JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 9, 14-15
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, los discípulos de Juan fueron a ver a Jesús y le preguntaron:
"¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos, y tus discípulos no ayunan?"
Jesús les respondió:
"¿Es que pueden estar tristes los invitados a la boda mientras el novio está con ellos? Llegará un día en que les quitarán al novio; entonces ayunarán".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu
El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
"El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?
Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).
Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?
Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
Viernes de Ceniza
Antífona de Entrada
Escucha, Señor, y ten piedad de mí; Señor, socórreme.
Oración Colecta
Oremos:
Confírmanos, Señor, en el Espíritu de penitencia con que hemos empezado la Cuaresma; y que la austeridad exterior que practicamos vaya siempre acompañada por la sinceridad de corazón.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Este es el ayuno que yo quiero
Lectura del libro del profeta Isaías 58, 1-9a
Esto dice el Señor:
"Grita con fuerte voz, no te contengas, levanta la voz como una trompeta, denuncia a mi pueblo sus rebeldías, a la descendencia de Jacob sus pecados.
Me buscan a diario, desean conocer mi voluntad, como si fueran un pueblo que se comporta rectamente, que no quisiera apartarse de lo que Dios considera justo. Me piden sentencias justas, desean estar cerca de Dios. Y, sin embargo, dicen: "¿Para qué ayunar, si tú no te das cuenta? ¿Para qué mortificarnos, si tú no te enteras?"
En realidad utilizan el día del ayuno para hacer lo que les da la gana y explotar a sus trabajadores. Ayunan entre pleitos y riñas golpeando criminalmente con el puño. No ayunen de esta manera, si quieren que su voz se escuche en el cielo. ¿Es acaso ése el ayuno que yo quiero cuando alguien decide mortificarse? Inclinan la cabeza como una caña, y se acuestan sobre cenizas con vestido de luto. ¿A eso le llaman ayuno, día grato al Señor?
El ayuno que yo quiero es éste: que sueltes las cadenas injustas, que desates las correas del yugo, que dejes libres a los oprimidos, que acabes con todas las opresiones, que compartas tu pan con el hambriento, que hospedes a los pobres sin techo, que proporciones ropas al desnudo y que no te desentiendas de tus semejantes.
Entonces brillará tu luz como la aurora y tus heridas sanarán en seguida, tu recto proceder
caminará ante ti y te seguirá la gloria del Señor.
Entonces invocarás al Señor y él te responderá; pedirás auxilio y te dirá: "Aquí estoy"".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Sal 50, 3-4.5-6a.18-19
A un corazón contrito, Señor, tú no lo desprecias.
Ten piedad de mí, Dios mío, por tu amor, por tu inmensa compasión, borra mi culpa; lava del todo mi maldad, limpia mi pecado.
A un corazón contrito, Señor, tú no lo desprecias.
Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado; contra ti, contra ti solo pequé. A un corazón contrito, Señor, tú no lo desprecias. No es el sacrificio lo que te complace, y si ofrezco un holocausto no lo aceptarías. El sacrificio que Dios quiere es un espíritu arrepentido: un corazón arrepentido y humillado tú, Dios mío, no lo desprecias.
A un corazón contrito, Señor, tú no lo desprecias.
Aclamación antes del Evangelio
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Busquen el bien y no el mal, para que vivan, y el Señor estará con ustedes.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Evangelio
Cuando les quiten al novio, entonces ayunarán
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 9, 14-15
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, los discípulos de Juan fueron a ver a Jesús y le preguntaron:
"¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos, y tus discípulos no ayunan?"
Jesús les respondió:
"¿Es que pueden estar tristes los invitados a la boda mientras el novio está con ellos? Llegará un día en que les quitarán al novio; entonces ayunarán".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Señor, que el sacrificio que te ofrecemos en este tiempo de preparación para la Pascua, nos haga agradables a tus ojos y más generosos en la práctica de la penitencia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Los frutos del ayuno
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque con el ayuno corporal refrenas nuestras pasiones, elevas nuestro espíritu, nos das fuerza y recompensa, por Cristo, Señor nuestro.
Por él,
los ángeles y arcángeles y todos los coros celestiales celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza:
Antífona de la Comunión
Señor, enséñanos tus caminos, instrúyenos en tus sendas.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Te pedimos, Señor todopoderoso, que la participación en tus sacramentos nos purifique de todas nuestras culpas y nos disponga a recibir los dones de tu bondad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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Dia 20/02 San Euquerio (obispo, blanco)
Antífona de Entrada
Yo me suscitaré un sacerdote fiel que obre según mi corazón y mis deseos, dice el Señor.
Oración Colecta
Oremos:
Señor, tú que has querido contar en el numero de los santos pastores a tu siervo san Euquerio, y lo has hecho brillar por el fuego de la caridad y el poder de una fe que vence al mundo; haz que, por su intercesión, perseveremos en la fe y en el amor y merezcamos así participar de la gloria con que le coronaste.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
¿A quién mandaré? ¿Quién irá por mí?
Lectura del profeta Isaías 6, 1-18
El año de la muerte del rey Ozías, vi al Señor sentado sobre un trono alto y excelso: la orla de su manto llenaba el templo. Y vi serafines en pie junto a él, cada uno con seis alas: con dos alas se cubrían el rostros, con dos alas se cubrían el cuerpo, con dos alas aleteaban.
Y se gritaban uno a otro diciendo:
"¡Santo, santo, santo, el Señor de los ejércitos, la tierra está llena de su gloria!"
Y temblaban las jambas de las puertas al clamor de su voz, y el templo estaba lleno de humo.
Yo dije:
"¡Ay de mí, estoy perdido! Yo, hombre de labios impuros, que habito en medio de un pueblo de labios impuros, he visto con mis ojos al Rey y Señor de los ejércitos".
Y Volvió hacia mí uno de los serafines, con una ascua en la mano, que había cogido del altar con unas tenazas; la aplicó a mi boca y me dijo:
"Mira: esto ha tocado tus labios, ha desaparecido tu culpa, está perdonado tu pecado".
Entonces escuché la voz del Señor, que decía:
"A quién mandaré? ¿Quién irá por mí?"
Contesté:
"Aquí estoy, mándame".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del Salmo 22
El Señor es mi pastor, nada me falta.
El Señor es mi pastor, nada me falta : en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas.
El Señor es mi pastor, nada me falta.
Me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan.
El Señor es mi pastor, nada me falta.
Preparas una mesa ante mesa ante mí enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa.
El Señor es mi pastor, nada me falta.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término.
El Señor es mi pastor, nada me falta.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Yo soy el Buen Pastor, dice el Señor, que conozco a mis ovejas y las mías me conocen.
Aleluya.
Evangelio
Vayan y enseñen a todas las naciones
+ Lectura del santo Evangelio según san Mateo 28,16-20
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea y subieron al monte en el que Jesús los había citado. Al ver a Jesús, se postraron, aunque algunos titubeaban.
Entonces, Jesús se acercó a ellos y les dijo:
"Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, pues, y enseñen a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándolas a cumplir todo cuanto yo les he mandado; y sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta fin del mundo".
Palabra de Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Recibe, Señor, las ofrendas que tu pueblo te presenta en la fiesta de san Euquerio; que ellas nos merezcan, como lo esperamos, el auxilio de tu misericordia .
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Acción de los santos en la Iglesia
En verdad es justo y necesario, nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque con la vida de tus santos, enriqueces a tu Iglesia con formas siempre nuevas de admirable santidad, y nos das pruebas indudables de tu amor por nosotros; y también, porque su ejemplo nos impulsa y su intercesión nos ayuda a colaborar en el misterio de la salvación.
Por eso,
ahora nosotros, llenos de alegría, te aclamamos con los ángeles y santos diciendo:
Antífona de la Comunión
Yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante, dice el Señor.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor que la eficacia de está dones produzca su fruto en nosotros al celebrar la fiesta de san Euquerio, y nos alcance de tu misericordia ayuda para la vida presente y las alegrías de la vida futura.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
† Meditación diaria
Cuaresma. Viernes después de Ceniza
TIEMPO DE PENITENCIA
— El ayuno y otras muestras de penitencia en la predicación de Jesús y en la vida de la Iglesia.
— Contemplar la Humanidad Santísima del Señor en el Vía Crucis. Afán redentor.
— La fuente de las mortificaciones pequeñas que nos pide el Señor está en la tarea cotidiana. Ejemplos. Las mortificaciones pasivas. Importancia del espíritu de penitencia en la mortificación de la imaginación, de la inteligencia y de los recuerdos.
I. Narra el Evangelio de la Misa1 que los discípulos de Juan el Bautista le preguntaron a Jesús: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?
El ayuno era, entonces y siempre, una muestra más del espíritu de penitencia que Dios pide al hombre. "En el Antiguo Testamento se descubre, cada vez con una riqueza mayor, el sentido religioso de la penitencia, como un acto religioso, personal, que tiene como término el amor y el abandono en Dios"2. Acompañado de oración, sirve para manifestar la humildad delante de Dios3: el que ayuna se vuelve hacia el Señor en una actitud de dependencia y de abandono totales. En la Sagrada Escritura vemos ayunar y realizar otras obras de penitencia antes de emprender un quehacer difícil4, para implorar el perdón de una culpa5, obtener el cese de una calamidad6, conseguir la gracia necesaria en el cumplimiento de una misión7, prepararse al encuentro con Dios8, etc.
Juan el Bautista, conocedor de los frutos del ayuno, enseñó a sus discípulos la importancia y la necesidad de esta práctica de penitencia. En esto coincidía con los fariseos piadosos y amantes de la Ley, a quienes les sorprende que Jesús no lo haya inculcado a los Apóstoles. Pero el Señor sale en defensa de los suyos: ¿Acaso los amigos del esposo pueden andar afligidos mientras el esposo está con ellos?9. El esposo, según los Profetas, es el mismo Dios que manifiesta su amor a los hombres10.
Cristo declara aquí, una vez más, su divinidad y llama a sus discípulos los amigos del esposo, sus amigos. Están con Él y no necesitan ayunar. Sin embargo, cuando les sea arrebatado el esposo, entonces ayunarán. Cuando Jesús no esté visiblemente presente, será necesaria la mortificación para verle con los ojos del alma.
Todo el sentido penitencial del Antiguo Testamento "no era más que sombra de lo que había de venir. La penitencia –exigencia de la vida interior confirmada por la experiencia religiosa de la humanidad y objeto de un precepto especial de la revelación divina– adquiere en Cristo y en la Iglesia dimensiones nuevas, infinitamente más vastas y profundas"11.
La Iglesia en los primeros tiempos conservó las prácticas penitenciales, en el espíritu definido por Jesús. Los Hechos de los Apóstoles mencionan celebraciones del culto acompañadas de ayuno12. San Pablo, durante su desbordante labor apostólica, no se contenta con padecer hambre y sed cuando las circunstancias lo exigen, sino que añade repetidos ayunos13. Y siempre la Iglesia ha permanecido fiel a esta práctica penitencial, determinando en cada época los días en que los fieles deben ayunar y recomendando esta práctica piadosa, con el consejo oportuno de la dirección espiritual.
Pero el ayuno es solo una de las formas de penitencia. Existen otras formas de mortificación corporal que hemos de practicar, que nos facilitan la conversión y la unión con Dios. Podemos preguntarnos hoy cómo vivimos el sentido penitencial en toda nuestra vida, y de modo singular en este tiempo litúrgico de Cuaresma en que nos encontramos.
II. Haced penitencia, dice Jesús al comienzo de su vida pública, como había predicado ya el Bautista, y como luego hicieron los Apóstoles en el comienzo de la Iglesia. Tenemos necesidad de ella para nuestra vida de cristianos, y para reparar por tantos pecados propios y ajenos. Sin un verdadero espíritu de penitencia y de conversión sería imposible el trato con Jesucristo, y nos dominaría el pecado. No debemos rehuirla por miedo, por considerarla inútil, por falta de sentido sobrenatural. "¿Tienes miedo a la penitencia?... A la penitencia, que te ayudará a obtener la vida eterna. —En cambio, por conservar esta pobre vida de ahora, ¿no ves cómo los hombres se someten a las mil torturas de una cruenta operación quirúrgica?"14. Rehuir la penitencia significaría también rehuir la santidad y quizá, por sus consecuencias, la misma salvación.
Nuestro afán por identificarnos con Cristo nos llevará a aceptar su invitación a padecer con Él. La Cuaresma nos prepara a contemplar los acontecimientos de la Pasión y Muerte de Jesús. Sobre todo, los viernes de Cuaresma, que tienen un recuerdo especial del Viernes Santo en que Cristo consumó la Redención, podemos meditar los acontecimientos de aquel día, que han quedado recogidos en la tradicional devoción del Vía Crucis. Por eso aconseja San Josemaría Escrivá: "El Vía Crucis. —¡Esta sí que es devoción recia y jugosa! Ojalá te habitúes a repasar esos catorce puntos de la Pasión y Muerte del Señor, los viernes. —Yo te aseguro que sacarás fortaleza para toda la semana"15.
Con esta devoción contemplaremos la Humanidad Santísima de Cristo, que se nos revela sufriendo como hombre en su carne sin perder la majestad de Dios. Acompañando a Jesús por la Vía Dolorosa, podremos revivir aquellos momentos centrales de la Redención del mundo y contemplar a Jesús condenado a muerte que carga con la Cruz (2ª estación) y emprende un camino que también nosotros debemos seguir. Cada vez que Jesús cae al suelo por el peso del madero, hemos de espantarnos, porque son nuestros pecados –los pecados de todos los hombres– los que agobian a Dios; y los deseos de conversión acudirán a nuestro corazón: "La Cruz hiende, destroza con su peso los hombros del Señor (...). El cuerpo extenuado de Jesús se tambalea ya bajo la Cruz enorme. De su Corazón amorosísimo llega apenas un aliento de vida a sus miembros llagados (...). Tú y yo no podemos decir nada: ahora ya sabemos por qué pesa tanto la Cruz de Jesús. Y lloramos nuestras miserias y también la ingratitud tremenda del corazón humano. Del fondo del alma nace un acto de contrición verdadera, que nos saca de la postración del pecado. Jesús ha caído para que nosotros nos levantemos: una vez y siempre"16.
La contemplación de esos sufrimientos de Jesús, y las mortificaciones voluntarias que hagamos deseando unirnos al afán redentor de Cristo, aumentarán también nuestro espíritu apostólico en esta Cuaresma. Él dio su Vida para acercar los hombres a Dios.
III. La fuente de las mortificaciones que nos pide el Señor está casi siempre en la tarea cotidiana. Muchas nacen con el día: levantarnos a la hora prevista, venciendo la pereza en este primer momento; la puntualidad; el trabajo bien acabado en los detalles; las molestias del calor o del frío; sonreír, aunque estemos cansados o sin ganas; sobriedad en la comida y bebida; orden y cuidado en las cosas que tenemos y usamos; rendir el propio juicio... Pero para eso es preciso, ante todo, seguir este consejo: "Si de veras deseas ser alma penitente –penitente y alegre–, debes defender, por encima de todo, tus tiempos diarios de oración –de oración íntima, generosa, prolongada–, y has de procurar que esos tiempos no sean a salto de mata, sino a hora fija, siempre que te resulte posible. No cedas en estos detalles.
"Sé esclavo de este culto cotidiano a Dios, y te aseguro que te sentirás constantemente alegre"17.
Además de las mortificaciones llamadas pasivas, que se presentan sin buscarlas, las mortificaciones que nos proponemos y buscamos se llaman activas. Entre estas, tienen especial importancia para el progreso interior y para lograr la pureza de corazón las mortificaciones que hacen referencia a nuestros sentidos internos: mortificación de la imaginación, evitando el monólogo interior en el que se desborda la fantasía, y procurando convertirlo en diálogo con Dios, presente en nuestra alma en gracia; también, cuando tendemos a dar muchas vueltas en nuestro interior a un suceso en el que parece que hemos quedado mal, a una pequeña injuria (probablemente hecha sin mala intención) que, si no cortamos a tiempo, el amor propio y la soberbia van haciendo cada vez mayor hasta quitarnos la paz y la presencia de Dios. Mortificación de la memoria, evitando recuerdos inútiles, que nos hacen perder el tiempo18 y quizá nos podrían acarrear otras tentaciones más importantes. Mortificación de la inteligencia, para tenerla puesta en aquello que es nuestro deber en ese momento19; también, en muchas ocasiones, rindiendo el juicio, para vivir mejor la humildad y la caridad con los demás. En definitiva, se trata de apartar de nosotros hábitos internos que veríamos mal en un hombre de Dios20, en una mujer de Dios. Decidámonos a acompañar de cerca al Señor en estos días, contemplando su Humanidad Santísima en las escenas del Vía Crucis: ver cómo voluntariamente recorre el camino del dolor por nosotros.
1 Mt 9, 14-15. — 2 Pablo VI, Const. Paenitemini, 17-II-1966. — 3 Cfr. Lev 16, 29-31. — 4 Cfr. Jue 20, 26; Est 4, 16. — 5 1 Re 21, 27. — 6 Jdt 4, 9-13. — 7 Hech 13, 2. — 8 Ex 34, 28; Dan 9, 3. — 9 Mt 9, 15. — 10 Cfr. Is 54, 5. — 11 Pablo VI, Const. Paenitemini, 17-II-1966. — 12 Cfr. Hech 13, 2 ss. — 13 Cfr. 2 Cor 6, 5; 11, 27. — 14 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 224. — 15 Ibídem, n. 556. — 16 ídem, Vía Crucis, III. — 17 ídem, Surco, n. 994. — 18 Cfr. ídem, Camino, n. 13. — 19 Cfr. Ibídem, n. 815. — 20 Cfr. ídem, Camino, n. 938.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
BEATA JACINTA DE JESÚS MARTO
Vidente de Nuestra Señora de Fátima
Nació en Aljustrel, el día 11 de Marzo de 1910. Murió santamente el 20 de Febrero de 1920, en el Hospital de "D. Estefânia", en Lisboa, después de una larga y dolorosa enfermedad, ofreciendo todos sus sufrimientos para la conversión de los pecadores, por la paz del mundo y por el Santo Padre.
El día 12 de Septiembre de 1935 fue solemnemente trasladado su cadáver del sepulcro de la familia del Barón de Alvaiázere, en Ourém, para el cementerio de Fátima y colocado junto a los restos mortales de su hermanito Francisco.
El día 1 de Mayo de 1951 se efectuó con la mayor sencillez, el traslado de sus restos mortales para el nuevo sepulcro preparado en la basílica de Cova de Iria, (lado izquierdo según se entra). El proceso de beatificación de los dos videntes de Fátima, Francisco y Jacinta Marto, después de las primeras diligencias hechas en 1945 fue iniciado en 1952 y concluido en 1979.
El 15 de Febrero de 1988 fue entregada al Santo Padre Juan Pablo II y a la Congregación para la causa de los Santos, la documentación final que contribuyo para que el Santo Padre los proclamara "beatos". Por medio de esta documentación ellos fueron declarados "venerables" por decreto el 13 de Mayo de 1989. El último paso será, como esperamos, la canonización por la cual serán declarados "santos".
Las Apariciones
Fue la tutela del ángel de la guarda, el ángel del país y de la Santísima Virgen que llevó a estos dos niños a la santidad en solo pocos años. La Santidad es algo a la que todos estamos llamados y que todos podemos imitar.
Apariciones del Angel de Portugal - 1916
Apariciones de la Santísima Virgen María - 1917
Beato Francisco Marto
Nació en Aljustrel, Fátima, el 11 de Junio de 1908. Fue bautizado el 20 de Junio de 1908.
Cayó victima de la neumonía en Diciembre de 1918 y falleció en Aljustrel a las 22 horas del día 4 de Abril de 1919.
Sus restos mortales quedaron sepultados en el cementerio parroquial de Fátima hasta el día 13 de marzo de 1952, fecha en que fueron trasladados para la Basílica de Cova da Iria (lado derecho según se entra).
Su gran preocupación era la de "consolar a Nuestro Señor". El Espíritu de amor y reparación para con Dios ofendido, fueron notables en su vida tan corta. Pasaba horas "pensando en Dios". Según su historia, el pequeño Francisco pasaba largas horas "pensando en Dios", por lo que siempre fue considerado como un contemplativo.
Su precoz vocación de eremita fue reconocida en el decreto de heroicidad de virtudes, según el que después de las apariciones "se escondía detrás de los árboles para rezar solo; otras veces subía a los lugares más elevados y solitarios y ahí se entregaba a la oración tan intensamente que no oía las voces de los que lo llamaban".
Consagración requerida por Nuestra Señora de Fátima (por la conversión de Rusia y la era de la paz)
TEXTO COMPLETO DE LA TERCERA PARTE DEL SECRETO DE FATIMA
BEATO FRANCISCO MARTO (1908-1919), biografía por el Padre Luciano Cristino |
Enfermó el 23 de diciembre de 1918, por gripe neumónica, y falleció el 4 de abril de 1919, después de confesarse y comulgar. Fue sepultado en el cementerio parroquial de Fátima, el día 5 de abril. El párroco, en una nota como proceso parroquial, organizado, por encargo del Arzobispo de Mitilene, en octubre de 1917, y enviado, el 28 de abril de 1919, para el Patriarcado de Lisboa, escribió, con fecha de 18 de abril: "Francisco –vidente- falleció a las diez horas de la noche del día 4 de abril corriente, víctima de una larga aflicción de 5 meses de neumonía, habiendo recibido los sacramentos con gran lucidez y piedad. Y confirmó que había visto una Señora en Cova de Iria y Valinhos". Sus restos mortales fueron exhumados de la sepultura en la que se encontraba, el día 17 de febrero de 1952 y trasladados, el día 13 de marzo del mismo año, para la Basílica de Fátima, donde quedarán sepultados en el lado derecho de la Basílica.
El 28 de junio de 1999, fue promulgado, en presencia del Papa, el decreto de la Congregación para la Causa de los Santos sobre el Milagro atribuido a Francisco y Jacinta, a favor de María Emilia Santos.
El Papa Juan Pablo II, en Fátima, el día 13 de mayo de 2000, beatificó a los pastorcitos Francisco y Jacinta Marto, marcando el 20 de febrero (día del fallecimiento de Jacinta) el día de su fiesta. Homilía:
"Francisco, uno de los tres privilegiados, exclamaba: "Nosotros estábamos ardiendo en aquella luz que es Dios y no nos quemábamos. ¿Cómo es Dios? No se puede decir. Esto sí que la gente no lo puede decir"".
"Al beato Francisco, lo que más le impresionaba y absorbía era Dios en aquella luz inmensa que penetraba en lo íntimo de los tres. Solo a el, Dios se diera a conocer "tan triste", como el decía. Cierta noche, lo oyó sollozar y le preguntó porqué lloraba; el hijo respondió: "Pensaba en Jesús que está tan triste por causa de los pecados que se cometen contra El". Vive movido por el único deseo -tan expresivo del modo de pensar de los niños- de "consolar y dar alegría a Jesús" ".
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Eleuterio de Tournai, Santo Obispo, Febrero 20
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Fuente: Santopedia.com
Eusquerio de Orleans, Santo Obispo, Febrero 20
ObispoMartirologio Romano: En el cenobio de san Trudón, en Brabante, de Austrasia, tránsito de san Euquerio, obispo de Orleans, que, desterrado por Carlos Martel por razón de las calumnias de algunos envidiosos, encontró piadoso refugio entre aquellos monjes (c. 738). |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Mártires de Tiro, Beatos Mártires, Febrero 20
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Fuente: Martirologio Romano
Otros Santos y Beatos Completando el santoral de este día, Febrero 20
San Serapión, monje mártir |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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