JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 12, 1-8
Gloria a ti, Señor.
En una ocasión Jesús caminaba a través de unos campos sembrados. Era sábado. Sus discípulos sintieron hambre y se pusieron a cortar espigas y a comérselas. Los fariseos, al ver lo que hacían, le dijeron:
"¿No te das cuenta de que tus discípulos hacen algo que no está permitido en sábado?"
Jesús les respondió:
"¿No han leído lo que hizo David cuando sintió hambre él y sus compañeros: cómo entró en el templo de Dios y comió los panes de la ofrenda que ni a él ni a los suyos les estaba permitido comer, sino sólo a los sacerdotes? ¿Tampoco han leído en la ley que en sábado los sacerdotes del templo pueden quebrantar el precepto del sábado quedando sin culpa?
Pues yo les digo que aquí hay alguien más importante que el templo. Si supieran lo que significa: quiero amor y no sacrificios, no condenarían a los inocentes. Porque el Hijo del hombre es señor del sábado".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las “palabras de vida eterna” (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=272692
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: “si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros” (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). “Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso”. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: “quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación” (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesar pecados graves al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
vie 15a. Ordinario año Par
Antífona de Entrada
Adoremos a Dios en su santo templo. El nos hace habitar juntos en su casa. El es la fuerza y el poder de su pueblo.
Oración Colecta
Oremos:
Padre santo todopoderoso, protector de los que en ti confían; ten misericordia de nosotros y enséñanos a usar con sabiduría de los bienes de la tierra, a fin de que no nos impidan alcanzar los del cielo.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
He escuchado tu oración y he visto tus lágrimas
Lectura del libro del profeta Isaías 38, 1-6. 21-22.7-8
Por aquel tiempo, Ezequías se enfermó gravemente. El profeta Isaías, hijo de Amós, acudió a él y le dijo:
"Así dice el Señor: arregla los asuntos de tu casa, porque muy pronto vas a morir".
Entonces Ezequías, con el rostro contra la pared, oró al Señor así:
"Acuérdate, Señor, que he caminado fielmente en tu presencia, y que te he agradado con mi conducta, actuando con rectitud".
Y comenzó a llorar amargamente.
El Señor dijo a Isaías:
"Ve y di a Ezequías: Así dice el Señor, Dios de tu antepasado David: He escuchado tu oración y he visto tus lágrimas. Dentro de tres días podrás subir al templo del Señor. Alargaré tu vida quince años, te libraré a ti y a esta ciudad del rey de Asiria y protegeré a esta ciudad".
Isaías dijo:
"Traigan un ungüento hecho de higos secos y aplíquenselo a la herida; así sanará".
Ezequías preguntó:
"¿Cuál es la señal de que subiré al templo del Señor?"
Isaías respondió:
"Esta es la señal que el Señor te da como prueba de que cumplirá su palabra: Haré retroceder diez grados la sombra ya avanzada que proyecta el sol, según las marcas del reloj de Ajaz".
Y el sol retrocedió diez grados que ya había avanzado.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Is 38, 10.11.12abcd.16
Sálvame, Señor, y viviré.
Yo dije: A la mitad de mis días tengo que traspasar las puertas del abismo; me privan del resto de mis años.
Sálvame, Señor, y viviré.
Yo dije: Ya no veré más al Señor en la tierra de los vivos, ni contemplaré a los hombres en compañía de los habitantes del mundo.
Sálvame, Señor, y viviré.
Levantan y pliegan mi morada como una tienda de pastor. Enrollaba yo mi vida como un tejedor, pero tu cortaste el hilo de mi ovillo.
Sálvame, Señor, y viviré.
El Señor está con los suyos. Ellos vivirán, y su espíritu los animará; tú me curarás y me harás revivir.
Sálvame, Señor, y viviré.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen.
Aleluya.
Evangelio
El hijo del hombre es dueño del sábado
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 12, 1-8
Gloria a ti, Señor.
En una ocasión Jesús caminaba a través de unos campos sembrados. Era sábado. Sus discípulos sintieron hambre y se pusieron a cortar espigas y a comérselas. Los fariseos, al ver lo que hacían, le dijeron:
"¿No te das cuenta de que tus discípulos hacen algo que no está permitido en sábado?"
Jesús les respondió:
"¿No han leído lo que hizo David cuando sintió hambre él y sus compañeros: cómo entró en el templo de Dios y comió los panes de la ofrenda que ni a él ni a los suyos les estaba permitido comer, sino sólo a los sacerdotes? ¿Tampoco han leído en la ley que en sábado los sacerdotes del templo pueden quebrantar el precepto del sábado quedando sin culpa?
Pues yo les digo que aquí hay alguien más importante que el templo. Si supieran lo que significa: quiero amor y no sacrificios, no condenarían a los inocentes. Porque el Hijo del hombre es señor del sábado".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, estos dones que tu generosidad ha puesto en nuestras manos, y concédenos que este sacrificio santifique toda nuestra vida y nos conduzca a la felicidad eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Restauración universal en Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
A quien hiciste fundamento de todo y de cuya plenitud quisiste que participáramos todos.
El cual, siendo Dios, se anonadó a sí mismo, y por su sangre derramada en la cruz, puso en paz todas las cosas; y así, constituido Señor del universo, es fuente de salvación eterna para cuantos creen en él.
Por eso,
con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Antífona de la Comunión
Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus muchos beneficios.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, que esta Eucaristía, memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, nos ayude a corresponder al don inefable de su amor y a procurar cada día nuestra salvación eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor...
Amén
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† Meditación diaria
15ª Semana. Viernes
LA PASCUA DEL SEÑOR
— La Pascua judía.
— La Última Cena de Jesús con sus discípulos. El verdadero Cordero pascual.
— La Santa Misa, centro de la vida interior.
I. La Pascua era la más solemne de las fiestas judías; había sido instituida por Dios para conmemorar la salida del pueblo hebreo de Egipto y para que recordara cada año la liberación de la esclavitud a la que había estado sometido. El Señor estableció1 que todas las familias inmolaran en la víspera de esta fiesta un cordero de un año, sin mancha ni defecto alguno. Se reuniría toda la familia para comer esa carne asada al fuego, con panes ázimos, sin levadura, y con hierbas amargas. Este pan sin fermentar simboliza la prisa de su salida de Egipto, huyendo de los ejércitos del faraón; las hierbas amargas representan la amargura de la esclavitud tantos años padecida. Lo habrían de comer con prisa, como quien está de paso, con el traje ceñido, como el que se dispone a emprender un largo camino.
La fiesta comenzaba con esta cena pascual, la tarde del 14 del mes de Nisán, poco después de la puesta del sol, y se prolongaba siete días más, en los que el pan no tenía levadura y estaba sin fermentar; a esta semana se la llamaba de los Ázimos por este motivo. La levadura se eliminaba de las casas el mismo día 14 por la tarde; así recordaba el pueblo hebreo aquella salida precipitada de la tierra en la que tanto había padecido.
Todo era figura e imagen de la renovación que obraría Cristo en las almas y de su liberación de la esclavitud del pecado. Echad fuera la levadura vieja -dirá San Pablo a los primeros cristianos de Corinto-, para que seáis una masa nueva así como sois ázimos. Porque Cristo, nuestro Cordero pascual, fue inmolado. Por tanto, celebremos la fiesta no con levadura vieja ni con levadura de malicia y de perversidad, sino con ázimos de sinceridad y de verdad2. El cordero pascual de la fiesta judía era promesa y figura del verdadero Cordero, Jesucristo, víctima en el sacrificio del Calvario en favor de la humanidad entera3. Él es el verdadero Cordero que quitó el pecado del mundo, muriendo destruyó nuestra muerte y resucitando restauró la vida4. Es el Cordero que, con su sacrificio voluntario, consigue lo que se representaba en los sacrificios de la antigua Ley: satisfacer por los pecados.
El sacrificio de Cristo en la Cruz, renovado cada vez que se celebra la Santa Misa, nos permite vivir ya en una continua fiesta. Por eso exhortaba San Pablo a los corintios a que expurgaran la vieja levadura, símbolo de lo viejo y de lo impuro, para llevar una auténtica vida cristiana5. La Santa Misa, vivida también a lo largo del día, nos anticipa la gloria del Cielo. Después de tantos bienes recibidos, “¿podéis no estar en fiesta continua durante los días de vuestra vida terrestre? –pregunta San Juan Crisóstomo–. Lejos de nosotros cualquier abatimiento por la pobreza, la enfermedad o las persecuciones que nos agobian. La vida presente es un tiempo de fiesta”6, un adelanto de lo que serán la gloria y la felicidad eternas.
II. Jesús señaló con antelación y con un particular acento la última pascua que iba a comer con sus discípulos7, manifestó que deseó ardientemente comerla con ellos8.
Juan y Pedro prepararon todo lo necesario: los panes ázimos, las verduras amargas, las copas para el vino y el cordero, que había de ser sacrificado en el atrio del Templo, en las primeras horas de la tarde. Aquella noche, probablemente en la casa de María, madre de Marcos, tendrá lugar la institución de la Sagrada Eucaristía y se adelantará sacramentalmente el Sacrificio de la Nueva Alianza que se realizará al día siguiente en el Calvario. “En una misma mesa se celebran las dos pascuas, la de la figura y la de la realidad. Así como los pintores, en la misma tabla, trazan primero las líneas del contorno y añaden luego los colores, así hizo también Cristo”9; utilizando los viejos ritos, establecerá la verdadera Pascua, la fiesta por excelencia, de la cual la anterior solo era una imagen precursora. Las hierbas amargas guardan ahora una estrecha relación con la amargura de la Pasión, que pronto iba a comenzar.
La cena pascual era un sacrificio: el sacrificio de la Pascua de Yahvé10. La Santa Misa lo es también, como renovación incruenta, pero real, del sacrificio de la Cruz. Y Jesús anticipó en la Última Cena, de forma sacramental –mi cuerpo entregado, mi sangre derramada– el sacrificio que consumaría al día siguiente en el Calvario. De una vez por todas, con particular sencillez y gravedad, Jesús sustituyó el antiguo rito por su sacrificio redentor. Aquella noche, en el Cenáculo, se llevó a cabo el acontecimiento del que han vivido los hombres de tantas generaciones y que constituye el centro de nuestra existencia. “¡Oh dichoso lugar –exclama San Efrén–, en el cual el cordero de la Pascua sale al encuentro del Cordero de la verdad...! (...). ¡Oh dichoso lugar! Nunca ha sido preparada una mesa como la tuya, ni en la casa de los reyes, ni en el Tabernáculo, ni en el Sancta Sanctorum”11.
Con las palabras haced esto en conmemoración mía dispuso el Señor que aquel misterio de amor se pudiera repetir hasta el fin de los tiempos, otorgando a los Apóstoles y a sus sucesores el poder de realizarlo12. ¡Cómo hemos de dar gracias por participar de tantos bienes que recibimos en la Santa Misa, y de modo particular en el momento de la Sagrada Comunión! ¡Tenemos tan cerca al mismo Jesús que se dio plenamente a sus discípulos y a todos los hombres en aquella memorable noche! Ahora le podemos decir en la intimidad de nuestro corazón: “Yo te amo, Señor Jesús, alegría y descanso mío, con todo mi corazón, toda mi mente, toda mi alma y todas mis fuerzas; y si ves que no te amo como debería, al menos así deseo amarte, y si no lo deseo suficientemente, por lo menos quiero desearlo de este modo (...). ¡Oh Cuerpo sacratísimo abierto por cinco heridas, ponte como sello sobre mi corazón e imprime en él tu caridad! Sella mis pies, para que siga tus pasos; sella mis manos, para que siempre realicen buenas obras; sella mi costado para que por siempre arda en fervientes actos de amor hacia Ti. ¡Oh Sangre preciosísima que lavas y purificas a todos los hombres! Lava mi alma y pon una señal en mi rostro para que no ame a nadie más que a Ti”13.
III. En aquella última Pascua, Jesús se entregó ya a su Padre como víctima que va a ser inmolada, como Cordero purísimo. Y tanto aquella Cena como la Santa Misa constituyen, con la oblación ofrecida en el Calvario, un sacrificio único y perfecto, porque en los tres casos la víctima ofrecida es la misma: Cristo; e igual el sacerdote: Cristo14.
Nosotros hemos de procurar que la Santa Misa sea el centro de la vida entera. “Lucha para conseguir que el Santo Sacrificio del Altar sea el centro y la raíz de tu vida interior, de modo que toda la jornada se convierta en un acto de culto –prolongación de la Misa que has oído y preparación para la siguiente–, que se va desbordando en jaculatorias, en visitas al Santísimo, en ofrecimiento de tu trabajo profesional y de tu vida familiar...”15.
Preparémonos para la Santa Misa como si el Señor nos hubiera invitado personalmente a aquella última pascua que comió con sus más íntimos. Cada día hemos de oír en nuestro corazón, como dirigidas únicamente a nosotros, aquellas palabras del Señor: Desiderio desideravi hoc Pascua manducare vobiscum..., he deseado ardientemente comer esta pascua con vosotros16. Es mucho el deseo de Jesús, son muchas las gracias que nos prepara.
Se cuenta de San Juan de Ávila que recibió la noticia de la muerte de un sacerdote que acababa de ordenarse, y preguntó enseguida si había celebrado alguna Misa; le respondieron que solo había podido hacerlo una vez. Y se dice que el santo comentó: “De mucho tendrá que dar cuenta a Dios”. Pensemos hoy en este rato de oración cómo celebramos o cómo participamos en el Santo Sacrificio del Altar; cómo son los deseos, la preparación, el empeño por evitar que otros asuntos ocupen la mente, los actos de fe y de amor en ese tiempo, siempre corto, que dura la Santa Misa y la acción de gracias de la Comunión.
Si, con la ayuda de la gracia, nos empeñamos, la Santa Misa será el centro al que se referirán todas las prácticas de piedad, los deberes familiares y sociales, el trabajo, el apostolado...; se convertirá también en la fuente donde recobraremos las fuerzas todos los días para ir adelante; la cumbre hacia la que dirigimos nuestros pasos, nuestras obras, los afanes apostólicos, los deseos más íntimos del alma; será también el corazón donde aprendemos a amar a los demás, con sus defectos, parecidos a los nuestros, y con sus facetas menos agradables. Si cada día logramos amar un poco más la Santa Misa, podremos decir al Señor después de la acción de gracias de la Comunión: “me alejo de Ti por un poco, Señor Jesús, pero no me voy sin Ti, que eres el consuelo, la felicidad y todo el bien de mi alma (...). Cuanto en adelante haga, lo haré en Ti y por Ti, y nada será objeto de mis palabras y acciones internas y externas salvo Tú, mi amor...”17.
1 Primera lectura. Año I. Ex 12,1-14. — 2 1 Cor 5, 7-8. — 3 Cfr. Santo Tomás, Suma Teológica, 3, q. 73, a. 6. — 4 Misal Romano, Prefacio pascual I. — 5 Cfr. Sagrada Biblia, Epístolas de San Pablo a los Corintios, EUNSA, Pamplona 1986, in loc. — 6 San Juan Crisóstomo, Homilías sobre la 1.ª Epístola a los Corintios, 5, 7-8. — 7 Cfr. Jn 2, 13-23; 6, 4; 11, 55; 12, 1. — 8 Cfr. Lc 22, 15. — 9 San Juan Crisóstomo, Sobre la traición de Judas, 1, 4. — 10 Ex 12, 27. — 11 San Efrén, Himno 3. — 12 Cfr. 1 Cor 11, 24-25; Lc 22, 19. — 13 Card. J. Bona, El sacrificio de la Misa, Rialp, Madrid 1963, pp. 164-165. — 14 Cfr. Ch. Journet, La Misa, p. 89. — 15 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 69. — 16 Cfr. Lc 22, 15. — 17 Card. J. Bona, o. c., p. 176.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
La Cuatro Condiciones
Los Nueve Domingos
Biografía del Padre Rizzo
Oraciones al Divino Niño
La Confesión
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Elías,
Profeta
Año 850 AC
Señor Dios: síguenos enviando muchos profetas que, como Elías, anuncien tus mensajes y luchen valientemente contra el pecado y las falsas enseñanzas de los enemigos de la religión.
Elías significa: "Mi Dios es Yahvé". (El = Dios. IA = Yahvé).
En contraposición a un montón de falsas divinidades que el pueblo ignorantemente estaba adorando, suscitó Dios a un gran profeta para que recordara a su pueblo que sólo hay un Dios y que ese Dios es Yahvé (Este es el nombre que Dios se dio a sí mismo cuando Moisés le preguntó: ¿Cuál es tu nombre?". Y el Señor le respondió "Mi nombre es Yahvé, que significa: Soy el que soy. Yo hice a todos, y a mí nadie me hizo"(Exodo 3,14). Ese fue pues el oficio de Elías: tratar de convencer a los israelitas de que sólo hay un Dios y que ese Dios es Yahvé, el Creador de cielos y tierra.
La historia del profeta Elías está en la S. Biblia en el Libro Primero de los Reyes capítulos 17 al 21, y en el segundo Libro de los Reyes, capítulos 1 y 2. Ojalá la leamos en nuestra Biblia. Es la siguiente:
Reinaba en Israel Acab, un hombre de débil voluntad que se dejaba dominar por su esposa Jezabel, que era pagana y extranjera y deseaba imponer entre el pueblo la religión de los falsos dioses. Esta mujer perversa hizo asesinar a los profetas y sacerdotes del Dios verdadero, de los cuales solamente se salvaron de la muerte unos cien a quienes escondió en cavernas Abdias, el mayordomo del rey, y los alimentó durante la época de máximo peligro. Elías se libró de la muerte huyendo a su tierra natal, al otro lado del Jordán, y yéndose después a una ciudad fenicia, llamada Sarepta.
Pero cuando parecía que ya Jezabel iba a lograr destruir por completo la verdadera religión en Israel, entra en escena el gran campeón del a religiosidad, Elías, y empieza el combate total entre las fuerzas del bien y las del mal.
Elías aparece de repetne en pleno reinado de Acab, para anunciar, que como un castigo por haber abandonado la verdadera religión, vendrá sobre la nación un verano de tres años seguidos. Y en efecto deja de llover durante 36 meses y el hambre y la sed hacen estragos.
Por orden de Dios, Elías se retira a vivir a una cueva junto a una fuente de agua. Allá los cuervos le llevan pan por la mañana y carne por la tarde, El profeta viste pobremente: una tosca piel de camello y una correa (así vestirá más tarde Juan Bautista). Cuando la fuente de agua se secó, Dios le ordenó que se fuera a vivir a una ciudad extranjera, llamada Sarepta.
Al llegar a Sarepta se encuentra con una viuda que está recogiendo leña para cocinar. Él le dice: "por favor: tráigame un poco de agua y un pan". Ella le respondió: No tengo sino un poquitito de harina y una migaja de aceite. Voy a hacer un pan para mi hijo y yo, y después nos moriremos de hambre".
Elías le dijo: "Haga un pan para mí, y ya verá que la harina no se le acabará en su artesa, ni el aceite en su vasija, hasta el día en que vuelva a llover sobre la tierra". La mujer hizo lo que el profeta le mandaba, y sucedió como le había anunciado: ni la harina se acabó en su artesa, ni el aceite se disminuyó en su vasija, durante todos esos meses de escasez. Y así pudo alimentar a su hijo y al profeta.
El primer caso de un resucitado, que se narra en la S. Biblia, sucedió en tiempos del profeta Elías. El hijo de la viuda que lo hospedaba se enfermó gravemente y se murió. La pobre mujer desconsolada le reclamó al profeta el por qué le tenía que suceder a ella tan grande desgracia. Elías se dedicó a rezar con toda fe junto al cadáver del niño y Dios resucitó al muerto. La madre del jovencito, al ver a su hijo vivo otra vez, exclamó: "Ahora sé que eres un hombre de Dios y que en verdad Yahvé habla por tus labios".
Elías hizo que el rey Acab reuniera a todo el pueblo de Israel, junto al Monte Carmelo y también a los 450 profetas del falso dios Baal. Y estando todos allí reunidos les hizo este desafío: "Vamos a poner dos altares. En el uno estarán los sacerdotes de Baal. Y en el otro estaré yo en nombre de Yahvé. Y ellos invocarán a Baal para que envíe fuego del cielo y queme sus ofrendas. Y yo invocaré a Yahvé. Y el que responda, ese es el verdadero Dios. Y descendió fuego del cielo y consumió todo el sacrificio que él había colocado en el altar (y eso que el profeta había hecho inundar con mucha agua todos los alrededores de su altar, para que no fuera fácil allí quemar nada). El pueblo emocionado ante este milagro, acabó con todos los sacerdotes del falso dios Baal.
Cuando la malvada reina Jezabel supo que habían acabado con los sacerdotes de su falso dios Baal, dio orden a la policía de que asesinara a Elías. Y este tuvo que salir huyendo por el desierto, para salvar la vida. Y le sucedió que entonces tuvo una gran depresión de ánimo y deseó morirse. Pero Dios le envió un ángel que le trajo un pan y una jarra de agua, y con este alimento tuvo fuerzas para andar 40 días por el desierto hasta llegar al Monte Horeb o Sinaí y esconderse allí.
Y estando allí en el Monte Santo sintió que Dios se le iba a aparecer. Y llegó un violento huracán, pero allí no iba Dios. Y sucedió un espantoso terremoto, pero ahí no estaba Dios. Y vino un fuego devorador, y allí tampoco llegaba Dios. En seguida sintió una suave brisa, y ahí sí venía Dios. Y el Señor mandó a Elías que volviera otra vez a Israel y que consagrara a Eliseo como su sucesor, y a Jehú como nuevo rey. Y desde aquella aparición, aprendió el gran profeta a no ser violento (como el huracán) ni duro (como el terremoto) ni asustador (como el fuego) sino suave y amable (como la brisa).
El rey Acab deseaba conseguir una finca que le agradaba, pero Nabot, su dueño, no se la quería vender porque era la herencia muy amada de sus padres. Entonces la reina Jezabel hizo asesinar a Nabot y el rey se apoderó de la finca. Elías se presentó y le anunció que por haber cometido semejante crimen, todos los hijos varones del rey Acab serían asesinados, y que a Jezabel se la comerían los perros.
Ajab se asustó mucho y empezó a hacer penitencia. Entonces Dios le avisó a Elías que por esas demostraciones de arrepentimiento, los castigos no llegarían sino cuando el rey ya se hubiera muerto. Y así sucedió. Muerto Ajab, fue nombrado rey un general llamado Jehú el cual hizo asesinar a todos los hijos del difunto rey, y mandó echar desde un balcón hasta el piso de la calle a Jezabel, y allí la devoraron los perros.
El profeta nombró como su sucesor a Eliseo y fue avisado por Dios de que iba a ser llevado al cielo. En compañía de Eliseo llegó al río Jordán y lo tocó con su manto, y el río se abrió en dos y pasaron al otro lado sin mojarse los pies.
Eliseo le pidió como último favor: "Que me pase a mí lo más importante de tu espíritu" (de tus poderes y de tus cualidades). Elías le dijo: "Si me ves cuando suba al cielo se te concederá lo que has pedido".
Y llegó un carro de fuego y se llevó a Elías al cielo. Eliseo lo vio mientras subía por las nubes, y se le transmitieron a él las cualidades y los poderes de Elías, y empezó a hacer milagros.
Retrato bíblico
Es imposible intentar encerrar en cuatro páginas la personalidad y obra de este gran Profeta.
Leyendo las pocas páginas que nos hablan de él: 1 Reyes, cap. 17-19,21, y 2 Re 1-2, podemos intentar descubrir sus rasgos principales. He aquí algunos:
El hombre ante Dios: Aparece con frecuencia la expresión "el Señor a quien sirvo" o "ante el que estoy"; Elías no comparte con nadie su culto y quiere que el pueblo haga lo mismo.
Llevado por el Espíritu: Ved la respuesta tan sabrosa de Abdías en 1 Reyes 18,12. De ahí es de donde procede la fuerza del alma de Elías y de su libertad interior.
Su fe sin divisiones: Cuando el sacrificio del Carmelo (1 Re 18), intenta forzar al pueblo a elegir entre el Dios vivo, personal, que interviene en la historia, y las fuerzas naturales divinizadas, los baales. Como nosotros, Elías cree sin ver; porque Dios se lo pide, anuncia la llegada de la lluvia..., pero sin verla venir (1 Re 18,41 s).
Su intimidad son Dios: Su visión de Dios (1 Re 19), como la de Moisés (Ex 33,18s), es el modelo de la vida mística: es todo lo más que se le concede ver al hombre. Pero Elías sigue siendo un hombre como nosotros, desalentado, miedoso (19,ls). El versículo 19,12 debe traducirse: "Se oyó el ruido de un silencio": Dios no está en las fuerzas de la naturaleza divinizadas, sino que es el Dios oculto. En su oración -lo mismo que Moisés-Elías no cae en efusiones místicas, sino que habla a Dios de su misión.
De ensorde los pobres: Ante el rey y los poderosos, defiende al pobre (1 Re 21).
Su universalismo:Como cree en Dios sin divisiones y se deja conducir por el Espíritu, es libre para tratar con los paganos (1 Re 17); pero también a la mujer pagana le pide una fe incondicional (17, 13).
Las llorecillas de Elías (2 Re 1): Este relato popular, lo mismo que presentarán luego a Eliseo, contribuirá, por desgracia, a hacer de Elías un personaje justiciero que pide el fuego del cielo contra los pecadores.
La ascensi6nde Elías (2 Re 2). Como no se conocía su tumba, se llegó a pensar seguramente que había sido llevado junto a Dios. Lucas se inspirará en este texto para su relato de la ascensión de Jesús (Hech 1,6-11); Eliseo, que ve a Elías en su ascensión, recibirá su espíritu para continuar su misión, lo mismo que los discípulos recibirán el Espíritu de Jesús por haberlo visto elevarse.
Retrato hecho por los hombres
Nos limitamos al que nos pintan dos célebres carmelitas:
l) El ilustre historiador Juan Bta. Lezana (+1659) escribió este magnifico epitafio:
"Elogio para fiar a la puerta del paraíso terrenal:
Aquí vive,oh mortal aquel celeste celador de la honra divina. Elías es de doble espíritu, perfecto en la pureza, rico en virtudes, pobrisimo en bienes terrenos, gran amigo de Dios, enemigo del diablo, amable con los buenos, terrible para los impíos, nacido antes de Cristo, conversó con Cristo, reservado después de Cristo contra el Anticristo; Patriarca eximio. Profeta celebérrimo. Sacerdote grande, Monje, Padre de los Monjes, siempre casto, Fénix singular.
De Cristo futuro apóstol. Mártir, Precursor, Capitán, valiente defensor, heraldo de la verdad, ardientemente reilgioso, maduro sin quebranto, anciano sin vejez, mortal sin morir, nutrido sin alimento, de una longevidad sin achaques y - icosa admirable!- de una vida santísima que no se ha de extinguir hasta la consumación de los siglos.
Quien flageló a los tiranos, dio muerte a los sacrílegos, cerró con su palabra las nubes y tornólas a abrir, ungió Reyes e instituyó Profetas defensores; por los ángeles fue anunciado su nacimiento, allmentado en Carit, saludado en Horeb, donde, en medio de fragorosa tempestad y conmoción de los montes, cubriéndose con su palio el rostro, vio en cuanto era capaz, a Dios, el cual se le manifestó en el suave céfiro..."
2) El venerable mariólogo Arnoldo Bostio (+1499) lo llamó:
"Varón Evangélico antes del Evangello, Apostólico antes del tiempo de los Apóstoles, despreciador del mundo y de todas las cosas perecederas, apasionado seguidor de lo eterno, primer Virgen, Monje y Eremita, resplandor de costumbres, regla de virtudes, heraldo de la Virgen sagrada. Que con la instftución de la virginal castidad antecedió por mucho tiempo al Cordero sin mancha a donde quiera que hubiera de ir..."
Elías y el Carmelo
Un grupo de cozados llegados a Palestina a mediados del siglo XII, viendo la maravillosa topografía del Monte Carmelo, tan apto para la contemplación, decidieron quedarse allí y se entregaron sin reservas a imitar la vida del Profeta de Fuego, tal como la describían los libros de los Reyes, a base de la tradición monástica. El lugar les ayudaba a "fabricar la miel dulcísima de la contemplación".
Supuesto el vinculo entre Elías y el Carmelo, entre Elias y la vida religiosa, fijado por los Padres Griegos y Latinos, no es de extraflar que aquellos a quienes ya Santiago de Vitry había designado como "imitadores del santo varón y solitario Elías profeta", en el Monte Carmelo..., cerca de la fuente apellidada de Elías, en la Rubríca Prima de las Constituciones afirman su descendencia de los Padres tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, quienes desde el tiempo de Elías y de Eliseo habían habitado en el Monte Carmelo "para la contemplación de las cosas celestiales".
A pesar de ello, los carmelitas nunca se llamaron elianos, pues tomarán el nombre, como tantas otras Ordenes, no del Fundador, sino del lugar donde nacen.
Elias será para aquellos cozados que se reúnen en el Monte Carmelo la regla viva, que se propondrán imitar. Para ellos éste será el padre que les infundirá su espíritu: Carmelitarum Dux et Pater.
Para estos primeros carmelitas, la cosa fue fácil: deseaban imitar a aquel hombre extraordinario, tal como lo presentabá la Sagrada Escritura y porque los Padres lo habían visto como el prototipo del monacato.
Así de sencillo es el origen del Patríarcado ellano sobre el Carmelo.
Hoy, la así llamada "Cuestión eliana"sobre la sucesión heriditaria o entronque de los carmelitas de hoy con el Profeta Elías, que vive 900 años antes de Cristo, es una cuestión zanjada y, por lo tanto, así admitida: Elías es el Padre Espiritual o el Inspirador del Carmelo. Así lo ha escrito el P. R. García Villoslada, S.J.:
"Pero debemos anadirque no sin fundamento llaman su Padre a Elías, porque los fundadores y después todos los carmeiltas miraron siempre a aquel Profeta como a modelo y ejemplar, e inspirados en él, modelaron sus reglas y constituciones. Moralmente, pues, ha influido el Profeta Elías en la Orden Carmelitana casi tanto como San Agustín en los diversos Institutos que llevan su nombre, y se glorían de tenerle por Padre".
Elías, Padre espiritual del Carmelo
"Elías, aunque no sea él quien les haya dado una Regla escrita, con todo ha sido el ejemplo y el modelo de la santa vida de los carmelitas". Así escribió el célebre humanista benedictino, el Abad Juan Tritemio (+1516).
A esta afirmación de un extraño a la Orden baste añadir un hecho: Entre las estatuas de los fundadores de las Ordenes Religiosas que aparecen en la Basílica de San Pedro en Roma, está también la magnífica e impresionante del profeta Elias, con la siguiente inscripción, escrita por el mismo Papa Benedicto XIIIel 26.6.1725: "Universus Ordo Carmelitarum Fundatori suo Santo Eliae Prophetae erexit 1725. (La Orden entera de los Carmelitas, a su Santo Fundador, Elías, Profeta, la erigió el año 1725").
El entonces Procurador General de la Orden, Eliseo Monsignani, lleno de alegría, cursó a los Provinciales esta comunicación: "Ha llegado el tiempo en que, aun cuando los carmelitas callen, las piedras y los mármoles hablarán y dirán que el profeta Elías es el Padre y Fundador de los carmelitas".
¿De dónde arranca esta paternidad eliana?
El historiador de la primera mitad del siglo XIII,Jaime de Vitry, dice: "A ejemplo e imitación del santo y solitario varón Elías profeta, muchos anacoretas se retiraron en el Monte Carmelo..."
En virtud de esta tradición y de esta historia del patriarcado eliano los carmelitas deben procurar ajustar su vida a la de él. Fue éste el testamento que según la tradición dejó San Brocardo, Superior General del Carmelo, a los moradores de aquella Santa Montaña antes de expirar: "Ajustad vuestra vida a la vida ejemplar de la Bienaventurada Virgen Maria y de nuestro fundador, el Santo Profeta Elías".
El ha de ser para nosotros el espejo en el que a diario debemos miramos, como lo hacia San Antonio. Es lo que afirma el Bto. Juan Soreth (+1471) en su Exposición de la Regla: "Nosotros somos los Hijos de los Profetas, no según la carne, sino por la imitación de sus obras. El Redendor decía a los judíos que se gloriaban de proceder de Abrahán: "Haced las obras de Abrahán". Así hoy se debe decir a los carmelitas: "Haced las obras de Elías".
Así nos presenta a Elías el libro más importante de la espiritualidad Carmelitana después de la Regla, la Institución, como ejemplo a imitar.
He aquí un hecho básico e indiscutible: La conciencia moral eliana del Carmelo, su procedencia eliana en cuanto a la concepción contemplativa y apostólica de la vida religiosa.
Esto afirmaba el célebre Tomás Waldense, cuando deseaba que fuera para los carmelitas N. P. 5. Elías "unafuente de vida espiritual, un ideal que incita a la imitación y estimula al celo por el Dios de los ejércitos, de modo que, la vida espiritual del Carmelo halle en él, Elías, su especificación y su inspiración".
Su espiritualidad y su mensaje
En cuanto precede ya va implícita y explícita su espiritualidad y su mensaje para el hombre de hoy, que no puede ser más actualísimo.
Todo él se resume en su doble espíritu, que siempre enarboló el Carmelo como fundamento de su espiritualidad:
Este era su lema en doble vertiente:
a) Vida contemplativa, intimidad divina: "Vive el Señor, en cuya presencia yo vivo, yo estoy" (1 Re 17,1).
b) Vida apostólica, celo por la gloria de Dios y la justicia: "Me abraso de celo por el Señor, Dios de los ejércitos" (1 Re 19,10).
Elías Profeta es el CANTOR incansable del Dios vivo.
Si a este doble espíritu se le añade el amor tierno y filial a MARIA- a la que según la tradición él viera prefigurada en la célebre Nubecilla (1 Re 19, 44)- ya está completo el CARISMA DEL CARMELO.
Nos recordaba el papa Juan Pablo IIel 24.9.1983:
"Vuestro carisma hunde sus raíces en el Antiguo Testamento y se centra en torno a la grandiosa figura del Profeta Elías, el Profeta del Nuevo testamento.
El fue un hombre de Dios, Maestro testigo de oración. Como hijo del pueblo, es un ejemplo a seguir por vosotros de cómo tenéis que preocuparos de las necesidades del prójimo. Ello quiere decir que vosotros debéis ser hombres de Dios,testigos de la transcendencia divina, apóstoles de la Divina economía."
Resumiendo:
que prediquemos y vivamos al Dios único y verdadero.
que demos muerte a los muchos ídolos que nos rodean.
que vivamos siempre en la presencia del Señor.
"que contemplemos a Maria y tratemos de imitarla.
Su oración
Dios todopoderoso y eterno, que concediste a tu Profeta Elías, nuestro Padre, vivir en tu presencia y arder por el celo de tu gloria, concédenos buscar siempre tu rostro y ser en el mundo testigos de tu amor. Amén.
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Aurelio, Santo Obispo, 20 de julio
Obispo Etimológicamente significa “ brillante”. Viene de la lengua latina. |
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Rosa de Wang-Hoei, Santa Catequista, 20 de julio
Catequista Etimológicamente significa “ jardín florido”. Viene de la lengua latina. |
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Margarita de Antioquia, Santa Patrona de los nacimientos, 20 de julio
Patrona de los nacimientos Etimológicamente significa “perla”. Viene de la lengua griega. |
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Liberata, Santa Virgen y Mártir, 20 Julio
Santa Liberata era hija de Lucio Castelio Severo quien fue gobernador romano del noreste de la península ibérica (Gallaecia y Lusitania) en el año 122. |
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Fuente: www.carmelnet.org
Eliseo, Santo Profeta, Julio 20
Profeta y Padre espiritual del Carmelo Martirologio Romano: |
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Apolinar de Rávena, Santo Obispo y Mártir, 20 de julio
Obispo y Mártir Martirologio Romano: En Classe, cerca de la ciudad de Rávena, en la vía Flaminia, conmemoración de san Apolinar, obispo, cuya memoria litúrgica se celebra el veinte de julio (c. s. II). SAN APOLINAR DE RÁVENA nació probablemente en Antioquía, en la actual Turquía, en la época de mayor auge del Imperio Romano, apenas después de la muerte de Jesús. |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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