JMJ
Pax
El que no renuncia a todos sus bienes, no puede ser mi discípulo
† Lectura del Santo Evangelio según san Lucas 14, 25-33
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, caminaba con Jesús mucha gente; él, volviéndose a sus discípulos, les dijo:
"Si alguno quiere seguirme y no me prefiere a su padre y a su madre, y a su esposa y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser mi discípulo. El que no carga su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.
Porque, ¿quién de ustedes, si quiere construir una torre, no se pone primero a calcular el costo, para ver si tiene para terminarla? No sea que, después de haber echado los cimientos no pueda acabarla, y todos los que se enteren comiencen a burlarse de él diciendo:
"Este hombre comenzó a construir y no pudo terminar".
¿O qué rey, si va a combatir a otro rey, no se pone primero a considerar si será capaz de salir con diez mil soldados al encuentro del que viene contra él con veinte mil? Porque si no, cuando el otro está todavía lejos, enviará una embajada para proponerle condiciones de paz.
Así pues, cualquiera de ustedes que no renuncia a todos sus bienes, no puede ser mi discípulo".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.
El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk
El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu
El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc
Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?
Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).
Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?
Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).
† Misal
23o. Dom Ord Ciclo C
Eres justo, Señor, y rectos son tus mandamientos. Muéstrate bondadoso conmigo y ayúdame a cumplir tu voluntad.
Oración Colecta
Oremos:
Señor, tú que te has dignado redimirnos y hacernos hijos tuyos, míranos siempre con amor de Padre, y haz que cuantos creemos en Cristo, tu Hijo, obtengamos la verdadera libertad y la herencia eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
¿Quién es el que puede conocer los designios de Dios?
Lectura del libro de la Sabiduría 9, 13-19
¿Quién es el que puede conocer los designios de Dios? ¿Quién es el que puede saber lo que el Señor tiene dispuesto? Los pensamientos de los mortales son inseguros y sus razonamientos pueden equivocarse; porque un cuerpo corruptible hace pesada el alma y el barro de que estamos hechos entorpece el entendimiento.
Con dificultad conocemos lo que hay sobre la tierra y a duras penas encontramos lo que está a nuestro alcance. ¿Quién podrá descubrir lo que hay en el cielo?, ¿quién conocerá tus designios, si tú no le das sabiduría enviando tu santo Espíritu desde lo alto?
Sólo con esa sabiduría lograron los hombres enderezar sus caminos y conocer lo que te agrada; sólo con esa sabiduría se salvaron, Señor, los que te agradaron desde el principio.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 89
Tú eres, Señor, nuestro refugio.
Tú haces volver al polvo a los humanos, diciendo a los mortales que retornen. Mil años para ti so como un día, que ya pasó; como una breve noche.
Tú eres, Señor, nuestro refugio.
Nuestra vida es tan breve como un sueño; semejante a la hierba, que despunta y florece en la mañana y por la tarde se marchita y se seca.
Tú eres, Señor, nuestro refugio.
Enséñanos a ver lo que es la vida y seremos sensatos. ¿Hasta cuándo, Señor, vas a tener compasión de tus siervos? ¿Hasta cuándo?
Tú eres, Señor, nuestro refugio.
Llénanos de tu amor por la mañana y júbilo será la vida toda. Haz, Señor, que tus siervos y sus hijos, puedan mirar tus obras y tu gloria.
Tú eres, Señor, nuestro refugio.
Recíbelo no como esclavo, sino como hermano amadísimo
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a Filemón 9b-10.12-17
Querido hermano: Yo, Pablo, ya anciano y ahora prisionero por la causa de Cristo Jesús, quiero pedirte algo en favor de Onésimo, mi hijo, a quien he engendrado para Cristo, aquí en la cárcel.
Te lo envío. Recíbelo como a mí mismo. Hubiera querido retenerlo conmigo, para que en tu lugar me atendiera mientras estoy preso por la causa del Evangelio; pero no he querido hacer nada sin tu consentimiento, para que el favor que me haces no sea por obligación, sino por tu propia voluntad.
Calvez él fue apartado de ti por un breve tiempo, a fin de que lo recuperaras para siempre; pero ya no como esclavo, sino como algo mejor que un esclavo: como hermano amadísimo.
Si él ya lo es para mí, ¡cuánto más habrá de serlo para ti, no sólo por su calidad de hombre, sino de hermano en Cristo! Por tanto, si me consideras compañero tuyo, recíbelo a él como a mí mismo.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Señor, mira benignamente a tus siervos y enséñanos a cumplir tus mandamientos.
Aleluya.
El que no renuncia a todos sus bienes, no puede ser mi discípulo
† Lectura del Santo Evangelio según san Lucas 14, 25-33
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, caminaba con Jesús mucha gente; él, volviéndose a sus discípulos, les dijo:
"Si alguno quiere seguirme y no me prefiere a su padre y a su madre, y a su esposa y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser mi discípulo. El que no carga su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.
Porque, ¿quién de ustedes, si quiere construir una torre, no se pone primero a calcular el costo, para ver si tiene para terminarla? No sea que, después de haber echado los cimientos no pueda acabarla, y todos los que se enteren comiencen a burlarse de él diciendo:
"Este hombre comenzó a construir y no pudo terminar".
¿O qué rey, si va a combatir a otro rey, no se pone primero a considerar si será capaz de salir con diez mil soldados al encuentro del que viene contra él con veinte mil? Porque si no, cuando el otro está todavía lejos, enviará una embajada para proponerle condiciones de paz.
Así pues, cualquiera de ustedes que no renuncia a todos sus bienes, no puede ser mi discípulo".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración de los Fieles
Celebrante:
Hermanos y hermanas, pidamos al Señor que escuche nuestras plegarias y atienda nuestras peticiones:
A cada petición respondemos:
Te rogamos, Señor, óyenos.
Por la santa Iglesia de Dios, para que el Señor le conceda la paz y la unidad, la guarde de todo mal y acreciente el número de sus hijos, roguemos al Señor.
Te rogamos, Señor, óyenos.
Por la paz del mundo, para que cesen las rivalidades entre las naciones, renazca en el corazón humano el amor y arraigue entre todos los pueblos la mutua comprensión, roguemos al Señor.
Te rogamos, Señor, óyenos.
Para que Dios, Padre todopoderoso, purifique al mundo de todo error, devuelva la salud a los enfermos, aleje el hambre, abra las prisiones injustas y conceda el regreso a los que añoran la patria, roguemos al Señor.
Te rogamos, Señor, óyenos.
Para que el Señor nos conceda perseverar en la fe hasta el fin de nuestra vida y, después de la muerte, nos admita en el reino de la felicidad, de la luz y de la paz, roguemos al Señor.
Te rogamos, Señor, óyenos.
Celebrante:
Señor, Dios todopoderoso y eterno; tú que sabes que apenas conocemos las cosas de la tierra y con trabajo descubrimos el rastro de las del cielo, escucha nuestras oraciones y envíanos la sabiduría de tu Espíritu, para que, como verdaderos discípulos de tu Hijo, llevemos nuestra cruz de cada día y, unidos a él, sigamos fielmente tus caminos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Dios nuestro, fuente de la paz y del amor sincero, concédenos glorificarte por estas ofrendas y unirnos fielmente a ti por la participación en esta Eucaristía.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
El día del Señor
En verdad es justo bendecirte y darte gracias, Padre Santo, fuente de la verdad y de la vida, porque nos has convocado en tu casa en este día de fiesta.
Hoy tu familia, reunida en la escucha de tu Palabra, y en la comunión del pan único
y partido, celebra el memorial del Señor resucitado, mientras espera el domingo sin ocaso
en el que la humanidad entera entrará en tu descanso. Entonces contemplaremos tu rostro y alabaremos por siempre tu misericordia.
Con esta gozosa esperanza, y unidos a los ángeles y a los santos, cantamos unánimes
el himno de tu gloria:
Como el venado busca agua de los ríos, así sedienta mi alma te busca a ti, Dios mío.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Tú, Señor, que nos has instruido con tu palabra y alimentado con tu Eucaristía; concédenos aprovechar estos dones para que vivamos aquí unidos a tu Hijo y podamos, después, participar de su vida inmortal.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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† Meditación diaria
Vigésimo tercer Domingo
ciclo c
EXAMINAR LA CONCIENCIA
— Seguimiento de Cristo y conocimiento propio. El examen de conciencia.
— Espíritu de examen. Humildad. Vencer la pereza al hacer esta práctica de piedad.
— Modo y disposiciones para hacerlo. Contrición. Propósitos.
I. En el Evangelio de la Misa nos habla el Señor de las exigencias que lleva consigo el seguirle, el atender a la llamada que dirige a todos. Y nos hace esta advertencia: ¿Quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla? No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él... ¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil?1.
Cuando se emprende un gran asunto es preciso valorar, calibrar las posibilidades, echar mano de los recursos oportunos para llevarlo a buen fin. Ser discípulo de Cristo, procurar seguirle fielmente en medio de nuestras ocupaciones, es la empresa suprema que ha de acometer todo hombre. Y para llevarla a buen término es necesario conocer bien los medios que poseemos y saber utilizarlos, ser conscientes de aquello que nos falta para pedirlo confiadamente al Señor, arrancar y tirar lo que estorba. Y esta es la misión del examen de conciencia. Si lo hacemos bien, con hondura, nos lleva a conocer la verdad de nuestra vida. "Conocimiento de sí, que es el primer paso que tiene que dar el alma para llegar al conocimiento de Dios"2.
Los buenos comerciantes hacen balance cada día del estado de sus negocios, examinan sus ganancias o sus pérdidas, saben dónde se puede mejorar o detectan con prontitud la causa de una mala gestión y procuran poner remedio antes de que se originen mayores males para la empresa. Nuestro gran negocio, en cada jornada, es la correspondencia a la llamada del Señor. No existe nada que nos importe tanto como acercarnos más y más a Cristo.
En el examen de conciencia se confronta nuestra vida con lo que Dios espera de nosotros, con la respuesta diaria a su llamada. Y es lo que nos permite pedir perdón y recomenzar de nuevo muchas veces; por eso, "el examen es el paso previo y el punto de partida cotidiano para encendernos más en el amor a Dios con realidades –obras– de entrega"3. Esforzarnos en hacerlo con profundidad "impide que en nuestra alma arraiguen los gérmenes de la tibieza y nos facilita vivir lejos de las ocasiones de pecar.
"Si de veras pretendemos conseguir esa limpieza de corazón, que nos llevará a ver a Dios en todo, necesitamos tomar muy en serio el examen diario de nuestra alma. Quien se contentara con una visión rutinaria, superficial, acabaría deslizándose por el plano inclinado de la negligencia y de la pereza espiritual, hacia la tibieza, esa miopía del alma que prefiere no discernir entre el bien y el mal, entre lo que procede de Dios y lo que proviene de nuestras propias pasiones o del diablo "4.
Es el amor lo que nos mueve a examinarnos y da esa particular agudeza al alma para detectar aquellas cosas de nuestro actuar que no agradan a Dios. Hagamos el propósito para todos los días de nuestra vida de "hacer a conciencia el examen de conciencia"5. Veremos, en poco tiempo quizá, la gran ayuda que representa en el camino que lleva a Cristo.
II. Para hacer a conciencia este balance al terminar la jornada, será de gran ayuda fomentar a lo largo del día el espíritu de examen, como "el buen banquero que cotidianamente, al anochecer, computa sus pérdidas y ganancias. Pero eso no puede hacerse con detalle, si en todo momento no registra en los libros las cuentas. Una mirada a todas y cada una de las anotaciones muestra el estado de todo el día"6.
Para construir la torre que Dios espera de nosotros, para presentar esa batalla contra los enemigos del alma –según los ejemplos que el Señor nos pone en el Evangelio–, debemos ser conscientes de los recursos con que contamos, de las ayudas que precisamos, de los muros en los que no hemos puesto el debido cuidado, o de flancos que hemos dejado desguarnecidos y a merced del enemigo: defectos que conocemos y que debiéramos corregir; inspiraciones para hacer el bien, para servir a los demás con más alegría, y a las que quizá no correspondemos; mediocridad espiritual consentida, por no ser generosos en la mortificación pequeña; sobreestimar, como si fueran fines, los bienes materiales; dejarse dominar por la comodidad; considerar como el bien mayor la propia tranquilidad; hacer con tibieza lo que a Dios se refiere.
No es fácil el conocimiento propio; hemos de ir prevenidos contra "el demonio mudo"7, que intentará cerrarnos la puerta de la verdad para que no veamos las imperfecciones y flaquezas, los defectos arraigados en el alma, y que tenderá a disculpar las faltas de amor a Dios, los pecados y las imperfecciones, y a considerarlos como si fueran detalles de poca importancia o debidos a las circunstancias externas, Para conocernos con hondura y sin paliativos nos podrá ayudar el preguntarnos con frecuencia: ¿dónde tengo puesto de modo más o menos habitual el corazón?..., ¿en mí mismo..., en mis dolencias..., en el éxito, en el posible fracaso..., en el trabajo en sí, sin convertirlo en una ofrenda a Dios?; ¿con qué frecuencia acudo a Dios a lo largo del día para pedirle perdón, para darle gracias, para requerir su ayuda?; ¿qué intenciones me mueven a actuar?, ¿en qué está ocupada habitualmente mi mente?; ¿ha sido mío o ha sido de Dios este día?, ¿le he buscado a Él, o me he buscado a mí mismo?...
Para conocernos de verdad, para saber con qué contamos, es necesario que pidamos la humildad, porque sin ella estamos a oscuras. La humildad nos lleva a iniciar el examen con el conocimiento profundo de que somos pecadores.
Otro enemigo del examen de conciencia es la pereza, que en las cosas de Dios es tibieza. Una de sus primeras manifestaciones es precisamente el poco empeño en examinarse. Sucede entonces en el alma como en la tierra que el campesino ha dejado en barbecho, sin atender una temporada: no tardan en crecer en el alma los cardos de los defectos, los espinos de las pasiones desordenadas que ahogan la semilla de la gracia. Pasé junto al campo del perezoso, y junto a la viña del insensato, y todo eran cardos y ortigas que habían cubierto su haz, y la cerca estaba destruida8.
En el examen de conciencia diligente, hondo, humilde, descubrimos la raíz de las faltas de caridad, de trabajo, de alegría, de piedad, que quizá se repiten con frecuencia. Entonces, podremos luchar y vencer con la ayuda de la gracia.
III. El examen de conciencia no es una simple reflexión sobre el propio comportamiento: es diálogo entre el alma y Dios. Por eso, al iniciarlo debemos ponernos, en primer lugar, en presencia del Señor, como cuando hacemos un rato de oración, A veces nos bastará una jaculatoria o una breve oración. En ocasiones nos pueden servir las palabras con que aquel ciego de Jericó, Bartimeo, se dirigió a Jesús en demanda de luz para sus ojos ciegos: Domine, ut videam!, ¡Señor, que vea!9: da luz a mi alma para entender lo que me separa de Ti, lo que debo arrancar y tirar, aquello en lo que debo mejorar: trabajo, carácter, presencia de Dios, alegría, optimismo, apostolado, preocupación por hacer la vida más grata a quienes conviven conmigo...
Después, en el examen propiamente dicho, nos puede ayudar el considerar cómo ha visto el Señor nuestro día. Procuremos, con ayuda de nuestro Ángel Custodio, verlo reflejado en Dios como en un espejo, pues "jamás nos acabamos de conocer si no procuramos conocer a Dios"10. Luego, a continuación, se puede examinar el comportamiento concreto: para con Dios, para con el prójimo, para con uno mismo... Esto puede hacerse recorriendo brevemente las horas del día, o las diferentes situaciones en las que nos hemos encontrado, dando especial importancia al cumplimiento del plan de vida, a los propósitos formulados el día anterior, a los consejos recibidos en la dirección espiritual. Con todo, esta práctica piadosa es muy personal. En la dirección espiritual nos pueden ayudar mucho en el modo de llevarla a cabo.
Lo más importante del examen hecho cerca del Señor, que ordinariamente durará muy pocos minutos, es el dolor, la contrición. Si esta es sincera, brotarán algunos propósitos, pocos (muchas veces uno solo), concretos y quizá pequeños: buscar alguna industria humana para tratar con más frecuencia al Ángel Custodio; cuidar mejor la puntualidad en el trabajo o en la Santa Misa; sonreír aunque estemos cansados o algo enfermos; ser más amables; poner más intensidad y lucha en la oración; acudir en ese día con más frecuencia a la Santísima Virgen, a San José, a Jesús presente en los sagrarios de los muchos templos de la ciudad o de la única iglesia del pueblo; acabar bien la tarea, sin chapuzas; vivir mejor las mortificaciones habituales, concretando alguna especial en las comidas, en el orden personal; invitar a aquellos amigos al próximo retiro espiritual, sin dejar pasar un día más... Dolor hondo, aunque las faltas sean leves, y propósitos para los que pediremos ayuda a Dios, porque si no, aunque sean pequeños, no saldrán adelante.
También veremos las buenas obras de ese día, y eso nos llevará a ser agradecidos con el Señor. Así podremos retirarnos a descansar con el alma llena de paz y de alegría, con deseos de recomenzar al día siguiente ese camino de amor a Dios y al prójimo.
1 Lc 14, 28-32. — 2 San Juan de la Cruz, Cántico espiritual, 4, 1. — 3 A. del Portillo, Carta 8-XII-1976, n. 8. — 4 Ibídem. — 5 Ibídem. — 6 San Juan Clímaco, Escala del paraíso, 4. — 7 Cfr. San Josemaría Escrivá, Camino, n. 236. — 8 Prov 24, 30-31. — 9 Cfr. Mc 10, 51. — 10 Santa Teresa, Moradas, 1, 2, 9.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
Santa Rosalía
"Guirnalda de rosas", en latín; quizá derivado del germánico Rosalinda: "Escudo del honor"
Vivió en el siglo XII y murió hacia 1160. Aunque se desconocen datos sobre su patria y vida, una leyenda asegura que a los 14 años se retiró a una cueva del monte Coscina y luego a otra del monte Pellegrino, cercano a Palermo. En la Edad Media se le dedicaron varias iglesias y se le consideró Protectora y Patrona de Palermo. Sus restos fueron descubiertos un 15 de julio y el Papa Urbano VIII la incluyó como santa en el Martirologio. Se le invoca como abogada contra la peste y los terremotos. La iconografía la presenta como ermitaña o bien revestida con hábito agustino. Sus principales atributos son: una corona de rosas, en alusión a su nombre; y un crucifico y una calavera, por su ascesis.
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Fuente: Archidiócesis de Madrid
Moisés, Santo Profeta del Antiguo Testamento, 4 de septiembre
Profeta del Antiguo Testamento |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Bonifacio I, Santo XLII Papa, Septiembre 4
XLII Papa Martirologio Romano: En Roma, en el cementerio de Máximo, en vía Salaria Nueva, sepultura de san Bonifacio I, papa, que trabajó para solucionar muchas controversias sobre disciplina eclesiástica (422). |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Ida de Herzfeld, Santa Viuda, Septiembre 4
Viuda Martirologio Romano: En Herzfeld, de Sajonia (Alemania), santa Ida, viuda del duque Ecberto, insigne por su asidua oración y caridad para con los pobres. |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Marcelo de Chalons-sur-Saone, Santo Mártir, Septiembre 4
Mártir Martirologio Romano: En Chalons-sur-Saone, en la Galia Lugdunense, san Marcelo, mártir (s. III-IV) |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Irmgarda (Irma) de Süchteln, Santa Condesa, Septiembre 4
Condesa Martirologio Romano: En Colonia, de la Lotaringia, santa Irmgarda, condesa de Süchteln, que utilizó sus bienes en la construcción de iglesias (c. 1089). |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Catalina Mattei de Racconigi, Beata Virgen, Septiembre 4
Virgen Dominica Martirologio Romano: En Carmagnoles, del Piamonte, en Italia, beata Catalina Mattei, virgen, religiosa de las Hermanas de Penitencia de Santo Domingo, que, viviendo con una salud muy precaria, soportó con admirable caridad y abundancia de virtudes las calumnias humanas y todo tipo de tentaciones (1547). |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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