viernes, 6 de septiembre de 2013

Domingo por la Santísima Trinidad. 08/09/2013. Excepto causa grave, no asistir a Misa dominical es pecado GRAVE. Precepto: Misa ENTERA. Desde Sábado 16:00 puede ser Domingo, según diócesis (Catecismo 2042, 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

JMJ

Pax

† Lectura del Santo Evangelio según san Lucas 14, 25-33

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, caminaba con Jesús mucha gente; él, volviéndose a sus discípulos, les dijo: 
"Si alguno quiere seguirme y no me prefiere a su padre y a su madre, y a su esposa y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser mi discípulo. El que no carga su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.
Porque, ¿quién de ustedes, si quiere construir una torre, no se pone primero a calcular el costo, para ver si tiene para terminarla? No sea que, después de haber echado los cimientos no pueda acabarla, y todos los que se enteren comiencen a burlarse de él diciendo: 
"Este hombre comenzó a construir y no pudo terminar".
¿O qué rey, si va a combatir a otro rey, no se pone primero a considerar si será capaz de salir con diez mil soldados al encuentro del que viene contra él con veinte mil? Porque si no, cuando el otro está todavía lejos, enviará una embajada para proponerle condiciones de paz.
Así pues, cualquiera de ustedes que no renuncia a todos sus bienes, no puede ser mi discípulo".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354

Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.

 

Misal

 

23o. Dom Ord Ciclo C

Antífona de Entrada

Eres justo, Señor, y rectos son tus mandamientos. Muéstrate bondadoso conmigo y ayúdame a cumplir tu voluntad.

Se dice "Gloria".

Oración Colecta

Oremos:
Señor, tú que te has dignado redimirnos y hacernos hijos tuyos, míranos siempre con amor de Padre, y haz que cuantos creemos en Cristo, tu Hijo, obtengamos la verdadera libertad y la herencia eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

Primera lectura

¿Quién es el que puede conocer los designios de Dios?

Lectura del libro de la Sabiduría 9, 13-19


¿Quién es el que puede conocer los designios de Dios? ¿Quién es el que puede saber lo que el Señor tiene dispuesto? Los pensamientos de los mortales son inseguros y sus razonamientos pueden equivocarse; porque un cuerpo corruptible hace pesada el alma y el barro de que estamos hechos entorpece el entendimiento.
Con dificultad conocemos lo que hay sobre la tierra y a duras penas encontramos lo que está a nuestro alcance. ¿Quién podrá descubrir lo que hay en el cielo?, ¿quién conocerá tus designios, si tú no le das sabiduría enviando tu santo Espíritu desde lo alto?
Sólo con esa sabiduría lograron los hombres enderezar sus caminos y conocer lo que te agrada; sólo con esa sabiduría se salvaron, Señor, los que te agradaron desde el principio.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 89

Tú eres, Señor, nuestro refugio.

Tú haces volver al polvo a los humanos, diciendo a los mortales que retornen. Mil años para ti so como un día, que ya pasó; como una breve noche.
Tú eres, Señor, nuestro refugio.

Nuestra vida es tan breve como un sueño; semejante a la hierba, que despunta y florece en la mañana y por la tarde se marchita y se seca.
Tú eres, Señor, nuestro refugio.

Enséñanos a ver lo que es la vida y seremos sensatos. ¿Hasta cuándo, Señor, vas a tener compasión de tus siervos? ¿Hasta cuándo?
Tú eres, Señor, nuestro refugio.

Llénanos de tu amor por la mañana y júbilo será la vida toda. Haz, Señor, que tus siervos y sus hijos, puedan mirar tus obras y tu gloria. 
Tú eres, Señor, nuestro refugio.

Segunda Lectura

Recíbelo no como esclavo, sino como hermano amadísimo

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a Filemón 9b-10.12-17

Querido hermano: Yo, Pablo, ya anciano y ahora prisionero por la causa de Cristo Jesús, quiero pedirte algo en favor de Onésimo, mi hijo, a quien he engendrado para Cristo, aquí en la cárcel.
Te lo envío. Recíbelo como a mí mismo. Hubiera querido retenerlo conmigo, para que en tu lugar me atendiera mientras estoy preso por la causa del Evangelio; pero no he querido hacer nada sin tu consentimiento, para que el favor que me haces no sea por obligación, sino por tu propia voluntad.
Calvez él fue apartado de ti por un breve tiempo, a fin de que lo recuperaras para siempre; pero ya no como esclavo, sino como algo mejor que un esclavo: como hermano amadísimo. 
Si él ya lo es para mí, ¡cuánto más habrá de serlo para ti, no sólo por su calidad de hombre, sino de hermano en Cristo! Por tanto, si me consideras compañero tuyo, recíbelo a él como a mí mismo.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Señor, mira benignamente a tus siervos y enséñanos a cumplir tus mandamientos.
Aleluya.

Evangelio

El que no renuncia a todos sus bienes, no puede ser mi discípulo

† Lectura del Santo Evangelio según san Lucas 14, 25-33

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, caminaba con Jesús mucha gente; él, volviéndose a sus discípulos, les dijo: 
"Si alguno quiere seguirme y no me prefiere a su padre y a su madre, y a su esposa y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser mi discípulo. El que no carga su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.
Porque, ¿quién de ustedes, si quiere construir una torre, no se pone primero a calcular el costo, para ver si tiene para terminarla? No sea que, después de haber echado los cimientos no pueda acabarla, y todos los que se enteren comiencen a burlarse de él diciendo: 
"Este hombre comenzó a construir y no pudo terminar".
¿O qué rey, si va a combatir a otro rey, no se pone primero a considerar si será capaz de salir con diez mil soldados al encuentro del que viene contra él con veinte mil? Porque si no, cuando el otro está todavía lejos, enviará una embajada para proponerle condiciones de paz.
Así pues, cualquiera de ustedes que no renuncia a todos sus bienes, no puede ser mi discípulo".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice "Credo".

Oración de los Fieles

Celebrante:
Hermanos y hermanas, pidamos al Señor que escuche nuestras plegarias y atienda nuestras peticiones:
A cada petición respondemos:
Te rogamos, Señor, óyenos.

Por la santa Iglesia de Dios, para que el Señor le conceda la paz y la unidad, la guarde de todo mal y acreciente el número de sus hijos, roguemos al Señor.
Te rogamos, Señor, óyenos.

Por la paz del mundo, para que cesen las rivalidades entre las naciones, renazca en el corazón humano el amor y arraigue entre todos los pueblos la mutua comprensión, roguemos al Señor.
Te rogamos, Señor, óyenos.

Para que Dios, Padre todopoderoso, purifique al mundo de todo error, devuelva la salud a los enfermos, aleje el hambre, abra las prisiones injustas y conceda el regreso a los que añoran la patria, roguemos al Señor.
Te rogamos, Señor, óyenos.

Para que el Señor nos conceda perseverar en la fe hasta el fin de nuestra vida y, después de la muerte, nos admita en el reino de la felicidad, de la luz y de la paz, roguemos al Señor.
Te rogamos, Señor, óyenos.

Celebrante:
Señor, Dios todopoderoso y eterno; tú que sabes que apenas conocemos las cosas de la tierra y con trabajo descubrimos el rastro de las del cielo, escucha nuestras oraciones y envíanos la sabiduría de tu Espíritu, para que, como verdaderos discípulos de tu Hijo, llevemos nuestra cruz de cada día y, unidos a él, sigamos fielmente tus caminos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Oración sobre las Ofrendas

Dios nuestro, fuente de la paz y del amor sincero, concédenos glorificarte por estas ofrendas y unirnos fielmente a ti por la participación en esta Eucaristía. 
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Prefacio

El día del Señor

En verdad es justo bendecirte y darte gracias, Padre Santo, fuente de la verdad y de la vida, porque nos has convocado en tu casa en este día de fiesta. 
Hoy tu familia, reunida en la escucha de tu Palabra, y en la comunión del pan único 
y partido, celebra el memorial del Señor resucitado, mientras espera el domingo sin ocaso 
en el que la humanidad entera entrará en tu descanso. Entonces contemplaremos tu rostro y alabaremos por siempre tu misericordia. 
Con esta gozosa esperanza, y unidos a los ángeles y a los santos, cantamos unánimes 
el himno de tu gloria:

Antífona de la Comunión

Como el venado busca agua de los ríos, así sedienta mi alma te busca a ti, Dios mío.

Oración después de la Comunión

Oremos:
Tú, Señor, que nos has instruido con tu palabra y alimentado con tu Eucaristía; concédenos aprovechar estos dones para que vivamos aquí unidos a tu Hijo y podamos, después, participar de su vida inmortal. 
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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Meditación diaria

Vigésimo tercer Domingo
ciclo c

EXAMINAR LA CONCIENCIA

— Seguimiento de Cristo y conocimiento propio. El examen de conciencia.

— Espíritu de examen. Humildad. Vencer la pereza al hacer esta práctica de piedad.

— Modo y disposiciones para hacerlo. Contrición. Propósitos.

I. En el Evangelio de la Misa nos habla el Señor de las exigencias que lleva consigo el seguirle, el atender a la llamada que dirige a todos. Y nos hace esta advertencia: ¿Quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla? No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él... ¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil?1.

Cuando se emprende un gran asunto es preciso valorar, calibrar las posibilidades, echar mano de los recursos oportunos para llevarlo a buen fin. Ser discípulo de Cristo, procurar seguirle fielmente en medio de nuestras ocupaciones, es la empresa suprema que ha de acometer todo hombre. Y para llevarla a buen término es necesario conocer bien los medios que poseemos y saber utilizarlos, ser conscientes de aquello que nos falta para pedirlo confiadamente al Señor, arrancar y tirar lo que estorba. Y esta es la misión del examen de conciencia. Si lo hacemos bien, con hondura, nos lleva a conocer la verdad de nuestra vida. "Conocimiento de sí, que es el primer paso que tiene que dar el alma para llegar al conocimiento de Dios"2.

Los buenos comerciantes hacen balance cada día del estado de sus negocios, examinan sus ganancias o sus pérdidas, saben dónde se puede mejorar o detectan con prontitud la causa de una mala gestión y procuran poner remedio antes de que se originen mayores males para la empresa. Nuestro gran negocio, en cada jornada, es la correspondencia a la llamada del Señor. No existe nada que nos importe tanto como acercarnos más y más a Cristo.

En el examen de conciencia se confronta nuestra vida con lo que Dios espera de nosotros, con la respuesta diaria a su llamada. Y es lo que nos permite pedir perdón y recomenzar de nuevo muchas veces; por eso, "el examen es el paso previo y el punto de partida cotidiano para encendernos más en el amor a Dios con realidades –obras– de entrega"3. Esforzarnos en hacerlo con profundidad "impide que en nuestra alma arraiguen los gérmenes de la tibieza y nos facilita vivir lejos de las ocasiones de pecar.

"Si de veras pretendemos conseguir esa limpieza de corazón, que nos llevará a ver a Dios en todo, necesitamos tomar muy en serio el examen diario de nuestra alma. Quien se contentara con una visión rutinaria, superficial, acabaría deslizándose por el plano inclinado de la negligencia y de la pereza espiritual, hacia la tibieza, esa miopía del alma que prefiere no discernir entre el bien y el mal, entre lo que procede de Dios y lo que proviene de nuestras propias pasiones o del diablo "4.

Es el amor lo que nos mueve a examinarnos y da esa particular agudeza al alma para detectar aquellas cosas de nuestro actuar que no agradan a Dios. Hagamos el propósito para todos los días de nuestra vida de "hacer a conciencia el examen de conciencia"5. Veremos, en poco tiempo quizá, la gran ayuda que representa en el camino que lleva a Cristo.

II. Para hacer a conciencia este balance al terminar la jornada, será de gran ayuda fomentar a lo largo del día el espíritu de examen, como "el buen banquero que cotidianamente, al anochecer, computa sus pérdidas y ganancias. Pero eso no puede hacerse con detalle, si en todo momento no registra en los libros las cuentas. Una mirada a todas y cada una de las anotaciones muestra el estado de todo el día"6.

Para construir la torre que Dios espera de nosotros, para presentar esa batalla contra los enemigos del alma –según los ejemplos que el Señor nos pone en el Evangelio–, debemos ser conscientes de los recursos con que contamos, de las ayudas que precisamos, de los muros en los que no hemos puesto el debido cuidado, o de flancos que hemos dejado desguarnecidos y a merced del enemigo: defectos que conocemos y que debiéramos corregir; inspiraciones para hacer el bien, para servir a los demás con más alegría, y a las que quizá no correspondemos; mediocridad espiritual consentida, por no ser generosos en la mortificación pequeña; sobreestimar, como si fueran fines, los bienes materiales; dejarse dominar por la comodidad; considerar como el bien mayor la propia tranquilidad; hacer con tibieza lo que a Dios se refiere.

No es fácil el conocimiento propio; hemos de ir prevenidos contra "el demonio mudo"7, que intentará cerrarnos la puerta de la verdad para que no veamos las imperfecciones y flaquezas, los defectos arraigados en el alma, y que tenderá a disculpar las faltas de amor a Dios, los pecados y las imperfecciones, y a considerarlos como si fueran detalles de poca importancia o debidos a las circunstancias externas, Para conocernos con hondura y sin paliativos nos podrá ayudar el preguntarnos con frecuencia: ¿dónde tengo puesto de modo más o menos habitual el corazón?..., ¿en mí mismo..., en mis dolencias..., en el éxito, en el posible fracaso..., en el trabajo en sí, sin convertirlo en una ofrenda a Dios?; ¿con qué frecuencia acudo a Dios a lo largo del día para pedirle perdón, para darle gracias, para requerir su ayuda?; ¿qué intenciones me mueven a actuar?, ¿en qué está ocupada habitualmente mi mente?; ¿ha sido mío o ha sido de Dios este día?, ¿le he buscado a Él, o me he buscado a mí mismo?...

Para conocernos de verdad, para saber con qué contamos, es necesario que pidamos la humildad, porque sin ella estamos a oscuras. La humildad nos lleva a iniciar el examen con el conocimiento profundo de que somos pecadores.

Otro enemigo del examen de conciencia es la pereza, que en las cosas de Dios es tibieza. Una de sus primeras manifestaciones es precisamente el poco empeño en examinarse. Sucede entonces en el alma como en la tierra que el campesino ha dejado en barbecho, sin atender una temporada: no tardan en crecer en el alma los cardos de los defectos, los espinos de las pasiones desordenadas que ahogan la semilla de la gracia. Pasé junto al campo del perezoso, y junto a la viña del insensato, y todo eran cardos y ortigas que habían cubierto su haz, y la cerca estaba destruida8.

En el examen de conciencia diligente, hondo, humilde, descubrimos la raíz de las faltas de caridad, de trabajo, de alegría, de piedad, que quizá se repiten con frecuencia. Entonces, podremos luchar y vencer con la ayuda de la gracia.

III. El examen de conciencia no es una simple reflexión sobre el propio comportamiento: es diálogo entre el alma y Dios. Por eso, al iniciarlo debemos ponernos, en primer lugar, en presencia del Señor, como cuando hacemos un rato de oración, A veces nos bastará una jaculatoria o una breve oración. En ocasiones nos pueden servir las palabras con que aquel ciego de Jericó, Bartimeo, se dirigió a Jesús en demanda de luz para sus ojos ciegos: Domine, ut videam!, ¡Señor, que vea!9: da luz a mi alma para entender lo que me separa de Ti, lo que debo arrancar y tirar, aquello en lo que debo mejorar: trabajo, carácter, presencia de Dios, alegría, optimismo, apostolado, preocupación por hacer la vida más grata a quienes conviven conmigo...

Después, en el examen propiamente dicho, nos puede ayudar el considerar cómo ha visto el Señor nuestro día. Procuremos, con ayuda de nuestro Ángel Custodio, verlo reflejado en Dios como en un espejo, pues "jamás nos acabamos de conocer si no procuramos conocer a Dios"10. Luego, a continuación, se puede examinar el comportamiento concreto: para con Dios, para con el prójimo, para con uno mismo... Esto puede hacerse recorriendo brevemente las horas del día, o las diferentes situaciones en las que nos hemos encontrado, dando especial importancia al cumplimiento del plan de vida, a los propósitos formulados el día anterior, a los consejos recibidos en la dirección espiritual. Con todo, esta práctica piadosa es muy personal. En la dirección espiritual nos pueden ayudar mucho en el modo de llevarla a cabo.

Lo más importante del examen hecho cerca del Señor, que ordinariamente durará muy pocos minutos, es el dolor, la contrición. Si esta es sincera, brotarán algunos propósitos, pocos (muchas veces uno solo), concretos y quizá pequeños: buscar alguna industria humana para tratar con más frecuencia al Ángel Custodio; cuidar mejor la puntualidad en el trabajo o en la Santa Misa; sonreír aunque estemos cansados o algo enfermos; ser más amables; poner más intensidad y lucha en la oración; acudir en ese día con más frecuencia a la Santísima Virgen, a San José, a Jesús presente en los sagrarios de los muchos templos de la ciudad o de la única iglesia del pueblo; acabar bien la tarea, sin chapuzas; vivir mejor las mortificaciones habituales, concretando alguna especial en las comidas, en el orden personal; invitar a aquellos amigos al próximo retiro espiritual, sin dejar pasar un día más... Dolor hondo, aunque las faltas sean leves, y propósitos para los que pediremos ayuda a Dios, porque si no, aunque sean pequeños, no saldrán adelante.

También veremos las buenas obras de ese día, y eso nos llevará a ser agradecidos con el Señor. Así podremos retirarnos a descansar con el alma llena de paz y de alegría, con deseos de recomenzar al día siguiente ese camino de amor a Dios y al prójimo.

1 Lc 14, 28-32. — 2 San Juan de la Cruz, Cántico espiritual, 4, 1. — 3 A. del Portillo, Carta 8-XII-1976, n. 8. — 4 Ibídem. — 5 Ibídem. — 6 San Juan Clímaco, Escala del paraíso, 4. — 7 Cfr. San Josemaría Escrivá, Camino, n. 236. — 8 Prov 24, 30-31. — 9 Cfr. Mc 10, 51. — 10 Santa Teresa, Moradas, 1, 2, 9.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)


Fuente: Franciscanos.net
Serafina Sforza, Beata Religiosa Clarisa, 8 de septiembre  

Serafina Sforza, Beata

Religiosa Clarisa

Martirologio Romano: En Pesaro, del Piceno, en Italia, beata Serafina Sforza, que después de sufrir muchas adversidades en la vida conyugal, pasó humildemente, ya viuda, los restantes años de su vida bajo la Regla de santa Clara (1478).

Fecha de beatificación: Benedicto XIV aprobó su culto el 17 de julio de 1754.


Viuda y religiosa de la Segunda Orden (1434‑1478).


Serafina Sforza pertenece a la ilustre familia de los condes de Montefeltro. Nació en Urbino hacia 1434, última hija de Guido Antonio y Catalina Colonna, sobrina del Papa Martín V. En 1438 murió su madre y cinco años más tarde también su padre. Permaneció por un tiempo en Urbino, primero bajo la tutela de su hermano Odantonio, y después de la trágica muerte de éste, bajo la de su hermanastro Federico.

En marzo de 1446 abandonó su ciudad natal y por un año vivió en Roma, al lado de su tío el cardenal Próspero Colonna, quien organizó el matrimonio de su muy joven sobrina con un cuarentón, Alejandro Sforza, señor de Pésaro, con quien Serafina casó el 9 de enero de 1448.

Al quedar muy pronto sola por la partida de su esposo llamado por sus compromisos militares a la guerra de Lombardía, Serafina debió sufrir enormes dificultades a causa de desconfianzas y calumnias propaladas contra ella. Alejandro Sforza en un cierto momento quiso desembarazarse de ella intentando varias veces envenenarla; una noche inclusive trató de estrangularla. De nada valió la defensa que sus parientes hicieron de ella, fue obligada por su marido y su cuñado el Duque de Milán, a ingresar en el convento del Corpus Christi de las clarisas, en Pésaro, donde, obtenida la necesaria dispensa del Papa Calixto III, hizo su profesión religiosa a fines de agosto de 1457, tomando el nombre de Sor Serafina.

En el monasterio del Corpus Christi pasó veintiún años, durante los cuales fue de edificación para sus cohermanas en la práctica de las virtudes cristianas, en la caridad para con Dios y el prójimo, en la humildad, en la asistencia a las enfermas y en la rígida pobreza. En 1475, por voto unánime, fue elegida abadesa. En los últimos años de su vida tuvo la inmensa alegría de ver la conversión de su marido. Este, arrepentido de sus descarríos y de cuanto la había hecho sufrir, le pidió humildemente perdón de todo, reconociendo sus errores. En los varios encuentros con ella en el monasterio, echó las bases de una nueva vida verdaderamente cristiana, en la oración, en la íntima unión con Dios, en el cumplimiento de sus deberes. Serafina sobrevivió a su marido cinco años. El 8 de septiembre de 1478 murió ella en su monasterio de Pésaro a la edad de 44 años. Fue llorada por sus clarisas y por toda la ciudad, que la tuvieron y veneraron como santa.

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Adrián y Natalia, Santos Esposos, 8 de septiembre  

Adrián y Natalia, Santos

Esposos

Martirologio Romano: En Roma, conmemoración de san Adriano o Adrián, mártir en Nicomedia, de Bitinia, en cuyo honor el papa Honorio I convirtió en iglesia la sala del Senado Romano (s. inc.).

Fecha de canonización: Información no disponible, la antigüedad de los documentos y de las técnicas usadas para archivarlos, la acción del clima, y en muchas ocasiones del mismo ser humano, han impedido que tengamos esta concreta información el día de hoy. Si sabemos que fue canonizado antes de la creación de la Congregación para la causa de los Santos, y que su culto fue aprobado por el Obispo de Roma, el Papa.

 

Adrián murió en Nicomedia en el año 304. Se celebra su fiesta hoy porque fue en este día cuando se trajeron sus reliquias a Roma.

Su conversión al cristianismo fue obra de Dios. Tanto le conmovió la fuerza de voluntad de los cristianos que maltrataba y martirizaba el emperador Maximiano en la corte imperial de Nicomedia, que pidió la formación necesaria para hacerse creyente en Cristo.

Gritaba con fuerza:"Dejadme que sea como uno de esos porque me siento cristiano como ellos".

Cuando su mujer Natalia, que ya era cristiana, supo la razón del arresto de su marido, se sintió muy contenta.

Fue ella misma la que ayudó a su marido y a los demás cristianos encarcelados.

Cuando lo sentenciaron a muerte, las visitas se prohibieron. Ella se disfrazó de niño y pudo entrar en la cárcel para pedirle oraciones a Adrián.

Tuvo la valentía de ir al mismo sitio en que ejecutaron a su esposo. Lo iban a quemar, pero en ese instante cayó un tormentazo y apagó el fuego.

Pasados unos meses solamente, un oficial del ejército imperial le pidió a Natalia que se casara con él. No tenía ni idea de la negativa de la viuda.

Se marchó a Constantinopla con la reliquia de la mano de su esposo.

Murió en la paz del Señor y se dice que la enterraron entre los mártires y la reliquias de Adrián se trasladaron a Roma, aunque en la actualidad están en la abadía que lleva su nombre en Flandes.

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Nuestra Señora de Nuria Advocación, 8 de septiembre  

Nuestra Señora de Nuria

Advocación Mariana

La Virgen de Nuria es una advocación mariana que se venera en el municipio de Queralbs, situado en el Valle de los Pirineos, (provincia de Gerona), en Cataluña (España). Su aparición tuvo lugar en el Valle de Nuria, y el vocablo Nuria significa aquella nacida en un valle entre montañas.

La de hoy se encuentra situada en el precioso valle del Pirineo de Gerona. En el valle de esta alta montaña, estación invernal por su abundante nieve, se halla el santuario de la Virgen Nuria.

Según la tradición, San Gil llegó al valle alrededor del año 700. Este santo, de origen ateniense, residió en el valle durante cuatro años. Siempre según la leyenda, el santo talló una imagen de la Virgen que escondió en una cueva al verse obligado a huir del valle cuando los romanos iniciaron una persecución contra los cristianos. Junto a la Virgen dejó escondidas la olla que utilizaba para hacer la comida, la cruz que presidía sus rezos y la campana con la que llamaba a los pastores para que vinieran a comer.

En 1072, un peregrino procedente de Dalmacia, y de nombre Amadeo, llegó al valle buscando la imagen de la Virgen según una revelación divina. Construyó una pequeña capilla a la que acudían los peregrinos. En 1079 encontró la imagen, junto a la cruz, la campana y la olla y trasladó todos los objetos sagrados a la capilla.

Lo cierto es que la imagen de la Virgen de Nuria que hoy se venera es una talla datada entre el siglo XII o siglo XIII. Se trata de una talla en madera de estilo románico. De rasgos primitivos, la talla conserva aún perfectamente su policromía original. La Virgen tiene al Niño sentado sobre su rodilla izquierda. Este tiene una de sus manos levantadas en señal de bendición. Tanto María como el Niño visten manto y túnica. Antes de la restauración, la imagen tenía un color negruzco provocado por el paso del tiempo, la humedad y el humo de las velas. Este color le valió el apelativo de moreneta del Pirineu.

Durante la Guerra Civil Española, por el temor de ser destruida, un gerundense trasladó la imagen a Suiza, para devolverla nuevamente cuando terminó la guerra

El día 5 de enero de 1965 el papa Pablo VI autorizó la coronación canónica de la imagen, y su fiesta se estableció el 8 de septiembre.

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Autor: Cristiandad.org
Nuestra Señora de la Salud de Vailankanni Advocación Mariana, 8 de septiembre  

Nuestra Señora de la Salud de Vailankanni

Nuestra Señora de la Salud. Vailankanni, India.

Desde el siglo XVI hasta nuestros días, y con progresivo entusiasmo, los católicos de la India viene invocando a la que ellos denominan "Vailankánni Arókia Matha"; denominación que, traducida, significa "Madre de la Salud Vailankanni".

Todo comenzó, como en tantas otras ocasiones, con la sencillez ingenua de dos pastorcitos que decían haber visto a la Madre de Jesús. El primer pastorcito contaba a los vecinos de la aldea cómo una hermosa Señora, con un Niño en los brazos, le había pedido un poco de agua fresca de la que él llevaba en un cántaro y cómo, al llegar a su casa, se había llevado la gran sorpresa de ver que el agua se había transtormado en jugosa leche fresca... El otro niño pastor había sido curado milagrosamente por esa misma Señora así lo afirmaba él, y la Senora le había pedido que para agradecerle la recuperación de la salud, consiguiera levantar una capilla en aquel lugar adonde las gentes acudirían y Ella les mostraría de continuo su maternal benevolencia. Un señor rico de Nagapathnam, con la ayuda de todo el vecindario, había respondido puntualmente a la reiterada petición del niño pastor y la capilla alzaba al poco sus muros en la cima del altozano. Al pie de la montaña de la Virgen, como comenzaba ya a designar las buenas gentes de aquel lugar, la ancha bahía del mar de Bengala, escenario de los afanes de los pobres pescadores de la aldea de Vailankánni y sorpresa, admirable por su belleza, para las carabelas lusas que lo surcaban con impulsos de descubrimientos, ideales de evangelización y avaricias incontenibles de oro, rubíes y especias...

Y ocurrió lo que tenía que ocurrir. Una mala noche las aguas del mar de Bengala se encresparon porque los monzones estaban a punto de irrumpir con sus diluvios y los navegantes portugueses, aunque avezados a las muchas tormentas, vieron en peligro sus vidas. Una resplandeciente luz, en la altura de un altozano vecino, les infundía esperanza, sin que supieran a ciencia cierta el porqué de ese sentimiento de esperanza y, sobre todo, el porqué de aquella insólita claridad... Uno de los marineros recordó de repente que, en una travesía anterior, habia divisado los muros de una capilla y toda la tripulación, sin más argumentos, se puso acto seguido a invocar la protección de Nuestra Señora.

Por lo que en consideración de este favor que devolvía a la vida desde una inminente muerte a unos marineros. Y en atención a los otros dos anteriores del agua convertida en leche fresca y del pastorcito curado de sus enfermedades, las gentes del lugar comenzaron a invocar a la Virgen de la ermita como "Santa María, Madre de la Salud".

De aquella primitiva construcción nada queda al presente, salvo que la curiosidad de los arqueólogos se concentre algún día en forzar excavaciones de viejas cimentaciones. La piedad de los católicos de la India construyó un templo mayor y luego otro aún más espacioso, éste superpuesto al primero. Los arquitectos quisieron imitar un tanto al Santuario de Lourdes, y trazaron una amplia escalinata de dos brazos, erigieron las catorce cruces del Viacrucis, hicieron saltar el agua de unas rocas vecinas... Juan XXIII, a instancias del episcopado indio, elevó el templo a la categoría de basílica menor y todos comenzaron a calificar al santuario de la "Madre de la Salud de Vailankanni" como "el Lourdes de la India".

La festividad de la "Madre de la Salud" se celebra el 8 de septiembre de cada año. Más de 1,000,000 de peregrinos se concentra en la jornada para honrar la natividad de Nuestra Señora. Llegan al Estado de Támil Nádu, a la diócesis de Thanjavur y a esta aldea de 5,000 habitantes, desde todas partes del inmenso país. Llegan los que son y se profesan católicos, indios lógicamente; pero llegan también y esto es novedoso miles y miles que se confiesan musulmanes, hindúes, jainistas, shiks, parsis. Las concentraciones masivas no se hacen solo el día 8 de septiembre. Durante todo el año y particularmente en Pascua, en mayo, en agosto..., las multitudes se apiñan en el santuario. La Iglesia de India, que cuenta con muchos otros templos dedicados a la Virgen, no ha procedido por el momento, al menos a declarar al de la "Madre de la Salud" como el Santuario Mariano nacional, pero pocas dudas caben de que éste de la aldea de Vailankanni sea el principal y tal vez el más antiguo de todos los santuarios marianos de la India, seguido muy de cerca también es verdad por el de la "Virgen de las Gracias", en Sardana, diócesis de Meerut en el Norte del país, y por el de la "Virgen del Monte", en Bandra, archidiócesis de Bombay.

Resultaba lógico que el Santuario de la "Madre de la Salud" expresara el amor maternal de Nuestra Señora en instituciones de asistencia y de beneficencia para los más desvalidos: los niños y los ancianos. Y así se ha hecho, en efecto. A la sombra del Santuario se han construido dos orfanatos. Uno para niños, y otro para niñas.

Funcionan también aquí mismo un asilo para ancianos y ancianas y un dispensario para urgencias que no cierra sus puertas ni de día ni de noche por la extraordinaria afluencia de peregrinos que de día y de noche suben hasta la colina.

Los orfanatos del Santuario, como los otros 800 que la Iglesia tiene en India para bien de los niños huérfanos y abandonados, están financiados, al menos parcialmente por la obra de la Infancia Misionera.

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Fuente: Franciscanos.org
Pascual Fortuño Almela, Beato Presbítero y Mártir, 8 de septiembre  

Pascual Fortuño Almela, Beato

Martirologio Romano: En Villarreal de los Infantes, en la provincia de Castellón, en España, beato Pascual Fortuño Almela, presbítero de la Orden de Hermanos Menores y mártir, que fue coronado de gloria por su testimonio de Cristo (1936).

Fecha de beatificación: El 11 de marzo del año 2001, el papa Juan Pablo II beatificó a
233 mártires de la persecución religiosa en España (1936-39), uno de ellos es el Beato Pascual.

 

Nació el 3 de marzo de 1886 en Villarreal o Vila-Real, próspera ciudad de La Plana, provincia de Castellón y diócesis entonces de Tortosa y ahora de Segorbe-Castellón. Fue bautizado al día siguiente con el nombre de Pascual. Su infancia transcurrió en el sano ambiente de una familia piadosa y acomodada que cultivaba sus propios campos; allí aprendió las virtudes cristianas y la laboriosidad. Estudió las primeras letras en el colegio de los franciscanos de Vila-Real.

A la edad de doce años ingresó en el seminario menor franciscano de Balaguer (Lérida), perteneciente a la Provincia franciscana de Cataluña, donde comenzó el estudio de las humanidades, que terminó en el seminario menor de Benissa (Alicante), perteneciente a la Provincia franciscana de Valencia, al que se había pasado. Vistió el hábito franciscano en la casa noviciado de Santo Espíritu del Monte (Gilet-Valencia) el 18 de enero de 1905, y allí mismo hizo la profesión religiosa el 21 de enero de 1906. Cursados los estudios de filosofía y teología en el Estudiantado franciscano de Onteniente (Valencia), recibió la ordenación sacerdotal el 15 de agosto de 1913 en Teruel.

Tras su ordenación, los superiores lo destinaron al seminario menor de Benissa como educador de los benjamines de la Provincia, por quienes se desveló y de quienes se ganó el aprecio y la confianza por su entrega y sus cualidades pedagógicas. Cuatro años estuvo dedicado a este ministerio, pues en 1917 fue destinado al servicio de la Custodia de San Antonio, en Argentina, dependiente entonces de la Provincia franciscana de Valencia; durante cinco años estuvo ejerciendo con ejemplaridad el ministerio sacerdotal en la casa de Azul y en otras a las que lo destinaron los superiores.

De regreso en su patria, se dedicó de nuevo a la formación de los alumnos del seminario de Benissa. Estuvo luego en el convento de Pego y durante algún tiempo fue morador del convento de Segorbe. Ya establecida la II República en España, en 1931 fue nombrado vicario del convento-noviciado de Santo Espíritu del Monte, donde lo sorprendió la persecución religiosa de 1936.

Estimado de todos, era un franciscano ejemplar, fiel a sus deberes religiosos, y un pedagogo modelo que vivía lo que enseñaba a los otros. No obstante su carácter sanguíneo, sabía dominarse y siempre se manifestaba amable y acogedor. En los años de ejercicio del ministerio sacerdotal fue asiduo al confesonario y prudente director de almas. Como predicador de la palabra de Dios, se preparaba con esmero y tesón. Fue también director de ejercicios espirituales, y muy solicitado por las religiosas para pláticas espirituales de formación. Quienes convivieron con él destacan las virtudes morales y religiosas de que estaba adornado, así como su devoción al Santísimo Sacramento, a la Virgen María, a la práctica del vía crucis, su vida de oración, etc. Recalcan su sólida formación, su delicada conciencia y su profunda vivencia religiosa, a la vez que su afán de inculcar estas virtudes y devociones a sus alumnos con el tacto de un buen pedagogo. Según el parecer de no pocos testigos, aunque no hubiera sido mártir, debería haberse incoado su proceso de beatificación.

El 18 de julio de 1936, desencadenada en España la persecución religiosa, tuvo que dejar el monasterio de Santo Espíritu, como sus hermanos de hábito, y refugiarse en Vila-Real. Pasados los primeros días en casa de sus padres, para mayor seguridad se trasladó con su familia a una masía o casa de campo, donde permanecieron algo más de un mes. Ante la inseguridad con que incluso allí vivían, se refugió de nuevo en el pueblo, en casa de su hermana Rosario, donde más tarde fue detenido. Según refieren los testigos, era admirable la predisposición y preparación del P. Pascual para el martirio. Solía repetir, con paz y confianza: "Sea lo que Dios quiera". "Que se cumpla la voluntad de Dios". "Estemos preparados para lo que el Señor quiera de nosotros. Esto es lo único que nos interesa en la vida". Es singularmente elocuente el diálogo que mantuvo con su madre, según cuenta una sobrina del mártir: "Cuando salió del "maset" para esconderse en casa de su hermana Rosario, su anciana madre, que le quería mucho, le dice llorando: "Adiós, adiós, hijo mío, ya no te volveré a ver". A lo que el P. Pascual contesta: "No llores, madre, pues, cuando me maten, tendrás un hijo en el cielo. Tú me preguntas que a dónde voy; me voy al cielo"".

En Vila-Real, como por todas partes, irrumpió con violencia la persecución religiosa: fueron asesinados muchos sacerdotes y religiosos, quemados los templos, entre ellos el de San Pascual, y los restos del Santo, que se conservaban con gran veneración del pueblo. Según declaran los testigos, en este ambiente de odio y persecución religiosa, el P. Pascual fue detenido en casa de su hermana el día 7 de septiembre de 1936, y encarcelado en el cuartel de la Guardia Civil. Aquel mismo día, por la noche, fueron a llevarle la cena y un colchón sus hermanos Joaquín y Rosario y la sirvienta de la familia Dña. Trinidad Manzanet, últimos familiares que le vieron y pudieron hablar brevemente con él, guardando un grato recuerdo de su confianza en Dios y de su disposición para aceptar su santa voluntad. Testigo de excepción del tiempo que estuvo en la cárcel el P. Pascual y de los malos tratos que allí recibió es don Julio Pascual, que se encontraba en la misma cárcel cuando ingresó en ella nuestro mártir, y a quien el Beato hizo estas premoniciones: "A usted no le pasará nada. Yo sé positivamente a dónde voy: estoy destinado al martirio; diga a mis hermanos que voy conformado al martirio; que recen mucho por estos pobres hombres". Don Julio recordó toda su vida estas palabras y las repitió con devoción, pues se cumplió lo que el padre Pascual le había dicho. También él fue llevado al patíbulo de la muerte, del que pudo escapar y sobrevivir.

El P. Pascual Fortuño fue asesinado la madrugada del día 8 de septiembre de 1936, en la carretera entre Castellón y Benicásim. Había sido detenido la víspera. Tenía entonces 50 años de edad, 31 de hábito franciscano y 23 de sacerdocio. Refieren los testigos que, una vez conducido al lugar de su fusilamiento y cuando trataban de ejecutarlo, las balas rebotaban sobre su pecho y caían a tierra. Ante este hecho, el mártir dijo a quienes disparaban contra él: "Es inútil que disparéis; si queréis matarme, tiene que ser con un arma blanca". Por eso, le hundieron una bayoneta o machete en el pecho. Sus ejecutores quedaron muy impresionados y asustados: "Hemos hecho mal en matarlo -decían-; era un santo. Si es verdad que hay santos, éste es uno de ellos".

Su cadáver fue trasladado al cementerio de Castellón y enterrado en el suelo, en fosa individual. Ese mismo día, hechas las oportunas averiguaciones, algunos familiares del mártir y doña Trinidad Manzanet se personaron en el cementerio de Castellón, donde el enterrador les indicó el lugar en que lo había enterrado hacía poco, y les mostró sus ropas, que ellos reconocieron.

El 3 de noviembre de 1938, liberada ya Vila-Real por el ejército del general Franco, fueron exhumados y reconocidos los restos del P. Pascual y trasladados al cementerio de su pueblo natal, que les dispensó un fervoroso y popular recibimiento, siendo depositados en el panteón de los franciscanos. En agosto de 1967, introducida su causa de beatificación, los restos del mártir fueron trasladados a la iglesia de los franciscanos de la misma ciudad.

El P. Llorens, cronista de la Provincia franciscana de Valencia, dice de nuestro Beato: "Esta vida, más angélica que humana, tuvo en el martirio su coronación más completa. Fue como broche de oro que el seráfico Padre quiso poner a aquella existencia que mereció ver los días de Rivotorto y la Porciúncula, en los que el Santo Padre y Fundador amaestraba a sus hijos en la práctica de la humildad, sencillez, abnegación y amor de Dios".

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Fuente: ArchiValencia.org
Marino Blanes Giner, Beato Mártir Laico, 8 de septiembre  

Marino Blanes Giner, Beato

Padre de Familia y Mártir

Martirologio Romano: En Alcoy, cerca de Alicante, en España, beato Marino Blanes Giner, mártir, que, siendo padre de familia, recibió de Dios la vida eterna después de sufrir la muerte a manos de hombres, en días de persecución religiosa durante la guerra civil española (1936).

Fecha de beatificación: El 11 de marzo del año 2001, el papa Juan Pablo II beatificó a
233 mártires de la persecución religiosa en España (1936-39), entre ellos consta el Beato Marino Blanes

 

El Beato Marino Blanes Giner nació el 17 septiembre de 1888 en la ciudad de Alcoy, provincia de Alicante, diócesis de Valencia. Fue bautizado en la Iglesia parroquial de Santa María de la ciudad de Alcoy, el 19 septiembre del mismo año. Sus padres Jaime Blanes Reig y Josefa Giner Botella educaron a su hijo "en un ambiente muy católico de una gran raigambre religiosa". El 8 de agosto de 1902, de manos del Excmo. y Revdmo. Sr. D. Juan Benlloch, recibió el sacramento de la confirmación en la parroquia de Santa María de la ciudad de Alcoy. El 26 septiembre 1913 en la Iglesia de San Mauro y San Francisco de Alcoy, a la edad de veinticinco años, contrajo matrimonio canónico con Julia Jordá Lloret, que tenía veintidós años. Formaron un hogar cristiano bendecido por Dios con 9 retoños, 4 de los cuales, cuando se instruyó el proceso de beatificación de Marino Blanes Giner, sobrevivían Julia Isabel, María de los Desamparados, María del Milagro y Marino Francisco. Pertenecía a la Asociación de la Doctrina Cristiana.

Vivió auténticamente su vocación laical, tratando de impregnar de espíritu evangélico la realidad temporal en la cual la Providencia divina lo llevó a ejercer su trabajo cotidiano al servicio y en la construcción de la sociedad civil valenciana como empleado del Banco Español de Crédito y como concejal del Ayuntamiento de Alcoy.

Hombre profundamente religioso, movido por del Espíritu Santo se dedicó al apostolado organizado siendo miembro de varias asociaciones laicales, fue Terciario de San Francisco, miembro del Santísimo Viático, de San Jorge, del Niño de Jesús del Milagro, de San Juan de Dios y presidente de la Adoración nocturna. Fue también miembro de las Conferencias de San Vicente de Paúl, de la Escuela de Cristo, de San Mauro, de Santísima Trinidad, de San Antonio, del Apostolado de la oración, de la Virgen del Carmen, de la Virgen de los Desamparados y de otras. Además fue fundador del Centro Instructivo Católico.

Colaboró en estrecha relación con el párroco en la catequesis; solía ir los domingos a las masías ya que pertenecía a la "Asociación San Ignacio" que tenía como misión enseñar el catecismo en las aldeas circundantes a Alcoy, como son Paly, Mariola, Barchell, Batoy y Carabenchell.

Apóstol social ejercía la caridad hasta donde le permitía su posición económica. Su ayuda a los necesitados llegó al extremo de la quiebra, así nos lo narra el sobrino del Beato: "Su madre Josefa Giner, le montó un negocio de curtidos de cuero... negocio que fue a la quiebra porque muchos zapateros acudían a él en demanda de género, aludiendo que ya le pagarían luego, pues estaban necesitados de género y precisaban las materias para salir adelante, y el todo corazón les servía, produciéndose lo inevitable: el cierre. En el mismo local, su madre le volvió a montar un comercio de comestibles y nuevamente se vio abocado a la quiebra".

Los domingos ayudaba a las hermanas que prestaban asistencia en el Hospital Oliver para el aseo personal de los enfermos. Por la intensa actividad apostólica que realizaba y por haber impedido la quema de la iglesia de San Mauro era considerado por los enemigos de la Iglesia como un católico ferviente, por ello lo arrestaron y asesinaron.

El Beato, durante la República, de 1931 a 1936, y en los días previos a la revolución era consciente de la situación que estaba para afrontar: persecución religiosa y probable martirio; así lo manifiesta un testigo y compañero de trabajo: "Durante la República del 31 al 36 mantuvo su postura de católico convencido a pesar de los peligros que le pudieron sobrevenir". Confirmado por un vecino de la casa del Beato: "Al iniciarse la República notamos cierta hostilidad en el ambiente de nuestro apostolado, pero él mantuvo sus actividades catequistas".

En el mismo modo declara la hija del Beato: "Mi padre cuando vino la República y la persecución religiosa permaneció firme en sus convicciones hasta el punto que cuando el peligro iba creciendo se consideraba no buen cristiano sino era perseguido". Durante los años de la República se dedicó a velar por la seguridad de las iglesias: Así lo afirma un testigo que tuvo al Beato como catequista: "Cuando vino la República del 31 al 36 conservó su temple apostólico, llegando a quedarse en el interior tanto del Patronato como de la Iglesia de San Francisco y de San Mauro para defenderlas de posibles ataques". Confirmado por la deposición de su hija: "Tuvo gran interés en cuidar por la seguridad de las iglesias". Del mismo modo declara un testigo de oficio, y compañero de apostolado del Beato: "Durante la República continuó sus actividades apostólicas conservando su ánimo decidido en la defensa de lo cristiano".

Animado por este celo eclesial en una ocasión impidió la quema de la iglesia de San Mauro y San Francisco: "Cuando regresaba a su casa después de echar una carta al correo encontró en la puerta de San Francisco 12 botellas de gasolina y otra para hacer de mecha, alarmado llamó al vigilante e intervino la policía con lo que se frustró la perversa tentativa. Al día siguiente un periódico anticlerical publicaba un cuentecito diciendo: '¿Marino, no dice Ud. que el salir de noche es pecaminoso?'".

La persecución religiosa en Alcoy se agudizó el 18 de julio de 1936 con el incendio de las iglesias, la quema de imágenes y objetos religiosos y el encarcelamiento de muchos católicos. Al precipitarse la revolución Marino Blanes reaccionó como un hombre de fe profunda, poniendo toda su confianza en la Providencia divina. Así lo refiere su esposa, testigo calificada por su cercanía con el Beato: "Al estallar la revolución de 1936 insistían en que se escondiese, pero él repetía: 'nunca hice mal, sino bien, luego no tengo motivos para esconderme'".

DETENCIÓN, ENCARCELAMIENTO Y MARTIRIO

El 21 de julio de 1936 fue detenido por unos milicianos en su casa, hacia las 13:30 hs.: La hija del Beato, depone: "Hacia la una y media (mediodía) del 21 de julio se presentaron dos milicianos a la casita de Batoy con el pretexto de que le tenían que hacer unas preguntas. También fue detenido un vecino llamado Juan Torregrosa. De allí fueron conducidos al Ayuntamiento. Al verle entrar el cabo de la guardia municipal dijo 'ya está aquí el de la gasolina'. Entonces mi padre le dijo a Juan 'Ya no me salvo'. Este Juan aquella misma noche subió a su casa y nos contó lo sucedido. Del Ayuntamiento fue trasladado a la cárcel municipal donde estuvo siete semanas".

La esposa del Beato, en su deposición explica: "Juntamente con mi marido se llevaron a mi cuñado Román Rodes, difunto, quien regresó a casa esa misma noche mientras mi marido se lo llevaron a la cárcel donde estuvo alrededor de dos meses para ser trasladado a la prisión de las Esclavas, dos días antes de su muerte. A su entrada al Ayuntamiento - me contó mi cuñado - un cabo de guardia municipal, dijo: 'ya está aquí el de la gasolina, el que buscábamos' - refiriéndose al hecho de impedir con su intervención la quema de S. Mauro pues los sacerdotes así lo reconocían". Depone un testigo: "Al Ayuntamiento donde estuve dos o tres horas y en aquellos momentos pude hablar con el Beato quien me dijo: 'Ah, D. Guillermo, usted lo contará, pero yo no' previendo su próximo martirio".

La muerte del Beato está probada mediante el certificado de defunción y por la documentación que se encuentra en la Sección "Causa General" del Archivo Histórico Nacional de Madrid.

La noche del 7 al 8 de septiembre de 1936 lo sacaron de su prisión, y lo asesinaron. Así lo testimonia la hija del Beato: "En la noche del 7 al 8 de septiembre de 1936 nos despertamos todos mis hermanos a las tres como si presintiéramos alguna cosa desagradable y nos pusimos a rezar, y al día siguiente cuando mi hermano Marino fue a llevarle el desayuno a las 9 de la mañana, le dijeron que el Gobernador de Alicante lo había reclamado y después fuimos a buscarlo a la misma cárcel y nos dijeron: anoche le dimos libertad". La esposa del Beato Marino Blanes Giner, declara: "Mi hijo fue un día a llevarle la comida y le dijeron que lo habían llevado a Alicante y ya no supimos nada más de él".
Su cuerpo nunca fue encontrado.

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Fuente: LaSalle.org
José Cecilio (Bonifacio) Rodríguez, Teodomiro (Adriano) Sainz y Evencio (Eusebio) Uyarra, Beatos Mártires, 8 de septiembre  

José Cecilio (Bonifacio) Rodríguez, Teodomiro (Adriano) Sainz y Evencio (Eusebio) Uyarra, Beatos

Religiosos Mártires

Martirologio Romano: En Almería, en España, beatos José Cecilio (Bonifacio) Rodríguez González, Teodomiro Joaquín (Adriano) Sainz Sainz y Evencio Ricardo (Eusebio Alfonso) Uyarra, mártires, hermanos de las Escuelas Cristianas, todos los cuales alcanzaron la palma del martirio en la persecución religiosa durante la guerra (1936).

Fecha de beatificación: Beatificados el 10 de octubre de 1993 por S.S. Juan Pabo II.

Lista del grupo de mártires: Hermano Edmigio (Isidoro Primo Rodríguez), Hermano Amalio (Justo Zariquiegui Mendoza), Hermano Valerio Bernardo (Marciano Herrero Martínez), Hermano Teodomiro Joaquín (Adrián Sáiz Sáiz), Hermano Evencio Ricardo (Eusebio Alonso Uyarra), Hermano Aurelio María (Bienvenido Villalón Acebrón), Hermano José Cecilio (Bonifacio Rodríguez González), todos ellos hermanos de las Escuelas Cristianas de La Salle.
La lista es completada por
Mons. Diego Ventaja Milán, obispo de Almería, y Mons. Manuel Medina Olmos, obispo de Gaudix.

 

Poco tiempo después del comienzo de la guerra civil en España, en 1936, el Frente Popular en la Provincia de Almería dio orden de arrestar a todos los enemigos de la revolución, en particular los sacerdotes y los religiosos. Cinco de los Hermanos fueron detenidos en su escuela, y los otros dos en la calle cuando iban a echar al correo cartas para su familia. Con muchos otros, estos prisioneros fueron encerrados en prisiones improvisadas, donde fueron sometidos a privaciones, malos tratos y burlas. La noche del 29 de agosto, dos obispos y otras 15 personas fueron llevadas a un lugar aislado, donde los pusieron en fila y los fusilaron. La noche siguiente, 30 de agosto, los Hermanos Hedmigio, Amalio y Valerio fueron transportados a los alrededores de Tabernas donde fueron asesinados de un balazo en la cabeza y sus cuerpos fueron arrojados en un pozo profundo. El 8 de septiembre, los Hermanos Evencio y Teodomiro fueron fusilados cerca de la carretera y sus cuerpos quedaron abandonados allí mismo. Los Hermanos Aurelio y José corrieron la misma suerte el 12 de septiembre; sus cuerpos fueron también echados a un pozo. Los obispos y los Hermanos fueron condenados a muerte sin juicio, por el crimen de haber profesado y enseñado la fe católica.

Hermano José Cecilio (Bonifacio Rodríguez González)
Nacido en La Molina de Ubierna, España, el 14 de mayo de 1885
Entrado en el Noviciado el 21 de noviembre de 1901

Hermano Teodomiro Joaquín (Adrián Sáiz Sáiz)
Nacido en Puentedey, España, el 8 de septiembre de 1907
Entrado en el Noviciado el 15 de agosto de 1923

Hermano Evencio Ricardo (Eusebio Alonso Uyarra)
Nacido en Viloria, España, el 5 de marzo de 1907
Entrado en el Noviciado el 2 de febrero de 1923

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Fuente: www.filles-de-la-charite.org
Federico Ozanam, Beato Laico, 8 de septiembre  

Federico Ozanam, Beato

Laico

Martirologio Romano: En Marsella, en Francia, tránsito del beato Federico Ozanam, que, hombre esclarecido en erudición y piedad, defendió y propugnó con su eminente doctrina las verdades de la fe, prestó asidua caridad a los pobres en la Sociedad del San Vicente de Paúl y, como excelente padre de familia, hizo de su hogar una iglesia doméstica (1853).

Fecha de beatificación: Fue beatificado por Pablo II en París el 22 de agosto de 1997, durante las Jornadas Mundiales de la Juventud.

 

Antonio Federico Ozanam nació en Milán el 23 de abril de 1813, tercer hijo del matrimonio Juan-Antonio Francisco Ozanam y Maria Nantas. Federico, dice el mismo, que da gracias al Señor por el don de sus padres profundamente cristianos.

Este seglar del siglo XIX, cristiano en un mundo secularizado, fue un auténtico profeta de su tiempo en la Iglesia a la que él "ama con gran amor y sumisión". Federico realizó sus estudios secundarios en Lyon y su carrera universitaria en París. Durante un periodo de su adolescencia tuvo grandes problemas de orden espiritual, pero se confió a la dirección del abad Noirot, gran filósofo, que le ayudó a superarlas, él mismo escribe "he prometido a Dios dedicar mi vida al servicio de la verdad que me colma de paz".

En tiempos de revolución en la sociedad y en la Iglesia, Ozanam y sus amigos se propusieron tener, además de las conferencias de historia, las conferencias consagradas a la caridad, unir la acción a la palabra y afirmar con las obras la vitalidad de su fe.


En 1833 con un grupo de siete amigos fundó la Sociedad de San Vicente de Paúl, al que eligen como patrono. El mayor de ellos Emmanuel Bailey, 39 años, Federico 20 años, sólo uno del grupo era más joven que él. Cuando deciden ir al encuentro de los pobres Emmanuel Bailey les envía a Sor Rosalía Rendu, Hija de la Caridad, gran apóstol y sierva de los desheredados del barrio parisino de Saint-Médard. El estilo de las conferencias es la visita domiciliaria, la relación directa con el que sufre. Hoy las conferencias se han extendido por todo el mundo.

Federico como hijo, marido, padre y amigo, dotado de una rara sensibilidad, impresionó profundamente a todos aquellos que lo conocieron.

Fue testigo de la Caridad en toda su vida personal, familiar, profesional y cívica. Expresó un deseo ardiente "Es necesario abrazar el mundo en una red de caridad". Fue fiel defensor de los pobres.

Fue Profesor titular de derecho comercial, en la Facultad de Lyon, y más tarde profesor de Literatura Extranjera en la Sorbona.

Por motivos de salud tuvo que abandonar la enseñanza, que ejercía como un apostolado, dedicó sus últimas fuerzas a la investigación científica y a la Sociedad de San Vicente de Paúl.

Tras una larga enfermedad murió a los 40 años en Marsella, el 8 de septiembre de 1853 en una actitud de total entrega a Dios.

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Sergio I, Santo LXXXIV Papa, 8 de septiembre  

Sergio I, Santo

LXXXIV Papa

Martirologio Romano: En Roma, en la basílica de San Pedro, sepultura del papa san Sergio I, de origen sirio, que trabajó en favor de la evangelización de Sajonia y de Frisia, y buscando el arreglo de disensiones y litigios, prefirió enfrentar al emperador y a la muerte a consentir los errores (701).

 

Descendiente de una familia de Antioquía asentada en Palermo.

Elegido después de dos elecciones, la una a favor del Arcediano Pascual, y la otra del Arcipreste Teodoro. Este último se sometió voluntariamente a Sergio; el Arcediano, aunque lo hizo, fue de mala voluntad.

Estos dos antipapas quedan pronto apartados por la elección de Sergio I que con el apoyo del exarca de Rávena fue consagrado, con sospechas de simonía al haber sido acusado de pagar por su elección al citado exarca, el 15 de diciembre de 687.

Durante su pontificado se celebró en Constantinopla entre el 691 y el 692 un concilio convocado por el emperador Justiniano II y conocido como el Segundo Concilio Trullano.

Este concilio es considerado por la Iglesia Ortodoxa como complementario de los concilios ecuménicos quinto y sexto y, por tanto, es también conocido como Concilio Quinisexto, emitió ciento dos cánones que, aunque firmados por los legados papales, fueron rechazados, en parte, por Sergio I, como el que aprobó que los hombres casados pudieran acceder al sacerdocio, lo que suponía una relajación de la regla del celibato, pero sobre todo por las decisiones que equiparaban la sede de Constantinopla con la de Roma.

Este rechazo a reconocer el sínodo provocó el enfrentamiento entre el papado y el emperador bizantino que llegó a intentar la detención y traslado a Constantinopla de Sergio I, para lo que envió a Roma una misión que fracasó debido al apoyo que el papa recibió de la milicia de Rávena y de la Pentápolis. El Emperador Justiniano II, irritado de que Sergio rehusase aprobar los Cánones del Concilio in Trullo, envió a Zacarías a Roma para prender al Papa, y conducirle a Constantinopla, pero habiendo los soldados tomado la defensa de Sergio, Zacarías hubo de implorar su protección para librarse del furor de las tropas.

Durante su pontificado surgieron dos antipapas (Teodoro II y Pascual I) y se llevó a cabo la conversión de los frisones. Sergio pudo extinguir el cisma de los Obispos de Istria.

Introdujo el Agnus Dei en la misa. Se le conmemora el 8 de septiembre.

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Tomás de Villanueva, Santo Obispo, 8 de septiembre  

Tomás de Villanueva, Santo

Obispo

Martirologio Romano: En Valencia, de España, santo Tomás de Villanueva, obispo, que, siendo religioso de la Orden de Ermitaños de San Agustín, aceptó por obediencia el episcopado, sobresaliendo, entre otras virtudes pastorales, por un encendido amor hacia los pobres hasta entregarles todos los bienes, incluida la propia cama (1555).

 

Tomás García Martínez, más conocido como Santo Tomás de Villanueva (* Fuenllana, Ciudad Real, 1488 - † Valencia, 9 de septiembre de 1555), predicador, escritor ascético y religioso agustino español.

Nació en Fuenllana,se educó y creció en Villanueva de los Infantes, provincia de Ciudad Real, donde sus padres poseían una rica hacienda, pese a lo cual muchas veces el muchacho andaba desnudo porque había dado sus vestidos a los pobres. Queda en pie parte de la casa original, con un escudo en la esquina, al lado de un oratorio de la familia.

Aunque hizo estudios de Artes y Teología en la Universidad de Alcalá de Henares, ingresó en la Orden de los Agustinos de Salamanca (1516) y en 1518 fue ordenado sacerdote; en la orden ocupó los cargos de prior conventual, visitador géneral y prior provincial de Andalucía y Castilla. También fue profesor de la universidad y consejero y confesor de Carlos I de España.

Gozó de fama por su gran austeridad personal (llegó a vender el jergón donde dormía para dar el dinero a los pobres) y por su ejercicio continuo e infatigable de la caridad, especialmente con los huérfanos, con las doncellas pobres y sin dote y con los enfermos. Poseía, sin embargo, una concepción inteligente de la piedad, de forma que aunque era muy limosnero procuraba solucionar definitiva y estructuralmente la pobreza mediante la redención activa de la misma, dando trabajo a los pobres, y así hacía fructificar sus limosnas: "La limosna no sólo es dar, sino sacar de la necesidad al que la padece y librarla de ella cuando fuere posible.", escribió.

En 1533 envió como Provincial a los primeros padres agustinos que llegaron a México. Empezó a tener éxtasis místicos en misa o cuando rezaba los salmos.

Carlos I le había ofrecido el cargo de arzobispo de Granada pero él nunca lo había aceptado; se cuenta que llegó a arzobispo de Valencia el 10 de octubre de 1544 por error de un escribano, pero siguió negándose hasta que se lo ordenó su superior en la orden. Allí, ayudado por su obispo auxiliar Juan Segriá, puso orden en una diócesis que hacía un siglo que no tenía gobierno pastoral directo. Organizó un colegio especial para los moriscos conversos y organizó en especial un plan eficaz de asistencia y auxilio social y de caridad.

Compuso bellos sermones, entre los que destaca Sermón del amor de Dios, una de las grandes manifestaciones de la oratoria sagrada del XVI. Tuvo, en efecto, una gran fama de predicador, en un estilo sobrio y sencillo. Carlos I, al oírle predicar, exclamó: "Este Monseñor conmueve hasta las piedras", y provocaba sonoras conversiones. Algunos de sus sermones arremeten contra la crueldad de la fiesta de los toros. Tuvo asimismo una gran devoción por la Virgen María, cuyo corazón comparó a la zarza ardiente, que nunca se consumía. Es autor de varios Opúsculos, dentro de los que se incluye el Soliloquio entre Dios y el alma, en torno a la comunión.

En 1547 ordenó sacerdote al futuro San Luis Beltrán [1]. Falleció por una angina de pecho en 1555 a los sesenta y seis años. Fue canonizado por el papa Alejandro VII el 1 de noviembre de 1658.

Francisco de Quevedo escribió una biografía suya. Sus obras completas fueron editadas en Manila en 1881, Opera omnia, seis vols.

Es el Santo Patrón de la prestigiosa Universidad de Villanova, Pennsylvania, Estados Unidos de América establecida por los Agustinos en 1842, y de la Universidad de Santo Tomas de Villanueva en La Habana, Cuba. Esta fue cerrada por el gobierno Cubano en 1961, tras la expulsion de los Agustinos, considerados enemigos de la Revolucion por sus quejas frequentes contra el gobierno. Los Agustinos exiliados establecerion University of St. Thomas en Miami Gardens, Florida en 1961.

 

 

Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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