miércoles, 8 de noviembre de 2017

[ † ] Miércoles de San José. 08/11/2017. Beato Juan Duns Scoto ¡ruega por nosotros!

JA

JMJ

Pax

El que no renuncie a todos sus bienes no puede ser mi discípulo

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 14, 25-33

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo caminaba con Jesús una gran muchedumbre; él, volviéndose a sus discípulos
les dijo:
"Si alguno quiere seguirme y no me prefiere a su padre y a su madre, a su esposa y a sus hijos,
a sus hermanos y a sus hermanas, más aún, a sí mismo, no puede ser mi discípulo. Y el que no
carga su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.
Porque, quién de ustedes si quiere construir una torre, ¿no se pone primero a calcular el costo,
para ver si tiene con qué terminarla? No sea que, después de haber echado los cimientos no
pueda acabarla y todos los que se enteren comiencen a burlarse de él, diciendo:
"Este hombre comenzó a construir y no pudo terminar".
O qué rey que va a combatir a otro rey, ¿no se pone primero a considerar si será capaz de salir
con diez mil soldados al encuentro del que viene contra él con veinte mil? Porque si no, cuando
el otro esté aún lejos, le enviará una embajada para proponerle condiciones de paz.
Así pues, cualquiera de ustedes que no renuncie a todos sus bienes no puede ser mi discípulo".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk

El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).

 

 

Misal

 

mie 31a. Ordinario año impar

Antífona de Entrada

Vi al Señor sentado en un trono excelso; lo adoraban una multitud de ángeles que cantaban a una sola voz: "Este es aquél cuyo poder permanece eternamente".

 

Oración Colecta

Oremos:
Escucha, Señor, con bondad, las súplicas de tu pueblo, y concédenos luz para conocer tu
voluntad y fortaleza para cumplirla.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

El cumplimiento pleno de la ley consiste en amar

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 13, 8-10


Hermanos: No tengan con nadie otra deuda que la del amor mutuo, porque el que ama al
prójimo ha cumplido ya toda la Ley. En efecto, los mandamientos que ordenan:
"No cometerás adulterio, no robarás, no matarás, no darás falso testimonio, no codiciarás" y
todos los otros, se resumen en éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo", pues quien ama a
su prójimo no le causa daño a nadie. Así pues, el cumplimiento pleno de la Ley consiste en
amar.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 111

Dichosos los que temen al Señor.

Dichosos los que temen al Señor y aman de corazón sus mandamientos; poderosos serán sus descendientes: Dios bendice a los hijos de los buenos.
Dichosos los que temen al Señor.

Quien es justo, clemente y compasivo, como una luz en las tinieblas brilla; quienes compadecidos prestan y llevan su negocio honradamente, jamás se desviarán.
Dichosos los que temen al Señor.

Al pobre dan limosna, obran siempre conforme a la justicia; su frente se alzará llena de gloria.
Dichosos los que temen al Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Dichosos ustedes si los injurian por ser cristianos, porque el Espíritu de Dios descansa en
ustedes.
Aleluya.

Evangelio

El que no renuncie a todos sus bienes no puede ser mi discípulo

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 14, 25-33

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo caminaba con Jesús una gran muchedumbre; él, volviéndose a sus discípulos
les dijo:
"Si alguno quiere seguirme y no me prefiere a su padre y a su madre, a su esposa y a sus hijos,
a sus hermanos y a sus hermanas, más aún, a sí mismo, no puede ser mi discípulo. Y el que no
carga su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.
Porque, quién de ustedes si quiere construir una torre, ¿no se pone primero a calcular el costo,
para ver si tiene con qué terminarla? No sea que, después de haber echado los cimientos no
pueda acabarla y todos los que se enteren comiencen a burlarse de él, diciendo:
"Este hombre comenzó a construir y no pudo terminar".
O qué rey que va a combatir a otro rey, ¿no se pone primero a considerar si será capaz de salir
con diez mil soldados al encuentro del que viene contra él con veinte mil? Porque si no, cuando
el otro esté aún lejos, le enviará una embajada para proponerle condiciones de paz.
Así pues, cualquiera de ustedes que no renuncie a todos sus bienes no puede ser mi discípulo".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, el sacrificio que vamos a ofrecerte, y, por sus méritos, escucha nuestras filiales
oraciones y santifica toda nuestra vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Restauración universal en Cristo

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo
lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
A quien hiciste fundamento de todo y de cuya plenitud quisiste que participáramos todos.
El cual, siendo Dios, se anonadó a sí mismo, y por su sangre derramada en la cruz, puso en paz
todas las cosas.
Y así, constituido Señor del universo, es fuente de salvación eterna para cuantos creen en él.
Por eso,
con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno
de tu gloria:

Antífona de la Comunión

Señor, en ti está la fuente de la vida, y tu luz nos hace ver la luz.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
A quienes has alimentado con tus sacramentos, concédeles, Dios todopoderoso, servirte con
una vida que te sea agradable.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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Meditación diaria

 

31ª semana. Miércoles

LOS FRUTOS DE LA CRUZ

— Sentido del dolor.

— Sus frutos en la vida cristiana.

— Acudir a Jesús y a María en la enfermedad y en la contradicción.

I. La Cruz es el símbolo y señal del cristiano porque en ella se consumó la Redención del mundo. El Señor empleó la expresión tomar la cruz en diversas ocasiones para indicar cuál había de ser la actitud de sus discípulos ante el dolor y la contradicción. En el Evangelio de la Misa Jesús nos dice: el que no toma su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo1. Y en otra ocasión, dirigiéndose a todos los presentes, les advirtió: Si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame2.

El dolor, en sus diversas manifestaciones, es un hecho universal. San Pablo compara el sufrimiento a los dolores de la madre en su alumbramiento: pues sabemos que la creación entera hasta ahora gime y siente dolores de parto3, y la experiencia nos enseña que todas las criaturas –pobres y ricos, jóvenes y ancianos, hombres y mujeres– sufren por diversos motivos y causas. Por eso, San Pedro advertía a los primeros cristianos: Carísimos, cuando Dios os prueba con el fuego de las tribulaciones, no os extrañéis, como si os aconteciese una cosa muy extraordinaria4. Parece como si el dolor derivara de la misma naturaleza del hombre. Sin embargo, la fe nos enseña que el sufrimiento penetró en el mundo por el pecado. Dios había preservado al hombre del dolor por un acto de bondad infinita. Creado en un lugar de delicias, si hubiera sido fiel a Dios, habría sido trasladado de este paraíso terreno al Cielo para gozar eternamente de la más pura felicidad.

El pecado de Adán, transmitido a sus descendientes, alteró los planes divinos. Con el pecado, entraron en el mundo el dolor y la muerte. Pero el Señor asumió el sufrimiento humano a través de las privaciones de una vida normal (pasó hambre y sed, se cansó en el trabajo...) y de su Pasión y Muerte en la Cruz, y así convirtió los dolores y penas de esta vida en un bien inmenso. Es más, todos estamos llamados, con el sufrimiento y la mortificación voluntaria, a completar en nuestro cuerpo la Pasión de Jesús5.

La fe en esta participación misteriosa de la Cruz lleva consigo "la certeza interior de que el hombre que sufre completa lo que falta a los padecimientos de Cristo; que en la dimensión espiritual de la obra de la redención sirve, como Cristo, para la salvación de sus hermanos y hermanas. Por lo tanto, no solo es útil a los demás, sino que realiza incluso un servicio insustituible. En el Cuerpo de Cristo (...) precisamente el sufrimiento (...) es el mediador insustituible y autor de los bienes indispensables para la salvación del mundo. El sufrimiento, más que cualquier otra cosa, es el que abre el camino a la gracia que transforma las almas. El sufrimiento, más que todo lo demás, hace presente en la historia de la humanidad la fuerza de la Redención"6.

En nosotros está colaborar con generosidad con Cristo al aceptar con amor el dolor, las contrariedades, las dificultades normales de la vida, la enfermedad... que Él permite para nuestra santificación personal y la de toda la Iglesia. El dolor tiene entonces sentido y nos convertimos en verdaderos colaboradores del Señor en la obra de la salvación de las almas y, si participamos de sus sufrimientos en la tierra, compartiremos un día su gloria y de este modo la obra de nuestra santificación será completa7.

II. El árbol de la Cruz está lleno de frutos. Los sufrimientos nos ayudan a estar más desprendidos de los bienes de la tierra, de la salud... "Deus meus et omnia!", ¡Mi Dios y mi todo!8, exclamaba San Francisco de Asís. Teniéndole a Él no perdemos gran cosa. Por el contrario, "¡dichoso quien pueda decir de todo corazón: Jesús mío, Tú solo me bastas!"9.

Las tribulaciones son una gran oportunidad de expiar mejor nuestras faltas y pecados de la vida pasada. Enseña San Agustín que, especialmente en esas ocasiones, el Señor actúa como médico para curar las llagas que dejaron los pecados y emplea el medicamento de las tribulaciones10. Las dificultades y dolores que padecemos nos mueven a recurrir con más prontitud y constancia a la misericordia divina: En su angustia me buscarán11, dice el Señor por boca del Profeta Oseas. Y Jesús nos invita a que vayamos a Él en esas situaciones difíciles: Venid a Mí todos cuantos andáis fatigados y agobiados, y Yo os aliviaré12. ¡Tantas veces hemos experimentado este alivio! Verdaderamente, Él es nuestro refugio y nuestra fortaleza13 en medio de todas las tempestades de la vida, es el puerto donde hemos de acudir presurosos.

Las contrariedades, la enfermedad, el dolor... nos dan ocasión de practicar muchas virtudes (la fe, la fortaleza, la alegría, la humildad, la identificación con la voluntad divina...) y nos dan la posibilidad de ganar muchos méritos. "Al pensar en todo lo de tu vida que se quedará sin valor, por no haberlo ofrecido a Dios, deberías sentirte avaro: ansioso de recogerlo todo, también de no desaprovechar ningún dolor. —Porque, si el dolor acompaña a la criatura, ¿qué es sino necedad el desperdiciarlo?"14. Y existen épocas en la vida en las que se presenta abundantemente... No dejemos que pase sin que deje bienes copiosos en el alma.

El dolor llevado con sentido cristiano es un gran medio de santidad. Nuestra vida interior necesita también de contradicciones y de obstáculos para crecer. San Alfonso Mª de Ligorio afirmaba que así como la llama se aviva al contacto del aire, así el alma se perfecciona al contacto de las tribulaciones15. Incluso las tentaciones ayudan a progresar en el amor al Señor. Fiel es Dios, quien no permitirá que seáis tentados más allá de vuestras fuerzas; antes bien, junto con la tentación os dará también la ayuda para soportarla16. Y la prueba sobrellevada junto al Señor nos atrae nuevas gracias y bendiciones.

III. Cuando nos veamos atribulados acudamos a Jesús, en quien siempre encontraremos consuelo y ayuda. Como el Salmista, también nosotros podremos decir: Clamé al Señor en mi congoja, y me escuchó17, pues carecemos de fuerza frente a esa gran multitud que se nos viene encima, y no sabemos qué hacer; mas en Ti tenemos puestos nuestros ojos18. En el Corazón misericordioso de Jesús encontramos siempre la paz y el auxilio. A Él es a quien primero debemos acudir con serenidad para no tener que oír las palabras que un día dirigió el Maestro a Pedro: Hombre de poca fe, ¿por qué has dudado?19. "¡Oh, válgame Dios! –exclamaba Santa Teresa–. Cuando Vos, Señor, queréis dar ánimo, ¡qué poco hacen todas las contradicciones!"20. Pidamos siempre ese "ánimo" a Jesús cuando se haga presente el dolor o la tribulación.

Junto al Señor, todo lo podemos; lejos de Él no resistiremos mucho. "Con tan buen amigo presente –nuestro Señor Jesucristo–, con tan buen capitán, que se puso el primero en el padecer, todo se puede sufrir. Él ayuda y da esfuerzo, nunca falta, es amigo verdadero"21. Con Él, nos sabremos comportar con alegría, incluso con buen humor, en medio de las dificultades, como hicieron los santos. Abundantes ejemplos nos han dejado.

El Señor nos enseñará también a ver las pruebas y las penas con más objetividad, para no dar importancia a lo que de hecho no la tiene y para no inventarnos penas que, por falta de humildad, crea la imaginación, o bien aumentarlas de volumen cuando, con un poco de buena voluntad, podemos sobrellevarlas sin darles la categoría de drama o de tragedia.

Al terminar nuestra oración acudimos a Nuestra Señora para que Ella nos enseñe a sacar fruto de todas las dificultades que hayamos de padecer, o que estemos pasando en estos días. ""Cor Mariae perdolentis, miserere nobis!" —invoca al Corazón de Santa María, con ánimo y decisión de unirte a su dolor, en reparación por tus pecados y por los de los hombres de todos los tiempos.

"—Y pídele –para cada alma– que ese dolor suyo aumente en nosotros la aversión al pecado, y que sepamos amar, como expiación, las contrariedades físicas o morales de cada jornada"22.

1 Lc 14, 27. — 2 Lc 9, 23. — 3 Rom 8, 22. — 4 1 Pdr 4, 12. — 5 Cfr. Col 1, 24. — 6 Juan Pablo II, Carta Apost. Salvifici doloris, 11-II-1984, 27. — 7 Cfr. A. Tanquerey, La divinización del sufrimiento, pp. 20-21. — 8 San Francisco de Asís, Opúsculos, Pedeponti, 1739, vol. I, p. 20. — 9 San Alfonso Mª de Ligorio, Sermones abreviados, 43, 1, en Obras ascéticas de... vol. II, p. 822. — 10 Cfr. San Agustín, Comentario a los Salmos, 21, 2, 4. — 11 Os 6, 1. — 12 Mt 11, 28. — 13 Sal 45, 2. — 14 San Josemaría Escrivá, Surco, n. 997. — 15 San Alfonso Mª de Ligorio, o. c., p. 823. — 16 1 Cor 10, 13. — 17 Sal 119, 1. — 18 2 Par 20, 12. — 19 Mt 14, 31. — 20 Santa Teresa, Fundaciones, 3, 4. — 21 ídem, Vida, 22. — 22 San Josemaría Escrivá, o. c., n. 258.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

Beata Isabel de la Trinidad

Isabel Catez Rolland, hija de Francisco José y de María, nació en Bourges, Francia, el 18 de Julio de 1880.
Desde su más tierna edad se distinguió por su temperamento apasionado, propenso a arrebatos de cólera y de una sensibilidad exquisita.
Cuando contaba siete años, perdió a su padre, lo que fue causa de su "conversión" y de su cambio de carácter como fruto de su vida de ascesis y oración.
Aunque tomaba parte en las fiestas y participaba en los compromisos sociales, fue siempre fiel a sus promesas bautismales.
A los 14 años hizo voto de virginidad y a los 19 empezó a recibir las primeras gracias místicas.
Estaba dotada de gran talento musical y se ofreció a Dios como víctima por la salvación de Francia.
El 2 de enero de 1901, a los 21 años de edad, ingresaba en el convento carmelitano de Dijón, ciudad donde vivía con su familia.
Isabel -que en el Carmelo se llamaría Sor Isabel de la Trinidad- se propuso como lema ser "Alabanza de gloria de la Santísima Trinidad" y crecer de día en día "en la carrera del amor a los Tres".
Vistió el hábito el 8 de diciembre de 1902 y el 11 de noviembre de 1903 saltaba de gozo al emitir sus votos religiosos en la Orden del Carmen, a la que amaba con toda su alma.
Con su vida y su doctrina -breve pero sólida- ha ejercido un gran influjo en la espiritualidad de nuestros días, debido, sobre todo, a su experiencia trinitaria. Preciosas son sus Elevaciones, Retiros, Notas Espirituales y sus Cartas.
Corrió, voló, en el camino de la perfección y el 9 de noviembre de 1906 expiraba a cuasa de una úlcera de estómago.
En el capítulo "El Carmelo escuela de santidad", recordamos una bella anécdota entre el Cardenal Mercier y la M. Priora de Dijón, sobre esta veloz carrera hacia la meta de la santidad de Sor Isabel de la Trinidad.
Fue beatificada por el papa Juan Pablo II el 25.11.1984, fiesta de Cristo Rey.
Su fiesta se celebra el 8 de noviembre.

Su espiritualidad

Fue más su vida misma que su doctrina. Esta sólo en parte fue escrita por ella.
Sor Isabel es un alma interior que se transforma de día en día en el Misterio Trinitario.
El silencio, la soledad, la oración contemplativa son la palestra que la disponen a ser dócil a la voluntad divina, que cumple siempre y en todo a la mayor perfección.
Enamorada de Cristo, que es "su libro preferido", se eleva a la Trinidad hasta que "Isabel desaparece, se pierde y se deja invadir por los Tres".

"La Trinidad: aquí está nuestra morada, nuestro hogar, la casa paterna de la que jamás debemos salir... Me parece que he encontrado mi cielo en la tierra, puesto que el cielo es Dios y Dios está en mi alma. El día que comprendí eso todo se iluminó para mí."
"Creer que un ser que se llama El Amor habita en nosotros en todo instante del día y de la noche y que nos pide que vivamos en sociedad con El, he aquí, os lo confío, lo que ha hecho de mi vida un cielo anticipado"
'Mi Esposo quiere que yo sea para El una humanidad adicional en la cual El pueda seguir sufriendo para gloria del Padre y para ayudar a la Iglesia"

Amó profundamente su vocación carmelita y trató de amar y de imitar a la "Janua coeíi", como llamaba a la Virgen Purísima.
Murmurando casi como en un canto "Voy a la luz, al amor, a la vida", expiró."

Su mensaje

Que corramos por el camino de la santidad, que el Espíritu Santo 
eleve nuestro espíritu, que seamos siempre "alabanza de 
gloda de la Sma. Trinidad", que seamos dóciles a las mociones del Espíritu.

Su oración

Oh Dios, rico en misericordia, que descubriste a la Beata Isabel de la Trinidad el misterio de tu presencia secreta en el alma del justo e hiciste de ella una adoradora en espíritu y verdad, concédenos, por su intercesión, que también nosotros, permaneciendo en el amor de Cristo, merezcamos ser transformados en templos del Espíritu de Amor, para alabanza de tu gloria. Amén.

 

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Fuente: Franciscanos.net
María Crucificada (Isabel María) Satellico, Beata Virgen Clarisa, 8 Noviembre  

María Crucificada (Isabel María) Satellico, Beata

(1706‑ 1745), Virgen de la Segunda Orden. Beatificada por Juan Pablo II el de 10 de octubre de 1993.

Isabel María nació en Venecia, hija de Pedro Satellico y Lucía Mander, el 31 de diciembre de 1706, se educó al lado de sus padres y un tío sacerdote. De salud débil pero especialmente dotada para la música y el canto, y gran disposición para la oración.

Recibida entre las Clarisas de Ostra Vetere como educanda prestó servicio como directora del canto y organista. A los 19 años de edad fue recibida al noviciado y tomó el nombre de María Crucificada, por su devoción a la Santísima Virgen y a la Pasión de Cristo.

A la sublime contemplación unía gran austeridad y penitencia, con las cuales se hacía más plenamente partícipe de la Pasión del Señor. Su ideal fue la perfecta conformación a Cristo Crucificado, unida a la caridad para con el prójimo, y una filial devoción a la Santísima Virgen. Elegida abadesa, se distinguió por su solicitud para con las hermanas y con los pobres.

Murió el 8 de noviembre de 1745.

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Fuente: Osanet.org
Isaías Boner, Beato Sacerdote Agustino, 8 Noviembre  

Isaías Boner, Beato

El 8 de noviembre de 1471 moría en Cracovia (Polonia). Había sido profesor de teología en la universidad, maestro de vida religiosa y espiritual, amigo y confidente de los santos y beatos del denominado felix saeculum Cracoviae, como Juan Kancio († 1474) o el canónigo regular Estanislao Kazimiercyk, el Casimiritano († 1489), de todos conocido por su celo apostólico, vida austera, piedad mariana, y su saber unir la quietud de la oración con el ansia agustina de la búsqueda.

Se ignora el año preciso de su nacimiento, pero se sabe que en 1415 vistió el hábito agustino en el convento de Sta. Catalina de Cracovia. Eran los momentos oscuros del cisma de Occidente y del triunfo de las doctrinas heréticas de Hus, que no tardarían en encender el fuego de la guerra socio-religiosa en la cercana Boemia.

En 1419 fue enviado a estudiar a Padua, y allí permaneció casi cuatro años, obteniendo el lectorado en teología y recibiendo la ordenación sacerdotal. De vuelta a Polonia fue encargado de dirigir a los jóvenes estudiantes profesos, asistiéndolos espiritualmente como maestro y como profesor de Sagrada Escritura en el estudio del convento. Nombrado visitador provincial, recorrió la provincia de Baviera. En 1443 consiguió el grado académico de magister en la Universidad Jaguelónica de su ciudad natal. En 1452 lo encontramos de nuevo en Ratisbona como delegado del P. General para presidir la celebración del capítulo de la Provincia.

Fuera de estos cargos de responsabilidad dentro de la Orden, prueba de la estima de que aun fuera de su patria gozaba entre los suyos el magister Poloniae, su principal actividad fue la enseñanza de las ciencias sagradas en la universidad de Cracovia, donde fue apreciado y querido por sus contemporáneos.

A su muerte fue sepultado en el claustro del convento. En torno a sus restos creció el culto popular, y comenzaron a serle atribuidos milagros y gracias. Y aunque el título de beato del que disfruta entre los suyos – en 1617 fue incluido entre los santos protectores de Polonia -, aún no ha sido ratificado por Roma, su tumba en la cripta de la iglesia de Sta. Catalina sigue siendo meta de un incesante peregrinar de devotos, muchos de ellos estudiantes universitarios.

Fueron varias las ocasiones en que se intentó iniciar la instrucción de la causa, pero lamentablemente en ninguna de ellas se consiguió llevarla a término.

Por fin, el 20 de diciembre de 1994, de común acuerdo con el cardenal de Cracovia Francisco Macharski, la postulación general de la Orden solicitó oficialmente la apertura del proceso sobre la fama de santidad del denominado "beato", virtudes heroicas y culto ininterrumpido.

Ultimados los trámites de ley, el 21 de diciembre de 1996 se clausuró la información cognoscitiva diocesana, el 1 de febrero de 1997 se obtenía de la Congregación de los Santos el nihil obstat para proceder, y el 5 de diciembre del mismo año el correspondiente decreto de validez del proceso llevado a cabo en Cracovia.

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Fuente: Archidiócesis de Madrid
Los Cuatro Santos Coronados Mártires, 8 Noviembre  

Los Cuatro Santos Coronados

Recordamos a cuatro hermanos mártires: Severo, Severino, Carpóforo y Victorino, que vivieron en la última parte del siglo III y a comienzos del IV.

Servían como militares al emperador Diocleciano, pues gozaban de gran reputación como soldados, y tenían puesto honoríficos en la corte. Además, eran cristianos y no ocultaban su condición de tales; asistían a las reuniones y a los oficios divinos, generalmente realizados en las catacumbas, socorrían a los pobres y visitaban a los presbíteros.

En el año 304, Diocleciano decreto que todos los súbditos del Imperio sacrificasen públicamente a los dioses. Se desató de este modo, con mayor furor, la persecución contra los seguidores de Cristo, y prontamente los cuatro santos fueron apresados. Como se negaron a prestar juramento a los dioses, fueron llevados delante del ídolo de Esculapio y amenazados de muerte si no le rendían culto.
Los cuatro gritaban: "¡Es un falso Dios!".
Fueron azotados cruelmente, pero ellos continuaron gritando: "¡Nuestro Dios es Jesucristo!"

Se los sometió a toda clase de tormentos. Y así, entregaron su vida. Diocleciano ordenó que sus cuerpos fuesen arrojados a la plaza, para que sirvieran de alimento a los perros.
Afirma la tradición que transcurridos cinco días, ningún perro se les acercó, poniendo de manifiesto que los hombres eran más crueles que las bestias. Los cristianos, en secreto les dieron sepultura en una arenal.
Sus restos están ahora en la iglesia que lleva el nombre de los Santos Coronados, en Roma.
Los santos mártires Claudio, Nicóstrato, Sinforiano, Castor y Simplicio, cuyo recuerdo celebra la Iglesia también hoy, padecieron en la misma persecución y fueron sepultados en el mismo cementerio.

Éstos cinco eran escultores de profesión y se negaron a esculpir una estatua del dios Esculapio, para no dar lugar a idolatría. Diocleciano mandó que fuesen azotados, sus cuerpos se colocaron en cajones y arrojados al río.
No es seguro que este hecho haya ocurrido en Roma o que en realidad ocurrió en Panonia (actual Hungría).
No obstante sus restos descansan también en la iglesia de los Santos Coronados, en Roma.

Espíritus sublimes,
¡oh mártires gloriosos!,
felices moradores
de la inmortal Sión,
rogad por los que luchan
en las batallas recias,
que alcancen la victoria
y eterno galardón.

¡Oh mártires gloriosos
de rojas vestiduras,
que brillan con eternos
fulgores ante Dios!
Con vuestro riego crezca
de Cristo la semilla,
y el campo de las mieses
se cubra ya en sazón.
Amén.

Himno de la Liturgia de las Horas

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Fuente: Catholic.net
Godofredo de Amiens, Santo Obispo, 8 Noviembre  

Godofredo de Amiens, Santo

Monje
Noviembre 8

 


Etimológicamente significa "paz de Dios". Viene de la lengua alemana.

En junio de 2002 se habla mucho de la Convención Europea como una forma de llegar a su propia identidad, teniendo en cuenta las raíces de su pasado...Hay que tener confianza en los valores de la solidaridad, la subsidiaridad y la transparencia...La libertad religiosa debe ser reconocida a nivel de la Comunidad Europea.

Vino al mundo en el año 1066 en Soissons y murió aquí mismo en 1115.

De joven vio que su vocación se inclinaba por ser monje. A los 30 vivía muy feliz como un sencillo religioso en la abadía de Mont-Martin.

En pocos años supo darle prosperidad a la abadía y a todos los alrededores.

Cuando el arzobispo se enteró de quién era este monje, le ofreció que se hiciera cargo de la abadía de san Remigio, la más importante de su diócesis.

Godofredo le contestó diciéndole que no quería. De hacerlo, sería como un hombre que deja a su mujer para irse con otra más guapa.

No obstante, se pensó el tema de la obediencia y, al final, aceptó no ser abad sino obispo de Amiens.

Proveniente de una vida monacal, forjada en la austeridad, empezó por reformar al clero que estaba sumido en la simonía y no administraba los sacramentos. Una gran degradación moral y religiosa.

Y no solamente quiso reformar al clero, sino que también se puso duro con los señores que acampaban por sus fueros.

Estos últimos se unieron para hacerle la vida imposible. Se encontró de pronto sin amigos.

Por eso, una noche salió huyendo a la Cartuja para esconderse y vivir en paz.

Lo encontraron y le obligaron a volver a la diócesis. Pero estaba ya extenuado de fuerzas y murió poco después en la abadía de San Crispín de Soissons.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04
Adeodato, Santo LXVIII Papa, 8 Noviembre  

Adeodato, Santo

El Papa Adeodato I, o Deusdedit, fue pontífice en un momento en que se empezaba a sentir cada vez más claro y fuerte el sentimiento de intolerancia y de independencia hacia el poder bizantino.

Hubo levantamientos en Rávena, en Nápoles y en la misma Roma. Los territorios gobernados por los Lombardos. por lo contrario, gozaban de cierta tranquilidad.

Pocas son las noticias históricas: hijo del subdiácono romano Esteban, fue durante cuarenta años sacerdote en Roma antes de suceder en la cátedra pontificia al Papa Bonifacio IV el 19 de octubre del 615.

Murió en noviembre del 618, amado y llorado por los romanos, que pudieron apreciar el buen corazón durante las grandes calamidades que atormentaron a Roma durante los tres años de su pontificado: el terremoto, que dio el golpe de gracia a los marmóreos edificios del Foro, ya desbastados por las continuas invasiones de los bárbaros, y una terrible epidemia llamada elefancía.

Fue el primer Papa que estableció con testamento donaciones para distribuir al pueblo con ocasión de los funerales del sumo pontífice. En Roma el Papa no sólo era el obispo y el pastor espiritual, sino también el guía civil, el juez, el supremo magistrado, el que garantizaba el orden. A la muerte de todo pontífice los romanos se sentían sin protección, expuestos a las invasiones de los bárbaros nórdicos o a las venganzas del imperio de Oriente. La teoría medieval de los "dos soles", el Papa y el emperador, que deberían gobernar unidos al mundo cristiano, no era aceptada en Constantinopla.

El Papa Adeodato se demostró un hábil mediador y paciente interlocutor con el otro "sol" que en realidad de verdad fue muy poco solícito con Italia, excepción hecha de la vez que envió al exarca Eleuterio a dominar la revolución de Ravena y de Nápoles. Fue la única ocasión en que el Papa Adeodato, ocupado en aliviar la suerte de los habitantes de Roma por las calamidades ya referidas, tuvo un contacto, aunque indirecto, con el emperador.

Tuvo fama de ser un taumaturgo: curaba las formas más graves de peste con sólo apoyar sus labios sobre las llagas inmundas de los enfermos. Baronio pone en el Martirologio Romano un episodio que confirma la fama de santidad que rodeaba al venerable pontífice "dado por Dios" (como dice la etimología del nombre) como guía de los cristianos en una época tan atormentada: durante una de sus visitas a los enfermos, los más abandonados, esto es lo más atacados por la terrible enfermedad de la lepra, habría curado a uno de estos infelices después de haberlo abrazado y besado cariñosamente.

El Liber pontificalis, recordando dos hechos de su pontificado, afirma que Adeodato amó mucho a su clero, al que defendió respecto del clero monástico o regular, privilegiado desde cuando Gregorio Magno les había confiado a los monjes importantes cargos en el apostolado misionero y en la misma organización eclesial. El segundo hecho se refiere a la facultad de celebrar una segunda misa el mismo día (binación).

De él se conoce el sello de plomo con el que solía marcar los documentos oficiales: el Buen Pastor entre las ovejas y los símbolos cristológicos de alfa y omega. Fue el primero que lo usó. Su forma es redonda, grande como una moneda y en latín se llama bulla, de la que deriva bula. Dejó un regalo de plata a cada clérigo presente en sus funerales.

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Fuente: Franciscanos.net
Juan Duns Escoto, Beato Doctor Sutil, 8 Noviembre  

Juan Duns Escoto, Beato

Sacerdote, doctor sutil y mariano (1265‑1308). Juan Pablo II aprobó su culto el 20 de marzo de 1993.

Juan Escoto nació en Duns, en Escocia, hacia 1265, entró en la Orden de los Hermanos Menores hacia 1280 y fue ordenado sacerdote el 17 de abril de 1291. Completó los estudios entre 1291 y 1296 en París.

Luego enseñó en Cambridge, Oxford y París, como bachiller, comentaba las "Sentencias" de Pedro Lombardo.

Tuvo que abandonar la universidad, por no haber querido firmar una apelación al Concilio contra Bonifacio VIII, promovida por Felipe el Hermoso, rey de Francia.

Regresó allí el año siguiente para obtener el doctorado, con una carta de presentación del Ministro general de la Orden, Padre Gonzalo Hispánico, que había sido su maestro, en la cual lo recomendaba como plenamente docto "sea por la larga experiencia, sea por la fama que se había extendido por todas partes, de su vida laudable, de su ciencia excelente y del ingenio sutilísimo" del candidato.

A fines de 1307 Juan Duns Escoto estaba en Colonia, donde enseñó. Quizás no hay doctor medieval más sobresaliente que este franciscano escocés, que estudió en Oxford, enseñó en París, fue expulsado por Felipe el Hermoso porque no quiso firmar la apelación antipapal y murió en Colonia, a la edad en que los otros filósofos comienzan a producir, como si la llama del pensamiento le hubiese quemado la juventud.

El título de "Doctor Sutil" que le dieron, dice toda su sublimidad. Sus teorías sobre la Virgen y sobre la encarnación obtienen después de siglos la confirmación en el dogma de la Inmaculada Concepción y en el culto a la realeza de Cristo.

Elabora el misticismo pensante de San Buenaventura. Escoto es un metafísico y un teólogo.

Empleó su agudeza de ingenio en la sistematización de los grandes amores de San Francisco: Jesucristo y la Virgen Santísima. La posteridad también lo ha llamado "Doctor del Verbo Encarnado" y "Doctor Mariano".

Tuvo numerosos discípulos y muy pronto llegó a ser y siguió siendo el jefe de la escuela franciscana, que se inició con el Beato Alejandro de Hales, se desarrolló con San Buenaventura, doctor Seráfico de la Iglesia, y llegó a su culminación en el Beato Juan Duns Escoto.

Su doctrina está en perfecta armonía con su espiritualidad.

Después de Jesús, la Virgen Santísima ocupó el primer puesto en su vida. Duns Escoto es el teólogo por excelencia de la Inmaculada Concepción.

El estudio de los privilegios de María ocupó un puesto importantísimo en su vida. En una disputa pública, permaneció silencioso hasta que unos 200 teólogos expusieron y probaron sus sentencias de que Dios no había querido libre de pecado original a la Madre de su Hijo.

Por último, después de todos, se levantó Juan Duns Escoto, tomó la palabra, y refutó uno por uno todos los argumentos aducidos contra el privilegio mariano; y demostró con la Sagrada Escritura, con los escritos de los Santos Padres y con agudísima dialéctica, que un tal privilegio era conforme con la fe y que por lo mismo se debía atribuir a la gran Madre de Dios. Fue el triunfo más clamoroso en la célebre Sorbona, sintetizado en el célebre axioma: "Potuit, decuit, ergo fecit (Podía, convenía, luego lo hizo)".

En Colonia, donde enseñaba, murió el 8 de noviembre de 1308.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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