JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 16, 1-13
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Había un hombre rico que tenía un administrador, el cual fue acusado ante él de que malgastaba sus bienes. Entonces lo llamó y le dijo: "¿Es cierto lo que me han dicho de ti? Dame cuenta de tu trabajo, porque quedas despedido".
Entonces el administrador se puso a pensar:
"¿Qué voy a hacer ahora que se me quita el trabajo? Ya no tengo fuerzas para trabajar la tierra y me da vergüenza pedir limosna. Ya sé lo que voy a hacer para tener a alguien que me reciba en su casa, cuando me despidan".
Entonces fue llamando uno por uno a los deudores de su amo, y dijo al primero:
"¿Cuánto debes a mi amo?"
El hombre respondió:
"Cien barriles de aceite".
El administrador le dijo:
"Toma tu recibo; date prisa y haz otro por cincuenta".
Luego preguntó al siguiente:
"Y tú, ¿cuánto debes?"
Este respondió:
"Cien sacos de trigo".
El le dijo:
"Toma tu recibo; escribe otro por ochenta".
Y el amo tuvo que reconocer que su mal administrador había procedido con habilidad. Y es que los que pertenecen a este mundo son más hábiles en sus negocios que los que pertenecen a la luz. Y yo les digo:
Con el dinero, tan lleno de injusticias, gánense amigos que, cuando ustedes mueran, los reciban en el cielo.
El que es de fiar en lo pequeño, también es de fiar en lo importante; el que no es honrado en lo pequeño, tampoco en lo importante es honrado.
Si no son fieles administradores del dinero, tan lleno de injusticias, ¿quién les confiará los bienes verdaderos?
Y si no han sido de fiar administrando bienes ajenos, ¿quién les confiará lo que es de ustedes?
No hay criado que pueda servir a dos amos: pues, odiará a uno y amará al otro, o bien será fiel a uno y despreciará al otro. En resumen, no pueden servir a Dios y al dinero".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
25a. Dom Ord Ciclo C
Antífona de Entrada
Yo soy la salvación de mi pueblo, dice el Señor. Los escucharé en cualquier tribulación en que me llamen, y seré siempre su Dios.
Oración Colecta
Oremos:
Dios nuestro, que en el amor a ti y a nuestro prójimo has querido resumir toda tu ley; concédenos descubrirte y amarte en nuestros hermanos para que podamos alcanzar la vida eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera lectura
Contra los que compran a los pobres por dinero
Lectura del libro del profeta Amós 8, 4-7
Escuchen esto los que buscan al pobre sólo para exprimirlo y andan diciendo:
"¿Cuándo pasará el descanso del primer día del mes para vender nuestro trigo, y el descanso del sábado para reabrir nuestros graneros?"
Disminuyen las medidas, aumentan los precios, alteran las balanzas, obligan a los pobres a venderse, por un par de sandalias los compran y hasta venden la cascarilla como trigo.
El Señor lo ha jurado por el honor de Jacob:
"No olvidaré jamás ninguna de sus acciones".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 112
Que alaben al Señor todos sus siervos.
Bendito sea el Señor, alábenlo sus siervos. Bendito sea el Señor; desde ahora y para siempre. Que alaben al Señor todos sus siervos Dios está sobre todas las naciones, su gloria por encima de los cielos. ¿Quién hay como el Señor? ¿Quién iguala al Dios nuestro?
Que alaben al Señor todos sus siervos.
El tiene en las alturas su morada y sin embargo de esto, bajar se digna su mirada para ver tierra y cielo.
Que alaben al Señor todos sus siervos.
El levanta del polvo al desvalido y saca al indigente del estiércol para hacerlo sentar entre los grandes, los jefes de su pueblo.
Que alaben al Señor todos sus siervos.
Segunda Lectura
Pidan a Dios por todos los hombres, porque él quiere que todos se salven
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo 2, 1-8
Te ruego, pues, hermano, que ante todo se hagan oraciones, plegarias, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres, por los jefes de Estado y las demás autoridades, para que podamos llevar una vida tranquila y en paz, entregada a Dios y respetable en todo sentido.
Eso es bueno y agradable a Dios, nuestro salvador, que quiere que todos los hombres se salven y todos lleguen al conocimiento de la verdad.
Porque no hay sino un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres: Cristo Jesús, hombre él también, que se entregó como rescate por todos.
El dio testimonio de esto a su debido tiempo, y del cual he sido constituido pregonero y apóstol -digo la verdad, no miento- para enseñar la fe y la verdad.
Deseo, pues, que los hombres hagan oración dondequiera que se encuentren, levantando
sus manos puras de odios y divisiones.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre, para enriquecernos con su pobreza.
Aleluya.
Evangelio
No pueden servir a Dios y al dinero
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 16, 1-13
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Había un hombre rico que tenía un administrador, el cual fue acusado ante él de que malgastaba sus bienes. Entonces lo llamó y le dijo: "¿Es cierto lo que me han dicho de ti? Dame cuenta de tu trabajo, porque quedas despedido".
Entonces el administrador se puso a pensar:
"¿Qué voy a hacer ahora que se me quita el trabajo? Ya no tengo fuerzas para trabajar la tierra y me da vergüenza pedir limosna. Ya sé lo que voy a hacer para tener a alguien que me reciba en su casa, cuando me despidan".
Entonces fue llamando uno por uno a los deudores de su amo, y dijo al primero:
"¿Cuánto debes a mi amo?"
El hombre respondió:
"Cien barriles de aceite".
El administrador le dijo:
"Toma tu recibo; date prisa y haz otro por cincuenta".
Luego preguntó al siguiente:
"Y tú, ¿cuánto debes?"
Este respondió:
"Cien sacos de trigo".
El le dijo:
"Toma tu recibo; escribe otro por ochenta".
Y el amo tuvo que reconocer que su mal administrador había procedido con habilidad. Y es que los que pertenecen a este mundo son más hábiles en sus negocios que los que pertenecen a la luz. Y yo les digo:
Con el dinero, tan lleno de injusticias, gánense amigos que, cuando ustedes mueran, los reciban en el cielo.
El que es de fiar en lo pequeño, también es de fiar en lo importante; el que no es honrado en lo pequeño, tampoco en lo importante es honrado.
Si no son fieles administradores del dinero, tan lleno de injusticias, ¿quién les confiará los bienes verdaderos?
Y si no han sido de fiar administrando bienes ajenos, ¿quién les confiará lo que es de ustedes?
No hay criado que pueda servir a dos amos: pues, odiará a uno y amará al otro, o bien será fiel a uno y despreciará al otro. En resumen, no pueden servir a Dios y al dinero".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración de los Fieles
Celebrante:
Oremos, hermanos y hermanas, por toda la humanidad y por todas sus necesidades; para que nunca falte a nadie la ayuda de nuestro amor:
A cada petición respondemos,
Señor, ten piedad).
Por el santo Padre, el Papa N., por nuestros obispos por los presbíteros y diáconos; para que cuiden santamente del pueblo que tienen encomendado, oremos:
Señor, ten piedad.
Por los jefes de Estado y por los demás gobernantes, por los responsables del bien común y por los que tienen en sus manos las riquezas del mundo; para que fomenten la justicia, el bienestar, la paz y la libertad, oremos:
Señor, ten piedad.
Por los que padecen hambre y necesidades, por los que están enfermos o se sienten oprimidos, por los que añoran la patria o viven lejos de sus familias y de sus hogares; para que experimenten el consuelo y la fortaleza de Dios, oremos:
Señor, ten piedad.
Para que Dios nos conceda el gozo del Espíritu, el perdón de los pecados, la perseverancia en la fe y en las buenas obras y la salvación eterna de nuestras almas, oremos:
Señor, ten piedad.
Celebrante:
Dios nuestro, que nos llamas a amarte y a servirte como a único Señor, ten piedad de nuestra débil condición humana y escucha nuestras oraciones; líbranos del deseo de poseer riquezas y haz que, alzando al cielo nuestras manos limpias, te rindamos un culto puro, agradable a tus ojos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, los dones que te presentamos, para que por medio de esta Eucaristía podamos obtener las gracias de la redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
El misterio pascual
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, nuestro Señor.
Quien, por su misterio pascual, realizó la obra maravillosa de llamarnos del pecado y de la muerte al honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo de su propiedad, para que, trasladados de las tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante el mundos tus maravillas.
Por eso,
con todos los ángeles y arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Antífona de la Comunión
Señor, tú promulgas tus preceptos para que se observen con exactitud; que mi conducta se ajuste siempre al cumplimiento de tu voluntad.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Concede siempre tu ayuda, Señor, a quienes has alimentado con la Eucaristía, a fin de que la gracia recibida en este sacramento transforme continuamente nuestra vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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Dia 22/09 Beatos Cristóbal, Antonio y Juan, mártires de Tlaxcala, rojo)
Oración Colecta
Oremos:
Dios omnipotente y eterno, que con la sangre de los bienaventurados niños Cristóbal, Antonio y Juan, consagraste la primera evangelización del Nuevo Mundo; concédenos por su intercesión, que, abrasados por la fe de Cristo, seamos heraldos de su mensaje de salvación entre los hombres.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Oración sobre las Ofrendas
Recibe, Señor, la ofrenda de tu pueblo en honor de tus mártires, los beatos Cristóbal, Antonio y Juan y, ya que la Eucaristía les dio fortaleza en las persecuciones, a nosotros nos dé entereza en las adversidades.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Conserva en nosotros, Señor, el don que hemos recibido en la festividad de tus mártires Cristóbal, Antonio y Juan y concédenos que sea para nosotros, fuente de salvación y de paz.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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† Meditación diaria
Vigésimo quinto Domingo ciclo c
LOS HIJOS DE LA LUZ
— Parábola del administrador infiel.
— Utilizar en el servicio a Dios todos los medios lícitos.
— Medios humanos y medios sobrenaturales.
I. En la Primera lectura de la Misa1 resuenan los duros reproches del Profeta Amós contra los comerciantes que atropellan y se enriquecen a costa de los pobres: alteran los pesos, venden mercancía de desecho, hacen subir los precios aprovechando momentos de necesidad... Son múltiples las formas injustas que emplean para hacer prosperar sus negocios.
En el Evangelio de la Misa2 enseña el Señor, mediante una parábola, la habilidad de un administrador que es llamado a cuentas por el amo, acusado de malversar la hacienda. El administrador reflexionó sobre lo que le esperaba: ¿Qué haré, puesto que mi señor me quita la administración? Cavar no puedo; mendigar, me da vergüenza. Sé lo que haré para que me reciban en sus casas cuando sea retirado de la administración. Entonces llamó a los deudores de su amo y pactó con ellos un arreglo favorable a los mismos. Al primero que se presentó le dijo: ¿Cuánto debes a mi señor? Él respondió: Cien medidas de aceite. Y le dijo: Toma tu recibo; aprisa, siéntale y escribe cincuenta. Después dijo a otro: ¿Tú, cuánto debes? Él respondió: Cien cargas de trigo. Y le dijo: Toma tu recibo y escribe ochenta.
El dueño se enteró de lo que había hecho su administrador y lo alabó por su sagacidad. Y Jesús, quizá con un poco de tristeza, añadió: los hijos de este mundo son más sagaces en lo suyo que los hijos de la luz. No alaba el Señor la inmoralidad de este intendente que se prepara, en el poco tiempo que le queda, unos amigos que luego le reciban y ayuden. "¿Por qué puso el Señor esta parábola? –pregunta San Agustín–. No porque el siervo aquel fuera precisamente un modelo a imitar, sino porque fue previsor para el futuro, a fin de que se avergüence el cristiano que carece de esta determinación"3; alabó el empeño, la decisión, la astucia, la capacidad de sobreponerse y resolver una situación difícil, el no dejarse llevar por el desánimo.
No es raro ver el esfuerzo y los incontables sacrificios que muchos hacen para obtener más dinero, para subir dentro de la escala social... Otras veces quedamos sorprendidos incluso por los medios que se emplean para hacer el mal: prensa, editoriales, televisión, proyectos de todo orden... Pues, al menos, ese mismo empeño hemos de poner los cristianos en servir a Dios, multiplicando los medios humanos para hacerlos rendir en favor de los más necesitados: en obras de enseñanza, de asistencia, de beneficencia... El interés que otros tienen en sus quehaceres terrenos hemos de poner nosotros en ganarnos el Cielo, en luchar contra todo lo que nos separa de Cristo. "¡Qué afán ponen los hombres en sus asuntos terrenos!: ilusiones de honores, ambición de riquezas, preocupaciones de sensualidad. —Ellos y ellas, ricos y pobres, viejos y hombres maduros y jóvenes y aun niños: todos igual.
"—Cuando tú y yo pongamos el mismo afán en los asuntos de nuestra alma tendremos una fe viva y operativa: y no habrá obstáculo que no venzamos en nuestras empresas de apostolado"4.
II. Los hijos del mundo parecen a veces más consecuentes con su forma de pensar. Viven como si solo existiera lo de aquí abajo y se afanan en ello sin medida. Quiere el Señor que pongamos en sus cosas –la santidad personal y el apostolado– al menos el mismo empeño que otros ponen en sus negocios terrenos; quiere que nos preocupemos de sus asuntos con interés, con alegría, con entusiasmo, y que todo lo encaminemos a este fin, que es lo único que verdaderamente vale la pena. Ningún ideal es comparable al de servir a Cristo, utilizando los talentos recibidos como medios para un fin que sobrevive más allá de este mundo que pasa.
Al terminar la parábola nos recuerda el Señor: Ningún criado puede servir a dos señores, pues odiará a uno y amará al otro, o preferirá a uno y despreciará al otro. Y concluye: No podéis servir a Dios y al dinero. No tenemos más que un solo Señor, y a Él hemos de servir con todo el corazón, con los talentos que Él mismo nos ha dado, empleando todos los medios lícitos, la vida entera. A Él hemos de encaminar, sin excepción, los actos de la vida: el trabajo, los negocios, el descanso... El cristiano no tiene un tiempo para Dios y otro para los negocios de este mundo, sino que estos deben convertirse en servicio a Dios y al prójimo por la rectitud de intención, la justicia, la caridad. Para ser buen administrador de los talentos que ha recibido, de la hacienda de la que debe dar cuenta a su señor, el cristiano ha de saber dirigir sus acciones a promover el bien común, encontrando las soluciones adecuadas, con ingenio, con interés, con "profesionalidad", sacando adelante o colaborando en empresas y obras buenas en servicio de los demás, teniendo la seguridad de que su quehacer vale más la pena que el negocio más atrayente. Son los laicos "los que han de intervenir en las grandes cuestiones que afectan a la presencia directa de la Iglesia en el mundo, como la educación, la defensa de la vida y del medio ambiente, las garantías en el pleno ejercicio de la libertad religiosa, la presencia del testimonio y del mensaje cristiano en los medios de comunicación social. En estas cuestiones deben ser los mismos seglares cristianos, en tanto que ciudadanos y a través de todos los cauces a que tienen legítimo acceso en el desarrollo de la vida pública, quienes deben hacer oír su voz y hacer valer sus justos derechos"5. Así servimos a Dios en medio del mundo.
No podemos permitir que el dinero se convierta, quizá poco a poco, en nuestro señor, ni el objetivo de la vida puede ser acumular la mayor cantidad de bienes posibles, tener cada día más confort y comodidad. Dios nos llama a un destino más alto. Con todos los medios a nuestro alcance hemos de trabajar "con un entusiasmo y una energía renovadas, por rehacer lo que ya ha sido destruido por una cultura materialista y hedonista, y por avivar lo que existe solo débilmente. No se trata ya de vigorizar sus raíces. En no pocos casos, en no pocos ambientes, se trata de comenzar desde el principio, casi a partir de cero. Por eso es posible hablar hoy de una nueva Evangelización"6. Es inmensa la tarea a la que el Señor –a través de su Vicario aquí en la tierra7– nos llama. No dejemos de poner lo que está a nuestro alcance: también el tiempo, el prestigio profesional, la ayuda material... "Ya lo dijo el Maestro: ¡Ojalá los hijos de la luz pongamos, en hacer el bien, por lo menos el mismo empeño y la obstinación con que se dedican, a sus acciones, los hijos de las tinieblas!
"—No te quejes: ¡trabaja, en cambio, para ahogar el mal en abundancia de bien!"8.
III. Aunque es la gracia la que cambia los corazones, el Señor quiere que utilicemos medios humanos en el apostolado, y los procedimientos lícitos que estén a nuestro alcance. Enseña Santo Tomás de Aquino9 que sería tentar a Dios no hacer lo que podemos y esperarlo todo de Él. También se aplica este principio al apostolado, donde el Señor espera de sus discípulos una cooperación sabia, efectiva y entregada. No somos instrumentos inertes. Los hijos de la luz han de poner también –junto a los medios sobrenaturales– su interés, su capacidad humana, su ingenio, su afán... al conquistar un alma para Cristo. Y en las obras apostólicas de formación, de enseñanza... serán necesarios los medios económicos, como puso de relieve el mismo Señor: En aquel tiempo en que os envié sin bolsa, sin alforja y sin zapatos, ¿por ventura os faltó algo? Nada, respondieron ellos. Pues ahora, prosiguió Jesús, el que tiene bolsa, llévela, y también alforjas; y el que no tenga espada, venda su túnica y cómprela10. Jesús mismo, para realizar su misión divina, quiso servirse muchas veces de medios terrenos: unos cuantos panes y algunos peces, un poco de barro, los bienes de unas piadosas mujeres...
Porque sabemos que la misión apostólica a la que el Señor nos llama supera la capacidad de los medios humanos que utilicemos, no dejaremos a un lado, como si fueran secundarios, los sobrenaturales. No tendremos puesta nuestra confianza en el ingenio personal, en el poder de convicción de nuestra palabra, en los bienes que son el soporte material de una empresa apostólica, sino en la gracia divina que hará milagros con esos medios, que no olvidaremos, aunque siempre son absolutamente desproporcionados. La confianza en Dios nos llevará en ocasiones a no esperar a tener todo lo necesario (quizá no lleguemos nunca a tenerlo), ni dejaremos de hacer ciertos trabajos o de empezar otros nuevos: "Se comienza como se puede"11, y pediremos a Jesús lo que nos falta y actuaremos con esa libertad y audacia que da la confianza en Dios. "Me hizo gracia tu vehemencia. Ante la falta de medios materiales de trabajo y sin la ayuda de otros, comentabas: "yo no tengo más que dos brazos, pero a veces siento la impaciencia de ser un monstruo con cincuenta, para sembrar y recoger la cosecha".
"—Pide al Espíritu Santo esa eficacia..., ¡te la concederá!"12.
1 Am 8, 4-7. — 2 Lc 16, 1-13. — 3 San Agustín, Sermón 359, 9-11. — 4 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 317. — 5 Card. A. Suquía, Discurso a la Conferencia Episcopal española, 19-11-1990. — 6 Ibídem. — 7 Cfr. Juan Pablo II, Exhort. Apost. Christifideles laici, 30-XII-1988, 34. — 8 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 848. — 9 Santo Tomás, Suma Teológica, 2-2, q. 53, a. 1ad 1. — 10 Lc 22, 35-37. — 11 Cfr. San Josemaría Escrivá, Camino, n. 488. — 12 ídem, Surco, n. 616.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
Mauricio, Santo Mártir, 22 de septiembre
Mártir Martirologio Romano: En Agauno (hoy Saint Maurice d´Agaune), en la región de Valais, en el país de los helvecios, santos mártires Mauricio, Exuperio, Cándido, que siendo soldados, al decir de san Euquerio de Lyon, fueron sacrificados por su fe en Cristo, en tiempo del emperador Maximiano, juntamente con sus compañeros de la misma legión Tebea y el veterano Víctor, ilustrando así a la Iglesia con su gloriosa pasión (c. 302). San Mauricio (llamado también Maurice, Moritz o Mauritius). Era el comandante de la Legión Tebana y murió martirizado a principios del siglo III.
Legión Tebana, integrada sólo por cristianos procedentes de Egipto, recibió órdenes de partir hacia Galia para auxiliar al emperador Maximiano. Aunque combatieron valientemente, rehusaron obedecer la orden imperial de perseguir a los cristianos, por lo que fueron diezmados. Al negarse por segunda vez, todos los integrantes de la Legión Tebana fueron ejecutados. El lugar en que supuestamente tuvieron lugar estos hechos, conocido como Agaunum, es ahora la sede de la abadía de Saint Maurice, en el cantón suizo de Valais. |
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Mauricio, Santo Mártir, 22 de septiembre
Mártir Martirologio Romano: En Agauno (hoy Saint Maurice d´Agaune), en la región de Valais, en el país de los helvecios, santos mártires Mauricio, Exuperio, Cándido, que siendo soldados, al decir de san Euquerio de Lyon, fueron sacrificados por su fe en Cristo, en tiempo del emperador Maximiano, juntamente con sus compañeros de la misma legión Tebea y el veterano Víctor, ilustrando así a la Iglesia con su gloriosa pasión (c. 302). San Mauricio (llamado también Maurice, Moritz o Mauritius). Era el comandante de la Legión Tebana y murió martirizado a principios del siglo III.
Legión Tebana, integrada sólo por cristianos procedentes de Egipto, recibió órdenes de partir hacia Galia para auxiliar al emperador Maximiano. Aunque combatieron valientemente, rehusaron obedecer la orden imperial de perseguir a los cristianos, por lo que fueron diezmados. Al negarse por segunda vez, todos los integrantes de la Legión Tebana fueron ejecutados. El lugar en que supuestamente tuvieron lugar estos hechos, conocido como Agaunum, es ahora la sede de la abadía de Saint Maurice, en el cantón suizo de Valais. |
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Fuente: Franciscanos.org
Ignacio de Sandone, Santo Presbítero Capuchino, 22 de septiembre
Presbítero Capuchino Martirologio Romano: En Turín, en la región del Piamonte, san Ignacio de Sandone (Lorenzo Mauricio) Belvisotti, presbítero de la Orden de Hermanos Menores Capuchinos, asiduo en atender a penitentes y en ayudar a enfermos (1770). Ingresó en la Orden capuchina a la edad de 30 años, siendo ya sacerdote, para vivir la alegría de la obediencia. Destacó por su celo y asiduidad en la administración del sacramento de la penitencia y en la dirección de las almas, y por su sabiduría y prudencia en la formación de los novicios. Lo beatificó Pablo VI en 1966, y lo canonizó Juan Pablo II en el 2002. |
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Fuente: Lasalle.org
Martires Lasallistas en Valencia, Beatos Mártires, 22 de septiembre
Los cinco beatos a los cuales dedicamos estas páginas, eran miembros del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Su única preocupación era seguir a Jesús en la vocación a la cual los había llamado: santificarse educando a los niños y jóvenes, enseñándoles a vivir cristianamente. |
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Fuente: Vatican.va
Luis Maria Monti, Beato Laico Fundador, 22 de septiembre
Fundador de los |
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Fuente: Vatican.va
José Aparicio Sanz y 232 compañeros mártires, Beatos Mártires durante la persecución religiosa en España, 22 de septiembre
La II República española, proclamada el 14 de abril de 1931, llegó impregnada de fuerte anticlericalismo. Apenas un mes más tarde se produjeron incendios de templos en Madrid, Valencia, Málaga y otras ciudades, sin que el Gobierno hiciera nada para impedirlos y sin buscar a los responsables para juzgarles según la ley. Los daño fueron inmensos, pero el Gobierno no los reparó ni material ni moralmente, por lo que fue acusado de connivencia. La Iglesia había acatado a la República no sólo con respeto sino también con espíritu de colaboración por el bien de España. Estas fueron las instrucciones que el Papa Pío XI y los obispos dieron a los católicos. Pero las leyes sectarias crecieron día por día. En este contexto fue suprimida 1a Compañía de Jesús y expulsados los jesuitas. |
Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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