JMJ
Pax
Amarás al Señor, tu Dios, y a tu prójimo como a ti mismo
Gloria a ti, Señor.
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 22, 34-40
En aquel tiempo, cuando los fariseos oyeron que Jesús había tapado la boca a los saduceos, se reunieron, y uno de ellos, experto en la ley, le preguntó para ponerlo a prueba:
"Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley?"
Jesús le respondió:
"Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primer mandamiento y el más importante. El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
En estos dos mandamientos se basa toda la Ley y los Profetas".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.
El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk
El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu
El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc
Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?
Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).
Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?
Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).
† Misal
vie 20a. Ordinario año Par
Antífona de Entrada
Adoremos a Dios en su santo templo. El nos hace habitar juntos en su casa. El es la fuerza y el poder de su pueblo.
Oración Colecta
Oremos:
Padre santo todopoderoso, protector de los que en ti confían; ten misericordia de nosotros y enséñanos a usar con sabiduría de los bienes de la tierra, a fin de que no nos impidan alcanzar los del cielo.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
El Señor infundirá su espíritu a los huesos secos y revivirán
Lectura del libro del profeta Ezequiel 37, 1-14
En aquellos días, se invadió con su fuerza el Señor y su Espíritu me llevó y me dejó en medio del valle, que estaba lleno de huesos. Me hizo caminar entre ellos en todas direcciones. Había muchísimos en el valle y estaban completamente secos. Y me dijo:
"Hijo de hombre, ¿podrán revivir estos huesos?"
Yo le respondí:
"Señor, tú lo sabes".
Y me dijo:
"Profetiza sobre estos huesos y diles: ¡Huesos secos, escuchen la palabra del Señor!. Así dice el Señor a estos huesos: Les voy a infundir espíritu para que vivan. Los recubriré de tendones, haré crecer sobre ustedes la carne, los cubriré de piel, les infundiré espíritu y vivirán, y reconocerán que yo soy el Señor".
Yo profeticé como me había mandado y, mientras hablaba, se oyó un estruendo; la tierra se estremeció y los huesos se unieron entre sí. Mire y vi cómo sobre ellos aparecían los tendones, crecía la carne y se cubrían de piel. Pero no tenían espíritu.
Entonces él me dijo:
"Llama al espíritu, hijo de hombre, llámalo y dile: Esto dice el Señor: Ven de los cuatro vientos y sopla sobre estos muertos para que vivan".
Lo llamé tal como el Señor me había mandado, y el espíritu penetró en ellos, revivieron y se pusieron en pie. Era una inmensa muchedumbre.
Y me dijo:
"Hijo de hombre, estos huesos son el pueblo de Israel. Andan diciendo: "Se han secado nuestros huesos, se ha desvanecido nuestra esperanza, estamos destrozados". Por eso profetiza y diles: Esto dice el Señor: Yo abriré sus tumbas, los sacaré de ellas, pueblo mío, y los llevaré a la tierra de Israel. Y cuando abra sus tumbas y los saque de ellas, reconocerán que yo soy el Señor. Infundiré en ustedes mi espíritu y vivirán; los estableceré en su tierra y reconocerán que yo, el Señor, lo digo y lo hago. Palabra del Señor".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Sal 106, 2-3.4-5.6-7.8-9
Demos gracias a Dios, porque nos ama.
Que lo reconozcan los que el Señor ha rescatado, los que él rescató del poder del opresor, los que él entregó de todos los países, del oriente y occidente, del norte y el sur.
Demos gracias a Dios, porque nos ama.
Anduvieron errantes por el desierto solitario, sin encontrar el camino hacia un lugar donde vivir; estaban hambrientos y sedientos y se agotaban sus fuerzas.
Demos gracias a Dios, porque nos ama.
Pero clamaron al Señor en su angustia, y él los salvó de la aflicción. Los condujo por caminos sin obstáculos, para que llegaran a un lugar donde vivir.
Demos gracias a Dios, porque nos ama.
Que den gracias al Señor por su amor, por las maravillas que hace por los hombres. Porque sació a los sedientos y colmó de bienes a los hambrientos.
Demos gracias a Dios, porque nos ama.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Descúbrenos, Señor, tus caminos y guíanos con la verdad de tu doctrina.
Aleluya.
Evangelio
Amarás al Señor, tu Dios, y a tu prójimo como a ti mismo
Gloria a ti, Señor.
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 22, 34-40
En aquel tiempo, cuando los fariseos oyeron que Jesús había tapado la boca a los saduceos, se reunieron, y uno de ellos, experto en la ley, le preguntó para ponerlo a prueba:
"Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley?"
Jesús le respondió:
"Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primer mandamiento y el más importante. El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
En estos dos mandamientos se basa toda la Ley y los Profetas".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, estos dones que tu generosidad ha puesto en nuestras manos, y concédenos que este sacrificio santifique toda nuestra vida y nos conduzca a la felicidad eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Jesús, buen samaritano
En verdad es justo darte gracias, y deber nuestro alabarte, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, en todos los momentos y circunstancias de la vida, en la salud y en la enfermedad, en el sufrimiento y en el gozo, por tu siervo, Jesús, nuestro Redentor.
Porque él, en su vida terrena, pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el mal. También hoy, como buen samaritano, se acerca a todo hombre que sufre en su cuerpo o en su espíritu, y cura sus heridas con el aceite del consuelo y el vino de la esperanza.
Por este don de tu gracia, incluso cuando nos vemos sumergidos en la noche del dolor, vislumbramos la luz pascual en tu Hijo, muerto y resucitado.
Por eso,
unidos a los ángeles y a los santos, cantamos a una voz el himno de tu gloria:
Antífona de la Comunión
Me has enseñado el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, que esta Eucaristía, memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, nos ayude a corresponder al don inefable de su amor y a procurar cada día nuestra salvación eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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Dia 19/08 San Juan Eudes (presbítero, blanco)
Antífona de Entrada
El Espíritu de del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres, para vendar los corazones desgarrados.
Oración Colecta
Oremos:
Señor, luz de tu pueblo y pastor de los hombres, que, dentro de la Iglesia, has confiado a san Juan Eudes la misión de apacentar a tu pueblo con su vida y su ejemplo; concédenos, por su intercesión, guardar íntegro el don de la fe que nos legó su palabra y seguir el camino que nos marcó su ejemplo.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Comprendiendo lo que trasciende toda filosofía: el amor cristiano
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 3, 14-19
Hermanos: Doblo las rodillas ante el Padre, de quien toma nombre toda familia en el cielo y en la tierra, pidiéndole que, de los tesoros de su gloria, les conceda por medio de su Espíritu: robustecerlos en lo profundo de su ser; que Cristo habite por la fe en sus corazones; que el amor sea su raíz y su cimiento; y así, con todo el pueblo de Dios, lograrán abarcar lo ancho, lo largo, lo alto y lo profundo, comprendiendo lo que trasciende toda filosofía: el amor cristiano. Así llegarán a su plenitud, según la plenitud total de Dios.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Del Salmo 130
Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.
Señor, mi corazón no es ambicioso, ni mis ojos altaneros; no pretendo grandezas que superan mi capacidad.
Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.
Sino que acallo y modero mis deseos, como un niño en brazos de su madre.
Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Bendito seas, Padre, Señor del cielo y de la tierra porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla.
Aleluya.
Evangelio
Has escondido estas cosas a los sabios y las has revelado a la gente sencilla
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 25-30
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús exclamó:
"Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán su descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Dios todopoderoso, humildemente imploramos de tu divina Majestad que estos dones, que ofrecemos en honor de tus santos y que testimonian tu poder y tu gloria, le alcancen a tu pueblo los frutos de la eterna salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
prefacio
Los santos pastores siguen presentes en la Iglesia
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque permites que tu Iglesia se alegre hoy con la festividad de san Juan Eudes, para animarnos con el ejemplo de su vida, instruirnos con su palabra y protegernos con su intercesión.
Por eso,
con los ángeles y los santos, te cantamos el himno de alabanza diciendo sin cesar:
Antífona de la Comunión
Sepan que yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo, dice el Señor.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, que estos sacramentos que hemos recibido nos hagan dignos de los gozos eternos que mereció san Juan Eudes, tu servidor bueno y fiel.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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† Meditación diaria
20ª semana. Viernes
CON TODO EL CORAZÓN
— El principal Mandamiento de la Ley. Amar con todo nuestro ser.
— Amar a Dios también con el corazón.
— Manifestaciones de piedad.
I. Amar a Dios no es simplemente algo muy importante para el hombre: es lo único que importa absolutamente, aquello para lo que fue creado y, por tanto, su quehacer fundamental aquí en la tierra y, luego, su único quehacer eterno en el Cielo; aquello en lo que alcanza su felicidad y su plenitud. Sin esto, la vida del hombre queda vacía. Verdaderamente acertadas fueron aquellas palabras que, después de una vida de muchos sufrimientos físicos, dejó escritas un alma que amó mucho al Señor: "lo que frustra una vida –escribió en una pequeña nota– no es el dolor, sino la falta de amor". Este es el gran fracaso: no haber amado. Haber hecho quizá muchas cosas en la vida, pero no haber llevado a cabo lo que realmente importaba: el Amor a Dios.
Leemos hoy en el Evangelio de la Misa1 que, con ánimo de tentarle, de tergiversar sus palabras, se acercó a Cristo un fariseo y le preguntó: Maestro, ¿cuál es el principal mandamiento de la Ley? Quizá esperaba oír algo que le permitiera acusar a Jesús de ir contra la Escritura. Pero Jesús le respondió: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el mayor y el primer mandamiento. Dios no pide para Sí un puesto más en nuestro corazón, en nuestra alma, en nuestra mente, junto a otros amores: quiere la totalidad del querer. No un poco de amor, un poco de la vida, sino que quiere la totalidad del ser. "Dios es Todo, el Único, lo Absoluto, y debe ser amado ex toto corde, absolutamente"2, sin poner término ni medida.
Cristo, el Dios hecho hombre que viene a salvarnos, nos ama con amor único y personal, "es un amante celoso" que pide todo nuestro querer. Espera que le demos lo que tenemos, siguiendo la personal vocación a la que nos llamó un día y nos sigue llamando diariamente en medio de nuestros quehaceres y a través de las circunstancias –gratas o no– que suceden en cada jornada. "Dios tiene derecho a decirnos: ¿piensas en Mí?, ¿tienes presencia mía?, ¿me buscas como apoyo tuyo?, ¿me buscas como Luz de tu vida, como coraza..., como todo?
"—Por tanto, reafírmate en este propósito: en las horas que la gente de la tierra califica de buenas, clamaré: ¡Señor! En las horas que llama malas, repetiré: ¡Señor!"3. Toda circunstancia nos debe servir para amarle con todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente..., con la existencia entera. No solo cuando vamos al templo a visitarle, a comulgar..., sino en medio del trabajo, cuando llega el dolor, el fracaso, o una buena noticia inesperada. Muchas veces hemos de decirle en la intimidad de nuestro corazón: "Jesús, te amo", acepto esta contradicción con paz por Ti, terminaré esta tarea acabadamente porque sé que a Ti te agrada, que no Te es indiferente el que lo haga de un modo u otro... Ahora, en nuestra oración, podemos decirle: Jesús, te amo..., pero enséñame a amarte; que yo aprenda a quererte con el corazón y con obras.
II. Dame, hijo mío, tu corazón y pon tus ojos en mis caminos4.
Al comentar el precepto de amar a Dios con todo el corazón, enseña Santo Tomás que el principio del amor es doble, pues se puede amar tanto con el sentimiento como por lo que nos dice la razón. Con el sentimiento, cuando el hombre no sabe vivir sin aquello que ama. Por el dictado de la razón, cuando ama lo que el entendimiento le dice. Y nosotros debemos amar a Dios de ambos modos: también con nuestro corazón humano, con el afecto con que queremos a las criaturas de la tierra5, con el único corazón que tenemos. El corazón, la afectividad, es parte integrante de nuestro ser. "Siendo hombres –comenta San Juan Crisóstomo contra la secta maniquea, que consideraba los sentimientos humanos esencialmente malos– no es posible carecer por completo de las emociones; podemos dominarlas, pero no vivir sin ellas. Además, la pasión puede ser provechosa, si sabemos usarla cuando es necesaria"6. Humano y sobrenatural es el amor que contemplamos en Jesucristo cuando leemos el Evangelio: lleno de calor, de vibración, de ternura...; cuando se dirige a su Padre celestial y cuando está con los hombres: se conmueve ante una madre viuda que ha perdido a su único hijo, llora por un amigo que ha muerto, echa de menos la gratitud de unos leprosos que habían sido curados de su enfermedad, se muestra siempre cordial, abierto a todos, incluso en los momentos terribles y sublimes de la Pasión... Nosotros, que ansiamos seguir a Cristo muy de cerca, ser de veras discípulos suyos, hemos de recordar que la vida cristiana no consiste "en pensar mucho, sino en amar mucho"7.
En las emociones y sentimientos experimentamos muchas veces nuestra indigencia, la necesidad de ayuda, de protección, de cariño, de felicidad... Y esos sentimientos, a veces muy profundos, pueden y deben ser cauce para buscar a Dios, para decirle que le amamos, que tenemos necesidad de su ayuda, para permanecer junto a Él. Si nuestra conducta fuera solo fruto de elecciones racionales y frías, o pretendiéramos ignorar la vertiente afectiva de nuestro ser, no viviríamos íntegramente como Dios quiere, y a la larga sería posible que ni siquiera le amáramos de ningún modo. Dios nos hizo con cuerpo y alma, y con nuestro ser entero –corazón, mente, fuerzas– nos dice Jesús Maestro que debemos amarle.
Puede ocurrir que alguna vez nos encontremos fríos y desganados, como si el corazón se hubiera adormecido, pues los sentimientos se presentan y desaparecen de manera a veces imprevisible. No podemos entonces conformarnos con seguir al Señor de mala gana, como quien cumple una obligación onerosa o se toma una medicina amarga. Es necesario entonces poner los medios para salir de ese estado, por si en vez de ser una purificación pasiva, que el Señor puede permitir, fuese únicamente tibieza, falta de amor verdadero. Hemos de amar a Dios con la voluntad firme, y siempre que sea posible con los sentimientos nobles que encierra el corazón; con la ayuda del Señor, la mayor parte de las veces será posible despertar los afectos, encender de nuevo el corazón, aunque falte una resonancia interior de complacencia.
En otras ocasiones, Dios nos trata como una madre cariñosa que, sin el hijo esperarlo, le premia dándole un dulce o, sencillamente, se lo da porque quiere tener una especial manifestación de cariño con el pequeño. Y él, que siempre ha querido a su madre, se vuelve loco de contento e incluso se ofrece voluntario para lo que sea preciso, en su afán de mostrarse agradecido. Pero ese hijo rechazará todo pensamiento que le induzca a considerar que su madre no le quiere cuando no le regale con golosinas, y, si tiene algo de sentido común, sabrá ver el amor de su madre también detrás de una corrección o cuando lo ha de llevar al médico. Así nosotros con nuestro Padre Dios, que nos quiere mucho más. En esas épocas debemos aprovechar esos consuelos más sensibles para acercarnos más al Señor, para corresponder con más generosidad en la lucha diaria, aunque sabemos que no está en los sentimientos la esencia del amor.
III. Mi corazón se vuelve como la cera, se me derrite entre mis entrañas8, dice la Escritura.
Es necesario cultivar el amor, protegerlo, alimentarlo. Evitando el amaneramiento, debemos practicar las manifestaciones afectivas de piedad –sin reducir el amor a estas manifestaciones–, poner el corazón al besar un crucifijo o al mirar una imagen de Nuestra Señora..., y no querer ir a Dios solo "a fuerza de brazos", que a la larga fatiga y empobrece el trato con Cristo. No debemos olvidar que en las relaciones con Dios el corazón es un auxiliar precioso. "Tu inteligencia está torpe, inactiva: haces esfuerzos inútiles para coordinar las ideas en la presencia del Señor: ¡un verdadero atontamiento!
"No te esfuerces, ni te preocupes. -Óyeme bien: es la hora del corazón"9. Es el momento quizá de decirle unas pocas palabras sencillas, como cuando teníamos pocos años de edad; repetir con atención jaculatorias llenas de piedad, de cariño; porque los que andan por los caminos del amor de Dios saben hasta qué punto es importante el hacer todos los días lo mismo: palabras, acciones, gestos que el Amor transfigura diariamente en otros tantos por estrenar10.
Para amar a Dios con todo el corazón hemos de acudir con frecuencia a la Humanidad Santísima de Jesús –y quizá leer durante una temporada una vida de Cristo–: contemplarle como perfecto Dios y como Hombre perfecto. Observar su comportamiento con quienes acuden a Él: su compasión misericordiosa, su amor por todos. De modo particular, meditaremos su Pasión y Muerte en la Cruz, su generosidad sin límites cuando más sufre. Otras veces nos dirigiremos a Dios con las mismas palabras con que se expresa el amor humano, y podremos convertir incluso las canciones que hablan de ese amor limpio y noble en verdadera oración.
El amor a Dios –como todo amor verdadero– no es solo sentimiento; no es sensiblería, ni sentimentalismo vacío, pues ha de conducir a múltiples manifestaciones operativas; es más, debe dirigir todos los aspectos de la vida del hombre. ""Obras son amores y no buenas razones". ¡Obras, obras! –Propósito: seguiré diciéndote muchas veces que te amo –¡cuántas te lo he repetido hoy!-; pero, con tu gracia, será sobre todo mi conducta, serán las pequeñeces de cada día –con elocuencia muda– las que clamen delante de Ti, mostrándote mi Amor"11.
1 Mt 22, 34-40. — 2 F. Ocáriz, Amor a Dios, amor a los hombres, Palabra, 4ª ed., Madrid 1979, p. 22. — 3 Cfr. San Josemaría Escrivá, Forja, n. 506. — 4 Prov 23, 26. — 5 Cfr. Santo Tomás, Comentario al Evangelio de San Mateo, 22, 4. — 6 San Juan Crisóstomo, Homilías sobre el Evangelio de San Mateo, 16, 7, — 7 Cfr. Juan Pablo II, Homilía, Ávila 1-XI-1982; Santa Teresa de Jesús, Castillo interior, IV, 1, 7. — 8 Sal 21, 15. — 9 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 102. — 10 Cfr. J. M. Escartín, Meditación del Rosario, Palabra, 3ª ed., Madrid 1971, p. 63. — 11 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 498.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
San Juan Eudes |
Este santo compuso una frase que se ha hecho famosa entre los creyentes. Dice así: "Para ofrecer bien una Eucaristía se necesitarían tres eternidades: una para prepararla, otra para celebrarla y una tercera para dar gracias".
Nació en un pueblecito de Francia, llamado Ri (en Normandía) en el año 1601. Sus padres no tenían hijos e hicieron una peregrinación a un santuario de Nuestra Señora y Dios les concedió este hijo, y después de él otros cinco.
Ya desde pequeño demostraba gran piedad, y un día cuando un compañero de la escuela lo golpeó en una mejilla, él para cumplir el consejo del evangelio, le presentó la otra mejilla.
Estudio en un famoso seminario de París, llamado El Oratorio, dirigido por un gran personaje de su tiempo, el cardenal Berulle, que lo estimaba muchísimo.
Al descubrir en Juan Eudes una impresionante capacidad para predicar misiones populares, el Cardenal Berulle lo dedicó apenas ordenado sacerdote, a predicar por los pueblos y ciudades. Predicó 111 misiones, con notabilísimo éxito. Un escritor muy popular de su tiempo, Monseñor Camus, afirmaba: "Yo he oído a los mejores predicadores de Italia y Francia y puedo asegurar que ninguno de ellos conmueve tanto a las multitudes, como este buen padre Juan Eudes".
Las gentes decían de él: "En la predicación es un león, y en la confesión un cordero".
San Juan Eudes se dio cuenta de que para poder enfervorizar al pueblo y llevarlo a la santidad era necesario proveerlo de muy buenos y santos sacerdotes y que para formarlos se necesitaban seminarios donde los jóvenes recibieran muy esmerada preparación. Por eso se propuso fundar seminarios en los cuales los futuros sacerdotes fueran esmeradamente preparados para su sagrado ministerio. En Francia, su patria, fundó cinco seminarios que contribuyeron enormemente al resurgimiento religioso de la nación.
Con los mejores sacerdotes que lo acompañaban en su apostolado fundó la Congregación de Jesús y María, o padres Eudistas, comunidad religiosa que ha hecho inmenso bien en el mundo y se dedica a dirigir seminarios y a la predicación.
En sus misiones lograba el padre que muchas mujeres se arrepintieran de su vida de pecado, pero desafortunadamente las ocasiones las volvían a llevar otra vez al mal. Una vez una sencilla mujer, Magdalena Lamy, que había dado albergue a varias de esas convertidas, le dijo al santo al final de una misión: "Usted se vuelve ahora a su vida de oración, y estas pobres mujeres se volverán a su vida de pecado; es necesario que les consiga casas donde se puedan refugiar y librarse de quienes quieren destrozar su virtud". El santo aceptó este consejo y fundó la Comunidad de las Hermanas de Nuestra Señora del Refugio para encargarse de las jóvenes en peligro. De esta asociación saldrá mucho después la Comunidad de religiosas del Buen Pastor que tienen ahora en el mundo 585 casas con 7,700 religiosas, dedicadas a atender a las jóvenes en peligro y rehabilitar a las que ya han caído.
Este santo propagó por todo su país dos nuevas devociones que llegaron a ser sumamente populares: La devoción al Corazón de Jesús y la devoción al Corazón de María. Y escribió un hermoso libro titulado: "El Admirable Corazón de la Madre de Dios", para explicar el amor que María ha tenido por Dios y por nosotros. Él compuso también un oficio litúrgico en honor del corazón de María, y en sus congregaciones celebraba cada año la fiesta del Inmaculado Corazón.
Otro de sus Libros se titula: "La devoción al Corazón de Jesús". Por eso el Papa San Pío X llamaba a San Juan Eudes: "El apóstol de la devoción a los Sagrados Corazones".
Redactó también dos libros que han hecho mucho bien a los sacerdotes: "El buen Confesor", y "El predicador apostólico".
Murió el 19 de agosto de 1680. Su gran deseo era que de su vida y de su comportamiento se pudiera repetir siempre lo que decía Jesús: "Mi Padre celestial me ama, porque yo hago siempre lo que a Él le agrada".
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Fuente: Archidiócesis de Madrid
Sixto III, Santo XLIV Papa, 19 de agosto
XLIV PapaMartirologio Romano: En Roma, en la vía Tiburtina, junto a san Lorenzo, sepultura de san Sixto III, papa, que restableció la concordia entre el Patriarcado de Antioquía y el de Alejandría, y en la Ciudad eterna erigió para el pueblo de Dios la basílica de Santa María, en el monte Esquilino (440).
Fue elegido papa a la muerte de san Celestino I, en el año 432, y ocupó la sede de Pedro por ocho años que fueron muy llenos de exigencias.
contradecir la fe cristiana; depuesto de su sede, recluido o desterrado al monasterio de san Eutropio, en Antioquía, muriendo impenitente fuera de la comunión de la Iglesia. El papa Sixto III intentó con notable esfuerzo reducirlo a la fe sin conseguirlo y a pesar de sus inútiles esfuerzos tergiversaron los nestorianos sus palabras afirmando que el papa no les era contrario. |
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Ezequiel Moreno y Díaz, Santo Obispo, intercesor de los enfermos de cáncer, 19 de agosto
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Jordán de Pisa, Beato Dominico, 19 de agosto
Presbítero DominicoMartirologio Romano: En Piacenza, en la Emilia, beato Jordán de Pisa, presbítero de la Orden de Predicadores, que en lenguaje popular expuso al pueblo la más alta doctrina con la máxima sencillez (c. 1311).
Jordán de Pisa ha pasado a la historia como uno de los creadores del italiano moderno. |
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Fuente: Franciscanos.org
Luis (Ludovico) de Anjou, Santo Obispo, 19 de agosto
ObispoMartirologio Romano: En Brignoles, en la Provenza, de Francia, muerte de san Luis, obispo. Sobrino del rey san Luis, prefirió la pobreza evangélica a las alabanzas y honores del mundo, y joven en años, pero maduro en virtud, fue elevado a la sede de Tolosa. Debido a su delicada salud, descansó piadosamente en el Señor (1297).
San Luis de Anjou-Sicilia, que murió siendo obispo de Toulouse a los veintitrés años, nació el año 1274 en Brignoles, hermosa villa de Provenza. Su madre, María de Hungría, era sobrina de Santa Isabel y hermana de tres príncipes que también llegaron a ser reyes y santos: Esteban, Ladislao y Enrique. Su padre, Carlos II de Anjou, rey de Nápoles, Sicilia, Jerusalén y Hungría, era el propio sobrino de San Luis de Francia. El príncipe don Luis brilló desde su infancia por la seguridad de su juicio, su piedad sólida, el desprecio de los honores del siglo y una gravedad que le conciliaban el amor y el respeto de todos. Desde luego, Dios le llamaba para más alto destino que el que la historia política de su tiempo parecía reservarle. |
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Fuente: www.op.org.ar
Luis Flores y compañeros, Beatos Mártires, 19 de agosto
MártiresMartirologio Romano: En Nagasaki, en Japón, beatos mártires Luis Flores, presbítero de la Orden de Predicadores, Pedro de Zúñiga, presbítero de la Orden de los Eremitas de San Agustín, y trece compañeros, marineros japoneses, que, llevados a puerto y detenidos al punto, sufrieron juntos un mismo martirio, entre variadas torturas, por la fe cristiana (1622).
Nació en Amberes y recibió la primera educación en Gante (Bélgica), pero aún niño vino con sus padres a España y luego pasaron a México. Es hijo del convento de Santo Domingo de México donde hizo profesión en 1592. |
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Fuente: Archivalencia.org
Elvira de la Natividad de Nuestra Señora y compañeras, Beatas Mártires, 19 de agosto
Mártires CarmelitasMartirologio Romano: En el lugar llamado El Saler, en la región valenciana (España), beatas Elvira de la Natividad de Nuestra Señora Torrentallé Paraire y sus compañeras, vírgenes del Instituto de las Hermanas Carmelitas de la Caridad y mártires, que en la prueba de la fe por Cristo, su Esposo, obtuvieron el fruto eterno (1936).
Elvira Torrentallé Paraire nació en Balsareny (Barcelona) el día 29 de Junio de 1883. A los 23 años ingresó en el noviciado de Vic (Barcelona) |
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Fuente: JesuitasAntillas.org
Tomás Sitjar Fortiá, Beato Presbitero y Mártir, 19 de agosto
Presbítero y MártirMartirologio Romano: En la ciudad de Gandía, de Valencia, España, beato Tomás Sitjar Fortiá, presbítero de la Compañía de Jesús y mártir, que, persecución contra la Iglesia, derramó su sangre por Cristo (1936).
Tomás Sitjar Fortiá nació el 21 de marzo de 1866 en Girona (Cataluña), e ingresó en la Compañía en el noviciado de Veruela (Zaragoza), el 21 de julio de 1880. Estudió Filosofía en Tortosa, y durante ocho años hizo su magisterio enseñando Filosofía en el Seminario Diocesano de Montevideo (Uruguay). |
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Guerrico de Igny, Beato Abad, 19 de agosto
AbadMartirologio Romano: En el monasterio de Igny, en Francia, beato Guerrico, abad. Verdadero discípulo de san Bernardo, al no poder dar ejemplo en el trabajo a sus hermanos por la debilidad de su cuerpo, los fortalecía en la humildad y caridad con reiteradas exhortaciones espirituales (1151/1157).
Guerrico vivió entre los siglos XI y XII, no se cuenta con información sobre sus primeros años, los detalles que tenemos son gracias a la biografía de Hugo abad de Marchiennes conocemos que llevó vivió solo en una casa cercana al monasterio de Tournai, que siendo inicialmente agustino pasa a ser benedictino bajo el episcopado de Odón de Cambrai. Fue San Bernardo quien lo conquisto para Claraval, y en 1138 llegó a ser abad de Igny (diócesis de Reims) sucediendo al Beato Humberto que fue el primer Abad, el monasterio mientras él lo regento llegó a ser muy prospero, murió en "su" monasterio posiblemente un 19 de agosto, entre los años 1151 y 1157. |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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