J†A
  JMJ
  Pax
  †   Lectura del santo Evangelio según san Mateo (8,   28-34)
  Gloria a ti, Señor.
  En aquel tiempo, cuando Jesús desembarcó en la otra orilla del   lago, en tierra de los gadasenos, dos endemoniados salieron de entre los   sepulcros y fueron a su encuentro. Eran tan feroces, que nadie se atrevía a   pasar por aquel camino.
  Los endemoniados le gritaron a Jesús: "¿Qué quieres de nosotros,   Hijo de Dios? ¿Acaso has venido hasta aquí para atormentarnos antes del tiempo   señalado?"
  No lejos de ahí había una numerosa piara de cerdos que estaban   comiendo. Los demonios le suplicaron a Jesús: "Si vienes a echarnos fuera,   mándanos entrar en esos cerdos". El les respondió: "Está   bien".
  Entonces los demonios salieron de los hombres, se metieron en los   cerdos y toda la piara se precipitó en el lago por un despeñadero y los cerdos   se ahogaron.
  Los que cuidaban los cerdos huyeron hacia la ciudad a dar parte de   todos aquellos acontecimientos y de lo sucedido a los endemoniados. Entonces   salió toda la gente de la ciudad al encuentro de Jesús, y al verlo, le   suplicaron que se fuera de su territorio.
  Palabra del Señor.
  Gloria a ti, Señor Jesús.        
  Suplicamos tu   oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus   oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te   salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre   todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre   de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.   Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa! 
  Aclaración:   una relación muere sin comunicación   y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras   de vida eterna"   (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no   basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite   ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han   sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
  Por leer la Palabra, no se debe   dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse   el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al   Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y   nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias   por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en   CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
  Nota: es una película protestante, por eso   falta LA MADRE.
  Lo que no ven tus ojos (2 minutos):   http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu
  El Gran Milagro (película completa):   http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX
  Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
    "El GRAN tesoro oculto de la Santa   Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc 
  Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo,   tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc   14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y   no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros"   (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre   dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si   comulgamos   en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y   renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero   (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios,   que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos   auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es   ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la   Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo,   pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama   realmente?
  Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el   primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las   fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos   pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana:   0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses"   son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren   baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué   no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que   todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa   grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10;   Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).
  Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir   "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir   "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad",   "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la   tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la   Misa?
  Estamos en el mundo para ser felices para siempre,   santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la   Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el   representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes   de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el   Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm   14,23). ¿Otros pecados mortales? no   confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al   menos en tiempo pascual (920),   abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos),   promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación   artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual   fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón,   borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de   venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver   más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
  Si no ponemos los medios para confesamos lo antes   posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al   infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22;   10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.).   Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves,   si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa   (Jn 15,22).
   
    
  † Misal
   
  El   Señor escucha el clamor de los pobres
  Feria de la 13a. Semana del Tiempo   Ordinario
  Dios mío, ten piedad de mí
  Antífona de Entrada
  Dios mío, ten piedad de mí, pues sin cesar te invoco. Tú eres   bueno y clemente y no niegas tu amor al que te invoca.
  Oración Colecta
  Oremos:
  Dios misericordioso, de quien procede todo lo bueno, inflámanos   con tu amor y acércanos más a ti a fin de que podamos crecer en tu gracia y   perseveremos en ella.
  Por nuestro Señor Jesucristo...
  Amén.
   
  Primera   Lectura Lectura del libro del Génesis (21,   5. 8-20)
  Abraham tenía cien años, cuando nació su hijo Isaac. Creció el   niño y lo destetaron; ese día Abraham dio un gran banquete.
  Sara vio jugando con su hijo Isaac al hijo que Agar, la egipcia,   le había dado a Abraham, y le dijo a éste: "Despide a esa esclava y a su hijo,   pues el hijo de esa esclava no va a compartir la herencia con mi hijo   Isaac".
  Abraham lo sintió mucho, por tratarse de su hijo, pero Dios lo   consoló, diciéndole: "No te aflijas ni por el niño ni por tu esclava. Hazle caso   a Sara en lo que te dice, porque es Isaac quien continuará tu descendencia.   Aunque al hijo de la esclava lo convertiré en un gran pueblo, por ser   descendiente tuyo".
  Se levantó, pues, Abraham de mañana, tomó pan y un odre de agua y   se lo puso a Agar en los hombros, le entregó al niño y la despidió. Ella se fue   y anduvo errante por el desierto de Bersebá. Cuando se le acabó el agua, Agar   dejó al niño bajo un matorral y fue a sentarse enfrente, a distancia como de un   tiro de arco, pues decía: "No quiero ver morir al niño".
  Entonces el niño rompió a llorar y Dios oyó el llanto del niño. El   ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo y le dijo: "¿Qué te pasa, Agar? No   tengas miedo, porque Dios ha oído el llanto del niño que está ahí. Levántate,   toma al niño y llévalo de la mano, porque voy a convertirlo en un gran   pueblo".
  Entonces Dios le abrió los ojos y vio un pozo con agua. Fue, llenó   el odre y le dio a beber al niño. Dios asistió al niño, que creció, vivió en el   desierto y llegó a ser un gran tirador de arco.
  Palabra de Dios.
  Te alabamos, Señor.
   
  Salmo   Responsorial Salmo   33
  El Señor escucha el clamor de los   pobres.
  El Señor escucha el clamor de los pobres y los libra de todas sus   angustias. Junto a aquellos que temen al Señor el ángel del Señor acampa y los   protege.
  El Señor escucha el clamor de los   pobres.
  Que amen al Señor todos sus fieles, pues nada faltará a los que lo   aman; el rico empobrece y pasa hambre; a quien busca al Señor, nada le   falta.
  El Señor escucha el clamor de los   pobres.
  Escúchame, hijo mío: voy a enseñarte cómo amar al Señor, para que   puedas vivir y disfrutar la vida.
  El Señor escucha el clamor de los   pobres.
   
  Aclamación antes del Evangelio
  Aleluya, aleluya.
  Por su propia voluntad el Padre nos engendró por medio del   Evangelio, para que fuéramos, en cierto modo, primicias de sus   creaturas.
  Aleluya.
   
  Evangelio
  †   Lectura del santo Evangelio según san Mateo (8,   28-34)
  Gloria a ti, Señor.
  En aquel tiempo, cuando Jesús desembarcó en la otra orilla del   lago, en tierra de los gadasenos, dos endemoniados salieron de entre los   sepulcros y fueron a su encuentro. Eran tan feroces, que nadie se atrevía a   pasar por aquel camino.
  Los endemoniados le gritaron a Jesús: "¿Qué quieres de nosotros,   Hijo de Dios? ¿Acaso has venido hasta aquí para atormentarnos antes del tiempo   señalado?"
  No lejos de ahí había una numerosa piara de cerdos que estaban   comiendo. Los demonios le suplicaron a Jesús: "Si vienes a echarnos fuera,   mándanos entrar en esos cerdos". El les respondió: "Está   bien".
  Entonces los demonios salieron de los hombres, se metieron en los   cerdos y toda la piara se precipitó en el lago por un despeñadero y los cerdos   se ahogaron.
  Los que cuidaban los cerdos huyeron hacia la ciudad a dar parte de   todos aquellos acontecimientos y de lo sucedido a los endemoniados. Entonces   salió toda la gente de la ciudad al encuentro de Jesús, y al verlo, le   suplicaron que se fuera de su territorio.
  Palabra del Señor.
  Gloria a ti, Señor Jesús.        
   
  Oración sobre las Ofrendas
  Acepta, Señor, los dones que te presentamos y realiza en nosotros   con el poder de tu Espíritu, la obra redentora que se actualiza en esta   Eucaristía.
  Por Jesucristo, nuestro Señor.
  Amén.
   
  Prefacio Común I
  Restauración universal en Cristo
  El Señor esté con ustedes.
  Y con tu espíritu.
  Levantemos el corazón.
  Lo tenemos levantado hacia el Señor.
  Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
  Es justo y necesario.
  En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte   gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,   por Cristo nuestro Señor. A quien hiciste fundamento de todo y de cuya plenitud   quisiste que participáramos todos.
  El cual, siendo Dios, se anonadó a sí mismo, y por su sangre   derramada en la cruz, puso en paz todas las cosas. Y así, constituido Señor del   universo, es fuente de salvación eterna para cuantos creen en   él.
  Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros   celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
  Santo, Santo, Santo...
   
  Antífona de la Comunión
  Qué grande es la delicadeza del amor que tienes   reservada,
  Señor, para tus hijos.
  Oración después de la Comunión
  Oremos:
  Te rogamos, Señor, que este sacramento con que nos has alimentado,   nos haga crecer en tu amor y nos impulse a servirte en nuestros   prójimos.
  Por Jesucristo, nuestro Señor.
  Amén.
    
  
  † Meditación diaria
  13ª Semana. Miércoles
  LA OPORTUNIDAD PERDIDA
  — El Señor se presenta, en ocasiones, de manera distinta a como   nosotros le esperábamos.
  — Desprendimiento para ver a Jesús y para hacer su voluntad cuando   no coincide con la nuestra.
  — Mirar con fe las circunstancias humanamente desfavorables, y   descubrir en ellas al Señor.
  I. Llegó Jesús a la otra orilla del lago, a la región de los   gadarenos, en tierra de gentiles1; quizá busca un sitio retirado   para descansar con sus discípulos. Allí curó el Señor a dos endemoniados que le   salieron al encuentro. Cerca del lugar había una piara de cerdos; los demonios   le rogaron que, si los expulsaba de estos hombres atormentados, los enviara a la   piara. Y el Señor se lo permitió. Y ellos salieron y entraron en los cerdos.   Entonces toda la piara corrió con ímpetu por la pendiente hacia el mar y pereció   en el agua. Los porqueros huyeron y al llegar a la ciudad contaron todo, en   particular lo de los endemoniados. Ante esto, toda la ciudad salió al encuentro   de Jesús y, al verle, le rogaron que se alejara de su   región.
  Le rogaron que se   alejara de aquel lugar. Fue la   gran oportunidad perdida por estas gentes; tuvieron a Dios mismo entre ellos, y   no supieron verlo. Quizá nunca más pasó por aquellas tierras. ¡Lo tuvieron tan   cerca!, ¡y le rogaron que se alejara! ¡A Aquel que llevaba consigo todos los   bienes! ¡Qué poco hospitalario es a veces el mundo para con su Señor! Con   frecuencia, para muchos, son los bienes materiales lo que cuenta, y no es raro   ver cómo se intenta construir una sociedad en la que el Señor no está presente,   no le dejan sitio, "como si Dios no mereciera ningún interés en el ámbito del   proyecto operativo y asociativo del hombre"2. El que da sentido a   todo es excluido. El Señor ilumina el dolor, la alegría, la vida, la muerte, el   trabajo... Y sin Él nada vale la pena. "Exclusión de Dios, ruptura con Dios,   desobediencia a Dios; a lo largo de toda la historia humana esto ha sido y   es bajo formas diversas el pecado, que puede llegar hasta la negación de Dios y   de su existencia, hasta el ateísmo"3. En el fondo de muchas actitudes   que rechazan o excluyen la verdad sobrenatural se encuentra un radical   materialismo práctico, el aprecio a los bienes materiales por encima de todo,   que impide ver la acción del Señor en lo que nos rodea.
  Nosotros decimos a Jesús que queremos ponerle en la cima de todas   las tareas humanas, a través de un trabajo profesional hecho a conciencia; que   queremos que entre de lleno en nuestra vida, en la familia, que dé sentido a lo   que somos y a lo que poseemos: a nuestra inteligencia, a nuestro corazón, a la   amistad, a los amores limpios de cada uno según su peculiar vocación. Le decimos   que queremos estar vigilantes, como el centinela, para darle entrada en el alma,   también cuando se presente de una manera distinta a como le   esperábamos.
  II. Aquellos gentiles, a pesar del milagro relatado por los   porqueros y de ver libres y sanos a los dos endemoniados, no quisieron recibir a   Jesús. ¡Cómo se hubieran llenado de bienes sus casas y, sobre todo, sus almas!;   pero estaban ciegos para los bienes espirituales. Como ocurre hoy a tantos;   muchos tienen sus proyectos para ser felices, y demasiado a menudo miran a Dios   simplemente como alguien que les ayudará a llevarlos a cabo. "El estado   verdadero de las cosas es completamente al contrario. Dios tiene sus planes para   nuestra felicidad, y está esperando que le ayudemos a realizarlos. Y quede bien   claro que nosotros no podemos mejorar los planes de   Dios"4.
  Algunos cristianos, por estar excesivamente apegados a sus ideas y   caprichos, le dicen a Jesús que se retire de su vida, precisamente cuando más   cerca estaba y cuando más le necesitaban: al llegar la enfermedad, la   contradicción..., cuando se han perdido unos bienes materiales que probablemente   era necesario perder para recibir al Bien supremo, que llega, en bastantes   ocasiones, por caminos distintos a los que ellos deseaban. Quizá le esperaban en   el triunfo, y se presenta en la ruina o en el fracaso; no en el fracaso   producido por la desidia, por no haber puesto los medios o el estudio necesario,   que debe llevar en todo caso a un acto de contrición y a recomenzar con un   propósito firme, sino al fracaso que llega cuando, a nuestro entender, se habían   puesto todos los medios humanos y sobrenaturales para salir a flote. Él llega en   ocasiones por caminos diferentes a aquellos por los que le estábamos esperando.   ¡Cuántas veces la lógica de Dios no coincide con la lógica de los hombres! Es el   momento de abrazarse a su santa voluntad: "¿Lo quieres, Señor?... ¡Yo también lo   quiero!"5. ¡Cuántas veces, ante la contradicción que no esperábamos,   hemos hecho nuestra esta oración, de mil modos repetida!
  Se ha dicho que "el plan de Dios es de una pieza". Quizá la   conversión de aquellos gentiles habría comenzado por la pérdida de estos cerdos,   por el desprendimiento que esto suponía; quizá habrían sido los primeros   gentiles en recibir el Bautismo después de la dispersión producida con motivo de   la primera persecución en Judea. Al final de la vida, a veces mucho antes,   veremos cómo encajan esas piezas que parecían sueltas y sin sentido: todas las   cosas concurren para el bien de los que aman a   Dios6.
  Para descubrir la voluntad del Señor en todos los acontecimientos   de la vida, también en los menos gratos, en los que nos han ocasionado   perjuicios y molestias, para seguir de cerca a Cristo en toda circunstancia,   "hemos de estar seriamente desprendidos de nosotros mismos: de los dones de la   inteligencia, de la salud, de la honra, de las ambiciones nobles, de los   triunfos, de los éxitos.
  "Me refiero también (...) a esas ilusiones limpias, con las que   buscamos exclusivamente dar toda la gloria a Dios y alabarle, ajustando nuestra   voluntad a esta norma clara y precisa: Señor, quiero esto o aquello solo si a Ti   te agrada, porque si no, a mí, ¿para qué me interesa? Asestamos así un golpe   mortal al egoísmo y a la vanidad, que serpean en todas las conciencias; de paso   que alcanzamos la verdadera paz en nuestras almas, con un desasimiento que acaba   en la posesión de Dios, cada vez más íntima y más   intensa"7.
  Es necesario purificar el corazón de amores desordenados (con   frecuencia el amor desordenado de uno mismo, el excesivo apagamiento a los   bienes que posee o a los que desearía tener, a las propias ideas y opiniones, a   los proyectos que uno se ha hecho acerca de su propia felicidad...) para confiar   más en nuestro Padre Dios. Entonces podremos ver con claridad y podremos   interpretar acertadamente los acontecimientos, descubriendo siempre a Jesús en   ellos.
  III. Si no hubiera tenido lugar aquella hecatombe de los cerdos,   los porqueros probablemente no habrían bajado al pueblo y sus habitantes no se   habrían enterado de que Jesús estaba allí, tan cerca. Si la mujer que encontró   al Maestro en Cafarnaún no hubiera estado tantos años enferma y malgastado sus   bienes en médicos, no se hubiera quizá acercado al Maestro para tocar la orla de   su vestido y no habría oído nunca aquellas palabras consoladoras de Jesús, las   más importantes de su vida, que bien valían todos los sufrimientos y los gastos   inútiles... Lo que a nosotros nos parece un mal, quizá no lo es tanto; solo el   pecado es un mal absoluto, y de él –con amor, con humildad y contrición– se   puede sacar el sabrosísimo fruto de un encuentro nuevo con Cristo8,   en el que el alma sale rejuvenecida.
  Detrás de esos males aparentes (enfermedad, cansancio, dolor,   ruina...) encontramos siempre a Jesús que nos sonríe y nos da la mano para   sobrellevar esa situación y crecer por dentro. ¡Cómo daría gracias aquel leproso   por el mal terrible de su enfermedad, pues fue lo que le llevó a Cristo! Los   males de esta vida son una continua llamada a nuestro corazón, que nos dice:   ¡el Maestro está aquí y te llama!9. Pero si estamos más   apegados a nuestros proyectos, a la salud, a la vida... que a la voluntad de   Dios –a veces misteriosa e incomprensible al principio para nosotros–, solo   veremos en la desgracia la pérdida de un bien que, siendo relativo y parcial,   quizá nosotros hemos convertido en absoluto y definitivo. ¡Qué error tan grande   si no supiéramos ver en esos momentos a Jesús que nos visita!
  Con una lógica distinta a la nuestra, el Señor va disponiendo los   acontecimientos para que, con dolor unas veces y con gusto otras, nos vayamos   desprendiendo de todo para que Él llene nuestra existencia entera. Muchas veces   hemos de pensar en la acción íntima de Dios en nosotros, pues Él dispone hasta   la más pequeña circunstancia para que seamos felices, para facilitar el   desprendimiento de nosotros mismos, de nuestros proyectos..., para que seamos   santos. A los ojos de Dios "una sola alma tiene más valor que todo el universo,   y las maravillas que Dios opera en lo secreto de nuestras vidas son, con mucho,   más extraordinarias que todos los esplendores del cosmos material"10.   Si estos gentiles hubieran comprendido quién estaba delante de ellos, si   hubieran captado el prodigio obrado en aquellos dos hombres que fueron redimidos   del demonio, ¿qué hubiera importado la desgracia económica, si por ella habían   conocido a Jesús? Habrían dado gracias por ella, invitarían a Jesús y habrían   organizado una buena fiesta porque el Maestro estaba con ellos y porque habían   recuperado a dos hombres de los suyos.
  Si miramos con fe las pequeñas o las grandes desgracias de la   vida, terminaremos siempre dando gracias por ellas: por aquella enfermedad, por   la humillación que sufrimos por parte de quien menos la esperábamos, por el   hambre, por la sed, por la pérdida de un empleo... ¡Gracias, Señor –le diremos   en la intimidad del corazón–, porque Te has presentado, aunque haya sido por   donde menos te esperaba! Pidámosle a la Virgen, ¡que tanto supo de   contradicciones, de zozobras y de dolor!, que nos enseñe a no perder esas   oportunidades de encontrar a Jesús en medio de esas circunstancias humanamente   más desfavorables.
  1 Mt   8, 28-34. — 2 Juan Pablo II, Exhor. Apost. Reconciliatio et   poenitentia, 2-XII-1984, 14. — 3 Ibídem. — 4 E. Boylan,   El amor supremo, Rialp, Madrid 1954, vol. II, p. 46. — 5 Cfr. San   Josemaría Escrivá, Camino, n. 762. — 6 Rom 8, 28. —   7 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, Rialp, 2ª ed., Madrid   1977, 114. — 8 Cfr. San Bernardo, Sobre La falacia y brevedad de la   vida, 6. — 9 Jn 11, 28. — 10 M. M. Philipon, Los   dones del Espíritu Santo, Palabra, Madrid 1983, p. 249.
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  † Santoral                   (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
   
  Fuente: Archidiócesis de Madrid 
Simeón   el Loco <Salos>, Santo Monje, Julio   1   
                                                        |                 
  |                        |                Simeón el Loco <Salos>, Santo  |           Monje        Martirologio         Romano <En Emesa, ciudad         de Siria, san Simeón, llamado "Salos", que, impulsado por el Espíritu         Santo, por amor a Cristo anheló ser tenido por los hombres como un tonto y         un plebeyo. Conmemoración también de san Juan, ermitaño, que convivió         durante casi treinta años con san Simeón, peregrinando con él y haciendo         también a su lado vida eremítica junto al Mar         Muerto.
  Reza el refrán castellano que "cada         maestrillo tiene su librillo" refiriéndose a los modos diversísimos de         enseñar a los demás lo que cada uno sabe. Luego, la ciencia pedagógica se         encarga de proponer a los pedagogos la mejor manera de transmitir el saber         en cada una de las materias, dictando normas y diciendo lo que se puede y         lo que no se puede hacer para conseguir que los alumnos aprendan más y los         maestros desperdicien menos su energía y su tiempo. Incluso se necesitan         títulos, diplomas, cursos bien aprovechados, conocimientos de técnicas         para programar, concretar objetivos, distribuir por tiempos y evaluar los         resultados para llegar a ser un excelente maestro e incluso conseguir un         puesto de trabajo. Así hemos complicado las cosas hoy. Simeón, como vamos         a ver, rompió los esquemas de la pedagogía de todos los tiempos. Se le         cataloga como anacoreta y lo que cabe esperarse de tal sujeto es el retiro         en el desierto, la vida de oración y la ascesis de la penitencia, con todo         ello, el solitario da testimonio y buen ejemplo que estimula al resto de         los mortales creyentes a ser menos egoísta, más piadoso y también mejor         dispuesto a hacer el bien al prójimo con quien convive. De esta manera         vivió treinta años Simeón, pero se salió de anacoreta y se convirtió         voluntariamente en Loco.
  Nació en         Emesa el año 522. A los treinta años se fue a la parte del desierto donde         el abad Nicon tenía sus dominios, ayudando a sus monjes en la entrega y         recordándoles los compromisos adquiridos. Pasados treinta años de soledad,         oración y penitencia decide dejar el retiro para convertirse en su pueblo         en el estrafalario loco que entre risas, chanzas, lloros, brincos, gritos,         gracias, amenazas, consejos, chistes, conducta de lunático y actitudes de         escándalo para los buenos, acaba siendo la conciencia moral del pueblo. Y         es que Simeón no quiso ser un santo de cliché, ni de esquema. Ni siquiera         quiso enseñar el Evangelio como mandan los cánones, tuvo su estilo y,         poniéndolo en práctica, consiguió, siendo Loco, hablar del Reino. No es la         leyenda, la imaginación o la fábula la que nos presenta su imagen, es un         personaje bien definido en la época, en la geografía y en el modo razonado         de actuar del modo menos razonable que se pueda pensar, veinte años         después de muerto, el obispo de Chipre, Leoncio, escribió su vida y         milagros bien probados que le contó el diácono Juan, de Emesa, entre         Damasco y Antioquía, que supo ver con los años la santidad de este Simeón         Salos -así dice loco en sirio- que se propuso jugar con el mundo y reírse         de él.
  Comenzó su hazaña en la Edesa         que le vió nacer en otro tiempo, arrastrando a un perro muerto que         encontró en el basurero próximo, atándole una pata al ceñidor de esparto         de su hábito, corriendo y gritando por el pueblo y llevando tras de sí una         bulliciosa nube de chiquillos que gritaban al unísono entre risas y burlas         persiguiendo al monje que se comportaba de tal guisa y que extrañó tanto a         los serios del pueblo. El primer domingo no hace otra cosa que tirar         nueces a las velas del altar con el acierto de apagarlas, y cuando se         indignaron el presbítero y sus feligreses, se subió al púlpito y tiró las         que le quedaban a las mujeres piadosas del templo. Volcó las mesas de los         vendedores de bollos y repostería para la ofrenda del culto, consiguiendo         una buena paliza. Contratado para vender verduras por un tabernero,         repartió entre los pobres la mercancía y dijo al de los vinos que "le         había encargado a Dios le guardara su dinero", reñía entre seriedad y         risas a los borrachos diciéndoles que arruinaban su vida, mientras él         bebía un vaso de buen vino, los clientes ríen sus ocurrencias y se         preocupan con sus ridículas máximas de chiflado por lo que el negocio no         le disminuye al tabernero, pensando los dueños que quizá no estuviera tan         loco el Loco abad, decidió Simeón inventar otra locura que le evitara una         posible racha buena <estando dormida la dueña, entra en su habitación,         comienza a desnudarse, grita la señora y rueda las escaleras hasta la         calle por los mamporros que le propina el tabernero. Vive en una cueva, la         suciedad y el desaliño son ahora su propiedad, pero pasea por el pueblo         adornado con ramas de palmera en la cabeza y colgantes de uvas y de ajos,         así va a la plaza del pueblo predicando conversión, el Loco, entre risas y         saltos, se retuerce como un reptil por el suelo, con los puños cerrados         amenaza destrucción, para la gente es un cínico y lunático, simple, loco o         brujo. Para que no quepa ninguna duda de su maldad, a las mozas peligrosas         por su belleza las deja con los ojos estrábicos, aunque las vuelve guapas         de nuevo si dejan que les bese los ojos tuertos, permitiendo se les         aproxime con su rala y sucia barba. No se sabe cómo, pero no le faltan         cinco sueldos para organizar mesa y comida para pobres en la plaza del         pueblo, si alguien pensó que eso era cosas de buenos, pregunta a las de         vida alegre si aceptan su amistad y así se ve que es para vicio su dinero         <quizá quepa reseñar que algunas de ellas terminaron en convento>.         Como dijeron que no probaba bocado en la Cuaresma, apareció a la salida de         la Iglesia un Jueves Santo devorando -que no comiendo- medio cordero.         Busca ocasiones de infamia, aceptando la calumnia de una criada joven         embarazada de ser el padre de lo que lleva en su seno, a la hora del parto         confesó la pobrecilla a su señora la mentira, descubriendo la estrategia         del Loco que la cuidó con esmero todo el tiempo del embarazo, como si         verdad hubiera sido su aserto. 
  ¿Por         qué el santo decidió ser Salos dejando de ser cuerdo? Cuando era         anacoreta, se acostumbró a la pobreza, no le costaba ser casto, le         importaba poco la soledad, no le escocía la falta de sueño, el trabajo era         normal, comer yerbas cocidas no tenía más interés, el calor, el frío y la         penitencia dura no le metían en el lecho. Todo era poco por Cristo, Él         merecía más de eso. Pero la soberbia, el amor propio, el orgullo, la fama         era otro cuento, que le dijeran "santo" le daba gozo y que le llamaran         "penitente observante" le traía consuelo, sí, de novicio, de profeso, de         asceta consagrado... siempre tenía serpeando la soberbia enredada en su         cuerpo. Amando a Dios tanto, pensó que era preciso reírse de sí, del mundo         y llegar al desprecio. La locura era buen recurso para limpiar el desierto         del orgullo que bajo capa de santo se puede encerrar en el anacoreta de su         tiempo, porque parecía intentar batir récords de hambres y querer superar         marcas de penitencias anteriores. Para hacer el bien, sin peligro de que         le llamaran "bueno", la locura fue el remedio cierto, así podía aparecer         como frívolo, malo, juerguista, pecador, tonto, necio, Loco o Salos que es         lo mismo. 
  Si, además, a Dios le gustó         el trabajo de su bufón risueño, profeta, taumaturgo, excéntrico         escandaloso, payaso que sompía el envaramiento tieso de los creyentes         premiándolo con milagros ¿qué "peros" podremos ponerle al método         pedagógico de Simeón Salos?   | 
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  Aaron,   Santo Hermano de Moisés,   Julio 1   
                                                        |                 
  |                        |                Aaron, Santo  |           Hermano de Moisés        Etimológicamente significa "iluminado". Viene de la lengua         hebrea.
  Te encuentras en el año 1471 antes de         Cristo. Moisés tuvo la inmensa dicha de que su hermano Aarón le acompañara         a lo largo y ancho del difícil desierto camino de la Tierra de         Promisión.
  Fue siempre su apoyo en los         momentos cruciales, como por ejemplo, en el monte Horeb o Sinaí en el que         Dios entregó al pueblo las tablas de la Ley.
  Pertenecía a la tribu de Leví. Fue el abuelo que supo dar         poco a poco a la Alianza sus propios ritos. A su muerte, lo enterraron en         la cima del monte Hor. A pesar de sus deseos de entrar en la Tierra         Prometida, no lo pudo ver, igual que le pasó a su hermano         Moisés.
  Vino al mundo en los tiempos         remotos en los cuales el pueblo egipcio dominaba completamente a Israel.         Al contrario que su hermano, que hablaba mal, él poseía el don de la         elocuencia.
  De hecho, en muchas         ocasiones tuvo que hablar en nombre de su hermano al faraón egipcio. Y la         idea central que perseguía era convencerle para que dejara en libertad al         pueblo israelita.
  Pero, a pesar de su         labia, no consiguió que el mandatario supremo de Egipto le dejara marchar.         Vistas todas las dificultades y pensando el modo de solucionarlas, los dos         hermanos retaron al faraón. Si no los dejaba libres, entonces sobrevendría         sobre todo Egipto una serie de plagas que lo llevaría a la ruina y a la         muerte.
  Cuando el faraón vio que se         cumplían sus predicciones venidas del cielo, Moisés y su hermano partieron         hacia la Tierra Prometida en una huida no exenta de muchos         obstáculos.
  Toda la peregrinación por         el desierto estuvo plagada de aventuras y de desdichas a causa de la         infidelidad de los judíos en su larga marcha. No se creían lo que decían         Moisés y su hermano. La más grave fue el culto de la idolatría o culto a         dioses falsos, sobre todo al "becerro de oro".
  Dios perdonó a todos. Aarón fue nombrado sumo sacerdote         para ofrecer sacrificios a Dios por los pecados del pueblo.         Le sucedió en el cargo         su hijo Eleazar.  | 
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  Fuente <ACIprensa.com 
Ester,   Santa Reina de Persia, Julio   1   
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  |                        |                Ester, Santa  |           Reina de Persia        Etimológicamente significa "estrella". Viene de la lengua         persa.
  El libro de Ester contiene una de las         más emocionantes escenas de la Historia Sagrada. Habiendo el rey Asuero         <Jerjes> repudiado a la reina Vasti, la judía Ester vino a ser su         esposa y reina de Persia. Ella, confiada en Dios y sobreponiéndose a su         debilidad, intercedió por su pueblo cuando el primer ministro Amán         concibió el proyecto de exterminar a todos los judíos, comenzando por         Mardoqueo, padre adoptivo de Ester. En un banquete, Ester descubrió al rey         su nacionalidad hebrea y pidió protección para sí y para los suyos contra         su perseguidor Amán. El rey concedió lo pedido <Amán fue colgado en el         mismo patíbulo que había preparado para Mardoqueo, y el pueblo judío fue         autorizado a vengarse de sus enemigos el mismo día en que según el edicto         de Amán, debía ser aniquilado en el reino de los persas. En memoria de         este feliz acontecimiento los judíos instituyeron la fiesta de Purim         <Fiesta de las Suertes>.
  El         texto masorético que hoy tenemos en la Biblia hebrea, sólo contiene 10         capítulos, y es más corto que el originario, debido a que la Sinagoga         omitió ciertos pasajes religiosos, cuando la fiesta de Purim, en que se         leía este libro al pueblo, tomó carácter mundano. San Jerónimo añadió los         últimos capítulos <10, 4-16, 24>, que contienen los trozos que se         encuentran en la versión griega de Teodoción, pero faltan en la forma         actual del texto hebreo.
  El carácter         histórico del libro siempre ha sido reconocido, tanto por la tradición         judaica, como por la cristiana. Un hecho manifiesto nos muestra la         historicidad del libro, y es la existencia de la mencionada fiesta de         Purim, que los judíos celebran aún en nuestros días. Sin embargo, han         surgido no pocos exégetas, sobre todo acatólicos, que relegan el libro de         Ester a la categoría de los libros didácticos o le atribuyen solamente un         carácter histórico en sentido lato. Es éste un punto que debe estudiarse a         la luz de las normas trazadas en la Encíclica "Divino Afflante Spiritu".         Hasta aclararse la cuestión damos preferencia a la opinión         tradicional.
  En cuanto al tiempo de la         composición se deciden algunos por la época de Jerjes I <485-465 a.         C.>, otros por el tiempo de los Macabeos.
  La canonicidad del libro de Ester está bien asegurada. El         Concilio de Trento ha definido también la canonicidad de la segunda parte         del libro de Ester <cap. 10, vers. 4 al cap. 16, vers. 24>, mientras         los judíos y protestantes conservan solamente la primera parte en su canon         de libros sagrados.
  Los santos Padres         ven en Ester, que intercedió por su pueblo, una figura de la Santísima         Virgen María, auxilium christianorum. Lo que Ester fue para su pueblo por         disposición de Dios, lo es María para el pueblo         cristiano.  | 
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  Casto   y Secundino, Santos Mártires, Julio   1   
                                                        |                 
  |                        |                Casto y Secundino, Santos  |           Obispos y Mártires        Etimológicamente significan "puro y segundo". Vienen de la         lengua latina.
  Obispos y mártires del siglo III. No         figuraba ningún santo después de la reforma litúrgica, en la que ha         desaparecido la fiesta de la Preciosa Sangre de Jesús, instituida en el         año 1849 por Pío X.
  En la historia del         cristianismo encontramos, a su vez, la figuras de dos mártires de época         desconocida, recordados en este día antes de que se llevase a cabo la         reforma litúrgica y que eran de memoria obligatoria en este         día.
  Entre Gaza y Pozzuoli, límites         del Lazio, existía una colonia romana con el nombre de Sinuesa. Hoy quedan         de aquellos restos de civilización la ciudad de Mondragone en la provincia         de Caserta.
  Hoy es famoso Mondragone         por ser el centro balneario de aguas termales sulfurosas, empleadas para         curar enfermedades de la piel y artritis. Se construyó esta ciudad en el         año 1500 por el Papa Gregorio XIII.
  Casto y Secundino son dos mártires de aquella antigua         Sinuesa y hoy lo son de la moderna Mondragone.
  Son santos muy amados y venerados. Su culto se extendió         incluso a regiones y ciudades muy lejanas.
  No hay nada seguro acerca de estos personajes. Eso sí,         existen las Actas de su martirio.
  Posiblemente no eran originarios de Sinuesa, sino que su         devoción hubiera llegado de ultramar, de Africa, en         concreto.
  Lo cierto es que son dos         grandes mártires locales y a los que hay mucho         devoción.  | 
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  Fuente <Rosminiane.org 
Antonio   Rosmini Serbati, Beato Filósofo y Teólogo,   Julio 1   
                                                        |                 
  |                        |                Antonio Rosmini Serbati, Beato  |           Antonio Rosmini <Rovereto 1797 – Stresa 1855> vivió en         la primera mitad del siglo XVII, época de grandes transformaciones y         movimiento, en el cual fué personalmente comprometido         Rosmini.
  A los 16 años descubre la vocación al         sacerdocio, a la cual responde de inmediato, a pesar de la oposición         inicial de la familia. Su deseo de consagrarse a Dios encierra también el         de servir al prójimo con todos los medios a su disposición <cultura y         bienes materiales.
  Como estudiante de         teología en la universidad de Padova era abierto a todas las disciplinas         para comprender mejor la problemática del hombre. Invierte su energía de         joven en grandes proyectos como por ejemplo la Enciclopedia cristiana, en         contraposición a la francesa, y la Sociedad de los Amigos para la         animación cristiana de la sociedad. 
  A         pesar que estas iniciativas no tuvieron seguimiento, es en este periodo         que descubre el principio esencial que guiará de ahora en adelante su         conducta. Se ofrece como instrumento a la Providencia para cualquier bien         que desee cumplir. Por lo demás Rosmini se sumerge en un compromiso de         continua conversión, emprendiendo solo las iniciativas indicadas por la         voluntad de Dios por medio de la petición del prójimo. Aqui germina ese         servicio de caridad universal, que abraza todo el hombre y se expresa como         caridad material, intelectual y espiritual.
  Guíado por la Providencia, Rosmini realiza una actividad         extraordinaria <Además de ser fundador y guía espiritual de dos         institutos religiosos, mantiene relaciones de amistad con diferentes         clases de personas, sostiene una comunicación espistolar que actualmente         forman trece volumenes.
  Trabaja en         un nuevo sistema filosófico. En 1848         trabaja como diplomático del gobierno del Piamonte ante la Santa Sede.         
  A pesar de su absoluta fidelidad al         Papa Pío IX, al que siguió en su exilio en Gaeta <1848>, las         autoridades eclesiásticas, en 1849, pusieron en el "Índice" de los libros         prohibidos dos de sus obras. Más tarde, fueron condenadas con el decreto         doctrinal "Post Obitum" cuarenta proposiciones suyas, extraídas de obras         sobre todo póstumas y de otras editadas en vida.
  Es elegido como cardenal pero jamás llegó a concretarse         este nombramiento. Esta prodijiosa actividad la realiza junto a un largo         sufrimiento, vivido con fe heróica. Humillado y perseguido, mantiene         intacto su amor a la Iglesia, recibiendo todo como medio necesario para el         progreso del Reino de Dios.
  Con el         Concilio Vaticano II el pensamiento de Antonio Rosmini es redescubierto y         estudiado.
  Fue beatificado bajo el         pontificado de Su Santidad Benedicto XVI el 18 de noviembre de         2007.
  Para ver más sobre los         pensamientos y obras del beato Antonio Rosmini, haz click         AQUI   | 
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  Fuente   <ar.geocities.com/misa_tridentina01 
Tomás   Maxfield, Beato Sacerdote y Mártir,   Julio 1   
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  |                        |                Tomás Maxfield, Beato  |           Sacerdote y Mártir        Tomás Maxfield nació alrededor de 1590 en The Mere del         condado de Stafford. Su padre, llamado Guillermo, había confesado         valientemente la fe católica y, cuando nació Tomás, estaba sentenciado a         muerte por haber dado asilo a varios sacerdotes. Tomás partió a la misión         de Inglaterra en 1615, después de haber recibido la ordenación         sacerdotal.
  Tres meses después, fue arrestado en         Londres y encarcelado en la prisión de Westminster. Al cabo de ocho meses         de prisión, Tomás, con la ayuda de un jesuita que estaba también preso,         trató de escapar descolgándose por la ventana del calabozo.         Desgraciadamente, un transeúnte dio la voz de alarma a los guardias,         quienes le echaron mano y "le colocaron bajo una mesa con una cadena         alrededor del cuello, atada a otra cadena que pesaba más de cien libras         ... Y en esa incómoda posición le mantuvieron hasta la mañana siguiente".         Después le trasladaron a un sombrío y pestilente calabozo subterráneo, con         las piernas atadas a unos zancos de madera, de suerte que no podía ponerse         en pie ni recostarse bien. Así estuvo desde la madrugada del viernes hasta         el domingo por la noche. Algunos de sus compañeros de prisión consiguieron         hacerle llegar un cobertor, y su confesor, que era un jesuita, le dirigió         unas palabras de aliento a través de un agujero del techo. Según el         testimonio de dicho jesuita, el mártir no había perdido el ánimo en lo         absoluto.
  Conducido ante el tribunal,         el P. Maxfield se negó a prestar el juramento de fidelidad al rey en la         forma en que los jueces se lo exigían, pero protestó de su lealtad, pues         le consideraba como su verdadero y legítimo soberano. Al día siguiente,         fue condenado a ser ahorcado, arrastrado y descuartizado por ser         sacerdote. El duque de Gondomar, embajador de España, trató en vano de         obtener que los jueces perdonasen al mártir o le mitigasen la         pena.
  Al día siguiente, 1º de julio,         una multitud más numerosa que de ordinario, acudió a ver al Beato Tomás         cuando le trasladaban de la prisión a Tyburn. Muchos siguieron a la         comitiva hasta el cadalso, entre ellos, numerosos españoles. Las         autoridades se enfurecieron al descubrir que alguien había adornado con         guirnaldas de flores y había esparcido en el suelo hojas y yerbas         aromáticas. El Beato Tomás habló a la multitud desde la carreta y declaró         que había predicado la misma fe en que San Agustín de Canterbury         instruyera a sus antepasados, "con el único fin de prestar servicio a las         almas de los ingleses". El oficial que dirigía la ejecución, dio al         verdugo la orden de cortar la cuerda de la horca rápidamente, pero la         multitud exigió que se dejase morir al mártir en la horca para evitarle         los horrores del descuartizamiento. 
  Las autoridades tomaron todas las precauciones posibles         para impedir que se conservasen reliquias de Tomás Maxfield. A pesar de         ello, el embajador español consiguió recuperar algunos restos del mártir y         todavía se conserva parte de ellos en la población española de Gondomar y         en la localidad inglesa de Downside.
  El Dr. Kellison publicó una biografía del P. Maxfield el         año mismo de su muerte, y al año siguiente, un testigo presencial de la         ejecución la relató por escrito. Véanse las publicaciones de la Catholic         Record Society, vol. III, MMP., pp. 344-353, DNB., vol. XXVIII, y Downside         Review, vol. XXXIV.  | 
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  Fuente <Franciscanos.org 
Junípero   Serra, Beato Franciscano, Julio   1   
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  |                        |                Junípero Serra, Beato  |           Apóstol de California        Nacido en Petra <Mallorca> el 24 de noviembre de 1713,         Miguel José fue hijo de Antonio Serra y Margarita Ferrer, agricultores.         Después de la enseñanza primaria en los Franciscanos de Petra, Miguel         marchó a Palma, la Capital, e ingresó en los Frailes Menores en 1730,         tomando el nombre de Junípero en honor de uno de los primeros seguidores         de San Francisco. Ordenado de sacerdote en 1737, Serra fue destinado a         enseñar filosofía. Entre sus alumnos hubo dos que fueron sus últimos         colaboradores en el Nuevo Mundo, Francisco Palou y Juan Crespí. Tras         doctorarse en Teología en la Universidad del Beato Ramón Llull en 1742,         Serra continuó enseñando filosofía y teología y adquirió gran fama como         predicador. 
  En 1749, en unión de Palou, partió         para el Colegio de San Fernando, en la Ciudad de México. Temiendo         comunicar a sus padres su próxima partida, Serra pidió a un fraile         compañero suyo que les informara sobre el particular. "Yo quisiera poder         infundirles la gran alegría que llena mi corazón", decía. "Si yo pudiera         hacer esto, seguro que ellos me instarían a seguir adelante y no         retroceder nunca". Les pedía que comprendieran su vocación misionera y         prometía recordarlos en la oración.
  Poco después de su llegada a México, Serra sufrió la         picadura de un insecto que le produjo la hinchazón de un pie y una úlcera         en la pierna de la que le resultó una cojera para el resto de su vida.         Tras unos meses en el Colegio de San Fernando, Serra fue destinado a las         misiones de Sierra Gorda al nordeste de la ciudad de México. Allí trabajó         durante ocho años, tres de ellos como presidente de las misiones. Llamado         a la Ciudad de México, fue maestro de novicios durante nueve años y         continuó su predicación en las zonas alrededor de la capital. En 1767 los         jesuitas fueron expulsados de México y sus misiones de la Baja California         fueron encomendadas al Colegio de San Fernando. Serra fue nombrado         presidente de esas misiones, cuya cabecera estaba en la Misión de         Loreto.
  En 1769, la Corona de España         decidió colonizar la Alta California <hoy Estado de California en los         EE.UU.>. Serra fue nombrado nuevamente presidente, supervisó la         fundación de las nueve misiones <San Diego <1769>, San Carlos         Borromeo <1770>, San Antonio de Padua <1771>, San Gabriel         Arcángel <1771>, San Luis Obispo <1772>, San Francisco de Asís         <1776>, San Juan de Capistrano <1776>. Santa Clara de Asís         <1777> y San Buenaventura <1782>.
  En 1773 Junípero fue a la Ciudad de México para         entrevistarse con el Virrey Bucarelli y tratar de resolver los problemas         que habían surgido entre los misioneros y los representantes del Rey en         California. La Representación de Serra <1773> ha sido llamada "Carta         de los Derechos" de los indios, una parte decretaba que "el gobierno, el         control y la educación de los indios bautizados pertenecerían         exclusivamente a los misioneros". Durante esta visita a la Ciudad de         México Serra escribió a su sobrino, el Padre Miguel Ribot Serra diciéndole         <"En California está mi vida y allí, si Dios quiere, espero         morir".
  Ni siquiera el martirio del         Padre Luis Jaime en la Misión de San Diego <1775> apagó el deseo de         Serra de añadir nuevas misiones a la cadena de las ya existentes a lo         largo de la costa de California. En todas estas misiones, Junípero y los         frailes enseñaron a los indios métodos de cultivo más eficaces y el modo         de domesticar a los animales necesarios para la alimentación y el         transporte. Cuando fue capturado el indio que dirigía a los rebeldes en la         Misión de San Diego, Serra escribió al Virrey, pidiéndole que perdonara la         vida del indio. Los que fueron capturados, fueron eventualmente         perdonados. En la misma carta al Virrey, Serra pedía que "en el caso de         que los indios, tanto paganos como cristianos, quisieran matarme, deberían         ser perdonados". Serra explicaba <"Debe darse a entender al asesino,         después de un moderado castigo, que ha sido perdonado y así cumpliremos la         ley cristiana que nos manda perdonar las injurias y no buscar la muerte         del pecador, sino su salvación eterna".
  Serra pasó los últimos años de su vida ocupado en las         tareas de la administración, la necesidad de escribir muchas cartas a las         otras misiones y a la Iglesia y a los oficiales del gobierno en la Ciudad         de México, y con el ansia de fundar las misiones necesarias. Sin embargo,         trabajó con gran fe y tenacidad, aunque le iban faltando las fuerzas. Los         indios le pusieron de apodo "el viejo", porque tenía 56 años cuando llegó         a la Alta California, pero Serra trabajó constantemente hasta su muerte el         28 de agosto de 1784 en la Misión de San Carlos Borromeo, que había sido         su cuartel general y se convirtió en el lugar de su descanso definitivo.         Los indios y los soldados lloraron la muerte de Serra y lo llamaban         "Bendito Padre". Muchos se llevaban un trozo de su hábito como recuerdo,         otros tocaban medallas y rosarios a su cuerpo.
  Poco tiempo después de la muerte de Serra, el Guardián del         Colegio de San Fernando escribía al Provincial de los Franciscanos en         Mallorca <"Murió como un justo, en tales circunstancias que todos los         que estaban presentes derramaban tiernas lágrimas y pensaban que su         bendita alma subió inmediatamente al cielo a recibir la recompensa de su         intensa e ininterrumpida labor de 34 años, sostenido por nuestro amado         Jesús, al que siempre tenía en su mente, sufriendo aquellos inexplicables         tormentos por nuestra redención. Fue tan grande la caridad que         manifestaba, que causaba admiración no sólo en la gente ordinaria, sino         también en personas de alta posición, proclamando todos que ese hombre era         un santo y sus obras las de un apóstol".
  El 14 de septiembre de 1987, el Papa Juan Pablo II tuvo un         encuentro con los Indios nativos americanos en Fénix, Arizona, durante el         cual alabó los esfuerzos de Serra para proteger a los indios contra la         explotación. Tres días más tarde el Papa visitó la tumba de Serra en la         Misión de S. Carlos Borromeo y recordó la Representación de Serra en 1773         en favor de los indios de California. Juan Pablo II dijo que Serra y sus         misioneros compartían la convicción de que "el Evangelio es un asunto de         vida y de salvación. Ellos estimaban que al ofrecer a Jesucristo a la         gente, estaban haciendo algo de un valor, importancia y dignidad         inmensos". Esta convicción los sostenía "frente a cualquier vicisitud,         desazón y oposición".
  El mismo Juan         Pablo II beatificó solemnemente en Roma a Fray Junípero el 25 de         septiembre de 1988.
  En los Estados         Unidos se lo festeja el 1 de julio, el resto del mundo lo recuerda el 28         de agosto   | 
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  Fuente <Vatican.va 
Atilano   Cruz Alvarado, Santo Sacerdote y Mártir, 1   de julio   
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  |                        |                Atilano Cruz Alvarado, Santo  |           Sacerdote y   Mártir        Martirologio         Romano <En el Rancho de         las Cruces, aldea de Guadalajara, en México, santos Justino Orona y         Atilano Cruz, presbíteros y mártires, que durante la persecución         desencadenada en ese país, por el Reino de Cristo juntos fueron asesinados         <1928>.         
  Etimológicamente <Atilano         = Aquel que es cabeza de una estirpe, es de origen         germánico.                   Nació en Ahuetita de Abajo, perteneciente a la parroquia de         Teocaltiche, Jal. <Diócesis de Aguascalientes>, el 5 de octubre de         1901. 
  Ministro de la parroquia de Cuquío,         Jalisco.
  Se ordenó sacerdote cuando         esto se consideraba como el mayor crimen que podía cometer un mexicano.         Pero él, con una alegría que le desbordaba extendió sus manos para que         fueran consagradas bajo el cielo azul de una barranca jalisciense donde se         escondía el Arzobispo y el Seminario. Once meses después, el pacífico y         alegre sacerdote, mientras ejercía a salto de mata su ministerio, fue         llamado por su párroco el Sr. Cura Justino Orona. 
  Obediente se encaminó al rancho de "Las Cruces", lugar que         sería su calvario. Poco antes había escri "Nuestro Señor Jesucristo nos         invita a que lo acompañemos enla pasión". Mientras dormía llegaron las         fuerzas militares y la autoridad civil. El padre Atilano, al oír la         descarga que cortó la vida de su párroco, se arrodilló en la cama y esperó         el momento de su sacrificio. Allí fue acribillado, dando testimonio de su         fidelidad a Cristo Sacerdote, la madrugada del 1° de julio de         1928.
  Fue canonizado el 21 de mayo de         2000 junto a 24 compañeros mártires de México, por S.S. Juan Pablo         II.  | 
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  Fuente <Vatican.va 
Ignacio   Falzon, Beato Clérigo, 1 de   julio   
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  |                        |                Ignacio Falzon, Beato  |           Clérigo Franciscano        Nació en La Valletta el 1 de julio de 1813, en una familia         acomodada. Su padre, el abogado Giuseppe Francesco, formaba parte de la         comisión para la redacción del nuevo Código civil y más tarde fue nombrado         juez de Su Majestad. Dos de sus hermanos, doctorados en derecho, fueron         sacerdotes.
  A los quince años recibió la primera         tonsura, tres años más tarde recibió las órdenes menores, pero nunca se         sintió digno de recibir la ordenación sacerdotal.
  A los veinte años, el 7 de septiembre de 1833, obtuvo el         doctorado en derecho canónico y civil en el Ateneo de Malta, aunque nunca         ejerció esa profesión.
  Estudió la         lengua inglesa, cosa rara en esos tiempos, pero esencial para mantener         relaciones con los soldados ingleses <por entonces eran cerca de veinte         mil> que llegaban a Malta para preparar la guerra de         Crimea.
  Se dedicó a la oración y a la         enseñanza del catecismo. Fue muy devoto de la Eucaristía. La adoración y         la meditación fueron su alimento espiritual, hasta el punto de que         suscitaron admiración en todos los fieles que frecuentaban la iglesia         parroquial de San Pablo Náufrago y la franciscana de Santa María de Jesús.         Tenía devoción particular a la santísima Virgen y a san José. Cada día         rezaba el rosario.
  Siempre apoyó las         vocaciones sacerdotales. Socorría continuamente a los         necesitados. Destacó especialmente por la         misión que desempeñó entre los soldados y marineros         ingleses. Comenzó organizando oraciones y         clases de catecismo para los militares católicos que se preparaban para         partir al frente.
  Luego hacía amistad         con sus compañeros protestantes y no cristianos, a los que daba buenos         consejos. Así atrajo a la fe católica a centenares de hombres. Los         documentos que se conservan en la iglesia de los jesuitas en La Valletta         recogen los nombres de más de 650 personas que Ignacio preparó para         recibir el bautismo.
  Además,         sobresalía por su capacidad de inspirar confianza incluso en los que no se         habían convertido <le encomendaban sus objetos personales y valiosos,         para que se los entregara a sus seres queridos en caso de         muerte.
  Pionero en el campo del         ecumenismo, desempeñó esta misión con la ayuda de laicos. Algunos de sus         colaboradores se hicieron sacerdotes y capellanes militares o navales, y         uno de ellos, que permaneció en Malta, prosiguió esta         misión.
  Vivió una existencia         silenciosa <su santidad se intuía viéndolo orar ante el         Santísimo.
  Murió el 1 de julio de         1865, día de su 52° cumpleaños. Era miembro de la Orden Franciscana         Seglar. Fue sepultado en la tumba de familia en la iglesia franciscana de         Santa María de Jesús, en La Valletta.
  Las gracias obtenidas por su intercesión divulgaron su         fama de santidad no sólo en la isla de Malta, sino también en los países         que acogieron y acogen a los emigrantes malteses.
  En mayo de 2001 fue beatificado por S.S. Juan Pablo         II.  | 
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  Fuente   <ar.geocities.com/misa_tridentina01 
Nicasio   Camuto de Burgio, Santo Mártir, Julio   1   
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  |                        |                Nicasio Camuto de Burgio, Santo  |           San Nicasio nació entre 1130 y 1140 y murió mártir en 1187,         era siciliano de origen, probablemente palermitano, descendiente de         sarracenos por parte de padre y de normandos por parte de madre.         
  El sarraceno Hammud <también         conocido como Kamut, Kamet o Achmet>, Emilio de Girgenti         <Agrigento> y de Castrogiovanni <Enna>, cuando fue conquistada         Girgenti por el Conde Ruggero en 1086, se retiró en Castrogiovanni,         resistiendo por mucho tiempo. En 1088 se convirtió al cristianismo junto         con toda su familia, fue bautizado en Sciacca por el obispo de Girgenti,         Gerlando, siendo su padrino el mismo Conde Ruggero del que tomó su nombre         cristiano, convirtiéndose en Ruggero Camuto. 
  El 4 julio de 1088, el conde Ruggero le donó el castillo         del Burgio en el Valle de Mazara. De esa investidura, sus descendientes         tomaron el nombre de "BURGIO". El hijo de Ruggero Camuto, Roberto de         Burgio, se casó con Aldegonda, noble normana consanguínea de los         Hauteville, de Roberto y Aldegonda nacieron <Ruggero, Ferrandito y         NICASIO los dos últimos abrazaron la vida religiosa come miembros         de la Orden Hospitalaria de los Caballeros de San Juan de Jerusalén,         conocida hoy como Orden de Malta. 
  Los         dos hermanos, Ferrandito y Nicasio como frailes, pronunciaron los tres         votos religiosos de pobreza, castidad, obediencia y el cuarto voto de         "permanecer en armas" para dedicarse a confortar a los afligidos, a la         asistencia de los peregrinos y enfermos, a la defensa de los territorios         cristianos de Tierra Santa, adhiriéndose plenamente al espíritu de la         Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén que tenía como principio         inspirador la defensa de la fe, la asistencia a los peregrinos y enfermos,         comprometida con la caridad, justicia, paz, sobre las bases de la         enseñanza evangélica, en estrecha comunión con la Santa Sede, a través de         una caridad activa y dinámica, sostenida por la oración.         
  Se comprometían a responder al         llamado del Gran Maestre de la Orden de San Juan de Jerusalén, Ruggero Des         Moulins, cuando solicitara ayuda para la liberación de Tierra Santa. Es         así, que en 1185, se embarcaron siguiendo a Ruggero Des Moulins que         regresaba a Jerusalén escoltado por dos galeras del Rey Guillermo II,         partiendo para Tierra Santa, en donde según el espíritu de la Orden,         prestaron servicio a enfermos y peregrinos en el Hospital de San Juan de         Jerusalén. El 30 de junio de 1187, el Sultán Saladino, cuyo reino se         extendía desde el desierto de Libia al valle del Tigris, invadió el Reino         de Jerusalén, los cristianos, después de haber defendido el castillo de         Tiberiades, dezmados al extremo, se refugiaron en la colina Corni de         Hattin, en donde el 4 de Julio fueron derrotados definitivamente.         
  En esta batalla, que concluyó         rendición de Tiberiades y de Tolemaide, murió Ruggero Des Moulins y gran         parte de los miembros de la Orden de los Hospitalarios. San Nicasio, que         era capitán del ejército de Ruggero Des Moulins fue tomado prisionero         durante la batalla de Hattin y, como se negó a abjurar de la fe, fue         decapitado en presencia del Sultán Saladino. 
  Cuando el Arzobispo de Tiro, Josias, llegó a Palermo en         1187, dio la noticia de la ejecución de los hermanos Ferrandito y Nicasio         al Rey Guillermo II, quien vistió luto y declaró duelo durante cuatro         días. Nicasio fue venerado como Mártir desde los primeros años después de         su muerte, pues había muerto como cristiano en defensa de Cristo y de la         fe. San Nicasio fue, por lo tanto, un Cruzado que dio testimonio de su fe         con el martirio, dando así ejemplo de cómo vivir en el espíritu de la         santidad evangélica, dando su vida por Cristo. 
  Parece que el culto del mártir Nicasio comenzó en Caccamo,         en donde en 1305 se le dedicó un altar en la iglesia de San Pedro, en         Trapani. El Sacerdote Vicente Venuti en su "discurso histórico-crítico"         editado en 1762, escribe sobre San Nicasio Mártir <"…creo que la         introducción del culto de nuestro santo se debió o bien al dominio de la         familia del Burgio en Caccamo, o bien a la devoción que la familia Cabrera         profesó a San Nicasio o por ambos motivos…".   | 
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  Fuentes: IESVS.org; EWTN.com;   hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com
   
  Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
   
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