JMJ
Pax
†Lectura del santo Evangelio según san Mateo 6, 24-34
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo Jesús dijo a sus discípulos:
"Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno y amará al otro, o bien obedecerá al primero y no le hará caso al segundo. En resumen, no pueden ustedes servir a Dios y al dinero.
Por eso les digo que no se preocupen por su vida, pensando qué comerán o con qué se vestirán. ¿Acaso no vale más la vida que el alimento, y el cuerpo, más que el vestido? Miren las aves del cielo, que ni siembran, ni cosechan, ni guardan en graneros y, sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿Acaso no valen ustedes más que ellas? ¿Quién de ustedes, a fuerza de preocuparse, puede prolongar su vida siquiera un momento?
¿Y por qué se preocupan del vestido? Miren cómo crecen los lirios del campo, que no trabajan ni hilan. Pues bien, yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vestía como uno de ellos. Y si Dios viste así a la hierba del campo, que hoy florece y mañana es echada al horno, ¿no hará mucho por ustedes, hombres de poco fe?
No se inquieten, pues, pensando: ¿Qué comeremos a qué beberemos o con qué nos vestiremos? Los que no conocen a Dios se desviven por todas estas cosas; pero el Padre celestial ya sabe que ustedes tienen necesidad de ellas. Por consiguiente, busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas se les darán por añadidura. No se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá ya sus propias preocupaciones. A cada día le bastan sus propios problemas".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
8o. Dom Ord Ciclo A desp Pentecostés
Antífona de Entrada
El Señor es mi protector; él me libro de las manos de mis enemigos y me salvó, porque me ama.
Se dice "Gloria".
Oración Colecta
Oremos:
Concédenos, Señor, que el curso de los acontecimientos del mundo se desenvuelva, según tu voluntad, en la justicia y en la paz, y que tu Iglesia pueda servirte con tranquilidad y alegría.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Yo nunca me olvidaré de ti
Lectura del profeta Isaías 49, 14-15
"Sión decía: "Me ha abandonado el Señor, mi dueño me ha olvidado".
¿Es qué puede una madre olvidarse de su criatura, no conmoverse por el hijo de sus entrañas? Pues aunque ella se olvide, yo no te olvidaré dice el Señor todopoderoso.
Palabra del Señor.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 61
Dios es nuestra salvación y nuestra gloria.
Sólo Dios es mi esperanza, mi confianza es el Señor: es mi baluarte y firmeza, es mi Dios y salvador.
Dios es nuestra salvación y nuestra gloria.
De Dios viene mi salvación y mi gloria; él es mi roca firme y mi refugio. Confía siempre en él, pueblo mío y desahoga tu corazón en su presencia, porque sólo en Dios está nuestro refugio.
Dios es nuestra salvación y nuestra gloria.
Segunda Lectura
El Señor pondrá al descubierto las intenciones del corazón
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios 4, 1-5
Hermanos: Procuren que todos nos consideren como servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios.
Ahora bien, lo que se busca en un administrador es que sea fiel. Por eso, lo que menos me preocupa es que me juzguen ustedes o un tribunal humano; pues ni siquiera yo me juzgo a mí mismo. Es cierto que mi conciencia no me reprocha nada, pero no por eso he sido declarado inocente. El Señor es quien habrá de juzgarme. Por lo tanto, no juzguen antes de tiempo; esperen a que venga el Señor. Entonces él sacará a la luz lo que está oculto en las tinieblas, pondrá al descubierto las intenciones del corazón y dará a cada uno la alabanza que merezca.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
La palabra de Dios es viva y eficaz: descubre los pensamientos e intenciones del corazón.
Aleluya.
Evangelio
No se preocupen por el día de mañana
†Lectura del santo Evangelio según san Mateo 6, 24-34
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo Jesús dijo a sus discípulos:
"Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno y amará al otro, o bien obedecerá al primero y no le hará caso al segundo. En resumen, no pueden ustedes servir a Dios y al dinero.
Por eso les digo que no se preocupen por su vida, pensando qué comerán o con qué se vestirán. ¿Acaso no vale más la vida que el alimento, y el cuerpo, más que el vestido? Miren las aves del cielo, que ni siembran, ni cosechan, ni guardan en graneros y, sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿Acaso no valen ustedes más que ellas? ¿Quién de ustedes, a fuerza de preocuparse, puede prolongar su vida siquiera un momento?
¿Y por qué se preocupan del vestido? Miren cómo crecen los lirios del campo, que no trabajan ni hilan. Pues bien, yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vestía como uno de ellos. Y si Dios viste así a la hierba del campo, que hoy florece y mañana es echada al horno, ¿no hará mucho por ustedes, hombres de poco fe?
No se inquieten, pues, pensando: ¿Qué comeremos a qué beberemos o con qué nos vestiremos? Los que no conocen a Dios se desviven por todas estas cosas; pero el Padre celestial ya sabe que ustedes tienen necesidad de ellas. Por consiguiente, busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas se les darán por añadidura. No se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá ya sus propias preocupaciones. A cada día le bastan sus propios problemas".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice "Credo".
Oración de los Fieles
Celebrante:
Invoquemos, queridos hermanos, a Dios Padre todopoderoso y pidámosle que venga en ayuda de su pueblo y lo socorra en sus necesidades:
1. Pidamos al Señor, presente en su Iglesia, que la vivifique y la haga agradable a sus ojos, para que pueda alabarlo con los ángeles del cielo.
2. Oremos por los que tienen autoridad en el mundo: que su gobierno sea justo para la tranquilidad de la Iglesia y el bienestar de todos los pueblos.
3. Oremos por los que viven lejos de su hogar, por los que están de viaje y por los que se encuentran en peligro, para que Dios les envíe sus ángeles y los proteja de todo mal.
4. Oremos por el pueblo aquí reunido, para que el Señor perdone nuestras culpas, nos revele su luz y nos conceda proclamar con valentía el nombre de su Hijo.
Año A:
Padre santo que contemplas tus criaturas y velas con amor por todas ellas, escucha nuestras oraciones y sostennos con la fuerza de tu Espíritu, para que no nos agobiemos por el mañana, sino que vivamos confiados, buscando sobre todo tu reino y su justicia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Año B:
Dios todopoderoso y eterno que en Cristo, esposo y Señor, invitas a todos a la alianza nueva y eterna, escucha las oraciones de tu pueblo y haz que todos puedan reconocer en la Iglesia, reunida para el banquete eucarístico, la gozosa novedad del Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Año C:
Escucha, Señor, nuestras oraciones y haz que la palabra que resuena en tu Iglesia como fuente de sabiduría y norma de vida, nos ayude a comprender y amar a nuestros hermanos, para que nunca seamos jueces presuntuosos, sino portadores de bondad y de paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Oración sobre las Ofrendas
Que este pan y este vino que tú mismo nos das para ofrecértelos nos ayuden, Señor, convertidos en el Cuerpo y Sangre de tu Hijo, a conseguir el premio de la felicidad eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Nuestra salvación por el Hijo de Dios hecho hombre
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque manifestaste admirablemente tu poder no sólo al socorrer nuestra débil naturaleza con la fuerza de tu divinidad, sin prever el remedio en la misma debilidad humana, y así de lo que fue causa de nuestra ruina hiciste el principio de nuestra salvación, por Cristo nuestro Señor. Por Él los ángeles cantan con júbilo eterno y nosotros nos unimos a sus voces cantando humildemente"
Antífona de la Comunión
Cantaré al Señor por el bien que me ha hecho; y entonaré un himno de alabanza al Dios Altísimo.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Te pedimos, Padre misericordioso, que por este sacramento con que ahora nos fortaleces, nos hagas algún día, participar de la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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† Meditación diaria
OCTAVO DOMINGO CICLO A
61. EL AFAN DE CADA DIA
- Vivir el hoy con plenitud y sin agobios. Filiación divina. Confianza y abandono en Dios.
- Preocupaciones estériles. Siempre tendremos las suficientes ayudas para ser fieles.
- Trabajar cara a Dios. Mortificar la imaginación para vivir el momento presente: hic et nunc.
I. En el Evangelio de la Misa nos da el Señor este consejo: No andéis agobiados por el día de mañana, porque el mañana traerá su propia preocupación. Le basta ya a cada día su propia preocupación (1).
El ayer ya pasó; el mañana no sabemos si llegará para cada uno de nosotros (2), pues a nadie se le ha entregado su porvenir. De la jornada de ayer sólo han quedado motivos -muchos- de acción de gracias por los innumerables beneficios y ayudas de Dios, y también de quienes conviven con nosotros. Algo, aunque sea poco, habremos aumentado nuestro tesoro del Cielo. También del día de ayer han quedado motivos de contrición y de penitencia por los pecados, errores y omisiones. Del día de ayer podemos decir, con palabras de la Antífona de entrada de la Misa: El Señor fue mi apoyo: me sacó a un lugar espacioso, me libró porque me amaba (3).
Mañana, "todavía no es", y, si llega, será el día más bello que nunca pudimos soñar, porque lo ha preparado nuestro Padre Dios para que nos santifiquemos: Deus meus es tu, in manibus tuis sortes meae: Tú eres mi Dios y en tus manos están mis días (4). No hay razón objetiva para andar angustiados y preocupados por el día de mañana: dispondremos de las gracias necesarias para enfrentarnos a lo que traiga consigo, y salir victoriosos.
Lo que importa es el hoy. Es el que tenemos para amar y santificarnos, a través de esos mil pequeños acontecimientos que constituyen el entramado de un día. Unos serán humanamente agradables y otros lo serán menos, pero cada uno de ellos puede ser una pequeña joya para Dios y para la eternidad, si lo hemos vivido con plenitud humana y con sentido sobrenatural.
No podemos entretenernos en ojalás; en situaciones pasadas que nuestra imaginación nos presenta quizá embellecidas; o en otras futuras que engañosamente la fantasía idealiza, librándolas del contrapunto del esfuerzo; o, por el contrario, presentándolas a nuestra consideración como extremadamente penosas y arduas. El que anda observando el viento no siembra nunca, y el que se fija en las nubes jamás se pondrá a segar (5). Es una invitación a cumplir el deber del momento, sin retrasarlo por pensar que se presentarán oportunidades mejores. Es fácil engañarse, también en el apostolado, con proyectos y aplazamientos, buscando circunstancias aparentemente más favorables. ¿Qué habría sucedido de la predicación de los Apóstoles, si hubieran aguardado unas circunstancias favorables? ¿Qué habría ocurrido con cualquier obra de apostolado si hubiese esperado unas condiciones óptimas? Hic et nunc: aquí y ahora es donde tengo que amar a Dios con todo mi corazón... y con obras.
Quizá una buena parte de la santidad y de la eficacia, en lo humano y en lo sobrenatural, consista en vivir cada día como si fuese el único de nuestra vida. Días para llenarlos de amor de Dios y terminarlos con las manos llenas de obras buenas, sin desaprovechar una sola ocasión de realizar el bien. El día de hoy no se repetirá jamás, y el Señor espera que lo llenemos de Amor y de pequeños servicios a nuestros hermanos. El Angel Custodio deberá de "sentirse contento" al presentarlo ante nuestro Padre Dios.
II. No andéis angustiados... La preocupación estéril no suprime la desgracia temida, sino que la anticipa. Nos echamos encima una carga sin tener todavía la gracia de Dios para sobrellevarla. La preocupación aumenta las dificultades, y disminuye la capacidad de realizar el deber del momento presente. Sobre todo, faltamos contra la confianza en la Providencia que el Señor ejerce sobre todas las situaciones de la vida. Y en la Primera lectura de la Misa nos repite el Señor, por boca del Profeta Isaías: ¿Es que puede una madre olvidarse de su criatura, no conmoverse por el hijo de sus entrañas? Pues aunque ella se olvide, yo no te olvidaré (6). Hoy, en todas las circunstancias, nos tendrá amorosamente presentes nuestro Padre Dios.
Y Jesús nos ha dicho, ¡ya tantas veces!: Tened confianza, soy Yo, no temáis (7). No podemos llevar a la vez las cargas de hoy y las de mañana. Siempre tenemos la suficiente ayuda para ser fieles en el día de hoy y para vivirlo con serenidad y alegría. El mañana nos traerá nuevas gracias, y su carga no será más pesada que la de hoy. Cada día tiene su afán, su cruz y su gozo. Todas las jornadas de nuestra vida están presididas por Dios, que tanto nos quiere. Y no tenemos capacidad sino para vivir el momento presente. Casi siempre los agobios provienen de no vivir con intensidad el momento actual y de falta de fe en la Providencia. Por eso, desaparecerían si repitiéramos con sinceridad: Volo quidquid vis, volo quia vis, volo quomodo vis, volo quamdiu vis: quiero lo que quieres, quiero porque quieres, quiero como lo quieres, quiero hasta que quieras (8). Entonces viene el gaudium cum pace (9): el gozo y la paz.
A veces podemos sufrir la tentación de querer dominar también el futuro, y olvidamos que la vida está en las manos de Dios. No imitemos al niño impaciente que en su lectura salta las páginas para saber cómo acaba la historia. Dios nos da los días uno a uno, para llenarlos de santidad. Leemos en el Antiguo Testamento cómo los hebreos en el desierto recogían el maná que Dios destinaba para su alimento del día. Y algunos, queriendo hacer acopio para el futuro, por si les faltaba, tomaban más de lo necesario y lo guardaban. Al día siguiente se encontraban con un amasijo incomestible y corrompido. Les faltó confianza en Yahvé, su Dios, que velaba por ellos con amor paternal. Pongamos con prudencia los medios necesarios para velar por el futuro, pero no lo hagamos como aquellos que sólo confían en sus fuerzas.
Debemos seguir con alegre esperanza el quehacer del día, poniendo ahí nuestra cabeza, nuestro corazón, todas nuestras energías. Este abandono en Dios -el santo abandono- no disminuye nuestra responsabilidad de hacer y de prever lo que cada caso requiera, ni nos dispensa de vivir la virtud de la prudencia, pero se opone a la desconfianza en Dios y a la inquietud sobre cosas que todavía no han tenido lugar (10): No os inquietéis, pues, por el mañana, nos repite hoy el Señor... Aprovechemos bien la jornada que estamos viviendo.
III. Dios sabe la necesidad que padecemos; busquemos el reino de Dios y su justicia en primer lugar, y todo lo demás se nos dará por añadidura (11). "Tengamos el propósito firme y general de servir a Dios de corazón, toda la vida, y con eso no queramos saber sino que hay un mañana, en el que no hemos de pensar. Preocupémonos por obrar bien hoy: el mañana vendrá también a llamarse hoy, y entonces pensaremos en él. Hay que hacer provisiones de maná para cada día y nada más; no tengamos la menor duda de que Dios hará caer otro maná al día siguiente, y al otro, mientras duren las jornadas de nuestra peregrinación" (12). El Señor no nos fallará. Vivir el momento presente supone prestar atención a las cosas y a las personas y, por tanto, mortificar la imaginación y el recuerdo inoportuno. La imaginación nos hacer estar "en otro mundo", muy lejos del único que tenemos para santificar: es, con frecuencia, la causa de muchas pérdidas de tiempo, y de no aprovechar grandes ocasiones para hacer el bien. La falta de mortificación interior, de la imaginación y de la curiosidad, es uno de los grandes enemigos de nuestra santificación.
Vivir el momento presente requiere de nosotros rechazar los falsos temores a peligros futuros, que nuestra fantasía agranda y deforma. También perdemos el sentido de la realidad con las falsas cruces que, en ocasiones, nuestra imaginación inventa y padecemos inútilmente, por no aceptar quizá la pequeña cruz que el Señor nos pone delante, la cual nos llenaría de paz y de alegría.
Vivir con plenitud de Amor el momento presente nos situará constantemente ante cosas en apariencia de poco relieve, en las que debemos ser fieles. Hic et nunc: aquí y ahora debemos cumplir con puntualidad el plan de vida que hemos fijado. Aquí y ahora hemos de ser generosos con Dios, huyendo de la tibieza. Aquí y ahora espera el Señor que nos venzamos en aquello que nos cuesta y procuremos avanzar en esos puntos de lucha que constituyen el examen particular. Pidamos a la Santísima Trinidad que nos conceda la gracia de vivir el momento presente en cada jornada con plenitud de Amor, como si fuera la última de nuestra vida en la tierra.
(1) Mt 6, 34.- (2) Cfr. J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 253.- (3) Sal 17, 19-20.- (4) Sal 31, 16.- (5) Ecli 11, 4.- (6) Is 49, 14-15.- (7) Mt 14, 27.- (8) MISAL ROMANO, Oración de Clemente XI para después de la Santa Misa.- (9) IDEM, Oración preparatoria de la Misa.- (10) Cfr. V. LEHODEY, El santo abandono, Casals, Barcelona 1945, p. 63.- (11) Cfr. Mt 6, 32-34.- (12) SAN FRANCISCO DE SALES, Epistolario, fragm. 131, 766.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
San Cirilo de Jerusalén
Doctor de la Iglesia
(año 386)
San Cirilo nació cerca de Jerusalem y fue Arzobispo de esa ciudad durante 30 años, de los cuales estuvo 16 años en destierro. 5 veces fue desterrado: tres por los de extrema izquierda y dos por los de extrema derecha.
Era un hombre suave de carácter, enemigo de andar discutiendo, que deseaba más instruir que polemizar, y trataba de permanecer neutral en las discusiones. Pero por eso mismo una vez lo desterraban los de un partido y otra vez los del otro.
Aunque los de cada partido extremista lo llamaban hereje, sin embargo San Hilario (el defensor del dogma de la Santísima Trinidad) lo tuvo siempre como amigo, y San Atanasio (el defensor de la divinidad de Jesucristo) le profesaba una sincera amistad, y el Concilio general de Constantinopla, en el año 381, lo llama "valiente luchador para defender a la Iglesia de los herejes que niegan las verdades de nuestra religión".
Una de las acusaciones que le hicieron los enemigos fue el haber vendido varias posesiones de la Iglesia de Jerusalem para ayudar a los pobres en épocas de grandes hambres y miserias. Pero esto mismo hicieron muchos obispos en diversas épocas, con tal de remediar las graves necesidades de los pobres.
El emperador Juliano, el apóstata, se propuso reconstruir el templo de Jerusalem para demostrar que lo que Jesús había anunciado en el evangelio ya no se cumplía. San Cirilo anunció mientras preparaban las grandes cantidades de materiales para esa reconstrucción, que aquella obra fracasaría estrepitosamente. Y así sucedió y el templo no se reconstruyó.
San Cirilo de Jerusalem se ha hecho célebre y ha merecido el título de Doctor de la Iglesia, por unos escritos suyos muy importantes que se llaman "Catequesis". Son 18 sermones pronunciados en Jerusalem, y en ellos habla de la penitencia, del pecado, del bautismo, y del Credo, explicándolo frase por frase. Allí instruye a los recién bautizados acerca de las verdades de la fe y habla bellísimamente de la Eucaristía.
En sus escritos insiste fuertemente en que Jesucristo sí esta presente en la Santa Hostia de la Eucaristía. A los que reciben la comunión en la mano les aconseja: "Hagan de su mano izquierda como un trono en el que se apoya la mano derecha que va a recibir al Rey Celestial. Cuidando: que no se caigan pedacitos de hostia. Así como no dejaríamos caer al suelo pedacitos de oro, sino que los llevamos con gran cuidado, hagamos lo mismo con los pedacitos de Hostia Consagrada".
Al volver de su último destierro que duró 11 años, encontró a Jerusalem llena de vicios y desórdenes y divisiones y se dedicó con todas sus fuerzas a volver a las gentes al fervor y a la paz, y a obtener que los que se habían pasado a las herejías volvieran otra vez a la Santa Iglesia Católica.
A los 72 años murió en Jerusalem en el año 386.
En 1882 el Sumo Pontífice lo declaró Doctor de la Iglesia.
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Anselmo II de Lucca, Santo Obispo, Marzo 18
Patrono de Mantua Martirologio Romano: En Mantua, en Lombardía, tránsito de san Anselmo, el cual, siendo obispo de Lucca, en la controversia de las investiduras, fidelísimo a la Sede de Roma, puso en manos del papa san Gregorio VII el anillo y el báculo pastoral que, de mala gana, había recibido de manos del emperador Enrique IV, y expulsado de la sede por los canónigos que rechazaban la vida comunitaria, fue enviado a Lombardía como legado del Papa, de quien fue un valiente colaborador (1086). San Anselmo nació en Mantua en el año 1036, y ya en 1073 su tío, el Papa Alejandro II, lo nombró candidato al obispado de Lucca, que había quedado vacante cuando el Pontífice ocupó el trono de San Pedro. Siguiendo la lamentable costumbre de su tiempo, el Papa mandó a Anselmo a recibir de manos del emperador Enrique IV el báculo pastoral y el anillo. Anselmo estaba tan convencido de que un poder secular no podía conferir dignidades eclesiásticas, que no aceptó recibir la investidura del emperador y regresó a Italia. |
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Eduardo II el Martir, Santo Rey de Inglaterra, Marzo 18
Rey de Inglaterra Martirologio Romano: En Wareham, en Inglaterra, san Eduardo, rey, que, todavía adolescente, fue asesinado dolosamente por los criados de la madrastra (978). Eduardo el Mártir nació en el año 962, siendo el primogénito de Edgar el Pacífico, rey de Inglaterra, y de su primera esposa Ethelfleda, hija del caballero Ordmaer. |
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Fuente: Franciscanos.org
Salvador de Horta, Santo Franciscano Profeso, Marzo 18
Religioso Franciscano Martirologio Romano: En Cagliari, en Cerdeña, san Salvador de Horta Grionesos, religioso de la Orden de los Hermanos Menores, que para la salvación de cuerpos y almas se hizo humilde instrumento de Cristo (1567). A principios del siglo XVI vivían en la aldea de Bruñola, de la diócesis de Gerona, dos esposos jóvenes, propietarios de una masía llamada Masdevall, y regularmente ricos y buenos cristianos. El porvenir se presentaba a sus ojos apacible y lleno de esperanzas; pero por circunstancias que ignoramos, los dos esposos se vieron completamente arruinados, y de allí a poco hubieron de ser admitidos por caridad, enfermos y sin recursos, en el hospicio de Santa Coloma de Farnés. |
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Fuente: Escolapios.es
Celestina de la Madre de Dios (Mariana) Donati, Beata Fundadora, Marzo 18
Fundadora de la Congregación de las Hijas Pobres de San José de Calasanz Etimológicamente: Celestina = Aquella que es caida del cielo, es de origen latino. Nació el 26 de Octubre de 1848 en Florencia, Italia. |
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Fuente: santiebeati.it
Marta (Amada Adela) Le Bouteiller, Beata Religiosa, Marzo 18
Religiosa Martirologio Romano: En el cenobio Saint-Sauveur-le-Vicomte, de Normandía, en Francia, beata Marta (Amada) Le Bouteiller, virgen de las Hermanas de las Escuelas Cristianas de la Misericordia, que, apoyándose sólo en Dios, cumplió los más humildes oficios siempre con toda paciencia (1883). Amada Adela Le Bouteiller nació el 2 de diciembre de 1816 en Percy, Francia, fue la tercera de los cuatro hijos de Andrés Le Bouteiller y Maria Francesca Morel, ellos eran propietarios de una pequeña parcela de tierra, labradores y tejedores de telas. |
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Fuente: Martirologio Romano
Otros Santos y Beatos Completando el santoral de este día, Marzo 18
San Alejandro, obispo y mártir |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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