato o de ejercer esclavitud y además gobernó siempre con justicia y misericordia.

Por oscuros intereses políticos, Boleslao -que ambicionaba el trono de su hermano-, invitó a Wenceslao a su reino para que participara de los festejos del santo patrono y al terminar las festividades, Boleslao asesinó de una puñalada al santo rey. El pueblo lo proclamó como mártir de la fe, y pronto la Iglesia de San Vito -donde se encuentran sus restos- se convirtió en centro de peregrinaciones. Ha sido proclamado como patrón del pueblo de Bohemia y hoy su devoción es tan grande que se le profesa también como Patrono de Checoslovaquia.

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Lioba o Leoba, Santa Abadesa, 28 de septiembre  

Lioba o Leoba, Santa

Abadesa

Martirologio Romano: En Maguncia, de la Renania, en Austrasia (hoy Alemania), santa Leoba, virgen, la cual, pariente de san Bonifacio, fue llamada por él desde Inglaterra a Germania y presidió el monasterio, a orillas de Tauber, donde con la palabra y el testimonio condujo a las siervas de Dios por el camino de la perfección (c. 782).

 

La participación activa de las monjas y hermanas religiosas en las misiones extranjeras se ha extendido y desarrollado tanto en nuestros tiempos, que hemos llegado a considerarlas como una moderna innovación. Por cierto que no hay tal y, aparte de ciertas diferencias de métodos, debidas al desarrollo de las "congregaciones activas sin clausura", nos encontramos con que el mismo sistema de misiones se practicaba ya en las edades sombrías, cuando se iniciaba la evangelización de los bárbaros en Europa. Como ejemplo, basta citar la solicitud de misioneras que hizo San Bonifacio y a la que respondieron Santa Lioba, Santa Tecla, Santa Walburga y otras muchas, desde su tranquila abadía de Wimborne, para trasladarse a las tierras salvajes de los herejes germanos. Lioba pertenecía a una buena familia del Wessex y su madre, Ebba, estaba emparentada con San Bonifacio. Desde niña, Lioba quedó internada en el monasterio de Wimborne, en el Dorsetshire, al cuidado de la abadesa, Santa Tetta. A la muchacha se la había bautizado con el nombre de Thruthgeba, que fue transformado por las gentes que la trataban en Liobgetha (Leofgyth) y abreviado luego a Lioba, que significa "la bien amada", un nombre que cuadraba a maravilla a un ser tan precioso a los ojos de Dios y de los hombres y que su dueña no dejó de usar nunca. Cuando llegó a la mayoría de edad, Lioba decidió permanecer en el monasterio, hizo su profesión y progresó rápidamente en virtud y saber. Su inocencia y su buen sentido servían de ejemplo aun a las monjas de mayor edad y experiencia. Su deleite lo encontraba en la lectura y las devociones.

En el año de 722, San Bonifacio fue consagrado obispo por el Papa San Gregorio II y al momento se le envió a predicar el Evangelio en Sajonia, Turingia y el Hesse. Bonifacio era natural de Crediton, localidad cercana a Wimborne y, cuando las noticias de sus trabajos y sus éxitos entre los germanos llegaron a oídos de las monjas de aquel monasterio, su joven pariente, Lioba, se atrevió a escribirle en estos términos:

"Al muy reverendo Bonifacio, portador de la más alta dignidad y bienamado de Cristo, yo, Liobgetha, a quién él está vinculado por la sangre, la menor de las siervas de Cristo, manda saludos por la salvación eterna.

"Ruego a vuestra bondad que recordéis la amistad que os unía a mi padre, Dynne, cuando morabais los dos en la comarca del oeste. Mi padre murió hace ocho años, y os suplico que no retengáis vuestras oraciones por la salvación de su alma. También recomiendo a vuestra memoria a mi madre, Ebba, que aún vive, pero entre los sufrimientos; ella está emparentada con vos, como bien lo sabéis. Yo soy la hija única de mis padres y, aunque no lo merezco, me gustaría miraros como a mi hermano, puesto que ya confío en vos más que en cualquier otro de mis parientes. Os envío este pequeño regalo [¿Tal vez la misma carta?], no porque sea digno de vuestra consideración, sino sencillamente para que tengáis algo que os recuerde a la pobre de mí y así no me olvidéis aunque estéis tan lejos que mi presente acorte el lazo de verdadero amor entre nosotros para siempre. Os pido, amado hermano, que me ayudéis con vuestras plegarias contra los ataques del enemigo oculto. Os pediré también que, si vuestra bondad os lo dicta, atendáis mi inculta carta y no rehuséis a enviarme a cambio unas cuantas amables palabras vuestras, que ya desde ahora espero ansiosamente como una muestra de vuestra buena voluntad. He tratado de componer las líneas que siguen, de acuerdo con las reglas del verso, como un ejercicio para mi mínima destreza en la poesía, en lo cual también tengo necesidad de vuestra guía. He aprendido estas artes de mi maestra Edburga, que siempre tiene presente la santa ley divina. ¡Adiós! ¡Qué viváis muchos años muy feliz y que roguéis siempre por mi!

Arbiter omnipotens, solus qui cuncta creavit
in regno Patris semper qui lumine fulget
qua iugiter flagrana, sic regnat gloria Christi,
illaesum servet semper te iure perenni.
(El Supremo Hacedor omnipotente quiera,
desde el esplendor de su reino eterno
do mora Cristo, gloria del divino Verbo,
conservaros en salud imperecedera.)

No dejó Bonifacio de sentirse conmovido por una misiva tan tierna y mantuvo una larga correspondencia con las monjas de Wimborne, hasta el año de 748, cuando escribió a la abadesa Santa Tetta para rogarle que le enviase a Lioba, junto con otras compañeras, para establecer algunos monasterios y centros de religión para mujeres en la naciente Iglesia de Alemania. En seguida respondió la abadesa a la solicitud y envió a las tierras de herejes unas treinta monjas, entre las que figuraban Santa Lioba, Santa Tecla y Santa Walburga. Todas se reunieron con San Bonifacio en Mainz y éste puso a Lioba al frente de la comunidad y la instaló en un monasterio que fue llamado Bischofsheim, es decir, "Casa del Obispo", por lo que puede suponerse que Bonifacio cedió su residencia a las monjas. Bajo la dirección de Lioba, el convento se pobló rápidamente y de él salieron las monjas para ocupar otras casas que la propia Lioba fundó en Alemania.

Un monje de Fulda, llamado Rodolfo, quien escribió un relato sobre la vida de la santa antes de que hubiesen transcurrido sesenta años desde su muerte, según los testimonios de cuatro de las monjas de su convento, afirma que todas las casas de religiosas en aquella parte de Alemania, solicitaban una monja de Bischofsheim para que las guiase. La propia Lioba, entregada totalmente a su trabajo, parecía haberse olvidado de Wessex y de sus gentes. Su belleza era notable: tenía el rostro "como el de un ángel", siempre plácido y sonriente, aunque rara vez se la oía reír. Nadie la vio jamás de mal humor, ni la oyó decir una palabra dura; su paciencia y su inteligencia eran tan amplias como su bondad. Se dice que la copa en que bebía era la más pequeña de todas y ese dato nos da la pauta para afirmar que se entregaba a ayunos y austeridades, en una comunidad sujeta a las reglas de San Benito, donde no se comía más que dos veces diarias. Todas las monjas practicaban los trabajos manuales, ya fuera en la cocina, el comedor, el huerto o los quehaceres domésticos y, al mismo tiempo, recibían lo que ahora se llamaría una "educación superior"; todas aprendían latín, y el salón destinado a la escritura estaba siempre ocupado. Lioba no toleraba las penitencias excesivas, como privarse del sueño, e insistía en que todas descansasen al medio día, como lo mandaba la regla. Ella misma se recostaba durante aquel período, mientras alguna de las novicias le leía un pasaje de la Biblia y, si acaso parecía que la madre abadesa se había dormido y la lectora descuidaba un tanto su tarea, no pasaba un instante sin que Lioba abriese los ojos y la boca para corregirla. Tras el descanso, Lioba dedicaba dos horas para charlas con cualquiera de las hermanas que quisiese hablar con ella. Todas estas actividades estaban al margen del deber principal de la oración pública, la adoración a Dios y la asistencia a los sacerdotes que trabajaban en la misión junto con ellas. Existe todavía una carta de San Bonifacio dirigida a "las muy reverendas y muy amadas hermanas Lioba, Tecla, Cienhilda y las que moran con ellas", para pedirles que continúen la práctica de orar constantemente. La fama de Santa Lioba se había extendido por todas partes; los vecinos acudían a ella cuando les amenazaba el peligro de incendio, la tempestad o la enfermedad, y los hombres responsables en los asuntos de la Iglesia y del Estado le pedían consejo.

En el año de 754, antes de que San Bonifacio emprendiese su viaje misionero a Frieslandia, recibió una conmovedora despedida por parte de Lioba, a quien recomendó encarecidamente a San Lull, el monje de Malmesbury que fue su sucesor en la sede episcopal, lo mismo que a todos sus monjes de Fulda, mandándoles que cuidaran de ella con todo respeto y honor. En aquella ocasión, San Bonifacio manifestó su deseo de que, cuando Lioba muriese, fuera enterrada en su tumba, de manera que sus cuerpos aguardasen juntos la resurrección y se levantasen juntos para ir al encuentro del Señor y estar así eternamente unidos en el reino de Su amor. Después del martirio de San Bonifacio, Lioba visitaba con mucha frecuencia su tumba en la abadía de Fulda y, por dispensa especial, se le permitió algunas veces entrar en la abadía para asistir a ceremonias y conferencias en honor de su santo pariente. Cuando Lioba era ya muy anciana, después de haber gobernado a Bischofsheim durante veintiocho años, hizo visitas de inspección a todos los conventos que estaban a su cuidado renunció a su cargo de abadesa y fue a residir al monasterio de Schónersheim a seis kilómetros de Mainz. Su amiga, la Beata Hildegarda, esposa de Cario-magno, la invitó con tanta insistencia a la corte de Aachen, que no pudo negarse a ir, pero su estadía fue breve, porque insistió, a su vez, en regresar a su soledad. Al despedirse de la reina con muchos abrazos y besos, le dijo: "¡Adiós parte preciosa de mi alma! Cristo, nuestro Creador y Redentor, quiera otorgarnos la gracia de volver a vernos, sin peligro de confundir los rostros, en el claro día del juicio final, porque en esta vida no volveremos a mirarnos". Así fue, porque Santa Lioba murió pocos días después de haber regresado de la corte y fue sepultada en la iglesia de la abadía de Fulda, no en la misma tumba de San Bonifacio, porque los monjes temían perturbar sus reliquias, pero junto a ella, en el lado norte del altar mayor. A Santa Lioba se la menciona en el Martirologio Romano y su fiesta se celebra en varias partes de Alemania.

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Fausto, Santo Obispo, 28 de septiembre  

Fausto, Santo

Abad y Obispo

Martirologio Romano: En Riez, de la Provenza, en la Galia, san Fausto, obispo y antes abad de Lérins, que, contra los arrianos, escribió sobre el Verbo Encarnado y el Espíritu Santo consubstancial al Padre y al Hijo y coeterno con ellos, siendo exiliado por el rey Eurico (post 485).

 

A menudo, se hacen referencias a Fausto de Riez como al principal exponente y el defensor de lo que ahora se conoce como el semi-pelagianismo, pero con mayor frecuencia se olvida que fue un hombre justo y santo, cuyo nombre aparece en varios martirologios y cuya fiesta se observa en diversas iglesias del sur de Francia. Nació en los primeros años del siglo quinto, en las Islas Británicas, según afirman sus contemporáneos, San Avitio y San Sidonio Apolinar, aunque más probablemente vino al mundo en Bretaña. Se dice que inició su vida pública como abogado, pero, si así fue, no duró mucho en el ejercicio de la profesión, puesto que fue monje en Lérins, antes de que San Honorato, el fundador de aquel monasterio, lo abandonase, en el año de 426. Después de haber sido ordenado sacerdote, pasó unos ocho años tranquilos y desprovistos de acontecimientos en el monasterio y entonces fue elegido abad, cuando San Máximo dejó vacante el puesto para hacerse cargo de la sede episcopal de Riez. San Honorato y San Sidonio no se quedan cortos cuando se trata de alabar las virtudes y los méritos de Fausto, y San Sidonio dice que su observancia de las reglas y su regularidad eran semejantes a las de los padres del desierto y que, además, tenía el don de la elocuencia y de la improvisación. El mismo santo relata en una de sus cartas cómo él mismo gritó entusiasmado durante uno de los sermones de Fausto. En aquellos tiempos, los aplausos y aun las aclamaciones en las iglesias, eran cosa corriente.

Así como había sucedido a San Máximo en el cargo de abad del monasterio, le siguió en la sede episcopal de Riez, después de haber gobernado a los monjes de Lérins durante veinticinco años. En el panegírico que pronunció durante los funerales de su predecesor, Fausto exclamó: "¡Lérins ha mandado dos obispos a Riez sucesivamente! Del primero, se enorgullece; del segundo se avergonzará." Por cierto que Lérins no tuvo de qué avergonzarse. Fausto fue un obispo tan bueno y eficaz, como antes había sido abad. Se esforzó por fundar nuevos monasterios en toda la extensión de su diócesis; mantuvo siempre las prácticas de mortificaciones y penitencias que acostumbraba en el claustro, sin dejar por ello de cumplir escrupulosamente todos sus deberes episcopales y sin cesar en su lucha por conservar la pureza de la fe, por lo que siempre se opuso vigorosamente al arrianismo y a los errores de Pelagio, a quien llamaba "el pestilente maestro."

Cierto sacerdote llamado Lúcido predicaba la doctrina herética que negaba a Dios la voluntad de salvar a todos los hombres y afirmaba que la salvación o la condenación dependen exclusivamente del juicio de Dios, sin que cuenten para nada las acciones del libre albedrío del hombre y sus méritos o perjuicios consecuentes. Para tratar de las herejías del sacerdote Lucido, el obispo convocó en 475, a dos sínodos en Arles, y en el curso de los mismos el propio San Fausto convenció a Lúcido para que se retractase de sus errores y le indujo a que escribiese un tratado contra sus enseñanzas para demostrar que eran "erróneas, blasfemas, heréticas, fatalistas y conducentes a la inmoralidad." El obispo Fausto colaboró por su parte con dos tratados sobre el libre albedrío y la gracia para refutar tanto al pelagianismo como al predestinarianismo. Al escribir estas obras, tuvo que abordar algunos puntos de vista de San Agustín y, al hacerlo, se plegó al error semi-pelagiano de que, si bien la gracia es necesaria para el cumplimiento de las buenas obras, no lo es para emprenderlas. San Fausto erró de buena fe y lo propio hizo San Juan Casiano, pero, si bien fue violentamente atacado en cuanto aparecieron sus libros, no se le condenó definitivamente sino hasta la celebración del Concilio de Orange, en 529. Pero sus actividades teológicas le crearon un enemigo más brutal en otro terreno. Eurico, el rey de los visigodos arríanos, quien tal vez recibió cierto respaldo político por parte de Fausto, dominaba una buena parte del sur de las Galias. Ese monarca se sintió ofendido por los ataques de Fausto contra el arrianismo y, en consecuencia, el obispo fue expulsado de su sede, alrededor del año 478, y tuvo que vivir por fuerza en el exilio hasta la muerte de Eurico, pocos años más tarde. Entonces regresó para continuar en el gobierno de su grey hasta el día de su muerte, que ocurrió cuando ya había cumplido los noventa años. Su memoria fue muy venerada por parte del pueblo, y entre los fieles de su grey costearon la construcción de una basílica en su honor. San Fausto figura de manera prominente entre el grupo de escritores que dio fama a Lérins, y algunos de sus escritos, cartas y discursos, existen y se leen todavía.

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Fuente: Vatican.va
Lorenzo Ruiz y 15 compañeros, Santos Santos Mártires en Japón, 28 de septiembre  

Lorenzo Ruiz y 15 compañeros, Santos

Mártires en Japón

Martirologio Romano: Santos Lorenzo de Manila Ruiz y quince compañeros mártires, tanto presbíteros como religiosos y seglares, sembradores de la fe cristiana en Filipinas, Formosa y otras islas japonesas, a causa de lo cual, por decreto del supremo jefe del Japón, Tokugawa Yemitsu, en dis tintos días consumaron en Nagasaki su martirio por amor a Cristo, pero celebrados en única conmemoración (1633-1637)

Integran el grupo: santos Domingo Ibáñez de Erquicia, Jacobo Kyuhei Gorobioye Tomonaga, Antonio González, Miguel de Aozaraza, Guillermo Courtet, Vicente Shiwozuka, Lucas Alfonso Gorda, Jordán (Jacinto) Ansalone y Tomás Hioji Rokuzayemon Nishi, presbíteros de la Orden dominicana; Francisco Shoyemon, Miguel Kurobioye y Mateo Kohioye, religiosos de la misma Orden; Magdalena de Nagasaki, virgen de la Tercera Orden de San Agustín; Marina de Omura, virgen de la Tercera Orden dominicana; Lázaro de Kyoto, seglar.

Fecha de canonización: El Papa Juan Pablo II beatificó a este grupo de mártires el 18 de febrero de 1981 en Manila (Filipinas) y los inscribió en el catálogo de los santos el 18 de octubre de 1987.

 

1633, (agosto y octubre)

DOMINGO IBÁÑEZ DE ERQUICIA, español, sacerdote dominico. Nace en Régil (San Sebastián), hijo de la Provincia de España hasta su afiliación a la Provincia del Rosario. En Manila enseña en el Colegio de Santo Tomás y predica el Evangelio en diferentes lugares de Filipinas. Pasa a Japón en 1623, donde trabaja clandestinamente. Denunciado por un cristiano apóstata, es encarcelado y ajusticiado. Desempeñó un importante papel, como Vicario provincial de la misión. Se conserva una parte de su epistolario. Edad, 44 años.

FRANCISCO SHOYEMON, japonés, cooperador dominico. Compañero de apostolado del P. Ibáñez de Erquicia. Arrestado en 1633, toma el hábito dominicano en la cárcel. Es ajusticiado junto a su padre espiritual.

SANTIAGO KYUSHEI TOMONAGA DE SANTA MARÍA, japonés, sacerdote dominico. De familia noble cristiana de Kyudetsu, estudia con los jesuitas en Nagasaki. Es expulsado del Japón en 1614 cuando era catequista. En Manila se ordena sacerdote, misionero en Taiwan, regresa a su patria en 1632, con la finalidad de ayudar a sus hermanos cristianos. Es arrestado y torturado, muriendo por "ser religioso y haber propagado la fe evangélica". Es el más anciano del grupo: 51 años.

MIGUEL KUROBIOYE, japonés, catequista laico. Compañero de apostolado del P. de Santa María, OP, es encarcelado y torturado, revelando el escondite del P. de Santa María. Arrepentido, va con él al martirio, confesando su fe.

LUCAS ALONSO DEI. ESPÍRITU SANTO, español, sacerdote dominico. Nace en Carracedo (Astorga), dominico de la Provincia de España, se pasa a la Provincia del Rosario en 1617. Profesor en el Colegio de Santo Tomás de Manila, misionero en Cagayan, en 1623 va al Japón donde trabaja con gran coraje y riesgo de su vida durante diez años. Arrestado en Osaka en 1633, fue torturado y martirizado en Nagasaki. Edad, 39 años.

MATEO KOHIOYE DEL ROSARIO, japonés, natural de Arima. Catequista y ayudante del B. Lucas Alonso, se hace novicio de la Orden. Arrestado en Osaka en 1633, rechaza toda propuesta de dinero y soporta horribles torturas, permaneciendo fiel a Cristo, hasta la muerte. Tenía 18 años.


1634, (octubre-noviembre)

MAGDALENA DE NAGASAKI, japonesa, terciaria agustina y dominica. Hija de cristianos martirizados, se consagra a Dios y es guiada espiritualmente por los agustinos recoletos y después por el dominico Ansalone. Después del arresto del P. Ansalone, Magdalena se presenta a la guardia proclamándose cristiana. Torturada en forma cruel, inamovible en su fe, es colgada del patíbulo donde permaneció viva durante trece días.

MARINA DE OMURA, japonesa. En 1626 ingresa en la Tercera Orden Dominicana, siendo de gran ayuda para los misioneros. Arrestada en 1634, es sometida a vergonzosas humillaciones y finalmente conducida a la hoguera, dando un sublime ejemplo de "mujer fuerte".

JACINTO JORDÁN ANSALONE, italiano, sacerdote dominico. Nativo de S. Stefano Quisquina (Agrigento), habiendo profesado en la Provincia de Sicilia, pasa a la Provincia del Santo Rosario. En Filipinas desarrolla su apostolado entre los pobres y enfermos. En el año 1632 va al Japón, donde trabaja por dos años. Arrestado en el 1634, soporta con firmeza las torturas, y es colgado del patíbulo. Edad, 36 años.

TOMÁS HIOJI NISHI DE SAN JACINTO, japonés, sacerdote dominico. Hijo de cristianos martirizados de Hirado, y discípulo de los jesuitas de Nagasaki. Expulsado de su país por la persecución, emigra a Manila en el año 1614. Estudiante en el Colegio de Santo Tomás, se traslada a las misiones de Taiwan, regresando posteriormente a su patria en plena persecución religiosa. Entre grandes peligros trabaja durante cinco años. Arrestado, es torturado y condenado a muerte. Edad, 44 años.


1637, (septiembre)

En el año 1636 los dominicos de Manila organizaron una expedición de voluntarios a fin de ayudar a los cristianos del Japón. Cuando llegaron a la isla de Okinawa fueron arrestados y permanecieron en la cárcel más de un año antes de ser trasladados y condenados a muerte por el tribunal de Nagasaki. Ellos son:

ANTONIO GONZÁLEZ, español, sacerdote dominico. Natural de León, se hace dominico en la Provincia de España y después se pasa a la Provincia del Rosario, trasladándose a Manila en 1631, en donde será profesor y rector del Colegio de Santo Tomás, siendo un hombre de mucha oración y penitencia. En 1636 guía un grupo de misioneros al Japón, donde es rápidamente arrestado y muere en la cárcel después de un año, extenuado por los tormentos. Edad, 45 años.

GUILLERMO COURTET o TOMAS DE S. DOMINGO, francés, sacerdote dominico. Nacido en Sérignan (Montpellier), de familia noble, ingresa como dominico en la Congregación reformada de San Luis, pasa a la Provincia del Rosario y se traslada a Filipinas, en 1634, en donde es profesor del Colegio de Santo Tomás. En Japón murió entre torturas elevando alabanzas a la Virgen del Rosario y recitando salmos. Edad, 47 años.

MIGUEL DE AOZARAZA, español, sacerdote dominico. Natural de Oñate (Guipúzcoa), ingresa como dominico en la provincia de España y posteriormente se pasa a la Provincia del Rosario. En Filipinas trabaja en la Misión de Bataan (Luzón). Refutó apostatar de su fe y aceptó con alegría tremendos suplicios. Edad, 39 años.

VICENTE SCHIWOZUKA DE LA CRUZ, japonés, sacerdote dominico. De familia cristiana, discípulo de los jesuitas de Nagasaki, catequista. En 1614 es expulsado del Japón por ser cristiano. En Manila se ordena de sacerdote y desarrolla su apostolado entre los exilados japoneses. Antes de regresar a su patria con el P. González, toma el hábito dominicano en 1636. Después de un año de cárcel y torturado cede a la apostasía, pero rápidamente se arrepiente y sale con los demás compañeros camino del patíbulo, profesando su fe.

LÁZARO DE KYOTO, japonés, laico. Atacado por la lepra, es deportado con otros leprosos cristianos en Filipinas. En 1636 se une como guía e intérprete del grupo del P. González; no resistiendo las torturas, reniega por pocas horas de la fe, pero arrepentido muere por Cristo junto a los demás.

LORENZO Ruiz, filipino, laico. Nacido en Binondo (Manila) de padre chino y madre filipina. Educado por los dominicos y ayudante de ellos, se hace miembro de la Confraternidad del Rosario. Se casa y es padre de tres hijos. Implicado en un oscuro hecho de sangre, se unió al grupo del P. González para salvarse. En Japón fue arrestado y se declaró dispuesto a dar mil veces la vida por Cristo. Es el Protomártir de Filipinas.


El milagro propuesto para la Canonización

Ocurrió en Manila el año 1983 por la invocación al grupo en favor de Cecilia Alegría Policarpio, niña de dos años, curada de forma completa y definitiva de una parálisis cerebral anatómica y funcional, sin ninguna terapia eficaz. El milagro ha sido reconocido por Juan Pablo II el 1 de junio de 1987.

Las razones de los perseguidores

" Los seguidores de Cristo, llegados imprevistamente en Japón, no solamente vienen trayendo mercancía en sus naves, sino también, sin permiso alguno, han extendido y propagado su malvada ley, destruyendo aquella buena y legítima y conspirando para derrocar el poder en nuestro país. Esto es el inicio de una gran calamidad, que con todo medio es necesario evitar. El Japón es un país shintoista y budista, que venera a los Dioses, honra a Buda y tiene en gran estima el camino de la benevolencia (confucionismo).

Los seguidores de los Padres (los cristianos) han desobedecido todos a las órdenes dadas por gobierno, despreciando la religión ... y destruyendo el bien. Viendo aquellos que deben ser ajusticiados (los mártires) se alegran y corren detrás de ellos, espontáneamente, los adoran y los saludan. Tal es el supremo ideal de esta religión. Si no se la prohibe inmediatamente, vendrán calamidades sin fin sobre el Estado. Que estos cristianos sean exterminados sin demora en todas las regiones del Japón, de forma que no tengan lugar donde poner sus pies o sus manos. Si alguno se atreviera a contravenir esta orden, sea castigado con la muerte". (Tomado del edicto de 1614, cuya doctrina es retomada substancialmente en los de 1633 y 1636).

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Exuperio, Santo Obispo, 28 de septiembre  

Exuperio, Santo

Obispo

Martirologio Romano: En Toulouse, de Aquitania (hoy Francia), san Exuperio, obispo, que dedicó una basílica en honor de san Saturnino, defendió acérrimamente su ciudad ante la invasión de los bárbaros y, al decir de san Jerónimo, fue tan parco consigo mismo como dadivoso con los demás (post 411).

 


Es probable que Exuperio haya nacido en Arreau, localidad de los Altos Pirineos, donde hay una capilla erigida en su honor, que es centro de peregrinaciones. Exuperio llegó a ocupar la sede episcopal de Toulouse, alrededor del año 405, cuando murió el obispo San Silvio. Durante su gobierno, terminó la construcción de la gran iglesia de San Saturnino (Sernin) que había iniciado su predecesor. La generosidad parece haber sido su virtud característica. Con frecuencia, enviaba presentes a los monjes de Egipto y Palestina, con lo cual se conquistó el agradecimiento de San Jerónimo, quien le dedicó su comentario sobre Zacarías y, con referencia a la famosa caridad de Exuperio, escribió estas palabras: "Para aliviar el hambre de los pobres, la sufre él mismo. La palidez de su rostro muestra el rigor de sus ayunos, pero aún se duele por el hambre de los demás. Todo lo que tiene, lo da a los pobres de Cristo; pero muy rico es el que lleva el Cuerpo del Señor en un cesto de mimbre y Su Sangre en un frasco de vidrio. Su caridad no conoce límites; busca sus objetivos en las partes más remotas y aún los solitarios de Egipto llegaron a sentir sus benéficos efectos." Por cierto, que lo mismo en su sede que fuera de ella, había un amplio campo para que se ejerciera la caridad de Exuperio, puesto que, por aquel entonces, las Calías sufrían la desolación de las invasiones de los vándalos.

San Exuperio escribió al Papa Inocencio I para pedirle instrucciones sobre diversos asuntos de la disciplina y para solicitarle algunas aclaraciones sobre los cánones referentes a las Sagradas Escrituras. Como respuesta, el Pontífice le envió una lista de los auténticos libros de la Biblia, tal como por aquel entonces se tomaban en Roma y, como se ha podido comprobar, aquella lista era exactamente igual a la actual, incluso los libros deuterocanónicos. Se desconocen el lugar y la fecha de la muerte del obispo Exuperio y se tiene entendido que, antes de morir, estuvo en el exilio. San Paulino de Nola se refiere a él como a uno de los más ilustres obispos de la Iglesia en las Calías y, hacia mediados del siglo sexto, se la tributaban los mismos honores que a San Saturnino en la iglesia de Toulouse.

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Fuente: Vatican.va
Simón de Rojas, Santo Sacerdote, 28 de septiembre  

Simón de Rojas, Santo

Sacerdote Trinitario

Martirologio Romano: En Madrid, en España, san Simón de Rojas, presbítero de la Orden de la Santísima Trinidad, para la redención de cautivos, que, acompañando el séquito de la reina de España, nunca viajó en carroza ni percibió sueldo, sino más bien, entre regios fastos, siempre se mostró humilde, pobre, misericordioso hacia los necesitados y fervorosamente devoto para con Dios (1624).

Fecha de canonización: El Papa Clemente XIII lo beatificó el 19 de mayo de 1766, y el Papa Juan Pablo II lo inscribió en el catálogo de los santos el 3 de julio de 1988.

 

San Simón de Rojas, trinitario, nació en Valladolid (España), el 28 de octubre de 1552. A los doce años, ingresó en el convento trinitario de su ciudad natal, en el que hizo la profesión religiosa el 28 de octubre de 1572. Cursó los estudios en la universidad de Salamanca entre 1573 y 1579. Enseñó filosofía y teología en Toledo desde el año 1581 hasta el 1587. A partir de 1588, hasta su muerte, ejerció con grande prudencia el oficio de superior en varios conventos. En el mismo periodo, fue enviado como Visitador Apostólico a su Provincia de Castilla, en dos ocasiones, y a la de Andalucía, en una. El 14 de abril de 1612 fundó la Congregación de los Esclavos del Dulcísimo Nombre de María. En 1619 fue nombrado Preceptor de los Infantes de España. El 12 de mayo de 1621 fue elegido como confesor de la Reina Isabel de Borbón. Murió el 29 de septiembre de 1624.

Su canonización dentro de las celebraciones de 1988, Año Mariano, recompensa dignamente a quien, por su tierna devoción a María, Lope de Vega llegó a equiparar con San Bernardo de Claraval y con San Ildefonso de Toledo. Fue su madre, la virtuosa Constanza, quien imprimió e hizo germinar en el alma de Simón el amor a María. El culto que Constanza, junto con su marido, Gregorio, tributaba constantemente a la Santísima Virgen, explica el porqué Simón, cuando pronunció sus primeras palabras, a los 14 meses de edad, siendo de pequeño algo retardado y balbuciente, dijese: "Ave, María". No hacía otra cosa que repetir la plegaria tan frecuentemente recitada por sus padres.

Su mayor gozo era el visitar los santuarios marianos, orar a María, imitar sus virtudes, cantar sus alabanzas, resaltar la importancia de la Santísima Virgen en el misterio de Dios y de la Iglesia. A través de profundos estudios teológicos, comprendió cada vez mejor la misión de María en la salvación del género humano y la santificación de la Iglesia. Vivió sus votos religiosos con el estilo de María. Pensaba que para ser todo de Dios, como Ella, era necesario hacerse esclavos suyos, o mejor, esclavos de Dios en María. Fue por ello por lo que fundó la Congregación de Esclavos del Dulcísimo Nombre de María, para la mayor gloria de la Trinidad y la alabanza de la Virgen, al servicio de los pobres. Para él, ser esclavo de María quería decir pertenencia total a Ella: Totus tuus, para unirse más íntimamente a Cristo y en él, por el Espíritu, al Padre.

La Congregación por él fundada era de carácter laical. A ella podían adherirse personas de todo rango social. Los inscritos, entre los que figuraban el rey y sus hijos, se obligaban a honrar a María, asistiendo maternalmente a sus hijos predilectos: los pobres. Esta obra subsiste todavía hoy en España. Simón de Rojas, que era considerado uno de los más grandes contemplativos de su tiempo, y que en la obra La oración y sus grandezas demuestra ser un gran formador de almas de oración, quería que a la dimensión contemplativa se uniese la activa, las obras de misericordia. Fiel al carisma trinitario, promovió redenciones de esclavos, remedió numerosísimas necesidades de los pobres, consoló enfermos, desheredados y marginados de todo tipo. Cuando recibió encargos en la Corte, puso como condición para aceptarlos el poder seguir ocupándose de sus pobres, a los que ayudaba de muchas maneras, siempre con alegría a cualquier hora del día o de la noche.

Son numerosísimas las expresiones de su amor a María. Los pintores que han inmortalizado su figura, ponen siempre en sus labios el saludo "Ave, María", por él pronunciado con tanta frecuencia que familiarmente era llamado "el Padre Ave María". Hizo imprimir millares de estampas de la Virgen Santísima con la inscripción "Ave, María", estampas que enviaba también al extranjero. Hizo confeccionar rosarios con 72 cuentas azules sobre cordón blanco, símbolo de la Asunción y de la Inmaculada, como recuerdo de los 72 años que, según la creencia de la época, había vivido la Virgen, y los difundió por doquier. Valiéndose de su influencia en la Corte, hizo que se esculpiese con letras de oro sobre la fachada del Palacio Real de Madrid el saludo angélico que él tanto amaba: "Ave, María". El 5 de junio de 1622, pidió a la Santa Sede la aprobación de un texto litúrgico por él compuesto en honor del Dulcísimo Nombre de María, texto que más tarde el Papa Inocencio XI extendió a toda la Iglesia.

Las honras fúnebres que se le tributaron a su muerte, acaecida el 29 de septiembre de 1624, asumieron el aspecto de una canonización anticipada. Durante 12 días, los más famosos oradores de Madrid exaltaron sus virtudes y santidad. Impresionado por la veneración unánime que se le rendía, el Nuncio del Papa, algunos días después de su muerte, el 8 de octubre siguiente, ordenó que se iniciasen los procesos, en vista a su glorificación por parte de la Iglesia.

Reconocida la heroicidad de sus virtudes por Clemente XII, el 25 de marzo de 1735, fue beatificado por Clemente XIII, el 19 de mayo de 1766. Y el 3 de julio de 1988, el Papa Juan Pablo II inscribió en el Catálogo de los Santos a este gran siervo de María y padre de los pobres.

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Fuente: Franciscanos.net
Bernardino de Feltre, Beato Sacerdote, 28 de septiembre  

Bernardino de Feltre, Beato

Presbítero

Martirologio Romano: En Pavía, de la región de la Lombardía, en Italia, beato Bernardino de Feltre (Martín) Tomitano, presbítero de la Orden de Hermanos Menores, que obtuvo buenos frutos en su función de predicador, fundó contra la usura y para el ahorro el llamado Monte de Piedad y, como hombre de paz, fue delegado del papa Sixto IV para arreglar discordias civiles (1494).

Fecha de beatiricación: El Papa Inocencio X aprobó su culto el 13 de abril de 1654, posteriormente el Papa Benedicto XIII lo beatificó en el año 1728.

 

Bernardino nació en Feltre en 1439, hijo primogénito de Donato Tomitano y de Corona Rambaldoni, prima del célebre educador Vittorino de Feltre, bautizado con el nombre de Martín. De ingenio precoz, ávido de lecturas, hizo rápidos progresos en los estudios humanísticos, tanto que a los 11 años leía y hablaba el latín con facilidad. Estudiante de derecho en Padua era admirado por todos a causa de la seriedad de su conducta y su inteligencia. El 14 de mayo de 1456 a los 17 años, ingresó a la Orden de los Hermanos Menores en Padua, en el conventito de Santa Úrsula. Terminado el curso de teología en Venecia fue ordenado sacerdote en 1463. Desde 1469 hasta su muerte no cesó de predicar y recorrió la Italia centro‑septentrional muchas veces a pie descalzo en medio de grandes dificultades.

En una sociedad mercantil, en la cual muchos, a menudo con pocos escrúpulos, gozaban de riquezas y privilegios, una gran masa de abandonados vivía en la penuria, agravada por la gran plaga social llamada usura. los pobres no solamente eran explotados, sino que además eran despojados de sus magras ganancias por aquellos que, poseyendo capitales, prestaban con intereses exagerados. San Bernardino de Siena había entendido bien cómo la "caridad cristiana" se había vuelto "caridad inhumana".

Por esto la usura fue el blanco de Fray Bernardino de Feltre: un blanco preciso contra el cual lanzó todas sus evangélicas y apostólicas flechas, suscitando primero el resentimiento, después inclusive el odio de aquellos que se sentían directamente aludidos. Por esto fue amenazado, atacado, y hubiera caído mártir de los usureros si muchas veces no hubieran llegado en su ayuda los hombres de armas enviados por las autoridades comunales. También él, como San Bernardino de Siena, era de baja estatura y débil constitución. Se firmaba con el adjetivo de "Piccolino", pero cuando predicaba parecía un volcán. Se tiene cuenta de 23 cuaresmas predicadas, con sermones diarios. A sus prédicas acudían innumerables oyentes.

Pero no bastaba predicar, no era suficiente amonestar, había que ayudar a los pobres contra los explotadores. Fue así como el Beato Bernardino de Feltre propugnó los "Montes de Piedad", una especie de organización bancaria para los pobres, para que no siguieran siendo estrangulados por los usureros, sino que se les prestara dinero contra una modesta prenda, con bajísimo interés. No era gran cosa, pero era importante como inicio de una ofensiva contra la usura, plaga dominante del tiempo. Los Montes de Piedad se difundieron rápidamente y si no extirparon la usura, por lo menos dieron un poco de alivio a los más marginados.

Fray Bernardino predicó 23 cuaresmas en las principales ciudades de Italia y muchísimas otras predicaciones en centros menores. Sus predicaciones atraían oyentes sin número y se lo peleaban las ciudades más ilustres recurriendo inclusive al Papa para tenerlo. Era predicador vivaz, que dialogaba con el pueblo, lanzaba chistes, ridiculizaba las costumbres de las mujeres, las injusticias de los abogados, las usuras de los explotadores, exhortaba a la práctica de los sacramentos y a la devoción a la Santísima Virgen. Bernardino se encontró sereno con la muerte en Pavía a los 55 años de edad el 28 de septiembre de 1494.

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Fuente: Santiebeati.it
Nicetas Budka, Beato Obispo y Mártir, 28 de septiembre  

Nicetas Budka, Beato

Obispo

Martirologio Romano: En la ciudad de Karadzar, cerca de Karaganda, en Kazajstán, beato Nicetas Budka, primer obispo en Canadá al frente de fieles católicos de rito bizantino, que en tiempos de régimen hostil a Dios, fue deportado a un campo de concentración, donde perseveró en la fe arrostrando, por amor a Cristo, la muerte con fortaleza de ánimo ante todas las adversidades (1949).

Fecha de beatificación: Mykyta Budka fue beatificado por Juan Pablo II el 27 de junio de 2001, junto con otras 24 víctimas del régimen soviético de nacionalidad ucraniana.

 

Mykyta Budka nació el 7 de junio de 1877 en la ciudad ucraniana de Drobomirka, en la región de Zbaraz. En 1905, después de haber cumplido sus estudios teológicos en Viena e Innsbruck, recibe la ordenación presbiteral en ceremonia presidida por el metropolita Andrej Sheptytsky. Siete años después, el 14 de octubre de 1912 fue consagrado obispo a Lviv (Leopoli) y recibe de la Santa Sede el nombramiento a primeros Exarca Apostólico de los católicos ucranianos -es decir de aquellos que siguen el rito bizantino- en Canadá. En 1928 regresó a su patria, nombrado obispo auxiliar en Lviv para los Ucraniano.

Las autoridades del régimen comunista hicieron arrestar a Mykyta Budka el 11 de abril de 1945 y le fue infligida una condena a ocho años de dura reclusión. Fue deportado entonces al gulag de Karadzar, cerca de Karagandà en Kazakistan, dónde soportó por amor de Cristo toda adversidad, perseverando en la fe con ánimo fuerte hasta a la muerte, la que ocurrido el 28 de septiembre de1949.

El grupo beatificado está integrado por:


Mykolay Charneckyj, Obispo, 2 abril
Josafat Kocylovskyj, Obispo, 17 noviembre
Symeon Lukac, Obispo, 22 agosto

Basilio Velyckovskyj, Obispo, 30 Junio
Ivan Slezyuk, Obispo, 2 diciembre
Mykyta Budka, Obispo, 28 septiembre

Gregorio (Hryhorij) Lakota, Obispo, 5 noviembre
Gregorio (Hryhorij) Khomysyn, Obispo, 28 diciembre
Leonid Fedorov, Sacerdote, 7 marzo
Mykola Konrad, Sacerdote, 26 junio
Andrij Iscak, Sacerdote, 26 junio

Román Lysko, Sacerdote, 14 octubre
Mykola Cehelskyj, Sacerdote, 25 mayo
Petro Verhun, Sacerdote, 7 febrero

Alejandro (Oleksa) Zaryckyj, Sacerdote, 30 octubre
Klymentij Septyckyj, Sacerdote, 1 mayo
Severijan Baranyk, Sacerdote, 28 junio
Jakym Senkivskyj, Sacerdote, 28 junio

Zynovij (Zenón) Kovalyk, Sacerdote, 30 junio
Vidal Vladimir (Vitalij Volodymyr) Bajrak, Sacerdote, 16 Mayo
Ivan Ziatyk, Sacerdote, 17 mayo
Tarsicia (Olga) Mackiv, Monja, 18 Julio
Olympia (Olha) Bidà, Suora, 28 enero
Laurentia (Leukadia) Harasymiv, Monja, 26 agosto
Volodymyr Pryjma, Laico, 26 Junio
(las fechas indicadas corresponden a las de su martirio)

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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